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Reflexión devocional de adolescentes. Quita, limpia y cambia.

Tomar dos adolescentes y un padre. De que manera se prepararían para los siguientes eventos: dar un concierto
(adolescente), un examen final (adolescente), una reunión importante de empresa (padre). Que vayan pensando,
mientras leemos la palabra de Dios.
Texto base: Génesis 35:2-3: “2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses
ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos. 3 Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y
haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado.”
La preparación que se le pide a Jacob es dada pero no sin anteriormente habérsele dado una misión. Como se
pudo haber notado, al principio, se les dio una misión, queremos saber ¿cómo se prepararían para aquellas
misiones o eventos? ¿por qué harían aquellas cosas?
A Jacob, en el capítulo leído se le fue encomendada una importante misión en el primer verso del capítulo 35: “Dijo
Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de
tu hermano Esaú” Una importante misión, pero una misión a la cual no se podía llegar de cualquier manera. Jacob
había tenido un encuentro con su hermano Esaú (quien lo quería asesinar), pero se reconciliaron y todo por obra
de Dios, Dios estaba con Jacob, entonces Jacob entendía que el Dios al que debía hacerle altar hacía que la misión
fuera muy importante y toma unas acciones y preparaciones para la misión.
Al igual que todos tenemos una razón por la cual nos preparamos de determinada manera para una misión o para
algún evento, Jacob tenía una razón, y no solo Jacob, sino toda su familia. El verso 2 habla de la preparación de
Jacob y su familia para un evento, habla de quitar los dioses ajenos, de limpiar y de cambiar de ropa, pero la
cuestión es: ¿por qué Jacob habla a su familia de quitar, limpiar y cambiar?
Antes de esto, muchos sucesos habían acontecido, entre ellos, la huida de Jacob de su hermano Esaú quien los
perseguía luego de que Jacob se robara la primogenitura engañando a su padre y haciendo negocios con un plato
de lentejas guisadas y muchos más eventos. Sin embargo, previo a todo esto tenemos un acontecimiento muy
importante que encontramos en Génesis 34.
-Jacob tenía una hija llamada Dina
-Siquem la quería por esposa, pero no podía pasar, Jacob no lo quería, así que los hermanos hablan palabras
engañosas, verso 13 del capítulo 34
-Luego de Siquem cumplir con unos requisitos para poder estar con Dina, dos de los hijos de Jacob hicieron algo
que desagradó a Jacob, fueron Simeón y Leví, mataron a Siquem y a su padre Hamor, saquearon la ciudad. Jacob
estuvo en desacuerdo con esto, pues se había conseguido enemigos, y ahora sus hijos se habían ensuciado con
la venganza. Simeón y Leví tomaron decisiones apresuradas sin consultar a su padre, y al final terminaron
generando un problema para Jacob.
Como hijos, y mucho más como adolescentes, queremos tomar decisiones apresuradas ante una situación
y no necesariamente tiene que ver con la venganza, muchos jovenes en el mundo, por un problema se han
apresurado a irse de casa, algunas mujeres jovenes se han apresurado con algún hombre y han tenido
embarazos no planeados, a veces queremos actuar por nosotros solos, como adolescentes tendremos
dificultades, pero la familia debe ser importante en nuestras vidas, debe existir comunicación. No se
menciona en la Biblia que Jacob haya hecho alguna advertencia a sus hijos con lo que estaba sucediendo y sus
hijos Simeón y Leví tomaron decisiones apresuradas. Como padres, y mucho más como padres de
adolescentes, es necesario comunicarnos a nosotros los muchachos las posibles consecuencias de los
actos que a veces queramos hacer, ya que no poseemos la experiencia suficiente, también teniendo
cuidado en el modo de comunicar las cosas.
Lamentablemente, Simeón y Leví tomaron decisiones a la ligera, sin pensar las posibles consecuencias, hecho
muy común en la adolescencia, se decide sin pensar, en el colegio, con los amigos, tal vez por quedar bien ante
una comunidad que nada tiene ver con nuestra identidad nos apresuramos ante muchas cosas, pero la idea en
este momento es que NO nos ensuciemos las manos con lo malo solo por una decisión apresurada y no calculada
y comunicada. Previo a la misión de Jacob, sus hijos se habían ensuciado de venganza, se habían inclinado ante
otros dioses y sus ropas ya habían pasado por muchas decisiones y muchas circunstancias de dolor y malos actos
y ante la misión que Dios tenía para Jacob y sus hijos se requiere de tres aspectos muy importantes. A veces
también dejamos entrar a nuestras vidas cosas que nos contaminan, como familia tal vez muchos aspectos que
no son idénticos de un cristiano auténtico. Sin darnos cuenta, muchas veces las pequeñas cosas de las cuales
decimos: “eso no es nada” o “a veces hay mucho fanatismo” son aspectos que van ensuciando lentamente nuestro
hogar, que siendo pequeñas cosas, con el tiempo se pueden llegar a convertir en grandes manchas. Simeón y Leví
empezaron con unas mentiras en el verso 13, pero terminaron con la venganza que le pertenece a Dios, asesinando
y robando. Así que, que bueno que pudiésemos mirar, como padres y algunos como adolescentes, ¿qué estamos
llevando a casa?¿Qué dejamos entrar, qué estamos dejando salir?
Sin embargo, ante todo lo sucedido, Jacob, como cabeza de su hogar sabiendo la misión que se le había sido
encomendada por Dios entiende que con todos los hechos acontecidos era necesario QUITAR los dioses ajenos,
LIMPIAR Y CAMBIAR la ropa. A su hogar habían entrados virus muy delicados, que era necesario exterminar para
poder cumplir con la misión que Dios le había dado, pero, que tal si por un momento piensas cuales son esos
dioses ajenos que te están robando el tiempo que están llegando a ensuciar tu hogar, muchas cosas puede tratar
de robarle el primer lugar a Dios, convirtiéndose así en dioses ajenos, tal vez el entretenimiento, el juego, joven, a
ti tal vez las amistades, tal vez a nuestras familias se puedan estar infiltrando estos dioses ajenos que nos están
contaminando, tal vez nos hemos ensuciado, con aquello que vemos, tal vez con aquello que estás hablando
adolescente cuando tus padres no te ven, esas decisiones apresuradas tal vez incluso han ensuciado tu corazón.
La verdad es que el enemigo trata de llevar a los adolescentes y jovenes en una estrategia diferente a los adultos,
porque a la edad de la adolescencia se está formando una personalidad, un carácter, y tal vez somos débiles pero
es ahí donde nuestros padres están dispuestos a quitar, limpiar y cambiar. Si por algún motivo, joven, hermano,
algo ha ensuciado tu vida, tu mente tu corazón, o si algo ha entrado a contaminar tu hogar entonces que bueno
que tengas claro que nos estamos preparando para un evento, y yo quiero llegar a ese evento no solo, sino con
toda mi familia, muchas cosas nos pueden tentar, el enemigo busca como hacernos caer, como hacernos tomar
decisiones apresuradas, Simeón y Leví se ensuciaron y terminaron también contaminando su hogar, pero Jacob
fue un padre sabio que decidió quitar los dioses ajenos, limpiar y cambiar de ropas y si en esta hora nos disponemos
a quitar todo aquello que le está quitando el primer lugar a Dios, a limpiar nuestro corazón a cambiar nuestra
mentalidad. Luego de prepararse Jacob y su familia dice que Jacob les dijo: “3 Y levantémonos, y subamos a Bet-
el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he
andado.” Es importante que los padres animen a sus hijos a hacer altar a Dios. Tengamos claro el evento para el
que nos estamos preparando, adolescente, padre de familia, el arrebatamiento de la iglesia se acerca, y la
salvación es individual así que, qué bueno que ahora tú padre y tú adolescente te puedas disponer a quitar
todo aquello que te distrae de Dios a limpiar tu corazón y tu mente y entiendas que es necesario cambiar
todo aquello que nos incita a contaminarnos con todo lo del mundo porque tenemos que prepararnos para
un evento grande y muy importante, en familia, que tal si empezamos a aplicar con nuestros hermanos, hijos,
jovenes y adolescentes los tres aspectos de preparación para el gran evento: QUITA, LIMPIA Y CAMBIA en el
nombre de Jesús. 2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios

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