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APERTURA

Piensa en una ocasión en que conociste a una persona y la calificaste de


acuerdo con tu primera impresión. ¿Qué sucedió cuando la conociste de
veras? ¿Se confirmó la primera impresión, o fue totalmente desacertada?
 
Poseer un concepto errado de la persona de Dios no es un tema menor. En
este capítulo, Chris nos lleva a considerar las revelaciones que Jesús hizo a
sus discípulos, a fin de que ellos cambiaran las imágenes distorsionadas que
tenían del Padre. Así, nuestro acercamiento a Jesús es esencial para construir
una relación sana con él y con quienes nos rodean.

A casi tres años de estar con los discípulos, Jesús los confrontó con una
pregunta: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (Mateo 16.15).
 
¿Cuál es tu respuesta a la pregunta de Jesús? ¿Por qué lo crees así? ¿De
dónde proviene tu conocimiento de él?

Chris nos explica que, en la cultura hebrea, el nombre de una persona


describía la esencia de lo que ella llegaría a ser en relación con los propósitos
de Dios. A través de su ministerio terrenal, Jesús mostró el corazón del Padre.
Lee los siguientes pasajes. Responde qué obras realiza Jesús y qué aspecto
del carácter de Dios manifiesta a través de ellas:
 
Mateo 23.23: (Mediante la reprensión a los religiosos, él muestra la justicia del
Padre).
Mateo 14.14: (Mediante la sanidad de los enfermos, él manifiesta la compasión
del Padre).
Lucas 9.46-48: (Mediante la corrección a los discípulos, él revela el corazón
comprometido del Padre).
Juan 6.10-11: (Mediante la alimentación de las multitudes, él evidencia el
corazón proveedor del Padre).
Marcos 1.35: (Mediante su propia oración, él descubre el corazón de intimidad
del Padre).
 
¿Cuál de estos aspectos del carácter de Dios desconocías? ¿De qué
imagen distorsionada de él deberías apartarte?

APLICACIÓN
— Escribe tu propia confesión de quién es Dios. Estudia las Escrituras esta
semana. Apunta las definiciones que ellas dan de Dios. Compara tu creencia
con las verdades bíblicas. Si no sabes por dónde empezar, pide ayuda a otro
creyente. Decide convertirte cada día de las ideas distorsionadas sobre Dios a
la versión real de él.
Alábalo por quién es Dios cada vez que el Espíritu te revele su verdad.
 
— Reflexiona en las palabras del Señor: «No pones la mira en las cosas de
Dios, sino en las de los hombres». ¿Qué distracciones corren tu vista de la
obra de Dios? Recuerda que nuestras «buenas» ideas o intenciones no son
conforme a la justicia de Dios.
Evalúa si acaso estás fomentando en ti mismo y en otros una forma de vida
sobre
«buenos» principios y no sobre la sabiduría de Dios. Ora para que Dios te
ayude a distinguir en qué podrías estar fallando.
 
— Busca intencionalmente imitar a Jesús esta semana: manifiesta la justicia de
Dios predicando a Cristo; muestra la compasión del Padre visitando a un
enfermo, o asistiendo al necesitado; descubre el corazón comprometido de
Dios exhortando en amor al débil en la fe; evidencia al Dios proveedor dando
algo al que no tiene; deléitate en el corazón de intimidad del Padre buscando
su presencia en oración.

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