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CADA DÍA EN BETEL

Texto: Génesis 28:10-22

Tema: Depender de Dios

Propósito: Demostrar la importancia de una


vida de Dios.

Proposición: La experiencia de Jacob en


Betel nos enseña cómo actuar en las
diferentes etapas de la experiencia
cristiana.

Introducción.

El nombre de “Betel” tiene varios


significados:

• Cerca de luz.
• Puerta del cielo.
• Casa de Dios.

Betel era una ciudad al oriente de Ai, en los


confines de las tribus de Efraín y Benjamín.
Fue el lugar en donde Jacob, quien le puso
ese nombre, tuvo un memorable sueño. Esa
ciudad se ha identificado con un sitio a 18
kilómetros de Jerusalén llamado Baytin. La
relación de Jacob con ese sitio ilustra lo que
acontece en la vida espiritual.

Antes de Betel (Génesis 27:41).

Antes de llegar a Betel, el carácter de Jacob


se distinguía por el engaño. Junto con su
madre, había mentido a Isaac y a Esaú. Su
huida presurosa de su hogar obedeció a
varios errores que cometió:

• Pecó contra su padre.


• Pecó contra su hermano.
• Pecó contra sí mismo.
• Pecó contra Dios.
• Fingió ser alguien que no era.
• Se convirtió en fugitivo.
• Fue condenado a muerte.

Diferentes emociones lo embargaron en su


huida: insatisfacción, congoja, soledad,
remordimiento y timidez; las tinieblas de la
desesperación lo oprimían.
¿Qué representa Betel?

Un lugar en donde los ángeles se


manifiestan (Génesis 28:12).

• Un lugar en donde Dios se deja ver


(verso 16).
• Un sitio en donde Dios ha hecho una
promesa (verso 13).
• La casa de Dios, la puerta del cielo
(verso 17).

Jacob en Betel.

Describe E. G. White la situación así: “Jacob


estaba completamente solo, sentía como
nunca antes la necesidad de protección de
Dios. Llorando y con profunda humildad,
confesó su pecado, y pidió que se le diera
una evidencia de que no estaba
completamente abandonado” (PP, p. 164).

En Betel, Jacob:

• Se arrepintió.
• Confesó sus pecados.
• Buscó a Dios.
La experiencia en Betel.

En Betel, Dios demostró su interés por


Jacob. Le ofreció su compañía y disposición
de perdonarlo. Al despertar del sueño,
Jacob pronunció un voto de fidelidad.
Reconoció a Dios al construir un altar en su
honor y le dio nombre a su experiencia.

Cuando partió de Betel, Jacob estaba


dispuesta a ser fiel. En ese lugar había
experimentado la conversión y se marchó
seguro de la compañía de Dios. Sin
embargo, cometió un par de errores en
aquel sitio:

• Pensó más en el lugar que en el Señor.


• Hizo votos apresuradamente, así confió
más en sus fuerzas que en la ayuda que
Dios proveería.

En consecuencia, dejó de cultivar la amistad


con Dios y terminó por olvidar la
experiencia, a pesar del altar que había
construido. Pronto engañó a su suegro,
codició bienes materiales y tuvo que volver
a fugarse. Lejos de Betel volvió a su antiguo
estado, pero esa experiencia debía repetirse
cada día.

Jacob regresa a Betel.

La experiencia de Betel la vivió Jacob


nuevamente en Peniel (Génesis 32:24-30).
En ese lugar, se aferró a Dios. Jacob clamó
al ángel: “No te dejaré ir, si no me
bendices”.

• Jacob anhelaba quedar libre de sus


cargas.
• Deseaba que Dios olvidara sus pecados.
• Quería abandonar su pasado.

Dios se manifestó ante Jacob:

• Lo perdonó.
• Cambió su nombre (en representación
de un carácter nuevo).
• Le aseguró su compañía.
Nuestro Betel.

Nuestra comunión diaria con Dios es


nuestro Betel, nuestra Peniel. Es el punto en
que:

• Dios se manifiesta.
• Nos bendice.
• Nos perdona.
• Nos cambia.
• Además, le confiamos nuestras penas,
pesares, enfermedades y angustias.

Sin embargo, a menudo nos vamos de Betel.


Si su vida cristiana es improductiva, es
tiempo de regresar a Betel.

¿Cómo volver a Betel?

• Reconocimiento: Consideren cuan lejos


están de Dios y su voluntad.

• Renovación: Confiesen sus pecados y


abandonen lo que les separa de Dios.
• Restauración: Vuelvan al lugar de la
bendición, al sitio de oración.

Conclusión

El altísimo Dios espera en Betel nuestro


regreso; no lo hagamos esperar. Que cada
día de nuestra vida lo pasemos en Betel.

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