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Casa de Velázquez
Darío G. Barriera
http://books.openedition.org
Edición impresa
Fecha de publicación: 21 abril 2022
Referencia electrónica
BARRIERA, Darío G. Tan lejos de todo, y todo lo contrario: Distancias y políticas de las distancias en torno
al archipiélago malvinense (1750-1768) In: Las distancias en el gobierno de los imperios ibéricos:
Concepciones, experiencias y vínculos [en línea]. Madrid: Casa de Velázquez, 2022 (generado el 17 mai
2022). Disponible en Internet: <http://books.openedition.org/cvz/29196>. ISBN: 9788490963456.
TAN LEJOS DE TODO, Y TODO LO CONTRARIO
distancias y políticas de las distancias en torno
al archipiélago malvinense (1750-1768)
Darío G. Barriera
CONICET – Universidad Nacional de Rosario, Argentina
Las islas del Atlántico Sur, las del Pacífico Sur y su corredor interoceá-
nico integraban el conjunto de esos territorios de la Monarquía Hispánica
1
Texto preparado para el seminario La distancia en el gobierno de los imperios ibéricos: Percepcio-
nes, experiencias y vínculos, celebrado en São Paulo en octubre de 2019. Este trabajo se encuadra en el
PIP 0326 de CONICET y en el Programa MyAS (Malvinas y Atlántico Sur) de la UNR. Agradezco los
comentarios de Guillaume Gaudin y de Roberta Stumpf.
2
Barriera, 2013.
Guillaume Gaudin y Roberta Stumpf (eds.), Las distancias en el gobierno de los imperios ibéricos.
Concepciones, experiencias y vínculos, Collection de la Casa de Velázquez (190), Madrid, 2022, pp. 41-55.
42 darío g. barriera
3
La bibliografía es abundante. Lecturas de las principales aportaciones en Pratt, 1997;
Haggerty, 2006; Bonialian, 2012.
4
Sanz Tapia, 1994, pp. 9 y 17.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 43
5
Dahlgren, 1907, pp. 424-425.
6
Publicado en 1716, Frézier, Relation du voyage de la mer du Sud.
7
Véase el Estudio preliminar de Alejandro Winograd, en Pernetty, Historia de un viaje a
Malvinas, p. 18. Pratt, 1997, p. 39.
8
Como señaló Dahlgren, 1907, p. 434.
9
Johnson, Sobre las recientes negociaciones, pp. 36 y 37.
10
Omite, por alguna razón, la circunnavegación de Drake, que a mediados de 1578 desem-
barcó en la bahía de San Julián (Patagonia) y en agosto del mismo año atravesó el estrecho de
44 darío g. barriera
Magallanes con el Pelikan, única embarcación que quedó en condiciones y con la cual asestó
duras pérdidas a barcos españoles en el Pacífico.
11
Johnson, Sobre las recientes negociaciones, p. 38.
12
Al sur de la región nombrada por los europeos como Araucanía, algunas naciones indí-
genas poblaron el archipiélago meridional chileno (desde Chile hasta más allá del estrecho de
Magallanes), incluso en las islas más pequeñas del canal del Beagle y en sus orillas. Pero no en el
archipiélago malvinense. Alioto, Jiménez, Villar, 2018, p. 17.
13
Luego de 1776 pasó a jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata.
14
Barriera, 2019. La referencia para finales del xvi es a la expedición de Sebald de Weert.
15
Bonialian, 2019.
16
Barriera, 2019.
17
Sobre esta cuestión, Barriera, 2013; Gaudin, 2019.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 45
18
Walker, 1979.
19
Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Chile entre el 28/12/1755 y el 9/9/1761;
Virrey del Perú entre el 12/10/1761 y el 17/09/1776.
20
Amat a Arriaga, Santiago de Chile, 8/4/1758, AGI, Buenos Aires, 552, 1, fo 2vo. Trabajé sobre
esta documentación en Barriera, 2019.
21
Walter, A Voyage Round the World, p. 91, manifiesta que varios navíos franceses las habían
«avistado». George Anson había planteado una expedición a Malvinas en 1749, pero la misión
fue abortada ante la protesta del embajador Ricardo Wall.
46 darío g. barriera
El reino de Chile está «lejos del centro» y, para aligerar esa distancia, el fun-
cionario produce información cuyo resultado —reconoce— contiene de todos
modos la «limitación correspondiente a estas distancias».
Otro informante, esta vez presencial, ofrecía datos más precisos sobre el
archipiélago, pero advertía sobre el engaño que podía producir una percepción
visual cartográfica sobre las distancias que efectivamente había que recorrer
para llegar a ellas:
La Isla Falkland está a los 50 grados 3 minutos en el oceano Actlan-
tico, y no en la Mar del Sur. Se halla a 90 leguas del estrecho, y 32 o 36
de las Malvinas […]. La distancia del Puerto Egmnont al Continente
es de cerca de 60 a 65 leguas en línea recta. Es imposible ir a el por esta
via. Es preciso ir cerca del Puerto sn Julian, o entrar por el estrecho
para ir a Costearle23.
Por lo tanto, una marcha «en derechura» era imposible. Al buscar el punto
de contacto que permitiera concretar físicamente la navegación, el viaje devol-
vía una distancia a recorrer que no podía ser inferior a las 240 millas.
Las dificultades que proponían las distancias tenían que ver, como es evidente,
con la forma en que eran percibidas en función de la experiencia que se volcaba a
la hora de hacer las interpretaciones —se tratara de las distancias en abstracto o
de los objetos y sujetos percibidos «a» distancia—. Veamos este último aspecto en
algunos de los registros de la primera colonización del archipiélago.
En su diario del viaje de la expedición de Bougainville a Malvinas, Dom
Pernetty registró el deterioro y el abandono de la brújula de Mandillo «para
encontrar las longitudes». Su defecto, escribió, era que «el mínimo movimiento
impide que las agujas se detengan, y las naves se balancean bastante incluso
en periodos de mar calmo». Además, el agua salada había oxidado las agujas,
que habían perdido equilibrio y magnetismo. Esto, sumado a las dificultades
que parecía plantear su traslado, le convenció de dejar la brújula en Montevi-
deo: a partir de que avistaron lo que suponían las islas sebaldinas, guiaron el
resto de la derrota con «un mapa manuscrito del depósito de la marina que el
señor de Choiseul le dio al señor de Bougainville antes de nuestra partida de
22
Amat i Junient, Historia geográfica e hidrográfica, fo 190. Énfasis mío.
23
«Noticias adquiridas dela Inglaterra por un Piloto que ha hecho viage a los nuevos estable-
cimientos de Ingleses en la America, copia del que se pasó a los gov de Buenos Aires, Malvinas y
Chile y al virrey del Perú, mayo de 1766», AGI, Indiferente, 412, 31. La mencionada isla Fakland
se corresponde con la Malvina occidental, o Gran Malvina, donde los ingleses instalaron Puerto
Egmont (en realidad, sobre la pequeña isla de la Trinidad) y la referencia a Malvinas, con la Mal-
vina Oriental, o isla de la Soledad.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 47
París»24. Una vez cerca de las islas, apenas a media legua de dos islas muy llanas,
la distancia (ahora escasa) seguía siendo demasiado grande para evitar dolo-
rosos engaños visuales: lo que parecía ser un promisorio monte de arbustos
—descrito además por otros viajeros que, evidentemente, no tocaron tierra—,
«resultó que eran grandes juncos de hojas largas y planas, conocidos con el
nombre de chucho»25. No fue el último equívoco.
La llegada a la bahía donde estableció la colonia francesa no estuvo
exenta de experiencias similares: «Confundidos por la distancia, nos había-
mos imaginado que sería un terreno seco y árido, pero cuando pusimos pie
en tierra, nos encontramos con un pasto de un pie o un pie y medio de alto
que se extendía hasta las partes más altas»26. El registro de otros viajeros
—como Wood Rogers— «hablan de las Islas Malvinas como de una región
que según ellos estaba formada por montañas y colinas cubiertas de bos-
ques. Como hasta ahora nosotros no hemos visto bosques en ningún lado,
podemos pensar que vieron estas tierras de lejos y que las apariencias los
engañaron, igual que a nosotros»27.
En el relato de Pernetty nos permite dos reflexiones: la primera es que, aun
tan cerca de las islas, para evaluar y ponderar información del terreno, algunas
distancias vuelven a ser «lejanas». La otra es que para el observador-narrador,
la solución para las dificultades que presenta esta nueva experimentación de la
distancia es evidente y, como bien dice él mismo respecto de otra experiencia
sensorial —el contacto con el «pez pepino»—, propia de ojos ilustrados: el cono-
cimiento que produce la experiencia directa, hija de la proximidad, del «estar
allí», disipaba los equívocos. Por otra parte, es fácil confirmar cómo la inciden-
cia de la experiencia visual y corporal y el compromiso de esta con un «hacer»
vuelven elástico el par «lejos/cerca»: media legua era todavía bastante lejos para
saber qué vegetación había realmente en las Malvinas, pero —el mismo agente—
asegura que la Isla de Juan Fernández (distante 140 leguas de la costa, frente a
Valparaíso) está «situada a poca distancia de la tierra firme en Chile»28.
Como virrey del Perú, Manuel Amat y Junient —como casi todos los agentes
que ejercían jurisdicción, desde oidores hasta jueces pedáneos de pequeños dis-
tritos rurales—, esgrimió dificultades en el gobierno, apoyándose en el tópico
de la «enormidad»29. La extensión del distrito que tenía a su cargo era uno de los
motivos, o al menos una de las razones que legítimamente justificaba muchos de
los obstáculos que encontraba su gobierno, concretamente en lo que concernía a
los litorales más alejados. Sobre el particular se quejó al bailío Arriaga, quien el
25 de febrero de 1768 le respondió lo siguiente:
24
Pernetty, Historia de un viaje, pp. 209-210.
25
Ibid., p. 213. Pernetty admite dicha confusión en p. 282.
26
Ibid., p. 215.
27
Ibid., p. 218.
28
Ibid., p. 269.
29
Barriera, 2017.
48 darío g. barriera
30
Arriaga al virrey Amat, San Ildefonso, 25/2/1768, copia, AGI, Indiferente, 412, 47.
31
Un tratamiento de los hechos que menciono en este apartado en Barriera, 2020.
32
«Sobre el descubrimiento y establecimiento de los Franceses en una Isla que suponen con-
veniente para escala en la navegación a las Indias Orientales», Madrid, 3/9/1764, AGS, Estado,
6957, doc. 2, fos 2-3. Se trata de una copia; varios documentos originales de este expediente se
encuentran en un legajo hallado posteriormente: AHN, Estado, 2858, exp. 2 [disponible en
línea]. El mapa, separado del legajo, en AGS, MPyD, 6, 1, incluido en Barriera, 2020. El docu-
mento original se puede consultar en AHN, Estado, MPD, 80 [disponible en línea].
tan lejos de todo, y todo lo contrario 49
tras colonias». La nota del embajador refrendaba que la intención oficial en la corte
francesa era la de negar la operación emprendida por Bouganville, pero también
revelaba un particular uso de las distancias para persuadir y disuadir:
Me entregó el Duque la adjunta Memoria, en que se relaciona esto
mismo, y también me dio las gracias por la asistencia y auxilios que les
dio el Governador de Montevideo á quien recomienda en ella en nombre
del Rey su amo; y me refirió después que estos Navíos fueron á los Mares
Australes para ver si podían descubrir alguna Isla, queles importasse
tener para facilitar su pasage por el cabo de Hornos, y que en efecto
han descubierto una despoblada cerca de la de Tristán de Acuña. Se ha
hablado mucho estos días de aquel descubrimiento, y aun se ha dicho
que han dejado establecidos dos fuertes en la Isla33.
33
El conde de Fuentes al marqués de Grimaldi, Compiegne, 6/7/1764, AGS, Estado, 6957,
doc. 1. Énfasis mío.
34
Ibid.
35
Caviglia, 2012, p. 92.
36
García Diego, inédita, pp. 211-212.
37
Sobre el estrecho de Magallanes, la opinión de Amat (entre 1759-1761) era la siguiente: «Es el
pasaje más cómodo para los viajes de Europa a las costas occidentales de la América meridional
50 darío g. barriera
para «introducirse en el Mar del Sud, cuias bastas Plaias admiten el contrabando
sin aplicable suficiente cautela». El informante terminaba: «Si estos inconvenientes
traheria el que ocupasen aquella Isla nuestros maiores Amigos [los franceses]; qua-
les serian los que resultasen de nuestros maiores enemigos los Ingleses?»38.
La aparentemente indiscutible y objetiva lejanía de las islas cedía peso frente
a su valor como una pieza clave en la gestión de las distancias. El archipiélago
estaba despoblado y era lejano, probablemente no tenía riquezas, cierto. Pero
quienes se establecieran allí obtendrían las ventajas derivadas de hacer escala
en un sitio próximo respecto del estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos,
conectores neurálgicos en las redes mundiales y articuladores de los dominios
de la Corona española en los dos océanos.
La misma pluma citada desarrolla las posibles consecuencias de la pérdida
de su dominio, considerando que, en manos enemigas, su situación es de
proximidad, incluso para con el Río de la Plata: «si llegasen â ser las Malvinas
establecimiento enemigo, bien repuesto para con su proximidad volver sobre el
Rio de la Plata. ¿Como se resistiria a una imbasion maritima desde alli, y a otra
terrestre por el Brasil?»39. Si los que estaban allí eran los enemigos, la relación
con el Río de la Plata no era de lejanía —como se destila de una larguísima
tradición— sino de proximidad.
El propio agente concluía que era imperativo contener a los «amigos» fran-
ceses en su intento, al mismo tiempo que imitarlos,
[…] y darles las gracias del pensamiento; porque sino se verificase por
nuestra parte, y esto sin perdida de tiempo, se aprovecharian los Ingleses,
y entonces peor para todos.
Conviene a la España no solo un comodo, y solido establecimiento en
las Islas Malouinas, para emposesarse de ellas, e impedir a su enemigo,
que lo haga sino tambien otros regulares en la Bahia de Sn Julian, Puerto
deseado, Puerto de Leones, Bahia sin fondo & c. para intermediar con el
Rio de la Plata y Buenos Aires; a fin de conservar comunicación y facili-
tar la pesca, que es mui probable.
En esta forma seria el Rey Catolico Dueño absoluto del mar del sud y
de una pesca propia.
Para los Franceses podria servir de Escala en su navegacion à la Isla
oriental, si por aquel rumbo hallasen convenirles40.
y Philipinas. Tiene el pasage tres arresifes junto a tierra en el cavo de San Vicente», Amat i
Junient, Historia geográfica e hidrográfica, fo 188.
38
Papeles sin firma enviados al conde de Fuentes, AGS, Estado, 6957, doc. 2, fo 2.
39
Ibid. Énfasis mío.
40
Ibid., fos 2-3. Énfasis mío.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 51
Grimaldi realizó en la corte a finales de agosto de 1766 para ver qué hacer
con Malvinas, recibió de Arriaga una serie de dictámenes, uno de los cuales
comenzaba de manera taxativa:
Los Ingleses se hallan ya establecidos en una de las Islas Faukland […]
En este estado, no es un golpe de mano el arrojarlo de allí: presentemente
no hay obgeto para la dirección, pues ignoramos la situación de esta Isla,
su latitud, y longitud: […] Empeñarse en el de una Isla contra los Ingleses,
Dueños del mar, es precisamente convidarles a su triunfo: reflexionese lo
que abraza toda expedición marítima, y el obgeto sobre una Isla distante
dos mil leguas de europa y que el auxilio mas inmediato de Buenos Ayres
que no distancia menos de 300 leguas, es un refujio desnudo para esqua-
dras, pues no tiene un Puerto defendido para dos Navíos, ni la menor
providencia para suplir la falta de un Palo Mayor, ni carrera formal41.
41
Arriaga a Grimaldi, San Ildefonso, 31/8/1766, AGI, Indiferente, 412, 13. Efectivamente, el 23
de enero de 1765 Byron realizó un pequeño asentamiento en el occidente. Énfasis mío.
42
Papeles sin firma enviados al conde de Fuentes, AGS, Estado, 6957, doc. 2, fo 2.
52 darío g. barriera
43
«Noticias que acaban de recivirse de Inglaterra oy 14 de noviembre de 1767 sobre sus nuevos
establecimientos en America», San Lorenzo, 14/11/1767, AGI, Indiferente, 412, 35 (en adelante
«Noticias que acaban de recivirse»).
44
Reconocido por algunos navegantes desde el 23 de enero de 1765 —antes nombrado por los
españoles Puerto de la Cruzada, en el islote Saunders, al oeste de la Gran Malvina—. Una guar-
nición militar, al mando de Mac Bride, fue establecida allí el 8 de enero de 1766. Véase Walter,
A Voyage Round the World.
45
«Noticias que acaban de recivirse».
46
Amat a Arriaga, Lima, 30/5/1768, AGI, Indiferente, 412, 61, fo 2. Énfasis mío.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 53
Poco después de haber cerrado y enviado las últimas novedades de julio desde
la corte de Londres, Masserano remitió a Grimaldi unas notitas que le acercó
su par francés, Mr. Durand. El embajador refería a su ministro que los ingleses
pensaban establecerse en Malvinas de una manera sólida, con el principal objeto
de «hacer el contrabando con nuestras costas del Perú y en las del Brasil». Sin
embargo, la apreciación más aguda —relacionada con cómo el consejo del almi-
rantazgo iba a gestionar el envío de sus próximas embarcaciones— se desprende
del párrafo final:
Tengo entendido que lo consideran mas facil desde que saben que
los franceses deben retirarse de las Malvinas porque nos tienen a los
Españoles por menos vigilantes y mas lentos; y se lisongean que les
daremos tiempo para que afirmen el pie48.
Es interesante cómo se filtra allí (mediado por la oralidad) el punto de vista que
había sido deslizado en la reunión londinense: frente a rivales considerados más
«lentos», el almirantazgo inglés se tomó efectivamente algunas pausas y demoró
decisiones —punto de vista que Lord Egmond no compartía, al punto tal, que al
final de uno de esos consejos de comienzos de agosto, dimitió.
Para terminar, si para algunos asesores del gobierno de Carlos III lejos significaba
«difícil, malo y caro», para otros era inadmisible no garantizar allí una vigilante
presencia. La pluma que mejor refleja el modo en que se debía pensar el gobierno y
47
«Varios fechos sobre la Expedicion Inglesa à las Malvinas», AGS, Estado, 6962, 21. Énfasis mío.
48
Masserano a Grimaldi, Londres, 8/8/1766, AGI, Estado, 44, N. 61.
54 darío g. barriera
la defensa de los territorios distantes fue la del bailío Arriaga. El ministro reconocía
que los mares eran controlados por los ingleses, mermando el comercio legítimo
de España en todo el globo, y colocaba el perjuicio inglés en el mismo nivel que el
que producían holandeses, dinamarqueses y franceses con posesiones mucho más
cercanas que las Malvinas49. Pero lo que le interesaba subrayar era otra cosa:
De este todo deduzco que es mui perjudicial el nuevo establecimiento,
pero tambien imposible hecharles de èl si les obstienen: que sus conse-
quencias futuras en la parte que les ayudarà en una Guerra no persuade
la razon se intente precaberlas exponiendose à anticiparla […].
Millares de leguas de tierra que abrazan las posesiones de Indias, y a
distancia de miles de estos Dominios, no es posible defender por partes:
tan presto se presenta un objeto de recelo por Philipinas como por el
perú, Pueto Rico, ò Californias: aquel todo ha de sobstener nuestro todo,
prevenido como combiene para aplicarle donde mas aprobeche50.
Para el ministro era tan importante mantener el todo como evitar a toda costa
un nuevo frente de guerra, y sobre todo en los mares próximos, idea que corona
un dictamen de Juan Gregorio de Muniáin, quien el 29 de agosto de 1766 acom-
pañaba la firmeza en el rechazo a la invasión inglesa de Malvinas siempre y
cuando, claro está, los movimientos en los mares de América no generasen
otros, negativos, en «los mares de Europa»51.
49
En esto coincidía con expresiones vertidas años antes por Manuel Amat, para quien el trá-
fico más importante por las islas del cabo de Hornos y por el estrecho de Magallanes no lo
había hecho la «nación inglesa» sino la holandesa, que había cartografiado mejor la zona y reco-
gido esos mapas en el Atlas Geográfico de 1722. Véase Amat a Arriaga, Lima, 27/5/1768, AGI,
Indiferente, 412, 60, fo 8.
50
Arriaga a Grimaldi, San Ildefonso, 31/8/1766, AGS, Estado, 6962, 51, fo 3. Énfasis mío.
51
Muniáin a Arriaga, ampliación de dictamen sobre Malvinas, San Ildefonso, 29/8/1766, AGS,
Estado, 6962, 57, fo 3.
tan lejos de todo, y todo lo contrario 55
52
«Isla Malvina nombrada Nuestra Señora de la Soledad», s. d., AGI, Indiferente, 412, 75.
53
Martínez, 2015, § 9-14.