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Novela “Marianela”

de Benito Pérez Galdós.

Maira Pellejero
2022
Introducción: 1
“Marianela” 2
Aspectos generales: 2
El narrador en “Marianela”: 3
Personajes: 4
Análisis del personaje Marianela: 6
Análisis del personaje Florentina: 10

Referencias bibliográficas: 12
Introducción:

“Marianela” es una novela escrita por el novelista, dramaturgo, cronista y político


​español Benito Pérez Galdós, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en el año
1834, es considerado por muchos, no solo en el territorio español, uno de los
mejores representantes de la novela realista del siglo XIX.
Carmen Menéndez Onrubia (1983) planea que las obras de Galdós, además de por
el realismo, destacan especialmente por el cuidado del escritor en la creación de las
figuras, los personajes y los ambientes geográficos y socioculturales que responden
a los objetivos previos doctrinales del autor; sin embargo, establece Menéndez, el
afán de ser útil y el constante valor humano presente en sus obras han sido el
principal álbum de las críticas.
En las obras del novelista y dramaturgo español es posible apreciar el interés y afán
del autor por representar, interpretar y comunicar de manera coherente la situación
sociopolítica y cultural de la época a sus contemporáneos; y es este intento del
autor de reflejar las distintas situaciones sociales de los diferentes acontecimientos
históricos que le tocó vivir en su creación que convierte sus obras en auténticos
documentos históricos y sociales.
María Luisa Lanzuela Corella (1998) caracteriza la obra de Galdós como el
testimonio de la sociedad de su época y plantea:
“En la obra de Pérez Galdós se puede reconstruir toda la historia de la novela
española de medio siglo de duración: Galdós es algo más que un novelista
de su generación, es algo así como la generación misma. Se ha dicho que:
novelar en Galdós es hacer historia. Y, efectivamente, es quién entre todos
los llamados realistas mejor refleja el conflicto político, histórico, social y
religioso...” ( pág. 261)
Miguel Unamuno se propone definir el mundo que Galdós reflejaba en sus novelas
de la siguiente forma: “...un mundo de una pequeñez abrumadora, (...) la pintura de
una época y de una gente profundamente antiheróicas” (1920) y agrega diciendo
que la realidad que reflejaba Galdós era la que tenía delante, una “muy triste” y
“anémica”.
“Marianela”

Aspectos generales:

La novela “Marianela” publicada en 1878 en España, perteneciente al movimiento


del realismo español y considerada una de las obras más importantes del autor,
narra una historia de amor que atraviesa un importante giro que acaba
convirtiéndose en tragedia.
El texto está ubicado temporalmente en la segunda mitad del siglo XIX y se
desarrolla en los alrededores de las minas de Sócrates, en un pequeño pueblo al
norte de España. El espacio físico en el que transcurren los hechos en la novela es
descrito como un lugar solitario, de poca población y que carece de belleza.
La obra destaca por la habilidad de Galdós en la construcción de los personajes, lo
que ha despertado siempre admiración e interés por aquellos que se han dedicado a
estudiar y analizar la obra; sobre todo llama la atención la intensidad y profundidad
de la construcción de las características que tienen que ver con la personalidad y la
psicología del personaje principal de la obra, Marianela, muy destacable labor de
Galdós.
Es posible estructurar la obra de Galdós en tres grandes partes que se dividen en
XXII capítulos; la primera corresponde a la llegada del médico oftalmólogo Teodoro
Golfín al pueblo de Sócrates, la presentación del personaje de Nela como lazarillo
del joven ciego Pablo y a la esperanza de cura de éste a través de la reciente
llegada del médico a la ciudad; la segunda parte corresponderá a dar a conocer al
lector la relación de Pablo y Nela, revelando cuál es la “visión” de Pablo sobre su
lazarillo, que se construye a través de aquello que escucha de ella y de su interior, y
dejando claro que los personajes están enamorados; por último, la tercera etapa
corresponde a la cura de la ceguera del joven y las consecuencias que trae este
acontecimiento a su lazarillo, el casamiento de Pablo con Florentina y la trágica
muerte de Nela.
El tema principal de la obra gira en torno al amor, al desengaño y a las
consecuencias trágicas de estos dos elementos, así como también la percepción de
las personas y de las cosas a través de otros sentidos que no corresponden a la
visión y al mundo de las apariencias; destacándose la habilidad narrativa de Galdós
de la ironía, y en las oposiciones principales entre la belleza física y la belleza moral.
La obra además refleja la situación social y política de la sociedad, las
desproporciones y diferencias entre la vida de las diferentes familias que aparecen
en la obra.

El narrador en “Marianela”:

Lo que corresponde a la narración de la obra, según Abadía de Quant (1976),


podría decirse que el narrador es uno, narrador omnisciente, es decir, aquel que se
emplea en tercera persona, que no es partícipe en la historia narrativa pero que
conoce todo de esta, tanto los hechos sucedidos como los pensamientos,
sentimientos, emociones y deseos de los personajes.
El narrador emplea una amplia y variada utilización de recursos literarios a lo largo
de la obra como símil, comparación, prosopopeya, epíteto, antítesis, paralelismos,
anáforas, hipérbaton, metáforas, e hipérboles. La utilización de estos recursos
generan que los sentimientos de tristeza, angustia, desesperación, desánimo o
felicidad sean percibidos de forma más profunda por el lector, logrando conectarse
con las emociones de los personajes.
La narración va incluyendo descripciones de los espacios físicos en los que se
encuentran los personajes, generando en el lector imágenes y paisajes que van
ambientando la obra, así como va describiendo gestos y actitudes de los
personajes, por un lado dejándonos conocer los personajes a través del diálogo
pero siempre agregando desde la visión narradora las características de éstos; sin
embargo no todos los personajes pueden conocerse de la misma forma por el lector,
algunos por sus actitudes, diálogos e interacciones, otros solamente es posible
conocerlos a través de lo brindado por voz narradora, tal es el caso del personaje de
Señana.
El narrador además va revelando aspectos psicológicos de los personajes,
destacando de aquellos que quiere los aspectos más negativos o positivos que los
caracteriza, utilizando estrategias para transmitir al lector una sensación de realismo
del relato, como por ejemplo cuando dice: “En cierta ocasión (no conocemos la
fecha con exactitud)” (cap II), logrando que el lector sienta proximidad e
identificación con la voz narradora, dejándose influenciar por esta en la construcción
de los personajes y se alejándose de la percepción ficticia del relato. Otra estrategia
narrativa para realzar esta sensación de relato realista en el lector es la utilización
en algunas ocasiones de estilo directo o la solicitud, al final, por parte del narrador
de que se reciba la historia que se ha contado.
En cuanto a la linealidad temporal con la que se narran los acontecimientos en el
relato de la novela, no es lineal, se cuenta en el capítulo XX sucesos ocurridos
anteriormente, retrocediendo en el tiempo, dejándonos aún más la sensación de que
conoce todo aquello sucedido.

Personajes:

A continuación nos ocuparemos de una breve presentación de los personajes de la


novela de Galdós:
● Marianela: joven huérfana que se ocupa de ser lazarillo de un joven ciego de
familia adinerada que viven en los alrededores de las minas de Sócrates. Es
descrita como una joven de apariencia fea, que tiene dieciséis años pero
aparenta tener menos edad y que vive de favor en la casa de una familia que
no procura tratarla bien. Es el personaje principal de la obra y el que encarna
los aspectos psicológicos y de personalidad más interesantes en la novela.
Nos ocuparemos mejor de este personaje en las siguientes páginas.
● Pablo Penalguilas: este personaje es un joven ciego de nacimiento, hijo único
de un hombre rico llamado D. Francisco Penáguilas, quién demuestra amar y
cuidar mucho a su hijo. Pablo es un bello joven que no alcanza a los 20 años
de edad y que va a estar prometido a casarse con su prima Florentina, una
joven de deslumbrante belleza. Pablo ve el mundo a través de los ojos de
Nela, quién le describe todo de su alrededor, los paisajes, los objetos y le
dice cuáles son las cosas feas y las lindas. Este personaje es para Marianela
“lo mejor del mundo” (cap III). Pablo, al igual que su lazarillo, es sensible y
posee una gran imaginación y capacidad intelectual, enriquecida además por
las lecturas nocturnas que comparte con su padre.
Para Pablo su ceguera era un don de Dios que lo dota de percibir y conocer
el mundo a través de los demás sentidos percibiendo todas las cosas de
manera distinta, por ejemplo, para él Nela es hermosísima y la más preciosa
del mundo, lo que no concuerda con la opinión de los demás respecto a la
apariencia de ésta. El joven conoce a Nela por aquello que estaba en su
interior, y por lo que oye de ella, por esto le parece Nela un ser dotado de
belleza, “No conozco el mundo más que por el pensamiento, el tacto y el
oído. He podido comprender que la parte más maravillosa del universo es
esa que me está vedada.” (cap II)

● Teodoro Golfín: Es el reconocido médico oftalmólogo que llega al pueblo de


Sócrates para alojarse en la casa de su hermano Carlos Golfín y de su
cuñada Sofía. Este médico es quién, a pedido de Francisco Penalguilas y
después de realizar algunos análisis y estudios a Pablo, logra curarlo de su
ceguera. De apariencia física alto, moreno, de cabello negro y rizado, ojos
negros y mirada brillante, este personaje goza de un muy buen sentido del
humor, es amable y siempre proclama la frase “adelante, siempre adelante”.

Vamos a encontrar además en la novela tres grupos familiares: los Centenos (con
quienes vive Marianela), los Penalguilas (la familia del ciego Pablo) y los Golfín.

● Los Centenos están compuestos por los esposos Centeno, sus cuatro hijos
(Tanasio, Mariuca, Pepina, y Celipín) y el gato de la familia. Los padres
Centeno eran capataces en la mina, de lo que se enorgullecen mucho. Son
descritos como personas indiferentes a la situación de Marianela y maltratan
a la joven, sin brindarle alimento y un lugar donde dormir. Los Centenos no se
preocupan por sus hijos más que por el dinero que pueden obtener de ellos,
no se interesaron en brindarles educación, quitándoles la oportunidad de
tener maestros. “Estos no mostraban nunca pujos de emancipación ni anhelo
de otra vida mejor y más digna de seres inteligentes” (cap IV). Mientras que
el padre de familia era un hombre sin inteligencia, ambicioso y llamado hasta
de “idiota” por el narrador, su esposa, era la que gobernaba y controlaba todo
el hogar y la familia.
● En la familia Penalguilas vamos a encontrar D. Francisco Penáguilas, padre
del joven ciego, Florentina, prima de Pablo y más tarde esposa de éste y
Manuel Penalguilas, padre de la bella joven Florentina.

Francisco Penáguilas: “un caballero muy bueno y muy rico que vive en las
casas de Aldeacorba”, es el padre de Pablo, y quién demuestra ser muy
preocupado, cuidadoso y atencioso con su único hijo, a quién le ofrece todas
sus riquezas para que pueda estudiar y le lee por las noches para enriquecer
la capacidad intelectual de su hijo. Es este personaje quién tiene más
esperanzas en la sanación de la ceguera de su hijo y se preocupa por hacer
que su hijo reciba la atención del médico oftalmólogo.

Florentina: es la sobrina de Francisco, hija de Manuel, quién llega al pueblo


para la operación del joven ciego y es prometida en casamiento a Pablo por
su padre, convirtiéndose más tarde en su esposa. Nos ocuparemos mejor de
este personaje en las siguientes páginas

● Dentro de la familia Golfín vamos a encontrar personajes como Teodoro


Golfín, médico oftalmólogo (personaje anteriormente descrito); Carlos Golfín,
hermano del médico y encargado de las minas; y Sofía esposa mujer
preocupada por realizar actos de caridad. Aficionada al piano y apasionada
por su mascota.

Análisis del personaje Marianela:

A veces llamada “Nela”, en honor a su madre, Marianela es el lazarillo de un joven


ciego de nacimiento, hijo único de un hombre adinerado. Nela es el personaje
principal y, en criterio personal, el de psicología y características más profundas
dentro la obra.
El personaje encarna una joven huérfana, que vive de “añadida” con la familia
Centeno quienes la maltratan y menosprecian. Tiene dieciséis años pero por su
apariencia física pareciera ser una niña de doce años. Considerada fea, es descrita
por el narrador como de “miserable cuerpecillo”, delgada, con el rostro pecoso y ojos
tristes lleva el cabello corto y suelto, va descalza y vistiendo andrajos. Es una joven
que debido a su condición económica y familiar se vió forzada a crecer y cumplir
responsabilidades antes del término de su infancia, por ello “sus ojos no tenían el
mirar propio de la infancia” (cap III).
En torno a este personaje giran una cantidad de cuestiones que llevan al lector a
empatizar con su situación e incluso a sentir pena de ella, así como Teodoro Golfín,
cuando conoce a Nela como lectores también en varias ocasiones pensamos o
decimos “¡pobrecita! (...) Dios no ha sido generoso contigo”.
En el capítulo III de la obra el personaje nos revela algunos detalles de su vida y de
su infancia, “dicen que no tengo padres” nos cuenta, que su madre vendía pimientos
en el mercado de Villamojada y era soltera cuando Nela nació, por eso la pequeña
quedó al cuidado de la hermana de su madre y de los demás que vivían en la casa.
Por otro lado su padre era el encargado de encender y limpiar los faroles que
iluminaban Villamojada, y en una ocasión cuidado éste a Nela la dejó caer al río, y
golpeándose la pequeña sobre unas piedras perdió la belleza que hasta entonces
poseía. Dentro de toda la problemática vida que la pequeña ya atravesaba su padre
fallece y su madre se muda a las minas de Sócrates, de ahí el cómo vino a parar
Nela en ese lugar, y por estar un día muy borracha su madre es despedida y se
suicida, dejando a Nela aún más sola en el mundo.
Nela pasa a vivir entonces después de huérfana con la familia Centeno, quiénes son
detalladamente descritos en la novela y poco muy de bondad es posible atribuirles,
sino que no hacen más que agregar al personaje tristezas y desprecios. El ambiente
hogareño y familiar era algo que Nela definitivamente no poesía, sino que era un
lugar donde se aminoraba su condición humana y se la reducía casi a un objeto.
Había en la casa de esta familia sitio para todos, “para los esposos Centeno, para
las herramientas de sus hijos, para mil cachivaches de cuya utilidad no hay pruebas
inconcusas, para el gato, para el plato en que comía el gato, (...) para media docena
de colleras viejas de mulas, (...) para todo absolutamente, menos para la hija de la
Canela.” (cap.IV).
Nela no recibía de nadie en este hogar demostraciones de afecto o cariño, o incluso
algún tipo de castigo que demostrara aprecio por su persona, “Jamás oyó la Nela
que se le llamara michita, monita, ni que le dijeran repreciosa, ni otros vocablos
melifluos y conmovedores con que era obsequiado el gato” (cap. IV).
En el capítulo IV de la novela se detallan una serie de las ausencias en la vida de
Marianela que producen una profunda conmoción y aumentan este carácter de
deshumanización del personaje e intensifican el sentimiento de pena por parte del
lector hacia el personaje:
“Jamás se le dio a entender a la Nela que había nacido de criatura humana
(...) Nunca se le dio a entender que tenía un alma pronta a dar ricos frutos si
se la cultivaba con esmero, ni que llevaba en sí, como los demás mortales,
ese destello del eterno saber que se nombra inteligencia humana, y que de
aquel destello podían salir infinitas luces y lumbre bienhechora. (...) Nunca se
le dio a entender que tenía derecho” (cap. IV)
Todo este conjunto de situaciones por las que tuvo atravesar el personaje nos llevan
a la construcción y formación de la personalidad y autoestima de Marianela, de su
componente cognoscitivo indigno y de su personalidad nula y de escasa
autenticidad que la conduce a crear una imagen de sí misma sin valor alguno,
describiendose ella mismo como alguien que no sirve para nada y que es para todos
un estorbo. La desvalorización que sufre Marianela desde su nacimiento hasta los
maltratos en el hogar Centeno produjeron tal efecto en ella que defiende con toda
convicción y de manera muy convincente “Es usted un majadero al suponer que yo
sirvo para algo” y “yo no sirvo para nada” (cap. II). Su entorno y todo aquello que le
ha tocado vivir se ha apoderado de ella, de su conciencia y autoestima, no es capaz
de creer en sí misma ni en sus capacidades.
Pero a pesar de que Nela no cuente con hermosura física, lo que afecta
grandemente autoestima, Nela posee belleza interior y una gran imaginación,
destacándose también por sus recatadas y humildes palabras, y su carácter formal y
reflexivo. El único capaz de encontrar esta belleza en Nela es Pablo, quién la
conoce por lo que ella habla y lo que lleva dentro, su imaginación e ingenio. En el
capítulo VII podemos conocer un poco de lo que el joven ciego piensa de Nela
cuando dice “¿Cómo podría suceder que tu bondad, tu inocencia, tu candor, tu
gracia, tu imaginación, tu alma celestial y cariñosa que ha sido capaz de alegrar mis
tristes días; cómo podría suceder, cómo, que no estuviese representada en la
misma hermosura?” y firma “Eres hermosa como los ángeles que rodean el trono de
Dios” (cap. VII).
El afecto que Pablo demuestra a Nela se convierte en todo lo que ella tiene y
aprecia, y es solamente junto al joven ciego que logra sentir algo diferente a lo que
está habituada a sentir:
“Aquella débil criatura, en la cual parecía que el alma estaba como prensada
y constreñida dentro de un cuerpo miserable, se ensanchaba y crecía
maravillosamente al hallarse sola con su amo y amigo. Junto a él tenía
espontaneidad, agudeza, sensibilidad, gracia, donosura, fantasía. Al
separarse, parece que se cerraban sobre ella las negras puertas de una
prisión” (cap. VI)
Sin embargo irónicamente este mismo afecto y amor que Pablo brinda a Nela y que
tan bien le hace sentir y tanto le agrada es el luego el principal motivo de su
preocupación y angustia, hasta de su final trágico. Al llegar el médico oftalmólogo
Teodoro Golfín al pueblo con la esperanza de sanar al joven de su ceguera llega
también a Marianela la preocupación de cómo reaccionará su amado al ver su rostro
y su cuerpo que tan poco agraciado es.
El personaje refleja su preocupación y reflexiona sobre sí misma en el capítulo XIII
mientras reza a la Virgen María diciendo: “Madre de Dios y mía, ¿por qué no me
hiciste hermosa? (...) Mientras más me miro más fea me encuentro. (...) ¿a quién
puedo interesar?, a uno solo, Señora y madre mía, a uno solo que me quiere porque
no me ve.” (cap XIII). El único capaz de amarla es aquel que puede verla por aquello
que ella es y no por su apariencia física, el único que la trata como a una persona,
que, irónicamente, la “ve” y el único que la quiere “como Dios manda que se quieran
las personas”; pero Nela está a punto de perder también este amor pues piensa que
al recuperar la capacidad de visión Pablo dejará de amarla: “¿Qué será de mí
cuando me vea y deje de quererme?”.
Yanina Lucely Jaramillo Narváez (2015) plantea que Galdós ha sabido otorgar a sus
novelas el tinte realista, plasmando la importancia de expresar en la literatura las
características psicológicas, espirituales y anímicas de los individuos; en Marianela
se evidencian estas características en el personaje protagonista, quién tiene su
estado anímico dependiente de su amigo Pablo pues al encontrarse cerca de él
sentía valía, algo no muy frecuente en ella. Jaramillo establece que “Pérez Galdós
perfectamente nos muestra en esta obra claras muestras de psicología social,
esencialmente centrados en la protagonista” (2015).
Este miedo y preocupación incontrolable que no le permite a Nela ni siquiera hacer
el intento de acercarse a Pablo y dejarse ver, y todo lo que gira en torno a la
psicología del personaje de Marianela y en su interior, la ausencia de amor, afecto y
atención, su baja autoestima y la deshumanización de su persona, la conducen a un
final trágico.
Pablo obtuvo el milagro de la vista y la melancolía y emociones que invadían la
mente y el corazón de Nela la enfermaron, se produce entonces un cambio en las
actitudes del personaje, quién se entrega al sufrimiento y al dolor, encerrándose en
sus emociones y sentimientos que la hacían creer que ahora que Pablo podía verla
no la amaría más y por ende perdería lo único que le quedaba en la vida, todo esto
conduce a la protagonista a la muerte: “No vuelvo más a Aldeacorba... No
consentiré que me vea... Huiré con Celipín, o me iré con mi madre. Ahora yo no
sirvo para nada” (cap. XVII)
Para Jaramillo el autor español plasma en este final trágico del personaje, de
manera visible, el estado anímico que estuvo presente desde siempre en Nela por
su condición social y que en el transcurso de la obra crece a tal punto de llegar al
fallecimiento. Todo esto se nos es revelado de manera muy estratégica por Galdós,
que nos permite conocer el interior de sus personajes.

Análisis del personaje Florentina:


Florentina es la sobrina de Francisco Penáguilas, hija de Manuel. La joven llega al
pueblo para la operación del ciego Pablo y es prometida en casamiento a éste por
su padre, convirtiéndola más tarde en la esposa del joven.
La joven Florentina se presenta como una joven amable, que está destinada a un
matrimonio por conveniencia, pero que es capaz de sentir amor por su prometido.
Con las vestimentas propias de una joven de familia adinerada debía responder a
los modales y actitudes de su clase social, y recibía de su padre este recordatorio
siempre, sin embargo “No podía negarse (..) que su encantadora persona estaba
pidiendo a gritos una rústica saya” (cap. XIV).
Durante todo el transcurso de la obra al nombrarse este personaje va acompañado
con una cantidad de adjetivos que destacan su deslumbrante belleza por su que
pareciera ser celestial. El personaje de Florentina es, en varias ocasiones,
comparada con la Virgen María, incluso la primera vez que Marianela ve a
Florentina la confunde y se queda muda y petrificada creyendo que está frente a la
Virgen: “No pudo dar un paso, ni gritar, ni moverse, ni respirar, ni apartar sus ojos de
aquella aparición maravillosa.” (cap.XIV), pero continuando con la observación de su
imagen se da cuenta que no se trata de la divinidad, sino de la prima de Pablo.
Con tal dedicación es con la que se describe la perfección de la imagen de
Florentina:
“El óvalo de su cara era menos angosto que el del tipo sevillano, ofreciendo
la graciosa redondez del tipo itálico. Sus ojos de admirables proporciones,
eran la misma serenidad unida a la gracia, a la armonía, con un mirar tan
distinto de la frialdad como del extremado relampagueo de los ojos
andaluces. Sus cejas eran delicada hechura del más fino pincel y trazaban un
arco sutil y delicioso. En su frente no se concebían el ceño del enfado ni las
sombras de la tristeza, y sus labios un poco gruesos, dejaban ver al sonreír
los más preciosos dientes que han manzana del Paraíso” (cap. XIV)
Sin embargo no solo de belleza física está caracterizado este personaje. Florentina
se muestra un personaje empático y bondadoso en el transcurso de toda la novela,
demostrando en varias ocasiones importarse por la situación de Nela y tomar
actitudes que reflejan su bondad y caridad. Ya desde el primer encuentro de ambas
Florentina se muestra amable cuando en narrador nos cuenta que “Florentina dirigió
una mirada cariñosa a la infeliz criatura”
Florentina demuestra su bondad a la pobre Nela en varias ocasiones, una de esas
situaciones es cuando Florentina siente la necesidad y conocer la casa donde vive
la pobre joven lazarillo, y al conocer la deplorable situación en la que ésta se
encuentra Florentina promete darle a Nela un hogar mejor en cuánto su primo
recobre la vista y se case él, “y entonces tendrá una cama como la mía y vestirá y
comerá lo mismo que yo” (cap. XVI).
Pero este personaje no solo se importa por suplir las necesidades físicas y sacar a
Nela de la pobreza sino que puede ver más allá de la situación de Nela, su angustia,
dolor y su carencia de afecto, preocupándose también por esto:
“Para esto no basta vestir a una persona, ni sentarla delante de una mesa
donde haya sopa y carne. Es preciso ofrecerle también aquella limosna que
vale más que todos los mendrugos y que todos los trapos imaginables, y es
la consideración, la dignidad, el nombre. Yo daré a mi pobre estas cosas,
infundiéndole el respeto y la estimación de sí mismo.” (cap XVI).

Es dicha joven la que, al suceder el hecho trágico de la muerte de Marianela,


continúa demostrando su bondad y buen carácter cuando ordena para ésta el más
bello de los sepulcros, convirtiendo a Nela después de fallecida en una mujer digna
y admirada. “La señorita Florentina, consecuente con sus sentimientos generosos,
quiso atenuar la pena de no haber podido socorrer en vida a la Nela, con la
satisfacción de honrar sus pobres despojos después de la muerte.” (cap. XXII)
Referencias bibliográficas:

● JARAMILLO NARVÁEZ, Yanina Lucely. (2015). Análisis psicosocial de


Marianela de Benito Pérez Galdós. Universidad Nacional de Loja.
● MEMBRILLO CORTEZ, Anthony Cristiam. (2019) Marianela. Recuperado de
https://es.slideshare.net/anthony3031/anlisis-de-marianela.
● MÉNENDEZ ONRUBIA, Carmen. (1983) Introducción al teatro de Benito
Pérez Galdós. Anejos de la revista <<Seguismundo>>.
● PÉREZ GALDÓS, Benito (1976). Marianela. Estudio preliminar y notas de
Inés Abadía de Quant Bermudez. Editorial Kapelusz
● UNAMUNO, Miguel. (1920)( Nuestra impresión de Galdós. El Mercantil
Valenciano.
● LANZUELA CORELLA, María Luisa (1998) La literatura como fuente
histórica: Benito Pérez Galdós. Actas del XIII Congreso de la Asociación
Internacional de Hispanistas. Tomo II. pp. 259-266

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