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Damasia Gallegos
National University of General San Martín
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All content following this page was uploaded by Damasia Gallegos on 14 July 2017.
IMAGEN DE TAPA
BALTASAR VERAZZI
CAPREZZO 1819 LESA 1886,
RETRATO ALEGÓRICO DEL
GENERAL URQUIZA, 1860
L
as vicisitudes sufridas por
el Retrato Alegórico del Ge-
neral Urquiza reflejan quizás,
las desventuras de sus pro-
tagonistas. Tanto las rivalidades ar-
tísticas del pintor Baltasar Verazzi
como los recelos políticos de Justo
José de Urquiza se conjugaron en
una misma pieza que deambuló sin
rumbo por varias décadas. Cruzó más
de una vez el océano para instalarse
definitivamente en el Salón Blanco
de la Casa Gris en la ciudad de Paraná
en los inicios del siglo XX.
Baltasar Verazzi, nacido en Pia-
monte, estudió en la academia de
Brera en Milán y fue uno de los dis-
cípulos predilectos del veneciano
Francisco Hayez (1791-1882). Llegó
al Río de la Plata en 1853 y, duran-
te sus primeros años en Buenos Aires,
fue convocado por sus dotes artísti-
cas para decorar el plafond y foyer
del antiguo teatro Colón. Se augu-
raba entonces para el pintor un fu-
jurada el 9 de julio 1853. Como cierre Sin lugar a dudas, Verazzi pre-
de esta puesta en escena, una osten- tendía rendir homenaje a quien aca-
tosa columna con la inscripción “Igual- baba de pactar la incorporación de
dad ante la ley” sirve de pedestal a la Buenos Aires a la Confederación y
estatuilla de bronce de la Libertad con acudía a esa ciudad, a la jura de la
yelmo, gorro frigio y pica.3 Constitución reformada. Con tal
motivo el artista comunicaba, el 22
3. Roberto Amigo describe e interpreta de octubre de 1860, que se encon-
minuciosamente El retrato alegórico de
Urquiza. Cfr. “Imágenes de la historia y traba en exposición pública por trein-
discurso político en el Estado de Buenos ta días en su taller de la calle Florida
Aires (1852-1862)”. Arte Argentino de El Retrato Alegórico del General Ur-
los siglos XVIII y/o XIX. Menciones quiza.4 Sin embargo, el momento
Especiales. Premio Telefónica a la
Investigación en Historia de las Artes
Plásticas. Buenos Aires, FIAAR, 1999. 4. El Nacional, 22.X.1860, p. 4, c. 2.
para exhibir esta obra era inoportu- rio de la afrenta, Baltasar se aventu-
no. Aún cuando existía una tregua ró entonces a realizar una Apoteosis
entre las provincias confederadas y del General Mitre, sepultada inme-
Buenos Aires, la situación política diatamente por la prensa como
era delicada. Adular con esta pintu- “mamarracho”.6 Poco tiempo después,
ra al ex presidente, en territorio por- atribulado por el trato recibido, Bal-
teño, era una apuesta riesgosa y una tasar Verazzi regresó a su tierra natal
fuerte provocación para sus adversa- llevando consigo sus trabajos riopla-
rios. Lamentablemente, la jugada tenses. A principios del siglo XX el
fracasó por completo. Urquiza, no hijo del artista todavía conservaba
solo se abstuvo de visitar el taller en Italia todas sus obras.
donde se exhibía su cuadro, sino que En la década del veinte, finalizó
se negó a recibirlo en su estancia de para la pieza su larga travesía. La pro-
San José. El piamontés intentó mos- vincia de Entre Ríos adquirió la pin-
trarle la inmensa obra trasladándola tura a los herederos del pintor. El
hasta allí, pero falsos informantes lienzo volvió de su exilio para ubi-
habían convencido al caudillo de que carse en la Casa de Gobierno de Pa-
la pieza había sido ofrecida para rifa raná.7
en Buenos Aires. Ni siquiera las enor-
mes dimensiones del lienzo lograron que una galantería de Verazzi le ha dado
seducir al general. Tal vez, el rechazo la desembarazada y elegante postura de
se debiera al alto precio puesto por un mariscal francés, cosas verdadera-
mente ajena al estanciero de San José,
el artista o quizás, al hecho de que suavizando al mismo tiempo el gesto
no le faltaban a Urquiza pinturas que repulsivo y la expresión ferina de la
lo halagaran. Durante tres años, Bla- fisonomía del general, ese lienzo
nes había trabajado en ocho grandes parecería más bien un espejo en que
reflejaba la figura de Urquiza.”
cuadros con las hazañas militares que
6. La Tribuna, 26. IV. 1862. Cabe destacar
vestían el palacio, además de decorar que ese mismo año Cándido López, dis-
la capilla y pintar varios retratos. cípulo de Verazzi, había retratado a Mitre
Para agudizar la crítica situación copiando al Retrato alegórico de Urquiza
de Verazzi, en junio de 1861, La Tri- pero sin la figura alada. La pintura fue
donada por la Sra. de Risso Patrón al
buna denostaba de manera implaca- Museo Mitre.
ble la figura del caudillo entrerriano, 7. No se ha encontrado documentación es-
describiendo con ironía El retrato crita sobre la compra de la obra. Solamen-
alegórico de Urquiza.5 Como corola- te, una foto en las primeras décadas de
siglo XX, que registra el retrato de Urqui-
5. El diario La Tribuna del 8 de junio za en el Salón Dorado de Casa Gris en
de1861 publicaba “Nada hemos visto Paraná, gentileza de Roberto Amigo. Fue-
más exacto que este retrato y si no fuese ron consultados además el departamento