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FINAL DE SOCIOLOGÍA DE LA POBLACIÓN.

Definición de demografía:

Las nociones de lo que la demografía es varían de lugar y de tiempo en tiempo,


de acuerdo con perspectivas y predilecciones. Esta multiplicidad de definiciones pone
de manifiesta la falta de unidad de criterios, que surge de las diversas interpretaciones
que existen sobre el contenido de la Demografía. Más allá de los desacuerdos que se
generan al interior de esta ciencia podemos entenderla como “el estudio del tamaño,
composición y distribución de la población y de las pautas de cambios que en ellas
acontece con el objetivo de explicar y prever mediante consideraciones económicas,
sociales o de otra índole, la evolución de los fenómenos de la población así como para
poner manifiesto sus consecuencias”.

Objeto de estudio de la demografía

El objeto de estudio de la demografía lo constituye el hombre en colectividad


y en la totalidad de su existencia concreta; es decir tanto por su contenido y forma. La
forma hace referencia al conjunto de aspectos cuantitativos y cualitativos (biológicos,
sociales, económicos, políticos y existenciales) a través de los cuales la existencia del
hombre en colectividades se manifiesta exteriormente. El contenido se refiere a la
realidad del hombre en el mundo, relacionando al individuo con la población.

De esta manera, la Demografía se organiza como ciencia cuando reconoce la


unidad dinámica que forma la interacción de la parte y el todo, individuo – población.
Esto implica comprender la población en su forma concreta, es decir, como un proceso
concreto con rasgos particulares. Estoimplica abordarla como totalidad dialéctica con
aspectos cualitativos y cuantitativos complementarios que se condicionan y penetran
recíprocamente, que pone en relación la parte y el todo. La población como proceso
concreto, lógico y dialéctico se presenta bajo la distinción entre estado o stock y
movimiento o flujo de una población.

El estado o stock es la situación de una poblaciónen un momento exacto en el


tiempo; es su realidad en cierto instante por su tamaño, distribución territorial y
composición. El stock de población evoluciona en el tiempo en función de los diversos
flujos de entradas y salida que padecen.El movimiento o flujo hace referencia a la
evolución y cambios que experimenta una población y sus componentes en el transcurso
del tiempo (natalidad, nupcialidad y mortalidad) o el espacio (migración, índice de
ocupación).

Variables Demográficas:Son aquellos acontecimientos vitales que ocurren en el


seno de un colectivo, vinculadas entre sí y que actúan modificando el tamaño y
estructura de las poblaciones. Asimismo, son las instancias donde se visualizan con
mayor nitidez las relaciones con los procesos sociales.

En el análisis de las variables —nupcialidad, fecundidad, mortalidad, migración,


los estudios de población procuran aplicar las técnicas y mecanismos para su medición a

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la vez que se trata de descubrir e interpretar por qué se diferencian los valores de una
población a otra; intentando explicar las posibles causas. Es por ello que los
fenómenos demográficos requieren ser examinados desde un marco multidimensional.

Cuando se examine la dinámica de la fecundidad interesará rescatar el


comportamiento reproductivo en el tiempo-espacio y los factores que han intervenido
en la evolución. Las llamadas variables intermedias o determinantes básicas de la
fecundidad aparecen como herramientas indispensables en la búsqueda de los
condicionantes que hacen a esta dinámica. De manera similar, al observar el
comportamiento de la mortalidad se podrá apreciar los diferenciales por sexo y edad,
así como la estrecha relación que ella mantiene con el desarrollo económico social de
las distintas regiones, dado que es uno de los indicadores que exhibe con mayor
sensibilidad las variaciones entre grupos sociales y contextos como al interior de los
mismos. La comprensión del fenómeno demográfico migración implica considerar las
consecuencias de los procesos migratorios. Esto, para discernir las implicancias sociales
que provocan, particularmente, en los mercados de trabajo y confrontar los factores que
llevan a revisar la formulación o no de políticas relacionadas con la movilidad de la
población.

Adquieren particular importancia la contextualización histórica, cultural,


ideológica e institucional de los procesos de reproducción, el de la pérdida de vidas por
efecto de la mortalidad y los que movilizan a las personas, porque son los que imprimen
su impronta en las distintas poblaciones o subpoblaciones; otorgan sentido a la
interpretación y comprensión, permitiendo al estudioso de la población una visión
integral de los hechos demográficos. Cabe una primera reflexión relativa a la
cuantificación, y es que si bien las mediciones simplifican la realidad ayudando a su
conocimiento, no se debe descuidar su complejidad pues no hay una población “ hay
poblaciones”; cada una de ellas caracterizadas por un estado y una dinámica de la
fecundidad, de la mortalidad y de la migración. La segunda reflexión alude a la
necesidad de tener presente que tanto el nivel como el comportamiento que evidencian
los indicadores depende de la organización, integridad y alcance del sistema de registro
y elaboración de las estadísticas vitales existentes en el contexto que se estudia.

Métodos de la demografía

Con respecto a los métodos de la Demografía, debemos decir que en la misma


reina una relación dialéctica entre el método utilizado y el objeto al cual se aplica. Las
conclusiones, procedimientos, verdades y métodos presentan como único determinante
real y permanente, los hechos de que se parte y que se quiere investigar. El hecho
demográfico está fundado en la esencia de la realidad humana, y expresa lo que el
hombre es en virtud de existir como ser en colectividad, pero sus múltiples facetas se
diversifican en variados hechos demográficos, los cuales, al presentarse con
características distintas, impone la diversidad de los recursos metodológicos que hay
para aprehenderlos. En esta perspectiva el hecho es determinante del método. Pero hay
que afirmar, que el método, puesto en práctica, se convierte en un instrumento

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heurístico, es decir, descubridor de nuevos hechos, ampliando el área de investigación,
de modo que funciona como determinante del hallazgo y la configuración del hecho.

Por otro lado, es necesario establecer la distinción entre los conceptos de hecho
y de dato, ambos se refieren a lo que está presente en la realidad. La noción de dato
corresponde a la realidad en su aspecto bruto del fenómeno o situación, frente al sujeto
de conocimiento; mientras que el concepto de hecho se refiere a la misma cosa, pero
con un significado elaborado, es decir transportado al terreno de un saber científico. Por
ejemplo: la muerte de los hombres en el seno de la población es un dato bruto, cuando
se toma como objeto de conocimiento este dato, la mortalidad de esa población pasa a
ser un hecho que la demografía decide estudiar. Es necesario distinguirlos ya que el
paso del dato al hecho es el resultado de un proceso lógico entre la relación método y
objeto, donde el método aparece como determinante del objeto.

En este proceso de avance simultáneo de los métodos y los hechos se va creando


la ciencia demográfica. La demografía se desarrolla en un contexto cultural que influye
en su construcción como ciencia que va dictando desde afuera las etapas de su
desarrollo en función de los problemas que la realidad le obliga a resolver. La
demografía aparece como la autoconciencia de sus problemas, en virtud de lo cual va
creando los métodos adecuados para la aprehensión de los hechos que tiene por objeto.
Si el método es función del concepto de demografía, y si esto es historia por esencia, el
método también lo es. Los resultados y conclusiones de la investigación demográfica
dependen de los métodos pero también de las condiciones históricas en que se realizan.

Más allá de las mejoras que presentan los métodos demográficos (Censo) están
lejos de alcanzar un grado de perfeccionamiento satisfactorio, ya que hay varios factores
que dificultan el mejoramiento: estado político y el grado de desarrollo económico de
las poblaciones. Un país tiene la ciencia demográfica que su grado de desarrollo
económico le permite. La exactitud de las operaciones censales y en los registros de la
población es uno de los índices del progreso cultural y material de una sociedad (la
calidad de los resultados depende de la conciencia de las masas a las que se le aplica).
La realidad cultural determina los métodos técnicos que le ha de aplicar el demógrafo,
el cual debe reflejar fielmente el medio social al que pertenece.

Ahora bien, la demografía se constituye como ciencia social también porque el


sujeto, el agente que la crea y organiza como ciencia, es la propia sociedad, en la
persona de investigadores y científicos, en las instituciones. Solamente el Estado u
organizaciones de carácter privado puedan llevar a cabo los métodos, sostener los
recursos materiales y humanos necesarios para realizarlos. Ya que los datos distintivos
de los datos con los que trabaja la demografía es su dispersión en el espacio y tiempo, el
objeto de estudio obliga a la multiplicación de recursos humanos y materiales.

Fuentes demográficas.

Para abordar el análisis demográfico puede emplearse dos tipos de fuentes, las
cuales pueden ser clasificadas en función de la naturaleza de los datos que suministran.

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Por un lado, las fuentes de tipo stock que ofrece datos sobre el número y características
de los individuos que residen en un territorio definitivo en un momento concreto del
tiempo. Por otro lado, las fuentes de tipo flujo que proporcionan información sobre los
sucesos que determinan la evolución y la estructura de una población.

El CENSO es un conjunto de operaciones que consisten en reunir, elaborar y


publicar datos demográficos, económicos y sociales correspondientes a todos los
habitantes de un país o territorio, referidos a un momento determinado o a ciertos
períodos de tiempo. El objetivo principal de este operativo es básicamente determinar la
magnitud y la composición de la población sobre los diferentes niveles de agregación
territorial de un país, y realizar mediciones que permitan evaluar el cambio de los
componentes habituales de la dinámica demográfica —fecundidad, mortalidad y
migración. Esta operación permitirá además realizar un recuento de las viviendas y
hogares, y eventualmente de locales no destinados a la vivienda, así como conocer
algunas de sus características socioeconómicas —condiciones estructurales de vida y
confort— y las de sus integrantes, básicamente, económicas y educativas.

Las ESTADÍSTICAS VITALES son un método de registro que comprende la


inscripción legal y compulsiva con carácter continuo y permanente de nacimientos,
defunciones, defunciones fetales, matrimonios y divorcios. Es una fuente universal, ya
que capta los datos de todo el territorio nacional. Estos son recibidos, registrados y
archivados en las oficinas del Registro Civil. Se basan en registros continuos, a
diferencia de la información censal, que se recoge a intervalos de tiempo extensos,
generalmente cada 10 años. Esta característica se explica por el hecho de que son
producidas a partir de documentos que se generan de forma simultánea a los hechos
vitales. Éstas fuentes de información tienen una significativa importancia como visión
dinámica de la población que complementa la visión estática del censo. Son la principal
fuente para la elaboración de tasas e índices demográficos y base para otros estudios
económico-sociales, culturales y biológicos. De este modo, el uso de las estadísticas
vitales en demografía sirven para establecer: cambios en el volumen y calidad de la
población, estimaciones y proyecciones de población, el análisis de factores
socioeconómicos y elaborar indicadores para medir la calidad de vida de una población
y evaluar el impacto de la implementación de determinadas políticas y sociales.

Análisis de la Variable MORTALIDAD.

Definición de mortalidad.

Se entiende por mortalidad al “fenómeno demográfico vital, irreversible e


individual que afecta al colectivo en términos de la extinción de los miembros que la
componen”. Desde un punto de vista demográfico y sociológico cada defunción es un
hecho que cobra sentido a partir de su evolución conjunta; quienes fallecen son parte de
un grupo social, de una población inserta en una sociedad. De acuerdo con esto, es
posible considerar a la mortalidad como un hecho demográfico, susceptible de ser

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estudiado a través de la agregación de una serie de acontecimientos vitales individuales:
los fallecimientos ocurridos y registrados, entre los seres humanos durante el transcurso
del ciclo vital, en un período de tiempo, y espacio determinados. Asimismo, por afectar
a los integrantes de un grupo o comunidad, es un hecho social, que sintetiza y refleja, el
resultado de los procesos productivos y sociales que en ella tienen lugar.

Así, la mortalidad constituye uno de los componentes fundamentales y


determinantes del tamaño y composición por sexo y edad. La demografía estudia la
mortalidad con tres objetivos principales: a) como componente del crecimiento de la
población; b) la descripción del proceso de extinción de una cohorte de individuos en
función de la edad y c) la explicación de los cambios en el tiempo de la incidencia de la
mortalidad y de las diferenciales entre distintas poblaciones y subpoblaciones, ambas en
relación con los factores biológicos, socioculturales y económicos.

Para abordar la variable demográfica es necesario comprender lo que se entiende


por defunciones y defunciones fetales. El primero hace referencia a la desaparición
permanente de todo signo de vida, cualquiera sea el tiempo transcurrido desde el
nacimiento con vida. La segunda refiere a la muerte de un producto de la concepción
ante de la expulsión o la extracción completa del cuerpo de la madre
independientemente de la duración del embarazo; indica la defunción, la circunstancia
de que, después de la separación, el feto no respira, ni da otra señal de vida.

Asimismo también es necesario, en los estudios de la mortalidad, la distinción


entre los factores ambientales de los biológicos. Estos últimos determinan la
constitución de los individuos, entendiéndose al conjunto de características anatómicas,
fisiológicas y psicológicas. Los primeros incluyen además del medio físico que rodea al
hombre, aquellas influencias que resultan de su manera de vida como la ocupación,
ingresos, hábitos alimenticios, el tipo de comunidad en la que vive. Con respecto a los
factores biológicos, por la ausencia o carencia de información sobre las características
constitucionales de los individuos, el conocimiento de este aspecto se reduce al sexo y
edad, son influencias que se manifiestan invariables en el tiempo y espacio.

Perspectivas Teóricas

Se abordaran dos teorías fundamentales que intentan explicar la relación entre


los cambios demográficos y cambios socioeconómicos, partiendo de la Teoría de la
Transición Demográfica continuando con la Teoría de la Transición Epidemiológica.
Ambas poseen una noción de unidireccionalidad, de senda que han seguido, o deberán
seguir, las sociedades en su proceso de modernización no solo demográfico sino social y
económico. Las teorías se desarrollaron a partir de las experiencias de las sociedades
occidentales, trasluciendo en sus primeras formulaciones una visión eurocentrista. Sin
embargo, los estudios sobre la mortalidad en los países en vía de desarrollo han
demostrado la existencia de una pluralidad de trayectorias y de contextos, lo que ha
obligado a replantear algunos de los supuestos iniciales de esas teorías.

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TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA: El concepto de transición demográfica tuvo su
origen en el intento de explicar la relación entre los cambios demográficos y los
cambios socioeconómicos en Europa durante el siglo XVIII. Constituye una propuesta
siempre vigente de explicación de la dinámica demográfica a la luz de sus
interrelaciones con los factores sociales, económicos y culturales. Se puede definir
como el proceso de ruptura en la continuidad del curso del movimiento de la población
hasta un momento. Trata de explicar el paso de los niveles altos de mortalidad y
fecundidad a niveles bajos, partiendo de la hipótesis de que las poblaciones tienden a
pasar ciertas etapas de cambio demográfico.

La transición demográfica es un proceso de larga duración que transcurre entre


dos situaciones: una inicial, de bajo crecimiento demográfico con altas tasas de
mortalidad y fecundidad y, una final, de bajo crecimiento demográfico con niveles bajos
en las tasas de mortalidad y fecundidad. En ambas situaciones se pueden identificar dos
momentos: primero, en el que la tasa de crecimiento aumenta como consecuencia del
descenso de la mortalidad y, segundo, en que la tasa de crecimiento disminuye debido al
descenso posterior de la fecundidad. La velocidad y magnitud del cambio en la tasa de
crecimiento depende de la relación y el momento en que comienzan a descender la
mortalidad y fecundidad. Este cambio en las dinámicas poblacionales es visto como un
signo de una modernización avanzada, no solo demográfica sino también económica y
social.

Entre las críticas que ha recibido está teoría están: el esfuerzo globalizador de la
misma ya que los procesos han sido muy distintos en los países europeos (XVIII) en
comparación con América Latina; no recoge la diversidad de situaciones particulares
alrededor de poblaciones que iniciaron y completaron el proceso después de su
aparición como modelo teórico, como tampoco toma en cuenta la variable migración.

Uno de los valores fundamentales de la teoría radica en el hecho de que su


formulación original es considerada como un planteamiento que sirve de base para
desarrollos teóricos posteriores. La misma constituye un marco de trabajo general para
la discusión, análisis, evaluación y propuesta de programas con relación a la situación
demográfica del mundo, sus regiones y países. De esta manera, por ejemplo, los
especialistas de la Celade reconocen el valor del modelo para el análisis de las
tendencias demográficas reciente de los países de América Latina y el Caribe.

TRANSICIÓN EPIDEMIOLÓGICA: Formulada por Onram en 1971, su


objetivo es explicar las transformaciones en los patrones de salud y enfermedad durante
el proceso de modernización de la sociedad, así como sus causas y consecuencias,
considerando que dichos cambios en salud y en el patrón de enfermedad, se van
transformando en respuestas a cambios más amplios de carácter demográficos,
socioeconómicos, tecnológicos, políticos, culturales y biológicos.

La visión lineal, unidireccional y eurocéntrica de las primeras formulaciones de


la teoría de la transición epidemiológica ha sido uno de sus principales objetos de
crítica. La transición se configura como un proceso lineal, de tránsito entre las

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diferentes etapas por las que tiene que pasar todos los países en su proceso de
modernización no solo demográfico sino social y económico, siendo las diferencias de
cronología, de ritmo y de determinantes lo que caracteriza los diversos modelos
transicionales. La visión eurocéntrica no permite recoger la pluralidad y complejidad de
los procesos reales, ni permite captar los contextos cambiantes que no se ajustan a una
trayectoria unidireccional. La realidad de América Latina ha revelado que no solo hay
diferencia en los modelos transicionales sino también el propio proceso. Se produce un
solapamiento entre las diferentes fases de transición, y la mortalidad presenta un rasgo
fundamental no considerado por la teoría de la transición demográfica que es su
heterogeneidad en el seno de la misma sociedad.

Fuentes de datos para el estudio de la mortalidad

La fuente básica de datos que se utiliza en este estudio es el sistema de estadísticas


vitales (que proporciona las defunciones que se utilizan en el numerador de las tasas) y
los datos censales o proyecciones de población (que proporcionan la población que se
utiliza en el denominador). El sistema de estadísticas vitales se basa en el registro
estadístico de todas las defunciones producidas en un país, donde además se distinguen
ciertas características básicas como el sexo, la edad y la causa de muerte.

Indicadores de la mortalidad

El primer indicador demográfico que podemos usar para medir la mortalidad es


la Tasa Bruta de Mortalidad: Refleja cuántas muertes ocurren por cada 1000 habitantes
en una población y cómo ese número de muerte varía a través del tiempo. Se calcula
haciendo el cociente entre el número de defunciones ocurridas durante un período
determinado y la población media de ese período; por mil.

Las ventajas de usar la Tasa Bruta de Mortalidad radica en que es una medida
fácil de calcular, forma parte de los componentes del crecimiento poblacional y sirve
para conocer la evolución de la mortalidad.

El problema principal con las tasas brutas de mortalidad o cualquier otra tasa
bruta es que globaliza el comportamiento de la variable. No tiene en cuenta la
composición relativa de la población con respecto a la propia posibilidad del
comportamiento frente a un x fenómeno. La tasa bruta trata homogéneamente la
población, con la cual al ser usada comparativamente se desprecia la estructura por
edad. Es decir, los cambios en la estructura de edades de la población afectan esta tasa y
su variación podría equivocadamente interpretarse como un cambio en el nivel de
vida.Además, las tasas brutas de mortalidad (estandarizadas o no) no miden el impacto
del nivel o del cambio de la mortalidad sobre los años que vive la población.

Otra manera de medir la mortalidad es a través de las Tasas Específicas de


Mortalidad según Edad y Sexo: Es el n° de defunciones acaecidas en un grupo de edad
específica de la población en un área geográfica durante un periodo de tiempo/
Población a mitad de años t de ese grupo específico de edad del área geográfica x 1000

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= nMx,t= nD(x)/ nP(x), t X 1000. Donde M representa la tasa especifica de mortalidad
en el grupo de edad de x a x+n para el año t, Dt es el número de defunciones durante
año t y Pt es la población a mitad de años t. Para calcularlas se requiere el número de
defunciones por edad o sexo (simples o grupos quinquenales) y la población expuesta al
fenómeno de esos mismos grupos de edad o sexo.

Las tasas especificas están referidas a subgrupos, subconjuntos (cohortes)


poblacionales. En el numerador se ubica la subpoblación, lo que permite tipificar y
especificar segmentos de población que han sufrido un riesgo determinado, mientras
que en el denominador se ubica el total d la población que también debe ser referidas y
expuesta a ser afectado por cierto fenómeno. Vemos que la tasa especifica por edad se
calcula igual que la tasa bruta pero en vez de tomarla información para el total de la
población se toma solo para edades específicas.

Las tasas de mortalidad específica por edades son adecuadas para medir el nivel
y cambios en cada grupo de edad. Al eliminar el efecto de las diferentes estructuras de
edad hace posible la comparación con otras poblaciones. Además, la información por
edad es necesaria para la construcción de tablas de mortalidad, realizar proyecciones y
para introducir la variable mortalidad en diversos cálculos demográficos, como la tasa
neta de reproducción. También son necesarias para la construcción de otros indicadores
como la esperanza de vida al nacer.

Pero si la amplitud del grupo de edad es muy grande, las tasas comienzan a tener
problemas similares a las tasas brutas. Además, el conjunto de las tasas de mortalidad
específica por edad no permite conocer adecuadamente el nivel de mortalidad general
de una población. Esta situación se complica cuando se hace el análisis por causa de
muerte. Utilizando estas tasas, es muy difícil de comprender que causa de muerte ha
disminuido más y cuál ha sido el impacto sobre el nivel general de la mortalidad.

El cálculo de las Tasas Especificas por edad y sexo son importante en la medida
que entendemos que la mortalidad (como hemos mencionado anteriormente) varía con
la edad y el sexo de los individuos. Es decir que la mortalidad es entendida como el
estudio de la mortalidad entre diversos grupos según sus características y condiciones
socioeconómicas.

Se puede decir que la mortalidad es elevada en los dos extremos de la existencia.


A partir del momento del nacimiento y en particular, después de la primera semana de
vida, el riesgo disminuye rápidamente durante el primer año de vida, en los años
siguientes el descenso es más lento y gradual, pero pasando los 40 o los 50 años su
crecimiento tiende a ser exponencial.

También podemos decir que la mortalidad varía según el sexo de los individuos,
existencia de la mortalidad diferencial por sexo. Es un hecho la más alta mortalidad
entre el sexo masculino, como es descenso más rápido de la mortalidad femenina
cuando desciende el nivel de la mortalidad general. No hay evidencia suficiente para
establecer el carácter predominantemente biológico o ambiental en la sobremortalidad

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masculina, y aunque es probable que influyan ambos, no se podría decir en qué medida.
Varios estudios parecen demostrar que las tendencias de la mortalidad por
enfermedades degenerativas (cardiovasculares y cáncer) son una de las causas principal
del incremento de la mortalidad diferencial por sexo. La sobremortalidad masculina
sobre la femenina se obtiene dividiendo las tasas de mortalidad de los hombres entre las
tasas de las mujeres.

Asimismo, hay aceptación plena que la estructura por causas de muerte está
asociada a los niveles de la mortalidad y que ambas varían con la edad y el sexo. Los
indicadores de mortalidad por edad y sexo son usados habitualmente para identificar las
principales patologías que afectan y deterioran el organismo de los seres humanos,
provocando en última instancia el fallecimiento de los integrantes de una comunidad. Es
decir, las defunciones por determinadas causas de muerte tendrán impacto diferencial
por edad y sexo.

Tasa de Mortalidad por causas de muerte: Numerosas causas de muerte son


propia de ciertos periodos de vida o durante ellos ocurren con más frecuencia, como son
las enfermedades contagiosas que suelen presentarse en la primera infancia; las lesiones
por accidentes de trabajo y/o tránsito, cuyo riesgo es más alto en adultos jóvenes y de
edad media, o los procesos degenerativos que se manifiestas en edades avanzadas. Para
facilitar el análisis se clasifican las muertes en cinco grandes grupos (Naciones Unidas).
Las primeras 4 están formadas por causas de muertes que presentan cierta analogía con
respecto a su naturaleza (endógenas o exógenas), su tendencia histórica y su
contribución al volumen de las muertes. El quinto grupo se obtiene con el total siendo
un grupo heterogéneo. Los grupos establecidos son: a) Enfermedades Infecciosas y
parasitarias y otras exógenas (fiebre tifoidea, tuberculosis, sarampión, gastritis,
neumonía, etc); Enfermedades cardiovasculares y renales; Accidentes y Restantes
causas de muerte.

Fórmula:

dj, t= Dx,j,t / Pt X 100.000

Donde j indica la causa de muerte, y D y P las defunciones por la causa de muerte


y la población total. La suma de las tasas brutas de mortalidad especifica por causas de
muerte, dan la tasa bruta de mortalidad.

dt =∑ d t,j

El problema principal con las tasas brutas de mortalidad específicas por causas es
que el efecto de la composición por edades de la población se agudiza por el hecho de
que la mortalidad de cada causa de muerte tiene su propia distribución por edades. Por
lo cual es fundamental calcular las tasas de mortalidad especificas por edad y causa de
muerte.

Mx, j, t = nDx,j,t /nPx,t X 100.000

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Donde el subíndice j indica la causa de muerte, y D y P las defunciones y
poblaciones en edades de x a x+n.

La mayoría de los problemas mencionados hasta aquí para medir el nivel de la


mortalidad se lograron solucionar cuando se logró transformar las tasas de mortalidad
específicas por edades en años de vida. Es decir se introduce el índice de medición
“Esperanza de Vida” que refleja los años de vida que se vivirán en promedio si la
mortalidad de cada edad se mantiene constante a los niveles observados en un período
de tiempo. Se define como el número medio de años de vida de los miembros de una
generación hipotética desde el momento de su nacimiento hasta la extinción total de
todo el grupo. Naturalmente, muchas personas fallecen a edades más bajas o más
avanzadas que la esperanza de vida, pero ella expresa un promedio en que ocurren las
muertes. La esperanza de vida al nacimiento, resume la experiencia de mortalidad de una
población desde el nacimiento hasta las últimas edades y permite las comparaciones entre
distintas poblaciones. La esperanza de vida mide adecuadamente el nivel de mortalidad de
una población pero lo hace en términos de años de vida. Es decir, mide la mortalidad en
función de años de vida y no en función de las muertes.

Cuando se analiza el cambio de las esperanzas de vida al nacimiento, se está


analizando cómo han cambiado los años de vida que una población vive como
consecuencia de los niveles de la mortalidad, pero no necesariamente el cambio de la
mortalidad. Medir el cambio de la mortalidad con el cambio de las esperanzas de vida al
nacimiento es medir los cambios del promedio de años que una población vive, y no los
cambios de la mortalidad. La esperanza de vida al nacer está relacionada a los cambios
aritméticos de las tasas de mortalidad que a los cambios relativos de la misma. Es decir,
se relaciona con la reducción de muertes cada 1000 personas en cada edad.

Para resolver este problema se propuso un procedimiento sencillo para medir los
cambios y niveles de mortalidad por causas de muerte y edad. Este índice es el “índice
de años de vida perdidos”. Este índice permite estimar cuántos años más deberían haber
vivido las personas que han fallecido, referidas a un tiempo y espacio determinados;
considerando que los años que dicha persona no vivió son los años de vida perdidos.
Con base en las tasas específicas de mortalidad por edades, se calcula la vida promedio
que la población vive (esperanza de vida) y se determina cuántos años de vida se
pierden considerando la hipótesis sobre cuantos años debería vivir. Tiene la ventaja de
que permite medir simultáneamente el nivel de la mortalidad y hacer una evaluación
cuantitativa de la importancia de las causas de muerte.

El número de años de vida perdidos, no debe ser confundido con el “índice de


años de vida potencialmente perdidos”. El indicador Años de Vida Potenciales
Perdidos (AVPP) se refiere al impacto de las causas de mortalidad prematura en una
población. El supuesto en el que se basan los AVPP es que cuando más prematura es la
muerte, mayor es la pérdida de vida.

Este índice indica el número de años de vida que potencialmente pierden las
personas desde el nacimiento hasta la edad de 65 años, considerando a los que mueren

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dentro de esas edades bajo el supuesto de que no deberían haber muerto. El concepto
AVPP se define como la suma de los productos de las defunciones de personas menores
de 65 años (Dx), en una población, por la diferencia entre 65 y la edad de los fallecidos
x, dividiendo la suma de estos productos por la población total. En símbolos:

PAP = [∑650Dx x (65 –x)] / P

Este índice tiene la ventaja de que su cálculo solamente requiere las defunciones
por edades y la población total. No necesita tasas de mortalidad por edades, ni tablas de
mortalidad. Si las defunciones están clasificadas por causa de muerte, el índice puede
aplicarse a cada causa de muerte. Este indicador ha sido ampliamente utilizado para el
estudio de las desigualdades en salud, tanto a nivel nacional, como para efectuar
comparaciones a nivel internacional. El análisis de la distribución de los AVPP en los
distintos estratos socioeconómicos y su evolución en el tiempo, es de utilidad para
conocer el impacto de las políticas públicas sobre acceso y protección de grupos
vulnerables.

La desventaja de este índice es que está afectado por la estructuras de edades de la


población y que no está relacionado con las esperanzas de vida. Si este índice se utiliza
en comparaciones internacionales o en comparaciones históricas, los resultados se
verían afectados por las distintas estructuras de edades de cada población.

Recientemente se modificó levemente el cálculo de los años de vida


potencialmente perdidos reemplazando la edad de 65 (o cualquier otra edad que se tome
para estimar cuanto años más debería haber vivido la persona que muere) por la
esperanza de vida al nacimiento (Banco Mundial). Donde AVPPM representa los años
de vida potencialmente perdidos modificados.

AVPPM = [∑eooDx (eo-x)] / P

Esto no soluciona el problema del impacto de la estructura por edades sobre el


valor delos años de vida potencialmente perdidos.

Otro índice demográfico que podemos emplear es el índice de envejecimiento


que expresa la relación entre la cantidad de personas adultas mayores y la cantidad de
niños y jóvenes. Su cálculo es el cociente entre personas de 65 años y más con respecto
a las personas menores de 15 años multiplicado por 100. También podemos calcular la
tasa de envejecimiento: población de personas adultas de 65 años y más sobre el total de
la población multiplicado por 100. En símbolos: TE = P65/pt x 100.

“Índice de Swaroop”: Este índice, también llamado tasa de mortalidad


proporcional, es utilizado en demografía y epidemiología para comparar la mortalidad
entre poblaciones con diferente estructura por edades. Representa la proporción de
fallecimientos entre personas de 50 años o más por cada 100 defunciones totales (un valor más
elevado indica una mejor situación sanitaria). Se obtiene en un año, y el 100% se obtendría si
todas las personas vivieran más de 50 años. Es uno de los mejores indicadores de calidad de

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vida; a mayor nivel de desarrollo, más próximo está al 100%. En los países desarrollados este
índice ronda el 90%.

Mortalidad Infantil.

La expresión Mortalidad Infantil tiene en demografía el significado preciso de


mortalidad de los niños menos de un año. Se llama Mortalidad Neonatal la mortalidad
ocurrida en el transcurso del periodo neonatal que comprende el primes a los primeros
28 días de vida. Es necesario distinguirla de la Mortalidad Post Neonatal entendida
como las defunciones ocurridas desde el fin del período neonatal hasta la edad de un
año. Por Mortalidad Intrauterina se entiende la mortalidad in útero de todo producto de
la concepción, cualquiera sea la duración de la gestación. Por último, Mortalidad Fetal
tiene un significado impreciso, a no ser como sinónimo de mortinatalidad, así designaría
la mortalidad in útero de producto de la concepción con una duración de la gestación
superior a cierto mínimo, variable según el país, pero que generalmente es del orden de
los seis meses.

La correcta aplicaciones de la definición de mortalidad neonatal y de mortalidad


fetal requiere distinguir las definiciones entre nacido vivo y de muerte fetal. Al
distinción es la presencia o ausencia de cualquier signo de vida en el producto de la
concepción, una vez separado del seno materno, sin tomar en cuenta condiciones de
viabilidad (peso del recién nacido, talla, etc).

La correcta distinción entre muertes fetales (mortinatos) y nacidos vivos que


fallecen inmediatamente o pocas horas después del nacimiento, es una fuente de error
que puede afectar la tasa de mortalidad infantil. Muchos de estos casos quizás no se
registran entre las muertes infantiles (por consiguiente tampoco en los nacimientos) sino
como mortinatos.

Por lo tanto, las estadísticas de defunciones infantiles adolecen de errores de


integridad superiores a las estadísticas de las defunciones mayores de un año.

La tasa convencional de la mortalidad infantil es la razón entre las defunciones


ocurridas en la población de un área geográfica determinada durante un periodo de
tiempo determinado (un año civil) y el número de nacidos vivos en el mismo periodo,
expresado por mil unidades. Formula: TMIts = Dt/NCt x 1000. Relaciona las
defunciones de menores de un año acaecidas y el número de nacidos vivos registrados
en el transcurso de ese mismo periodo de tiempo. Es considerada uno de los indicadores
más importantes para la planificación y programación de actividades en salud.

La Tasa de Mortalidad Neonatal: en su enumerador se encuentra el número de


niños fallecidos menores de 28 días de vida extrauterino y en el denominador el número
de nacidos vivos, en el mismo periodo de tiempo, expresada por cada 1000 nacimientos.

N° de muertes de niños menores de 28 días de edad acaecidas en la población de


un área geográfica dada durante un periodo de tiempo/N° de nacidos vivos registrados
en la población del área geográfica dada durante el mismo año X 10000.

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A una menor tasa de mortalidad infantil corresponde una mayor proporción de
muertes neonatales. A mayor tasa de mortalidad corresponde menor proporción de
defunciones de menores de un mes. Esto se explica en relación a la naturaleza de las
causas de muerte, cuya gran mayoría después del primer mes de vida, son de origen
exógeno, cuyo control se ha ido logrando con el avance de la medicina. En cambio, una
parte considerable de las causas de muerte en el primer mes tienen un origen endógeno.
Sobre estas los progresos son más lentos, de tal modo que al desaparecer gradualmente
la mortalidad de origen exógeno adquiere importancia relativa la mortalidad de origen
endógeno, y con ello la mortalidad neonatal.

Las causas exógenas dependen de factores del medio ambiente y las de origen
endógeno es debido a factores congénitos durante la vida intrauterina y otras asociadas
al parto.

Endógenas Exógenas
Malformaciones congénitas. Enfermedades infecciosas y parasitarias
Lesiones debidas al parto, asfixia y Enfermedades del aparato respiratorio
atelactasias postnatales.
Infecciones del recién nacidos (neumonías Diarrea y enteritis
y diarreas)
Otras enfermedades de la primera infancia Otras causas (no incluye causas mal
y prematuridad no calificada. definidas y desconocidas)

Tasa de Mortalidad Post – Neonatal (infantil tardía): es el cociente entre el


número de defunciones de niños de más de 28 días a menos un año de edad acaecidas
en la población en un área geográfica dada durante un período de tiempo y el número de
nacidos vivos registrados en la población del área geográfica dada durante el mismo año
X 1000. La mayoría de las causas de muertes provienen del medio ambiente y ello es
más frecuente cuanto más se aleja la muerte del momento de nacimiento. Forma parte
de la mortalidad infantil y es proporcionalmente mayor (mortalidad blanda) cuánto más
alta sean las tasas de mortalidad infantil.

Mortalidad Fetal: “la muerte antes de la expulsión completa de su madre de un


producto de la gestación, independientemente de la duración del embarazo, el feto no
respira ni muestra otro signo de vida” (OMS – 1950).

Razón de Mortalidad Infantil: Número de muertes fetales/ Número de nacidos


totales X 1000.

Razón de Mortalidad Materna: Es el número de muertes maternas por 1000


nacimientos vivos.

Tasa de Mortalidad Fetal: Número de muerte fetales/ Numero de nacidos totales


(vivos o muertos) X 1000.

Mortalidad Perinatal: comienza cuando se completa la 22 semanas de gestación


(cuando el peso del feto es normalmente de 500 gramos) y finaliza cuando se completa
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los sietes días posterior al nacimiento: Número de muertes en los primeros 22 semanas
de gestación/ fetos vivos de 22 semanas de gestación X 1000.

Políticas de población

El conocimiento del tamaño y la composición estructural de la población es de


suma importancia para la planeación de políticas públicas y la toma de decisiones que
busquen promover una mejora de la calidad de vida de acuerdo a las necesidades de la
sociedad. Dichos insumos contribuyen al diseño de las acciones gubernamentales, para
que estas se implementen con mayor eficiencia y eficacia en la aplicación de los
recursos de personal, materiales, financieros y de tiempo. También permiten conocer la
demanda actual y futura de servicios públicos, a fin de mantener la cobertura de los
mismos o cerrar las brechas existentes

Políticas demográficas: Su rol fundamental en un proceso de desarrollo social y


económico es el de lograr la coherencia entre las condiciones y necesidades en las que
se produce o proyecta ese desarrollo (global o en zonas específicas), con la situación
demográfica actual y prospectiva y el comportamiento general del sistema demográfico
con sus efectos correspondientes.
Políticas de población: Es la adopción, por el gobierno de un país, de medidas
integradas a los programas socieconómicos orientados deliberadamente a influir sobre
una variable demográfica, como efecto previsto, ya sea principal o lateral, con el fin de
contribuir a armonizar las tendencias de la población con las del desarrollo.

El Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas del Ministerio de Salud


de la Nación garantiza la resolución quirúrgica a todos los niños y niñas del país con
diagnóstico de cardiopatía congénita que no tienen obra social.

El PNCC se propone contribuir en la disminución de la tasa de mortalidad


infantil. Desde el inicio se incrementó el número de cirugías de niños y niñas portadores
de cardiopatías por debajo del año de vida. Estas acciones permitieron reducir la
mortalidad infantil por esta causa.

Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino (PNPCC): El


cáncer cervicouterino refleja con crudeza la desigualdad social en salud. Es el segundo
cáncer más diagnosticado en Argentina, a pesar de que la enfermedad podría prevenirse
casi por completo gracias a los conocimientos y tecnologías disponibles. Afecta
principalmente a mujeres de bajos recursos socioeconómicos que por diversas razones
(como barreras geográficas, culturales y económicas) no acceden a los servicios de
tamizaje. Tiene como objetivo principal reducir la incidencia y mortalidad por cáncer
cervicouterino. 

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