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(Primera parte)
Tanto en México como en otras partes del mundo, la educación física aspira a
lograr el anhelo de una verdadera educación integral del ser humano, aspiración
máxima y ordenamiento constitucional señalado por el artículo tercero, pretensión
que a lo largo de la historia muestra que aún estamos muy lejos de alcanzar.
La educación física se proponía entonces, llegar hasta los rincones más alejados
del país, hay que recordar que en aquella época, el analfabetismo alcanzaba más
del 80% de la población, (Frijol, 1983) desde aquel entonces hasta ahora la
educación física se ha ido transformando paulatinamente al igual que todo nuestro
sistema educativo nacional.
La misión ahora, dicen las autoridades, -ya no basta, ni nos satisface con la
cobertura casi total de la matrícula escolar de educación básica, sino que ahora el
gran reto y objetivo prioritario es brindar el servicio de educación física con
calidad- calidad palabra tan llevada y traída durante los últimos sexenios y que sin
embargo no termina de precisarse y concretarse que exactamente entendemos
por una educación de calidad.
Por otro lado, para nadie resulta novedoso, el que, mencionemos que la educación
física ha tenido que luchar desde hace muchos años, por un reconocimiento como
disciplina pedagógica dentro del ámbito escolar en donde ha tenido preeminencia
el desarrollo intelectual del ser humano, olvidándose de su elemento corpóreo.
Casi todos los autores contemporáneos especialistas en la educación física han
tratado el tema de la desvalorización de la educación física, no sólo en México
sino en todo el mundo occidental, esto es, que ha existido una tendencia general
desde los inicios de la escolarización de la educación a “privilegiar la faceta
intelectual y espiritual del hombre a expensas de la educación física, como si ésta
se realizase por sí sola” (Avanzini, 1987).
Sin embargo, a medida del desarrollo espectacular de las ciencias humanísticas
durante el último cuarto del siglo XIX y durante todo el siglo XX, tales como la
medicina, la filosofía y la psicología, así como los avances vertiginosos de la
pedagogía, y la sociología, han contribuido a las grandes transformaciones de las
ideas acerca del mundo, y de manera especial hacia una nueva concepción del
ser humano, implicando a su vez el nacimiento de nuevos paradigmas de la
educación en general y de la educación física en particular, que tienen como base
una mejor comprensión del ser humano, visto como un todo integral y no como un
ente dividido en alma, mente y cuerpo.
Las diversas concepciones del universo y del hombre se han fundamentado en los
diversos modelos y teorías del conocimiento a los que hemos accedido a través
del desarrollo histórico de la humanidad, conocimientos que a veces de manera
paulatina y en otras ocasiones vividas como verdaderas revoluciones científicas,
han contribuido a cambiar las ideas y concepciones del mundo, a entender mejor
las diversas conformaciones sociales y al ser humano en particular. Asimismo
nuevas normas y valores se han ido incorporando a la urdimbre social forjando un
modelo ideal de hombre y de mujer, tarea que por antonomasia ha descansado en
la institución escolar.
Bajo estos supuestos podemos entender mejor cómo se han creado los diversos
enfoques de la educación física, es decir que los enfoques, paradigmas o modelos
son el resultado concreto de un conjunto de saberes, creencias filosóficas, y
valores que se han ido asimilando y construyendo socialmente, del mismo modo
no podemos soslayar la influencia que ejercen sobre la educación las condiciones
socioeconómicas y políticas del país, más aún cuando la educación pública,
gratuita y obligatoria quedó bajo la rectoría del Estado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(Segunda parte)
Así por ejemplo, una importante autora como es Benilde Vásquez divide en tres
grandes etapas el transcurrir histórico de la educación física, colocando al centro
de la discusión al cuerpo, y habla entonces del “cuerpo acrobático”, abarcando un
periodo histórico que inicia con la introducción en Europa de la educación física
institucionalizada.
En esta misma etapa contempla la época del deportivismo con sus precursores
como Thomas Arnold y Coubertin y su posterior desarrollo del deporte moderno y
la visión neopositivista de éste, coincidiendo con el auge de la ciencias médico
biológicas y su búsqueda del rendimiento físico tanto para la marca olímpica como
para el trabajo industrial.
En esta fase las concepciones sobre el cuerpo cambian radicalmente, ahora hay
una conciencia del “yo corporal” con sus pulsiones emocionales y libidinales, con
la conformación de la imagen corporal, esquema corporal y el dialogo corporal,
hay el resumen de una idea más integradora del ser humano sin fragmentarlo en
cuerpo, alma y mente.
Hay también una idea latente que consiste en que, con el cuerpo también se
aprende y que el movimiento corporal es vital desde la etapas más tempranas de
la infancia ya que de éste dependen la formación de las primeras estructuras de la
inteligencia.
En esta etapa igual que la anterior se valora el cuerpo como una parte inseparable
y conformador del ser humano “yo soy total y plenamente cuerpo” hay una
valoración del cuerpo como una forma de expresión más poderosa incluso, que el
lenguaje hablado en algunos casos, “yo soy mi cuerpo” también se valora como
una parte indispensable de comunicación con el mundo “mi cuerpo es la
prolongación del mundo”.
Ma. De la Luz Torres H., nos menciona siguiendo este enfoque que en la etapa
primitiva el hombre no había elaborado conceptualmente la separación cuerpo-
mente. La actividad física y su aprendizaje estaban directamente vinculados a las
formas como sobrevivían a través de la caza, la pesca, la recolección, el
enfrentamiento cuerpo a cuerpo, la defensa de los animales, etc.”
Más adelante, con la división del trabajo: en físico e intelectual, como resultado del
desarrollo de las fuerzas productivas se da la escisión cuerpo-espíritu, esto
acontece desde la antigua cultura griega y posteriormente durante el
Renacimiento la concepción de Descartes entre la sustancia material corpórea,
divisible y la sustancia inmaterial inextensa, pensante y racional, se afianza la idea
de la división mente cuerpo concebidos como dos entidades distintas, en donde el
movimiento corporal o lo físico, responde a lo instintivo y a lo irracional y en
cambio lo mental corresponde a la razón.
Ahora desde otra perspectiva muy interesante y totalmente diferente José María
Cagigal aborda el desarrollo de la educación física a lo largo de la historia
poniendo especial acento en el deporte y sus derivaciones.
Este sedentarismo en aumento hizo que el deporte surgiera como una búsqueda
del retorno al equilibrio, a la naturaleza.
Este deporte moderno tiene como características y valores la caballerosidad, el
juego limpio, el contacto social, el respeto al adversario, la entrega y la exigencia.
Sin embargo en el ultimo cuarto del siglo XX, con los Juegos Olímpicos de Roma
en 1960 el deporte comienza a convertirse en algo totalmente distinto, es el
momento del surgimiento del deporte contemporáneo-espectáculo, es el deporte
del gran espectáculo, de la política, de la técnica, de la ciencia , de la profesión y
de la exigencia internacional
Cagigal concibe al ser humano como un todo integral y que debe buscarse un
equilibrio entre la educación intelectual y la educación desde del movimiento.
Estos tres autores tratados en esta ocasión dan una clara idea de la diversidad y
tratamiento conceptual diferente que existe en educación física. Para la última
parte abordaremos algunos reconocidos teóricos de educación física.
La educación física: sus enfoques y perspectivas
(tercera parte)
Así pues, a manera de resumen recordaremos que Benilde Vásquez, hace una
reconstrucción histórica de la educación física europea dirigiendo su luz analítica
al cuerpo humano y examina las diversas concepciones que han existido sobre él,
a la par del desarrollo de las disciplinas vinculadas con la educación física y sus
repercusiones sobre esta materia.
Por otro sendero, la maestra Ma. De la Luz Torres, rehace a través del
materialismo histórico el devenir histórico de la actividad física y sus vínculos
indisolubles con el desarrollo de las fuerzas productivas. Por su parte, José María
Cagigal, dirige su atención al juego y su evolución con el tiempo derivando de este
proceso, el deporte moderno, el deporte contemporáneo y el deporte educativo
escolar. Este último es al que apuesta Cagigal como medio formativo para el
escolar.
Pero antes de continuar con esta tercera parte del artículo, es conveniente hacer
algunas precisiones. En primer lugar, el uso del término “enfoque” aplicado a la
educación física puede resultar polémico o al menos ponerse en tela de juicio.
Para algunos intelectuales la palabra “enfoque” aplicada a una disciplina científica
refiere necesariamente a un tratamiento teórico y metodológico cuidadoso. En
cambio para otros, el uso del término sólo denota el énfasis o acento que se pone
en cierto aspecto en el análisis de un tema.
Si queremos ser severos con el uso de los términos es muy probable que nuestra
respuesta se incline hacia un no rotundo, pues encontraríamos muchas carencias,
imprecisiones y deficiencias en el análisis riguroso de estos llamados enfoques.
Sin embargo si logramos mirar el asunto con otra óptica, los enfoques han
ayudado a conformar una identidad histórica de la profesión, –todos los
educadores físicos sabemos, por ejemplo que el llamado “enfoque motriz de
integración dinámica” se refiere a la última propuesta vertida en Programa de
Educación Física (el libro blanco) y que tiene como rasgos el caracterizar el
movimiento corporal como objeto de estudio y como base para propiciar los
aprendizaje en los alumnos, sabemos además que esta conformada esta
propuesta por cinco ejes temáticos que se interrelacionan constantemente, etc-.
No obstante las bondades de los enfoques es necesario que hagamos una nueva
revisión crítica de éstos para determinar si es preciso utilizar nuevas formas, más
acabadas, mejor elaboradas, para referirnos a estos periodos, etapas o tendencias
por las que ha transcurrido la educación física escolarizada.
¿Pero a qué nos referimos cuando señalamos que hay imprecisiones, carencias o
deficiencias en el tratamiento por enfoques de la educación física?
Por ejemplo, en los documentos antes citados encontramos como primer enfoque
el militar ubicándolo a partir del año 1940, ¿Qué no había educación física en las
escuelas antes de esta época? ¿En qué momento o período podríamos ubicar el
origen de la educación física escolarizada en México?
Para argumentar nuestra respuesta, si bien podríamos afirmar que desde tiempos
muy antiguos, con la cultura prehispánica existía ya una intensa actividad física,
pero ésta pertenecía a una visión totalmente diferente a la concepción moderna de
la educación física escolarizada que se deriva de las ideas de la Ilustración
europea y la Revolución Francesa, mismas que son el basamento del surgimiento
del Estado moderno, con el cual surge también la preocupación por la educación
del pueblo bajo la tutela del Estado.
Ahora sabemos también, que desde otras corrientes más críticas de las ciencias
de la educación (Bourdieu, Passeron. Gramsci, Bernstein, etc.), puede ser
además, la educación un agente ideológico o un vehículo importante en la
legitimización del enorme poder político que ulteriormente alcanzó el Estado.
Con el movimiento de Independencia en México durante los inicios del siglo XIX
surgen las primeras propuestas e iniciativas tendientes a estructurar la instrucción
elemental. Sin embargo no es sino hasta un siglo después, una vez terminada la
Revolución Mexicana que comienzan a surgir las condiciones propicias para iniciar
la enorme tarea inicial de la alfabetización.
Es así que con la creación de la SEP en 1921 y la intensa labor de las misiones
culturales empiezan a concretizarse las primeras ideas en torno a la educación del
pueblo.
Velázquez Andrade escribía que era necesario cambiar el término de gimnasia por
el de educación física, ya que argumentaba que éste concepto era más adecuado
y comprendía elementos más amplios que la gimnasia.
Durante la década de los años veinte, la educación física tenía una clara tendencia
de la gimnasia estética que no era otra cosa que la gimnasia sueca acompañada
con música y con una menor rigidez técnica en su realización, tenía como
objetivos el disfrute del movimiento corporal, y el despertar del sentimiento estético
Sin embargo, la educación física de esta época también contenía matices
higiénicos y militares (propios de la gimnasia europea) y deportivos dada la
influencia de nuestro vecino país del norte. Conviene recordar la labor de la YMCA
en la introducción de los deportes de conjunto.
Como podemos observar, son varios los elementos que se pueden historiar en
torno a la educación física escolarizada y que son anteriores al “enfoque” militar de
los años cuarentas. La tendencia militar de la educación física en México puede
explicarse claramente cuando se revisa el contexto internacional y el advenimiento
de la Segunda Guerra Mundial.
Finalmente anotaremos que hay diversas formas o encuadres teóricos desde los
cuales pueden analizarse diversos acontecimientos históricos, en este caso lo que
nos interesa es encontrar explicaciones de los procesos por los que ha transitado
la educación física y su interrelación directa con el acontecer nacional en materia
educativa, sin olvidar las influencias notables del contexto internacional. No nos
interesan las fechas exactas o el dato preciso sin su explicación, sin su análisis del
contexto.
REFERENCIAS