Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UNIVERSIDAD VERACRUZANA
PRESENTA:
Borislav Ivanov Gotchev
DIRECTOR DE TESIS
Dr. Ricardo Pérez Montfort
1
2
2
3
ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1
3
4
CAPÍTULO 2
4
5
CAPÍTULO 3
2.2. La apropiación del Son jarocho y la Fiesta del fandango por parte p. 145
del gobierno alemanista
5
6
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
6
7
7
8
CAPÍTULO 6
Discusión p. 256
ANEXO
Capítulos 1 p. 276
Capítulo 2 p. 278
Capítuo 3 p. 287
BIBLIOGRAFÍA p. 303
8
9
Introducción
9
10
Debo agregar que ha sido con la ayuda de mi formación musical – y la práctica constante
de mi instrumento: el violín- la que me permitió abrir las puertas para poder identificar, en
la música escrita de compositores mexicanos, ciertos elementos estilizados del son que se
adscriben muy bien al contexto musical contemporáneo nacional e internacional. Elementos
rítmicos y entonaciones que forman parte del repertorio jazzista mexicano que forman parte
de expresiones musicales de rock, pop y música clásica, como por ejemplo los “Dos
huapangos” para violín y piano del pianista Alejandro Corona, radicado en Xalapa y con
quien tuve la oportunidad de ejecutar esa pieza.
Las ejecuciones de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), institución que ha difundido el
son, muestran también esos elementos rítmicos y entonaciones. En algunos programas
artísticos de la OSX, la ejecución de suites, de los maestros Mateo Oliva y Richard Siwy,
contienen entonaciones jarochas colocadas en arreglos sinfónicos, y que a veces se ejecutan
con solistas destacados como el grupo “Tlen Huicani”, entre otros.
Debo añadir también que ha sido mi interés, expresado en la curiosidad por conocer más
sobre el son, lo que motivó -desde el inicio de mis estudios de doctorado- esta
investigación. La presentación de uno de mis principales actores, don Clemente Carbajal, se
dio gracias a la Dra. Guadalupe Vargas. Fue de don Clemente de quien aprendí mucho
sobre la historia de Santiago Tuxtla y de la región. Ese fue también el comienzo de mi
trabajo de campo a lo largo del 2010. Asistí a varias fiestas fandangueras en comunidades
popolucas de San Andrés Tuxtla, a la fiesta patronal de Santiago Tuxtla y a la del Cristo
Negro de Otatitlán. Hice uso de la entrevista para construir las diferentes perspectivas del
son a partir de los músicos soneros, también grabé sones y fandangos de diferentes
regiones del Estado de Veracruz para comparar en algunos su estructura musical.
Los estudios de doctorado, a su vez, me proporcionaron la posibilidad de acercarme
a la música desde otra mirada, desde las ciencias sociales: a ver una práctica músico-
cultural como fenómeno social acotado en un espacio-tiempo. Esta investigación, por
tanto, centra su atención en el son jarocho, pero su objetivo es mostrar cómo la cultura
popular veracruzana y sus derivados han sido co-dependientes con la coyuntura política,
sobre todo después de la fundación del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), desde
mediados de los años cuarenta a la actualidad.
10
11
Para lograr este objetivo empleo la categoría de cultura oficial para referirme a la
apropiación de viejas tendencias ancestrales de la tradición musical y cultural en la región
de estudio y otras regiones de la república mexicana por parte de la cultura oficial. En otras
palabras, examinar cómo se ha convertido una expresión de música popular en una
expresión público-escénica y político-cultural, qué elementos se han expropiado de su
carácter ritual y cómo se le ha comercializado con fines lucrativos, turísticos y políticos.
Para explorar ese proceso, cuya mayor aceleración tuvo auge en el sexenio del gobierno de
Miguel Alemán Valdés, se analizó como una reconstrucción de la tradición o de su
“invención” en el sentido que le otorga a este término Eric Hobsbawm (2002).
Al analizar las nuevas formas musicales emergentes del son jarocho como un nuevo
fenómeno musical ligado a coyunturas políticas, resulta útil la noción “cultura de las
masas” de Lombardi Satriani (1978) para referirnos a esa nueva formación que derivó de la
apropiación de la música popular por parte de la cultura hegemónica y que no tuvo solo
consecuencias unilaterales, sino que la expresión popular veracruzana dejó su toque
específico en todo ese proceso de fusión y escisión entre las dos culturas.
Es oportuno recalcar que el son y la fiesta del fandango -o huapango como la
llaman los habitantes de Santiago Tuxtla y San Andrés- es la expresión de varios espectros
culturales que para sobrevivir han tenido que admitir muchos elementos interculturales que
han contribuido en su desarrollo, en su flexibilidad y dinamización a través de cambios
coyunturales, sean estos sociales o políticos, a lo largo de los últimos cuatro siglos. Las
herencias culturales son múltiples y se han definido a partir de factores como la
fragmentación de las comunidades y los pueblos, la migración de las familias jarochas, la
nostalgia por la vieja atmósfera de los trovadores con sus tonadas amorosas y la sonoridad
de las cuerdas antiguas. Por tanto para un mejor entendimiento del fenómeno del son
jarocho y del fandango vamos a tomar en cuenta la composición social del son, es decir, el
carácter diverso de sus participantes, qué papel juegan esos participantes en la creación y
cuál es la organización de la estructura socio-económica y cultural de la región del
Sotavento y los Tuxtlas, etcétera. Para ello consideramos que uno no puede darse a la tarea
de estudiar el son jarocho sin recurrir al concepto de perspectiva. Como en el famoso
ejemplo de Jastrow, descrito por Wittgenstein en las investigaciones filosóficas,1 cambié de
1
Agradezco este y otros comentarios al Dr. Witold Jacorzynski del CIESAS- Golfo.
11
12
perspectiva para poder ver, por un lado, la música como una obra artística de baja o alta
calidad, digna de ejecución o no; y por otro, ver la música como un evento social, el
producto de las modas, políticas artísticas, gustos del público, luchas por el prestigio y
poder, búsqueda de la fuente de identidad y cohesión social explicables en términos de la
historia social, tanto de larga como de mediana duración.
Como los enfoques musicológico y social han estado separados, en este proyecto de
tesis doctoral se hace necesario unirlos. Pero la unión de ambos enfoques -musicológico y
social- nos plantea la necesidad de interrogarnos cómo conjugar el análisis musicológico
con su “gramática formal”, con la descripción etnográfica y el análisis social, es decir,
cómo hacer uso de la información que proviene de dos campos diferentes: la musicología y
las ciencias sociales. Pero estas preguntas no agotan el tema. Lo social y lo musicológico
exigen un enfoque histórico. La dificultad que radica en estas preguntas tiene que ver con la
escasez de trabajos interdisciplinarios dedicados a la descripción y al análisis de los
fenómenos musicales en la vida social de la gente. Por tanto, en esta investigación se busca
fijar la atención en tres diferentes miradas al son jarocho: la histórica, la etnográfica y la
musicológica.
12
13
13
14
CAPÍTULO 1
2
L. Satriani (1978: 28)
3
Ibídem (1978:109)
14
15
fiesta del fandango no sólo se presenta como una obra de música, sino también como un
fenómeno socio-político, producto de las políticas nacionalistas, invención de tradiciones,
apropiación ideológica de la música por parte de la cultura dominante.
15
16
16
17
verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de
lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.4
4
Cervantes, M. (2004: 88)
5
Aretz, I. (2007: 27)
17
18
6
Lévi-Strauss, C. (1992 : 37)
18
19
espiritual de las nuevas tierras conquistadas adquirieron un toque un poco diferente, pues
fue visto desde la perspectiva del propio “yo” de los nativos.
Además con la formación de una conciencia de los criollos locales se percibió a la vida
como algo propio e intrínseco, dentro de una atmosfera social adoctrinada por la Iglesia.
Esa atmósfera que fomentó el sentimiento de propiedad sobre la vida, dio paso al
surgimiento de una vasta variedad musical y lírica que se apegó a los cánones tradicionales.
La clase alta acuñó nuevos dogmas. El caciquismo que resultó “más suave” que en Europa
central, se abrevó de los modales europeos sin quedar fuera de la moda musical de las
tonadas, villancicos y otras formas populares. La nueva visión socio-cultural impuso un
cambio radical en la estructura formal y simbólica de la sociedad cortesana. Las formas
musicales además de ser vistas como arte de gran valor, prevalecieron en la sociedad como
parte de las tradiciones profanas y de las masas, que nutrieron de emotividad a la multitud
al convertirse en una válvula de escape a la realidad.
Con este breve esbozo de las etapas de la conquista y la colonia, así como la
barroca nos sirve para argumentar que hay ciertos elementos que persisten hasta el día de
hoy. Es precisamente con la unión del análisis socio-musicológico que propongo arribar a
una perspectiva, de larga tradición antropológica e histórica de la cultura, el análisis
marxista y estructuralista de la cultura ritual y popular para analizar al antiguo son jarocho
y la fiesta del fandango como:
a) parte de la cultura ritual para seguir su paso hacia la cultura popular;
b) forma folklórica que define un modelo de la cultura popular en oposición a la
cultura oficial;
c) un presupuesto que permite estudiar la “transición” entre la cultura popular hasta
la oficial del mismo son jarocho, analizando las diferentes maneras de
“apropiación” del son jarocho por parte de la cultura hegemónica.
Esta perspectiva marxista de Mijaíl Bajtín, Luigi Satriani, M. Taussig, Eric Hobsbawm
puede enriquecerse con las ideas de los estructuralistas británicos Víctor Turner, Ernest
Gellner y Mary Douglas.
19
20
Al ser nuestro objeto de estudio el son jarocho y la fiesta del fandango como
expresión de la cultura ritual o popular, se debe señalar la larga tradición teórica sobre la
cultura popular; además de mostrar algunos antecedentes más importantes de los estudios
acerca del son y del fandango en Veracruz. Es por ello que el estado del arte se divide en
dos partes: la reflexión teórica acerca de la cultura popular, por un lado; y un recorrido
breve por los trabajos más importantes acerca del son jarocho y el fandango, por el otro.
En los primeros dos párrafos se esbozan los trabajos acerca de la cultura popular según
dos enfoques: el marxista y el estructuralista. Las preguntas a responder son cómo se define
la cultura ritual, popular y la oficial, cómo se conceptualiza la “apropiación” de la cultura
popular por parte de la oficial. A la postre, se presentan brevemente los trabajos sobre el
son jarocho y la fiesta del fandango en la región que nos interesa.
7
Para evitar confusiones hay que descartar algunas acepciones comunes de lo “popular”. En una de sus acepciones
“popular” es el sinónimo del “pobre”, “pueblerino”, “provenientes de clases sociales bajas”. En este sentido se habla
20
21
estructuralista de corte anglosajón. Empecemos nuestro recorrido por estos dos enfoques
según el orden mencionado.
El primer paradigma de la cultura popular se originó en la teoría social de Marx y
Engels. La cultura popular, según este paradigma, se refiere a las ideas que se oponen a la
cultura oficial o hegemónica. La mejor formulación de esta teoría la encontramos en
Ideología Alemana:
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o dicho en
otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al
mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los
medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios
para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por
término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir
espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las
relaciones materiales dominantes, concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que
hacen de una determinada clase, la clase dominante son también las que confieren el
papel dominante a sus ideas.8
sobre los barrios populares en contraste con los barrios ricos. En la otra acepción “popular” significa “famosos”,
conocido” como por ejemplo en las expresiones: “The Doors” eran muy populares en su época”, “Monsiváis es un
autor popular en México”, “Cenicienta es un cuento popular entre los niños y adultos”. En la tercera acepción
“popular” es el antónimo de “culto”, “refinado”. Ninguna de estas acepciones corresponde al modelo sociológico de
la cultura popular que puede resultar útil para investigaciones sociales.
8
Marx, C. (1958: 50-51)
21
22
cada época, por tanto existen culturas dominadas de cada época. La cultura dominante no
puede existir sin la cultura dominada, ni la cultura dominada sin la cultura dominante.
El primer autor que desarrolla un modelo de la cultura popular en la corriente
marxista es Mijaíl Bajtín. Este autor no sólo ha sido elogiado por sus aportaciones a la
crítica literaria y semiótica, sino también a la antropología, historia, lingüística y otras
ciencias sociales. En su libro “La cultura popular de la Edad Media y el Renacimiento en el
contexto de François Rabelais”, Bajtín analiza conceptos como “cultura popular”, “cultura
oficial’, “formación socio-económica”, “carnaval”, “diálogo”, “dialogismo”, “polifonía” y
“heteroglosia” (Bajtín, 1978). Me limitaré a mencionar tres características de la cultura
popular:
(1) su oposición/unión dialéctica con la cultura oficial-hegemónica;
(2) su forma carnavalesca;
(3) el carácter dialógico y polifónico.
9
Bajtín, M. (1978: 15)
10
Ibídem (1978: 16)
22
23
11
Ibídem (1978: 108)
23
24
12
Bajtín, en Clifford (1998: 159)
13
Bajtín, B. (1986: 17); Clifford, G. (1998: 163)
14
Satriani, L. (1978: 32)
24
25
15
Marx, C. en Satriani, L. (1978: 56)
16
García Canclini, N. (1982: 48)
25
26
Esta tabla nos muestra las correlaciones entre la cultura y clase que establecen los
marxistas: la correspondencia entre la cultura dominante y las clases dominantes, y entre la
cultura dominante y la cultura dominada.
Los marxistas describen detalladamente cómo se posibilita la correlación entre la
cultura y clase. La cultura queda identificada con una esfera de la vida humana llamada
“superestructura” (Satriani), que comprende las “esferas de derecho, la política, la religión,
la moral (en el sentido de costumbres), la ciencia, la filosofía y el arte”17 (siendo el folclore
y las ciencias folklóricas parte de aquella), la que a su vez depende de la estructura, a saber,
la esfera económica y la social:
Asumiendo, la célebre e importante distinción de Marx entre estructura y
superestructura, recordaremos que la estructura comprende la esfera económica y la
social, orgánicamente conformadas en cuanto al elemento material y al formal: fuerzas
de producción y fuerzas de relación que directamente la regulan y encuadran.18
En otras palabras, las relaciones sociales de producción más fuerza productiva (siendo
esta última el conjunto de medios de producción y fuerza del trabajo) forma un modo de
producción (estructura) el que determina a la postre lo que Marx llama “ideología” o la
“consciencia falsa” cuyas manifestaciones más llamativas son el sistema legal, el sistema
político y la consciencia social de los individuos (superestructura). La teoría marxista
asume una relación muy estrecha de forma de vida con los modos de producción siendo
este último concepto explicativo del estado de las cosas, de la cultura, del estilo de vida y
del pensamiento.
Pasemos ahora, al punto más interesante - el análisis marxista del fenómeno que me
interesa estudiar en esta tesis, a saber, la apropiación simbólica de la cultura popular por
parte de la cultura hegemónica.
Fue ya Bajtín quien mencionó la posibilidad de la apropiación del carnaval y
festivales por parte de la cultura hegemónica. Pero la explicación detallada acerca de cómo
17
Satriani, L. (1978: 57)
18
Ibídem (1978: 57)
26
27
es posible este proceso se ofreció más tarde. El citado ya Satriani apunta que una cultura se
apropia de la otra, porque su carácter popular lo destina a una ambivalencia perenne.
Aunque el folclore sea la contestación de las clases dominadas frente a la cultura
dominante, es la expresión ambigua, fragmentaria, polarizada e incompleta. Numerosos
ejemplos nos informan acerca de los actos de la apropiación de esta cultura por parte de la
cultura dominante.
Satriani apunta que este fenómeno no es nada nuevo pero sí son “relativamente nuevas las
modalidades actuales con las que tal sustracción se realiza”.20 Por ejemplo el producto
folklórico puede ser llenado, según la persuasiva imposición publicitaria, “por un producto
industrial análogo, siendo su “función tradicional transformada o “sustituida”.21 Los jarros
de cerámica usados para beber a nivel popular se convirtieron en floreros o bibelots en la
mansión burgués mientras que al nivel subalterno este objeto es sustituido con un producto
industrial análogo de calidad ordinaria y extraña.22 Otro ejemplo son los juguetes populares
cuyo destino corre una doble suerte. Por una parte “se convierten así en objeto de
colección de los aficionados, o son adquiridos a los pocos artesanos todavía activos por la
burguesía deseosa de distinguirse por su originalidad y “refinamiento”.23 Los juguetes
populares cambian de uso al ser la clase burguesa que se ha adueñado de ellos, mostrando
su anhelo por la “sencillez” popular. Pero al nivel de las clases dominadas, los juguetes
populares fueron sustituidos por los juguetes de masas de tipo industrial que “mutilan su
fantasía”, “suscitan deseos reales que son interiorizados como valores”, crean “tensiones y
19
Ibídem (1978: 109)
20
Ibídem (1978: 110)
21
Ibídem (1978: 110)
22
Ibídem (1978: 110)
23
Ibídem (1978: 111)
27
28
necesidades” que a largo plazo “no podrán ser satisfechas”.24 “Los niños campesinos
empiezan a soñar de esta manera con el amplio surtido de modelitos de automóviles
idénticos a los verdaderos automóviles”.25
El autor argentino Néstor García Canclini dedicó a la explicación de este proceso varios
pasajes de su libro “Las culturas populares en el capitalismo”29 al afirmar lo que ya estaba
24
Ibídem (1978: 111)
25
Ibídem (1978: 111)
26
Ibídem (1978: 97)
27
Ibídem (1978: 102)
28
Ibídem (1978:103)
29
García Canclini, N. (1982: 48-56)
28
29
presente en Marx, Satriani y otros autores. El primer paso en los estudios de la cultura
popular consiste en que hay que asumir que los productos culturales deben tratarse como
“representaciones” de manera análoga a las escenas de una danza u obra teatral: “…en este
caso la relación se efectúa entre la realidad social y su representación ideal.”30
El segundo paso consiste en que la cultura popular debe estudiarse como un “campo” de
Bourdieu:
…se vinculará la estructura social con la estructura del campo teatral y con la
estructura del campo de la danza, entendiendo por estructura de cada campo las
relaciones sociales que los artistas de teatro y los danzantes mantienen con los demás
componentes de sus procesos estéticos: los medios de producción (materiales,
procedimientos) y las relaciones sociales de producción (con el público, con quienes los
financian, con los organismos oficiales, etc.)31
Asimismo, García Canclini observa que este modelo podría ajustarse a los procesos
iniciales de colonización, cuando la expansión capitalista implantaba desde el exterior sus
patrones de vida y las comunidades indígenas enfrentaban en bloque la imposición. Pero no
puede explicar el desarrollo actual del capitalismo monopólico que integra a las sociedades
y domina bajo su control, puesto que el conflicto socioeconómico y cultural precede a las
30
Ibídem (1982: 47)
31
Ibídem (1982: 47)
32
Ibídem (1982: 47)
33
Ibídem (1982: 71)
29
30
Ahora bien, ¿por qué algunos danzantes salen victoriosos de la lucha? García
Canclini observa que las clases dominantes se someten a un todo más grande, a saber, el
sistema social. Gracias a esta ventaja la clase dominante reproduce las relaciones de poder
que la favorecen:
Los sistemas sociales, para subsistir, deben reproducir y reformular sus condiciones de
producción. Toda formación social reproduce la fuerza de trabajo mediante el salario, la
calificación de esa fuerza de trabajo mediante la educación y, por último reproduce
constantemente la adaptación del trabajador al orden social a través de una política-
ideológica que pauta su vida entera en el trabajo, la familia, las diversiones, de modo que
todas sus conductas y relaciones tengan un sentido compatible con la organización social
dominante. La reproducción de la adaptación al orden demanda una reproducción de su
sumisión a la ideología dominante para los obreros y una reproducción de la capacidad
de manejar bien la ideología para los agentes de la explotación. Agregaremos que
requiere también una readaptación de los trabajadores a los cambios de la ideología
dominante y del sistema social, y una renovación – no sólo reproducción – de la
ideología dominante en función de las modificaciones del sistema productivo y de los
conflictos sociales […] Mediante la reproducción de la adaptación, la clase dominante
busca construir y renovar el consenso de las masas a la política que favorece sus
privilegios económicos.35
Las clases dominantes tienden no sólo a reproducir las condiciones de producción sino
además a adaptarse a los cambios. Una de las estrategias importantes de esta adaptación
consiste en apropiarse de la fuerza de los posibles competidores. Pero la apropiación de la
cultura popular por parte de la cultura dominante es en gran parte simbólica. ¿Por qué las
clases opresoras y su correlato – el estado- recurren a una apropiación simbólica en vez de
operar de manera directa con violencia? García Canclini responde:
34
Ibídem (1982: 71)
35
Ibídem (1982: 50)
30
31
como algo natural, oculta la violencia y hace sentir la imposición como socialización o
adecuación.36
Recordemos que para Satriani, la cultura popular era una contestación, aunque una
contestación ambivalente. Para García Canclini la cultura popular es por una parte, una
expresión de los sectores populares, pero por la otra, una creación por parte de la cultura
hegemónica. Según este autor, las culturas populares se constituyen en dos espacios:
a) las prácticas laborales, familiares, comunicacionales y de todo tipo con que el
sistema capitalista organiza la vida de todos sus miembros;
b) las prácticas y formas de pensamiento que los sectores populares crean para sí
mismos, para concebir y manifestar su realidad, su lugar subordinado en la producción, la
circulación y el consumo37.
Pero la cultura popular no puede ser definida como “expresión” de un código DNA
de un pueblo, una personalidad o un Volksgeist herderiano de la vertiente nacionalista
romántica alemana. Las culturas populares son resultado de una apropiación desigual del
capital cultural, una elaboración propia de sus condiciones de vida y una interacción
conflictiva con los sectores hegemónicos. García Canclini, sin embargo, no elabora una
teoría clara de las relaciones entre la cultura popular y la hegemónica. No nos explica en
qué condiciones la cultura popular se vuelve una expresión de los sectores subalternos, y en
qué condiciones, se vuelve el objeto de apropiación por parte de la cultura hegemónica.
Más bien se limita a ofrecer un comentario general: “Las culturas populares son resultado
de una apropiación desigual del capital cultural (…)”38
36
Ibídem (1982: 51)
37
Ibídem (1982: 62-63)
38
Ibídem (1982:63)
39
Ibídem (1982: 54, 55)
31
32
40
Ibídem (1982:95)
41
Ibídem (1982: 96)
42
Ibídem (1982: 96)
32
33
Todo artículo o propiedad tiene un doble uso: ambos son usos de la cosa misma, pero no
son usos similares; porque uno es el uso adecuado del artículo…, y el otro no lo es. Por
ejemplo, un zapato se puede usar ya sea para ponérselo en el pie o para ofrecerlo en
intercambio. Ambos son usos del zapato, porque hasta aquel que le da un zapato a
alguien que necesita un zapato y que recibe a cambio efectivo o alimentos, está haciendo
uso del zapato como zapato, pero no el uso que le es propio, porque un zapato no está
hecho expresamente para propósitos de intercambio. Igual es el caso de otros artículos de
propiedad.43
Michael Taussig afirma que existe una analogía entre el concepto del valor
aristotélico/ tomista y el campesino. Aunque el dinero permite intercambio, no produce
nada, es estéril; crece únicamente por medio de la usura siendo esta última la más
antinatural de todos los medios productores de dinero.44 Objetivo de circulación de los
bienes que poseen el valor de uso, es la satisfacción de las necesidades naturales. El
objetivo de circulación de dinero es ganar dinero como un fin en sí mismo. Las
características del dinero en el primer caso residen en que son medios de intercambio; se
dejan describir según la fórmula M - D - M, donde M = mercancía D = dinero. Esta
fórmula define la economía campesina: vender para comprar.
En el segundo caso, las características del dinero cambian; el dinero se vuelve capital,
lo que era medio, se convierte en un fin. Estas características se expresan en la formula D -
M - D’ donde D = dinero, D’ = capital, o sea, dinero más intereses sobre este dinero.45 La
multiplicación del dinero como capital no está considerada como una característica natural:
“Las sociedades en el umbral del desarrollo capitalista, interpretan necesariamente ese
desarrollo en términos de creencias y prácticas pre-capitalistas. En ninguna otra parte esto
es tan evidente como en las creencias folclóricas de los campesinos, mineros, navegantes y
artesanos involucrados en el proceso de transición.”46
Según el folclore de los campesinos del Valle Cauca, para efectuar la multiplicación
del dinero, hay que pedir la ayuda de los seres sobrenaturales (el bautismo del dinero ilícito
entre los campesinos o un pacto con el Diablo entre los trabajadores asalariados en la zona).
Taussig analizó estas creencias y rituales del Valle Cauca como expresión del pensamiento
43
Aristóteles, en Taussig. M. (1993: 170)
44
Taussig, M. (1993: 173)
45
Ibídem (1993: 170)
46
Ibídem (1993:27)
33
34
crítico aunque todavía mistificado de los campesinos y proletarios, que de esta manera
describen en su propio lenguaje el misterio del capital: “El problema que planteó Marx, el
misterio del crecimiento económico capitalista y la acumulación de capital, donde el capital
parecía crecer por sí solo, en esta situación parece ocurrir con la ayuda de las fuerzas
sobrenaturales que se invocan en el bautismo cristiano del billete.”47
Los campesinos del Valle Causa de esta manera se apropian de la cultura dominante,
la traducen a los términos de su cultura local o popular.
El fenómeno de la apropiación en el ámbito de la historia, la invención de la tradición
fue descrita por el pensador neo-marxista, Eric Hobsbawm con su término clave de
“tradiciones inventadas”.48 Hobsbawm hace suya la tesis de que algunas tradiciones
supuestamente antiguas tienen origen muy reciente. “Tradiciones” que aparecen o
proclaman ser antiguas, con frecuencia tienen un origen reciente y algunas veces son
inventadas.
Entre éstas, Hobsbawm incluye tanto las “tradiciones” realmente inventadas, como
construidas. Donde los orígenes de una tradición están conocidos, el historiador no enfrenta
una tarea interesante. Pero donde se cree que una tradición es milenaria, el historiador
puede, como detective, revelar su falsedad. El autor asevera que usa el término “tradición
inventada” en un sentido amplio, pero no impreciso. Incluye tanto las tradiciones,
realmente inventadas, construidas y formalmente instituidas, como aquellas que emergen de
un modo difícil de investigar durante un período breve y mensurable, quizás durante unos
pocos años, y se establecen con gran rapidez.49 Hobsbawm define “tradición inventada”
como “un grupo de prácticas, normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o
tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o
normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cual implica automáticamente
continuidad con el pasado.”50 La invención busca la inmovilidad, tiene significado ritual o
función simbólica, introduce la continuidad.
47
Ibídem (1993: 170)
48
Hobsbawm, E. (2002: 14)
49
Ibídem (2002: 7)
50
Ibídem (2002: 8)
34
35
¿Cómo y para qué se inventan las tradiciones? Hobsbawm no nos ofrece una
respuesta fácil a esta pregunta. Aunque siga la corriente marxista, la modifica en un aspecto
importante:
1) No todas las invenciones son inventadas: existen rutinas y las costumbres que no lo son.
Las “reglas” o convenciones tienen una utilidad práctica; sin esa funcionalidad pueden
flexibilizarse o desaparecer: “estas redes de convención y de rutina no son “tradiciones
inventadas” en la medida en que su función, y por consiguiente su justificación, es más bien
técnica que ideológica (en términos marxistas, pertenece más a la “base”, que a la
“superestructura”).51 Es la tarea del historiador revelar qué sistemas de reglas son
inventadas o construidas, y cuáles no.
2) Más moderna (“nueva”) es la sociedad, más necesidad tiene de inventar las tradiciones.
Hay respuestas a las nuevas situaciones que toman la forma de referencia a las viejas
situaciones, o que imponen su propio pasado: “Es el contraste entre el cambio constante y
la innovación del mundo moderno y el intento de estructurar como mínimo algunas partes
de la vida social de éste como invariables e inalterables.” 52
51
Ibídem (2002: 9)
52
Ibídem (2002: 8)
35
36
La última pregunta que tenemos que hacer es todavía menos precisa. ¿Quién inventa las
tradiciones? La respuesta general que Hobsbawm ofrece es de plano marxista y se puede
predecir: son el estado y las clases dirigentes (ruling classes) que utilizan la “ingeniería
social” para construir el estado, nación, nacionalismo, además de las clases sociales de las
cuales aquellos derivan:
53
Ibídem (2002: 313-314)
54
Ibídem (2002: 13)
55
Ibídem (2002: 16)
36
37
56
Ibídem (2002: 17)
57
Ibídem (2002: 20)
58
En 1990 Hobsbawm escribió: “Yet nationalism, however inescapable, is simply no longer the historical
force it was in the era between the French Revolution and the end of imperialist colonialism alter World War
II.” Hobsbawm 1990: 169)
37
38
Ahora bien, no todo el proceso social es dramático. La organización social que comprende
“empresas sociales” no lo es. Existe una gran parte del proceso social que se deja describir
como una estructura (orden atemporal) en oposición a la antiestructura que involucra los
dramas sociales (desenvolvimiento temporal). Y sin embargo, Turner cree que la gran parte
de las situaciones sociales se dejan describir como dramas en oposición a lo que llama
“estructura”. La introducción de un par de conceptos - estructura/antiestructura, sustituye
según Turner, su enfoque simbólico presentado en los trabajos anteriores62:
59
Nisbet en Turner, V. (2002b: 4)
60
Turner, V. (2002b: 41)
61
Turner, V. (2002b: 44)
62
La teoría simbólica de V. Turner, expresada en The Ritual Process (1969) ayuda a entender lo inconsciente
colectivo en su cualidad de fuerza básica. Turner reconoce el gran aporte de K. G. Jung aunque esté en
desacuerdo con el postulado de este último que el inconsciente colectivo contiene el principio formativo del
simbolismo ritual. Cree que K. Jung abre la puerta a las investigaciones sobre los signos como una expresión
análoga o abreviada de las cosas conocidas, y, por otra parte, los símbolos en su cualidad de la mejor
expresión de un hecho relativamente desconocido, pero con los cuales se reconoce o se postula algo existente.
Según V. Turner las propiedades de los símbolos rituales pueden deducirse de tres clases de datos: 1) forma
38
39
En realidad prefiero hacer algo muy diferente, tan diferente como la antiestructura de la
estructura, aunque la perspectiva procesal consideraría ambos términos como
intrínsecamente relacionados, quizá incluso como no-contradictorios en el sentido no
dual. Una ecuación matemática requiere por igual signos de menos y más, negativos y
positivos ceros y números: la equivalencia de dos expresiones se afirma por medio de
una fórmula que contiene negaciones.63
externa y características observables; 2) interpretaciones ofrecidas por especialistas religiosos y por los
simples fieles; 3) contextos significativos en gran parte elaborados por el antropólogo. Antes de que estemos
en condiciones de interpretar, tenemos que seguir clasificando los datos descriptivos recogidos con los
métodos; en el texto que citamos arriba, Turner asegura que no olvidó “la importancia de la “sociología de los
símbolos.” Y concluye: “Hay símbolos de estructura y de antiestructura y es útil considerar las bases sociales
de ambos” (Turner 2002: 57)
63
Turner, V (2002b: 56)
64
Ibídem (2002b: 56)
65
Ibídem (2002b: 58)
66
Ibídem (2002b: 5)
67
Ibídem (2002b: 60)
68
Turner, V. (2002c)[1987]
39
40
performance. Este paso lo sitúa inmediatamente al lado de Goffman, Schechner y otros que
en ciencias sociales desarrollan la gran analogía conocida como theatrum mundi, el teatro
del mundo. Según esta idea la vida social es como un drama con su escena, trama, actores
con papeles, ejecuciones, espectadores, etc. The performances son dramas en las que no
sólo se trata de hacer cosas sino que también de “mostrar a otros lo que están haciendo o
han hecho”69. Los dramas sociales son “unidades no-armónicas o disonantes del proceso
social que surgen en situaciones de conflicto”70. “El drama social posee cuatro fases: la
brecha, la crisis, la acción correctiva, la reintegración o la legitimación de un cisma”71.
A Turner se le objetaron dos hechos: primero, no fue el primero en elaborar la teoría
de la performance; y segundo, no aplicó su teoría a ningún análisis etnomusicológico72, 73.
Reynoso, el autor del primer volumen de “Antropología de la música”, cita a varios
seguidores de Turner quienes tratan de remendar la ausencia de los temas relacionados con
la música. Las ideas que desarrollan el concepto de la performance son múltiples: “La
performance cultural es un modo de comunicación que expresa y difunde los contenidos de
la cultura.”74
Como observó una antropóloga turneriana, Barbara Babcock, the performances no son sólo
reflejos de la cultura, sino “…formas culturales reflexivas, en las que los miembros de un
grupo se vuelven sobre sí mismos, y sobre las relaciones, acciones, símbolos, significados,
códigos, roles, status, estructuras sociales, reglas éticas u otros componentes socioculturales
que constituyen sus selves públicos”75.
69
Schechner en Turner, V. (2002b: 106)
70
Turner (2002b: 107)
71
Ibídem (2002b: 107)
72
Turner efectivamente menciona únicamente el baile y el canto como ejemplos de los rituales o dramas
sociales en la siguiente cita: “Los símbolos rituales son “polisémicos”, susceptibles de muchos significados,
pero sus referencias tienden a polarizarse entre fenómenos fisiológicos (sangre, órganos sexuales, coito,
nacimiento, muerte, catabolismo, etc.) y valores normativos de los hechos morales (bondad con los niños,
reciprocidad, generosidad con los parientes, respeto a los mayores, obediencia a las autoridades políticas etc.);
el drama de la acción ritual – el canto, el baile, la fiesta, el uso de trajes extravagantes, la pintura del cuerpo,
el uso de alcohol o alucinógenos, etc. – origina un intercambio entre los polos, al ennoblecer los referentes
biológicos y cargar a los referentes normativos de significado emocional” (Turner 2002a: 66).
73
Reynoso, C. (2006: 225)
74
Singer en Reynoso, C. ( 2006: 225)
75
Babcock, en Reynoso, C. (2006: 226)
40
41
76
Herndon, M.; McLeod, N. (1980)
77
Qureshi, R. (1987)
78
Kisliuk, M. (1998a, 1998b)
79
Gellner (1989: 22-23)
80
Ibídem (1989: 24)
81
Ibídem (1989: 24)
41
42
Los cambios en la cultura pueden ser bruscos, inesperados a corto plazo, mientras
que los cambios en la estructura social son lentos, predecibles, a largo plazo. La cultura es
menos estable que la estructura social.
A continuación Gellner menciona dos modelos de la estructura asocial: el primero se
ajusta a las sociedades tradicionales agrarias y el otro, a las sociedades industriales o
capitalistas. Fue Durkheim quien expandió este mito. Según él las sociedades se dividen en
simples, en las cuales reina la “solidaridad mecánica” que consiste en que cada uno de los
individuos hace más o menos lo mismo; y las complejas, en las cuales rige la solidaridad
orgánica, que asume una división de trabajo avanzada.82 Gellner, en oposición a Durkheim,
piensa que ni la división de trabajo ni el tipo de solidaridad son los que distinguen a las dos
estructuras sociales mencionadas. El autor sostiene que estas difieren radicalmente en sus:
“…implicaciones respecto de la cultura, en la manera en que hacen uso de la cultura…”83:
Las sociedades agrarias avanzadas con equipos tecnológicos sutiles y un sistema
jerárquico, y sociedades industriales orientadas hacia el crecimiento y dotadas con un
fluido sistema de papeles, tienen ambas una compleja división del trabajo. Pero su forma
de cohesión social y su utilización de la cultura para aumentarla, son casi diametralmente
opuestas. Toda teoría o tipología sociológica que no preste atención a esta diferencia, no
puede ser adecuada.84
De esta manera una división del trabajo estable con base agraria tiene consecuencias
culturales diferentes que las consecuencias de una sociedad industrial orientada al
crecimiento.85 El modelo de Gellner es de suma importancia para este trabajo, pues permite
darnos cuenta de las relaciones formales en cada sociedad agraria, incluyendo la colonial
mexicana y su transición hacia la sociedad industrial orientada al crecimiento. ¿Cuáles son
las formas de cohesión social que corresponden a la sociedad agraria y a la sociedad
industrial respectivamente?
Para comprender el fenómeno de la apropiación de la cultura popular por parte de la
estructura social, es indispensable mencionar la teoría del nacionalismo, puesto que en este
contexto se sitúa la utilidad de los conceptos gellnerianos relevantes para nuestro tema. El
82
Ibídem (1989: 34)
83
Ibídem (1989: 29)
84
Ibídem (1989: 38)
85
Ibídem (1989: 39)
42
43
nacionalismo es: “…un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la
unidad nacional y la política.”86
86
Ibídem (1989: 139)
43
44
propia que, no obstante, conserva algunos puntos de contacto con los primitivos modos
de vida y dialectos populares locales.87
Gellner saca de este argumento una conclusión definitiva: “En la era industrial en
realidad sólo acaban sobreviviendo las culturas desarrolladas. Las culturas populares y las
pequeñas tradiciones lo hacen sólo artificialmente mantenidas por sociedades dedicadas a la
conservación de la lengua y el folklore.”88
Otra contribución notable al enfoque estructural hace Mary Douglas (1996). Douglas
retoma a Fleck, argumentando que el individuo no tiene nunca, o casi nunca, conciencia del
estilo de pensamiento colectivo, el cual casi siempre ejerce sobre su pensamiento una
coerción absoluta y contra el que es impensable una oposición. Douglas argumenta que el
estilo de pensamiento de Fleck se encuentra muy próximo a la idea de un sistema
conceptual que limita y controla la cognición individual de manera tan estricta que queda
excluída toda comunicación transcultural. Pero en lugar de estructura de Gellner, Douglas
87
Ibídem (1989: 82)
88
Ibídem (1989: 151)
44
45
En los últimos años la producción de libros y discos compactos entre otros medios
informativos sobre el son jarocho contribuyeron a una mayor reflexión sobre la naturaleza
de la música popular veracruzana, su aspecto musical y etiológico, su historia y su carácter
sincrético. Artistas y autores avezados como Mario Ruiz Armengol, Eduardo Gamboa,
Mateo Oliva, Richard Siwy y Alejandro Corona, entre otros, sintetizan ágilmente los
elementos del jazz, pop y música folclórica, de otras regiones del mundo, con elementos
jarochos, sin preocuparse por la peculiar mezcla de entonaciones afro-cubanas con ibéricas,
basadas en su mayor parte en el estilo homófono – harmónico europeo. La bibliografía que
abarca el tema es bastante amplia, pero son escasos los trabajos sobre el son jarocho visto
como fenómeno socio-musical.
89
Douglas, M. (1996: 48, 52, 57, 131-33)
90
Douglas, M. (1996: 75)
91
Douglas, M. (1996: 75,76)
45
46
Las fuentes bibliográficas relevantes para este estudio se pueden dividir en dos clases:
1) las fuentes sobre el son jarocho en general;
2) las fuentes sobre la música de la región estudiada;
1. Disponemos con varios libros que tratan sobre la estructura e historia del son
jarocho en Veracruz. Los autores coinciden en que el son jarocho consiste en una dotación
instrumental variable; puede incluir arpa, requintos jarochos o guitarra de son, jaranas de
diferentes tamaños, el requinto bocón, la guitarra jabalina, la quijada de burro, el pandero y
actualmente el marimbol (incluido a principios de la década de 1990). Entre sus
características principales se encuentran: 1) la música profana, acompañada de coplas que
canta un solista y, luego es repetida por un coro u otro solista, ligada al baile. Tiende a
mezclar versos cantados con secciones instrumentales, acompañada de gritos y
exclamaciones, es música de ensamble. David Sheehy (1979); Pérez Montfort (1994);
Azuara Hernández (2003); Kohl, R. (2007).
Otros trabajos enfatizan las partes cantadas del son: la versada o las coplas. La
recopilación de Arturo Barradas Benítez y Patricia Barradas Saldaña en el libro “Del hilo
de mis sentidos” (2003), se ubica al son jarocho en el contexto histórico de la cultura
jarocha; enfatiza que la tradición de la copla cantada constituye un símbolo de identidad
jarocha. Los antiguos juglares, cantando y a veces burlándose, pasaban la noticia actual del
día de pueblo en pueblo, en épocas que no existían otros medios comunicativos. Nos
enteramos que el son jarocho logra su consolidación entre los siglos XVII y XVIII
formando parte de los procesos de la creación de la identidad local, mismos que explotan
con mayor fuerza durante el proceso de la Independencia Nacional. También almacena
influencias occidentales españolas, africanas, del medio oriente e indígenas.
Independientemente de su riqueza poética el son y el fandango juegan un papel importante
46
47
para la integración de los jóvenes a la sociedad. Los autores mencionan también varios
modos de organizar la fiesta (invitación de músicos, el conseguir la tarima del baile, la
preparación de alimentos, etc.) y su papel en la organización comunitaria. En el libro
citado, escasean, sin embargo, trabajos que aborden algún tipo de análisis musical. Unas de
las excepciones notables son los artículos de Marco Barrera Bassols, quien además
relaciona el fandango al entorno natural y a la ganadería.
Randhal Kohl (2007) en su libro “Ecos de la bamba” ofrece, de una manera muy
documental y hemerográfica, un panóptico del auge del son jarocho y su popularidad en los
medios principales del estado de Veracruz en la época del gobernador y posterior
presidente Miguel Alemán, dándonos ciertas características del son a partir de la visión
teórico – musical. El trabajo está enfocado en la comercialización del son, su influencia
sobre el rock estadounidense en los 50s, además de su relación con el poder oficial
gubernamental.
Cabe mencionar también la “Guía histórico – musical” de Rafael Figueroa
Hernández92, crea una imagen del son a partir de la descripción de los instrumentos y sus
modificaciones, la escritura musical y literaria, los movimientos jaraneros, semblanzas
interesantes. En el texto están incrustadas muchas fotografías que permiten visualizar mejor
el material reunido. El autor, fungiendo como el coordinador del sitio
www.comosuena.com, contribuye a la difusión del son; es el autor del primer método de
jarana, requinto y zapateado en los años 1997, 1999 y 2000; además de las convocatorias e
invitaciones a talleres de son.
2. Disponemos de un acervo mucho más pequeño acerca de la música jarocha en
la región que nos interesa. Entre los autores más reconocidos quienes escriben sobre el son
en la región sotaventina se destacan Antonio García de León (2004; 2009), Ricardo Pérez
Montfort (1994), Juan Pascoe (2003), Thomas Stanford (1984), Vicente Mendoza (1986),
Mancisidor Ortíz (2007) entre otros. Antonio García de León, en su “Fandango. El ritual
del mundo jarocho a través de los siglos” (García de León, 2006), analiza los aspectos
históricos, musicales, literarios y sociales que facilitaron esta decantación cultural, en sus
contextos históricos. El autor engloba junto con Ricardo Pérez Montfort (1994) y Antonio
Corona – www.geocities.com/abcorona, el desarrollo histórico del Caribe y las culturas del
92
Figueroa Hernández, R. (2007a)
47
48
Golfo, así mismo explica el surgimiento del fandango como elemento de las revelaciones
musicales del Caribe durante el periodo denominado Siglo de las Luces. Antonio Corona es
el investigador de la música española para vihuela, laúd y guitarra en el renacimiento,
además de que ha impartido cursos, conferencias y presentado ponencias sobre distintos
aspectos de la historia de la vihuela y su música en diversos foros de Inglaterra, España,
México y Estados Unidos. Entre otros espacios cibernéticos vale la pena mencionar el sitio
de internet www.centrosonjarocho.blogspot.com, en donde se exponen las características
principales de la guitarra grande del son. Disponemos incluso del libro sobre el arpa
jarocha escrito por Jorge Ramón Juárez (1969).
La revista “Son del Sur” es el espacio en donde se han publicado grandes cantidades
de textos, versos, reseñas, notas biográficas, artículos y fotografías sobre el son y sus
ejecutantes, bailadoras y músicos o simplemente interesados en el fandango del Sotavento.
La revista ha sido una difusora de gran tamaño. En este medio, sin embargo, no se hace
diferencia entre el fandango y el son, además de que se da por hecho que todas las variantes
o estilos cómo “marisquero” o el más moderno “estilizado” abajeño se ejecuta para los
turistas, razón por la cual los instrumentos utilizados son de laudería fina. Este tipo de
ejecución contribuye considerablemente al estilo postmoderno y al progreso en la música
acorde con las tendencias de los nuevos medios de comunicación y sonorización. Asume
también que la música utilizada por los grupos del ballet folklóricos, se deriva del
fandango.
Nos dicen Ricardo Pérez Montfort y Jessica Gotifried Hesketh (2009) en su artículo
“Fandango y son entre el campo y la ciudad, Veracruz-México, 1930-1990”:
Durante el siglo XX y los primeros años del XX, el son jarocho y su fiesta fueron
sobretodo referencias literarias para el resto de la República. Ya sea en los informes y
crónicas de viajeros nacionales y extranjeros o en los escritos costumbristas de los
bardos mexicanos, las alusiones al fandango difícilmente se alejaban de las líneas
impresas. En ocasiones aparecían en grabados o pinturas, pero por lo general los lectores
y los melómanos sólo tenían la experiencia del narrador como contacto con aquella
fiesta. 93
93
Peréz Monfort, R. y Gottfried Hesketh, J. A. en: Hernández, Y. y González B, L. (2009: 70)
48
49
94
Pérez Montfort, R. (2003 : 1)
49
50
50
51
sociales, se hablará de la formación de los grupos parecidos a las que describió Víctor Turner
en “Drums of affliction” (1968). Mientras que los Ndembu en Zambia practicaban los rituales
de aflicción agrupando personas que sufrían de la misma enfermedad, en las sociedades
contemporáneas, somos testigos de la formación de grupos de apoyo, de los hobbystas,
activistas, coleccionistas, feligreses.95
Para los fines de esta tesis describiré el centro de Jáltipan como una red de intereses en
el sentido de Turner, más que como representantes de una clase social. Los grupos de
intereses no necesitan identificarse con los productores de la cultura. El contexto y la
observación de lo que pasa en la historia del mercado de los productos “populares” resulta
suficiente para discernir los grupos sociales o actores concretos en cuyo interés está la
comercialización de estos productos.
En segundo lugar, no quiero asumir ninguna teoría acerca de los factores que
determinan el uso de son jarocho en la vida de los veracruzanos, antes de emprender un
análisis contextual de las prácticas relacionadas con el son jarocho. Resulta que el
nacionalismo, los intereses económicos y el forjamiento de una cierta estructura social
estén presentes, en una etapa histórica, y ausentes en las otras. Es también posible que la
apropiación simbólica de la cultura ritual por parte de la cultura oficial/hegemónica en cuyo
resultado nace una nueva cultura popular, pueda, en ciertos contextos, autonomizarse,
alienarse o independizarse de aquella cultura madre que le parió.
En tercer lugar, distingo entre la cultura popular del son jarocho como una tradición
inventada en el sentido de E. Hobsbawm, y una tradición heredada por los individuos en el
sentido de L. Satriani o M. Taussig. En el primer caso, la cultura popular del son se estudiará a
través del análisis de las innovaciones y los discursos que les acompañan. En el segundo caso,
la cultura ritual del son pertenece a las comunidades mestizas, cuyo estilo de vida no fue
absorbido totalmente por la cultura dominante. En esta tesis reservaré el término popular para
las tradiciones inventadas por la cultura hegemónica. En cambio, cuando me refiera a la
cultura popular como una tradición heredada, utilizaré el otro término, a saber – la cultura
ritual.
Tres son las preguntas generales que han guiado esta investigación:
95
Elliott, C. (2003: 197)
51
52
Las hipótesis principales de este trabajo se dejan caracterizar como las respuestas
afirmativas a estas preguntas. En primer lugar, afirmo que en mi región de estudio, en el
sur de Veracruz, existe todavía una cultura ritual del son jarocho. En segundo lugar, en la
misma región se ha creado paralelamente una cultura popular del son. En tercer lugar, la
cultura oficial se ha apropiado de la cultura ritual del son jarocho en varios sentidos.
Pero estas hipótesis deben completarse con otras tres preguntas.
Primero: ¿Quiénes son los actores que participaron en el proceso de la apropiación
de la cultura ritual por parte de la oficial/hegemónica en cuyo resultado surgió una tercera
cultura- la popular?
Segundo: ¿Cuales son las manifestaciones sociales y artísticas de estos procesos?
Tercero: ¿Qué función para la vida de los habitantes de Santiago Tuxtla tienen los
procesos mencionados?
Estas preguntas se pueden representar en la tabla siguiente:
52
53
Las hipótesis particulares que se siguen de esta tabla son las siguientes:
1. Existen actores que representan la cultura ritual y la oficial, además de la
apropiación de la primera por parte de la segunda; en caso de la cultura ritual- los
grupos informales de los jaraneros, los creadores del son jarocho en el contexto
religioso/doméstico. La cultura popular del son jarocho está representada por los
jaraneros en relación con las instituciones relacionadas con algunos grupos políticos
y el orden social existente. Los actores formales como las instituciones tienden a
aprovecharse de la cultura del son jarocho legitimando su poder, recurriendo a las
fiestas y música populares y a cierto tipo del discurso legitimador.
2. Tanto la cultura ritual como la oficial y la “apropiación” de una por la otra, se
caracterizan por algunas manifestaciones sociales; en caso de la cultura ritual, las
prácticas sociales informales; en caso de la cultura oficial: actividades
institucionales (por ejemplo apropiación económica, política y artística de los usos
rituales del son jarocho).
3. La cultura ritual y popular del son jarocho poseen algunas funciones básicas, a
saber- las de reproducir, divulgar y forjar una identidad y cultura local. Las
funciones de la cultura popular del son jarocho, son las que se relacionan con el
mercado capitalista/industrial del son jarocho y la reproducción de la estructura
social existente central.
Ahora bien, estas hipótesis asumen el uso de ciertos conceptos ampliamente divulgados en
la literatura antropológica, a saber- actores, prácticas, funciones. Empecemos con los
actores.
Algunos seguidores del matemático y filósofo austriaco de nacionalidad inglesa - Karl
Popper- como Watkins, argumentaban en favor de la explicación individualista, o sea, la
que tomaría en cuenta “predisposiciones, creencias y relaciones individuales” en detrimento
de “totalidades” o las explicaciones holistas.96 El funcionamiento de los colectivos, según
este esquema, debe ser analizado como interacciones entre los actores individuales y sus
intereses localizados en el contexto histórico-social. Este enfoque se encontró con una
96
Watkins (1976: 164); Lukes (1976: 194-195)
53
54
crítica por parte de los antropólogos. Según Lukes, no hay razones teóricas para excluir del
análisis social, entidades colectivas, éstas pues, en ciertas ocasiones, se vuelven tan
“observables”, “fáciles de entender” o “no-ficticios” que los mismos individuos. Entre sus
contra-ejemplos, están: bosque frente a los árboles (observabilidad), procedimientos del
tribunal frente a los móviles del criminal (comprensión) y ejércitos frente a los soldados
respectivamente (no-ficción).97
Para Long: “…los individuos no son las únicas entidades que toman decisiones,
actúan de común acuerdo y supervisan resultados las unidades.”98 Long sigue a Hindess
quien propone incluir dentro de los actores sociales o colectivos: “las empresas capitalistas,
agencias estatales, partidos políticos y organizaciones eclesiales” pero no sociedad, clases
sociales o etnicidades o grupos de género, éstas pues carecen de capacidad de: “formular o
llevar a cabo las decisiones.”99
Finalmente, una inspiración para sacar a relucir la relación entre los individuos y las
instituciones la encontramos en Mary Douglas, quien argumenta que son las instituciones
sociales que representan el orden social y por lo tanto orientan, armonizan, imponen las
categorías, sancionan las desviaciones y controlan la cognición individual.100 Ya que
Douglas combate sobre todo la teoría de la elección individual, su acepción de las
colectividades es algo vaga y abarca comunidades de diferentes tamaños y orígenes. La
descripción adecuada del “pensamiento” social impuesto en los individuos dependerá tanto
del contexto, como de los objetivos del análisis.
…una coalición de actores que, por lo menos en un momento dado, comparten alguna
definición de una situación, o metas similares, intereses, valores, y que acuerdan, tácita o
97
Lukes, (1976: 194)
98
Long (2007: 49)
99
Hindess en Long, 2007
100
Douglas, M. (1996)
54
55
explícitamente, perseguir ciertos cursos de acción social. Tal actor social o entidad (por
ejemplo, las redes de actores o alguna empresa) puede ser atribuido de un modo
significativo al poder de agencia; esto es la capacidad de ordenar y sistematizar la
experiencia, tomar decisiones y actuar en consecuencia.101
Que los lenguajes (2) y (8) consisten sólo de órdenes no debe perturbarte. Si quieres
decir que no son por ello completos, pregúntate si nuestro lenguaje es completo― si lo
era antes de incorporarle el simbolismo químico y la notación infinitesimal, pues éstos
son, por así decirlo, suburbios de nuestro lenguaje. (¿Y con cuantas casas o calles
comienza una ciudad a ser ciudad?) Nuestro lenguaje puede verse como una vieja
ciudad: una maraña de callejas y plazas, de viejas y nuevas casas, y de casas con anexos
101
Long (2007:120)
102
Ibídem (2007:120)
103
Ibídem (2007: 19)
104
Ibídem (2007: 122)
105
Wittgenstein, L. (1988, parágrafo 7)
55
56
de diversos períodos; y esto rodeado de un conjunto de barrios nuevos con calles rectas y
regulares y con casas uniformes.106
106
Ibídem (1988, parágrafo 23)
107
Ibídem (1988, parágrafo 23)
56
57
108
Schatzki, T. (2010: 50)
57
58
El capital económico en el caso del son jarocho está constituido por las ganancias de
las empresas involucradas en el proceso de la apropiación. La apropiación política consiste
en acaparación del capital político por parte de los grupos políticos La apropiación cultural
o artística, en cambio, conduce a las ganancias culturales, o sea diferentes formas de
ejecutar el derecho a representar la cultura del son jarocho. Finalmente, el capital simbólico
establece un nexo entre un símbolo y cualquier otro tipo del capital al cual aquel se puede
traducir.
109
Bourdieu (1988: 112)
110
Jacorzynski, W. (2004)
58
59
del análisis de datos y por fin, en el cuarto se ubican las técnicas de presentación de los
datos. De estos niveles ignoraré el primero. Este método se sitúa en un nivel meta
metodológico y define nuestra capacidad de estudiar en el campo. De esta manera me
concentraré en: 1) análisis de datos; 2) obtención de datos; 3) presentación de datos.
Procedamos según el orden anunciado.
59
60
Asumimos que el son jarocho y la fiesta del fandango pasan por estas etapas. En el caso de
la cultura ritual el son poseía el valor del uso, mientras que en la etapa de la cultura popular
el valor de intercambio, se volvió en una mercancía propiamente dicha, o sea se volvió
“susceptible de comprarse con dinero”. La ventaja de este concepto es que nos permite
hablar de la vida del son jarocho a través de los siglos. El son jarocho definido
musicalmente posee un mimo de identidad que sin embargo se somete a los contextos
sociales, los que lo moldean, los que le dan un significado social.
En el contexto mexicano este producto fue considerado como una cosa diabólica
por el orden social basado en una sociedad agraria, estratificada, feudal, en el sentido
gellneriano. La segunda etapa en este viaje será la transición nacionalista a mediados del
siglo XX cuando el son jarocho subió a los divinos altares de la “tradición milenaria” y al
patrimonio de la nación. En esta etapa mostraré que fue el estado y los políticos quienes se
encargaron de la apropiación política del son jarocho. Por una parte el son empezó a fungir
como parte de la cultura popular propiamente dicha; la tercera etapa llamaré
postnacionalista y me limitaré a algunos comentarios acerca del futuro del son. ¿Qué
reflexión teórica puede servir como fundamento para la historia del son?
Como mencioné en el primer párrafo de este capítulo, siguiendo a Don Quijote,
existe un “camino de la verdad” cuya madre es la “historia”. Ésta última “émula del
tiempo” es, además, “depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo
presente, advertencia de lo por venir.” Para Cervantes, el historiador debe imparcialmente
descubrir el camino de la verdad histórica y mostrar sus conexiones con el presente y el
futuro probable. Hobsbawm y Gellner nos dieron las lecciones que hacen modificar este
punto de vista. En vez de un “camino de la verdad” existen muchos caminos de la verdad,
pues ésta se entiende de manera subjetiva, pragmática y política como modos de pensar
sobre el pasado, irremediablemente vinculados a los intereses de los actores individuales y
colectivos. Dicho en otras palabras, la historia objetiva se multiplica según la reflexión que
sobre el mismo passus cervantino hace Borges (1974 [1941]) refiriéndose a la traducción
111
Kopytoff, I. (1991: 89)
60
61
de don Quijote hecha por un tal ficticio Pierre Menard: “La historia, madre de la verdad; la
idea es asombrosa”112. Menard, contemporáneo de William James, no define la historia
como una indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica, para él, no es
lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió.
112
Borges, 1974: 449
61
62
hará inteligibles. Pero ¿qué conforma el contexto de nuestras prácticas? Puede decirse que
el término “contexto” es polisémico y contextual. El uso del “contexto” depende del
contexto. La última instancia en la cual se decide sobre qué tipo de conexión nos interesa
es de índole pragmática, que depende de los objetivos del estudio en cuestión. En esto
consiste la aparente paradoja: una y la misma práctica, en el sentido que nos interesa aquí,
puede poseer múltiples contextos y no sólo uno. ¿Cómo es esto posible?
Quiero ofrecer algunos ejemplos: si nuestro tema es el impacto de las prácticas
musicales en la vida familiar de los jaraneros, el contexto para estas prácticas estará
formado por las prácticas de la vida familiar: la educación de sus hijos, las relaciones con
sus esposas, la distribución de los gastos familiares, la vida cotidiana, etc. Si en cambio,
como es en nuestro caso, queremos ver la “apropiación” del son jarocho por parte de la
cultura hegemónica, estudiaremos las conexiones entre las prácticas musicales populares y
las prácticas políticas: por ejemplo las elecciones, la publicación de los decretos sobre la
vida artística, discursos oficiales acerca de las “tradiciones milenarias” y “patrimonio de la
nación” etc. Como se dijo en el apartado anterior, la “apropiación se percibe en términos de
la transición de los capitales” de Bourdieu, del uso de algún capital simbólico, con el fin
de obtener otro tipo de capital. El son jarocho y la fiesta del fandango (capital simbólico)
serían vistos como una carta con la que se juega para conseguir otros capitales definidos
dentro de las prácticas políticas: por ejemplo el poder político, la identidad regional, la
identidad nacional, etc. La transferencia de los capitales y su análisis difiere de lugar a
lugar. En caso de México, puede verse como un proceso de legitimación que reproduce un
esquema colonial del centro-periferia sugerido por Ricardo Pérez Montfort como una
triada: periferia-centro, periferia - periferia, periferia- centro y periferia descrita
anteriormente. Un lugar importante para caracterizar el proceso de la apropiación en este
esquema es la revaloración del ser jarocho por parte de los actores regionales, después de
haberlo sometido a la práctica de la legitimación por parte del centro capitalizador.
Los actores informales, por ejemplo los jaraneros, internalizan los cambios
ocurridos en los últimos cincuenta años de manera muy individual. ¿Qué tipo de reflexión
podría acercarnos a su experiencia? En el capítulo IV, presentaremos brevemente las
historias de vida de siete actores informales, sus experiencias y sus maneras de ver el paso
de la cultura popular a la cultura oficial del son. Como clave para entender sus perspectivas
62
63
utilizaremos nuevamente el concepto del contexto. Aunque esto pueda parecer extraño,
encontramos la idea de cómo comprender las opiniones individuales al respecto en la obra
maestra de Leo Tolstoy, “La Guerra y la Paz”:
Lo único que Platón Karataiev sabía de memoria era su plegaria. Cuando empezaba a
hablar, parecía no tener idea de cómo acabaría. Algunas veces Pedro no comprendía el
sentido de lo que había dicho y le pedía que lo repitiera, pero Platón no podía recordar
lo que dijera un mínimo antes, del mismo modo que no podía repetirle la letra de su
canción favorita. Figuraban en ellas las palabras “nativo” y “abedul” y “mi corazón
estás enfermo”, pero cuando las decía sin cantar no acertaba a encontrarles sentido. No
comprendía las palabras fuera de su contexto.
Cada palabra y acción suyas era la manifestación de una actividad desconocida para él,
de su vida. Pero su vida tal como él la consideraba, no tenía sentido como una cosa
aislada. Tenía sentido únicamente porque era una parte del gran todo, de cuya
existencia se daba constantemente cuenta. Sus palabras y sus actos se escapaban de él
tan sencillos, inevitable y espontáneamente como se exhala la fragancia de una flor.
No podía comprender ni la finalidad ni el sentido de las palabras o los actos tomados
separadamente.113
Lo que Karataiev enseñó a Pedro fue que el significado de la palabra debe entenderse en
el contexto de la vida. Aceptamos como una hipótesis que la internalización de los cambios
en el son jarocho y el fandango en los jaraneros y otros actores informales se dejan
comprender únicamente en el contexto de su vida.
Finalmente, necesitamos una teoría del análisis de los datos musicales sonoros. De
hecho las estructuras musicales no son únicas para una comunidad o estilo. Más bien estas
representan sistemas sonoros en general, que se comunican con otros sistemas
trascendiendo barreras religiosas, lingüísticas, regionales o étnicas. Dentro del marco
común de referencia, los diferentes idiomas musicales sirven para distintos contextos y
propósitos del performance. Lo que los distingue uno de otro, son las discrepancias entre
los rasgos o su relación con las distintas funciones particulares de cada uno de ellos. Para
que se atienda esta realidad a veces tan heterogénea, es indispensable definirse la función
de cada idioma en términos de sus componentes y después aislar las peculiaridades
funcionales musicales, (entonaciones características y específicas etc.), y hacerlas que
operen en un espacio definido para pruebas en el marco teórico musical, en donde
113
Tolstoy, L. (2004: 964-965)
63
64
114
Nettl, B. en Reynoso, C. (2007)
115
Tomado del libro de Reynoso, C. (2007: 236)
64
65
Estructura formal:
- Forma estrófica representada en estructura
musical
- Esquema rítmico representado en
seccionamiento de la melodía
Altura:
- Unidades de estrofa y metro poético
representados en fraseo melódico y contorno
c) Clarificar el texto Presentación visual:
semánticamente - Énfasis del contenido mediante gestos
65
66
modernos de la ciudad de Xalapa. Entre mayo y junio de 2010 apliqué varias entrevistas en
la cuenca baja- especialmente en Tlacotalpan, Otatitlán y Santiago Tuxtla. En Otatitlán fui
a la feria organizada con motivo de la celebración de la Fiesta Patronal dedicada al Cristo
Negro. En Santiago Tuxtla, estuve en varias ocasiones entre los meses de febrero de 2010
y febrero de 2011, y participé en varios eventos, por ejemplo la Fiesta Patronal de Santiago
Apóstol, aunado a unos fandangos locales. Durante estas cortas estancias, entreviste a
varios jaraneros, basándome en un cuestionario etnográfico básico, así como en entrevistas
estructuradas y semi-estructuradas. De estas entrevistas escogí siete casos, los cuales
presentaré en el capítulo IV. En julio de 2010 hice grabaciones de audio y video de sones y
fandangos. Entre otras cosas, se parte de una descripción musicológica de los sones
tradicionales a través de una técnica de la transcripción descriptiva de audio. El objetivo de
esta técnica es analizar la estructura musical de la pieza, las características y los detalles de
una composición musical que el ejecutante o el lector no conoce previamente. Hice uso de
notas o neumas, no siempre efectivas ya que los pentagramas y el sistema de notación
convencional presentan el tiempo y el ritmo en coordinadas verticales y la altura de las
notas o frecuencias en coordenadas horizontales. Un ejemplo del son jarocho tradicional
será analizado en el capítulo V.
Entre los meses de mayo- julio, llevé a cabo la ejecución participante en Santiago
Tuxtla, donde rasgueaba sones jarochos en las reuniones casuales e informales de jaraneros
que acudían al evento. Durante todo este periodo apuntaba mis observaciones de estos
eventos en el diario de campo, de cuyos fragmentos me serviré en el capítulo IV. Además
de los datos etnográficos, realicé varios estudios de archivo, entre otros en el Archivo de
Xalapa, el AGN, y en el Instituto de Hemerografía de la UNAM. El objetivo consistió en
recopilar información sobre la historia del son jarocho en México de los siglos XVIII al
XX. Asimismo, en febrero de 2011, entrevisté a Ricardo Perry, el fundador del grupo Los
Cojolites y el Centro de Documentación Jarocho. En el Centro pude tener acceso al archivo
de la revista El Son del Sur, iniciada en el año 1995. Finalmente, pasé por la última etapa
de mi investigación, a saber, la fusión de los elementos del son jarocho tradicional popular
con la música contemporánea profesional, escrita para diferentes agrupaciones
instrumentales y vocales en diferentes arreglos. Me enfoqué, principalmente, en los trabajos
de seis compositores jalapeños. Además de las entrevistas con los compositores, obtuve de
66
67
ellos partituras, inspiradas en el son jarocho tradicional. Seis de estas obras serán analizadas
desde punto de vista musicológico en el capítulo V. Respecto a las entrevistas, estas estaban
estructuradas con preguntas de tres tipos: descriptivas, de contraste y estructurales. Las
descriptivas tenían el objetivo de conocer la historia de la región: preguntas en torno a
cómo los músicos aprendieron a tocar, y también averiguar si se considera que el fandango
y las presentaciones de escenario son iguales o distintas. Las de contraste tenían como fin
comparar los fandangos de antes con los actuales, examinar cuáles son los requerimientos
mínimos para que se pueda ejecutar un fandango. Las estructurales, por último, fueron las
entrevistas finales en donde se formularon preguntas que surgieron de otras previas.
Aunque los capítulos, a saber, el cuarto y el quinto, están dedicados a dos temas que
tradicionalmente han sido separados - el social y el musicológico-, el método de
presentación de datos puede construir un puente entre ellos.
La comprensión del son, desde la perspectiva musicológica en partes, se basará en el
modelo ya mencionado: Regula Qureshi. Aunque C. Reynoso afirma que el modelo de R.
Quereshi es continuación directa de la teoría de performance de Víctor Turner, según la
autora su interpretación no puede verse como “exactamente turneriana.”116 Su contenido
puede resumirse en la tabla siguiente:
116
Fuente: comunicación personal con la autora (2009)
117
Reynoso, C. (2006: 234)
67
68
68
69
producción musical, haciendo posible la hipótesis inicial de cada trabajo; el sonido musical
va a variar con las permutaciones del contexto del performance. 118
El performance visto desde la perspectiva del contexto se analizará como un evento
social con sus audiencias y sus ejecutantes o jaraneros, sus intereses y el ambiente socio-
económico en el cual estos crecieron. Con esta base se puede definir la introducción
contextual (input) a través del análisis musical del proceso performativo. En realidad este
proceso sigue la pauta de los numerosos intentos trazados por muchos antropólogos de
crear y recopilar datos en sistemas comunicativos; utilizando, ordenando y percibiendo las
nociones musicales en grupos de diferentes modelos de conducta, propias de los
participantes en la performance. Sin embargo, se requieren procesamientos analíticos
especiales, desarrollados y aplicados por los etnomusicólogos. De modo que este método
quiere demostrar como la inclusión de las dimensiones contextuales es verdaderamente
indispensable para un entendimiento más completo del sonido musical y cómo los demás
significados que le rodean son, a veces, inherentes a lo musical, afectando su contexto.
118
Observemos que una de las consecuencias de este modelo es que el contexto de performance
decide en la última instancia sobre el carácter de medio de performance, el evento decide sobre el proceso de
la música. Una y la misma persona, por ejemplo un músico de la sinfónica, puede en ciertas circunstancias
particulares, ejecutar una pieza del son jarocho dentro de lo que llamamos la “cultura ritual del son”. Para
aceptar esto sólo debemos imaginar una situación en la cual dicho músico está invitado a participar en un
funeral o bautizo de un conocido- campesino local. Pero si el mismo músico ejecutara la misma pieza en el
contexto de un concierto sinfónico en el teatro del estado de Xalapa, el carácter de la música cambia: ésta ya
no formará parte de la música ritual sino de la popular.
69
70
CAPÍTULO 2
El objetivo general de este capítulo es caracterizar más a fondo el fenómeno musical que
nos interesa, a saber- el son jarocho dentro del panorama regional. Todos sabemos que
aquello que designamos como la cultura popular del son jarocho, nació en el sureste
veracruzano. Al son se le ubica geográficamente en la costa del Golfo de México,
bordeando el estado de Veracruz, con un área de influencia que se extiende hasta el estado
vecino de Tabasco y sube hacia las tierras altas hasta Córdoba y Xalapa119. El área
geográfica comprende la franja territorial que va del municipio de Minatitlán, la parte sur
del estado, hasta el municipio de Boca del Río, en la parte central de la entidad120.
En este trabajo limitaré mi descripción del área del Son a tres lugares que visité
durante el periodo de mi trabajo de campo: Santiago Tuxtla, Otatitlán y Jáltipan. Los tres
119
Stanford, T, (1984: 47)
120
Alejandro Huidobro, J. (1995: 9)
70
71
lugares forman tan sólo ejemplos de las prácticas originales del son y del fandango, aunque
de ninguna manera agotan toda el área sonera. En mi descripción son cuatro los aspectos a
tomar en cuenta: 1) la naturaleza del son; 2) la ubicación geo-histórica del lugar; 3) el
panorama cultural compuesto de diferentes prácticas sociales y; 4) las prácticas musicales.
Estos aspectos contienen datos que pueden aburrir al lector incauto pero son necesarios en
la medida que sirven para entender los diferentes tipos de contextos del son jarocho.
1.1) Instrumentos. Desde hace siglos con la llegada a Nueva España de las
primeras vihuelas y laudes españoles, se empezó la fabricación de jaranas, requintos, arpas
y vihuelas mexicanas- distinguiéndose éstas últimas en los jolgorios populares. En un
principio, su aprobación por parte de la hegemonía oficial y la iglesia fue nula, pero
probablemente a finales del siglo XVIII (Lourdes Tourent, 1993), recibieron el beneplácito
como instrumentos para oficiar. Aunque además del uso eclesiástico, también continuó su
uso mundano. Según algunos testimonios122, la jarana –nuestro primer instrumento a tratar-
constituyó la excepción debido a que era considerada, todavía en aquella época,
121
Stanford T. en Pérez Montfort, R. (2000: 117)
122
Fuente: comunicación personal con Clemente Carbajal de Santiago Tuxtla (2010)
71
72
72
73
veces tocando muchos arpegios y notas graves en el registro bajo como instrumento solista,
sin necesidad de ser apoyada por los demás. El arpa jarocha es diatónica a diferencia del
arpa clásica; reproduce solamente los sonidos naturales en una tonalidad mayor o menor sin
la posibilidad de alterar las notas.
El cuarto “instrumento”, no es un instrumento en el sentido ordinario de la palabra,
es la denominada “tarima”, en donde tiene lugar el zapateado, acompaña a los cordófonos;
su función integradora consiste en fusionar la música, la letra y la atmosfera para el deleite
social. Los bailadores desarrollan un papel importante al ejecutar los pasos necesarios
sobre la tarima para cada son; de esta manera forman parte de la base metro-rítmica. La
tarima tiene diferentes tamaños; asimismo, la velocidad y ritmo del zapateado depende si
la música es solo instrumental o vocal. Cuando el pregonero marca la entrada de los versos,
los bailadores pasan de un ritmo vigoroso a uno más discreto para que resalte la voz. De
esta manera la tarima rompe con la dominación de los cordófonos que predominan en la
ejecución del son.123
1.2) Coplas y partes versadas. Hoy en día se dispone con un gran acervo de versadas
jarochas. Según Reina Hernández Rosario:
Los versos en el Son Jarocho cumplen con la función de comunicar sentimientos,
placeres, inconformidades, naturaleza que les rodea, vida cotidiana, personajes… El
verso en el son comunica, identifica, socializa a los grupos que lo representan, con el
único espíritu de dejar precedentes de una tradición que día a día recupera el espacio
perdido frente a otras formas de expresión cultural.124
Para esta autora, las formas de versos más frecuentemente utilizados son: la cuarteta, la
sexteta, la decima, las quintas, la guacamaya:
Las rimas de la cuarteta pueden ser de la siguiente estructura: ABAB, ABBA ejemplos:
123
Véase anexo 2.1
124
Hernández Rosario, Reina en Ramírez, Felipe, A. (1996: 11)
73
74
Refiriéndose al multifocal son genérico mexicano, Pérez Montfort considera que: “En
cuanto al ritmo pertenece a la gran familia latinoamericana de ¾ y 6/8, variando
ocasionalmente a los 5/8; su estructura combina, por lo general, una introducción con un
canto o el desarrollo de un tema melódico, un estribillo que se repite entre canto o tema y al
125
Ibídem (1996: 12)
126
Figueroa, R. (2007a: 29)
127
Es un patrón rítmico, un motivo melódico, una progresión armónica o una línea de bajo que se repite
128
Estructura rítmica que yuxtapone una pulsación binaria con ternaria.
74
75
129
final un remate.” En esa variedad de influencias sonoras, como nos asegura Delgado
Calderón, se destaca una mezcla peculiar de entonaciones entre melodías de todo tipo130,
sones gitanos y música árabe con un ritmo por lo general ternario: ritmo con una
subdivisión rítmica, del pulso regular entre tres o en múltiplos de tres en oposición a
binario, donde la subdivisión se da en dos o múltiplos de dos “chun ta, chun ta”, como en
los casos de los sones “El Colas” y “La Bamba”. Hay contados sones en compás binario.
Los viejos soneros no tienen el entendimiento de compás, sino que se guían por el rasgueo
de la jarana, los pasos del zapateo, las melodías y el sentido común musical. Los más
jóvenes representantes de la vertiente jarocha utilizan ya los compases mixtos de 3/4 y 6/8,
o en 12/8, pero lo fundamental es la emiola que se encuentra en muchos sones: la
yuxtaposición del pulso con dos múltiplos, versus tres múltiplos.
Asimismo, una mnemotecnia que es base de los sones del montón y se usa como un
instrumento para la enseñanza del son en los talleres. A través del “café con pan” se
enseñan los rasgueos de la jarana ya que el pulso métrico y la acentuación de una buena
parte de los sones responde a: café con pan. El acento natural es primordial para cada son,
varia un poco ya que tiene que ver con el paso de la bailadora siguiendo el son de la jarana
y con el músico quien declara el son. Lo más atractivo aquí sería que las bailadoras
ejecuten los pasos simultáneamente siguiendo el metro del son declarado. Algunas
variantes de café con pan se escriben en compas ¾ y otras en 6/8, debido a las normas
teóricas del estilo homófono-armónico131 y a la notación sobre la pentagrama. El
zapateado actual se baila con “pasos” o modelos rítmicos, independiente de que se llame el
fandango tradicional, campesino o abajeño; éste se ha desarrollado adquiriendo nuevаs
formas y elementos del son estilizado que se mezclan con el ballet moderno. De esta
manera facilita su enseñanza, siendo un son para zapatear132 que intercala un ritmo
emiolado (6/8, ¾).
1.5) Improvisación
129
Stanffort T. en Pérez Montfort, R. (2000: 117)
130
Calderón Delgado, A. (2004: 38)
131
Estilo característico del periodo clásico en la música que se considera el clímax de la forma musical por
excelencia.
132
Gottfried Hesketh, J. A. (2005: 257)
75
76
Los cantantes de sones van creando así un bagaje de versos sabidos, propio o extraños,
que van incorporando en su memoria a lo largo de los años, que se conoce
tradicionalmente como versada, es decir, un archivo memorístico de versos para todos
los sones y para todas las ocasiones que están allí hasta que se necesiten, ya sea para
cantarlos tal cual o para modificarlos según el momento requiera…
Por un lado, el más evidente, es el cantante principal que, como vimos, tradicionalmente
compone ciertos versos de manera espontanea según los elementos que le da el tiempo y
el espacio en que se desarrolla la presentación. … en el conjunto instrumental también es
tradición que la parte melódico – rítmica del requinto o el arpa se improvise en buena
parte, dejando fijos solamente algunas entradas y cortes fundamentales para reconocer el
son que se está ejecutando.133
1.6) Tarima
En la siguiente tabla, Jessica Gottfried Hesketh134 ofrece un esquema en cuyo centro ubica
a la tarima. Tabla 5
133
Figueroa, R. (2007b: 32, 33)
134
Fuente: Tabla 1, Conferencia con motivo de la Fiesta Patronal de Santiago Tuxtla, Museo Tuxteco (24. 07.
2010).
76
77
La región de los Tuxtlas está marcada por tres centros: Santiago, San Andrés y
Catemaco. Dicha región se ubica entre los 18º - 10º y 18º - 45º de latitud norte y los 94º
42º y 95º 27º de longitud oeste, con un área de 90 por 50 kilómetros aproximadamente. La
sierra de los Tuxtlas es una formación montañosa incrustada en la llanura costera del Golfo
de México sobre la costa del estado de Veracruz, abarcando la distancia de Punta Varella
hasta Roca Partida. Su eje mayor mide aproximadamente 78 kilómetros y los ejes menores-
77
78
40 kilómetros.135 Dicha sierra está conformada por un gran número de conos volcánicos lo
que favorece un relieve muy empinado y escarpado en la vertiente oeste.
135
Fuente:
http://portal.veracruz.gob.mx/pls/portal/docs/page/GobVerSFP/sfpPortlet/sfpPPortletsDifusion/Cuadernillos
Municipales/2011_2013/santiagotuxtla.pdf
136
Fuente: Mapa del Tomo I de Silva – López, G. y Vargas Montero, G. (coordinadores,1998 : 18)
137
Me refiero con región sotaventina o, Sotavento, al área compuesta por las regiones de Cosamaloapan, los
Tuxtlas y Acayucan. Sin embargo, siguiendo a Delgado (2000), habrá que tener en cuenta que esta región no
siempre ha existido sino que a través del tiempo diversos cambios y continuidades la han transformado; de
manera que lo que hoy en día conocemos como Sotavento no remite al Sotavento de los años 40’, o al
Sotavento de la Colonia.
78
79
paradero de antaño de varios grupos étnicos, poco sabemos de la historia prehispánica más
lejana de Los Tuxtlas.
Entre los pocos testimonios con que se dispone hoy en día, está el códice mendocino. En
su “Breve Historia de Santiago Tuxtla” (2010), los autores Campos Ortíz, L. y Santiago,
R., hacen un interesante análisis de las poblaciones pertenecientes a la provincia de
Tochtepec entre los cuales se encuentra el pueblo actual de Santiago Tuxtla: “conforme
138
aparecen sus glifos correspondientes en la lámina 46 del Códice Mendoza.” Aunque se
sabe que lo que hoy es Santiago Tuxtla fue antaño el centro de la cultura Olmeca con
Hueyapan, el asentamiento más importante en la región de Tres Zapotes, carecemos de
datos acerca de cómo se fundó la Provincia de Tuxtla. Probablemente fue el emperador
Moctezuma quien al conquistarla la anexó al Imperio Azteca alrededor del año 1448. La
Provincia de Tuxtla, sin embargo, había sido una de las más retiradas en el Imperio.139
El viejo poblado llamado Tustla no era tierra incógnita para los conquistadores.
Bernal Díaz del Castillo140 hace mención de ella en su “Historia verdadera de la Nueva
España” cuando narra sobre la embarcación de Juan de Grijalva en 1518 (uno de los
primeros navegantes hacia América), cuyos marineros españoles ven la serranía llamada
por los nativos Tustla. Posteriormente, fue Hernán Cortés, quien, a través de Cedula Real,
adquirió Tluistlatepeca, que comprende Tuxtla y Tepeaca junto con 22 villas y veintitrés
mil Vasallos, con lo cual se constituyó el Marquesado del Valle de Oaxaca el 6 de julio de
1529. Aún antes de esta fecha, Cortés empezó allí a cosechar caña de azúcar y construyó el
primer Trapiche de Tuxtla. Toda esta zona junto con otros lugares formaron parte del
Marquesado que fue denominado posteriormente Alcaldía Mayor de Tuxtla y Cotaxtla, y
junto con La Rinconada e Izcalpán, ocupó el territorio que hoy en día pertenece al Estado
de Veracruz. Pero tras la conquista militar vino un proceso lento y complicado de
sincretismo cultural.
El símbolo del sincretismo quedó plasmado en el nombre toponímico: Santiago
Tuxtla. El nombre “Santiago” se aunó al nombre prehispánico náhuatl, tuztlan- actualmente
es Tuxtla. Campos Ortíz, L. y Santiago, R. (2010) asocian el nombre del Santo Patrono
Santiago con el nombre indígena, definiendo esta herencia histórica como “…la bisagra que
138
Campos Ortíz, H. y Santiago, R. (2010 : 43)
139
Ibídem (2010 : 43)
140
Ibídem (2010 : 67)
79
80
une a dos culturas indisolublemente a pesar de la violencia brutal ejercida por los
conquistadores para explotar con crueldad a los indios e imponer a sangre y fuego su visión
católica del mundo.”141
Según algunas creencias, Santiago se deriva del hebreo y quiere decir “Sancti
Yago”142. En los tiempos de Jesucristo, dos de sus discípulos tenían este nombre que fue
empleado también en los tiempos de cruzadas, por ejemplo en el nombre compuesto
“Orden de los Caballeros de Santiago”. No es de sorprender entonces que tantas
poblaciones en Europa y el Nuevo Mundo se llamen hoy- Santiago.
141
Ibídem (2010 : 55)
142
Santiago es forma más popular en honor a uno de los apóstoles de Jesús. Se le conoce como Santiago el
Mayor. En latín se llama Sanctus Iacobus, que se modificó a Sant Yaco y Sant Yague hasta Sant Yago, otra
variante del nombre.
143
Campos Ortíz, H. L. y Santiago, R. (2010 : 57)
144
Ibídem (2010 : 57)
145
Ibídem (2010 : 16)
80
81
146
Kelly, I. (1956 : 6)
147
Ibídem (1956 : 6)
148
Monografía “Santiago de los Tuxtlas” (2003 : 8)
81
82
Este suceso dio origen a las obras de modernización de la nueva ciudad. Registró
varios acontecimientos y actividades de importancia, a saber: la edificación de la parroquia,
la introducción del agua potable, la construcción del Palacio Municipal, el desarrollo de la
medicina tradicional, los Museos Tuxteco y de Tres Zapotes, la ganadería, el turismo, y el
impulso a la actividad cultural de Santiago. Recorramos brevemente el contexto de algunos
de ellos.
La población a principios del siglo XIX practicaba su culto católico en una capilla
chica en frente de lo que había sido inicialmente el primer Palacio Municipal. Hasta 1890,
don Francisco Castellanos apeló ante el Congreso de la Unión, la construcción del templo
católico. La contestación favorable se obtuvo el 22 de abril de 1891. Su madre empezó la
colecta haciendo una primera donación de $5000 pesos. La construcción inició con LA
TORRE DEL RELOJ. En el 1902 se instaló el reloj por el presidente municipal de ese
entonces, don Félix Rosario Sosa. “No podrá concebirse el paisaje urbano de Santiago
Tuxtla, sin tener el marco del edificio Parroquial. Es un elemento imprescindible identificar
los anhelos de la ciudad colonial de los Tuxtlas de mantenerse colonial. El templo
parroquial posee pues la austera belleza de la arquitectura que remite al siglo XVI. 149
La primera gestión para que se introdujera agua potable fue hecha en 1948 con la
gestión del Presidente Municipal L. Muñoz González. El Gobernador interino de Veracruz,
Ángel Carvajal, gracias al presidente de la República, don Miguel Alemán Valdés, así
como con la participación de los secretarios de Recursos Hidráulicos y Economía, Adolfo
Uribe Alba y Antonio Martínez Báez, iniciaron las obras de Agua Potable. Durante el
gobierno de Miguel Alemán Valdés se acondicionó en 1949 una de las casas más bonitas
para que alojara al Palacio Municipal. Esta casa fue convertida más tarde en el museo
Tuxteco. Para atender necesidades de la creciente población santiaguina, se empezó a
construir el actual palacio municipal bajó el encargo de don Ignacio Díaz Bustamante.
149
Ibídem (2003 : 11)
82
83
En Santiago encontraron cabida las prácticas que le dan un toque único como centro
cultural de la región, a saber la ganadería, la medicina tradicional, el turismo. El relieve de
Santiago Tuxtla, propició más la ganadería que la agricultura. El creciente número de
miembros de la Asociación Ganadera Local es indicio de que en el valle de Santiaguito esta
actividad es de suma importancia para el son jarocho. Con la creación del centro de salud
de los animales150 se experimentaron los últimos adelantos tecnológicos en la actividad
relacionada con la patología animal. En el año 1971 fue inaugurada la primera etapa de la
construcción de laboratorio, con la presencia de altos funcionarios a nivel estatal y federal.
El fin ha sido muy claro: brindar servicios de gran eficiencia a los ganaderos de la región.
Los logros no han tardado en esperar. La campaña contra la brucelosis y tuberculosis ha
dado grandes resultados tanto en la prevención de las mencionadas enfermedades, como en
su curación.
Santiago tiene la fama de ser la cuna de la medicina tradicional. Los practicantes de
la medicina tradicional viven por regla común en La Pelona, el barrio adornado por un
manantial del mismo nombre; junto a él está el jacal de Chagala, a la sombra de
monumentales amates, cuyas raíces forman las “más caprichosas y surrealistas figuras.” 151
Uno de los grandes curanderos es Cuate Chagala. Según él, el conocimiento médico exige
ayunos, abstinencias y discreción siendo ésta última especialmente apreciada por los
clientes. Uno de los temas tratados en el libro de Clemente Campos Carvajal (2003) son las
enfermedades de los animales como matasagua, la recargazón de la cruz, el gabarro, o el
muermo, etc. Estas enfermedades siempre han sido objeto de mucho cuidado ya que se
relacionan con los perros y caballos que forman parte de las actividades agropecuarias y
tienen importancia vitalicia. El papel de los curanderos es sanar todo tipo de enfermedades,
tanto sobrenaturales, como naturales. Unas de las plantas básicas usadas son la rama de
albahaca, rama de cucharo, saúco o rosas rojas.152 Los curanderos practican oraciones en el
idioma náhuatl, remitidas a Dios o a su homólogo “Totatino”, para el remedio contra el
mal que ha provocado una enfermedad en alguna persona. No todos los curanderos usan las
mismas oraciones ya que los rezos obedecen las exigencias particulares del contexto
terapéutico. Aquí viene un ejemplo:
150
En Monografía “Santiago de los Tuxtlas” (2003 : 63)
151
Ibídem (2003 : 34)
152
Campos Carvajal, C. (2003 : 9)
83
84
de rayos y torbellinos,
y de los malos vecinos,
si intentan hacerle mal,
tu lo has de favorecer…
153
Ibídem (2003 : 11)
154
Ibídem (2003 : 12)
84
85
Por otro lado, Santiago Tuxtla atrae también al turismo, cuenta con numerosos
paisajes placenteros que justifican los halagos encontrados en las descripciones de los
primeros habitantes de este pueblo, quienes encontraron este sitio abundante de tierras
fértiles y aguas cristalinas. Entre los edificios que llaman la atención por su antigüedad y
belleza se pueden numerar: El Templo de San Diego, La Casa de los Alcaldes Mayores de
la Villa, El Puente Real y Puente Victoria, Parque Juárez, La Escuela Real, La Parroquia, El
155
La palabra chaneques, viene del idioma náhuatl. Los seres chaneques son dioses y habitantes de lugares
peligrosos. Se ubican en los bosques y selvas y cuidan la flora y la fauna. Según la creencia tienen fuerza de
espantar a la gente y hacerles perder el espíritu de sus cumpleaños (o el día de nacimiento de uno). Fuente:
comunicación personal con Clemente Campos Carvajal (2010)
156
Fuente: figura NN y NN, libro de Campo Carvajal, C. (2003 : p.12, p.14)
85
86
Palacio Municipal, el Hospital Civil “Teodoro A. Diez”, Las Plazas Cervantina y Olmeca y
El Mercado Morelos.157 “Viejas casonas clásicas del trópico colonial, techos de teja roja y
acogedores corredores invitan y demuestran la cordial hospitalidad de sus habitantes…
Taconear en la tarima tu rebeldía, tu altiva protesta de celo, porque el Papaloapan es
mariposa que se lleva a tu nombre.”158
Estos paisajes y la historia precortesiana propiciaron la construcción de dos museos
importantes: el Tuxteco y el de Tres Zapotes. El Museo Tuxteco que se ubica en el centro
de Santiago Tuxtla, se nombró así por la referencia toponímica del códice Mendocino, ya
que se ubica en la zona de más importancia del área de la cultura Olmeca. El material
expuesto en el museo data del período preclásico medio y clásico temprano. Entre las
piezas más representativas con las que cuenta, se encuentran: la cabeza de Nextepe, el
monumento F (El negro) y muchos más. La primera etapa del museo se inauguró en 1961
por la visita del entonces presidente de la republica Lic. Adolfo López Mateos. Finalmente
en el 1975, se llevó a cabo finalmente la remodelación completa del edificio, ejecutada por
el INAH y la Comisión del Papaloapan.
En la comunidad de Tres Zapotes se encuentra uno de los sitios más antiguos de la
cultura olmeca. Hoy en día en este lugar se pueden ver pozos petroleros, resguardados por
Pemex como reserva futura. Obviamente por falta de suficientes recursos, el INAH que
mantiene diez museos en el Estado de Veracruz, no ha podido asignar suficiente
presupuesto para el Museo de Tres Zapotes. Aún así el museo presenta una gran atracción
para los estudiosos y el público en general jactándose de sus cabezas colosales.
La población de Santiago ha crecido considerablemente desde los 70s. Mientras que
en el año 1970 Santiago contaba con 30328 habitantes, en 1980 tenía 43380, en 1990 esta
cifra creció hasta 51476 para alcanzar en 1995 – 54522, y bajar en 2000 hasta 48256.
157
Rivas Castellanos, Eneas (1993 : 31, 32)
158
Monografía “Santiago de los Tuxtlas” (2003 : 67, 68)
159
Véase el anexo 2/2
86
87
El día 3 de mayo de 2010, por la tarde, fuimos con mi principal informante don Clemente
Campos Carvajal a la comunidad de Buenos Aires - Teshialpan, del municipio de San
Andrés Tuxtla, fundada en el año 1926. A las cinco de la tarde iba a empezar un fandango
con motivo de la fiesta de una quinceañera de la comunidad, pero desgraciadamente no se
hizo el fandango, debido a varias causas. De todas formas nuestra experiencia fue
interesante ya que conocimos al jaranero, violinista y laudero, don Ignacio Bustamante
Chigo, del grupo de la comunidad de Buenos Aires, y además pudimos asistir a la misa en
87
88
una parroquia de San Andrés, que se ofició con el motivo del festejo. Veníamos de allí
hacia la comunidad, adentrándonos por el pintoresco camino -sin sentir el paso del tiempo-
llegamos como a la una con treinta minutos a la comunidad. Lo primero que escuchamos al
entrar a la terracería fue música techno. Justo en la entrada de la comunidad, se encuentra
una tiendita tan humilde y austera que me recordó las descripciones de los lugares de
despensa del periodo de posguerra europea en los años 20’ del siglo pasado. En la casa de
la señora nos enfrentaron las sonrisas de las jóvenes amigas de la quinceañera, que se
habían arreglado muy guapas, y evidentemente portaban ropa nueva y de colores muy
llamativos. Éstas se preparaban para ir a una de las parroquias más pequeñas de San
Andrés, en donde se iba a oficiar la ceremonia religiosa de la quinceañera. La ama de la
casa había preparado tres enormes ollas con el guiso tatabiguiyayo, que debe su nombre al
color rojo ladrillo al que se le agrega axiote. Éste es un platillo oficial cuando hay un
“acarreo de una virgen” u otro festejo. La señora, no obstante, nos presentó su guisado
como barbacoa.
88
89
.
La ama posando y explicando como se cocina el el tatabiguiyayo
En poco tiempo, alrededor de las dos y media, trajeron una tarima y la colocaron en
el patio de la casa. En una atmosfera llena de júbilo, salimos de regreso a San Andrés,
seguidos de una pick-up con aproximadamente veinte jóvenes abordo de ella- invitados en
la misa de la quinceañera. La ceremonia empezó a las tres de la tarde y duró alrededor de
cuarenta minutos. Durante la misa no se escuchaba nada de música.
89
90
90
91
ejecutantes. Además se sentía un poco débil debido a una operación reciente. Después de
una larga plática, nos despedimos de don Nacho. Y así, el fandango jamás se realizó.
91
92
Las jóvenes más guapas del concurso ocuparon la primera línea del foro
92
93
Más tarde se llevó a cabo el primer día festivo con el tradicional fandango que fue ofrecido
por el grupo “Los Campiranos” en la Plaza Cervantina.
Zapateado de mujeres
Palacio Municipal y las Carreras de los mejores caballos de la región, y después de una
fuerte lluvia, se efectuó con una demora de tres horas el encuentro de jaraneros que fue
programado a las diecisiete horas del mismo día. Debido a la lluvia, el evento se llevó a
cabo en la ganadera local de Santiago Tuxtla; estuvieron los grupos “Los Vichis” de
Santiago Tuxtla, grupo “Son del Vigía”, grupo del “Salto Eyipantla”, un grupo de
Tlacotalpan, otro de Cosoleacaque de nombre “Los Baxin”. Todos tocaron hasta las cuatro
de la madrugada.
Participaron también “Son del Hato”, “Recovero”, actuó la danzonera “Fermata” y todo
concluyó con el “Gran baile” y el grupo de música popular “Internacional Banda R7 de
Juárez” en el Foro Artístico. Las actividades de ese día concluyeron con el baile popular y
la música de los “Intrépidos de Sahara”.
El día 24 de julio hubo torneo relámpago de Futbol Soccer Libre y de Volibol a las
diez de la mañana. Una hora más tarde fue el recital del guitarrista clásico Pedro Mendoza
en la Iglesia de San Pedro, y la continuación de conferencias de investigadores sobre la
región con el motivo del 35 Aniversario del Museo Regional Tuxteco. Al mediodía
empezaron las carreras de burros en la calle Flores Magón.
Por la tarde, el programa también fue saturado de actividades como la jocosa
mojiganga, líceres, toros petates y la caballada, estampa típica del centauro Tuxteco. A
partir de las cinco de la tarde, empezó la actuación de varias agrupaciones musicales en el
Foro Artístico como el Ensamble de Percusiones, Ballet Folklórico del Gobierno del
Estado, la Gran Banda Duranguense, los grupos “Son de Vigía” y el “Son Tuxtleco”.
El último día de mi estancia fue el domingo 25 de Julio. Casi al mediodía empezó
el Concurso Estatal de Fandango, con la presentación de seis exponentes del baile de
tarima. En el jurado se encontraban personajes destacados como el director del Ballet
Folklórico de la Casa de la cultura de San Andrés Tuxtla, el maestro Rodolfo Quiroz
Alcocer, el maestro Eloy Hernández Carmona- director del Ballet Folklórico de San Andrés
Tuxtla, Manuel Domínguez (maestro de danza), Patricia Morales, Teresa de Jesús -ex
bailarina, Israel Alvarado (ganador del Concurso Estatal de Fandango del año 2009), entre
otros. El primer lugar lo obtuvo la pareja de Santiago, el segundo la pareja de Alvarado y el
tercer la pareja participante de Boca del Río - Cd. de Veracruz. En la primera ronda
abrieron los representantes de Cosamaloapan: Sandra Lucero Nacer Landero y Sebastián
94
95
del Monte Escobar. Yuridia Alejandra Aguirre Cocarando y Christian Iván Martínez
Moctezuma representaron a Boca del Río. Teresa de Jesús López Reyes y Orlando Zarcado
Ábado fueron los participantes de la Cd. de Alvarado. Santiago fue representado por
Araceli Isabel Díaz Romero y Juan Carlos Gamboa. José Ramos Almeida y Perla Paira
Martínez fueron la segunda pareja de Alvarado. Así terminó la primera etapa para los
bailadores, donde cada pareja pedía su son deseado al grupo acompañante. En la segunda
ronda, las cosas fueron más complejas para las parejas ya que tenían que sacar “a la suerte”,
pasar a la mesa del jurado y elegir el son al azar a interpretar.
95
96
La pareja bajando del podio en espera del resultado para la próxima ronda
Después del concurso, a la una de la tarde, se siguió con la misa en honor al Santo Patrono
“Santiago Apóstol”, en la Iglesia del sagrado Corazón de Jesús. Posteriormente, se llevó a
cabo, a las tres de la tarde, la procesión del Santo Patrono “Santiago Apóstol”. Esta fue
acompañada por las peregrinaciones de los nueve barrios de la ciudad y la cabalgata fue
encabezada por la Corte Real a lo largo de las calles. Luego, a las siete de la tarde,
actuaron los grupos tradicionales como “Son de Baxin”, “Son los Campechanos”, “Son los
Magueritos”, el Ballet Folklórico “Itzel de Yanda”, el Gran Baile con el grupo Cubano
“XL” en el Foro Artístico. Siguió el fandango con el grupo “los Baxin” en la Plaza
Cervantina. La noche terminó con música disco frente al Palacio Municipal y con un baile
popular con el grupo local “Cometa” en el escenario del parque Olmeca.
96
97
*El orden del programa festivo sufrió cambios, debido a las condiciones del tiempo y la
relatividad de la duración de los diferentes eventos.
97
98
La villa de Otatitlán es cabecera del municipio del mismo nombre, está localizada
en la región baja de la Cuenca de Papaloapan, en la margen derecha del “río de las
mariposas”. Las coordenadas son 18 10’ 42” de longitud este. Al norte colinda con los
municipios de Cosamaloapan y Tlacojalpan; al sur y oeste con el estado de Oaxaca. La
superficie municipal es de 53.46 km2, con una altura de 30 metros sobre el mar. El
promedio de la temperatura es de 25 grados. Los ríos pertenecientes al municipio son el
Papaloapan y el Obispo. La precipitación pluvial es de 1762.5 mm. La población se
concentra en la cabecera municipal, aunque alrededor del 15-20 % vive en 28 rancherías y
congregaciones como Calatepec, Ureta, Zacatixpan y el Zapote.
160
Fuente: INEGI, http://gaia.inegi.org.mx/mdm5/viewer.html
98
99
En el siglo XII d. C. la zona del sur del río Papaloapan estaba ya dividida entre los
popolucas en el sur y los nahuas en el norte. En cambio mixtecos y mazatecos tuvieron
una menor densidad en la Hoya de Papaloapan. En consecuencia podemos partir de la
hipótesis de que Otatitlán fue un pueblo predominantemente nahuatl alrededor de los
siglos 900 al 1200 d. C. momento en que se dio el dominio tolteca. 162
161
Vergara Ruiz, G. en Velasco Toro, José (1997: 49, 50)
162
Ibídem (1997: 62)
163
Ibídem (1997: 66)
99
100
formación de villas de indios y, en 1532, expidió la orden para que se le dejaran tierras y
pastos para el sustento…”164
A mediados del siglo XX, el retiro de los capitales de los bananeros y la reforma
agraria provocaron el desempleo y el colapso de la industria bananera conocido como “oro
verde”. A partir del año 1936, bajo el periodo de Lázaro Cárdenas, la gente de Otatitlán se
benefició con los nuevos ejidos que recibieron, aunque las constantes inundaciones
obstaculizaron la usanza de los campos entre 1936 a 1949. El problema se resolvió con la
construcción de la presa Miguel Alemán. Durante el gobierno de este mandatario se
impulsó la infraestructura terrestre, a nivel general, en toda la republica; también los
servicios básicos como agua potable, drenaje y luz fueron tareas prioritarias para muchos
lugares. En los años 50’ se empezó a sembrar caña y plátano macho en Otatitlán.165
Entre las prácticas contemporáneas más importantes en Otatitlán se encuentran los rituales
religiosos relacionados con la veneración al Cristo Negro. El santuario del Cristo Negro,
espacio mágico-religioso por excelencia, y las prácticas en torno a él han sido objeto de
intensas investigaciones antropológicas. La región devocional- que refiere a la identidad
que gira en torno a la devoción- congrega a una pluralidad de pueblos indígenas y mestizos;
entre los primeros están chinantecos, mazatecos, cuicatecos, mixtecos, entre otros. La
teofanía del Cristo Negro se ha convertido en la principal atracción de Otatitlán por sus
cualidades curativas, milagrosas y espirituales:
…el Cristo Negro curador de almas y cuerpos, dador de bienes espirituales…, hacedor
de milagros, patrón de buenas causas; un Cristo en fin que no defrauda a sus creyentes,
trátese de un enfermo incurable, de un pecador aniquilado por su mala conciencia, de una
mujer abandonada que ruega por la vuelta del marido, de un estudiante universitario en
vísperas de exámenes, en fin, de todo aquel que busque en él la solución de problemas
difíciles, independientemente de la condición social y económica del afectado.166
Una de las características indispensables en torno al culto del Cristo Negro en Otatitlán son
las peregrinaciones. Varios grupos de población, sobre todo de las regiones de los
164
Velasco Toro, J. en Silva – López, G. ; Vargas Montero, G. y Velasco Toro, J. (1998 : 28)
165
Ibídem (1997: 103)
166
González Martínez, Joaquín, en: Velasco Toro, J. (1997: 407)
100
101
municipios de los Tuxtlas y Cosoleacaque, cada año terminando el mes de abril y los
primeros días de mayo (días de la Santa Cruz), realizan peregrinaciones rumbo al
Santuario. Según González Martínez (1997) estas peregrinaciones tienen dos aspectos
importantes, a saber, uno relativo a su desarrollo por fases y el otro, su conformación y
organización. En relación con su desarrollo la peregrinación podría dividirse en cuatro
fases: 1) Lo que podríamos denominar la víspera, una especie de velación la noche anterior
a la partida, 2) El recorrido de ida propiamente dicho, 3) La llegada y estancia en el
Santuario y 4) Despedimiento, regreso y recibimiento en el punto de partida.
En cuanto a la conformación, la peregrinación involucra los siguientes elementos: “1)
La relación de los peregrinos respecto al territorio por el que atraviesan- incluye los
peligros y riesgos del camino, 2) el elemento sagrado que motiva la peregrinación… 3)
relaciones de carácter organizativo que los dirigentes de los diversos grupos de peregrinos
realizan a lo largo del camino… 4) Los lazos del parentesco ritual ”167 La fiesta religiosa
que contiene a la vez, lo sacro, lo profano, lo mundano y lo lúdico es acompañada por
cantos religiosos católicos, bailes, sones, shows, tables en las cantinas y grupos de música
norteños. Lo sacro se entremezcla de manera peculiar con lo profano. La división sexual
está bien expresada. Se denota el machismo en la conducta de los hombres hacia las
mujeres en las peregrinaciones. Según J. González el elemento devoto no es un motivo
suficiente para equilibrar el desbalance en las relaciones entre los dos sexos:
167
Ibídem (1997: 408)
168
Ibídem (1997: 560)
101
102
169
Véase el anexo 2/2
102
103
170
Ibídem (1997: 544)
171
Ibídem (1997: 544)
172
Ibídem (1997: 19)
103
104
173
En conversación directa con el grupo, los integrantes me dijeron ser de San Andrés, pero posteriormente
mi informante Clemente Campos Carvajal quien es nativo de los Tuxtlas no confirmó ese dato, insistiendo
más bien que “Hermanos Comi” pertenecen a alguna comunidad de alrededor.
104
105
La misma noche del día 1 de mayo de 2010 afortunadamente se llevó a cabo un encuentro
jarocho en la casa del joven y reconocido jaranero Julio Mizzumi Guerrero Kojima, director
del grupo “Son y Fandango YACATECUHTLI” de Otatitlán. La casa ubicada en la calle
Pedro Moreno, entre la calles Aguirre Beltrán y López Mateos estaba adornada con
múltiples fotos de eventos y presentaciones del grupo mencionado, que sucedieron en los
últimos diez años en la región de Otatitlán, Cosoleacaque, Jáltipan, entre otros lugares.174
En el gran patio de la casa del anfitrión, a las 19 horas empezaron las preparaciones para la
gran fiesta de esa misma noche. La barbacoa ya estaba lista, las botanas en las mesas, los
refrescos bien fríos dentro de las ollas con hielo, etcétera. Había una tarima grande en la
cual se instaló el equipo de sonorización de la compañía local. En el otro lado del patio se
había colocado también otro equipo de amplificación que iba a entrar en marcha después de
la ceremonia y la presentación de los grupos jarochos. Se iba a escuchar muy tarde en la
madrugada música popular y de baile. El evento fue auspiciado por el Municipio de la
ciudad. El encuentro jaranero se inauguró a través de un representante del gobierno quién
expresó un breve discurso de apertura. Lo sorprendente fue el número de participantes que
llegaron desde varios puntos como los Tuxtlas, Tlacotalpan, Cosoleacaque, Alvarado y
otros sitios de la zona sotaventina. Muchos jóvenes jaraneros demostraron sus habilidades,
entre ellos los discípulos del taller jarocho de la casa del anfitrión y otros del Centro de
Documentación Jarocho de R. Perry en Jáltipan. Participaron también grupos reconocidos
como “Híkuri” de la capital del estado junto con su director Daniel López Romero.
174
Fuente: Comunicación personal con Julio Mizzumi (2010)
105
106
Con mucho ánimo esperaba la parte final de la presentación musical de los grupos para
poder incluirme y tocar mi jarana primera junto con la muchedumbre de jaraneros
verdaderos y aficionados.
106
107
El municipio de Jáltipan se ubica entre las coordenadas 17º57’40’’ de latitud norte y los
4º25’11’’ de longitud este de la ciudad de México. Está situado en la zona sureste del
Estado, en las llanuras del Sotavento. Tiene un promedio de altitud de 46 metros sobre el
nivel del mar. Colinda con los municipios de Chinameca, Oteapan, Zaragoza, Minatitlán,
Hidalgotitlán, Texistepec y Soconusco. Dispone con una superficie de 331.48 km2, o el
equivalente de 0.46% del total del estado. Por el municipio pasan hacia el este, el
caudaloso río Coatzacoalcos y su afluente el Monzapan. El promedio de la temperatura
anual es alta, de 25.5ºC con muchas lluvias en verano, que se extienden hasta principios de
otoño, y menor intensidad en invierno. La precipitación media anual es de 1,752.5 mm.
107
108
El nombre “Jáltipan” proviene del náhuatl y significa “Lugar sobre arena”. Ha sido
importante región popoluca y con decreto de 21 de mayo de 1881, el pueblo ha sido
nombrado Villa con el nombre Jáltipan de Morelos. El 27 de noviembre de 1953, la Villa
obtuvo el grado político de ciudad.176
La historia prehispánica señala que el territorio de Jáltipan estuvo ocupado por la
civilización olmeca a. C. debido a numerosos testimonios de esta cultura localizados en el
sur de Veracruz y Tabasco. La civilización antigua de los olmecas perduró hasta principios
de nuestra era. Posteriormente, los siguientes habitantes de Jáltipan fueron indígenas
nahuas que hace mil años llegaron del norte y centro del país para poblar las tierras del sur
de Veracruz. Jáltipan, primeramente se ubicó en la isla de Tacamichapan. Las incursiones
de los piratas durante la Colonia en el siglo XVII hicieron imposible que los primeros
jaltipanecos siguieran viviendo allí. El poblado tuvo que reubicarse al lugar ocupado
actualmente.177 Por otra parte, los tributos que los colonizadores obligaron a pagar a la
corona junto con las enfermedades diezmaron a su población. Se calcula que al momento
de la conquista el sur de Veracruz tenía 76 poblados con 50 000 habitantes y hacia 1580 la
población se redujo a tan solo 3000 habitantes.
En la historia más reciente del municipio, es emblemática la fecha del 26 de agosto
del año 1959 cuando el pueblo sufrió los estragos de un terremoto que tomó muchas
víctimas, destruyó los sistemas de agua potable, luz eléctrica, los servicios y el comercio, y
provocó la emigración de los habitantes de Jáltipan a otros pueblos de la región. La
reconstrucción fue iniciada y dirigida por el Lic. Fernando López Arias, quien era
Procurador General de la República en ese entonces, y luego fungió como gobernador del
Estado de Veracruz. El funcionario tenía su familia y domicilio en la ciudad de Jáltipan. La
nueva planeación de la ciudad preveía que los patios caseros se hicieran más chicos para
que se abriera espacio a calles amplias. Los pobladores recibieron créditos para construir de
nuevo sus casas (mismas que cambiaron de techo de adobe y palma a concreto), muchos de
ellos fueron financiados por la azufrera que empezó sus labores en 1954:
176
Revista mensual gratuita “Ver”, (año 7, número 82, mayo 2011: 28)
177
Fuente: archivo personal de R. Perry (2011)
108
109
La Hidrografía se caracteriza por un regado con sentido al este. Las aguas del río
Coatzacoalcos está cerca y a menor distancia se ubica el río Monzapan, que es afluente del
Coatzacoalcos y abastece con mucha pesca a los jaltipenses. En cuanto al clima este es
178
Ibídem (2011)
179
Ibídem (2011)
109
110
Los ecosistemas del municipio son bosques altos o medianos, tropical perennifolio con
varias especies de caoba, chicozapote y pucté (árbol de chicle), donde se encuentra una
fauna variada y compuesta por poblaciones de venados, conejos, ardillas, armadillos,
jabalíes, aves canoras y de rapiña, y reptiles. Hay muchos recursos minerales entre ellos el
azufre, metales y sílice. Cuenta con un suelo de tipo luvisol que se caracteriza por
acumulación de arcilla en el subsuelo y es susceptible a la erosión. Además, los datos
demuestran que el 30% del territorio se utiliza para la agricultura y un 30% para la
ganadería.
Se estima, asimismo, que en 1996 tenía una población de 41,678. De acuerdo con los
resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, el municipio tiene
un total de 37,200 habitantes. La mayoría de la población es católica. Y la educación básica
es impartida por 30 centros de educación preescolares y 48 de primarias.
industria extractiva. Los ocupados en ganadería y agricultura bajaron en el año 2000 hasta
2,626, mientras que la industria extractiva prácticamente desapareció, sólo con 158
trabajadores. 180
Jáltipan es uno de los puntos álgidos del son jarocho. El Centro de Documentación Son
Jarocho181, creado en 1999, junto con uno de los grupos más famosos “Los Cojolites”, han
desarrollado una gran actividad artística y pedagógica en la zona por ejemplo la
organización de seminarios internacionales del son jarocho, eventos de música popular,
enseñanza a jóvenes, talleres de laudería, etcétera.
Es durante el mes de mayo de cada año cuando se festeja una de las ferias más grandes
veracruzanas: la Feria Folclórica de Jáltipan, que se ocupa del resguardo de la cultura y la
historia antigua del pueblo, remitiéndose a sus orígenes indígenas. Además en la feria se
organizan múltiples eventos de son jarocho y música popular a través del municipio de
Jáltipan en coordinación con el Centro de Documentación Jarocho182, principalmente con
su director Ricardo Perry. En este evento también se lleva a cabo la elección de bellas
jóvenes representantes de los cuatro barrios que componen a la ciudad en su acepción
antigua. De entre esas concursantes se elije a aquella que representará la “Flor más bella de
Jáltipan”. Entre las actividades conjuntas se realizan expendios y exposiciones que tienen
como objetivo dar a conocer la historia, artesanía, industria, costumbres y gastronomía
local -en esta última destaca la popularización de la bebida sagrada de los nahuas
“Popo”.183
Otra de las actividades que llaman la atención de los visitantes es la “Danza de la
Malinche”, que representa el drama histórico de la conquista. Como se sabe, fue creada
por los españoles, pero después perdió su carácter religioso convirtiéndose en una fiesta
popular en las propias tierras de doña Marina o Malinche. El baile de esta danza se
180
Véase el anexo 2/2
181
(http://centrosonjarocho.blogspot.com
182
Más adelante en la presente tesis, en el capítulo cuatro expondremos los detalles sobre la actividad del
Centro de Documentación
183
Revista mensual gratuita “Ver”, (año 7, número 82, mayo 2011: 12)
111
112
184
Ibídem (año 7, número 82, mayo 2011: 18)
112
113
185
Fuente: archivo personal de R. Perry (2011)
113
114
114
115
CAPÍTULO 3
Larga vida del son jarocho: Perspectiva histórica
Las condiciones que dieron vida al son jarocho estaban marcadas por dos terribles
dolores de parto: la conquista y la desigualdad que provenía de una división vertical en
castas. En este contexto se encontraban y chocaban tres diferentes culturas: la española, la
africana y la indígena. Para entender el nacimiento y la infancia del son jarocho, es
menester describir brevemente estos encuentros y desencuentros junto con sus contextos.
115
116
La conquista militar de México empieza con el viaje de Cortés quien partió del puerto de
Santiago de Cuba el 18 de noviembre de 1518 rumbo a México. Al tardar en completar
provisiones en las islas de Antillas, finalmente, el 10 de febrero de 1519, la flota abandonó
las costas de Cuba, en 11 naves con 518 infantes, 16 jinetes, 13 escopeteros, 32 ballesteros,
110 marineros y, lo que es especialmente importante, unos 200 indios y negros de
auxiliares de la tropa. La secuencia de los acontecimientos que encadenaron la toma de
Tenochtitlán en 1521 es bien conocida. A la tropa multicultural y multirracial se sumaron
pronto miles de totonacos y tlaxclatecos para apoyar a los españoles en la conquista de los
mexicas y otros pueblos mesoamericanos. Aquí mencionaré únicamente algunos eventos y
procesos que pueden ser relevantes para nuestra comprensión del nacimiento del son
jarocho en el seno de la nueva cultura colonial. Los procesos más importantes fueron la
mezcla racial y cultural además del establecimiento de un nuevo orden colonial que se
basaba en una sociedad jerárquica de castas.
En esta primera etapa de la conquista, el estatus de los africanos no era bajo, todo lo
contrario. Por un lado, intervinieron en las batallas junto a sus amos rindiéndoles múltiples
servicios; por otro, fueron buscados y apreciados por los conquistadores blancos. La
“posesión de negros esclavos” era un símbolo de estatus entre los españoles nobles y
prácticamente todos los españoles llegados a las tierras conquistadas, requerían de los
negros. Los oficiales reales, virreyes, arzobispos y obispos, alcaldes mayores y
corregidores, al salir de la madre patria con rumbo a las colonias en América, solicitaban un
número mayor o menor de licencias para introducir a los negros.186
186
Beltrán, A. (1994: 58-59)
116
117
Cada uno de los gobernantes indígenas con sus súbditos fue colocado bajo la
“protección” de un encomendero, quien supuestamente debía ocuparse de que sus
encomendados llegaran a ser cristianos y vasallos del rey de España, a cambio de los
cual tenía derecho a recibir de ellos tributo y servicios. En ocasiones un Estado indígena
grande fue dividido en una o más encomiendas, aunque también ocurrió lo contrario, que
a un encomendero le correspondieran varios Estados.187
117
118
apologéticos a favor de los indios pero en contra de los negros por Bartolomé de las Casas,
contribuyeron al nacimiento de una empresa nueva: la esclavitud negra. Desde principios
del siglo XVI, el gobierno español autorizó el importe masivo de los negros. Aunque
España no se dedicaba al importe de los esclavos negros, concedía permisos. La primera
concesión de este asiento fue hecha a favor de una compañía genovesa (1516); puede
decirse que hasta 1640 sus beneficiarios exclusivos fueron los portugueses puesto que a
partir del tratado de Tordesillas, se cedió el dominio sobre las costas oeste de África a los
portugueses. En 1595, la corona empezó a otorgar los asientos a los proveedores de los
esclavos portugueses, es decir contratos que garantizaban los monopolios al tráfico de los
esclavos.
Aunque al principio los conquistadores fueron los blancos europeos mientras que
los conquistados fueron los indios y los negros, esta situación cambió con el tiempo. Al
principio, los españoles tenían que juntarse con las mujeres indias por la escasez de las
españolas, lo que dio origen al proceso de mestizaje seguido por otras combinaciones de la
mezcla racial. Este proceso obedeció ciertas reglas que frenaba el nacimiento de una nación
multirracial. De estas reglas destacaban tres: 1) El orden jerárquico vertical que ordenaba y
restringía las prácticas sociales dentro de la sociedad colonial; 2) La subordinación de los
indios, negros y mezclas entre estos grupos frente a un grupo dominante- los peninsulares y
los criollos; 3) El pase de color, o una tendencia del paso de la esclavitud hasta la libertad.
Podremos seguir estas tres tendencias detalladamente más adelante.191
191
Véase el anexo 3.2.
118
119
…y que pues en aquellos sus altos cues no habían de tener más ídolos, que les quiere
dejar una gran señora que es madre de Nuestro Señor Jesucristo, en quien creemos y
adoramos, para que ellos también la tengan por señora y abogada, y sobre ello y otras
cosas… se les declaró muchas cosas tocantes a nuestra fe… Y luego les mandó llamar a
todos los indios albañiles que había en aquel pueblo y traer mucha cal para que lo
aderezasen… Y mando a nuestros carpinteros… que hiciesen una cruz y la pusiesen en
un pilar que teníamos ya nuevamente hecho y muy bien encalado; y otro día en la
mañana se dijo misa en el altar, la cual dijo el padre Bartolomé de Olmedo, y entonces a
la misa se dio el orden cómo el incienso de la tierra se enseñare la santa imagen de
Nuestra Señora y a la santa cruz, y también se les mostró a hacer candelas de la cera de
la tierra, y se les mando que con aquellas candelas siempre tuviesen ardiendo delante del
altar”; así sus dioses nativos, los totonacas fueron obligados al nuevo rito; incluso a
bautizarse las primeras muchachas para el amancebamiento con los conquistadores.”192
En Villa Rica fue construida una iglesia bastante austera de la cual se resguardaron pocos
escombros. Según Melgarejo Vivanco (1979) los primeros tres franciscanos que pasaron
por las playas de Veracruz, llegando en el 1523, después de una etapa violenta de la
conquista, fueron Pedro de Gante (van de Moere); Juan de Tecto (Dekkers) y Juan de
Ahora. La conversión que preferían los franciscanos era masiva:
Pero la conversión masiva no era una estrategia única. Se tomaba de la mano con otras dos:
la extirpación y la sustitución. La primera consistía en destruir los templos, ídolos, códices
y en general todas la representaciones visuales de la antigua cosmovisión. El mencionado
ya fraile Pedro de Gante vino a México, se subió un día al Templo Mayor para destruir los
símbolos indígenas, empezó a quemar y maltratar todo lo que veía a su alrededor: “(...) y
cuando (los indígenas) lo vieron arder, que era un día del mercado, comenzaron a hacer
grande el sentimiento y a derramar lágrimas y dar grandes voces, a alertarse todo el
192
Melgarejo Vivanco, J. L. M. (1979 : 228, 229)
193
Ibídem (1979 : 230)
119
120
pueblo… Muchos indios perdieron toda la esperanza que les había quedado verse libres de
los españoles”.194
Los frailes pronto se dieron cuenta que ni la conversión masiva al estilo franciscano
ni la destrucción de las manifestaciones visuales de la idolatría eran efectivas a largo plazo.
Se necesitaba una especie de puente epistemológico que permitiría juntar la visión antigua
con la nueva sin meterse en los complejos problemas teológicos. De allí surgió la tercera
estrategia mucho más refinada. En vez de extirpar los elementos del culto junto con su
contexto, se buscaba un sustituto cristiano de aquel elemento y se lo implantaba en el
contexto antiguo. En diferentes partes de la zona veracruzana se construían parroquias e
iglesias sobre los escombros de los antiguos templos, en los lugares sagrados de antaño, se
entrecruzaba las fechas del culto de los santos con las del culto a los antiguos dioses, etc.
Los ejemplos abundan. En Tlacotalpan, uno de los santos patronos ha sido San Cristóbal y
la ciudad se había vuelto un refugio sureño para los nativos que no se rendían por completo
a la creencia foránea, y adoraban todavía su imagen esculpida en piedra de esmeralda que
representaba a una mujer que ellos tomaban por su Dios. Posteriormente fue substituida con
gran éxito por la Virgen de la Candelaria que seguramente ha sido apariencia del
sincretismo de las deidades mesoamericanas con los ídolos impuestos por la Corona
Española: “… en Tlacotalpan la Virgen de la Candelaria y la diosa de las aguas
Chalchiutlicue, la de la saya de esmeraldas, son una misma persona.”195
En el año 1531 tuvo lugar la aparición de la Virgen de Guadalupe cuyo culto se
difundió mucho después. Aunque dicha aparición era objeto de dudas y negaciones de
varios personajes famosos como el Fray Servando Teresa de Mier, Joaquín García
Icazbalceta, etc. La Iglesia abrazó el nuevo culto con fervor, pues necesitaba las
apariciones, como la veneración a la morenita de Tepeyac que es: “…el gran instrumento
de la mexicanización del catolicismo (y de la mexicanización de la Nueva España)… La
Virgen de Guadalupe: el fenómeno que atraviesa por los procesos de la secularización, la
consolación de millones y millones de personas.”196 En el siglo XX se hizo patente que la
194
Torquemada, J. en Tourent, L. (1993: 119, 120)
195
Beltrán, A. en Silva- López, G, Vargas, G. y Velasco Toro, J. (1998: 171)
196
Monsiváis, C. (2000 : 157)
120
121
En 1526, un “Memorial sobre asunto de buen gobierno que un desconocido hizo por
orden del Emperador”, decía en materia de música: “que no prohibían a los indios y sus
bailes y placeres, si no fueren a sus ídolos”, dando así una pauta legal para que la
práctica musical de los indígenas pudiera encausarse hacia la nueva religión. Esto, junto
al impulso que los frailes dieron a las formas externas de la liturgia y del culto, que
permitía la intervención de todo el pueblo en las ceremonias católicas atrajo a los
indígenas…197
197
Tourent, L. (1993: 120)
198
Stevenson, R. en Tourent, L. (1993: 148)
121
122
la que cristianizabay educaba a los indígenas con la temática adecuada conforme em nuevo
orden religioso.
Figura 7199
199
http://es.wikipedia.org/wiki/Silva_de_Sirenas#Referencias_y_bibliograf.C3.ADa
122
123
200
Tourent, L. (1993: 122)
123
124
En cuanto a los estilos musicales, otra novedad que surgió a partir del siglo XVII
fue la introducción de la monodia acompañada que tuvo impacto sobre el desarrollo de una
gran gama de rasgueados que revolucionaron la interpretación de guitarra en España. En
Europa florecieron estilos musicales como la chacona, las folias, los pasacalles, zarzuelas,
tonadillas, la zarabanda, villancicos y una gran variedad de estilos, entre estos: el fandango
-un baile popular que se baila en pareja, en un ritmo rápido. Las características de esta
danza son las siguientes: el compás- ternario (de pulsación rítmica a tres), los versos-
octosílabos, entre los instrumentos se usaban castañuelas que recordaban otra danza famosa
española- la jota.201 En Europa varios de los escritores del Romanticismo lo relacionaron
con bailes antiguos que datan antes de la Primera Edad Media.
Los villancicos que Juan Vásquez imprime en Sevilla en 1560, avanzan en el estilo de
esta breve forma polifónica después de los presentados en el Cancionero de Upsala. Los
de Vásquez están escritos a cuatro y cinco voces, después de haber comenzado a hacerlo
a tres. Extremeño de nacimiento, se formó en Sevilla, donde estuvo en contacto con los
músicos y tratadistas más eminentes de los años centrales del siglo XVI, Morales,
Guerrero y fraile Bermudo… Los contactos de villancico vernáculo con la frótola, que se
ven en Cancionero de Barbieri, se refinan como estilo en Vásquez acercándose a la
elegancia italiana de su estilo “madrilesco”, pero sin perder la frescura y el aroma
típicamente españoles.202
El fandango como danza popular alcanzó su gran popularidad en casi toda España y
Portugal, a principios del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Además algunos
motivos del fandango se utilizaron en la música de compositores europeos. Existe una
larga discusión sobre la etimología y el origen del fandango. Según Montfort203, a las
prácticas festivas de los sectores populares novohispanos en la segunda mitad del siglo
XVIII, se había dado un nombre genérico de “fandangos”. Estas formas performativas se
extieron a lo largo de todo el continente americano. Según el autor en varias referencias que
datan de los siglos XVII y XVIII se indica tanto sus orígenes europeos, como indianos:
201
http://es.wikipedia.org/wiki/Jota_%28m%C3%BAsica%29
202
Salazar, A. (1972: 177)
203
Pérez Montfort, R. (1994: 19)
124
125
que204: el orden indiano del fandango, dándolo por cosa bien averiguada y cierta, parece
negar la etimología árabe; y por ello alguien está inclinado a creer en una africana…
cuando las relaciones con moriscos y guineos eran frecuentes con los españoles, y más
con los del hampa chusmas de las galeras penitenciarias.205
204
Ibídem (1994: 20)
205
Cotarelo, V. y Morí, E. en Pérez Montfort. R. (1994: 20)
206
AGN, Ramo Inquisición en Pérez Montfort, R. (1994: 21)
207
Pérez Montfort, R. (1994: 34, 35)
125
126
Ejemplos como el Pájaro Carpintero, donde se encuentran imágenes simbólicas que son
características de las narraciones míticas, y por sí mismas hablan de los antepasados. El
nombre de “La Bamba hasta las antífonas de La Iguana”, que se dan en “ritmos cruzados y
en aquella dimensión mágico-ritual – o si se quiere “diabólica” – que se convoca
ocasionalmente durante la fiesta.210
En muchas regiones del Caribe se conformó una base musical y escénica que a
través del baile, la poesía, y claro la fiesta, reforzaron el parentesco con el “Caribe
afroandaluz”:
…los componentes indígenas de varias zonas-supo ser una región con características
propias, compuesta por una dimensión de cultura popular que, además de compartir
asuntos productivos, comerciales o militares, creó un espacio festivo semejante… En
otras palabras; el fandango, el zapateado, el joropo, la mejorana o como quiera llamarle,
208
García de León, A. (2002 : 18)
209
Pérez Montfort, R. (1994: 33)
210
Ibídem (1994: 34)
126
127
dio lugar a la paradoja de una fiesta que a los que habitamos esta zona nos hace, como al
común de los seres humanos, diferentes pero iguales...211
Junto con los compositores, libros de música y estilos de España, se importaron también los
instrumentos españoles, entre éstos- la vihuela y el laúd. La vihuela en el siglo XV era un
instrumento cordófono de forma en 8, parecida a la guitarra actual, utilizado por la nobleza
española, (la guitarra era más usada por la clase baja). En varios países como España, Italia,
Portugal existen íconos con imágenes de vihuelas con escotaduras parecidas al violín. Su
fondo puede ser plano o abombado ya que sufrió muchas modificaciones. Tiene cinco, seis
o siete órdenes (pares) de cuerdas que se supone que se afinaban al unísono. Todos los
cordófonos antiguamente tenían cuerdas de tripa, ya que las cuerdas entorchadas con metal
aparecieron hasta mediados del siglo XVII y no encontraban un uso tan general como hoy
en día. Hablando de las antiguas violas y sus derivados (vyuela, vihuela, viuela) nos
referimos al mismo grupo de instrumentos que se tocan con los dedos, plectro o arco.
Curiosamente, aros tañedores de vihuela… se los cita por sus nombres, pero no se dice
nada de “tañadores de laúd”, de manera que los citados indistintamente como “de
vihuela”, serían probablemente los de “vihuela de mano”, con cuya técnica se tocaba
también el laúd… es decir que laúd y vihuela son en su resultado musical y en la práctica
de su tañido, la misma cosa, aunque la figura de cada instrumento sea muy diferente una
de otra: plana la vihuela como una guitarra que es, panzón el laúd y rechoncho.212
211
Ibídem (1994: 40)
212
Salazar, A. (1972: 181)
127
128
Figura 8. Instrumentos medievales, (de arriba, izq.-der.: laúd, guitarra morisca, rabé,
guitarra latina).
128
129
El laúd del uno tendría en esta época (principios del siglo XV), cuando más cinco
cuerdas dobles… La guitarra vernácula tenía cuatro; pero en la primera mitad del siglo
XVI, según Bermudo lo testifica, ya había adquirido cinco cuerdas, cuando el arte del
laúd se enriquecía, y al aplicarse en esta primera mitad del siglo a la guitarra con seis
213
http://es.wikipedia.org/wiki/
214
1) Clavijas: (piezas de madera, con una ligera conicidad, en las cuales se enrolla la cuerda para tensarla),
2) Trastes: cuerdas de tripa anudadas alrededor del mástil. Acortan la cuerda a la longitud deseada cuando el
intérprete las pisa entre dos de estos trastes, 3) Mástil: es el mango alargado que surge del cuerpo del
instrumento sobre el cual se tienden las cuerdas y se ejecutan las posiciones de la mano izquierda, 4)
Diapasón: es la lámina que cubre el mástil para protegerlo del desgaste y darle rigidez, sobre ella se apoyan
los dedos del ejecutante al pisar las cuerdas. Suele ser de ébano, 5) Caja de resonancia: abombada, construida
a partir de costillas longitudinales, con forma de media pera, 6) Boca: los laúdes antiguos tienen un rosetón
decorativo muy bien tallado, 7) Cuerdas: son de tripa las agudas y de núcleo de tripa y entorchado de metal
las graves, son seis dobles cuerdas afinadas al unísono por pares como las de la bandurria, 8) Puente:
(llamado también barra-cordal). En él las cuerdas vibran directamente desde el nudo, sin apoyarse en ninguna
lámina, como las guitarras actuales y 9) Cordal: sólo algunos laúdes medievales tenían una pieza aparte para
sujetar las cuerdas. A partir de ahí y hasta el XVIII el puente y el cordal eran una sola pieza, llamada barra-
cordal.
215
http://es.wikipedia.org/wiki/La%C3%BAd
129
130
cuerdas, ésta tomó en España el nombre de vihuela, que correspondía al italiano viola
con que se la denomina, sin más especificaciones.216
Los instrumentos importados al Nuevo Mundo fueron producidos no sólo por los
españoles sino también por los indígenas. De los instrumentos utilizados por la Iglesia
europea de entonces, el órgano de aire fue el único que los indígenas no construían:
“Construyan todos los instrumentos y labran lo que es menester para ellos, y los mismo
indios los tañen en nuestros conventos – dice Motolinía -, pero (por no tener caudal) no
toman el cargo de hacer órganos sino los maestros españoles. Pero son ellos (los naturales)
los que labran todo lo que es menester”.217 Pero no sólo la producción de los instrumentos
cayó en las manos de las clases más bajas. Entre los negros y mulatos mexicanos la
profesión de músico se dio mucho según G. Saldívar: “…en 1681, en Oaxaca Joseph
Chamorro, mulato enseñaba a danzar y tañer…”218 La preparación de niños indígenas para
ayudar en los servicios de la iglesia continuaba hacia finales del siglo XIV, a pesar del
obstáculo que presentaba el idioma castellano para la verdadera conversión de los indios, ya
que algunos frailes españoles estaban celosos de enseñarles castellano. La Iglesia de
entonces no disponía con suficientes medios de enseñanza. La solución se dio a través del
tercer concilio provincial, que tomó la decisión de seguir el camino de los primeros curas
franciscanos desde 1524, e introducir a la Nueva España en el proceso de catequización, el
libro de himnos y cantos compuesto por el mismo Sahagún, en lengua mexicana.219
216
Salazar, A. (1972: 26)
217
Torquemada, J. de en Tourent, L. (1993: 149)
218
Saldívar, G. en Pérez Fernández, R. A. (1990:42)
219
Tourent, L. (1993: 185)
220
Ibídem (1993: 185)
130
131
Colonia: “…la Iglesia continuó con su labor educativa en pequeña escala y siguió dando un
impulso definitivo a las formas externas de culto, especialmente la música y la danza. Es
así como se entiende que persistieron estas artes en las comunidades indígenas, en las que
por tradición se cantaba y bailaba para honrar a la divinidad…221
Estos ejemplos nos muestran un proceso cultural interesante: una práctica cambia, o
para usar las palabras de Satriani, queda apropiada por otra clase cuando se permite que los
miembros de ésta clase participen en ella. Cuando los subalternos obtuvieron acceso a las
prácticas de sus amos, empezaron a simularlas dándoles una nueva pinta proveniente de su
propia tradición cultural, experiencias y estilos. Los miembros de las clases bajas en el
sistema de la sociedad de castas fue el último hecho que resultó decisivo para el
nacimiento de la música popular de la cual trataré en el siguiente apartado.
131
132
Éstos últimos reaccionaron ante el contenido subversivo de los cantos y sones populares,
además de la danza, sin que quedaran indiferentes ante el ritmo y los instrumentos nuevos
“rebeldes” como la jarana. Empecemos según el orden mencionado.
222
Pérez Montfort, R. (2000 : 158)
223
Ibídem (2000: 117)
224
Ibídem (2000: 125)
225
Kohl, R. (2010 : 62)
132
133
este fenómeno que data desde 1695 en el pueblo de San Juan Michapa, en donde un mulato
fue acusado en hechicería y divulgación de cantos de sones jarochos. Kohl también
menciona a la autora Alcántara López que escribe sobre el representante de la Inquisición
José María López de la Vega, quien en uno de sus escritos hizo mención de una danza
llamada Zacamandú, introducida por el puerto de Veracruz de un negro. Quizás uno de los
factores que han afectado en la relación del Santo Oficio con estas apariencias escénicas -
culturales heterogéneas es la influencia africana, vista como otredad negativa por parte de
las autoridades españolas quienes -como sabemos- han tenido muchos percances con los
africanos en la península ibérica durante las incursiones árabes, a lo largo de más de siete
siglos en la antigüedad.
Aquí tenemos un ritmo que muestra una subdivisión de la pulsación regular entre
tres o en múltiplos de tres en oposición a binario, donde la subdivisión se da en dos o
múltiplos de dos “chun ta, chun ta” como en los casos de los sones “El Colas” y “La
Bamba.
…Ricardo Pérez Montfort… ha insistido mucho en las conexiones entre música y danza y las
comunidades negras e indígenas. …en “Fandango: fiesta y rito” (1990), respecto al son Chuchumbé
y a La Bamba, encuentra similitud fonética de estos títulos con la tendencia lingüísticas
estereotípicas de algunas partes de África, evidenciando así la influencia negra en el son jarocho
antiguo… En cuanto a las influencias indígenas en el son jarocho, Pérez Montfort enfatiza que hay
cierta semejanza rítmica entre sones como Los enanos y El borracho y algunas danzas rituales
autóctonas. Además, asevera que ciertas palabras y conceptos que incluyen los textos de algunos
sones contienen un “sabor arcaico” (Pérez Montfort, 1990: 45)… 226
226
Peréz Monfort,R. citado en Kohl, R. (2010 : 63)
227
Fuente: Kohl, R. (2007: 177)
133
134
Esta síntesis cultural, producto de la fusión entre las peculiaridades de los negros
con las costumbres indígenas, penetraba más profundamente en el ámbito social y se
enriquecía con las tendencias y formas carnavalescas rito-vistosas españolas y occidentales
228
AGN. Inquisición 303.357.304.190.303.39 en Gonzalo Aguirre Beltrán, 1994
229
Beltrán, A. en Pérez Fernández, Rolando A. (1990:41)
134
135
En este lugar vale la pena presentar un ejemplo de las denuncias que se hacían para
extirpar estas prácticas. He aquí una carta -denuncia230 dirigida al cura de la Santa Oficina
en Querétaro en 1785. En ella se expresa la inconformidad de la “Musica y especie de
fandango” en la ciudad de Querétaro:
El motivo al tomar la Pluma, para esta representación Altísima, sólo es el no haber sosegado mi
Christiano espiritu desde el dia dos de el corriente a causa de haberme hallado en una concurrencia donde
habria entre ambos sexos mas de seiscientas personas, y el principal asunto a que se juntaron fue a una
230
Fuente: AGN
231
AGN (Correos de la Inquisición; original - Año 1785, Vol. 1272; exp. 9, fs. 30 – 39)
135
136
tapada de Gallos de noche, que con luces artificiales, la celebraron como otras varias ocasiones lo
acostumbran en esta ciudad de Querétaro, a que se añade en esta haver havido golpe de Musica y especie de
fandango en el que se dio a el publico un son, que le han dado por nombre las Vendiciones, el cual con varias
coplas y bailes poco onestos lo ejecutan dos mugeres dando a cada copla por estrivillo las palabras
siguientes: por ti no tengo comida, por ti no tengo capote, por ti no he cantado misa, por ti no soy sacerdote;
y para finalizar cada copla, y el citado estrivillo poniendose de Rodillas la una de las bailadoras, y la otra en
pie con ademanes ympuros decia la arrodillada: mi vida no enternezcas, y por Ver, que me boy, para la
ultima partida echame tu bendición, y haciendola la que está en pie el perfecto ademán, le echa una
bendición, así que la recibe va a seguir baile y se finaliza. Lo que me ha causado pena Grave Vergüenza
[ilegible] de lo que no debe tratarse en [ilegible] parajes ny tomar para ello las Sagradas Ceremonias.
La atención de su Altísima Es genuina por pensarme si yerro en darle esta razón, molestia
exponiendo a su venigna consideración en que no me ha movido [ilegible] ante la Justificación de su Altísima
que la representación que le haré a modo de pensar, y Negar á que my Dios padre me impuso quien habiendo
sido en ese Santo Tribunal mis años [ilegible] a Carceles secretas vive en my con el afecto a esa Santa
Oficina, por que en su defensa me dejare quitarme la vida la que sacrifica a los PP. [ilegible] De su humilde
criado,
232
Francisco de la Maza Ruiz.”
He aquí la transcripción:
232
Texto paleografiado, ortografía original
136
137
mi con el afecto a esa Santa Oficina, porque en su defensa me dejare quitarme la vida la que
sacrifica a los PP. [ilegible] De su humilde criado,
Francisco de la Maza Ruiz.” 233
233
Texto paleografiado, ortografía actualizada
234
Aguirre Tinoco, H. (1991: 9)
137
138
por varios informantes, que hablaban de cuatro hombres y cuatro mujeres bailando con
ademanes. Se daba, según la descripción, un mal ejemplo ya que había manoseos, dándose
barriga con barriga y que se bailaba en casas de mulatos, pardos y “gente de olor quebrado”
y no en los lugares de la “gente seria”. Otro ejemplo de un homólogo del Chuchumbé que
llegó a México es el son “Chuchú mayambe”. Estribillos de este son se encontraron en:
La Indita
Chuchumbé
235
Mendoza, V. T. en Aguirre Tinoco, H. (1991: 12)
138
139
En Veracruz, sones como “Los Panaderos”, “Toro Viejo” y “El Torito” se han
prohibido y recibieron la denuncia por el comisario de Veracruz en la Tribunal de la
Inquisición en 1803: “Tenemos la desgracia de oír entre gente plebeya de esta ciudad y
pueblos otro son nombrado el Torito… Bailase el detestable torito entre un hombre y una
mujer… La mujer provoca y el hombre se desordena, el hombre todo se vuelve cuernos
para embestir a la toreadora y la mujer toda se desconcierta o se vuelve banderilla para
236
irritar al toro”. El destino de los sones de proveniencia africana, compartía también
sones de origen gitano. Posteriormente a finales de siglo XVIII se establecieron los jarabes.
Eran sones que tienen carácter vernáculo y provenían de la música gitana española con un
eje licencioso. En la primera mitad del siglo XIX, se popularizó en Jalisco y Michoacán,
formando parte y entremezclándose con los sones, extendiendo esta modalidad a la costa
veracruzana.237
Con la llegada a Nueva España de las primeras vihuelas y laudes españoles,
comenzaron a fabricarse las jaranas, requintos, arpas y vihuelas mexicanas siendo éstos
últimos los principales instrumentos que se habían tocado en los jolgorios populares. En un
principio estos instrumentos mexicanos no habían tenido la aprobación de la hegemonía
oficial y la iglesia, pero muy probablemente a mediados del siglo XVIII recibieron su
afirmación como instrumentos para oficiar y de uso eclesiástico. En el siglo XVI el Rey se
mostró preocupado por el uso de muchos instrumentos de los indígenas, quienes
demostraban una habilidad de hacerlos y tocarlos:
Porque el gusto que los indígenas tenían por la música y el impulso que los religiosos le
daban, mostraba originalidad y una concepción de la ceremonia que la Iglesia y el Rey
no podían aceptar: el siglo XVI se convirtió con Felipe II en el siglo de la Reforma y la
Inquisición. Sobre esta situación, el Concilio provincial Mexicano I de 1555 ya había
dicho lo siguiente: Mandamos y ordenamos que de hoy más, no se tañen trompetas en las
iglesias en los divinos oficios, ni se compren muchos de los que han comprado, los
cuales solamente servirían en las procesiones que se hacen fuera de las iglesias y no en
otro oficio eclesiástico… Y las vigüelas de arco y los otros diferentes instrumentos
queremos que del todo sean extirpados y exhortamos a todos los religiosos y ministros
trabajen que en cada pueblo haya órgano, porque cesen los estruendos y estrépitos de los
otros instrumentos, y se use en esta nueva iglesia el órgano que es instrumento
eclesiástico.238
236
Ibídem (1991: 13)
237
Ibídem (1991: 13
238
Tourent, L. (1993:131)
139
140
En las escuelas anexas a los conventos, los nativos aprendían música y se convertían
en cantantes, pero solamente bajo la vigilancia de los ministriles españoles se les permitía
tocar y construir instrumentos:
Los primeros instrumentos de música que hicieron y usaron los indígenas – dice
Mendieta – fueron flautas, luego chirimías, después orlos y tras ellos vihuelas de arco…
cornetas y bajones.239
Nunca se llevó a cabo la decisión del primer Concilio Provincial Mexicano (1555) para la
sustitución completa de un gran número de instrumentos de aliento y cordófonos musicales
por el órgano eclesiástico. Según algunos testimonios,240 excepción hacía la jarana que se
consideraba todavía en aquella época instrumento diabólico a diferencia del violín, el cual
siempre fue aceptado como el instrumento bendito.
Mientras que el son y el fandango eran vistos como un enemigo público, los
instrumentos utilizados en ellos obtuvieron una estigma, ora ligera, ora radical. Como
mencioné en el apartado anterior, los instrumentos usados por los soneros son: las jaranas
primera, segunda, tercera; la guitarra del son o requinto; y el violín. Las jaranas y el
requinto provienen históricamente del antiguo instrumento laúd. La producción hoy en día
de los instrumentos se hace de los artesanos nativos que son a la vez los mismos jaraneros.
Los productores en la zona sotaventina de instrumentos jarochos se llaman “lauderos
tradicionales jarochos”, aunque aquí en México la escuela jarocha se da por transmisión
oral, muy similar a la escuela Huasteca, y no es académica como en Europa (la tradición
académica italiana, francesa y alemana se han extendido hasta el siglo XX por toda Europa
y todo el mundo). La diferencia entre las dos escuelas es que en la Huasteca se conserva la
tradición de hacer instrumentos finos de varias piezas de madera. Los jarochos, por lo
general hacen los instrumentos en una sola pieza, como se elaboraban guitarras
consideradas como no finas entre los siglos XVI y XVIII. Refiriéndose a la hechura de
instrumentos cordófonos en la zona Huasteca, C. Azuara dice:
239
Ibídem (1993: 148, 149)
240
Comunicación personal con Clemente Carvajal (2010)
140
141
Figura 15. Afinación y posiciones de Guitarra del Son (Requinto jarocho) y Jarana
jarocha.244
241
Azuara Hernández, C. (2003: 22)
242
http://es.wikipedia.org/wiki/
243
Ibídem http://es.wikipedia.org/wiki/
244
Fuente: Archivo personal de R. Perry (2010)
141
142
142
143
A principios de los años 20 se sintió la necesidad de un cambio por parte de las élites
mexicanas, que tenían que justificar de alguna manera las consecuencias de la Guerra Civil
y legitimar su poder frente a Estados Unidos, así como atraer capital extranjero a México:
Si bien los gobiernos posrevolucionarios no se apartaron del todo del proyecto capitalista
porfiriano, en materia de pretensiones industrializadoras y de fomento al comercio y a la
inversión extranjera, una orientación intensamente nacionalista buscó hacer las veces de
principio diferencial entre el antiguo y el nuevo régimen… En educación, en el arte y la
cultura, espacios en los que el discurso adquiere una particular relevancia, el
nacionalismo pretendió servir de factor fundamental en la rearticulación de aquel país
que mostraba un cuerpo social y económico tan manifiestamente divergente… El
nacionalismo… por un lado adquirió un tono eminentemente defensivo, imponiéndose
como un escudo frente a la voracidad de la expansión norteamericana, y por otro buscó
la reivindicación de lo propio con el fin de generar una reconciliación nacional con base
en la autoafirmación.245
Uno de los pilares del nacionalismo fue José Vasconcelos quien tuvo un papel clave en el
proyecto cultural y educativo, no solo como erudito con sus logros en la literatura del
género divulgativo como “Estudios indostánicos” (1921), “Historia del pensamiento
filosófico” (1937), “Manual de filosofía” (circa 1945), “Breve historia de México” (1956),
sino como creador de nuevas instituciones como la SEP en 192, además de ser el autor de la
obra “La Raza Cósmica” (1925) que toma al racismo como objeto y explica la formación
del mestizaje en México, Brasil y Argentina. La idea de lo espiritual como propulsora de la
armonía humana y la formación del forjamiento de una conciencia posmoderna, fue parte
de las doctrinas político-sociales de muchas naciones en aquel entonces. El discurso social
en las políticas culturales nacionalistas, trataba de fusionar a las clases sociales por medio
de las formas populares, subrayando las peculiaridades del presente y el pasado y
juntándolos en un núcleo común, como una manifestación que conciliaba las discrepancias
del periodo anterior, el periodo revolucionario. De esta manera se forjaba la identidad
cultural:
245
Pérez Montfort, R. (2000: 39)
143
144
Es innegable que no hay un solo pueblo que haya dejado huella en la historia presente,
algo en la civilización, donde no se encuentre el gobierno ejerciendo una acción tenaz y
decisiva con el fomento el arte en todas sus manifestaciones… El estado debe exigir del
artista que trabaje (en) una producción artística rica y elevada (que) traerá consigo la
regeneración y la exaltación del espíritu nacional.246
En este sentido se destacó más el estilo político con una estrategia pro-indigenista, en
donde se veían las virtudes del pasado honrado entremezclado con las tradiciones de la
humanidad, los ritos y mitos con sus héroes. Este modelo dio inicio a un ciudadano más
unificado en la atmosfera colectiva nacional, representado básicamente como un mestizo,
donde lo indio reconstruía el simbolismo de los tiempos ancestrales. Vasconcelos ve a las
razas humanas como un fenómeno de larga duración, que después de un extraordinario o
mediocre desarrollo, cumple con su ciclo y sufre una metamorfosis, convirtiéndose en una
nueva cultura:
246
Vasconcelos, J. en Pérez Montfort, R. (2000: 41)
247
Vasconcelos, J. (2009: 14)
248
Fernández Palomo, A. (2007: 118)
144
145
de enfatizar la idea del uso de una lengua común y la tarea de investigar, coleccionar y
recopilar las diversas manifestaciones del folklore en México.” 249
2.2. La apropiación del Son jarocho y la Fiesta del fandango por parte del gobierno
alemanista
Dada la posición geográfica de México en relación con los EUA y la fuerza económica
que este país ejerció después de la Segunda Guerra Mundial, la República Mexicana
tuvo pocas opciones; no obstante esta doctrina de la mexicanidad (M. Alemán)
especificaba el rechazo del comunismo, la aceptación total de la democracia y, sobre
todo, la imposición contra “ideas que están acorde con la realidad mexicana”.253
"Miguel Alemán, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, con fundamento en
lo que previene la fracción I del Artículo 71 de la Constitución General de la República, y
"Considerando:
249
Ibídem (2007: 119)
250
“El ahora PRI cambiaría la idea de la “unidad nacional” por otra consigna llamada “la doctrina de la
mexicanidad”, Pérez Montfort, R. (2008: 469)
251
Vasconcelos , J. (2009: 17)
252
Término acuñado por el economista Alfred Sauvy en Francia a principios de los 50s.
253
Kohl, R. (2007: 45)
254
Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1946,
http://leyco.org/mex/fed/193.html
145
146
"Primero. Que las manifestaciones artísticas de todos los órdenes constituyen la expresión más
sincera y vigorosa del espíritu nacional;
"Segundo. Que es su personalidad artística la que dota a los países de una fisonomía que les depara
un lugar especial en el concierto internacional, vinculándolos con los demás por los más altos
intereses espirituales, singularizándolas al mismo tiempo por el carácter y por el nivel de la obra de
cultura que su arte nacional representa;
"Tercero. Que en nuestro país, desde la época precortesiana, el talento artístico ha sido
particularmente importante, y el índice más claro y espontáneo de su fuerza espiritual;
"Cuarto. Que el Estado debe atender, por su trascendencia evidente, la acción que el arte, en todas
sus formas, es capaz de ejercer en la consolidación de la mexicanidad.
"Quinto. Que esta obligación del Estado debe abarcar trato la conservación del legado artístico del
pasado en todas sus formas como la recolección de las obras actuales y la orientación y el fomento
de las actividades artísticas que en el futuro se desarrollen.
"Sexto. Que en reconocimiento de esta obligación, el Estado debe coordinar las actividades
artísticas en sus aspectos de creación e investigación, de educación en todos los grados y de
difusión dirigida a todas las clases sociales.
"Séptimo. que los nuevos vehículos científicos de la difusión artística, tales como la televisión, o los
que puedan en lo futuro desarrollarse, ofrecen una perspectiva cuya importancia cultural y social no
puede ignorar el Estado.
"Octavo. Considerando, por último, que la mejor forma de organizar y llevar adelante este propósito
de integración espiritual del pueblo por las actividades artísticas, se encuentra en la creación de un
cuerpo técnico de funcionarios que lo desarrollen dentro de la Secretaría de Educación Pública, pero
reunidos en un organismo que goce inclusive de la personalidad jurídica necesaria para poseer y
administrar un patrimonio propio que capacite su acción, he formulado y tengo el alto honor de
someter esa H. Cámara de Senadores la siguiente iniciativa de Minuta Proyecto de Ley Orgánica del
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
"Artículo 1o. Se crea por medio de la presente Ley el Instituto Nacional de Bellas Artes y
Literatura, con personalidad jurídica propia.255
El análisis de frases claves nos muestra las condiciones del nacimiento de una nueva cultura
popular, el invento de la cultura nacional hegemónica, que de esta manera se apropió de lo
que había sido antaño la cultura ritual. Por primera vez en la historia de México se delineó,
255
Fuente: LEY QUE CREA EL INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y LITERATURA;
Legislatura XL - Año I - Período Ordinario - Fecha 19461230 - Número de Diario 50,
(L40A1P1oN050F19461230.xml) p. 5 y 6.
146
147
pronunció y justificó el programa del nuevo arte. Este programa rezaba lo siguiente: se
asumía que: 1) existía un “espíritu” nacional”, una “mexicanidad” que derive su origen de
la “época precortesiana”; 2) El país, el pueblo necesita una “fisonomía”, para depararle un
lugar especial en el concierto internacional”; 3) El nuevo arte nacional debe reflejar dicha
“fisonomía”, ejercer la “acción” indispensable en la “consolidación de la mexicanidad”,
“integración del espíritu del pueblo”; 4) La institución- padre que debe resumir el papel de
la creación de este nuevo tipo del arte es el Estado; 5) a sus funciones pertenecen: la
“conservación de su legado artístico del pasado”, “recolección de las obras actuales”,
“orientación y fomento de las actividades artísticas”, “educación” y “difusión”; 6) El
cuerpo estatal destinado a estos fines será el “Instituto Nacional de Bellas Artes y
Literatura”.
Como director fundador del Instituto fue elegido el compositor Carlos Chávez,
quien por mientras fungía también como director de la Orquesta Sinfónica Nacional. La
inauguración del INBA dio inicio a una nueva época musical en México, abriendo nuevos
horizontes no sólo musicales, sino plataformas para el desarrollo artístico en el más amplio
sentido de la palabra.
El son jarocho, los corridos, las marchas y otras formas musicales siempre fueron
objeto de explotación en aquel entonces por los altos funcionarios tanto antes como
después de la llegada de Miguel Alemán, a nivel estatal, nacional e internacional. La
cultura popular-nacional del son jarocho y el fandango no fue una creación totalmente
arbitraria, no fue un evento sino un proceso- se basaba en formas de identidad existentes,
forjadas en la época de la independencia, o lo que llama Montfort- estereotipos locales: “El
discurso oficial intentó legitimarse a través de las constantes referencias a supuestos rasgos
típicos de la llamada alma popular”, logrando que dichos rasgos no sólo mostraran un
proceso de rigurosidad sino también de institucionalización. Con esto se estableció el deber
ser que caracterizaría la consolidación de los estereotipos.”256
147
148
Llegué a México antes de que Miguel Alemán fuera Presidente. Estuvimos tocando en
su campaña presidencial, sobre todo “La Bamba”, porque Miguel Alemán era de
Veracruz… Miguel Alemán nos ayudó tanto que, cuando entró de Presidente, al
conjunto Tierra Blanca nos metió a la Policía: éramos policías pero tocando… Miguel
Alemán tuvo un impacto muy importante en mi vida y en la música.259
Estos testimonios hablan sobre la divulgación del son en toda la república, en una
etapa cuando no había suficientes grabaciones, ni los sones jarochos se conocían tanto en la
ciudad de México. Una época que Pérez Montfort explica a través de su análisis de los tres
ejes o tres villas del son jarocho en sus “Apuntes y reflexiones sobre el resurgimiento de
una tradición regional hacia finales del siglo XX"260.
257
Kohl, R. (2007: 51)
258
Ibídem (2007: 55)
259
Ibídem (2007: 57)
260
Véase, primer capítulo p. 42.
148
149
existía una tensión en el proceso iniciado en los años cuarenta de la folclorización, que se
refería a la fusión entre las dos culturas: de la clase alta y la clase súbdita. Muchos músicos,
acostumbrados a mejores condiciones en el gobierno de Alemán, durante el mandato del
presidente A. Ruiz Cortines se oponían a las restricciones presupuestales y a las nuevas
normas emitidas por el gobierno posalemanista, que regían el mercado escénico - musical.
149
150
Las primeras grabaciones, según Rafael Figueroa (2007a), datan desde los
mediados de los 20’. El músico español Vicente Ruiz Maza junto el mexicano José Acosta,
en 1925 había sido auspiciado por la Secretaría de Educación Pública para rescatar y
transcribir varios sones. En la misma época aparecieron los discos vinílicos (LP) pesados de
78 revoluciones, con las primeras grabaciones de son jarocho.
A fines de los años treinta, algunos músicos de son jarocho realizaban el viaje a la
ciudad de México, en ese entonces centro neurálgico del país con una infraestructura
telecomunicativa peculiar para su tiempo. Allí en los estudios cinematográficos se creaban
las imágenes, que se concebían como un arte nacional, como lo mexicano, con una
influencia sonora llegada de Jalisco con toda la indumentaria correspondiente, lo que
provocó algunas modificaciones en la música que originalmente -y en su mayor parte- era
veracruzana. En la primera oleada de los grandes músicos jarochos se encontraban Lorenzo
Barcelata y Andrés Huesca. Lorenzo Barcelata263 nació en Tlalixcoyan, muy ligado a la
música ranchera y huasteca, nunca dejó de cultivar el son jarocho; tocó y compuso algunos
de los sones jarochos más reconocidos hasta la fecha, y además grabó algunos sones
tradicionales y algunas creaciones propias como el famoso Siquisirí.
Andrés Huesca264, nació en Veracruz en 1917, fue un personaje clave para el futuro
de la vertiente del son jarocho. Grabó desde los años treinta pero fue muy reconocido en la
década de los 40s, junto con la apropiación de la cultura oficial, convirtiéndose en figura
pública, casi símbolo del son jarocho, en todo el país. Figueroa cuenta que el éxito de
Huesca era tan grande que él tenía dos grupos con el mismo nombre, dedicados a atender
los múltiples compromisos que surgían.
Entre sus logros está el establecimiento del son jarocho, en un ámbito muy cargado
con el son jalisciense y por otro lado, una presencia fuerte del son huasteco. Para lograr esto
hacia ciertas modificaciones en las estructuras musicales que había aprendido en Veracruz.
Entre sus contribuciones se destaca la introducción del arpa más grande que la tradicional
263
Ibídem (1995: 53, 54)
264
Ibídem (1995: 53, 54)
150
151
arpa diatónica jarocha con el objeto de ser capaz de ejecutarla de pie. Esto se dio en el
año1936 cuando participó en la película “Allá en el Rancho Grande”.
265
Peña Salas en Fernández Paloma, M.A. (2007:120)
266
Appadurai, A. (1991: 100)
151
152
En diferentes contextos sociales se ven otras formas de síntesis que han influenciado
paralelamente a varias escuelas europeas musicales. Europa tenía la necesidad de construir
un mundo nuevo y lo logró a partir del descubrimiento de América y viviendo la “otredad”
(Tz. Todorov, 2010), la mitología indígena previó de la misma manera este signo liminar al
pensamiento que polariza las músicas latinas y europeas que aparta lugar para una
interacción auténtica de las diferentes estructuras culturales, que uno de los más
importantes compositores posmodernistas de origen alemán Dieter Schnebel entendió como
polifonía dialógica cultural. Este dialogismo en el desarrollo musical se ramificó en
diferentes direcciones del globo.
267
Conjunto de instrumentos de percusión en Indonesia
268
Pelinski, R. (2000: 50)
152
153
autóctona, y también usan su “voz autóctona” para manifestar la lucha por aceptar y a la
vez denegar el poder de atracción europea y simultáneamente autóctona. Esta ambigüedad
es causa de nuevas ideas que finalmente brindan las tendencias en el posmoderno
nacionalismo mexicano. En este caso se puede considerar que las estructuras sonoras están
socialmente comprometidas. Las organizaciones de sonidos socialmente relacionadas con
una psicología nacional con limites no siempre muy claros, y los significados de la
sonoridad son portadores de mensajes con contenido no siempre explícito, pero ofreciendo
emociones que entrometen a los pensamientos allí donde el sabor de lo nacional cobra vida.
Refiriéndose a Revueltas dice Virgil Thomas:
Escribió música mexicana que suena como el México español, pero la escribió dentro de
la sintaxis parisina…La música de Revueltas jamás podrá ser confundida con música
francesa: no obstante, está hecha con técnica francesa postimpresionista, amplificada y
adaptada a su propio clima. Armónicamente es estática, pero fluye generosamente la
melodía, su instrumentación es precisa y picante, su ritmo es atrevido… Su música tiene
gracia, grandeza, delicadeza, encanto y enorme distinción.269
269
Thomas, V. en Bitrán, Yael y Miranda, R. (2002: 33)
270
Ramírez, T. J. en Bitrán, Y. y Miranda, R. (2002: 64)
153
154
El tema nacionalista fue importante en los periódicos de la época. La pregunta ¿en qué
consiste el simbolismo cultural mexicano? se hace en los círculos de mandatarios
importantes durante el mandato del presidente Ruiz Cortines; también se alega sobre una
consolidación cultural de la nación. El sentimiento regionalista por mientras, obtiene
relevancia al plantearse preguntas sobre “lo veracruzano” junto con un nacionalismo que se
refiere al sincretismo musical:
Patria nueva. Jesús C. Romero, al considerar nuestra realidad musical dice: Dos son las
fuentes de nuestro nacionalismo musical: la música criolla cuya base es andalucismo
popular, deformado por el pueblo mexicano para hacerlo suyo, y la música indígena. La
primera fue utilizada por nuestros compositores del siglo pasado y por mucho del
presente; la segunda, desconocida hasta hace poco, lenta, pero precisamente, va
abriéndose paso.271
Esta estrategia dio frutos cuando se hicieron nexos entre artistas e intelectuales con
los administradores del régimen oficial. Se desenrolló una síntesis icónica en toda la esfera
de las artes que logró exponer esa amalgama multicultural entre lo indígena y lo mestizo.
271
Diario de Xalapa, 10. 11. 1955 en Kohl, R. (2007: 112)
154
155
Kohl272 nos recuerda los pensamientos del recientemente fallecido y prominente escritor
mexicano, Carlos Monsiváis, sobre la importancia del grupo Hyperion, que se formó en
México en la década de 1950, desde el filósofo español José Gaos y su concepción de “lo
mexicano” en oposición a la dependencia mexicana de culturas ajenas, ofreciendo un
nuevo modelo americano humanista desde el punto de vista de la generación de los años
50s, en donde ya se empieza a percibir la atmósfera de lo multifocal e interdisciplinario.
Según Fernández Palomo (2007) la función educativa del muralismo, alentado por
el período del filósofo José Vasconcelos, fue involucrada en las entonaciones de carácter
musical sin pretensiones de unir las unidades de las manifestaciones escritas, en cuanto
constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada:
Durante este periodo, de acuerdo con Julio Estrada, 16 las obras musicales cultas que se
generan pueden dividirse en: músicas nacionales indígenas, que son aquéllas donde se
plasma la inserción del material indígena en las formas de la estructura musical europea,
y músicas nacionales mestizas, que surgen como una forma de reinterpretación de la
música popular 274.
272
Kohl, R. (2007 : 49)
273
Fernández Palomo, M.A. (2007: 55)
274
Ibídem (2007: 121)
155
156
156
157
En los años 40s y 50s, el son jarocho se expandió por toda la República Mexicana a
través de los medios de comunicación y sobre todo la radio. Surgió el fenómeno de
“escuchar”275. Debido a las nuevas radiodifusiones el son iba perdiendo el ámbito escénico,
el zapateo con el fandango. Andrés Huesca y Lino Chávez son los pioneros y protagonistas
del género llamado el “son jarocho comercial". Con los años aparecieron muchos grupos
imitativos. En las escuelas se dieron las estampas jarochas del ballet folklórico. Así empezó
el baile en los talleres para los niños con la música jarocha de los discos. García de León
hace referencia a este suceso:
Este fenómeno llevó a un menosprecio generalizado por los grupos locales, ya que al no
tocar como en los discos se pensaba que no sabían tocar. Paralelamente, la introducción
de otros géneros musicales (danzón, mambo, chachachá, tropical, etc.) a través de las
marimba-orquestas, los grupos tropicales y otros, ganaron espacio en los terrenos de la
música popular, desplazando al son jarocho, que era el baile tradicional, a un segundo
plano, hasta que al parecer quedó casi olvidado. La mayoría de los grupos soneros
dejaron de participar no sólo en los fandangos populares sino además en fechas y
ocasiones especiales para la comunidad, como sepelios, veladas de santos y
mayordomías, bodas, limpias", pascuas, año nuevo, etc.276
Entre los 60s y 80s se desintegraron muchos grupos de jaraneros de las comunidades y el
son cayó en el olvido en varios municipios. Afortunadamente el gran factor para el
restablecimiento de la música jarocha fue don Arcadio Hidalgo, quien a finales de los 70s
promovió con su talento el grupo Mono Blanco y los medios de comunicación renovaron el
interés por el son jarocho tradicional.
Pudo más el tiempo y la mala música de radio y discos que el mismo chamuco. Para
Gutiérrez e Hidalgo, ha afectado mucho la difusión de la música comercial para que se
pierda la tradición de los fandangos. Por tal razón Gutiérrez recurrió a la SEP para que
275
Percibir un fondo musical
276
García de León, A. en Son del Sur , Núm. 2, Febrero 1996, p. 40
157
158
Aunado a eso, “Los encuentros jaraneros de Tlacotalpan durante las fiestas de la Candelaria
y su transmisión a través de Radio Educación, los cuales iniciaron en 1980”278, abrieron las
puertas para las actividades turísticas. Pero fue a partir de la fundación de la Unidad
Regional en 1978, hasta principios de los 80, cuando numerosos grupos hicieron
grabaciones. Agrupaciones como Tierra Blanca y Tlacotalpan hasta San Juan Evangelista,
Hueyapan y Pajapan.
De 1985 a 1987 se intentó trabajar con algunos talleres en Santa Rosa Loma Larga para
enseñar a tocar jarana y para construirlas, y se buscó realizar algunos fandangos en
Minatitlán, Soteapan, Pajapan y otras comunidades. En parte por el interés de la
comunidad y en parte por copiar de Tlacotalpan, se realizó el Primer Encuentro de
Jaraneros del Sur de Veracruz, el 18 de marzo de 1988. La sede del evento fue San Pedro
Soteapan y difícilmente se lograron reunir seis grupos, incluyendo al grupo Mono
Blanco, que fue uno de los principales impulsores de este encuentro. Uno de los aciertos
de este evento fue que se transmitió en vivo por la radio regional, logrando despertar
gran entusiasmo en los radioescuchas. Los organizadores fueron la Unidad Regional, el
Ayuntamiento de Soteapan y la Mayordomía Tradicional. Al año siguiente se repitió el
mismo esquema para realizar el encuentro, pero ya fueron más los grupos participantes,
y lo mismo sucedió en 1990, volviendo a reorganizarse varios grupos que tenían décadas
de no tocar, sólo para participar en el evento. Los encuentros de jaraneros de Soteapan y
su transmisión por la radio fueron uno de los principales detonadores, en el sur, de lo que
ahora se conoce como el "movimiento jaranero" o "la nueva trova jarocha": pronto los
encuentros de jaraneros se multiplicaron, varios grupos volvieron a integrarse y a
organizar fandangos y, lo más importante, se refuncionalizó la dimensión social del son
jarocho, recuperándose como un elemento indispensable de eventos sociales o
religiosos.279
277
Gutiérrez, J. y Pascoe, J. (2003: 130)
278
García de León, A. en Son del Sur, Núm. 2, Febrero 1996, p. 41
279
Son del Sur , Núm. 2, Febrero 1996, 42
158
159
280
Revista “Son del Sur”, mayo 2010 (edición digital)
159
160
El abordaje etnográfico se revela como una perspectiva adecuada para analizar espacios
de encuentro entre agentes societales y estatales en los que la participación es fenómeno
que moldea el referente empírico analizado, pues rinde información central sobre las
concreciones adquiridas por las políticas públicas en su instrumentación. La mirada
etnográfica a las interfaces socioestatales de las políticas culturales nos permite asistir a
dinámicas de acuerdo-conflicto y a resoluciones generadas en torno a un proceso cultural
particular: el Movimiento Jaranero, tal como éste se presenta y desarrolla en la
actualidad en Veracruz y más allá de esa región desde hace casi treinta años. En este
sentido, los análisis de la democracia requieren identificar tanto las dimensiones
estructurales de las políticas (cuerpo legal, plataforma institucional, factores políticos y
económicos), como considerar su dimensión analítica: formas de organización de los
actores, intereses, prácticas, discursos, visiones, interacciones y demás dinámicas de los
agentes y las políticas.281
Veamos en la primera parte del siguiente cuadro como el autor estructura los actores
políticos y sociales en el palco del Movimiento Jaranero282:
Tabla 6
281
Ávila, Homero (2008: 68)
282
Ávila, Homero, Tabla 3, Cuadro de interfaces, primera parte (2008: 97)
160
161
161
162
284
Zamudio Serrano, C. del Mar (2010: 53)
162
163
CAPÍTULO 4
perspectiva etnográfica
En el capítulo anterior seguimos la historia del son a través de diferentes épocas, cuya
culminación fue la época nacionalista de Miguel Alemán. El son fue legitimado en el centro y
volvió como un capital simbólico a la región para pasar por una serie de cambios. Pero aunque
surgieran nuevas prácticas relacionadas con la comercialización y divulgación del son jarocho,
las prácticas antiguas, sobre todo la fiesta fandango, como lo mostré en el capítulo 2, se
mantiene en su aspecto tradicional. ¿Quiénes son los ejecutantes del fandango? ¿Cuáles son sus
perspectivas? Para responder estas preguntas seguiré a Stephen Toulmin quien citó a León
Tolstoi. Para comprender lo que decía y cantaba Platón Karataiev, el maestro campesino de
Pierre, es menester imaginarlo en el tejido de su vida. En este capítulo presentaré las entrevistas
con siete jaraneros y describiré sus casos siguiendo la indicación de Tolstoi: intentaré
comprender lo que dicen y piensan acerca del son Jarocho, tomando como telón de fondo sus
historias de vida.
En una de mis visitas a Santiago Tuxtla en el mes de marzo de 2010, encontré a don Clemente
Campos Carvajal en su casa, mi principal informante quien a lo largo de poco más de treinta
años ha sido empleado en el Museo Tuxteco, autor de un libro de hierbas medicinales y otro
sobre las costumbres y los ritos de la región, conocedor del Son Jarocho en Santiago y la región,
y antiguamente participante en los fandangos que se hacían en los municipios de Santiago y San
Andrés Tuxtla.
Don Clemente Campos Carvajal nació en la comunidad de Cuyuapan, municipio de
Santiago Tuxtla, el 18 de enero 1958, en una pequeña ranchería. Con doce años de edad, llegó a
163
164
cubrir su tercer año de educación básica, actividad que combinó ayudando a su padre en el
trabajo de campo. Su vida ha sido muy problemática debido a varias enfermedades que sufrió
durante su infancia marcada ésta por la pobreza. Cuando ingresó al cuarto grado de primaria se
mudó a Santiago. En el nuevo lugar no pudo continuar sus estudios de quinto grado debido a las
complicaciones de una enfermedad que padeció durante siete años y, también, por su situación
socioeconómica. Sin embargo, eso no lo desmotivó ni fue impedimento para que él por cuenta
propia continuara con sus estudios de forma autodidacta. A través de su esfuerzo llegó a concluir
solamente el tercer año de preparatoria. Pero a partir de 1977, su ingreso al Museo de Tres
Zapotes le abriría las puertas para emplearse, posteriormente, en el Museo de Santiago Tuxtla,
en donde trabajó por más de treinta años.
El primer nombre del Museo Tuxteco fue Museo de Tres Zapotes que se fundó en 1975.
Clemente laboró un año en el museo Tres Zapotes antes de que éste se renombrara como Museo
Regional de Tuxteco en 1976. Don Clemente cuenta que siempre había tenido ganas de escribir
un libro, pero no tenía esa preparación. En 1995 fue invitado a unos cursos de capacitación
impartidos por una asociación civil de derechos humanos en la ciudad de Acayucan. Fueron
talleres abiertos, durante cinco años, en donde los participantes no obtuvieron algún grado pero,
según dice Clemente, les fue de mucha utilidad:
Después de esto con más ganas le entré a buscar información sobre mi lengua natal de mi
comunidad que se llama el pipil del golfo. En el municipio de San Andrés como Polvorin,
Choteapan, Buenos Aires, Escalpitan, Tescialpan, El nacimiento de Chogapan, todo esto
es el mismo tronco, es la misma raíz en donde se conserva esta misma lengua, mismas
costumbres, mismas tradiciones. Antes de que mi padre falleciera me compró un pequeño
diccionario, diciéndome que lo estudiara para aprender cómo vivir mejor y defenderme
en la vida. Yo ya tenía la ansiedad de aprender más sobre la historia de mi pueblo, pero
desgraciadamente como éramos tan pobres no podía comprarme una cámara ni una
grabadora para poder iniciar mi trabajo de indagación. Ingresando al museo como
empleado al poco tiempo ya me compré una camarita manual y empecé a tomar
fotografías. Otro importante (sic) por qué surgió la idea de iniciar mi labor de indagar
sobre mi pueblo, fue de que llegaban visitantes y especialistas al Museo y preguntaban
¿Por qué Santiago? ¿Por qué Tuxtla? Había cosas que yo no sabía y eso me daba coraje
por mí mismo y, por otro lado, me motivó de cambiar algo en mi vida. Otra causa fue el
antropólogo Fernando Bustamante que fue por mucho tiempo director del Museo, quien
cuando me veía de estar allí (sic), sin hacer nada, me regañaba. Cuando me encontraba
estudiar (sic) los libros me felicitaba.285
285
Fuente: comunicación personal con C. Carvajal (10.03.2010)
164
165
En 1997 el antropólogo Alfredo Delgado Calderón lo invitó a participar en una asociación civil
de cronistas en Minatitlán:
Me quedo muy alto el saco como dice el dicho. Le dije a Alfredo Delgado que yo no
podía ser cronista, y me contesto él: todo el que escribe es cronista. Entonces eso me dio
más valor y fuerza para escribir. Ahorita ya no tengo miedo y estoy escribiendo mi cuarto
libro. El primero lo titulé “Costumbres y tradiciones de algunos pueblos de los Tuxtlas”,
fue publicado por medio de la Cultura Popular de San Andrés Tuxtla. El otro libro se
llama “La realidad de lo irreal” y salió por medio de Conaculta. Este libro presenta un
rescate etnográfico de nuestra zona. El tercero se va a llamar “El Tuxtla de mis
recuerdos”, porque se refiere sobre la lengua que se habló aquí hace unos mil cien años
atrás y considero muy importante dejar registro sobre esta lengua, este idioma – maceba
o mexicano, o el pipil del golfo que es lo mismo. Ya lo tengo listo, es cuestión técnica de
que salga finalmente.”286
Don Clemente se siente orgulloso, le queda una satisfacción de poder dejar algo escrito, cree
que va a ser algo interesante para las futuras generaciones. Pese a los obstáculos como falta de
dinero y últimamente su salud (padece de diabetes), nada le impide seguir trabajando.
Además, en sus charlas relaciona la música de la región con aquélla de los negros y cuenta que
antiguamente al negro se le permitía montar a caballo y portar armas y al indígena, no. Los que
se dedicaban a ganado, en tiempos libres iban a los llanos, tenían libertad para divertirse, no eran
tan esclavos (los negros). Ellos trajeron la primera música de jarana y hacían fandangos. Cuando
Clemente era niño, en las comunidades hacían jaranas, requintos y todo tipo de esos instrumentos
rústicos; no tenían herramientas y los hacían con machetes. Dice don Clemente que todavía existe
gente que fabrica instrumentos con machetes. Desafortunadamente el archivo del pueblo fue
incendiado en 1916 y no se sabe mucho sobre la elaboración de instrumentos a partir de las
vihuelas y guitarras barrocas españolas en Santiago Tuxtla. Después del ocaso de los años 70s, el
son y el fandango se revitalizaron con nueva fuerza, además de que las actividades políticas y
sociales que implementaban el son se hicieron más frecuentes a finales de los 80s y principios de
la década de los 90s:
Yo lo viví, solamente en los ranchos cada ocho días hacían este fandango, en 1970-1980 y
tantos. Se reivindicó el son y el fandango a partir de los 90s, cuando ya se empezaron a dar
286
Ibídem (10.03.2010)
165
166
clases de jarana; ya veía uno en Santiago, o en san Andrés; los medios informativos ya
divulgaban mas, ya veíamos a los jóvenes y personas grandes con sus jaranas, pero antes de
eso no veía uno gente con jaranas, sólo gente de los ranchos que iban a Santiago, y ahorita
ya todo mundo anda con su jarana. Todavía hay gente que trabaja con machete para hacer
una jarana y suenan asombrosamente. Pero el son y el fandango están en decadencia desde
los 70s a los 80s. El gobierno realzó obviamente a través de los medios informativos y
aparte los apoyos que empezó a dar a la cultura popular. Yo serví varios años como jurado
en cultura popular para apoyar a gente indígena, principalmente; estábamos en la
fabricación de las jaranas para enseñar fandango. Comenzó a haber apoyo del Gobierno
Federal y se le dio un realce bastante grande. Últimamente se hacen encuentros de jarana
en el mes de julio que es la fiesta de Santiago (25 de Julio). Participan de la región de los
Tuxtla, Acayucan, Tlacotalpan, y Alvarado. En las comunidades nunca se perdió (el son y
el fandango) y ahorita es en las comunidades donde se está perdiendo, en las comunidades
de antecedentes indígenas. Más en San Andrés hay un montón de comunidades que nunca
dejaron el fandango, unos más importantes. Hay comunidades que están muy cerca de San
Andrés, ahora ya hay carretera hace algunos años, no; nosotros nos íbamos al fandango en
las noches.287
Pregunté también a don Clemente que opinaba sobre el uso del violín en los fandangos, ya que
me llamó la atención que algunos de los jaraneros decían que el violín está de salida casi en los
últimos años. Fue muy llamativa su respuesta:
El violín forma la cruz y hay gente que cree que esto es de Dios, y la jarana no. En 1571
llega la Santa Inquisición a México, después a la zona de los Tuxtlas; todo eso prohibía la
Santa Inquisición hasta el fandango. Nunca la iglesia hizo una ley de prohibición del
fandango, pero los sacerdotes en la misa recomendaban no hacer fandango. Ejemplo:
cuando llegan los primeros españoles y ven a médicos terapeutas indígenas con
conocimientos muy amplios de la medicina herbolaria, los trataron de brujos, de
hechiceros. La iglesia actualmente prohíbe que alguien se haga limpias con hierbas, más no
hay un decreto. Así pasó con el fandango y la jarana.288
Anteriormente Clemente Campos Carvajal iba a tocar con su jarana y amanecía tocando. Se
bailaba a cómo podían sin tener maestros. Lo hacían por “puro gusto”; en cambio ahora si no les
pagan, opina él, no van. “Todas las fiestas religiosas (como por ejemplo en el municipio de San
Andrés, el adoro a la Virgen de los remedios), se organizan, pero a los jaraneros se les paga.
Donde quiera la llevan a la Virgen y tocan los jaraneros, pero les pagan. Así ve la diferencia entre
el fandango de antes y hoy día”.
287
Ibídem (10.03.2010)
288
Ibídem (10.03.2010)
166
167
Fue a las cuatro de la tarde, del día primero de mayo de 2010, cuando don Fernando, el ex
director del Museo Tuxteco, con sus 89 años de edad, perfecta memoria y modales, se acordó que
yo había solicitado una cita con él a través de don Clemente Carvajal, quien ha sido su empleado
en el Museo por más de 30 años. Fernando Bustamante se graduó de la UNAM en los años 40s,
de la carrera de antropología social. Me atendió en su casa ubicada en el corazón del centro de
Santiago Tuxtla, construida en un estilo colonial con una enorme puerta maciza de cedro. Don
Fernando me invitó a pasar a su biblioteca en la cual cuenta con grandes volúmenes de libros
sobre pintores y bellas artes escritos en varios idiomas.
Antes cuando alguien tenía una fiesta la llamaba fandango, ¿no?, lo que quiere decir fiesta.
Ee, según la situación económica de quien hacia el fandango duraba ocho días a veces. En
algún santo famoso, o en algún santo ganadero, allí se la pasaban bailando y tocando, no.
Me acuerdo que todos se ponían aquí un pañuelo colorado y empezaban a bailar. Las
mujeres en el huapango, o el fandango no hacían alguna diferenciación social. Si la hija de
alguna persona importante está sentada junto a la tarima y llega el borrachito sin zapatos,
que llegó y le ponen sombrero, ella tenía que bailar con él. Vamos, no existían estas luchas
de clase que se vienen después. No. Yo creo que en el fandango esto empieza hace unos
sesenta años cuando el “quereque”, por ejemplo, viene del huapango huasteco, porque allí
en la zona huasteca se llama “querreque” al “pájaro carpintero” de los Tuxtlas. Al “pájaro
carpintero” se le reconoce como un elemento mágico en el son. Para el son “Iguana”
siempre se cuenta en el son con cierta ternura, como también para los demás animales. El
violín en el huapango huasteco es imprescindible como el cantar este falsete que usan ellos,
mientras el violín en la región de los Tuxtlas casi no se usaba, ya que se consideraba cosa
del diablo. Yo creo que la música y el zapateado cambiaron también. Antes quien bailaba
zapateado era una gente que exponía sus manos atrás y la vista abajo y la mujer igual. La
mujer pegaba los brazos, así, al vestido. A partir de los años cuarentas para acá comienzan
a dar vuelta, y a brincar ,y moverse más, y, más. Antes así no era el fandango.”289
289
Fuente: comunicación personal con Fernando Bustamante Rábago (03.05.2010)
167
168
domingos, el primer domingo tocaba el jaranero José Gómez, solito. El siguiente ya fue
Cachurín, Chahuistle, ya fueron más, ya fueron más jaranas y empezaron a bailar. Primero
un borrachito se subió en la tarima, después se subió una pareja, y después logramos
revitalizar el fandango que tenía que ser aceptado, que culturalmente es parte nuestra, ¿no?
Ahora yo como director de la casa de la cultura me dedicaba más que nada al fandango, a
mi no me interesaba otra cosa. Hacíamos actos de presentación de libros o se presentaban
cantantes, pero eso ya fue como complemento de lo que nosotros considerábamos medular
en la casa de la cultura. Era necesaria enseñar a la gente tocar jarana y hacer jaranas. Hubo
un taller de laudería y una escuela de fandango. Si usted viene en diciembre va a ver que
todo el pueblo es una música de jaranas.”290
Lo pregunté también a qué se refería por lo general la letra del son de antes y qué diferencia tiene
con la letra de hoy:
El son era de controversia. Así empieza. No. Como el Martín Fierro, más o menos de este
tipo comienza. “La villa del llano” es “La villa del Martín Fierro”. Vale la pena una noche
que vaya al llano. Allí de verdad se improvisa, no es lo mismo, ¡eh! También te dicen en
Catemaco que improvisan, pero no es cierto. Allí sólo lo acomodan. Allí si tienen un
esqueleto ya hecho donde te dicen lo que quieren. La gente, ésta del llano, es de cacomucha
y tiene descendencia negra. Son de pelo chino, de color moreno, son de nariz aguileña, una
figura más vertical. El negrito por allí anda. Aquí vivió Arcadio Hidalgo, un decimero. Él
era de por Mina, de por allí, pero vivió en San Andrés. Era un tipo con una decima muy
bonita. En Lerdo, por la Tierra Blanca, estaba Tleocostilla que esa era ya de Mixtequilla.
Constantino Ruiz Blanco el famoso decimero. Antes no había periódico, entonces cualquier
gente se ponía a cantar en la plaza pública, imprimía sus versos y los vendía allí. Faltaba
difusión. El fandango es de temporada. En diciembre se rasguea y baila mucho y termina
hasta el dos de febrero, porque el veinticinco de diciembre empieza la rama grande y
termina hasta el seis de febrero, y ya el día siete comienza la rama chica y se acaba hasta el
día dos de febrero de la Candelaria. Todos éramos conocidos y había menos gentes, no. La
población de Santiago era chiquita, ahorita somos ya muchos y se dispersan. En
Tlacotalpan todo mundo se conoce y todo mundo hace lo mismo porque son seis mil
gentes.”291
Estaba yo muy ansioso por saber la opinión de don Fernando sobre la organización del fandango
antes y del uso del son jarocho y del fandango por parte de los políticos. Le hice esta pregunta
esperando una respuesta bien sustentada. Mis expectativas fueron cumplidas:
Primero se organizaban del pueblo de los caciques y los mismos grupos de jaraneros y
posteriormente se organizaban del Ayuntamiento. Se le daba a la gente tamales, o galletas,
u horchata. Los jaraneros tomaban toro en un vaso grandote y le ponían aguardiente de
290
Ibídem (03.05.2010)
291
Ibídem (03.05.2010)
168
169
caña, miel de colmena, y le ponían limón y le voltean, dicen, hasta que se ponga hueco. Se
lo pasaban todos, no. El ayuntamiento cooperaba para que se conozca la casa del fandango.
Después de Andrés Huesca era Parroquín, el más famoso decimero y jaranero. Parroquín
fue más genuino que Huesca quien fue manejado por el director del Ballet Nacional Amalia
Hernández, y Amalia lo manejaba con toda la estilización que a él le convenía. Parroquín
era un tipo que siempre cantaba con una muchacha jaranera y lo veía en los Portales de
Veracruz. Fue el tiempo de Miguel Alemán cuando el son fue utilizado por primera vez
como bandera política, no. Antes no era así, el son siempre ha sido controversial y no
siempre alababa a los altos funcionarios. El son en este momento dejó su aspecto ritual,
para convertirse en algo popular y en cierta forma hay elementos intrusos dentro de lo
tradicional. Andrés Huesca cambia el ritmo, cambia la temática dentro sus versos, cambia
todo, no. Desde el zapateado o el “Son de bastantes”, cambia después y ya es más rápido
ya bajo la influencia de Papaloapan. El “Son de bastante” es son de mujeres. Hay sones
como “El butaquito”, por ejemplo, que se bailaban en otra forma. Algunos sones tienen que
ver con la figura mítica del rumbo, por ejemplo los sones enanos se supone que son de los
olmecas, porque ellos eran chaparros o los chaneques que eran personajes también de los
olmecas. El chaneque se parece como los enanos porque el chaneque supuestamente era
chiquito y los bailadores se agachan al bailar.292
La letra de los sones de allá (Otatitlán) tiene cierta picardía que los de aquí no la tienen y,
los sones allá son más rápidos. Aquí en Santiago, Rodrigo Gutiérrez, médico de profesión,
ha sido uno de los mejores decimeros dedicado al Siquisirí. Cházaro como presidente
municipal de Tlacotalpan hacía concursos, entre otras actividades relacionadas con el son.
Nosotros hicimos aquí en Santiago el primer concurso de fandango en cincuenta y nueve,
sesenta, más o menos. Estaba Chaparro Barcelata y mucha gente famosa de jurado. El
anfitrión fue el licenciado Raúl de la Huerta que era el director del turismo en entonces. Del
primer concurso tengo guardada una fotografía hecha por Mariana Yampolski, quien fue
una fotógrafa extraordinaria. Desde entonces los concursos se hacían cada julio.
Aquí (Santiago Tuxtla) dejaron morir la danza de los negros. La danza de los
negros por falta de incentivos se perdió. Era la danza de los Santiagos. En todos los
pueblos se llama así. Desde aquella época se celebraba la lucha entre cristianos y moros.
Los fandangos en el llano eran muy interesantes, en Arroyo de Piedra, y algunos se hacían
de los soneros Espinosa. Los versos de Martín Fierro eran de controversia. Todos. “La
Tuza”, “La tlaihuana”, “El atole”, “La iguana”, “La bruja”, “El jaquetón” eran sones a
través de los cuales la gente antes “se picaba”. Esa era una de las intenciones del son de
antes.
Me acuerdo también la época de Miguel Alemán. Entonces Amalia Hernández se
llevó un grupo huequeño que era de Andrés Huesca (el arpista y jaranero). Hacían más
292
Ibídem (03.05.2010)
169
170
espectacular la música del fandango, porque el fandango era ritual. La llegada de Miguel
Alemán cambia el proyecto musical; es decir, el fandango deja de ser íntimo, deja de ser
ritual, para volverlo un espectáculo público. Lo hacen también en el baile. Aquí en esta
zona influye una música que viene del Alvarado y la escuela “Mario y Cita Cabrera” de
Boca del Río. Entonces empezaron a bailar el fandango con las manos sueltas y los brincos
en la tarima, porque antes el fandango se bailaba con las manos atrás. La mujer bailaba
viendo hacia abajo. Yo así conocí el fandango e incluso publiqué un pequeño trabajo de su
uso en las rancherías. Para el enamoramiento, la gente usa la música del fandango o usa la
harmónica para expresar a un sentimiento que solo lo va a entender la gente a quien va
dirigido eso. Antes, por ejemplo, en las comunidades indígenas de San Andrés como
Buenos Aires, hacían pinole y ponían un altar ataviado con flores. En frente se colocaba
una tarima y se tocaba y bailaba con la alegría del fandango, sino querían recordar que
cuando había llegado la virgen y vieron a sus parientes ya difuntos y la gente lloraba como
si fuera árabe. Eso es por la influencia española que indispensablemente tiene que ver con
un deje árabe.”293
Le pedí a don Fernando que me dijera algo sobre la cultura y el régimen oficial en el tiempo del
nacionalismo mexicano: cómo se apoderaron de la fiesta del fandango y el son jarocho los
gobernantes, a lo que me respondió: “Era precisamente la época de la campaña presidencial de
Miguel Alemán, en el año 1944, cuando él toma como el himno de la batalla “La Bamba”.
Entonces a todos los lugares donde iba él se tocaba La Bamba. Pero con esa tocada en la élite
política, el fandango pierde su esencia ritual y se convierte popular.”294
293
Ibídem (03.05.2010)
294
Ibídem (03.05.2010)
170
171
Su historia de vida nos cuenta que nació en Minatitlán en 1956. Su madre fue una mujer
indígena de una comunidad nahua (rancho de Nahíla), mientras que su padre era hijo de un inglés
(por eso su apellido es Perry) que vino a trabajar cuando se hizo el tren transístmico y cuenta
como su padre vivió en las vías. Al concluir la construcción de las vías ferroviarias a finales de
1910 se edificaron en Minatitlán la refinería y la casa Person. El abuelo de Ricardo, que era de
origen inglés, se llamaba William Perry, trabajaba en la refinería, pero repentinamente murió
siendo aún joven. Ricardo no tiene más datos sobre éste, ni tampoco rastro alguno de su
familia. Respecto a su padre, éste se casó en Minatitlán con su madre. Pero dejó a su familia con
cinco hijos, y Perry no recuerda haber vivido nunca con él. Su mamá tuvo que trabajar para darles
educación a todos sus hijos, “pero pues se “chingó” ”295.
Los primeros años de Ricardo transcurrieron en Minatitlán, lugar en donde cursó su educación
primaria y posteriormente se trasladó a Jáltipan para ingresar a la secundaria. Cuando tuvo que
295
Fuente: la entrevista con R. Perry (20.03.2011)
171
172
cursar su preparatoria nuevamente se mudó a Acayucan, porque en Jáltipan no había prepa, más
tarde se fue a la UNAM a estudiar la carrera de literatura, misma que no pudo concluir por falta
de recursos.
Como director del proyecto cultural, Ricardo Perry junto con sus músicos y ayudantes del
Ayuntamiento, encabezó varios recorridos en todas las colonias de Cosoleacaque programando
asambleas, convocando a aquéllos que podrían aportar conocimiento sobre la cultura,
entrevistando y charlando con la gente. E incluso, a los jaraneros mayores de edad que no tenían
interés en integrarse al proyecto, se les llamó la atención, pero éstos solo participaron durante la
época decembrina cuando salían a tocar las ramas.
tejedora, quien fuera más tarde la ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes. El primer
encuentro con doña Cayita fue cuando Ricardo la conoció en una colonia “lavando ajeno”, y la
invitó a integrarse al proyecto. Ella empezó a dar clases de telar de cintura, al mismo tiempo que
“reaprendió lo que había olvidado”.
Sin embargo gran parte del presupuesto se gastaba en la realización de eventos, como por
ejemplo el Festival de Son Jarocho y otras músicas, que hoy por hoy, va para su 17ava emisión.
Ese festival se celebró por vez primera en Jáltipan, en diciembre de 1994, con un jolgorio de tres
días. Al año siguiente contaron con el apoyo del ayuntamiento que posibilitó la movilidad del
festival hacia Cosoleacaque en donde se efectuó durante los siguientes tres años. Ya para el
quinto festival, regresaron a Jáltipan, porque les quitaron el apoyo, el espacio y todo, con el
cambio de presidente municipal.
296
Fuente: Comunicación personal con R. Perry (20.03.11). Ricardo había hecho un estudio con el sociólogo
Alberto Díaz, en 1993, de cómo estaba ordenada la región sur de Veracruz concentrándose en el orden
territorial de las ciudades durante determinadas etapas: la olmeca, época colonial, época moderna -ligada con
el auge del petróleo. Aunque ese trabajo sigue inédito, sirvió de base para hacer un video y una crónica que
se publicaron en la revista Tierra Adentro, lo que le permitió a Perry crear el vínculo.
173
174
Otra de las actividades medulares fue la implementación de talleres de son. Uno de los
ayudantes fue Benito, quien tiene un peso importante en la formación de los más destacados
grupos de son, que con apenas once años comenzó a impartir el taller de son. Cabe mencionar
que los gestores del Centro de Documentación Jarocho encontraron en Jáltipan un panorama
sonero muy similar al de Cosoleacaque; no había músicos jóvenes de son. Uno de los objetivos
fue reactivar, por medio de los talleres, el interés por el son y sobre todo la enseñanza de éste. El
papel del Centro de Documentación Jarocho como un agente de gestor cultural posibilitó la
emergencia de jóvenes músicos en el municipio de Benito Juárez, así como la formación de
grupos musicales de son jarocho en Jáltipan y en Cosoleacaque que derivan del trabajo asiduo de
Benito. Destacan entre éstos los grupos “Los Cojolites”, “Los Pájaros del Alba” y un tercer grupo
que se desprendió de los primeros: “El Tamarindo”. En sus inicios estos grupos poseían una
organización dinámica de fragmentación y nuevamente de unión. En esos movimientos surgen
otros grupos como “Son del Mar”, “Los Chogotzin”, entre otros.
174
175
No, nunca lo buscamos (el registro), hasta el año pasado que el gobierno nos compró aquí
(la casa donde se ubica el Centro). Se murió el señor que nos dio el lugar, luego llegó una
mujer que tenía 26 años de no verla, pero que resultó ser la esposa. Ella acreditó la
propiedad y hace dos años dieron hasta diciembre para comprarla o desalojar […] nosotros
no sabíamos dónde íbamos a meter tanta cosa. Con el gobernador, pues, yo hablé muchas
veces con él, me llevó con el rector de la Universidad Veracruzana, la UV, éramos
compañeros de trabajo, como Arias Lovillo es escritor, hacíamos un suplemento y
trabajamos juntos. Le hablé una vez en una Feria de Libro (2007). Arias Lovillo me puso
junto al gobernador para que yo le pudiera hablar, lo vi otras 3, o 4 veces. Eugenia León le
pidió en el Festival del Mar que interviniera, y él me firmó la carta de solicitud, pero
demoró el trámite como tres años, pero en enero del año pasado, en 2010, el gobierno pagó
500 mil pesos por el predio, y empezó el trámite ante la Legislatura para cederlo y entonces
tuvimos que registrar la A.C porque el gobierno se lo dio a la A.C.”297
A continuación presento la carta - solicitud de apoyo, datada el 15 de junio de 2009, escrita por
Ricardo Perry y dirigida al gobernador Fidel Herrera Beltrán:
297
Fuente: Entrevista con Ricardo Perry (20.03.11)
175
176
176
177
fandanguitos todas las noches como práctica. Es fuerte e intensivo, y es el único evento que
tratamos que sea autofinanciable. Todo lo demás lo subsidiamos nosotros.298
Les enseñan (a los jóvenes) lo que ellos quieran, entonces se van desarrollando y empiezan
con uno (instrumento) y pasan a otro. No es que haya una clase así formal. Les enseñan en
la palapa. Llegan todos. Y Benito (el maestro) a los principiantes los trata antes, porque hay
que enseñarles despacito; los que tienen más meses hacen como un fandango, unos tocan
la guitarra, otros el requinto, otro las leona, otros sólo zapatean y así van aprendiendo,
como aprenden en esta comunidad, como una especie de fandango. No es un rollo formal
con salones y algo; es como es en el pueblo. Nuestra experiencia educativa con los
muchachos, es participar en talleres, por ejemplo en Estados Unidos, en algunos centros
como en el de Santa Anna, California, Los Cojolites enseñamos ahí y dimos los talleres y
ahora es el más importante de los centros con relación al son jarocho en Estados Unidos.
Tienen el mejor grupo de son jarocho ahí. Llegamos hace como 9 años y empezamos el
trabajo; ellos también vienen para acá. También hemos trabajado en centros de Los
Ángeles; hemos hecho conciertos didácticos, trabajo de educación en la Universidad de Los
Ángeles, una de Berkeley, en Chicago, la de Stanford. Hemos ido más de treinta veces a
Estados Unidos. A nosotros ellos nos contratan, y nos pagan; y de eso vivimos aquí, de
cobrar nuestro trabajo como Los Cojolites. Porque aquí no, en Jáltipan no hay trabajo, y nos
morimos de hambre. Ganamos dinero afuera. Llevamos quince años. Ganamos el Óscar de
música por Frida; estamos en la banda sonora. Nos conocen a nivel internacional. Para
nosotros vale madre eso, pero a los gringos les importa mucho, nos ha abierto mucho
camino. Lo mismo hicimos el festival Woman en Inglaterra. Somos el único grupo que ha
sido invitado y para nosotros es el más importante del mundo; y también fuimos a dar
talleres de son jarocho.299
298
Fuente: Ricardo Perry. Comunicación personal (20.03.2011)
299
Ibídem (20.03.2011)
300
Poster colgado en la pared en el Centro de Documentación Jarocho, Jáltipan
177
178
Los autores de la banda sonora son los integrantes del grupo jarocho “Los Cojolites”
Durante la feria con motivo de la fiesta patronal del Cristo Negro de Otatitlán (del 1 al 3 de
mayo cada año en la ciudad de Otatitlán) encontré en su casa, alrededor de las diez de la mañana,
un primero de mayo, a don Marcelino Parroquín, hijo del famoso sonero, versista, arpista y
jaranero de los años 40s y 50s, Rutilo Parroquín. Ese primer encuentro con don Marcelino me
permitió conocer más sobre la importancia de Rutilo Parroquín, su padre, como uno de los
pioneros en la popularización del son jarocho. Al referirse al trabajo de éste, trató de enseñarme
más sobre la música de su padre, a relatar sucesos y coplas; además comenzó a improvisar, a
tocar muy bien el requinto. Luego cantó parte “Del Cristo Negro”, el mismo que versaba su
padre, debido a que se celebraba en esas fechas la feria.
Vengo en mí peregrinar,
con una fe y esperanza,
para sentirme en confianza,
a ti, Señor, vengo a honrar.
No importa mi caminar,
Pero sentir ese afán,
178
179
campanas repicarán,
y aquí te ofrezco mi diario.
a ti, Señor del santuario
de mi Cristo de Otatitlán.
Asimismo Marcelino al ilustrar pedazos de su historia familiar, como por ejemplo que
tuvo una infancia feliz, aunque trabajó en el campo porque su familia son productores de caña:
“Bueno pues, tuve una niñez muy feliz, aunque trabajando en el campo. Somos productores de
caña. Allí mi papá cantaba y tocaba, y nos enseñaba a nosotros. Somos siete hermanos”301, o que
tiene descendencia francesa por parte de una de sus abuelas, y marroquí por parte de uno de sus
bisabuelos –de este último proviene la derivación de su apellido Parroquín, señala- me permitió
entender un poco más sobre la relación estrecha entre el son jarocho y la política, de las
relaciones familiares de Rutilio Parroquín y del entorno sociopolítico del que formaban parte.
Marcelino pertenece a las viejas familias de caciques de Otatitlán, aquellas que antiguamente
organizaban los fandangos y eran participes en ellos. Aunque se mudó en los 80s a Xalapa para
abrir un negocio, Marcelino, hoy en día, viaja a su casa en Otatitlán, durante las fiestas y
vacaciones. E incluso otros integrantes de su familia, como su sobrina Marta Patricia Parroquín
Amador que tiene un grupo de son jarocho en Los Ángeles, CA, y participa en festivales
musicales en la plaza Olvera de Los Ángeles, han seguido divulgando el son jarocho.
301
Fuente: Comunicación personal con Marcelino Parroquín (01.05.2010)
179
180
y esto no es de ahora,
les voy a contar que en aquella hora,
la tiranía la combatió Martí.
Luego, le pregunté sobre cómo era el son de antes y el son de ahora. Me contestó lo
siguiente:
Marcelino cree que el son jarocho es diferente hoy en día. La gente en Tlacotalpan y Otatitlán ha
innovado mucho el son e inventando nuevos sones o reinventando parte de ellos. Han surgido
también modificaciones en los instrumentos. A mi pregunta sobre las diferencias entre el son
jarocho de la región de los Tuxtlas y el de Otatitlán, me contestó:
Si, totalmente ellos le dicen el son antiguo, se refiere a los Tuxtlas, que nace a través de los
obreros de la zona del campo en los Tuxtlas. Aquí en Otatitlán hay más influencia hacia el
son rápido, el son bambero dijeran los defensores del son, que es son de los marisqueros
aquí. Aunque el término me parece medio ofensivo. Además, creo que inclusive nos hemos
fusionado y de esto viene otro son, otro cantar.
Las fiestas de mayo del Cristo Negro son las más grandes de todo el año. También cuando
es la aparición del Cristo Negro que se da un 13 de septiembre. Cuentan que los españoles
mandan tres Cristos Negros, uno en Guatemala y dos aquí en México; primero a la zona de
Oaxaca para evangelizar a los indios, pero llega una peste de mortandad allá y la gente dice
pues fue el Cristo que trajo esto y lo echan al agua en una balsa. Llega hasta acá por el río.
Los pobladores lo rescatan, más o menos, hace como 500 años ya y le forman esta tapia. En
la época cristera de los 30s, de Roberto Tejeda gobernador, que lo manda bajar de la cruz y
quemarlo. Es una historia larga. No se pudo quemar, según la leyenda, y lo decapitaron. La
cabeza desapareció por años. Un escultor hizo otra cabeza, y la que fue robada también se
encontró, y el gobierno la escondió por años303.
302
Ibídem (01.05.2010)
303
Ibídem (01.05.2010)
180
181
Arcadio nació en la comunidad Nopal. Se crió junto con sus hermanos en el campo. En
su infancia ordeñó vacas, mismas que utilizaba para ir a vender a Santiago Tuxtla parte de la
producción agrícola que les daba su parcela. Don Arcadio estudió hasta el tercer grado porque su
padre ya no pudo darle más dinero para su educación, así que tuvo que abandonar la escuela y
trabajar en el campo. En ese entonces contaba con catorce años.
Cuando le conocí me recibió en una casa pobre cubierta con techo de lámina pero de su
propiedad, misma que construyó, ya estando grande de edad, al recibir apoyo de material por
parte del presidente municipal. En esa atmosfera al trazar algunos sucesos de su niñez, señaló:
“no lograba alambrar siendo que puro a la reata, andando pastoreando, esto era el oficio de uno:
sembrar maíz, sembrar frijoles, sembrar arroz.”304
Intervine entonces para preguntarle acerca del apoyo del gobierno en los años 60s, y cómo se
sentía en relación a aquella época con la actual, si mejor o peor. Él me contesto:
Pues la verdad sentía yo un poco más difícil, pero en eso de comer sentíamos que
comíamos cosas más positivas, más para el organismo. Ahorita ya estamos comiendo
mucha chatarra. No. La verdad no nos hacía caso el gobierno. Hablamos de los años
sesentas. En la época de los 70s el municipio de San Andrés nos tenía muy olvidados,
a lo mejor pensaban ellos que nosotros pertenecíamos a Santiago Tuxtla. Cuando
empezamos a tocar puerta con los presidentes municipales, pues la votación se iba a dar
hasta Cerro Amarrillo, iba la gente de aquí de la comunidad como queriendo decir que
era la misma comunidad. Lo que le digo es que los otros presidentes municipales no
nos tenían en cuenta. Nuestro papá trató de que nombraran un agente municipal aquí
en la comunidad. Y ya empezaron a ir a San Andrés Tuxtla, a tratar de que se solicitara
algo para la comunidad, o sea la rodada, principalmente, porque antes era pura vereda
para caminar, pura bestia, o a pie.
Pues póngale unos veinte años, como que no les preocupaba mucho a la generación
de mis padres, como que pensaban que estaban bien así. Ellos, los gobernantes, se
sentían bien andar a caballo, e ir a comprar allá en Santiago Tuxtla. 305
También le pregunté sobre cómo la generación de los más jóvenes entendió que se necesitaba un
cambio:
304
Fuente: comunicación personal con Arcadio Vacsim Estribando (05.06.2010)
305
Ibídem (05.06.2010)
306
Ibídem (05.06.2010)
181
182
Como don Arcadio es miembro del antiguo grupo “Vacsim”, fundado en los 60s, posteriormente
nombrado “Sinápan” en alusión al nombre del pueblo al que pertenecían varios de sus
integrantes, pero que al irse desintegrando el grupo sólo quedó nada más el hermano de don
Arcadio, dando pie a un nuevo cambio de nombre: “Nopal”, como el nombre de la comunidad,
del municipio de San Andrés Tuxtla, de la cual procedían ahora la mayoría de integrantes;
aproveché su disponibilidad para pedirle que me hablara sobre las tocadas de los sones y de la
forma en la que se organizaba el fandango. Don Arcadio se entusiasmó e inició a contarme sobre
su padre, también jaranero:
Pues él me decía que es un mal deporte; allí agarra uno un vicio, podría tener uno un
problema. Él se divertía tomando. Como los fandangos se hacían en diferentes
comunidades se levantaba un problema. Pero durante veinte años que nosotros
empezábamos a salir como el grupo Vacsim, entendimos que este deporte, o esta
tradición del fandango, hay que saberla sobrellevar, porque ellos, anteriormente, lo
hicieron más rústicamente. No. Pero en esta época, nosotros ya nos venimos dando
cuenta que le poníamos más importancia a la música, que no podemos estar tocando ya
con una bebida, muy embriagad. No. Porque si no hace uno mala facha, no. Siempre lo
hemos platicado con mi hermano, tomamos en cuenta que alguien nos está viendo307.
Pues fíjate que antes sí porque lo iniciaron los viejos, pero había más bronca por la
bebida. Hace unos veinte años nosotros anduvimos por parte del instituto con un
maestro, y fuimos a varios pueblos como Perote, Zongólica, Xalapa, Puebla. Bueno,
por fin nos solicitaban, y ya nosotros nos sentíamos bien porque nos cuidaban, nos
resguardaban el mismo municipio, ponían policías.
Siempre hemos participado en los velorios, y adoramos a la Virgen de los Remedios.
Cuando por ejemplo en esta comunidad un niño moría, siempre se le tocaba con jarana,
y se le hacía fandango en el velorio. Hoy ya se perdió esta tradición, pero cuando hay
boda, hasta ahora, lo primero es la jarana.308
307
Ibídem (05.06.2010)
308
Ibídem (05.06.2010)
182
183
Don Rafael nació en la comunidad Cerro de Vigía, municipio de Santiago Tuxtla, en 1950.
Vivió en extrema pobreza y su situación no ha mejorado. Durante su infancia recuerda que su
familia carecía de terreno y vivienda propia, dependían de un terreno prestado para vivir. La casa
que tuvo era de zacate, construida por el padre de Rafael.
Afirma que estuvo enfermo de una hernia y que casi muere por la misma, pues en aquellos
tiempos no había doctores. Miguel, su padre, lo llevó con doña Adriana, una señora del pueblo
que se dedicaba a curar, que le recomendó llevarlo al hospital pues su padecimiento era delicado.
“No, mejor si se muere –señalo su padre a doña Adriana- que se muera así como está”309 Aunque
el padre de Rafael le pidió a doña Adriana que salvara a su hijo, y ésta le aplicó una inyección
advirtiéndole “si se compone dentro de una hora va a vivir” 310
El acceso a los servicios de salud de gente con escasos recursos era nulo. El padre de
Rafael era campesino- picaba leña para ladrillos. En aquella época había pocos patrones que
ofrecían trabajo. “Sólo había un señor que se llamaba José Prieto, y otro que se llamaba
Guillermo García. Ese era patrón de mi papá” 311
Para obtener el sustento familiar, todos los hermanos –ocho en total- trabajaron en el campo
sin estudiar. Otra manera para obtener ingresos familiares fue mediante las tocadas en las fiestas
del pueblo, pero éstas no retribuían lo suficiente. Por lo tanto, Rafael aprendió fabricar
instrumentos y empezó a venderlos:
Desde que era chiquito yo siempre me acuerdo que él [su padre] tocaba, pero antes era por
gusto, no se cobraba. Nos daban siete pesos por cantar en la pascua. Aquí en Santiago nadie
de los presidentes ha puesto una fuente de trabajo nunca. A veces se impide que Santiago
progrese. Hubo un proyecto para el tecnológico, que se ubica ya en San Andrés, que estaba
planeado para Santiago, pero no hubo nadie de los terratenientes que vendiera un poco de
tierra para construirse un edificio. Hace unos cuantos años me habían rentado un terreno
para trabajarlo por tres, o cuatro cosechas, y ya se venció el plazo. Se acabó el compromiso.
Ya no lo tengo, y no hay muchos que rentan, así, terrenos. Es complicado. Por eso agarré
una muestra de jarana y aprendí hacerla, y desde cinco años ya varios me encargaron
hacerles unas. Desde que yo viví en el Cerro, empecé hacerlas allá. Primero iba tocando,
después las empecé allí vendiendo, y desde cuando, me dediqué hacerlas definitivamente,
ya son más o menos cuatro años para acá. Tengo hechos más de veinte instrumentos.”312
309
Fuente: comunicación personal con Ralael Dominguez Nájera (23.07.10)
310
Ibídem (23.07.10)
311
Ibídem (23.07.10)
312
Ibídem (23.07.10)
183
184
Trabajaba yo en el campo, y también tocaba. Santiago estaba para nosotros lejos, y así
decirlo, no tocaba yo la jarana de lleno. Llegábamos a tocar en Santiago, nada más en la
fiesta de Navidad y en la fiesta de julio, que ya viene pronto, es por el veinte cuatro del
mes. Ahorita hay huapango en San Antonio, San Juan, aquí en Tapalapan. Antes yo tocaba
con mi hermano, otro que tengo, somos tres hermanos. Estábamos en el grupo tres
hermanos, y mi sobrina que cantaba y bailaba, pero como ya se casaron nos dividimos.
Ahorita ya nuevamente mis nietos empiezan a tocar, los estoy formando de nuevo. Los
sones que tocamos aquí en la región de los Tuxtlas son pocos: La bamba, El zapateado, El
toro, El buscapiés, El aguadulco, El siqui sirí, El pájaro carpintero, Los panaderos, La tuza,
Los enanos, La iguana, El palomo, El chuchumbé, La morena, El matajú, y otros, son
aproximadamente unos veinticinco treinta sones que abarcan los Tuxtlas, Salta barranca,
Lerdo, toda esta zona. Antes había muchos eventos, lo que pasa es que lo han descuidado y
como que se va acabando, pues. Hoy al día, hay varios también que quieren aprender. Yo
tengo más de veinte niños aprendiendo conmigo el son. Unas muchachas ya tocan, ya
cantan versos; luego empiezan a bailar313.
Sobre las diferencias entre el son jarocho y el fandango de antes con el actual , don Rafael dijo:
Antes el versador guiaba al bailador y no hacían caso al cambio del paso. Estaban tocando
y bailando. Ahora si cambian el paso. El cambio de paso viene cuando se canta el verso.
Por ejemplo el verso de La bamba ‘Para bailar La bamba’ viene un paso, y cuando se canta
‘ay arriba, y arriba’ ya es otro paso; golpeando adelante y zapateando. Hay sones que
nosotros aquí les nombramos de pareja, hombre y mujer. El zapateado, El toro, Los
panaderos, El colas, Los enanos, El buscapiés por ejemplo. Hay sones que bailan
muchachas, pura mujer, como El siqui sirí, El butaquito, La morena, El pájaro carpintero,
El cascabel. Antes, yo me acuerdo cuando era yo nuevo, a las bailadoras se les ponía el
sombrero, y ahora ya se perdió eso, ya no existe. Aparentemente ahora se baila mejor que
antes. A veces un son antes llevaba una hora.314
313
Ibídem (23.07.10)
314
Ibídem (23.07.10)
184
185
acuerdo en un punto de salida-, al lugar de la fiesta y de regreso al lugar de origen. Una vez
arribados a la fiesta, arreglaban sus instrumentos y comenzaban a tocar.
Casi al arribar a la comunidad de Victoria, pregunté a don Rafael porqué esta vez la fiesta
patronal iba a ser más corta que lo normal y por qué nadie de los políticos asistiría a pronunciar
un discurso inaugural. “Una cosa es que perdieron las elecciones, otra es que no tienen que hacer
esto. Desde que yo recuerdo, yo vivo aquí en esta colonia desde catorce años, nunca había
sucedido eso – me señaló.”315
Una última pregunta fue si cómo jaranero se sentía más realizado y vivía mejor que antes. Él me
contesto:
Ahorita va peor la pobreza que antes; porque antes el dinero valía, y ahora ya no vale. Yo
cuando empecé a trabajar, todavía para una señora que vive, Concha Hernández,
ganábamos por día 15 pesos, y en la semana eran 90 pesos; esto era mucho dinero. Yo no
tengo jubilación, y desde hace dos años recibo una pequeña ayuda por un niño que se
quedó aquí de mi hija, para cuidarlo, y estoy asentado como papá, y estoy recibiendo de
oportunidades; pero ahorita desde enero [2010] para acá [hasta el 22 de julio de 2010] no
nos han dado nada. Llega un recibo que nos van a dar, según dicen, en agosto. Entonces son
770, 780 pesos cada dos meses. Es lo único. A lo que yo me dediqué a hacer son los
instrumentos: guitarrones, jaranas; que vienen y compran. Antes con quince pesos mi papá
compraba su mercancía, ahorita yo con cien no compro casi nada. Ahorita las cosas van
peor todavía. Para mi toma de agua me cobraron 247 pesos, con mucha hambre de dinero,
diciéndome que tengo cuatro tomas, y ya vez que aquí vive mucha gente [había 4
construcciones de extrema pobreza]. Yo construí mi casa solo, con láminas, sacándola de
los panales de miel.316
Don Crescencio con su grupo Vichi, del municipio de Santiago Tuxtla, llegó a participar a la
Fiesta Patronal de Santiago, habían sido invitados por el ayuntamiento en turno.
Sorprendentemente, lo acompañaba su padre –jaranero de corazón- que aún con sus ochenta y
nueve años deleitó a la audiencia con el toque de su jarana. Ambos se acoplaron muy bien, el
uno al otro. Aproveché el momento para charlar con ellos. En nuestra conversación Crescencio
habló sobre los recuerdos de su niñez y del papel de su padre en su vida:
315
Ibídem (23.07.10)
316
Ibídem (23.07.10)
185
186
Bueno, como niño siempre me ha gustado andar con mi papá. Nunca me gustaba quedarme
en la casa; porque en el tiempo de diciembre daban aquí mucho dulce, galleta, y por eso, a
mí siempre me gustaba andar con él. Me compraron un mosquito muy pequeño, y aprendí a
tocar; pero afinar aprendí más tarde. Primero tocábamos con un cantador y jaranero que se
llamaba Manuel Valentín; yo también cantaba. A él se lo llevaron por primera vez a cantar
con Raúl Velasco.
Mi papá se llama Dionisio Vichi, tiene ochenta y nueve años de edad, fue de “raza” y de
“madera buena”. Nosotros somos el grupo Son Tuxteco, de la colonia del Paraíso, en
Santiago; y , empezamos a tocar en 1987 con el nombre “Jarocho de los amigos”. Aquí en
Santiago a mi papá le han sacado tres discos compactos. Los que querían tocar con nosotros
siempre eran bienvenidos. Había violinistas de los viejos. Ahora ya el violín se usa poco
porque no nos ponemos a aprenderlo, pero se oye muy bonito. Con el tiempo se dividió el
grupo; mi papá se retiró, mis tíos también, y le pusimos el nombre “Son Vichis”. Yo
empecé a tocar desde muy pequeño, mi papá me cuenta que él empezó desde sus doce años.
Yo toco la primera, segunda y tercera; y mi papá la guitarra del son. Aquí está también mi
señora que es bailadora, se llama Zoila Martínez.
Mi papá tiene una historia muy interesante sobre un tiro que le dieron. En aquella época
cuando él iba a tocar, esta música se consideraba muy problemática porque en las fiestas se
acostumbraba a ofrecer mucha bebida, y a veces, los que tomaban mucho terminaban
armando pleitos. A mí hasta hace apenas unos meses me enseñaron un libro sobre una
gente que venía descalza con jaranas y con pistolas, quien sabe de qué tiempo sería, pero
así andaban. Todos querían ser los mejores bailando y cantando, nadie quería irse hacia
abajo. A mi papá le tocaron esas fiestas, en una ocasión fue invitado a una atrás del Vigía,
del otro lado; y me cuenta que allá había un cantador, un versero. A mi papá le animaban
con frases como “no dejes que te gane éste y el otro, tú eres más bueno que ellos”. Mi papá
les respondió con un verso:
Al decir mi papa este verso seguían cantando, pero después el cantador tenía un cuñado
que estaba en la bodega, salió de allí y como él tenía pistola, machete y cuchillos, le dio un
disparo a mi papá. Se desmayó. En poco tiempo vio que la bala le entró por el brazo, y se
volvió a caer. Luego pidió agua, pero si se la hubieran dado, habría muerto. Lo que tomó
fue un vaso con licor; ese trago le dio fuerzas para caminar. Se llevó el trago, y se
acalambró caminando. Llegó hasta Santiago con vida. Lo llevamos con doctores y se curó
pronto.”317
El caso de Crescencio es interesante en tanto conoce el lado formal, porque desde el año pasado
(2009) empezó a trabajar como funcionario en la Casa de Cultura de Santiago Tuxtla; y, a la vez,
el lado informal del son jarocho y de la fiesta del fandango, al tocar de manera independiente en
317
Fuente: Comunicación personal con Crescencio Vichis (23.07.2010)
186
187
eventos varios. Fue desde su juventud que Crescencio ha participado activamente en casi todos
los eventos organizados; al día de hoy, sigue manteniendo ese papel enérgico al organizar y tocar
en los fandangos.
Mientras estaba con Crescencio también pude percatarme acerca de lo que otros jaraneros habían
señalado como el hecho de que ese evento no había sido como los anteriores, hubo menos grupos
y por cuestiones políticas y financieras se recortó el presupuesto. Además, tras la derrota de las
autoridades locales en las recientes elecciones, ningún representante del pueblo, ni siquiera el
presidente municipal, dio un discurso inaugural. En ese marco Crescencio fue tan amable de
opinar sobre el fandango antiguo, recordando muchos detalles de la época de los 60s:
A nosotros siempre nos ha tocado participar frente al Palacio; ya después participamos aquí
en la casa del fandango. Antes cuando iniciábamos el fandango, ante el Palacio, tocábamos
por puro gusto. Ahora a cada grupo participante nos dan una gratificación de mil pesos, no
importa si vamos cinco u ocho jaraneros, por eso le digo que no hay paga. Esta música no
tiene precio. Cuesta mucho, nada más que no está valorada. 319
318
Ibídem (23.07.2010)
319
Ibídem (23.07.2010)
187
188
Respecto a la comparación en torno a cómo era la época de antes con la de hoy, si era mejor o
peor el bienestar de los jaraneros, Crescencio respondió:
Como me ha contado mi papá a la mejor ahorita, ya que antes eran más problemáticos los
tiempos. Todo lo que hacemos nosotros, ahora, lo agarramos para convivir. Nosotros
conocemos a gente que viene de fuera, hablamos de música, nos vamos conociendo como si
fuéramos una sola persona a través de la música. Entonces quiero decirte que ahora es
diferente, antes por la música se mataba uno. No. De eventos políticos nosotros hemos
participado todos con todos, desde los 90, con el PRI, con el PAN, con el PRD, con el PT. A
nosotros nos buscan, a nosotros nos dan una gratificación, y nosotros estamos. Nos han
solicitado desde hace muchos años, desde cuando aprendí a tocar más o menos, fuera de la
política; siempre vamos para animar a la gente y nos dan una gratificación320.
Don Crescencio señaló que además de dedicarse junto con su familia a las labores del campo,
también se dedica a comprar instrumentos, mismos que encarga a un laudero de la región de
nombre Julio, para posteriormente venderlos. Es asimismo músico, participa en la mayoría de los
eventos organizados del gobierno y también atiende a invitaciones particulares:
La mayoría de los grupos, aquí en las fiestas, vienen completos; pero bueno, si alguien
viene y ya lo vamos conociendo a través de los años, dice uno: yo voy a tocar en cualquier
grupo. Somos amigos. Nos mezclamos. Con el tiempo hemos modernizado el son en la
forma, porque le da uno otros arreglos, más rápido. Los charoleros utilizan más versos
pícaros; nosotros no, pero la letra igual. Aquí se echan versos decentes; mi papá solo
compone versos de ese tipo:
Seguíamos conversando, sobre el evento cultural – organizado por la Lic. Yosabeth Cadena
González- y otros temas, cuando un joven empleado del ayuntamiento de Santiago Tuxtla,
320
Ibídem (23.07.2010)
321
Ibídem (23.07.2010)
188
189
pidió a los jaraneros que pasaran a tocar a la plaza Cervantina, situada del otro lado del
Foro Artístico.
189
190
CAPÍTULO 5
Desde las raíces hasta las ramificaciones del son jarocho: perspectiva
musicológica
¿Qué es el son? Según Hérnández Azuara (2003) fuentes como “El Libro de
Apolonio” del siglo XIII, el término son se relaciona con la vihuela pues ya “Sebastian de
Covarrubias lo define en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) como:
‘qualquiera ruido que persibimos con el sentido del oydo’”322. Por ello, al tratar de estudiar
el son, y la presencia del negro en México y Latinoamérica, así como la supervivencia de
las características intrínsecas africanas y sus nexos con la influencia europea, es
indispensable hacer referencia a la presencia negra en la Península Ibérica antes y después
de la llegada de los europeos a América, pues ambos acontecimientos tuvieron repercusión
en el desarrollo musical del Nuevo Mundo.
El medio y la órbita del son se pueden localizar perfectamente en un área que descansa en
la porción más occidental del mar Caribe, y como cultura folk de América Latina, el son
es producto de una particular convergencia de elementos cuya selección en el curso de
tiempo habría que buscarla en las razones socioeconómicas que determinaron el
desarrollo colonial de esta porción del Caribe.323
Cabe mencionar, además, que en los últimos años se han hecho esfuerzos, desde el punto de
vista etnomusicológico, por otorgar una mejor explicación sobre las apariencias
multiculturales expresadas en diferentes modos musicales en la cuenca baja del estado de
Veracruz. Algunos autores como Naveda Chávez (2000), Del Palacio (1998), León (1987)
lo expresan bien:
El son, expresión musical veracruzana por excelencia, ha sido en este sentido analizado,
arribándose a la conclusión de que una de sus principales vertientes formativas la
constituyen elementos de indudable origen africano. De esta mantera corroboramos que en
términos de baile, música y convivencia festiva, la herencia africana aflora a plenitud,
constituyendo un sólido cuerpo de identidad cultural distintiva que ha llegado a convertirse
en paradigma de expresión regional.324
En la cultura popular del sur de Veracruz, los sones tienen además una estrecha relación con
322
Hernández Azuara, C. (2003: 111)
323
León, A. (1987: 123)
324
Naveda Chávez, A. en Velasco Toro, J. y Félix Báez-J. (2000:53)
190
191
El cancionero del son se ubica desde Cartagena y Yucatán, hasta Isla de Pinos y puertos del
sur de Cuba, y desde la Coloma y la bahía de Cienfuegos hasta Manzanillo y Guantánamo.
Entre los países donde se practica son Jamaica, las Islas Caimán, Santo Domingo y Puerto
Rico.327
De ahí que el objetivo de este capítulo sea mostrar, en un primer momento, cómo la influencia
española y la africana han nutrido al son; luego pasaremos a revisar desde la etnomusicología
algunos elementos de ritmo, instrumental, de ejecución y entonación en el análisis del son
jarocho. Para ello, a partir de los trabajos de músicos- compositores contemporáneos radicados
en Xalapa – Jorge Arteaga, Richard Siwy, Emmanuel Arias y Luna, José Saldaña y Alejandro
Corona- intentaré mostrar cómo se ha dado ese sincretismo entre son jarocho y música
instrumental durante las últimas dos décadas. Procederemos en el orden mencionado.
Es de nuevo Hernández Azuara (2003) quien nos proporciona varios ejemplos de cantos
que inicialmente fueron importados de España cuya estructura musical posteriormente varió y se
ramificó en otras formas de acuerdo con la dinámica recreada por diferentes géneros musicales.
Es así como encontramos, por un lado, al Romance o Carretilla andaluza, Zéjel o Villancico
profano, Relación, Copla romanceada, Copla de seguidilla, Copla de estribillo, Copla de nana,
Plantas de valona, la Tonada, la Canción amorosa, el Son y el Trovo; por el otro, encontramos a
otras formas importadas como Alemana, Españoleta, Zarabanda, Chacona, Folía, Villano,
Escarramán, Antón pintado, etcétera.328 Cabe mencionar, además, que con el paso del tiempo es
posible identificar en la posmodernidad cómo varias de estas expresiones musicales se han
asentado, arraigándose en la música, en este caso, en los sones mexicanos. Nos indica Antonio
García de León que la palabra fandango en el Diccionario de Autoridades de la Real Academia
Española: “…tenía que ver con un género y una fiesta acompañada de instrumentos de cuerda,
325
Celia del Palacio en Silva – López, G., Vargas Montero, G. y Velasco Toro, J. (1998: 219)
326
León, A. (1987: 125)
327
León, A. (1987: 126)
328
Hernández Azuara, C. (2003 : 111)
191
192
con las danzas y cantos aprendidos y apropiados por “los españoles que han estado en las
Indias”.329
El español Gaspar Sanz, en su método de guitarra escrito en 1674, define las bases
de la técnica de interpretación de guitarra.
El título original era "Instrucción de Música sobre la guitarra española y Método de sus
primeros rudimentos, hasta tañerla con destreza, con dos laberintos ingeniosos, variedad de
sones y dances de rasgueado y punteado, al estilo español, italiano, frances y inglés, con un
breve tratado para acompañar con perfección sobre la parte muy esencial para la guitarra,
arpa y organo, resumido en doze reglas y exemplos los mas principales de contrapunto y
composición, dedicado al Serenissimo Señor, el Señor Ivan, compuesto por el Licenciado
Gaspar Sanz, aragones, natural de la Villa de Calanda, Bachiller en Teologia por la Insigne
Vniversidad de Salamanca.330
Así los músicos de Nueva España en aquella época establecieron el modelo europeo
musical, en particular el modelo español, debido a la gran importación de sones durante los
siglos XVI -XVII al Virreinato. Éstos fueron, primeramente, tocados con vihuela; más
tarde, en el siglo XVII, con guitarra barroca de cinco pares de cuerdas. Con ello se dio paso
a la formación de una estructura musical con patrones rítmicos y armónicos, con elementos
escénicos y coreográficos. Más aún, la fusión de los tres rasgos y entonaciones: indígena,
europeo, afro-caribeño, dio inicio al son mexicano.
Sanz nos da hasta veinte ejemplos de música de “dances”… Gallardas, “dance de las
hachas”, “la Buelta”, (la volta), folías, rugero…paradetas, matachines, zarabandas,
jácaras…con novedades de técnica y efectos guitarrisicos.331
329
García de León, A. (2009: 11)
330
Partituras de Guitarra Clásica «http://www.partiturasdeguitarraclasica.com/gaspar-sanz.html#VIDA»
331
Salazar, A. (1972 : 123)
192
193
ciudad, acompañados por tres personas que tocan una marimba y un grupo de jaraneros que
toca y canta las pascuas. La gente contesta en coro:
Sigue un fragmento de las pascuas que canta una sola persona durante todo el recorrido:
De tierras ausentes
vienen con espero
a ver al naciente
el día seis de enero.333
La tradición es resaltada con motivo del Año Nuevo. Después, en el día dos de febrero,
durante la celebración a la Virgen de la Candelaria, se levanta al Niño Dios que había sido
acostado cuarenta días antes. Pero es en Tlacotalpan, lugar sonero por excelencia, en donde
se realizan las mayores festividades a la Candelaria. La fiesta consiste en bailes y música
jarocha, así como competencias deportivas en canoas y regatas, en donde participan
lugareños y remeros de Alvarado. Aunado a éstas se organizan otras actividades lúdicas. En
este sentido, el son jarocho implica no solo influencias españolas, pues una buena parte de
los ritmos del son poseen también una raíz africana. Es precisamente al continente africano,
sitio de una riqueza de etnias, lenguas y tradiciones, junto con su vasto ámbito geográfico,
que se le ha reconocido como uno de los continentes de mayor influencia en gran parte de
las diversas tradiciones musicales. Fuente, a su vez, de un inmenso número de instrumentos
tanto cordófonos como percutidos, África siempre ha sido objeto de investigación
musicológica, como reflejo de la tradición asentada desde los tiempos de la vieja escuela
empírica inglesa de antropología y sus postulados. Luego entonces, habría que
preguntarnos ¿hasta qué punto se puede hablar de un conjunto homogéneo de culturas
musicales africanas? Una respuesta la hallamos en los estudios de musicólogos como
332
Carvajal, C. (2000 : 55)
333
Ibídem (2000 : 56)
193
194
Gilbert Rouget (1967) y Paul Collaer (1970) quienes a finales de los años sesenta afirman
que el cúmulo de documentos registrados indica que la música negra ha dado inicio a una
gran variedad de estilos. Otros musicólogos, como el norteamericano Rose Brandel (1961),
consideran que la diversidad es solo un denominador musical común.
Y es que la vastedad del continente africano envuelve diversos ritmos. Por ejemplo,
el enorme desierto del Sahara divide a África en dos grandes regiones musicales. La música
del norte tiene que ver con la música del Oriente Medio; mientras que la música
subsahariana es famosa por sus ritmos sofisticados. Además las agrupaciones de tambores,
xilófonos y otros instrumentos ejecutan diferentes modelos rítmicos y métricos que forman
estructuras complejas llamadas polirítmicas; e incluso instrumentos musicales diferentes a
la percusión se tocan en grupos y cada uno reproduce sólo una nota. Asimismo en muchos
pueblos africanos hay una persona que interpreta la música del grupo, es decir, hay una voz
que funge como voz guía o solista. Esta figura sería un símil con la categoría de solista
que conocemos en nuestra sociedad; y a partir de la cual las demás voces actúan
respondiéndole. Esa voz guía sirve, también, de acompañamiento en las danzas, en los
esfuerzos físicos, las ceremonias y en las procesiones reales, imitando de esta manera al
lenguaje coloquial.334
334
Nettl, B. (1985 : 155 – 157)
194
195
no tiene el mismo vigor y con facilidad se han incorporado temas populares a la música
religiosa.
Por otro lado, resulta difícil confundir la música vocal de África Oriental con la de
los países occidentales. En el occidente central africano -Senegal, Níger, etcétera- resaltan
dos rasgos típicos:
a) Músicos profesionales denominados griots que son mezcla de músicos e
historiadores oficiales aristocrátas de las clases altas;
b) El uso de los tambores para la comunicación cotidiana. En el Africa Oriental, la
utilización de arpas y liras, en el territorio entre el Valle de Nilo hasta el Valle del Rif, se ha
considerado históricamente como práctica sucesora de la cultura del antiguo Egipto de los
faraones.335
Por tanto, a pesar de la amplia variedad musical africana, hay musicólogos como
Arthur M. Jones que enfocan sus esfuerzos en busca de su homogeneidad.337 Otros como
J.H. Hwabena Nketia plantean:
335
Ikuska, «www.ikuska.com/Africa/Etnologia/musica.htm»
336
Ikuska, «www.ikuska.com/Africa/Etnologia/musica.htm»
337
Pérez Fernández, R. A. (1990 : 58)
195
196
Por su parte, para Rouget (1967) es difícil de clasificar las zonas con diferentes
estilos africanos debido a que las grabaciones de música africana son escasas y por ende, no
son suficientes para la creación de una constelación de ideas en conjunto que permita inferir
sobre los rasgos característicos y acomodarlos en varias zonas estilísticas. Collaer (1970) al
contrario, considera que existe la posibilidad de acotar tales zonas, basándose en
plataformas lingüísticas. Él se refiere a una zona en el sur africano desde Guinea hasta
Mozambique, incluyendo dominaciones genéricas y pequeños grupos étnicos zulus, swuazi,
hotentotes, bosquimanos, que están muy relacionados, viven en grupos, y que comparten
con los damaras y hadzas (otros grupos étnicos), el mismo lenguaje de chasquidos que los
hace tan característicos y llamativos como el namaqua, que es una lengua khoikhoi. Con el
uso del nombre khoi-san, entonces, se visualiza el conjunto de todas las etnias. Además
cabe mencionar que, en términos generales, las zonas folklóricas africanas determinadas
por Collaer, coinciden con el comercio y la trata de negros. De esta manera se puede hablar
de una pluralidad de tradiciones musicales. Algunos estudiosos como Nketia ven una
diferencia entre las áreas fronterizas donde viven los bosquimanos, los pigmeos y algunos
pueblos de Sáhara; mientras que las demás partes denotan tradiciones con una amplia
afinidad, agrupándose en pequeños aglomerados. Esta opinión coincide también con otro
musicólogo afroamericano, J. Howard quien opina que la mayoría de los esclavos tuvieron
que ver con el origen de las tradiciones que son muy homogéneas a lo largo de la costa
occidental, a partir de Sierra Leona hasta Angola, y que aportaron a la formación e
integración de la población americana. Así la relativa uniformidad se refleja, hasta cierto
punto, en los sistemas rítmicos y de entonación.339
Por consiguiente, existen por lo menos dos factores que unifican en parte la música
latinoamericana y la africana: a) la misma ubicación geográfica: la atlántica; b) el conjunto
relativamente homogéneo de estructuras rítmicas. Existe también relación rítmica entre la
música africana, del Medio Oriente, la India y los Balcanes, pertenecientes respectivamente
338
Nketia, J. H. en Pérez Fernández, R. A. (1990 : 58)
339
Pérez Fernández, R. A. (1990 : 58, 59)
196
197
a la Antigua Grecia. Los estándares del Jazz contemporáneo clásico (ragtime, jass o jazz),
que se dieron en la zona de New Orleans (Luisiana, USA), se basan sobre los modos
antiguos griegos, el esquema tonal europeo y ritmos africanos.
Sin embargo, según Nikolova (1995), es el búlgaro Stoyan Djudjev quien hace
referencia a la enorme variedad y complejidad rítmica y ornamental de algunas de las ocho
zonas estilísticas musicales búlgaras (Shopska, Trakiiska, Dobrudjanska, Severniashka,
etc.); analiza, además, minuciosamente las especificaciones metro-rítmicas de los Balcanes
que de alguna manera dejaron también sus reflexiones en la música de la península ibérica.
Para Djudjev, la música folclórica búlgara que pertenece a la región de Tracia y sus
alrededores contiene algunos elementos estructurales de la música árabe, referiéndose al
agrupamiento de valores pequeños rítmicos, que se agregan a los valores grandes 341. Este
proceso se describe como tramo temporal, según Pérez Fernández (1990). Es decir, en la
música africana el valor más grande se fracciona y genera el tramo temporal que se añade,
por lo general, al grande; cuando sucede esto se agrupan elementos rítmicos en grupos de
dos y tres unidades llamadas esquemas métricos binarios y ternarios.342 Consideramos por
consiguiente hacer mención de la enorme influencia y sincretismo rítmico entre las
diferentes culturas que han dejado una inmensa herencia en la variedad de pulsaciones
irregulares y regulares, simples y complejas, complementarias y de diferentes unidades, en
la música de todas las entidades étnicas y enclaves. Pérez Fernadéz describe dos canciones
340
León, A. (1987: 24)
341
Djudjev, S. en Nikolova, L. (1995: 267)
342
Pérez Fernández, R. A. (1990: 76)
197
198
Figura 17
Canción sin compases345
343
Pérez Fernández, R. A. (1990: 70-74)
344
Bártok, B. (1935:S. XII)
345
Nikolova, L. L. (1995: 123)
198
199
346
Ibídem (1995 : 132-134)
347
Gli Strumenti musicali (1977 : 206)
348
Método para gudulka (1983 : 4)
199
200
Cabe mencionar el aspecto del sistema rítmico africano y del sistema rítmico de
Europa Oriental y Occidental del post-renacimiento, éste último con su enorme reflexión
sobre gran parte del mundo dejó huella en la música hispánica en el contexto de una
compatibilidad con la música africana. De modo que el producto de las dos influencias, la
africana y la europea es la premisa importante para el inicio de la tradición musical de
nuevo tipo en América Latina.
Pérez Fernandez (1990) explica que la música africana tiene dos formas rítmicas
diferentes: la que divide el tiempo a dos partes iguales, con una pulsación regular llamada
ritmo divisivo; y la otra forma rítmica es la aditiva. El ritmo adquiere pequeñas raciones de
tiempo de duración desigual. De esta manera el resultado es una pulsación irregular:349
Figura 18
Pulsación irregular rítmica350
349
Jones en Pérez Fernández, R. A. (1990 : 64)
350
Ibídem (1990 : 64)
200
201
ya que las teorías griegas y bizantinas asumen como unidad una duración pequeña, y ésta
sirve como fuente para la multiplicación o adición de otros valores todavía más pequeños.
Figura 19
Esquema binario352
351
Ibídem (1990 : 65)
352
Ibídem (1990 : 74)
201
202
Pérez Fernandez (1990) explica las subdivisiones de los valores: en la figura 18 se observa
que un valor del esquema binario es más largo que el del nivel similar en el esquema
ternario en donde la relación entre unos y otros valores es 3:2. Aquí la negra por ejemlpo
del esquema binario es igual a una negra con puntillo del siguente esquema ternario (19,
segungo ejemplo, caso [b]).
Figura 20
Esquema ternario353
353
Ibídem (1990 : 66)
202
203
203
204
Figura 21
Pulsación sesquiáltera356
354
Pérez Fernández, R. A. (1990: 75)
355
Nketia, H. en Pérez Fernandez, R. A. (1990: 85)
356
Ibídem (1990 : 85)
204
205
Figura 22
Proceso de “binarización”
357
Ibídem (1990 : 105)
205
206
Pérez Fernández ofrece una explicación convincente del proceso de las distintas
fases de binarización, partiendo de una rítmica pequeña y llegando a un análisis de frase
rítmica más compleja, complementaria y extensa.
Figura 23 Figura 24
Pie ternario La binarizacipon del Pie ternario359
358
Pérez Fernández, R. A. (1990 : 108)
359
Ibídem (1990 : 109)
206
207
La forma básica del pie ternario (figura 22) aparece “binarizandose” en sus dos
formas, acortando el valor de las notas negras y las corcheas. Sin embargo, Pérez
Fernández señala que esta configuración de ritmo aunque se considere equívocamente
ibérica, no se encuentra en el resto de Europa. En otras ocasiones el ritmo se entiende como
la cohesión de dos corcheas en frente de dos grupos de negra y corchea (figura 24).
Figura 25
Proceso de “binarización”
El pie rítmico está presente en toda América, aparece en un minstrel tune, (género
teatral musical norteamericano del siglo XIX) y también se pueden encontrar ejemplos en
varios ragtimes, (que es un estilo musical estadounidense surgido a fines del siglo XIX,
como una variante de la marcha) en New Orleans, las Islas Marítimas de Georgia, Chicago,
Sant Louis, New York, etc. Si se acepta el supuesto que el pie (patrón rítmico) era de origen
hispánico (tras la llegada de los españoles a New Orleans en el siglo XVIII), no se podría
encontrar una fácil explicación de la gran divulgación en el país norteño, ni el uso tan
amplio que le dieron los negros. Según María Teresa Linares, musicóloga cubana, el pie
encuentra su lugar en varias especies musicales en Cuba como sucu-sucu, son, tamburito,
360
plena, carabine, entre otras caribeñas. Otra danza que se dio en España y que fue
360
Ortíz, F. en Pérez Fernández, R. A. (1990 : 110)
207
208
En Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico la dominación española abolió la trata hasta
fines del siglo XIX, lo que generó una nueva oleada de emigración de África en el
momento en que la mayor parte de los países latinoamericanos se habían ya formado como
Estado – nación. Estos nuevos grupos de africanos conformaron una nueva población
urbana que marcó la nueva capa social con sus “tradiciones neoafricanas”363:
En la definición que ofrece Herskovits, refiere Pérez Fernández (1990), sobre los rasgos
africanos menciona que hay dos tendencias: la del sincretismo, que identifica la cutura vieja
con la nueva; y la de reinterpretación que es un factor que busca las semejanzas entre las
dos culturas, pero a un nivel psicológico. De modo que los procesos transculturales se
dieron en medio de un contexto social que resguardaba los rasgos africanos, cuidándolos de
mezcolanzas; aun así, el intercambio cultural entre las distintas etnias era, en un momento
dado de la historia, inevitable. Cuba y Brasil son ejemplos de un panóptico de tradiciones
sostenidas por ritos religiosos que varias capas de la población aún mantienen vivos. Por
consiguiente, está fuera de duda que las tendencias transculturales se han rebelado a través
de los africanos libertos ya que se formaron ambientes que favorecían la apariencia de
tendencias similares. Refiriéndonos a la economía de plantación, esta se encuentra
361
Pérez Fernández, R. A. (1990: 27)
362
Ibídem (1990: 28)
363
García de León, A. (2009 : 190)
364
Ibídem (2009 : 191)
208
209
Figura 26
365
Pérez Fernández, R. A. (1990: 54-55)
209
210
Canción mexicana366
Figura 27
366
Pérez Fernández, R. A. (1990: 134)
210
211
Figura 28
Secuencias del moloso368
211
212
Hasta cierto grado los instrumentos de procedencia africana, utilizados con sus
características más audibles tienen influencia sobre la organización de los modelos
rítmicos. Entre los países latinos con mayor número de supervivencias africanas se
encuentran Cuba, Haití, Brasil, Panamá, Colombia y Venezuela, en donde se puede
descubrir varias peculiaridades del fenómeno sonoro afroamericano como los sonotipos
rítmicos-melódicos, sus elementos expresivos y la gran variedad de instrumentos. Los
idiófonos se representan de planchuelas de madera o metálicas, cucharas de percusión
contra el suelo, jícaras o jicaritas cubanas, tabletas de San Lázaro, campanas dobles o
simples, matracas, triángulos, raspadores, quitiplás, sanza y xilófonos, marimbas o
marímbulas, dependiendo del país. Además, algunos de estos instrumentos tienen sus
antecesores, por ejemplo, el antecesor de la marimba es el xilófono africano llamado
además balafón o miramba.369
369
Aretz, I. (2007: 47)
370
Ibídem (2007: 47, 48)
212
213
Fig.29371 Fig.30372
Marimba (arco musical) tocado por Beng tocado por un fang, de gabón
Rafael Terán de Palenque, Colombia
Fig.31373 Fig.32374
Agwong tocado por un Mpyemo, Marimba: detalle de amarre
de Upper Sangha de cuerda de arco
371
List, G. (1994)
372
Ibídem (1994)
373
Ibídem (1994)
374
Ibídem (1994)
213
214
En la primera parte del siglo XIX, había grandes festividades en Cartagena, con ocasión
del dos de febrero, fecha de Nuestra Señora de la Candelaria. Los habitantes de alguna
posibilidad económica y posición social, bailaban dentro de un pabellón especialmente
construido para la ocasión, con música de las bandas de los regimientos. Las personas de
las clases más populares bailaban al fresco, o sea al aire libre. En estos estratos bajos
había dos clases de danzas simultáneas. En un caso, los bailarines eran negros o pardos
(gentes de herencia racial mezclada), en el segundo caso eran indígenas. La danza de
negros y pardos, conocida entonces como currulao, era una danza en círculo por parejas,
muy similar a la cumbia de hoy. En ella, como en la cumbia, la mujer sostenía en su
mano un paquete de velas encendidas, amarradas con un pañuelo. La danza de los indios
era un círculo cerrado en el cual se alternaban hombres y mujeres, asidos de las manos.
En ambos casos, los músicos estaban en medio del círculo. La danza de los negros se
acompañaba con dos o tres tambores golpeados con las manos y un coro femenino que
palmoteaba. La de los indios, con gaitas. Hacia 1865, las dos castas raciales ya habían
375
Ibídem (1994)
214
215
Los instrumentos de tipo aerófono se tocan desde la infancia en Haití. Las flautas
nasales y traveseras se consideran de procedencia africana. Fue durante los trabajos, tanto
colectivos como individuales, en las plantaciones o en las minas, en donde el africano ha
alegrado su actividad con cantos y fuertes respiraciones y gritos: “Estos cantos de trabajo
solían ser de tipo responsorial, tipo de canto frecuente en la música africana y también en
los cantos religiosos o de esparcimiento afroamericanos.”377
En cuanto a la melodía de esos cantos puede ser descrita como una progresión con
motivos sobretodo ascendientes y en menor grado descendientes, la repetición de intervalos
tercera y cuarta en el desarrollo melódico, característicos de la melopeya afrovenezolana.
En la escala se denota una estructura formal con la heptatónica (escalas diatónicas en
menor y mayor), y pentatónica (organizaciones estructuradas a través de una ordenación a
quintas). La repetición continua es muy característica de la estructura del diseño melódico-
rítmico con diferentes patrones polirímitcos.378
376
Posada Gutiérrez en List, G. (1994)
377
Aretz, I. (2007 : 49)
378
Aretz, I. (2007 : 49)
215
216
379
Fuente: Ponencia de Gottfried Hesketh, J. A. en el Museo de Santiago Tuxtla, Ver. (24. 07. 2010).
El Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico incluye las obras del Diccionario crítico
etimológico de la lengua castellana (1954) y Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Son
obras creadas por el filólogo español Joan Corominas (1905-1997), publicada entre 1980 y 1991.
216
217
“Baile introducido por los que han eftado en los Reinos de la Indias, que fe hace al fón de
un tañido muy alegre y feftido.”380
En el caso mexicano, el fandango conlleva a bailar sobre una tarima. Se puede decir
que ésta es un instrumento percutido. Además, en México al fandango se le distribuye por
las diferentes zonas en donde se habla de huapango huasteco, fandango veracruzano,
phandánguita, fandango de artesa, fandango: zapateados, etc. Abundan referencias de
fandango en el centro y el occidente del país desde el siglo decimoctavo y decimonoveno:
“El fandango es, en este ambiente de tierras bajas y hasta los más remotos rincones, como
una planta natural de la tierra, el baile preferido de los campesinos, “el baile de las
sábanas”, como lo apellidó Lucien Biart en 1850.”382
Según los editores del “Diccionario de música hispana e hispanoamericana” (1999), el baile
con las características del fandango español tuvo las siguientes características en diferentes
países latinoamericanos383:
380
Fuente: Cita de Lope de Vega de 1726, tomada del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico
por la antropóloga Gottfried Hesketh, J. A. presentada en su ponencia en el Museo de Santiago Tuxtla, Ver.
(24. 07. 2010).
381
García de León, A. (2006 : 18)
382
García de León, A. (2006 : 23)
383
Fuente: Gottfried Hesketh, J. A. ponencia en S. Tuxtla, Ver. (24. 07. 2010)
217
218
Tabla 7
Características del fandango español
Según Ricardo Perry384, el creador del Centro de Documentación del Son Jarocho
(1999) y director del grupo musical jarocho “Los Cojolites”, las nuevas dinámicas de las
políticas culturales han aportado la revitalización del son jarocho, y eso se ha percibido más
fuertemente a partir del surgimiento del movimiento jaranero, a principios de los 80’ y
durante la época de los 90’, a diferencia de los últimos diez años.
384
Fuente: Comunicación personal con Ricardo Perry (20.03.2011)
218
219
Este proceso continúa hasta el día de hoy, no excluyendo el aporte del gobierno de
Fidel Herrera Beltrán (el caso de R. Perry, por ejemplo). Por ende, quisiéramos demostrar
en este capítulo mediante la presentación de una tabla, el número de grupos jarochos que se
desempeñan en nuestra contemporaneidad en el municipio de Santiago Tuxtla.
Tabla 8387
385
En particular, la emergencia de algunas empresas agrícolas, como por ejemplo la creación de la empresa
Guanos y Fertilizantes de México, S. A., Botey (1988: 34)
386
Moreno Rivas, Y. (1989: 13)
387
Fuente: La lista con los nombres de los grupos jarochos en el Mun. De Santiago Tuxtlas es incompleta y
pertenece al Director de la Casa de Cultura Luis Campos Ortiz, e indica el número de grupos jarochos
participantes en el último Concurso Estatal de Fandango en Santiago Tuxtla (25.07.2010)
219
220
del Mostal
“San Lun” Comunidad Santiago Tuxtla Los alumnos de Jesús Diez
“Son del Hato” Comunidad Santiago Tuxtla Camerín Utrera
Veamos un fragmento de una canción que nos llamó la atención por su estructura
binaria y, que posteriormente, transcribimos parte de ella. Fue ejecutada en el hotel
220
221
“Otatitlán” en la ciudad homónima, durante la hora de la comida (aprox. las 14.30 p.m.) el
día primero de mayo de 2010. El motivo del festejo fueron las festividades del Cristo Negro
celebradas durante la primera semana del mes citado. El grupo que la ejecutó fue
“Hermanos Comi”, de la comunidad de “Popoctepec”, municipio de Santiago Tuxtla.
Desafortunadamente no fue posible rescatar la letra, aunque la grabación que hicimos fue
de buena calidad. Sin embargo, la canción representa uno de los ejemplos del proceso de
“binarización” (que se refiere a la conversión del ritmo ternario -o sus elementos- a binario,
arraigada en el ritmo jarocho). Los elementos del ritmo ternario y la tendencia de su
paulatina “binarización” se observan en los segundos tiempos de los compases de la voz
principal 3, 4, 5,6 y 8.
Figura 33
Fragmento de canción de los Tuxtlas
221
222
Voz principal
Jarana primera,
segunda, Requinto
388
Fuente: Qureshi, R. (1987), Traducción propia del contenido de la tabla 5
222
223
223
224
requinto.
Ahora bien, una vez abordado grosso modo algunos de los elementos españoles y
africanos que han influido en el son jarocho y visto algunas cuestiones etnomusicológicas,
nos corresponde pasar a mostrar cómo esos dos factores se han unido en sincretismo, en
particular, en la capital del estado de Veracruz.
Es por todos conocido que la vida musical en la ciudad de Xalapa es polisémica,
aquí la tradición musical ha dejado una gran huella en el ámbito artístico y en el de la
enseñanza musical, en el transcurso de los últimos cien años. Las múltiples agrupaciones y
ensambles, solistas, instrumentistas y vocalistas siempre han sido y siguen siendo una
premisa relevante en la formación socio-cultural de la joven generación y en los enfoques
224
225
389
Fuente: Jorge Arteaga, comunicación personal (20.02.2011). La obra fue estrenada el 19 de junio del 2010
en el auditorio del Instituto de Ecología A.C., Xalapa, Ver., durante la 2ª Jornada Nueva Música de Cámara
en Xalapa, auspiciado por la Universidad Veracruzana. Solistas fueron la flautista Margarita Chávez y
Contrabajista Andrés Dechnik. La pieza será publicada muy pronto por: Partilab Partituras de Música
Mexicana, www.partilab.com
390
Fuente: J. Arteaga, comunicación personal (20.02.2011)
225
226
391
Fuente: Jorge Arteaga, comunicación personal (20.02.2011)
226
227
392
Fuente: Jorge Arteaga, comunicación personal (20.02.2011)
227
228
393
Fuente: Jorge Arteaga, comunicación personal (20.02.2011)
394
Fuente: Richard Siwy, comunicación personal (22.02.2012)
228
229
Foto 16
Programa de mano del estreno de la obra
229
230
230
231
Luego sigue número grande 9 donde tenemos copiado el mismo tema hasta el
compas (129) y la tonalidad se cambia en Re mayor. Esto lógicamente eleva el grado de
emotividad por la altura.
Más adelante, a partir del compas (130)- entre números grandes 12 y 13- tenemos
un desarrollo en donde se da una sonoridad de la cuerda ostinata que asemeja el rasgueo de
varias jaranas, dándole base a las replicas que tienen las maderas (c. 138), metales (c. 142),
y los dos Pianos solistas (c. 146) en un “choque” con los instrumentos de aliento:
movimiento ascendiente cromático, opuesto al desplazamiento cromático en la sección de
los alientos que va al sentido contrario, para abajo.
231
232
395
Se anticipa en un dado momento la estructura y se mezcla con ella, (c.144 en adelante)
396
Fuente: Richard Siwy, comunicación personal (22.02.2011)
232
233
Sigue la entrada de las maderas con los pianos (c. 150) seguida de un Solo de pianos
(c. 154), pianos y madera (c. 158), tuba con trombón (162), piccolo y dos flautas (c. 170)
con un ritmo específico de quintillos. Se llega hasta la CODA pequeña (c. 188)
233
234
y allí se encuentra presentado el tercer tema: la danza tamaulipeca “El Relámpago” que se
expone en Fa mayor. Es un tema con variación y puente que se une con la última sección
A1. A partir del compas (290) tenemos sólo siete compases del primer tema “Aguanieves”.
234
235
235
236
Ahí el compas cambia (c. 461) a 6/4, ya que viene de 3/4 (la pulsación métrica cambia de 2
a 3, mientras el metro y la estructura del tejido musical sigue siendo ternaria). Ejemplos
como este se encuentran en varios lugares de la pieza, pero en una sola ocasión tenemos
cambio de compas 3/4 (c. 215) a 2/4 (c. 219), donde termina la Codetta de la sección A y se
da un puente de 8 compases que prepara la apariencia del tercer tema “El Relámpago”.
Justo en ese movimiento se puede determinar un cambio claramente definido del ritmo
236
237
ternario al ritmo binario, junto con el cambio de tono y la llegada de la nueva tonalidad Fa
mayor.
Por último, dentro de los últimos veinticinco compases de la obra se encuentra material del
tema principal con corto desarrollo sintetizado de manera que se pueda preparar el corto
final de la pieza sinfónica.
4.4. Tres arreglos de las canciones “El Gavilancito”, “La Sarna” y “El Torito de las
bajadas”397
Las tres canciones son conocidas en la región costera de Veracruz. El autor las
escuchó en la zona sotaventina. Sin embargo, no existe música editada de los originales. A
continuación procederemos con un corto análisis de los arreglos.
5.4.1) El arreglo de “El Gavilancito” incluye tres estrofas. Antes de cada estrofa
hay una introducción instrumental. Cada estrofa empieza con los tenores seguidos por un
tutti del coro. Debido a que la melodía es muy enriquecida rítmicamente a priori
(síncopas, dosillos, ritmos irregulares etc.), el arreglista usó la textura homofónica para
conservar y exponer el ritmo original de la melodía. La última fue armonizada con acordes
de triadas paralelas en bloque, con divisi a tres para las voces femeninas y el mismo divisi
para las voces masculinas, como los acordes han sido duplicados a través de una octava
abajo:
397
Arreglos grabados en el CD - edición de la Universidad Veracruzana, llamado: “De Xalapa a los
Tuxtlas”, por el Coro y solistas de la UV y el Grupo jarocho “Tlen Huicani”.
237
238
5.4.2) “La sarna” también tiene tres estrofas con las introducciones temáticas
de doce compases que presiden a cada una de las estrofas. La canción está escrita en el
compás de tres cuartos. El ritmo contiene muchas síncopas. Toda la belleza de esta
canción se encuentra en el texto humorístico y la ornamentación rítmico - melódica. El
acompañamiento armónico sólo tiene dos acordes: de la tónica y el dominante.
238
239
El coro se divide a seis voces. Los primeros tenores están destinados a cantar el
tema con el texto; el resto del coro responde a cada verso con un comentario filósofico -
cómico: "solo por eso", "por eso solo" y luego "ti-li ti-lin", "to-lon to-lon". No hay coda. La
canción termina sorpresivamente con un acorde acentuado en el tutti.
Su forma son tres estrofas con las introducciones instrumentales sobre al tema B.
Primera estrofa:
239
240
Segunda estrofa:
240
241
Tercera estrofa:
Empiezan los tenores y bajos en dos voces en una posición más alta que en la
primera estrofa, acompañados por el contrapunto de las sopranos y contraltos en intervalos
terceras (c. 115).
241
242
242
243
sinfónica” (estrenado en el Centro cultural “Los Lagos”, Xalapa, Ver., el 21.06.2004, con
solista Inti Bullón y la Orquesta Sinfónica de la Facultad de música de la UV, director F.
Ávila). Asimismo la pieza programática para narrador y orquesta sinfónica “Oda al
Quijote”, basado en el poema de Carlos Cea Díaz, “Eusónica del México colonial”, op. 23,
etc. De hecho, la mayoría de sus jarabes fusionan diferentes sones, así como elementos
relevantes de su pulsación métrica y la falta a veces de coplas. Un ejemplo de lo anterior
queda constatado cuando el compositor Arias señala:
Cuando se tocó la obra “Sonoralia” Óp. 3, No. 2 (segunda versión), en 1976, con la
Orquesta de cuerdas de la Sinfónica Nacional; refiriéndose al segundo movimiento, una
de los músicos yucateca de la sinfónica me dijo: “… aquí se oye una jarana yucateca”,
otro músico que era michoacano me dijo: “… este es un zapateado michoacano”, y
también allí un músico de Veracruz: “… no, este es más bien un huapango
veracruzano.”398
4.6. “Sonoralia”
398
Fuente: Emmanuel Arias y Luna, comunicación personal (01.03.2011).
243
244
244
245
Luego, entra el segundo tema b y termina en el compas 44. A partir del compas 45 con
anacrusa tenemos el tercer tema a1 (seguido por el material del desarrollo). Sigue un signo
de repetición sin casilla y acaba la Primera parte del movimiento.
245
246
La Segunda parte del movimiento es similar a la Primera, y está descrita más arriba (p. 244)
sin ejemplos del texto musical.
Foto 17
246
247
4.8. Tercer movimiento: “DANZA” de la “Trilogía para Violín solo” de José Saldaña
Este solo para violín, explora dos aspectos musicales que se funden en un todo para
crearlo. Por un lado, toma una rítmica muy usada en la música tradicional como es el 3/8 y
la sensación de tresillo permanentemente; por el otro, el lenguaje para crear esta obra
dentro de este mundo rítmico es totalmente cromático, dando como resultado una obra que
aporta al repertorio de la música para violín solo.
247
248
El principio
2) Después inicia el desarrollo, el cual llega hasta el compás 143, en 144 reaparece una
evocación del primer tema para dar inicio a la última sección.
Si bien, la obra se desarrolla con el pulso de tresillo de octavo, hay momentos en
donde el mundo binario aparece sin dejar de estar en un compás ternario como ocurre en los
compases 17 al 23 en donde aunque la figura es de negra con punto, la frase marca pulsos
de dos. Por lo general, las apariciones de negra con puntillo tienen, de manera prolongada
en varios compases, esta misma idea.
El Final
248
249
4.8.1 La Polifonía
La obra está estructurada como un contrapunto que se define por registros de forma
tal que se puedan diferenciar los cantos de las voces como elementos separados pero, a su
vez, cantando en un todo. Los efectos de color como pizzicatos, trémolos, ponticellos, etc.,
son en su momento portadores de un discurso polifónico, y sirven para articular la
separación de las voces, darle variedad al discurso musical y, al mismo tiempo, explorar los
colores de timbre en el instrumento.
La idea fue hacer una pieza aprovechando los recursos técnicos del violín.
Agarrando la pulsación de 3/8 como una de carácter nacionalista y elaborando un lenguaje
dodecafónico serial, que cual se organiza por dos líneas combinatoriales que se van a
diferenciar, algunas veces, por registros; otras veces solo alguna línea lleva los efectos de
color (pizzicatos, trémolos), y la otra línea va cantando sin efecto. El tercer movimiento es
parte de la obra en tres secciones. La primera sección A no tiene efectos de color, la
segunda – es como parte B, con más expresión y un uso intermedio de efectos de color
(harmónico, pizzicato,) y la Danza – tercera sección.
La sección A1 es una síntesis de ritmos característicos tanto del área central de
México (jarabes) como de la zona sureste del estado de Veracruz. La obra forma parte del
material didáctico para estudiantes avanzados de violín y pretende incorporarse como
música mexicana contemporánea de concierto, ya que incluye técnicas avanzadas de
249
250
Yo pienso que cierta música contemporánea tiene sus orígenes en los principios que
Bach cimentó, al entender la música como una ciencia. Eso implica una permanente
investigación sobre diversas formas de combinar sonidos para producir todo tipo de
efectos en la mente. Todos estos conceptos ya no están basados en el sistema homófono
– harmónico, sino en el camino que se siguió al transformarse el sistema tonal a
principios del siglo XX , al tratar de organizarse en un nuevo sistema propuesto por A.
Shönberg con sus obras dodecafónicas que datan desde los años veinte. Posteriormente
este sistema fue transformado y modificado por múltiples compositores, tanto europeos
como americanos (entre las vertientes que influenciaron se incluye el nacionalismo
musical mexicano), que llegó a nosotros por la formación académica recibida en la
Maestría en composición de la UV, cuyo director musical es el Dr. Emil Awad, y cuyo
plan de estudios se centra en los estudios postonales en especial en los aportes de Milton
Babbit hacia la música dodecafónica serial.399
LA FORMA es ternaria - A, B, A.
399
Fuente: Comunicación personal con José Saldaña (10.03.2011).
250
251
Parte A
Parte B
Inicia a partir del compás 49, es el desarrollo de la obra y se extiende hasta el compás 76:
251
252
Parte A (Prima)
El Ritmo
252
253
Para la elaboración de este pulso binario del bajo, el autor decide colocar en
ciertos puntos específicos de tiempo, el espacio y los elementos binarios, creando con esto
patrones de puntos de tiempo. Uno de los más sobresalientes es el que acompaña la
presentación del tema principal el cual aparece en los puntos 1, 3, 5, 8, 11, y que lo presenta
por primera vez en el compas 2:
Figura 34
Compás 2
En dicho compas podemos observar como las negras enmarcan una sensación de
contrapunto rítmico de 2 octavos contra divisiones de tres octavos, las cuales son
elaboradas por la voz superior del piano. Este esquema de puntos de tiempo en el espacio
permanecerá fijo y tendrá algunas variaciones:
Figura 35 Figura 36
Compas 3 Compas 4
253
254
Figura 37
Variaciones binarias
254
255
255
256
CAPÍTULO 6
Discusión
El recorrido etnográfico que hice, además, por los tres pueblos veracruzanos donde
se ejecuta el son -hasta hoy en día- Santiago Tuxtla, Otatitlán y Jáltipan, mostró que el son
en la época prenacionalista fue producto del sincretismo cultural entre tres culturas -
africana, indígena y española- que dominaron esa región desde el tiempo de la conquista.
Señalo también que existen varios bailes y ritmos mestizos mezclados con formas como
Zacamandú y Chuchumbé provenientes de África. Otros como el Ahualulco o La Indita
eran de procedencia indígena. En otros sones como La Sarna400 se demuestra una fuerte
presencia española. Mostré además que en los pueblos mencionados el son jarocho y el
baile fandango forman aún parte de la cultura ritual, se lo ejecuta como un complemento en
los bautizos, cumpleaños, y sobretodo, en las ceremonias religiosas más importantes como
las peregrinaciones (Otatitlán) y las fiestas patronales, que por su antigüedad poseen vital
importancia para el buen sentir, el buen humor, el buen sabor, y que conllevan a la
revitalizacion del son.
Asimismo apunté que la cultura ritual coexiste en la región con la cultura popular
del son. La cultura musical e inclusive la comercialización del son, acompañaron otros
cambios socioeconómicos acontecidos en esa región. Sin duda, los procesos económicos
del siglo XX, la industrializacion petrolera (Coatzacoalcos), la azufrera (Jáltipan), la
agricultura industrial mecanizada (Los Tuxtlas y los Llanos), la ganadería (Otatitlán), en
conjunto con el “son comercial jarocho” y sus múltiples formas de ser, han contribuido al
desarrollo general del istmo veracruzano, estimulando nuevas relaciones de intercambio
culturales y de rasgos identitarios.
El son jarocho en ese proceso de transformación, se enriqueció y renovó, no solo se
dedicó a alabar a los políticos sino también jugó un papel crítico en torno al desempeño de
funcionarios y partidos políticos. Se nutrió, asimimo, del surgimiento del movimiento
jaranero de los 80s, época del “New Age” que influyó en el establecimiento de varios
grupos que combinaron elementos de otros estilos musicales. Las casas de cultura de
Otatitlán y Santiago Tuxtla fueron precisamente los lugares de cocción para el
florecimiento de tales grupos, esto es visible a raíz de los buenos resultados mostrados en
los talleres de enseñanza de ballet folklórico y de son jarocho. Desde luego, la fundación
del Centro de Documentación, (el caso de R. Perry en Jáltipan) fue un gran beneficio para
400
La canción La Sarna está analizada en el capítulo 5 de la presente tesis
257
258
la gente del Sotavento debido a la promoción de la enseñanza del ballet y el son, y a la vez,
esta institución ha servido para definir más profundamente lo que representan los rasgos
barrocos, tan intrínsecos del son jarocho y del fandango, aportando así al desarrollo de su
proceso identitario. Sin duda, en esta escena, el grupo “Los Cojolites” -fundadores del
Centro de Documentación de Jáltipan- son un claro ejemplo de este tipo de grupos
emergentes, cuya trayectoria ha sido premiada por instituciones culturales y por companías
de cine nacionales e internacionales, quienes han tomado al son como símbolo de una
dimensión escénico-musico-multicultural inseparable de la cultura local veracruzana y
nacional al abrir nuevos horizontes donde se conjuga lo antiguo con lo moderno. En este
sentido, es posible que la popularización del son en Jáltipan fuera parte del proceso que
acompañó a la industrialización y modernización del lugar, permitiendo destacar por
encima de los otros dos pueblos estudiados.
En tanto el capítulo III fue dedicado a la descripción del proceso histórico de la
transición, de una parte de la cultura ritual del son a la cultura popular, a partir de la
confluencia de varios factores externos. Antes de resumir su contenido, me gustaría
yuxtaponer dos modelos mencionados en el capítulo I, a saber: el modelo de Eric
Hobsbawm que reza sobre la tradiciones inventadas en las épocas- prenacionalista,
nacionalista y posnacionalista y el modelo de Pérez Monfort que versa sobre diferentes
etapas del desarrollo del son: 1) la apropiación política del son jarocho: desde la “región
jarocha” o periferia (cultura ritual) hacia el “centro capitalizador”, que es la ciudad de
México (cultura hegemónica), donde las instituciones culturales nacionales y los medios de
comunicación masivos contribuyen a la legitimización, institucionalización y
popularización del son (apropiación de la cultura ritual del son por parte de la cultura
hegemónica); 2) desde el centro capitalizador, nuevamente, hasta la región donde el
impacto queda internalizado por los actores locales, y empieza a ser negociado con el
centro. En esta etapa se establece la coexistencia de la cultura ritual y popular; 3) el regreso
del son jarocho al centro capitalizador, que tiene que reconocerlo en su forma modificada,
absteniéndose al mismo tiempo de las imposición de la hegemonía.
Tabla 10
La popularización del son jarocho como una tradición inventada
Etapas históricas de Pre nacionalismo Nacionalismo Posnacionalismo
las tradiciones
258
259
inventadas
(Hobsbawm)
La invención de la X 1.Periferia- Centro 3. Periferia- centro
cultura popular del
2.Centro-
son por la cultura
hegemónica (Pérez periferia/periferia
Monfort)
iglesia católica perdía su poder, el jarocho perdía su cara diabólica; y los diferentes sones
en todo el país empezaron a establecerse paulatinamente como formas musicales
permisibles por la nueva cultura hegemónica. Este proceso de asentamiento del son en la
vida oficial se dio por más de cien años. Pero, aunque siguiendo a Hobsbawm, clasificamos
ambas épocas en la etapa prenacionalista, las relaciones de poder, mencionadas por P.
Monfort en su esquema basado en la oposición centro-periferia (utilizado a partir de la
época nacionalista), operaban de manera asimétrica. En el tiempo colonial, el centro negaba
la cultura ritual periférica sin absorberla; en tanto que en la época de independencia, con la
formación de los “estereotipos mexicanos” se dio el sorprendente caso de absorción del son
y fandango por parte de la cultura hegemónica controlada por el estado.
Aunque la Revolución dejó una gran huella en la vida del mexicano, ésta no afectó
mucho al son jarocho ni a sus usos sociales. Se sabe incluso que los revolucionarios
gustaban del son jarocho y de la fiesta del fandango. Pese a las revueltas revolucionarias en
los años 30 – 40, el son permanecía en “escenario” con plena vitalidad. No fue sino hasta
en el proceso posrevolucionario cuando empezó la oficialización política de lo que Pérez
Montfort ha dado el nombre de “esteriotipos de lo mexicano”. Antes de esa época, durante
la década de los años 20 del siglo XX, con el origen del nacionalismo cuyo pionero se
considera es José Vasconcelos, se buscó una nueva fórmula con que caracterizar lo típico
del “mexicano”. De modo que con la llegada de la radio al sur de Veracruz, alrededor de
1927, y con la inauguración de la primera radio regional en 1935, el son fue divulgado en
conjunto con otros géneros bailables. Asimismo, la entrada de varios instrumentos nuevos
como las marimbas - orquestas danzoneras en toda la costa del Golfo durante los años 30- o
la comercialización y venta masiva de los discos vinilicos LPs, elevaron la popularidad del
baile de salón. Sin embargo ese hecho no favoreció directamente a los fandangos. Otros
elementos como el charro y la china poblana se convirtieron paulatinamente de símbolos
regionales a símbolos patrios. Las canciones ayudaron a fortalecer el estereotipo que
permeó la industria del cine: el charro cantor que se forjó en un ámbito de la comedia
ranchera. El programa radiofónico del momento, el “monstruo” XEW, se encargó de
divulgar las canciones de los mejores artistas mexicanos a través de las cadenas de
radiotransmisión “Radio Continental” y “La Cadena Azul”, logrando una amplitud nacional
260
261
que contó con catorce estaciones en provincia. Luego con la popularización de la televisión,
y sobre todo durante la época de oro del cine mexicano, el son jarocho sufrió ciertos
cambios en la indumentaria de los bailadores, volviéndose mucho más ostentosa. El auge y
por ende, el éxito del son en la época nacionalista correspondió con la apropiación del éste
por parte de las élites gobernantes a mediados de la década de los 40 del siglo XX.
261
262
marioneta dentro del campo político. Adquirió entonces el son un valor de cambio, por
sobre un valor de uso. Este proceso llegó a su cúspide durante los años 60 y 70. A partir de
esas fechas, el interés por el son por parte de una mayoría de la sociedad mexicana,
empezó a disminuir dando paso a la nueva época posnacionalista. Durante esta época, la
cultura popular del son empezó a vivir su vida más autónoma.
Después del ocaso del nacionalismo, a principios de los 80, aparecieron algunos
visos en el horizonte del son jarocho. La etapa descrita por Pérez Monfort como el paso
“del mundo jarocho hacia el centro u otras regiones”, se caracterizó por la quiebra del
espacio hegemónico determinante, que condujo a dos fenómenos nuevos- aparentemente
contradictorios-: la nueva regionalización del son, y su internacionalización. Dos hechos
jugaron un papel importante en este período: a) los encuentros jaraneros que iniciaron en el
decenio de los 80 en Tlacotalpan; b) el lanzamiento de don Arcadio Hidalgo y su grupo
“Mono Blanco” en los medios de información. El segundo hecho fue trascendental en tanto
que la labor del grupo consistió en innumerables participaciones en programas de radio y
televisión, aunado con presentaciones en otros países de América Latina. Así el grupo ganó
ser definido por la prensa como el último representante del son jarocho tradicional. Pero
paralelamente con los encuentros de Tlacotalpan, iniciaron las labores de la fundación de
la Unidad Regional de Culturas Populares de Acayucan. En ella tuvo cabida el proyecto de
etnomusicología que auspició varios talleres de instrumentos jarochos, en el área popoluca,
coordinados por el Instituto Nacional Indigenista. En 1987 el Instituto Veracruzano de
Cultura junto con las múltiples emisiones de música folklórica de la Radio Educación de
México, D.F., promovió planes de trabajo- ejecutados por estudiosos, músicos y
trabajadores de la cultura- para proporcionar espacios musicales a viejos grupos jarochos.
Gracias a las acciones emprendidas por ese organismo, se celebró el Primer Encuentro de
Jaraneros en San Pedro Soteapan en 1988. Esa iniciativa empezó con solo seis grupos, pero
al trasmitirse en vivo “prendió el fuego” para otros encuentros; así en los años venideros
lugares como Minatitlán, Los Tuxtlas, Jáltipan, Cosoleacaque se unieron al programa. Una
buena parte de las actividades del proyecto se encaminaron al rescate y a la reorganización
de las antiguas agrupaciones de jaraneros; se hizo también el esfuerzo de buscar solución a
los problemas relacionados con el olvido de los viejos sones. Fueron los agentes societales,
262
263
que componían las interfaces socioestatales de las políticas culturales, los encargados en
revitalizar el son jarocho y la fiesta del fandango a lo largo de los 80s (cap. III).
Posteriormente, con el apogeo de la globalización en los 90, el contenido musical y
textual del son jarocho se enriqueció gracias a las numerosas ramificaciones que
experimentó. El surgimiento de nuevos grupos, compuestos principalmente por jóvenes
innovadores, abrió el camino hacia nuevas propuestas musicales del son jarocho. Ejemplos
de esos grupos son “Híkuri”, “Son de Madera” y “Sonex”. En sus piezas, estos grupos
entrelazan elementos del son tradicional con entonaciones de la vertiente “World” de la
música. Así parece que cada vez son más los jóvenes que se involucran en la magia del son.
Sin embargo, habrá que mencionar que es en esta época posnacionalista donde observamos
tres tendencias dominantes: la primera consiste en la divulgación global del son a través de
los nuevos medios informativos, música sinfónica y de cámara (por ejemplo portales y
sitios de internet (capítulo 1), la participación de “Los Cojolites” con su música en la
película “Frida” (capítulo II); la segunda tendencia se caracteriza por los recitales de grupos
como los mismos “Los Cojolites” que van frecuentemente a Europa y UUEE, en donde son
recibidos calurosamente por el público (véase capítulo II); y finalmente, el surgimiento de
grupos como “Los Cojolites” en conjunto con fenómenos como el Movimiento jaranero, se
puede considerar importante para la tercera tendencia: la descentralización del son. Visto
desde este último hecho, el Movimiento jaranero surge como espontáneo y periférico, pero
apadrinado por instituciones gubernamentales como el IVEC (Instituto Veracruzano de
Cultura, por ejemplo).
En el capítulo IV, abandonamos la perspectiva histórica para pasar a mirar el son
jarocho y el fandango desde la perspectiva etnográfica. Revisamos las historias de vida de
siete actores locales, la mayoría de ellos jaraneros. Recorrimos también sus opiniones
respecto al son jarocho y su punto de vista acerca de lo que fue el son y el fandango de
antes y lo que es hoy día. En este párrafo resumiremos esta información y, siguiendo la
enseñanza de Platón Karatiev, buscaremos coincidencias entre sus formas de vida y el
significado de sus puntos de vista. Comenzaremos por el orden presentado en ese capítulo.
Clemente Carbajal nació en Cuyuapan, en el municipio de Santiago, bajo condiciones de
pobreza. De joven participó como jaranero en los fandangos. Posteriormente, al mudarse a
Santiago, conoció al antropólogo Fernando Bustamante, quien le ayudó a ingresar al Museo
263
264
264
265
decidió vender su casa jalapeña para comprar un rancho en la orilla del río chico en Jáltipan en
1994. A partir de entonces empezó a organizar reuniones con las “cabezas del son jarocho”, o sea
los famosos jaraneros e intelectuales, cuyo objetivo fue divulgar el fandango y el son jarocho en
el mundo entero. Un año después recibió ayuda del gobierno municipal de Cosoleacaque;
posteriormente, fue nombrado director de extensión cultural. Su tarea como funcionario consistió
en recuperar la cultura del pueblo de Cosoleacaque. En una casa que rentaba en Jáltipan,
Ricardo comenzó a organizar talleres de son jarocho, baile y laudería. En 1999 inaugura
formalmente el “Centro de Documentación Jarocho”. Entre sus éxitos principales está la
organización del grupo “Los Cojolites”, agrupación que ganó el Óscar por componer y ejecutar la
música de la película “Frida” distribuida por la compañía “Vista Entertainment”. Aun el éxito
obtenido por el grupo, Ricardo señala las dificultades por las que el grupo tuvo que atravesar
como la falta de recursos que los orilló a ofrecer conciertos en diferentes universidades en
Estados Unidos por medio de los cuales pudieron mantenerse: “A nosotros, ellos nos contratan y
nos pagan; y de eso vivimos aquí (...) porque aquí en Jáltipan no hay trabajo, y nos morimos de
hambre”. Sin embargo, durante la administración del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, solicitó
un apoyo y recibió quinientos mil pesos, en 2010, para el trámite de escrituras de la casa,
convirtiéndola en patrimonio del Centro de Documentación. Su percepción del son jarocho se
expresa en una de las frases de la carta oficial dirigida al entonces gobernador, en donde se le
solicita su intervención para escriturar la casa: “(...) [para] mantener viva nuestra memoria,
[para] nuestra cultura y llevarla a toda la población y lugares tan distantes como ha sido la labor
de “Los Cojolites”.
Perry es también un crítico de la falta de apoyo, por parte de los gobiernos de México, al campo
cultural, sobre todo aquellos circunscritos en la primera década del siglo XXI, y contrapone las
“grillas” entre los principales partidos políticos con la política pro cultural de los gobiernos
anteriores. Resulta esclarecedor cuando destaca la importancia del son: menciona que el son
representa la cultura milenaria y es digno de llevarse a los “lugares distantes”, y por ende, la
actividad del Centro merece un mayor apoyo por parte del gobierno mexicano. Así el centro no
critica la mercantilización del son, sino la defiende pidiendo más recursos para la divulgación de
la tradición. Aunque también se deja entrever una contradicción, por una parte el Centro de
Documentación Jarocho desea su autonomía en relación con el gobierno, pero al mismo tiempo,
pide recursos gubernamentales de los cuales depende. En suma, si comparamos la visión de
265
266
Perry con la de los otros casos presentados arriba, encontramos un interés por rescatar el pasado
que varía de intensidad en cada caso, y también una nostalgia hacia ciertas prácticas políticas que
se traducen en mayores beneficios, financiamientos e importancia del son dentro del espectro
musical nacional e internacional.
El cuarto actor mencionado es Marcelino Parroquín. Recordemos que su niñez transcurrió
en el campo pues su familia era productora de caña. Su abuela era de descendencia francesa;
mientras que uno de sus abuelos era marroquí. Como subrayó Marcelino, su familia pertenecía al
círculo de caciques de la región, quienes detentaban la organización de fandangos y jugaban un
papel activo dentro de ellos. El padre de Marcelino, Rutilo Parroquín, participó en la campaña
presidencial de Miguel Alemán Valdés, así como en la ajetreada vida política de los 40s, en
donde se destacó por ser un jaranero hábil. Marcelino aprendió de su padre a tocar la jarana y a
cantar coplas; gracias a esto y a la educación que recibió, hoy por hoy, es heredero de la fama de
su padre. En efecto, la transformación del son desde la perspectiva de Marcelino es positiva. Esto
puede entenderse si traemos a colación que él vivió en la época en la cual su padre gozó de los
privilegios de las autoridades y del usufructo de los eventos musicales y políticos celebrados en
esa época. En este sentido, es interesante como Marcelino identifica el pasado del son con el
período de los años 40s, es decir, con el tiempo de la oficialización y politización de la música
regional. En otras palabras, su perspectiva remite al son de los políticos, no al son de los pobres;
el primero, representado con la obra y vida de su padre, le permite erigir al son como legítimo y
auténtico en contraposición a los demás sones. Pero, sin duda, fue a partir de los años 50s, cuando
la transformación del son empezó a pasar por un proceso de decadencia y “trivialización” que
Marcelino identifica con el cambio del contenido de las coplas: “antiguamente se cantaba más
sobre la mujer, sobre el amor, y ahora se canta más sobre la política, la cotidianidad, lo más
trivial.” La paradoja de esta actitud consiste en que para Marcelino el canto sobre amor es menos
trivial que el canto sobre la política aunque, como sabemos, es precisamente la política de los
años 40s que se encargó de que los cantos amorosos empezaran a servir a intereses políticos. Esta
perspectiva choca de manera evidente con la opinión de Carbajal, para el cual el son original era
el anterior de las campañas políticas. Por supuesto, Marcelino remite a sus experiencias, no en un
tiempo objetivo sino en uno subjetivo; a un tiempo petrificado en un pasado dorado, identificado
con el período de apogeo de su padre y del cual él también se benefició.
266
267
El quinto actor, don Arcadio, nació en una familia pobre en la comunidad Nopal
perteneciente al municipio de San Andrés. Entre sus actividades estaba el ordeñar vacas y vender
elotes en la ciudad de Santiago. Su educación fue escasa; estudio únicamente tres grados para
verse obligado, a sus apenas catorce años, a abandonar la escuela para trabajar en el campo: “No
lograba alambrar siendo que puro a la reata, pastoreando. Esto era el oficio de uno: sembrar maíz,
sembrar frijoles, sembrar arroz”. Durante la entrevista, don Arcadio tiende a rememorar los
sufrimientos de su infancia; sin embargo, aunque en la actualidad sigue siendo pobre, en su
propia opinión ha progresado, como muestra fehaciente alude a la posesión de su casa. Así, su
opinión respecto al son es un tanto negativa. Entre sus remembranzas considera que el viejo
fandango acarreaba problemas de alcoholismo entre los jaraneros, pues la bebida constituía un
elemento imprescindible entre los bailadores. Luego entonces, los cambios en el son jarocho los
identifica con un cambio de estilo de la presentación escénica de la música, así como con una
disociación entre bebida y espectáculo. El jaranero es ahora, en sus palabras, más músico que
borracho: “Pero en esta época nosotros ya nos venimos dando cuenta que le poníamos más
importancia a la música, que no podemos estar tocando ya con una bebida”.
El sexto actor, Rafael Domínguez Nájera, nació en la comunidad Cerro de Vigía
municipio de Santiago Tuxtla, en un ambiente de extrema pobreza que padece hasta el día de
hoy. Durante su infancia por poco muere a causa de una hernia. Así pues, tanto él como sus
hermanos trabajaron en el campo, cuestión que hizo que no concluyeran sus estudios. Su
introducción al mundo del son fue a través de las fiestas del pueblo en Santiago; aunque aquellas
festividades no les proporcionaban lo suficiente para sobrevivir: “(...) Antes era por puro gusto;
mucho menos se cobraba. Nos daban siete pesos por cantar en la pascua”. Para ganarse la vida,
Rafael se ha dedicado, en los últimos cinco años, a hacer jaranas y requintos. Aún así, su
producción y venta anual es de apenas cuatro o cinco instrumentos al año; teniendo en cuenta
que el precio de cada instrumento oscila entre mil y mil quinientos pesos, sus ingresos son muy
bajos. Por otra parte, podría pensarse que los programas federales de beneficencia social como el
programa “Oportunidades” ha ayudado a mejorar la situación de personas como Marcelino; lo
cierto es que el monto de setecientos ochenta pesos cada dos meses resulta irrisorio. En este
contexto es comprensible la expresión de desencanto de Rafael: “Ahorita va peor la pobreza que
antes”. Más aún, aunque Rafael sigue tocando en los eventos familiares y religiosos de su
comunidad, su ingreso monetario no sobrepasa los ciento treinta pesos por evento cuyo horario
267
268
oscila entre seis u ocho horas; sin embargo, a veces, Rafael no recibe dinero por tocar, se da por
satisfecho con comida y cerveza.
Con Rafael la respuesta que obtuve acerca de los cambios en el son jarocho fue
interesante: lo que él menciona son cambios formales en la escenografía y en la ejecución del
son: “ahora se baila de otra manera, los sones son más cortos que antes; antes no cambiaba el
paso, ahora sí cambia... de plano, técnicamente, se baila mejor ahora que antes”. Al mismo
tiempo muestra que la situación económica y social de los jaraneros no ha cambiado. Esta
respuesta se encaja con la situación vital de don Rafael. Él no ha progresado económicamente, ni
ha subido a la escalera social practicando el oficio del jaranero ni de laudero; sigue siendo pobre,
sigue tocando en eventos exclusivamente comunitarios, alejado de los de índole política.
El séptimo actor, Crescencio Vichi Conde, es jaranero y versista. A sus doce años,
aprendió a tocar gracias a la influencia de su padre. A pesar de que tocó y cantó con varios
jaraneros, Crescencio se muestra crítico respecto al fandango de antes, sobre todo, por los casos
de borrachera que a menudo ocurrían entre los músicos y que él relaciona con su padre. La
historia sobre el tiro que recibió su padre está anclada en una atmósfera de competencia, que a
menudo desemboca en riñas entre músicos. La envidia movía los hilos de las peleas; mientras el
sonido de los balazos se entrelazaba con las notas del son. En una de aquellas noches de
embriaguez sonera, el padre de Crescencio salió herido; de suerte que gracias a la intervención de
sus hijos, quienes lo llevaron al médico, pudo salvarse. Pero ese episodio familiar ha sido
determinante en la percepción que tiene, hoy por hoy, Crescencio acerca del son. No obstante,
mucho después de aquel episodio, en el año 2009, le ofrecieron trabajo en la casa de cultura de
Santiago Tuxtla, lo que permitió a Crescencio conjuntar dos empleos: el primero informal (seguir
tocando en las fiestas comunitarias informales) y; el otro formal (es funcionario y toca en los
eventos políticos): “Cuando tenemos un compromiso con un político o un funcionario, nosotros
somos libres de decidir si vamos, y por eso recibimos una gratificación”. Crescencio opina que
antes la autoridad no daba nada por la ejecución de los sones: “Nosotros íbamos a cada casa y
decíamos: miren vamos a hacer un encuentro de jaraneros, esta fiesta no es de nadie, es del
pueblo; entonces nosotros queremos que nos apoyen en la forma en que ustedes puedan, si se
comprometen a darle de comer a un grupo de jaraneros”. Por tanto, Crescencio ve el cambio en
el son como algo positivo: “Antes por la música se mataba uno. De eventos políticos, nosotros
[participamos en] todos los de los 90s: con el PRI, con el PAN, con el PRD, con el PT. A
268
269
nosotros nos buscan, nos dan una gratificación y nosotros estamos”. Este cambio corresponde al
cambio que Crescencio ha experimentado en su vida. Antes el jaranero no ganaba nada, tocaba
por puro gusto. Un jaranero podía sobrevivir únicamente trabajando en otras labores, como el
campo o el pastoreo. Ahora, el son sigue siendo subestimado lo que significa que se le estima por
debajo de lo que se le debe. Las circunstancias que se relacionan con esta creencia pueden ser la
ascendencia en la escalera social: Crescencio es, pues, alguien quien desde su posición de
jaranero ha sido elevado a funcionario público de la Casa de Cultura en Santiago Tuxtla.
269
270
tendencias, enriqueciendo y nutriendo “lo intrínseco mexicano” con las frutas de la cultura
mundial; adscribiendo nuevos parámetros en un lenguaje posmoderno, universal y, a la vez,
típico y portador de la belleza del ambiente sonoro mexicano.
Por consiguiente, podemos buscar dentro de los procesos de participación
socioestatal, los concomitantes procesos simbólicos de creación y liberalización de las
políticas culturales que surgieron a partir del sexenio alemanista (1946 -52); además es
posible buscar una estructura musical con la definición y clasificación de los diferentes
tipos de música junto con sus aplicaciones que corresponden a las necesidades de la vida
moderna musical. Paralelamente, la creación de nuevos ámbitos para las actividades
escénicas y concertistas, la gran variedad tanto de estilos y vertientes, como de
instrumentos electrónicos musicales de nuevas dimensiones, han impuesto nuevas pautas
bajo las cuales viejas expresiones sonoras se fusionan con nuevos contenidos sonoros,
convirtiéndose en nuevas formas y presentaciones musicales, entre las cuales ocupan un
digno lugar las entonaciones del son jarocho. La siguiente tabla con las obras ya analizadas
en este capítulo, es un intento de resumir algunos de los estilos instrumentales y vocales en
la música contemporánea que se han desarrollado a partir de la labor que la escuela musical
nacionalista ha hecho durante décadas en México:
Tabla 11
Estilos vocales e instrumentales en la música posnacionalista
270
271
271
272
272
273
Hemos explorado cada una de las hipótesis en esta tesis. Consideramos ahora pertinente
apuntar cuáles son las aportaciones más importantes de este trabajo para la mejor
comprensión del fenómeno del son jarocho y la fiesta del fandango en el sur veracruzano.
273
274
la apropiación. En vez de hablar de una sola cultura popular, hablamos de dos culturas
populares. Esta solución confunde más que aclara puesto que propone un solo adjetivo para
dos procesos cualitativamente distintos.
Nuestra tabla muestra otra solución. En vez de limitarnos a dos culturas, introdujimos el
nuevo concepto- la cultura ritual que corresponde a la cultura desde antes del proceso de la
apropiación. En el capítulo I, asumimos teóricamente que la “cultura” es la expresión o la
articulación de diferentes prácticas por distintos actores siendo el conjunto de dichas
prácticas un todo más grande. Cada práctica puede tener su función, es decir puede afectar
otras prácticas dentro del conjunto. Estos supuestos teóricos tienen aparentemente carácter
funcionalista. Pero esto crea una ilusión: el conjunto de las prácticas parecen más bien a
una ciudad no- planeada de Wittgenstein que a un apparatus integrado y destinado a
satisfacer las necesidades humanas de Malinowski. Ahora, bien, como apreciamos en la
tabla final, los actores, las prácticas y las funciones difieren en caso de las dos culturas- a
saber la ritual y la popular.
274
275
La tercera aportación importante al tema tiene que ver con la descripción del grupo de
compositores de música de cámara y sinfónica. En el último capítulo de esta tesis
menciono la historia de la apropiación musical del son jarocho por parte de algunos
compositores mexicanos veracruzanos, su creación sonora insitada en la cultura ritual del
son y del fandango. Utilizando mis experiencias de músico, analizo estas piezas desde una
perspectiva musicológica convencional. En el capítulo V, muestro cómo en cada uno de
ellos se han anidado algunos elementos y entonaciones del son jarocho que dejaron huellas
de diferente grado en sus obras sinfónicas y de música de cámara, tratando así llamada
compositores de música de cámara y sinfónica música “culta” como una expresión más de
la cultura popular. Los artistas, de toda índole y de todas las clases sociales, rangos,
predilecciones, preferencias, etcétera, dependen, al fin y al cabo, de las instituciones no-
artísticas, en nuestro caso las instituciones gobernamentales, fundaciones, políticos
individuales, o los representantes de la cultura hegemónica.
275
276
Anexo
CAPÍTULO 1
401
Mapas de Contreras en Kohl. R. (2010: 102, 103)
276
277
277
278
CAPÍTULO 2
2.2.
Total Agricultura, Industria Industria Industria de Construcción Generación Comercio Transportes Servicios Gobie Insuficien-
temente
Ganadería, del extractiva transformación y rno
de especifi-
Silvicultura, Petróleo distribución cada
población
Pesca, Caza de energía
económicamente
eléctrica
activa
402
Fuente: “IX Censo General de población 1970, Estado de Ver.”, Gobierno de Ver., México, D.F. 1971
403
Fuente: X Censo General de Población y Vivienda, 1980, Edo de Ver. Vol. I, Tomo 30, México 1984
278
279
Población económicamente activa por rama de actividad según posición en el trabajo (1980)
404
Fuente: XI Censo General de Población y Vivienda, 1990; Tomo I, INEGI, México, D. F.
405
Fuente: Anuario Estadístico del Estado de Ver. 1997, Tomo I, INEGI, Gobierno del Estado
406
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo VIII, INEGI 2001, México, D. F.
279
280
2.3.
Tabla 14408, Población económicamente activa de Otatitlán, por rama de actividad
(1970)
Total Agricultura, Industria Industria Industria de Construcción Generación Comercio Transportes Servicios Gobierno Insufici
temente
Ganadería, del extractiva transformación y
de especifi
Silvicultura, Petróleo distribución cada
población
Pesca, Caza de energía
econ.
eléctrica
activa
407
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo III, INEGI 2001, México, D. F.
408
Fuente: “IX Censo General de población 1970, Estado de Ver.”, Gobierno de Ver., México, D.F. 1971
280
281
Población económico- activa por rama de actividad según posición en el trabajo (1980)
409
Fuente: X Censo General de Población y Vivienda, 1980, Edo de Ver. Vol. I, Tomo 30, México 1984
281
282
Construcción 37 3 16 __ 34 10 6 __
Población ocupada por municipio, sexo y ocupación principal según sector de actividad (1990)411
410
Fuente: XI Censo General de Población y Vivienda, 1990; Tomo I, INEGI, México, D. F.
411
Fuente: XI Censo General de Población y Vivienda, 1990; Tomo V, INEGI, México, D. F.
412
Fuente: Anuario Estadístico del Estado de Ver. 1997, Tomo I, INEGI, Gobierno del Estado
413
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo VIII, INEGI 2001, México, D. F.
282
283
Industria 168 91 3 5 62
manufact.
Electricidad y 3 3 0 0 0
agua
Construcción 88 46 12 4 24
2.4.
Total Agricultura, Industria Industria Industria de Construcción Generación Comercio Transportes Servicios Gobierno Insuficien-
temente
Ganadería, del extractiva transformación y
de especifi-
Silvicultura, Petróleo distribución cada
población
Pesca, Caza de energía
econ.
eléctrica
activa
5158 1718 55 1211 349 271 12 423 114 708 123 174
414
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo III, INEGI 2001, México, D. F.
415
Fuente: “IX Censo General de población 1970, Estado de Ver.”, Gobierno de Ver., México, D.F. 1971
283
284
Población econ. activa por rama de actividad según posición en el trabajo (1980)
416
Fuente: X Censo General de Población y Vivienda, 1980, Edo de Ver. Vol. I, Tomo 30, México 1984
284
285
38678
Población ocupada por municipio, sexo y sector de actividad según situación en el trabajo (1990)418
Población ocupada Empleados y Jornaleros y Trabajadores por Patrón o
obreros peones su cuenta Empresario
9737
6109 464 2475 207
Agricultura, 2018 129 333 1290 21
Ganad.,
Silvicultura,
Pesca y Caza
Minería 1590 1535 7 8 19
Electricidad y 31 29 17 170 1
Agua
Construcción 752 512 48 167 9
417
Fuente: XI Censo General de Población y Vivienda, 1990; Tomo I, INEGI, México, D. F.
418
Fuente: XI Censo General de Población y Vivienda, 1990, Tomo V, INEGI 1991, México, D. F.
419
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo VIII, INEGI 2001, México, D. F.
285
286
420
Fuente: Censo general de Población y Vivienda 2000, Tomo III, INEGI 2001, México, D. F.
286
287
CAPÍTULO 3
3.1.
A partir de la Paz de Utrecht (1713), o los Tratados de Utrecht, la corona fue
obligada a asignar el asiento a la South Sea Company (Compañía del Mar del Sur) ibídem.
Con base en este contrato los ingleses se comprometían a enviar a América un total
de 144.000 negros en treinta años, a razón de 4.800 por año. El acuerdo de la Compañía del
Mar del Sur fue renovado en 1748, por el tratado de Aquisgrán; pero en 1750 el gobierno
británico renunció al derecho a cambio de una fuerte compensación económica. La Corona
Española había declarado regulaciones, para asegurarse de que vinieran más esclavos
varones que mujeres. Los barcos eran divididos en proporciones de un tercio de mujeres y
dos tercios de hombres. Los sobrantes- en especial mujeres- eran eliminados, o vendidos a
otros comerciantes, para uso propio. El hecho de que tanto españoles como los primeros
negros vinieron a México sin mujeres o con un grupo muy reducido de ellas, aunado a que
el tráfico de esclavos negros se mantuvo en la proporción de dos tercios a favor de los
hombres, repercutió en la situación poblacional de la colonia y México independiente.421
No hay acuerdo acerca del número de los esclavos negros que ingresaron a las Américas.
Pero, sí, la tendencia general fue la siguiente: mientras que el número de los esclavos
negros entre 1521 y 1595 fue menos que 50.000, el número total de los africanos entre 1595
y 1640 fue 132.600. Se estima que, en este período, se introdujeron en Nueva España,
alrededor de 75.000 esclavos negros; sin embargo, en vista de falta de registros completos y
la evidencia de un tráfico clandestino -cuyos principales puntos de desembarque fueron
Campeche, Pánuco y Tamiahua-, sin duda alguna, el número de esclavos negros
introducidos en el territorio mencionado fue mucho más grande. Mientras que el número de
los esclavos africanos, llamado bozales disminuyó, creció el tráfico de los negros criollos
nacidos en Caribe, a saber Barbados, Jamaica o Curazao.422
3.2.
Las tres reglas de la sociedad colonial se basaba en el orden 1) vertical de castas, 2) la
subordinación de las castas más bajas -indios, negros y sus mezclas- por parte de los
peninsulares y criollos y 3) el pase de color: estas tendencias eran como sigue:
421
Naveda Chávez, A. ( 2009: 42-43)
422
Naveda Chávez, A. (2009: 42-43)
287
288
fueron introducidos en lugar de los indios, como mano de obra necesaria para las tareas
más pesadas en el sistema económico colonial. A la esclavitud negra no sólo contribuyeron
las actividades legales de los frailes como Montesinos, Francisco de Vitoria y Bartolomé de
Las Casas, sino también criterios de utilidad.
De la misma forma que sus iguales de las gigantescas haciendas ganaderas, los arrieros
tuvieron, dentro de su condición esclava, las ventajas de andar montados, además de
tener una gran movilidad que los llevaba a las villas de plan alto, lo mismo que a las
grandes ciudades del centro; asimismo, en virtud de los peligros varios que se
presentaban en los viajes, gozaban del privilegio de andar armados.424
El siguiente grupo, los mestizos, fue el producto de la mezcla entre un español y una
indígena. Los mestizos trabajaban en las minas, las haciendas, y los ingenios; también eran
sirvientes, artesanos, mayordomos, arrieros y pequeños comerciantes. Vivían en pequeños
pueblos y no desarrollaron dentro de su grupo restricciones semejantes a las que existían
entre los peninsulares y criollos por una parte y, los demás grupos por la otra. Las mezclas
primarias raciales fueron entre mestizos, producto de la mezcla entre españoles e indios;
mulatos, procreados entre españoles y africanos; y zambos, resultado de la mezcla de
indígenas con africanos. Estas mezclas primarias fueron acompañadas por las mezclas
secundarias.
Ad. 2 Las élites dominantes, o sea los españoles y posteriormente los criollos,
ocupaban el papel de los amos. Entre otras cosas, elaboraron dos clasificaciones: una que
formó parte del sistema legal de la colonia y la otra que penetró al sentido común y la
tradición popular. La primera clasificación estaba basada en la perspectiva racial y fue la
siguiente: 1. Blanco o español, 2. Indígenas o aindiados y, 3. Negros. Estos últimos se
dividían en: a) Atezados o retintos (de color muy oscuro), b) Amembrillados o
amulatados, que a su vez se clasificaban en cafres de pasa o merinos, 4. A estos les
423
Ibídem (2009: 42-43)
424
Ibídem (2009: 48)
288
289
acompañaba el cuarto grupo, a saber los mulatos. Estos últimos estaban divididos en: a)
Mulato blanco (de negro y blanco), b) Mulato morisco (de blanco con el mulato blanco)
que se confundía fácilmente con los españoles, c) Mulato prieto (de negro con mulata) que
se confundía fácilmente con los hijos de negros e indios o mulatos pardos, d) Mulato
pardo (de negro con indígena). Este grupo era muy numeroso, e) Mulato lobo (de mulato
pardo con indígena), f) Mulato alobado (de mulato alobado con indígena) y, g) Indígena
alobado (de mulato alobado con indígena). El quinto grupo lo constituían los mestizos
divididos a su vez en: a) Mestizo blanco o simplemente mestizo (español e indígena),
b) Mestizo castizo (de mestizo blanco con español), c) Mestizo pardo (de mestizo blanco
con mulato pardo). Llamado también coyote, d) Mestindio (de mestizo blanco con
indígena). A pesar de existir una clasificación erudita, oficial dominante, la que esbozaba
un modelo de la sociedad de las castas, los escribanos asentaban a los individuos de
acuerdo con los términos simples como mulatos o pardos refiriéndose a todas las
mezclas.425 La segunda clasificación fue más duradera puesto que formó parte de la forma
de vida que sigue perdurando hasta hoy en día. Las clasificaciones que se hicieron del
afro-descendiente de acuerdo con el color de la piel, en los siglos XVI y XVII, tenían
connotaciones de “burla y menosprecio”, pues las denominaciones aplicadas para clasificar
fueron tomadas del vocabulario zoológico, como en los casos de mulato, coyote, lobo y
loro, entre otros. El indígena, que era considerado irracional, recibió denominaciones no
menos denigrantes: perro, macuache, cuatro orejas, etc. En cambio, al conquistador,
ubicados en la cúspide de la jerarquía colonial, se le llamaba español, blanco, europeo,
ultramarino, gachupín, cristiano y gente de razón. Todo esto no era sino “la expresión
genuina del pensamiento racista del conquistador” que proyectaba las condiciones
socioeconómicas de la Colonia.426
Al principio, los españoles tenían una imagen más bien ambigua acerca de los
mestizos, puesto que eran considerados o bien como “indios” o bien como “españoles”,
dependiendo de si eran o no hijos de madres pertenecientes a la “aristocracia indígena”.
La situación de negro era ambivalente. Por un lado, los negros eran rechazados tanto
por los colonizadores como por los indígenas, cuestión que se complicó aún más con la
aportación de los negros. Por otro lado, el trabajo forzado y la explotación en todos los
niveles contribuyó a que el negro tuviera más contacto y más conocimiento con la cultura
dominante: podía aprender de ella, aspirar a ser parte de ella, protestar contra ella etc. En
esto reside la solución de la supuesta contradicción: los negros eran los más envilecidos y al
mismo tiempo, los más adaptados a los que los envilecían. En varios documentos se habla
sobre la fidelidad del negro y su posición de intermediario entre el español y el indio. En
algunas partes fue preferible ser negro esclavo que indio. Se trataba de una alianza étnica
entre el negro y el español. Otros ejemplos pueden ser encontrados en la literatura
latinoamericana, considerando al indio menos apto para el baile y la danza y en general
para la asimilación de los valores europeos en lugar del negro, se explora la ambigüedad
entre la civilización europea y la barbarie indígena. Todo esto marcó la reproducción de
425
Ibídem (2009: 50)
426
Aguirre Beltrán, G. (1972: 172)
289
290
una sociedad colonial donde todos los grupos dominados, por obvias razones, era motivo de
una profunda desconfianza427 por parte de los colonizadores:
Para la corona española los únicos sujetos que le merecían confianza eran desde luego,
sus súbditos peninsulares; por las poblaciones dependientes, indios y negros, tenía un
gran recelo que se extendía a los productos de la mezcla. Nació así para la
Administración Colonial la necesidad de verificar una rígida separación de grupos
sociales, basada en las diferencias raciales principalmente, que condujo a la formación de
una sociedad dividida en castas como medio para asegurar el dominio sobre las tierras
recién ganadas. Esta sociedad dividida en castas, que caracterizó al virreinato, tomó
forma definitiva hasta los primeros años del siglo XVII, cuando las posibles mezclas
entre las poblaciones conquistadoras, vencida y esclava, y sus productos, se habían
llevado a cabo.428
…en la España regulada por la Inquisición, moros, judíos, herejes y negros serían
reputados agentes del Mal, lo que lleva a concluir, sin lugar a dudas, que el rasgo más
perverso de la demonología medieval fue la satanización étnica, discriminación que
contrasta con las prédicas de igualdad sustentadas por la doctrina cristiana. Esta
construcción ideológica –de claros perfiles hegemónicos- sería implantada en
Mesoamérica como parte del discurso de la teología de la colonización; así, en la
población indígena se introduciría la asociación Diablo-negro.430
Pero la simbología del color negro no era totalmente desconocida entre los pueblos
mesoamericanos. En la cosmovisión antigua de la mitología maya, el dios Ek Chuah era
pintado de negro (color de la guerra según el Códice Tro-Cortesiano o parcialmente negro
según el Códice de Dresde). De acuerdo con Morley, como dios de la guerra, éste último
era malévolo y como dios de los mercaderes se mostraba amigable431. En mitos y leyendas
427
Aunque no en la misma medida, la desconfianza se hizo extensiva a los españoles nacidos en América
(criollos), ya que éstos no gozaban de todos privilegios que tenían los españoles peninsulares. Esto generó
una situación conflictiva, a tal grado que “la rivalidad entre criollos y españoles alcanzó muy pronto
extremos inquietantes”, Lafaye, (1998: 26)
428
Aguirre Beltrán, G. (1972: 153-154)
429
(Jordan, 1968), (Giddens, 2000: 12)
430
Báez-Jorge (2003: 612)
431
Ibídem (2003:612)
290
291
Ad. 3 Desde el inicio de la opresión, o sea partir de 1550, el esclavo africano podía librarse
de la esclavitud de cuatro maneras: tres ilegales y una legal. Las primeras dos consistían en
la huída a la selva, montañas o ciudades. La segunda, en rebelarse y buscar refugio en
palenque, entrar en un proceso de lucha armada/negociación con los peninsulares. La
tercera, se limitaba al pase de color o un fraude legal que tenía como fin la “blanqueación”
de los antepasados. La cuarta residía en la compra de libertad. El ejemplo más llamativo de
las primeras dos prácticas para ganarse la libertad es el esclavo negro de la tribu Dinka-
Yanga, un ejemplo paradigmático que ilustra el fenómeno del cimarronismo en México
colonial.
La tercera estrategia versaba sobre un sustituto de la movilidad y regía la posibilidad
de ascenso en la escalera social. La existencia de la escalera social garantiza que se pueda
subir o bajar. El deseo de subir motiva a menudo a los que están abajo. La diversidad de
procedencia y las condiciones de la esclavitud ofrecieron una integración de los africanos y
sus ritmos dentro de las minas, los obrajes, las plantaciones y los servicios domésticos, pero
la adopción de la cultura hegemónica española, finalmente fue el destino del negro. No
obstante, todos los negros horros pudieron salvar algunas costumbres que más bien tenían
una expresión estética: la necesidad de tañer, cantar, bailar, emborracharse. Todo esto les
fue permitido por la sociedad que se vio compelida de actuar según las exigencias de los
“extranjeros”. “La excitación dionisiaca que caracteriza muchos de los bailes africanos,
causó profundo recelo y grande temor en los amos”.434 “A veces quisieron prohibir las
reuniones tumultuosas; pero, ante la imposibilidad de lograrlo, se conformaron con
regularlas”.435 De esta manera, la gran parte de los Negros, en oposición a los indígenas, no
quedaron fuera del sistema, sino dentro del mismo.
Aunque la invención de un sistema para calcular la cantidad de “sangre blanca” en
cada casta, pudo funcionar bien al inicio del proceso e identificar el carácter legítimo e
ilegítimo del nacimiento y el status personal (libre o esclavo), donde el mestizaje era
intenso, las líneas de color entre españoles, indígenas y negros no eran fácilmente
identificables. Ya en el siglo XVIII la población indo-mestiza y afro-descendiente era de tal
magnitud y tan fuerte su presión que terminó por facilitar el pase de una casta a otra436. Se
hizo común, entre los afro-descendientes relativamente acomodados pagar por un registro
432
Ibídem (2003: 617)
433
Báez-Jorge (2003: 616)
434
(AGN. Reales Cédulas en Duplicados. 3.28). en Aguirre Beltrán, G. 1994
435
(AGN. Reales Cédulas en Duplicados. 103.93).
436
Aguirre Beltrán, G. (1972: 267, 268)
291
292
que los ubicara en una casta más cercana al grupo de los blancos para poder emanciparse
del estigma de su descendencia esclava. “Hubo visitadores oficiales a las poblaciones de la
cuenca del Papaloapan que señalaron amargamente el hecho de que la inmensa mayoría de
los pobladores se reclamaban a sí mismos como blancos, siendo que por lo general eran
producto de un padre blanco y una madre negra”.437 Evidentemente, esta práctica revela
una búsqueda por escapar del trato discriminatorio y humillante que se le daba a gente de
“color quebrado”, a la gente de “mala raza”, como eran llamados los africanos y afro-
descendientes. Dicha movilidad social era lenta y poco flexible más no por ello inexistente.
3.3. He aquí una tabla que refiere a las actividades de esta radiodifusora:
Tablas 16 y 17438
Encuentro de Jaraneros
Número de Duración por
Producción Año de producción Duración de la serie
programas programa
Radio Educación 1979-1020 82 02:00' 164:00'
Sinopsis
Transmisión del concurso anual de jaraneros que se lleva a cabo dentro de la tradicional fiesta de La Candelaria, celebrada en la ciudad
de Tlacotalpan, Veracruz, donde se dan cita cientos de grupos de jaraneros procedentes de los estados como Veracruz, Tlaxcala, Jalisco,
Morelos y el Distrito Federal, cuyo escenario principal es la Plaza de Doña Martha. Se escuchan todas las grabaciones hechas durante
este encuentro, con el ambiente y el jolgorio de la fiesta tlacotalpeña. Rescate de la tradición sonera veracruzana y del sonido del
fandango, que además de fiesta sirve para intercambiar maneras de vibrar y de sentir la música jarocha.
437
Naveda Chávez, A. (2000: 39)
438
Fuente: la primera tabla - http://148.243.173.35/busqueda51.php, (página web de la Radio Educación,
México D.F.). La segunda tabla fue obtenida a través de cominicación personal con representante de la
Radiodifusora (2011).
292
293
Música S/D
Género Comentario, musical
Temas Música tradicional, música popular mexicana, folclor, antropología cultural, son jarocho
Participantes Locución: Ricardo Pérez Monfort
Sinopsis
Comentarios y selección musical del X Encuentro de Jaranero 1989 de Tlacotalpan, Veracruz, que se llevó a cabo en el marco de la fiesta
de la Candelaria los días 31 de enero y 1 y 2 febrero de 1989, a ritmo de son Jarocho. Lo más relevante, los detalles, los versos, las rimas,
el fandango y el tablado de este encuentro realizado en el bello municipio del sureste del estado de Veracruz, dentro de los límites de la
Cuenca del Papaloapan.
Productor Varios
Guión Ana Aguirre Solano
Música S/D
Género Crónica musical
Música popular sudafricana, música mexicana, el romanticismo, el jazz, trova, música de
Temas Brasil, música de Perú, rock, rumba jarocha, el son jarocho, cantos espirituales, música lounge,
música griega.
Participantes
Sinopsis
Serie a cargo de los programadores musicales de Radio Educación, la cual aporta aspectos importantes referentes a la música de todos los
géneros. Promoción de fonogramas músicales que dan muestra de la riqueza del acervo de la fonoteca de Radio Educación
Sinopsis
Espacio en el que se difunde música de la fonoteca de Radio Educación, con la idea de que el auditorio disfrute de la gran riqueza
musical que alberga este recinto y que ha sido producto de adquisiciones, donaciones y grabaciones de campo a través de los años.
Postales tlacotalpeñas
Número de Duración por
Producción Año de producción Duración de la serie
programas programa
Radio Educación 1982 10 30' 5:00'
293
294
Sinopsis
Serie que presenta la historia, cultura, costumbres, tradiciones, versos, cantares, aspectos de su economía y organización social,
aderezados con décimas y sones propios de Tlacotalpan, localidad y municipio del sureste del estado de Veracruz dentro de los límites de
la Cuenca del Papaloapan, en México. Ubicado en la costa del Golfo de México, es conocido por su tradición pesquera y por el Festival
Anual de Música Jarocha: el Encuentro de Jaraneros, que se patrocina especialmente por formar un vínculo cultural e histórico entre la
música de Andalucía, del centro-occidente de África y de las culturas nativas de Mesoamérica.
294
295
295
296
Arriba. Tabla de la programación radiofónica de la Radio Educación, México D. F., entre 1979 –
2008.
296
297
3.4. El son, expresión musical veracruzana por excelencia, ha sido en este sentido
analizada, arribándose a la conclusión de que una de sus principales vertientes formativas
la constituyen elementos de indudable origen africano. De esta mantera corroboramos que
en términos de baile, música y convivencia festiva, la herencia africana aflora a plenitud,
constituyendo un sólido cuerpo de identidad cultural distintiva que ha llegado a convertirse
en paradigma de expresión regional.439 Gonzalo Aguirre Beltrán (1994b) ha sido uno de
los más exitosos investigadores sobre los estudios afroamericanistas, descubriendo
documentos que son testimonios de la importación de negros. En “La población negra en
México” (1972), él habla sobre la contribución negra a la composición genética de la
población mexicana y sobre los viejos prejuicios establecidos del desconocimiento de la
presencia negra en el país. Refiriéndose a los estudios tanto mexicanos y extranjeros,
Beltrán resume su exegesis, demostrando la ignorancia de diferentes vertientes históricas,
que tenían como objeto sólo lo indio. Tal problema se debió según él a la vieja
sentimentalidad mística e ideas de prejuicio racial que explícita o implícitamente tuvieron
reflexión sobre la mayor parte de los estudios. En efecto también la exaltación cósmica y
romántica, el misticismo ideológico por parte de la plataforma nacionalista oficial
posrevolucionaria, el neocolonialismo económico son factores que han sido o son en el
presente el promotor de la ignorancia y la negación de los aportes étnicos.
439
Naveda Chávez , A. (2000:53)
297
298
las culturas mineras, del obraje y los servicios domésticos. Por otro lado se mantuvieron
vivas las expresiones estéticas negras, debido tal vez a la vivaz genealogía de la raza
africana y su elástica adaptación a todo tipo de condiciones ambientales. El proceso era
interactivo: mientras el negro adoptaba elementos de la cultura dominante, le aportaba otras
características que ataviaban, enriquecían y transformaban, que daban inicio a una
interinfluencia que dejó sus rasgos tanto en América como en Europa. Como consecuencia
de la interinfluencia entre las dos culturas brotó la música afromestiza mexicana, basada
fundamentalmente en la mezcla de elementos africanos e hispánicos en donde el significado
de la simbología del negro resultó indispensable. A este momento de la historia de la
música han dedicado sus esfuerzos Gabriel Saldívar y Aguirre Beltrán, historiógrafos y
antropólogos en México. Autores como Rolando Pérez Fernández hablan sobre los
procesos de la transición cultural y sincretismo entre los europeos, euromestizos, africanos,
afro mestizos e indo mestizos, excluyendo de este grupo llamado subtotal de población al
puro indígena. Eso se debe a varios testimonios sobre las prohibiciones de eventos como
nacimientos, conventículos, juntas, oratorios etc., donde se mencionan a negros, españoles,
europeos y euro mestizos entre africanos y también instrumentos musicales europeos: arpa
y guitarra y no a un indio:
Los blancos hacían sus esfuerzos de cristianizar y enseñar a los negros, la manera
occidental de integrarse como proletarios a la economía virreinal. La vestimenta occidental
ha sido objeto de múltiples intentos de ser elaborada y usada en los bailes de los negros
como la representación del culto y los santos de la iglesia católica. Las tonadillas, coplas y
la práctica de los llamados “rosarios y vestidos a la moda diablezca”441, han sido traídos
desde la Habana por gente que no tuvo recursos para seguir con su viaje y por lo tanto se
asentaron en Veracruz como marineros, aventureros o estafadores y truhanes.
El africano en América se mezcló a pesar de todos los contratiempos que tuvo entre los
diferentes etnos de negros. Fuera de los asentamientos negros, el negro se dispersó y no fue
fácil de agruparse según su origen étnico. Existía también el hecho que en el Caribe y en
Brasil, dentro del trabajo en la plantación se mezclaban negros de diferentes procedencias
con la única razón de no permitir una unión entre los africanos, que pudiera presentar
peligro para el régimen esclavista. A propósito se buscaba simplicidad de las relaciones
dentro del sistema social, que implicaba carácter carcelario, poca comunicación y poca
dinamización de los procesos sociales. Como resultado se obstaculizaba la aparición a una
440
Naveda Chávez , A. (2000:42)
441
Aguirre Tinoco, H. (1991: 9)
298
299
eventual formación con esqueleto rígido de negros, ya que los mismos venían de diversas
partes del continente africano, con diferentes dialectos y creencias y hasta a veces
sentimientos de hostilidad mutua. Así de esta manera Moreno Fraginals (1977) explica en
Cuba la supervivencia de un alto grado de etnias puras de africanos con sus propias
manifestaciones culturales, constituidos y resguardados en los cabildos con los testimonios
correspondientes con la benevolencia de los gobiernos coloniales.
299
300
Capit. 1 - TABLAS
Tabla 1. Culturas y clases sociales según el paradigma marxista p. 25
Tabla 2. El son jarocho en la cultura popular y hegemónica p. 52
Tabla 3. Técnicas básicas para la investigación musical p. 64
Tabla 4. El modelo de Qureshi p. 67
Cap. 2 - TABLAS
Tabla 5. La tarima p. 76
Cap. 2 - FIGURS
Figura 1. Imágenes y veladoras que usan los curanderos p. 85
Figura 2. Terapeuta curando con rama p. 85
Figura 3: Croquis de los espacios y foros utilizados para la Fiesta Patronal p. 92
Figura 4: La cabeza de Cristo Negro p. 103
Figura 5. El Quiosco de fandango en Jáltipan p. 113
Figura 6. Jaraneros locales p. 114
CAP. 2 - MAPAS
Mapa 1. La región de los Tuxtlas y la Cuenca del Papaloapan p. 78
Mapa 2. El municipio de Otatitlán p. 98
Mapa 3. Municipio de Jaltipán p. 107
CAP. 2 – FOTOS
Foto 1. Preparación de la comida para la fiesta p. 88
Foto 2. Ama de casa cuidando el tatabiguiyayo p. 89
Fotos 3 y 4. La quinceañera en la iglesia p. 90
Foto 5. Las participantes del concurso de belleza p. 92
“Coronación de su Graciosa Majestad Astrid Estefanía I y su Corte Real”
Foto 6. Grupo “Río Crecido” p. 93
Foto 7. El jurado y el grupo acompañante del Concurso Estatal de Fandango p. 95
Foto 8. Pareja participante en el Concurso Estatal de Fandango en Santiago Tuxtla p. 96
Foto 9. La programación de la Fiesta Patronal de Santiago Tuxtla p. 97
Foto 10. El Trío jarocho “Hermanos Comi” p. 104
Foto 11. El grupo “Son y Fandango Yacatecuhtli” de Otatitlán p. 106
CAP. 3 - FOTOS
300
301
CAP. 3 - FIGURAS
Figura 7. Libro de música de vihuela p. 123
Figura 8. Instrumentos medievales p. 128
Figura 9. Instrumentos medievales p. 128
Figura 10. Laúd español p. 129
Figura 11. Transcripción de la Bamba p. 134
Figura 12. Vihuela mexicana p. 141
Figuras 13 y 14. Jarana mexicana, Vihuela española p. 141
Figura 15. Afinación y posiciones de Guitarra del Son p. 142
(Requinto jarocho) y Jarana jarocha
Figura 16. “Música de feria” de S. Revueltas p. 154
CAP. 3 - TABLAS
Tabla 6. Agentes de la ISE en torna al Movimiento Jaranero p. 161
CAP. 4 -FOTOS
Foto 13. Carta escrita de R. Perry, dirigida al gobernador F.H. Beltrán p. 176
Foto 14. El poster de la película “Frida” p. 178
CAP. 5 -FIGURAS
Figura 17. Ritmo sin compases p. 198
Figura 18. Pulsación irregular p. 200
Figura 19. Esquema binario p. 201
Figura 20. Esquema ternario p. 202
Figura 21. Pulsación sesquiáltera p. 204
Figura 22. Proceso de “binarización” p. 205
Figura 23. Pie ternario p. 205
Figura 24. La binarización del Pie ternario p. 205
Figura 25. Proceso de “binarización” p. 207
Figura 26. Canción mexicana p. 210
Figura 27. Partición del metro ternario p. 211
Figura 28. Secuencias del moloso p. 211
Figura 29. Marimba (arco musical) p. 213
tocado por Rafael Terán de Palenque, Colombia
Figura 30. Beng tocado por un fang, de gabón p. 213
Figura 31. Agwong tocado por un Mpyemo de Upper Sangha p. 213
Figura 32. Marimba: detalle de amarre de cuerda de arco p. 213
Figura 33. fragmento de canción de los Tuxtlas p. 222
Figura 34, Compas 2 p. 253
Figura 35 y 36. Compases 2, 3y 4 desde “Recuerdo Septiembre”, p. 254
A. Corona
Figura 37. Variaciones binarias p. 254
301
302
CAP. 5 - TABLAS
Tabla 7. Características del fandango español p. 218
Tabla 8. El número de grupos jarochos en el Municipio de Santiago Tuxtlas p. 219
Tabla 9. aplicación de referencias, según el método de Qureshi p. 223
Tabla 10. La popularización del son jarocho como una tradición inventada p. 258
Tabla 11. Estilos vocales e instrumentales en la música posnacionalista p. 270
CAP. 5 - FOTOS
Foto 15. El grupo jaranero “Hermanos Comi” p. 221
Foto 16. Programa de mano del estreno de la obra p. 229
Foto 17. Portada y contraportada del CD, p. 247
grabado en Xalapa (editado por la U.V)
CAP. 6- TABLAS
Tabla 12. El son jarocho en la cultura ritual, hegemónica y popular p. 272
302
303
BIBLIOGRAFÍA
Aguirre Beltrán, Gonzalo, 1972, La población negra en México, México: Fondo de Cultura
Económica
Appadurai, Arjiun, 1991, La vida social de las cosas, México: Editorial Grijalbo
Aretz, Izabel, 2007, América Latina en su música, México, D.F.: Siglo XXI Editores
Báez-Jorge, Félix, 2003, Los disfraces del diablo: Ensayo sobre la reinterpretación de la
noción cristiana del mal en Mesoamérica, Xalapa, Veracruz, México: Universidad
Veracruzana
Barradas Benítez, Arturo y Barradas Saldaña, Patricia (comp.), 2003, Del hilo de mis
sentidos, México: Editorial Sexto Piso
Bártok, Bella 1935, Die Melodien der rumänishen Colinde, Austria, Viena: Universal
Edition
303
304
Bitrán, Yael y Miranda Ricardo, 2002, Dialogo de resplandores: Carlos Chávez y Silvestre
Revueltas, México, D.F.: CONACULTA
Boyte, Carlota (Coord.) 1988, Historia de la cuestión agraria mexicana, México: Siglo
XXI Editores.
Borges, Jorge Luis, 1974, Obras completas 1923-1972, Buenos Aires: EMECÉ Editores
Bourdieu, Pierre, 1988, La distinción: criterio y bases sociales del gusto. Madrid: Taurus
Braudel, Fernand, 2002, La historia y las ciencias sociales, Madrid: Alianza Editorial
Brandel, Rose, 1961, The music of Central Africa, Martinus Nijhoff, the Hague: Martinus
Nijhoff, Holland
-iii-
Bustamante Rábago, Fernando, 1991, Los borró el tiempo, Xalapa, México: Gobierno del
Estado de Veracruz
Campos Ortíz, Luis H. y Rafael Santiago, 2010, Breve Historia de Santiago Tuxtla,
Santiago Tuxtla, Veracruz: Fundación Museo Regional Tuxteco
Catálogo Gli Strumenti musicali, 1977, Italia, Milano: Gruppo Editoriale Fabrri, Bompiani,
Sonzongo, Etas, S. P.
Cervantes Saavedra, Miguel de, 2004, Don Quijote de la Mancha, España: Alfaguara
Collaer, Paul, 1970, “African Music”, en: The World of music, Vol. XII, núm. 1, Maguncia,
pp. 34-45
Del Moral Tejeda, Agustín 2009, Cuéntame que me pasa, Xalapa, Veracruz: Dirección
General Editorial
Elliott, Carl, 2003 Does your patient have a beetle in his box, en: Cressida J. Heyes, 2003,
The grammar of politics: Wittgenstein and political philosophy, Ithaca, New York: Cornell
University Press, pp. 186-201
Fernández Palomo, María Aldara Engracia, 2007, La construcción de la identidad del son
Jarocho, Tesis doctoral, Granada, España: Universidad de Granada/ Departamento de
antropología social
Figueroa Hernández, Rafael, 2007a, Guía Histórico – Musical, México: Conaculta/ Fonca
México
García Canclini, Néstor, 1982, Las culturas populares en el capitalismo, México: Nueva
Imagen
García de León, Antonio. 2004, Contra viento y marea, Los piratas en el Golfo de México,
México, D. F.: Random House Mondadori
305
306
García de León, Antonio, 2006, Fandango. El ritual del mundo jarocho a través de los
siglos, México: CONACULTA / IVEC / Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento
García de León, Antonio, 2009, El Mar de los deseos, México: Siglo XXI Editores
Gellner, Ernest, 1989, Cultura, identidad y política: el nacionalismo y los nuevos cambios
sociales, Barcelona: Gedisa
Gottfried Hesketh, Jessica Anne, 2005, El fandango jarocho actual en Santiago Tuxtla,
Veracruz, Tesis de maestría, México: Universidad Autónoma de Guadalajara
Gramsci, Antonio 1976, Literatura y vida nacional, México, D.F.: Juan Pablos Ed.
Gutiérrez, Gilberto y Pascoe, Juan (comp.), 2003, La Versada de Arcadio Hidalgo, Xalapa,
Veracruz: Universidad Veracruzana
Hernández Azuara, Cesar, 2003, Huapango: El son huasteco y sus instrumentos en los
siglos XIX y XX, México: CIESAS/COLSAN/, Programa de desarrollo de la Huasteca
Herdon, Marcia; McLeod, Norma 1980, Music as culture Authors, Indiana University,
USA: Norwood Editions
Hobsbawm, Eric J. 1990, Nations and nationalism since 1780. Programme, myth, reality;
Cambridge: Cambridge University Press.
306
307
Huidobro Goya, José Alejandro, 1995, Los fandangos y los sones: la experiencia del son
jarocho, Tesis de licenciatura, México: Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa
Jacorzynski, Witold, 2004, Crepúsculo de los ídolos en la antropología social: más allá de
Malinowski y los posmodernistas, México: CIESAS/ Miguel Ángel Porrúa
Kelly, Isabel, 1956, Santiago Tuxtla, Veracruz: Cultura y Salud, México, D. F.: Instituto de
Asuntos Interamericanos
Kiskiuk, Michelle, 1998, Seize the Dance! BaAka Musical Life and the Ethnography of
Performance, New York, USA: Oxford University press
Kohl S., Randhall Ch., 2007, Ecos de ‘La bamba’: una historia etnomusicológica sobre el
son jarocho de Veracruz 1946- 1959, Veracruz, México: Instituto Veracruzano de Cultura
Kohl S., Randhall Ch., 2010, Escritos de un naufrago habitual: ensayos sobre el son
jarocho y otros temas etnomusicológicos, Veracruz, México: Universidad Veracruzana
Kopytoff, Igor, 1991, La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proceso,
en: Arjun Appadurai (ed.), 1991, La vida social de las cosas: perspectiva cultural de las
mercancias, México: Grijalbo, pp. 89-124
Long, Norman, 2007, Sociología del desarrollo: una perspectiva centrada en el actor,
México: El Colegio de San Luis/CIESAS
Lukes, S., 1976, Reconsideración del individualismo metodológico, en: Alan Ryan (comp.),
1976, La filosofía de la explicación social, México: Fondo de Cultura Económica, pp. 187-
203
307
308
Marx, C., Engels, F., La ideología alemana, 1958, Ediciones MER, Pueblos Unidos
Melgarejo Vivanco, José Luis, 1979, Los Jarochos, Veracruz, México: Gobierno del
Estado de Veracruz
Método para el instrumento gudulka, 1983, Bulgaria, Sofia: Editorial Nauka i Izkustvo
Monsiváis, Carlos, 2000, Las herencias ocultas de la reforma liberal del siglo XIX,
México: Random House Mondadori
Moreno Fraginals, Manuel 1977, Aportes culturales y deculturación en: Manuel Moreno
Fraginals, 1977, África en América Latina, México: Siglo XIX/ UNESCO
Moreno Rivas, Yolanda, 1989, Rostros del Nacionalismo en la música mexicana, México,
D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Naveda Chávez, Adriana, 2000, “Presencia Africana” en: José Velasco Toro y Félix Báez
–Jorge, (coords.) 2000, Ensayo sobre la Cultura de Veracruz, Xalapa, Veracruz:
Universidad Veracruzana
Nettl, Bruno, 1985, Musica folklórica de los continentes occidentales, Madrid: Alianza
Editorial
Nikolova, Lidia Litova, 1995, Българска Народна Музика, изд. Музика, София Música
Popular Búlgara, Sofía, Bulgaria: Editorial Música
308
309
Pérez Fernández, Rolando A., 1990, La música afromestiza mexicana, Xalapa, Ver.:
Universidad Veracruzana
Pérez Montfort, 1997, Lo ‘negro’ en la formación del estereotipo jarocho durante los
siglos XIX y XX, en Revista de Historia, Sociedad y Cultura. Sotavento, Núm. 2, Verano
1997, Veracruz, México: Universidad Veracruzana/Instituto de Investigaciones Histórico-
Sociales, pp. 131-154
Pérez Montfort, 2003, Testimonios del Son Jarocho y del Fandango: apuntes y reflexiones
sobre el resurgimiento de una tradición regional hacia finales del siglo XX, Antropología,
Núm. 66, t/v 66, México, p. 15
Pérez Montfort, Ricardo y Jessica Gotfried, 2009, Fandango y son entre el campo y la
ciudad, Veracruz-México, 1930-1990 en: Yolanda Juárez Hernández y Leticia Bobadilla
González (Coords.), 2009, Veracruz: sociedad y cultura en la región Golfo Caribe,
Morelia: Universidad Michoacana de San Nicólas de Higalgo/Universidad Veracruzana/
Instituto Veracruzano de Cultura
309
310
Picasso, Juan Resséndiz, 2003, Monografía de los Tuxtlas, San Andrés Tuxlta, Ver.:
Asesores en Mercadotécnia y Cominicación, División Académica
Ramírez Felipe, Apolinar, (Comp.) 1996, Soy como el peje en marea. Versos antiguos de
fandango, Veracruz: Dirección General de Culturas populares/ Unidad Regional Sur de
Veracruz
Rivas Castellanos, Eneas, 1993, La Real Villa de Santiago Tuxtla, Veracruz, México:
Instituto Veracruzano de Cultura
Rouget, Gilbert, 1967, África negra, en: Enciclopedia Salvat de la música, Barcelona:
Salvat, pp. 198-200
Rouget, Gilbert, 1972a, La Música de España; Desde las cuevas prehistóricas hasta el
siglo XVI, Madrid: Editorial Espasa-Calpe
Schatzki, Theodore R., 2010, The timespace on human activity: on perfomance, society,
and history as indeterminate teleological events, Lanham, Maryland, USA: Lexington
Books
Silva – López, G., Vargas Montero, Guadalupe y Toro Velasco, José (Coords.) 1998, El
padre río y madre mar, Tomo I y Tomo II; Xalapa, Ver.: Editorial del Gobierno del Estado
de Veracruz Ignacio de la Llave
Todorov, Tzvetan, 2010, La Conquista de América: el problema del otro, México: Siglo
XXI
Tourent, Lourdes, 1993, La Conquista música de México, México, D.F.: Fondo de Cultura
Económica
Turner, Victor, 1968, The Drums of Affliction: A Study of Religious Process Among the
Ndembu of Zambia. Oxford: Clarendon Press.
Turner, Victor, 2002a [1974], Dramas sociales y metáforas rituales, en: Ingrid Geist
(Comp.), 2002, Antropología del Ritual. México: Escuela Nacional de Antropología e
Historia, pp. 35 -70
Turner, Victor, 2002c [1987] “La antropología de la performance” en: Ingrid Geist
(Comp.), 2002, Antropología del Ritual. México: Escuela Nacional de Antropología e
Historia, pp. 103 - 144
Velasco Toro, José (coord.) 1997, Santuarios y Región. Imágenes del Cristo Negro de
Otatitlán, Xalapa, Veracruz: Universidad Veracruzana
Watkins, J. W., 1976, Tipos ideales y explicación histórica, en: Alan Ryan (comp.), 1976,
La filosofía de la explicación social, México: Fondo de Cultura Económica, pp.130- 165
Wilkes, Josué Teófilo, 1936, Ensayo para una clasificación rítmica del cancionero criollo
según la rítmica clásica, en Boletín Latino Americano de música, Año II, no.2 abril, Lima,
Perú, pp. 294-313.
Zamudio Serrano, Cecilia del Mar, 2010, El nuevo Son neo – jarocho, un fenómeno de re –
creación lingüística y cultural: Un ejemplo de trascendencia textual, Tesis de licenciatura
en antropología lingüística, Xalapa, Ver.: Universidad Veracruzana
311
312
ARCHIVOS
DOCUMENTOS
Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1946 (Ley
que crea el Instituto Nacional de Bellas Artes [INBA]) en:
URL: www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/193.doc
Revista Son del Sur, Núm.2, Febrero 1996, Centro de Documentación del Son Jarocho,
Jáltipan, Veracruz
Sotavento, Revista de Historia Sociedad y Cultura, 1997, García Díaz, Bernardo, Editor
General
ENTREVISTAS
Arcadio Vacsim Estribando, junio 2010, Comuninad Teshialpan, Mun. San Andrés
Tuxtla, Veracruz
Clemente Campos Carvajal, entrevistas durante marzo, mayo y julio 2010, en
Comunidad de Buenos Aires, Santiago Tuxtla, Veracruz
Crescencio Vichi Conde, julio 2010, Santiago Tuxtla, Veracruz
Fernando Bustamante Rábago, marzo y mayo 2010, en Santiago Tuxtla, Veracruz
Marcelino Parroquín, mayo 2010, Otatitlán, Veracruz
Rafael Domínguez Nájera, julio 2010, Santiago Tuxtla, Veracruz
Ricardo Perry, febrero y marzo de 2011, en Jáltipan, Veracruz
OTRAS FUENTES
313
314
RECURSOS ELECTRÓNICOS
Libro
List, George, 1994, Música y poesía en un pueblo Colombiano: una herencia tri-cultural
Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la
República, Bogota, Colombia:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/folclor/musica/am1c.htm
Búsqueda realizada el 16 de mayo de 2011
Discussion Forum
http://earlyguitar.ning.com/forum
Búsqueda realizada el 25 de mayo de 2012
Durán, Diego, 2005, Historia de las Indias de Nueva España y islas de Tierra Firme
http://www.cervantesvirtual.com/obra/historia-de-las-indias-de-nueva-espana-y-islas-de-
tierra-firme-tomo-i--0/
Búsqueda realizada el 09 de septiebre de 2011
314
315
Melville, J. Herskovits
http://www.jstor.org/stable/271254
Búsqueda realizada el 12 de abril de 2011
Sheehy, Daniel Edward, 1978, The son jarocho, Tesis inédita, en:
http://www.sonjarocho.com/sonjar.html
Búsqueda realizada el 10 de junio de 2010
Qureshi, Regula Burckhardt, 1987, Musical sound and Contextual Input: A Performance
Model for Musical Analysis, Ensayo, Source: Ethnomusicology, Vol. 31, No. 1, pp. 56-86
Published by: University of Illinois Press on behalf of Society for Ethnomusicology
http://www.jstor.org/stable/852291
Búsqueda realizada el 05 de febrero 2009
315