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Ensayo filosófico

“El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición
normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que
la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne
de otro”.
Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

El entorno y el ser de la
humanidad
La realidad no es lo
mismo que la verdad —
“El mundo ha sido
siempre de una suerte:
“Las cadenas solamente
atan las manos: es la
respondió el general—. La 1.
Quien mira lo pasado, mente lo que hace al
realidad son sólo detalles. lo por venir advierte. hombre libre o esclavo”.
Franz Grillparzer (1791-1872)
Sándor Márai (1900-1989) Félix Lope de Vega y Carpio
Dramaturgo austriaco.
Escritor húngaro.

La realidad de la Realidad
“La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no
desaparece”, fue lo que dijo Philip K. Dick  (1928-1982) y tiene toda la razón. Vivimos una
realidad nacida del ocultamiento de la verdadera realidad. Una realidad que nosotros mismos
creamos para evitar la verdadera, pero que a pesar de todos los esfuerzos que hagamos por
ocultarla, esta siempre sale a la luz.
Hace unos cuántos días – el miércoles para ser preciso – tuve la oportunidad de observar la
película “Instinto”. Una película que me mostró parte de lo que es nuestra realidad. Una
realidad en la que los hombres perdemos nuestra humanidad y actuamos según nuestros
instintos, una realidad en la que adoptamos un comportamiento primitivo ya extinto en
nuestros genes.
Una realidad cambiante, según lo que he podido leer en algún artículo subido a internet, es lo
que muchos de nosotros experimentamos. Un cambio general al que le asignamos el nombre
de nueva “era” o nueva “etapa”; pero que no es más que la continuidad de la vida misma, la
consecuencia de nuestros actos, el resultado de nuestras acciones.
En pocas palabras, seguimos siendo esclavos. Esclavos de nuestras acciones y esclavos de
nuestros instintos. Seguimos siendo seres humanos prisioneros de una realidad oculta, de una
cárcel creada en nuestra mente, y cuya llave solo se encuentra en nosotros, en que tan homo
sapiens o en qué tan homo stupidus seamos.
Y es que, para ser francos, personas como yo, y como muchos de los que tendrán la
oportunidad de leer este ensayo, somos personas viviendo dentro de una burbuja, viviendo
bajo la sombra de nuestra sociedad, bajo la sombra de sus costumbres y de lo que es peor,
bajo las sombras de nuestros miedos. Viviendo algo que no somos, pero de lo que tampoco
podemos escapar; de la cruda REALIDAD.

2. Los atacantes

Luis Alexander Chiroque Cerro


Ensayo filosófico

ATACANTES, el apelativo correcto para nuestra especie, la llamada especie evolucionada, los
“homo sapiens”.

Para la ciencia venimos de un ancestro en común con el mono, para la religión somos creación
de Dios. Dos posturas que muy a su manera tratan de responder al origen de la humanidad,
pero que hasta el día de hoy no muestran respuesta alguna al comportamiento y a los actos
que este ser comete con sus congéneres.

He leído un ensayo muy interesante de Marco Aurelio Denegrí, “El asesino desorganizado”,
en donde muestra la figura de un hombre dominado por sus instintos, un ser primitivo y cruel,
capaz de matar sin remordimiento alguno y sin siquiera pensar en las consecuencias de sus
actos. Un hombre que a simple vista no resulta tan evolucionado, ni tan racional como lo dice
la ciencia; ni mucho menos tan celestial y puro como la religión describe a un Dios que nos
hizo a su imagen y semejanza.

¿Somos una especie racional, pensante, capaz?, es lo que siempre me pregunto, ¿o acaso
somos “Asesinos Desorganizados”?

Y es que somos una especie rara, ni siquiera sabemos qué somos con exactitud o de dónde
venimos, solo sabemos que somos el cáncer de este mundo. Somos sus atacantes.

En nuestros inicios, la historia nos cuenta, que los humanos vivían en tribus, eran poco
racionales, nómades y cazadores. Pero no mataban por gusto, no mataban animales que no
comerían, no tiraban frutos que no iban a aprovechar, no hacían nada que no fuera necesario
para sobrevivir. Todo esto hasta la llegada de los atacantes, seres que querían más de lo que
necesitaban, seres que creían tener el poder de todo, seres con aires de superioridad y un
trono imaginario que solo ellos veían, seres violentos y presos de sus instintos; esos seres
somos nosotros.

Somos la “nueva generación”, los seres humanos creadores de nuevas tecnologías capaces
de cambiar al mundo, pero también de destruirlo. Y es que nuestra humanidad está en
peligro, poco a poco se va perdiendo dentro de nosotros, vamos convirtiéndonos en seres sin
emociones, sin racionalidad y sin libertad, producto de las armas, del poder, de la perdida de
los controles instintivos y de esa extraña compulsión de matar.

Somos los atacantes de este mundo, de nuestra naturaleza, de nuestras especies; en otras
palabras, somos seres con una incomparable diabolicidad. Seres que caemos en el error y a
pesar de darnos cuenta de ello, tercamente seguimos cometiéndolo; seres con poca empatía y
sin piedad con los nuestros.

“El asesino desorganizado”, Marco Aurelio Denegrí

“Instinto”, Bárbara Boyle, Michael Taylor y Hunt Lowry

3. ¿Vivimos en esclavitud?

Luis Alexander Chiroque Cerro


Ensayo filosófico

La libertad humana siempre ha sido una de las problemáticas a lo largo de nuestra historia. Sin
embargo, hoy en día, la libertad es considerada un derecho fundamental para todos nosotros,
estipulada en los diferentes incisos del artículo segundo de la Constitución Política del Perú en
donde se hace mención de los derechos fundamentales de las personas.

Con lo mencionado en el párrafo anterior, quiero contemplar la idea que, en el ámbito jurídico,
la libertad humana, es un hecho. Ya no hablamos de una posible esclavitud como de la que
nos habla nuestra historia, ya no seremos esclavos ni objeto de torturas. La ley lo prohíbe con
fuertes sanciones.

No obstante, en el presente ensayo, no hablaremos precisamente de ese tipo de esclavitud,


sino más bien de una esclavitud mental, de una esclavitud instintiva y personal.

Ya lo había mencionado en uno de los primeros párrafos del presente ensayo, “nosotros los
seres humanos seguimos siendo esclavos de nuestros instintos, seguimos viviendo dentro de una
burbuja, bajo la sombra de nuestra sociedad, bajo la sombra de sus costumbres y bajo las
sombras de nuestros miedos”, y lo reafirmo. Nuestra especie – aún no definida como homo
sapiens u homo stupidus, desde mi perspectiva- aún sigue en esclavitud. En una esclavitud
mental de la que le resulta muy difícil escapar, ya que, como seres guiados por nuestros
instintos solo actuamos sin pensar.

4. La mente y los humanos


La mente es el esclavista más temeroso que puede existir, es el lugar en donde puedes
encontrarte con lo que realmente eres, enfrentarte a tus temores y a tus peores
pensamientos; es el obstáculo que debes pasar para conocer el verdadero significado de
libertad.

¿Han escuchado hablar sobre la significación de las armas para los seres humanos?

Resulta que el desarrollo y perfeccionamiento de estos objetos han hecho que la mente del
hombre pierda el control y el dominio sobre sus instintos asesinos. Han hecho que el hombre
tenga la facilidad de asesinar sin sentir pena alguna, sin siquiera ver a su víctima antes de
arrebatar su vida; en pocas palabras, han asesinado la impunidad emocional del ser humano.

Ya lo dijo Richard Leakey, en el libro “Los orígenes del Hombre”:

“Quizá la especie humana no sea más que un espantoso error biológico que se ha desarrollado,
hasta traspasar un punto en queja no puede prosperar en armonía consigo misma ni con el
mundo que los rodea”

Y ante tal presunción lamentable pero muy bien fundada se plantea una solución, la extinción
de nuestra especie.

“El asesino desorganizado”, Marco Aurelio Denegrí

“Instinto”, Bárbara Boyle, Michael Taylor y Hunt Lowry

Luis Alexander Chiroque Cerro

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