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CONTRAPUNTEO
CUBANO DEL TABACO
Y EL AZUCAR
CONTRAPUNTEO CUBANO
DEL
TABACO Y EL AZUCAR
INTRODUCCION
Léase él excelente an álisis dado por el Dr. Ortiz (Capítulo Com plem en
tario II). El señ ala clara y convincentem ente cóm o h asta los prim eros
pobladores ibéricos de Cuba, los que arribaron a poco del descubrim iento
por Cristóbal Colón, no transplan taron a esa isla an tillan a su cultura
españ ola tal com o ella era, en bloque, com pleta e in tacta. El Dr. Ortiz
m uestra cóm o la n ueva selección de aquellos pobladores según sus m ó
viles y propósitos y a los cam biaba por el acto m ism o de su transm igración
al N uevo M un do. La constitución de la n ueva sociedad era determ in ada
desde su origen por él hecho de que los colonos pasaban por la criba de
sus propios an h elos, de los diferen tes motivos que los arran caban de su
patria, llevándolos a un otro m undo donde iban a vivir. Hubo gentes las
cuales, com o los Pilgrim s Fath ers de la A m érica an glosajon a, no sola
m ente aspiraban a otra tierra para reencender en ella la paz de sus
hogares, sino que tenían profun das razones para aban don ar sus patrios
lares.
Sería tan absurdo preten der que los españoles llegados a Cuba devi
nieron “aculturados”, o sea asim ilados, a las culturas in dias, com o lo
sería sostener que ellos no recibieron de éstas m uy evidentes y positivos
in flujos. Bastará leer la presente épica del tabaco y el azúcar para com
pren der cóm o los españoles adquirieron de los in dios uno de esos básicos
elem entos de la n ueva civilización, que ellos iban a desarrollar en Cuba
duran te los cuatro siglos de su dom inación, y cóm o el otro de am bos
elem entos fue im portado por ellos a esta isla de A m érica desde la otra
ban da del Océano. Hubo un cam bio de im portan tes factores: un a trans-
culturación de la cual fueron sus fuerzas determ in antes prin cipales, así
el nuevo h abitat com o las viejas características de am bas culturas, así el
juego de los factores económ icos peculiares del N uevo M un do com o un a
nueva reorganización social de trabajo, capital y em presa.
Con tin uad leyendo la exposición del Dr. Ortiz y veréis cóm o las
oleadas de las culturas m editerrán eas (genovesa, floren tin a, ju día y le
van tin a) trajeron todas ellas algo propio al tom a y daca de la tran scul
turación. Y cóm o tam bién llegaron a Cuba los negros, prim ero desde la
m ism a Españ a que ya an tes del descubrim iento de las In dias Occiden
tales con taba con gran des m asas de negros african os, y luego directa
m ente de varios pueblos de A frica. Y así, siglos tras siglos, sucesiv as
av en idas de inm igrantes, fran ceses, portugueses, an glosajones, ch in os. . .
h asta la reciente arribada de españoles después de la últim a guerra civil
y de alem an es allí refugiados al h uir del hitlerism o. El autor de este
libro nos in dica cóm o en todos esos casos debem os estudiar am bos lados
del contacto y con siderar ese fenóm eno in tegral com o un a tran scultura
ción, o sea com o un proceso en el cual cada nuevo elem ento se fun de,
adoptan do m odos y a establecidos a la vez que in troducien do propios
exotism os y generan do nuevos ferm entos.
M i com pleta con form idad con Fern an do Ortiz puedo acreditarla, con
la bon dadosa venia de los lectores, citando aquí algo por m í publicado
an teriorm ente. En varias ocasiones he in sistido en afirm ar que él con
tacto, choque y transform ación de las culturas no puede concebirse com o
la com pleta aceptación de un a cultura dada por cierto grupo hum ano
“aculturado”. Escribien do de los contactos entre europeos y african os en
el N egro Continente, he tratado de señ alar cóm o las dos razas “se sos
tien en con elem entos tom ados así de Europa com o de A frica. . . de
am bos acervos de cultura. A l hacerlo así, am bas razas tran sform an los
elem entos que reciben prestados y los incorporan a un a realidad cultural
en teram ente n ueva e in depen dien te”
T am bién sugerí entonces que él resultado del cam bio de culturas no
puede con siderarse com o un a m ezcla m ecán ica de elem entos prestados.
“Los fenóm enos de los cam bios de cultura son realidades culturales ente
ram en te nuevas, las cuales han de estudiarse en su propio sentido. A de
m ás, los típicos fenóm enos de los cam bios culturales (las escuelas y las
m in as, los tem plos negros y los tribun ales de nativos, las tien das de
abarrotes y las plan tacion es agrarias), todos ellos experim en tan las con
tin gen cias de las dos culturas cuyas in fluen cias los flan quean com o si
se extendieran a uno y otro lado a lo largo de su form ación y desarrollo.
Es cierto que esos típicos fenóm enos sociales dependen de los in tereses,
de las intenciones y del im pacto de la cultura occiden tal; pero ellos tam
bién se determ inan por la realidad cultural de las reservas african as.
Por lo tanto, observam os un a vez m ás cóm o hem os de con siderar al
m enos tres fases en esa con stante in teracción entre las culturas europeas
y african as. Los procesos de cam bios que de ella resultan no pueden ser
afirm ados y preconcebidos por m uy cuidadoso que fuere el escrutinio
Br o n isl a w M a l in o w sk i