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Centro Internacional de Arreglo de


Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI)

En la Materia del Arbitraje entre

COMPAÑIA DEL DESARROLLO DE SANTA ELENA, SA

LA REPÚBLICA DE COSTA RICA

Caso núm. ARB/96/1

PREMIO FINAL

Fecha de envío a las partes: 17 de febrero de 2000

169
170 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

Presidente: Sr. L. Yves FORTIER, CC, QC

Miembros del Tribunal: Profesor Sir Elihu LAUTERPACHT, CBE, QC


Profesor Prosper WEIL

Secretario del Tribunal:Sra. Margrete Stevens

En el Caso No. ARB/96/1.

Entre: Compañía del Desarrollo de Santa Elena, SA

Representado por:

Sres. Alexander E. Bennett, Kenneth I. Juster, Michael A.


Lee y David B. Bergman
del bufete de abogadosarnold&Portero, como abogado

DEMANDANTE

La República de Costa Rica

Representado por:

Sr. Charles N. Brower, Sra. Abby Cohen Smutny, Sra. Anne D. Smith
Sr. Frank Panopoulos y Sr. Jamie M. Crowe del bufete de abogados
Blanco&Caso, como abogado;

DEMANDADO
TABLA DE CONTENIDO

A. INSTITUCIÓN DEL PROCEDIMIENTO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4*

B. LA PRIMERA SESIÓN DEL TRIBUNAL ..............................5

C. HECHOS QUE DAN ORIGEN AL ARBITRAJE......................................7

D. OTROS EVENTOS PREVIOS AL ARBITRAJE RELEVANTES ...............11

E. LA FASE ESCRITA ............................................... ..............13

F. LA FASE ORAL .............................................. ......................18

G. POST-AUDENCIA Y OTRAS PRESENTACIONES......................22

H. LA DISPUTA EN BREVE ............................................... .............23

I. LA LEY APLICABLE .............................................. ..............24

J. ESTÁNDAR DE COMPENSACIÓN ..........................................27

K. VALORACIÓN ............................................... .............................28

1) La fecha en que se debe valuar la propiedad .................29

2) Valor de la Propiedad Santa Elena al 5 de mayo de 1978 ................32

L.INTERÉS .............................................................. ..........................35

M. COSTOS.................................................... ........................................39

N. PREMIO ....................................................... ......................................39

* Las páginas del índice anterior se refieren a la numeración de páginas del premio original.

171
172 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

EL TRIBUNAL

Compuesto como arriba,

Después de la deliberación,

Hace el siguiente Premio:

A. Institución de Procedimientos

1. El 2 de junio de 1995, el Centro Internacional de Arreglo de


Diferencias Relativas a Inversiones (en adelante, el “Centro” o “CIADI”)
recibió una solicitud de arbitraje con fecha 15 de mayo de 1995 (en
adelante, la “Solicitud”) de Compañía del Desarrollo de Santa Elena, SA
(en adelante, la “Demandante” o “CDSE”), una sociedad costarricense
cuyos accionistas en su mayoría son ciudadanos de los Estados Unidos
de América (en adelante, los “EE.UU.”).
2. La Solicitud establecía que la CDSE deseaba iniciar un
procedimiento de arbitraje contra la República de Costa Rica (en
adelante, la “Demandada” o “Costa Rica”) en los términos de la
Convención sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre
Estados y Nacionales de Otros Estados (en adelante, la , el “Convenio del
CIADI”) del que Estados Unidos y Costa Rica son Partes Contratantes.
3. La Demandante indicó en su Solicitud que había surgido una
controversia en relación con la expropiación por parte de la Demandada de
un inmueble conocido como “Santa Elena” (en adelante, “Santa Elena” o la
“Propiedad”) y, en particular, en relación con la indemnización adeuda a la
Demandante por la Demandada como resultado de dicha expropiación.
4. La Solicitud se recibió al amparo de una carta de fecha 31 de mayo
de 1995, en la que la Demandante solicitaba que la Solicitud no se
considerara presentada ante el Centro hasta nuevo aviso, a fin de
proseguir las consultas con la Demandada. Mediante carta del 19 de
marzo de 1996, la Demandante informó al Centro que la Solicitud debía
considerarse presentada. En consecuencia, el 20 de marzo de 1996, el
Secretariado del CIADI acusó recibo de la carta de la Demandante del 19
de marzo de 1996 y transmitió una copia de la misma a la Demandada,
junto con una copia de la Solicitud, su documentación adjunta y la carta
de la Demandante del 31 de mayo de 1995. El 22 de marzo de 1996, el
Secretario General del CIADI registró la Solicitud y notificó a las partes en
consecuencia.
CASOS 173

5. El Tribunal Arbitral (en adelante, el “Tribunal”) se constituyó el 28 de


mayo de 1997. El Tribunal está integrado por el Sr. L. Yves Fortier (nominado
conjuntamente por las partes) como Presidente, el Profesor Sir Elihu
Lauterpacht (nominado por la Demandante) y el Profesor Prosper Weil
(nominado por la Demandada).
6. A falta de una solicitud acordada por las partes del Tribunal para
modificar las reglas de procedimiento establecidas en el Convenio y las
Reglas de Procedimiento para los Procedimientos de Arbitraje del CIADI,
en vigor desde el 26 de septiembre de 1984 (en adelante, las “Reglas de
Arbitraje”), el Tribunal ha seguido la dirección dada en el Artículo 44 del
Convenio en el sentido de que el procedimiento se llevará a cabo de
conformidad con la Sección 3 del Capítulo IV del Convenio CIADI y las
Reglas de Arbitraje.

B. La Primera Sesión del Tribunal

7. La Primera Sesión del Tribunal se celebró el 21 de julio de 1997 en


París, Francia, de conformidad con la Regla 13(1) de las Reglas de Arbitraje y
dentro del plazo establecido en la misma.
8. En esa Sesión, los abogados de ambas partes confirmaron que el
Tribunal se había constituido correctamente de conformidad con el
Convenio del CIADI y las Reglas de Arbitraje.
9. Entre los asuntos procesales y de otro tipo abordados
en la Primera Sesión del Tribunal, se confirmó que el idioma
del procedimiento sería el inglés y que el lugar del
procedimiento sería Washington, DC, la sede del Centro.
10 También se confirmó que el procedimiento comprendería un
procedimiento escrito seguido de un procedimiento oral.
11 En la Primera Sesión del Tribunal, antes de abordar cuestiones
relacionadas con el marco y el momento de los procedimientos escrito y
oral, el abogado de la Demandante informó al Tribunal que tenía
motivos para creer que, si bien la Demandada aún no había formulado
una objeción formal a la jurisdicción del Tribunal, tal objeción podría
presentarse próximamente. El abogado de la Demandada confirmó que
no se había presentado tal objeción y que no tenía previsto presentar tal
objeción en nombre de Costa Rica; sin embargo, afirmó que la
Demandada se reservaba el derecho de hacer tal objeción. El Presidente
recordó al abogado que, de conformidad con la Regla de Arbitraje 41(1),
las objeciones a la jurisdicción deben hacerse lo antes posible en el
procedimiento y, en cualquier caso, a más tardar el
174 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

vencimiento de la fecha para la presentación del Memorial de


Contestación de la Demandada. Asimismo, recordó que, conforme a
la Regla de Arbitraje 41(2), el Tribunal podría considerar, por
iniciativa propia y en cualquier etapa del procedimiento, si la disputa
es de la competencia del Centro o del propio Tribunal. El Presidente
declaró entonces que, habiéndose señalado el asunto a la atención
del Tribunal, no podía ser ignorado. A fin de que el Tribunal se
mantuviera plenamente informado sobre este tema, el Presidente
ordenó a las partes que proporcionaran al Tribunal copias de
cualquier correspondencia anterior y futura entre ellos en relación
con el asunto de la jurisdicción del Tribunal. El abogado confirmó que
proporcionaría al Tribunal copias de todos esos documentos,
siguiendo las instrucciones del Presidente.1
12 Luego de las presentaciones de los abogados, y luego de la deliberación
entre los miembros del Tribunal, el Presidente informó a los abogados de los
plazos específicos fijados por el Tribunal para la presentación de los
procedimientos escritos de las partes:
• 15 de enero de 1998 para que la Demandante presente su Memorial;
• 15 de junio de 1998 para que la Demandada presente su Memorial de Contestación;
• 31 de julio de 1998 para que la Demandante presente su Réplica; y
• 15 de septiembre de 1998 para que la Demandada presente su Dúplica.
13 El Tribunal también fijó la fecha del 9 de noviembre de 1998 para el
comienzo de la audiencia oral sobre el fondo en Washington, DC

14 El asunto final abordado durante la Sesión del Tribunal del 21


de julio de 1997 se refería a una propuesta de las partes de que el
Tribunal programara una visita al sitio de la Propiedad en Costa Rica
que era objeto de la disputa. Luego de deliberar, el Presidente
informó a las partes que el Tribunal contemplaría programar una
visita al sitio solo después de la conclusión de la audiencia oral, en
caso de que considerara que tal visita sería útil.2

1Las partes proporcionaron al Tribunal copias de estos documentos,


pero la Demandada nunca objetó la jurisdicción del Tribunal.
2El asunto de una posible visita al lugar fue considerado varias veces por el
Tribunal durante el curso del procedimiento de arbitraje. El Tribunal finalmente
concluyó que no sería necesaria una visita al lugar y no se llevó a cabo dicha visita.
CASOS 175

C. Hechos que dieron lugar al arbitraje

15. La Propiedad está ubicada en la Provincia de Guanacaste de Costa


Rica, en la esquina noroeste del país. El terreno consta de más de 30
kilómetros de costa del Pacífico, así como numerosos ríos, manantiales,
valles, bosques y montañas. Además de sus características geográficas y
geológicas, la propiedad alberga una deslumbrante variedad de flora y
fauna, muchas de las cuales son autóctonas de la región y del hábitat del
bosque tropical seco por el que es conocida.3
dieciséis. La Demandante, CDSE, se formó en 1970 principalmente con el
propósito de comprar Santa Elena, con la intención de desarrollar
grandes porciones de la Propiedad como centro turístico y comunidad
residencial. La mayoría de los accionistas de CDSE son ciudadanos de los
Estados Unidos de América. Luego de adquirir la Propiedad por la suma
de aproximadamente US $395,000,4CDSE procedió a diseñar un
programa de desarrollo territorial y realizó diversos análisis financieros y
técnicos de la Propiedad con miras a su desarrollo.5
17 El 5 de mayo de 1978, Costa Rica emitió un decreto de expropiación
de Santa Elena (el “Decreto de 1978”). De acuerdo con un avalúo de la
Propiedad realizado por una de sus agencias menos de un mes antes, el
14 de abril de 1978, Costa Rica propuso pagar a CDSE la suma de
aproximadamente US $ 1.900.000 (basado en el tipo de cambio vigente
en ese momento para los colones costarricenses ) como compensación
por la pretendida expropiación de la Propiedad.6
18 Los términos del Decreto de 1978 son, en muchos aspectos, importantes
para el presente arbitraje. Deben ser recitados en su totalidad:

"Mientras:

1. El área actual del Parque Nacional Santa Rosa


es insuficiente para mantener poblaciones estables de grandes
especies de felinos como pumas y jaguares, y que un sub-

3Memoria, págs. 5y siguientes.; Memorial de Contestación, págs. 3y siguientes.

4Responder, pág. 16, nota al pie 14.

5Memoria, págs. 1, 7y siguientes.

6Memorial de Contestación, pág. 23. La compensación ofrecida por Costa Rica


fue de hecho equivalente a US $1 919 492 (en otras partes de sus presentaciones, la
Demandada utiliza la cifra US $1 919 487). Para efectos de este Laudo, este monto se
aproxima a US $1,900,000.
176 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

se le debe agregar un área sustancial si se quiere que lleve a cabo sus


objetivos conservacionistas.
2. Los terrenos situados al norte de la Santa Rosa
El Parque Nacional contiene flora y fauna de gran valor
científico, recreativo, educativo y turístico, así como playas
que son especialmente importantes como zonas de desove
de tortugas marinas.
3. Para cumplir estos objetivos, el Gobierno de la Re-
pública requiere el inmueble que pertenece a la Compañía
de Desarrollo Santa Elena SA inscrita en el Registro Público,
Sección de la Propiedad, Distrito de Guanacaste, tomo
1975, folio 321, asientos 2-3, número 24.165, ubicada en el
distrito cuarto de Santa Elena, el cantón 10, La Cruz,
provincia de Guanacaste, que actualmente se destina a la
ganadería y otros usos, y cuenta con varias instalaciones;
con una superficie total de 15.800 hectáreas, con los
siguientes límites: al norte, la Hacienda Murciélago; al sur,
el Océano Pacífico y el Parque Nacional Santa Rosa; al este,
la Carretera Panamericana y el Parque Nacional Santa
Rosa; y al oeste, el Océano Pacífico.
4. Con el propósito mencionado anteriormente en mente, se redactó una nota

enviada, con fecha 2 de mayo de 1978, al señor James O'Dea


Heelan, como Presidente de la Compañía de Desarrollo Santa
Elena SA, informándole del propósito del Estado.
5. Por nota del 5 de mayo de 1978, el señor O'Dea Heelan noti-
manifestó el estado de su consentimiento a la expropiación
del inmueble antes descrito, aunque en la misma
comunicación indicó que no está de acuerdo con el precio
ofrecido por el estado.

Por lo tanto,

DECRETO:

Artículo 1: Con fundamento en la ley trigésimo sexta, de


26 de junio de 1896, adicionada por el Decreto Legislativo
setenta y ocho, de 24 de junio de 1934,se expropia el inmueble
propiedad de la Compañía de Desarrollo Santa Elena SA
descrito en el considerando tercero del presente decreto.
CASOS 177

Artículo 2: El precio a pagar por dicho inmueble será de


dieciséis millones cuatrocientos cincuenta mil colones, todo
al contado, según avalúo especial N° 15581-AVE de 14 de
abril de 1978, de la Dirección General de Tributación
Directa; este monto será provisto por el Programa de
Asignaciones Familiares para este propósito.
Artículo 3: Se faculta al Procurador General de la
República para formalizar la escritura respectiva y
registrar el inmueble a nombre del Estado, bajo la
administración del Servicio de Parques Nacionales del
Ministerio de Agricultura.
Artículo: Entra en vigor a partir del 5 de mayo de 1978.

Hecho en la Casa Presidencial. San Jose. 5 de mayo de


1978.”
[énfasis añadido]

19 Como se establece en el Decreto de 1978, la Demandante informó a la


Demandada que no tenía objeciones a la expropiación, pero impugnó el
precio fijado por la Demandada.7Luego, CDSE reclamó, como compensación,
la suma de aproximadamente US $ 6.400.000 (también con base en el tipo de
cambio vigente en ese momento para los colones costarricenses), de
acuerdo con un avalúo de la Propiedad que había sido encargado por CDSE y
realizado por el Jefe de Tasadores de el Banco de Costa Rica en febrero de
1978, tres meses antes del Decreto de 1978.8
20 El período de aproximadamente veinte años desde la fecha
del Decreto de 1978 de la Demandada hasta el inicio del presente
arbitraje estuvo marcado por una inactividad intermitente y un
intenso proceso legal entre las partes ante los Tribunales de
Costa Rica. Estos se describen en los escritos de las partes. Si bien
nos hemos familiarizado con esos procedimientos, opinamos que
no es necesario detallarlos aquí. Baste decir que cada parte culpa
a la otra por la gran demora en resolver el tema de la
compensación. En opinión del Tribunal, la cuestión de la culpa o
culpa de una u otra de las partes en este

7Memoria, pág. 12, Anexo 14 de la Demandante.

8Memoria, págs. 12-13. La valuación propuesta por la Demandante en 1978 era


de hecho equivalente a US $6 389 991, que se aproxima a US $6 400 000 a los efectos
de este Laudo.
178 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

respecto no afecta el resultado del caso y no necesita ser


tratado por el Tribunal. Lo relevante es que, desde la fecha
de la expropiación hasta el inicio del presente proceso,
quedó pendiente el monto de la indemnización a pagar por
la Propiedad.
21 El Tribunal considera necesario resaltar el hecho de que, para los
efectos del arbitraje, no se discuten ni el tamaño ni los límites de la
Propiedad. Mientras que el costarricense “Registro Público, Sección de la
Propiedad, Distrito de Guanacaste… número 24.165”, al que se hace
referencia en el Decreto de 1978, de hecho registra a Santa Elena con
21.252 hectáreas,9el propio Decreto de 1978 se refiere a que la
Propiedad contiene “una superficie total de 15.800 hectáreas.” La CDSE
ha manifestado explícita y reiteradamente su acuerdo de respetar los
linderos y superficie total a que se refiere el Decreto de 1978 para
efectos de la valuación del Inmueble.10De hecho, como explica en sus
escritos, la CDSE basa su reclamo de indemnización y su cálculo del valor
de la Propiedad en solo 15.210 hectáreas de la Propiedad, lo que excluye
aproximadamente 5.400 hectáreas en el noroeste11y aproximadamente
590 hectáreas de la Propiedad que ha sido vendida o está sujeta a
reclamos de ocupantes ilegales12y, en consecuencia, “sobre las cuales
CDSE no ejerce actualmente derechos de propiedad”.13Costa Rica no ha
objetado las diversas declaraciones de la CDSE con respecto al tamaño
de la Propiedad que se considerará en el arbitraje, a las que se hace
referencia anteriormente.14En consecuencia, la Prop-

9Ver en generalMemorial, págs. 2-3, 87-90 y 101-107, y Réplica, pág. 230.


10Memoria, pág. 2 y nota al pie 2.
11Ibídem., págs. 88, 102, 106

12Ibídem., págs. 2, 88.

13Ibídem., pag. 107.

14VerMemorial de Contestación, pág. 28, nota al pie 159. El Tribunal toma nota de la
siguiente declaración contenida en una carta de fecha 13 de agosto de 1999, dirigida al abogado
de Costa Rica por el abogado de la CDSE:
“Hacemos hincapié en que la CDSE no tiene la intención de retener los derechos de propiedad
titulados, ni ningún derecho de posesión, sobre ninguna de las áreas comprendidas en la
Finca No. 24, 165A. CDSE está dispuesta a traspasar al Gobierno todo derecho, título, interés y
posesión de que disfruta con respecto a todas las áreas comprendidas dentro de la Finca No.
24, 165A mediante el pago total de la adjudicación. Aún así, es obvio que la CDSE no ha
declarado, y no puede declarar, que está en condiciones de traspasar la posesión de las
parcelas dentro del título registrado de la Finca No.
CASOS 179

Se considera que la propiedad comprende aquellas 15.210 hectáreas en las que la


CDSE basa su reclamación de indemnización.

D. Otros Eventos Previos al Arbitraje Relevantes

22 Dado que la ley costarricense establece que la propiedad expropiada


para un propósito público debe dedicarse a ese propósito dentro de los diez
años, en caso de que el propietario original no pueda solicitar su devolución,
la Demandada emitió un decreto de fecha 25 de julio de 1987 ampliando los
límites del vecino Parque Nacional Santa Rosa. Parque para incorporar la
Propiedad Santa Elena.15
23 Por lo tanto, el asunto de la compensación quedó pendiente y, el 26
de febrero de 1993, se llevó a cabo otra tasación de la Propiedad en
nombre de Costa Rica (la “Tasación de 1993”), que valoró la Propiedad en
aproximadamente US $ 4,400,000 con base en el tipo de cambio vigente
en ese momento. por colones costarricenses.dieciséis
24 Debe mencionarse un aspecto de una ley estadounidense de 1994, conocida
como la “Enmienda Helms”,17que prohíbe la ayuda exterior de EE. UU., incluida la
aprobación de EE. UU. de financiamiento por parte de instituciones financieras
internacionales, a un país que haya expropiado la propiedad de un ciudadano
estadounidense o una corporación de propiedad de ciudadanos estadounidenses en
un 50% como mínimo, cuando el país en cuestión no haya:

“(A) devolvió la propiedad,


(B) proporcionó una compensación adecuada y efectiva (…) según lo
exige el derecho internacional,
(C) ofreció un procedimiento interno que proporcione una compensación
rápida, adecuada y efectiva de conformidad con el derecho
internacional, o
(D) sometió la disputa a arbitraje bajo las reglas del [Convenio
del CIADI] u otro procedimiento de arbitraje
internacional vinculante de mutuo acuerdo.”

1524.165A por el cual se indemnizano buscado, es decir, aproximadamente


5,400 hectáreas de tierra en la sección noroeste de la Propiedad dentro de lo que ahora es el
Parque Nacional Murciélago o los varios terrenos pequeños ocupados por ocupantes ilegales
o vendidos por CDSE”.

15Memorial de Contestación, págs. 24-25 y las notas al pie adjuntas.

dieciséisMemorial de Contestación, pág. 27 y nota al pie 153.

1722 USC sec. 2378 a. (30 de abril de 1994).Verla discusión en el Memorial de


Contestación de la Demandada, págs. 37 a 39 y las notas al pie adjuntas.
180 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

25 Esta ley fue invocada contra la República de Costa Rica en relación


con el caso Santa Elena, con el resultado de que un préstamo del Banco
Interamericano de Desarrollo a Costa Rica por $175.000.000 se retrasó a
instancias de los EE.UU. hasta que Costa Rica consintió en remitir el caso
Santa Caso Elena a arbitraje internacional.
26 Por carta fechada el 21 de marzo de 1995, Costa Rica consintió en un
procedimiento de arbitraje ante un tribunal del CIADI. CDSE presentó su propio
consentimiento, sujeto a la confirmación adicional de la Demandada de que
consideraba que la Demandante había cumplido con el requisito jurisdiccional del
CIADI de propiedad mayoritaria de ciudadanos estadounidenses, el 31 de mayo de
1995. El 19 de marzo de 1996, como se indicó anteriormente, una vez resuelta esta
cuestión, CDSE registró formalmente su consentimiento a este procedimiento.

E. La Fase Escrita

27 Según lo ordenado por el Tribunal, la Demandante presentó debidamente su


Memorial el 15 de enero de 1998. El Memorial no fue acompañado por ninguna
documentación de respaldo.18
28 En su Memorial, la Demandante afirmó que el propósito central del
arbitraje es determinar la compensación que la Demandada debe a la
Demandante por la expropiación de la Propiedad. Por tanto, la cuestión
central a resolver es el valor del Inmueble que, a su vez, requiere la
determinación de la metodología de valoración adecuada. Si bien el
Memorial de la Demandante también describe la historia de la propiedad de
la Propiedad por parte de la CDSE, desde el momento de su compra hasta las
tortuosas disputas legales en Costa Rica, la mayor parte del Memorial y la
esencia del caso de la Demandante se relacionan con la cuestión de la
valoración. En cuanto al derecho aplicable, la Demandante argumentó que la
disputa debe resolverse de conformidad con el derecho costarricense que,
en este caso, no es incompatible con los principios del derecho internacional
en materia de expropiación.
29 La Demandante solicitó, en su Memorial, una indemnización de
US $41,200,000, con intereses y otros montos, como compensación
justa y total por la expropiación de la Propiedad. Este valor-

18En los siguientes párrafos resumimos en forma muy breve los principales alegatos
de las partes. Debido a que estos resúmenes se basan en una apreciación general del caso
de cada parte, no se necesitan citas. Más adelante en este Laudo, cuando se consideran
alegatos, argumentos y pruebas particulares, se brindan referencias específicas a los
alegatos de las partes.
CASOS 181

La compensación se determinó sobre la base del valor justo de mercado


actual de la Propiedad, calculado por los expertos de la Demandante,
principalmente el Sr. Steven Beauchamp de Landauer Associates, Inc., cuyas
opiniones se mencionan en el Memorial. El monto solicitado incluía un valor
de $39,000,000 por las aproximadamente 4,200 hectáreas de tierra
consideradas más adecuadas para el desarrollo relacionado con el turismo
(referidas en este procedimiento como “tierra principal”) y US $2,200,000 por
las aproximadamente 11,000 hectáreas de tierra adicional.
30 Poco tiempo después de que la Demandante presentara su Memorial,
la Demandada presentó ante el Tribunal una solicitud para que se emitiera
un Laudo Parcial o, en su defecto, para que se emitiera un Laudo Parcial en
los Términos Convenidos, con respecto a la valuación de una parte del
Propiedad respecto de la cual la Demandante, en su Memorial, pareció
aceptar como base de su valuación las cifras utilizadas por la Demandada en
su propia Tasación de 1993. La Demandada también solicitó una Orden que
impida a la Demandante presentar cualquier otra prueba, ya sea
documental, testimonial o de otro tipo, “salvo que esté permitido dentro del
alcance adecuado de su Memorial de Réplica”. Alternativamente, la
Demandada solicitó del Tribunal una Orden que obligara a la Demandante a
presentar de inmediato todas las pruebas testimoniales, incluido cualquier
dictamen pericial sobre la legislación costarricense, así como cualquier otra
prueba en la que se basó para respaldar su reclamo. La Demandante se
opuso a la reparación solicitada por la Demandada.
31 Tras las solicitudes de la Demandada y la oposición de la Demandante, se
produjo una larga serie de presentaciones ante el Tribunal sobre estas
cuestiones por parte de ambas partes.
32. Luego de la deliberación, el Tribunal, el 8 de abril de 1998, emitió una
Orden unánime que denegó las solicitudes de la Demandada.19
33. Según lo ordenado por el Tribunal, la Demandada presentó debidamente
su Memorial de Contestación con documentación de respaldo el 15 de junio de
1998.
34. En su Memorial de Contestación, la Demandada coincidió con la Demandante
en que la cuestión central que debe resolverse es el monto de la compensación.

19Después de la emisión de la Orden del Tribunal del 8 de abril de 1998, y de hecho a


lo largo de las etapas escrita y oral de este procedimiento, se solicitó al Tribunal que se
ocupara de una serie de solicitudes procesales a instancias de ambas partes. Por lo tanto, el
Tribunal emitió una serie de órdenes procesales y muchas más decisiones e instrucciones.
Dado que ninguna de estas órdenes procesales u otras decisiones del Tribunal tienen
impacto alguno en el presente Laudo, no es necesario revisarlas y resumirlas aquí.
182 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

ción adeudada a la Demandante por la expropiación de la Propiedad,


que se determinará sobre la base de una valuación adecuada. Luego, la
Demandada ofreció una revisión de la historia de compromiso ambiental
de Costa Rica y de la singularidad ecológica y la importancia del sitio de
Santa Elena, así como una discusión de los antecedentes legales y
políticos de la disputa de las partes, antes de pasar al tema clave de
valuación.
35. La Demandada sostuvo que, conforme al derecho internacional,
que, según afirmó, las partes habían acordado que era aplicable a la
disputa, la Demandante tiene derecho a una compensación sobre la
base del valor justo de mercado de la Propiedad a la fecha de su
expropiación el 5 de mayo de 1978. Ese monto, según lo determinado
por el avalúo realizado por Costa Rica el 14 de abril de 1978 y
mencionado en el Decreto de 1978, es de US $1.919.492. La Demandada
sostuvo además que, si se determinara la aplicación de la ley
costarricense, la valoración de la Propiedad se basaría en su valor justo
de mercado actual, teniendo en cuenta la legislación ambiental existente
que restringiría significativamente, si no prohibiría por completo, el
desarrollo comercial de Santa Elena. . Sobre la base de la opinión de su
experto, KPMG, la Demandada afirmó que ese valor es de US $
2.965.113,68. El demandado pasó a desafiar, en detalle, la metodología y
los cálculos empleados por la Demandante en su Memorial. La
Demandada también afirmó que, en caso de que se apliquen intereses al
Laudo, el derecho internacional respalda un laudo de interés simple
solamente, a una tasa nominal.
36. Según lo ordenado por el Tribunal, la Demandante presentó su Memorial de
Réplica el 21 de agosto de 1998, con documentación de respaldo.20
37. En su Réplica, CDSE argumentó,Entre otros, que la larga demora en
determinar la compensación que se le debía en virtud del Decreto de 1978
había sido causada por Costa Rica. También cuestionó las afirmaciones de la
Demandada con respecto a la ley aplicable y argumentó que, dado que las
partes nunca acordaron la ley aplicable a la disputa, el derecho internacional
solo podría aplicarse cuando se determine que está en conflicto con la ley de
Costa Rica. En cuanto a los medios de valoración de la Propiedad, la
Demandante afirmó que tiene derecho a recibir el valor justo de mercado
actual de la Propiedad sin tener en cuenta ninguna legislación.

20La fecha para la presentación por parte de la Demandante de su Memorial de Réplica se fijó
originalmente para el 31 de julio de 1998. Esa fecha fue anulada y modificada por el Tribunal al 21 de
agosto de 1998, luego de las manifestaciones de la Demandante.
CASOS 183

ción, reglamento u otros actos gubernamentales posteriores al Decreto de


1978.
38. Sobre la base de un avalúo actualizado preparado por el Sr.
Beauchamp, la CDSE reclamó la suma reducida de 40 337 750 $EUA
como indemnización. En respuesta al argumento de la Demandada
sobre los intereses, la CDSE afirmó que, si la Propiedad se valuara al 5 de
mayo de 1978, tendría derecho a recibir intereses compuestos sobre ese
monto, a partir de esa fecha.
39. Según lo ordenado por el Tribunal, la Demandada presentó su
Memorial de Dúplica y la documentación adjunta el 23 de octubre de
1998.21
40 En su Dúplica, Costa Rica defendió sus acciones durante el período
comprendido entre la fecha del Decreto de 1978 y el inicio de este
arbitraje. Reiteró que el derecho internacional se aplica a la disputa, con
el resultado de que la compensación debe otorgarse sobre la base del
valor de la Propiedad al 5 de mayo de 1978, según lo calculado en la
valuación de la Demandada en ese momento. En cuanto al valor actual
de la Propiedad, en caso de que se determine que se aplica la ley
costarricense, la Demandada enfatizó que la Demandante había
ignorado por completo los obstáculos físicos, legales y financieros al
desarrollo que disminuyen significativamente el valor de la Propiedad.
La Demandada reiteró que la suma de aproximadamente US $1.900.000
representaba, en 1978, y representa hoy, el monto total de la
compensación adeudada a la Demandante.
41. Poco después, la fecha fijada para el inicio de la audiencia oral,
a saber, el 19 de enero de 1999, tuvo que ser anulada por
enfermedad de uno de los miembros del Tribunal.
42. Luego de una conferencia telefónica entre los miembros del
Tribunal y los abogados de las partes, el Tribunal fijó la fecha del 10
de mayo de 1999 para el comienzo, en Washington, DC, de la
audiencia oral.
43. A última hora del día, el viernes 7 de mayo de 1999, la Demandada presentó
ante el Tribunal una solicitud de medidas provisionales y de emergencia.

21La fecha para la presentación por parte de la Demandada de su Dúplica se había fijado
originalmente para el 15 de septiembre de 1998. Esa fecha fue anulada y modificada por el
Tribunal al 23 de octubre de 1998 luego de las representaciones de las partes. La fecha de inicio de
la audiencia oral sobre el fondo también se modificó del 9 de noviembre de 1998 al 19 de enero de
1999.
184 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

medidas provisionales de restricción de la agencia. La solicitud de la Demandada


concluyó con una solicitud de la siguiente reparación:

“Recomendar como medidas provisionales de conformidad


con el Artículo 47 del Convenio CIADI:
• Que la Demandante no participe en ninguna actividad de movimiento
de tierras con el fin de construir nuevos caminos en la propiedad
de Santa Elena;
• Que el Demandante no elimine ninguna vegetación (incluida la
vegetación muerta, por ejemplo, árboles) de la propiedad de Santa
Elena que no sea la vegetación muerta que haya caído sobre las
carreteras que están en uso o los escombros en las áreas limitadas
de la propiedad utilizada por el Demandante; y
• Que la Demandante no provoque, encienda, tolere o desista de hacer
todos los intentos razonables para extinguir cualquier incendio en
la propiedad de Santa Elena;
Emitir una orden de restricción de emergencia de conformidad con el
Artículo 47 recomendando que tales medidas sean tomadas por la
Demandante en el ínterin pendiente de resolución de esta Solicitud.”

44. Inmediatamente al comienzo de la audiencia oral, el lunes 10 de


mayo de 1999, el Tribunal, tras haber deliberado durante el fin de
semana intermedio, desestimó la solicitud de la Demandada.

F. La fase oral

45. De acuerdo con las instrucciones del Tribunal, cada parte presentó
ante el Tribunal, antes del comienzo de la audiencia oral, las declaraciones
escritas de sus testigos. En representación de la Demandante, los siguientes
siete testigos comparecieron y prestaron declaración durante la audiencia
oral:
• El Sr. Francisco Chacón rindió testimonio sobre cuestiones de derecho costarricense
relacionadas con la propiedad de la franja de 200 metros de propiedad costera
adyacente a la línea de marea alta bajo la Ley de Zona Marítimo Terrestre de Costa
Rica. Concluyó, en particular, que la CDSE es propietaria de esa franja de terreno,
como lo demuestra la cadena de títulos de la Propiedad.
• El señor Fernando Guier declaró sobre su opinión legal sobre el
derecho constitucional costarricense y la ley de expropiación.
Concluyó que Costa Rica no puede aprovechar su situación ambiental
CASOS 185

leyes y reglamentos posteriores a 1978 en la determinación del valor


de la Propiedad a efectos de compensación.
• El Sr. Phillip Bogdal, de Eco-Plan, había realizado un análisis de planificación del
uso de la tierra de la Propiedad a los fines de la tasación realizada para la
Demandante por el Sr. Beauchamp de Landauer Associates, Inc. En particular,
el Sr. Bogdal preparó tres ( 3) “planes conceptuales de uso del suelo” a partir
de los cuales se podría realizar una valoración global. El Sr. Bogdal testificó
sobre su trabajo y sus conclusiones, y abordó las críticas formuladas por el
experto de la Demandada, KPMG.
• El Sr. Manrique Lara había realizado un análisis de ingeniería de ciertos
aspectos de los planes de uso del suelo desarrollados por el Sr. Bogdal que
habían sido cuestionados por KPMG. Estos se relacionaban con supuestos
obstáculos físicos tales como licuefacción, estabilidad, erosión, etc. Dio
testimonio de su conclusión de que los planes de uso de suelo propuestos
eran físicamente factibles. También estimó el costo de la infraestructura para
cosas tales como la construcción de carreteras y puentes, el suministro de
agua y la eliminación de desechos, etc.
• El Sr. Álvaro Carballo, ex abogado de varios ministerios y
organizaciones paragubernamentales costarricenses, brindó una
evaluación de las leyes y regulaciones ambientales costarricenses
vigentes y su impacto en el desarrollo de la Propiedad. Concluyó que
tales leyes y reglamentos no impedirían el desarrollo de la Propiedad
según las líneas establecidas en los planes conceptuales del Sr.
Bogdal.
• La Sra. Fern Kanter, consultora de las industrias del turismo y la
hospitalidad, testificó sobre el potencial para el desarrollo turístico de la
Propiedad, en el cual se basó, en parte, la evaluación del Sr. Beauchamp.
• El Sr. Steven Beauchamp, de Landauer Associates, Inc., es el autor de la
llamada “Valoración Landauer” en la que se basó la Demandante con
respecto al valor justo de mercado actual de la Propiedad: US
$41,200,000, posteriormente revisado a US $40,337,750.22
Sobre la base de las conclusiones de los otros peritos de la
Demandante, el Sr. Landauer determinó, en particular, que el “mejor y
más alto uso” de una parte significativa de la Propiedad es el
desarrollo turístico y turístico, que, en su opinión, es físicamente
posible, legalmente permisible y financieramente factible.

22Verpárrafos 29 y 38 de este Laudo.


186 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

46. Los siguientes ocho testigos declararon en nombre de la


Demandada durante la audiencia oral:
• El Sr. Bruno Stagno Ugarte, diplomático y asesor del Ministro de Relaciones
Exteriores de Costa Rica, testificó sobre los esfuerzos de Costa Rica para
tener laÁrea de Conservación Guanacaste, incluyendo el Bien Santa Elena,
designado como Patrimonio de la Humanidad, por su importancia
biológica y geológica.
• El profesor Daniel Janzen, académico, aportó pruebas sobre el “análisis
de conservación” de la Propiedad realizado por él para la Demandada.
Su evidencia consistió en una revisión integral de las características
ecológicas de la Propiedad, muchas de ellas únicas y, en su opinión,
que requieren protección contra el tipo de desarrollo contemplado
por la Demandante.
• El profesor Jorge Cabrera Medaglia declaró sobre su opinión sobre el
derecho ambiental costarricense, en particular las limitaciones
impuestas al derecho a la propiedad privada ya la libre empresa en el
marco de la protección ambiental.
• El profesor Rodrigo Barahona es profesor de derecho agrario y
ambiental en la Universidad de Costa Rica, abogado senior de KPMG
Legal Services, expertos legales de la Demandada y coautor del
dictamen legal de KPMG en el que se basa la Demandada. Declaró
sobre las leyes costarricenses que rigen la expropiación y el
procedimiento de expropiación bajo esa legislación.
• El Sr. Juan Carlos Chavarría, Socio Gerente de KPMG Legal Services y,
junto con el Profesor Barahona, autor del dictamen legal de KPMG de
la Demandada, testificó sobre los antecedentes judiciales del caso,
incluido el proceso de compensación ante los tribunales de Costa Rica.

• El Sr. Jerry Turner es el autor de la denominada “Valoración KPMG” en la que se


basó la Demandada para determinar el valor de la Propiedad de Santa Elena y
la compensación adeudada a la Demandante. Presentó pruebas sobre todos
los aspectos de su tasación, incluso en lo que respecta al mejor y mayor uso
de la propiedad (en su opinión, la conservación), las cuestiones
reglamentarias, las limitaciones físicas para el desarrollo, etc. El Sr. Turner
también ofreció comentarios y críticas de la tasación Landauer preparada para
la Demandante por el Sr. Beauchamp.
• El Sr. Craig Zgabay, consultor sénior y tasador de KPMG,
proporcionó pruebas sobre la tasación de KPMG preparada
para la Demandada, incluidas las metodologías utilizadas por
KPMG para establecer el valor actual de la Propiedad.
CASOS 187

• La Lic. Ana Quiros Lara, socia fundadora de EcoGlobal y socia a cargo de la


práctica de consultoría de dicha firma en el área de desarrollo
sustentable, brindó evidencia sobre el rol de EcoGlobal en la realización y
elaboración del diagnóstico de KPMG. También testificó con respecto a
ciertos aspectos físicos de la Propiedad, en relación con los planes de
desarrollo de la Demandante.
47. Según lo programado, la audiencia comenzó el lunes 10 de mayo de 1999
en Washington, DC Como se mencionó anteriormente, se escuchó a quince
testigos y los abogados de las partes presentaron argumentos orales. La
audiencia terminó tarde el viernes 14 de mayo de 1999.
48. Un asunto, en particular, ocurrió durante el curso de la audiencia
que debe mencionarse en el presente Laudo. El miércoles 12 de mayo de
1999, durante su interrogatorio en jefe del Profesor Daniel Janzen, el Sr.
Charles Brower, uno de los abogados de la Demandada, solicitó al
Tribunal que presentara cuatro declaraciones testimoniales adicionales
de, respectivamente, el Profesor Janzen, el Sr. Jorge Cabrera Medaglia, el
Sr. Jerry Turner y los Sres. Juan Carlos Chavarría y Rodrigo Barahona en
representación del grupo jurídico KPMG. La Demandante se opuso a la
solicitud de la Demandada.
49. Después de deliberar, el Tribunal dictaminó que las declaraciones
complementarias de los testigos de la Demandada serían admitidas solo en la
medida en que trataran los asuntos adecuadamente para ser tratados como
prueba. El Tribunal señaló que esto era coherente con uno de sus fallos
anteriores con respecto a la admisibilidad de ciertas declaraciones de testigos
que había presentado la Demandante el 15 de marzo de 1999.
50 Con posterioridad a la decisión del Tribunal, las partes solicitaron un
aplazamiento para consultarse entre sí sobre los próximos pasos a seguir.
Más tarde durante el día, el abogado informó al Tribunal que habían llegado
a un acuerdo sobre cómo proceder con respecto a las cuatro declaraciones
complementarias de los testigos de la Demandada. Luego continuó la
audiencia. Una copia firmada del Acuerdo de las partes fue presentada ante
el Tribunal al día siguiente, 13 de mayo de 1999, y fue confirmada por el
Tribunal.23

23Este Acuerdo fue posteriormente modificado por una enmienda del 17 de junio de
1999 entre las partes, cuyos términos fueron confirmados por el Tribunal en una carta a las
partes fechada el 5 de julio de 1999.
188 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

G. Presentaciones posteriores a la audiencia y otras

51. Durante el transcurso de la audiencia oral, así como con posterioridad a su


conclusión, ambas partes presentaron ante el Tribunal voluminosos escritos y
documentos identificados a continuación:
Demandante:
a) Materiales a que se refiere el Alegato de Apertura de la CDSE, de fecha
10 de mayo de 1999;
b) Materiales a que se refiere la Presentación Oral de la CDSE, de fecha 10 de
mayo de 1999;
c) Presentación Oral de la CDSE, de fecha 13 de mayo de 1999;
d) Actas de Apertura y Clausura de la CDSE, de fecha 25 de mayo de
1999.
Demandado:
a) Documentos en los que se basó la Demandada en la Audiencia Oral, 10-14 de
mayo de 1999;
b) Argumento presentado por la Demandada en la Audiencia Oral, 10-14 de
mayo de 1999.
52. Además del Acuerdo de las partes del 13 de mayo de 1999 (modificado el
17 de junio de 1999), cada parte también presentó al Tribunal, el 12 de julio de
1999, un Memorial Posterior a la Audiencia sobre Valoración de Tierras de
Conservación.
53. Finalmente, a pedido del Tribunal, cada parte presentó posteriormente
su solicitud de adjudicación de costas, honorarios legales y gastos
relacionados incurridos en relación con el presente arbitraje.

H. La Disputa en Breve

54. Este es, al fin y al cabo, un caso de expropiación en el que la cuestión


fundamental ante el Tribunal es el monto de la compensación que debe pagar la
Demandada, Costa Rica, a la Demandante, CDSE. Si bien las partes plantearon
una serie de cuestiones secundarias en el contexto de los procedimientos escrito
y oral, ambas partes están de acuerdo en que dichas cuestiones son pertinentes
solo en la medida en que tiendan a afectar esta cuestión central.
55. Como se mencionó anteriormente, el derecho de la Demandada a
expropiar la Propiedad no está en disputa, ni tampoco (a los efectos de este
Laudo) cuestiones tales como el tamaño o los límites de la Propiedad.24

24Verpárrafo 21 de este Laudo.


CASOS 189

56. Por lo tanto, la única cuestión en el presente arbitraje no podría ser


más sencilla: ¿Cuál es el monto de la compensación que ahora se le debe a la
CDSE por la expropiación de la Propiedad por parte de Costa Rica?
57. La Demandante reclama US $ 41,200,000, revisado en su Réplica a
40.337.750 dólares estadounidenses. La Demandada afirma que la compensación adeudada a la

Demandante es de US $1.900.000.
58. En su Réplica, la Demandante se refiere al “peor de los casos” y
opina que el valor combinado de una parcela turística en la
Propiedad y el resto del terreno podría ser de USD 22 200 000.25
Esto fue incrementado por la Demandante, durante la audiencia oral, a
US $33,400,000.26
59. La Demandada, en su Dúplica, se refiere a una variedad de cifras, que
van desde US $395,000 (precio de compra de la Propiedad por parte de
CDSE) hasta US $10,000,000, y afirma: “Claramente, el verdadero valor de
mercado de Santa Elena se encuentra en algún lugar dentro del rango
circunscrito por estos varias figuras.”27

I. La Ley Aplicable

60 El derecho que debe aplicar el Tribunal al fondo de la controversia


se establece en el Artículo 42(1) del Convenio CIADI de la siguiente
manera:

“El Tribunal decidirá una controversia de conformidad con


las normas de derecho que acuerden las partes. A falta de
tal acuerdo, el Tribunal aplicará la ley del Estado
Contratante parte en la controversia (incluidas sus normas
sobre conflicto de leyes) y las normas de derecho
internacional que sean aplicables.”

61. La Demandante afirma que las partes del presente arbitraje no han
llegado a un acuerdo sobre las reglas de derecho que regirán las
cuestiones en disputa. En ausencia de dicho acuerdo, la Demandante
argumenta que se aplica la segunda oración del Artículo 42(1) del
Convenio CIADI. Así, presenta:

25Respuesta, págs. 221y siguientes.

26Alegato de Cierre de la Demandante, pág. 34.

27Dúplica, pág. 81.


190 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

i) el Tribunal debe aplicar la ley de Costa Rica a las cuestiones


en disputa;
ii) las normas del derecho internacional se aplicarán únicamente en
caso delagunaen el derecho costarricense o si dicho derecho es
incompatible con los principios del derecho internacional de
buena fe ypacta sunt servanda.
iii) en el presente caso no existe tal inconsistencia, por lo que el
Tribunal debe aplicar el derecho costarricense, aunque “...
el resultado sería el mismo si se aplicaran los principios del
derecho internacional”.28
62. La Demandada sostiene que el derecho internacional se aplica al fondo
de la disputa en virtud del acuerdo de las partes a tal efecto. Ese acuerdo,
aunque no está por escrito ni se establece expresamente, encuentra sus
fuentes, según la Demandada, en el consentimiento de Costa Rica del 24 de
marzo de 1995 a la jurisdicción del CIADI y la Solicitud de arbitraje del 15 de
mayo de 1995 de la Demandante. Ambos, argumenta la Demandada,
incorporan una descripción de la disputa encontrada en ciertos informes
preparados en el Senado de los EE. UU. en virtud de la Enmienda Helms,
discutida anteriormente,29que evidencian un deseo común de determinar la
compensación adeudada por la Demandante de conformidad con el derecho
internacional, según lo dispuesto por dicho estatuto.30
63. El Artículo 42(1) del Convenio CIADI no requiere que el acuerdo de las
partes en cuanto a la ley aplicable sea por escrito o incluso que se establezca
expresamente. Sin embargo, para que el Tribunal determine que dicho
acuerdo estaba implícito, primero debe determinar que la sustancia del
acuerdo, independientemente de su forma, es clara. Habiendo revisado y
considerado los argumentos orales y escritos de la Demandada sobre esta
cuestión y analizado los documentos a los que se nos ha remitido,
incluyendo, en particular, la Enmienda Helms y documentos relacionados, el
Tribunal no puede concluir que las partes alguna vez llegaron a un acuerdo
claro e inequívoco. acuerdo de que su controversia sería resuelta por el
Tribunal únicamente de conformidad con el derecho internacional.

28Memoria, pág. 58.Ver tambiénMemorial de Réplica de la Demandante, págs. 61-62, 75 y


Declaración de Cierre, págs. 2-3.

29Verpárrafo 24,supra.
30Memorial de Contestación, págs. 34-39 y notas adjuntas; Dúplica, págs.
18-26; Smutny argumento oral, pág. 1.
CASOS 191

64. Esto deja al Tribunal en una posición en la que debe


basarse en la segunda oración del Artículo 42(1) (“A falta de tal
acuerdo...”) y, por lo tanto, aplicar la ley de Costa Rica y las
normas del derecho internacional como puede ser aplicable.
No surge ninguna dificultad a este respecto. El Tribunal está
satisfecho de que las normas y principios del derecho
costarricense que debe tener en cuenta, en relación con la
tasación y valoración de los bienes expropiados, son en
general consistentes con los principios aceptados del derecho
internacional público sobre la misma materia. En la medida en
que pueda existir alguna incompatibilidad entre los dos
cuerpos de derecho, deben prevalecer las normas de derecho
internacional público. Si esto no fuera así en relación con las
expropiaciones de bienes,
sesenta y cinco. Las posiciones aparentemente divergentes de las partes conducen, en
esencia, a la misma conclusión, a saber, que, al final, el derecho internacional es
el que prevalece. El Tribunal está convencido de que, conforme a la segunda
oración del Artículo 42(1), el arbitraje se rige por el derecho internacional.

66. Esta conclusión se ve reforzada por la historia de la disputa, en


particular las circunstancias en las que la disputa se sometió a arbitraje y
en las que se dio el consentimiento de las partes, así como el lenguaje de
la propia Enmienda Helms, que se refiere a la compensación “… según lo
exige el derecho internacional” y “…de conformidad con el derecho
internacional”.31
67. La pregunta, por lo tanto, se reduce a lo siguiente: bajo el derecho
internacional, ¿cuáles son los principios y reglas aplicables que rigen la
compensación en un caso como este?

J. Estándar de Compensación

68. Como sostienen las propias partes, recae sobre el Estado expropiante el
deber, tanto en el derecho costarricense como en el internacional, de pagar una
compensación incluso con respecto a una expropiación lícita.
69. El vocabulario que describe el monto de la compensación debidamente
pagadera con respecto a una expropiación lícita ha variado considerablemente
de vez en cuando. Comprende palabras como "lleno", "adecuado",

31Verpárrafo 24 del presente Laudo.


192 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

“apropiado”, “justo” y “razonable”. A veces, el adjetivo


descriptivo se elabora con la mención adicional de “valor de
mercado”.
70. En el presente caso, el Tribunal se ahorra la necesidad de
profundizar en cualquier discusión doctrinal sobre el estándar de
compensación porque es un terreno común entre las partes, y el
Tribunal está de acuerdo, que la compensación a pagar debe basarse
en el mercado justo valor de la Propiedad calculado con referencia a
su “mayor y mejor uso”.
71. Al abordar la cuestión de la compensación por la Propiedad de
Santa Elena, el Tribunal ha tenido en cuenta las siguientes
consideraciones:
— El derecho internacional permite al Gobierno de Costa Rica
expropiar bienes de propiedad extranjera dentro de su
territorio con fines públicos y contra el pago oportuno de una
compensación adecuada y efectiva. Esto no está en disputa
entre las partes.
— Si bien una expropiación o expropiación por razones ambientales
puede calificarse como una expropiación con fines públicos y, por
lo tanto, puede ser legítima, el hecho de que la Propiedad haya sido
expropiada por este motivo no afecta ni la naturaleza ni la medida
de la compensación a ser pagado por la toma. Es decir, el propósito
de proteger el medio ambiente por el cual se tomó la Propiedad no
altera el carácter legal de la toma por la cual se debe pagar una
compensación adecuada.32La fuente internacional de la obligación
de proteger el medio ambiente no hace ninguna diferencia.

72. Las medidas ambientales expropiatorias, por loables y beneficiosas


que sean para la sociedad en su conjunto, son, en este sentido, similares
a cualquier otra medida expropiatoria que un Estado pueda tomar para
implementar sus políticas: cuando se expropia la propiedad, incluso con
fines ambientales, ya sea nacional o internacional, la obligación del
Estado de pagar una indemnización se mantiene.
73. Como se mencionó anteriormente, no existe controversia entre las
partes en cuanto a la aplicabilidad del principio decompensación total por la

32Por esta razón, el Tribunal no analiza las pruebas detalladas presentadas con
respecto a lo que la Demandada denomina su obligación legal internacional de
preservar el sitio ecológico único que es la Propiedad de Santa Elena.
CASOS 193

valor justo de mercado de la Propiedad, es decir, lo que un comprador dispuesto pagaría a


un vendedor dispuesto.33
74. Sin embargo, existe una disputa en cuanto al valor de la Propiedad
derivada de la aplicación de ese principio. Específicamente, las partes
difieren con respecto ala fechaen que la Propiedad fue expropiada y a partir
de la cual se debe evaluar su valor justo de mercado, y en cuanto ael valorde
la Propiedad en esa fecha. Esta diferencia de puntos de vista se encuentra en
el corazón del caso, y se explorará en la siguiente sección de nuestro Laudo,
que trata el tema crucial de la valoración.

K. Valoración

75. Sobre la cuestión de la valoración, como se señaló anteriormente, las


opiniones de las partes son muy divergentes. El Tribunal considera útil
resumir aquí las posiciones de las partes:
— La Demandante afirma que el valor justo de mercado de la Propiedad
de Santa Elena, basado en su mayor y mejor uso en el mercado, es
equivalente a su valor actual, no disminuido por ninguna acción
expropiatoria del Gobierno y, en particular, por cualquier acción
ambiental. estatutos o reglamentos promulgados después de 1978.
34
— La Demandada sostiene que la fecha relevante en la que se debe evaluar el
valor justo de mercado de la Propiedad es la fecha del decreto de
expropiación, es decir, el 5 de mayo de 1978.35

1) La fecha en que debe valorarse la propiedad

76. Como es bien sabido, existe un amplio espectro de medidas que un


estado puede tomar para afirmar el control sobre la propiedad, que van
desde la regulación limitada de su uso hasta la privación completa y formal
del título legal del propietario. Asimismo, el período de tiempo que implica el
proceso puede variar, desde una toma inmediata y completa hasta una que
sólo gradualmente y por pequeños pasos llega a un estado en el que se
puede decir que el propietario ha perdido verdaderamente todos los
atributos de la propiedad. Está claro, sin embargo, que una medida o serie

33Memorial, págs. 74-77; Memorial de Contestación, págs. 42-43.

34Memorial, págs. 59-60, 81-82.


35Memorial de Contestación, págs. 39-42.
194 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

de medidas aún puede eventualmente equivaler a una expropiación, aunque


los pasos individuales en el proceso no pretenden formalmente equivaler a
una expropiación o a una transferencia de título. Lo que debe identificarse es
en qué medida las medidas tomadas han privado al propietario del control
normal de su propiedad. Un decreto que anuncia un proceso de
consideración administrativa y judicial del asunto de manera que congela o
anula efectivamente la posibilidad de que el propietario explote
razonablemente el potencial económico de la propiedad, puede, si el
proceso así desencadenado no se lleva a cabo dentro de un tiempo
razonable, debidamente identificado como el acto real de toma.
77. Existe amplia autoridad para afirmar que un inmueble ha sido
expropiado cuando el efecto de las medidas adoptadas por el Estado ha
sido privar al propietario del título, posesión o acceso al beneficio y
aprovechamiento económico de su inmueble:

“La privación o expropiación de una propiedad puede ocurrir bajo


el derecho internacional a través de la interferencia de un estado en el
uso de esa propiedad o en el disfrute de sus beneficios, incluso
cuando el título legal de la propiedad no se vea afectado.
Si bien la asunción del control de la propiedad por parte
de un gobierno no justifica de forma automática e inmediata
la conclusión de que la propiedad ha sido tomada por el
gobierno, lo que requiere una compensación según el derecho
internacional, tal conclusión está justificada.siempre que los
hechos demuestren que el titular fue privado de derechos
fundamentales de propiedad y resulte que esta privación no
es meramente efímera . La intención del gobierno es menos
importante que los efectos de las medidas sobre el
propietario, y la forma de las medidas de control o
interferencia es menos importante que la realidad de su
impacto..”36[Énfasis añadido.]

36Tippetts, Abbett, McCarthy, Strattonv.TAMS-AFFA, Laudo No. 141-7-2 (22 de junio de


1984), reimpreso en 6 Iran-US Cl. Tribu. Rep. 219, 226 (1986), citando 8 Whiteman,Compendio de
InternacionalLey 1006-20; Christie,¿Qué constituye una expropiación según el derecho
internacional?38 británico Internacional YB Ley 307 (1962);Cf..ademáslaCompañía de desarrollo
Mariposacaso decidido por la Comisión General de Reclamaciones EE.UU.-Panamá (6 UNRIAA 390),
donde el tribunal observa que la legislación a veces puede ser de tal carácter que “…su mera
promulgación destruiría la comerciabilidad de la propiedad privada, la dejaría sin valor y daría
lugar inmediatamente a a una demanda internacional.”Ver tambiénAlegato de Cierre de la
Demandante, págs. 13-14.
CASOS 195

78. Dicho de otro modo, el derecho internacional no establece


ningún criterio preciso o automático, como la fecha de la
transferencia de dominio o la fecha en que la expropiación ha sido
“consumada” por determinación convenida o judicial del monto de la
indemnización o por el pago de compensación.37La propiedad
expropiada se evaluará a partir de la fecha en que la “injerencia”
gubernamental haya privado al propietario de sus derechos o los
haya hecho prácticamente inútiles. Esta es una cuestión de hecho
que el Tribunal debe evaluar a la luz de las circunstancias del caso.38
79. La Demandante realmente no cuestiona este enfoque. La
determinación de la fecha relevante, según escribe la Demandante,
“...puede variar en diferentes circunstancias, afectando así la
determinación de la fecha real de expropiación”.39
80. Si bien la expropiación por decreto del 5 de mayo de 1978 fue solo
el primer paso en un proceso de transferencia de la Propiedad al
Gobierno, no puede sostenerse razonablemente, como pretende hacer
la Demandante, que este Decreto expresaba nada más que una
“intención” de expropiar40o que, en 1978, el Gobierno simplemente
“buscó expropiar”.41En las circunstancias de este caso, la expropiación
de la Propiedad ocurrió el 5 de mayo de 1978, fecha del Decreto de 1978.

81. A partir de esa fecha, el uso práctico y económico de la Propiedad por parte
de la Demandante se perdió irremediablemente, sin perjuicio de que la CDSE
permaneciera en posesión de la Propiedad. A partir del 5 de mayo de 1978, la
propiedad de la Demandante sobre Santa Elena se destruyó o esterilizó
efectivamente porque la Propiedad no pudo, a partir de ese momento, ser
utilizada para los propósitos de desarrollo para los cuales fue adquirida
originalmente (y que, en ese momento, no estaban excluidas) ni tampoco posee
un valor de reventa significativo.

37Como sostiene la Demandante.VerResponder, pág. 76, nota al pie 120.

38Supra, párr. 71. Ver tambiénDirectrices del Banco Mundial,en 2CIADI Rev.—FILJ, 303
(1992).

39Memoria, pág. 79.Ver tambiénAlegato de Cierre de la Demandante, pág. 13, refiriéndose


a la fecha en que “la acción reglamentaria del Gobierno inutiliza esencialmente los derechos de
propiedad del extranjero” porque “se ha producido una expropiación”.

40Memoria, págs. 78-82.


41Responder, pág. 19
196 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

82. Como se señala en el Informe del personal del Senado de los EE. UU. titulado
“Propiedades confiscadas de ciudadanos estadounidenses en el extranjero: casos en
Honduras, Costa Rica y Nicaragua”:

“Esta extraña situación ha causado que los propietarios de la tierra


pierdan una gran cantidad de dinero porque no se les permite
desarrollar la propiedad como un proyecto de ecoturismo con fines de
lucro, pero están obligados a pagar por el mantenimiento de la
propiedad. …”42

83. Dado que el Tribunal considera que el decomiso de los Bienes ocurrió
el 5 de mayo de 1978, es a partir de esa fecha que los Bienes deben
valorarse. No existe evidencia de que su valor a esa fecha se haya visto
afectado negativamente por alguna creencia o conocimiento previo de que
estaba a punto de ser expropiado. En consecuencia, a los efectos de atribuir
retrospectivamente un valor a la Propiedad en 1978, el Tribunal no ha tenido
que considerar avalúos posteriores, como el Avalúo del Gobierno de 1993 o
los presentados por las partes en este procedimiento.
84. La importancia de identificar la fecha de expropiación radica en su
relación con los factores que pueden tomarse en cuenta correctamente
al evaluar el "valor justo de mercado" de la Propiedad, un valor que,
como se señaló, ambas partes están de acuerdo debe ser la base de el
presente Premio. Si la fecha relevante fuera la fecha de este Laudo,
entonces el Tribunal tendría que prestar atención a los factores que hoy
estarían presentes en la mente de un comprador potencial. De estos, el
más importante sin duda sería el conocimiento de que el Gobierno ha
adoptado una política ambiental que muy probablemente excluiría el
tipo de desarrollo turístico, hotelero y comercial que la Demandante
contemplaba cuando adquirió la Propiedad por primera vez. si, en

42Senado de EE. UU., Comité de Relaciones Exteriores, Informe del personal republicano
(marzo de 1994), anexo al Anexo 9 de la Demandada, pág. 27. Las siguientes declaraciones del
expediente probatorio también son relevantes para este asunto. Según una carta del 18 de agosto
de 1997, del abogado de la CDSE al abogado de Costa Rica: “… los propietarios de Santa Elena,
estando privados de la capacidad de usar su propiedad para cualquier propósito comercial
efectivo, han sido responsables de mantener la Propiedad durante todo los muchos años que el
Gobierno de Costa Rica no ha abordado el tema de una compensación adecuada y justa”. (Anexo
42 de la Demandada, página 3.) Según una carta del 14 de octubre de 1997 del abogado de la
CDSE al abogado de Costa Rica: “…durante los últimos 19 [años] de los cuales a Santa Elena se le ha
negado la oportunidad de hacer cualquier uso económico de la propiedad debido a las acciones
del Gobierno de Costa Rica”. (Prueba documental 45 de la Demandada).
CASOS 197

por otro lado, la fecha relevante es el 5 de mayo de 1978, los factores que
surgieron después, aunque no necesariamente declaraciones posteriores sobre
hechos que existieron a esa fecha, deben ser descartados.

2) Valor de la Propiedad Santa Elena al 5 de mayo de 1978

85. Como se menciono anteriormente,43La Demandante compró la Propiedad de


Santa Elena en 1970 con la intención de desarrollarla en parte como centro turístico.

86. Es interesante notar que la propia Tasación de 1978 de la


Demandada reconoce que la Propiedad, en ese momento, tenía cierto
potencial para el desarrollo turístico. En dicha apreciación, el Tribunal
encuentra expresiones como:

“una playa con buen potencial para el turismo”;

“se piensa que se podría desarrollar la costa para proyectos


turísticos, dándole un valor especial”;

“playas y las tierras alrededor de ellas donde ciertos proyectos


turísticos pueden ser factibles”.44

87. De manera similar, la Tasación de 1993 realizada para Costa Rica


contenía descripciones de partes de la propiedad como las siguientes:

“podría ser explotado para el turismo”; “excelentes perspectivas


para el turismo”; “la playa de Potrero Grande es la más grande y la
de mayor potencial turístico”;

“muy adecuado para la construcción de infraestructura


turística”;

“Santa Elena es una propiedad rural que combina ingredientes de


agricultura, ecología y turismo en medio de una gran belleza sin
explotar”.45

88. La gran dificultad en este caso es que, aparte del avalúo unilateral
de Costa Rica del 14 de abril de 1978 y de la CDSE de febrero de 1978

43Supra, párr. 16. Memoria, págs. 1, 7y siguientes.

44Anexo 6 de la Demandada, Evaluación del Gobierno de 1978, págs. 3-4.Ver también


Réplica, págs. 9-10.

45Anexo 8 de la Demandada, Evaluación del Gobierno de 1993, páginas 12-15.


198 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

avalúo, no hay otra evidencia de lo que la Propiedad valía


realmente a la fecha de la expropiación.
89. Estamos de acuerdo con las partes en que el Tribunal no puede retroceder
en el tiempo hasta 1978 para realizar su propia tasación de la Propiedad,46
pero que podemos, y debemos, “…hacer alguna evaluación de las dos
tasaciones [de 1978] que las partes han proporcionado”.47
90. Para determinar el valor justo de mercado de la Propiedad a la
fecha de la expropiación, 5 de mayo de 1978, el Tribunal procedió
mediante un proceso de aproximación basado en las tasaciones
realizadas por las partes en 1978 y presentadas al Tribunal en el
contexto de estos procedimientos, como se ha hecho en varios arbitrajes
internacionales, como se analiza a continuación.48
91. En cuanto al tipo de conclusiones que pueden extraerse de este tipo de
pruebas, nos remitimos al razonamiento del Tribunal de Reclamaciones Irán-
Estados Unidos en elAIGcaso, donde se dice:

“De lo que se ha dicho anteriormente, podría ser posible sacar


algunas conclusiones con respecto a los límites superior e
inferior del rango dentro del cual se podría suponer
razonablemente que se encuentra el valor de la empresa. Pero
los límites están muy separados. Para determinar el valor
dentro de esos límites, con el cual debe relacionarse la
indemnización, el Tribunal deberá, por lo tanto, hacer una
aproximación de ese valor, teniendo en cuenta todas las
circunstancias relevantes del caso”.49

92. En elpetróleo phillipscaso,50el mismo Tribunal consideró que,

46En palabras de la Demandada (Dúplica, pág. 79, nota 464): “…es poco práctico, si no
imposible, tasar una propiedad hoy por el valor que tenía 20 años antes”.

47Réplica, págs. 89-90.

48Ver en generalJohn A. Westberg, “Legislación Aplicable, Expropiación y


Compensación en Casos de Expropiación; Comparación de la jurisprudencia del Tribunal de
Reclamaciones del CIADI y de Irán-Estados Unidos” en 1Revisión del CIADI—FILJ,24 (1993).
Véase también American International Group, Inc. y American Life Insurance Companyv.La
República Islámica de Irán y Central de Seguros de Irán (Bimeh Markazi Irán),Laudo No.
93-2-3, 4 Iran-USCTR 96 (19 de diciembre de 1983) [en adelante “AIG”].

49AIG,supra, en 109.
50Phillips Petroleum Company Iránv.La República Islámica de Irán, La Compañía
Nacional de Petróleo de Irán,Laudo No. 425-39-2, 21 Iran-USCTR 79 (29 de junio de 1989) [en
adelante, “petróleo phillips”].
CASOS 199

al decidir el precio que cabría esperar que un comprador hubiera estado


dispuesto a pagar por el activo en cuestión en la fecha en que se tomó el
activo, el Tribunal estaba obligado a ejercer su propio criterio, teniendo en
cuenta todas las circunstancias pertinentes, incluidas las consideraciones de
equidad:

“El Tribunal reconoce que la determinación del valor justo de


mercado de cualquier activo requiere inevitablemente la
consideración de todos los factores relevantes y el ejercicio del
juicio.

[...]
En “Starrett, supra... el Tribunal hizo varios ajustes a las
conclusiones [del experto externo designado por el Tribunal] y
los montos resultantes. La necesidad de tales ajustes es
comprensible, ya que la determinación del valor por parte de
un tribunal debe tener en cuenta todas las circunstancias
pertinentes, incluidas las consideraciones de equidad”.51

93. Como se discutió anteriormente, la valuación de Santa Elena en Costa Rica


en 1978 fue de aproximadamente US $1,900,000.52La valuación de la
Demandante en 1978 fue de aproximadamente US $6.400.000.53
94. El Tribunal, en consecuencia, tomará como punto de partida dichas
valoraciones. Se puede suponer con seguridad que el valor real y
verdadero de mercado de la Propiedad no era superior al precio
solicitado por los propietarios ni inferior a la suma ofrecida por el
Gobierno, es decir, que se encontraba entre estas dos cifras. También se
puede suponer con seguridad que ambas tasaciones tomaron en cuenta
e incluyeron el "potencial para el desarrollo turístico" de la Propiedad,
discutido anteriormente.
95. En las circunstancias del presente caso, haciendo la valoración
que se nos ha invitado a hacer y habiendo considerado la prueba
presentada por las partes y los factores relevantes para el valor de

51Ibídem., en 122, 123, citandoStarrett Housing Corporation, Starrett Systems,


Inc., Starrett Housing International, Inc.v.El Gobierno de la República Islámica de Irán,
Bank Omran, Bank Mellat, Bank Markazi,Laudo No. ITL 32-24-1, 4 Iran-USCTR 122, 157
(19 de diciembre de 1983) [en adelante, “Starrett”].
52Verpárrafo 17,supra,de este Laudo y la nota al pie adjunta.
53Verpárrafo 19,supra, de este Laudo y la nota al pie adjunta.
200 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

la Propiedad de Santa Elena en 1978, el Tribunal ha determinado que


la suma de US $4.150.000 constituye una aproximación razonable y
justa del valor de la Propiedad a la fecha de su expropiación.

L interés

96. Como se indicó anteriormente, la Demandante afirma que tiene derecho a


recibir una indemnización de interés compuesto sobre el valor de la Propiedad en
1978, calculado a partir de la fecha de la expropiación. La Demandada argumenta que
no se adeudan intereses o, si se adeudan intereses, entonces la Demandante tiene
derecho a interés simple únicamente a una tasa nominal.
97. Si bien existe una tendencia en la jurisprudencia internacional a
otorgar únicamente intereses simples, esto se manifiesta principalmente
en relación con los casos de lesión o simple incumplimiento de contrato.
Las mismas consideraciones no se aplican a los casos relativos a la
valoración de bienes o derechos reales. En casos como el presente, el
interés compuesto no se excluye cuando las circunstancias del caso lo
justifiquen.54
98. En primer lugar, hay decisiones arbitrales internacionales en las que se ha
permitido expresamente el interés compuesto.55
99 En segundo lugar, hay decisiones en las que parece haberse
reconocido la posibilidad del interés compuesto, pero no se consideró
que las circunstancias fueran las adecuadas para su adjudicación.56
100. En tercer lugar, está la decisión de la Sala I del Tribunal de
Reclamaciones Irán-Estados Unidos en elServicios técnicos de Sylvaniacaso57
en el cual, si bien se indicó que “el Tribunal nunca ha otorgado intereses
compuestos”, el Tribunal declaró específicamente su intención de “derivar
una tasa de interés basada aproximadamente en el monto que

54VerFlexi-Van c. Irán9 Irán-EE. UU. CTR 206 (“La mayoría de las adjudicaciones asignan solo
interés simple, pero ocasionalmente se ha otorgado interés compuesto”).

55de fabianicaso (Moore's Digest of International Law 4878-4915 (1905)); la Affaire


des Chemins de Fer Zeltweg-Wolfsberg (Informes de la ONU sobre laudos arbitrales
internacionales, vol. 3, 1795, en 1808 (1934));Kuwaitv.aminoaceite(66 International Law
Reports 518, 613 (1982)).

56Reclamaciones de armadores noruegos(Informes de la ONU sobre laudos arbitrales


internacionales, vol. 1307, en 341 (1922); y las observaciones de Max Huber enGran Bretañav.
España (Zona Española de Marruecos)(Informes de la ONU sobre laudos arbitrales internacionales,
vol. 2, 615, 650 (1924)).

57Informes del Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados Unidos, vol. 8, 298.


CASOS 201

el demandante exitoso habría estado en condiciones de haber ganado si se


le hubiera pagado a tiempo y, por lo tanto, hubiera tenido los fondos
disponibles para invertir en una forma de inversión comercial de uso común
en su propio país. Los certificados de depósito a seis meses en los Estados
Unidos son una forma de inversión para la cual las tasas de interés promedio
están disponibles en una fuente oficial autorizada”.58El difunto Dr. FA Mann
hizo el siguiente comentario revelador sobre este pasaje: “No es seguro si el
Tribunal se dio cuenta de que la inversión en certificados de depósito a seis
meses implica la obtención de un interés compuesto”.59

101. En cuarto lugar, están las opiniones de escritores de gran autoridad. El


Dr. Mann concluyó el artículo que se acaba de citar de la siguiente manera:
“…se afirma que, sobre la base de pruebas convincentes, los tribunales
internacionales pueden otorgar al demandante un interés compuesto y, en
ausencia de circunstancias especiales, deben otorgarlo como daños y
perjuicios” .60El Tribunal no considera que la expresión del Dr. Mann de su
conclusión en términos de “daños y perjuicios” la haga inaplicable en el
presente caso. Si bien es cierto que la expropiación por parte de Costa Rica
de los Bienes de la Demandante no fue inicialmente ilegal, por lo que no
surgió entonces ninguna cuestión de daños, el hecho es que no se puede
establecer una distinción sustantiva, en lo que concierne a la Demandante,
entre un derecho a daños y perjuicios y su derecho a una indemnización.
CDSE tiene derecho al valor actual total de la compensación que debería
haber recibido al momento de la toma. A la inversa, el Estado usurpador no
tiene derecho a enriquecerse injustamente por el hecho de que el pago de la
compensación se haya demorado mucho.

102. Finalmente, se puede hacer referencia al tratamiento académico del


tema por parte del Profesor Gaetano Arangio-Ruiz, Relator Especial de la
Comisión de Derecho Internacional de la ONU sobre Responsabilidad del
Estado. Después de considerar detenidamente a las autoridades, concluyó lo
siguiente: “Por lo tanto, el Relator Especial se inclina a concluir que se debe
otorgar un interés compuesto siempre que se demuestre

58Informes del Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados Unidos, 13, 199.

59“El interés compuesto como elemento de daño en el derecho internacional”, Estudios


adicionales en derecho internacional (1990), 380.

60Ibíd., pág. 385.


202 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

que es indispensable para asegurar la reparación integral del


daño sufrido por el Estado lesionado”.61
103. En otras palabras, mientras que el interés simple tiende a otorgarse
con más frecuencia que el compuesto, el interés compuesto ciertamente no
es desconocido ni está excluido en el derecho internacional. No ha surgido
una regla de derecho uniforme de la práctica en el arbitraje internacional
con respecto a la determinación de si el interés compuesto o simple es
apropiado en un caso dado. Más bien, la determinación del interés es
producto del ejercicio del juicio, tomando en cuenta todas las circunstancias
del caso en cuestión y especialmente las consideraciones de equidad que
deben formar parte del derecho que debe aplicar este Tribunal.

104. En particular, cuando el propietario de un bien haya perdido en


algún momento anterior el valor de su activo pero no haya recibido
el equivalente monetario que le corresponda, el importe de la
compensación debe reflejar, al menos en parte, la suma adicional
que su el dinero habría ganado, si él y los ingresos generados por él,
se hubieran reinvertido cada año a las tasas de interés generalmente
vigentes. No es el propósito del interés compuesto culpar o castigar
a nadie por la demora en el pago hecho al propietario expropiado; es
un mecanismo para garantizar que la compensación otorgada a la
Demandante sea apropiada en las circunstancias.
105. En el presente caso, no se justificaría una adjudicación de
interés simple, dado que desde mayo de 1978, es decir, durante casi
veintidós años, la CDSE tampoco ha podido utilizar la Propiedad para
el desarrollo turístico que tenía en mente cuando compró Santa
Elena o vender la Propiedad. Por otro lado, el interés compuesto total
no haría justicia a los hechos del caso, ya que CDSE, mientras
soportaba la carga de mantener la propiedad, ha permanecido en
posesión de la misma y ha podido usarla y explotarla en forma
limitada. .
106. En consecuencia, la Demandante tiene derecho a una adjudicación de interés
compuesto ajustado para tener en cuenta todos los factores relevantes.
107. Sobre la base de las circunstancias del caso, el Tribunal
determina que la compensación pagadera a la Demandante, que
comprende capital e intereses a la fecha del Laudo, será de US
$16.000.000.

61Anuario de la Comisión de Derecho Internacional, 1989, vol. II, Parte 1, pág. 30


CASOS 203

M.Costos

108. Como se indicó anteriormente, a raíz de una solicitud del Tribunal, las
partes presentaron, después de la audiencia oral, sus respectivas
presentaciones con respecto a los honorarios de abogados y otros costos y
gastos incurridos por ellos en relación con el arbitraje.
109. Tomando en consideración las circunstancias del caso, el
Tribunal decide que cada parte correrá con los gastos incurridos por
ella en relación con el arbitraje, y que los costos del procedimiento,
incluidos los honorarios y gastos de los miembros del Tribunal y los
cargos por el uso de las instalaciones del CIADI, serán sufragados
por ellos a partes iguales.
110. En la medida en que las partes hayan adelantado al CIADI depósitos
iguales con respecto a los costos del procedimiento y adecuados para pagarlos,
no se requiere una adjudicación monetaria de los costos.

Premio N.

111. Por todas las razones anteriores, el Tribunal por unanimidad


DECIDE:
1. La Demandada, La República de Costa Rica, deberá pagar a la
Demandante, Compañía del Desarrollo de Santa Elena, SA, la suma
de US $16.000.000 en concepto de indemnización por la expropiación
de la Propiedad que tuvo lugar el 5 de mayo de 1978.
2. El Demandado deberá realizar el pago total del monto de este Laudo, de
conformidad con los términos establecidos a continuación, dentro de los 21
días posteriores a la fecha de este Laudo.
3. En caso de que el pago total del monto de este Laudo no se realice
dentro de los 21 días siguientes, el Demandado deberá pagar un
interés simple sobre dicha suma de US $ 16,000,000, a una tasa
del seis por ciento anual a partir de la fecha del presente. hasta la
fecha de pago.
4. El pago total del monto de este Laudo significará el pago por parte
de la Demandada de la suma de US $16 000 000, con intereses
posteriores al laudo, si corresponde, a Crestar Bank, 1445 New
York Avenue, NW, Washington, DC 20005 (banco número de ruta
054000522), para cuenta fiduciaria dearnold& Porter a beneficio
de Compañía del Desarrollo de Santa Elena, SA., y el acuse de
recibo de los mismos por dicho Crestar Bank.
5. Previo pago total del monto de este Premio, cada uno de los
204 REVISIÓN DEL CIADI—REVISTA DE DERECHO DE INVERSIÓN EXTRANJERA

La Demandante y la Demandada tomarán todas las


medidas necesarias, incluyendo cualquier tipo de
protocolización que se requiera, para el registro a
nombre de la República de Costa Rica de las 15.210
hectáreas de la Propiedad en base a las cuales se ha
avaluado la Propiedad. Una vez que los abogados de la
Demandante, Arnold & Porter, y los abogados de la
Demandada, White & Case, certifiquen cada uno por
escrito a Crestar Bank que se han tomado las medidas
antes mencionadas, Crestar Bank liberará a CDSE el
monto depositado originalmente en beneficio de CDSE,
junto con cualquier interés sobre el mismo que se haya
acumulado mientras el monto se ha mantenido en la
cuenta del fideicomiso. A partir de entonces, ninguna de
las partes tendrá ningún otro reclamo contra la otra con
respecto a la totalidad o parte de la Propiedad o
cualquier asunto relacionado con la misma.

6. Cada parte correrá con los gastos en que incurra en relación con el
arbitraje. Los costos del procedimiento, incluidos los honorarios y
gastos de los miembros del Tribunal y los cargos por el uso de las
instalaciones del CIADI, que han sido cubiertos por anticipos
iguales de ambas partes, serán sufragados por las partes en
partes iguales. Comparte.

L. Yves Fortier, CC, QC


Presidente

Sir Elihu Lauterpacht, CBE, QC Profesor Prosper Weil


Árbitro Árbitro

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