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Mar Aguilar
07/02/2020
4 minutos de lectura
Nos encontramos en plena temporada
de gripe y seguro que varios compañeros de trabajo han “caído”, algún familiar ha
pasado unos días regulares o incluso nosotros mismos hemos tenido que
quedarnos en casa “doblados” por el dichoso virus. También es más que posible
que a nuestro alrededor veamos personas que están como si nada, que no se han
contagiado o que si han tenido síntomas, han sido muy leves. ¿Por qué ocurre
esto? ¿Por qué unos sí y otros no? Parte de la respuesta, según un nuevo estudio
publicado en PLoS Pathogens, está relacionada con la primera cepa de gripe que
contraemos en la infancia. Sus hallazgos podrían ayudar a mejorar las
estrategias orientadas a minimizar los efectos de la gripe estacional.
Gostic espera dar con las pistas que lleven al desarrollo de una vacuna universal
contra la gripe estudiando las diferencias entre la inmunidad contra la gripe aviar
y la inmunidad contra la gripe estacional. En la primera nuestro sistema inmune es
capaz de protegernos eficazmente mientras que en la otra, no tanto.
“Las dos últimas temporadas de gripe han sido más severas de lo esperado”,
dijo Michael Worobey, coautor del estudio y jefe del departamento de ecología y
biología evolutiva de la Universidad de Arizona. “En la temporada 2017-18, 80.000
personas murieron en los EE.UU., más que en la pandemia de gripe porcina de
2009”.