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Cuadernos

Metodológicos
Indicadores
51 de partidos
y sistemas
de partidos
Leticia M. Ruiz Rodríguez
Patricia Otero Felipe
El objetivo de este volumen es la capacitación y
actualización en el uso de herramientas analíticas de
tipo cuantitativo destinadas al análisis de los partidos
y sistemas de partidos. Para ello se han reunido doce
indicadores que capturan dimensiones relacionadas,
fundamentalmente, con la estructuración ideológica, la
contienda electoral, así como los rasgos morfológicos
de la competición y organización partidista. A lo
largo de estas páginas se ofrece un mapa de los
principales debates en torno a la conceptualización y
operacionalización de cada uno de los indicadores.
A la vez, se proporciona una explicación aplicada
de su cálculo y del tipo de datos necesarios para el
mismo, así como de las consecuencias del uso de un
tipo u otro de evidencia empírica. Además, el volumen
ofrece una serie de ejercicios prácticos, junto con
una relación de bases de datos e instituciones con
información útil para el estudio cuantitativo de los
partidos y sistemas de partidos. Con todo ello se
pretende hacer accesible y extender el uso de estas
herramientas analíticas al estudio comparado de los
partidos y sistemas de partidos.
Cuadernos
Metodológicos
Indicadores
51 de partidos
y sistemas
de partidos
Leticia M. Ruiz Rodríguez
Patricia Otero Felipe
Consejo Editorial de la colección Cuadernos Metodológicos

DIRECTOR
Félix Requena Santos, Presidente del CIS

CONSEJEROS
Francisco Alvira Martín, Universidad Complutense de Madrid.
M.ª Ángeles Cea D’Ancona, Universidad Complutense de Madrid.
Jesús M. de Miguel Rodríguez, Universidad de Barcelona.
Modesto Escobar Mercado, Universidad de Salamanca.
J. Sebastián Fernández Prado, Universidad de Almería.
Juan Ignacio Martínez Pastor, Universidad Nacional de Educación a Distancia.

SECRETARIA
M.ª Paz Cristina Rodríguez Vela, Directora del departamento de Publicaciones y Fomento de la
Investigación del CIS

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etc.) y el almacenamiento o transmisión de sus contenidos en soportes magnéticos, sonoros,
visuales o de cualquier otro tipo sin permiso expreso del editor.

COLECCIÓN «CUADERNOS METODOLÓGICOS», NÚM. 51

Primera edición, diciembre 2013

© CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS


Montalbán, 8. 28014 Madrid

© Leticia M. Ruiz Rodríguez.


© Patricia Otero Felipe.

DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Impreso y hecho en España


Printed and made in Spain

NIPO: 004-13-021-3
ISBN: 978-84-7476-622-6
Depósito legal: M. 30.109-2013
Fotocomposición e impresión:
Gracel Asociados S.L.L.

El papel utilizado para la impresión de este libro es 100% reciclado y totalmente libre
100% reciclado de cloro.
A Manuel Alcántara Sáez, mi maestro
Leticia M. Ruiz Rodríguez

Para Juan Antonio


Patricia Otero Felipe
Índice

1. UN CUADERNO METODOLÓGICO PARA EL ANÁLISIS


CUANTITATIVO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y SISTEMAS
DE PARTIDOS ................................................................................. 7
1.1. Estructura del cuaderno metodológico .............................. 10
1.2. Casos elegidos y datos utilizados ........................................ 11
1.3. Consideraciones teóricas preliminares sobre las unidades
de análisis ............................................................................. 13

2. INDICADORES PARA EL ESTUDIO DE LOS PARTIDOS POLÍ-


TICOS ............................................................................................. 27
2.1. Ubicación ideológica ............................................................ 27
Ejercicio práctico 1: cálculo de la ubicación ideológica .. 33
Ejercicio práctico 2: cálculo de la ubicación ideológica
de los procuradores regionales de las Cortes de Castilla y
León........................................................................................ 37
2.2. Coherencia partidista ........................................................... 40
Ejercicio práctico: cálculo de la coherencia ...................... 44
2.3. Cohesión partidista .............................................................. 50
Ejercicio práctico: cálculo de la cohesión partidista ........ 57
2.4. Índice de poder .................................................................... 67
Ejercicio práctico 1: cálculo del índice de poder .............. 71
Ejercicio práctico 2: Índice de poder en los partidos con
representación en el Parlamento Vasco (2012-2015) ......... 77

3. INDICADORES PARA EL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE


PARTIDOS ...................................................................................... 87
Indicadores unidimensionales ...................................................... 88
3.1. Polarización .......................................................................... 88
6 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Ejercicio práctico 1: cálculo de la polarización ideológica .. 92


Ejercicio práctico 2: cálculo de la polarización ideológica
en Castilla y León (2007-2011)............................................. 99
3.2. Superposición ....................................................................... 102
Ejercicio práctico: cálculo de la superposición ................. 105
3.3. Cristalización ........................................................................ 114
Ejercicio práctico: cálculo de la cristalización .................. 116
3.4. Fraccionalización ................................................................. 122
Ejercicio práctico 1: cálculo de la fragmentación y del nú-
mero de partidos ................................................................... 126
Ejercicio práctico 2: cálculo de la fragmentación y del nú-
mero de partidos en España (2011) .................................... 136
3.5. Volatilidad ............................................................................. 143
Ejercicio práctico: cálculo de la volatilidad ....................... 147
3.6. Fluidez .................................................................................. 155
Ejercicio práctico: cálculo de la fluidez ............................. 158
Indicadores multidimensionales .................................................... 164
3.7. Índice de institucionalización ............................................. 165
Ejercicio práctico: cálculo de la institucionalización de los
sistemas de partidos.............................................................. 168
3.8. Índice de nacionalización .................................................... 175
Ejercicio práctico: cálculo del índice de nacionalización
del sistema de partidos ......................................................... 182

4. EJERCICIOS .................................................................................. 191

5. BASES DE DATOS PARA LOS ESTUDIOSOS DE LOS PARTI-


DOS POLÍTICOS ............................................................................. 211

BIBLIOGRAFÍA .................................................................................... 219

SIGLAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS ........................................... 229

GLOSARIO DE FÓRMULAS ............................................................... 235

GLOSARIO DE SÍMBOLOS ................................................................ 245

ÍNDICE DE FIGURAS .......................................................................... 249

ÍNDICE DE CUADROS ........................................................................ 250


1
Un cuaderno metodológico para el análisis
cuantitativo de los partidos políticos
y sistemas de partidos

Este cuaderno está dirigido a quienes estudian, o planean estudiar, los partidos
políticos y los sistemas de partidos de cualquier región geográfica y período
temporal. El objetivo específico de estas páginas es la capacitación (o actualiza-
ción) en el uso de herramientas analíticas de tipo cuantitativo que están desti-
nadas al análisis de los partidos y sistemas de partidos. Para ello se han reunido
doce indicadores que capturan diversas dimensiones relacionadas, fundamen-
talmente, con la estructuración ideológica y la contienda electoral, así como los
rasgos morfológicos de la competición y organización partidista.
El estudio cuantitativo del fenómeno partidista hace posible, por un
lado, la comparación sincrónica entre partidos políticos y entre sistemas
de partidos. Con ello se detectan elementos comunes y diferencias; se lo-
calizan situaciones excepcionales; se dibujan pautas frecuentes, entre otras
posibilidades de comparación sincrónica. A su vez, este ejercicio sirve para
cuantificar la magnitud de los cambios a lo largo del tiempo valorando los
posibles realineamientos y transformaciones de los sistemas de partidos y/o
de los partidos políticos1. Estas comparaciones diacrónicas ofrecen la base
para estudios sobre cambios en los partidos y en los sistemas de partidos.
El análisis del fenómeno partidista ha estado dominado, en gran medi-
da, por las aproximaciones históricas y narrativas de corte cualitativo. Por
el contrario, han sido menos frecuentes los estudios cuantitativos sobre los
partidos y sus sistemas. Así, aunque una parte creciente de la comunidad
científica se ha familiarizado, progresivamente, con el sentido general de es-
tas herramientas cuantitativas y es capaz de interpretarlas mínimamente, sin
embargo, hasta la fecha no se ha producido un uso extensivo de las mismas.
La complejidad con la que la literatura especializada ha introducido estos
indicadores es, en gran medida, responsable de este hecho. Este cuaderno
pretende facilitar el uso de estos indicadores mediante una presentación

1
Sobre estos conceptos y un debate sobre cambios en el sistema de partidos o cambios de
sistema de partidos, una lectura obligada es Mair (1997).
8 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

aplicada de una selección de los mismos. Es probable que de este modo


aumente la frecuencia con la que se recurre a la comprensión cuantitativa
del fenómeno partidista como mecanismo complementario a otras aproxi-
maciones cualitativas.
Uno de los principales antecedentes del análisis cuantitativo de los par-
tidos fue la monografía de Downs (1985) [1957]. Su trabajo generó una co-
rriente de estudio de los partidos políticos que sentaría las bases para una
medición sistemática y comparada de los partidos y sistemas de partidos. Así,
a partir de los supuestos de la microeconomía, su reflexión en torno a la com-
petición ideológica entre partidos, medida a través de escalas, ocupó parte del
desarrollo de posteriores aproximaciones cuantitativas (Sartori (2003) [1976];
Sanni y Sartori, 1983). Posteriormente fueron herramientas relacionadas con
la competición electoral las que recibieron gran atención. A partir de los re-
sultados electorales se generaron índices que sacaban conclusiones sobre el
formato de los sistemas de partidos. Este es el caso de los trabajos sobre
fraccionalización (Rae, 1967; Laakso y Taagepera, 1979; Taagepera y Shugart,
1989; Molinar, 1991), volatilidad (Bartolini y Mair, 1990; Pedersen, 1990) o
sobre concentración y competitividad en el voto (Sartori (2003) [1976], en-
tre otros. Todos ellos tenían por objeto capturar los patrones de alineamien-
to, desalineamiento y realineamiento que los partidos y sistemas de partidos
de las democracias establecidas habían experimentado (Bardi y Mair, 2008).
Desde entonces son muchos los cálculos que se han propuesto para el análisis
cuantitativo de las dinámicas de los sistemas de partidos. De ahí la obligación
de realizar una selección para el propósito que aquí nos ocupa.
La elección de los indicadores de este cuaderno metodológico ha inten-
tado conjugar la actualidad y la relevancia. Entre los indicadores de sistema
de partidos que se incluyen están algunos de los más utilizados, y ya clásicos,
como la polarización, la volatilidad y la fraccionalización. En torno a ellos se
siguen realizando mejoras de su operacionalización a la vez que se añaden
nuevas aristas en su conceptualización. Pese a su edad, estas herramientas si-
guen hoy muy vivas. Junto a estas se han elegido otros indicadores más jóve-
nes y/o con un uso que, aunque menos consolidado, tienen un gran potencial
para comprender dinámicas hasta ahora menos exploradas en los sistemas de
partidos. Este es el caso, por ejemplo, de la nacionalización de los sistemas
de partidos o de la institucionalización. Ambos son indicadores con un previ-
sible uso generalizado en el futuro2. A su vez, el cuaderno incluye indicadores
para analizar los partidos políticos. Se trata de una unidad de análisis menos
frecuente que los sistemas de partidos y que tiene pendiente la generación

2
El cuaderno metodológico 27 de esta misma serie, escrito por Oñate y Ocaña (1999), hizo
una necesaria sistematización de algunos índices para analizar datos electorales. Este cuaderno
presenta algunos de aquellos índices en su aplicación al estudio de los partidos y sistemas de par-
tidos, a la vez que añade otros indicadores generados de forma más reciente o que en la última
década se han mostrado de gran utilidad en el análisis de la realidad partidista.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 9

de mediciones válidas y fiables de las dimensiones de estudio, tales como su


organización interna o su orientación ideológica.
El resultado de esta selección son un total de doce indicadores: cuatro
de los indicadores se centran en el análisis de los partidos políticos (ubica-
ción ideológica, coherencia partidista, cohesión partidista e índice de poder
del partido) y los ocho indicadores restantes se ocupan de los sistemas de
partidos (polarización, superposición, cristalización, fraccionalización, vo-
latilidad, fluidez, institucionalización y nacionalización). Entre los indica-
dores de tipo sistémico algunos tienen un carácter unidimensional, lo que
significa que analizan un único aspecto del sistema de partidos, y otros son
de tipo multidimensional, por lo que la medición atiende a más de un aspec-
to del sistema de partidos. A estos últimos se les puede denominar índices.
No obstante, esta selección, aunque meditada, no agota los recursos para es-
tudiar a los partidos. Por ejemplo, deja para futuros proyectos la explicación
del indicador de éxito electoral (Alcántara, 2004), o el que mide el grado
de congruencia entre partidos y electores (Achen, 1978; Golder y Stramski,
2010). También quedan pendientes de futuras recopilaciones otros rasgos
que tienen una medición más cualitativa, tales como el análisis de la demo-
cracia interna en los partidos, el estudio del grado de institucionalización
de los partidos políticos (Panebianco, 1988; Levitsky, 1998; Maor, 1997) o la
estructura de clivajes de los sistemas de partidos (Lipset y Rokkan, 1967),
entre otros. Es esperable que estas dimensiones generen operacionalizacio-
nes cuantitativas más extensamente discutidas que en un futuro puedan ser
recogidas en recopilaciones como la que aquí se ensaya.

FIGURA 1.1
HERRAMIENTAS ANALÍTICAS DEL CUADERNO CLASIFICADAS POR NÚMERO
DE DIMENSIONES Y UNIDAD DE ANÁLISIS
Número de dimensiones/
Unidimensionales Multidimensionales
Unidad de análisis
• Ubicación ideológica
• Coherencia partidista
Partido
• Cohesión partidista
político
• Índice de poder del
partido
• Polarización
• Superposición
• Índice de institucionalización
Sistema • Cristalización
• Índice de nacionalización
de partidos • Fraccionalización
• Volatilidad
• Fluidez

Fuente: Elaboración propia.


10 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

1.1. Estructura del cuaderno metodológico


Este primer capítulo tiene un carácter introductorio. Con este propósito se
revisarán algunas de las definiciones de partidos y de sistema de partidos
más importantes, las tipologías de sistemas de partidos, así como las aproxi-
maciones clasificatorias más utilizadas para estudiar a los partidos políticos
y las funciones que cumplen.
Los dos capítulos siguientes presentan las herramientas que permiten
el análisis cuantitativo de los partidos. El capítulo 2 se ocupa de las he-
rramientas unidimensionales destinadas a la medición de los rasgos de los
partidos políticos: ubicación ideológica, de la coherencia, de la cohesión
partidista, así como el índice de poder del partido. Por su parte, el capítulo 3
se ocupa del estudio cuantitativo de los sistemas de partidos. Los indica-
dores unidimensionales elegidos para estudiar los sistemas de partidos son
la polarización, la superposición, la cristalización, la fraccionalización, la
volatilidad y la fluidez. Los indicadores multidimensionales que se incluyen
son el índice de institucionalización y el de nacionalización de los sistemas
de partidos.
En ambos capítulos se seguirá el mismo esquema expositivo. Los indi-
cadores se explicarán de forma individualizada en sucesivos apartados. Cada
apartado se abrirá con un breve recorrido a través de la biografía del indicador
que tiene por finalidad ofrecer una comprensión contextualizada del mismo.
Para ello se recogerá la evolución de la concepción y operacionalización del
indicador. Esta tarea incluirá la mención a las obras y autores de referencia en
la biografía de estos indicadores. Seguidamente, se destacarán las fortalezas y
limitaciones de la herramienta, así como las claves para su interpretación. Fi-
nalmente, se ofrecerá un ejemplo, paso a paso, de cálculo de dicha herramien-
ta, junto con una breve interpretación de los resultados. Será especialmente
minuciosa la explicación del cálculo, aun a riesgo de aburrir a algún lector
experto, ya que una de las limitaciones al uso generalizado de estos indicado-
res es la falta de claridad con la que muchos trabajos presentan las fórmulas
y su aplicación. En algunas ocasiones el ejercicio incluirá la utilización de
fórmulas alternativas. Con ello se compararán de forma aplicada las fortalezas
y debilidades de las distintas opciones metodológicas. El lector dispondrá así
de criterios para seleccionar aquella que más se ajuste a las características del
sistema de partidos o partido que sea objeto de su investigación.
El capítulo 4 está destinado a ejercicios para poner en práctica lo apren-
dido en los capítulos anteriores. Estos ejercicios vienen acompañados de
una breve guía de solución de los mismos y pretenden hacer accesible la
aplicación de las herramientas analíticas revisadas.
Finalmente, el capítulo 5 reúne una relación de bases de datos con evi-
dencia empírica útil para generar los cálculos aquí propuestos. Se ofrece
un panorama de algunos de los portales e instituciones con información
adecuada para el estudio cuantitativo de los partidos y sistemas de partidos,
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 11

así como una descripción del tipo de información, contexto geográfico y


período temporal que cubren.

1.2. Casos elegidos y datos utilizados


El análisis cuantitativo de los partidos y sistemas de partidos es realiza-
ble en cualquier contexto sobre el que se disponga de evidencia empírica.
La información o datos necesarios pueden ser de tipo secundario, como
los que aquí utilizaremos; o es susceptible de ser generada con técnicas de
obtención de datos, tales como las entrevistas, cuestionarios/encuestas y el
análisis documental.
En los ejemplos (de los capítulos 2 y 3) y en los ejercicios (capítulo 4)
de este cuaderno se utiliza una gran variedad de bases de datos relativas a
contextos partidistas muy variados (véase el resumen en la figura 1.2). En
concreto, tres son los tipos de evidencia empírica utilizada para el cálculo
de los indicadores. Por una parte, se utilizan datos basados en resultados
electorales relativos a los casos de Costa Rica (2002-2006), Dinamarca (2011),
El Salvador (2006-2009), España (2011-2012), Honduras (2009), País Vasco,
Panamá (2009), Perú (2001-2006-2011) y Uruguay (1999-2004-2009). Por otra
parte, se utilizan datos de percepciones. La base de datos de PELA (Proyecto
de Élites Parlamentarias de América Latina) de la Universidad de Salamanca
y los datos de EliteCyL (Élites de Castilla y León) son los utilizados como
exponentes de percepciones de la élite política. Junto a estos, se han conside-
rado las percepciones de los ciudadanos como fuente de datos alternativa en
la obtención de algunas de las herramientas analizadas en este cuaderno, con
la explotación de los datos de la encuesta European Election Studies del año
2009, relativos a cuatro países europeos (Reino Unido, Alemania, Países Bajos
y Portugal). Finalmente, se utilizan datos documentales. Así, para el cálculo
de la cohesión partidista en México se ha recurrido a las votaciones en la Cá-
mara de Diputados procedentes de la Gaceta Parlamentaria.
La gama variada de bases de datos a las que se recurre permite apreciar,
por una parte, la riqueza de recursos de investigación sobre el fenómeno
partidista. Por otra parte, la variedad de los datos incluidos en el cuaderno
metodológico tiene el objetivo de entrenar al investigador en la elección de
su evidencia empírica y en las consecuencias de su elección sobre los re-
sultados obtenidos en cuestiones tales como la escala de medición de los
datos o la unidad de medida. Por ejemplo, como se verá más adelante, para
el cálculo de la polarización es diferente utilizar una escala de 1 a 10 o de
0 a 10, como también es distinto recurrir a percepciones de ciudadanos o
a percepciones de la élite de los partidos. Finalmente, la variedad de bases
de datos permite que el investigador conozca el tipo de datos necesarios
para acometer una investigación y planee su diseño si no existen en el caso
objeto de estudio.
12 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

FIGURA 1.2
RESUMEN DE DATOS Y PAÍSES UTILIZADOS EN LOS EJEMPLOS PRÁCTICOS

Herramienta País Tipo de datos Datos utilizados


Chile Encuestas a Élites parlamentarias
Ubicación ideo- (PELA). Legislatura 2006-2010.
Percepciones
lógica Castilla y León EliteCyL (2007-2011).
(España)
Coherencia Chile Encuestas a Élites parlamentarias
Percepciones
partidista (PELA). Legislatura 2006-2010.
Votaciones legislativas de la LXI
Cohesión Legislatura. Gaceta Parlamentaria
México Documentales
partidista de la Cámara de Diputados de
México.
Índice de poder País Vasco Resultados electorales de 2012.
Electorales
del partido (España)
Chile Encuestas a Élites parlamentarias
(PELA). Legislatura 2006-2010.
Polarización Percepciones
Castilla y León Resultados electorales de 2005
(España) EliteCyL (2007-2011).
Reino Unido y Encuesta European Election
Superposición Percepciones
Países Bajos Studies (2009).
Alemania y Encuesta European Election
Cristalización Percepciones
Portugal Studies (2009).
Panamá y Resultados electorales de 2009
Fraccionaliza- Honduras Panamá y Honduras.
Electorales
ción
España Resultados electorales de 2011.
El Salvador y Resultados electorales: El Salvador
Volatilidad Costa Rica Electorales (2006-2009), Costa Rica (2002-
2006).
Uruguay y Resultados electorales: Uruguay
Fluidez Perú Electorales (1999-2004 y 2009), Perú (2001-
2006-2011).
Institucionaliza- Países de Resultados electorales y
Electorales
ción del sistema América encuestas de opinión pública
Percepciones
de partidos Latina latinoamericana.
Nacionalización España y Resultados electorales: España
del sistema de Dinamarca Electorales (2011) y Dinamarca (2011).
partidos
Fuente: Elaboración propia.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 13

1.3. Consideraciones teóricas preliminares sobre


las unidades de análisis
Definición de partido político

Como relata la obra seminal de Sartori (2003) [1976], el vocablo «partido»


se deriva del verbo latino partire que significa dividir. Esta voz no entraría
en el vocabulario de términos políticos hasta el siglo XVII, utilizándose con
la connotación de parte. Pero, para algunos expertos, el origen del uso po-
lítico del vocablo «partido» pudiera provenir del sustantivo latino pars, más
que del verbo partire. Así, ya en el siglo XVI se habría utilizado para referirse
a una parte de un todo, una parte de los intereses de la sociedad3. Posterior-
mente, por influjo del francés, el vocablo «partido» se usaría como sinóni-
mo de compartir (partager). Entroncando con ambas raíces, en la actualidad
ser partidario de algo significa identificarse con un grupo o posición y dife-
renciarse del todo. Esta es la esencia del término partido que se encuentra
asociado a compartir con unos (con los del mismo partido) y a dividir con
respecto de otros (separarse, diferenciarse, de otras partes o partidos).
Junto a la aproximación etimológica, quizá sea más útil reflexionar, a
efectos de este cuaderno, sobre la discusión conceptual que, de forma histó-
rica, ha anhelado la distinción del partido político con respecto a las deno-
minadas facciones y los grupos de interés. Hume, en sus Ensayos Políticos
de 1742 (Parte I) y 1752 (Parte II), es el precursor de este debate sobre las
diferencias entre facciones y partidos, así como sobre las consecuencias de
unos y otros para el funcionamiento de los gobiernos. Los primeros han
sido tradicionalmente vistos como grupos que atentan contra el bien co-
mún, a diferencia de los partidos políticos.
En el marco de las discusiones sobre una definición de partido, los es-
pecialistas también han rastreado los orígenes de los partidos y disentido
sobre los mismos. Como resume Daalder (2001), hay quienes argumentan
que los partidos surgen en la antigua Atenas; quienes, por el contrario, de-
fienden que los primeros partidos políticos datan del siglo XVIII en Gran
Bretaña; o quienes fechan el acontecimiento en las luchas entre protestan-
tes y católicos de la Europa del siglo XVI. Sin ánimo de esclarecer cuál es
el primer partido político de la historia, el debate sobre los orígenes de los
partidos es pertinente para este cuaderno metodológico al evidenciar con-
cepciones en disputa sobre la naturaleza de un partido político. Aun a riesgo
de simplificar excesivamente, el debate sobre qué es un partido político se
puede dividir entre los partidarios de definiciones minimalistas del concep-
to de partido político y los partidarios de definiciones maximalistas. Los
primeros proponen un pequeño número de prerrequisitos para denominar

3
Apreciación realizada por uno de los evaluadores anónimos.
14 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

partido político a una agrupación. Este sería el caso de Downs (1985) [1957]
o de Epstein (1980) (véase la figura 1.3). Frente a ellos, las aproximaciones
maximalistas incluyen un mayor número de características para identificar
una agrupación como partido político, tales como la existencia de una base
social determinada o unos ciertos rasgos organizativos. Por ejemplo, en una
definición maximalista de partido no bastaría con que el partido fuera una
colectividad organizada, sino que tendría que reunir algunos rasgos como
la vocación de trascendencia al líder fundador o determinadas prácticas
intrapartidistas (por ejemplo un funcionamiento interno democrático). Al
respecto, el trabajo de Lapalombara y Weiner (1966) sería un exponente de
esta corriente. Por su parte, la definición de Weber (1984) [1922] represen-
taría un punto intermedio entre la comprensión de partido político maxima-
lista y la minimalista.
En este cuaderno se opta por una definición operativa de partido políti-
co de carácter minimalista. Se considera que los rasgos adicionales que las
definiciones maximalistas añaden a la definición de mínimos de partido po-
lítico solo adjetivan al tipo de partido, pero no necesariamente cuestionan
su naturaleza. Desde esta perspectiva, se define un partido político como
un grupo o asociación voluntaria, organizada aunque sea débilmente, que
posee una determinada visión de los problemas de la sociedad y de sus solu-
ciones y que persigue o aspira a la consecución del poder o la participación
en él mediante elecciones.

Funciones de los partidos políticos

Otro de los caminos posibles para definir un partido político es discutir las
funciones que han de desempeñar este tipo de organizaciones. No obstante,
el esclarecimiento de la naturaleza de un partido político a partir de las
tareas que realiza tampoco ha estado exento de debate. Entre otras razones
porque son muchos los tipos de partidos políticos y de ello depende el énfa-
sis en unas u otras funciones.

Función de representación: los partidos son portavoces de los intereses de


un grupo de la sociedad más o menos homogéneo. Los partidos encomien-
dan la tarea de representación al partido y este se convierte en el portador
de una visión de la sociedad, de sus retos y de los posibles mecanismos para
abordar dichos retos. Tanto los electores como sus organizaciones partidis-
tas construyen interactiva e iterativamente los intereses que son objeto de
representación. Para llevar a cabo esta función los partidos construyen una
ideología que resume sus posiciones respecto a los grandes temas en debate.
Así mismo, en período electoral publicitan un programa que se hace eco de
su ideología. Todo ello entraña filtrar las diferentes demandas e intereses de
la sociedad, así como movilizar a los ciudadanos en determinadas cuestio-
nes.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 15

FIGURA 1.3
DEFINICIONES CLÁSICAS Y CONTEMPORÁNEAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Burke (1770)
Un partido es un cuerpo de hombres unidos para promocionar por medio de la
unión de sus esfuerzos el interés nacional sobre la base de un principio concreto
respecto del cual todos se muestran de acuerdo.

Downs (1985) [1957]


Una coalición de personas que persiguen el control del aparato de gobierno me-
diante medios legales (elecciones).

Duverger (1981) [1951]


El partido político es una comunidad de una estructura particular, que se carac-
teriza ante todo por las relaciones internas entre los miembros de la comunidad.

Epstein (1980)
Un partido es cualquier grupo aunque esté débilmente organizado y que persiga
puestos de poder en el gobierno bajo una etiqueta.

Lapalombara y Weiner (1966)


Un partido es una agrupación duradera y estable que está articulada de tal modo
que las organizaciones de carácter local tienen lazos regulares y variados con la
organización nacional con una voluntad deliberada y consciente del grupo de con-
quistar, ejercer y conservar el poder político y que busca el apoyo popular para
conseguir sus fines.

Madison (1787)
Un grupo de ciudadanos que o bien representando a la mayoría o a la minoría
se unen y actúan por una pasión común, o interés, opuesto al de los derechos de
otros ciudadanos o al agregado de intereses de la comunidad.

Sartori (2003) [1976]


Un partido es cualquier grupo político identificado por una etiqueta que se pre-
senta a elecciones, con una orientación general y no particularista, y que puede
colocar mediante estas a sus candidatos en cargos públicos.

Weber (1984) [1922]


Los partidos son formas de socialización que, descansando en un reclutamiento
formalmente libre, tienen por fin proporcionar a sus dirigentes dentro de su aso-
ciación, y otorgar por este medio a sus miembros activos, determinadas probabi-
lidades ideales o materiales (la realización de fines objetivos o el logro de ventajas
materiales o ambas cosas).

Fuente: Elaboración propia a partir de Martínez Sospedra (1996), Daalder (2001) y Maor (1997).
16 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Un partido puede incumplir en términos prácticos la función de repre-


sentación, pero ningún partido político se presenta ante la sociedad sin eri-
girse como portavoz de algún tipo de intereses, ya sea los intereses de toda
la sociedad, los de un grupo social, o bien el representante de un solo inte-
rés (single issue parties). Ello aunque dichos intereses sean amplios, contra-
dictorios, no representen a un grupo social o, en la práctica, no se utilicen
como brújula para definir las actuaciones. Se trata, por lo tanto, de la fun-
ción central de los partidos.

Función electoral: en las democracias representativas los partidos políti-


cos compiten en elecciones con otros partidos con la intención de conse-
guir puestos de poder. Sin la concurrencia de los partidos o de algún tipo
de agrupación no se podrían realizar las elecciones (sobre estas cuestiones,
véase Boix, 2007). De ahí que la función electoral de los partidos sea indis-
pensable para la estructuración del voto y, por ende, para la democracia
representativa.
Sin embargo, un partido que no compite en elecciones, por ejemplo por
estar ilegalizado, no pierde necesariamente su condición de partido desde
un punto de vista politológico aunque sí desde un punto de vista jurídico.
Este sería el caso, por ejemplo, de los partidos eufemísticamente «puestos
en receso» o ilegalizados durante períodos dictatoriales. De la misma forma,
un partido puede decidir que su estrategia sea no concurrir a las elecciones
(por ejemplo competir solo en elecciones autonómicas y no en nacionales)
y no pierde su condición de partido. Pero, a pesar de estos matices, el ele-
mento electoral es decisivo ya que distingue a los partidos políticos de otro
tipo de actores colectivos, como pueden ser los movimientos sociales. De
modo que podemos decir que el partido, a diferencia de otras organiza-
ciones, aspira a conseguir el poder mediante elecciones. No obstante, este
debate necesita de ulteriores consideraciones que exceden los objetivos de
este cuaderno.

Función de formación de gobiernos e implementación de políticas: los


partidos que ocupan puestos de poder (por ejemplo, presidencias de go-
bierno, ministerios, ayuntamientos, Comunidades Autónomas) están encar-
gados de gestionar recursos y diseñar políticas públicas. Esta tarea genera,
en ocasiones, disonancia entre los intereses que representan los partidos y
las actuaciones en el ejercicio de su función de gobierno. En este sentido,
pueden producirse incumplimientos de mandatos, virajes políticos y otras
variaciones con respecto a la supuesta hoja de ruta.
Los partidos que no ocupan puestos de gobierno se entiende que aspiran
a ellos para poder implementar las políticas más cercanas a los intereses de
los grupos sociales a los que representan. De ahí que el incumplimiento de
esta función no entraña la pérdida del estatus de partido.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 17

Reclutamiento de cuadros: para el cumplimiento de sus funciones los par-


tidos necesitan captar nuevos miembros, así como formar a la potencial
élite dirigente. La primera parte de esta tarea es ahora mucho menos rele-
vante que en el pasado. Los partidos no miden ya su fuerza electoral por el
número de afiliados, sino por los votos, los recursos y su capacidad de pe-
netración en la sociedad. Todo ello depende ahora de las campañas electo-
rales, pero también de los mecanismos tradicionales de conquista de votos
como son los vínculos programáticos y también, en algunas regiones, los
vínculos clientelares. Sin embargo, la formación de nuevos cuadros es una
tarea ineludible en la que el partido sabe que se juega mucho por la perso-
nalización de la política. El modo en que desempeñan esta función, cómo el
partido elige a sus candidatos y a sus cuadros directivos, es un tema clave
en la actualidad.
Esta función se entiende, en gran medida, como una tarea instrumental
de otras como la representación y la concurrencia a elecciones, así como
instrumental de la función de gobierno.

Función de socialización: el partido político ofrece a la sociedad y a sus


electores su visión del papel de los sujetos en la política, genera valores so-
bre lo político, así como opiniones sobre las dinámicas del sistema político
y de las instituciones y actores del mismo.
La tarea de socialización es instrumental para la consecución de buenos
resultados electorales. Dentro de este tipo de actividades se encuadra una
parte del trabajo de las fundaciones de los partidos que organizan cursos de
formación, o que editan libros o informes. Durante un tiempo estas tareas
se desarrollaron extensamente pero, en muchas ocasiones, sus propósitos
eran publicitarios y electoralistas más que vinculados a una tarea de sociali-
zación de los cuadros del partido. En términos generales, la socialización en
el seno de los partidos ha perdido progresivamente relevancia, conscientes
del impacto de los medios de comunicación de masas en los procesos de
socialización secundaria del electorado.
Todas estas funciones están muy vinculadas entre sí, lo que complica la
enumeración de las mismas. Para fines analíticos pueden ser desagregadas.
Por ejemplo, Alcántara (1997) distingue la función de representación de la
programática, que aquí se han considerado de forma conjunta, y añade una
función de legitimación del sistema político. Asimismo, la distinción de es-
tas funciones esconde un complejo debate sobre la preeminencia de unas
sobre otras. Como ilustración de ello basta con contraponer a dos de los
clásicos en el estudio de partidos: Schattschneider y Downs. El primero,
Schattschneider (1942), defendía que la función de representación de los
intereses de un grupo de la sociedad era la razón principal de la existencia
de un partido político y la implementación de políticas era una parte de
esta función de representación. Desde esta óptica la función electoral sería
un mero medio, una tarea secundaria, para el fin último que es la represen-
18 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

tación de los intereses. Con una visión algo más realista de la política, pero
también más escéptica de la misma, Downs (1985) [1957] señalaba que la
función electoral es el principal leit motiv de los partidos políticos y que la
representación de intereses y la implementación de políticas son los medios
que utiliza el partido para conservar el poder. Además, Downs sugería que
no era relevante si los partidos llevan a cabo de la mejor forma posible la
tarea de representación y la de implementación de políticas como medio o
como fin. Señala este autor que se produce una conciliación de intereses
entre sociedad y partidos. Los votantes quieren ser representados y que se
hagan las políticas por las que se votó al partido, mientras que los partidos
perseguirán implementar las políticas prometidas, ya sea como mecanismo
para mantenerse en el poder, o porque realmente creen en ellas sin la ambi-
ción de perpetuarse en el poder.
Probablemente un camino intermedio entre ambas posturas, que con-
cilie ambición de poder y fe en las políticas que defienden, es el que me-
jor explique el funcionamiento de los partidos políticos. En este sentido,
la aproximación de Strom (1990) considera que los partidos reparten su
tiempo en tres ámbitos: la obtención de cargos, la captación de votos y la
elaboración de políticas (figura 1.4).

FIGURA 1.4
TRIANGULACIÓN EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Voto

Política Cargo

Fuente: Adaptación de Wolinetz (2002) y Strom (1990).

Tipos de partidos políticos

El fenómeno partidista ha experimentado variaciones a lo largo del tiem-


po en aspectos tan variados como el tipo de organización de los partidos,
su base social o el modo en que cumplen sus funciones. Estos cambios
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 19

han tendido a producirse simultáneamente en partidos coetáneos. Así, sin


caer en una concepción teleológica, en virtud de la cual pudiera haber una
suerte de evolución uniforme en los tipos de partidos que se van suce-
diendo, es cierto que en cada período de tiempo ha predominado un tipo
ideal de partido que luego es sustituido por otro tipo de partidos políticos
como especie más frecuente. Ello no es incompatible con la posibilidad de
una convivencia de diferentes tipos de partidos en el mismo momento del
tiempo.
La variedad de «especies» dentro del universo histórico de partidos po-
líticos ha tenido como consecuencia que en la literatura especializada se
hayan sucedido las clasificaciones de tipos de partidos políticos. Los pre-
cursores fueron los trabajos de Weber (1984) [1922], o posteriormente Du-
verger (1981) [1951] y Sartori (2003) [1976], entre otros. Hay ejercicios más
recientes como la valiosa actualización de las clasificaciones que realizan
Gunther y Diamond (2001). La tipología de partidos de este apartado se
basa en la clasificación de ambos autores.
Aquí nos vamos a referir a cuatro tipos de partidos que han sido reco-
nocidos por casi todos los especialistas y que ofrecen una comprensión útil
de la variación, sobre todo diacrónica, en los tipos de partidos políticos.
Conviene introducir antes dos notas de cautela. En primer lugar, se trata
de tipos ideales, por lo que no se espera encontrar en la realidad un parti-
do con todas las características señaladas para cada tipología. En segundo
lugar, estas clasificaciones tienen como referente la maquinaria partidista
europea y, en menor medida, la norteamericana, aunque se puede discutir
la posibilidad de exportar el modelo a otras regiones.

Partido de élites (partidos de notables o partidos de cuadros)


Weber (1984) [1922]; Duverger (1981) [1951]
Estos partidos fueron los más frecuentes hasta la Segunda Guerra Mundial.
Los partidos del norte de Europa en el siglo XIX, así como los partidos bri-
tánicos y los franceses, son referentes empíricos de este tipo de partidos.
Como sugieren Gunther y Diamond (2001), hay versiones de partidos de
élites en el sur de Europa. Por ejemplo, en la época del caciquismo español
del siglo XIX donde se dio un dominio de élites parroquiales, o en Colombia
entre 1850 y 1930. Estos autores distinguen algunas variaciones del tipo
genérico de partidos de élites que serían los partidos de notables locales, los
partidos clientelistas y los partidos étnicos4.

4
Los partidos étnicos, según Gunther y Diamond (2001), carecen de una organización ex-
tensa: pueden estar personalizados y centralizados; no tienen un programa para toda la socie-
dad coherente, sino que promueven los intereses de un grupo particular (el grupo étnico); la
movilización electoral sigue un patrón clientelista; la nominación de candidatos puede estar
determinada por un grupo étnico jerárquico.
20 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Rasgos (Gunther y Diamond, 2001):


% Grupo selecto de individuos: pequeño y «de calidad» por las capa-
cidades y estatus de sus individuos. El partido son solo los líderes.
% Estructura organizativa mínima: personalidades destacadas o gru-
pos de notables locales con escasa coordinación.
% Las lealtades son personales, no son programáticas. El ideario de-
pende del grupo de intereses que promuevan.
% Capacidad de autofinanciación del partido: patrocinados por el du-
que, lord, o personalidad destacada.

Partido de masas
Este tipo de partidos es una aportación de la socialdemocracia alemana de
finales del siglo XIX (SPD) que luego adoptarían otras corrientes ideológi-
cas, comunistas, fascistas, democristianos y nacionalistas. Este modelo se
difunde paralelamente a la implantación del sufragio universal masculino,
tras la Primera Guerra Mundial, en la mayor parte de los países europeos.
Posibles referentes empíricos son el SPD alemán y el SAP sueco. Gunther
y Diamond (2001) hablan de variaciones en el tipo genérico que serían los
partidos socialistas/leninistas, los partidos nacionalistas pluralistas/ultrana-
cionalistas y los partidos confesionales/fundamentalistas. En esta misma lí-
nea, la distinción de Panebianco (1988) entre partido burocrático de masas
y partido profesional-electoral es una cita obligada para profundizar en las
características de este tipo ideal.

Rasgos (Gunther y Diamond, 2001):


% La movilización es central: los afiliados son incorporados a muchas
tareas.
% Organización estable en todo el país y alto control del aparato par-
tidario. Esto, según autores como Ostrogorski (1964) [1902] o Mi-
chels (1991) [1911], irá alejando al partido de sus afiliados.
% Ideología y programa ocupan un papel central: identificaciones esta-
bles basadas en una clase social originariamente (o en una religión
o en algún tipo de nacionalismo).
% El partido necesita de aportaciones colectivas y no solo individuales
para su supervivencia e independencia.

Partido catch all o atrápalotodo (Kirchheimmer, 1966)


Esta tipología de partidos, cuyo nombre acuñara Kirchheimmer (1966), ha
tenido una gran aceptación en la literatura sobre partidos políticos. Esta
categoría de partidos refleja las dinámicas de desideologización y de pérdi-
da de bases sociales de referencia que muchos partidos han experimentado
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 21

durante la segunda mitad del siglo XX con el desarrollo de los medios de


comunicación de masas. El referente empírico sería el tipo de partido im-
perante en la actualidad. Los partidos PSOE y PP de España serían posibles
ejemplos. Según Gunther y Diamond (2001), una variedad de este tipo de
partidos son los de tipo personalista, los electoralistas y los partidos em-
presa. Estos últimos fueron creados hacia mediados o finales del siglo XX.
Son organizaciones creadas para promover el apoyo a un candidato. Sin
necesidad de afiliación permanente articulan agencias de marketing y publi-
cidad, y medios de comunicación. Se adaptaron a la dinámica de formular
propuestas para ganar elecciones en lugar de ganar para aplicar sus propias
propuestas. Pero dado que hay pocos referentes empíricos este subtipo no
ha tenido mucho desarrollo. Wolinetz (2002) también ofrece una interesante
reflexión sobre la evolución de los partidos atrápalotodo donde el énfasis
principal en la actividad de estos partidos, volviendo a la figura 1.5, sería la
actividad electoral, frente a la de elaboración de políticas o la de consecu-
ción de cargos que serían funciones instrumentales de la primera.

Rasgos (Gunther y Diamond, 2001):


% Movilización de votantes en cada consulta electoral.
% Descenso del énfasis en una clase social como clientela central del
partido.
% Acceso a una variedad de grupos de interés.
% Bagaje ideológico reducido y aumento de los rasgos del líder.
% Baja organización fuera de las elecciones.
% Élite del partido fortalecida y altamente implicada.
% Descenso de la importancia de la afiliación: paralelo a la aparición
del financiamiento público y financiación mediante grupos de inte-
rés.
% Se asemeja a una máquina electoral: utilización de tecnología y alto
expertise en campañas.

Partido cartel (Katz y Mair, 1995)


Este tipo de partidos que Katz y Mair identificaron (1995, 2002) ha gene-
rado una interesante discusión. No está claro si se trata de un tipo ideal de
partido o de unos rasgos que algunos partidos atrápalotodo han incorporado
recientemente5. Algunos referentes empíricos fueron el PRI de México, has-
ta cierto punto el PSOE desde mediados de los ochenta durante sus años de
gobierno, o la Concertación chilena desde 1989 hasta 2008. También puede
ser considerado partido cartel, aunque en un sistema no democrático de
tipo totalitario, el Partido Nazi.

5
Sobre este debate es conveniente leer, entre otros, a Wolinetz (2002).
22 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Rasgos (Gunther y Diamond, 2001):


% Interpenetración (simbiosis) entre el partido y el Estado.
% El partido es agente privilegiado del Estado.
% La financiación pública es central para la supervivencia del partido
y va acercando a los partidos al Estado.
% La política como juego profesional.
% La cara de gobierno del partido es la que predomina.

La figura 1.5 resume los rasgos de los diferentes partidos políticos y el


modo en que cumplen sus funciones. Por ejemplo, se aprecia el fuerte énfa-
sis en la función de agregación y socialización de los partidos de masas; o el
diferente esquema organizativo de los partidos de élites con respecto a los
de masas y atrápalotodo. Además, la figura se ha completado con algunos
referentes empíricos que encajarían en estas tipologías según los autores de
las clasificaciones.
Esta variedad de tipos de partidos políticos pone en evidencia la nece-
sidad de un estudio sistemático de los rasgos de los partidos políticos. Con
tal fin, en el segundo capítulo se presentan cuatro indicadores específicos
que analizan aspectos de gran relevancia en los partidos: la ubicación ideo-
lógica, la coherencia partidista, la cohesión partidista y el poder del partido.
Estos indicadores cubren diferentes caras de los partidos políticos, utilizan-
do la terminología de Katz y Mair (1993). Por ejemplo, se presentan medi-
ciones de la cara pública (parlamentaria) como son la cohesión y el poder
del partido; de su faceta territorial, como con la nacionalización; y de sus
dinámicas intrapartidistas con el índice de coherencia.

Definición de sistema de partidos y enfoques de estudio

Los rasgos de los sistemas de partidos están íntimamente ligados con los
partidos que componen dichos sistemas pero constituyen unidades de aná-
lisis diferentes. Una comparación de la atención que han recibido ambas
unidades de análisis, partidos y sistemas de partidos constata que los rasgos
de los sistemas de partidos han sido más analizados en la literatura sobre
nuestro objeto de estudio (Caramani y Hug, 1998).
La noción de sistema de partidos ha sido ampliamente discutida por
Sartori (2003) [1976], entre otros. De la reflexión del politólogo italiano se
deriva la concepción más extendida sobre sistema de partidos como con-
junto de partes (partidos) que interaccionan entre sí en un determinado
contexto económico, social, político, jurídico con el que existe una relación
de mutua influencia. De esta definición se deduce, por una parte, que es
necesario un mínimo de dos partidos para hablar de la existencia de un sis-
tema de partidos. Por otra parte, es relevante la noción de interacción entre
los partidos. En este sentido, Bartolini (1988), haciéndose eco del trabajo
FIGURA 1.5
TIPOS DE PARTIDOS Y RASGOS CARACTERÍSTICOS EN EL CUMPLIMIENTO DE SUS FUNCIONES
Partido de élites Partido de masas Partido catch all Partido cartel

Intereses de un grupo concreto No hay grandes batallas por políticas


Intereses difusos y a veces diversas sino por la supervivencia del
Intereses restrictivos, (clase social, grupo religioso, contradictorios entre sí.
AGREGACIÓN particularistas, nacionalista), pero en el que partido.
defensa del statu quo. están incluidos un gran número Issues concretos frente a
programa. Las luchas entre partidos son
de personas. autorreferenciales más que ideológicas.
Entre sus miembros y también
para captar a nuevos afiliados Vinculada a la función
«cuantos más mejor». electoral pero no a la Vinculada a la función electoral pero
SOCIALIZACIÓN Entre sus miembros. ideológica.
Vinculada a la función no a la ideológica.
ideológica. Débiles lazos verticales.
Fuertes lazos verticales.
Central en la vida del partido. El rendimiento electoral de los partidos
Votos a cambio es muy importante porque de este
de representación Alta actividad de los afiliados. Vínculos cambiantes con depende la provisión de recursos por
de intereses sociedad civil. parte el Estado.
Penetración en organizaciones
ACTIVIDAD ELECTORAL particulares o Importancia del marketing
cercanas al partido. Los partidos cartel luchan entre sí
mediante intercambio electoral.
de beneficios Electorado estable. por convencer al electorado de que el
individuales. Electorado estable y partido es el que haría una gestión más
electorado volátil. eficiente.
Con frecuencia, liderazgos Dirección personalizada y
carismáticos. retención del poder por parte Dirección profesionalizada del partido.
«Es un club selecto», Fuerte control del aparato del líder.
RECLUTAMIENTO DE sin esfuerzo partidario. Gran relevancia de la cara del partido
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS

ÉLITE Y ESQUEMA de reforzar Baja actividad partidista en el gobierno.


ORGANIZATIVO organizativamente al Esfuerzo por fortalecimiento época no electoral.
partido. organizativo del partido. Los recursos estatales son la principal
Importancia aportaciones Financiación pública y de fuente de ingresos de los partidos cartel.
afiliados. grupos de interés.
Cumplimiento de muchas El partido es cooptado por el Estado, es
FORMACIÓN
promesas para continuar una suerte de agencia semiestatal.
DE GOBIERNOS Ocupar el poder para
Objetivos programáticos. en el poder o justificaciones
E IMPLEMENTACIÓN defender el statu quo. Es vital ocupar puestos de poder para
racionales de sus
DE POLÍTICAS
incumplimientos. asegurar la supervivencia del partido.
EJEMPLOS DE PARTIDOS
Partidos británicos en Partidos socialdemócratas de
CON ALGUNAS DE ESTAS PSOE y PP. PRI en México antes de la transición
el siglo XIX, partidos finales del XIX hasta mediados
CARACTERÍSTICAS Partido Demócrata en Estados de 1988.
franceses en el siglo del XX: PSD alemán,
(diferencias entre Unidos.
23

XIX y primera mitad SAP sueco PS chileno, PSOE en Partido Nazi en la Alemania nazi.
tipos de una misma Laborismo con Tony Blair.
del XX. la II República.
categoría)
Fuente: Elaboración propia a partir de Gunther y Diamond (2001) y Katz y Mair (2002).
24 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

seminal de Sartori, argumenta que «el sistema de partidos se caracteriza


por una serie de propiedades autónomas que no son típicas o propias de la
unidad partidista aisladamente». Bardi y Mair (2008) insistirán en la idea
de interacción entre partidos como un elemento clave en la definición de
un sistema de partidos. Según su argumentación, una situación de partidos
sin interacciones no se podría conceptualizar como sistema de partidos sino
como un conjunto de partidos6. Ello implica que para analizar un sistema
de partidos no basta con conocer los rasgos de los partidos que lo compo-
nen, sino que hay que atender a las interacciones que se dan entre estos sis-
temas, así como a la relación con el contexto en el que opera dicho sistema.
La acción de cada partido está afectada por la de otros partidos y, a su vez,
afecta a estos (Kitschelt, 2007).
Frente a esta aproximación es posible una definición maximalista. En su
discusión sobre la noción de cambio de sistemas de partidos (frente a cambio
en el sistema de partidos), Mair (1997) habla de que los elementos definito-
rios de un sistema de partidos son las interacciones ideológicas, estratégicas
y electorales, pero también las bases sociales de apoyo a los partidos, junto
con la estructura de clivajes e issues que se debaten. Se trata de una defini-
ción de máximos que contrasta con la definición de sistema de partidos como
conjunto de partes que interaccionan entre sí en un determinado contexto.
Por otra parte, la literatura más reciente ha enfatizado la idea de que
en un mismo sistema político conviven varios sistemas de partidos. En este
sentido, la existencia de competición electoral a varios niveles (nacional,
federal o regional, municipal o local e incluso supranacional en el caso, por
ejemplo, de los países miembros de la Unión Europea) ha generado diferen-
tes tipos de interacciones según el ámbito de la competición entre partidos.
Las herramientas que en este cuaderno se analizan son susceptibles de ser
aplicadas a cualquiera de estos niveles, tal y como la literatura sobre siste-
mas de partidos no nacionales ha venido realizando. De hecho, dos de los
ejemplos que acompañan las explicaciones del capítulo 2 se centrarán en un
subsistema de partidos no nacional o subnacional dentro de España.
Al igual que los partidos políticos, los sistemas de partidos también han
sido objeto de múltiples clasificaciones. Bartolini (1988) esquematiza la li-
teratura sobre sistemas de partidos en tres grandes grupos: enfoques genéti-
cos, enfoques morfológicos y enfoques de la competencia.
El enfoque genético tiene en Lipset y Rokkan (1967) a sus fundadores.
Estos autores explicaron el origen de los sistemas de partidos y de los par-

6
Bardi y Mair (2008) ilustran la diferencia entre conjunto de partidos y sistema de partidos
con el caso belga que sería un conjunto de partidos pero sin sistema de partidos a nivel na-
cional. No hay competición electoral entre los partidos valones y flamencos y los electores no
tienen la capacidad de elegir entre los dos polos de este clivaje central. Esta ausencia de inte-
racción entre partidos al nivel hace que Bélgica sea un caso de dos sistemas subnacionales pa-
ralelos dentro de los que, ahí sí, hay una interacción y competición electoral bastante intensa.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 25

tidos políticos a partir de un modelo de cleavages o clivajes. Esta aproxima-


ción ha sido revisada en algunos aspectos como el del origen únicamente
social de las líneas de división que representan los clivajes. La literatura
posterior ha argumentado que el surgimiento de los clivajes puede deberse
también a las divisiones en la élite política. Otra de las revisiones del con-
cepto se refiere a la permanencia de los clivajes. Ahora se defiende que éstos
pueden llegar a desaparecer o variar sustancialmente en su preeminencia en
las interacciones entre partidos políticos7.
El enfoque morfológico se ocupa del formato de los sistemas de partidos
atendiendo a rasgos como el número de partidos o la volatilidad. Un expo-
nente es la clasificación de Sartori (2003) [1976] de los sistemas de partidos
en función del criterio numérico (de partido único, hegemónico, predomi-
nante, bipartidista, pluralismo limitado, pluralismo extremo, atomización)8.
A esta clasificación le acompaña su también famosa sugerencia sobre con-
tar los partidos que importan. Otros autores, como Ware (2004), harán una
actualización de dicha clasificación, tal y como se verá en el capítulo 3 al
explicar la fraccionalización.
El enfoque de la competencia analiza las interacciones entre partidos
políticos en lo que a distancias en diferentes issues o diferencias ideológicas
se refiere. Downs (1985) [1957] y Schumpeter (1985) [1942] fueron precur-
sores de este enfoque basado en la lógica de los mercados que se traslada al
ámbito de la competencia electoral. Según estos autores, los electores votan
racionalmente al elegir a aquel partido o candidato cuyas posiciones ideo-
lógicas o posiciones en issues concretos sean más próximas a las suyas. Las
teorías de acción racional han tomado muchos de los postulados de estos
autores para el análisis contemporáneo de los partidos y de sus comporta-
mientos.
Algunas de las herramientas que se discuten en el tercer capítulo del
cuaderno han dado lugar a distintas clasificaciones de los sistemas de par-
tidos. Son indicadores que se refieren a aspectos morfológicos o de forma-
to de los sistemas de partidos (fraccionalización, volatilidad y fluidez), así
como a cuestiones relacionadas con la competición ideológica (polarización,
superposición y cristalización). Junto a ellos se presentan dos índices, el de
nacionalización de los sistemas de partidos y el de institucionalización, que
en un único indicador integran varias dimensiones del sistema de partidos.
Ninguna de estas clasificaciones es suficiente de forma autónoma, de
modo que es necesario combinar enfoques. Por ejemplo, la citada clasifica-
ción cualitativa de Sartori (2003) [1976], que atiende a la fragmentación y
polarización, puede completarse con otras dimensiones. Por ejemplo, Toole

7
En Kriesi (1998) y en Boix (2007) se encuentran valiosas reflexiones sobre el concepto de
clivaje y su potencial en la actualidad.
8
Sobre las diferencias entre sistemas de único, dominante y hegemónico conviene leer al pro-
pio Sartori (2003) [1976] o relecturas sugerentes de esta distinción como la de Mair (1997: 53 y ss).
26 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

(2000) plantea que el pluralismo moderado puede ser en un contexto más o


menos volátil, más o menos fluido y más o menos institucionalizado.
Por otra parte, las clasificaciones de los sistemas de partidos están con-
dicionadas por las preocupaciones históricas del momento. Por ejemplo, en
América Latina durante mucho tiempo se argumentó sobre la relevancia de
la polarización de los sistemas de partidos, mientras que ahora se ha puesto
más el énfasis en la institucionalización y en la nacionalización. Los indica-
dores que aquí se presentan ofrecen un recuento actual, donde se combina
una atención a indicadores que tradicionalmente han tenido un mayor se-
guimiento junto con otros indicadores que últimamente han cobrado pro-
tagonismo en la literatura especializada. Finalmente, tal y como se desarro-
llará en el capítulo 3, ninguna de estas clasificaciones es universal, de modo
que unas funcionan mejor en un área geográfica que otras.
Pese a las limitaciones de cualquier ejercicio taxonómico, la comuni-
dad científica reconoce que las herramientas que se estudian aquí permiten
aproximarse a la realidad partidista y de los sistemas de partidos de un
modo válido y fiable. De tal modo que a partir del capítulo 2 comienzan a
presentarse los diferentes indicadores y a discutirse sus potencialidades y
limitaciones.
2
Indicadores para el estudio
de los partidos políticos

En este capítulo se presentan cuatro indicadores para el análisis de los par-


tidos. Dos de los indicadores miden aspectos relacionados con la ideolo-
gía y con las orientaciones programáticas: el primero estudia las posiciones
ideológicas/programáticas (ubicación de los partidos) y el segundo indica-
dor se centra en el grado de acuerdo en el interior de los partidos en torno
a estas cuestiones (coherencia partidista). Los otros dos indicadores miden
cuestiones relacionadas con el comportamiento de los partidos políticos en
el ámbito legislativo: el tercer indicador se centra en la unidad en el voto
(cohesión partidista) y el cuarto se ocupa de la capacidad de influencia o
fuerza del partido (índice de poder).

2.1. Ubicación ideológica


Tal y como se argumentaba en el capítulo anterior, una de las funciones
básicas de los partidos políticos es la representación de intereses. Para el
cumplimiento de dicha tarea los partidos políticos encarnan ante su electo-
rado un proyecto propio y diferente al de otros partidos. De este proyecto
se desprende lo que comúnmente se denomina ideología del partido que es,
precisamente, lo que intenta capturar la herramienta de ubicaciones ideo-
lógicas.
Mediante el conocimiento de la ubicación ideológica de un partido po-
lítico se obtiene un balance general de la identidad del partido que resu-
me sus posiciones, fundamentalmente en aspectos simbólicos, propios del
componente ideológico de la política, pero también proporciona tendencias
sobre las posiciones de este partido en políticas específicas, propias del ám-
bito pragmático. La distinción entre un ámbito pragmático y uno simbólico
en la política se la debemos a Sani y Sartori (1983):
28 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

• El plano ideológico se refiere al ámbito simbólico e identitario.


Este plano de la política tiene que ver con las percepciones, predis-
posiciones, sentimientos, identidades en cierta medida difusos. La
caracterización de los partidos en este plano ideológico se puede de-
nominar ubicación ideológica. De este modo, el conocimiento de la
ubicación ideológica de un partido político informa sobre la esencia
del partido y los lineamientos generales de su pensamiento, a la vez
que nos acerca a sus propuestas específicas. De ahí que la ubicación
ideológica dé pistas sobre la identidad del partido pero también so-
bre sus posiciones programáticas. De la misma forma, a partir de
las posiciones programáticas de un partido se pueden emitir algunas
valoraciones sobre sus posiciones ideológicas.

• El plano pragmático de la política se refiere a las posiciones y


políticas específicas que defienden los partidos en temas concretos.
Dichos temas o issues pueden ser estructuralmente relevantes en el
contexto donde opera un determinado partido, o pueden ser coyun-
turalmente relevantes. Mair (1997) considera que la competición en-
tre los partidos discurre en este plano pragmático que está relacio-
nado con el quehacer racional de los partidos y que frecuentemente
se captura con el programa del partido o con sus acciones de gobier-
no. La caracterización de los partidos en base al plano pragmático
suele denominarse ubicación programática del partido.

Este apartado se centra en el primer plano de la política, el plano ideo-


lógico, que tiene una íntima conexión con el plano programático. La ubi-
cación ideológica de un partido se ha abordado tradicionalmente desde un
punto de vista cualitativo. Así, se han utilizado categorías como extremaiz-
quierda, izquierda moderada, centro, centro moderado y centro derecha en
base a consideraciones históricas 1. De la misma forma, existen clasifica-
ciones de familias espirituales de partidos como la de Von Beyme (1986)
o últimamente la de Ware (2004) que intentan resumir los principales ras-
gos de los partidos agrupando por las similitudes en los diferentes países.
Este enfoque de familias espirituales afirma que las opciones ideológicas
que representan los partidos europeos dependen del origen de los partidos
y son clasificables en grandes grupos donde los partidos comparten reivin-
dicaciones semejantes. «Cuando los partidos fueron fundados reflejaban la
necesidad de que se defendieran ciertos intereses que también se daban en
otro países» (Ware, 2004: 55). Este autor distingue entre partidos liberales
y radicales, partidos conservadores, partidos socialistas y demócratas, par-
tidos demócrata-cristianos, partidos comunistas, partidos agrarios, partidos
étnicos y regionales, partidos de extrema izquierda y de extrema derecha,

1
Sobre la diferencia entre tipos de centro, véase Hazan (2000).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 29

movimientos ecologistas. No obstante, aunque este enfoque de tipo cualita-


tivo es sugerente tiene la limitación de que no se pueden realizar análisis
algo más sofisticados de la información como los que permite la aproxima-
ción que vemos a continuación.
Frente a esta aproximación cualitativa existe la posibilidad de abordar
las ubicaciones ideológicas de los partidos desde una óptica ordinal sobre
la que existen algunas convenciones. Los análisis espaciales que iniciaran
Hotteling (1929) y Downs (1985) [1957] son la base de este tipo de cálculos
que, por otra parte, han tenido un extenso seguimiento y utilidad en el estu-
dio de los partidos políticos y sistemas de partidos. En este sentido, tres son
los aspectos del debate sobre la medición de la ubicación ideológica de un
partido: la existencia de uno o varios planos de competición ideológica, la
operacionalización de las categorías para el análisis de la ideología y el tipo
de fuentes para su medición.
En primer lugar, la utilización de la ubicación ideológica como herra-
mienta para caracterizar a un partido político nos enfrenta al dilema de
si la identidad de los partidos es susceptible de resumirse en un único plano
(el de la ideología) en virtud del cual se puedan ordenar las identidades
(ubicaciones ideológicas) de un modo sistemático 2. Los precursores de la
sistematización unidimensional de las preferencias ideológicas de los elec-
tores y de los partidos fueron Hotteling (1929) y, sobre todo, Downs (1985)
[1957]. Ambos ensayaron sendas analogías espaciales para definir las prefe-
rencias ideológicas de los partidos políticos que, todavía hoy, siguen vigen-
tes por su utilidad y sencillez. Según estos autores, los electores tienen unas
posiciones y los partidos políticos intentan aproximarse a esas posiciones.
Downs (1985) [1957], además, formularía una predicción que afirma que
en sistemas bipartidistas los partidos tenderán a converger en el centro del
espectro ideológico en sus posiciones ideológicas, mientras que en sistemas
multipartidistas la diferenciación ideológica entre partidos podría ser una
mejor estrategia electoral. Como otros autores señalarán, esta expectativa
no siempre se cumple y depende, entre otras cuestiones, de la distribución
espacial del electorado en dicho continuo ideológico 3. Sobre este punto hay
un mayor desarrollo en el apartado 3.1 al tratar la polarización de los siste-
mas de partidos.
El segundo elemento conflictivo en la medición de la ubicación ideológica
se refiere a la (multi)dimensionalidad del espacio político-partidista. Cuando
un sistema de partidos tiene una estructura de clivajes hace que la competen-
cia sea multidimensional, o lo que es lo mismo, cuando las posiciones de los
partidos discurren en varias dimensiones que no están solapadas entre sí; en-

2
Sartori (2003) [1976] hace una revisión de Downs discutiendo la posibilidad de reducir
la competencia política a una única dimensión o a múltiples dimensiones, tal y como trabajos
posteriores defienden (por ejemplo, recientemente, Kitschelt, 2007).
3
En este sentido, para un desarrollo más moderno de la teoría espacial del voto, véanse
Enelow y Hinich (1990) o Enelow y Munger (1992).
30 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

tonces la ubicación ideológica de los partidos requiere una consideración más


compleja. En esas situaciones es imposible generar una única dimensión de
resumen de la competencia y, por ende, de la identidad de cada partido, esta
será definida mediante varias dimensiones. Por ejemplo, en el caso español la
ubicación ideológica de los partidos discurre en dos grandes planos. Por un
lado, está el clivaje redistributivo que es una versión actualizada del clivaje
de clase y que se superpone con un clivaje antes relacionado con religión y
valores. Esta dimensión puede ser resumida en un primer plano que se suele
conocer como el eje izquierda-derecha y que no está únicamente cargado de
significado en materia económica. Por otro lado, existe un segundo plano que
no se superpone con el anterior y que recoge cuestiones del clivaje centro-
periferia que también se puede denominar clivaje nacionalista. Ambos planos
son necesarios para definir la ubicación ideológica de los partidos políticos
españoles. Una situación opuesta sería la del Reino Unido, donde las posicio-
nes de los partidos británicos son susceptibles de ser resumidas en un único
plano (Aguilar y Chuliá, 2007). Así, en el pasado las divisiones de los parti-
dos británicos estaban marcadas por el clivaje religioso; mientras que, desde
principios del siglo XX, este ha sido sustituido por el clivaje de clase que es el
predominante en el plano de resumen de izquierda-derecha. Por lo tanto, esta
cuestión de la unidimensionalidad o multidimensionalidad en la definición
de la ideología de un partido requiere ser tratada de forma individualizada en
cada sistema de partidos.
Respecto a las categorías para analizar la ideología, en el ámbito europeo
las ubicaciones ideológicas de los partidos políticos se han definido tradicio-
nalmente mediante su posición en el continuo izquierda–derecha que pro-
viene de la Revolución francesa. Acorde con estas categorías se puede trazar
un continuo imaginario de 1 a 10, siendo «1» extrema izquierda y «10»
extrema derecha, donde se solicita a los entrevistados que se sitúen o en el
que nosotros mismos ubicamos a los partidos si nuestra evidencia empírica
es el análisis de su discurso o de sus políticas. Con esta conversión de las
posiciones a números en un continuo se puede realizar un análisis cuanti-
tativo de los partidos políticos en el plano ideológico como el que se realiza
después en el ejemplo. Existen otros modos de operacionalizar la ideología
en escalas, por ejemplo de 1 a 5, aunque presenta opciones de respuesta con
menos variación; o con una escala de once categorías de respuesta o de 101
categorías de respuesta 4. A su vez, en Estados Unidos ha sido utilizado el
continuo liberal-conservador como referente para ubicar ideológicamente a

4
Existe una rica literatura sobre escalas y consecuencias de la utilización de un núme-
ro u otro de opciones de respuesta, así como de la introducción de un punto intermedio de
respuesta. El trabajo de Kroh (2007) ofrece una interesante discusión sobre los efectos de los
diferentes tipos de escalas para capturar la ideología mediante el continuo izquierda-derecha.
Defiende este autor que la escala con once categorías de respuesta es la que debería ser utili-
zada siendo igualmente confiable y de fácil uso que otras como la de 1-10, que ha sido hasta
ahora la aplicada con más frecuencia o la escala de 101 puntos de respuesta.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 31

los partidos políticos. Por su parte, en América Latina, aunque con críticas
respecto a su aplicabilidad, se han adoptado las categorías izquierda y de-
recha para llevar a cabo el ejercicio de ubicación ideológica, generalmente
con escalas de respuesta de 1 a 10 5. Dado el uso más extendido de las cate-
gorías izquierda y derecha nos centramos en ellas en la presente explicación
sobre ubicación ideológica de los partidos políticos.
El significado de izquierda y derecha ha generado un profuso debate
porque, como señala Sartori (2003: 390), estas categorías «entraron en la
política con una pesada carga cultural y religiosa». Como recuerda Bobbio
(1998), las posiciones de izquierda y derecha han estado tradicionalmente
asociadas a la promoción del cambio y a preservar el statu quo, respectiva-
mente. Frente a esta concepción, Bobbio defiende que los elementos que,
con independencia de las variaciones en el tiempo y en el espacio, están
siempre presentes en cada una de las etiquetas son la búsqueda de la igual-
dad en el caso de la izquierda y el respeto a la libertad en el caso de la de-
recha. No obstante, existen importantes variaciones según regiones y países
en lo que a significados de izquierda y derecha se refiere, por lo que nece-
sitan acometerse nuevos análisis empíricos que esclarezcan el significado
según áreas geográficas 6.
El tercer ámbito del debate es el relativo a las fuentes de evidencia empí-
rica con las que realizar la medición de la ubicación ideológica. Tres son los
tipos de evidencia empírica más utilizados:

• Un primer tipo de evidencia empírica la proporcionan las autocarac-


terizaciones «oficiales» del conjunto del partido que aparecen en sus
programas, estatutos, planes de gobierno. Por ejemplo, afirmaciones
tales como «somos un partido de izquierdas soberanista» o «somos un
partido de centro derecha»; los «productos» del partido, tales como su
programa, estatutos, planes de gobierno, son algunos de los materiales
que se pueden utilizar para caracterizar a un partido político. En ellos
el partido señala sus orientaciones básicas. Este es el tipo de evidencia
empírica que se utiliza en el Party Manifesto Group en Europa 7.
• Un segundo tipo de evidencia empírica para ubicar ideológicamente
a los partidos son las respuestas individuales de cuestionario a la
pregunta directa sobre la ideología de uno o varios partidos. Esta
cuestión se le puede plantear, bien a miembros del partido sobre
su propia ubicación o la de su partido, bien a miembros de otros
partidos. La diferencia con el tipo de fuente anterior es que las con-

5
Véase la discusión de Colomer y Escabet (2005) al respecto, o la de Moreno (1999).
6
El trabajo de Alcántara y Rivas (2007) es un valioso esfuerzo en esta dirección para el
caso de América Latina.
7
Véanse, por ejemplo, Laver (2001) y Budge y McDonald (2006).
32 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

clusiones sobre la ubicación ideológica del partido se obtienen del


agregado de las posiciones de los diferentes entrevistados, a modo
de promedios. Esta es la evidencia empírica de muchos trabajos que
toman la base de datos PELA para caracterizar ideológicamente a
los partidos latinoamericanos. También hay trabajos que ubican
ideológicamente a los partidos a partir de los juicios de expertos8; o
través de la opinión de los ciudadanos9. En este tipo de cálculos ba-
sados en percepciones se obtienen promedios de ubicaciones ideo-
lógicas. Esto puede disfrazar, como se discutirá en la herramienta
destinada a la medición de la coherencia, los disensos en el interior
de los partidos en la ubicación del partido en la autoubicación.
• Una tercera vía es el análisis de las políticas llevadas a cabo por los
partidos una vez en el gobierno. Sería esta una medición indirecta
de las posiciones ideológicas de los partidos a partir de sus políticas
específicas que, recordemos, se refieren a la política pragmática. Un
ejemplo de este procedimiento se encuentra en Imbeau et al. (2001).

Estas fuentes alternativas de evidencia empírica se corresponden con tres


modos de definir la naturaleza de los partidos: los partidos por lo que dicen y
el modo en que se autodefinen, los partidos por el modo en que son vistos por
los demás, los partidos por lo que hacen10. Existen algunos condicionantes que
limitan la validez de la medición de la ubicación ideológica de los partidos. La
primera y la tercera estrategia, a partir del programa del partido o de sus polí-
ticas, exigen un analista objetivo que establezca criterios claros para clasificar a
un partido en un lugar u otro del continuo izquierda-derecha. Además, como se-
ñala Ware (2004: 52), «si únicamente tomamos en consideración los programas
de los partidos obtendremos una visión limitada de su conducta previsible».
Por su parte, el segundo tipo de evidencia empírica, la medición me-
diante miembros del partido o miembros de otros partidos o mediante ex-
pertos, exige que quienes respondan compartan un mismo significado sobre
las categorías izquierda y derecha. Es decir, que todos los miembros de un
partido político, o todos los expertos, entiendan cosas parecidas sobre qué
es izquierda o derecha. Esto topa con la discusión sobre la relatividad de los
significados izquierda y derecha en el tiempo y en el espacio. Al respecto, se
ha tendido a pensar que dentro de un mismo sistema político, los miembros
de los partidos políticos comparten la mayor parte de los matices respecto
a lo que se entiende por izquierda y derecha en dicho contexto. El proble-

8
Un ejemplo de ubicaciones ideológicas de los partidos a partir de juicios de expertos
puede observarse en Huber e Inglehart (1995) o Benoit y Laver (2006). Asimismo, se reco-
mienda la reflexión de Mair (2001) sobre las ventajas y limitaciones de este tipo de evidencia
empírica para el análisis de las ubicaciones de los partidos.
9
Este es el caso de Dalton (2008), por ejemplo.
10
Se encuentra en Mair (1997) la importancia de distinguir entre lo que los partidos son y
lo que los partidos hacen.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 33

ma radica, entonces, en la comparabilidad sincrónica de las ubicaciones


entre diferentes sistemas políticos. Por ejemplo, ¿son iguales las creencias
de un partido de izquierda moderada en España o en Bolivia? De la misma
manera, la evolución de los significados izquierda y derecha a lo largo del
tiempo, aun en un mismo sistema político, condiciona las comparaciones
diacrónicas. Por ejemplo, ¿es igual la izquierda moderada de la España de
la II República a la izquierda moderada de la España del año 2013?
Parece, entonces, que nada es comparable. Lejos de esta afirmación, las
buenas noticias en la comparación sincrónica llegan cuando los diferentes
estudios muestran la correlación entre las ubicaciones de los actores políti-
cos y sus posiciones en diversos temas dentro de un mismo sistema político,
pero también entre sistemas políticos 11. Aunque con cautela, las compara-
ciones de las ubicaciones ideológicas de los partidos políticos tienen sentido
y son válidas. Ello no resta para la necesidad de una medición cuidadosa
de la ubicación ideológica y del ejercicio de comparación entre ubicaciones
ideológicas de los diferentes partidos políticos.
Junto a la utilidad intrínseca hasta aquí descrita del conocimiento de
la ubicación ideológica de los partidos, este indicador es relevante también
por ser la base de los cálculos de otros indicadores que se detallan en pá-
ginas posteriores, como la coherencia partidista, la polarización, la crista-
lización o la superposición de los sistemas de partidos. En este sentido, de
los tres tipos de fuentes de evidencia empírica descritos, el cálculo aplicado
que se presenta aquí utiliza la evidencia empírica basada en percepciones
ya que, a su vez, suele constituir la base de los cálculos de la polarización,
cristalización y superposición (véase el capítulo 3).

Ejercicio práctico 1: cálculo de la ubicación ideológica


La ubicación ideológica proporciona un resumen de la identidad del partido.
Se suele medir en la escala de 1 a 10, donde 1 es «izquierda» y 10 es «dere-
cha». De modo que cuanto más cercanas a 10 sean las respuestas, la posición
del partido estará más hacia la derecha y cuanto más próximas a 1, más a la
izquierda.

Datos
De los diferentes tipos de datos con los que se puede extraer la ubicación
ideológica de un partido político, este ejemplo se basa en las encuestas rea-
lizadas a la élite parlamentaria chilena en el marco del proyecto PELA de
la Universidad de Salamanca con datos correspondientes a la legislatura

11
Sobre estas cuestiones véase, por ejemplo, Llamazares y Sandell (2003) para el caso de
América Latina.
34 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

2006-2010. En dichas encuestas los diputados se autoubicaron en la escala


ideológica, situaron en esa misma escala a su partido político y también al
resto de formaciones políticas con representación parlamentaria. En todos
los casos la escala ideológica va de 1, «izquierda», a 10, «derecha»12. La fór-
mula para hallar la media aritmética es la que sigue.

Fórmula
Ubicación ideológica = x̄j = (x1 + x2 + ... xn)
n
O también: x̄j = 1 6
n
 i = 1 xi
n

Donde: x̄j es el promedio, xi o xn las ubicaciones ideológicas de cada individuo y


n el número de casos.

Resolución
Primer paso: Se calcula el promedio de cada una de las tres preguntas: autoubi-
cación ideológica, ubicación a otros partidos y ubicación del propio partido.
Por ejemplo, para hallar la posición ideológica media de los diputados
pertenecientes a RN, sumamos las autoubicaciones de los entrevistados y
dividimos ese sumatorio por el número de diputados, en este caso 14.

CUADRO 2.1

PROMEDIO DE AUTOUBICACIÓN IDEOLÓGICA DE RN DE CHILE (2006-2010)

Ideología de los diputados pertenecientes a RN (n = 14) x1 = 6, x2 = 8, x3 = 6 … x14 = 8

Calculamos el sumatorio de esas autoubicaciones y (6 + 8 + 6 + …8)


x̄RN = = 6,36
dividimos entre el n (14) 14

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de PELA.

En el cuadro 2.2 se presentan las puntuaciones medias obtenidas para el


caso chileno en cada uno de los ítems y el promedio total, así como el nú-
mero de entrevistados entre paréntesis. A la vez, se ha añadido una columna

12
La pregunta sobre autoubicación ideológica del diputado fue: «Como recordará, cuando
se habla de política se utilizan normalmente las expresiones izquierda y derecha. En esta tarjeta
hay una serie de casillas que van de izquierda a derecha. ¿En qué casilla se colocaría Ud. teniendo
en cuenta sus ideas políticas?». En el caso de la ubicación del partido a partir de las opiniones
de sus miembros: «Y, en esta misma escala, ¿dónde situaría Ud. a su propio partido?». En el caso
de la ubicación ideológica a los otros: «Cuando se habla de política se utilizan normalmente las
expresiones izquierda y derecha. En una escala donde el 1 es la izquierda y el 10 la derecha, ¿en
qué casilla colocaría Ud. a los siguientes partidos o coaliciones?».
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 35

con la desviación típica de estos promedios. Esta columna captura el grado


en que los sujetos se desvían de la media, en este caso de la autoubicación
ideológica promedio. Aunque la desviación típica no es necesario que acom-
pañe al cálculo de la ubicación ideológica, sin embargo su consideración
permite valorar la dispersión que hay en las respuestas. Cuanto más alto
sea el valor de la desviación típica más dispares son las respuestas entre sí;
en este caso, más diferentes las declaraciones de autoubicación ideológica
de los integrantes de cada partido que han sido utilizadas como base para
calcular la ubicación ideológica promedio de los partidos.

CUADRO 2.2

CÁLCULO DEL PROMEDIO DE UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS


POLÍTICOS CHILENOS (2006-2010)

Ubicación del Ubicación Promedio


Autoubica-
Desviación partido según Desviación del partido Desviación ideológico
Partido ción ideoló-
típica sus miem- típica según otros típica del partido
Político gica (n)
sj bros (n) sj|iǺj diputados sj|iǻj político
x̄j x̄j|iǺj x̄j
x̄j|iǻj (n)
PDC 4,63 (16) 0,96 5,31 (16) 0,60 4,83 (65) 1,43 4,92
PPD 3,31 (16) 1,01 4,13 (16) 1,50 3,77 (66) 1,41 3,74
PS 2,73 (11) 0,91 2,73 (11) 0,91 2,46 (70) 1,10 2,64
RN 6,36 (14) 1,01 6,36 (14) 1,15 7,74 (66) 1,17 6,82
UDI 7,13 (24) 1,15 7,04 (25) 0,98 9,57 (56) 0,74 7,91
Totales 4,83 (81) 1,01 5,11 (82) 1,03 5,67 (5)* 1,16 5,21

* En el cálculo de la ubicación del partido según los otros diputados se han incluido las opinio-
nes de los integrantes de UDI, PDC, PPD, PS y RN respecto a las ubicaciones de los partidos
a excepción del propio. El promedio total en este caso es el resultado de sumar las posiciones
promedio de cada partido.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de PELA.

Segundo paso: Se ordena a cada partido político en el espectro ideológico


desde las posiciones más a la izquierda a más a la derecha. Esta ordenación
puede llevarse a cabo en una simple tabla o, como en este caso, a partir de
una figura que presente el mapa ideológico del sistema de partidos que se
analiza. En la figura 2.1 se han colocado las puntuaciones obtenidas an-
teriormente para el caso chileno en cada uno de los ítems sobre la escala
donde 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha.
36 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

FIGURA 2.1
UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN CHILE (2006-2010)

36 33' 3'& 51 8',


$XWRXELFDFLyQ
LGHROyJLFD

36 33' 3'& 51 8',


8ELFDFLyQGHO
SDUWLGRVHJ~Q
VXVGLSXWDGRV

36 33' 3'& 51 8',


8ELFDFLyQGHO
SDUWLGRVHJ~Q
RWURVGLSXWDGRV

         
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de PELA (2006-2010).

Interpretación
La figura 2.1 permite observar el perfil ideológico de los partidos chilenos
medido con el continuo izquierda-derecha. La distribución de los princi-
pales partidos que componen el sistema, en el período estudiado, consiste
en un centro ideológico apenas ocupado por una fuerza política (PDC) y
un reparto de posiciones ideológicas a lo largo de toda la escala, estando
en el lado izquierdo de la misma los partidos PS, PPD y PDC, mientras
que en la derecha se encuentran ubicados los partidos RN y UDI. Ambos
bloques de partidos se corresponden con las coaliciones Concertación de
partidos por la Democracia y Alianza por Chile, respectivamente.
Además, los resultados ponen de manifiesto las diferencias existentes entre
las ubicaciones promedio que los diputados hacen de sí mismos, con respecto
a las ubicaciones que hacen de su partido, así como respecto a las ubicacio-
nes que asignan a otros partidos del sistema. En este sentido, se advierte una
tendencia a la moderación cuando se trata de autoubicación propia y de la
ubicación del partido. Sirva de ejemplo la comparación de las posiciones en la
escala de los dos partidos más a la derecha: los diputados UDI se ven, a ellos
mismos y a su partido, en una posición más inclinada al centro derecha que lo
que revela la opinión de sus colegas del Congreso. Un fenómeno similar ocurre
con los diputados de RN, que se situaron a sí mismos y a su partido en espacios
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 37

próximos al centro; mientras que los entrevistados de otros partidos ubicaban


a RN claramente en la derecha. En los partidos de la Concertación de partidos
por la Democracia (PS, PPD y PDC) se aprecia el fenómeno contrario. Así, aun-
que menos marcado que en el caso anterior, se tiende a ubicar más hacia la iz-
quierda al PS, PPD y PDC que lo que sus propios miembros han declarado. En
consecuencia, el rango en la escala izquierda y derecha es más pequeño cuando
la ubicación de los partidos la realizan sus propios diputados (4,31) y más gran-
de si se observan las posiciones otorgadas por los otros partidos (7,02).

Ejercicio práctico 2: Cálculo de la ubicación ideológica de


los procuradores regionales de las Cortes de Castilla y León

En el segundo ejemplo se ha calculado la ubicación ideológica de los par-


tidos políticos con representación en las Cortes de Castilla y León en la le-
gislatura 2007-2011 a partir de las encuestas a los diputados regionales del
proyecto EliteCyL. En dichas encuestas los procuradores se ubicaron en la
escala ideológica donde «1» es izquierda y «10» es derecha. Además, los pro-
curadores situaron en esa misma escala a su partido político y también al
resto de formaciones políticas con representación parlamentaria13. A partir
de los porcentajes de las frecuencias relativas de las ubicaciones en la escala
ideológica se ha calculado el promedio ideológico.

CUADRO 2.3
CÁLCULO DEL PROMEDIO DE UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS
POLÍTICOS EN CASTILLA Y LEÓN (2007-2011)

Autoubicación ideológica (frecuencias relativas)


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
PP 0 0 2,90 2,90 42,8 40 11,40 0 0 0
PSOE 0 31 51,7 17,2 0 0 0 0 0 0
Ubicación del partido según sus miembros (frecuencias relativas)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
PP 0 0 0 0 0 6,50 3,20 29 41,90 19,40
PSOE 0 10,3 34,5 51,7 3,5 0 0 0 00 0
Ubicación del partido según otros diputados
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
PP 0 0 0 0 0 6,50 3,20 29 41,90 19,40
PSOE 0 29,70 48,70 16,20 2,70 2,70 0 0 0 0
En este ejercicio se omiten las respuestas de los dos procuradores de UPL.
Fuente: Elaboración propia a partir de EliteCyL 2007-2011.

13
Las preguntas sobre autoubicación ideológica del diputado, ubicación al partido al que
pertenece y ubicación a los otros partidos son las señaladas en la nota 12.
38 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Resolución

Primer paso: Para hallar la posición ideológica media de un partido se mul-


tiplica cada frecuencia relativa por la variable respectiva y se obtiene el su-
matorio. A modo de ejemplo, se calcula la posición ideológica de los procu-
radores regionales pertenecientes al PP.

CUADRO 2.4

PROMEDIO DE AUTOUBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PROCURADORES


DEL PP DE CASTILLA Y LEÓN (2007-2011)

Ideología de los diputados pertenecientes a PP f1 = 5, f2 = 6, f3 = 5 … f1010

Calculamos el sumatorio del producto de la


x̄PP = (0,065 · 6 + 0,003 · 7 + 0,29 · 8…) = 8,65
frecuencia y la variable
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de EliteCyL.

En el cuadro 2.5 se presentan las puntuaciones medias obtenidas en


cada uno de los ítems siguiendo el procedimiento descrito.

CUADRO 2.5

CÁLCULO DEL PROMEDIO DE UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS


POLÍTICOS EN CASTILLA Y LEÓN (2007-2011)

Ubicación del Ubicación del


Autoubicación
Partido partido según sus partido según otros Promedio
ideológica x̄j
político miembros diputados*
x̄j
x̄j|iǺj x̄j|iǻj
PP 5,54 5,91 8,65 6,7
PSOE 2,86 3,48 3,00 3,11
*En el cálculo sobre la ubicación del partido según los otros diputados se han incluido las
opiniones de: PP y UPL (2 procuradores) para ubicar al PSOE y las del PSOE y UPL (2 procu-
radores) para ubicar al PP.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de EliteCyL.

Segundo paso: Se ordena cada partido político en el espectro ideológico. La


figura 2.2 resume las ubicaciones ideológicas de ambos partidos en las Cor-
tes de Castilla y León (2007-2011). También en este caso se han colocado las
puntuaciones obtenidas anteriormente en la escala, donde 1 es la extrema
izquierda y 10 la extrema derecha.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 39

FIGURA 2.2

UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN CASTILLA


Y LEÓN (2007-2011)

PSOE PP
Autoubicación
ideológica

PSOE PP
Ubicación del
partido según sus
procuradores

PSOE PP
Ubicación del
partido según
otros
procuradores

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Izquierda Derecha

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos procedentes de EliteCyL (2007-2011).

Interpretación

El ejemplo anterior detalla las ubicaciones ideológicas en el ámbito caste-


llano y leonés, tradicionalmente caracterizado por la fuerza electoral que
concentran el PP y el PSOE, así como por la escasa presencia de terceros
partidos.
Los datos muestran la ubicación ideológica promedio del PP y del PSOE
a partir de las autoubicaciones de los procuradores de las Cortes, de las
ubicaciones de su partido y de las ubicaciones de procuradores de otros
partidos. Teniendo en cuenta el promedio de estas tres fuentes, el PP estaría
localizado en el centro derecha (6,7), mientras que el PSOE estaría ubicado
en la izquierda del espectro ideológico (3,11).
A su vez, la procedencia diferente de las tres fuentes de evidencia em-
pírica permite observar el contraste entre la posición ideológica que los
procuradores se asignan a sí mismos, a su partido y la posición que asig-
nan a su partido los procuradores de otros partidos. Estas diferencias son
especialmente visibles en el caso del PP. Los procuradores del Partido Po-
pular se ubican en el 5,5 y ubican a su partido cerca del 6. Según esta in-
40 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

formación se trataría de un partido de centro ligeramente escorado hacia


la derecha según sus miembros. Sin embargo, el resto de procuradores
(no pertenecientes al PP) perciben al partido mucho más a la derecha, en
promedio, en un 8,6. El contraste entre los juicios de los actores externos
al partido también es visible en el caso del PSOE, aunque las diferencias
son ligeramente menores. Así, mientras que los diputados regionales pre-
sentan una posición de izquierda, un 2,86 en promedio en la escala de 1
a 10, ubican a su partido más próximo al centro izquierda, en 3,48, y re-
cibirían una ubicación en torno al 3 a partir de las valoraciones del resto
de procuradores.
Como se verá más adelante, con las ubicaciones ideológicas se pueden
hacer cálculos más complejos como el de la polarización del sistema de par-
tidos o la cristalización del sistema de partidos.

2.2. Coherencia partidista


La coherencia se ocupa de la unidad en las preferencias y actitudes de los
miembros de un partido. En el apartado anterior se ha presentado una he-
rramienta para caracterizar la posición o ubicación ideológica de un partido
político. Esta posición ideológica es una suerte de promedio de la línea ofi-
cial del partido, pero a nadie se le escapa que los partidos son actores dividi-
dos y que están formados por miembros con diferentes visiones ideológicas.
De estas diferencias en las posiciones de quienes integran los partidos, tanto
en el ámbito ideológico como en cuestiones programáticas, son de las que
se ocupa la medición de la coherencia partidista.
Conservando la acepción originaria del término coherencia que le asigna la
RAE, la aplicación del concepto de coherencia al estudio de los partidos políticos
alude a la existencia de coordinación interna en las partes que lo componen 14.
En este caso, la unidad de análisis es el partido político y la unidad de medida
son las partes que lo componen, es decir, los miembros del partido político.
Michels (1991) [1915] fue, de algún modo, el precursor de los estudios
sobre coherencia partidista cuando al estudiar el SPD alemán encontró im-
portantes tensiones entre la élite y el resto de miembros. Estas tensiones se
referían tanto a luchas por el liderazgo como al grado de ideologización de las
diferentes instancias del partido, donde la cúpula era mucho más pragmática
que los militantes de base. Los trabajos que se han sucedido desde entonces
han aludido a este disenso interno con diferente grado de sofisticación con-
ceptual y también con grado variable de complejidad en la operacionalización
del disenso. Desde los trabajos con aportaciones más difusas al respecto, como
los de Downs (1985) [1957] y Huntington (1965 y 1990), pasando por los algo

14
Coherencia como conexión, relación o unión de unas cosas con otras (Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española-RAE).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 41

más específicos como Anderson (1968), Panebianco (1988) y Janda (1980), o


los más recientes de Kitschelt (1999 y 2001), de Kitschelt y Smyth (2002) o
de Ruiz (2006 y 2007), todos ellos demuestran la vigencia del indicador y la
relevancia del mismo, a la vez que la complejidad de su operacionalización.
Tres son los aspectos más polémicos en la medición de la coherencia de
los partidos políticos: las dimensiones (disenso en torno a qué), la forma de
medición (cómo se captura el disenso) y el ámbito de la medición (disenso
de quiénes).
Comenzando por la primera parte del debate, el de las dimensiones del
disenso, ha habido un uso equívoco del concepto coherencia partidista. En
palabras de Janda (1993), la coherencia ha llegado a ser un concepto pa-
raguas relacionado con la unidad en las actitudes y comportamientos de
los miembros de los partidos políticos. Aquí se defiende la distinción de
términos en función de la evidencia empírica que se utilice para operacio-
nalizarlos. De este modo, la unidad en las actitudes de los miembros de los
partidos se refiere a la coherencia partidista, mientras que la unidad en los
comportamientos (fundamentalmente en el voto en el parlamento) será lo
que analice la cohesión partidista en el siguiente apartado.
Así las cosas, la coherencia partidista mide el grado de acuerdo que hay
entre los miembros de un mismo partido político en torno a diferentes temas.
De modo que una alta coherencia significa un alto grado de acuerdo en las
opiniones o actitudes de los miembros de los partidos y, viceversa, una baja
coherencia significa un bajo grado de acuerdo en el interior de ese partido
político. Ahora bien, ¿cuáles son los temas sobre los que medir la coherencia
partidista? Lo cierto es que son pocos los trabajos que realizan algún tipo de
consideración teórica sobre la cuestión de las dimensiones de la coherencia
y sobre los temas a incluir en cada una de estas. Más bien, el ejercicio de
medición de la coherencia y sus dimensiones ha sido de tipo inductivo y ha
estado determinado por la evidencia empírica disponible. La literatura parece
distinguir tres grandes ámbitos de medición de la coherencia partidista 15:

• La coherencia ideológica mide las similitudes intra-partidistas en


la definición de la ubicación ideológica del partido o en la autoubi-
cación ideológica de los miembros del partido. Con estas medicio-
nes se obtiene una idea aproximada de la medida en que dentro del
partido se comparte un mismo proyecto ideológico de modo que
quienes conforman el partido comparten espacios ideológicos simi-
lares. Ambas cuestiones aportan una idea precisa del grado de con-
senso en el interior de cada partido en cuestiones relacionadas con
el plano ideológico de la política.

15
Esta agrupación ha sido confirmada mediante análisis factoriales en trabajos empíricos
donde las respuestas de los miembros de los partidos eran susceptibles de agruparse en estas
dimensiones (Ruiz, 2007).
42 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

• La coherencia programática mide las similitudes intra-partidistas


en las posiciones de los miembros de un partido político en temas y
políticas específicas. La selección de los temas sobre los que se pregunta
puede aumentar o disminuir las conclusiones sobre el grado de cohe-
rencia programática. De ahí que se haya producido una discusión en
la que la opción más convincente es la de incluir los temas que sean
relevantes en la competición político-partidista (en inglés se denomina
saliency de los temas o de los issues). Sin embargo, el problema reside
en cómo definir la relevancia de un tema. Para Hawkins y Morgenstern
(2000), el grado de división que existe entre los partidos en torno a un
tema es el mejor indicador de su relevancia16. Esta distinción del impac-
to de los temas tiene sus antecedentes en una aproximación de Schnei-
der que inspiró a Bartolini, donde se clasifican los temas que estructu-
ran la competencia partidista (Schneider, 1980, recogido en Bartolini,
2002). Este autor consideraba los issues según su potencial divisorio, así
como según la existencia de una propuesta concreta por parte del parti-
do. Del cruce de ambas cuestiones se obtiene la decidability de la oferta,
es decir, el grado de diferenciación de la propuesta o producto de un
partido con respecto a las propuestas de otros partidos. De esta cualidad
depende su capacidad de atraer votantes. Bartolini (2002) retoma estas
distinciones para caracterizar la competición partidista. Por el contra-
rio, se puede defender que hay temas que, a pesar de que no dividen en
esa coyuntura funcionan como «issues de identificación» y que, por lo
tanto, han de ser incluidos en una medición de la coherencia. No siem-
pre la existencia de disenso es equiparable a su relevancia. Por ejemplo,
las cuestiones relacionadas con el papel del Estado podrían no generar
divisiones en un país y, por lo tanto, no considerarse relevantes. Sin
embargo, el dato del consenso en torno a estas cuestiones es útil para
un cálculo de la coherencia de un partido. De ahí que se pueda defender
que la coherencia no debería medirse únicamente con respecto a los
temas que dividen, dado el peligro de sobrestimar sus niveles. De modo
que, cuando en los objetivos de la investigación se persiga algo más
que la medición de la coherencia en un único tema, es decir, cuando se
intenta una medición global de la coherencia partidista en uno o varios
partidos de un sistema de partidos, es recomendable recoger el grado de
acuerdo/disenso respecto a temas de actualidad político-partidista, pero
sobre todo en temas relativos a los clivajes que estructuran la compe-
tición partidista. No obstante, el número de cuestiones que se incluya
estará condicionado también por la evidencia empírica disponible.

16
Hawkins y Morgenstern (2000) incluyen únicamente las cuestiones que superan un um-
bral de desviaciones típicas, que es su medida de coherencia. En un segundo trabajo modifi-
carán parcialmente su estrategia y definirán la relevancia teniendo en cuenta el grado en que
difieren los partidos más extremos (Hawkins y Morgenstern, 2003).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 43

• La coherencia organizativa mide el grado de acuerdo entre los


miembros de un mismo partido político en cuestiones relacionadas
con la gestión interna del partido en sus diferentes caras: opiniones
respecto a la democracia interna, opiniones respecto a la disciplina
partidista, opiniones respecto a la organización electoral, entre otros
aspectos. Esta vertiente de la coherencia partidista es la que menos
atención ha recibido, si bien existe un consenso generalizado res-
pecto a la relevancia del aspecto organizativo en los partidos políti-
cos y su impacto en el cumplimiento de sus funciones. El trabajo de
Maor (1997) es uno de los exponentes de este tipo de aproximación.

Estos tres ámbitos de medición de la coherencia, que pueden estar inte-


rrelacionados empíricamente, son distinguibles en términos analíticos y de
ahí la pertinencia de su análisis independiente. En el ejercicio práctico se
calcula la coherencia ideológica y la coherencia programática.
Respecto a la forma de medición de la coherencia partidista, varias son las
opciones posibles que se encuentran en la literatura: mapas espaciales (Maor,
1997), comparación de porcentajes modales (Hawkins y Morgenstern, 2003) y
desviaciones típicas (Kitschelt, 2001; Webb y Farrell, 1999; Ruiz, 2007). Esta
última opción es la que se utiliza en este cuaderno metodológico. La des-
viación típica basa su cálculo en la varianza que mide la distancia existente
entre los valores de la muestra y la media de estos 17. Las desviaciones típicas
permiten realizar numerosas operaciones estadísticas, sobre todo en variables
de intervalo y de razón. Para nuestro propósito, sirven para capturar y com-
parar el nivel de consenso en diferentes temas, siempre que la escala utilizada
de recogida de información sea la misma. Como se precisará más adelante,
conviene hacer notar la interpretación de la desviación típica: cuanto mayor
es su valor significa que hay menos coherencia, y viceversa.
En cuanto al ámbito de medición del consenso, la condición de actor
dividido de cualquier partido político lleva a pensar que el grado de acuer-
do variará según estratos del partido. Así, por ejemplo, son esperables las
diferencias en el grado de acuerdo entre la élite y los militantes, o entre los
cuadros medios y el votante. Estas diferencias no siempre se resolverán de
modo que la élite resulte más coherente. Sobre estas cuestiones ya disertó
May (1973) al elaborar su ley de la disparidad curvilínea. Todo ello ha de ser
considerado en un análisis de la coherencia partidista. Parece oportuno que
la coherencia se mida de manera independiente en cada uno de los grupos
del partido, ya que sus niveles variarán a través de los diferentes grupos
del partido. No obstante, hay grupos que por su impacto sobre el partido,
fundamentalmente la élite del partido (orgánica y parlamentaria), se suelen
utilizar para obtener una foto global aproximada del grado de coherencia
del partido político.

17
Entre otros, se puede consultar Spiegel (1985).
44 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

La coherencia partidista es un indicador del grado de estructuración de un


partido en torno a cuestiones sustantivas como son la ideología y el progra-
ma. Esta estructuración hace más predecibles y efectivos los comportamien-
tos de los miembros al suponerse guiados por las orientaciones ideológicas y
programáticas sobre las que hay unos mínimos de consenso que le facilitan
su funcionamiento. Así, la composición de las coaliciones o pactos, la direc-
ción del voto en el Legislativo o el contenido de las políticas que implemen-
tará un partido en el gobierno serán más previsibles y efectivos cuando haya
coherencia dentro del partido. De la misma forma, la existencia de coherencia
facilita el ejercicio de accountability por parte de los electores hacia sus par-
tidos políticos. Cuando no hay coherencia el elector no sabe claramente qué
proyecto político está detrás de las siglas por las que vota y difícilmente podrá
valorar los posibles incumplimientos de promesas o giros en las orientacio-
nes ideológicas y programáticas de su partido. Por otra parte, la coherencia
partidista asegura unos ciertos niveles de apoyos electorales estables hacia los
partidos que la poseen y, como señala Huntington (1990) [1968], una cierta
estabilidad de los sistemas de partidos y del sistema político en general.
En términos analíticos, la coherencia partidista, ideológica y progra-
mática completan la foto sobre ubicaciones ideológicas y programáticas
de los partidos políticos en las mediciones a partir de percepciones, ya sea
de miembros del partido, miembros de otros partidos o de expertos. Tan
importante como conocer un promedio ideológico es valorar el grado de
disenso que hay en la ubicación del partido o de sus miembros. Cuando la
incoherencia es muy elevada, los promedios de las ubicaciones ideológicas
pierden parte de su valor orientativo. De ahí la relevancia de la herramienta
aquí descrita y sobre la que ahora se muestra un cálculo aplicado.

Ejercicio práctico: cálculo de la coherencia

La coherencia mide el grado de unidad en las preferencias, predisposiciones


o actitudes de los miembros de un mismo partido político. Si la coherencia
se estima a través de la desviación típica, valores altos de la misma apunta-
rían a un alto grado de disenso o incoherencia, mientras que valores peque-
ños indicarían altos niveles de coherencia en el interior del partido.

Datos
En este ejercicio práctico se utilizan datos de las posiciones ideológicas y pro-
gramáticas de la élite parlamentaria chilena provenientes del proyecto PELA
correspondientes a la legislatura 2006-2010. El cuadro 2.6 muestra los prome-
dios de ubicación ideológica del partido (según sus miembros), así como los
promedios de las actitudes de los diputados hacia el papel del Estado en la eco-
nomía, en la prestación de los servicios públicos y en la explotación y gestión
de los recursos naturales. Estas tres últimas cuestiones comparten la misma
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 45

escala de medida, donde 1 es «a favor del máximo control del Estado» y 5,


«máximo control de empresas privadas». Estos promedios se han obtenido de
las respuestas de los parlamentarios a las preguntas sobre ideología y papel del
Estado18. Como se ha señalado anteriormente, la elección de los temas con los
que medir la coherencia dentro de un partido es una cuestión compleja en don-
de entran en juego los objetivos de la investigación (sobre qué temas interesa
medir el disenso en los partidos), la trayectoria histórica y la estructura de cliva-
jes del sistema de partidos, así como la evidencia empírica disponible. En este
ejemplo, la atención se centra en el grado de coherencia en torno al papel del
Estado en la economía, que es un tema central para diferenciar a los partidos
en Chile. Se trata de un clivaje que históricamente ha sido crucial en la interac-
ción entre los partidos políticos chilenos. Esto dota de gran interés al ejercicio.
En este caso, se analizará si las diferencias históricas en el clivaje Estado/mer-
cado vienen acompañadas de grandes consensos en el interior de los mismos o
si, por el contrario, este tema además genera divisiones intra-partidistas.

CUADRO 2.6
PROMEDIOS DE POSICIÓN IDEOLÓGICA Y PROGRAMÁTICA EN CHILE
(2006-2010)

Ubicación Papel del Estado Papel del Estado


Papel del Estado
Partido ideológica del en la prestación de en el control de los
en la economía
político partido servicios públicos recursos naturales
(escala de 1-5) (n)
(escala de 1-10)(n) (escala de 1-5) (n) (escala de 1-5) (n)

PDC 5,31 (16) 2,69 (16) 2,67 (15) 3,07 (15)


PPD 4,13 (16) 2,73 (15) 2,53 (15) 2,93 (15)
PS 2,73 (11) 1,82 (11) 2,00 (11) 2,55 (11)
RN 6,36 (14) 4,21 (14) 3,64 (14) 3,64 (14)
UDI 7,04 (25) 4,16 (25) 3,75 (24) 3,92 (25)
Total 5,11 (82) 3,12 (81) 2,91 (79) 3,22 (80)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos provenientes de PELA.

18
La primera pregunta está formulada como sigue: «Dentro del debate económico sobre modelos
de regulación. ¿Podría decirme si está Ud. más a favor de una economía regulada por el Estado o por
el mercado? Utilice para ello la siguiente escala de 1 donde el “1” significa una máxima regulación del
Estado en la economía y el “5” una máxima liberalización del mercado?». Respecto al papel del Es-
tado en los servicios públicos: «Hablando de la forma de prestación de los servicios públicos. «¿Qué
nivel de control cree Ud. que debe tener el Estado sobre la gestión de servicios públicos como el agua, la
electricidad o el transporte, entre otros? Utilice para ello una escala que va del “1”, los servicios públi-
cos deben ser prestados y gestionados por el Estado, al “5”, los servicios públicos deben ser prestados y
gestionados por empresas privadas». Por último, sobre el papel del Estado en la gestión de recursos
naturales: «¿Qué nivel de control cree Ud. que debe tener el Estado sobre los recursos naturales como
el gas, el petróleo o la minería? Utilice para ello una escala que va de 1 a 5, donde “1” significa que los
recursos naturales deben ser explotados y gestionados por el Estado y “5” que los recursos naturales
deben ser explotados y gestionados por empresas privadas».
46 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

— Coherencia ideológica
Fórmula
σ೙
೔సభሺ௫೔ ି௫ҧ ೕ ሻ

Coherencia partidista = ‫ݏ‬
௝ ൌට 

Donde: x̄j es el promedio del partido, xi las ubicaciones ideológicas de cada indivi-
duo y n el número de datos.

Fuente: Adaptado de Ruiz (2007).

Resolución
Primer paso: Se toma el promedio de las preguntas sobre la ubicación ideo-
lógica del partido así como las posiciones otorgadas por cada uno de los
miembros del mismo.
Segundo paso: Se halla la varianza de las medias ideológicas.

σ௡௜ୀଵ൫‫ݔ‬௜ െ ‫ݔ‬ҧ௝ ൯ 
ൌ ‫ݏ‬ଶ 
݊
Tercer paso: Se obtiene la raíz cuadrada del resultado anterior para obtener
la desviación típica.
CUADRO 2.7
CÁLCULO DE LA COHERENCIA IDEOLÓGICA DEL PS DE CHILE (2006-2010)

Ideología del partido según sus miembros (n=11) x1 = 3, x2 = 3, x3 = 3 … x11 = 5


Promedio ideológico del partido ‫ݔ‬ҧ௝ ൌ ʹǡ͹͵
Cálculo de la varianza σభభ మ
೔సభሺ௫೔ ିଶǡ଻ଷሻ 
‫ݏ‬ଶ ൌ 
0,818
ଵଵ
Cálculo de la desviación típica
‫ ݏ‬ൌ ඥͲǡͺͳͺ
0,818
Coherencia ideológica 
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos provenientes de PELA.

CUADRO 2.8
COHERENCIA IDEOLÓGICA EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS CHILENOS (2006-2010)

Coherencia ideológica
Partido político
(mínimo 0 máximo 4,5)
PDC 0,60 (16)
PPD 1,5 (16)
PS 0,91 (11)
RN 1,15 (14)
UDI 0,98 (22)
El valor máximo teórico de la desviación típica se ha calculado: (valor máximo posible – valor
mínimo)/2.
Fuente: Elaboración propia a partir de PELA.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 47

— Coherencia programática (Ruiz, 2007)


La coherencia de un partido también se puede calcular referida a las
posiciones de los miembros del partido en diferentes temas o áreas
presentando una medición conjunta del grado de disenso en cuestio-
nes programáticas. En este caso se realizará el cálculo de la coherencia
programática en los partidos chilenos en relación a las posiciones más
o menos favorables al papel del Estado en la economía, en la prestación
de servicios públicos y en el control de los recursos naturales. La lógi-
ca, como se verá, es similar a la anterior. Únicamente hay que realizar
transformaciones a las variables de las que se extraerá la coherencia
programática.

Resolución

Primer paso: Se toman las posiciones de los miembros de un partido


respecto a las cuestiones bajo análisis (en este ejemplo práctico las po-
siciones Estado-mercado). Si estamos comparando variables que estén
medidas en diferentes escalas, es necesario hacer previamente una trans-
formación de las mismas para que el resultado final no esté influido por
la unidad de medida diferente (Ruiz, 2007: 52). En este caso no ha sido
necesario cambiar la escala de medición pues las tres variables están me-
didas de 1 a 5, teniendo un significado similar 19, pero se ha realizado la
conversión escalar al pasar la medición de 0 a 100 a partir de la siguiente
fórmula 20:

Valor antigua variable – Valor mín. antigua variable


Valor nueva variable = · 100
Valor máx. antigua variable – Valor mín. antigua variable

Segundo paso: Se suman las respuestas de cada diputado, por cada partido,
en las preguntas consideradas y se divide por el número de preguntas (en
este caso son tres cuestiones).

Tercer paso: De la cifra resultante anterior se calcula la desviación típica


en cada partido político para obtener la coherencia final de esa dimensión
Estado-mercado.

19
En las tres preguntas, el mínimo, 1, corresponde a una presencia máxima del Estado y
el máximo de la escala, 5, implica una postura más inclinada a la actividad de empresas en
la economía, en la prestación de servicios públicos y en la gestión de los recursos naturales.
20
En este ejemplo las tres variables tienen la misma escala de medición, de modo que otra
opción sería dejarlas en su métrica original.
48 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 2.9

CÁLCULO DE LA COHERENCIA PROGRAMÁTICA EN EL PPD DE CHILE


(2006-2010)

Promedio papel Promedio papel del Promedio papel


Promedio de
Diputado del Estado Estado en prestación del Estado
posiciones
(0-100) de servicios(0-100) (0-100)
Diputado 1 50 25 25 (50 + 25 + 25) / 3 = 33,33
Diputado 2 50 50 75 (50 + 50 + 75) / 3 = 58,33
Diputado 14PPD … … … …

Promedio programático del partido = 41,67


614i

1 (xi – 43,33)2
Cálculo de la varianza = s2 = = 388,89
14

Desviación típica = s = ZXXXXXX


388,89
Coherencia en la dimensión Estado-mercado: 19,72
Fuente: Elaboración propia a partir de PELA.

CUADRO 2.10

COHERENCIA PROGRAMÁTICA EN CHILE (2006-2010): EL PAPEL DEL ESTADO

Promedio papel del Estado Coherencia programática


Partidos (n)
(convertida de 0-100) (0 mínimo, 50 máximo)

RN (14) 70,83 11,20


PDC (15) 45,0 15,70
PS (11) 28,03 21,50
PPD (15) 43,33 19,70
UDI (24) 74,65 13,30
Fuente: Elaboración propia a partir de PELA.

Interpretación

La coherencia partidista permite valorar el grado de estructuración ideoló-


gico-programática de los partidos políticos. Su cálculo completa la infor-
mación sobre los promedios de las ubicaciones ideológicas o programáticas
de los partidos que se veían en el apartado anterior. Como se ha señalado,
tan importante es conocer la posición de un partido frente a un tema como
saber el grado de unidad interna en relación al mismo.
El cálculo de la coherencia partidista como medición del disenso puede
realizarse a través de diferentes estadísticos, aunque el método más frecuente
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 49

ha sido mediante las desviaciones típicas. Los valores altos de las desviaciones
advierten de incoherencia o disenso al interior del partido, mientras que los
valores bajos de las desviaciones indican un grado alto de coherencia interna.
En el ejemplo se han calculado los niveles de coherencia ideológica y
programática de la élite parlamentaria chilena siguiendo dos estrategias en
el tratamiento de los datos. En primer lugar, respecto a la estructuración
ideológica, se han obtenido las desviaciones típicas partiendo de un único
ítem: la ubicación que los diputados otorgan al partido en la escala iz-
quierda (1) y derecha (10). En segundo lugar, se han calculado los nive-
les de coherencia programática en los partidos a partir de tres variables
relativas al papel del Estado con el fin de obtener una medida resumen de
esta dimensión de la competencia partidista. Para ello se ha realizado una
conversión de la escala de medición, de 0 a 100, de cada una de las variables
previa al cálculo del indicador de coherencia. Aunque aquí se ha elegido un
ejemplo sencillo que se refiere a tres cuestiones relacionadas con el tamaño
del Estado, cualquier análisis de coherencia intrapartidista, en un issue o
conjunto de issues concretos, necesita de justificaciones teóricas que sus-
tenten la relevancia del tema elegido para el partido o para el sistema de
partidos, ya sea en clave histórica o en clave de coyuntura. Para ello es útil
analizar la literatura especializada que detalla la estructura de clivajes del
sistema de partidos que es objeto de estudio. Asimismo, para el tratamiento
conjunto de las variables que se elijan conviene analizar la relación entre
estas para asegurarse de la validez de la medida, además de la conversión a
una escala común de medición.
Por otra parte, en caso de que se pretenda una medición de coherencia
total del partido, el abanico de temas sobre los que medir el grado de di-
senso ha de capturar aquellos que sean estructural y coyunturalmente más
relevantes en el sistema de partidos al que pertenece ese partido o parti-
dos. Cuanto mayor sea el número de temas relevantes que se incluyan más
válida será la medición que se obtenga. Todo ello está condicionado a la
evidencia empírica disponible. En este sentido, en caso de que se disponga
de una encuesta con un número alto de preguntas incluibles en el análisis,
conviene realizar un análisis factorial. Este tipo de análisis pone de mani-
fiesto las dimensiones que subyacen en las respuestas de los entrevistados
y permite agrupar los temas (en tres o cuatro grandes dimensiones) que
estructuran la competencia en el sistema de partidos, así como las pregun-
tas que conforman cada uno de esos temas. Una vez hecho esto, habrá que
decidir si se analizan todas esas dimensiones o solo algunas dimensiones de
la coherencia mediante la agrupación de las variables, como se ha mostrado
en el ejemplo.
En cuanto a los resultados obtenidos, se puede destacar la variedad en
el grado de estructuración interna de los partidos chilenos. Así, la alta con-
vergencia de posturas ideológicas en el PDC, con un 0,60 de puntuación,
contrasta con las diferencias en el interior del PPD y de RN (1,5 y 1,15,
50 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

respectivamente). En un punto intermedio de coherencia estarían el PS y la


UDI, que son los partidos situados en los extremos del espectro ideológico
chileno.
El análisis de la coherencia programática también ha revelado la exis-
tencia de diversos grados de coherencia interna en cuanto al rol que debe
desempeñar el Estado. En estas cuestiones, RN es la que presenta un mayor
nivel de consenso (con una puntuación de 11,20), en tanto que las desviacio-
nes típicas del PS (21,5) y las del PPD (19,7) indicarían un notable desacuer-
do en torno a esta dimensión programática en ambos partidos. Ahora bien,
y al contrario de lo sucedido para la coherencia ideológica, en esta temática
hay una interesante relación entre ubicación en la escala izquierda-derecha
y coherencia. Así, los partidos más unidos en torno a la cuestión Estado-
mercado son los que están ubicados en el ala derecha de la escala ideológica
(UDI y RN); mientras que los diputados de izquierda, PS y PPD, exhiben un
grado de coherencia menor. Esta relación habría que confirmarla mediante
coeficientes de asociación.
Los datos muestran la variación en el grado de coherencia ideológica
y programática entre los partidos chilenos. A su vez, la comparación con
otros contextos y la comparación diacrónica en Chile darían una panorámi-
ca mucho más completa y detallada del grado de estructuración ideológica
y programática.

2.3. Cohesión partidista


La cohesión partidista es un indicador muy utilizado. Consiste en estudiar
el comportamiento de los partidos políticos a partir del patrón de voto de
sus legisladores. En concreto, la cohesión se ocupa del grado de unidad en
el voto de los partidos o grupos parlamentarios. Con este indicador se ahon-
da en la temática de la unidad en los partidos de la que también se ocupan
otros indicadores, como el de coherencia partidista (apartado 2.2). En el
caso de la coherencia se aborda la unidad desde el punto de vista de las
actitudes de los miembros de los partidos, mientras que la cohesión lo hace
desde el punto de vista de los comportamientos.
La gestación del concepto de cohesión partidista desde las primeras con-
ceptualizaciones de Rice (1925) hasta llegar a su significado actual ha estado
marcada por una cierta confusión. En primer lugar, hay quien considera que
la cohesión es un término genérico para estudiar la unidad, tanto en cuestio-
nes actitudinales (por ejemplo la cohesión ideológica) como en los comporta-
mientos (por ejemplo la dirección del voto en el Legislativo). Un ejemplo de
este uso sería el estudio de la cohesión ideológica que realizan Llamazares
et al. (2006) o el trabajo de cohesión programática de Kitschelt y Smyth
(2002). En segundo lugar, el estudio de la cohesión se puede ocupar de la
unidad en el comportamiento del partido pero no solo en el ámbito del po-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 51

der legislativo. Esta sería la postura de Ózbudun (1970). En tercer lugar, hay
quien incluye dentro del concepto de cohesión las acciones que llevan a cabo
los miembros de los partidos para obtener niveles de unidad. Desde esta pers-
pectiva, la cohesión evalúa las acciones que llevan a cabo los miembros de
los partidos para obtener niveles de unidad, más que el grado en que esta se
produce. Así Ózbudun (1970, en Maor, 1997: 138) define cohesión como «el
grado en que los miembros del grupo trabajan juntos por las metas del gru-
po». En este caso, se incluirían además otros conceptos que han adquirido
una entidad propia, como el de disciplina partidista. Esta equiparación entre
disciplina y unidad se encuentra también en trabajos recientes como el de
Carey (2009), que defiende el uso sinónimo de ambos conceptos.
En aras de la claridad conceptual y de una operacionalización válida de
los términos, en este cuaderno se reserva el concepto de cohesión para el estu-
dio del grado de unidad en el voto en el Legislativo por parte de los diferentes
partidos políticos. Se utilizará como sinónimo de unidad partidista aplicada
al estudio del voto en el órgano legislativo (Carey, 2009). Así se establece una
diferencia entre la unidad en los comportamientos (cohesión partidista) y la
unidad en actitudes (coherencia partidista). Además también se distingue en-
tre la existencia de unidad y los mecanismos para conseguirla que, en el caso
de la cohesión, tiene a la disciplina partidista como uno de los métodos para
lograrla. Conviene hacer algunas distinciones adicionales para diferenciar a
la cohesión partidista de otros dos conceptos que han tendido a utilizarse en
el ámbito legislativo: disciplina partidista y unidad partidista. La definición
de estos términos e incluso el grado de autonomía conceptual, entre sí y con
respecto a la cohesión, no ha sido suficientemente discutida.
La disciplina partidista se refiere a la acción o acciones que se llevan
a cabo para lograr la unidad en los comportamientos. Con ello se alude a la
capacidad del partido para controlar los votos de sus miembros en el Parla-
mento. Tsebelis (1997), Figuereido y Limongi (1995) y Kitschelt (2001) son
ejemplos de esta distinción entre cohesión y disciplina que Ózbudun seña-
laría por primera vez en 1970. En el ámbito legislativo, la disciplina es una
fuente de cohesión partidista, como también lo es la coherencia partidista.
De hecho, cuando hay un consenso natural en las percepciones sobre los
temas y las posiciones en las votaciones antes de que estas se produzcan,
disminuye la necesidad de ejercer disciplina partidista.
En resumen, la cohesión se refiere al grado de coordinación del grupo
y se manifiesta en el sentido mayoritario del voto de la fracción legislativa;
mientras que la disciplina partidista implica la acción del grupo a la hora
de ejercer el voto legislativo, bien acatando las instrucciones del líder o de la
dirigencia del partido, bien a partir de los incentivos que se den al interior
del grupo legislativo. Esta disciplina partidista es un proceso explicado, en
buena medida, por el sistema de incentivos y acceso a recursos o privilegios
que se activan en el mismo órgano legislativo. Partiendo de esta idea, la dis-
ciplina es el resultado de las relaciones de poder dentro del partido político
52 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

que pueden tener que ver con bienes clientelares, como señala Ames (2002),
o con el impacto del líder (Bowler et al., 1999), entre otros factores.
Es difícil realizar una medición fiable de la disciplina por cada ley que
se aprueba ya que no hay nada semejante a un registro en los partidos de
las instrucciones precisas a sus legisladores en cuanto al sentido de su voto.
El único recurso posible son las entrevistas, apelando a la memoria, y el
análisis de hemeroteca que suele hacerse eco solo de algunas leyes.
Así mismo, las acciones que estudia la disciplina suelen estar referidas
al ámbito intraparlamentario de los procesos de votación, pero esta disci-
plina puede ejercerse en otras cuestiones como la asistencia/ausencia de los
diputados a una sesión en el Congreso. Del mismo modo, existen ámbitos
extraparlamentarios donde se puede analizar la disciplina. Este es el caso de
las reuniones dentro de un partido para nombrar candidatos o votar la com-
posición de órganos internos, por citar dos tipos de votaciones que se produ-
cen en los partidos y donde las posibles corrientes internas pueden ejercer
la disciplina. Bowler et al. (1999: 5) es un ejemplo de esta ampliación de la
medición de la disciplina partidista más allá del ámbito legislativo.
La lealtad partidista es otro de los conceptos susceptible de distinguir-
se del de cohesión partidista. En su acepción más tradicional se refiere a la
permanencia de los integrantes dentro de su partido 21. La situación contra-
ria se denomina, comúnmente, transfuguismo. Ambos términos se suelen
estudiar en el contexto de los órganos legislativos refiriéndose, por tanto,
a la permanencia o cambio de los legisladores con respecto a sus grupos
parlamentarios de origen. Algunos autores, como Melo (2000), utilizan los
cambios de partido por parte de los legisladores como una medición al-
ternativa del grado de cohesión partidista. Esta medición es útil cuando el
análisis de los votos no proporciona toda la información (por ejemplo, en
aquellas Cámaras donde la disciplina de voto es obligatoria), o en aquellas
Cámaras donde sea imposible obtener esta información (porque los votos
no se cuenten de forma individual o porque no siempre se guarda un regis-
tro de los mismos).
Junto a la ya mencionada confusión conceptual que ha hecho utilizar
estos términos de forma equívoca y confundirlos con la cohesión partidista,
el estudio del grado de unidad en el comportamiento en el Legislativo no ha
estado exento de polémica. El primer aspecto problemático en la medición
de la cohesión partidista tiene que ver con las fuentes de evidencia empírica.
Si se utiliza la acepción más frecuente de cohesión partidista como medi-

21
Existe una acepción de lealtad partidista que se refiere a las actitudes de los miembros
de los partidos. Esta concepción de lealtad partidista es menos frecuente que la referida a
comportamientos y se entiende por su contraposición con la lealtad al electorado. Así, esta
lealtad se refiere a la declaración de los legisladores respecto a su rol y fidelidades debidas en
el ejercicio de su trabajo y al grado de importancia que en sus decisiones otorga a los intereses
del electorado y/o a los de su partido (Maurer, 2000). Es una concepción subjetiva de lealtad
frente a la apuesta de Melo (2000) de medirla en comportamientos reales.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 53

ción de la unidad de comportamientos en el ámbito legislativo, la fuente


de evidencia empírica más válida para medir la cohesión es el registro de
votación de los diputados para cada una de las leyes en cada uno de los pe-
ríodos legislativos. Esta información puede estar recogida individualmente
para cada diputado cuando el voto es nominal como en Estados Unidos (roll
call voting). Poole y Rosentahl (1997) revolucionaron el estudio del compor-
tamiento en el Congreso norteamericano mediante un software (NOMINA-
TE) que utiliza la información individual de los congresistas a lo largo de
décadas para realizar mapas de comportamiento según partidos, temas y Es-
tados. Su aproximación ha recibido un gran seguimiento posterior (Krehbiel,
1998; Cox y McCubbins, 2005, entre otros). Por el contrario, puede existir
información de los votos a favor y en contra que recibe una ley, pero sin un
registro de la dirección del voto de cada congresista. Finalmente, un tercer
tipo de situación es que se registre únicamente la aprobación o rechazo
de la norma de ausencia sin un registro de los votos. Este tipo de votación
adquiere formas variadas: votaciones donde se escucha primero a los parti-
darios del Sí que emiten una afirmación de forma grupal y luego se escucha
a los del No; voto por carpetazo, donde los congresistas dan golpes en sus
mesas; voto por ánfora, donde el congresista introduce su voto (sí o no) en
una urna o ánfora, por citar algunas modalidades. La regulación del tipo
de registro de voto varía por países y por períodos. Aunque casi todos los
países han avanzado hacia el registro electrónico de voto, este no siempre
se utiliza. Por ejemplo, en Argentina dependiendo de la votación se practica
un tipo de registro u otro.
En los casos en que la información relativa al voto no está disponible
porque no exista registro del mismo se puede recurrir a entrevistas para que
los legisladores recuerden su voto, generalmente respecto a temas especial-
mente polémicos o relevantes. Si bien esta estrategia metodológica permite
construir indicadores válidos, presenta algunas desventajas. Por una parte,
su fiabilidad no es tan alta puesto que el legislador puede no recordar o no
declarar el mismo voto que emitió, mientras que en el caso de las grabacio-
nes oficiales esto no sucede. Además, el número de recuerdos de voto sobre
los que se le puede preguntar al legislador es más reducido que en un aná-
lisis de registros de voto que permite abarcar grandes períodos de tiempo.
Otro método ha sido la revisión de aquellas noticias publicadas en prensa
que recojan aspectos como el desarrollo, el resultado y los incidentes de
votaciones destacadas. Las limitaciones en este caso son parecidas a las del
recuerdo de los legisladores: la información no cubre todas las votaciones y
es difícil sistematizarla.
El segundo punto crítico en la operacionalización de la cohesión par-
tidista han sido las estrategias para la medición del disenso. Las diferentes
fórmulas con las que se ha medido la cohesión partidista han abordado
sucesivamente estas cuestiones y han mejorado la operacionalización del
concepto, a la vez que la han sofisticado. Tres han sido los aspectos más
54 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

polémicos: el tratamiento de las abstenciones en los procesos de votación,


el tratamiento de las ausencias en las votaciones, así como el grado variable
de conflictividad de los temas objeto de votación.
Rice (1925) constituye el primer antecedente de una medición cuanti-
tativa de la unidad de comportamientos en el Legislativo y su fórmula es
todavía hoy una de las más utilizadas para medir la cohesión partidista. Su
cálculo parte de la diferencia en términos absolutos entre los votos a favor
y los votos en contra de un grupo parlamentario; y después obtiene la pro-
porción sobre el total de los votos emitidos (positivos y negativos). Este in-
dicador oscila entre 0, valor que indica una cohesión extremadamente baja,
y 1, que expresaría un alto grado de cohesión partidista. De igual manera
puede realizarse su cálculo a partir de los porcentajes a favor y en contra,
resultando un índice de 0 a 100 con el mismo significado.
A partir de este indicador, Janda (1980: 119) propuso una codificación
de los niveles de cohesión partidista obtenidos; a saber: entre 1 y 0,9, par-
tidos totalmente cohesionados, 0,8-0,70, altamente cohesionados; algo co-
hesionados entre el intervalo 0,60-0,50; no cohesionados entre el 0,4-0,3;
divididos (0,20-0,10) y altamente divididos, cuando el resultado es 0.
Sin embargo, el índice de Rice excluye el «no voto»: abstenciones y
ausencias. Esta sería una de las debilidades del cálculo RICE, ya que no
habría manera de interpretar un comportamiento habitual de los diputa-
dos cuando quieren demostrar abiertamente su disenso respecto a la línea
partidista. Por ejemplo, en una votación de un grupo parlamentario de 100
miembros en el que 60 de ellos votan afirmativamente y 40 se abstienen. El
cálculo de la fórmula de Rice arrojaría un valor de 1, indicando equívoca-
mente el máximo de cohesión cuando en realidad la alta abstención proba-
blemente esté encubriendo falta de cohesión interna. Del mismo modo, si
en un grupo pequeño, por ejemplo de 5 diputados, se abstienen 4 de ellos
y solo 1 emite su voto, este índice carecería de utilidad. Por esta razón, la
medición propuesta por Rice (1925) puede ser un indicador adecuado para
medir el grado de disenso en una fracción, más que la existencia de cohe-
sión en la misma.
Posteriormente se han llevado a cabo modificaciones del índice de Rice
para contabilizar las abstenciones que son considerables como una forma
especial de rechazo, de desacuerdo con el sentido del voto mayoritario del
grupo parlamentario o, incluso, un síntoma de indisciplina hacia la línea
del partido. Weldon (2000) tomó en cuenta los tres valores posibles en las
votaciones (sí, no, abstención) y aplicó esta modalidad a su estudio sobre
la cohesión en el Legislativo mexicano. Para ello calculaba la proporción
del valor más alto (sí, no, abstención) sobre el número total de diputados
que votan en cada partido. Esta variante va de 33 a 100, indicando en su
mínimo, 33, la situación en la que el grupo político se divide de manera
equivalente entre votos a favor, en contra y abstenciones, y 100 que indica
situaciones donde todos los integrantes de la bancada votan en la misma
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 55

dirección. En su cálculo de la cohesión partidista, Weldon defendía la exclu-


sión de los legisladores que no acuden a la cámara porque es difícil saber si
su ausencia es accidental o intencional.
Otra alternativa al índice de Rice es el de Jones (2002: 155). Esta medi-
ción considera la cohesión de los grupos legislativos a partir de la tendencia
en la aprobación de las iniciativas. Su cálculo se basa en la proporción de
los votos a favor de una iniciativa sobre los totales. Por ejemplo, en una
votación donde la mayoría del grupo político ha dicho «sí», la disciplina
relativa sería el resultado de los votos a favor dividido entre la suma de los
votos del partido a favor y los votos del partido en contra. Si se quiere hallar
la disciplina absoluta, el numerador sería el número de votos a favor, y el
denominador la suma de los votos en contra, las abstenciones, las ausencias
y los votos a favor de ese grupo político.
Carey (2007, 2009) también tuvo en cuenta alguna de las limitaciones
de la medición de Rice en su propuesta de indicador para medir la cohe-
sión de un grupo legislativo. El autor llamó a este cálculo UNITY (unidad)
de un partido j en un voto t. Al igual que los resultados de la fórmula de
Rice, sus puntuaciones varían entre 0 y 1, tomando el valor mínimo si los
diputados se dividen equitativamente en votos a favor y en contra, o si no
votan. Alcanzará el máximo, 1, si todos los miembros votan en el mismo
sentido (positivo o negativo) y se situará en un punto intermedio cuando
los diputados se dividen en sus votaciones entre «síes» o «noes» o si algunos
de ellos no votan. La diferencia más importante respecto al indicador de
Rice radica en la cantidad de «no votos» (sean ausencias o abstenciones)
que emite cada grupo político. En caso de que se dé tal comportamiento,
el indicador de UNITY suele arrojar un valor ligeramente menor al de Rice
(Carey, 2009: 120).
Junto a la cuestión de las ausencias y abstenciones, otro de los proble-
mas que ha surgido en el proceso de mejora de la operacionalización del
concepto de cohesión partidista es la consideración equitativa o ponderada
de las votaciones en función de algún criterio de relevancia de las mismas. Es
posible que los grupos políticos exhiban una gran cohesión en comisiones
importantes o, al contrario, que exista mucho debate entre partidos y las
votaciones sean ajustadas. Así mismo, en la situación opuesta, que en las
comisiones de menor rango o temáticas menos conflictivas pueda haber un
comportamiento diferenciado en los grupos legislativos y eso acabe refleján-
dose en los cálculos de cohesión.
Teniendo en cuenta este argumento, Carey (2009) actualizó tanto el ín-
dice de Rice como su variante (UNITY), integrando en la fórmula original
el umbral requerido para la aprobación de la ley o iniciativa legislativa. De
tal manera, cuanto más competida sea una votación más relevante será la
medición de cohesión. Estas propuestas se conocen como el índice de Rice
ponderado (WRice) y el índice de Unity ponderado (WUnity). Ambas tienen
como base las fórmulas de Rice y UNITY pero incluyen en su cálculo el
56 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

umbral o el tipo de mayoría necesaria para la aprobación de la ley (THRES-


HOLD), con el fin de mostrar hasta qué punto la votación bajo estudio fue
disputada o si hubo una mínima competencia (CLOSE). La normativa de
la legislatura bajo estudio determinará qué mayoría debe aplicarse en cada
caso. Por ejemplo, puede tratarse de una mayoría simple. Ello requiere más
votos a favor que en contra; o puede ser una mayoría cualificada (tres quin-
tos, dos tercios, etc.) que suele aplicarse para la aprobación de leyes de
carácter especial. En cualquier caso, el investigador debe tener en cuenta si
dicha mayoría se entiende en términos absolutos, la proporción sobre el to-
tal de los miembros del órgano; o en términos relativos, la proporción de los
votos emitidos sujetos al quórum. La consecuencia más importante radica
en el modo en que se contarán los «no votos». Si el umbral de aprobación
se toma en términos relativos, los «no votos» quedan fuera del cómputo y,
por lo tanto, no afectarán al cálculo de la cohesión. Sin embargo, cuando las
mayorías se establecen en términos absolutos (véanse los casos de Guate-
mala o Nicaragua), los «no votos» se tendrán en cuenta en el cómputo y ello
afecta al resultado de la votación como si fueran «noes». En estas situacio-
nes, como bien señala Carey (2009: 122), lo más recomendable es proceder
de acuerdo al objetivo del análisis de las votaciones. Así, será adecuado tra-
tar los «no votos» como «noes» si lo que se quiere es observar el resultado fi-
nal de la votación, dado que ignorar esos «no votos» en los cálculos tendría
un impacto evidente en el índice de Rice ponderado. Pero, si el interés está
centrado en analizar las posiciones del partido ante un tema, el «no voto»
también puede estar comunicando la oposición pasiva del legislador ante el
partido, menos intensa quizá que el «no», tal y como se señalaba anterior-
mente. Si se obvian estos «no votos», o se convierten en noes, se ocultaría el
disenso interno de muchas situaciones que se quieren estudiar.
Otro elemento destacado de este indicador es que el uso de los resul-
tados de las votaciones realizadas por el conjunto de la cámara y los del
partido político permite obtener dos variantes del mismo índice: la cohesión
intrapartidista si se calcula este índice para un solo grupo político y la cohe-
sión interpartidista si se hace el cálculo para dos o más grupos políticos.
En lo que se refiere a la interpretación de los índices, todos varían de 0
a 1, siendo este último valor el máximo de cohesión partidista o unidad. No
obstante, cabe hacer un apunte sobre el acento normativo que ha dominado
la aproximación al estudio de la cohesión que la ha tendido a considerar
un aspecto deseable en el funcionamiento de un partido político. Al respec-
to, es cierto que la cohesión de los partidos aumenta la certeza de que se
comporten como actores homogéneos en el Legislativo (Kitschelt, 2001) y
que, de existir cohesión, aumenta la predictibilidad de la dirección de las
conductas tanto en ese ámbito como en otros ámbitos de actividad del par-
tido. De la misma forma se incrementa la efectividad de los partidos en las
acciones que diseña, disminuyendo el riego de ingobernabilidad (Colomer,
2001). Pero no es menos cierto que la cohesión creada de manera artificial,
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 57

mediante disciplina, atenta contra la representatividad de los partidos. Una


prueba de ello son las vívidas discusiones respecto a la posible exigencia de
mandato imperativo a los legisladores 22. Si únicamente se quisieran acto-
res unitarios, entonces bastaría con elegir a un legislador de cada partido
y contabilizar su voto ante cada proyecto de acuerdo con el porcentaje de
electores que apoyan al partido en las votaciones para elegir la Asamblea
Legislativa. Así se garantizaría una línea de partido perfecta y se econo-
mizarían recursos públicos. Estos son temas todavía pendientes de debate
en la literatura especializada que por ahora ha llevado a cabo importantes
avances en materia de medición de la cohesión.

Ejercicio práctico: cálculo de la cohesión partidista


La cohesión partidista mide el grado de unidad en los comportamientos del
grupo parlamentario. La existencia de cohesión se manifiesta en el sentido
mayoritario del voto de la fracción legislativa. A continuación se ven las
cuatro fórmulas que han tenido una mayor aceptación hasta la fecha: el
índice de Rice (1925), el índice de Weldon (2000), junto con los índices de
UNITY y UNITY ponderado de Carey (2007 y 2009). Todos ellos varían de 0
a 1, siendo este último valor el máximo de cohesión partidista.

Datos

Para calcular la cohesión partidista son necesarios los resultados de las vo-
taciones de los grupos políticos del Congreso. Entre los posibles criterios
de selección para el análisis de la cohesión, el investigador se restringirá a
aquellas votaciones que sean su objeto de estudio (leyes, decretos, enmien-
das, iniciativas, etc.); escogerá entre materias o comisiones; períodos legis-
lativos o incluso un grupo político o coalición de partidos. La proliferación
de estudios sobre la cohesión legislativa, a la que no ha sido ajena la mayor
accesibilidad a las votaciones, ha facilitado el desarrollo de numerosas me-
diciones e índices que en mayor o menor complejidad han hecho posible la
comparación en términos de espacio y tiempo.
Aquí se presentan ejemplos prácticos de la aplicación de algunos de ellos
tomando datos de la LXI Legislatura (2009-2012) de la Cámara de Diputa-
dos de México. En concreto, se ofrecen los resultados de una votación reali-
zada en la Comisión de Hacienda y Crédito Público en el primer período de
sesiones de la citada legislatura 23.

22
Para una interesante reflexión sobre el mandato imperativo, véase Manin (1998).
23
La votación corresponde al Dictamen de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del
proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley del Impuesto Es-
pecial sobre Producción y Servicios (en lo general y en lo particular los artículos no reservados)
realizada el 20 de octubre de 2009.
58 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 2.11

VOTACIÓN DE UN PROYECTO DE REFORMA EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público

A favor En contra Abstención Ausencias


PAN 139 0 1 3
PRI 210 11 2 14
PRD 29 29 4 9
…1 … … .. …
Total 396 57 8 39
1
Se presentan únicamente los resultados de la votación de los principales partidos políti-
cos mexicanos. Los resultados para otros partidos fueron los siguientes: PVEM (15,0,0,5), PT
(0,10,0,3), PNA (3,4,0,2), CON (0,3,0,3).
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por la Gaceta Parlamentaria.

— Índice de Rice (1925)

Este es el índice más utilizado para medir la cohesión partidista. Se calcula


a partir de la diferencia en términos absolutos entre las proporciones de
votos a favor y en contra dentro de un grupo parlamentario, o partido, en
una determinada votación.

Fórmula

Índice de Rice = RICEjt = |SIjt – NOjt| en el partido j para la votación t

Donde: SIjt y NOjt son las proporciones de las votaciones a favor y en contra en el
partido j en la votación considerada (t).
Fuente: Adaptado de Rice (1925).

Resolución

Primer paso: Para cada partido político se calculan las proporciones de las
votaciones a favor y en contra. El sumatorio de éstas debe ser 1. Para el
cálculo no se tomarán en cuenta ni las abstenciones ni las ausencias de
legisladores.
Segundo paso: Se calcula la resta de ambas proporciones.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 59

CUADRO 2.12

CÁLCULO DEL ÍNDICE RICE EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público

Proporciones de los Proporciones de los


|SIjt-NOjt| RICEjt
votos a favor votos en contra

PAN 139/139 0/0 |1 – 0| 1

PRI 210/221 11/221 |0,95 – 0,05| 0,9

PRD 29/58 29/58 |0,5 – 0,5| 0


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por la Gaceta Parlamentaria.

Una alternativa para su cálculo consiste en restar en valor absoluto los


votos a favor menos los votos en contra para cada partido político, hallando
a continuación la proporción sobre el total de votos positivos y negativos
emitidos (cuadro 2.13).

CUADRO 2.13

ALTERNATIVA PARA EL CÁLCULO DEL ÍNDICE RICE EN MÉXICO,


LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


Cálculo de la
A favor En contra |SIjt-NOjt| proporción sobre RICEjt
votos emitidos
PAN 139 0 139 – 0 139/139 1
PRI 210 11 210 – 11 199/221 0,9
PRD 29 29 29 – 29 0 0
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por la Gaceta Parlamentaria.

— Índice de Weldon (2000)

A continuación se ofrece un cálculo de este índice con la misma votación


utilizada en el ejemplo anterior. A diferencia del índice RICE, el de Weldon
incluye las abstenciones además de los síes y noes como una tercera alter-
nativa en cualquier votación.
60 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Fórmula

Índice de Weldon = WELDONjt = max (SIjt , ABSjt , NOjt) en el partido j para la


votación t

Donde: SIjt, ABSjt, NOjt se refiere a las proporciones de votos a favor, abstenciones o en
contra en la votación t del partido j.
Fuente: Adaptado de Weldon (2000).

Resolución

Primer paso: Se obtienen para cada partido político las proporciones de los votos
a favor, en contra y las abstenciones. No se tendrán en cuenta las ausencias.
Segundo paso: Se toma el valor más alto.

CUADRO 2.14
CÁLCULO DEL ÍNDICE DE WELDON EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


Proporción de Proporción de Proporción de
WELDONjt
votos a favor votos en contra abstenciones
PAN 139/140 0/140 1/140 139/140 = 0,99
PRI 210/223 11/223 2/223 210/223 = 0,94
PRD 29/62 29/62 4/62 29/62 = 0,47
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.

Una alternativa consiste en tomar el valor más alto correspondiente a


la votación (a favor, en contra y abstenciones) y calcular a continuación la
proporción sobre la suma de todos los votos para cada partido político.

CUADRO 2.15
ALTERNATIVA PARA EL CÁLCULO DEL ÍNDICE DE WELDON EN MÉXICO,
LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


Suma de
A favor En contra Abstenciones WELDONjt
votaciones
PAN 139 0 1 (139 + 0 + 1) 139/140 = 0,99
PRI 210 11 2 (210 + 11 + 2) 210/223 = 0,94
PRD 29 29 4 (29 + 29 + 4) 29/62 = 0,47
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 61

— Índice UNITY (Carey, 2007 y 2009)

El índice UNITY elaborado por Carey (2007 y 2009) es un indicador similar al de


Rice (1925) para capturar el grado de cohesión de un grupo legislativo. El grado
de UNITY (unidad) de un partido j en una votación t se calcula a partir de las
proporciones de votos a favor y en contra pero considera a todos los miembros
del grupo político, incluso a quienes no han emitido voto. Incluye como «no
votos» que emite cada grupo político tanto las ausencias como las abstenciones.

Fórmula

Índice de Unity = UNITYjt = |AYEjt – NAYjt|

Donde: AYEjt y NAYjt son las proporciones de votos a favor (Sí) y en contra (No)
para un grupo político j en la votación t.

Fuente: Adaptado de Carey (2007 y 2009).

Resolución
Primer paso: Se consideran los votos a favor, los votos en contra y los «no
votos» para cada grupo político que son los de aquellos diputados que no
votan o que se abstienen aunque pertenecen al grupo político.
Segundo paso: Se calcula la proporción de los votos a favor y en contra,
teniendo en cuenta votos y «no votos» (ausencias y abstenciones) de cada
partido político.
Tercer paso: Se hace la resta de la proporción de votos a favor y en contra en
la votación considerada.

CUADRO 2.16

CÁLCULO DEL ÍNDICE UNITY EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


Proporción de votos Proporción de votos
│AYE – NAY│ UNITYjt
a favor (AYE) en contra (NAY)

PAN 139/143 0/143 │0,97 – 0│ 0,97

PRI 210/237 11/237 │0,89 – 0,05│ 0,84

PRD 29/71 29/71 │0,41 – 0,41│ 0


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.
62 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Una alternativa a este cálculo consiste en restar en valor absoluto a los


votos a favor los votos en contra y calcular a continuación la proporción
de este resultado, dividiendo la cantidad hallada entre el total de votos del
partido político (cuadro 2.17).

CUADRO 2.17
ALTERNATIVA AL CÁLCULO DE UNITY EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA
Comisión de Hacienda y Crédito Público
│Sí – No│/total
A favor En contra No voto de votos y no UNITYjt
votos
PAN 139 0 4 (139 – 0)/143 0,97
PRI 210 11 16 (210 – 11)/237 0,84

PRD 29 29 13 (29 – 29)/71 0


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por la Gaceta Parlamentaria.

— Cohesión partidista ponderada: WRICE y WUNITY (Carey y 2007;


2009)
Ambos indicadores tienen como base las fórmulas de RICE y UNITY pero
incluyen en su cálculo el umbral de aprobación de la ley (THRESHOLD)
para comprobar en qué medida la votación fue disputada, lo que Carey lla-
ma «CLOSE», cuyo valor mínimo será 0, en caso de mínima competencia, y
1 el máximo, si la votación ha sido reñida. El autor distingue entre cohesión
intrapartidista, si se calcula el índice para un solo grupo político, y cohesión
interpartidista, si se hace el cálculo para dos o más grupos políticos.

Fórmula

Índice Ponderado de Rice = WRICEj = 6 Tt 1RICEjt˙CLOSEt




6 Tt 1CLOSEt


de un partido j en un conjunto de votaciones t, donde las proporciones se calcu-


lan a partir de todos los miembros del grupo político.
Donde: CLOSEt = 1 – (1 / THRESHOLD [│THRESHOLD – %AYEt│])
THRESHOLD es el umbral o tipo de mayoría necesaria para la aprobación de la ley.
La misma fórmula se aplicaría para WUNITYj:

WUNITYj =
6 Tt

1
UNITYjt CLOSEt
˙
6t T
1
CLOSEt

Fuente: Adaptado de Carey (2007, 2009).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 63

Resolución

Primer paso: Se realiza el cálculo de RICE (cuadro 2.18) y del índice UNITY
(Cuadro 2.19) para cada grupo político en las votaciones que se quieran
analizar. Para su cálculo se pueden revisar las páginas anteriores.

CUADRO 2.18

CÁLCULO DE LAS PUNTUACIONES RICE EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


PRI PAN PRD
RICE 1 0,68 1,00 1,00
RICE 2 0,90 1,00 0,00
RICE 3 0,96 1,00 0,10
RICE 4 0,94 1,00 0,72
RICE 5 0,78 1,00 1,00
Cálculo real basado en las primeras cinco votaciones de la comisión de Hacienda y Crédito
Público de la LXI Legislatura en el período septiembre-diciembre de 2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.

CUADRO 2.19

CÁLCULO DE LAS PUNTUACIONES UNITY EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


PRI PAN PRD
UNITY 1 0,64 0,97 0,87
UNITY 2 0,84 0,97 0,00
UNITY 3 0,89 0,97 0,07
UNITY 4 0,85 0,96 0,59
UNITY 5 0,68 0,90 0,87
Cálculo real basado en las primeras cinco votaciones de la comisión de Hacienda y Crédito
Público de la LXI Legislatura en el período septiembre-diciembre de 2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.

Segundo paso: Se obtiene el valor de CLOSEt de la votación considerando


el umbral para la aprobación de la ley, iniciativa, enmienda etc. Teniendo
en cuenta la fórmula de mayoría simple que aplica en este caso, la fórmula
sería la siguiente:

CLOSEt = 1 – (1/0,5 [│50% – %AYE│]), o lo que es lo mismo: CLOSEt =


1 – (2 [│50% – %AYEt│])
64 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 2.20

CÁLCULO DE CLOSE EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA

Comisión de Hacienda y Crédito Público


% AYE │50% – % 2│50% – % CLOSEt =1– (2
CLOSEt AYEt (Sí)
(Sí) AYEt│ AYEt│ │50% – % AYEt│)
= 344/(344 + 111) = 1 – 051
SÍ 344 25,60 0,51
= 0,76 · 100 = 76% = 0,49
NO 111
Total 455
El valor de CLOSE se ha calculado para la votación de la Comisión de Hacienda y Crédito
Público de la LXI Legislatura en el período septiembre-diciembre de 2009, correspondiente al
proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones fiscales (20 de octu-
bre de 2009). El total de AYE (Sí) incluye los votos correspondientes al PRI (187), PAN (138),
PRD (0), PVEM (12), PNA (7), PT (0), CON (0).
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.

Tercer paso: Se multiplica para cada valor del índice RICE (o UNITY) de cada
partido en cada votación por el valor de CLOSE para esa misma votación.

Cuarto paso: Se obtiene el sumatorio de la operación anterior.

Quinto paso: Se divide la cantidad resultante entre el sumatorio obtenido de


CLOSEt en las votaciones que hayan sido consideradas.

CUADRO 2.21

CÁLCULO ÍNDICE DE WRICE EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA (SOLO PRI)

Comisión de Hacienda y Crédito Público: WRICE PRI

RICE PRI CLOSEt RICE PRI · CLOSEt WRICE


0,68 0,49 0,33
0,90 0,25 0,23
0,96 0,25 0,24 = 1,21/1,51
0,94 0,06 0,05
0,78 0,46 0,36
Suma 1,51 1,21 0,80
Cálculo real basado en las primeras cinco votaciones de la comisión de Hacienda y Crédito
Público de la LXI Legislatura en el período septiembre-diciembre de 2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 65

CUADRO 2.22

CÁLCULO ÍNDICE DE WUNITY EN MÉXICO, LXI LEGISLATURA (SOLO PRI)

Comisión de Hacienda y Crédito Público: WUnity PRI


UNITY PRI CLOSEt UNITY PRI · CLOSEt WUNITY
0,64 0,49 0,31
0,84 0,25 0,21
0,89 0,25 0,22 = 1,19/1,5
0,85 0,06 0,13 = 0,74
0,68 0,46 0,32
Suma 1,51 1,19
Cálculo real basado en las primeras cinco votaciones de la comisión de Hacienda y Crédito
Público de la LXI Legislatura en el período septiembre-diciembre de 2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos disponibles en la Gaceta Parlamentaria.

CUADRO 2.23

COMPARACIÓN DE ÍNDICES DE COHESIÓN PARTIDISTA

Partido Índice
Índice RICE Índice UNITY WRICE WUNITY
político WELDON
PRI 0,9 0,94 0,84 0,80 0,74
PAN 1 0,97 0,97 – –
PRD 0 0,47 0 – –
Fuente: Elaboración propia.

Interpretación

La cohesión partidista proporciona una rica información sobre el grado de


consenso interno de un grupo político en el Legislativo. En estas páginas
se han presentado diversas modalidades para su cálculo (RICE, WELDON,
UNITY, WRice y WUnity) que han sido aplicadas a los principales partidos
mexicanos: PAN, PRI y PRD.
En términos generales, el índice RICE ha mostrado una alta cohesión en
los partidos PAN y PRI. Ambos están muy próximos al máximo de cohesión
(1), en tanto que las puntuaciones obtenidas para el PRD han evidenciado
un partido altamente dividido. Los cálculos del índice Unity ofrecen una
imagen muy similar en lo que se refiere a la cohesión de los tres partidos.
Este índice se basa, al igual que el de RICE, en la diferencia entre las pro-
porciones de votos a favor y en contra de los miembros del partido, pero
66 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

toma en cuenta las ausencias y abstenciones para su cómputo. De modo que


ambos índices convergen en sus valores cuanto mayor sea la participación
efectiva de los diputados, o menor sea el número de «no votos» en cada
partido político.
Por su parte, el índice de Weldon (2000), resultado de escoger la propor-
ción más alta de las tres posibles votaciones de los diputados (sí, no y abs-
tención), ha mostrado niveles de cohesión similares a RICE y UNITY para
el PAN y el PRI. Sin embargo, en el caso del PRD el nivel de cohesión fue
de 0,47, que denota baja unidad en el voto pero que está lejos de los índices
RICE y UNITY que lo caracterizaban como partido sin ninguna unidad en
el voto (0). Este resultado ilustra hasta qué punto los niveles de cohesión
partidista pueden ser diferentes en función del índice utilizado.
A partir de los valores que han mostrado los índices en las diferentes
votaciones se puede hablar de la existencia de un patrón diferenciado de
comportamiento en los tres principales partidos mexicanos. Según estos
cálculos, habría un partido internamente muy cohesionado, el PAN, con
indicadores de 1 o muy próximos a 1 en cualquiera de sus variantes. En
el lado opuesto, las bajas puntuaciones en cohesión alcanzadas en el PRD in-
dicarían una fuerte división del partido o, cuando menos, un comporta-
miento muy desigual de sus miembros en función de la votación realiza-
da. Asimismo, la evidencia mostrada apunta a una alta cohesión interna
en el PRI aunque, como hemos visto al aplicar los índices ponderados
(WRICE o WUNITY), la estimación de la cohesión resulta más rigurosa
cuando se incluye más de una votación en la estimación de la misma
(cuadro 2.23).
En este sentido, el análisis de un mayor número de votaciones, ya sea
ampliando el período objeto de estudio o los temas a analizar, proporciona-
ría una panorámica más comprehensiva de los niveles de cohesión partidis-
ta. Pero han de ser los objetivos de la investigación lo que guíen la elección
del indicador de cohesión más adecuado según el contexto así como las
diferentes unidades de análisis, que pueden ser una o varias legislaturas, o
una selección de votaciones.
Por último, cabe señalar que los indicadores de cohesión no discriminan
entre situaciones de perfecta disciplina partidista y situaciones de ausencia
de la misma. En otras palabras, los indicadores no toman en consideración
las preferencias de los diputados en caso de disciplina en el grupo político.
En situaciones de una disciplina perfecta, los diputados votarán unidos aun-
que no haya coherencia, mientras que si no hay disciplina solo votarán en
el mismo sentido cuando sus preferencias sean similares. El análisis de este
tipo de escenarios constituye un buen punto de partida en la explicación
del comportamiento legislativo, siendo este uno de los ámbitos de mayor
interés politológico de los últimos años.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 67

2.4. Índice de poder


En el capítulo 1 se señalaba que uno de los rasgos definitorios de los par-
tidos políticos es la lucha por el poder mediante elecciones. Desde este
punto de vista, el estudio del grado de poder que consiguen y disfrutan
los partidos políticos se convierte en un aspecto de gran relevancia en el
estudio de las organizaciones partidistas al ser el motor de las actuaciones
de los mismos.
La visión más tradicional del poder de los partidos políticos equipara su
desempeño electoral con su influencia en el ámbito parlamentario. Según
esta lógica, los partidos que obtienen más votos son los más poderosos en
el Parlamento porque son los que consiguen más puestos de representación,
siempre que el sistema electoral no sea muy desproporcional.
Sin embargo, la dinámica político-partidista pone de manifiesto que el
porcentaje de votos o el porcentaje de escaños no son necesariamente me-
didas válidas de la fuerza de un partido. En ocasiones, los partidos más
votados, o los partidos con más representantes, no son siempre, ni bajo
cualquier circunstancia, los más poderosos. Así, la capacidad de negocia-
ción que tienen los partidos pequeños en un órgano de toma de decisiones
colectivas aumenta cuando no hay un claro ganador y/o donde los partidos
más fuertes necesitan de alianzas. Este hecho convierte en actores coyuntu-
ralmente poderosos a los partidos de menor tamaño. En la discusión clásica
sobre el modo de contar los partidos, Sartori (2003) [1976] alertaba sobre la
posibilidad de que algunas organizaciones partidistas tuvieran capacidades
de influencia que no eran directamente proporcionales a su fuerza electoral:
pequeños partidos que, por su capacidad para participar en coaliciones o
por sus posibilidades de ejercer chantaje, devienen en circunstancialmente
fuertes.
La fuerza de los partidos políticos es especialmente relevante para la
aritmética parlamentaria, donde los votos de un puñado de diputados pue-
den ser clave para obtener el quórum necesario y aprobar una ley; o son
decisivos para una investidura de presidente de gobierno en un sistema par-
lamentario. En esos casos, los pequeños partidos pueden convertirse en la
llave para el gobierno, de ahí el sobrenombre de partidos bisagra. Esto sig-
nifica que para determinar el poder de los partidos en contextos de votación
no es suficiente con conocer su peso específico (número de escaños sobre el
total), sino también el peso del resto de los actores. Ambos datos son nece-
sarios para trazar las múltiples combinaciones posibles en una votación y la
fuerza relativa de los partidos en dicho escenario.
Dada la relevancia de esta cuestión, los estudiosos de los partidos han
generado distintos índices que miden la distribución del poder de grupos,
partidos o personas en cualquier contexto de votación. El principal objetivo
de estos índices ha sido capturar la fuerza o influencia de los miembros
de un órgano de toma de decisiones en un determinado momento o juego,
68 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

como puede ser una votación en un Parlamento nacional, regional o auto-


nómico; o un consistorio local o dentro de uno de los órganos de decisorios
de un partido político (por ejemplo un comité ejecutivo). Este tipo de índi-
ces, que también se conocen como índices de poder de votación, se basan
en combinatorias propuestas por la teoría de juegos para aquellos juegos de
tipo cooperativo donde la interacción, comunicación y posible coordinación
son elementos clave del proceso de toma de decisiones colectivas. Así, el
poder de un agente o jugador se puede definir de forma genérica como «la
posibilidad de ser decisivo en una votación para la formación de una ma-
yoría» (Riba, 1992: 222). En palabras de Shapley y Shubik (1954: 787), «el
poder de un individuo depende de la probabilidad que tiene de ser central
en el éxito de una coalición ganadora».
El índice de Shapley-Shubik (1954) estableció los fundamentos para
posteriores índices de poder. Según este índice, los participantes en una vo-
tación, por ejemplo los diputados, los partidos o una coalición, son juga-
dores de un juego en un contexto con unas determinadas normas y donde
se genera un resultado que entraña que algunos actores ganen y otros pier-
dan. A partir de este planteamiento inicial surgió un abanico de índices
que calculan el poder de los partidos para contextos variados (diferente nú-
mero de partidos o diferente quórum necesarios) 24. Pero, pese a la variedad
de índices que se han sucedido, todavía el de Shapley-Shubik (1954) per-
manece como uno de los más relevantes para el estudio de contextos donde
los actores tienen diferente peso en la votación. Además de este, analizamos
el índice de Banzhaf (1965) ya que, como señalan Felsenthal y Machover
(1998), todos los índices de poder son reducibles, en esencia, a estos dos.
El índice de Shapley-Shubik (1954) determina el poder de los jugadores
mediante el análisis de su participación en lo que se denomina coaliciones
ganadoras. Una coalición ganadora es aquella que, al igualar o superar en
votos la mayoría necesaria, impone su sentido de voto en el resultado final
de una votación. Cualquier coalición que tenga suficientes votos para ganar
una votación (por ejemplo, para aprobar una ley o designar un candidato)
se la considera ganadora y el resto de coaliciones son perdedoras. En este
contexto, el cálculo del poder de un jugador, que puede ser un partido o
individuo, se mide por la proporción de votaciones, sobre el total de votacio-
nes posibles, en que ese jugador tiene el voto decisivo (también denominado
voto crítico o voto pivote). Este voto decisivo es el que hace ganar el juego.
Por ejemplo, un voto decisivo es aquel que garantiza la aprobación o recha-
zo de una ley o de un nombramiento en un Parlamento. En otras palabras,
el índice de Shapley-Shubik (1954) cuenta el número de coaliciones vence-
doras posibles y en cuántas de ellas cada jugador actuaría como pivote y se
divide el número encontrado por el total de votaciones posibles.

24
Gambarelli y Stach (2009) justifican matemáticamente las razones por las que los índices
son sensibles al número de partidos o al tipo de sistema de votación (quórum necesario).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 69

Por su parte, el índice de Banzhaf (1965) estima la influencia que tienen


uno o varios jugadores en una coalición ganadora o de bloqueo. Para ello,
mide el impacto que tiene el cambio de voto del jugador sobre el resul-
tado de una votación en escenarios donde los votantes tienen un número
desigual de votos. Su cálculo se basa en el estudio de la probabilidad de que
el voto de un jugador (votante, partido político, grupo) cambie el resultado
de una elección. Primero se calculan todas las coaliciones ganadoras que
se pueden formar y los miembros que las componen. Luego se cuentan los
votos críticos, que son aquellos que si hubieran cambiado su voto hubieran
afectado al resultado de la votación. El poder de un jugador se mide por
el número de swings o basculaciones que puede ejercer un jugador en las
diferentes posibles coaliciones ganadoras. Este poder es una proporción de
todos los votos críticos que podría haber emitido sobre el total de posibles
coaliciones ganadoras.
En una comparación de ambos índices se aprecia que se ocupan de for-
ma parecida del estudio del poder de los actores implicados en un proceso
de votación. Ninguno de los dos considera las preferencias que pueden tener
los jugadores de la votación, eliminando cualquier tipo de juicio subjetivo en
la estructura de preferencias. Por lo tanto, a priori, todas las coaliciones son
igualmente probables. El índice de Shapley-Shubik mide el poder de cada
jugador al establecer la probabilidad de ser pivote, o de tener una influencia
decisiva en lograr la mayoría para una votación. El índice de Banzhaf, por
su parte, es una proporción de las veces en que un jugador puede convertir
una victoria en derrota si sale de la coalición (y viceversa). También en los
dos índices si dos partidos tienen el mismo peso en votos, tienen el mismo
poder, pero puede ser que dos partidos con distinto peso tengan igual poder.
Sin embargo, hay tres diferencias entre los dos índices. La primera dife-
rencia entre los dos índices de poder es, en palabras de Gambarelli y Stach
(2009), el modelo de negociación subyacente. En el índice de Shapley-Shubik
el orden de las votaciones es relevante para el cómputo de las probabilida-
des, pero considera como igualmente probables todas las permutaciones de
las mismas coaliciones. Como señala Riba: «el índice de Shapley-Shubik
tiene en cuenta las posibles ordenaciones o combinaciones como igualmen-
te probables y que el orden de votación es aleatorio» (1992: 222-223). En
cambio, en el índice de Banzhaf no importa el orden de la votación en la
coalición, y considera diferentes tipos de coaliciones que pueden ser gana-
doras y no ganadoras.
La segunda diferencia se refiere al tamaño de las coaliciones. En el índi-
ce de Shapley-Shubik se tienen en cuenta las coaliciones donde participan
todos los jugadores. De modo que, dados 3 jugadores A, B y C, las coalicio-
nes consideradas serán todas en las que estén incluidos en todos los órdenes
posibles (ABC, BCA, CBA, etc.). Por su parte, en el índice de Banzhaf se con-
sideran todos los tamaños de coaliciones, algunas pueden estar constituidas
por un único jugador (A), otras por dos jugadores (BC), o por tres (ABC).
70 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

En este caso, lo importante para el cálculo del índice es saber en cuáles de


estas combinaciones hay uno o varios jugadores decisivos.
Finalmente, la tercera diferencia es que el índice de Shapley-Shubik par-
te de la premisa de que hay un único pivote en cada coalición ganadora, es
decir hay un solo jugador con poder decisivo en cada combinación y calcula
la existencia de coaliciones igualmente probables. Eso convierte a este índi-
ce en una medida relativa del poder, donde la suma de todas esas coalicio-
nes es 1 (Lane y Maeland, 2000). Mientras que el índice de Banzhaf busca
aquellos jugadores que sean potencialmente críticos, o basculantes, y puede
haber más de uno en la votación. De este modo el índice de Banzhaf es una
medida absoluta de poder que solo en circunstancias excepcionales suma 1
(Lane y Maeland, 2000).
En cuanto a la interpretación de los índices, el de Shapley-Shubik varía
entre 0 y 1. La suma de los poderes de todos los jugadores es igual a 1. Un
poder de 0 significa que el jugador (coalición, partido, votante individual)
no tiene impacto en el resultado de ese juego, de esa votación; y un poder de
1 significa que ese jugador determina, por sí mismo, el resultado final con
su voto. En este último caso, el jugador es denominado dictador. El índice
de Banzhaf (1965) también varía entre 0 y 1, y también considera la existen-
cia de dictadores que pueden acumular todo el poder volviendo al resto de
jugadores irrelevantes (con poder 0), pero en este caso mide el porcentaje de
veces que cada votante o jugador es crítico 25.
Los índices de poder son de gran interés en democracias con dinámicas
coalicionales, como es el caso de Países Bajos o Bélgica, por citar dos países
europeos. La fuerza de los partidos políticos en contextos donde el voto está
fragmentado y no hay claros ganadores constituye un dato relevante para
predecir la estabilidad de los gobiernos, así como la dirección de las políti-
cas que se llevarán a cabo 26. Así mismo, los índices de poder son uno de los
aspectos que se estudian a propósito del funcionamiento de las instituciones
europeas donde se analizan los equilibrios de poder entre los diferentes paí-
ses y las coaliciones que entre éstos se forman 27. Ahora bien, como Shapley
y Shubik (1954) señalan, estos índices de poder no capturan toda la realidad
de la fuerza de un partido político ni de los procesos de toma de decisiones,
ya que para la conformación de alianzas entran en juego otros factores de
tipo histórico e ideológico. Sin embargo, estos índices son útiles para siste-
matizar la maniobrabilidad de los partidos y comparar, entre partidos y a lo
largo del tiempo, su papel en los procesos de toma de decisiones en los que
hayan participado.

25
Véase sobre este índice «Banzhaf Power Index» en el «Wolfram Demonstrations Project»,
en http://demonstrations.wolfram.com/BanzhafPowerIndex/.
26
Sobre coaliciones e índices de poder, véanse Holler (1982) y Colomer y Martínez (1995),
entre otros.
27
Sobre índices de poder para el estudio del funcionamiento de las instituciones europeas,
véanse Hosli (1997) y Holler y Widgren (1999), entre otros.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 71

Ejercicio práctico: cálculo del índice de poder


El índice de poder constituye una medida de la distribución de fuerza e
influencia que tienen los diferentes miembros de un órgano colectivo como
actores implicados en un proceso de toma de decisiones.

Ejercicio práctico 1: Cálculo del índice de poder en el órgano directivo


de un partido político

Datos

Para el cálculo de índice de poder son necesarios tres tipos de datos. En


primer lugar, hay que conocer el número de actores implicados en la vota-
ción (partidos, individuos o grupos políticos). En segundo lugar, se necesita
saber el peso o el número de votos que cada actor tiene en la votación. En
tercer lugar, es preciso conocer cuál es el tipo de mayoría necesaria para
que se apruebe o rechace la votación.
El esquema de votación, en el que los actores tienen diferente peso, se
representa con la forma: [q: w (v1), w (v2),..., w (vn)], donde los votantes
o jugadores son: v1, v2,..., vn, w es el número de votos (o peso) que tiene
asignado el votante v y q es la cuota (número de votos que se necesita para
aprobar una propuesta).
El ejemplo que se propone en el cuadro 2.24 se refiere a un hipotético
órgano de decisión de un partido político donde están incluidas tres corrien-
tes internas: A, B y C. La corriente A está representada por 5 individuos,
la B por 3 y la C por 2 individuos. Las tres corrientes votan en bloque y la
cuota para la toma de decisiones de este órgano es 7 votos, de modo que
ninguna de ellas por sí sola puede lograr la mayoría necesaria.

CUADRO 2.24

DISTRIBUCIÓN DE CORRIENTES EN EL ÓRGANO DIRECTIVO DE UN PARTIDO

Corrientes dentro del partido Integrantes

A 5
B 3
C 2
Total 10
Fuente: Elaboración propia.

El esquema de votación sería el siguiente: [7 : 5(A), 3(B), 2(C)]


72 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

— Índice de Shapley-Shubik

Este índice tiene en cuenta la formación de la coalición vencedora. Es decir,


aquella en la que la suma de los votos supera o iguala la cuota establecida o
la mayoría necesaria para aprobar la votación. El índice mide el número de
veces que la acción del individuo o grupo resulta decisiva en la votación, en
la medida que su voto decide la mayoría necesaria. Este actor se denomina
«pivote» (Shapley y Shubik, 1954: 787).
Para el cálculo del índice es necesario conocer las combinaciones gana-
doras posibles y en cuáles de ellas el grupo o individuo es decisivo actuando
como «pivote». El número de veces que el actor es pivote se divide por el
total de las ordenaciones posibles de la votación.

Fórmula

Índice de Shapley-Shubik = Øi = número de veces en el que i es pivote Pi


=
número total de coaliciones ganadoras posibles n!

Donde:
Pi es el número de posiciones pivote del jugador i.
n! es el número de ordenaciones diferentes de n elementos o permutaciones posibles.

Fuente: Shapley-Shubik (1954).

Resolución

Primer paso: Se calculan todas las permutaciones posibles de los tres grupos
presentes en el partido. Para ello consideramos los diferentes «jugadores»
que pueden votar en primer lugar. Una vez decidido el primero, quedarían
n-1 lugares para votar en segundo lugar. Tras el voto del segundo jugador,
serían n-2 los que pueden votar en tercer lugar. Es decir, en una votación de
3 jugadores, el número de ordenaciones posibles sería el factorial de n, o n!,
en este caso sería 3!

3! = 3 · 2 · 1 = 6. (Columna 1, cuadro 2.25).

Segundo paso: Se ordenan las 6 permutaciones con sus valores en votos, en


función del orden de los jugadores consecutivos (de izquierda a derecha) (co-
lumna 2, cuadro 2.25) y se identifica al «pivote» de cada grupo de votaciones.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 73

Es decir, se identifica el jugador cuyo voto es necesario para conseguir los 7


votos28. Así, por ejemplo, teniendo en cuenta que la corriente A tiene 5 votos,
la segunda (B) 3 y la tercera (C) 2 votos, la suma de los votos de la primera y
la segunda corriente (5 + 3 = 8), en el caso de la primera permutación (ABC),
serían suficientes para alcanzar la cuota de 7 votos para la toma de decisiones
del partido. En este caso la corriente B sería el jugador pivote.

CUADRO 2.25

ÍNDICE DE SHAPLEY-SHUBIK PARA LAS CORRIENTES DE UN PARTIDO POLÍTICO

Columna 1 Columna 2 Columna 3

Permutaciones Corriente pivote


Suma de los valores asigna-
de las corrientes internas (con la que se alcanza la
dos a cada corriente
del partido mayoría)
ABC 5 - 8 - 10 B
ACB 5 - 7 - 10 C
BAC 3 - 8 - 10 A
BCA 3 - 5 - 10 A
CAB 2 - 7 - 10 A
CBA 2 - 5 -10 A
Fuente: Elaboración propia.

Tercer paso: Se contabiliza el número de veces que cada corriente es decisiva


en la votación y se aplica la fórmula:

Pi
n!

En este ejemplo, el índice de poder de Shapley-Shubik para las tres co-


rrientes internas del partido sería:

A = 4/6 = 0,67.
B = 1/6 = 0,17.
C = 1/6 = 0,17.

28
El cálculo del número de veces en que un jugador es pivote sobre el total de permu-
taciones puede resultar más sencillo cuando dos o más jugadores comparten el mismo peso
o representación. En ese caso solo sería necesario calcular el índice para uno de ellos. Otro
método simplificado del cálculo se puede aplicar cuando todos los votantes excepto uno com-
parten el mismo peso. En ese caso se calcularía el índice para el jugador que resulta diferente
y, dado que la suma de los poderes de los jugadores debe ser 1, se dividiría el poder restante de
la diferencia entre 1 y el poder calculado entre el resto de jugadores.
74 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

— Índice de poder de Banzhaf

El índice de Banzhaf (1965) mide el poder que tiene en una votación un


jugador (partido político, grupo o votante) cuando se convierte en votante
basculante. Esto sucede cuando la salida del jugador de la votación es de-
terminante para que la coalición deje de ser ganadora, o cuando la entrada
del jugador supone la consecución de la mayoría necesaria para la aproba-
ción y convierte a la coalición en ganadora. Se denomina swing del jugador
i a la coalición en la que el votante i es basculante o crítico. Es decir, que
esa coalición se vuelve ganadora cuando entra el jugador i. Análogamente,
la coalición se vuelve perdedora si este jugador abandona la coalición.
El índice originalmente propuesto por Banzhaf (1965) tiene en cuen-
ta únicamente el número de casos en que un jugador es decisivo para la
votación, bien para su aprobación o para su rechazo, sobre el total de
Ki
las coaliciones posibles. Su fórmula es: Ei(N)  . De tal modo, un juga-
2n
dor podría tener un mínimo de 0 y un máximo de 1 en el índice de poder,
pero la suma de los índices de poder del resto de participantes podría sumar
más de 1. Owen (1975) estableció su normalización al dividir esa cifra entre
el número total de veces en que el resto de jugadores son basculantes, de
modo que la suma de los poderes individuales es siempre 1. En los ejemplos
se aplica la versión normalizada, donde la suma de los jugadores va a ser
1 para que así sea comparable con el índice de poder de Shapley-Shubik
(1954) 29.

Fórmula

Ki
Índice de Banzhaf = EiNornal 
Ki
6 in

1

Donde: Ki es el número de veces en que i es decisivo o basculante.

Fuente: Banzhaf (1965) y Owen (1975).

Resolución

Primer paso: Se consideran las posibles coaliciones que pueden establecer


las tres corrientes, incluyendo también la posibilidad del voto en solitario de
cada jugador y que no haya ninguno (conjunto vacío) (columna 1, cuadro
2.26). Para obtener el número total de coaliciones posibles se puede aplicar

29
En ocasiones esta adaptación del índice de Banzhaf ha sido criticada porque implica
pérdida de información y porque al contabilizar Ki en el numerador y denominador pierde su
significación probabilística (Laruelle y Valenciano, 2002).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 75

la fórmula: 2n donde n es el número de jugadores de la votación en las que


el jugador i puede estar presente. Por ejemplo en este caso = 23 = 8 posibles
coaliciones 30.

Segundo paso: Se consideran cuáles son las combinaciones ganadoras, es


decir, aquellas en las que se alcanzan al menos 7 votos (columnas 2 y 3,
cuadro 2.26).

Tercer paso: Se observa, para cada una de estas coaliciones ganadoras, qué
corriente o corrientes tienen un voto decisivo o basculante (swing), lo que
significa que su retirada de la coalición la convertiría en perdedora. Así, por
ejemplo, en la coalición ABC con 10 votos, si retiramos la corriente A (5
votos), la coalición pasaría a tener 3(B) + 2(C) = 5 votos, por lo que ya no
sería ganadora. Pero eliminar B o C de la coalición mantendría una mayoría
de 7 u 8, respectivamente, por lo que no serían jugadores críticos. La misma
operación se lleva a cabo con cada una de las corrientes en las coaliciones
ganadoras. En total, la corriente A resulta determinante en las tres coali-
ciones, mientras que B y C lo son en la segunda y tercera, respectivamente
(columna 4, cuadro 2.26).

Cuarto paso: Se hallan las coaliciones de bloqueo. Estas coaliciones son


aquellas que no permiten alcanzar la cuota (7), pero que impiden que otra
coalición del mismo juego pueda ser coalición ganadora. De lo que se dedu-
ce que una coalición es perdedora si no es ganadora ni de bloqueo.
Para que una coalición pueda bloquear debe superar la diferencia en-
tre la suma de todos los votos y la cuota establecida. Se puede calcular
fácilmente a partir de la fórmula: total de votos – cuota + 1. Dado que en
el ejemplo desarrollado la cuota de aprobación es alta (7), el número de
votos necesarios para bloquear una coalición serán 4: (5 + 3 + 2) – 7 + 1 = 4
(columna 5, cuadro 2.26). Como se puede observar, mientras que todas las
coaliciones ganadoras son necesariamente de bloqueo, no todas las coalicio-
nes de bloqueo son necesariamente ganadoras.

Quinto paso: Se comprueban, una a una, las corrientes que son críticas en la
coalición de bloqueo, esto es, si, al salir de la coalición, esta deja de ser de
bloqueo (columna 6, cuadro 2.26). Por ejemplo, si la corriente A abandona
la coalición ABC, esta sigue teniendo 3(B) + 2(C) = 5 votos, por lo que con-
tinúa con su condición de coalición de bloqueo.

30
El cálculo de las coaliciones posibles también puede tener la forma 2n -1 si no se tiene
en cuenta el conjunto vacío (ningún miembro en la coalición) como una coalición. En este
ejercicio se ha seguido el procedimiento indicado en el trabajo original de Banzhaf (1965: 343),
donde se tiene en cuenta el conjunto vacío como un tipo de coalición.
76 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Sexto paso: Se suma el número de veces que cada una de las corrientes es
decisiva (columnas 4 y 6, cuadro 2.26).

Corriente A = 6
Corriente B = 2
Corriente C = 2

CUADRO 2.26
ÍNDICE DE BANZHAF PARA LAS CORRIENTES DE UN PARTIDO POLÍTICO

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6

Nº de votos de Coalición Jugadores Coalición Jugadores


Coalición
la coalición ganadora críticos bloqueadora críticos

ABC 10 * A * -
AB 8 * AB * A
AC 7 * AC * A
BC 5 - - * BC
A 5 - - * A
B 3 - - - -
C 2 - - - -
Ninguno 0 - - - -
Fuente: Elaboración propia.

Séptimo paso: Se calcula el índice Banzhaf para cada corriente. Para ello se
considera la proporción entre el número de veces que resulta decisiva sobre
el número total de situaciones en las que todas las corrientes lo son (6 + 2
+ 2 = 10). De tal modo:

Corriente A = 6/10 = 3/5 = 0,6.


Corriente B = 2/10 = 1/5 = 0,2.
Corriente C = 2/5 = 1/5 = 0,2.

De lo que se deduce que la corriente A tendría un 60 por ciento del po-


der, mientras que la B y la C acumularían un 20 por ciento cada uno.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 77

CUADRO 2.27

COMPARACIÓN DE ÍNDICES DE PODER SHAPLEY-SHUBIK Y BANZHAF PARA


LAS CORRIENTES DE UN PARTIDO POLÍTICO

Corriente del partido político Shapley-Shubik Banzhaf


A 0,67 0,6
B 0,17 0,2
C 0,17 0,2
Fuente: Elaboración propia.

Interpretación
Los índices de poder informan sobre el grado de influencia que los actores
pueden tener en la toma de decisiones colectivas con votaciones pondera-
das.
El índice de Shapley-Shubik y el de Banzhaf dan una respuesta similar so-
bre quién tiene, a priori, mayor poder en la votación de un órgano de decisión.
Así, la aplicación de ambos índices pone de manifiesto que el poder estraté-
gico en las votaciones no es necesariamente un reflejo de la representación
en el órgano de decisión. De este modo, estos índices ayudan a matizar las
conclusiones sobre el poder real de los jugadores.
El ejemplo ficticio de un proceso de votación en el órgano directivo
de un partido político integrado por diez miembros constituye un esque-
ma de votación donde ninguna corriente puede resultar vencedora por
sí sola: se necesitan 7 votos para ganar una votación y la corriente más
numerosa está formada por 5 miembros. En este contexto, los dos ín-
dices muestran que aunque la corriente A, que es la más numerosa (5
miembros), no alcanza la mayoría necesaria (7 votos) para ser la coali-
ción ganadora, sin embargo, tiene un peso muy superior a las corrientes
B y C, con unos índices de poder de Shapley-Shubik de 0,67 y 0,60 en el
índice de Banzhaf. Además los índices muestran que estas dos últimas
corrientes, aun teniendo un número de miembros distinto (3 miembros
y 2 miembros, respectivamente), poseen un poder idéntico (0,17 y 0,20,
respectivamente).

Ejercicio práctico 2: Índices de poder en los partidos con representa-


ción en el Parlamento Vasco (2012-2015)

Datos
En este ejemplo se calculan los índices de poder de los partidos políticos con
representación en el Parlamento vasco (2012-2015). En el ejercicio se consi-
derará una cuota de 38 votos para este órgano compuesto de 75 diputados.
78 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 2.28

PARTIDOS CON REPRESENTACIÓN EN EL PARLAMENTO VASCO (2012-2015)

Partido político Número de escaños % de escaños


PNV-EAJ 27 36
EH-BILDU 21 28
PSE-EE-PSOE 16 21,33
PP 10 13,33
UPyD 1 1,33
Total 75 100
Fuente: http://www.euskadi.net.

El esquema de votación sería: [38 : 27 (PNV-EAJ), 21 (EH-BILDU), 16 (PSE),


10 (PP), 1 (UPyD)].

Resolución

Primer paso: Se calculan todas las permutaciones posibles que los cinco par-
tidos pueden formar. Para 5 partidos hay n! = 5! = 5 · 4 · 3 · 2 · 1 = 120 permu-
taciones posibles.

Segundo paso: Se ordenan los partidos para cada coalición ganadora con
el fin de saber el partido que es decisivo o pivote en cada una de ellas. En
este caso, con 120 posibles combinaciones se calculará el número de veces
en que cada partido político es pivote según el lugar que pueda tener en la
votación.
Comenzamos con el PNV-EAJ para analizar las diferentes posiciones que
puede tomar en las votaciones y cuántas veces podría llegar a ser jugador
decisivo. Lo importante es observar si los partidos que le preceden forman
una coalición no ganadora y si esta coalición pasa a ser ganadora una vez
que el PNV-EAJ entra en la votación. En ese momento el partido pasaría
a ser pivote. Comprobamos, una a una, las posiciones que puede tener el
PNV-EAJ y en cuáles de ellas podría actuar como pivote:
En primer lugar: PNV-EAJ _ _ _ _
En segundo lugar: _ PNV-EAJ _ _ _
En tercer lugar: _ _ PNV-EAJ _ _ _
En cuarto lugar: _ _ _ PNV-EAJ _
En quinto lugar: _ _ _ _ PNV-EAJ
De lo anterior se deduce que:
• Si el PNV-EAJ vota en primer lugar, no es pivote en ningún caso, dado
que por sí mismo no alcanza la mayoría de 38 votos. De igual modo,
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 79

si estuviera en el último lugar tampoco sería pivote, pues con los votos
del resto de partidos se alcanzaría la mayoría necesaria de 38 votos.
• Si el PNV-EAJ vota en segundo lugar sería pivote si el primer parti-
do es EH-BILDU (21 votos) o el PSE (16 votos), que son los partidos
con los que alcanzaría la mayoría de 38. ¿En cuántas ocasiones ocu-
rriría esto? Serían:
EH-BILDU PNV-EAJ _ _ _ 3! Si es EH-BILDU el primero en
la votación, sería 6 veces pivote.
PSE PNVEAJ _ _ _ 3! Si es el PSE sería 6 veces pivote.
Por lo tanto, el PNV-EAJ sería pivote en 12 ocasiones si vota
en segundo lugar.
• Si el PNV-EAJ vota en tercer lugar sería pivote siempre, indepen-
dientemente de quienes hubieran votado antes dado que los votos de
PNV-EAJ convertirían a la coalición en ganadora con 38 votos. ¿En
cuántas ocasiones sucedería?
Para saber en cuántas ocasiones se produciría este escenario
debemos contar todas las permutaciones de los otros 4 parti-
dos 4! = 4 · 3 · 2 · 1 = 24 veces.
• En caso de que el PNV-EAJ votara en cuarto lugar, sería pivote si los tres
primeros en votar fueran el PSE (16), el PP (10) y UPyD (1), en cualquier
orden que estos tres partidos emitieran su voto. O, dicho de otro modo,
siempre que EH-BILDU fuera el último en votar. Lo que ocurriría en
6 ocasiones (3!). Análogamente, el PNV-EAJ sería pivote votando cuarto,
si el PSE fuera último en la votación, lo que podría suceder 6 veces más.
Resumiendo, el PNV-EAJ sería pivote en 12 + 24 + 6 + 6 = 48 veces. Por lo
tanto, el índice de poder del PNV-EAJ sería = 48/120 = 0,4 31.
La misma operación se realiza para el grupo parlamentario de EH-BILDU:
• Si está primero en la votación y si es último no es jugador decisivo
para lograr la mayoría.
• Si es segundo, solo será pivote si el PNV-EAJ es primero. Esto suce-
derá en seis ocasiones 6 (3!).

31
Un modo alternativo para llevar a cabo el cómputo consiste en el examen de las ocasio-
nes en que cada partido no es pivote en la votación. Así, por ejemplo, el PNV-EAJ no sería piv-
ote en una votación donde es primero o último, es decir, 24 veces en las que no sería decisivo
(4! = 24 y 4! = 24). Si el PNV-EAJ votara segundo, no sería pivote si el primer partido en votar
es el PP o UPyD. En total serían 12 ocasiones en las que no sería actor determinante para la
mayoría (3! = 6 · 2 veces = 12). Análogamente, si fuera cuarto en la votación, el PNV-EAJ no
sería pivote si antes que él han votado el PSE o EH-BILDU, 3! = 6 · 2 veces = 12. En total, 24 +
24 + 12 + 12 = 72 veces que PNV-EAJ no sería pivote. Por lo tanto, 120 (total de permutaciones)
– 72 (veces no pivote) = 48 en las que sí actúa como actor decisivo en la votación.
80 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

• Si EH-BILDU es tercero en una votación, podrá ser pivote si antes


que él ha votado el PNV-EAJ (tanto si es primero como segundo) y
si después de él ha votado el PSE. Es decir:
_ PNV-EAJ EH-BILDU PSE _ lo que sucedería 2! = 2.
PNV-EAJ _ EH-BILDU PSE _ lo que sucedería 2! = 2.
_ PNV-EAJ EH-BILDU _ PSE lo que sucedería 2! = 2.
_ PNV-EAJ EH-BILDU _ PSE lo que sucedería 2! = 2.
Un total de 8 veces.
También sería pivote si ha votado antes el PSE y el PNV-EAJ lo hace en
cuarto o quinto lugar:
PSE _ EH-BILDU PNV _ 2!
PSE _ EH-BILDU _ PNV 2!
_ PSE EH-BILDU PNV _ 2!
_ PSE EH-BILDU _ PNV 2!
Un total de 8 veces en este supuesto.
• Finalmente, si EH-BILDU es cuarto en la votación, será pivote sólo
si el PNV-EAJ vota el último. Esto sucederá en 6 ocasiones (3! =
3 · 2 · 1 = 6).
En consecuencia, EH-BILDU sería pivote = 6 + 8 + 8 + 6 veces = 28 veces.
En el caso del PSE:
• Si el PSE está primero en la votación o último, no será nunca pivote.
• Si es segundo en la votación, solo será pivote si es primero el PNV-
EAJ, lo que sucederá 3! = 6 veces.
• Si el PSE vota en tercer lugar en una votación, será pivote si antes
vota EH-BILDU (en primer o segundo lugar), pero no lo hace el
PNV-EAJ, es decir, para cualquiera de las combinaciones siguientes:
EH-BILDU _ PSE PNV _ 2! = 2 · 2 = 4.
EH-BILDU _ PSE _ PNV 2! = 2 · 2 = 4.
_ EH-BILDU PSE PNV _ 2! = 2 · 2 = 4.
_ EH-BILDU PSE _ PNV 2! = 2 · 2 = 4.
Lo que ocurrirá: 2! = 2 · 4 veces = 16 veces.
• Si el PSE es cuarto en una votación, solo puede ser pivote si PNV-
EAJ es el último en votar, lo que sucederá en 6 ocasiones (3! = 6).
En total, el PSE será pivote = 6 + 16 + 6 = 28.
El PP no será pivote ni como primero, segundo, cuarto o último en la vota-
ción. Tan solo sería pivote en tercer lugar, en dos situaciones:
• Si antes votan PNV y UPyD. Es decir, 2! = 2 · 2 veces = 4.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 81

• Si votan antes el PSE y EH-BILDU (dado que juntos no llegarían a


la mayoría) = 2! · 2 veces más, ocurriría 4 veces. En total el PP sería
8 veces pivote.

Finalmente, el partido UPyD será pivote únicamente si está en tercer lugar


y antes de él han votado los grupos parlamentarios de PNV-EAJ y PP, 2! =
2 · 2 veces = 4. También sería pivote en tercer lugar si votan antes el PSE y
EH-BILDU, 2! = 2 · 2 = 4. En total sería 8 veces pivote.

Tercer paso: Una vez calculado el número que cada partido es decisivo en las
Pi
ordenaciones posibles, se aplica la fórmula de poder:
n!
Para ello, dividimos el número de veces que el partido es pivote entre el
número total de permutaciones. Esta cifra se multiplica por 100 (columna 3,
cuadro 2.29):
PNV-EAJ = 48/120 = 0,4.
EH-EH-BILDU = 28/120 = 0,23.
PSE-EE-PSOE = 28/120 = 0,23.
PP = 8/120 = 0,067.
UPyD = 8/120 = 0,067.

El índice Shapley-Shubik también se puede presentar en términos in-


dividuales. Esto permite calcular el poder que cada diputado tiene en la
Cámara. Para ello se divide el índice de poder del partido entre el número
de escaños que este posee (columna 4, cuadro 2.29).

CUADRO 2.29

ÍNDICES DE PODER EN LOS PARTIDOS CON REPRESENTACIÓN


EN EL PARLAMENTO VASCO (2012-2015)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


Número de Índice de Poder Índice de poder
Partido político % escaños
escaños Shapley-Shubik % individual %
PNV-EAJ 27 36 40,00 1,48
EH-BILDU 21 28 23,33 1,11
PSE-EE-PSOE 16 21,33 23,33 1,46
PP 10 13,33 6,67 0,67
UPyD 1 1,33 6,67 6,67
Total 75 100
Fuente: Elaboración propia.
82 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

— Índice de Banzhaf

Consideramos el mismo esquema de votación de: [38 : 27 (PNV-EAJ), 21


(EH-BILDU), 16 (PSE), 10 (PP), 1 (UPyD)].

Primer paso: Se hallan todas las posibles coaliciones entre los cinco grupos
parlamentarios (no solo las ganadoras). En este ejemplo: 25 = 32 coaliciones
posibles (columna 1, cuadro 2.30) 32.

Segundo paso: Se consideran cuáles son las combinaciones ganadoras, es decir


para las que se alcanzan al menos 38 votos (columnas 2 y 3, cuadro 2.30).

Tercer paso: Se observa el partido que tiene un voto basculante que conver-
tiría a la coalición en perdedora si se retirara de ésta para cada una de las
coaliciones ganadoras. Por ejemplo, en la coalición PNV-EAJ_ EH-BILDU
con 48 votos, tanto si se retirase el PNV-EAJ (27 votos) como si lo hiciera
EH-BILDU (21 votos), la coalición ya no sería ganadora (fila 7, columna 1,
cuadro 2.30). Ambos son jugadores críticos. La misma operación se repite
con cada uno de los partidos, a los que llamaremos basculantes o críticos
(columna 4, cuadro 2.30).

Cuarto paso: Se hallan las coaliciones bloqueadoras. Siguiendo la fórmula:


Total de votos – cuota + 1. En este caso = (27 + 21 + 16 + 10 + 1) - 38 + 1
= 38. Aquí se suma el mismo número de votos necesarios que una coali-
ción ganadora. De modo que los partidos críticos en la coalición de bloqueo
(columna 6, cuadro 2.30) son los mismos que en las coaliciones ganadoras
(columna 4, cuadro 2.30).

Quinto paso: Se suma el número de veces en que cada uno de los partidos
resulta decisivo 33. El total de ocasiones en que los partidos resultan decisivos
es de 52.
PNV-EAJ = 20.
EH-BILDU = 12.
PSE = 12.
PP = 4.
UPyD = 4.
Total: 52

32
Serían 31coaliciones si no consideramos el conjunto vacío: 25 – 1 = 31.
33
Nótese que debido a que las coaliciones ganadoras y de bloqueo son simétricas, se podría
omitir este paso, sumando únicamente las veces en que los partidos son críticos en coaliciones
ganadoras. De manera que el PNV-EAJ sería decisivo en 10 ocasiones, EH-BILDU y PSE lo
serían 6, PP y UPyD en 2 ocasiones. El denominador sería 26 (10 + 6 + 6 + 2 + 2) en lugar de 52.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 83

CUADRO 2.30
CÁLCULO DE COALICIONES GANADORAS/PERDEDORAS Y PARTIDOS CRÍTICOS
EN EL PARLAMENTO VASCO (2012-2015)
Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6
Número de
Posibles Coaliciones Partidos Coalición Partidos
Nº votos
coaliciones ganadoras críticos de bloqueo críticos
coalición
1 Ninguno 0 - - - -
2 PNV-EAJ 27 - - - -
3 EH-BILDU 21 - - - -
4 PSE 16 - - - -
5 PP 10 - - - -
6 UPyD 1 - - - -
PNV-EAJ PNV-EAJ
7 PNV-EAJ/EH-BILDU 48 * *
EH-BILDU EH-BILDU
PNV-EAJ PNV-EAJ
8 PNV-EAJ/PSE 43 * *
PSE PSE
9 PNV-EAJ/PP 37 - - - -
10 PNV-EAJ/UPyD 28 - - - -
11 EH-BILDU/PSE 37 - - - -
12 EH-BILDU/PP 31 - - - -
13 EH-BILDU/UPyD 22 - - - -
14 PSE/PP 26 - - - -
15 PSE/UPyD 17 - - - -
16 PP/UPyD 11 - - - -
17 PNV-EAJ/EH-BILDU/PSE 64 * PNV-EAJ * PNV-EAJ
PNV-EAJ PNV-EAJ
18 PNV-EAJ_PSE_PP 53 * *
PSE PSE
PNV-EAJ PNV-EAJ
19 PNV-EAJ/PSE/UPyD 44 * *
PSE PSE
PNV-EAJ PP PNV-EAJ PP
20 PNV-EAJ/PP/UPyD 38 * *
UPyD UPyD
PNV-EAJ PNV-EAJ
21 PNV-EAJ/EH-BILDU/PP 58 * *
EH-BILDU EH-BILDU
PNV-EAJ/EH BILDU/ PNV-EAJ PNV-EAJ
22 49 * *
UPyD EH-BILDU EH-BILDU
EH-BILDU EH-BILDU
23 EH-BILDU/PSE/PP 47 * PSE * PSE
PP PP
24 EH-BILDU/PP/UPyD 32 - - - -
EH-BILDU EH-BILDU
25 EH-BILDU/PSE/UPyD 38 * PSE * PSE
UPyD UPyD
26 PSE/PP/UPyD 27 - - - -
PNV-EAJ/EH-BILDU/
27 74 * - * -
PSE/PP
28 PNV-EAJ/PSE/ PP/UPyD 54 * PNV-EAJ * PNV-EAJ
PNV-EAJ/EH-BILDU/PP/
29 59 * PNV-EAJ * PNV-EAJ
UPyD
PNV-EAJ/EH-BILDU/
30 65 * - * -
PSE/ UPyD
EH-BILDU EH-BILDU
31 EH-BILDU/PSE/PP/UPyD 48 * *
PSE PSE
PNV-EAJ /EH-BILDU/
32 75 * - * -
PSE/PP/UPyD
Fuente: Elaboración propia.
84 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Sexto paso: Se calcula el índice Banzhaf a partir de la proporción del núme-


ro de veces que resulta basculante sobre el número total de situaciones en
las que todos los partidos son decisivos (cuadro 2.31).
20 10
EPNV-EAJ = — —
52 26
12 6
EEH-BILDU = — —
52 26
12 6
EPSE = — —
52 26
4 2
EPP = — —
52 26
4 2
EUPyD = — —
52 26

CUADRO 2.31
COMPARACIÓN DE ÍNDICES DE PODER EN LOS PARTIDOS CON REPRESEN-
TACIÓN EN EL PARLAMENTO VASCO (2012-2015)

Número de Índice de poder Índice de poder


Partido político % de escaños
escaños de Banhaf Individual
PNV-EAJ 27 36 38,46 1,42
EH-EH-BILDU 21 28 23,08 1,10
PSE-EE-PSOE 16 21,33 23,08 1,44
PP 10 13,33 7,69 0,77
UPyD 1 1,33 7,69 7,69
Total 75 100
Fuente: Elaboración propia.

Interpretación
Los datos de distribución de escaños en el Parlamento vasco que se han
utilizado en este segundo ejercicio muestran que ningún partido puede al-
canzar por sí solo la mayoría de 38 votos. El PNV-EAJ, que es el partido
con más diputados, tiene 27 escaños. De ahí la pertinencia del estudio de
las posibles combinaciones de coaliciones de voto y del poder estratégico
que adquieren los distintos partidos políticos que integran la cámara vasca.
Los resultados obtenidos no revelan muchas diferencias entre los dos
índices de poder (cuadro 2.31), pero generan información de interés sobre
posibles coaliciones en los procesos de votación en el Parlamento vasco.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 85

FIGURA 2.3
ÍNDICES DE PODER Y PORCENTAJE DE ESCAÑOS EN EL PARLAMENTO VASCO
(2012-2015)

Fuente: Elaboración propia.

El PNV-EAJ, partido con más escaños, es el que acumula un mayor poder:


40 por ciento según el índice de Shapley y Shubik y 38,46 por ciento según el
índice de Banzhaf. Su poder con respecto a los otros partidos, según estos ín-
dices, es mayor que si consideramos su tamaño en la cámara (un 36 por ciento
del total de escaños). En la situación contraria se encuentra EH-BILDU, que
exhibe unos índices de poder del 23,33 y 23,08 por ciento, respectivamente,
pese a tener un 28 por ciento de escaños.
Este contraste entre representación (número de escaños) y poder estra-
tégico en las votaciones se repite en otros casos. Así, los índices atribuyen al
PSE y EH-BILDU un poder semejante, a pesar de que los primeros tengan
un número de escaños inferior (figura 2.3). Este contraste es aún mayor
para el PP y UPyD. Los populares tienen una clara desventaja en términos
estratégicos, al lograr índices de 6,67 y 7,69 con algo más del 10 por ciento
de representantes; mientras que UPyD, con un solo escaño, tiene valores se-
mejantes en los índices de poder. En esta misma línea, el cálculo de ambos
índices en términos individuales muestra el poder que los diputados de los
partidos pequeños pueden adquirir frente al resto. Aunque en un escenario
de fuerte disciplina partidista, que suele ser habitual en el contexto analiza-
do, el análisis del poder individual tiene menos relevancia frente al índice
del grupo parlamentario. El caso de UPyD ilustra la posición decisiva que
puede tener su único representante en las votaciones. De tal modo, tanto
el índice de Shapley-Shubik como el de Banzhaf resumen la importancia
estratégica que los actores políticos pueden tener en una votación más allá
del peso formal en votos, escaños o puestos de representación.
3
Indicadores para el estudio de los sistemas
de partidos

El capítulo 2 reunía cuatro herramientas destinadas al análisis cuantita-


tivo de los partidos políticos. A continuación se presentan ocho indicado-
res que se refieren a los sistemas de partidos. Si se compara la preferencia
entre ambas unidades de análisis (partidos políticos vs. sistemas de parti-
dos) se constata que los indicadores destinados al estudio de los sistemas
de partidos han experimentado un avance mayor en detrimento de los que
tienen por objeto los partidos políticos (Caramani y Hug, 1998). No obs-
tante, aunque son distinguibles analíticamente, los indicadores de unas y
otras unidades de análisis constituyen ópticas complementarias. En este
sentido, en algunos de los indicadores sobre sistemas de partidos, como
los que detallamos a continuación, la evidencia empírica que se utiliza está
basada en datos tomados al nivel del partido político. Por ejemplo, para
calcular la polarización de un sistema de partidos necesitamos los datos de
ubicación de los partidos políticos. De ahí la necesidad de conocer tanto los
indicadores partidistas como los sistémicos.
En la primera parte de este capítulo se presentan los indicadores unidi-
mensionales que abordan, por lo tanto, una única dimensión o aspecto de
la dinámica del sistema de partidos. Entre los indicadores unidimensionales
que se describirán, tres de ellos se refieren a cuestiones ideológicas y/o pro-
gramáticas: polarización, superposición y cristalización; mientras que los
otros tres indicadores unidimensionales tienen un componente de tipo elec-
toral: fraccionalización, volatilidad y fluidez.
En la segunda parte del capítulo se estudian dos indicadores multidi-
mensionales, o índices, que intentan aportar una información conjunta de
varias dimensiones o aspectos del sistema de partidos. Se trata del índice
de institucionalización y el de nacionalización. Ambos responden a un tipo
de análisis más comprehensivo que considera de forma simultánea varias
dimensiones de la dinámica partidista.
88 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Tal y como se señalaba en el primer capítulo, existen claros disensos en


la literatura respecto a la operacionalización de algunos de estos indicado-
res. Sobre todo en el cálculo de la nacionalización y en el de la institucio-
nalización hay un debate sostenido y vivo en el que muchos autores parti-
cipan. De ahí que en todos los indicadores se discutirán diferentes opciones
metodológicas valorando sus fortalezas y debilidades.

INDICADORES UNIDIMENSIONALES

3.1. Polarización
La polarización mide la separación existente entre los dos polos de un siste-
ma de partidos. En otras palabras, la polarización captura la distancia entre
los partidos políticos más separados entre sí en sus posiciones. Al igual que
sucede con la coherencia partidista y con la ubicación de los partidos (véase
el capítulo 2), esta distancia se puede medir referida a cuestiones ideológi-
cas o a aspectos programáticos.
Sartori (2003) [1976] fue de los primeros autores que otorgó al estudio
de la polarización de los sistemas de partidos un lugar privilegiado en el
análisis. Según este autor, la polarización y la fraccionalización son las dos
dimensiones clave para comprender la naturaleza y el tipo de interacciones
dentro de un sistema de partidos. Sartori (2003) [1976] realiza una clasifi-
cación de las posibles interacciones que se producen en un sistema de parti-
dos basándose en los niveles de polarización entre los partidos:

• Dinámicas centrípetas ts: son el resultado de interacciones entre


los partidos que discurren o tienden hacia el centro. Tienen lugar en
sistemas de partidos poco polarizados. Según Sartori (2003) [1976]
en estas situaciones los partidos no pueden ganar adoptando posturas
asociadas con los extremos más lejanos del espectro; por lo que se im-
pone la moderación. En este tipo de contextos las interacciones entre
partidos suelen suceder en el centro del continuo ideológico.

• Dinámicas centrífugas  : se producen cuando las interacciones en-


tre los partidos discurren o tienden a generar posiciones extremas.
Se dan, por lo tanto, en sistemas de partidos muy polarizados. En
estos casos el centro político se debilita en la medida en que el apoyo
electoral se desplaza hacia uno de los extremos. Los partidos se ven
entonces incentivados a adoptar posturas extremas defendiendo polí-
ticas radicales. Además, este tipo de situaciones puede venir asociado
al surgimiento de partidos anti-sistema. Por otra parte, recientemente
se ha confirmado que los sistemas con gran polarización refuerzan la
importancia de la ideología para determinar el voto de los ciudadanos,
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 89

especialmente de los que cuentan con mayor información y recursos


cognitivos (Lachat, 2008).

Las dinámicas ideológicas de un sistema de partidos son susceptibles de


variar a lo largo del tiempo, ya que el espacio ideológico es flexible. Los
partidos pueden acercar posiciones con respecto a otros partidos o son sus-
ceptibles de alejarse con respecto a esos mismos partidos. La competición
electoral es, según Downs (1985) [1957], la que motiva a los partidos a va-
riar sus posiciones a lo largo del espectro para ajustarse a la distribución
de preferencias del electorado y así rentabilizar el número de votos con-
seguidos. Esto afecta a la polarización. No obstante, este autor señala que
hay umbrales para la variación en las posiciones ideológicas de los partidos
ya que está en juego su credibilidad. Por otra parte, el número de partidos
políticos que existan en un sistema condiciona los movimientos a lo largo
del espectro ideológico. Según Downs, en sistemas bipartidistas los partidos
compiten por el votante mediano, de modo que hay un incentivo por aproxi-
mar posiciones que reduce la polarización. Este argumento es cuestionado
por la evidencia empírica que muestra la existencia de sistemas bipartidis-
tas en entornos muy polarizados y con bajo incentivo por parte de los par-
tidos en acercar posiciones. Por ejemplo, Nicaragua sería un caso típico al
respecto. Por el contrario, prosigue Downs, en sistemas multipartidistas la
mejor estrategia para los partidos es preservar su espacio ideológico con
el fin de diferenciarse del resto de oferta partidista. También aquí hay que
matizar el argumento porque en entornos multipartidistas los partidos más
próximos entre sí encuentran en el acercamiento a las posiciones de otro
partido su mejor estrategia electoral. Estos argumentos han tenido un de-
sarrollo posterior en trabajos sobre teorías espaciales del voto como las de
Enelow y Hinich (1990).
A partir de la distinción entre patrones de competencia centrípeta y cen-
trífuga se ha argumentado en muchas ocasiones que un alto grado de pola-
rización dificulta los acuerdos entre los partidos políticos y eso genera ines-
tabilidad, así como dificultades para la gobernabilidad. Por ejemplo, una de
las razones que sirve para contextualizar el golpe de Estado que derrocó a
Allende en 1973 en Chile y pavimenta la llegada de Pinochet al poder fue
la elevada polarización del sistema de partidos (Valenzuela, 1989). Sin em-
bargo, aunque este tipo de interpretación sea la que subyace en el trabajo
de Sartori (2003) [1976], posteriormente se ha argumentado que un cierto
nivel de polarización es positivo, ya que es un indicador de la existencia
de diferentes opciones ideológico-programáticas encarnadas por los parti-
dos políticos. De alguna manera, esta situación sería una muestra de que el
sistema ha sido capaz de integrar todas las opciones políticas. Los matices
vienen dados, en la línea de la argumentación de Sartori (2003) [1976], por
el número de partidos políticos. Es más peligroso un sistema de partidos
polarizado que sea bipartidista que uno multipartidista. La probabilidad de
90 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

llegar a acuerdos entre dos partidos antagónicos suele generar escenarios de


suma cero con un claro ganador y un claro perdedor; mientras que en las
situaciones combinadas de polarización y multipartidismo es más fácil que
algunos partidos encuentren puntos de consenso y que no se produzca un
claro vencedor y un claro derrotado.
El cálculo más habitual de polarización se refiere a la ideología, deno-
minada polarización ideológica, en detrimento de la distancia en cuestiones
programáticas, menos estudiadas. Para calcular la polarización ideológica se
utilizan las ubicaciones ideológicas de los partidos que, como veíamos en el
capítulo 2, suelen medirse a través del continuo izquierda-derecha. Estas ca-
tegorías son susceptibles de referirse a más de una dimensión, dependiendo
de la estructura de clivajes del sistema de partidos en cuestión. Sobre la base
de las ubicaciones ideológicas, la polarización calcula la distancia entre los
polos en uno o varios planos de la competición partidista. Para ello se resta la
ubicación promedio de los dos partidos con posiciones más extremas.
Sin embargo, para obtener la polarización de un sistema de partidos,
además de la distinción entre polarización ideológica y programática (Sani
y Sartori, 1983), hay que tomar otras decisiones sobre las que la literatura
debate. Estas decisiones se refieren al tipo de promedio de ubicación que
constituirá la base del cálculo de las distancias entre los partidos; la elec-
ción de los partidos sobre los que medir la polarización (electorales o par-
lamentarios); así como la consideración (o no) de las diferencias de fuerza
electoral de los partidos. A continuación se discute cada una de ellas.
La primera decisión relativa a la ubicación promedio que constituye la
base del cálculo de la polarización nos remite a la discusión que, al abordar
las ubicaciones de los partidos (capítulo 2), se ha llevado a cabo. Se pueden
tomar datos de cuestionarios a la élite (ya sea la del partido o la élite parla-
mentaria) para hacer un promedio de la ubicación ideológica y a partir de
ahí calcular la polarización. Otras alternativas son calcular la polarización
a partir de las ubicaciones ideológicas del electorado; o bien obtener la ubi-
cación ideológica del partido a partir de juicios de expertos y con esa infor-
mación calcular la polarización. En principio, la disponibilidad de datos es
el principal condicionante para calcular las ubicaciones promedio y la po-
larización. Nótese que si se utilizan datos de élite parlamentaria se obtiene
la distancia entre quienes legislan. Por el contrario, si se utilizan datos de
ciudadanía, se tendrá información sobre las ubicaciones y la distancia entre
el conjunto de electores. Este último dato es útil pero no necesariamente sus
diferencias ideológicas tienen un correlato en la élite de los partidos. De ahí
que las comparaciones entre ambos tipos de fuentes, élites y ciudadanos,
hayan dado lugar a interesantes trabajos relativos a regiones tan diferentes
como América Latina (Corral, 2011; Otero Felipe y Rodríguez Zepeda, 2010;
Luna y Zeichmeister, 2005) y Europa (Otero Felipe, 2011; Dalton, 1985).
Estos estudios muestran que no siempre hay una relación estrecha entre los
niveles de polarización de élites y ciudadanos.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 91

La segunda decisión se refiere a la necesidad de determinar qué partidos


políticos son los que se incluyen en el cálculo de la polarización. Generalmen-
te, se cuestiona si considerar la distancia de todos los partidos que compiten
en las elecciones, o únicamente la de aquellos partidos con representación
parlamentaria. Como el lector intuye, el cálculo de la polarización a partir
de los partidos parlamentarios cifrará una distancia entre los partidos me-
nor que si se mide la polarización entre todos los partidos que compiten en
elecciones. Esto es así porque los partidos con posiciones más extremas ac-
ceden con menos frecuencia al Parlamento. De ahí que, a no ser que los par-
tidos fuera del Parlamento tengan un gran poder desestabilizador mediante
mecanismos no convencionales, es una práctica más habitual la medición
de la polarización de los partidos parlamentarios. La polarización parla-
mentaria da unas claves más precisas sobre el funcionamiento del sistema
político en su conjunto y de los márgenes para la gobernabilidad.
El tercer debate en el cálculo de la polarización se plantea en la discu-
sión de la fórmula. Una de las principales diferencias entre fórmulas mate-
máticas es la decisión de ponderar o no por el peso relativo de los partidos.
La pregunta de fondo es si tiene el mismo impacto que la distancia entre
los polos más extremos, sea entre un partido pequeño y un partido grande,
o entre los dos partidos más extremos cuando los dos son grandes partidos
o cuando son pequeños partidos y el resto de formaciones se encuentran en
el centro ideológico. Se trata de una discusión, por lo tanto, respecto a la
equiparación del peso de todos los partidos en la fórmula o la ponderación
por su peso electoral o parlamentario relativo.
Se suele pensar que para obtener conclusiones respecto de la goberna-
bilidad de los sistemas políticos, el cálculo más útil es el de la polarización
ponderada. Esta proporciona una imagen más precisa de las tensiones del
sistema y de su impacto sobre los procesos de toma de decisión. Taylor y
Herman (1971) propusieron una fórmula para calcular la polarización pon-
derada a la que luego Knutsen (1998) haría una pequeña variación y es la
que se aplica en el ejercicio práctico.
Posteriormente se han propuesto fórmulas alternativas, pero ninguna
con tanta aceptación como las recién citadas. Aquí se recoge la de Dalton
(2008) como una muestra de los intentos de innovación y mejora más re-
cientes en la medición de este indicador. Dalton calcula la polarización con-
siderando no tanto su presencia legislativa, sino su peso en las elecciones.
Su propuesta es similar a las anteriores aunque para su cálculo utiliza datos
de encuestas de opinión pública donde los votantes ubican ideológicamen-
te, además de su propia ideología, la de los diferentes partidos políticos.
El autor reconoce la limitación de extraer las posiciones ideológicas de los
partidos a partir de las encuestas a ciudadanos que tienen niveles varia-
bles de conocimiento político. Asimismo, señala el inconveniente de reducir
la competencia partidista a una única dimensión, especialmente en ciertos
contextos donde la realidad política es más compleja (Dalton, 2008).
92 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

En general, la polarización no ponderada suele arrojar valores más altos


que la ponderada, ya que los partidos más exitosos, que en la ponderada im-
pactarían más en el cálculo, suelen situarse en el centro del espectro ideo-
lógico. Para la interpretación del resultado del cálculo de la polarización no
hay unos márgenes estrictos con los que determinar el umbral a partir del
cual una polarización es elevada. En términos prácticos, si la medición de
las ubicaciones de los partidos es sobre el continuo 1 a 10, se puede pensar
que una polarización superior a 3 es una polarización muy elevada; hasta 3
es una polarización moderada; y en torno a 1,5 es una polarización baja. No
obstante, en los estudios sobre polarización de los sistemas de partidos co-
bran mucho interés las comparaciones diacrónicas, es decir, los análisis so-
bre la evolución de la polarización de un sistema de partidos. De este modo,
un aumento destacado en los niveles de polarización suele identificarse con
crisis de gobernabilidad.
Aunque desde la perspectiva europea el cálculo de la polarización re-
sulta válido porque los partidos suelen poseer una ubicación ideológica y
programática más o menos definida, en otras latitudes este cálculo no está
exento de polémica. Si ya se mencionaba en el capítulo 2 que la utilidad de
las categorías izquierda y derecha ha sido cuestionada por algunos expertos,
la polarización nos devuelve al citado debate al estar basada en las ubica-
ciones ideológicas de los partidos políticos. El argumento de los escépti-
cos cuestiona la utilidad de conocer la distancia entre los partidos políticos
en el continuo izquierda y derecha cuando dichas categorías no significan
nada en la competición partidista. Como respuesta a estas posiciones cabe
señalar, nuevamente, que izquierda y derecha se han revelado como cate-
gorías útiles para resumir posiciones de los partidos políticos en diferentes
aspectos programáticos. De ahí que conocer la distancia entre los partidos
políticos al respecto sea útil y revelador. No obstante, los analistas han de
ser conscientes de las cautelas necesarias a la hora de extraer conclusiones
a partir de un cálculo de polarización.

Ejercicio práctico 1: cálculo de la polarización ideológica


La polarización del sistema de partidos mide la distancia entre los partidos
con posiciones más extremas dentro de un sistema de partidos. El análisis
más frecuente calcula la distancia o proximidad de los partidos políticos de
un sistema en términos ideológicos, pero también se puede estimar la po-
larización programática considerando, en lugar de la ideología, la posición
de los partidos en cuestiones programáticas concretas. Cuanto mayor sea
el valor de la polarización mayor será la distancia entre los partidos que
componen el sistema. De la misma forma, valores bajos de polarización in-
dican que hay poca distancia en las posiciones de los partidos que integran
el sistema de partidos.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 93

Datos
Para este análisis necesitamos la ubicación ideológica de los partidos políticos.
Esta puede ser extraída de diferentes fuentes: de la opinión de sus integrantes,
considerando los juicios de expertos en dichos partidos, examinando su progra-
ma político, o bien a partir de la información de las encuestas de opinión pú-
blica. A continuación se presentan dos ejemplos de la aplicación de diferentes
índices de polarización. En el primero tomaremos la ubicación ideológica de
los partidos chilenos utilizando las entrevistas a élites parlamentarias (PELA)
del período 2006-2010. En dichas encuestas se preguntó a los parlamentarios
de los diferentes partidos políticos sobre la ubicación ideológica de su partido
a través de la siguiente pregunta: «Cuando se habla de política se utilizan nor-
malmente las expresiones izquierda y derecha. ¿En qué casilla, de 1 a 10,…
situaría a su propio partido?». Con las respuestas dadas por los parlamentarios
de cada partido se ha calculado el promedio de ubicación ideológica de cada
partido, tal y como se mostraba en páginas previas. En el segundo ejercicio
práctico se aplicarán los índices de polarización a los partidos políticos con
representación en las Cortes Regionales de Castilla y León (2007-2011).

CUADRO 3.1

PARTIDOS POLÍTICOS EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE CHILE (2006-2010)

Ubicación del partido según sus


Partido político Escaños
miembros (n)
RN 19 6,36 (14)
PDC 20 5,31 (16)
PS 15 2,73 (11)
PPD 21 4,13 (16)
UDI 33 7,04 (25)
PRSC 7 4,00 (5)
Otros* 5 5,33 (3)
* La encuesta de PELA incluye la categoría «otros partidos» para las fuerzas minoritarias
con representación. En este período esos partidos fueron el Partido de Acción Regionalista, 1
diputado; Independientes Lista B, 2 diputados; Independientes Lista D, 2 diputados.
Fuente: Elaboración propia a partir de PELA y Ministerio del Interior de Chile.

Polarización no ponderada

La polarización no ponderada calcula la distancia entre las fuerzas políti-


cas que se encuentran ubicadas en los extremos del espectro ideológico. De
este modo, cuanta mayor sea esa distancia, mayor será la polarización del
sistema y viceversa.
94 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

En una escala de 1 «izquierda» a 10 «derecha» el mínimo de polarización


sería 0, situación muy poco probable que indicaría que todos los partidos del
sistema se encuentran ubicados en el mismo lugar de la escala ideológica; mien-
tras que el máximo sería 9, lo que ocurrirá si los dos partidos ubicados en los
extremos se encontraran ubicados en el 1 y el 10 de la escala respectivamente.

Fórmula

Polarización no ponderada = Pnp = x̄A – x̄B


Donde: x̄A se refiere al valor ideológico medio ubicado en el extremo derecho.
x̄B se refiere al valor ideológico medio ubicado en el extremo izquierdo.

Fuente: Adaptado de Sartori (2003) [1976].

Resolución
Paso: Se toman los valores ideológicos medios ubicados en los extremos:
en la izquierda, el PS, y en la derecha, la UDI. A continuación se calcula el
rango o distancia entre ellos.
Polarización no ponderada (Chile 2006-2010) = 7,04 (UDI) – 2,73 (PS) = 4,31

Polarización ponderada (Taylor y Herman, 1971, y Knutsen, 1998)

Un modo alternativo y más sofisticado de establecer la polarización ideológi-


ca de un sistema de partidos consiste en medir las distancias ideológicas pon-
derando el peso de los partidos, en votos o en escaños. Con ello se evita el po-
sible sesgo que introduce en la medición sencilla de polarización la existencia
de partidos muy extremos pero de poca importancia para el sistema político.

Fórmula
Polarización ponderada: Pp = 6Jj=1 p pj (x̄j – x̄p)2

o bien: Pp = 6Jj=1 p pj | x̄j – x̄p|

Donde:
p pj es la proporción de escaños que obtiene cada partido sobre el total de 1.
x̄j es el promedio ideológico del partido j.
x̄p es el promedio ponderado por la proporción de escaños (sobre 1) de las posicio-
nes de todos los partidos en dicha escala: (x̄A· pAp )+ (x̄A· pBp )+…

Fuente: Taylor y Herman (1971) y Knutsen (1998).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 95

Resolución
Las operaciones que aquí se detallan se recogen en el cuadro 3.2.

Primer paso: cálculo de x̄p (columna 4, cuadro 3.2) a partir de la ubicación


ideológica de cada partido (columna 1, cuadro 3.2) y la proporción de esca-
ños obtenido (columna 3, cuadro 3.2).
x̄p = 6,36 · 0,16 + 5,31 · 0,17 + 2,73 · 0,13 + 4,13 · 0,18 + 7,04 · 0,28 + 4 · 0,06 +
5,33 · 0,04 = 5,35.
Segundo paso: Cálculo de (x̄j – x̄p)2 (columna 5, cuadro 3.2).
( x̄RN – x̄p)2 = (6,36 – 5,35)2 = 1,03;
( x̄PDC – x̄p)2 = (5,31 – 5,35)2 = 0,00;
( x̄PS – x̄p)2 = (2,73 – 5,35)2 =6,85;
( x̄PPD – x̄p)2 = (4,13 – 5,35)2 =1,48;
( x̄UDI – x̄p)2 = (7,04 – 5,35)2 = 2,86;
( x̄PRSC – x̄p)2 = (4 – 5,35)2 = 1,82;
( x̄Otros – x̄p)2 = (5,33 – 5,35)2 = 0,00

Tercer paso: Cálculo de 6Jj=1 p pj ( x̄j – x̄p)2 (columna 6, cuadro 3.2).


6Jj=1 p pj ( x̄j – x̄p)2 = 0,16 · 1,03 + 0,17 · 0,00 + 0,13 · 6,85 + 0,18 · 1,48 + 0,28 · 2,86 +
0,06 · 1,82 + 0,04 · 0,00 = 2,17

CUADRO 3.2
CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CHILE (2006-2010) (I)
Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6
Ubicación Número
Partidos p ei x̄p ( x̄j – x̄p)2 p pj ( x̄j – x̄p)2
ideológica de escaños
RN 6,36 19 0,16 1,01 1,03 0,16
PDC 5,31 20 0,17 0,89 0,00 0,00
PS 2,73 15 0,13 0,34 6,85 0,86
PPD 4,13 21 0,18 0,72 1,48 0,26
UDI 7,04 33 0,28 1,94 2,86 0,79
PRSC 4,00 7 0,06 0,23 1,82 0,11
Otros 5,33 5 0,04 0,22 0,00 0,00
Suma 120 1 x̄p = 5,35 Suma 2,17

Para el cálculo se han tenido en cuenta las ubicaciones ideológicas que los propios diputados ha-
cen de su partido y se han considerado todos los partidos incluidos en el Congreso. Si se hubieran
omitido los valores de la categoría «otros» la polarización sería de 2,22. Si se estima la polarización
sin PRSC y otros, el valor total de la polarización hubiera resultado ligeramente superior, un 2,32.
Fuente: Elaboración propia con datos de PELA.
96 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Se aplica a continuación la fórmula de Knutsen (1998) que, al igual que


la anterior, pondera la posición ideológica del partido por su presencia de
en el legislativo. La única diferencia es que en este caso no elevamos al
cuadrado las desviaciones (columna 5, cuadro 3.3), por lo que estas son
ligeramente menores y, en consecuencia, resulta una cifra de polarización
más baja.

CUADRO 3.3

CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CHILE (2006-2010) (II)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6

Ubicación Número
Partidos p pj x̄p | x̄j – x̄p| p pj | x̄j – x̄p|
ideológica de escaños
RN 6,36 19 0,16 1,01 1,01 0,16
PDC 5,31 20 0,17 0,89 0,04 0,01
PS 2,73 15 0,13 0,34 2,62 0,33
PPD 4,13 21 0,18 0,72 1,22 0,21
UDI 7,04 33 0,28 1,94 1,69 0,47
PRSC 4,00 7 0,06 0,23 1,35 0,08
Otros 5,33 5 0,04 0,22 0,02 0,00
Suma 120 1 x̄p = 5,35 Suma 1,25

Para el cálculo se han tenido en cuenta las ubicaciones ideológicas que los propios diputados
hacen de su partido y se han considerado todos los partidos incluidos en el Congreso. Si se hu-
bieran omitido los valores de «otros» la polarización resultante sería 1,29. Excluyendo al PRSC
y «otros», el valor total de la polarización hubiera resultado también un 1,30.
Fuente: Elaboración propia con datos de PELA.

Polarización ponderada (Dalton, 2008)

A diferencia de las anteriores fórmulas que ponderaban mediante la fuerza


en el Parlamento, el cálculo de Dalton (2008) pondera las posiciones ideo-
lógicas de los partidos por su resultado electoral. Esta alternativa, al igual
que las anteriores, es aplicable a datos de élites parlamentarias o de ciuda-
danos. Aunque, como se señalaba unas páginas más atrás, los resultados de
calcular la polarización a partir de élites o de ciudadanos pueden ser muy
diferentes. Aquí se prosigue con los datos de élites parlamentarias chilenas.
Esto pondrá de manifiesto las diferencias en resultados cuando se utiliza
una u otra fórmula. Se trata de un indicador de polarización que oscila en-
tre 0, en el caso hipotético en que todos los partidos del sistema ocupasen la
misma posición, y 10, si los partidos estuvieran en los extremos de la escala.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 97

Fórmula

Polarización ponderada=Pp = C 6 j=1 pj [ x̄j 4,5


J e – x̄p2

]
Donde:
p ej es el porcentaje de votos obtenidos por cada partido en las elecciones.
x̄j es la posición ideológica media del partido j.
x̄p es el promedio ideológico ponderado del sistema de partidos en la misma escala
4,5 es la distancia máxima posible entre la ubicación de un partido y el centro
teórico de la escala de 1 a 10 (una explicación en el segundo paso).

Fuente: Adaptado de Dalton (2008).

Resolución
Primer paso: Se calcula el promedio ideológico del sistema de partidos (x̄p).
Este valor debe ser un promedio ponderado del peso que los partidos tienen
en el sistema, para evitar el sesgo de las puntuaciones ideológicas extremas
que en ocasiones exhiben formaciones minoritarias. Dalton (2008) pondera
en este caso por el porcentaje de los votos obtenidos por el partido en las
elecciones (columna 3, cuadro 3.4).

Segundo paso: Una vez hallado x̄p, se resta a la posición ideológica de cada
partido la posición promedio. Este resultado se dividiría entre 4,5, que es la
máxima distancia posible entre la ubicación del partido y el centro teórico
de la escala. Este 4,5 se obtiene dividiendo entre 2 el rango de la escala (9).
El resultado de la operación anterior se eleva al cuadrado (columna 4, cua-
dro 3.4). Por ejemplo, para PS:

[ x̄ PS
4,5
– x̄p2
] = (2,73 – 5,37/4,5) = 0,34.
2

Nótese que en una escala de 0 a 10 el divisor de la fórmula sería 5 y no 4,5.


Esta cifra es la distancia máxima posible que puede existir entre la ubica-
ción del partido y el centro teórico de la escala en una escala de 0 a 10.

Tercer paso: Para cada uno de los partidos, se multiplica la cifra anterior por
su porcentaje de votos (columna 5, cuadro 3.4). Así para el PPD:

[ x̄ PPD – x̄p2
4,5 ] =15,42 · 0,08 = 1,17.
98 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Cuarto paso: Calculamos el sumatorio y, por último, obtenemos la raíz cua-


drada.
CUADRO 3.4

CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CHILE (2006-2010) (III)*


Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5
Promedio Promedio
[ x̄ 4,5 ] [ ]
2 2
j – x̄
p pje x̄j – x̄p
Partidos Votos (%)
ideológico x̄j ponderado x̄p 4,5
RN 14,12 6,36 (6,36 · 14,12) / 86,25 0,05 0,68
PDC 20,76 5,31 (5,31 · 20,76) / 86,25 0,00 0,00
PS 10,05 2,73 (2,73 · 10,05) / 86,25 0,34 3,46
PPD 15,42 4,13 (4,13 · 15,42) / 86,25 0,08 1,17
UDI 22,36 7,04 (7,04 · 22,36) / 86,25 0,14 3,08
PRSC 3,54 4,00 (4 · 3,54) / 86,25 0,09 0,33
Suma 86,25 5,37
Promedio ideológico del sistema de partidos: 5,37
Suma: 8,72
Raíz cuadrada: k8,72 = 2,95
* En este caso se omiten los partidos minoritarios al carecer la encuesta de las ubicaciones de
dichas fuerzas políticas.
Fuente: Elaboración propia con los datos de PELA para Chile (2006-2010).

Interpretación

La polarización ideológica y la polarización programática son dos rasgos


muy relevantes en el análisis del sistema de partidos chileno ya que han
afectado a los niveles de estabilidad y gobernabilidad. En este ejercicio, la
polarización no ponderada, medida con los datos de la fuerza parlamen-
taria, arroja una cifra de 4,31. Se trataría de una distancia considerable
entre los dos partidos políticos e indica una polarización elevada entre los
dos partidos más extremos con representación en el Parlamento (PS en el
entorno de la izquierda y UDI en el entorno de la derecha). Este dato suge-
riría dificultad para llegar a consensos entre los partidos que conforman el
Parlamento, lo que puede dificultar la acción de gobierno.
Complementariamente, se ha incluido el cálculo de la polarización ideoló-
gica ponderada a partir de tres indicadores alternativos para establecer el gra-
do de distancia ideológica del sistema de partidos. En todos ellos la posición
ideológica de cada partido político es compensada en función de su presencia
legislativa (Taylor y Herman, 1971; Knutsen, 1998) o de su presencia electoral
(Dalton, 2008). La fuerza (electoral y parlamentaria) superior de la UDI frente
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 99

al PS hace que cuando se tiene en cuenta el peso de los partidos políticos, se


puedan matizar las conclusiones respecto a la polarización del sistema. Así,
las cifras resultantes de estos tres índices han sido, respectivamente: 2,17,
1,25 y 2,95. La polarización ponderada sugiere un escenario conflictivo, pero
cuya distancia ideológica promedio en el conjunto del sistema de partidos es
menor a la del cálculo de la polarización sin ponderación. Esto se debe a que
los partidos más distantes entre sí tienen un peso específico diferente. En este
caso la fuerza electoral del polo de la derecha en Chile es muy superior a la
del polo de izquierda que tiene una condición de partido minoritario. Lo que
subyace a la consideración de la polarización ponderada es que la distancia
entre dos partidos hay que contextualizarla con la fuerza que tienen ambos; y
que esta distancia es menos relevante cuando entre los dos partidos hay mu-
cha diferencia en su fuerza (ya sea esta electoral o parlamentaria).
En conjunto, estas cifras elevadas de distancia ideológica sugieren una
tendencia al juego centrífugo en el sistema de partidos chileno en el período
analizado, pero digno de ser matizado con la introducción de ponderaciones.

Ejercicio práctico 2: cálculo de la polarización ideológica


en Castilla y León (2007-2011)
Datos
En este segundo cálculo de la polarización se utilizan datos provenientes
de las encuestas realizadas a los procuradores regionales de las Cortes de
Castilla y León (2007-2011) del proyecto EliteCyl. Como en el ejemplo an-
terior, en la encuesta a procuradores hay una pregunta específica sobre las
ubicaciones ideológicas de los partidos políticos según sus parlamentarios
con la pregunta: «Cuando se habla de política se utilizan normalmente las
expresiones izquierda y derecha. ¿En qué casilla, de 1 a 10, situaría a su
propio partido?».
Una vez obtenidos los promedios de respuesta de cada partido, se ha
calculado la polarización ideológica en las tres modalidades antes señaladas.

CUADRO 3.5
PARTIDOS POLÍTICOS EN LAS CORTES REGIONALES DE CASTILLA Y LEÓN
(2007-2011)

Ubicación del partido según sus


Partido político Votos (%) Escaños
miembros (n)
PP 49,17 48 5,91 (35)
PSOE 37,73 33 3,48 (29)

Fuente: Elaboración propia a partir de EliteCyl (2007-2011) y Portal de Elecciones a las Cortes
de Castilla y León, http://servicios.jcyl.es/prea/busquedaAvanzadaAction.html.
100 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Polarización no ponderada

Resolución
Paso: Se toman los valores ideológicos medios ubicados en los extremos:
en la izquierda, el PSOE, y en la derecha, PP. A continuación se calcula el
rango o distancia entre ellos.

Polarización no ponderada Castilla y León (2007-2011) = 5,91 (PP) –


3,48(PSOE) = 2,43.

Polarización ponderada (Taylor y Herman, 1971; Knutsen, 1998)

Resolución
Primer paso: Cálculo de x̄p (columna 4, cuadro 3.6) a partir de la ubicación
ideológica de cada partido (columna 1) y la proporción de escaños obtenido
(columna 3, cuadro 3.6):
x̄p = 5,91 · 0,58 + 3,48 · 0,40 = 4,80
Segundo paso: Cálculo de (x̄j – x̄p)2 (columna 5, cuadro 3.6):
(x̄PP – x̄p)2 = (5,91 – 4,80)2 = 1,23; (x̄PSOE – x̄p)2 = (3,48 – 4,80)2 = 1,75.

Tercer paso: Cálculo de 6Jj=1 p pj (x̄j – x̄p)2 (columna 6, cuadro 3.6):


6Jj=1 p pj (x̄j – x̄p)2 = 0,58 · 1,23 + 0,40 · 1,75 = 1,40.

Las operaciones se detallan en el cuadro 3.6:

CUADRO 3.6
CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CASTILLA Y LEÓN (2007-2011) (I)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6

Ubicación Número de
Partidos
ideológica escaños
p pj x̄p ( x̄j – x̄p)2 p pj ( x̄j – x̄p)2

PP 5,91 48 0,58 3,42 1,23 0,71

PSOE 3,48 33 0,40 1,38 1,75 0,69

Suma 83 1 x̄p = 4,80 1,40


Para el cálculo se han tenido en cuenta las ubicaciones ideológicas que los propios diputados
hacen de su partido.
Fuente: Elaboración propia con datos de EliteCyL (2007-2011).

En el cuadro siguiente se presentan los resultados del cálculo de polari-


zación propuesto por Knutsen (1998).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 101

CUADRO 3.7
CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CASTILLA Y LEÓN (2007-2011) (II)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5 Columna 6


Ubicación Número de
Partidos
ideológica escaños
p pj x̄p | x̄j – x̄p| 2
p pj | x̄j – x̄p|2
PP 5,91 48 0,58 3,42 1,11 0,64
PSOE 3,48 33 0,40 1,38 1,32 0,53
Suma 83 1 x̄p = 4,80 1,17
Fuente: Elaboración propia con datos de EliteCyl (2007-2011).

Polarización ponderada (Dalton, 2008)


Resolución
Primer paso: Se calcula el promedio ideológico ponderado del sistema de
partidos ( x̄p) (columna 3, cuadro 3.8).
Segundo paso: Una vez calculado x̄p, se resta a la posición ideológica de cada
partido la posición promedio, dividimos el resultados entre 4,5 y elevamos
al cuadrado el resultado anterior (columna 4, cuadro 3.8). Por ejemplo, para
el PSOE:
[( x̄PSOE
4,5
– x̄p)2
] = (3,48 – 4,85/4,5) 2
= 0,09.

Tercer paso: Se multiplica para cada uno de los partidos la cifra anterior por
su porcentaje de votos (columna 5, cuadro 3.8).
Cuarto paso: Se calcula el sumatorio y, por último, se obtiene la raíz cuadrada.

CUADRO 3.8
CÁLCULO DE LA POLARIZACIÓN PONDERADA EN CASTILLA Y LEÓN (2007-2011)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4 Columna 5

[ ]
2

Partidos
Ubicación
% de votos
Promedio ponderado x̄j – x̄p2 pje x̄j – x̄p
ideológica x̄p 4,5 4,5

PP 5,91 49,17 (5,91 · 49,17)/86,9 0,05 2,70


PSOE 3,48 37,73 (3,48 · 37,7)/86,9 0,09 3,52
Suma 86,90
Promedio ideológico del sistema de partidos: 4,85
Suma: 6,23
Raíz cuadrada: k6,23 = 2,50
Fuente: Elaboración propia con los datos de EliteCyl (2007-2011) y Portal de Elecciones a las Cortes
de Castilla y León, http://servicios.jcyl.es/prea/busquedaAvanzadaAction.html.
102 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Interpretación
El segundo ejemplo de polarización ideológica aborda el caso de Castilla y
León, donde existe un escenario bipartidista: PP y PSOE concentran casi
la totalidad de los representantes de las Cortes Regionales. La escasa fuer-
za de terceros partidos, por ejemplo de ámbito regional, así como el claro
predominio del PP desde los años noventa, son también rasgos caracterís-
ticos de la comunidad castellano y leonesa. A todo ello se añade una diná-
mica de competencia por el centro político, como puede adivinarse por las
posiciones ideológicas del PSOE (centro izquierda) y PP (centro derecha)
señaladas.
En este contexto, el cálculo de la polarización ideológica ha confirma-
do unos niveles reducidos de la misma, aunque existen ligeras diferencias
en función del tipo de aproximación metodológica utilizada. La distancia
simple entre los promedios ideológicos del PP y PSOE indica un contexto
de polarización moderada (2,43). Una cifra muy similar arroja el cálculo de
la polarización a través de la fórmula de Dalton, en la que se han ponde-
rado las posiciones de ambos partidos por el porcentaje de votos obtenido
en las elecciones (2,50). Estos hallazgos señalan un escenario donde PP y
PSOE presentan opciones políticas claramente diferenciadas en términos
ideológicos, aunque la dinámica centrípeta subyacente facilitaría los puntos
de acuerdo entre ambos. Al considerar la ponderación en términos de los
escaños logrados por los dos partidos los niveles de polarización se reducen
en más de un punto pasando a ser de 1,40, según Taylor y Herman (1971),
y de 1,17, siguiendo a Knutsen (1998).

3.2. Superposición
El estudio de los espacios ideológicos que ocupan los partidos va más allá
del análisis de las ubicaciones de las organizaciones partidistas y del cálculo
de la polarización en los sistemas de partidos. Sani y Sartori (1983) pro-
pusieron analizar los posibles solapamientos que se dan entre partidos en
sus posiciones ideológicas como complemento al estudio de los niveles de
polarización ideológica. Estos solapamientos han recibido el nombre de su-
perposiciones.
La superposición interpartidista permite valorar la medida en que los
partidos comparten espacios ideológicos o programáticos y cuánto de ese
espacio tienen en común. Cuando dos o más partidos comparten un espa-
cio ideológico o programático es previsible que se produzca una competi-
ción entre ellos por ocupar dicho espacio y conquistar a los electores que
se ubican dentro de dicho espacio. Con la superposición se puede obtener
una fotografía de los espacios donde compiten los partidos políticos, así
como los porcentajes de electorado que se encuentran en los mismos. De
ahí que el estudio de las superposiciones en un sistema de partidos sea
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 103

especialmente relevante para los estrategas electorales. Este tipo de con-


sideraciones puede condicionar los discursos y propuestas de los líderes y
partidos para mantener a sus electores y conquistar nuevos espacios elec-
torales. Al mismo tiempo, la superposición permite conocer el potencial
de colaboración de dos partidos en la arena parlamentaria, incluyendo la
viabilidad de coaliciones de gobierno. Finalmente, este indicador da una
imagen complementaria al nivel de polarización existente en un país. En
el caso de calcular el indicador para los dos partidos principales del sis-
tema, una superposición baja hablaría de un sistema polarizado, mien-
tras que una superposición alta indicaría un sistema de partidos donde los
partidos compiten por un espacio ideológico muy similar y, por lo tanto,
escasamente polarizado.
Aunque no se ha trabajado extensamente la medición y aplicación de la
superposición, constituye, sin embargo, un aspecto sobre el que trabajos ya clá-
sicos como el de Downs (1985) [1957], debatían. En este sentido, Downs (1985)
[1957], argumenta que la convergencia hacia el centro es la mejor estrategia
para maximizar el número de votos en sistemas bipartidistas. Ello aumentaría
las superposiciones entre los partidos. Por el contrario, en sistemas multipar-
tidistas la diferenciación entre partidos es el mejor camino para mantener un
electorado estable. Esta estrategia disminuiría el grado de superposiciones.
Tres son las cuestiones a debate en el cálculo de la superposición. En
primer lugar, al igual que en el cálculo de la polarización, para obtener el
grado de superposición de un sistema de partidos es necesario decidir qué
tipo de evidencia empírica se utiliza para el cálculo de las posiciones ideoló-
gicas. En este sentido, además de calcular las superposiciones ideológicas
a partir de datos del electorado, se podrían calcular a partir de datos de
élite de los partidos. Ambas estrategias permiten medir cuánto espacio
ideológico comparten unos partidos con otros. En el caso de los datos de
votantes se pueden calcular porcentajes de votantes que están cercanos a
varios partidos por tener ubicaciones ideológicas próximas. En el caso de
los datos de élite, la superposición permite valorar el espacio ideológico
que ocupa un partido desde los rasgos ideológicos de su élite. Un intere-
sante trabajo es también comparar el grado de superposiciones ideológi-
cas que se producen entre partidos si los datos son de élite o de electorado
(Otero, 2011).
Aun en este punto hay que decidir si se calcula la superposición en
cuestiones ideológicas o programáticas. Habitualmente se ha calculado
con datos relativos a la ideología, pero, al igual que la polarización, es
posible y relevante realizar estudios sobre la medida en que el electorado
o la élite de dos partidos comparte o difiere en sus posiciones. Habrá te-
mas en los que la superposición sea total, por ejemplo en cuestiones como
la lucha contra la corrupción (los denominados valence issues) y en otros
temas donde haya grandes divergencias que tendrán que ver con la estruc-
tura de clivajes.
104 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

La segunda decisión en el cálculo de la superposición se refiere a la


elección de los partidos sobre los que se va a calcular el solapamiento. La
superposición se calcula entre parejas de partidos. De este modo, si se
analizan partidos cuya ubicación promedio es muy diferente entre sí, la
superposición será muy baja y viceversa, si se analizan parejas de par-
tidos muy cercanas entre sí, la superposición será alta. En general los
análisis de superposición son más interesantes entre partidos cercanos
entre sí y/o partidos con apoyos electorales similares. Ello proporciona
una idea sobre el grado de competencia entre los partidos por un mismo
electorado.
La tercera decisión tiene que ver con la fórmula empleada. La de Sani
y Sartori (1983) es la que hasta la fecha tiene prácticamente el monopo-
lio en este indicador. Tiene un rango de variación de 0 a 1. Los valores
cercanos a 1 hablan de alta superposición y los cercanos a 0 indican una
baja superposición. Aunque no hay una regla universal, se puede decir
que una superposición inferior a 0,2 es baja; entre 0,2 y 0,4 es media y
a partir de 0,4 es elevada; y a partir de 0,6 es muy elevada. Para Sarto-
ri (2003) [1976] cuando la superposición es baja entre los partidos y la
polarización del sistema es alta se refuerzan las conclusiones sobre la
distancia entre los polos.
Una interesante variación del cálculo de la superposición se encuentra
en la aplicación del enfoque de nichos proveniente de la sociología de las or-
ganizaciones (McPherson, 1983; Stern, 1999). Llamazares y Sandell (2003)
utilizan dicho enfoque para analizar la competición ideológica proponiendo
una representación gráfica del concepto de nicho que permite visualizar la
superposición de una manera rápida (véase la figura 3.1). El nicho es el área
rectangular construida a partir del posicionamiento del partido político en
la escala izquierda derecha. Este nicho indica el grado de especialización
ideológica del partido. Tal y como veremos en el ejemplo práctico, las áreas
se conforman a partir de la representación gráfica de las ubicaciones me-
dias y sus desviaciones típicas en los ejes X e Y. De tal modo, cuanto más
pequeña sea dicha área, más especializado estará el partido. Al contrario,
un área de gran tamaño indicaría que es un partido con un alto grado de
indefinición ideológica. La representación de los nichos ideológicos permi-
te, además, establecer si existen solapamientos entre los partidos. La zona
sombreada en la figura 3.1 muestra el espacio en el que se superponen dos
partidos. Esta zona será mayor cuanto más espacio ideológico compartan
ambos. La propuesta original de Llamazares y Sandell (2003) se centró en
definir hasta qué punto existían solapamientos de tipo ideológico entre los
partidos, pero su aplicación puede extenderse a otros ejes relevantes de la
competencia partidista.
El cálculo de la superposición suele presentarse acompañado del de la
polarización que ha recibido, comparativamente, mucha más atención has-
ta la fecha en los trabajos sobre dinámicas de los sistemas de partidos. No
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 105

obstante, por el potencial de su análisis y su aplicabilidad en los estudios so-


bre prospectivas electorales de los partidos, es relevante familiarizarse con
su cálculo.

FIGURA 3.1
REPRESENTACIÓN HIPOTÉTICA DEL CONCEPTO DE NICHO IDEOLÓGICO

Fuente: Elaboración propia a partir de Llamazares y Sandell (2003)

Ejercicio práctico: cálculo de la superposición


La superposición indica la medida en que los partidos políticos se ubican en
el mismo espacio ideológico o programático. Tiene un rango de variación de
0 a 1. Los valores cercanos a 1 denotan una alta superposición y los cerca-
nos a 0 indican una baja superposición.

Datos
Para calcular este índice se necesitan las ubicaciones ideológicas de los par-
tidos políticos, bien sea a través de sus miembros, a través de las opiniones
de expertos en partidos o a través de datos de opinión pública. Esta infor-
mación se utiliza para adscribir las posiciones ideológicas a los partidos
políticos con el fin de calcular el grado de superposición.
106 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Fórmula

p xkA – p xkB
SuperposiciónAB = SpAB = 1 – 65k=1 | |
200
Donde:
A y B son los dos partidos de los que se compara la superposición.
p xkA es la proporción de las ubicaciones del partido A en el tramo ideológico k y
x dividido entre 5.
p xkB es la misma proporción para el partido B en el mismo tramo. La diferencia en-
tre ambos se divide por un máximo teórico, 200, restándole a 1 el resultado anterior.

Fuente: Adaptado de Sani y Sartori (1983).

Resolución
Primer paso: Se dividen en cinco segmentos las ubicaciones ideológicas. La
propuesta original de Sani y Sartori parte de una escala ideológica de 1 a
10, de modo que los 5 tramos son iguales. El uso de encuestas donde la
ideología se estima en escalas de 0 a 10, como veremos, exigiría adaptar uno
de los 5 tramos en el cálculo de las diferencias. En los ejemplos propuestos
se ha incluido el 0 en el primero de ellos (0, 1 y 2), pero el investigador
podría construir el primer tramo con 0 y 1 e incluir en el último las posi-
ciones 8, 9 y 10. En cualquier caso, los 5 segmentos deben coincidir entre
los partidos de los que se va a calcular la superposición. A continuación, se
halla la suma de las diferencias en valor absoluto entre dichos segmentos
considerando diferentes pares de partidos.

Segundo paso: Se divide la suma absoluta de las diferencias entre cada uno
de esos segmentos entre el máximo teórico que podría alcanzarse, que es 200.
Tercer paso: Se resta 1 al resultado anterior.
Ejemplo 1: Superposición en el Reino Unido

CUADRO 3.9
UBICACIÓN IDEOLÓGICA DEL ELECTORADO DEL REINO UNIDO (EES, 2009)
(0-2) (3-4) (5-6) (7-8) (9-10) NS/NC Total (%) Media (n)
Partido 4,24
23,6 23,4 26,10 10,9 6,20 9,80 100
Laborista (893)
Partido 6,52
Conserva- 8,50 5,80 22,30 36,3 17,00 10,10 100
dor (899)

Partido 4,80
8,30 19,90 49,80 9,40 1,70 10,90 100
Liberal (893)
Fuente: European Election Studies (2009).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 107

Primer paso: Se divide en cinco segmentos y se hace el sumatorio de diferen-


cias absolutas entre dichos segmentos por pares de partidos. En este caso
la escala ideológica va de 0, extrema izquierda, a 10, extrema derecha, por
lo que la división de 5 tramos se ha realizado teniendo en cuenta el 0 en el
primer tramo.

Segundo paso: Se divide la suma absoluta de las diferencias entre cada uno
de esos segmentos entre 200.
Tercer paso: Se resta 1 al resultado anterior.

CUADRO 3.10
CÁLCULO DE LA SUPERPOSICIÓN IDEOLÓGICA EN EL REINO UNIDO (EES 2009)
División
Partidos Sumatorio en valor absoluto de las diferencias Superposición
entre 200
Laborista Laborista y Conservador = | 23,6 – 8,5 | + | 23,4 – 5,8 | + 90/200 = 0,45 Superposición
/Conserva- | 26,1 – 22,3 | + | 10,9 – 36,3 | + | 6,2 – 17,0 | = 90 Lab/Con
dor = 1 – 45 =0,55
Laborista Laborista y Liberal = | 23,6 – 8,3 | + | 23,4 – 19,9 | + 49/200 = 0,25 Superposición
/Liberal | 26,1 – 49,8 | + | 10,9 – 9,4 | + | 6,2 – 17,0 | = 49 Lab/Lib
= 1 – 0,25 = 0,75
Conserva- Conservador y Liberal = | 8,5 – 8,3 | + | 5,8 – 19,9 | 84/200 = 0,42 Superposición
dor/ + | 22,3 – 49,8 | + | 36,3 – 9,4 | + | 17,0 – 1,7 | = 84 Con/Lib
Liberal = 1 – 0,42 = 0,58
Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).

Ejemplo 2: Superposición ideológica en los Países Bajos

CUADRO 3.11
UBICACIÓN IDEOLÓGICA DEL ELECTORADO DE LOS PAÍSES BAJOS (EES, 2009)
Media
(0-2) (3-4) (5-6) (7-8) (9-10) NS/NC %
(n)
4,18
PvdA 17,0 35,20 30,60 9,00 1,30 6,90 100
(936)
6,04
CDA 4,60 6,70 42,30 34,10 5,40 6,90 100
(935)
6,77
VVD 4,40 7,30 17,70 50,40 12,60 7,60 100
(929)
4,89
D66 8,10 23,70 45,60 13,30 0,70 8,60 100
(918)
3,10
GL 36,40 37 13,50 4,50 1 7,60 100
(929)
Fuente: European Election Studies (2009).
108 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Primer paso: Se divide en cinco segmentos y se hace el sumatorio de dife-


rencias absolutas entre dichos segmentos entre pares de partidos. En este
caso también la escala ideológica en la encuesta de los Países Bajos va de 0,
extrema izquierda, a 10, extrema derecha, por lo que la división de 5 tramos
se ha realizado considerando el 0 dentro del primer tramo.

Segundo paso: Se divide la suma absoluta de las diferencias entre cada uno
de esos segmentos entre 200.

Tercer paso: Se resta 1 al resultado anterior.

CUADRO 3.12
CÁLCULO DE LA SUPERPOSICIÓN IDEOLÓGICA EN LOS PAÍSES BAJOS (EES 2009)

Partidos Sumatorio en valor absoluto de las diferencias División entre 200 Superposición

Superposición
PvdA/CDA = | 17,0 – 4,6 | + | 35,2 – 6,7 | + | 30,6 –
PvdA/CDA 81,8/200 = 0,41 PvdA/CDA =
42,3 | + | 9 – 34,1 | + | 1,30 – 5,4 | = 81,8
1– 0,41 = 0,59
Superposición
PvdA/VVD = | 17,0 – 4,4 | +| 35,2 – 7,3 | +| 30,6
PvdA/VVD 106,1/200 = 0,53 PvdA/VVD =
– 17,7 | + | 9 – 50,4 | +| 1,3 – 12,6 | = 106,1
1 – 0,53 = 0,47
Superposición
PvdA/D66 = | 17,0 – 8,1 | + | 35,2 – 23,7 | + | 30,6
PvdA/D66 40,3/200 = 0,20 PvdA/D66 =
– 45,6 | +| 9 – 13,3 | +| 1,3 – 0,7 | = 40,3
1 – 20 = 0,80
Superposición
PvdA/GL = | 17,0 – 36,4 | + | 35,2 – 37 | + | 30,6
PvdA/GL 43,1/200 = 0,22 PvdA/GL =
– 13,5 | + | 9 – 4,5 | + | 1,3 – 1,0 | = 43,1
1 – 22 = 0,78
Superposición
CDA/VVD= | 4,6 – 4,4 | + | 6,7 – 7,3 | + | 42,3 –
CDA/VVD 48,9/200 = 0,25 CDA/VVD =
17,7 | + | 34,1 – 50,4 | + | 5,40 – 12,6 | = 48,9
1 – 0,25 = 0,76
Superposición
CDA/D66 = | 4,6 – 8,1 | + | 6,7 – 23,7 | + | 42,3
CDA/D66 49,3/200 = 0,25 CDA/D66 =
– 45,6 | + | 34,1 – 13,3 | + | 5,4 – 0,7 | = 49,3
1 – 25 = 0,75
Superposición
CDA/GL = | 4,6 – 36,4 | + | 6,7 – 37,0 | + | 42,3
CDA/GL 124,9/200 = 0,62 CDA/GL =
– 13,5 | + | 34,1 – 4,5 | + | 5,4 – 1,0 | = 124,9
1 – 0,62 = 0,38
Superposición
VVD/D66 =| 4,4 – 8,1 | + | 7,3 – 23,7 | + | 17,7
VVD/D66 97/200 = 0,49 VVD/D66 =
– 45,6 | + | 50,4 – 13,3 | + | 12,6 – 0,7 | = 97
1 – 0,49 = 0,52
Superposición
VVD/GL = | 4,4 – 36,4 | + | 7,3 – 37,0 |+ | 17,7 –
VVD/GL 123,4/200 = 0,62 VVD/GL =
13,5 | + | 50,4 – 4,5 | + | 12,6 – 1,0 | = 123,4
1 – 0,62 = 0,38
Superposición
D66/GL = | 8,1 – 36,4 | + | 23,7 – 37,0 | + | 45,6
D66/GL 82,8/200 = 0,41 D66/GL =
– 13,5 | + | 13,3 – 4,5 | + | 0,7 – 1,0 | = 82,8
1 – 0,41 = 0,59
Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 109

El solapamiento ideológico de los partidos también puede analizarse a


través de la construcción de los «nichos» siguiendo la metodología propues-
ta por Llamazares y Sandell (2003). Para la obtención de los nichos de cada
partido político es necesario contar con los posicionamientos ideológicos o
programáticos en dos dimensiones. En este caso se han utilizado las ubica-
ciones ideológicas de los partidos de los Países Bajos extraídas también de
la encuesta EES 2009 a todos los ciudadanos, mientras que para la segunda
dimensión se han obtenido las ubicaciones ideológicas que han hecho los
votantes de cada partido político. Una vez sistematizada esta información se
han calculado los nichos para las dos ubicaciones ideológicas, así como el
tamaño de estos a partir de las siguientes operaciones aritméticas:

Fórmula
Nichoj1 = lims xj1 – limi xj1
lims xj1 = x̄j1 + sj 1
limi xj1 = x̄j1 – sj1

Donde:
Nichoj1 es el nicho del partido j en la dimensión 1.
lims xj1 es el límite superior del partido j en la dimensión 1.
limi xj1 es el límite inferior del partido j en la dimensión 1.
x̄j1 es el promedio del partido j en la dimensión 1.
sj 1 es la desviación típica del partido j en la dimensión 1.

Las mismas operaciones se realizan con una segunda dimensión.

Fuente: Adaptado de Llamazares y Sandell (2003).

El tamaño de cada nicho, es decir su área, se obtiene multiplicando la


ubicación que han señalado los ciudadanos (Nichoj1) por la ubicación de los
votantes (Nichoj2). A efectos de su interpretación, debemos tener en cuenta
que un nicho de gran tamaño es característico en partidos con una menor
especialización ideológica que están orientados, por ejemplo, a votantes más
heterogéneos ideológicamente. Por el contrario, un partido con un nicho de
tamaño reducido nos hablaría de una estrategia enfocada a votantes más
próximos ideológicamente. En el ejemplo práctico del cuadro 3.13 podemos
apreciar que el tamaño de los nichos no es extremadamente distinto entre
las formaciones políticas de los Países Bajos, como podría adivinarse a par-
tir del cálculo de la superposición realizado. Las diferencias más acusadas
se dan entre el tamaño del nicho del VVD (el más pequeño) frente al partido
Verde (GL), del que resulta un área mayor.
110 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.13

NICHOS IDEOLÓGICOS EN LOS PAÍSES BAJOS (EES, 2009)

Ubicación ideológica de los ciudadanos Ubicación ideológica de los votantes


Tamaño
Partidos Nicho ubicación Nicho ubicación del
políticos ciudadanos votantes
x̄j1 sj 1 x̄j2 sj 2 nicho
(Nichoj1) (Nichoj1)

CDA 6,04 1,86 3,75 6,62 1,87 3,74 14,03

D66 4,89 1,76 3,53 4,52 1,70 3,40 11,99

GL 3,10 1,98 6,65 2,65 2,02 4,04 15,98

PvdA 4,18 2,00 4,00 4,31 1,60 3,20 12,82

VVD 6,77 2,09 4,19 7,46 1,28 2,56 10,72


Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).

Una panorámica mucho más clara es la que se obtiene con la figura


3.2, donde se han representado gráficamente cada uno de estos nichos
ideológicos utilizando los mismos datos. Los nichos son las áreas rectan-
gulares donde se muestran los posicionamientos ideológicos de los parti-
dos políticos en ambas dimensiones. En ellos se pueden distinguir, som-
breadas, las zonas donde hay superposición. Para la construcción de cada
nicho se han utilizado las valoraciones ideológicas medias (ciudadanos y
votantes) como centro del nicho y las desviaciones típicas han servido para
determinar la anchura y altura del nicho. En este ejemplo, el eje vertical
corresponde a las ubicaciones ideológicas que los ciudadanos otorgaron
a los partidos (en la escala de 0, izquierda, a 10, derecha), mientras que
el eje horizontal se refiere a las ubicaciones señaladas por cada grupo de
votantes a su partido político en esa misma escala1.

1
Para la elaboración de los nichos de la figura 3.2 es necesario, en un primer momento,
definir los puntos correspondientes a los dos ejes (X o abscisas para el ancho e Y o eje de orde-
nadas para el alto del recuadro). Estos puntos son el resultado de restarle y sumarle a la media
la desviación típica. Así, por ejemplo, para el nicho del partido GL, cuya ubicación según los
ciudadanos es 3,10 y la desviación típica de 1,98, los puntos en el eje Y, en otras palabras, el
alto del recuadro, son: 1,12 (límite inferior) y 5,08 (límite superior). En el eje X (posiciones ads-
critas por los votantes) son 2,65 de media y 2,02 de desviación típica de modo que los puntos
para determinar el ancho de la figura serían 0,63 (límite ancho izquierdo) y 4,67 (límite ancho
derecho). Una vez definidos los cuatro puntos se pueden representar en el plano (0,63; 1,12)
(4,67; 1,12) (4,67; 5,08) (0,63; 5,08).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 111

FIGURA 3.2

NICHOS IDEOLÓGICOS EN LOS PAÍSES BAJOS (EES, 2009)

10 Superposición Nicho de VVD


de los nichos

Nicho del D66


Ideología ciudadanos

4 Nicho de CDA

2
Nicho de PvdA

Nicho de GL
0
0 2 4 6 8 10

Ideología votantes

Fuente: Elaboración propia.

Tal y como se aprecia en la figura 3.2, la distribución ideológica de los


partidos está repartida a lo largo de la escala con excepción de los extremos
que quedan descubiertos. Del mismo modo, se confirma el grado de espe-
cialización ideológica que tiene cada uno de los partidos a tenor del área
que ocupan en el espacio bidimensional. Pero más interesante es la cons-
tatación de varios solapamientos ideológicos entre los diferentes partidos
tal y como se puso de manifiesto en el cálculo de la superposición (véase
el cuadro 3.14). En este sentido, se aprecia que la competencia partidista
es especialmente intensa en los tramos centrales de la escala ideológica. El
solapamiento es alto en el caso del PvdA, CDA y D66. A la luz de los datos,
estos partidos competirían por el mismo espacio ideológico. El solapamien-
to es, por otra parte, casi inexistente entre GL y VVD.
Ahora bien, cabe preguntarse a quién afecta más la existencia de solapa-
miento y qué partido está más expuesto en términos de competencia ideoló-
gica. En este sentido, la estimación del área compartida entre partidos sería
un último ejercicio de gran utilidad a efectos de valorar el grado de espe-
112 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

cialización ideológica (Llamazares y Sandell, 2003). Para el cálculo de los


solapamientos entre pares de partidos se tiene que realizar la sustracción
entre el límite superior de dimensión 1 (ubicación ciudadanos) del partido
A menos el límite inferior de dimensión 1 para partido B. A continuación,
se resta al límite ancho derecho del partido A (dimensión 2) el límite ancho
izquierdo del partido B. Se multiplican ambos productos y, por último, se
calcula el porcentaje de esta área sobre el área de cada uno de los nichos
de ambos partidos. Por ejemplo, para el cálculo de la superposición entre
CDA y VVD sería:

Límite superior CDA – límite inferior VVD = (6,04 + 1,86) – (6,77 – 2,09) = 7,92
– 4,68 = 3,24.
Límite ancho derecha CDA – límite ancho izquierda VVD = (6,62 + 1,87) –
(7,46 – 1,28) = 8,49 – 6,18 = 2,31.
Tamaño del área solapada = 3,24 · 2,31 = 7,48.
Superposición = 7,48/14,03 = 53,35 por ciento VVD sobre CDA.
Superposición = 7,48/10,72 = 69,82 por ciento CDA sobre VVD.

Así, cuanto mayor sea el solapamiento de un partido, mayor será la


exposición del mismo a la competición ideológica. Cuando no hay solapa-
miento entre dos partidos significa que no hay competencia entre ellos y,
por lo tanto, este será un 0 por ciento El cálculo de las superposiciones en
porcentaje se ha realizado entre aquellos partidos que gráficamente están
solapados en algún tramo y se muestra en el cuadro siguiente.

CUADRO 3.14

SUPERPOSICIONES O SOLAPAMIENTOS ENTRE PARTIDOS (PORCENTAJES)


EN LOS PAÍSES BAJOS (EES, 2009)

CDA D66 GL PvdA VVD

CDA 0 30,41 0 18,20 69,82

D66 25,98 0 22,60 78,60 0,01

GL 0 30,10 0 44,50 0

PvdA 16,80 73,50 35,70 0 0

VVD 53,35 0,66 0 0 0


La lectura de los solapamientos sería desde la primera columna hacia la siguiente, por ejemplo
el solapamiento del CDA sobre el D66 sería del 30,41 por ciento, del CDA sobre el PvdA, 18,2
por ciento y así sucesivamente.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de European Election Studies (2009).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 113

Interpretación

El índice de superposición estudia si la competencia partidista entre los par-


tidos políticos que integran el sistema de partidos se sitúa en el mismo espa-
cio político o si, por el contrario, discurre en espacios muy diferentes. Este
indicador se calcula entre pares de partidos políticos de dicho sistema de
partidos y oscila entre 0 y 1. De tal modo que si la superposición es próxima
a 1 estaríamos en un escenario con una alta superposición ideológica y, al
contrario, si el resultado es cercano a 0, el solapamiento entre partidos será
muy reducido.
Los ejemplos presentados dan cuenta de dos sistemas de partidos de
formato muy diferente pero con niveles de superposición notables en am-
bos casos. En el caso británico, los datos de opinión pública analizados
han revelado una superposición alta entre los pares de partidos analizados.
Especialmente llamativa es esta entre liberales y laboristas (0,75) y un poco
más reducida entre el Partido Conservador y el Partido Liberal (0,58). El
desglose de los tramos indica una alta competencia en los tramos 5-6, donde
un gran porcentaje del electorado ubica a los tres principales partidos del
sistema, y esto es notorio para el laborismo y los liberales. Por su parte, el
Partido Conservador reparte sus posiciones ideológicas entre los otros dos
tramos más hacia la derecha (7-8 y 9-10).
En lo que se refiere al sistema de partidos de los Países Bajos hay di-
versos grados de solapamiento ideológico entre sus partidos políticos. En
algunos casos este es muy marcado, como ocurre en el posicionamiento del
partido socialdemócrata (PvdA) y el Partido Liberal (D66) y con el partido
verde (GL), o como muestran el índice de superposición del Partido Cristia-
no-demócrata CDA con VVD (conservadores-liberales) y con D66. En todos
estos casos hallamos una superposición superior al 0,7. Esto indica que son
partidos que prácticamente estarían compitiendo por el mismo sector del
electorado. En el otro extremo estarían los pares de partidos políticos que
comparten un menor espacio ideológico. Este es el caso del Partido Verde
(GL) con respecto a los dos partidos más conservadores del sistema, el Par-
tido Cristiano-demócrata (CDA) y el VVD. Si se observan las ubicaciones
ideológicas en los cinco tramos ideológicos, también en este sistema de par-
tidos, la competencia es más intensa en las posiciones 5-6, donde, a juicio
de un porcentaje amplio de los ciudadanos, se sitúan gran parte de los parti-
dos políticos. Únicamente el Partido Verde (GL) se desmarcaría de esta ten-
dencia, ubicado mayoritariamente entre el 0 y el 4 de la escala ideológica.
La última parte del ejemplo práctico ha presentado una alternativa al
cálculo de la superposición aplicando el enfoque sociológico de los nichos a
la competición en términos ideológicos. Siguiendo la metodología que en su
día propusieron Llamazares y Sandell (2003), se han construido los nichos
para el sistema de partidos de los Países Bajos relativos a las posiciones
ideológicas de los partidos. Un ejercicio que nos ayuda a entender cómo es
114 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

la competición interpartidista en cuanto a su identidad izquierda-derecha al


observar los espacios ideológicos, o la especialización de un partido frente
a otro y con ello conocer el tipo de votantes que pudieran ser atraídos. El
análisis de las superposiciones confirma las áreas de «vulnerabilidad» o ex-
posición de los partidos en la dimensión ideológica, lo que en el caso anali-
zado es para algunos partidos superior al 50 por ciento (en el ejemplo D66
o PvdA). Por todas estas razones, la elaboración de los nichos, así como su
representación gráfica, constituyen un complemento conveniente al cálculo
de la superposición.

3.3. Cristalización
La cristalización es un indicador de corta edad que todavía no ha sido ex-
tensamente utilizado, aunque tiene un importante potencial para medir el
grado de estructuración ideológica o programática de un sistema de parti-
dos. La cristalización ideológica-programática captura el grado de simetría
o consenso existente en la valoración de la posición que los partidos adop-
tan en la dimensión izquierda-derecha o ante una serie de temas o issues.
Las respuestas de los propios miembros de un partido o de sus votantes
han sido la fuente de evidencia empírica para calcular los indicadores sis-
témicos hasta aquí revisados (polarización y superposición). Sin embargo,
también se puede recurrir a las percepciones de miembros o votantes de
otros partidos para obtener algún tipo de conclusiones con respecto a las
dinámicas del sistema de partidos. Este tipo de aproximación basada en los
juicios de agentes externos al partido es lo más característico del indicador
de cristalización.
Kitschelt et al. (1999) han sido pioneros al proponer esta dimensión de
análisis en su trabajo sobre sistemas de partidos de Europa del Este. Para
este autor es importante analizar la existencia de asimetría en los juicios o
evaluaciones de la élite política con respecto de los partidos políticos. La
cristalización se ocupa del grado de consolidación de la imagen que proyec-
tan los partidos políticos hacia el resto de partidos políticos. Esto se mide
a partir del grado de acuerdo en las valoraciones de los miembros de otros
partidos respecto a un partido político. Cuanto más acuerdo haya en las
valoraciones de un partido político se considera que éste se encuentra más
cristalizado.
Con la agregación de los niveles de cristalización de los diferentes parti-
dos políticos que integran un sistema de partidos se obtienen conclusiones
sobre el grado de cristalización de dicho sistema de partidos. Al ser un indi-
cador sistémico las consideraciones que se realizan se refieren al conjunto
del sistema de partidos. Un alto grado de cristalización del sistema de parti-
dos indica que los partidos que integran dicho sistema tienen nociones muy
convergentes respecto a los otros partidos políticos. En la situación contra-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 115

ria, un sistema de partidos con baja cristalización indica que sus integrantes
carecen de imágenes comunes respecto a los partidos. Este tipo de situación
ha sido bautizada como de difusión (ideológica o programática).
Dado que la polarización aumenta las probabilidades de competi-
ción entre partidos en el plano ideológico y/o programático, se puede
dar una covariación entre polarización y cristalización. De este modo,
en sistemas de partidos con alta polarización ideológica es probable que
encontremos niveles altos de cristalización ideológica. Esto es así porque
cuando los partidos están muy distantes entre sí es cognitivamente más
fácil identificar las posiciones de estos partidos, que es lo que mide la
cristalización.
En el cálculo de la cristalización son varias las decisiones que hay
que tomar. La primera decisión se refiere a los datos que constituyen la
base del cálculo de la cristalización. La esencia del concepto es que es-
tos datos sean de personas ajenas al partido, ya que se pretende medir
la imagen que proyecta el partido hacia el exterior. Quedan descartadas
las opiniones de los votantes o de miembros del partido del que se pide
opinión. Kitschelt et al. (1999) utilizaron los datos de miembros de otros
partidos en su primera propuesta, pero también se podrían utilizar datos
de electores de otros partidos. Estos últimos son los que se utilizan en el
ejercicio práctico.
Una variante del cálculo de la cristalización, también consistente en
evaluaciones externas a los partidos, son los juicios de expertos. Así, me-
diante entrevistas semi-estructuradas o cuestionarios, personas con reco-
nocido expertise sobre los partidos objeto de estudio señalan las posturas
que mantienen dichos partidos políticos en aspectos de programa e ideo-
logía, principalmente. También en este caso la coincidencia de evaluacio-
nes en torno a un partido se considera un indicador de su estructuración
programático-ideológica (Coppedge, 1998; Huber e Inglehart, 1995). Esta
fuente, que ha tenido usos más extensos en otros ámbitos del análisis po-
litológico (como el estudio de los efectos de diferentes diseños de los po-
deres judiciales), corre el peligro de llegar a conclusiones muy diferentes
según la muestra de expertos elegida y los criterios que se manejen en
cada caso. Por ello, su uso ha sido limitado hasta la fecha y pese a que,
como señala Mair (2001), algún tipo de evidencia es mejor que ninguna,
es necesario utilizar las denominadas opiniones de expertos como lo que
son, juicios externos con riesgos de distorsión, y recurrir a fuentes comple-
mentarias de información.
La segunda decisión se refiere a la sustancia sobre la que se va a medir
la cristalización. Como en los indicadores anteriores, la cristalización puede
ser medida en torno a temas ideológicos o programáticos. Dependiendo de
la elección realizada, la cristalización se convierte en un indicador de la
estructuración ideológica o de la estructuración programática de un siste-
ma de partidos. Por ejemplo, una baja cristalización en materia ideológica
116 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

indica que los partidos políticos no tienen visiones compartidas respecto al


espacio ideológico que ocupan los otros partidos. Esto denotaría una baja
estructuración ideológica del sistema de partidos. Al igual que ocurría en
el cálculo de la coherencia de los partidos (capítulo 2) y en el cálculo de
la polarización (véanse los apartados anteriores de este capítulo), hay que
valorar qué temas se incluyen en la medición en caso de que se opte por
la cristalización programática. Se trata de capturar la cristalización en te-
mas centrales para la competición partidista, ya que en el resto de temas
es esperable que ni el más estructurado de los sistemas de partidos cuente
con partidos que hayan generado una imagen consolidada. En este punto,
dependerá de las preguntas de cuestionario que se utilicen. En ocasiones,
los propios cuestionarios incluyen valoraciones en las que los entrevistados
señalan el grado de importancia de un determinado tema. Esta es una vía
posible para incluir los temas solo considerados muy relevantes por la ma-
yor parte de los actores. En caso de que esta opción no exista, el propio in-
vestigador deberá utilizar su criterio basado en consideraciones cualitativas
e históricas sobre el sistema de partidos.
La tercera decisión se refiere al modo de capturar el grado de disenso.
Kitschelt et al. (1999) proponen la utilización de las desviaciones típicas
como herramienta para valorar el grado de divergencia entre los miembros
de los partidos en la valoración de otros partidos. En este sentido, la cris-
talización es la desviación típica de la posición media que se obtiene de las
atribuciones de todos los que responden sobre la posición de un partido.
Por lo tanto, cuanto mayor consenso exista en relación al posicionamiento
de un partido en términos de izquierda derecha o en cuestiones políticas
concretas, mayor será el nivel de cristalización ideológica o programática
en el mismo.
Tal y como es calculado por Kitschelt et al. (1999), la interpretación del
indicador de cristalización es sencilla. Cuanto menor sea la desviación típi-
ca, mayor será la estructuración ideológica o programática de ese partido,
y al contrario, una alta puntuación en las desviaciones indicaría una escasa
cristalización en términos de ideología o programa.
La utilidad de la cristalización ideológica y programática como indica-
dor de la estructuración de un sistema de partidos la convierte en expor-
table a otras regiones, siendo de particular interés en los casos donde se
pretenda medir el grado de estructuración de los partidos políticos.

Ejemplo práctico: cálculo de la cristalización


La cristalización captura el grado de consenso en torno a la imagen que
genera un partido entre el resto de partidos que componen un mismo siste-
ma de partidos. Medida en desviaciones típicas, cuanto más alto es el valor
significa más disenso en la atribución de las posiciones que ocupan los par-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 117

tidos políticos (las posiciones de los partidos están poco cristalizadas). De


la misma forma, un bajo valor significa que los partidos tienden a estar de
acuerdo en la ubicación de los otros partidos (las posiciones de los partidos
están muy cristalizadas).

Datos

Como se señalaba anteriormente, la valoración de las posiciones que los


partidos adoptan en la dimensión izquierda-derecha o ante una serie de
temas puede provenir de entrevistas a los miembros de los partidos, así
como de las encuestas a expertos que contemplen la posición de las fuerzas
políticas en diferentes cuestiones. Asimismo, también puede extraerse de las
preguntas sobre la posición de los partidos que incluyen algunas encuestas
de opinión pública.
Aquí se han tomado las opiniones provenientes de la encuesta Euro-
pean Electoral Studies de 2009, para los casos de Alemania y Portugal,
donde los ciudadanos han ubicado ideológicamente a los partidos más
relevantes de sus sistemas políticos, en una escala de 0 «izquierda» a 10
«derecha». Además, se ha recogido la opinión de los ciudadanos sobre
el grado de europeísmo de cada partido a través de una pregunta sobre
la velocidad e intensidad deseada de la integración europea. Este último
tema constituye uno de los de mayores implicaciones para los Estados
europeos2. Para el cálculo de la cristalización de cada partido político se
han considerado las respuestas de todos los ciudadanos, omitiendo la de
aquellos que votaron por el partido correspondiente. Nótese que también
se han excluido los no sabe y no contesta3.

2
En concreto las preguntas son las siguientes: «Cuando se habla de política, la gente habla
de “izquierda” y “derecha”. Por favor, ¿podría decirnos dónde se posicionaría Vd. en una escala
del 0 al 10 en la que 0 significa izquierda y el 10 significa derecha? ¿Y dónde situaría Vd. a cada
uno de los siguientes partidos políticos en esta misma escala?». La cuestión sobre el grado de
europeísmo fue: «Algunas personas opinan que la unificación europea se debería impulsar más.
Otros creen que ya ha ido demasiado lejos. ¿Podría decirme cuál es su opinión al respecto? Uti-
lice una escala del 0 al 10, donde 0 significa que la unificación ya ha ido demasiado lejos y 10
significa que debería impulsarse más… ¿Y dónde situaría Vd. el punto de vista de los siguientes
partidos políticos en esta escala?».
3
El n utilizado para calcular la cristalización de cada partido varía en ambas dimensiones
debido a dos razones. Por un lado, porque los NS y NC suelen ser más altos en la cuestión
europea; es decir, son más numerosos los ciudadanos que no responden a la ubicación de los
partidos en la escala de europeísmo que en la de ideología. La segunda razón de n diferentes
radica en el número de votantes que se elimina del cálculo. Así, para hallar la cristalización en
los partidos de mayor número de votantes el n final será menor que en los partidos con menos
electores. En los cuadros se incluye el n total (por partido) (cuadros 3.15 y 3.16). El número
de respuestas perdidas, donde se incluyen los NS, NC y el número de votantes excluidos en el
cálculo de la cristalización, se detalla en los cuadros 3.19 y 3.20.
118 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.15
PROMEDIOS DE POSICIONES IDEOLÓGICO-PROGRAMÁTICAS EN ALEMANIA
(EES, 2009)
Ubicación ideológica del Ubicación programática (actitud
Partido político
partido según ciudadanos (n) hacia la integración europea) (n)
CDU/CSU 6,64 (664) 5,70 (613)
SPD 4,36 (723) 5,81 (669)
B90-Die Grünen 4,03 (873) 5,55 (812)
Linke 1,19 (915) 3,31 (789)
FDP 5,86 (899) 5,18 (834)

Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).

CUADRO 3.16
PROMEDIOS DE POSICIONES IDEOLÓGICO-PROGRAMÁTICAS EN PORTUGAL
(EES, 2009)
Ubicación ideológica del Ubicación programática (actitud
Partido político
partido según ciudadanos (n) hacia la integración europea) (n)
BE 1,75 (843) 3,94 (539)
CDS-PP 7,64 (838) 5,10 (542)
CDU (PCP/PEV) 1,75 (829) 3,38 (524)
PS 4,73 (599) 5,43 (387)
PSD 7,11 (665) 5,81 (446)

Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies 2009.

Fórmula

Desviación típica de las posiciones medias del partido j

sj = C6 n
i=1 ( x̄i – x̄)2
n

Donde: x̄j es el promedio, xi la ubicación del partido según cada individuo y n el


número de datos.

Fuente: Kitschelt et al. (1999).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 119

Resolución
Primer paso: Se obtienen las posiciones en ideología o en programa para
cada partido político.
Segundo paso: Se calcula la desviación típica de las posiciones otorgadas a
cada partido.

CUADRO 3.17

CRISTALIZACIÓN IDEOLÓGICA EN ALEMANIA Y PORTUGAL (EES 2009)

Sistema de
Partidos políticos (n)
partidos
CDU/ B90-Die
SPD Linke FDP
CSU Grünen
Alemania
2,48 1,90 1,86 1,94 2,23 2,08
(644) (723) (873) (915) (899)

BE CDS-PP CDU PS PSD


Portugal
1,83 2,39 1,84 2,11 1,89 2,01
(853) (838) (829) (599) (665)
Los n para cada partido se incluyen entre paréntesis.
Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).

CUADRO 3.18

CRISTALIZACIÓN PROGRAMÁTICA EN ALEMANIA Y PORTUGAL: ACTITUD


HACIA LA PROFUNDIZACIÓN DE LA UE (EES, 2009)

Sistema de
Partidos políticos (n)
partidos
B90-Die
CDU/CSU SPD Linke FDP
Grünen
Alemania
2,68 2,35 2,54 2,80 2,26 2,53
(613) (669) (812) (789) (834)
BE CDS-PP CDU PS PSD
Portugal 3,38 3,32 3,23 2,98 2,80 3,14
(539) (542) (524) (387) (446)
El n para cada partido se incluyen entre paréntesis.
Fuente: Elaboración propia a partir de European Election Studies (2009).
120 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Interpretación

La cristalización ideológica y la cristalización programática capturan el gra-


do de consenso que generan las valoraciones de un partido político a través
de la estimación de las desviaciones típicas de las opiniones de agentes ex-
ternos al partido. En este ejemplo se han considerado los casos de Alemania
y Portugal para estimar la cristalización ideológica y programática de los
principales partidos a partir de la encuesta de opinión pública European
Election Studies (2009). En concreto, se ha tomado la posición en la escala
de 0 «izquierda» a 10 «derecha» donde los ciudadanos han ubicado a cada
uno de los partidos políticos más relevantes de sus sistemas y la posición en
la escala de «europeísmo», de 0, la integración ha ido demasiado lejos, a 10,
la integración debería impulsarse más.
Los resultados ofrecen un panorama mixto en los niveles de cristaliza-
ción ideológica y programática de ambos países. En cuanto a la cristaliza-
ción de tipo ideológico, se observan niveles medios de desviaciones típicas
que son, en promedio, casi iguales en ambos casos (2,0 en Portugal y 2,1 en
Alemania). Sin embargo, bajo estos niveles medios de cristalización se en-
cuentran partidos con una menor estructuración, por ejemplo el CSU/CDU
alemán (2,48) o el CDS-PP (2,11), frente a formaciones que proyectan una
imagen mucho más nítida de su posición ideológica. Entre estas últimas
destacan las coaliciones verdes de ambos países (B-90-Die Grünen en Ale-
mania, CDU en Portugal) y los partidos más ubicados a la izquierda (el luso
BE con un 1,83 y el alemán Linke, con un 1,94). En esta situación estaría
también el conservador PSD portugués con un 1,89.
A tenor de estos datos, se confirmaría que los partidos más extremos
tienden a ser más identificables en sus posiciones. No obstante, esta pauta
no se cumpliría para la cuestión europea. La posición de los partidos ante
la integración está, en términos generales, poco estructurada en ambos
países. Además, estos niveles de cristalización no parecen guardar relación
con la posición más o menos favorable en la posición ante la integración.
A diferencia de lo que ocurre en otros casos europeos, y con la excepción
del euroescepticismo mostrado en ocasiones por el CDS-PP portugués,
la integración no constituye el eje central de los discursos o ámbito de
competencia en los partidos analizados. Tal vez la poca relevancia que
tradicionalmente ha tenido esta cuestión se traduce en la difusión progra-
mática que señalan los ciudadanos a través de la encuesta EES 2009. En
todo caso, Alemania muestra niveles de cristalización mayores (2,5) que
los de Portugal (3,1).
La mirada al interior de los sistemas de partidos revela ciertas dife-
rencias en el grado de estructuración de los partidos. Así, mientras que en
Portugal los partidos minoritarios son los que presentan mayores desvia-
ciones típicas, BE y el CDU y el CDS-PP (3,38, 3,32 y 3,3 respectivamente);
el PS y el PSD, partidos de mayor tamaño y que han ejercido posición de
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 121

gobierno, son los que estarían más estructurados en la cuestión europea


desde el punto de vista de los ciudadanos (3,00 y 2,80, respectivamente).
En Alemania, el partido más difuso en su posición ante la integración es
Linke, seguido de la coalición CDU/CSU (2,80 y 2,70, respectivamente);
mientras que los más cristalizados serían el FDP y el SPD (2,30 y 2,35,
respectivamente).

CUADRO 3.19

CASOS EXCLUIDOS DEL ANÁLISIS: ALEMANIA (EES, 2009)

Ideología Integración europea

NS/NC Votantes n eliminado NS/NC Votantes n eliminado

CDU 45 295 340 106 285 391

SPD 49 232 281 110 225 335

B90 61 70 131 122 70 192

LINKE 58 31 89 188 27 215

FDP 52 53 105 121 49 170

Fuente: Elaboración propia a partir de EES (2009).

CUADRO 3.20

CASOS EXCLUIDOS DEL ANÁLISIS: PORTUGAL (EES, 2009)

Ideología Integración europea

NS/NC Votantes n eliminado NS/NC Votantes n eliminado

BE 114 33 147 440 21 461

CDS-PP 140 22 162 442 16 458

CDU 123 48 171 441 35 476

PS 125 276 401 412 201 613

PSD 123 212 335 407 147 554

Fuente: Elaboración propia a partir de EES (2009).


122 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

3.4. Fraccionalización

La fraccionalización se ocupa del número de partidos políticos que operan


en un sistema de partidos4. Se trata de una de las cuestiones fundamenta-
les para comprender el modo en que funciona un sistema de partidos. De
hecho, la fraccionalización es de los primeros interrogantes que cualquier
observador se plantea respecto de un sistema de partidos que no conoce.
Este índice también se conoce como fragmentación por el nombre que reci-
bió la primera medición numérica del mismo a cargo de Rae (1967), que lo
bautizó como índice de fragmentación.
Una alta fraccionalización es un indicador de multipartidismo, es de-
cir, de la existencia de un gran número de partidos políticos operando y
compitiendo en el sistema de partidos. En la situación contraria, una baja
fraccionalización se refiere a la competición entre pocos partidos en situa-
ciones de bipartidismo o de un único partido en el caso de regímenes no
democráticos donde no hay competencia electoral.
De forma esquemática se puede decir que el cálculo de este indicador se
ha resuelto, bien de forma contextual mediante clasificaciones cualitativas,
o bien desde una perspectiva cuantitativa con índices matemáticos. En el
grupo de las aproximaciones no cuantitativas, una de las primeras clasifi-
caciones de la fraccionalización fue la de Duverger (1981) [1951], que dis-
tinguió entre los sistemas de partido único o monopartidistas y los sistemas
pluralistas, que podían ser bipartidistas o multipartidistas. Años después,
en una taxonomía más elaborada, Sartori (2003) [1976] distinguía entre sis-
temas de partido único, de partido hegemónico, de partido predominante,
bipartidistas, de pluralismo limitado (entre tres y cinco partidos relevantes),
de pluralismo extremo (más de seis partidos relevantes) y situaciones de
atomización (más de diez partidos relevantes). Tres aspectos fueron novedo-
sos en su planteamiento. En primer lugar, la argumentación que subyacía a
la clasificación era la necesidad de contar solo los partidos que importen, es
decir, los partidos relevantes. Para Sartori la relevancia de un partido depende
de su fuerza electoral pero también de su capacidad de hacer coaliciones
y de presionar mediante chantajes. En segundo lugar, la clasificación intro-
ducía la distancia ideológica como criterio para distinguir entre los sistemas
de pluralismo limitado y los de pluralismo extremo. La diferencia no solo
sería el número de partidos sino el grado de polarización, superior en las si-
tuaciones de pluralismo extremo. En tercer lugar, Sartori aprovechaba esta
clasificación para hacer una interesante, aunque criticable, distinción entre
sistemas de partido único y de partido hegemónico donde el monopolio de
un partido político se da en condiciones diversas en uno y en otro caso.

4
Nótese la diferencia entre fraccionalización y faccionalización. Esta última se refiere a la
existencia de corrientes, con grado variable de organización, dentro de los partidos políticos.
Sobre estas cuestiones, véase, por ejemplo, Maor (1997).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 123

Después de los trabajos seminales de Sartori y Duverger se han sucedido


otros muchos. El de Ware (2004) destaca por su potencial para comprender
el impacto que el número de partidos tiene sobre la gobernabilidad. Esta
clasificación introduce una consideración sobre el peso relativo de los parti-
dos que componen un sistema de partidos, que le permite distinguir cuatro
posibles escenarios:

• Sistemas de dos partidos y medio: dos partidos son mucho más


importantes que el tercero en importancia; a menudo ningún partido
gana el 50 por ciento de los escaños. Ejemplos: Austria, Irlanda.
• Sistemas con un partido grande y otros mucho más pequeños
(el grande obtiene el 45 por ciento de los escaños, pero no el 50 por
ciento). Ejemplos: Noruega, Suecia.
• Sistemas con dos partidos grandes y varios más pequeños: los
dos partidos suelen obtener el 65 por ciento de los votos, pero ningún
otro consigue más del 14 por ciento. Ejemplos: Italia, Israel.
• Sistemas de partidos equilibrados (el partido mayor obtiene me-
nos del 45 por ciento de los escaños y los dos mayores juntos obtie-
nen menos del 65 por ciento de los escaños). Ejemplos: Países Bajos,
Francia.

En el grupo de las aproximaciones cuantitativas, la fraccionalización ha


suscitado un enorme interés. Dos fórmulas han sido las más utilizadas por
su sencillez y capacidad descriptiva. Esta es la primera de las decisiones
que hay que tomar al aproximarse al recuento del número de partidos de
un sistema de partidos. Por una parte, el índice de fragmentación de Rae
(1967) representa la probabilidad de que eligiendo a dos votantes al azar se
decanten por partidos diferentes. Al ser una probabilidad, el índice oscila
entre 0 y 1. Un valor cercano a 0 se interpreta como la existencia de un
bajo número de partidos políticos y un valor de 1 indicaría un gran número
de partidos políticos. Un valor de 0,5 sería una situación de bipartidismo
perfecto.
Por otra parte, el número efectivo de partidos (NEP), diseñado por
Laakso y Taagepera (1979) y perfeccionado en Taagepera y Shugart (1989),
indica el número de agrupaciones que obtienen una proporción importan-
te de votos o escaños. Como se verá en el ejercicio práctico, su cálculo es
una variación de la fórmula de la fragmentación. La interpretación de este
índice es más intuitiva que el de fragmentación. El resultado en unidades
se interpreta como el del número de partidos «relevantes» y el resultado en
décimas se interpreta como la relevancia que tienen otros partidos políticos.
Por ejemplo, un número efectivo de partidos de 2,75 indicaría que hay una
situación de tres partidos políticos relevantes: dos partidos políticos tienen
una fuerza destacada y hay un tercero que emerge también con peso, pero
124 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

no llega a tener la relevancia de los otros dos. De la misma manera, 5,25 ha-
blaría de un multipartidismo acentuadísimo con cinco partidos relevantes y
algún otro partido con poca fuerza electoral.
Esta segunda medida, NEP, es probablemente la más utilizada para refe-
rirse al formato numérico de un sistema de partidos, pero existen otras me-
diciones posibles cuya elección está condicionada por el contexto partidista.
Una de estas alternativas es una corrección al índice de Laakso y Taagepera
que hacen Dunleavy y Boucek (2003) con el fin de evitar la sobrestimación
que produce el índice original5. Otro índice alternativo es el de hiperfraccio-
nalización, propuesto por Kesselman (1966) y Wildgen (1971), que tiene en
cuenta la existencia de pequeños partidos y que es previo al trabajo de Laak-
so y Taagepera (1979). La particularidad de este indicador es que introduce
el logaritmo natural en lugar del cuadrado de las proporciones de votos (o
escaños) de los partidos. Con ello se otorga a los partidos pequeños un ma-
yor papel que en el índice de fragmentación o en el NEP, por lo que se ha
considerado más adecuado en los sistemas con muchos pequeños partidos6.
Al dar más peso a los partidos pequeños respecto a los grandes se reducen
las diferencias de votos entre ellos y suelen obtenerse valores más elevados
en este índice.
Una segunda alternativa al NEP de la que nos hacemos eco es la pro-
puesta de Molinar (1991), denominada número de partidos (NP). Como se
verá en el ejercicio práctico, se trata de un índice menos complejo y más
adecuado para sistemas de partidos con un partido mayoritario que está
acompañado de pequeñas formaciones partidistas con menor capacidad
para alcanzar el poder.
Además de la decisión sobre la fórmula, hay que valorar si el cálculo se
realiza sobre el porcentaje de votos (fragmentación electoral) o sobre el porcen-
taje de escaños conseguidos (fragmentación parlamentaria o número efectivo
de partidos parlamentarios). La fragmentación electoral suele arrojar un va-
lor más elevado que la parlamentaria ya que, generalmente, son menos los
partidos que consiguen algún escaño que los que compiten en unas eleccio-
nes. En este sentido, los sistemas electorales tienden a sobrerrepresentar a
los partidos más grandes y, al contrario, otorgan menos peso a las fuerzas
políticas más pequeñas que en muchas ocasiones no obtienen representan-
tes legislativos. Así pues, cuanto más disten entre sí ambos valores, mayor

5
La fórmula propuesta incluye el promedio del partido más grande:

 J
1
Nb = xxxxxxxxxxxp  xx
1
+ xxx
 6 j=1 p j 2 pg
1 , donde p p corresponde al porcentaje de votos de cada partido j y
2
j

pg es la fuerza electoral alcanzada por el partido más grande.


6
Como se verá en los ejemplos prácticos, la transformación de la proporción de votos en
los valores del logaritmo hace que la distribución sea más homogénea, no existiendo diferen-
cias extremas entre los valores muy grandes y muy pequeños que corresponderían a los parti-
dos más y menos votados.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 125

será la desproporcionalidad del sistema electoral7. Si se comparan ambas


versiones de fragmentación, la de tipo parlamentario es la que proporciona
más pistas sobre la gobernabilidad.
Por su parte, al igual que en el caso de la fragmentación, el NEP, calcu-
lado a partir de los votos obtenidos por los partidos en una elección, tenderá
a ser mayor que el que se genere a partir de los resultados de escaños por
el efecto reductor que tienen los sistemas electorales. De ahí que ambos
índices den resultados más similares en sistemas electorales proporciona-
les que en sistemas mayoritarios, donde la traducción de votos a escaños
distorsiona enormemente la relación de fuerzas entre peso electoral y peso
parlamentario de los partidos políticos. En cualquier caso, hay que tener en
cuenta que el NEP será igual al número real de partidos si todos los parti-
dos tienen la misma fuerza electoral (o parlamentaria). En caso contrario,
el NEP será ligeramente menor al número real de partidos.
Cabe señalar que, de forma complementaria al dato del número de par-
tidos que aportan los índices de fragmentación y del número efectivo de
partidos, existe la posibilidad de calcular la concentración que mide el nivel
de apoyos que suman los dos partidos más votados, así como la competitivi-
dad que captura la diferencia entre el porcentaje de votos o escaños válidos
obtenidos entre el primer y el segundo partido.
La preocupación recurrente por la fragmentación se constata en la gran
cantidad de literatura que ha argumentado en torno a los efectos que se de-
rivan del formato numérico de los sistemas de partidos. Dos son los efectos
de la fragmentación que más han discutido los expertos: la colaboración en-
tre partidos en el sentido de facilidad para llegar a acuerdos y la estabilidad:
– efectos de la fragmentación sobre la generación de consensos: para
algunos autores una baja fragmentación contribuye a la facilidad para
generar acuerdos al ser más probable que un solo partido tenga una
mayoría funcional para gobernar (Martínez Sospedra, 1996). Este sería
el argumento de quienes defienden el bipartidismo como fórmula esta-
bilizadora. Por el contrario, hay autores que sostienen que la baja frag-
mentación no favorece la colaboración (todo lo que yo no gane lo gana
mi adversario), existiendo una mayor probabilidad de juegos de suma
7
Existen varias fórmulas para el cálculo de la proporcionalidad del sistema electoral,
además de la señalada, D = Fe – Fp donde Fe y Fp se refieren a la fragmentación electoral y par-
lamentaria, respectivamente. La fórmula clásica de proporcionalidad la proponen Loosemore y
Hanby (1971): D = 1 6Jj=1  pje– p pj , donde se calcula el sumatorio del valor absoluto de la diferencia
2
entre el porcentaje de votos obtenidos (pje ) y el porcentaje de escaños (p pj) que corresponden a
cada partido j, dividido entre 2. Esta fórmula fue adaptada por Mackie y Rose (1982) al restar
a 100 el resultado de la fórmula anterior. Otra propuesta que ha tenido mayor aceptación en los
últimos años es la desarrollada por Gallagher (1991), que mide la desproporcionalidad a partir
de los cuadrados de las diferencias entre los porcentajes de votos (pje) y escaños (p pj), dividiendo
el resultado entre 2 y hallando a continuación la raíz cuadrada.
J

LSq =  1
6 (p – p )
2 j=1
e
j
p 2
j
126 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

cero en contextos bipartidistas o cercanos al bipartidismo, lo que gene-


ra inestabilidad (Colomer, 2001). En esta línea, el modelo de democra-
cia consociacional de Lijphart (1999) propondría un escenario donde es
posible un multipartidismo de consenso que no necesariamente asocia
altos niveles de fragmentación con ingobernabilidad.
– efectos de la fragmentación sobre la estabilidad (gobernabilidad vs.
representatividad): mientras que para unos la baja fragmentación gene-
raría mayores niveles de gobernabilidad, lo que produciría sistemas de
partidos que contribuyen a la estabilidad de los sistemas políticos, para
otros autores la alta fragmentación permite mayores niveles de represen-
tatividad de los sistemas de partidos y ello genera más estabilidad a largo
plazo en los sistemas políticos. Como señala Daalder (2001), hubo un mo-
mento histórico en que se rechazaron los modelos multipartidistas con
ejemplos documentables como la Tercera y la Cuarta Repúblicas france-
sas, la Alemania de Weimar e Italia tras la Segunda Guerra Mundial.
Este debate sobre los efectos de la fragmentación ha de conectarse con
las características de la sociedad en la que están insertos los sistemas de
partidos, tal y como Ware (2004) defiende. Por ejemplo, una sociedad pro-
fundamente dividida encontrará en un sistema bipartidista un corsé donde
la falta de representatividad del sistema de partidos puede generar en el
medio y largo plazo problemas de gobernabilidad. Este podría ser el caso,
por ejemplo, de la tendencia al bipartidismo en Nicaragua entre partidos
ideológicamente muy distantes entre sí.

Ejercicio práctico 1: cálculo de la fragmentación


y del número efectivo de partidos
Los indicadores de fraccionalización miden el número de oferta partidista
de un sistema de partidos. Aquí se presentan varios de estos indicado-
res: el de fragmentación de Rae (1967), el de número efectivo de partidos
de Laakso y Taagepera (1979), el de hiperfraccionalización de Kesselman
(1966) y Wildgen (1971) y el índice de Molinar (1991). Cuanto mayor es
el valor de los índices mayor es la oferta partidista. De la misma forma,
valores bajos indican un bajo número de partidos compitiendo.
— Índice de fragmentación electoral (Rae, 1967)
El índice de fragmentación de Rae, basado en el índice de Hirschmann-
Henfindalh (HH), representa la probabilidad de que eligiendo a dos votan-
tes al azar estos se decanten por partidos diferentes. Al ser una probabilidad
el índice oscila entre 0 y 18.

8
El índice Hirschmann-Henfindalh (HH) está basado en la sumatoria de los cuadrados de
las proporciones de votos pj (o escaños, p j ) de los partidos a partir de la fórmula HH = 6Jj=1 pj. Se
e p e
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 127

Datos

Para calcular la fragmentación electoral se utilizan los resultados electorales


en las elecciones legislativas. Se toman los datos de todos los partidos polí-
ticos que se presentaron a las elecciones y obtuvieron votos.

CUADRO 3.21

RESULTADOS DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN PANAMÁ (2009)

Partidos políticos Votos (%)

PRD 35,70
Partido Popular 3,70
Partido Liberal 1,20
Cambio Democrático 23,40
Unión Patriótica 5,70
MOLIRENA 4,70
Partido Panameñista 22,20
Vanguardia Moral de la Patria 1,00
Otros (libre postulación) 2,40
Suma 100

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Tribunal Electoral de Panamá.

Fórmula

Fragmentación electoral = Fe = 1 – 6Jj=1  pj 


e 2

e
Donde: pj es la proporción de votos sobre un total de 1 que cada partido ha obte-
nido en esas elecciones.

Fuente: Adaptado de Douglas W. Rae (1967).

Resolución
Primer paso: Se convierte el porcentaje de votos (pje) para cada partido sobre
1 (columna 1).

interpreta como la probabilidad de que dos votantes al azar hayan votado por partidos diferentes
o que escogiendo a dos representantes legislativos pertenezcan a partidos diferentes.
128 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Segundo paso: Se realiza el sumatorio de las proporciones de votos elevadas


al cuadrado (columna 2) 6Jj=1  pje 2.

Tercer paso: Se resta a 1 la suma anterior.

CUADRO 3.22

CÁLCULO DE LA FRAGMENTACIÓN ELECTORAL EN PANAMÁ (2009)

Columna 1 Columna 2

 pj   pje 2
e

Partidos políticos Votos (%) Proporción Proporción de votos al


de votos cuadrado
PRD 35,7 0,357 0,13

Partido Popular 3,70 0,037 0,00

Partido Liberal 1,20 0,012 0,00

Cambio Democrático 23,40 0,234 0,05

Unión Patriótica 5,70 0,057 0,00

MOLIRENA 4,70 0,047 0,00

Partido Panameñista 22,20 0,222 0,05

Vanguardia Moral de la patria 1,00 0,01 0,00

Otros (libre postulación) 2,40 0,024 0,00

Suma 100 1 0,24

Fragmentación electoral en Panamá (2009) F = 1 – 0,24 = 0,76

Fuente: Elaboración propia.

— Fragmentación parlamentaria (Rae, 1967)

Para hallar la fragmentación parlamentaria es necesario conocer la distri-


bución de escaños resultante de las elecciones legislativas. El mecanismo es
muy similar al de la fragmentación electoral, pero la base para su cálculo es
la proporción de escaños de todos los partidos que se presentaron a eleccio-
nes y obtuvieron representantes.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 129

Datos

CUADRO 3.23

RESULTADOS DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN HONDURAS (2009)

Partidos políticos Votos (%) Número de escaños

Partido Liberal 33,30 45

Partido Nacional 53,90 71

PINU 4,90 3

PDCH 3,90 5

PUD 3,80 4

Otros 0,20 0

Suma 100 128


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del TSE de Honduras.

Fórmula

Fragmentación parlamentaria = Fp = 1– 6Jj=1  p j 


p 2

p
Donde: p j es la proporción de escaños de cada partido sobre un total de 1 que
cada partido ha obtenido en esas elecciones.

Fuente: Adaptado de Douglas W. Rae (1967).

Resolución

Primer paso: Se convierte los escaños a proporciones de escaños (p pj) para


cada partido político (columna 3). Para ello se divide el número de escaños
conseguidos por el partido (columna 2) entre el total de escaños de la Cá-
mara (128).

Segundo paso: Se hace la suma de las proporciones de escaños (p pj) elevadas


al cuadrado 6Jj=1  p pj 2 (columna 4, cuadro 3.24).

Tercer paso: Se resta a 1 la suma hallada.


130 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.24

CÁLCULO DE LA FRAGMENTACIÓN PARLAMENTARIA EN HONDURAS (2009)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


p
(p j) (p pj)2
Partidos Núm. Proporción de Proporción de escaños al
Votos (%)
políticos escaños escaños cuadrado
PLH 33,30 45 0,35 0,12
PNH 53,90 71 0,55 0,31
PINU 4,90 3 0,02 0,00
PDCH 3,90 5 0,04 0,00
PUD 3,80 4 0,03 0,00
Otros 0,20 0 0
Suma 100 128 1 0,43
Fragmentación parlamentaria en Honduras (2009) F= 1– 0,43= 0,57
Fuente: Elaboración propia.

— Número efectivo de partidos de Laakso y Taagepera


Tanto en su versión electoral (NEPe) como parlamentaria (NEPp) indica el
número de partidos políticos hipotéticos que tendrían el mismo efecto so-
bre la fragmentación del sistema de partidos que el que tienen los partidos
reales (Taagepera y Shugart, 1989: 79).
El NEP (electoral o parlamentario) se puede obtener de dos modos: me-
diante el cálculo de la inversa de la suma de los cuadrados de las propor-
ciones de votos (o de escaños), hallados para la fragmentación (es decir, la
inversa del índice Hirschmann-Henfindalh), o mediante la resta a 1 de la
fragmentación obtenida previamente y a continuación se obtiene la inversa
de esa operación.

Fórmula
1 1
Número efectivo de partidos electorales = NEPe = =
6 j=1 ( p j )
J e
(1 – F)
2
e
Donde: p j es la proporción de votos de cada partido sobre un total de 1 y F la
fragmentación.
1 1
Número efectivo de partidos parlamentarios = NEPp = =
6Jj=1 ( p pj )2 (1 – F)
p
Donde: p j es la proporción de escaños de cada partido sobre un total de 1 y F la
fragmentación.

Fuente: Adaptado de Laakso y Taagepera (1979).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 131

Resolución
Número efectivo de partidos electorales (NEPe) en Panamá (2009)

Primer paso: Se resta la fragmentación electoral de 1:


1 – F = 1 – 0,76 = 0,24.

Segundo paso: Se divide 1 por la cantidad anterior:


NEPp = 1/0,24 = 4,17.

Número efectivo de partidos parlamentarios (NEPp) en Honduras


(2009)

Primer paso: Se resta la fragmentación parlamentaria de 1:


1 – F=1 – 0,57 = 0,43.

Segundo paso: Se divide 1 por la cantidad anterior:


NEPp = 1/0,43 = 2,30.

— Índice de hiperfraccionalización (Kesselman, 1966; Wildgen, 1971)


El índice de hiperfraccionalización (I), propuesto por Kesselman (1966) y
Wildgen (1971) otorga a los partidos pequeños un mayor papel que el NEP
o el índice de fragmentación. De ahí que se considere más adecuado este
índice en los sistemas con muchos pequeños partidos.

Fórmula

Índice de hiperfraccionalización = I = e[–6 j=1 pj ln pj ]


J e e

Donde: pje es la proporción de votos del partido j.

La fórmula utilizando proporción de escaños sería: I = e[–6 j=1 p j ln p j ]


J p p

Fuente: Adaptado de Kesselman (1966) y Wildgen (1971).

Resolución
Primer paso: Hallar la proporción de votos (o de escaños) de cada partido en
e
la elección, pj, (columna 2).
Segundo paso: Calcular el logaritmo natural de la proporción de votos (o
escaños) de cada partido, lnpje, (columna 3).
Tercer paso: Obtener el producto de cada una de las proporciones y cada
logaritmo (columna 4).
Cuarto paso: Hacer el sumatorio de aquellas: 6Jj=1 pje ln pje .
132 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Quinto paso: Transformar al valor absoluto el sumatorio hallado.


Sexto paso: Obtener I a partir de la función exponencial de la cantidad an-
terior.

CUADRO 3.25

CÁLCULO DEL ÍNDICE DE HIPERFRACCIONALIZACIÓN (I) (KESSELMAN


Y WILDGEN) EN PANAMÁ (2009)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


Proporción e
Partidos políticos Votos (%) e ln pj pje ln pje
de votos (pj )
PRD 35,70 0,357 –1,030 –0,368

Partido Popular 3,70 0,037 –3,297 –0,122

Partido Liberal 1,20 0,012 –4,423 –0,053

Cambio
23,40 0,234 –1,452 –0,340
Democrático

Unión Patriótica 5,70 0,057 –2,865 –0,163

MOLIRENA 4,70 0,047 –3,058 –0,144

Partido
22,20 0,222 –1,505 –0,334
Panameñista

Vanguardia Moral
1,0 0,01 –4,605 –0,046
de la Patria
Suma –1,570
Valor absoluto = 1,5670
I = 4,806
Fuente: Elaboración propia.

— Número de partidos o índice Molinar


Otra de las alternativas al NEP es el índice Molinar, que es más adecuado
en contextos donde existe un partido mayoritario acompañado de pequeñas
formaciones con menor capacidad para alcanzar el poder. Se calcula a par-
tir de la siguiente fórmula:
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 133

Fórmula

6 6(p )(p )(p )


e 2 e 2
J
j=1 j – g
Número de partidos electorales (NPe) = 1+N
 J
j=1
e 2
j
Donde:
e
N = 1 / 6Jj=1 (pj )2
e 2
6Jj=1 (pj) es la sumatoria de las proporciones de voto obtenidas por cada partido
elevado al cuadrado.

pge es la proporción de votos obtenida por el partido ganador.

La misma fórmula puede aplicarse utilizando la proporción de escaños:

6 6(p )(p )(p )


p 2 p 2
J
j=1 j – g
Número de partidos parlamentarios (NPp) = 1 + N
 J
j=1
p 2
j

Fuente: Adaptado de Molinar (1991).

Resolución
Primer paso: Hallar la proporción de votos (escaños) de cada partido en la
elección (columna 2).

Segundo paso: Calcular el cuadrado de la proporción de votos (o escaños) de


e 2
cada partido y el sumatorio de éstas (pj) (columna 3).

Tercer paso: Obtener N, a partir de la inversa de la sumatoria de las propor-


ciones de voto (o escaños) obtenidas por cada partido elevado al cuadrado:
e 2
N = 1/(6Jj=1 (pj) .

Cuarto paso: Una vez calculado N, procedemos a aplicar la fórmula general:

6Jj=1 (pj) – (pg) .



e 2 e 2

NP = 1 + N
6Jj=1 (pje)2
134 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.26
CÁLCULO DEL NÚMERO DE PARTIDOS (ÍNDICE MOLINAR) EN PANAMÁ (2009)
Columna 1 Columna 2 Columna 3
Proporción de votos
Proporción de votos
Partidos políticos Votos (%) e al cuadrado
pj
(pje)2
PRD 35,70 0,357 0,13
Partido Popular 3,70 0,037 0,00
Partido Liberal 1,20 0,012 0,00
Cambio Democrático 23,40 0,234 0,05
Unión Patriótica 5,70 0,057 0,00
MOLIRENA 4,70 0,047 0,00
Partido Panameñista 22,20 0,222 0,05
Vanguardia Moral de la Patria 1,0 0,01 0,00
Otros (libre postulación) 2,40 0,024 0,00
Suma 100 1 0,24
N N = 1 / 6Jj=1 ( pj )
e 2

N = 1/0,24
N = 4,18
NP NP = 1 + 4,18(0,24 – 0,13)/0,24
NP = 2,95
Fuente: Elaboración propia.

CUADRO 3.27
CÁLCULO DEL NÚMERO DE PARTIDOS PARLAMENTARIOS EN HONDURAS (2009)
Columna 1 Columna 2 Columna 3
Proporción de votos al
Proporción de votos
Partido Escaños (%) p cuadrado
pj
(p pj)2
PLH 35,70 0,35 0,12
PNH 55,50 0,55 0,31
PINU 1,20 0,02 0,00
PDCH 23,40 0,04 0,00
PUD 5,70 0,03 0,00
Sumatorio 100 1 0,43
N N = 1 / 6Jj=1 ( p j )
p 2

N = 1/0,43
N = 2,33
NP NP = 1 + 2,33(0,43 – 0,31)/0,43
NP = 1,65
Fuente: Elaboración propia.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 135

CUADRO 3.28

COMPARACIÓN DE ÍNDICES DE FRACCIONALIZACIÓN EN PANAMÁ (2009)


Y HONDURAS (2009)

País NEP Hiperfraccionalización NP (Molinar)

Panamá 2009 (basado en votos) 4,17 4,81 2,95

Honduras 2009 (basado en escaños) 2,30 1,9 1,65

Fuente: Elaboración propia.

Interpretación

Con la fragmentación se obtiene una medida aproximada del grado de con-


centración de poder político entre los partidos políticos que integran un
mismo sistema de partidos. El índice propuesto por Rae (1967) se interpre-
ta como la probabilidad de que dos electores hayan votado a dos partidos
distintos (fragmentación electoral) o que al elegir dos representantes legis-
lativos estos pertenezcan a dos grupos diferentes (fragmentación parlamen-
taria).
Los ejemplos presentados corresponden a dos sistemas de partidos de
formato muy diferente. Panamá ofrece una fragmentación electoral notable,
0,79, y un NEP medio-alto de 4,17 que nos habla de un escenario multi-
partidista moderado en el que podemos distinguir tres partidos grandes y
varias formaciones pequeñas. La cifra de la fragmentación parlamentaria
del caso hondureño, 0,57, pone de manifiesto el formato prácticamente bi-
partidista de su sistema de partidos que, por otra parte, ha sido una tónica
general desde hace décadas. En este segundo caso, liberales y nacionalistas
se han repartido gran parte de los escaños del Congreso en el que apenas
hay representación de terceros partidos. Esta conclusión se confirma con el
cálculo del número efectivo de partidos resultante: 2,3. La interpretación de
este es más intuitiva: (el 2) nos habla de que hay 2 partidos y los decimales,
0,3, sugieren que alguna otra fuerza o fuerzas consiguen representación en
el Congreso, pero con un poder muy inferior al de los dos principales parti-
dos. En este caso se estaría refiriendo a los apoyos conseguidos por el PINU,
PDCH y PUD.
Estas cifras sobre el formato del sistema de partidos han sido con-
trastadas con el cálculo de dos índices adicionales que ponen de mani-
fiesto las consecuencias sobre el resultado final de la elección de una u
otra fórmula. Tal y como señala Lijphart (1999), en un escenario hipo-
tético con tres partidos con la misma fuerza electoral, los tres índices
deberían ser 2 para el caso de un bipartidismo o 3, y así sucesivamente.
136 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

De hecho, el índice de hiperfraccionalización explicado anteriormente


ha sido criticado porque es demasiado sensible a la existencia de peque-
ños partidos, lo que redunda en un número de partidos ligeramente más
alto. El índice propuesto por Molinar (1991) intenta evitar este proble-
ma al tiempo que no sobrestima a los grandes, más bien otorga un papel
especial al partido ganador (sea cual sea su peso en votos o escaños).
Así, cuanto menor sea la diferencia entre el vencedor de la contienda y
el resto de formaciones partidistas la competitividad será mayor, el pa-
pel de los partidos no ganadores se incrementará y, con ello, también el
número resultante lo hará. En cambio, en los sistemas donde haya un
partido mayoritario o dominante este índice arrojará una cifra menor
que en el NEP y en I, como ocurre en el caso de Honduras, donde el Par-
tido Nacional ha pasado a tener más de la mitad de los escaños. Todos
estos son elementos que el investigador debe tener en cuenta a la hora
de escoger entre uno y otro indicador, pero también en la interpretación
que arrojen los datos.

Ejercicio práctico 2: cálculo de la fragmentación


y del número de partidos en España (2011)
En este segundo ejemplo se aplican los índices de fragmentación a los resul-
tados de las elecciones generales de España celebradas en 2011.

— Índice de Fragmentación electoral (Rae, 1967)

Resolución
e
Primer paso: Se convierte el porcentaje de votos (pj ) para cada partido sobre 1
(columna 1).

Segundo paso: Se realiza el sumatorio de las proporciones de votos elevadas


al cuadrado 6Jj=1 (pj ) (columna 2).
e 2

Tercer paso: Se resta a 1 la cantidad anterior.


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 137

CUADRO 3.29

CÁLCULO DE LA FRAGMENTACIÓN ELECTORAL EN ESPAÑA (2011)

Columna 1 Columna 2
e
pj (pje)2
Partidos políticos Votos (%) Proporción de Proporción de
votos votos al cuadrado
PP 45,25 0,45 0,205
PSOE 29,16 0,29 0,085
IU-LV 7,02 0,07 0,005
UPyD 4,76 0,05 0,002
CiU 4,23 0,04 0,002
AMAIUR 1,39 0,01 0,000
EAJ-PNV 1,35 0,01 0,000
ESQUERRA 1,07 0,01 0,000
EQUO 0,90 0,01 0,000
BNG 0,77 0,01 0,000
CC-NC-PNC 0,60 0,01 0,000
COMPROMÍS-Q 0,52 0,01 0,000
PACMA 0,43 0,00 0,000
FAC 0,41 0,00 0,000
Eb 0,41 0,00 0,000
PA 0,32 0,00 0,000
PxC 0,25 0,00 0,000
P.R.C. 0,18 0,00 0,000
GBAI 0,18 0,00 0,000
Otros* 0,80 0,01 0,000
Suma 100 1 0,30
Fragmentación electoral en España (2011) F = 1 – 0,30 = 0,70

* Se incluye en esta categoría los partidos con porcentajes de voto inferior al 0,15 por ciento.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del Interior de España.
138 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

— Fragmentación parlamentaria (Rae, 1967)

Resolución
p
Primer paso: Se convierten los escaños a proporciones de escaños (p j) para
cada partido político (columna 3). Para ello se divide el número de escaños
conseguidos por el partido (columna 2) entre el total de escaños de la Cá-
mara (350).
Segundo paso: Se hace la suma de las proporciones de escaños elevadas al
cuadrado 6Jj=1 (p pj )2 (columna 4)
Tercer paso: Se resta a 1 la suma hallada.

CUADRO 3.30

CÁLCULO DE LA FRAGMENTACIÓN PARLAMENTARIA EN ESPAÑA (2011)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


p
pj (p pj )2
Proporción
Núm. Proporción
Partidos políticos Votos (%) de escaños al
escaños de escaños
cuadrado
PP 45,25 186 0,531 0,28
PSOE 29,16 110 0,314 0,10
IU-LV 7,02 11 0,031 0,00
UPyD 4,76 5 0,014 0,00
CiU 4,23 16 0,046 0,00
AMAIUR 1,39 7 0,020 0,00
EAJ-PNV 1,35 5 0,014 0,00
ESQUERRA 1,07 3 0,009 0,00
BNG 0,77 2 0,006 0,00
CC-NC-PNC 0,60 2 0,006 0,00
COMPROMÍS-Q 0,52 1 0,003 0,00
FAC 0,41 1 0,003 0,00
GBAI 0,18 1 0,003 0,00
Otros 3,29 0 0 0,00
Suma 100 350 1 0,39
Fragmentación parlamentaria en España (2011) F = 1 – 0,39 = 0,61
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del Interior de España.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 139

— Número efectivo de partidos de Laakso y Taagapera

Resolución
— Número efectivo de partidos electorales (NEPe) en España 2011
Primer paso: Se resta 1 a la fragmentación electoral:

1 – F = 1 – 0,70 = 0,30

Segundo paso: Se divide 1 entre la cantidad anterior:

NEPp = 1/0,30 = 3,34

— Número efectivo de partidos parlamentarios (NEPp) en España


2011

Primer paso: Se resta 1 a la fragmentación parlamentaria:

1 – F = 1 – 0,61 = 0,39

Segundo paso: Se divide 1 entre la cantidad anterior:

NEPp = 1/0,39 = 2,69

— Índice de hiperfraccionalización (Kesselman, 1966; Wildgen, 1971)

Resolución
Primer paso: Se halla la proporción de votos (o escaños) de cada partido en
la elección ( pje ) (columna 2).

Segundo paso: Se calcula el logaritmo natural de la proporción de votos (o


escaños) de cada partido (ln pje ) (columna 3).

Tercer paso: Se obtiene el producto de cada una de las proporciones y cada


e e
logaritmo pj ln pj (columna 4).
e e
Cuarto paso: Se hace el sumatorio de aquellas 6Jj=1 (pj ln pj ).

Quinto paso: Se convierte a valor absoluto el sumatorio hallado.

Sexto paso: Se obtiene I a partir de la función exponencial de la cantidad


anterior.
140 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.31
CÁLCULO DEL ÍNDICE DE HIPERFRACCIONALIZACIÓN (I) (KESSELMAN
Y WILDGEN) EN ESPAÑA (2011)
Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4
Proporción de
Partidos políticos Votos (%) e ln pje pje ln pje
votos (pj )
PP 45,25 0,453 –0,79 –0,359
PSOE 29,16 0,292 –1,23 –0,359
IU-LV 7,02 0,070 –2,66 –0,186
UPyD 4,76 0,048 –3,04 –0,145
CiU 4,23 0,042 –3,16 –0,134
AMAIUR 1,39 0,014 –4,28 –0,059
EAJ-PNV 1,35 0,014 –4,31 –0,058
ESQUERRA 1,07 0,011 –4,54 –0,049
EQUO 0,9 0,009 –4,71 –0,042
BNG 0,77 0,008 –4,87 –0,037
CC-NC-PNC 0,60 0,006 –5,12 –0,031
COMPROMÍS-Q 0,52 0,005 –5,26 –0,027
PACMA 0,43 0,004 –5,45 –0,023
FAC 0,41 0,004 –5,50 –0,023
Eb 0,41 0,004 –5,50 –0,023
PA 0,32 0,003 –5,74 –0,018
PxC 0,25 0,003 –5,99 –0,015
P.R.C. 0,18 0,002 –6,32 –0,011
GBAI 0,18 0,002 –6,32 –0,011
Otros 0,80 0,008 –4,83 –0,039
Suma – 1,651
Valor absoluto = 1,651
I = 5,210
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del Interior de España.

– Número de partidos o índice Molinar

Resolución
Primer paso: Se halla la proporción de votos (escaños) de cada partido en la
elección (columna 2).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 141

Segundo paso: Se calcula el cuadrado de la proporción de votos (o escaños)


de cada partido y el sumatorio de estas (columna 3).
Tercer paso: Se obtiene N, a partir de la inversa del sumatorio de las propor-
ciones de voto (o escaños) obtenidas por cada partido elevado al cuadrado:
e 2
N = 1/(6Jj=1 ( pj) .
Cuarto paso: Una vez calculado N, procedemos a aplicar la fórmula general:

6
6 (p ) – (p )

J e 2 e 2
j g
NP = 1 + N j=1
e 2
(p )
J
j=1 j

CUADRO 3.32
CÁLCULO DEL NÚMERO DE PARTIDOS (ÍNDICE MOLINAR) EN ESPAÑA (2011)
Columna 1 Columna 2 Columna 3
Partidos Votos (%) Proporción de votos Proporción de votos al cuadrado
políticos pje e
(pj)2
PP 45,25 0,453 0,20476
PSOE 29,16 0,292 0,08503
IU-LV 7,02 0,070 0,00493
UPyD 4,76 0,048 0,00227
CiU 4,23 0,042 0,00179
AMAIUR 1,39 0,014 0,00019
EAJ-PNV 1,35 0,014 0,00018
ESQUERRA 1,07 0,011 0,00011
EQUO 0,90 0,009 0,00008
BNG 0,77 0,008 0,00006
CC-NC-PNC 0,60 0,006 0,00004
COMPROMÍS-Q 0,52 0,005 0,00003
PACMA 0,43 0,004 0,00002
FAC 0,41 0,004 0,00002
Eb 0,41 0,004 0,00002
PA 0,32 0,003 0,00001
PxC 0,25 0,003 0,00001
P.R.C. 0,18 0,002 0,00000
GBAI 0,18 0,002 0,00000
Otros 0,80 0,008 0,00006
Suma 100 1 0,30
N N = 1/6Jj=1 (pj)
e 2

N = 1/0,30
N = 3,34
NP = 1 + 3,34(0,30 – 0,21)/0,30
NP NP = 2,06
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del Interior de España.
142 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Interpretación

El segundo ejercicio práctico ofrece diferentes aproximaciones metodológi-


cas para medir el formato numérico del sistema de partidos español a partir
de los resultados de las elecciones generales de 2011. Dichos comicios, si
bien significaron la victoria del PP por un amplio margen, no modificaron
sustancialmente los rasgos característicos del sistema de partidos español
de los últimos años. Tal vez el aumento de partidos minoritarios en el Con-
greso es la nota diferenciada de este proceso electoral si se compara con los
anteriores. En 2011 trece partidos lograron representación en el Congreso.
Sin embargo, tal y como muestra el cuadro 3.32, son PP y PSOE los que
acumulan más del 80 por ciento de los diputados. Así, se mantiene el do-
minio de dos fuerzas políticas con gran presencia en todo el territorio, PP
y PSOE, acompañadas de terceros partidos de los cuales solo dos son de
ámbito nacional (IU y UPyD). El resto de partidos son nacionalistas y regio-
nalistas (CiU, Amaiur, EAJ-ONV, Esquerra, BNG, CC, Compromís-Q, FAC,
GBai), lo que confirma la relevancia del clivaje nacionalista en el sistema
de partidos.
Estos elementos se reflejan en los índices de fraccionalización calcula-
dos. Tal y como se destacaba en el apartado teórico, este índice señala la
probabilidad de que dos votantes seleccionados al azar hayan optado por
partidos diferentes. Cuanto más cercano a 0 esté el índice, menor será el
número de partidos; mientras que un índice más próximo a 1 supondrá
una mayor fragmentación del sistema de partidos. La misma interpretación
sigue de la fraccionalización parlamentaria, que recoge la probabilidad de
que dos diputados escogidos al azar pertenezcan a partidos distintos. Ambas
versiones del índice aplicadas a los datos del 2011 ofrecen niveles modera-
dos de fraccionalización: 0,70 en la modalidad electoral y, más bajo aún, de
0,61, en la fraccionalización parlamentaria. De este modo, la mayoría abso-
luta del PP, coincidente con la abundancia de pequeños partidos, explicaría
que este indicador se mantenga en niveles similares a elecciones anteriores
a pesar del elevado número de fuerzas políticas que lograron escaños.
La caracterización del formato numérico del sistema de partidos espa-
ñol se ha completado con el cálculo del número de partidos. Para ello se
han presentado tres alternativas metodológicas: el número efectivo de par-
tidos diseñado por Laakso y Taagepera (1971); el índice de hiperfracciona-
lización de Kesselman (1966) y Wildgen (1971); y el índice del número de
partidos de Molinar (1991). El primero de ellos arroja una cifra de 3,34,
que confirma la presencia de los dos partidos mayoritarios junto al resto
de terceras fuerzas políticas. Si este resultado se compara con el índice de
hiperfraccionalización o con el de Molinar se constatan las diferencias que
resultan de usar una u otra aproximación hasta el punto de proyectar tres
sistemas de partidos distintos. El de hiperfraccionalización, por su parte,
reduce las diferencias de voto entre partidos pequeños y grandes y es sensi-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 143

ble a la existencia de los partidos de menor fuerza electoral. Ello acentúa el


carácter multipartidista del sistema de partidos español, con un 5,21 que le
atribuye este índice. Un escenario opuesto sucede en el índice de Molinar,
que al tener en cuenta el peso del primer partido ganador (el PP) y la dife-
rencia que existe con el resto de partidos, que en 2011 fue notable, reduce
el número de partidos a 2,06.

3.5. Volatilidad
La volatilidad captura el grado de lealtad del electorado hacia los diferentes
partidos políticos que componen un sistema de partidos. Esta lealtad se anali-
za a través de las transferencias de votantes de unos partidos a otros. Se trata
de un indicador muy utilizado en la literatura sobre sistemas de partidos,
pero también en la literatura relativa a comportamiento electoral para medir
el grado de estabilidad del mismo. La observación empírica de este fenómeno
inspiró uno de los trabajos clásicos en la bibliografía de partidos como es el
de Lipset y Rokkan (1967). A partir de la constatación de una alta estabilidad
en los apoyos partidistas en diferentes países europeos a lo largo de cuatro
décadas (1920-1960), estos autores generaron su modelo explicativo sobre el
origen de los sistemas de partidos mediante la teoría de clivajes.
Inicialmente fue Pedersen (1979) quien propuso el cálculo matemático
de este índice bautizándolo como índice de volatilidad total agregada. El
adjetivo agregada se refiere a que se estudia la magnitud de los cambios
al nivel del sistema de partidos, el nivel agregado, donde las unidades de
medida son los partidos y la unidad de análisis es el sistema de partidos. La
volatilidad indica el porcentaje mínimo de votantes que han cambiado su
voto entre dos elecciones sucesivas.
La volatilidad de la que nos ocupamos es la agregada, que es la que sirve
para caracterizar a los sistemas de partidos. Para ello basta con los datos
electorales agregados. No obstante, los cambios en el electorado se pueden
analizar desde un punto de vista desagregado, donde la unidad de medida
es el elector y la unidad de análisis son los partidos políticos. Esta sería una
volatilidad de tipo individual que captura los cambios en los electores y no
en los sistemas de partidos9. Un ejemplo sería el cálculo de la volatilidad
individual que mida las transferencias individuales de voto entre dos elec-
ciones consecutivas mediante estimaciones procedentes de encuestas poste-
lectorales y clasificando a los electores en fieles y transferidos (Montero y
Lago, 2010). Si este es el objetivo serían necesarios datos de encuestas de
opinión.

9
Oñate y Ocaña (1999) señalan al respecto que se pueden diferenciar tres tipos de cambio
electoral individual entre dos convocatorias: los que votan en ambas pero optando por partidos
distintos (party switching); los que optan en una de ellas por no votar (gross volatility) y los
que «entran» o «salen» del censo electoral entre una elección y la sucesiva (overall volatility).
144 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Volviendo a la volatilidad agregada, con ella se introduce una conside-


ración dinámica de los sistemas de partidos al señalar los cambios entre
dos elecciones sucesivas. Una alta volatilidad se produce cuando los parti-
dos experimentan grandes oscilaciones en los apoyos que obtienen de una
elección a otra. Ello implica que muchos de los electores han cambiado su
opción electoral de una elección a otra. Este dato se interpreta como un
indicador de baja estabilidad del sistema de partidos que está conformado
por opciones partidistas que no son capaces de retener apoyos similares a lo
largo del tiempo. Sin embargo, pudiera ser que los electores se hubieran vis-
to obligados a cambiar su voto porque el partido al que antes votaron no se
hubiera presentado a las elecciones. Se trata de una reinterpretación recien-
te del fenómeno de la volatilidad que, como se argumentará más adelante,
está recibiendo un tratamiento propio. Sea como fuere, los contextos de alta
volatilidad donde se revierte una tendencia suelen denominarse cambios de
ciclo o realineamientos.
En la situación contraria, habría baja volatilidad agregada cuando los
partidos mantienen, de una elección a otra, porcentajes parecidos de apoyo,
o, lo que es lo mismo, cuando las preferencias del electorado se han mante-
nido estables de una elección a otra. Este tipo de situación se considera un
indicador de un sistema de partidos estable formado por etiquetas partidis-
tas con niveles sostenidos de apoyos.
Varias son las decisiones que hay que tomar cuando se trata de calcular
los niveles de volatilidad. En primer lugar, las variaciones en los apoyos a los
partidos se pueden calcular a partir de porcentajes de voto de dos elecciones
(volatilidad electoral) o sobre número de escaños conseguidos en dos legislatu-
ras (volatilidad parlamentaria). Ambos tipos de datos permiten una lectura
interesante sobre el sistema de partidos. Con los datos electorales podemos
obtener conclusiones respecto a la estabilidad del sistema de partidos consi-
derando todos los partidos que concurren a las elecciones, mientras que con
los datos parlamentarios nuestros hallazgos permitirán describir el juego
de poder entre los partidos con representación. Si el sistema electoral no
es muy desproporcional, la volatilidad electoral y la parlamentaria estarán
asociadas empíricamente.
La segunda decisión se refiere al ámbito de cálculo de la volatilidad.
Como relatan Oñate y Ocaña (1999), el índice de Pedersen (1979) de vo-
latilidad agregada total fue posteriormente mejorado por Bartolini y Mair
(1990) creando, además, otros índices de volatilidad (volatilidad interblo-
ques e intrabloques) que permitían consideraciones más específicas sobre
las dinámicas de los sistemas de partidos:

• la volatilidad interbloques o entre bloques mide la existencia de


cambios en los apoyos que reciben los partidos comparando dos
bloques ideológicos opuestos en dos momentos en el tiempo. En un
sistema de partidos estructurado ideológicamente, donde la ideolo-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 145

gía es relevante para definir el voto de los ciudadanos, es previsible


que este tipo de volatilidad sea baja. En contraste, estos vaivenes son
esperables en sistemas de partidos desestructurados ideológicamen-
te. Normalmente se utiliza para conocer en qué medida hay inter-
cambio de electores que cruzan líneas de división o cleavages más
relevantes de un sistema político (ideología, centro-periferia son los
más utilizados).

• la volatilidad intrabloques captura cambios en los apoyos que re-


ciben los partidos políticos de un mismo bloque, generalmente ideo-
lógico, por parte de los electores. Una alta volatilidad intrabloques
indica que se han producido transferencias de votos entre partidos
de un mismo ámbito ideológico. Por ejemplo, para un lector con
conocimiento de la dinámica política en España, se produciría este
tipo de volatilidad si entre dos elecciones los votantes de IU pasasen
a votar al PSOE, o viceversa; o se puede calcular también la volatili-
dad entre los partidos de ámbito estatal frente a los de ámbito no es-
tatal. Este tipo de decisiones depende de los objetivos de la investiga-
ción y también están condicionadas por los criterios que se utilizan
en aspectos tales como la determinación de los bloques ideológicos
o para decidir la condición de partido nacionalista frente a partidos
de ámbito estatal. Aquí se plantea de forma simplificada la medición
de la volatilidad entre bloques e intrabloques pero, obviamente, es
un tema no exento de polémica y donde las decisiones metodológicas
han de estar bien justificadas y con los criterios claramente especi-
ficados.

En tercer lugar, hay que decidir si se valorará la medida en que el aumento


en la volatilidad está vinculado con cambios en la oferta partidista. La volati-
lidad total agregada ha de tener en cuenta el formato del sistema de parti-
dos, ya que cuanta más fraccionalización exista, mayor será la probabilidad
de que se produzcan transferencias de votos entre los partidos. Esto puede
afectar a los niveles de volatilidad. Pero, al mismo tiempo, hay que valorar
los cambios en esa oferta partidista tales como las entradas o salidas de
partidos políticos. Por otro lado, la volatilidad tampoco considera las va-
riaciones que tienen que ver con la participación de los votantes en la elec-
ción: tanto la incorporación de votantes (como su desaparición), así como
también la tasa de abstención que se puede registrar en unos comicios10. En
esta dirección de revisión de los supuestos que subyacen al análisis de la
volatilidad, los últimos trabajos han puesto de manifiesto la necesidad de

10
Como advierte Payne (2007), su cálculo de la institucionalización de los sistemas de
partidos solo comprende casos latinoamericanos, de modo que el rango en caso de incluir más
países sería probablemente más amplio, afectando a los valores finales de institucionalización.
146 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

distinguir entre volatilidad derivada de cambios en la demanda de aquella


volatilidad derivada de cambios en la oferta. Este segundo tipo de cambios
no han sido considerados en los cálculos clásicos de volatilidad. Debido a
lo cual se ha ignorado que, en ocasiones, los electores han dejado de ser
fieles a sus partidos porque estos han desaparecido y han sido sustituidos
por nuevos partidos. El trabajo de Mainwaring, Gervasoni y España-Nájera
(2010) se hace eco de este hecho y propone diferenciar entre volatilidad
intrasistémica, esto es, cambios en el voto de los electores hacia partidos
que ya existían antes, y volatilidad extrasistémica, que capturaría las trans-
ferencias de votos hacia partidos recientemente establecidos. Torcal y Lago
(2011) también hacen esta distinción, denominándola volatilidad endógena
y exógena, respectivamente.
La cuarta decisión se refiere al modo de contar los partidos en el análi-
sis de la volatilidad. Sobre este tema hay diferencias entre los autores. Las
situaciones de cambio de etiqueta, aunque con continuidad de integrantes
y de sus lineamientos generales, plantean un primer reto. Este fue el caso
de las elecciones en Perú durante la década de los noventa en que Fuji-
mori creó diferentes etiquetas partidistas para participar en las sucesivas
elecciones. En esa circunstancia el cálculo de la volatilidad electoral ha de
computar como un mismo partido los apoyos electorales que esas sucesi-
vas siglas cosecharon. El segundo reto en el recuento de partidos para el
cálculo de la volatilidad son las fusiones o alianzas entre partidos que dan
lugar a un nuevo partido, así como las divisiones de partidos que origi-
nan nuevos partidos. En teoría deberían ser considerados nuevos partidos
pero ello arrojaría unos elevados niveles de volatilidad que deberían ser
completados con la discusión sobre la fluidez en los sistemas de partidos.
Persisten todavía disensos entre los autores sin que se haya alcanzado una
respuesta óptima11.
En lo que se refiere a la interpretación del índice, tanto en el cálculo
de la volatilidad total como de la volatilidad intrabloques e interbloques y
externa, el índice oscila entre un mínimo de 0 y un máximo de 100. Cuan-
to más cerca de 0 es que existe menos volatilidad, es decir, los partidos no
habrían cambiado su fuerza de votos (o escaños) entre las dos elecciones
consideradas. De este modo, un valor de 0 sería la hipotética situación en
la que ningún partido político cambiase su fuerza electoral o parlamen-
taria de una elección a otra. Esto nos hablaría de un sistema de partidos
inmovilista. En cambio, valores cercanos a 100 indican que se han pro-
ducido grandes cambios en las lealtades del electorado y que los partidos
políticos han visto modificados enormemente sus apoyos electorales o par-
lamentarios. En este caso se trataría de una situación de cambio profundo
en el sistema de partidos. Así, un índice de volatilidad de 100 indicaría una

11
Véanse, por ejemplo, las argumentaciones de Mainwaring y Torcal (2006) y las de Lind-
berg (2007).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 147

situación hipotética en la que todos los votantes han cambiado su voto de


una elección a otra.
Finalmente, respecto a los efectos de la volatilidad, esta ha adquirido en
muchos trabajos, sobre todo en los que la utilizan como uno de los indica-
dores de la institucionalización de los sistemas de partidos, una connotación
negativa. Se considera que sistemas de partidos con una volatilidad elevada
generan inestabilidad en el conjunto del sistema político. En este sentido, es
cierto que niveles sistemáticamente elevados de volatilidad dificultan el con-
trol por parte de los ciudadanos de sus representantes, disminuyen la posibi-
lidad de que los partidos adquieran compromisos en el largo plazo, aumen-
tan la incertidumbre dificultando que políticos y votantes actúen estratégi-
camente (Birch en Torcal y Lago, 2011: 7) y aumentan las probabilidades de
que entren outsiders (Mainwaring y Zoco, 2007). Sin embargo, los efectos de
la volatilidad no siempre son negativos. Así, la volatilidad, sobre todo cuando
es de tipo intrasistémico, puede ser un indicador de que existe accountability
que permite a los electores sancionar a sus representantes. Como defienden
Torcal y Lago (2011: 7), es necesario que exista alguna volatilidad para que
los gobiernos sean controlados, ya que tanto la volatilidad extrema como la
ausencia de volatilidad hacen que los gobiernos no sean controlados. Aun-
que es un debate abierto, en la discusión sobre los efectos de la volatilidad
hay que discutir en clave de umbrales de inestabilidad que generan excesiva
incertidumbre y dificultan la accountability frente a umbrales de estabilidad
excesiva, casi inmovilismo, que indican ausencia de accountability.

Ejercicio práctico: cálculo de la volatilidad


La volatilidad mide el grado de fidelidad del electorado hacia los partidos.
Aquí se presenta el cálculo de diferentes tipos de volatilidad: agregada, in-
trabloques, interbloques, sistémica y extrasistémica. Niveles altos de volati-
lidad indican que de una elección a otra se han producido muchas transfe-
rencias de votos de unos partidos a otros. De la misma forma, valores bajos
indican que los electores se han mantenido fieles a sus opciones partidistas.

— Volatilidad total o agregada

Mide los cambios electorales netos que se producen en un sistema de parti-


dos entre dos elecciones sucesivas.

Datos

Para calcular la volatilidad se necesitan conocer los porcentajes de voto (o


de escaños) obtenidos por los partidos entre al menos dos elecciones o pe-
ríodos para los que se quiere calcular la volatilidad.
148 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.33
RESULTADOS ELECTORALES EN EL SALVADOR (2006 Y 2009)
Votos (%) Votos (%)
Partidos
2006 2009
ARENA 39,2 38,55
FMLN 39,3 42,60
PCN 11,4 8,79
PDC 6,90 6,94
CD 3,10 2,12
PNL 0,10 –
FDR 0,1
El cálculo del porcentaje de votos se ha hecho a partir de los votos válidos en las elecciones
legislativas.
Fuente: Elaboración propia a partir del Tribunal Supremo Electoral.

CUADRO 3.34
RESULTADOS ELECTORALES (EN ESCAÑOS) EN COSTA RICA (2002 Y 2006)
Escaños (%) Escaños (%)
Partidos
2002 2006
PLN 29,82 43,86
PUSC 33,33 8,77
ML 10,53 10,52
PAC 24,56 29,83
PRC 1,75 0
PUN 1,75
PRN 1,75
PASE 1,75
FA 1,75
Fuente: Elaboración propia a partir del Tribunal Supremo de Elecciones.

Fórmula

Volatilidad total (electoral) V te = 1


2 6Jj=1 D pje
Donde: D pj es la variación en el porcentaje de votos experimentada por cada par-
e

tido entre dos elecciones (t y t+1).


En caso de utilizar el porcentaje de escaños, la fórmula sería:
Volatilidad total (parlamentaria) V pt = 1
2 6Jj=1 D p pj
Fuente: Adaptado de Pedersen (1990).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 149

Resolución

Primer paso: Se calcula la diferencia en el porcentaje de votos (o de escaños)


que ha recibido cada partido político en dos elecciones distintas (columna 1
y columna 2), sean legislativas o presidenciales12 (columna 3).

Segundo paso: Se transforma esa diferencia en valor absoluto y se realiza


la suma de las diferencias de votos (o de escaños) entre ambas elecciones
(columna 4).

Tercer paso: Se divide el total de la suma de los valores absolutos de las dife-
rencias entre 2 para tener en cuenta que lo que pierde un partido es ganado
por otro.

CUADRO 3.35

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD ELECTORAL TOTAL EN EL SALVADOR (2006-2009)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


Votos (%) (t) Votos (%) (t+1) Diferencia Diferencia en
Partidos
2006 2009 (t+1)-(t) valor absoluto
ARENA 39,2 38,55 –0,65 0,65
FMLN 39,3 42,60 3,30 3,30
PCN 11,4 8,79 –2,61 2,61
PDC 6,90 6,94 0,04 0,04
CD 3,10 2,12 –0,98 0,98
Otros* 0,10 1,00 0,90 0,90
Suma 8,47
Volatilidad total (8,47/2) = 4,24

*En 2006 PNL, en 2009 FDR.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Tribunal Supremo Electoral de El Salvador.

12
El porcentaje de votos suele calcularse normalmente a partir de los votos a candidaturas
pero, como indican Bartolini y Mair (1990: 20), la volatilidad también se puede calcular to-
mando en cuenta los votos blancos, nulos y las abstenciones.
150 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.36

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD TOTAL (EN ESCAÑOS) EN COSTA RICA (2002-2006)

Columna 1 Columna 2 Columna 3 Columna 4


Escaños (%) (t) Escaños (%) (t+1) Diferencia en valor
Partidos Diferencia
2002 2006 absoluto
PLN 29,82 43,86 14,04 14,04
PUSC 33,33 8,77 –24,56 24,56
ML 10,53 10,52 0,00 0,00
PAC 24,56 29,83 5,26 5,26
PRC 1,75 0 –1,75 1,75
PUN 1,75 1,75 1,75
PRN 1,75 1,75 1,75
PASE 1,75 1,75 1,75
FA 1,75 1,75 1,75
Suma: 52,63
Volatilidad total
52,63/2 = 26,32
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Tribunal Supremo de Elecciones.

— Volatilidad entre bloques o interbloques

El cálculo de la volatilidad entre bloques sigue la misma lógica anterior


pero esta vez se calcula la transferencia de votos entre bloques de partidos
agrupados, por ejemplo, como en este caso, por familias ideológicas.

Fórmula

Volatilidad entrebloques (electoral) V ebe = 1


2 6Bb=1 D pbe

Donde: b es cada bloque de partidos, B el número de bloques y D pbe es la variación


en el porcentaje de votos experimentada por cada bloque de partidos entre las
elecciones t y t+1.
En caso de utilizar el porcentaje de escaños, la fórmula sería:

Volatilidad entrebloques (parlamentaria) V ebp = 1


2
6Bb=1 D p pb

Fuente: Adaptado de Pedersen (1990).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 151

Resolución

CUADRO 3.37

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD ENTRE BLOQUES EN EL SALVADOR (2006-2009)

Votos (%) (t) Votos (%) (t+1) Diferencia en


Partidos Diferencia
2006 2009 valor absoluto

Bloque de izquierda 42,4 45,72 –3,3 3,31

Bloque de derecha 57,6 54,28 3,32 3,32

Suma 6,64
Volatilidad
6,64/2 = 3,32
Bloque de izquierda: FMLN, CD y FDR. Bloque de derecha: Arena, PCN, PDC y PNL.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Tribunal Supremo Electoral de El Salvador.

CUADRO 3.38

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD ENTRE BLOQUES (ESCAÑOS) EN COSTA RICA


(2002-2006)

% escaños (t) % escaños (t+1) Diferencia en


Partidos Diferencia
2002 2006 valor absoluto

Bloque izquierda 24,56 33,33 8,77 8,77

Bloque derecha 75,44 66,66 8,77 8,77

Suma 17,54
Volatilidad
17,54/2 = 8,77
Bloque de izquierda: PAC, PASE, FA. Bloque de derecha: PNL, PUSC, ML, PRC, PRN y PUN.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Tribunal Supremo de Elecciones.

— Volatilidad electoral intrabloques

Es aquella que se genera al interior de los grupos o bloques de partidos de


un mismo sistema. Se calcula a partir de la volatilidad total y la volatilidad
entre bloques.
152 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Fórmula

Volatilidad intrabloques (electoral) V ibe = Vte – Veb


e

Donde: Vte es volatilidad (electoral) total del sistema de partidos.


Veb
e
es la volatilidad (electoral) entre bloques del sistema de partidos.
En caso de utilizar la versión parlamentaria, la fórmula sería:

Volatilidad intrabloques (parlamentaria) Vibp = Vtp – Vebp

Fuente: Adaptado de Pedersen (1990).

Volatilidad electoral intrabloques en El Salvador (2006-2009)


V ibe = 4,24 – 3,32 = 0,97.

Volatilidad parlamentaria intrabloques en Costa Rica (2002-2006)


Vibp = 26,32 – 8,77 = 17,54.

Los datos anteriores se pueden complementar con el cálculo de la propor-


ción de la volatilidad total del sistema que se explica por la volatilidad entre
bloques, el llamado índice de relieve (Gunther y Montero, 1994).

IR electoral = Veb
e
/Vte · 100
IR parlamentario = Vebp / Vtp · 100
IR El Salvador (2006-2009) = 3,32/4,24 · 100 = 78,3%.
IR Costa Rica (2002-2010) = 8,77/26,32 · 100 = 33,32%.

— Volatilidad extra sistémica

Esta volatilidad tiene lugar cuando las transferencias de los votos se diri-
gen hacia formaciones políticas nuevas en el sistema de partidos. Con la
denominación de extrasistémica se intenta recoger la noción de partidos
políticos nuevos, hasta ese momento ausentes del sistema, que acceden a
representación (Mainwaring, Gervasoni y España-Nájera, 2010).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 153

CUADRO 3.39

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD EXTRASISTÉMICA EN EL SALVADOR (2006-2009)

Total del porcen- Total del porcentaje Diferencia en


Partidos políticos taje de votos en t de votos en t+1 términos
(2006) (2009) absolutos
Partidos establecidos* 99,90 99,00 0,90
Partidos nuevos 0,10 1,00 0,90
Suma 1,80
Volatilidad extrasistémica = 1,80/2 = 0,90
*Partidos establecidos: Arena, FMLN, PDC, PCN y CD. Partidos nuevos: PNL en 2006 y FDR
en 2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Tribunal Supremo Elec-
toral de El Salvador.

— Volatilidad intrasistémica
Se refiere a las transferencias en el voto de los electores hacia partidos con-
solidados en esa elección. Mainwaring et al. (2010) diferencian así tres tipos
de formaciones partidistas: los partidos consolidados, los partidos nuevos
(aquellos que aparecen en el escenario electoral en la elección) y, por úl-
timo, los «partidos jóvenes», que son aquellas formaciones partidistas que
han competido electoralmente en los últimos diez años. A continuación se
ofrecen estos cálculos para el caso salvadoreño.

CUADRO 3.40

CÁLCULO DE LA VOLATILIDAD INTRASISTÉMICA EN EL SALVADOR (2006-2009)

Total del porcentaje


Total del porcentaje Diferencia en
Partidos políticos de votos en t+1
de votos en t (2006) términos absolutos
(2009)
ARENA 39,2 38,55 0,65
FMLN 39,3 42,60 3,30
PCN 11,4 8,79 2,61
PDC 6,90 6,94 0,04
CD 3,10 2,12 0,98
Suma 7,58
Volatilidad intrasistémica = 7,58/2 = 3,79
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Tribunal Supremo
Electoral de El Salvador.
154 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.41

DISTRIBUCIÓN DEL VOTO EN PARTIDOS JÓVENES EN EL SALVADOR (2006-2009)

Porcentaje de votos en t+1


Partidos jóvenes Porcentaje de votos en t (2006)
(2009)
CD 3,10 2,12
PNL 0,10
FDR 1,0
Total % de votos 3,20 3,12
Promedio de la distribución del voto (en %) en partidos jóvenes: 3,16
El CD se creó en 2005 a partir de varios de los integrantes del extinto CDU, ex demócrata-
cristianos y disidentes del FMLN. FDR fue fundado en 2006 por disidentes del FMLN.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Tribunal Supremo
Electoral de El Salvador.

Interpretación

Los ejemplos propuestos ilustran escenarios de volatilidad muy distintos.


El primero de los casos, El Salvador en las elecciones legislativas de 2009,
ofrece un índice de volatilidad bajo, con un trasvase de votantes de la elec-
ción de 2006 a la elección de 2009 de 4,24. Por su parte, Costa Rica, que ha
sido un país tradicionalmente estable en lo que a competencia partidista se
refiere, vive desde hace una década cambios en los patrones de votación y
con ello de transformación paulatina de su sistema de partidos. Esto queda
reflejado en el valor de 26,32 de su índice de volatilidad.
Estas cifras adquieren un mayor significado cuando se observa el tras-
vase de votantes de partidos políticos agrupados en torno a los clivajes re-
levantes en el sistema político. En ambos casos se ha calculado la VEB a
partir del clivaje izquierda-derecha. Los movimientos entre los bloques es-
tarían indicando apoyo a partidos que no son del bloque ideológico que tra-
dicionalmente respaldan en las urnas. Como puede observarse en el cuadro
correspondiente, la volatilidad entre bloques de 3,32 en El Salvador indica
que la competencia electoral en los dos últimos comicios ha tenido lugar
entre las familias ideológicas y no al interior de estas. Es decir, en las elec-
ciones de 2009 los salvadoreños han otorgado su voto a partidos del otro
bloque ideológico, lo que no deja de ser llamativo en un sistema tradicio-
nalmente polarizado. A tenor de estos resultados, las fronteras ideológicas
son algo difusas con respecto a lo que han sido tradicionalmente en el caso
salvadoreño, aunque en la interpretación de la volatilidad no hay que perder
de vista los fenómenos antes apuntados que pueden alterar los resultados
de algunos partidos y con ello indirectamente el indicador (nuevos votantes,
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 155

abstención, entre otros factores). El trasvase de votos de derecha a izquier-


da ha sido, en cambio, muy limitado en Costa Rica, un 8,77 del total de la
volatilidad. Ello estaría indicando una competencia electoral dentro de los
bloques izquierda-derecha y no entre estos. Así lo confirma la volatilidad
intrabloques (VIB) del 17,54, en tanto que en El Salvador esta cifra es muy
reducida, del 0,97. Por último, el cálculo de la volatilidad extra e intrasis-
témica para el caso salvadoreño confirma una dinámica partidista estable,
donde la limitada transferencia de los votos de los salvadoreños tiene como
receptores partidos ya existentes en el sistema, como muestran ambos indi-
cadores, un 0,90 y un 3,32, respectivamente.

3.6. Fluidez
La fluidez es una dimensión de los sistemas de partidos que ha recibido una
atención menor en los análisis sobre dinámicas sistémicas. Sin embargo, se
trata de un aspecto central para comprender las pautas de estabilidad de
los sistemas de partidos. La fluidez mide el grado de estabilidad en la oferta
partidista en la arena parlamentaria. Dicho en términos coloquiales, se ocu-
pa de valorar cuántos partidos entran y salen del sistema de partidos o de la
representación en el Parlamento.
Como señalábamos a propósito de la volatilidad, la estabilidad de los
sistemas de partidos ha sido una preocupación clásica. En el conocido
trabajo de Lipset y Rokkan (1967) ya se abordaba la cuestión de la con-
gelación de los sistemas de partidos refiriéndose al grado de estabilidad
de los partidos que conformaban el sistema de partidos y a su interac-
ción. Sartori (2003) [1976] también se refiere a esta cuestión al hablar de
la existencia de sistemas de partidos viscosos y de comunidades fluidas
en alusión a los casos africanos y posteriormente lo harán autores como
Mair (1997).
Desde entonces se han generado mediciones cuantitativas del fenómeno
de la fluidez que son las que aquí se presentan. Estas mediciones se centran
en los cambios en la oferta partidista desde el punto de vista parlamentario.
Un sistema de partidos fluido será aquel donde no haya un número relati-
vamente constante de partidos que compiten en elecciones y ganan puestos
de representación a lo largo del tiempo. La situación contraria será la de
un sistema de partidos estable. De este modo, la fluidez permite obtener
conclusiones respecto a la estabilidad del sistema de partidos en su faceta
parlamentaria.
El fenómeno de la fluidez es frecuente en algunos sistemas de partidos
poco institucionalizados donde, de una elección a otra, pueden desaparecer
muchos partidos, incluidos los que registraron más apoyos electorales, y
aparecer otros nuevos que tengan un gran éxito electoral. El estudio de la
fluidez adquiere gran relevancia en este tipo de contextos ya que permite
156 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

cuantificar la magnitud de los cambios. Un análisis de la estabilidad a partir


de la volatilidad total agregada podría generar una conclusión errónea que
atribuya las transferencias de votos a cambios en las preferencias del elec-
tor, es decir, cambios en la demanda. Sin embargo, un análisis de la fluidez
mostraría que han sido los cambios en el lado de la oferta partidista los
que han obligado a los electores a cambiar su voto de un partido que ya no
existe a otro nuevo.
Como se argumentará más adelante, la fluidez es una medida suscep-
tible de incluirse en el concepto de institucionalización (véase el apartado
3.7). La fluidez considera el grado de estabilidad de los integrantes de los
sistemas de partidos mientras que la institucionalización pretende medir
la estabilidad tanto de los integrantes como del tipo de interacciones entre
ellos. En el primer trabajo que propuso una medición cuantitativa de la
institucionalización (Mainwaring y Scully, 1995), los dos polos teóricos
de la medición de institucionalización eran sistemas de partidos institu-
cionalizados y sistemas de partidos fluidos. Posteriormente estos polos se
rebautizarían como sistemas de partidos no institucionalizados e institu-
cionalizados, por ser etiquetas más comprehensivas. La estabilidad en el
sistema de partidos, donde no hay una elevada entrada o salida de parti-
dos, es la situación opuesta a la fluidez. Entre medias de ambas situacio-
nes, Lindberg (2007) propone contemplar estadios intermedios de desesta-
bilización o de inestabilidad.
Dada la escasez de trabajos sobre fluidez no se ha abordado suficiente-
mente el modo en que esta varía, no solo con respecto a la institucionaliza-
ción, sino respecto a mediciones que la complementan, como la de la vola-
tilidad. En palabras de Bartolini (1988), la fluidez es otro de los elementos
que caracterizan a un sistema pero «no da lugar a ninguna tendencia pre-
cisa en relación al número de sus unidades, la distribución de sus fuerzas
electorales o su integración». Queda, por lo tanto, aún mucho trabajo para
profundizar en las relaciones teóricas y empíricas de este fenómeno.
Por el momento existen algunas aproximaciones explicativas al fenó-
meno que consideran que se produce fluidez debido a la ausencia de im-
plantación social de los partidos, también denominada falta de vínculos
entre votantes y partidos. Al mismo tiempo, puede existir también por
cambios en las preferencias de los electores que deciden no apoyar a algu-
nos partidos y estos desaparecen. Igualmente, las dinámicas personalistas
en el juego partidista pueden significar la desaparición de algunos parti-
dos y la fundación de nuevos (Artiga, 1998). Esto estaría denotando el uso
de los partidos políticos como vehículos para la consecución de poder por
parte de las élites.
Existen modos sencillos de calcular la fluidez en el sistema de partidos
que son, hasta cierto punto, intuitivos. Entre ellos se encuentra el índice
de natalidad y el de mortalidad partidista que propone Artiga (1998). Estos
índices se obtienen comparando el número de partidos que consiguen es-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 157

caños parlamentarios sin haberlos alcanzado con anterioridad (natalidad) y


los que habiéndolos obtenido en una elección, los pierden en la inmediata
posterior (mortalidad). En el ejercicio práctico se verá una aplicación de
estos. Asimismo, los indicadores de Lindberg (2007) que miden el número
de partidos nuevos en el Parlamento y el porcentaje que estos representan
sobre el total de partidos parlamentarios, junto con el número de partidos
que desaparecen del Parlamento y su respectivo porcentaje, es otra posible
medición del fenómeno de la fluidez.
Junto a estos hay mediciones más sofisticadas que tienen una base si-
milar a las que se acaban de describir. Se presentarán dos fórmulas de la
fluidez que surgen de la observación de dos zonas geográficas diferentes
pero que tienen en común la movilidad en la oferta partidista: el índice de
Toole (2000) para el caso de Europa del Este y el de Artiga (1998) para el
caso centroamericano. En ambos casos la fluidez varía de 0 a 100. Tiene
un valor cercano al 0 cuando los partidos que compitieron consiguieron el
mismo apoyo y tiene un valor cercano a 100 si todo el apoyo electoral se va
a nuevos partidos.
La medida de Toole (2000) considera la suma de partidos que en-
tran y salen de la escena parlamentaria. Cuanto más alta sea esa cifra,
mayor será la fluidez y, en consecuencia, la inestabilidad del sistema de
partidos. Al contrario, el mínimo, 0, nos indicaría la permanencia de los
grupos políticos que han obtenido representación en los dos períodos
considerados.
La medida de Artiga (1998) también asimila el número de partidos
del sistema a los que tienen presencia parlamentaria, pero considera los
resultados en una sola elección (t). En este caso la fluidez oscila entre 0,
si no hay partidos nuevos en el congreso, y 100, si todos los escaños son
obtenidos por partidos que logran diputados por primera vez. Por lo tan-
to, mientras más alto sea el índice, menos estructurada estará la oferta
partidista y, viceversa, un índice de 0 señalaría presencia permanente
de los partidos políticos o, en otras palabras, una gran estabilidad de la
oferta partidista.
Finalmente, cabe señalar que los escenarios de refundaciones y divisio-
nes de partidos, así como los contextos de fusiones y alianzas electorales
deben ser analizados con una especial atención al calcular los índices de
fluidez, natalidad y mortalidad. La refundación, que es cuando no hay par-
tidos nuevos ni desaparecidos, así como la escisión, que es cuando surge
un nuevo partido o dos si se extingue también el anterior, no generan de-
masiadas dudas en el cálculo de los índices. Por el contrario, las alianzas y
fusiones plantean más dilemas, ya que no existen apenas referencias a este
fenómeno en la literatura especializada. Toole (2000), por ejemplo, propone
como regla no considerar a los partidos fusionados como «desaparecidos»
si esa fusión gana la elección siguiente. Esto impide que el dato de fluidez
crezca de un modo artificial. Sin embargo, las alianzas o fusiones, incluso
158 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

las de partidos con representación previa, se presentan como nuevas op-


ciones políticas, muchas veces con nuevos candidatos y programas políti-
cos. La desconsideración de estos fenómenos como partidos nuevos podría
subestimar el fenómeno que se quiere medir de fluidez. No obstante, cual-
quiera de las dos alternativas impactaría en los indicadores de fluidez, por
lo que corresponde al investigador decidir si dichas alianzas son nuevas
formaciones o si las considera herederas de los partidos que la integran,
en función del contexto analizado.

Ejercicio práctico: cálculo de la fluidez


La fluidez es un indicador utilizado para medir el nivel de estabilidad en el
sistema de partidos. Este indicador centra su atención en el número de par-
tidos (o escaños legislativos) que entran y salen de la escena parlamentaria.
Aquí se presentan dos índices de fluidez: el de Toole (2000) y el de Artiga
(1998). Cuanto más alto es el valor de estos más inestable es la oferta par-
tidista. De la misma forma, un valor bajo indica una alta estabilidad de la
oferta partidista. Junto a estos índices se presenta una medición de las tasas
de natalidad y mortalidad de los partidos que permite completar la foto so-
bre la estabilidad del sistema de partidos.

Datos

Para obtener la fluidez partidista se necesitan los resultados, al menos, de


dos elecciones legislativas consecutivas.

CUADRO 3.42

RESULTADOS ELECTORALES EN URUGUAY (1999-2004-2009)

1999 2004 2009


escaños % escaños % escaños %
Partido Colorado 33 33,33 10 10,10 17 17,17

Partido Nacional 22 22,22 36 36,36 30 30,30

EP-FA 40 40,40 52 52,52 50 50,50

Nuevo Espacio 4 4,04

Partido Independiente 1 1,01 2 2,02

Total 99 100 99 100 99 100

Fuente: Corte Electoral de Uruguay.


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 159

CUADRO 3.43

RESULTADOS ELECTORALES EN PERÚ (2001-2006-2011)

2001 2006 2011


escaños % escaños % escaños %
C90-NM-PERÚ 2000 3 3,60
Unión Por el Perú 6 7,20 45 54
Partido Apriísta Peruano 28 33,60 36 43,20 4 5,20
Frente Independiente Morali-
zador 11 13,20
Perú Posible 45 54 2 2,40 21 27,30
Acción Popular 3 3,60
Somos Perú 4 4,80
Frente de Centro 5 6
Restauración Nacional 2 2,40
Unidad Nacional 17 20,40 17 20,40
Solución Popular 1 1,20
Alianza por el Futuro 13 15,60
Todos por la Victoria 1 1,20
Proyecto País 1 1,20
Gana Perú 47 61,1
Fuerza 2011 37 48,1
Alianza Solidaridad Nacional 9 11,7
Alianza para el gran cambio 12 15,6
Total 120 100 120 100 130 100
Fuente: Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

— Fluidez (Toole, 2000)

Este indicador tiene en cuenta la suma de partidos que entran y salen de


la escena parlamentaria y lo divide por el promedio del número de par-
tidos parlamentarios en la elección considerada (t) y en la anterior (t-1).
La fórmula está calculada a partir del número de partidos parlamentarios.
Para el ejemplo de Perú, se tendrán en cuenta los cálculos considerando las
alianzas como nuevas formaciones y como si dichas alianzas fueran la con-
tinuación de los partidos presentes en el Congreso en el momento anterior13.

13
En el fragmentado escenario partidista peruano es muy frecuente que los partidos sus-
criban alianzas antes de los procesos electorales. Muchas de ellas se extinguen tras el proceso
160 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Fórmula

h d
Fluidez partidista = Fp = J t + Jt
(Jt–1 + Jt)/2

Donde:
Jht Son los partidos nuevos en el parlamento, esto es, los que no tenían represen-
tantes en la elección previa (t-1).
Jtd Son los partidos desaparecidos, o aquellos que pierden representación en la
elección actual.
Jt–1 Es el número total de partidos parlamentarios en la elección anterior (t-1).
Jt Es el número total de partidos parlamentarios en la elección t.

Las fusiones no se cuentan como «desaparecidos» si el partido gana la elección en el mo-


mento t (Toole, 2000: 458).

Fuente: Adaptado de Toole (2000).

Resolución
Primer paso: Se suman los partidos nuevos en la elección considerada y los
desaparecidos (respecto a la elección anterior).
Segundo paso: Se halla el número de partidos con representación parlamen-
taria en la elección actual y en la anterior (Jt–1 + Jt).
Tercer paso: Se aplica la fórmula.

Fluidez de Uruguay 2004:


Fp Uruguay = (1 + 0)/[(4 + 4)/2] = 1/4 = 0,25.
Fluidez de Uruguay 2009:
Fp Uruguay = 0/4 = 0.

o, en el mejor de los casos, acaban rompiéndose a lo largo de la legislatura. Ese fenómeno es


particularmente evidente en el período analizado. En 2006 las alianzas entre partidos presentes
en la legislatura anterior fueron Alianza para el Futuro (que incluyó a Cambio 90 y a NM),
Frente de Centro (con Somos Perú y Acción Popular), mientras que en 2011, las alianzas con-
formadas a partir de formaciones políticas ya existentes en el Congreso fueron la Alianza para
el gran cambio (incluyendo la Alianza para el progreso y Restauración Nacional), la Alianza
Solidaridad (que contó con Unidad Nacional), Gana Perú (con Unión por el Perú) y Fuerza
2011 (donde se incluyeron NM y RN). Dado que en varias de estas alianzas se unieron otros
partidos sin representación parlamentaria anterior, los cálculos se han realizado considerando
las alianzas como nuevos partidos y como formaciones políticas ya existentes.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 161

Fluidez de Perú 2006 (considerando las alianzas como nuevas formaciones


políticas):
Fp Perú= (3+7)/[(11+7)/2] = 10/9 = 1,11.
Fluidez de Perú 2006 (considerando alianzas como sucesoras de los parti-
dos políticos):
Fp Perú = (1+4)/[(11+7)/2] = 5/9 = 0,55.
Fluidez de Perú 2011 (considerando las alianzas como nuevas formaciones
políticas):
Fp Perú = (5+7)/[(7+6)/2] = 12/6,5 = 1,84.
Fluidez de Perú 2011 (considerando alianzas como sucesoras de los parti-
dos políticos):
Fp Perú = (0)/[(7+6)/2] = 0.

– Fluidez (Artiga, 1998)

Este indicador se calcula a partir de los escaños obtenidos por las formacio-
nes partidistas que aparecen en la escena legislativa y su proporción sobre
el número de representantes que son elegidos en la cámara (la magnitud).
Su valor se halla sumando el número de escaños de los partidos nuevos,
dividiendo esa cifra entre el total de escaños de la cámara y multiplicando
el resultado por 100.

Fórmula

Variación en la fórmula de Fluidez partidista = Fp =  e 100


h

Donde: eh es el número de escaños de los partidos que aparecen por primera vez
en la cámara legislativa (o que no habían tenido escaños en la elección preceden-
te) y M es la magnitud de la cámara o el número de representantes que se eligen
en esa elección.

Fuente: Adaptado de Artiga (1998).

Resolución
Primer paso: Se suman los escaños de los partidos nuevos en la elección.
Segundo paso: Se divide la cifra anterior entre el número de representantes
a elegir (la magnitud de la cámara legislativa).
Tercer paso: Se multiplica la cifra anterior por 100.
162 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Fluidez en Uruguay 2004:


Fp Uruguay = (1/99)100 = 1,01.
Fluidez en Uruguay 2009:
Fp Uruguay = 0.
Fluidez en Perú 2006 (considerando alianzas como nuevas formaciones
políticas):
Fp Perú = (5 + 2 + 13)/120 · 100 = 16,66.
*Fluidez en Perú 2006 (considerando alianzas como sucesoras de los par-
tidos políticos):
Fp Perú = (2/120) · 100 = 1,66.
Fluidez en Perú 2011 (considerando alianzas como nuevas formaciones
políticas):
Fp Perú = (47 + 37 + 9 + 12)/130 · 100 = 80,77.
*Fluidez en Perú 2011 (considerando alianzas como sucesoras de los par-
tidos políticos):
Fp Perú = (0/130) · 100 = 0.

— Índices de natalidad y mortalidad (Artiga, 1998)

El índice de natalidad partidista se refiere al número de partidos que, habien-


do obtenido escaños en el momento t, no los obtuvieron en la elección ante-
rior (t-1) en relación al número total de partidos que lograron escaños en «t».
Por su parte, el índice de mortalidad partidista se refiere al número de parti-
dos que, habiendo obtenido escaños en el momento t-1, no los obtuvieron en
t en relación al número total de partidos que lograron escaños en «t-1».

Fórmula

h
Natalidad partidista = Jt 100
tJ
d
Mortalidad partidista =  J t 100
tJ–1

Donde:
Jth es el número de partidos que no obtuvieron representación en t-1 y sí lo hicie-
ron en el momento t.
Jdt es el número de partidos que pierden representación en la elección t.
Jt y Jt–1 es el número total de partidos que obtuvieron representación en la elec-
ción t y t-1, respectivamente.

Fuente: Adaptado de Artiga (1998).


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 163

Resolución
Se cuentan los partidos con representación en los momentos t y t-1 sobre el
número total de partidos que lograron representación en ambos comicios.
Se pasa el resultado a porcentaje.

CUADRO 3.44

CÁLCULO DE LA NATALIDAD Y MORTALIDAD PARTIDISTA EN URUGUAY


(2004-2009) Y PERÚ (2006-2011)

País y año Natalidad partidista Mortalidad partidista

Uruguay 2004 = (1/4)100 = 25% = (0/4)100 = 0%*


Uruguay 2009 = (0/4)100 = 0% = (0/4)100 = 0%
Perú 2006 = (3/7)100 = 42,90% = (7/11)100 = 63,6%
Perú 2006** = (1/7)100 = 14,29% = (4/11)100 = 36,36%
Perú 2011 = (5/6)100 = 83,33% = (6/7)100 = 85,71%
Perú 2011** = (0/6)100 = 0% = (0/7)100 = 0%

*Al igual que para el cálculo de la fluidez, se ha considerado el partido Nuevo Espacio dentro
de la coalición EP-FA, a la que se unió para la elección de 2004. Para el caso peruano, se
muestran los resultados considerando las alianzas como formaciones nuevas y considerando
que fueron sucesoras de los partidos previos (**).

Fuente: Elaboración propia.

Interpretación

El índice de fluidez es una medida de la inestabilidad de la oferta de parti-


dos políticos con presencia parlamentaria. Cuanto más pequeño es el valor
del mismo, más estable será la oferta partidista parlamentaria y, al con-
trario, una cifra alta de fluidez indicaría un sistema de partidos inestable
donde, de una elección a otra, cambia el panorama de apoyos a los partidos
con representación parlamentaria.
Los resultados obtenidos con cualquiera de los indicadores no dejan
lugar a dudas de la estabilidad partidista uruguaya, especialmente en 2009
donde la fluidez fue de 0. Asimismo los datos muestran la alta fluidez del
sistema de partidos peruano o, lo que es lo mismo, una notable renovación
partidista en las dos citas electorales analizadas. El cálculo de los índices
de natalidad y mortalidad partidista refleja precisamente la constante apa-
rición y desaparición de fuerzas políticas en el escenario legislativo, pro-
164 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

pio de un sistema escasamente institucionalizado, en contraposición a la


estabilidad del sistema de partidos uruguayo (cuadro 3.44). Sin embargo,
como el lector advertirá, tanto la mortalidad como la natalidad partidistas
no permiten evaluar la importancia de esos partidos medidos en escaños
o en votos, algo que sí refieren los índices de fluidez de Toole (2000) o de
Artiga (1998).
En este sentido, la diferencia más notable en el cálculo de estos dos índi-
ces reside en la consideración de los partidos «desaparecidos» de la escena
parlamentaria en el primer caso (Toole, 2000), y no para el segundo índice
(Artiga, 1998). Así, al medir la fluidez del sistema de partidos hay que tener
en cuenta que las fusiones no se contabilicen como «salientes» si el partido
gana la elección en el momento t (Toole, 2000: 458). De ahí que en el caso
uruguayo, Nuevo Espacio no se haya considerado en el cómputo de partido
«saliente», al aliarse en la coalición EP-FA desde 2004. También por esta
razón, y con el fin de realizar una interpretación lo más objetiva posible, el
sistema peruano necesitaría de un análisis pormenorizado de las alianzas y
fusiones partidistas de una elección a otra para justificar la consideración
de partido nuevo o partido desaparecido. En el hallazgo de la fluidez parti-
dista de Perú se han considerado dos situaciones: la primera tomando las
alianzas como formaciones nuevas en el Congreso y una segunda que tiene
en cuenta las alianzas como herederas de los partidos políticos que la for-
man, de ahí la diferencia en el indicador de fluidez14.

INDICADORES MULTIDIMENSIONALES

Tras revisar en las páginas anteriores una serie de herramientas referidas a


una única dimensión de los sistemas de partidos (ideológicas, electorales,
de formato numérico), a continuación se presentan dos mediciones mul-
tidimensionales, como son el índice de institucionalización y el índice de
nacionalización. A diferencia de las herramientas unidimensionales, estos
índices incluyen varios indicadores para medir fenómenos complejos.

14
De este modo, en el año 2006 se tendrían en cuenta las salidas del arco parlamentario
de: Frente Independiente Moralizador, Solución Popular, Todos por la Victoria y Proyecto País.
Restauración Nacional sería el único partido nuevo en el legislativo. Las alianzas conformadas
para esta cita electoral aglutinaron, entre otros, a varios partidos con representación en 2001:
Alianza para el Futuro (Cambio 90 y NM) y Frente de Centro (Somos Perú y Acción Popular).
El índice de 2011 recoge un fenómeno similar: la salida de la escena parlamentaria de Frente
de centro y la conformación de alianzas a partir de formaciones políticas ya existentes en el
Congreso como eran la Alianza para el gran cambio (Alianza para el progreso, Restauración
Nacional), Alianza Solidaridad (Unidad Nacional), Gana Perú (Unión por el Perú), Fuerza 2011
(NM y RN) en cada una de ellas se sumaron otros elementos partidistas sin representación
parlamentaria previamente, por lo que quedaría a elección del investigador la consideración de
renovación o continuidad de los partidos parlamentarios.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 165

3.7. Índice de institucionalización


Durante varios años la clasificación de los sistemas de partidos que promo-
viera Sartori (2003) [1976], en la que combinaba el número de partidos polí-
ticos y el grado de polarización, fue la aproximación más aceptada para ca-
racterizar las grandes dinámicas de los sistemas de partidos. Sin embargo,
en 1995 Mainwaring y Scully editaron un ya clásico trabajo sobre sistemas
de partidos latinoamericanos donde se señalaba que dicha clasificación no
capturaba la esencia de los sistemas de partidos en determinados contextos.
Los criterios de Sartori seguían siendo relevantes, pero, en los países de
la tercera ola democratizadora, el criterio de la institucionalización tenía
mayor capacidad explicativa. Así es como nació el índice de institucionali-
zación de los sistemas de partidos, tal y como se conoce hoy en día.
Antes de la publicación de Mainwaring y Scully (1995) otros traba-
jos habían discutido sobre el concepto de institucionalización (Harmel y
Sväsand, 1993; Janda, 1980; Huntington, 1965 o el propio Sartori (2003)
[1976]), pero la tarea de operacionalización y su aplicación extensiva, en
este caso a la región latinoamericana, llega con el marco teórico de Buil-
ding Democratic Institutions: Party Systems in Latin America. Desde enton-
ces, la institucionalización ha sido objeto específico de estudio de bastan-
tes autores y, sobre todo, ha sido incorporada por muchos analistas a sus
consideraciones sobre las dinámicas políticas de la región que incluyen,
necesariamente, relatos sobre el funcionamiento de los partidos políticos
y sistemas de partidos.
Mainwaring y Scully (1995) definieron un sistema de partidos institucio-
nalizado como «aquel en el que los actores desarrollan expectativas y com-
portamientos basados en la premisa de que los contornos y reglas funda-
mentales de la competición partidista prevalecerán en el futuro». Lo opues-
to a esta situación es la de un sistema de partidos fluido. Posteriormente la
etiqueta de fluidez sería modificada y la ausencia de institucionalización se
adjetivará como de sistemas de partidos no institucionalizados. Añaden que
un sistema de partidos institucionalizado no está exento de cambios, pero
que la institucionalización los limita. La medición de la institucionalización
se hace como variable continua donde se pueden experimentar avances (ha-
cia una mayor institucionalización) o retrocesos (desinstitucionalización),
así como situaciones de ausencia de institucionalización de forma per-
manente. Esta operacionalización aporta riqueza a la observación de la
institucionalización y contrasta con trabajos previos, como el de Sartori
(2003) [1976], que consideraban la institucionalización como una variable
dicotómica (institucionalizado o no, también denominado estructurado y
desestructurado).
La operacionalización del concepto está articulada en torno a cuatro
dimensiones y una serie de indicadores que, desde Mainwaring y Scully
(1995), se han ido perfeccionando en sucesivas revisiones del concepto rea-
166 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

lizadas por los propios autores (Mainwaring, 1999; Torcal y Mainwaring,


2005 ) o por otros (Payne et al., 2007):

• Estabilidad en los patrones de competición inter-partidista. Esta


dimensión tiene como principal indicador los niveles de volatilidad.
Cuanta más inestabilidad en los apoyos que reciben los partidos a lo
largo del tiempo, menor es el grado de institucionalización de dicho
sistema de partidos.

• Fortaleza de los vínculos de los partidos con la sociedad. La exis-


tencia de anclajes se puede medir con el grado de identificación del
electorado con los partidos o con la ausencia de voto dividido y, en
general, con cualquier medida que capture el grado de cercanía de la
sociedad (y sus organizaciones) con los diferentes partidos políticos.
Cuanto mayor es la fortaleza de los vínculos entre los partidos y la
sociedad, mayor es la institucionalización del sistema de partidos.

• Legitimidad de los partidos. Se mide con indicadores tales como el


grado de confianza que generan los partidos, o la evaluación de sus
actuaciones y, en general, con cualquier indicador que permita de-
terminar si la sociedad percibe a las organizaciones partidistas como
canales relevantes. Esta dimensión ha ido cobrando importancia en
revisiones posteriores del concepto ya que, como señalaban Del Cam-
po y Ramos (1997), la primera clasificación de Mainwaring y Scully
(1995) daba resultados paradójicos al caracterizar países como alta-
mente institucionalizados cuando tenían bajos niveles de credibilidad
de los partidos políticos.

• Existencia de organizaciones partidistas sólidas. Se captura me-


diante la valoración de la existencia de reglas y estructuras de fun-
cionamiento preestablecidas dentro de los partidos, aunque convivan
con la fuerza de determinados liderazgos. La ausencia de evidencia
empírica para construir su mapa de institucionalización ha sido espe-
cialmente conflictiva en esta dimensión organizativa.

En sucesivos trabajos el concepto ha evolucionado en su operacionaliza-


ción, tanto en los trabajos del propio Mainwaring (1999) como en las rede-
finiciones de Payne et al. (2007) que dejan de lado el elemento organizativo
(cuarta dimensión). La figura 3.3 proporciona al lector una «biografía» de
la evolución en la operacionalización de un concepto como resultado de la
búsqueda de indicadores válidos y fiables.
No obstante, y pese a estas mejoras, en la operacionalización del con-
cepto de institucionalización persisten tres problemas. El primer problema
se refiere a la desconsideración del elemento programático y de su capacidad
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 167

estructuradora sobre el sistema de partidos. Esta desatención a la cuestión


programática como una posible dimensión dentro del concepto de institu-
cionalización ha sido parcialmente reconocida y abordada en trabajos pos-
teriores al medir el grado de voto ideológico que existe en los sistemas de
partido (Mainwaring y Torcal, 2006, 2005). El segundo problema del índice
es la sobreconsideración de la volatilidad que ha convertido la ausencia de
transferencias de voto de una elección a otra (baja volatilidad) en el princi-
pal criterio para decidir que un sistema de partidos está institucionalizado
y viceversa15. El tercer problema, relacionado con el anterior, es que el re-
duccionismo recién descrito traiciona el significado original del concepto
de institucionalización, ya que éste se refiere a la estabilidad, no solo de
los patrones de competencia sino de la estabilidad de los actores que com-
piten. Desde este punto de vista, el tipo de volatilidad que se incluye en
la medición de la institucionalización (volatilidad total agregada) excluye
la consideración que hacíamos páginas atrás respecto a volatilidades con
origen externo. Todo ello se podría solventar si en la operacionalización del
concepto se incluyera como dimensión el grado de estabilidad en la oferta
(fluidez) y no solo en la demanda como se hace hasta ahora. Este tipo de
reivindicaciones se encuentra en autores como Toole (2000) y Artiga (1998),
que justifican así la relevancia de los indicadores de fluidez que proponen
(véase el apartado 3.6).
A pesar de estas debilidades, susceptibles de ser mejoradas, el índice
de institucionalización es una potente herramienta analítica. La institucio-
nalización se ha convertido en un aspecto clave de los análisis de partidos
políticos por sus relaciones empíricas con otros aspectos como son el perso-
nalismo, el grado de accountability, la gobernabilidad, la legitimidad de los
sistemas políticos y la contribución al descenso de la incertidumbre.
La interpretación de los niveles de institucionalización es todavía un
ámbito infradesarrollado en la literatura especializada. Como señalan Tor-
cal y Lago (2011), no hay umbrales para considerar cuándo un sistema
está institucionalizado o no. Tampoco existen estándares respecto al máxi-
mo y al mínimo teórico. De modo que las graduaciones y comparaciones
entre sistemas de partidos es lo que ha dado la pista para clasificar a los
sistemas como muy institucionalizados, moderadamente institucionaliza-
dos o con baja institucionalización. A continuación se verá que tanto el
cálculo como la interpretación que aquí se presentan son contextuales, es
decir, los datos de institucionalización significan algo en un contexto com-
parado (en el caso del ejercicio en el contexto de los sistemas de partidos
latinoamericanos).

15
Torcal y Lago (2011) proponen, aun sin desarrollar suficientemente, un criterio que ten-
dría que ver con el equilibrio entre sistemas de partidos legislativo (partidos que obtienen
representación) y el sistema de partidos electoral (partidos que se presentan a elecciones) como
el síntoma claro de la institucionalización óptima, ya que esta situación aumenta la predictibi-
lidad de la competición entre los elementos o partidos que lo componen.
168 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Tanto en Mainwaring y Scully (1995) como en los trabajos posterio-


res aquí citados se reflexiona sobre los efectos variados e interrelacio-
nados de la institucionalización y de las dimensiones que lo componen.
La institucionalización hace predecibles los contornos y conductas de la
interacción-competición entre los partidos políticos. Esto significa, entre
otras cosas, que disminuyen las probabilidades de irrupción de outsiders
en el juego político reduciendo el juego personalista e incentivando la
estructuración programática de los sistemas de partidos. Además, la ins-
titucionalización favorece el control de los partidos por parte de los vo-
tantes y canaliza y anima a la participación. La relación empírica y teó-
rica de la institucionalización con algunas de estas cuestiones es todavía
objeto de estudio. A la vez, sería necesario distinguir entre los efectos de
cada una de las dimensiones de la institucionalización de forma aislada
(por ejemplo, los efectos de la volatilidad), así como la existencia o no de
efectos propios de la institucionalización como concepto comprehensivo.
Por otra parte, está pendiente de ser abordado en profundidad el peligro
de una institucionalización total, habiéndose discutido hasta ahora sobre
los peligros de una ausencia o débil institucionalización de los sistemas
de partidos.
Finalmente, cabe señalar que aunque en los orígenes del concepto de
institucionalización de los sistemas de partidos fuera una alternativa a las
clasificaciones de polarización o de fragmentación, en la actualidad hay tra-
bajos que combinan el estudio de la institucionalización con el de fragmen-
tación. Por ejemplo, Achard y González (2005) abordan una comparación
sincrónica de los sistemas de partidos centroamericanos que conjuga ambas
dimensiones.

Ejercicio práctico: cálculo de la institucionalización


de los sistemas de partidos
El índice de institucionalización combina en su definición elementos relati-
vos a la estabilidad de los patrones de competencia interpartidista; la exis-
tencia de vínculos entre la sociedad y los partidos; la legitimidad de estos
como agentes intermediarios con el Estado; y la presencia de estructuras
organizativas sólidas y estables. Esta herramienta mide el grado de rutini-
zación de las reglas y patrones de competencia partidista de un sistema de
partidos. Valores altos indican un alto grado de institucionalización y valo-
res bajos denotan una baja institucionalización. En este ejercicio, al estar
medidas sobre tres dimensiones, las puntuaciones cercanas a 3 implican un
mayor grado de institucionalización del sistema de partidos, mientras que
cuanto más próximas estén a 1 la institucionalización será más baja.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 169

FIGURA 3.3

EVOLUCIÓN DE LA OPERACIONALIZACIÓN DEL CONCEPTO DE INSTITUCIO-


NALIZACIÓN DE LOS SISTEMAS DE PARTIDOS

Indicadores
Dimensiones Mainwaring y Scully
Mainwaring (1999) Payne et al. (2007)
(1995)
1) Estabilidad
en los patrones
Volatilidad Volatilidad Volatilidad
de competición
interpartidista.
2) Fortaleza de Cercanía de la Diferencia entre los Capacidad de los
los vínculos de la sociedad a los votos que obtiene partidos de permanecer
sociedad con los partidos. el partido político en el congreso.
partidos. en el legislativo y el
Diferencias entre el ejecutivo. Respuestas de
voto presidencial y opinión pública sobre
el legislativo. Identificación «sentimiento de cercanía
partidista. a los partidos».
Identificación
partidista. La habilidad de
candidatos no
Edad de los partidos. partidistas de ganar
puestos.

Hacen una laxa alusión


a la importancia
de la ideología y el
programa.
3) Legitimidad Proponen que se Respuestas de Respuestas de opinión
de los partidos: utilicen preguntas de opinión pública sobre pública sobre «grado
la sociedad los opinión pública «confianza en los de confianza en los
percibe como (pero no aportan partidos» (datos de partidos», «integridad
el canal para ninguna en su Latinobarómetro). de los procesos e
determinar quién modelo). importancia de los
gobierna. partidos políticos».
4) Estructuración Disciplina partidista. Existencia de Dejan fuera esta
de la Presencia local y procedimientos claros dimensión por las
organización nacional de los y estables para elegir a variaciones en su
partidista: partidos. los líderes. definición desde que
hay reglas y Ausencia de un Mainwaring y Scully
estructuras de alto grado de (1995) fuera escrito y
funcionamiento faccionalismo porque no disponen
preestablecidas. (no aportan datos al de un buen modo de
respecto). abordar esta dimensión.
Fuente: Elaboración propia.
170 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Datos

Dado que las últimas revisiones del concepto ha dejado fuera el componente
organizativo por falta de indicadores válidos para su medición, los datos
necesarios para obtener el índice se refieren únicamente a las tres dimensio-
nes restantes: estabilidad, legitimidad y arraigo de los partidos.
Hay un gran acuerdo en la medición de la primera de las dimensiones,
la estabilidad de la competencia entre partidos, mediante el cálculo de la vo-
latilidad electoral. Respecto a las otras dos dimensiones, es habitual obtener
indicadores sobre los vínculos con la sociedad y sobre la legitimidad de los
partidos haciendo uso de encuestas de opinión pública que permitan analizar
a través de una o varias cuestiones dicho componente. No obstante, es cierto
que no hay hasta la fecha una posición unánime en cuanto a qué ítems in-
cluir en su cálculo. Así, por ejemplo, para evaluar el arraigo de los partidos
en la sociedad se puede analizar la existencia de voto dividido o el grado de
permanencia de los partidos en el órgano legislativo a lo largo de un período
determinado. Existe, además, la opción de combinar estos datos electorales
con los extraídos de las encuestas de opinión que capturen el grado de iden-
tificación o afinidad partidista. Por otro lado, la evaluación de la legitimidad
de los partidos puede llevarse a cabo a través de preguntas sobre la confianza
en estos, así como en los procesos electorales; o incluso a través de preguntas
sobre la relevancia de los partidos como actores relevantes de sus sistemas se-
gún las opiniones ciudadanas. En cualquier caso, la decisión del investigador
de incluir una u otra alternativa muchas veces está condicionada por la evi-
dencia empírica disponible, más que por razones teóricas o una preferencia
clara en el uso de estos indicadores. En resumen, los datos necesarios son de
dos tipos: resultados electorales y encuestas de opinión pública.
Una vez escogidos los componentes que van a incluirse en cada una de
las dimensiones, se puede estimar el índice de institucionalización. Este se
obtiene a través del promedio de las dimensiones incluidas pero, siguiendo
el trabajo de Payne et al. (2007), todos los indicadores deben ser previamen-
te recodificados en la misma escala que va de 1 a 3. El cálculo del índice de
institucionalización se realiza a partir de las tres dimensiones señaladas, in-
cluyendo en cada una de ellas uno, dos o hasta tres componentes para luego
hallar el promedio simple de los valores para cada dimensión.

Fórmula

En este ejercicio, a diferencia de Payne et al. (2007), se utilizará un indi-


cador para cada dimensión (véase el cuadro 3.45), por lo que la fórmula
siguiente es una adaptación de la que ofrece el autor. Como se explicará
más adelante, hay que tener en cuenta las escalas en las que está recogida
la información y el sentido de las mismas porque en ocasiones es necesario
recodificar las escalas y revertir su sentido.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 171

Inst = VeR + IR + CR/3


Donde: VeR es la volatilidad electoral en el sistema político recodificada a escala
1-3.
IR es identificación partidista en el sistema político recodificada a escala 1-3.
CR es confianza en los partidos en el sistema político recodificada a escala 1-3.
Fuente: Adaptado de Payne et al. (2007).

Datos
CUADRO 3.45
CÁLCULO DE LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LOS SISTEMAS DE PARTIDOS
DE AMÉRICA LATINA
Identificación partidista
Volatilidad electoral Confianza en los partidos
(porcentaje de
(promedio de la (porcentaje de personas
personas que se
Sistema de volatilidad a la cámara que tienen mucha o
sienten muy o bastante
partidos baja y a las elecciones bastante confianza en los
cercanas a un partido
presidenciales) (entre partidos)
político)
paréntesis el período) (1996-2004)
(1996, 1997 y 2003)

Argentina 25,02 (1983-2003) 13,80 14,40


Bolivia 33,08 (1980-2002) 20,20 12,70
Brasil 32,51 (1982-2002) 15,00 17,10
Chile 12,82 (1989-2001) 15,70 21,80
Colombia 25,58 (1978-2002) 16,80 14,60
Costa Rica 14,95 (1978-2002) 19,50 21,10
Ecuador 39,41 (1979-2002) 20,80 10,30
El Salvador 18,79 (1985-2004) 23,60 23,40
Guatemala 47,95 (1985-2003) 18,00 14,90
Honduras 6,95 (1981-2001) 28,10 21,60
México 16,33 (1979-2003) 19,80 21,90
Nicaragua 12,77 (1990-2001) 28,30 18,20
Panamá 25,07 (1994-2004) 21,90 22,20
Paraguay 24,28 (1989-2003) 33,50 19,30
Perú 52,02 (1980-2001) 16,10 16,20
Uruguay 14,62 (1984-1999) 32,10 32,40
Venezuela 33,01 (1978-2000) 17,60 19,40
Promedio AL 25,50 21,20 18,90
Fuente: Payne et al. (2007). La volatilidad electoral ha sido extraída de Payne et al. (2007), que
actualiza los datos de Mainwaring y Scully (1995). Los datos correspondientes a la identifica-
ción partidista y confianza en los partidos corresponden al promedio de la encuesta Latinoba-
rómetro de los años 1996/1997, 2003 y 1996-2004, respectivamente.
172 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Resolución
Primer paso: Se recodifican todos los indicadores en una nueva escala con va-
lores de 1 a 3. Para ello se tendrá en cuenta que en esta escala de 1 a 3 que
proponen Payne et al. (2007), al valor más alto de volatilidad se le otorgará 1
(que corresponde con baja institucionalización), mientras que el sistema de
partidos con el mínimo de volatilidad puntuará con un 3 (alta instituciona-
lización). En cambio, en las variables identidad y confianza partidista, al
valor más alto en la nueva escala corresponderá un 3, en tanto que el valor
más bajo será un 1. Con esta recodificación se logra que los indicadores
sean comparables entre sí e incluibles en un único índice.
A continuación se ofrece a modo de ejemplo la reconversión de las varia-
bles utilizadas en este cálculo: volatilidad, identidad y confianza partidista
para el caso de Perú (cuadro 3.46). Se trata de un paso previo a la agrega-
16
ción de los componentes.

CUADRO 3.46
EJEMPLO DE CONVERSIÓN DE INDICADORES A LA ESCALA DE 1 A 3: PERÚ
Identidad Confianza
Cálculo para la conversión de indicadores Volatilidad
partidista partidista
Puntuación original 52,02 16,1 16,2
Valor mínimo escala original 6,95 13,8 10,3
Valor máximo escala original 52,02 32,1 32,4
Rango escala original16 52,02 – 6,95 = 33,05 – 13,8 = 33,4 – 10,3 =
45,07 19,7 22,1
Rango nueva escala 1 – 3 = –2* 3 – 1=2 3–1=2
Rango nueva escala
R= –2/45,07 = 2/18,3 = 2/22,1 =
Rango escala original
–0,044 0,102 0,091
valor mínimo nueva variable 3/–0,44375 = 1/0,1015 = 1/0,0905 =
R –67,605 9,85 11,05

valor mínimo nueva variable – valor mínimo escala original –67,605 – 6,95 = 9,85 – 13,8 = 11,05 – 10,3 =
R –74,56 –3,95 0,75

valor mínimo nueva variable (52,02 – 74,555) (16,1 – 3,95) (16,2 + 0,75)
(valor original + ( – valor mín. escala original) R
R (–0,044) = 1 (0,102) = 1,23 (0,091) = 1,53
Valor final de la nueva variable 1 1,23 1,53

*Nótese que el cálculo del rango en este caso tiene en cuenta el sentido inverso de la variable: 1 es
máxima volatilidad y 3 es mínima, con el fin de realizar posteriormente la sumatoria con los indica-
dores de identidad y confianza.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Payne et al. (2007).

16
Como advierte Payne (2007), su cálculo de la institucionalización de los sistemas de parti-
dos solo comprende casos latinoamericanos, de modo que el rango en caso de incluir más países
sería probablemente más amplio, afectando a los valores finales de institucionalización.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 173

CUADRO 3.47

ÍNDICE DE INSTITUCIONALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

Volatilidad Identificación Confianza en


Sistema de Índice de
electoral partidista los partidos
partidos institucionalización
recodificada recodificada recodificada
Argentina 2,20 1,00 1,37 1,52
Bolivia 1,84 1,67 1,22 1,58
Brasil 1,87 1,13 1,62 1,54
Chile 2,74 1,20 2,04 1,99
Colombia 2,17 1,31 1,39 1,63
Costa Rica 2,64 1,60 1,98 2,07
Ecuador 1,56 1,73 1,00 1,43
El Salvador 2,47 2,03 2,19 2,23
Guatemala 1,18 1,44 1,42 1,35
Honduras 3,00 2,50 2,02 2,51
México 2,58 1,63 2,05 2,09
Nicaragua 2,74 2,52 1,71 2,33
Panamá 2,20 1,85 2,08 2,04
Paraguay 2,23 3,00 1,81 2,35
Perú 1,00 1,24 1,53 1,26
Uruguay 2,66 2,92 3,00 2,86
Venezuela 1,84 1,40 1,82 1,69
Total AL 2,17 1,78 1,78 1,91

Fuente: Elaboración propia.

Segundo paso: Una vez transformados los indicadores para cada uno de los
países, se suman y se calcula el promedio para obtener el índice de institucio-
nalización. 1 será baja institucionalización y 3 será alta institucionalización.

Interpretación

El índice de institucionalización que se ha calculado combina tres de las


cuatro dimensiones que están en la base de la definición originaria del con-
cepto: la estabilidad de la competencia, la existencia de vínculos de los par-
tidos con la sociedad y la legitimidad de los partidos como agentes interme-
diarios entre la sociedad y el Estado. En este ejercicio comparativo cada una
de estas características ha sido previamente recodificada para su inclusión
174 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

en el índice final. De tal modo, las puntuaciones próximas a 3 corresponden


a sistemas de alta institucionalización y valores cercanos a 1 indican una
baja institucionalización. Aunque, como ya fue señalado previamente, es el
análisis contextual del índice el que permite descubrir patrones del grado de
institucionalización de los sistemas de partidos que luego pueden ser la base
de explicaciones más en profundidad.
Si se observan los resultados de cada uno de los componentes destaca
la diversidad entre las puntuaciones. Esto pone de manifiesto las marcadas
diferencias en el grado de institucionalización en la región. En términos ge-
nerales y teniendo en cuenta el promedio global latinoamericano, podemos
decir que Uruguay es el país que goza del sistema de partidos más institu-
cionalizado, seguido de Honduras y Paraguay. Serían estos los casos donde
existen sistemas de partidos más sólidos y estables.
En el segundo grupo de países estarían los de niveles medios de insti-
tucionalización. Con puntuaciones destacadas en los tres indicadores del
índice encontramos a tres países centroamericanos: Nicaragua, El Salva-
dor y Costa Rica. Sin embargo, no siempre los tres componentes de la
institucionalización van unidos, como muestran los resultados del cuadro
3.47. Así, la categoría más numerosa corresponde a países que cuentan
con sistemas moderadamente institucionalizados. Por ejemplo, sistemas
de partidos relativamente estables en términos electorales que muestran
bajos niveles de identificación partidista (Chile, México) o cuyos parti-
dos no gozan de una gran legitimidad (Argentina, Colombia). También en
este grupo se observan casos donde la volatilidad es media-alta, pero los
partidos mantienen cierto nivel de arraigo o legitimidad (Brasil, Bolivia,
Panamá, Venezuela). Aunque algunos de estos casos podrían ilustrar si-
tuaciones a medio camino del grupo de sistemas de partidos menos ins-
titucionalizado, la actualización de estos indicadores con datos recientes
puede confirmar dicha tendencia.
En el extremo opuesto de esta clasificación se encuentran aquellos dé-
bilmente institucionalizados. Perú, Guatemala y Ecuador son, por ese or-
den, los tres países con sistemas de partidos más inestables en términos
electorales, con menor grado de identificación partidista y donde es bajo el
porcentaje de ciudadanos que confían en los partidos. En los tres casos la
alta volatilidad está provocada no solo por la ausencia de lealtades partidis-
tas entre los ciudadanos, sino también por los niveles de fluidez de la oferta,
bien porque los partidos tradicionales han colapsado (Perú), bien porque
nunca llegaron a alcanzar cierto grado de estabilidad (Guatemala, Ecua-
dor). Estos tres casos suelen citarse como ejemplos de sistemas de partidos
muy inestables y con poca solidez. De hecho, es frecuente escuchar que los
ciudadanos de estos tres países se quejan de que «no hay sistema de par-
tidos». Esta afirmación es errónea desde un punto de vista teórico, puesto
que hay un sistema aunque esté poco institucionalizado. Pero merece ser
considerada porque alude a un sistema de partidos formado por partidos
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 175

políticos que carecen de un electorado estable y donde los ciudadanos no se


sienten identificados con los partidos políticos y desconfían de los mismos.
Por otra parte, el análisis de la institucionalización es también de gran
utilidad en comparaciones diacrónicas que permiten identificar patrones de
desinstitucionalización o, por el contrario, de aumento de la institucionali-
zación de los sistemas de partidos.

3.8. Índice de nacionalización


El índice de nacionalización se ocupa del grado de homogeneidad en los
apoyos electorales que reciben los partidos en las diferentes circunscripcio-
nes o distritos donde compiten.
Varias décadas atrás las cuestiones territoriales comenzaron a ganar es-
pacio en los análisis de expertos en partidos políticos. Ya en trabajos como
el de Lipset y Rokkan (1967) se reflexionaba sobre el paso de una política
local a una política nacional donde se sustituyen las disputas sobre cuestio-
nes territoriales por disputas sobre cuestiones nacionales. Anteriormente,
Duverger (1981) [1951] había señalado las posibles fases en la construcción
de un sistema de partidos a nivel nacional. Se planteaba, así, en qué medida
la emergencia de los sistemas de partidos a nivel nacional era el resultado
de la agregación de las pautas de conducta de los sistemas de partidos loca-
les o si constituía una realidad nueva y diferente.
En este contexto surgieron reflexiones que pusieron el foco en el grado
de homogeneidad territorial en la implantación de los partidos políticos.
Como señalaron Jones y Mainwaring (2003) en su relato sobre la introduc-
ción del concepto en el análisis de la realidad norteamericana, los trabajos
de Schattschneider (1960) y Stokes (1965 y 1967) fueron algunos de los pio-
neros en el alumbramiento de indicadores de nacionalización. Cabe desta-
car que ya en las primeras etapas de discusión del fenómeno estaba presen-
te la medición cuantitativa de la nacionalización aunque su comprensión
difería de la actual. Desde entonces se han producido diversos análisis sobre
la cuestión, entre los que destaca el de Rose y Urwin (1970). Pero, ha sido
posteriormente con las aproximaciones de Caramani (2000, 2004) para el
caso de Europa o de Chhibber y Kollman (1998, 2004) para una compara-
ción global, entre otros, cuando la nacionalización se ha convertido en uno
de los trending topics del análisis de los sistemas de partidos.
Entre las razones de esta renovada atención a la dimensión territorial
de los sistemas de partidos se encuentran los procesos de descentraliza-
ción política en Europa, la relevancia adquirida por el clivaje centro/peri-
feria, así como el subsecuente auge de los partidos nacionalistas. Todo ello
ha permitido valorar los efectos de las dinámicas locales o subnacionales
que la literatura sobre partidos había tendido a ignorar en análisis fun-
damentalmente centrados en los sistemas de partidos nacionales. En este
176 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

contexto la reivindicación de Bardi y Mair (2008) sobre la convivencia de


diferentes sistemas de partidos dentro de un mismo sistema político cobra
todo su significado.
El índice de nacionalización captura la variación entre unidades geográ-
ficas de un mismo país (estados, provincias, departamentos, regiones admi-
nistrativas, circunscripciones…) en el desempeño electoral de los partidos
así como en sus patrones de competencia. Supongamos que dos partidos tie-
nen apoyos similares en todo el territorio en el que compiten pero cuentan
con una distribución de los mismos diferente a lo largo del territorio. Por
ejemplo, un partido dispone de niveles similares de apoyo a lo largo del país
y el otro partido político tiene apoyos muy concentrados geográficamente
en un subconjunto de circunscripciones. Este dato aporta reveladoras con-
clusiones sobre la naturaleza del partido y condiciona las estrategias de los
partidos para rentabilizar el número de votos y el estilo de representación
en el Parlamento. A la vez, proporciona una comprensión fundamental de
la naturaleza de la competición partidista, ya que permite constatar la exis-
tencia (o ausencia) de particularidades locales en los sistemas de partidos
de un país17.
Son muchos los temas que en el contexto del boom de los estudios sobre
nacionalización de los sistemas de partidos se han abordado. Cox (1997) y
Chhibber y Kollman (1998) analizaron el modo en que la competición lo-
cal lleva a patrones diferentes de los que tienen los sistemas de partidos a
nivel nacional. A su vez, también se ha medido el impacto del tipo de siste-
ma electoral sobre los niveles de nacionalización (Cox, 1999; Morgenstern,
Swindle y Castagnola, 2009); o el impacto de la forma de gobierno (Golder,
2006); o del tipo de distribución territorial del poder (Chhibber y Kollman,
2004; Harbers, 2010). En este cuaderno la atención se centra en la propia
operacionalización del indicador de nacionalización que todos los trabajos
generan y sobre la que hay mucha discusión en la actualidad. Al respecto,
tres han sido los grandes ámbitos de disenso: las dimensiones de la nacio-
nalización, el carácter estático o dinámico de la nacionalización y el tipo de
fórmula o estadísticos para calcular la nacionalización.
La discusión respecto a la multidimensionalidad de la nacionalización alu-
de a la posibilidad de contemplar una o varias dimensiones de la competición
partidista para obtener conclusiones respecto al grado de implantación na-
cional de un sistema de partidos. Por una parte, la nacionalización se puede
medir a partir del grado de homogeneidad de los resultados electorales. Se
trata de las llamadas medidas de dispersión que intentan capturar la simili-
tud o dispersión en los apoyos electorales que obtienen los partidos a lo largo
del país18. Una dispersión alta significa que los partidos obtienen apoyos muy

17
Véase Jones y Mainwaring (2003) para una discusión extensa de las implicaciones.
18
Lago y Montero (2010) o Kasuya y Moenius (2008) proponen esta clasificación entre las
mediciones del grado de nacionalización basadas en la dispersión y en la inflación.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 177

diferentes a lo largo del país y viceversa, una baja dispersión significa un sis-
tema de partidos muy nacionalizado donde los apoyos que obtienen los par-
tidos son similares a lo largo del país. Jones y Mainwaring (2003) defienden
este tipo de aproximación con su Índice de Nacionalización del Sistema de
Partidos, INSP (en inglés es Party System Nationalization Score, PSNS), al que
nos referimos más adelante y que se verá en el ejercicio práctico.
Por otra parte, la nacionalización se puede medir por las diferencias entre
el número de partidos nacionales y el número de partidos de los diferentes
distritos (o unidades territoriales). Este tipo de mediciones se han bautizado
como medidas de inflación, ya que capturan el grado en que el tamaño de un
sistema de partidos nacional es mayor que el tamaño promedio de los sistemas
de partidos locales (Kasuya y Moenius, 2008). Dentro de estas mediciones po-
demos situar la de Chhibber y Kollman (1998 y 2004), que calculan la diferen-
cia entre el número efectivo de partidos en el sistema de partidos nacional y el
promedio del número efectivo de partidos en los sistemas de partidos locales19.
Cuanto mayor es este dato significa que la nacionalización es más débil. Por lo
tanto, no hay inflación en países con un sistema de partidos nacional y, por el
contrario, se esperaría inflación si cada sistema de partidos local fuera un mi-
crocosmos del total. Otra medición basada en la inflación es la tasa de inflación
de los sistemas de partidos de Moenius y Kasuya (2004), algo más complicada
en su planteamiento20. Una de las limitaciones de estas mediciones, como se-
ñala Lago (2011), es que requieren resultados electorales por distritos y a nivel
nacional cuando esta información no siempre está disponible.
Junto al número de partidos y la distribución de los apoyos electorales,
Lago y Montero (2010) defienden que hay otra dimensión relevante para
obtener una foto de la nacionalización de cualquier sistema de partidos. Se
trata de la homogeneidad en la oferta de partidos a lo largo de los distritos.
Ello entraña valorar qué partidos compiten en cada distrito. En su fórmu-
la, que se desarrolla en el ejercicio práctico, contemplan tanto este aspecto
como los resultados electorales ponderando por el número de escaños que
se eligen en cada circunscripción.
Uno de los principales problemas de esta medición de la nacionalización
es que es sensible al número de distritos y no tiene en cuenta el tamaño de
los partidos. Sin embargo, tal y como argumentan Lago y Montero (2010:
376), al realizar la comparación entre los números efectivos de partidos se
asume que los resultados electorales de los partidos a lo largo de los distri-
tos sigue siempre el mismo orden. Sin embargo, la realidad es bien distinta

19
D=NEP nacional–NEP promedio local, donde NEP nacional y NEP promedio local se
refieren al número efectivo de partidos a nivel nacional y local, respectivamente.
La fórmula propuesta es: Ipond = votnac NEPEnac –1 100, siendo votnac el número total de
 
20

6Cc=1 NEPEcvotc
votos obtenidos en el nivel nacional, NEPEnac el número efectivo de partidos electorales a nivel
nacional, NEPEc es el número efectivo de partidos en cada circunscripción o distrito electoral
y votc el número de votos logrados en la circunscripción.
178 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

porque el éxito electoral de los partidos no se reparte del mismo modo entre
los distritos y ello estimula las estrategias partidistas y de movilización. Así,
puede haber partidos que decidan no competir en algunos distritos, o que
formen alianzas en otros y centren sus esfuerzos en los territorios donde
obtengan mayor rendimiento electoral. Por otra parte, del lado de los vo-
tantes pueden explicarse comportamientos tales como el voto estratégico o
la abstención.
En esta misma línea de combinar dimensiones, Kasuya y Moenius (2008)
argumentan que únicamente estamos ante un sistema de partidos fuerte-
mente nacionalizado cuando la inflación y la dispersión son bajas (tipo III
de la figura 3.4). De la misma forma, únicamente con alta dispersión e infla-
ción (tipo II de la figura 3.4) se puede hablar de un sistema de partidos poco
nacionalizado. Su razonamiento es que la inflación al nivel nacional es un
agregado de las contribuciones a las tasas de inflación de los diferentes dis-
tritos y que, por lo tanto, no sabemos la naturaleza de la contribución de los
componentes del mismo. Una tasa baja de inflación puede ser el resultado
de una competición entre partidos muy homogénea. Pero también este dato
puede ser el resultado de que algunos distritos contribuyan a la inflación
nacional de una manera positiva y otros de forma negativa, compensándose
unos a otros.
El indicador de nacionalización del sistema de partidos propuesto por
Moenius y Kasuya (2008) contiene una dimensión de inflación y otra de
dispersión. La medida de inflación se incluye en el cálculo de la diferencia
que existe entre la competición de partidos en cada distrito y en el agregado
nacional. ¿Hasta qué punto el tamaño del sistema de partidos nacional es
muy diferente del que existe en promedio a nivel de los distritos21?
En cuanto a la segunda dimensión, la dispersión, esta se refiere a la
variación a lo largo de los distritos en relación a la contribución que cada
distrito hace al nivel nacional de inflación. Si la dispersión es baja es porque
cada distrito está contribuyendo de una manera equitativa a la inflación del
sistema de partidos. Por el contrario, si la dispersión es alta, la contribución
de cada uno de los distritos es desigual: unos tienen un impacto positivo
sobre la inflación y otros de tipo negativo.
El segundo debate se refiere al carácter estático o dinámico de la naciona-
lización. Para Morgenstern, Swindle y Castagnola (2009) las aproximaciones
anteriormente citadas serían una dimensión estática del concepto. Por ello
añaden una dimensión dinámica de la nacionalización que mide el grado en

21
La inflación refleja la influencia que tiene la variación del tamaño de los distritos en
la inflación a nivel de sistema nacional de partidos. En la medida I, si el tamaño del número
efectivo de partidos es mayor que su promedio distrital, entonces hay inflación del sistema de
partidos. Si el promedio del tamaño del sistema de partidos a lo largo de los distritos es mayor
que el tamaño del sistema de partidos a nivel nacional, hay deflación. Así, cuanta mayor in-
flación o más baja deflación, será peor el vínculo a lo largo de los sistemas de partidos a nivel
distrital (Moenius y Kasuya, 2004: 549).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 179

que el voto a un partido cambia uniformemente a lo largo del tiempo. Esta


dimensión permite capturar si son los factores locales o los nacionales los que
generan los cambios electorales que autores como Schattschneider (1960) o
Stokes (1965 y 1967) ya habían contemplado con anterioridad.

FIGURA 3.4

TIPOS DE FORMACIÓN DE SISTEMAS DE PARTIDOS

(Alta)
Tipo I: Uniformemente local Tipo II: Fuertemente local

Sistema de partidos A B C D A B C
Nivel nacional

Sistema de partidos A B C D
Nivel distrito A B C
Distrito 1 Distrito 2
Distrito 1 Distrito 2
Inflación

Tipo III: Nacionalizado Tipo IV: Débilmente local

Sistema de partidos
A B A
A B C D
Nivel nacional

Sistema de partidos
Nivel distrito A B A B
A A B A B C D
Distrito 1 Distrito 2
Distrito 1 Distrito 2 Distrito 3
(Alta)
(Baja)

Dispersión
Fuente: Elaboración propia a partir de Kasuya y Moenius (2008: 128).

De acuerdo a estas dos dimensiones, que en principio no están rela-


cionadas y que son explicadas por diferentes causas, se pueden clasificar
los partidos (figura 3.5). Existen reticencias a aceptar este tipo de enfoques
dentro del concepto de nacionalización. Mainwaring y Jones (2003) señalan,
a propósito de las aproximaciones de Stokes (1965 y 1967), que, pese a ser
relevantes, miden el grado en que los cambios a nivel electoral son similares
en los diferentes distritos (electoral swings) más que los cambios en la es-
tructura de los sistemas de partidos. De modo que estos autores abogan por
reservar el concepto de nacionalización para los cambios en la estructura
del sistema de partidos más que para referirse a cambios electorales.
180 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

FIGURA 3.5
TIPOS DE PARTIDOS Y NACIONALIZACIÓN

Baja Nacionalización dinámica Alta


Alta

Partido inestable Partido


nacionalizado
Nacionalización estática

PR

Presidencial Parlamentario

SMD

Partido
Partidolocal desequilibrado
Baja

Fuente: Adaptación de Morgenstern, Swindle y Castagnola (2009).

La tercera discusión se refiere a los estadísticos para el cálculo de la na-


cionalización. Los índices más sencillos de nacionalización estática están
basados en las actuaciones de los partidos y miden, por ejemplo, el porcen-
taje de partidos no nacionales que compiten con candidatos propios. Este
es el caso de Caramani (2004) y su índice de cobertura territorial (territorial
coverage index). Sin embargo, es necesario considerar, como señalan Mor-
genstern, Polga y Siavelis (2011), el grado de heterogeneidad territorial de
los votantes hacia los partidos. Esto exige mediciones de las diferencias en-
tre regiones mediante algún indicador. Una alternativa son las desviaciones
estándar de lo que el partido consigue por término medio en los diferentes
distritos (Caramani, 2004) o el índice de variación de Rose y Urwin (1970),
que es una media de las desviaciones absolutas (MAD) de cada partido en
su voto. No obstante, como señalan diferentes autores, de forma reciente
Morgenstern, Polga y Siavelis (2011), esta estrategia presenta algunas limi-
taciones. Entre otras cuestiones, se puede ver afectada por el número de
regiones de un país y por el número variable de votantes en las diferentes
unidades territoriales.
Derivado de estas limitaciones, se han generado nuevas propuestas
para medir la nacionalización. Jones y Mainwaring (2003) consideraron
que el índice Gini invertido es una mejor medición para calcular su Party
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 181

System Nationalization Score. Con este se mide el grado de desigualdad


en los porcentajes de voto a lo largo de las diferentes unidades territo-
riales. A su vez, también sopesaron la utilidad del coeficiente de varia-
ción que descartan por la mayor interpretabilidad del índice de Gini,
que varía de 0 a 1. Una posterior mejora de dicho índice lo ha ajustado
al tamaño del distrito para que no parezca que siempre los distritos más
pequeños están más nacionalizados que los grandes (Kasuya y Moenius,
2008). Esto es lo que hace Bochsler (2010) para generar una medición
útil para comparar entre países y menos útil para comparar un solo país
a lo largo del tiempo22.
Antes de pasar al ejemplo práctico, donde se verán una de las medi-
das más aceptadas (Jones y Mainwaring, 2003) y otra producida en el
ámbito español y con un gran potencial en el futuro (Lago y Montero,
2010), cabe señalar que los efectos de la nacionalización de los sistemas
de partidos son muchos y variados. Jones y Mainwaring (2003) los resu-
men en efectos sobre la representación, ya que afecta a la capacidad de
los factores nacionales para vincular a electores con partidos; impacto
de los factores nacionales en la formación de las coaliciones y en el di-
seño de las carreras de los legisladores; tipos de elaboración de políticas
públicas y grado de transferencias de recursos a unidades subnacionales;
posibilidad de ensayar algún tipo de políticas de acomodación en demo-
cracias con clivajes étnicos, nacionalistas o religiosos que coincidan con
los territoriales.
Finalmente, conviene recalcar el carácter acotado que, hasta la fecha,
tiene el concepto de nacionalización de los sistemas de partidos. El índice
se ocupa de las diferencias en el rendimiento electoral de los partidos en los
diferentes territorios. Sin embargo, no captura posibles diferencias progra-
máticas del partido en dichas circunscripciones ni las diferencias en el perfil
de sus bases sociales. Asimismo, tampoco captura el grado de cohesión in-
terna ni de coherencia interna que son aspectos susceptibles de ser estudia-
dos en la dimensión territorial de las dinámicas partidistas. Como señalan
Jones y Mainwaring (2003), un partido puede estar formado por un grupo

22
Boschler (2010) muestra cómo los valores del índice de nacionalización descienden con-
forme se aumenta el número de distritos electorales o circunscripciones, lo que es una limi-
tación en los estudios comparados donde los Estados tienen diferente número de unidades
territoriales. La propuesta que realiza el autor pondera por el tamaño de las unidades subna-
cionales del país (a través del número de votantes en el distrito correspondiente) y tiene en
cuenta el número de las unidades. La fórmula establece el índice de nacionalización de un
partido político ponderando el peso de las circunscripciones (INPp), en un país con c circuns-
cripciones o unidades territoriales (1;…; i ;…; c) ordenadas de modo creciente según el voto
obtenido por el partido pj. Cada unidad territorial i, tiene vi votantes, siendo pi los que han
votado por el partido pj.
pi
6C (vi (6Ii=1 pj - ––2 ))
INPp = 2 c=1 C
6 c=1 vi 6Cc=1 pi
182 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

de emprendedores escasamente conectados entre sí y con problemas para


un comportamiento unificado en el Congreso y obtener una puntuación alta
en el índice de nacionalización.

Ejercicio práctico: cálculo del índice de nacionalización


del sistema de partidos
Este índice indica el grado de homogeneidad territorial en la implan-
tación de los partidos políticos que forman el sistema de partidos bajo
estudio. La nacionalización partidista será alta cuando el partido reparta
equitativamente sus apoyos electorales en las diferentes subunidades te-
rritoriales y será baja cuanto más concentre sus votos en determinados
distritos.

Datos
La variación en la conceptualización y operacionalización del índice está re-
lacionada con la variedad de datos utilizados en los cálculos. La elección de
medidas de dispersión, de inflación o de nacionalización dinámica guiará al
investigador respecto a la evidencia empírica que debe conseguir. No obs-
tante, en todos los casos son indispensables los resultados electorales nacio-
nales que, para la mayoría de los índices creados, han de estar desagregados
en cada uno de los distritos o circunscripciones. Por otra parte, en varias de
las medidas es necesario contar con información sobre la magnitud de los
distritos, algo especialmente relevante en países donde estas son variables
en su tamaño, así como el número efectivo de partidos a nivel nacional y en
las unidades subnacionales. Otro dato habitualmente necesario es la tasa de
cobertura de los partidos, es decir, la relación de circunscripciones donde
los partidos presentan candidaturas.
En este ejercicio práctico se van a desarrollar dos índices conceptual-
mente diferentes y con distintas exigencias en lo que al tipo de datos se
refiere: la medida de dispersión propuesta por Jones y Mainwaring (2003)
e inspirada en el índice de Gini y la medida de nacionalización de Lago y
Montero (2010), que se inspira en el grado de cobertura de los partidos.

— Nacionalización del sistema de partidos a partir de la dispersión


de apoyos electorales: INP de Jones y Mainwaring (2003)

Jones y Mainwaring (2003) propusieron la estimación de la nacionaliza-


ción de los partidos políticos a partir del cálculo del coeficiente de Gini
para expresar el grado de homogeneidad de los apoyos electorales en las
diferentes unidades subnacionales. Este coeficiente toma valores entre 0
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 183

y 1. Aplicado a los partidos de América Latina, los autores utilizaron el


inverso del índice de Gini con el fin de hacerlo más intuitivo y crearon el
Party Nationalization Score (Índice de Nacionalización del Partido o INP).
De tal modo, un resultado de 1, o próximo a 1, indicaría que el partido
está muy nacionalizado, es decir, obtiene el mismo número de votos en
todas las unidades subnacionales; mientras que los valores cercanos a 0
sugieren que el partido ha obtenido todos sus votos en una única unidad
subnacional y 0 votos en el resto.
El Índice de Nacionalización del Sistema de Partidos (INSP) se calcula
a través del agregado de puntuaciones de nacionalización de cada partido
(INP) ponderando cada valor por su peso electoral. También para el indica-
dor sistémico, los valores altos (cercanos a 100) significan una alta naciona-
lización del sistema y un INSP cercano a 0 implica un sistema de partidos
muy poco nacionalizado.

Fórmula

Índice de Nacionalización del Partido = INPj = 1 – Coeficiente de Gini


Coeficiente de Gini = (6Cc=1–1 Pc Qc+1) – (6Cc=1
–1
Pc+1Qc)

INSP = 6j=1
J
INPj · pje
Donde:
Pc es la proporción acumulada de los porcentajes de voto para cada unidad terri-
torial o circunscripción c sobre el total del voto logrado por el partido j en todas
las unidades subnacionales.
Qc es la proporción acumulada de lo que representa la unidad c sobre el total del
resto de unidades.
pje es la proporción de votos obtenidos por el partido j en el nivel nacional.
INPj es el índice de nacionalización del partido j.
Fuente: Adaptado de Jones y Mainwaring (2003).

Resolución
Para calcular el INSP de un sistema de partidos es necesario conocer los
resultados electorales a nivel nacional, así como para los diferentes distritos
o unidades territoriales. Para ello se calcula el valor de la nacionalización
para cada partido (INP). En este ejemplo se tomarán los resultados en las
184 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

elecciones legislativas de Dinamarca (2011) y España (2011). El cálculo para


cada partido político tiene los siguientes pasos:

Primer paso: Se ordenan los resultados electorales del partido j en cada dis-
trito o unidad subnacional (en forma ascendente) y se realiza la suma de
esos porcentajes o proporciones del voto. A continuación, se calcula la con-
tribución de cada unidad c (distrito o circunscripción) en el total de votos
agregados, hallando la proporción de cada unidad subnacional sobre el nú-
mero de estas, es decir 1/nº de unidades (en el caso danés sería 1/10=0,1)
(columna 3, cuadro 3.48).

Segundo paso: Se calcula la proporción de cada unidad sobre la suma del


voto logrado por el partido (2,69) (columna 4, cuadro 3.48).

Tercer paso: Se obtienen las proporciones acumuladas de Qc e Pc. Qc es la


proporción acumulada de lo que representa la unidad c sobre el total del
resto de unidades (0,1+01…). Por su parte, Pc es la proporción acumulada
de los porcentajes de voto para cada unidad c sobre el total del voto logrado
por el partido j en todos las unidades subnacionales (0,06 + 0,08...) (colum-
nas 5 y 6, cuadro 3.48).

Cuarto paso: Se multiplica para cada fila el valor de Pc por el valor de Qc


de la fila siguiente (+1). Por ejemplo, para la unidad 1: 0,06 · 0,2, para la
unidad 2: 0,14 · 0,3 y así sucesivamente hasta completar todas las unidades.
Finalmente, se hace el sumatorio de todas estas operaciones (columna 7,
cuadro 3.48).

Quinto paso: Se multiplica para cada valor de Qc el valor de Pc de la


fila siguiente (+1). Es decir, para la unidad 1: 0,01 · 0,14, en la unidad
2: 0,2 · 0,23… etc. hasta completar el total de unidades. Seguida a esta
operación, realizamos la suma de esas operaciones (columna 8, cuadro
3.48).

Sexto paso: Se calcula el Coeficiente de Gini a través de la resta


(6Cc=1–1 Pc Qc+1) – (6Cc=1–1 Pc+1Qc) = 3,09 – 2,99 = 0,11.

Séptimo paso: Se resta a 1 el resultado anterior.

Índice de Nacionalización del Partido Liberal = 1 – Coeficidente de Gini = 0,89.


INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 185

CUADRO 3.48

CÁLCULO DE LA NACIONALIZACIÓN DE PARTIDO DEL PARTIDO LIBERAL


DANÉS (VENSTRE) (2011)

Columna Columna Columna Columna Columna Columna Columna Columna


1 2 3 4 5 6 7 8
Voto en Pc
1/nº Qc (1/nº
Unidades % Voto unidad/ (acumulado Pc Qc + 1 Pc+1Qc
unidades acumulado)
total voto %voto)

1 0,15 0,1 0,06 0,1 0,06 0,01 0,01

2 0,22 0,1 0,08 0,2 0,14 0,04 0,05

3 0,24 0,1 0,09 0,3 0,23 0,09 0,09

4 0,26 0,1 0,10 0,4 0,33 0,16 0,17

5 0,27 0,1 0,10 0,5 0,43 0,26 0,26

6 0,27 0,1 0,10 0,6 0,53 0,37 0,38

7 0,27 0,1 0,10 0,7 0,63 0,50 0,53

8 0,32 0,1 0,12 0,8 0,75 0,67 0,70

9 0,33 0,1 0,12 0,9 0,87 0,87 0,90

10 0,34 0,1 0,13 1 1,00

Suma 2,69 Suma 2,99 Suma 3,09

Coeficiente de Gini = (6 C –1
c=1 Pc Qc+1) – (6 C –1
c=1 Pc+1 Qc) = 3,09 – 2,99 = 0,11
INP = 1 – Coeficiente de Gini = 0,89

Fuente: Elaboración propia con los datos disponibles en European Election Database.

Octavo paso: Una vez obtenidas las puntuaciones de la nacionalización


para cada partido, calculamos el INSP a nivel sistema a partir de la fór-
mula:

INSP = 6j=1
J
INPj · pje
186 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 3.49
ÍNDICE DE NACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS EN DINAMARCA (2011)

Partido político INP % voto nacional INPj · pje


Partido Liberal 0,89 26,73 23,84
SD 0,90 24,81 22,22
DF 0,90 12,32 11,14
RV 0,82 9,50 7,78
SF 0,91 9,20 8,37
EL 0,76 6,68 5,06
LA 0,82 4,98 4,10
K 0,84 4,94 4,14
KD 0,55 0,79 0,44
INSP = 87,10
Fuente: Elaboración propia con los datos disponibles en European Election Database.

Siguiendo los pasos señalados, se ofrece el procedimiento para calcular


el grado de nacionalización del PP a partir de los resultados de 2011 así
como el Índice de Nacionalización del Sistema de Partidos en España.

CUADRO 3.50
CÁLCULO DE LA NACIONALIZACIÓN DEL PARTIDO POPULAR (2011)
Columna Columna Columna Columna Columna Columna Columna
Columna 7
1 2 3 4 5 6 8
Voto en Pc
1/nº Qc (1/nº
Unidades % Voto unidad/ (acumulado Pc Qc + 1 Pc + 1 Qc
unidades acumulado)
total voto %voto)
1 0,137 0,0192 0,0055 0,0192 0,0055 0,0002 0,0002
2 0,162 0,0192 0,0065 0,0385 0,0120 0,0007 0,0007
3 0,177 0,0192 0,0071 0,0577 0,0191 0,0015 0,0016
4 0,194 0,0192 0,0078 0,0769 0,0269 0,0026 0,0027
5 0,21 0,0192 0,0084 0,09615 0,03527 0,00 0,0043
6 0,24 0,0192 0,0095 0,11538 0,04475 0,01 0,064
… … … … … … … …
51 0,66 0,0192 0,0265 0,98077 0,97340 0,97 0,98
52 0,67 0,0192 0,0268 1,00000 1,00015 – –
Sumatorio 24,95 1 15,67 15,81
Coeficiente de Gini = (6 C –1
c=1 Pc Qc+1) – (6 C –1
c=1 Pc+1 Qc) = 15,81 – 15,97 = 0,14
INP = 1 – Coeficidente de Gini = 0,86
Fuente: Elaboración propia con los datos disponibles en European Election Database.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 187

CUADRO 3.51

ÍNDICE DE NACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS EN ESPAÑA


(2011) (I)

Partido político INP % voto nacional INPj · pje


PP 0,86 44,62 38,55
PSOE 0,94 28,73 27,01
IU 0,79 6,92 5,47
CIU 0,07 4,17 0,29
UPyD 0,71 4,69 3,33
BNG 0,07 0,75 0,05
EAJ-PNV 0,05 1,33 0,07
CC-NC-PNC 0,03 0,59 0,02
ESQUERRA 0,07 1,05 0,07
COMPROMÍS-Q 0,04 0,51 0,02
GBAI 0,03 0,17 0,01
AMAIUR 0,07 1,37 0,10
FAC 0,02 0,40 0,01
INSP = 74,99

Fuente: Elaboración propia con los datos disponibles en el Ministerio del Interior de España.

— La nacionalización del sistema de partidos (Lago y Montero, 2010)

Esta medición de la nacionalización de un sistema de partidos se centra


en la decisión de entrada de los partidos en la competencia electoral en
todos los distritos, o solo en algunos, considerando además los resultados
en votos de cada uno de los partidos, así como el número de escaños que
se disputan en los distritos donde participa cada partido (Lago y Montero,
2010: 379).
La medida de nacionalización, o de «entrada local» (E) de Lago y
Montero (2010), es una suerte de sumatorio del producto de la propor-
ción de los votos de cada partido por la proporción de escaños. Esta me-
dida oscila entre 0 y 1, donde los valores más altos suponen una mayor
nacionalización y los más bajos una nacionalización menor. Por ejemplo,
en el caso en que todos los partidos del sistema presentaran candidatu-
ras en todos los distritos, E sería igual a 1, indicando que el sistema está
188 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

completamente nacionalizado, independientemente de la fuerza electo-


ral de cada partido. Si, en cambio, los partidos solo se presentan en un
distrito, E sería próximo a 0, revelando una escasa nacionalización del
sistema de partidos23.

Fórmula

Entrada local = E = 6Jj=1 pje · pjp|j僆c

Donde:
pje es la proporción de votos obtenidos por el partido j en el nivel nacional.
pjp|j僆c es la proporción de los escaños (sobre el total nacional) asignados a las cir-
cunscripciones o distritos, c, donde ha presentado candidatura el partido j.

Fuente: Adaptado de Montero y Lago (2010).

Resolución
Primer paso: Se calcula la proporción de votos a nivel nacional para cada
partido (pje).

Segundo paso: Se halla la proporción de los escaños sobre el nacional en


las circunscripciones donde cada uno de los partidos ha decidido competir
(pjp|j僆c).

Tercer paso: Se multiplica, para cada partido, la proporción de votos obteni-


dos a nivel nacional por la proporción de escaños anteriormente calculada.

Cuarto paso: Se realiza el sumatorio para todos los partidos del sistema.

23
En este cálculo hay que considerar si la magnitud de los distritos es la misma o si se
trata de un solo distrito nacional, en cuyo caso únicamente se pondera por el porcentaje de
voto. También hay que tener en cuenta la creación de coaliciones en ciertos distritos, pero
no en todas las circunscripciones, como ocurre en ocasiones en España; en este caso se di-
vide entre dos el número de escaños en los distritos donde están compitiendo unidos. Una
última nota aclaratoria se refiere a los casos en los que existen dos o tres niveles de reparto
de escaños, los autores únicamente toman en cuenta la decisión de competir en los distritos
de primer nivel.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 189

CUADRO 3.52

ÍNDICE DE NACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS EN ESPAÑA


(2011) (II)

Proporción de escaños
Partido Proporción de votos a sobre el nacional donde se
político nivel nacional pje ha presentado candidatura
pje · pjp|j僆c
pjp|j僆c
PP 0,426 343/350=0,98 0,418
PSOE 0,287 350/350=1 0,287
IU 0,069 350/350=1 0,069
UPyD 0,047 350/350=1 0,047
CIU 0,042 47/350=0,134 0,006
BNG 0,008 23/350=0,066 0,001
EAJ-PNV 0,013 18/350=0,051 0,001
Amaiur 0,014 23/350=0,066 0,001
… … … …
Suma 0,83

Se ofrece a modo de ejemplo el cálculo para los partidos con representación parlamentaria.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Ministerio del Interior
de España.

Interpretación

El Índice de Nacionalización del Sistema de Partidos (INSP) propuesto por


Jones y Mainwaring (2003) resume el patrón de distribución de voto de los
partidos a nivel geográfico. Este índice permite valorar la homogeneidad
de los grupos electorales a lo largo de las diferentes unidades territoriales.
En el ejercicio práctico se han calculado los valores del INSP para los casos
español y danés. El primer caso ha dado valores bajos y el segundo caso ha
dado valores altos, propios de un sistema altamente nacionalizado.
Según esta noción de nacionalización, el reparto homogéneo del apoyo
electoral entre las diferentes circunscripciones denotaría un sistema alta-
mente nacionalizado en el caso danés. Una mirada a los resultados a ni-
vel sistémico confirma la escasa variación del índice de nacionalización en
Dinamarca. Aquí, con excepciones como el KD, el porcentaje de votos que
han logrado los partidos en el promedio nacional no es muy diferente del
que consigue en cada una de las circunscripciones consideradas. Los datos
obtenidos en el caso español muestran, en cambio, un nivel de nacionaliza-
190 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

ción más bajo, aunque sea interesante observar las puntuaciones partidis-
tas. En ellas destacan cuatro partidos de ámbito nacional, pero con un éxito
electoral en las circunscripciones que no es uniforme.
A su vez, los datos muestran una gran dispersión para buena parte de
los partidos políticos españoles. Esta evidencia confirma la relevancia del
clivaje centro/periferia en la competencia partidista y, en especial, la impor-
tancia de los partidos nacionalistas en las elecciones al parlamento nacional.
Se observa, en este sentido, que hay un partido altamente nacionalizado, el
PSOE, seguido del PP, junto con dos partidos más de ámbito estatal (IU y
UPyD); frente a varias formaciones políticas con niveles de nacionalización
cercanos a 0. Estos últimos son partidos de carácter nacionalista y regiona-
lista que no solo concentran sus votos en unas pocas unidades territoriales,
sino que su competencia electoral se limita a determinados distritos. A par-
tir de esta idea, Lago y Montero (2010) proponen un índice de nacionaliza-
ción que no está basado en los resultados electorales, sino en las decisiones
que toman los partidos respecto a competir, o no, en una circunscripción.
En consecuencia, un sistema nacionalizado sería aquel en el que un partido
compite en todos los distritos electorales, y viceversa.
Por otra parte, cabe señalar que con el cálculo de la nacionalización me-
diante la fórmula de Lago y Montero (2010) se obtiene un dato de naciona-
lización que, en la perspectiva comparada de Europa, se puede interpretar
como de baja nacionalización del sistema de partidos.
4
Ejercicios

Ejercicio de ubicación ideológica


El cuadro 4.1 presenta las frecuencias relativas de las ubicaciones ideológi-
cas que otorgan los ciudadanos, en una escala de 1-10, a diferentes partidos
políticos en España. Estos datos son del Estudio 2951 del CIS (2012).
A partir de estos datos, calcula el promedio de ubicación ideológica de
cada uno de los partidos políticos sobre los que se dispone de datos.

CUADRO 4.1
UBICACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN ESPAÑA (FRECUENCIAS RELATIVAS)

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
PP 0,4 0,5 0,2 0,8 3,8 11,1 16,2 26,4 20,3 20,3
PSOE 5,0 7,6 18,8 28,5 21,3 9,9 5,2 1,9 0,9 0,9
IU
27,0 27,7 22,3 12,8 6,8 1,9 0,7 0,5 0,2 0,1
(ICV en Cataluña)
UPyD 3,1 3,5 6,8 16,2 34,5 17,2 8,6 4,9 2,5 2,8
CiU
0 0,9 1,8 5,3 14,5 27,2 23,1 18,3 5,0 3,8
(solo en Cataluña)
ERC
18,8 22,3 16,9 19,4 14,0 4,8 1,3 1,6 0,6 0,3
(solo en Cataluña)
PNV
1,1 4,5 0,0 5,7 23,9 19,3 14,8 19,3 8,0 3,4
(solo en País Vasco)
Amaiur (solo en País
43,6 31,8 15,5 5,5 2,7 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0
Vasco y Navarra)
BNG
26,1 35,3 21,8 8,4 5,9 0,8 0,8 0,8 0,0 0,0
(solo en Galicia)
CC
3,2 8,1 12,9 25,8 19,4 19,4 6,5 4,8 0,0 0,0
(solo en Canarias)
Fuente: Elaboración propia a partir del Estudio 2951 del CIS (julio 2012).
192 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Solución
La frecuencia relativa es el cociente entre la frecuencia absoluta de un deter-
minado valor y el número total de datos. Por lo tanto, para calcular las ubi-
caciones ideológicas de cada partido basta con hacer un sumatorio de la mul-
tiplicación de las frecuencias relativas por su valor. Estos son los resultados:
CUADRO 4.2
UBICACIÓN IDEOLÓGICA PROMEDIO DE LOS PARTIDOS EN ESPAÑA (2012)

Partido político Ubicación ideológica


PP 8,01
PSOE 4,25
IU (ICV en Cataluña) 2,58
UPyD 5,21
CiU (solo en Cataluña) 6,56
ERC (solo en Cataluña) 3,21
PNV (solo en País Vasco) 6,32
Amaiur (solo en País Vasco y Navarra) 1,95
BNG (solo en Galicia) 2,43
CC (solo en Canarias) 5,50
Fuente: Elaboración propia.

Ejercicio de coherencia programática


El cuadro 4.3 muestra las respuestas de los diputados del Partido dos Tra-
balhadores (PT) de Brasil (Legislatura 2007-2010) a seis preguntas acerca
del papel que el Estado debería tener en diferentes ámbitos. Los datos han
sido obtenidos del proyecto PELA. Las respuestas están recogidas en una es-
cala donde el mínimo, 1, corresponde a una «presencia mínima del Estado»
y el máximo, 7, implica una «intervención máxima del Estado».
Ítem 1: El Estado, en lugar del sector privado, debería ser el dueño de las em-
presas e industrias más importantes del país.
Ítem 2: El Estado, más que la empresa privada, debería ser el principal respon-
sable de crear empleos.
Ítem 3: El Estado debe implementar políticas firmes para reducir la desigual-
dad de ingresos entre ricos y pobres.
Ítem 4: El Estado, más que el sector privado, debería ser el principal responsa-
ble de proveer las pensiones de jubilación.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 193

Ítem 5: El Estado, más que el sector privado, debería ser el principal responsa-
ble de proveer los servicios de salud.
Ítem 6: El Estado, más que el sector privado, debería ser el principal responsa-
ble de proveer la educación universitaria.
A partir de los datos del cuadro 4.2, calcula la coherencia del PT en cada
ítem. Esto permitirá determinar los ítems que generan mayores y menores
niveles de consenso en el interior del partido. Después halla la coherencia
programática total del partido.

CUADRO 4.3
OPINIONES RESPECTO AL PAPEL DEL ESTADO EN BRASIL, SEGÚN LOS DI-
PUTADOS DEL PT (2007-2010)

Ítem 1 Ítem 2 Ítem 3 Ítem 4 Ítem 5 Ítem 6


Diputado 1 1 4 7 7 7 7
Diputado 2 3 2 6 6 6 6
Diputado 3 6 4 7 6 7 7
Diputado 4 2 2 7 4 4 4
Diputado 5 4 1 7 6 6 6
Diputado 6 5 5 6 6 6 6
Diputado 7 1 2 7 4 6 5
Diputado 8 1 5 7 6 7 7
Diputado 9 N.C. N.C. N.C. N.C. N.C. N.C.
Diputado 10 5 4 7 4 6 6
Diputado 11 6 5 7 6 7 7
Diputado 12 3 5 6 4 6 6
Diputado 13 3 2 7 6 7 7
Diputado 14 7 2 7 6 7 7
Diputado 15 1 5 7 6 7 7
Diputado 16 7 7 7 5 7 7
Diputado 17 2 2 6 5 5 5
Diputado 18 1 3 7 4 4 4
Diputado 19 6 5 7 7 7 7
Diputado 20 2 4 6 6 6 6
Diputado 21 7 5 7 7 7 7
Diputado 22 4 1 7 7 7 7
Diputado 23 4 4 6 6 6 6
Diputado 24 2 5 4 4 7 7
Fuente: Elaboración propia a partir de PELA, Brasil (2007-2010).
194 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Solución

Estos son los resultados del grado de coherencia en los diferentes ítems
dentro del PT:

Coherencia en ítem 1: 35,99


Coherencia en ítem 2: 27,03
Coherencia en ítem 3: 12,10
Coherencia en ítem 4: 18,10
Coherencia en ítem 5: 15,52
Coherencia en ítem 6: 16,15
Coherencia programática total (opinión respecto al papel del Estado): 13,99

Ejercicio de cohesión partidista

En el cuadro 4.4 se presentan los resultados de seis votaciones clave del


proceso de reforma del sistema de salud de Estados Unidos realizadas en la
Cámara de Representantes en las legislaturas 111 y 112.
Con estos datos, calcula, en primer lugar, los índices de cohesión
RICE y UNITY en cada votación. Ello permitirá identificar qué votación
ha generado mayor cohesión en ambos partidos. En segundo lugar, com-
para los promedios de los índices de RICE y UNITY del Partido Demó-
crata y del Partido Republicano. Esto permitirá señalar el partido que
exhibe mayor nivel de cohesión. En tercer lugar, considerando que el um-
bral para la aprobación de cada ley es la mayoría simple de los presentes,
halla los índices ponderados correspondientes (WRICE y WUNITY). Esto
permite señalar el partido que ha mostrado niveles más altos de cohesión
interna.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 195

CUADRO 4.4

VOTACIONES EN LA CÁMARA DE REPRESENTANTES DE ESTADOS UNIDOS


EN LA REFORMA DEL SISTEMA DE SALUD. LEGISLATURAS 111 Y 112

Partido Demócrata Partido Republicano

Sí 249 40
Votación 1 No 2 137
No votó 5 1
Sí 219 1
Votación 2 No 39 176
No votó 0 0
Sí 219 0
Votación 3 No 34 178
No votó 0 0
Sí 220 0
Votación 4 No 33 178
No votó 0 0
Sí 3 242
Votación 5 No 189 0
No votó 1 0
Sí 0 233
Votación 6 No 183 5
No votó 4 7

Votación 1 corresponde a la votación Childrens Health Insurance Program Reauthorization


and Expansion (14/01/2009). Votación 2: Affordable Health Care for America Act (7/11/2009).
Votación 3: Affordable Care Act (Obamacare) (21/3/2010). Votación 4: Health Care and Edu-
cation Reconciliation Act of 2010 (21/3/2010). Votación 5: Repealing the Health Care Bill
(19/1/2011). Votación 6: Repealing Funding for State Health Benefic Exchanges (3/5/2011).
Fuente: Elaboración propia a partir de http://clerk.house.gov/legislative/legvotes.aspx.

Solución

Estos son los resultados de los índices RICE y UNITY para el Partido Repu-
blicano y el Partido Demócrata:
196 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 4.5

COHESIÓN PARTIDISTA EN ESTADOS UNIDOS

Partido Demócrata Partido Republicano


RICE UNITY RICE UNITY
Votación 1 0,98 0,96 0,55 0,54
Votación 2 0,70 0,70 0,99 0,99
Votación 3 0,73 0,73 1,00 1,00
Votación 4 0,74 0,74 1,00 1,00
Votación 5 0,97 0,96 1,00 1,00
Votación 6 0,95 0,93 1,00 0,97
Promedio 0,85 0,84 0,92 0,92
Promedio ponderado 0,97 0,95 0,64 0,63

Votación con mayor cohesión en el Partido Demócrata:


Índice de RICE: votación 1.
Índice UNITY: votación 1 y votación 5.
Votación con mayor cohesión en el Partido Republicano:
Índice de RICE: votación 3, 4, 5 y 6.
Índice UNITY: votación 3, 4 y 5.
Partido más cohesionado según los índices RICE y UNITY: Partido Repu-
blicano.
Partido más cohesionado según los índices ponderados WRICE y WUNITY:
Partido Demócrata.

Ejercicio de índice de poder


A partir del siguiente esquema de votación [31: 21 (PP), 21(CC-PNC), 15
(PSOE), 3 (NC)] correspondiente al Parlamento de Canarias (2011-2014),
halla los índices de poder de Shapley-Shubik y de Banzhaf para cada uno
de los partidos políticos.

Solución

Este es el resultado del cálculo de los índices de poder en el Parlamento de


Canarias en la legislatura 2011-2014.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 197

CUADRO 4.6

ÍNDICES DE PODER EN EL PARLAMENTO DE CANARIAS (2011-2014)

Índice de Índice Índice Índice


Partido Escaños
Escaños Shapley- individual de individual
político (%)
Shubik S-S Banzhaf Banzhaf

PP 21 35 33,33 1,59 33,33 1,59

CC-PNC 21 35 33,33 1,59 33,33 1,59

PSOE 15 25 33,33 2,22 33,33 2,22

NC 3 5 0 0 0 0

Total 60 100
Fuente: Elaboración propia.

FIGURA 4.1

ÍNDICES DE PODER Y PORCENTAJE DE ESCAÑOS EN EL PARLAMENTO


DE CANARIAS (2011-2014)

Fuente: Elaboración propia.


198 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Ejercicio de polarización ideológica


Los cuadros 4.7 y 4.8 recogen las ubicaciones ideológicas de los partidos
políticos españoles que lograron representación parlamentaria en las elec-
ciones de 2008 y 20111.
A partir de estos datos, calcula la polarización simple, la polarización
ponderada (en ambas versiones) y la polarización siguiendo la propuesta
de Dalton (2008). Ello permitirá determinar qué tipo de dinámica predo-
mina en el sistema de partidos: centrípeta o centrífuga. Después compara
los resultados obtenidos en ambos períodos y reflexiona sobre el tipo de
indicador más adecuado del grado de polarización ideológica en el sistema
de partidos estatal.

CUADRO 4.7

RESULTADOS ELECTORALES (2008) Y UBICACIONES IDEOLÓGICAS


DE LOS PARTIDOS

Número de
Partido político Votos (%) Ubicación del partido (n)
escaños
PP 39,94 154 7,8 (14.433)
PSOE 43,94 169 4,04 (14.275)
IU 3,77 2 2,4 (13.253)
CiU 3,03 10 6,09 (2.233)
EAJ-PNV 1,19 6 5,95 (648)
ESQUERRA 1,16 3 2,92 (2.184)
BNG 0,83 2 2,68 (816)
CC-NC-PNC 0,68 2 6,15 (496)
Na-Bai 0,24 1 2,66 (153)
Fuente: Elaboración propia a partir del estudio 2750 (Elecciones de 2008) (Banco de Datos del
CIS). Los datos electorales han sido obtenidos de http://www.infoelectoral.mir.es.

1
En ambos estudios hubo partidos que obtuvieron representación, pero no fueron inclui-
dos en la pregunta sobre ubicación ideológica. En 2008 (Estudio 2750) se omitió a Coalición
Andalucista, 2 diputados, UPyD, 1 diputado. En el estudio correspondiente a 2011 (2915) se
omitió Amaiur, 7 diputados; Bloc-Iniciativa-Verdes-Equo-Coalició Compromís, 1 diputado;
Foro de Ciudadanos, 1 diputado; Geroa Bai, 1 diputado. En los datos correspondientes a la
coalición EAJ-PNV en 2011 se presenta la posición promedio de ambas formaciones políticas
según el Estudio 2915.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 199

CUADRO 4.8

RESULTADOS ELECTORALES (2011) Y UBICACIONES IDEOLÓGICAS


DE LOS PARTIDOS

Ubicación del partido


Partido político Votos (%) Número de escaños
(n)
PP 45,25 186 7,87 (13.629)
PSOE 29,16 110 4,17 (13.995)
IU 7,02 11 2,41 (12.808)
UPyD 4,76 5 5,2 (8.282)
CiU 4,23 16 6,37 (2.153)
EAJ-PNV 1,35 5 6,21 (618)
ESQUERRA 1,07 3 3,21 (2.059)
BNG 0,77 2 2,74 (772)
CC-NC-PNC 0,60 2 5,81 (425)

Fuente: Elaboración propia a partir del estudio preelectoral 2915 (Banco de Datos del CIS). Los
datos electorales han sido obtenidos de http://www.infoelectoral.mir.es.

Solución

Los resultados del cálculo de la polarización ideológica entre los partidos


españoles en el 2008 y en el 2011 se explicitan a continuación:

Polarización ideológica en 2008:


Simple: 5,41
Ponderada I: 3,50
Ponderada II: 1,82
Polarización según Dalton (2008): 4,28
Polarización ideológica en 2011:
Simple: 5,46
Ponderada I: 3,42
Ponderada II: 1,74
Polarización según Dalton (2008): 4,25
200 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Ejercicio de superposición ideológica


El cuadro 4.9 recoge las ubicaciones ideológicas de cuatro partidos políticos
españoles con datos extraídos del Estudio 2920 del CIS (2011).
A partir de los datos del cuadro 4.9, calcula los índices de superposición
ideológica de los cuatro partidos españoles. Ello permitirá valorar el tramo
de la escala izquierda-derecha donde se presentan los niveles más altos de
superposición, el partido que tiene un mayor solapamiento ideológico, así
como los partidos con los que se disputaría el electorado.

CUADRO 4.9.

UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS ESPAÑOLES, ESTUDIO 2920


DEL CIS (2011)

Partido político 1-2 3-4 5-6 7-8 9-10 NS/NC


PP 0,4 0,9 14,2 39,6 30 12,7
PSOE 10 42,6 25,8 4,4 1 13,9
IU (ICV en Cataluña) 44,9 28,1 4,8 0,8 0,2 18,5
UPyD 3,7 12,3 28,2 6,9 2,6 42,9

Fuente: Elaboración propia a partir del estudio 2920 (Banco de Datos del CIS).

Solución

Estos son los resultados de superposición con datos del 2011:

Superposición PP/PSOE: 0,37


Superposición PP/IU: 0,25
Superposición PP/UPyD: 0,56
Superposición PSOE/IU: 0,63
Superposición PSOE/UPyD: 0,78
Superposición IU/UPyD: 0,56

Ejercicio de nichos
Los cuadros 4.10 y 4.11 recogen la ubicación ideológica de partidos polí-
ticos en Cataluña, donde 1 es «izquierda» y 10 es «derecha», así como la
ubicación que estos partidos tienen en el eje nacionalismo, donde 1 repre-
senta «mínimo nacionalismo» y 10 «máximo nacionalismo» defendido por
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 201

el partido, respectivamente. Estos datos se han tomado de la encuesta pre-


electoral de Cataluña realizada por el CIS para las elecciones autonómicas
de 2012 (Estudio 2965).
A partir de estos datos, elabora un gráfico con los nichos de los partidos
políticos en ambas dimensiones. Este gráfico ayuda a reflexionar sobre el
tipo de partidos que presentan áreas solapadas con otros, así como los par-
tidos con que competirían en electorado tanto en la dimensión ideológica
como en la de nacionalismo.

CUADRO 4.10

UBICACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN CATALUÑA (2012)

Ubicación ideológica (desviación típica)


PP 8,89 (1,65)
PSC 4,4 (1,59)
ICV 2,81(1,45)
CiU 6,52 (1,72)
ERC 3,14 (1,71)
Ciutadans 7,23 (2,36)

Fuente: Elaboración propia a partir del estudio 2965 (Banco de Datos del CIS).

CUADRO 4.11

NACIONALISMO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN CATALUÑA (2012)

Ubicación en el eje nacionalismo (desviación típica)


PP 1,63 (1,31)
PSC 4,44 (1,76)
ICV 6,26 (1,82)
CiU 7,95 (1,67)
ERC 8,83 (1,56)
Ciutadans 2,93 (2,51)

Fuente: Elaboración propia a partir del estudio 2965 (Banco de Datos del CIS).
202 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Solución
La figura 4.2 representa los solapamientos entre partidos políticos catalanes
en ideología y en nacionalismo:

FIGURA 4.2
NICHOS IDEOLÓGICO-NACIONALISTAS EN CATALUÑA

Nicho del PP

10 Nicho de Cs

Nicho de CiU
8
Ideología

6 Nicho de
ERC

4 Nicho del PSC

Nicho de ICV
0
0 2 4 6 8 10
Nacionalismo
Fuente: Elaboración propia a partir del Estudio 2965 (Banco de Datos del CIS).

Ejercicio de cristalización
En la página http://www.piredeu.eu/ descarga la base EES2009. Con esos
datos calcula el grado de cristalización ideológica y hacia la integración
europea para los siguientes partidos de España: PP, PSOE, IU, UPyD, CiU,
ERC, EAJ-PNV. Esto permitirá determinar el partido que está más crista-
lizado ideológicamente en el sistema de partidos español y en la cuestión
europea. Además se puede discutir si hay partidos con niveles de cristaliza-
ción más altos en la integración europea que en ideología. Estos resultados
se pueden comparar con los expuestos de Alemania y Portugal en los ejem-
plos del apartado relativo a cristalización.

Solución
Estos son los resultados del cálculo de la cristalización programática en
España con datos del 2009:
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 203

CUADRO 4.12

CRISTALIZACIÓN PROGRAMÁTICA EN ESPAÑA (EES, 2009)

Cristalización
Cristalización de los partidos políticos (n) del sistema de
partidos

PP PSOE IU-ICV UPyD CiU ERC PNV-EAJ

2,28 2,31 2,01 2,25 2,54 2,44 3,25 2,44


Ideología (655) (633) (844) (674) (673) (704) (633)
Integración 2,78 2,74 2,87 2,78 2,87 3,02 3,08 2,88
europea (521) (510) (642) (506) (504) (494) (476)

Los N para cada partido se incluyen entre paréntesis.


Fuente: European Election Studies (2009).

Ejercicio de fragmentación
El cuadro 4.13 recoge los resultados de las elecciones legislativas en Suecia
(2010). A partir de estos datos, calcula los índices de fragmentación electo-
ral de Rae (electoral y parlamentaria), el número efectivo de partidos según
Laakso y Taagepera (1979), el índice de hiperfraccionalización de Kesselman
(1966) y Wildgen (1971), así como el índice Molinar (1991). Reflexiona sobre
el índice que refleja mejor las características del sistema de partidos sueco.

CUADRO 4.13
RESULTADOS DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS EN SUECIA (2010)

Partido político Votos (%) Número de escaños


SAP 30,66 112
M 30,06 107
MP 7,34 25
FP 7,06 24
C 6,56 23
SD 5,70 20
V 5,60 19
KD 5,60 19
Otros 1,43 0

Fuente: European Election Database.


204 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Solución

Estos son los resultados del cálculo de fraccionalización del sistema de par-
tidos sueco con datos de 2010:

Fragmentación electoral: 0,79


Fragmentación parlamentaria: 0,78
Número efectivo de partidos electorales (Laakso y Taagepera, 1979): 4,79
Número efectivo de partidos parlamentarios (Laakso y Taagepera, 1979): 4,54
Índice de hiperfraccionalización: 6,22
Índice Molinar: 3,63

Ejercicio de volatilidad
El cuadro 4.14 presenta los porcentajes de voto obtenidos por diferentes
partidos políticos en las elecciones al Parlamento vasco en 2009 y 2012.
Calcula a partir de estos datos la volatilidad total, la volatilidad intrablo-
ques y la interbloques. Considera para ello no solo las familias ideológicas,
sino también las familias de partidos de ámbito estatal frente a aquellos de
ámbito no estatal o nacionalistas. Indica dónde fue mayor la transferencia
de votos entre elecciones.

CUADRO 4.14

RESULTADOS ELECTORALES A LAS ELECCIONES DEL PARLAMENTO VASCO


2009 Y 2012

Partido político Elecciones 2009 Elecciones 2012


EAJ-PNV 38,56 34,61
EH BILDU 0 25
PSE-EE/PSOE 30,70 19,14
PP 14,10 11,75
ARALAR 6,03 0
EA 3,69 0
IU-LV 0 2,73
UPyD 2,15 1,94
EB-B 3,51 1,56
EQUO 0 1,05
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 205

CUADRO 4.14 (continuación)


RESULTADOS ELECTORALES A LAS ELECCIONES DEL PARLAMENTO
VASCO 2009 Y 2012
Partido político Elecciones 2009 Elecciones 2012
EB-AZ 0 1,03
BERDEAK-LV 0,54 0
PACMA/ATTKA 0,15 0,37
HARTOS.ORG 0 0,25
PUM+J 0,3 0,22
PH 0,04 0,1
PFYV 0,1 0,07
POSI 0,11 0,07
UCE 0 0,06
EK-PCPE 0 0,04
EKA 0,01 0
ONGI ETORRI 0 0,01
PYC 0 0,01
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Departamento de Interior, Justicia y Admi-
nistración Pública del Gobierno Vasco. http://www.euskadi.net

Solución
Estos son los resultados del cálculo de volatilidad en el País Vasco entre las
elecciones de 2009 y 2012:
Volatilidad total: 30,45
Volatilidad entre bloques ideológicos: 5,79
Volatilidad entre bloques de partidos de ámbito estatal-no estatal: 12,31
Volatilidad intrabloques (ideología): 24,66
Volatilidad intrabloques (partidos de ámbito estatal-no estatal): 18,14

Ejercicio de fluidez partidista


Los cuadros 4.15 y 4.16 presentan los resultados de las elecciones legislati-
vas en Grecia en 2012 y 2009, respectivamente.
A partir de estos datos, calcula los índices de fluidez partidista, nata-
lidad y mortalidad partidista, teniendo en cuenta las propuestas de Toole
(2000) y Artiga (1998).
206 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CUADRO 4.15
RESULTADO DE ELECCIONES LEGISLATIVAS EN GRECIA (2012)

Partido político Votos (%) Número de escaños


Nueva Democracia (ND) 29,7 129
Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) 26,9 71
Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) 12,3 33
Griegos Independientes (ANEL) 7,50 20
Aurora Dorada (XA) 6,90 18
Izquierda Democrática (DIMAR) 6,30 17
Partido Comunista de Grecia (KKE) 4,50 12
Recrear Grecia 1,60 0
Concentración Popular Ortodoxa (LAOS) 1,60 0
Verdes Ecologistas 0,90 0
Otros 1,90 0
Totales 100 300
Elecciones celebradas en junio de 2012.
Fuente: European Election Database.

CUADRO 4.16
RESULTADO DE ELECCIONES LEGISLATIVAS EN GRECIA (2009)

Partido político Votos (%) Número de escaños


Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) 43,90 160
Nueva Democracia (ND) 33,50 91
Partido Comunista de Grecia (KKE) 7,50 21
Concentración Popular Ortodoxa (LAOS) 5,60 15
Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) 4,60 13
Verdes Ecologistas 2,50 0
Otros 2,30 0
Totales 100 300
Fuente: European Election Database.

Solución
Estos son los resultados del cálculo de la fluidez en el caso griego en las
elecciones de 2012 con respecto a las elecciones de 2009.
Fluidez partidista según Toole (2000): 0,50
Fluidez partidista según Artiga (1998): 18,33
Natalidad partidista (Artiga, 1998): 42,86
Mortalidad partidista (Artiga, 1998): 0
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 207

Ejercicio de institucionalización
El cuadro 4.17 muestra los promedios del índice de volatilidad agregada,
la cercanía partidista y confianza en los partidos políticos de quince países
europeos en el período 1989-2009.
A partir de estos datos, halla el índice de institucionalización del sistema
de partidos en cada caso. Esto permite determinar los sistemas de partidos
que exhiben niveles más y menos altos de institucionalización.

CUADRO 4.17

VOLATILIDAD PROMEDIO, CERCANÍA PARTIDISTA Y CONFIANZA EN LOS


PARTIDOS EN EUROPA
Volatilidad Cercanía partidista Confianza en los partidos
(promedio de la (porcentaje de personas (porcentaje de personas que
volatilidad a la cáma- que se sienten cercanas tienen mucha o bastante
ra baja) (entre parénte- a un partido político) confianza en los partidos)
sis el período) (2004, 2006, 2008) (2004, 2006, 2008)

Alemania 9,4 (1990-2009) 46,10 6,03


Austria 12,5 (1990-2006) 51,70 9,97
Bélgica 18,24 (1991-2007) 52,60 14,17
Dinamarca 10,9 (1990-2007) 72,73 36,30
España 8,5 (1993-2008) 49,63 8,60
Finlandia 9,97 (1991-2007) 56,17 26,17
Francia 21,5 (1993-2007) 54,4 5,53
Gran Bretaña 8,07 (1987-2005) 48,53 8,60
Grecia 9,32 (1990-2007) 58,30 9,57
Irlanda 8,82 (1992-2007) 44,30 11,23
Italia 49,5 (1992-2008) 47,45 6,75
Luxemburgo 10,42 (1994-2009) 47,20 22,30
Países Bajos 23,1 (1994-2006) 57,57 19,33
Portugal 11,4 (1991-2005) 51,97 3,20
Suecia 14,3 (1991-2006) 65,57 18,17
Europa 12,60 53,61 13,73
La volatilidad electoral ha sido calculada a partir de los datos de la European Elections Da-
tabase http://www.nsd.uib.no/nsd/english/. Los datos correspondientes a cercanía partidista y
confianza en los partidos se han extraído de European Social Survey (ESS) www.europeanso-
cialsurvey.org/.
Fuente: Elaboración propia.
208 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Solución

Este es el resultado del cálculo del índice de institucionalización partidista


en los países europeos:

CUADRO 4.18

INSTITUCIONALIZACIÓN DE LOS PARTIDOS EN EUROPA

País Índice de institucionalización partidista


Alemania 1,75
Austria 1,91
Bélgica 1,92
Dinamarca 2,95
España 1,89
Finlandia 2,38
Francia 1,73
Gran Bretaña 1,88
Grecia 2,10
Irlanda 1,82
Italia 1,15
Luxemburgo 2,08
Países Bajos 2,06
Portugal 1,79
Suecia 2,37
Europa 1,99

Fuente: Elaboración propia.

Ejercicio de nacionalización
En la página http://elezionistorico.interno.it/index.php o http://eed.nsd.uib.
no/webview/ encuentras los datos electorales desagregados por circunscrip-
ciones de las elecciones legislativas de 2008 en Italia.
Considerando estos resultados, calcula el índice de nacionalización de
cada partido político con representación parlamentaria siguiendo la pro-
puesta de Mainwaring y Jones (2003). Con estos cálculos se puede argumen-
tar sobre el partido que tiene una implantación más homogénea en todo el
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 209

territorio. Después halla el índice de nacionalización del sistema de parti-


dos. Incluye en este cálculo agregado a los partidos que lograron represen-
tación parlamentaria y/o más de un 2 por ciento de los votos.

Solución

Este es el resultado del cálculo del grado de nacionalización del sistema de


partidos italiano con datos del 2008:

CUADRO 4.19

ÍNDICE DE NACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS DE ITALIA (2008)

Voto nacional PNS


Partido político PNS
(%) % voto
Pueblo de la Libertad (PdL) 0,88 37,39 32,83
Partido Democrático (PD) 0,89 33,18 29,49
Liga Norte (LN) 0,33 8,30 2,76
Unión de los Demócratas Cristianos y
0,85 5,62 4,76
de Centro (UdC)
Italia de los Valores (IdV) 0,74 4,40 3,25
La Izquierda (SA) 0,89 3,08 2,75
La Derecha (LaDestra) 0,85 2,43 2,07
Movimiento por la Autonomía (MPA) 0,24 1,13 0,27
Partido Popular Sur del Tirol (SVP) 0,04 0,41 0,02
PSNS 78,18

Fuente: Elaboración propia.


5
Bases de datos para los estudiosos
de los partidos políticos

Existe una gran variedad de evidencia empírica que es útil para los estudio-
sos de los partidos políticos y sistemas de partidos. A continuación se ofrece
una selección de algunos portales web y bases de datos a los que se puede
recurrir para realizar los cálculos aquí descritos y, en general, para analizar
a los partidos y sistemas de partidos de diferentes zonas geográficas. Se
trata de información documental y secundaria, relativa a diferentes países,
que puede ser utilizada para la construcción de las herramientas planteadas
en este cuaderno. Esta relación no constituye, ni mucho menos, un sumario
exhaustivo de bases de datos, sino que es una muestra de instituciones que
ofrecen información empírica relevante para el estudio de las dinámicas
partidistas.

Centre d’Estudis d’Opinió (CEO). http://www.ceo.gencat.cat/ceop/AppJa-


va/pages. Coordinado por la Generalitat de Catalunya. Tiene un barómetro
de opinión de pública que recoge las opiniones de los ciudadanos que viven
en Cataluña. Tiene secuencias de datos desde el 2005 hasta hoy. Incluyen
preguntas de intención de voto, recuerdo de voto, ideología, entre otras, que
permiten calcular algunos de los indicadores de este cuaderno como ubica-
ción, polarización o coherencia.

Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalu-


cía (CADPEA). http://cadpea.ugr.es/. Contiene estudios de opinión pública
y comportamiento electoral relativos a Andalucía, así como simulaciones en
el reparto de escaños.

Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). http://www.cis.es. El Banco


de Datos del CIS reúne una extensa colección de resultados de encuestas rea-
lizadas periódicamente a los ciudadanos españoles en coyunturas diversas y
con temáticas variadas. Esta base de datos es indispensable para los estudiosos
212 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

del comportamiento electoral y de la cultura política en España. Entre las mu-


chas cuestiones susceptibles de ser analizadas con esta información se pueden
calcular las ubicaciones ideológicas y programáticas de los partidos a par-
tir de las respuestas de sus electores; los niveles de coherencia del electorado;
la polarización y cristalización, por citar algunos indicadores que aquí se han
presentado. Permite comparaciones diacrónicas desde 1963 y sincrónicas en-
tre Comunidades Autónomas. Dispone de índices temáticos y cronológicos que
facilitan la búsqueda de información.

Comparative Study of Electoral Systems (CSES). http://www.cses.org/.


Se trata de un proyecto gestado entre estudiosos de sistemas electorales
de cincuenta países. En el marco de esta iniciativa se realizan estudios de
opinión pública que incluyen evaluaciones de los partidos y valoraciones
ideológicas, entre otras muchas cuestiones. Es útil para cálculos relativos a
la ubicación ideológica, coherencia, polarización, superposición y cristaliza-
ción, entre otros indicadores calculables con esta información.

Data set on political parties. http://www.unc.edu/~gwmarks/data_pp.php


o http://www.unc.edu/~hooghe/data_pp.php. Base de datos de expertos en
partidos políticos desarrollada en la Universidad de Carolina del Norte en
Chapel Hill (CHESS). Es accesible desde las páginas de los dos profesores
responsables de su elaboración, Gary Marks y Lisbet Hooghe. La base de
datos reúne las posiciones ideológicas y actitudes de los partidos políticos
de varios países hacia diferentes aspectos de la integración europea. Los
datos han sido recopilados en diferentes oleadas (1999-2002-2006 y 2010).

EliteCyL. http://americo.usal.es/gopcyl/centro/elitecyl.htm. Es una base de


datos producida por investigadores de la Universidad de Salamanca. La
base contiene las opiniones y actitudes de los procuradores de las Cortes de
Castilla y León obtenidas mediante encuestas en dos períodos (2003-2007 y
2007-2011). En dichos períodos se entrevistó a la práctica totalidad de los
procuradores de la Cámara en cada uno de estos períodos. Con esta base de
datos se pueden calcular índices de ubicación ideológica, coherencia, pola-
rización, cristalización, superposición, entre otros, con el fin de capturar los
principales rasgos de la dinámica partidista de Castilla y León.

Eurobarómetro. http://ec.europa.eu/public_opinion/index_en.htm. Dentro


de un portal amplio centrado en la opinión pública de la Unión Europea
que coordina la Comisión Europea, destacan estas encuestas que permiten
comparaciones diacrónicas y sincrónicas sobre el diseño institucional de la
UE, así como sobre los issues más relevantes en cada momento. Su modo
de búsquedas es muy cómodo ya que se pueden restringir las búsquedas
por temas, países y períodos. Entre otras cuestiones es útil para cálculos de
ubicación, coherencia, polarización y cristalización.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 213

European Election Studies (EES). http://www.piredeu.eu/public/Overview.


asp. La encuesta EES viene realizándose desde 1979 coincidiendo con la ce-
lebración de las elecciones al Parlamento Europeo. Esta encuesta incluye no
solo aspectos relativos a la integración europea y su proceso político, sino
que también contempla actitudes y valoraciones de los ciudadanos respecto
a cuestiones del ámbito nacional. La encuesta EES forma parte del proyecto
PIREDEU (Providing an Infrastructure for Research on Electoral Democracy
in the European Union) en el que participan diversas instituciones académi-
cas europeas.

European Social Survey. http://www.europeansocialsurvey.org/. En España


está dirigida por el profesor Mariano Torcal. Se trata de una encuesta diseña-
da para capturar y explicar la interacción entre las instituciones europeas y
las creencias y patrones de comportamiento de los ciudadanos. La encuesta
tiene un núcleo central de preguntas que se repiten siempre y otras preguntas
que van rotando a lo largo del tiempo en función de los temas de interés y
relevancia. Tiene secuencias temporales desde 2001 hasta la fecha. Con estas
preguntas se puede medir, por ejemplo, la evolución en las posiciones progra-
máticas del electorado, la coherencia entre las mismas o los niveles de polari-
zación del sistema de partidos con datos de opinión pública.

Euskobarómetro. http://www.ehu.es/euskobarometro/. Se trata de una de


las encuestas de opinión pública que de forma pionera en España se cir-
cunscribe al ámbito autonómico, en este caso al del País Vasco. Dirigida
por el profesor Francisco Llera, recoge series de datos de opinión pública
vasca, así como estimaciones electorales. Esta encuesta es clave para los es-
pecialistas en comportamiento electoral, partidos y sistema de partidos del
País Vasco con datos que permiten calcular indicadores como la volatilidad
y la polarización, por citar dos, así como para los estudiosos del sistema de
partidos español.

IESA-Instituto de Estudios Sociales Avanzados. http://www.iesa.csic.es/.


Coordinado por el CSIC. Contiene un Barómetro de opinión pública de An-
dalucía (BOAPA) que puede ser útil para estudiosos de la dinámica regional
y/o del conjunto de España.

Infoelectoral. http://www.infoelectoral.mir.es/min/. Coordinado por el Mi-


nisterio del Interior de España. Reúne los resultados electorales oficiales
de elecciones generales (Congreso de los Diputados y Senado), europeas,
municipales y referendos celebrados en España desde 1977. Es una base de
datos fundamental para los estudiosos de los partidos políticos españoles
con datos sobre desempeño electoral, parlamentario, niveles de abstención,
entre otras cuestiones. Las búsquedas se pueden limitar por criterios geo-
gráficos, temporales o de siglas partidistas.
214 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

International Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA).


http://www.idea.int/. Se trata de un portal coordinado por el International
Institute for Democracy and Electoral Assistance. Contiene una sección es-
pecíficamente dedicada a los partidos políticos y otra a los procesos elec-
torales. En ellas hay una rica información documental, así como un gran
número de publicaciones especializadas. Las búsquedas de datos se pueden
realizar por criterios geográficos y temporales. La información está muy
actualizada y suelen ser pioneros en la introducción de dimensiones nuevas
de estudio de la realidad partidista de contextos geográficos muy diversos.
Es de los pocos portales que tiene información sobre partidos de África y
Asia, además de América Latina y Europa.

Latin American Public Opinion Project (LAPOP). http://www.vanderbilt.


edu/lapop/. También se conoce como Barómetro de las Américas. Está coor-
dinado por el profesor Michael Seligson de la Vanderbilt University. Cons-
tituye una extensa base de datos de opinión pública de los ciudadanos de
todos los países de América (norte, central y del sur) que cuida mucho los
aspectos metodológicos relacionados con las muestras, así como la validez
y fiabilidad de las mediciones. Es muy útil para los estudiosos de la cultu-
ra política. Para el estudio de los partidos, sus datos se pueden utilizar en
el cálculo de las ubicaciones ideológicas, polarización, cristalización, entre
otros indicadores. Permite comparaciones diacrónicas y sincrónicas. Tam-
bién incluye publicaciones especializadas.

Latinobarómetro. http://www.latinobarometro.org/latino/latinobarometro.
jsp. Está coordinado por la corporación Latinobarómetro con Marta Lagos
al frente. Se trata de la encuesta pionera en la realización de un estudio de
opinión pública mediante encuestas iguales en todos los países de América
Latina. Sus datos recogen las opiniones de los ciudadanos en torno a un
gran número de temas y permiten, por ejemplo, calcular las ubicaciones
ideológicas y programáticas del electorado de los diferentes partidos, así
como los cálculos de la polarización de los sistemas de partidos a partir
de votantes. Tiene una herramienta que permite los análisis en línea, así
como la realización de comparaciones diacrónicas y sincrónicas. En su
portal se incluyen publicaciones especializadas con datos de Latinobaró-
metro.

Manifesto Project Database. https://manifesto-project.wzb.eu/. Está coor-


dinado por el Manifesto Research Group/Comparative Manifestos Project
(MRG/CMP). Ofrece datos relativos a partidos políticos a partir del análi-
sis de contenido de sus programas electorales de más de cincuenta países.
Esta investigación mide las preferencias políticas y posiciones ideológicas
y programáticas de los partidos políticos. Es especialmente utilizado para
investigación relativa a partidos europeos, aunque no cubre estos exclusiva-
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 215

mente. Sus datos permiten el cálculo de las ubicaciones ideológicas o de la


polarización, entre otros indicadores, y posibilita la comparación sincrónica
y diacrónica de un elevado número de casos en una larga secuencia tempo-
ral. También incluye publicaciones especializadas.

Netherlands Institute for Multiparty Democracy. http://www.nimd.org/.


Este Instituto de los Países Bajos tiene un portal web con rica información
documental y análisis de un grupo variado de países. Sus trabajos son útiles
para un conocimiento actualizado de la problemática partidista, así como
para repensar la vigencia de los conceptos y herramientas del análisis de
los partidos y sistemas de partidos y reconsiderar la operacionalización de
nuevas dimensiones de estudio de los mismos.

Norwegian Social Science Data Services (NSD). http://www.nsd.uib.no/


nsd/english/index.html. Está coordinado por el Servicio de datos en Cien-
cias Sociales noruego (NSD). Este portal contiene mucha información rele-
vante y actualizada para los estudiosos de los partidos políticos europeos.
Destacamos aquí, por una parte, la Election Data Base con resultados de
los procesos electorales de treinta y cinco países europeos durante veinte
años. Dependiendo del nivel de desagregación que se necesite, es útil para
cálculos donde sean necesarios datos electorales tales como la volatilidad, la
fluidez o la fragmentación, por citar algunos. Por otra parte, existe una sec-
ción con información documental sobre partidos políticos europeos, inclui-
da una base de datos de partidos de veintiún países europeos, así como una
guía con numerosas bases de datos de utilidad para el investigador http://
www.nsd.uib.no/macrodataguide/set.html?id=5&sub=1.

Observatorio de Partidos Políticos en América Latina (OPAL). http://


americo.usal.es/oir/opal/. Está coordinado desde el Instituto de Estudios de
Iberoamérica de la Universidad de Salamanca y fue impulsado por el pro-
fesor Manuel Alcántara. Contiene información sobre desempeño electoral
de los partidos políticos de América Latina, así como cálculos de indicado-
res tales como la volatilidad, la fragmentación, la polarización, entre otros.
También incluye publicaciones especializadas. La sistematicidad de su in-
formación lo convierte en una gran ayuda para los latinoamericanistas es-
pecializados en partidos y sistemas de partidos.

Observatory on Political Parties and Representation (OPPR). http://


www.eui.eu/Projects/EUDO-OPPR/Home.aspx. Coordinado por Bardi y, ori-
ginalmente, cofundado por el fallecido Peter Mair, constituye un proyecto
del European University Institute. Recoge datos sobre partidos europeos y
los investigadores que lo conforman ofrecen la posibilidad de compartir al-
gunas de sus bases de datos. Se trata de un foro interesante para los estu-
diosos de partidos europeos.
216 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Party Policy in Modern Democracies. http://www.tcd.ie/Political_Science/


ppmd/. Se trata de una base de datos de expertos en partidos políticos co-
ordinada por Keneth Benoit y Michael Laver, que han publicado un trabajo
con el mismo título que la base de datos (Routledge, 2006). Las encues-
tas se aplicaron entre 2003 y 2004 en 47 países. Esta base de datos cuenta
con información relativa a la ubicación ideológica de los partidos, así como
sus actitudes hacia una gran variedad de cuestiones políticas (económica,
social, medio ambiente, etc.). Cabe destacar que en esta base de datos se
incorpora la posición del partido en cada issue o tema desde la opinión de
los expertos, además de la relevancia (salience) que tiene dicho tema para
el partido político.

Political Database of the Americas. http://pdba.georgetown.edu/. Está coor-


dinado por el Center for Latin American Studies de la Georgetown Uni-
versity. Proporciona, entre otras cuestiones, información sobre las leyes de
partidos políticos en los distintos países de América, datos electorales para
una selección de países latinoamericanos, así como datos sobre regulación
del poder ejecutivo y legislativo y de sus sistemas electorales en algunos
países latinoamericanos.

Proyecto de Élites Parlamentarias de América Latina (PELA). http://


americo.usal.es/oir/Elites/bases_de_datos.htm. Este longevo proyecto está
coordinado por el profesor Manuel Alcántara Sáez desde la Universidad de
Salamanca. La base de datos contiene datos sobre las opiniones, actitudes y
percepciones de los diputados de todos los países de América Latina desde
1994. Los datos son obtenidos mediante encuestas realizadas a muestras
representativas de los diferentes partidos políticos con representación en
el Parlamento y tienen un gran uso entre los latinoamericanistas de todo el
mundo. Con estos datos se pueden calcular ubicaciones ideológicas, nive-
les de coherencia partidista, polarización y cristalización de los sistemas de
partidos, así como alguna dimensión del concepto de institucionalización
de los sistemas de partidos de todos los países de América Latina. También
incluye publicaciones especializadas.

Sondeig d’Opinió Catalunya. http://www.icps.cat. Está coordinado desde


el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) de Barcelona. Contiene
una base de datos extensa de estudios de opinión pública en Cataluña con
los que se pueden calcular muchos de los indicadores aquí analizados tales
como ubicación, polarización o volatilidad, entre otros. Es clave para los
especialistas en comportamiento electoral, partidos y sistema de partidos de
Cataluña, así como para los estudiosos del sistema de partidos español. En
el portal hay una colección de cuadernos y publicaciones especializadas de
gran utilidad.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 217

Voteview. http://voteview.com/. Se trata de una web afiliada al Departamen-


to de Ciencia Política de la Universidad de Georgia y está coordinada por
Rosenthal y Poole como pioneros en el estudio sistemático del comporta-
miento de voto de los legisladores en Estados Unidos. Contiene datos sobre
voto en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos para
una larga secuencia temporal, incluidos los datos del Proyecto Nominate.
Algunos de estos datos también pueden ser obtenidos de web oficiales como
http://clerk.house.gov/legislative/legvotes.aspx. Voteview es una base de da-
tos clave para los estudiosos de la cohesión y de los índices de fuerza de los
partidos en Estados Unidos, y también constituye una guía de datos que hay
que conseguir para quienes deseen reproducir este tipo de investigación en
otros contextos.

VoteWorld. http://voteworld.berkeley.edu/. Se trata de una web que recoge


datos de voto en la modalidad roll call en varios países, por ejemplo del Se-
nado norteamericano o del Parlamento europeo. También intenta promover
el intercambio de información entre investigadores de roll call. Es útil para
indagar sobre cómo localizar datos para el cálculo de los diferentes índices
de cohesión partidista o índices de fuerza de un partido en el ámbito par-
lamentario.

Voting Power and Power Index Website. http://powerslave.val.utu.fi/. Está


coordinado por la Facultad de Ciencias Sociales (Unidad de Ciencia Políti-
ca) de la Finland University de Turku. Constituye una página web de gran
utilidad para quienes estudien los índices de poder de los partidos. Contiene
explicaciones de los índices, una relación de publicaciones que utilizan los
diferentes índices, así como vínculos a sitios web que ofrecen software para
el estudio del poder de los partidos en contextos de votación.

World Value Survey (WVS) y European Value Survey. http://www.world-


valuessurvey.org/. La Encuesta Mundial de Valores y la Encuesta Europea
de Valores están lideradas por los profesores Welzel e Inglehart. Se realiza
desde mediados de los años ochenta en más de cincuenta países. Recoge
datos mediante encuesta de las orientaciones, actitudes y preferencias de los
ciudadanos sobre aspectos de la vida, de su sentido, de la concepción sobre
el trabajo y el ocio, de las aspiraciones, entre otras cuestiones. Es de gran
utilidad para los estudiosos de cultura política y para el estudio del electo-
rado en general. Sin embargo, no se pueden sacar conclusiones por partido
político, ya que no se incluye pregunta sobre recuerdo de voto, aunque hay
preguntas sobre ideología de los encuestados. En la web se encuentran in-
formes sobre resultados y tendencias.
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Siglas de los partidos políticos

Sigla Nombre completo original (Traducción)

AF Alianza por el Futuro


AMAIUR Amaiur
ANEL Anexártitoi Éllines (Griegos Independientes)
AP Acción Popular
APRA Partido Aprista Peruano
ARALAR Aralar
ARENA Alianza Republicana Nacionalista
B90-DG Bündnis 90-Die Grünen (Alianza 90-Los Verdes)
BE Bloco de Esquerda (Bloque de Izquierda)
BERDEAK-LV Berdeak (Los Verdes)
BNG Bloque Nacionalista Galego (Bloque Nacionalista Gallego)
C Centerpartiet (Partido de Centro)
C90-NM-PERÚ Cambio 90-Nueva Mayoría, Perú 2000
2000
CC-NC-PNC Coalición Canaria, Nueva Canarias y Partido Nacionalista Canario
CD Cambio Democrático
CDA Christen-Democratisch Appèl (Partido Demócrata Cristiano)
CDS-PP Centro Democrático Social / Partido Popular
CDU (PCP/ Coligação Democrática Unitária (Coalición Democrática Unitaria)
PEV)
230 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

CDU/CSU Christlich-Demokratische Union Christlich-Soziale Union in Bayern


(Unión Demócrata Cristiana / Unión Social Cristiana de Baviera)
CIU Convergencia i Unió (Convergencia y Unión)
COMPROMÍS-Q Compromis-Q
Con Conservative Party (Partido Conservador)
CON Partido Convergencia
Cs Ciutadans (Ciudadanos)
D66 Politieke Partij Democraten 66 (Demócratas 66)
DF Dansk Folkeparti (Partido Popular Danés)
DIMAR Dimokratikí Aristerá (Izquierda Democrática)
DX Dimiourgia Xana (Recrear Grecia)
EA Eusko Alkartasuna (Solidaridad Vasca)
EAJ-PNV Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco
EB-AZ Aulki Zuriak (Escaños en Blanco)
EB-B Ezker Batua-Berdeak (Izquierda Unidad-Verdes)
EH BILDU Euskal Herria Bildu (Reunir Euskal Herría Bildu)
EKA Euskalherriko Karlista Alderdia (Partido Carlista de Euskalherria)
EK-PCPE Euskal Komunistak-Partido Comunista de los Pueblos de España (Comu-
nistas de Euskal Herria-Partido Comunista de los Pueblos de España)
EL Enhedslisten De Rød-Grønne (Alianza de los Verdes)
EP-FA Encuentro Progresista-Frente Amplio
EQUO Equo
ESQUERRA Esquerra Republicana (Izquierda Republicana)
FA Frente Amplio
FAC Foro Asturias Ciudadano
FC Frente de Centro
FDP Freie Demokratische Partei (Partido Democrático Libre)
FDR Frente Revolucionario Democrático
FIM Frente Independiente Moralizador
FMLN Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
FP Folkpartiet Liberalerna (Partido Liberal)
GBAI Geroa Bai (Sí al futuro)
GL GroenLinks (Los Verdes)
GP Gana Perú
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 231

HARTOS.ORG Hartos.org
ICV Iniciativa per Catalunya Verds (Iniciativa por Cataluña-Los Verdes)
IdV Italia dei Valori (Italia de los Valores)
IU Izquierda Unida
IU-LV Izquierda Unida-Los verdes: La Izquierda plural
K Konservative Folkepart (Partido Conservador)
KD Kristendemokraterne (Partido Cristiano Demócrata)
KKE Kommunistikó Kómma Elládas (Partido Comunista de Grecia)
LA Liberal Alliance (Alianza Liberal)
Lab Labour Party (Partido Laborista)
La Destra La Destra (La Derecha)
LAOS Laïkós Orthódoxos Synagermós (Concentración Popular Ortodoxa)
Lib Liberal Party (Partido Liberal)
Linke Die Linke (La Izquierda)
LN Lega Nord (Liga Norte)
M Moderaterna (Partido Moderado)
ML Movimiento Libertario
MOLIRENA Movimiento Liberal Republicano Nacionalista
MP Miljöpartiet de Gröna (Partido Verde)
MPA Movimiento por la Autonomía
ND Néa Dimokratía (Nueva Democracia)
NE Nuevo Espacio
ONGI ETORRI Ongi Etorri (Bienvenidos)
PRC Partido Regionalista de Cantabria
PA Partido Andalucista
PAC Partido Acción Ciudadana
PACMA/ATTKA Animaliekiko Tratu Txarren Kontrako Alderdia (Partido Animalista
Contra el Maltrato Animal)
PAN Partido de Acción Nacional
Partido Pana- Partido Panameñista
meñista
PASE Partido Accesibilidad sin Exclusión
PASOK Panellínio Sosialistikó Kínima (Movimiento Socialista Panhelénico)
PC Partido Colorado
232 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

PCN Partido de Conciliación Nacional


PD Partido Democrático
PDC Partido Demócrata Cristiano
PDCH Partido Demócrata-Cristiano de Honduras
PdL Pueblo de la Libertad
PFyV Partido Familia y Vida
PH Partido Humanista
PI Partido Independiente
PINU-SD Partido de Innovación y Unidad Social Demócrata
PLH Partido Liberal de Honduras
PLN Partido de la Liberación Nacional
PNA Partido Nueva Alianza
PNH Partido Nacional de Honduras
PNL Partido Nacional Liberal de El Salvador
POSI Partido Obrero Socialista Internacionalista
PP Perú Posible
PP Partido Popular
PPD Partido Por la Democracia
PRC Partido Renovación Costarricense
PRD Partido de la Revolución Democrática
PRD Partido Revolucionario Democrático
PRI Partido Revolucionario Institucional
Proyecto País Proyecto País
PS Partido Socialista
PSD Partido Popular Democrático / Partido Social Demócrata
PSE-EE/PSOE Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra/Partido Socialista
Obrero Español
PSOE Partido Socialista Obrero Español
PT Partido del Trabajo
PT Partido dos Trabalhadores (Partido de los Trabajadores)
PUD Partido de la Unificación Democrática
PUM+J Bidezko Mundurantz (Partido por un Mundo más Justo)
PUSC Partido Unidad Social Cristiana
PvdA Partij van de Arbeid (Partido del Trabajo)
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 233

PVEM Partido Verde Ecologista de México


PxC Plataforma per Catalunya
PYC Partido Integración Comunitaria
RN Restauración Nacional
RN Renovación Nacional
RV Det Radikale Venstre (Izquierda Radical)
SA Sinistra Arcobaleno (La Izquierda)
SAP Sveriges socialdemokratiska arbetareparti (Partido Socialdemócra-
ta sueco)
SD Socialdemokraterna (Demócratas suecos)
SF Socialistisk Folkeparti (Partido Socialista Popular)
Somos Perú Somos Perú
SP Solución Popular
SPD Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemócrata
de Alemania)
SVP Südtiroler Volkspartei (Partido Popular Sur del Tirol)
SYRIZA Syriza (Coalición de la Izquierda Radical)
Todos por la Todos por la Victoria
Victoria
UCE Unificación Comunista de España
UdC Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro
UDI Unión Demócrata Independiente
UN Unidad Nacional
UP Unión Patriótica
UPP Unión Por el Perú
UPyD Unión, Progreso y Democracia
V Vänsterpartiet (Partido de la Izquierda)
Vanguardia Vanguardia Moral de la Patria
Moral de la
Patria
VP Partido de Izquierda
VVD Volkspartij voor Vrijheid en Democratie (Partido por la Libertad y
y la Democracia)
XA Chrysí Avgí (Aurora Dorada)
Glosario de fórmulas

Indicadores de partidos políticos


1. Ubicación ideológica
ሺ௫భ ା௫మ ା‫ڮ‬௫೙ሻ
‫ݔ‬ҧ௝ ൌ
= 
௡

=  σ௡
‫ݔ‬ҧ௝ ൌ ௜ୀଵ ‫ݔ‬௜ 

Donde: x̄j es el promedio ideológico del partido j, xi o xn las ubicaciones ideo-


lógicas otorgadas por cada individuo y n el número de casos.

2. Coherencia partidista

σ೙
೔సభሺ௫೔ ି௫ҧ ೕ ሻ

= ට
‫ݏ‬௝ ൌ 

Donde: x̄j es el promedio del partido, xi las ubicaciones ideológicas de cada


individuo y n el número de datos.

Adaptado de Ruiz (2007).

3. Cohesión partidista

RICEjt = |SIjt – NOjt| en el partido j para la votación t.

Donde: SIjt y NOjt son las proporciones de las votaciones a favor y en contra
en el partido j en la votación considerada (t).

Adaptado de Rice (1925).


236 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

WELDONjt = max (SIjt, ABSjt, NOjt) en el partido t para la votación j.

Donde: SIjt, ABSjt,NOjt se refiere a las proporciones de votos a favor, absten-


ciones o en contra en la votación t del partido j.

Adaptado de Weldon (2002).

UNITYjt = |AYEjt - NAYjt|

Donde: AYEjt y NAYjt son las proporciones de votos a favor (Sí) y en contra
(No) para un grupo político j en la votación t.

Adaptado de Carey (2007; 2009).

WRICEj = 6 Tt

1
RICEjt CLOSEt
˙
6 n CLOSE

t 1 t

de un partido j en una votación t, donde las proporciones se calculan a par-


tir de todos los miembros del grupo político.

CLOSEt = 1 – (1 / THRESHOLD [|THRESHOLD - %AYEt|])


THRESHOLD es el umbral o tipo de mayoría necesaria para la aprobación
de la ley.
Adaptado de Carey (2007; 2009).

WUNITYj = 6 Tt 
1
UNITYjt CLOSEt
˙
6tn CLOSE
1 t

Adaptado de Carey (2007; 2009).

4. Índices de poder

Índice de Shapley-Shubik

Øi = número de veces en el que i es pivote = Pi


número total de coaliciones ganadoras posibles n!

Donde: Pi = el número de posiciones pivote del jugador i.


n! = número de ordenaciones diferentes de n elementos o permutaciones
posibles.
Basado en Shapley-Shubik (1954).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 237

Índice de Banzhaf
Ki
EiNornal  
Ki
6 in

1

Banzhaf (1965) y Owen (1975).

Indicadores de sistemas de partidos

5. Polarización

Polarización no ponderada

PnP = x̄A – x̄B

Donde:
x̄A se refiere al valor ideológico medio del partido ubicado en el extremo
derecho.

x̄B se refiere al valor ideológico medio del partido ubicado en el extremo


izquierdo.

Adaptado de Sartori (2003) [1976].

Polarización ponderada
Pp = 6Jj=1 p pj (x̄j – x̄p)2

Polarización ponderada
Pp = 6Jj=1 p pj | x̄j – x̄p|

Donde:
p pj es la proporción de escaños.
x̄j es el promedio ideológico del partido j.
x̄p es el promedio ponderado por la proporción de escaños (sobre 1) de las
posiciones de todos los partidos en dicha escala: (x̄A· pAp) + (x̄B· pBp) +…

Taylor y Herman (1971) y Knutsen (1998).


238 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Polarización ponderada (Dalton)

Pp = C6 J
j=1 pje [ x̄ – x̄ ]
j
4,5
p
2

Donde:
pje es el porcentaje de votos obtenidos por cada partido en las elecciones.
x̄j es la posición ideológica media del partido j.
x̄p es el promedio ideológico ponderado del sistema de partidos en la misma
escala.
4,5 es distancia máxima posible entre la ubicación de un partido y el centro
teórico de la escala de 1 a 10 (una explicación en el segundo paso).

Adaptado de Dalton (2008).

6. Superposición

(6 k=1 |p 200–
5 xA
p xkB|
SpAB = 1 – k

Donde: A y B son los dos partidos de los que se compara la superposición.


p xkA es la proporción de las ubicaciones del partido A en el tramo ideológico
k y x dividido entre 5.
p xkB es la misma proporción para el partido B en el mismo tramo. La dife-
rencia entre ambos se divide por un máximo teórico, 200, restándole a 1 el
resultado anterior.

Adaptado de Sani y Sartori (1983).

7. Nichos ideológicos

Nichoj1 = lims xj1 – limi xj1


lims xj1 = x̄j1 + sj 1
limi xj1 = x̄j1 – sj1

Donde:
Nichoj1 es el nicho del partido j en la dimensión 1.
lims xj1 es el límite superior del partido j en la dimensión 1.
limi xj1 es el límite inferior del partido j en la dimensión 1.
x̄j1 es el promedio del partido j en la dimensión 1.
sj 1 es la desviación típica del partido j en la dimensión 1.
Adaptado de Llamazares y Sandell (2003).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 239

8. Cristalización

sj = C6 n
i=1 ( x̄i – x̄)2
n

Donde: x̄j es el promedio, xi la ubicación del partido según cada individuo y


n el número de datos.

Adaptado de Kitschelt et al. (1999).

9. Fragmentación

Fragmentación electoral
e 2
Fe = 1 – 6Jj=1  pj 
e
Donde: pj es la proporción de votos sobre un total de 1 que cada partido ha
obtenido en esas elecciones.

Fragmentación parlamentaria
p 2
Fp = 1 – 6Jj=1  p j 

Adaptado de Douglas W. Rae (1967).

10. Número efectivo de partidos

1 1
NEPe = e 2=
6Jj=1 ( p j ) (1–F)

e
Donde: p j es la proporción de votos de cada partido sobre un total de 1 y F
la fragmentación.

NEPp = 1 p = 1
6Jj=1 ( p j )2 (1–F)
p
Donde: p j es la proporción de escaños de cada partido sobre un total de 1 y
F la fragmentación.

Adaptado de Laakso y Taagepera (1979).


240 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

11. Hiperfraccionalización

e e
I = e[–6 j=1 pj ln pj ]
J

e
Donde: pj es la proporción de votos del partido j.
p p
La fórmula utilizando proporción de escaños sería: I = e[–6 j=1 p j ln p j ]
J

Adaptado de Kesselman (1966) y Wildgen (1971).

12. Número de partidos o índice Molinar

Número de partidos electorales


e 2 e 2
6Jj=1 (pj ) – (pg)
NPe = 1 + N e2
6Jj=1 (pj)

Donde:
e 2
N = 1/ 6Jj=1 (pj )

6Jj=1 (pje)2 es la sumatoria de las proporciones de voto obtenidas por cada par-
tido elevado al cuadrado.

pge es la proporción de votos obtenida por el partido ganador.

La misma fórmula puede aplicarse utilizando la proporción de escaños:


p p 2– p p 2

J
NPp = 1 + N 6 j=1 ( j ) p 2( g)
6Jj=1 (p j )

Adaptado de Molinar (1991).

13. Volatilidad

Volatilidad total electoral


J
V te= 21 6
j=1
Dp e
j

e
Donde: D pj es la variación en el porcentaje de votos experimentada por cada
partido entre dos elecciones (t y t+1).
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 241

Volatilidad total parlamentaria


J p
V pt = 1
6 D pj
2 j=1

Adaptado de Pedersen (1990).

Volatilidad entrebloques electoral


B e
Vebe = 21 6 D pb
b=1

e
Donde: b es cada bloque de partidos, B el número de bloques y D pb es la va-
riación en el porcentaje de votos experimentada por cada bloque de partidos
en las elecciones t y t+1.
En caso de utilizar el porcentaje de escaños, la fórmula sería:

Volatilidad entrebloques parlamentaria


p
V eb = 1
2 6Bb=1 D p pb

Volatilidad intrabloques electoral


V tIe = Vte – Veb
e

Donde: Vte es volatilidad (electoral) total del sistema de partidos.


e
Veb es la volatilidad (electoral) entre bloques del sistema de partidos.

Volatilidad intrabloques parlamentaria

Vibp = Vtp – Veb


p

14. Fluidez partidista

Fluidez partidista
h d
Fp = J t + Jt
(Jt–1 + Jt)/2

Donde:
J ht son los partidos nuevos en el parlamento, esto es, los que no tenían repre-
sentantes en la elección previa (t-1).
Jtd son los partidos desaparecidos, o aquellos que pierden representación en
la elección actual (t).
242 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Jt–1 es el número total de partidos parlamentarios en la elección en la elec-


ción anterior (t + – 1).
Jt es el número total de partidos parlamentarios en la elección en la elección t.

Adaptado de Toole (2000).

Fluidez partidista

Fp =  e 100
h

M
Donde: eh es el número de escaños de los partidos que aparecen por primera
vez en la cámara legislativa (o que no habían tenido escaños en la elección
precedente) y M es la magnitud de la cámara o el número de representantes
que se eligen en esa elección.

Adaptado de Artiga (1998).

h
Natalidad partidista =  JJt 100
t

d
Mortalidad partidista =  J t 100
Jt –1
Donde:
Jth es el número de partidos que no obtuvieron representación en t–1 y sí lo
hicieron en el momento t.
Jdt es el número de partidos que pierden representación en la elección t.
Jt y Jt–1 es el número total de partidos que obtuvieron representación en la
elección t y t–1, respectivamente.

Adaptado de Artiga (1998).

15. Institucionalización

Inst = VeR + IR + CR/3

Donde:
VeR es la volatilidad electoral en el sistema político recodificada a escala 1-3.
IR es identificación partidista en el sistema político recodificada a escala 1-3.
CR es confianza en los partidos en el sistema político recodificada a escala 1-3.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 243

Adaptado de Payne et al. (2007).


16. Índice de nacionalización

Índice de nacionalización del partido

INPj = 1 – Coeficiente de Gini


C –1 C –1
Coeficiente de Gini = (6 c=1 Pc Qc+1) – (6 c=1 Pc+1Qc)

Índice de nacionalización del sistema partidos


J
INSP = 6j=1 INPj · pje

Donde:
Pc es la proporción acumulada de los porcentajes de voto para cada unidad
territorial o circunscripción c sobre el total del voto logrado por el partido j
en todas las unidades subnacionales.
Qc es la proporción acumulada de lo que representa la unidad c sobre el
total del resto de unidades.
pje es la proporción de votos obtenidos por el partido j en el nivel nacional.
INPj, es el índice de nacionalización del partido j.

Adaptado de Jones y Mainwaring (2003).

Entrada local
E= 6Jj=1 pje · pjp|j僆c
Donde:
pje es la proporción de votos obtenidos por el partido j en el nivel nacional.
pjp|j僆c es la proporción de los escaños (sobre el total nacional) asignados a las
circunscripciones o distritos, c, donde ha presentado candidatura el partido j.

Adaptado de Montero y Lago (2010).


Glosario de símbolos

1. Numerales
n: Número de casos.
M: Número de escaños en el parlamento.
-Jj=1: Sumatorio.
C: Número de circunscripciones electorales.
f: Frecuencia.
Pi: Número de posiciones pivote del jugador i.
n!: Número de ordenaciones diferentes de n elementos o permutaciones po-
sibles.
hi: Número de veces en que i es decisivo o basculante.

2. Ubicaciones ideológicas
xi: Ubicaciones ideológicas señaladas por cada individuo i.
xn: Ubicaciones ideológicas señaladas por el individuo n.
x̄j: Promedio ideológico del partido j.
sj: Desviación típica de la ubicación ideológica del partido j.
s2: Varianza.
x̄j|i僆j: Ubicación del partido j según sus miembros.
sj|i僆j: Desviación típica del partido j según sus miembros.
x̄j|i僆j: Ubicación del partido j según diputados no pertenecientes al partido.
246 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

sj|i僆j: Desviación típica del partido j según diputados no pertenecientes al


partido.
x̄A: Promedio ideológico ubicado en el extremo derecho.
x̄B: Promedio ideológico ubicado en el extremo izquierdo.
x̄p: Promedio ideológico del sistema de partidos ponderado por la propor-
ción de votos (pAe ) o de escaños (ppA) de las posiciones de todos los partidos
en dicha escala: (x̄A · pAe ) + (x̄B · pBe ) +…
limsxj1: Límite superior del partido j en la dimensión 1.
limixj1: Límite inferior del partido j en la dimensión 1.
x̄j1: Promedio del partido j en la dimensión 1.
sj1: Desviación típica del partido j en la dimensión 1.
x
p kA: Proporción de las ubicaciones del partido A en el tramo ideológico k y x .

3. Proporción de votos y escaños de los partidos


pje: Proporción de votos obtenidos por cada partido en las elecciones.
ppj: Proporción de escaños que obtiene cada partido en las elecciones.
pge: Proporción de votos obtenida por el partido ganador.
ppg : Proporción de escaños obtenida por el partido ganador.
6pje: Variación en el porcentaje de votos experimentada por cada partido
entre dos elecciones (t y t + 1).
6ppj: Variación en el porcentaje de escaños experimentada por cada partido
entre dos elecciones (t y t + 1).
6pbe : Variación en el porcentaje de votos experimentada por cada bloque de
partidos entre las elecciones t y t + 1.
6ppb: Variación en el porcentaje de escaños experimentada por cada bloque
de partidos entre las elecciones t y t + 1.
Pc: Proporción acumulada de los porcentajes de voto para cada unidad terri-
torial o circunscripción c sobre el total del voto logrado por el partido j en
todas las unidades subnacionales.
Qc: Proporción acumulada de lo que representa la unidad c sobre el total del
resto de unidades.
p|j僆c
Pj : Proporción de los escaños (sobre el total nacional) asignados a las
circunscripciones o distritos, c, donde ha presentado candidatura el partido j.
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 247

4. Votaciones legislativas
SIjt: Proporción de votos a favor sobre el total en el partido j en la votación t.
NOjt : Proporción de votos en contra sobre el total en el partido j en la vo-
tación t.
ABSjt: Proporción de abstencionistas sobre el total en el partido j en la vo-
tación t.
AYEjt: Proporciones de votos a favor (Sí) para un grupo político j en la vo-
tación t.
NAYjt:: Proporciones de votos en contra (No) para un grupo político j en la
votación t.

5. Número de partidos políticos


h
J t: Partidos nuevos en el momento t en el parlamento, esto es, los que no
tenían representantes en la legislatura previa (t–1).
d
J t Partidos desaparecidos, o aquellos que pierden representación en la elec-
ción t.
Jt–1: Número total de partidos parlamentarios en la elección anterior (t–1).
Jt: Número total de partidos parlamentarios en la elección t.
h
e : Número de escaños de los partidos que aparecen por primera vez en la
cámara legislativa.
249

Índice de figuras

Figura 1.1. Herramientas analíticas del cuaderno clasificadas por


número de dimensiones y unidad de análisis ............... 9
Figura 1.2. Resumen de datos y países utilizados en los ejemplos
prácticos ......................................................................... 12
Figura 1.3. Definiciones clásicas y contemporáneas de los partidos
políticos ............................................................................ 15
Figura 1.4. Triangulación en los partidos políticos.......................... 18
Figura 1.5. Tipos de partidos y rasgos característicos en el cumpli-
miento de sus funciones ................................................. 23
Figura 2.1. Ubicación ideológica de los partidos políticos en Chile
(2006-2010) .................................................................... 36
Figura 2.2. Ubicación ideológica de los partidos políticos en Casti-
lla y León (2007-2011)..................................................... 39
Figura 2.3. Índices de poder y porcentaje de escaños en el Parlamen-
to vasco (2012-2015) ........................................................ 85
Figura 3.1. Representación hipotética del concepto de nicho ideo-
lógico ................................................................................ 105
Figura 3.2. Nichos ideológicos en los Países Bajos (EES, 2009) .... 111
Figura 3.3. Evolución de la operacionalización del concepto de ins-
titucionalización de los sistemas de partidos ................ 169
Figura 3.4. Tipos de formación de sistemas de partidos ................. 179
Figura 3.5. Tipos de partidos y nacionalización .............................. 180
Figura 4.1. Índices de poder y porcentaje de escaños en el Parlamen-
to de Canarias (2011-2014).............................................. 197
Figura 4.2. Nichos ideológico-nacionalistas en Cataluña ................ 202
Índice de cuadros

Cuadro 2.1. Promedio de autoubicación ideológica de RN de Chile


(2006-2010) .................................................................... 34
Cuadro 2.2. Cálculo del promedio de ubicación ideológica de los
partidos políticos chilenos (2006-2010) ....................... 35
Cuadro 2.3. Cálculo del promedio de ubicación ideológica de los
partidos políticos en Castilla y León (2007-2011) ...... 37
Cuadro 2.4. Promedio de autoubicación ideológica de los procura-
dores del PP de Castilla y León (2007-2011) ............... 38
Cuadro 2.5. Cálculo del promedio de ubicación ideológica de los
partidos políticos en Castilla y León (2007-2011) ............ 38
Cuadro 2.6. Promedios de posición ideológica y programática en
Chile (2006-2010) ............................................................ 45
Cuadro 2.7. Cálculo de la coherencia ideológica del PS de Chile
(2006-2010)...................................................................... 46
Cuadro 2.8. Coherencia ideológica en los partidos políticos chile-
nos (2006-2010) .............................................................. 46
Cuadro 2.9. Cálculo de la coherencia programática en el PPD de
Chile (2006-2010) ............................................................ 48
Cuadro 2.10. Coherencia programática en Chile (2006-2010): el papel
del Estado ....................................................................... 48
Cuadro 2.11. Votación de un proyecto de reforma en México, LXI
Legislatura ...................................................................... 58
Cuadro 2.12. Cálculo del índice RICE en México, LXI Legislatura ... 59
Cuadro 2.13. Alternativa para el cálculo del índice RICE en México,
LXI Legislatura ............................................................... 59
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 251

Cuadro 2.14. Cálculo del índice de Weldon en México, LXI Legisla-


tura .................................................................................. 60
Cuadro 2.15. Alternativa para el cálculo del índice de Weldon en
México, LXI Legislatura................................................. 60
Cuadro 2.16. Cálculo del índice UNITY en México, LXI Legislatura 61
Cuadro 2.17. Alternativa al cálculo de UNITY en México, LXI Legis-
latura .............................................................................. 62
Cuadro 2.18. Cálculo de las puntuaciones RICE en México, LXI Le-
gislatura.......................................................................... 63
Cuadro 2.19. Cálculo de las puntuaciones UNITY en México, LXI
Legislatura ..................................................................... 63
Cuadro 2.20. Cálculo de CLOSE en México, LXI Legislatura .......... 64
Cuadro 2.21. Cálculo índice de WRICE en México, LXI Legislatura
(solo PRI) ....................................................................... 64
Cuadro 2.22. Cálculo Índice de WUNITY en México, LXI Legislatura
(solo PRI) ....................................................................... 65
Cuadro 2.23. Comparación de índices de cohesión partidista.............. 65
Cuadro 2.24. Distribución de corrientes en el órgano directivo de un
partido ............................................................................ 71
Cuadro 2.25. Índice de Shapley-Shubik para las corrientes de un par-
tido político .................................................................... 73
Cuadro 2.26. Índice de Banzhaf para las corrientes de un partido po-
lítico ................................................................................ 76
Cuadro 2.27. Comparación de índices de poder Shapley-Shubik y
Banzhaf para las corrientes de un partido político .... 77
Cuadro 2.28. Partidos con representación en el Parlamento vasco
(2012-2015) .................................................................... 78
Cuadro 2.29. Índices de poder en los partidos con representación en
el Parlamento vasco (2012-2015) ................................. 81
Cuadro 2.30. Cálculo de coaliciones ganadoras/perdedoras y parti-
dos críticos en el Parlamento vasco (2012-2015)........ 83
Cuadro 2.31. Comparación de índices de poder en los partidos con
representación en el Parlamento vasco (2012-2015) .. 84
252 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Cuadro 3.1. Partidos políticos en la Cámara de Diputados de Chile


(2006-2010)..................................................................... 93
Cuadro 3.2. Cálculo de la polarización ponderada en Chile (2006-
2010) (I) .......................................................................... 95
Cuadro 3.3. Cálculo de la polarización ponderada en Chile (2006-
2010) (II) ......................................................................... 96
Cuadro 3.4. Cálculo de la polarización ponderada en Chile (2006-
2010) (III) ........................................................................ 98
Cuadro 3.5. Partidos políticos en las Cortes Regionales de Castilla
y León (2007-2011) ......................................................... 99
Cuadro 3.6. Cálculo de la polarización ponderada en Castilla y León
(2007-2011) (I) ................................................................ 100
Cuadro 3.7. Cálculo de la polarización ponderada en Castilla y León
(2007-2011) (II) ............................................................... 101
Cuadro 3.8. Cálculo de la polarización ponderada en Castilla y León
(2007-2011) (III) ............................................................. 101
Cuadro 3.9. Ubicación ideológica del electorado del Reino Unido
(EES, 2009) ..................................................................... 106
Cuadro 3.10. Cálculo de la superposición ideológica en el Reino Unido
(EES, 2009) ..................................................................... 107
Cuadro 3.11. Ubicación ideológica del electorado de los Países Ba-
jos (EES, 2009) ............................................................... 107
Cuadro 3.12. Cálculo de la superposición ideológica en los Países
Bajos (EES, 2009) .......................................................... 108
Cuadro 3.13. Nichos ideológicos en los Países Bajos (EES, 2009) ... 110
Cuadro 3.14. Superposiciones o solapamientos entre partidos (por-
centajes) en los Países Bajos (EES, 2009) .................... 112
Cuadro 3.15. Promedios de posiciones ideológico-programáticas en
Alemania (EES, 2009) .................................................... 118
Cuadro 3.16. Promedios de posiciones ideológico-programáticas en
Portugal (EES, 2009) ..................................................... 118
Cuadro 3.17. Cristalización ideológica en Alemania y Portugal (EES,
2009) ................................................................................... 119
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 253

Cuadro 3.18. Cristalización programática en Alemania y Portugal:


actitud hacia la profundización de la UE (EES, 2009). 119
Cuadro 3.19. Casos excluidos del análisis: Alemania (EES, 2009) ... 121
Cuadro 3.20. Casos excluidos del análisis: Portugal (EES, 2009) ..... 121
Cuadro 3.21. Resultados de las elecciones legislativas en Panamá
(2009).............................................................................. 127
Cuadro 3.22. Cálculo de la fragmentación electoral en Panamá (2009) 128
Cuadro 3.23. Resultados de las elecciones legislativas en Honduras
(2009).............................................................................. 129
Cuadro 3.24. Cálculo de la fragmentación parlamentaria en Hondu-
ras (2009) ....................................................................... 130
Cuadro 3.25. Cálculo del índice de hiperfraccionalización (I) (Kes-
selman y Wildgen) en Panamá (2009) ......................... 132
Cuadro 3.26. Cálculo del número de partidos (índice Molinar) en
Panamá (2009) ............................................................... 134
Cuadro 3.27. Cálculo del número de partidos parlamentarios en Hon-
duras (2009) ................................................................... 134
Cuadro 3.28. Comparación de índices de fraccionalización en Pana-
má (2009) y Honduras (2009) ...................................... 135
Cuadro 3.29. Cálculo de la fragmentación electoral en España (2011) 137
Cuadro 3.30. Cálculo de la fragmentación parlamentaria en España
(2011).............................................................................. 138
Cuadro 3.31. Cálculo del índice de hiperfraccionalización (I) (Kessel-
man y Wildgen) en España (2011) ............................... 140
Cuadro 3.32. Cálculo del número de partidos (índice Molinar) en
España (2011) ................................................................ 141
Cuadro 3.33. Resultados electorales en El Salvador (2006 y 2009) 148
Cuadro 3.34. Resultados electorales (en escaños) en Costa Rica (2002
y 2006) ............................................................................ 148
Cuadro 3.35. Cálculo de la volatilidad electoral total en El Salvador
(2006-2009) .................................................................... 149
Cuadro 3.36. Cálculo de la volatilidad total (en escaños) en Costa
Rica (2002-2006)............................................................ 150
254 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51

Cuadro 3.37. Cálculo de la volatilidad entre bloques en El Salva-


dor (2006-2009) ............................................................. 151
Cuadro 3.38. Cálculo de la volatilidad entre bloques (escaños) en
Costa Rica (2002-2006) ................................................. 151
Cuadro 3.39. Cálculo de la volatilidad extrasistémica en El Salvador
(2006-2009) ..................................................................... 153
Cuadro 3.40. Cálculo de la volatilidad intrasistémica en El Salvador
(2006-2009) ..................................................................... 153
Cuadro 3.41. Distribución del voto en partidos jóvenes en El Salva-
dor (2006-2009) .............................................................. 154
Cuadro 3.42. Resultados electorales en Uruguay (1999-2004-2009) 158
Cuadro 3.43. Resultados electorales en Perú (2001-2006-2011)........ 159
Cuadro 3.44. Cálculo de la natalidad y mortalidad partidista en Uru-
guay (2004-2009) y Perú (2006-2011) ........................... 163
Cuadro 3.45. Cálculo de la institucionalización de los sistemas de
partidos de América Latina ........................................... 171
Cuadro 3.46. Ejemplo de conversión de indicadores a la escala de
1 a 3: Perú ....................................................................... 172
Cuadro 3.47. Índice de institucionalización en América Latina ....... 173
Cuadro 3.48. Cálculo de la nacionalización de partido del Partido
Liberal danés (Venstre) (2011) ...................................... 185
Cuadro 3.49. Índice de nacionalización del sistema de partidos en
Dinamarca (2011) ........................................................... 186
Cuadro 3.50. Cálculo de la nacionalización del Partido Popular (2011) 186
Cuadro 3.51. Índice de nacionalización del sistema de partidos en
España (2011) (I) ............................................................ 187
Cuadro 3.52. Índice de nacionalización del sistema de partidos en
España (2011) (II) .......................................................... 189
Cuadro 4.1. Ubicación de los partidos políticos en España (frecuen-
cias relativas) ................................................................... 191
Cuadro 4.2. Ubicación ideológica promedio de los partidos en
España (2012)................................................................. 192
Cuadro 4.3. Opiniones respecto al papel del Estado en Brasil,
según los diputados del PT (2007-2010) ...................... 193
INDICADORES DE PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS 255

Cuadro 4.4. Votaciones en la cámara de representantes de Estados


Unidos en la reforma del sistema de salud. Legislatu-
ras 111 y 112 ................................................................... 195
Cuadro 4.5. Cohesión partidista en Estados Unidos ........................ 196
Cuadro 4.6. Índices de poder en el Parlamento de Canarias (2011-
2014) ................................................................................ 197
Cuadro 4.7. Resultados electorales (2008) y ubicaciones ideológicas
de los partidos................................................................. 198
Cuadro 4.8. Resultados electorales (2011) y ubicaciones ideológicas
de los partidos................................................................. 199
Cuadro 4.9. Ubicación ideológica de los partidos españoles, estudio
2920 del CIS (2011) ........................................................ 200
Cuadro 4.10. Ubicación ideológica de los partidos políticos en Cata-
luña (2012) ...................................................................... 201
Cuadro 4.11. Nacionalismo de los partidos políticos en Cataluña
(2012)............................................................................... 201
Cuadro 4.12. Cristalización programática en España (EES, 2009) .. 203
Cuadro 4.13. Resultados de las elecciones legislativas en Suecia
(2010) .............................................................................. 203
Cuadro 4.14. Resultados electorales a las elecciones del Parlamento
vasco 2009 y 2012........................................................... 204
Cuadro 4.15. Resultado de elecciones legislativas en Grecia (2012) .. 206
Cuadro 4.16. Resultado de elecciones legislativas en Grecia (2009) .. 206
Cuadro 4.17. Volatilidad promedio, cercanía partidista y confianza
en los partidos en Europa ............................................. 207
Cuadro 4.18. Institucionalización de los partidos en Europa ........... 208
Cuadro 4.19. Índice de nacionalización del sistema de partidos de
Italia (2008)..................................................................... 209
256 CUADERNOS METODOLÓGICOS 51
Leticia M. Ruiz Rodríguez es Profesora Titular de la Facultad de Ciencias Políticas y So-
ciología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es Doctora por la Universidad de
Salamanca (USAL) con Premio AECPA (2003). Anteriormente obtuvo un Máster en Estudios
Latinoamericanos por la USAL, un Máster en Ciencia Política por la University of North Carolina
en Chapel Hill, así como el Diploma en Data Analysis and Collection por la University of Essex. Es
autora de Partidos y coherencia. Parlamentarios en América Latina, Centro de Estudios Políticos
y Constitucionales, (2007) y coeditora de Chile. Política y modernización democrática, Edicions
Bellaterra, (2006). Ha escrito diversos capítulos sobre partidos políticos y élites parlamentarias.
Ha publicado en la Revista Española de Ciencia Política, Revista Española de Investigaciones
Sociológicas y Revista de Ciencia Política-Chile, entre otras. Fue premio AECPA al Mejor Artículo
en 2007. En la actualidad dirige un Proyecto, financiado por la CICYT, sobre “Los vínculos entre
electores y partidos: la actividad distrital de los diputados de Chile, Perú y Bolivia” (CSO2011-
24344).

Patricia Otero Felipe es investigadora postdoctoral del Ministerio de Educación adscrita a la


Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Es Doctora en Ciencia Política por la Univer-
sidad de Salamanca, donde también obtuvo la Maestría en Estudios Latinoamericanos y la licen-
ciatura en Ciencia Política. Ha sido becaria de Formación del Personal Investigador y Profesora
Ayudante en la Universidad de Salamanca, destacándose su participación en numerosos proyec-
tos de investigación, trabajos de consultoría internacional, así como la realización del trabajo
de campo en varios países de América Central. Ha sido visiting scholar en los Departamentos
de Ciencia Política de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y de la Universidad de
Pittsburgh (Estados Unidos). Sus líneas de investigación se centran en la política comparada,
concretamente en el estudio de los partidos y sistemas de partidos, el comportamiento político
y los procesos de representación política. Con esta temática es autora de diferentes capítulos
en libros y artículos publicados en Revista Española de Ciencia Política, Política y Gobierno, y
Revista Española de Investigaciones Sociológicas, entre otras.

GOBIERNO MINISTERIO
DE ESPAÑA DE LA PRESIDENCIA

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