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Este texto, compilado por Janine Puget y René Kaes, cuya primera edición en francés

es de julio de 1988, fue redactado simultáneamente a la sucesión de hechos de violencia


Janine Puget I René Kaes
acaecidos en.et período de la represión ejercida por 1as dictaduras militares en el compiladores
Río de la Pla~ lúego editado en Italia, y ahora es el momento de una nueva edición
Amati Sas I Braun I Galli I Kaes I Pelento

Pu:::nIu;~n-cWª'
porque quedó en la memoria de muchos, porque lo piden, pero también
porque la memoria requiere pruebas escritas. Se ha dicho que el libro está agotado,
pero los recuerdos no lo están.
Para muchos, es un clásico; es un texto que habla de una época, que intenta dar forma
a lo que fue el terror ejercido por el Estado. Habla de algo del orden de lo inasible, capaz
de ser pensado y vuelto a pensar desde diferentes ángulos.dependiendo del momento -z.__O (X)f.
que se vive. Desde esta óptica, el tema es inagotable. Violencia de Escodo y psicoanólisis
cuestiona la teoría, la práctica y la ética del psicoanálisis en un régimen de terrorismo
de Estado, y lo hace interrogando descarnadamente desde los fundamentos mismos
de la disoplina: ¿cuáles son las condiciones sociales, culturales y políticas, I
y cuáles las consecuencias de la irrupción de la violencia de Estado en la historia
del Sujeto? ¿En qué difiere el traumatismo así creado de aquel que enfrenta la práctica
cotidiana del psicoanálisis? Así interroga la génesis del autoritarismo y analiza sus efectos
en la aparición de patologías graves. en la elaboración de ciertos duelos.
en la transmisión del horror y de la vergüenza. en el trabajo de la memoria,
en las situaciones extremas sufridas_
Este libro, vertebrado a partir de la situación argentina acontecida entre 1976 y 1983,
reúne el testimonio y la reflexión de un singular grupo de notables psicoanalistas
que padecieron, tanto en sus existencias como en su ejercicio profesional. la violencia
que infligía la dictadura militar. Las contribuciones que aporta son importantes
- en la medidfen que muestran en acción a los encargados de pensar (yde reparar)
una violencia que tiende precisamente a destruir esa capacidad de pensar y de actuar.

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Janine Puget - René Kaes (comps.)
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R Grupo Editorial Lumen
d Buenos Aires - México
s. 1985-1988
En abril de 1987, o sea cuatro años después de la fecha fijada para el fin de I. Violencia social y psicoanálisis.
la dictadura, surge una grave crisis política que hace vivir de nuevo el temor
a una amenaza de un golpe militar. Pero habíamos aprendido: el "no te me-
De lo ajeno estructurante a lo ajeno-ajeniz ante
tás" de la dictadura fue transformado en una g ran manifestación popular que
reunió diversas tendencias políticas para sostener la democracia_ La inercia, Janine Puget
el pánico, el sometimiento, el individualismo se transformaron en actividad,
coraje, independencia, solidaridad. La historia no fue escrita en vano.
Nos encontramos ahora ante las dificultades inherentes al establecimiento
1. Introducción
de una democracia. Hemos perdido la idealización hipomaníaca en cuanto a
la recuperación total de la libertad. Sentimos inqu ietud ante las amenazas
proferidas a aquellos que se han animado a denunciar los procedimientos mi- Algunas experiencias son del orden de kl univerS<il ~ por lo tanto, es difí-
litares. A algunos grupos de jóvenes que fueron educados durante el régimen cil sustraerse a ellas, si bien cada sujeto les otorgará un sentido singular. Pero
de terror les es difícil pensar la dimensión política. El malestar económico ad- hay otras ante las cuales existiría una tendencia a _la evitación; se iJitenta des-
quiere cada vez mayor proporción , y la población siente una gran intoleran- conocerlas recurriendo a la desmentida o a diversos mecanismos de defensa.
cia frente a l_as graves dificuJtades que conoce la Argentina. Sin embargo, se Recordaremos lo que sucedió a Bruno Bettelheim a l llegar a los Estados
pueden vol\'er a encontrar en eJ pais muchos signos de vitalidad. Unidos, cuando quiso transmitir su experiencia reciente en el campo de con-
centración. Nadie deseaba creerlo e incluso se recurrió a ciertos conocimien-
tos psiquiátricos a fin de imponerle un diagnóstico psicopatológico, para así
poder desmentir una realidad insoportable.
No entraremos en el detalle de las razones políticas que pudieron colabo-
:. rar a sostener tal posición. De todas maneras, es factible encontrar, en todas.
las circunstancias de violencia social que llevan a emplear la desmentida y la
alienación, razones psíquicas y políticas.
Suponernos que aquellos que dicen desconocer o no reconocer los sufri-
mientos extremos por no haber estado expuestos directamente a ellos ten-
drían, sin embargo, los medios para encontrar en su contexto sociocultural
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en algunas son menos visibles y es necesario un esfuerzo para detectar sus
efectos inconscientes. Pero, cuando se los ha vivido, en muchas ocasiones, es
fácil tener la impresión de que c;óJo podrán ser comprendidos por quienes las
hubieran experimentado. Hay aquí una dificultad.
La violencia social y su representación mental serán el punto de partida de
nuestras reflexiones en este libro, particularmente en lo concerniente al terro-
rismo de Estado en un país de América latina: la Argentina.
Si bien nuestro estudio se centrará sobre este terna, es posible pensar que
la violencia social existente en el mundo tiene muchos puntos en común. Se-
rá posible encontrar en cada caso algunas variables universales.
La primera reacción cuando se pretende transmitir las vicisitudes psicoló-
gicas producidas en el curso de una catástrofe social consiste en restringir el

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problema a una zona geográfica o mental alejada, la cual en última instancia ¿Será posible seguir sosteniendo una posición de este tipo sin Uevar a
puede o no interesar.
nuestros pacientes a reprimir o desmentir? El psicoanálisis nació tal vez por
Es un mecanismo inherente al aparato psíquico procurar deshacerse de necesidad, tal vez por ideología, bajo la égida de una ideología burguesa, pre-
aquello que Jo perturba. La expulsión, la proyección y la automutilación son valeciendo la hipótesis de la realidad psíquica construida entre las figuras pa-
mecanismos reconocidos en diferentes teorías psicoanalíticas, en tanto moda- rentales y el niño. Se apoyaba en una teoría pulsional para la cual el contexto
lidades primarias e~p!eadas con el fin de poder soportar lo que podría expo- social parecia de importancia secundaria. ¿Es posible pensar que la realidad
ner la mente al surg1m1ento de una vivencia insoportable. externa social, el no-Yo, carece de representación en la realidad psíquica? Pa-
La violencia ejercida por el Es tado es paradigma de la violencia social, ra contestar a este interrogante, tendremos entonces que reconocer cómo se
pu~sto que aquellos encargados de proteger e imponer la ley son justamente manifiesta el cuerpo social y sus signos. Así, la realidad social tendrá un esta-
quienes detentan un poder mortífero. Desde el Estado existen medios más su- tus que nos permitirá reconocerla.
tiles para_ ~poner_ violentamente un poder mortífero, dependientes de políti- Freud (1929),1 en su respuesta a Romain Rolland acerca del sentimiento
cas econom1cas e mtereses internac ionales. Pero, en nuestro caso, el Estado oceánico, descrito por este último como "un sentimiento de la atadura indiso-
empleó t~dos l~s m~todos a su_alcance. Por eJio consideramos apropiado ha- luble, de la copertenencia con el todo del m ~do exterio_r", dice que. se "incli-
blar d~ v~olencra social en reJ~c1ón con el terrorismo de Estado, ya que uno de naría a afirmar que, para mí, ese sentimiento tiene más bien el carácter de una
sus ob¡eh\'.º~ fue el de desarticular a todo grupo pensante que pudiera opo- visión intelectual no despojada de un cierto carácter afectivo, pero,.:Ie la indo-
nerse ~I Reg1men. ~ara ello combatieron primero a los líderes políticos, luego le que tampoco falta en otros actos de pensamiento de parecido alcance... La
a 1~ hderes potencia le~ y luego a cualquiera. Además, la dictadura se ocupó idea de que el ser humano recibiría una noción de su nexo con eJ mundo cir-
a_ct1vame?te_ de produ°: una falta de respuesta política, utilizando una poli- cundante a través de un sentimiento inmecliato dirigjdo ahí desde el comien-
hca econ~~1ca qu_e deb1a acarrear el empobrecimiento de una gran parte de zo mismo suena tan extraña... que parece justificada una derivación
la poblac1on. Es bien conocido que un pueblo que se muere de hambre tiene psicoanalítica, o sea genética, de un sentimiento como ése". Y un poco más
menos capacidad de pensar y de organizar movimientos de oposición. adelante reconoce que "nuestro sentimiento yoico de hoy es sólo un compri-
La tarea que emprendemos en este libro tiene algo que, er con la idea de mido resto de un sentimiento más abarcador --que lo abrazaba todo en ver-
transmitir lo difícil de transmitir y aun a veces imposible. Intentaremos en- dad- que correspondía a una a tadura más íntima del yo con el mundo
contrar un comienzo de solución a esta paradoja. circundante". En este texto se esboza la posibilidad de un nexo entre el Yo y
Reconocer la infl~encia del contexto social en el aparato psíquico y en el eJ mundo exterior, del cual exista una representación mental primitiva. Esta
en~adr~, y des:~bru su representación mental, es aún complejo dentro de la idea lleva a Freud a reconocer este vínculo de indisoluble comunión y adscri-
teona ps1coanahtica, por diferentes motivos. En la Argentina, muchos psicoa- birlo a ciertos casos particulares y patológicos y al enamoramiento. Con Isido-
nalistas se h_an de~~ado a _elaborar teorías acerca de Jos efectos psicológicos ro Berenslein (1984) hemos atribuido al vinculo primitivo con un Objeto
de la represión pohnca (Diana Kordon v Lucila Edelman lQR~ 10Ri:;, ..,....t,,. Único y exclusivo el sentimiento oceánico y de fusión recreado durante el 'e na-
á~rante su transcurso como hasta ahora. No fue necesario esperar O:.-aren;; morarruenro, y u1tenormente Jo hemos reconocido como representación origi-
anos, como con el fenómeno nazi. Tal, ez aprendimos de esa experiencia y al- naria del vínculo entre el Yo y el Todo 0anine Puget, 1987).
go le debemos. En sus escritos "sociales", Freud detectó con gran sutileza características
de los fenómenos sociales, del comportamiento de las masas y su relación con
- el líder, y pronto remitió esta problemática al Edipo, a la castración y aJ parri-
cidio, llevando sus hipótesis a cierto reduccionismo.
2. Dificultades teóricas
El problema de la representación mental de lo social sigue siendo de difí-
cil solución. Esto nos lleva, en un primer abordaje, a trazar u.na línea diviso-
Nuestro pqsndo teórico ria entre las teorías que sostienen que el psicoanalista no tiene qué hacer con
el contexto social y aquellas que sostienen lo contrario. Entre las primeras, ha-
. Es proba~le que la teoría psicoanalítica nos haya llevado a pensar que pu- ríamos una subdivisión durante períodos de gran conmoción social, cuando
d1era ser factible establecer un encuadre sin tomar en cuenta el contexto social la exclusión del contexto social no se debe tan sólo a una postura científica si-
o, por lo menos, que como psicoanalistas disponemos de medios pobres para
abordar este tema.
1 Sigmund Freud. El 11UJl.'Slar 1m la cr,/turn, O. C., Buenos Aires, Amorrortu, L XXI, págs. 66-68.

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no a la necesidad de refugiarse o autoacuartelarse en una celda aséptica. El 1. Un efecto tra11111ático. Se produce cuando un evento de cualquier origen
mundo historicogenético ocupa entonces el trono para pacientes y analistas, perturba brusca y sorpresivarnente la comunicación analítica. Si bien en apa-
L
siendo evidente el carácter defensivo de tal postulación. Se transforma en ba• riencia el mundo superpuesto crea un universo que aproximaría el analista a
luarte. su analizado, a la postre será el que más lo aleje del descubrimiento del in-
consciente. El vínculo analitico no ofrecerá al analista la posibilidad de dispo-
ner de un espacio-tiempo necesario para la elaboración de un acontecimiento
Otra dificultad de percepción: Mundos Superpuestos que le es personal y que sólo podrá resolver en la intimidad. Se encuentra en
una trampa. Evidentemente, él no puede hablar a su paciente sin utilizar, por
Una de las dific-ultades para la conceptualización del estado de catástrofe razones semióticas y de comunicación, el lenguaje o las mismas palabras que
social y su instrumentación psicoanalítica se debe al hecho de que pacientes y Je pertenecen a s u paciente. Pero, justamente, son aquellas que han produci-
analistas están inmersos en el mismo contexto social, requeridos por los mis- do y producen en él un efecto traumático, pues pertenecen a su vida privada,
mos miedos y dificultades para percibir los dalos. "Cuando analistas y pa• la cual ahora se superpone con la de s u paciente. Sufre entonces de lo que he-
cientes viven al mismo tiempo iguales inquietudes o preocupaciones mos llamado una microsituación traumática, con todos los síntomas de ma-
provenientes del contexto de la vida cotidiana, hablaremos del fenómeno de lestar, angustia, desestructuración psicótica, re!lctivación de ciertas angustias
los Mundos Superpuestos" Uanine Puget y Leonardo Wender, 1982). Es dable paranoides o confusionales. Bajo ese efecto, es posíble que reaparezca un es-
suponer que faltará al analista la distancia-tiempo psíquica necesaria para el tado regido por lo sensorial, con abolición de la capacidad de pensar~ de ejer-
reconocimiento de aquello semejante y diferente que lo vincula con sus pa· cer la función analítica. Ese estado inconsciente invadirá poco a poco el
cientes. La presencia en el material de datos provenientes de una realidad encuadre y la interpretación, así como la elección del material. Se creará una
t-raurnática común compartida, es fuente de distorsiones y transformaciones zona sorda y muda en la cual se alojará el ncting 011I del analista.
en la escucha del analista y en su función analítica, promueve en el analista
una tendencia especial a participar, a "compartir". Compartir involuntario e
2. Un trastorno narcisista. El narcisismo analítico proveniente de la sublima-
inevitable que estimula o inhibe una curiosidad ambivalente, que suele trans-
ción es reemplazado por el narcisismo de la vida cotidiana, personal. El ana-
formarse en secreta, vicariante y vergonzante.
lista sentirá el deseo de ser nombrado, querido o satisfecho de una manera
En ciertas condiciones, nos es dificil delimitar claram~te el campo anali- directa e inmediata, aumentar s u prestigio y sus conocimiento:,.
fico del campo al cual podríamos llamar de la cofidianidad o de la realidad so-
El analista se transformará en el objeto desvalido, desamparado, y el pa-
ciocultural. A veces, por la abundancia de información o noticias, otras por la
ciente, en su objeto protector. Intentará entonces cumplir con las exigencia:,
flagrante omisión de aquello que es de dominio público, se produce una inun·
ideales que se apoyan sobre su:, exigencias primitivas. Este proceso sufrirá di·
dación en el encuadre. El mundo de lo coLidiano viola el campo analítico de-
versas y complejas vicisitudes. Activa un funcionamjento primitivo regido
bido a s u fuerza traumática. Estas condiciones se transforman en amenaza
por el yo ideal y el ideal del yo proyectado sobre el macrocontexto sociocul-
para el funcionamiento sublimatorio y, por lo tanto, vocacional del analista, h,r-'11 j e,~ ""'°;'.-~<."t"<-~~~~(" !:' :...~=~~..::::t::: :;;:,:!_;!";.~~. ::: _:..-.~::~~u, :J..__.,:~:~\.ü.._;V \...Vil
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soore et cuat en general se sostiene el deseo de compartir y conocer los secre•


los "como si" propuestos, se siente inducido a transformarlos en mandato. Sa-
tos del inconsciente, así como descifrarlos. Pero en este caso es justamente la
bemos también que las identificaciones provenientes del yo ideal pueden de-
cualidad traumática de este material y el interés que despierta lo que lleva a
terminar la producción de identificaciones heroicas, de identificaciones
la pérdida del misteno necesario para inducir al analista a desear descifrarlos.
mortíferas o delincuencia les. Su aut()('stima padece cada, e.: más. Cuando ri-
Lo escucha como tal desde lo real. Ya no es un jeroglífico. El analista se apro-
ge un funcionamiento megalomaníaco, el analista ocupará el lugar del bebé
piará inconscientemente de los hechos anecdóticos desconociendo las fuentes
omnisciente del delirio de sus pacientes. "Sabe todo, comparte todo" o, por lo
inconscientes de su paciente y perderá todo el interés analítico. Sólo buscará contrario, cuando predomjna un funcionamiento melancólico, "no sabe nada,
otros interlocutores ilusorios, tanto él mismo como otros sujetos pertenecien- ignora todo".
tes a su universo cotidiano. La omisión del material, en tanto uno de los efec-
tos posibles de la desmentida de su paáente, lo JJevará a establecer un pacto Es probable que ciertos excesos de interpretación de la transferencia se de-
de complicidad y "olvidar" el mundo exterior. ban a este fm,cionamiento y es también factible que la hipótesis de los trastor-
nos narcisistas debidos al Mundo Superpuesto pueda permitir comprender
Activa en él dos perturbaciones fundamentales que luego revertirán el
proceso analítico. mejor ciertas dificultades padecidas por las instituciones psicoanalíticas en

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generaJ, pero que adquieren características específicas durante períodos de La realidad social2 es entonces aquella que nos habla de todos los hombres
violencia de Estado. En las instituciones y por diferentes motivos, se reprodu- existentes en w1 contexto dado. Es diferente de una de sus manifestaciones,
ce simétricamente la estructura del macrocontexto social. como Jo es la familia, a la cual considero cultural.

Otra dificultad
1 Percibir la presencia de otro sujeto, los primeros objetos parentales, depen-
de de la inermidad del infante y de su constitución en el seno de la familia,
que depende de la configuración edípica. Percibir eJ espacio social depende
Para el crecimiento del aparato psíquico, es de fundamental importancia de otros factores aún desconocidos o no suficientemente conocidos en la teo-
ser capaz de reconocer estímulos, recibir exactos índices y semantizarlos. Los
principios básicos para la formación del aparalo psíquico postulados por
l- ría psicoanalítica pero que probablemente estén en relación con cuestiones
primarias de pertenencia y de poder. Pensamos que la hipótesis de René Kaes
(198-la) sobre el apuntalamiento múltiple puede abrir una puerta importante

!
Freud se refieren a la capacidad de discriminar Yo-no Yo, mundo interno-
mundo externo, placer-displacer, activo-pasivo. Para ello, la función parental, para el descubrimiento de la especificidad de la representación social.
una de las encargadas de lransmitir los signjfjcantes del contexto social, pro- El infante es el Sujeto de la estructura social en la cual está inserto, antes
veerá significaciones cada vez más complejas y diversificadas, hasta tanto el de serlo de sus vínculos parentales. Para afiqpar tal hipótesis, es necesario
1
Yo inmaduro tenga la posibilidad de adquirir la capacidad de hacerlo para sí. proponer otra.3 La estructura social generadora de la especie es la matriz. que
El reconocimiento de la realidad externa se encuentra en directa relación con da nacimiento al sujeto en su estructura familiar. La inserción social ~o se de-
los conocimienlos y las teorías que el aparato psíquico pueda formularse, es- riva de la estructura familiar. Así, la estructura familiar marcada por el Edipo
tableciendo relaciones, formulando juicios, descubriendo nexos causales, uti- y la estructura social marcada por el complejo social tienen cada una leyes que
lizando el lenguaje y, por ende, incrementando la capacidad simbólica. Las les son propias. Para la primera consideramos que el organizador es la castra-
teorías iniciales relacionadas con funcionamientos primitivos y teorías sexua- ción y para la segunda, Jas reglas y la institución. En una, lo prohibido es el
les infantiles son refutadas cuando el crecimiento mental lo hace posible. Ca- incesto y el parricidio; en la otra, la anomfa y el asesinato de cualquier otro.
da sujeto es para sí mismo un epistemólogo que trabaja en la elaboración de Pensamos que deberemos resolver ciertas cuestiones en lo que concierne a
nuevas teorías que den cuenta de Jos hechos y puedan ser corroboradas o re- la conducta social y su comprensión en el encuadre de una teoría psicoanalí-
futadas. tica. Y así reconocer que eJ "actuar social" en las diferentes instituciones en las
Es posible suponer también que el bebé pueda recibir significantes cultu- cuales el individuo tiene un lugar produce ciertos fenómenos cuyas raíces in-
rales directamente sin la mediación de las figuras parentales. Del macrocon- conscientes no conocemos aún. ¿Cuál es la especificidad de estos vínculos so-
cepto sociocultural capta diversas informaciones, las que poco a poco serán ciales inconscientes? ¿Tendremos que proponer un nuevo programa de
decodificadas por el bebé Oanine Puget, 1987). investigación si se considera la socialización como resultado de un proceso in-
Cuando la información acerca de los datos es clara, o por lo menos accesi- dependiente de las primeras relaciones parentales de objeto? Sostener que fa
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realidad social está mediatizada oor el suoervó de lo~ nacirPc: o 1111P P I infant<>
nocimiento, el descubrimiento y la comprensión se ven tan sólo dificultados accede a ella directamente son los hipót~sis· diferent~. No son· compatibles
por la complejidad inherente al proceso en sí. En el caso del niño, padres am- en el núcleo "duro" de la teoría de un mismo programa de investigación (Ir-
biguos, confusos, emisores de mensajes falsos, alteran su funcionamiento psí- me La ka tos, 1970).
quico. Lo mismo sucede para el adulto cuando la información social es falsa Para tener en cuenta esta última hipótesis, habrá que pensar que el Sujeto
o tendenciosa. Producirá perturbaciones de diferente orden, directamente de- forma parte de un conjunto del cual tiene una representación mental y que
pendientes de la cualidad de la información, del mensaje lanático transmiti- contiene subsistemas para cada uno de los cuales habrá que detectar organi-
do y, por supuesto, de su consonancia con funcionamientos primitivos de la zadores específicos. En consecuencia, podremos proponer que el sujeto está
mente. inmerso en un mundo de estimulas que puede percibir directamente sin la
Pensamos que la inserción social es impuesta e incluye al individuo en una mediación de Jos objetos parentales y que estos últimos no son más que uno
historia que lo precede y lo sigue, tiene una cualidad inconsciente y transfor-
ma al sujeto en transmisor y actor de una organización social en la cual es su- 2 Establezco una diferencia entre lo cultural y lo social. El campo social es el de un conjunto reu-
jeto activo y sujeto pasivo. Será portador de un código referido a su nido por una lengua, una tradición, la organización de la justicia según reglas concernientes a la
pertenencia a la estructura social. distribución del trabajo y de lasdases sociales, teniendo una historia político-institucional Mien-
tras que lo cultural tiene que ,,er con leyes de parentesco y cuestiones de los orígenes.
3 No hablo aquí de una cuestión evolutiva, smo de diferentes órdenes lógicos.

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de los habitantes del macromundo sociocultural. El pasaje a los objetos paren- so de la violencia social, con una manifestación disruptiva, tendiente a esta-
tales privilegiados se constituye como primera pérdida de la pertenencia a un blecer o reforzar un par amparo-desamparo, con posible anulación o, más
, Todo, siendo ésta probablemente la base de una herida narcisista primitiva. aún, aniquilación del más débil o debilitado. Se basa en una transgresión de
Esto nos lleva a escuchar con mucha atención lo que nos parece del domi- la Ley. Como consecuencia, reduce el espacio vincular y de socialización a su
nio de la pertenencia social de los pacientes e interpretar la especificidad de mínima expresión, impone algo ajeno al Yo, anula al Sujeto deseante, lo des-
los acuerdos inconscientes entre el individuo y el macrocontexto social. conoce y transforma el vínculo en aquél del amo y del esclavo, desarticula los
El discurso de las figuras parentales y el discurso social proponen al Yo di- ejes de la pertenencia social. Ya no hay dilema ni cuestionam iento, pues lo que
ferentes diálogos. A lo largo de este estudio, nos ocuparemos principalmente está en peligro es la vida. El pensar se restringe a zonas que reafirmen la exis-
del discurso social. Del discurso social depende la identidad como individuo tencia.
y del discurso edípico, la identidad como sujeto. Uno se basa en la castración, Cualquiera, en cualquier momento, puede ser un significante que desde el
y el otro, en las regJas que protegen de la anomia Uanine Puget, 1987). terrorismo de Estado es necesario aniquilar. El terrorismo de Estado aniquiló
a todos, a cualquiera y a algunos en especial, porque eran signos que se ins-
cribirían en el imaginario social con la connok'ción de pánico. La población
aniquilada formaba parte de una "clase natural" que, coma los esclavos para
3. V io len cia social
Aristóteles, no son humanos y, por Jo tanto, no tienen derechos. froduce
muertes y, en los demás, un fenómeno de enajenación. Además, cuando lapa-
Violem.ia y viole ncia social son dos conceptos conexos, si bien pertenecen radoja proviene del contexto social compartido, produce una perturbación en
a diferentes contextos. el d iálogo psicoanalítico. Analistas y pacientes ya no pueden trabajar "sin de-
Intentaremos reconocer si se puede formular una base meta psicológica co- seo y memoria", y entonces el vínculo se restringe y e l mundo de la continui-
mún y comprender los efectos de la violencia ejer cida desde el contexto social dad genética se transforma en baluarte.
por una estructura de poder dictatorial y en especial por el terrorismo de Es-
tado. Su significante es el terror, que además es desmentido, creando un esta-
do de terrorismo con su equivalente en el aparato psíquico. 4. Catástrofe socia l
:- La problemátíca iñliereñteal'a articufa~ión individuo-sociedad es del or-
den de los vínculos sellados por acuerdos y pactos inconscientes que en algu-
nos momentos de la vida permanecen mudos pero no por ello menos activos. El período de la d ictadura se llamó "Catástrofe Social". Empleamos este
Dan lugar con facilidad a la instauración de acuerdos repetitivos históricos y concepto como un estado cuya representación mental es la de dcsarlic11lació11
pactos cor ruptos. Fijan la identidad trascendental como sujeto y sujeto social. en un contexto de violencia social de algunos de los parámetros que hacen al
"contrato narcisista" (Piera Aulagnier, 1975) individuo-sociedad. De golpe o
Revisando la literatura sobre el tema de la violencia. nos encontramos con .--••1-L:_..., _ _ .. ,.,.._ _..., -:.--.J.-. ,.. l - - -
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formulaciones que intentan reconocer en ella una manifes tación de la agre- ción societaria acerca de la vida y de la muerte, del delito y su penalización.
sión, del instinto de muerte, de la pulsión, de una entidad pulsional diferen- El sentimiento de culpa pierde un orden causal histórico-genético y se trans-
te, y la revisten tanto de Eros como de Tánatos Uean Bergeret, 1984b). Otros la forma en culpa ~ocinl. El contexto social se vuelve wcohcrt•11/e, incomprens,ble e
conceptualizan en términos de narcisismo (André Green, 1983; Simone Deco- inasible.
bert, 1984), o la reconocen como un mecanismo inherente a la inermidad del
infante y la consiguiente necesidad de recibir significaciones de un Yo proté- El discurso autoritario que emana de los organismos que detentan el poder
sico (parental) (Piera Aulagnier, 1975-1985); y otros ven s u origen en la contra- adopta w1a Jógica causal basada en hipótesis falsas, al apoyarse en valores éti-
dicción (René Diatkine, 1984) psíquica o en la paradoja (Didier Anz.ieu, 1965; cos pen·ersos que promueven un accionar corrupto.
Simone Decobert, 1984). Como consecuencia, los grupos de pertenencia se desorgariizan o incre-
Para todos, habría una violencia necesaria e inherente a la condición hu- mentan una cohesión defensiva, y los de referencia se pierden.
mana. Intentaremos detectar y conceptualizar su exceso, su instrumentación
y sus consecuencias en el aparato psíquico.
Cualquiera sea la teorización, nos encontramos descriptivamente en el ca-
• Véase Lía R,cón, Cap. 111.

32 33
Postulamos la hipótesis de que: to Únko (1sidoro Berenstein y Janine Puget, 1984). Se trata de una es-
tructura originaria correspondiente al desamparo originario, para la
cual es necesario un objeto amparador. Se trata de una primera organi-
l. Gran parte de la población entró en estado de enajenación, tornan- zación objetal aún impregnada del narcisismo originario. El anhelo de
do este concepto aquí tal como lo definiera Piera Aulagnier (1979). La recrear t.•ste vínculo puede llevar a soporta r el exceso de violencia.
autora describe u.na particular modalidad de patología de la idealiza- Cuando un sujeto se transforma en protector-amparador de otro, lo
ción referida al fenómeno social que lleva a un estado de enajenación quiera o no, teniendo para ello que volverlo a objeto inermizado o iner-
masiva según la cual el sujeto se identifica con la fuerza enajenante. Se me, está instrumentando un exceso de violencia. Recuerden el discur-
apoya sobre un deseo de enajenación y transforma al Sujeto en comba- so megalomaníaco del poder que se instauró como protector de todos
tiente de una "causa" a la cual se atribuye la potencia delirante de ga- y de cada uno. Concebimos una violencia que anula y transforma al
rantizar la verdad, la supremacía, la bondad. Descriptivamente da otro Yo en transparente, potencialidad psicótica que se ejerce en e l con-
seguridad, certidumbre y evita el conflicto, sometiéndose a un sistema texto de la estructura familiar y una violencia originada en el exceso de
social que p rohíbe el pensar libre. fusión que separa y rompe los vínculos. Ésta se basa en el modelo del
Otros, respondiendo a este mismo mecanismo y por razones subje- trauma de nacimiento y ruptura de SiJJbiosis.
tivas, enajenaron su pensamiento a la ideología dominante de una sec- • EJ otro nivel de análisis tiene que ver con el acuerdo inconsciente
ta, de un grupo o microgrupo. Así pudimos asistir al fortalecimiento entre el Conjunto y el Sujeto al cual Je es impuesto un lugar. &ta impo-
defensivo de ciertos grupos de pertenencia en tomo a ideologías no sición es el resultado de una violencia necesaria, pero se transforma en
conflictivas con la estructura del poder. El someterse a los organismos exceso cuando el lugar impuesto no depende de la inscripción natural
de poder liberó en algunos conductas irracionales y violentas, o llevó a del sujeto en el grupo sino de los requerimientos del autoritarismo y de
la creación de un pensamiento místico. la necesidad de crear un chivo emisario. La violencia del conjunto de-
2. Otra parte de la población pudo conservar la capacidad de pen- pende del mensaje transmitido y de la fuerza derivada de funciona-
sar y percibir los datos de la realidad, mundo exterior, con el consi- mientos grupales y societarios donde se potencian emociones,
guiente sufrimiento y una tendencia a la adaptación, resultado de una senliinientos y actos. Asimismo se activa un nivel de funcionamiento
ambivalencia. basado en la fusión, según el cual es difícil discriminar el espacio pro-
3. Otra parte, sin contradicción, apoyó abiertamente la dictadura, pio y el compartido. Otro factor que potencia el mecanismo menciona-
plenamente identificada con ésta. do se debe a la impunidad que da el funcionamiento grupal respa Ida do
en el anonimato de sus miembros y de esta manera permite a los suje-
tos eludir los sentimientos de responsabilidad sobre sus actos. Todos
estos factores comportan un exceso de violencia y participan en la qea-
5. AJienación ción de una estructura vincular de protector-desamparado.

Se plantea un primer interrogante: ¿la alienación se apoya necesariamente La pertenencia a un grupo representante del conjunto de la colectividad es
en un deseo similar, deseo de enajenar y, por lo tanto, de ahí deriva su fuerza? condición necesaria para la vida. La opción es binaria: aliarse o ser segregado;
¿O el otro, capaz de s er aniquilado, recibe algo ajeno, n o semantizable desde el segundo es vivido como no perteneciendo a la estructura social (autoexilio).
sus hmcionamientos inermes, siendo menos reconocible aun porque es ajeno? La vivencia que surge en el transcurso de emigraciones forzadas está relacio-
Para quien ejerce la violencia, el otro es concebido tan sólo como un objeto que nada con la pérdida de la pertenencia. En condiciones de violencia social, el
debe ser neutralizado, cosificado, para lo cual la puJsión de dominio es instru- tipo de alianza depende de funcionamientos paranoicos y promueve una vi-
mentada con medios violentos y perversos. Violencia y perversión definen la vencia de alianza forzada.
acción del terrorismo de Estado.
La potencialidad destructiva de un grupo no se debe sólo a la sumatoria
Podemos destacar dos primeros niveles de análisis: de individuos. Conforma una nueva entidad origen de emociones y actos in-
controlables y primitivos. De más está decir que, cuando se organiza para des-
• Uno narcisista, según el cual, sostenido por la pulsió n de domi- truir, el Poder es aún mayor.
nio, se impone por la fuerza una estructura vincular a modelo de Obje- Los dos niveles de funcionamientos, Objeto Único y acuerdos inconscien-

34 35
tes entre el individuo y la sociedad, se actualizan durante los fenómenos de Fl estado de amenaza puede llevar a desear e:,tar muerto para recuperar
violencia social. una certeza, un límite a su angustia devoradora. Sería equiparable al deseo de
En síntesis, inennidad-amparo, anomia-pertenencia son dos ejes potencia- no desear como defensa frente a un dolor insoportable. _
dos por la violencia social. $e puede observar una angustia similar en pacientes mu riente~, con diag-
nóstico certero de muerte, enfrentados a la impo~en<:ia de combalir el en ':1ª''
los cuales aparece el deseo de recuperar algunos mdiaos de_ certeza acerca de
su muerte en un intento maníaco de controlarla. Ya no_sena la muerte lo te-
6. Estado de amenaza "do sino la incertidumbre. Un sentimi,mto de máximo desamp_aro es la
:~\"i~ción de que la muerte es un acto solitario sostenido, en e l me¡or de los
La \ iolenoa social prolongada crea un t::-lndo dt a111t:11a:w soc111/. Se trata de casos, por un tercero, irtual. Un detenido-dc~aparec1_do expresó que recupe-
una condición mental donde el Yo pierde la posibilidad de reconocer índices ró serenidad cuando pudo unh ersalizar la singularidad de su dolor Ya no
según los cuales discriminar jerarquizadamente el peligro proveniente del estaba solo.
mundo externo, imaginación y realidad, y vida y muerte; se produce un esta- Pero en ambos casos hay una diferencia El (Jlferm~ _muriente r~ibe aten-
do de confusión y paralización, así como el fracaso de funcionamientos para- ción y cuidado y su dolor es reconocido desde lo fam1l'.ar Y_ lo s0e1al. Para,el
noides útiles. Confunde realidad interna con realidad externa cuando intenta desaparecido eJ dolor es provocado,) el medio no legah.z.a smo qu_e at-'1~a I a-
detectar si el ataque es imaginado o real. Está enfrentado con la tarea imposi- ra ·a uellos q~ie vi\"en en estado de amenaza política, el do_l~r es imaginado,
ble de instrumentar accione!'> para protegerse de un posible ataque al no cono- menial, )' no existe ob¡eto amparador. Ya no ha) repre~ntac1on mental del ob-
cer al enemigo. Se produce una alteración de la vivencia temporal: el presente ·eto rotector. Faltan indicadores precisos. y lo alealono se transfo':"'a en co-
depende de un futuro para el cual el "si y entonces" no es operativo; pierde Jtidi!o atacando Jos puntos de certeza necesarios. Cuando el medio ¡ushhca
uno de sus sentidos. La elección de opciones se\ e dificultada al fallar su con- 1crimen el dolor y no sólo los justifica sino que los impone, se agrcg~ al s u·
textualización. No se conocen el nuevo código ni las reglas de juego. Cuando ~rimient~ un ele~ento de desamparo de una cualid~d particu_lar M1e~tras
e.to sucede en el ~cenario del macroconte>-.to social, el Yo siente cuestionados ue cuando el medio condena el dolor o incluso reacciona, pud1end_o ~tihzar
aquellos puntos de certezas en los cuales basa su identidad social. La incerti- ~u f~ción de protecoón O de acomp.iñamiento, sólo quedan ~I suf~1m1ento)
d11111bn: y la angustia a t:>lla ligada~ transforman en un estado cuya fuerza de- la soledad propios de las situaciones extremas, sin la hum'.llac1ón m todos los
sorganizadora ataca aquellos referentes que otrora dieron coherencia a la sentimientos que la acompañan Sobre la escena de lo social, la muc:rte ~e un
identidad y la pertenenc1a. Se instala un sentimiento de dependencia entre un grupo es representada por la i~~errupc1~n de lo: vínc-u_los de pertenencia )' la
Yo inerme y otro desconocido, el grupo, la sociedad. La amenaza impregna to- reduccion .i su mmima e~pres1on de la m--cnpc1c.'ln social.
dos los intercambios. La dictadura militar creó una situación social cuvo modelo se superp~ne
Cuando la amenaza se instala como estado, produce un incremento de an- ,ll funcionamiento anteriormente dc ...crito. La e:tructura ~e po~er -~rga_mz~
-t" na mteraccion entre ctom1mo e inem,1a,lU :.oc1.i1, ~un e1 p1opu:,1t1.>_ut! .u,~~1° 1
siedades confus1onales y esqu1zoparanoide!-. La rnentP mv-..-1;.-1 ... ;""!"" :.:~::
\"1\·t:nc1a ae pellgro y un pensamiento circular, repetith o. asociado a ideas de ~,r física y mentalmente a las personas, intentando crear un espacio vac10 de J
max,mo sufrimiento futuro o muerte, con la consiguiente inhib1c1ón o limita- c;.ignificación. _ .
ción en su accionar. Es probable que los efectos patógenos st:' hagan mas endente:> cuando
Cuando el estado de amenaza es comparlldo por un grupo, se produce un obligan al individuo a todo tipo de rt.!stncci~n, más aún cuando atacan lapo-
fenómeno multiplicador que JIE,, a al grupo a reactl\ ar funcionamientos irra- sibilidad de pensar y actuar en consecuencia. Deberemos poder ~eencontrar
cionales) su correlato, una inhibición del pensamiento. l'n cada contexto social el hecho particul.ir capaz de poner en pehgro el apa-
Un paciente desapar!Kldo durante un tiempo, y luego preso, recordaba el rato perceptual del Yo y restringir las re),1Ciones humanas. _ _
lapso entre cada tortura como el de mayor sufrimiento mental ligado a la fal- Intentando hacer una breve descnpción del contexto soaal argentu~o, des-
ta de limites al dolor ps1qtuco. Lo invadía un estado de pánico en el que algo ·ctadura se ocupó activamente de prod11c1r 1gnora11Cl(I, crear
tacaremos que 1a d 1 . • 1 • - , uti-
no imaginable, no semantizable, terrible, iba a suceder sin saber cuando ni có- fribas txpt•clalit,as, mlucir al silencio todo pensamiento coi:'trano a __reg1mc~,
mo, \ ivido como incertidumbre enloquecedora mientras que, por el contr,1- 1,~r t'I 111¡,,,fo y t•I pánico como in~lrumenlo, tranefcmnar la wfor111ac,on t'~ de:-11}/or~
rio, durante la tortura se concentraba para defenderse del dolor físico y mación O ,nformnción perversa utilizando predommant~ment~ los men~a¡_c:
mental, dándole un limite al pánico Oanine Puget y Leonardo Wender, 1986). paradoja/es Desapareció poco a poco del vocabulario comente cierto lengua¡c.

L_ 36 37
El lenguaje del Poder hablaba de la protección de las familias, de la creación de El estado de amenaza es un estado Límite que puede transformarse en ob-
un nuevo orden (recordemos a Hitler), habiendo creado un sistema de impu- servable para un psicoanalista. Toda la población lo sufrió de una manera u
nidad según el cual el crimen, la tortura, la mentira, la anulación de los Dere- otra y, por Jo tanto, también el encuadre psicoanalítico. Cu~to más seamos
chos Humanos eran "permitidos" para recuperar la "seguridad nacional". capaces de reconocerlo, mejor conservaremos nuestra ca~aodad de ~ r Y
Para un psicoanalista, el lenguaje como medio para transmitir conocimien- podremos evitar sucumbir a ese tipo de fenómenos que siguen produciéndo-
to, esclarecer malos entendidos y transfom1ar en comunicación las imágenes se en todo el mundo.
y las emociones tiene un valor fundamental. Podemos considerar entonces
haber sido atacados en nuestro instrumento privilegiado, que es la palabra, el Mentalización del estado de amenaza
conocimiento y el pensar. Trazaremos una cüferencia con otras catástrofes so-
ciales donde la posibilidad de hablar y conocer está permitida.
El proceso de mentalización de una amenaza pasa por varias etapas. En l_a
Estamos acostumbrados a pensar en la fuerza identiJicante del discurso primera, se produce un derrumbe de la organización mental c~rcana al p~-
parental, pero con ocemos menos la fuerza identificante del discurso social. La co o terror. En la segunda, se busca dar un nombre o encontrar signos median-
formación del sí mismo en una relación dialéctica con la alteridad depende te los cuales semantiza.r la amenaza en un intlnto de resolverla, evitarla,
fundamentalmente de estos dos discursos. Por ello nos será importante detec-
implementar sistemas defensivos, controlarla, ~uJarla. Lu~go'. en~ etapa si-
tar los modelos identificatorios, así como los valores transmitidos por el dis-
curso del Poder. guiente se produce una oscilación entre d~e~aoó~ y cono~~aó~J Y~ el
mejor de los casos se restablece una organizaoón ':'1tal cuyo eie ilus~ao ~ im-
pedir la efectivización de la amenaza. Los mecarusmos de adaptación rmpo-
Inscripción mental del estado de amenaza nen la vida a cualquier precio. Es probable que éste sea e l momento en el cual
algunos torturados se entregaron a sus to~adores en W'\ intento_de salvar
su vida. Es también el momento de la creación de baluartes o de rrutos.
Una manera de resumir un aspecto del contexto social de la Argentina po-
dría ser reconociendo la inscripción mental de un estado de amenaza cuyas ca- En situaciones críticas, el Yo adquiere una representación de tiempo futu-
racterísticas describiremos a continuación. ro, tiempo de intención (Elliot Jaques, 1982) ligado a dolor o ~uerte. La_expe-
riencia temporal se acorta. Hay una hiperlucidez o atenoón refenda al
Cuánto tiempo puede el aparato psíquico soportar vivir en un estado de
presente y, sobre todo, a un tiempo fáctico, cürectam~te ?gada ~ la men_te al
amenaza sin recurrir a la desmentida, al sometimiento masoquista o a la re-
sostén de la vida. Se C"elativizan todas aquellas expenenoas asOCJadas a tiem-
nuncia de ciertos valores, o incluso a la adopción de los valores del poder tor-
turador como suyos. po infinito o tiempo ilimitado. Las prioridades pasan por lo más cercano a
conservación y necesidad. La seguridad dada por el proyecto fu~ro e s ~ -
Podemos aceptar que el estado de amenaza social: plazada por otro sistema de creencia sostenida por el pensamiento mágico
!.- 1.--'-~---
u tJl.'-'"A 1 '-'-'"j • - - ~

l . impone restricciones al Yo mientras no pueda recuperar un espacio


mental y vincular construido a partir de la concientización devalo-
res mediante los cuales se instala en su organización social;
Las situaciones críticas y el estado de amenaza suscitan un tipo de funcio-
namiento mental que conserva ciertas analogías.
Intentaremos reconocer los efectos mencionados presentando material clí-
i
2. produce un estado de inhibición, obnubilación o hiperlucidez. El es- nico perteneciente a diferentes encuadres psicoanalíticos.
tado de amenaza abre la puerta a cierto género de imágenes referi-
das a lo siniestr o, el vacío, a lo insemanlizable;
3. produce una perturbación de la función de predicción y anticipa•
ción; 7. Efectos sobre diferentes encuadres
4. invade el espacio mental con emociones que no pueden ser traduci-
das en palabras equiparadas a una vivencia de insoportable. Se acti- La población de la cual nos ocupamos puede dividirse en:
van funcionamientos originarios;
S. interrumpe o modifica bruscamente los vínculos sociales de perte- l. Directamente afectada, que comprende a las familias de desapareci-
nencia y referencia. El compartir es equivalente a peligro. dos, los adolescentes y estudiantes y a personas que por diversas ra- .,
38 39
zoncs consideraban correr riesgo. Las razones eran infinitas y algu- en otros como una inútil y además peligrosa para toda su familia. Las diferen-
nas veces tan irracionales como lo eran las reglas sociales. cias ideológicas, que habían sido desconocidas en el momento de la forma-
ción del acuerdo inconsciente fundante de su vinculo de pareja, se tomaban
I""
2. No directamente afectada, que podía dividirse en enajenada O preo-
cupada. ahora intolerables.
Llegaron a ponerse de acuerdo para tomar la decisión de irse, pese a que
lo hicieron separadamente. La familia de ese paciente era de origen europeo
Pese a ello pu.dimos reconocer diferentes formas de desmentida de ac . y había perdido la mayoría de sus miembros durante el nazismo. Él se sentía
d 1 • • uer
o con
. . . as .caractenshcas
, . del contexto social
. , que comprend'a
1 un man d a to d e mejor preparado que otroc:, y por lo tanto que su esposa, para reconocer los
sum1s1on) una perd1d,l de los referentes identifica torios. signos de amenaza, pero no podía tolerar lo que llamaba su torpeza. Los ries-
Esto nos lleva a recalcar ciertas variables especialmente importanh?s a gos actuales y las angustias consecutivas se apoyaban sobre los riesgos y las
~a const_ruc~1ón y _la organi~c1ón de la estnictura social O del cuerpo s!i:~ angustias sufridas por su familia de origen, siguiendo el efecto de telescopa-
mformac1on-de~informac1ón, conocimiento-ignorancia, ley-perversión je ya descripto por algunos autores (Piera Aulagnier, Haydée Fa1mberg).
recucrdo-repres1on, memona-forclusión. ' El paciente faltaba a menudo a sus sesiones,;o que provocabc1 en l.i contra-
_ Prest:ntaremos_ un matena_l de análisis individual, de pareja y de grupo a transferencia un estado de inquietud. En general, no daba explicaciones al
fin d~ reconocer s1 nos es posible detectar la incidencia del contexto social en respecto. La interpretac.:ión de esta conducta lo llevó a recuperar un r~uerdo
los diíe~ntes encuadres} de esta manera percibir ciertas caracteríshcas inh _ muchas veces v1,·ido en su infancia, cuando sus padres relataban los nesgos
rentes a estos. e corridos por ellos en el transcurso de su em1grac1ón y la recomendación de no
hablar de lo que les había ocurrido. Para el niño, esto se repitió cuando sus pa-
fr i'-o sena
• posible dete.ctar en qué encuadre la escenificación.,,. """ d"o
1 cO n mas•
ecuencia, pero es posible afirmar que el espacio más dañado ha sido la es- dres le recomendaban que no contara a sus compañeros de colegio lo que les
tructur~ familiar Y de pareja, y en segundo lugar el espacio somático. Tal vez había sucedido; mezcla de delirio y de protección sostenido por el instinto de
ello d~me del hecho de que, de golpe, la vida en sociedad y la problemática consen ación que se apoyaba sobre un mito y se repetía en ~us análisis. Aho-
a ella inherente tu" 1eron que ser evitadas, )' esto repercut·10· d.irec1amente so- ra, era él quien repetía achvamente el mandato de no hablar, "salvar" a su
b re la estructura familiar. · analista y, de esta manera, a su familia. Pero no hablar también era un instru-
mento de sadismo y de acción torturante, siendo el silencio uno de nuestros
enemigos y un mandato de la dictadura.
Análisis i11di1.1idual Otro paciente esquizoide y muy silencioso se tomó bruscamente achvo y
agresi\.O cuando uno de sus amigos desapareció. Toda su desconfianza habi-
En el encuadre del análisis individual, la desmentida fue el mecanismo tual en el curso de su análisis se transformó en transferencia positiva; instaló
más frecuentemente empleado, salvo evidentemente para e l primero de los a su analista en cómplice, dando por supuesto una ideología compartida. Pe-
grupos de los cuales hemos hablado, constituido por aou<>lln-. m,P nnrli-.n ro s1mu1taneamcnte comenzo a e::.tai>i~er una rci.iuún 1i1,in.il.d l.UII su Íd11liii<1
St'.nursc a,rectamente afectados. Pero, sin embargo, en muchos ¡aso; ful: el
analista el que tu,·o la tarea de transforman;e en memon·a de su pac1en

ra reencontr~r que quedaba "en silencio", como si la reaHdad llamada ex-
tenor
t - no ex1sllera.
d Lo:; análisis seguían un curso "normal" como s1
· tepa-

- nali a
ex rano -.uce 1era. _E n otros casos, se produjeron bruscas reorganizaciones Jcl
1 } espe<'.1alrnente con su esposa, pues decía que ella tenía miedo y que quería
apro, cchar.,e para ejercer un cierto control sobre él y sobre sus hora nos Para
e, itar ese control, rehusaba dar cuenta de su!'. horarios y se dedicab,1 con pla-
cer a volver a su casa a cualqui<'r hora o lo más tarde posible. Pudimos anali•
zar que estaba haciendo una doble iden1Jficac1ón. Por un lado, con su amigo
campo transferencia!. desaparecido, y por el otro, con los torturadores, sometiendo a su esposa a la
Un paciente que ,·i\. ía una situación de riesgo en la realidad adquirió la tortura de la espera. Simultáneamente corría él mismo muchos nesgos cuan·
tend_enciÉde cs~ablecer una transferencia en la cual él era el protector de su do manejaba su auto y tuvo en esa época varios accidentt!S. Sólo fue factible
a_nahsta. _I, dec1a, ~bia ~ómo protegerse, mientras que pensaba que su ana• reconstruir la h1stona de este paciente cuando pudimos incluir este tipo de
h_sta carcoa de los conOC1m1entos necesarios. Su vivencia caótica fue transfe- conducta en una causalidad singular y social.
nda sobr~ su pareja, en la cual circulaba una violencia permanente que lo Hemos podido obser, ar en otros pacientes una tendencia a refugiarse en
ll_evó al ~1v~_rc1~. Su esposa coma el mismo riesgo que él, pero, decía, lo hacía un exceso de trabajo o un exceso de frivolidad. Los proyectos se imaginaban
sindcom1 •1coon• 1deológ1ca y sólo por sumisión a su grupo• Pasaba rap1
- ·damen- de corto alcance.
te e a 1deahzac1ón al desprecio, viéndola por momentos como un héroe, 0

40 41
En las famili~s en las que había adolescentes, era frecuente que, apoyán-
1ºse en la necesidad de protegerlos, intentaran no dejarlos salir ni volver so-
os ~: noche tarde, justificando su conducta sobre el conocimiento de que la
aniquilaban la posibilidad de comprender. Confundían los signos. Lo que pa-
ra ella era indicador de amenaza, para él no lo era. El análisis de la ideología
de cada uno los llevó a un enfrentamiento, según el cuaJ uno de los dos debía
poltc1a se mostraba especiaJmente amenazante de noche A •' f modificar sus creencias, acatando la autoridad del que postulaba ser eJ posee-
- 1 ·d . s1 escomo se re or-
zo a v1 a endogámica, y de ahí derivaron algunas diíicultades ulteriores. En dor de los valores más nobles. Él sentía que al irse repetía una conducta según
otros casos, el control se volvió tiránico. la cuaJ nuevamente abandonaba a los desvalidos para salvarse. Ello remitía a
~ factible st~p?ner que la emergencia de reacciones sostenidas sobre la una situación infantil de muerte de un hermano. El acuerdo inconsciente sos-
1
~u. s1_ón de dom1mo fue prevalente, facilitando conductas sadomasoquistas tén de la estructura vincular de pareja contenía un _pacto según el cual éJ repa-
tírarncas y perversas así como funcionamientos paranoides. ' raría a su hem1ano muerto aJ cuidar el hijo que ella tuvo en su primer
En el c~ntexto de lo::, análisis, resuHa evidente hoy que se im lementaron matrimonio, cuyo padre había muerto. Ella se instaló como hermana de su hi-
d_os modalidades opuestas: una de ellas, más difícil de detectar fu~la c tru _ jo, representante de un abuelo matemo cuidado por un padre, y de esta ma-
ción ?e un _encuadre analítico con la exdusión del contexto ;ocia) ons t c nera conservaba una estructura endogámica. Irse del país bajo amenaza era
semantizado como una denuncia del pacto según el cual la función esposa
de~~ia a la 1deali;ación del anaHsta sostenida por Ja idea de que un~:i~..a~:
e~ uwulnerable . La otra fue la puesta en escena de ciertas estructuras quedaba distorsionada. La amenaza recaía prinbpaJme.nte sobre él y, por con-
mentes del co t t · 1 1 prove- tacto y contagio, sobre ella. Salvarse era defender s u vinculo -pareja- con-
í n ex~ socia , en as cuales aparecía la violencia bajo diferentes
onnas, como p~r e3emplo el autoritarismo y su equivalente psíquico en tanto tra una fuerza referida como la furia del padre de ella -la sociedati- por
control y dominio, y su opuesto, la sumisión, Ja dependencia extrema. haberle robado a su hija. Cuando él tornó la decisión de irse e impuso su de-
recho a la vida, ella sintió que por primera vez él tomaba su lugar de esposo.
Y recuperaron entonces un sentimiento de pertenencia social que les sirvió de
Psicomuilisis rle parejn
apoyo durante la emigración .
La estructura de poder autoritaria y amenazante, en consonancia con fun-
ló ::t~::cuad~e ?el análisis de pareja, la repercusión de las diferencias ideo- cionamientos vinculares infantiles heredados de las identificaciones parenta-
f gi . un e1e im~o~tante. Hemos podido analizar en qué medida las di- les, potenció un malentendido inhibidor de acción tendiente a adoptar
erelnc1as, ~unque mm1mas, se lransforrnaron en catastróficas Hubo que medidas que pudieran salvarles la vida. El analista en 1a transferencia fue in-
d ar essentído fu · · d 1 · vestido de funciones primitivas, atinentes al reconocimiento de indices, dis-
. :n n~ion e contexto de amenaza permanente. Cuando la in-
terpretación
d· · solo
, tema en cuenta los parámetros vál"ido 1
s para a estructura criminación mundo interno-mundo externo, capacidad de anticipación y
e 1p~ca, se ve1an reforzadas la desmentida y sus consecuencias. semantización. Luego fue transfom1ado en el representante de la familia de la
-laiem ~1::~
__, ~m~ .
sa~\'º_P,ara aquellas parejas que consideraron correr riesgos
.ue . acíhtacfa por lá intensidad de los conflictos atinPntP<: "Í
esposa abandonada y de los desaparecidos. Cada sesión podía ser la última y
durante el períodó previo a la emigración el análisis transcurrió en un dima
. u,b.._u,~ó-,.,dcu~If>~nvamente podríamos asegurar que se produ1·eron una exa oe urgencia.
cer ac1 n <: a violenc·a · c1· d · · · · En otras parejas, tan sólo mucho tiempo después, pudimo;, encontrar y re--
adhesivo. • .,, un nna e 1IT1tac1ón y, en otros casos, un vínculo
conocer la incidencia de la violencia de Estado y del estado de amenaza y de
~a que el n~~v? tabú era la vi:f.a política que suplantaba cJ tabú de Ja _ esta manera formular algunas explicaciones y comprender la cualidad de los
xualid~d, _el an~lis1s del vínculo podía realizarse sin que fuera posible se_ acuerdos y los pactos inconscientes que sostenían su vinculo.
cer la mc1den~1~ del contexto social. La pareja quedaba prote<ñda recono
envoltura narosi~ta. o· por su
Psicoann1isis de grnpo
~~a pareja, estando en anáJisis, se vio ante la urgencia de tomar al as
deos1ones. El m~lestaT y la incertidumbre provocados por el estado de~e-
En el encuadre del psicoanálisis de grupo es donde la inAuencia -del con-
naz:a ~ue _s; cerma sobre e]Jos revirtieron sobre el vínculo en forma de tnaltra
texto social fue más evidente, pero sm embargo la tendencia ar silencio y a la
to, irnta~1on y malentendido. Este maltrato tenia una cualidad diferente d~
desmentida también se hizo presente.
iaªJº~º-c!d~com~propiodeJ vínculo. Tendía a impedirles tomar contacto con
eci~io~ e em •gr?r, pues no se entendían. Sometidos a la estructura de o- Sabemos que el grupo es el lugar privilegiado donde se produce la articu-
der amquiJaban el vinculo de pare1·a • Identificados con Ia estructura de poder,
p lación de la discontinuidad, de la diferencia, espacio de las intersubjetivida-

42
des así com~ d~ un funcionamiento basado en la identificación prímana. El para un fenómeno desconocido, "la desaparición". Ella reaccionó, 10-
grupo terapeu~co es el represent~te ~e este espacio en el cual se juega de Ja lentamente diciéndoles que eran "cobardes y traidores". Para esta pa-
manera mas evidente la problemática inherente al contexto social val si mis- ciente, el resto del grupo se había transformado en un significante
mo de cada uno. . .
capaz de traicionarla, denunciarla, abandonarla, y además matarlJ Ln
Durante un periodo de catástrofe social bajo el signo de una crueldad par- las sesiones sigu1t:ntes, la paciente contó algunos intentos hechos por
ticular, la vida de los grupos y en los grupos pudo haber sido la fuena por ex- ella para encontrar la pista de su amigo. De nuevo el grupo entró en pá-
celenc_1a para lu?'ar contra eJ terrorismo de Estado y por ello tambi~n fueron nico diciéndole "no hagas nada", "no te metas", tratando de con..,en-
los mas com~ahdos. Los grupos para pensar o p<>nsarse fueron destruidos y cerla y para ello le interpretaban ~tas búsquedas como equiparables a
l~s_ps1c~a~ahstas en muchas ocasiones tuvieron que someterse a esta prohi- una conducta suicida, apoyándose sobre el conocimiento que tenían de
brc1ón, s1 bien algunas \:eces no fue explicita la orden de destruirlos. ciertos mecanismos hbtoricogenéticos (baluartes). Poco a poco la p.i-
La ?ramahza~ión grupa_! del pánico se manifestó como una paralización ciente entró en silencio y aus<.>ncia, desinteresándose por todo aquello
de los rntcrcamb1os de un cierto grupo llevado a la fragmentación, o en otros que representaba la cot1d1amdad del grupo. El grupo le pt.>día siltmcio
momentos a una necesidad de unión masif,cación o, por lo contrano a un in- y la reducía al silencio. La dictadura ~ a silencio y no hacer nada.
dividualismo a ultranza. ' Para el analista, fue imposible modificar este tipo de interacción, pe-
Otras \:eces, un paciente dijo "para qui! hablar de lo que pasa pues nada se a todos sus esfuerzos. Intentó interpretarles que habían transforma-
podemos_ h~cer y llegam~s siempre .il mismo punto, tener miedo todos jun- do en presente-ausente al miembro del grupo representante del mundo
tos, a_que s1r\'e... y adema~ nos damos miedo unos a los otros". El repliegue social en el cual \ i\ íamos. fu.taba empezando a desaparecer. Re!>pon-
narc1s1sta y la transformación del mundo exterior en un mundo indiferente dieron de diferc>ntes maneras diciendo, por ejemplo, que "esto no les
nos recuerdan la hegemonía del Yo de realidad primitivo. ¿Podrá el analista concernía } que nada tenían que ver con todo esto". ¿Mentira o hipóte-
hacer algo contra este estado de cosas? Hoy contestana afirmativamente. Fn sis falsa? Era necesario suprimir una realidad que los reducía a la im-
un gmpo, el pánico colectivo es vivido como pérdida de límites. Se recurre en- potencia y podía hacerles perder su grupo terapéutico. Por otra parte,
tonces a la fragmentación o a la expulsión del miembro designado. Conside- sabían que muchos gmpos terapéuticos habían sido disueltos por di-
ramos que el miedo colectivo es uno de los problemas que puede y debe ser versas razones de orden político.
analizado en los grupos. Nos preguntamos ulteriormente si esta situación no sena del orden
Demos varios ejemplos de sesiones de gnapo: de lo impL'n~nblc y de lo 1111pe11s11do, como una de las características del
fenómeno que ~e estaba produciendo. Cuando voh 1mos al régimen
constitucional b.110 una presidencia representante de la democracia, y
• Sesión de grupo: creación de 1111 de:,11pnrecido
la realidad de las torturas empezó a conocerse, varios paciente di1eron
no poderlas pensar. Sabían o incluso habían sahido. !Wrn pr;i 11n -.:,hPr
H:ihl~r.t:u,,,..,....r ..,,s,.. .... _,_ -' - •• • que no les sen ía para saber. Otros dijeron que no qu<.•rían saber.
- -··-·~ ~~ ,.. ,.. ,,,._.""-''ª uc grupo durante la cual una de
las ~ac1ent~s, en un estado de gran agitación y angustia comtntó que Para p<.n<.ar <.n grupo. es necesario encontrar un e:.pacio-tiempo pa -
hab1an n:-nrdo a ~u~ar en su lugar de trabajo a un amigo y colega,} no ra que la asociacion libre pue<la desarrollarse. Cuando es bru~ainente
quedó rastro de el. En el lengua¡e corriente, "habian ,·enido a buscar" inhibida, !>l produce un ni\ el de dramatización de la pérdida de hbcr-
tenia va una sign1f1cación clara. Había desaparecido y se estaba trans- tad interior, en t·::.te caso refenda a una c·onsoncmcia entre el estado de
formando en :•~n desa_rarecido". El pánico invadió al resto del grupo, amenaza social y los tr.istomo::. de pensamiento
como s1 no ~u1s1eran oir hablar de esa realidad. El temor al contagio era La idenllíicac1ón con los torturadores transformó al grupo en pro-
~ndente. Sin embargo, empezaron a hacer algunas preguntas y fuego ductor activo de un desaparecido, miembro excluido, habiendo perdi-
intentaron demostrar a la paciente que "ella no debía tener miedo ni do su derecho a hablar. Quisieron obligarla a vol,er al grupo
preocu~~rse pues era d1fere~te de su amigo". Él, le dijeron, "tenia algo amputándola de su vmculo con su amigo desaparecido. ~mrnc1ar es-
que ver (frase patognomónica de un mecanismo de defensa, identif1• ta dramatización hubiera sido posible si el analista se hubu.•ra '-l'J tido
cado con el lengua¡e del Poder), mientras ella era menos conocida. suficientemente libre para interpretar y hubiera podido acceder a un
"Tener algo que ,er" había sido interpretado como una primera ma- ni, el primario de fus1on del cual derivaba la fantasía de cor tagio l mo-
nera de defenderse contra el pánico, estableciendo así un orden causal cional, recuperando así la capacidad de pensar el estado de amena✓.,1 en

44 45
el ~al ~da ~o v_ivía. Transformar el pánico colectivo requiere un es- terpretación intenta señalarles que requieren un presidente que no se
paCJo-tíempo inexistente durante un período de conmoción social. enoje ni pierda el control, pero que les es difícil saber si ese tipo de sen-
timiento los ertriquece o los empobrece. Quieren un presidente a quien
• Sesión de grupo: 1111 "buen ciudadano" puedan exigir lo mismo que a su analista (confusión de contextos). Las
contradicciones del discurso político son equiparadas a una anticipa·
ción amenazante.
Otro ejen:'plo nos permitirá reconocer, algunos años des ués d - Vuelven al tema de la mentira y se preguntan cómo hacer para no
rante el gobierno democrático, la dificultad de pensar las dpif y . u ser cómplices. Cómo defender sus derechos de "buenos ciudadanos".
entre la noción de • erenaas
a esivo . as~~o, torturador, por un lado, y por otro, discurso Hay que recordar aquí que ser cómplice tenía una sobresignificación
~
::~~ºa:~~~ ::i~~~~~n, la desconfian7.a y el malestar caus:d~e;or~t::~
y menttra, dificultad de soportar las diferencia .d 16 . debida a la acción de la dictadura.
El analista les pregunta acerca del significado de los derechos de
"buen ciudadano".
La sesión tuvo lugar despué d d-
sin que se hab' . . d . s e~ JSCurso del presidente Alfon- Silencio.
vo contra un ci:r;rrita o y e~oJa~o publicamente, mostrándose agresi-
. . o grupo de izquierda que había intentado interrurnp· Pedro dice que, si bien no se ocupa más de política, pues s,e ha desi-
su d iscurso. Había llegado d · tr lusionado demasiado, siente ser patriota pues trabaja y se ocupa de su
iba a "torcer eJ brazo". a ecrr con un tono amenazante que no se le
familia. Al comienzo de la sesión había mencionado su desacuerdo po•
En ~J comienzo de la sesión, los pacientes discutían eJ sentido d lítico. Desde el punto de vista del trabajo, no le va bien... Juan conside-
frase e mtentaban compre d I S -. e esa ra que colabora con la reconstrucción del país conservando los precios
.
d esamparo Y denigración . n er a. us cnticas traducian una mezcla de fijos en su negocio, no dejándose tentar por otros que no hacen como él.
q b
cüma deJ , . ue se apoya an sobre la desesperanza. El Podría ganar más, pero entonces estaríamos siempre en la misma. No
pa,s era especialmente agitad 1· •
~: habí~sid~ pronunciado algu~os día:a: :~~=~:;:sb~:sd:~=~~~ ocuparse de política ha sido una de las reacciones defensivas frecuen-
temente adoptadas a fin de evitar el pánico. Varios pacientes pasaron
miei;ª ue ga general. El pánico reprimido comenzaba a aflorar El
bruscamente de una posición a la otra.
su ie;aªs~n nue~o golpe de ~tado estaba siempre presente, sin u~ se
de~a ~:, miedo p~~vema de un razonable análisis de los helos o Otros le interpretan a este último que está siempre en la misma po-
re~eti~_on traumatica, que llevó a dar a la debilidad del .d sición de sumisión hacia la autoridad, pues Je sucede lo mismo que con
te una s1grnf1cación inquietante. pres1 en- su padre y por eso es incapaz de acusar y de vender caro. Así seguirá
Jt.ian y Pedro dicen que es "una ver .. . siendo siempre pobre.
hipócrita y además habla d éf guenza,_ que eJ presidente es un Las mujeres poco a poco se van callando sin saber cuáles son sus de-
. e 1ca cuando Pl m,.,..,...,.. ,.~--- ,.,_ " ... ~
wv avrega
cr
que el hech o d e no estar de acuerdo pof'Li - ------- -- '""ª · ·•e-
· rechos.
de que quiera que Alf , 1 . 1 camente no 1mpi-
durante mucho ti onsin, e presidente, continúe su mandato Se interpreta eJ intento de reducir su problema a una relación e.ntre
punto Juan d.
sarde .todo sel~:~:;;ta:~l~:;~::~:::
empo'. pero, agrega, estamos siempre en el mismo

lir de allí comienzan aª


profundamente decepcionado, pero que a pe-
ª-~dan mejor ~ue :ntes. A par-
padre e hijo, pues éste es un tema al cual están acostumbrados a pensar
en psicoanálisis porque, en realidad, no saben cómo pensar la dimen-
sión social. No habiendo podido resolver el problema de su identidad
eada v · . . cion econ6 mica: el país está social, esperan que el analista los traiga de nuevo aJ tema conocido y
mienzoe~en;~:b~;:~¿~~: t;1os ~ienten, el presidente miente" (co- habitual entre ellos. Entonces deciden que es el gobierno el encargado
;nfl . .
gue la .... . epres16n). A pesar de que eJ gobierno nie- de arreglar las cosas, pues no es incumbencia de ellos. La decepción y
, ac1on creciente ello d d la inquietud en cuanto al futuro les han hecho reducir el problema a
vale cada vez más caro Ma . ~-pue en arse cuenta de que el pollo
asiente. Para Juan la s~lucio~nªesyda ~o pduede comprar pollo". Yolanda comprar o no comprar.
' e1ar e comprar a meno d Después de un silencio interpretado como expresión de una dificul-
trarlos a un precio razonable N , s e encon-
lente a ayudar al pa '15 lo . o comprar sena, por lo tanto, equiva- tad para pensar, entablan una discusión violenta acusando nuevamen-
, que no parece convenc J d · te aJ presidente de hlpócrita. Dicen que "de una vez por todas sería
pen samiento deriva del intentodenosercómplice ~~ ~a~:gr:::~La~~
bueno saber lo que significa hablar de ética".

46 47
Para Pedro, la única solución son las armas y allí interviene Carmen, vos y a la transferencia sobre el analista. Fue preferible reconocer pri-
silenciosa hasta ahora, diciéndole a Pedro que se llevaría bien con su mero la imposibilidad de soportar las diferencias ideológicas que se les
cuñado mifüar pues hablan ambos el mismo lenguaje, tienen la misma aparedan como insoportables, así como la inhibición para pensar su
mentalidad. Pedro se enfurece e intenta desplazar el problema. Dice identidad social. Ello era aún resultado presente del régimen dictatorial
que Alfonsín y Suárez Masan son turros y asesinos ambos. Son la mis- anterior. En la transferencia, el equivalente sería reencontrar un espa-
ma cosa.
cio analítico en el cual el análisis de su propia mentira, de su falta de co-
Juan, furioso, le dice a Pedro que, si piensa eso, ya no hay nada que raje, les había llevado a "torcer sus pensamientos" para evitar un
hacer, no pueden seguir compartiendo el mismo grupo. Uno de los dos conflicto cuya resolución llevaría mucho tiempo aún.
debe irse.
Silencio tenso.
Comparación en los diferentes encuadres y acuerdos inconscientes
Se les interpreta que la única manera de pasar por alto la elucida-
ción de la confusión es separándose. Les resultan insoportables las di-
En las condiciones mencionadas en esta investigación, conservar mudo,
ferencias de opinión y por ello intentan volver a un grupo homogéneo
inconsciente y, por lo tanto, sin cuestionar la f:ualidad de ciertos acuerdos in-
que de alguna manera se asemeja a la dictadura. Además Pedro propu-
conscientes con el conjunto es el resultado de una acción sostemda por la des-
so las annas para terminar con ello y no tener que pensar más. Acaba-
mentida, 1a denegación. Tenderá a transformarse en alienación, psicosis o
mos de salir de un período en el cual el mandato de no pensar y de
homogeneidad era importante. perversión.
Los acuerdos y los pactos inconscientes sellan la pertenencia al conjunto.
Pedro, un poco avergonzado, aclara que, en realidad, Alfonsm es un
Éstos se realizan respectivamente por combinación, complementariedad, o
turro y un hipócrita, mientras que Suárez Masan es también un turro
pero un asesino. por concesión. El acuerdo ubica al sujeto en una posición de sometimiento y
obediencia ante un omnipoder que lo transforma en sujeto sin defensa y anu-
Entonces, dice Juan, ya no es lo mismo. lado. El pacto lleva al sujeto a aceptar ocupar un lugar de sometimiento me-
La interpretación tiende a señalarles la violencia experimentada an- diante una escisión de aquellos acontecimientos sociales que podrían poner
te la injusticia. Pero les aclara que recién ahora pudieron sostener una en peligro al Yo e indicar una ruptura con el conjunto dominante. La ruptura
discusión de este tipo durante tanto tiempo. Les da trabajo soportar se transfom1a en intrapsíquica. De esta manera, queda asegurada la continui-
una diferencia que les hace temer perder su grupo, así como les da tra- dad de una historia dictatorial sin ruptura ni transformación. FI objetivo es
bajo reconocer lo diferente y lo semejante. pertenecer a cualquier precio al grupo, aunque sea como complemento direc-
Es evidente, dicen, pues antes teníamos pánico mientras que ahora to parcial.
sólo tenemos miedo. Como ya dijimos, partimos de la hipótesis de que e l sujeto humano está
}
11
!-~~~= ~..;.:;-;::
:=-n ......... '1u,: !u ~\::.Hl<Uld clJll~J 1or lU\ o un desencuentro- ·:::--;~!:....i~ ..:~:;, ~: ~~;·, ~~"'!v J,~:¡.: ~~..,~'- !v v• ;5;, ''"'' ;v, ~v!.,, e !a :._,tJ.::,c ~~ UJ I d\..U~J -
encuentro con la Policía, que quiso extorsionarlo; se animó a defender- do inconsciente de fusión e indiscriminación a partir del cual recibe sin inter-
se y les ganó. mediación un modelo sociocultural a través de los diversos estímulos
perceptuales que le ofrece el contexto. Esto se transformará en código y sos-
Se les interpreta entonces que, si bien los hombres se entregaron a
una discusión violenta tratando de reconocer el miedo surgido ante la tén de sus vínculos parentales y de sus vú,culos sociales.
figura de un presidente enojado, confundido con un torturador, las mu- Este primer acuerdo Uanine Puget, 1987) podría por ah<;>ra llamarse narci-
jeres se fueron calJando poco a poco, como si las discusiones violentas sista si utilizamos el modelo psicopatológico conocido:1 Este sufre algunas
y políticas fueran cosa de hombres. transformaciones y propone diversas modalidades donde los acuerdos incons-
Es cultural, dice una de ellas riéndose. cientes son de duplicación o perseguidor-perseguido, pervertidor-pervertido, 1
Cuando se iban, uno de ellos comenta sentirse más liviano, alivia- 1
·¡
do, si bien en un momento creyó perder su grupo. 4 Acuerdos inconscientes de duplicación, puesta en escena de modelos 1denhficatorio!> donde do- 1
mina Tánatos; todo lo que no coinode en un n"·el 1dL>ológico e,, de-negado. La contratransferen
Vemos en este ejemplo la tentación, inducida por el grupo mismo, ciase basa {'n la complicidad. Acuerdos per"ersos: hacer suyas l.is nue,•as n.-glas del juego, acti,oa
de reducir las interpretaciones a los modelos de identificación primiti- o pasi\'amente. Acuerdos paranoides: la agresión y la ,·iolencia predominan, la <les<:oníianza es
el signo dominante.

48 4-9
para JJeg~r a la posibili~ad de establecer acuerdos según los cuales el sujeto sin embargo si se analizan el lenguaje y el empleo de ciertas palabras prove-
pueda ubicarse
. reconoaendo
. su posición activa en la red soo·a1 complc¡a
· con nientes del discurso del poder. Algunos nútos podrían aportar conocimiento.
1as parad 01as que contiene.
El encuadre úipersonal nos permitió reconocer el mantenimiento del acuer•
Tomaremos c~mo organizadores de los vínculos los parámetros del poder do narcisista con el conjunto, sostenido por el silencio equiparable en algunos
y de la pertenencia.
casos a la necesidad de pertenecer a cualquier precio. De esta manera, la ne-
Las ~nslitucio~es, de cualquier Lipo que sean, son las formas secundarias cesidad de pertenecer se transforma en reducción de los intereses significados
de un vmc~l_o ~oaaJ. ~ ~osición social organizada por las reglas y la Ley dan como peligrosos. La necesidad de reaseguramiento y su equivalente repercu-
su forma tríad1ca definitiva a la estructuración de los vínculos sociales. ten en el campo analítico transformándolo en un mundo limitado e idealiza-
_ ~a transfe°:ncia proveniente del espacio de la familia tiene un carácter in- do. El tabú se ejerce sobre cierto tipo de pensamiento. Para logTar este
d1v1dual y _va_nable. Aque~I~ pro:eniente del contexto social en el transcurso objetivo, el aparato psíquico debe amputarse de una parte de sus percepcio-
de nes. En la transferencia-contratransferencia, se produce una perversión del
b"dacontec1m1entos
1 ·d traumaLicos nene w1 carácter masivo aunq ue vana · ble d e-
1 o a a ' eología y a la cualidad del contrato narcisista de cada uno. Sin 'em- encuadre analítico y su transformación en un espado sagrado y protegido,
bargo, hay rasgos comunes a cada grupo étnico y social. "fuera del mundo". A estos acuerdos incons~ entes los llamaremos nC11erdos
L_a _herid~ ª~?'enta la repetición. La discontinuidad actúa como herida narcisistns.
~arc1s1s ta pm:1111,va en la transubjetividad y en la intersubjetividad social y Los acuerdos de silencio tienen dos orígenes posibles. Uno debido a la d e s }
hene _tendencia a !ª
repetición. La cons titución de una estructura autoritaria mentida "nada sucede" y otro a la complicidad "si desapareció, por algo será".
podna ser la man~festación de un actuar prin1itivo de violencia ejercida des- El conjunto ei,dgía silencio, no pensar, y permitía u obligaba al sujeto y a los
de
.
el contexto
.
social sobre el su¡·eto humano . La 1·1 us1on
· - d e un contrato naret-
· grupos a un repliegue narcisista. El mundo exterior volvía a ser indiferente.
s1sta sm faUa, _cuyo representante en el contenido manifiesto sería el empleo Los acuerdos inconscientes que llamaremos de duplicación son aquellos se-
de frases que incluyen el "todo el mundo", se mantiene durante toda la vida. gún los cuales la puesta en escena de modelos identifica torios sostenidos por
f ~u ando la herida proviene del espacio social, habría tendencia a buscar re-- Tánatos fueron transferidos sobre otra escena. En este caso, todo aquello que
ugiarse en el espacio familiar. Lo contrario también sucede. no coincida en el nivel ideológico o cultural es escindido, es denegado, pues
La herida narcisista pro~eniente del espacio social está ligada, en el con- no responde a la fantasía del deseo es poder. El conjunto se equipara a un co-
t~xto que n~s ocupa en esta investigación, con una privación humillante y pe• tidiano parcial y la necesidad de pertenecer seUa el acuerdo. La transferencia-
ligros~, p~ivación de libertad, de derechos sobre los cuales se fundan contratransferencia se instala sobre la base de una complicidad.
':{eer;cias. Estas se transforman en pensamientos fanáticos o convicción cuan- El conjunto pedía también la complicidad de todos a fin de lograr su obje-
o e contexto no asegura más su función de sostén y pertenencia. tivo, así como obtener la anulación de la Ley. Se instauró la transgresión en to-
Percibir la realidad de_l contexto social ya es un efecto dP trnnc:fPrPn.-i:> dos los terrenos. Formó parte de Jo cotidiano. El sujeto hizo suyas las nuevas
proyecc1on, ctma Uaniel Lagache (1952).5 reglas cteJ Juego. r.110 creo acueráos perCh1r~:..
_<:;onsideramos el material presentado como paradigmático. Sobre estema- El conjunto instauró también una estructura paranoica según la cual la
t~nal establ~erem~s una primera sistematización d e los acuerdos incons- desconfianza ocupó un lugar central. No poder confiar llevó a no hablar y se-
aeoteds entre el_ Sujeto y el conjunto, y su emergencia en los diferentes parc1rse de ciertos grupos considerados peligrosos. Los acuerdos perversos die-
encua res descnptos. ron lugar a la creación de vínculos donde circulaban agresión y violencia.
. El encuad_re llai:nado i111iv~d11n/ se concentra especialmente sobre las rela- En el análisis de esta pareja, el contexto social puede ser reconocido detec-
cione~ ~e Objetos 1_ntrasubJehvos, sin aporte de los y0 externos que pueda tando las dos representaciones sociales que sellan el vínculo, teniendo espe-
cues~onar el despLiegue fantasmático, salvo en lo que concierne a la transfe- cialmente en cuenta los problemas éticos e ideológicos sobre los cuales se
renoa sobre el analista y sobre el encuadre. fundan los acuerdos y los pactos inconscientes vinculares.
Será más difícil detectar la incidencia del contexto social, el cual aparecerá La pareja construye un envoltorio narcisístico que se extiende más aUá del
vínculo y se constituye una protección contra los estímulos del contexto so-
cial. Sin embargo, el conflicto evitado durante la dictadura volvía en la diná-
mica del vínculo. El vínculo de la pareja tiene la responsabilidad de sostener
5 Daniel Lagache, " Le problm1e du transfert" t'n Ol!t,ures 1/J· u tra,15-~ la continuidad genética, la historicidad y la resolución de la discontinuidad.
- 11L-:s, Parí·S, PUF, J9SO, pdg.
nalvlíq , 9:,.
• ' · 1"' el 1111/res lram ur psyc/111-

5()
51
S. Lo impen sab le y lo i mpe nsado
Cuando se producen puntos de fraclura durante períodos de violencia de Es- -~ ~='
tado, existe una tendencia a anularlos o, por lo contrario se toman infran-
,..... queables. Lo impensable
El análisis de pareJa nos permitió reconocer la importancia de conflictos
derivados de la ideología. Ésta se transformó en ideal compartido o, por lo . pensable es del orden del 'acío, del desecho, del agujero, de la heri·
Lo un . · es que pueden despertar
contrario, en diferencia insuperable o vergonzosa. La ideología equivalente a R é Kaes 1980) Se refiere a ciertas percepc1on
{
da ~n . . , o encuentran traducciones en palabras. Quedan en
muerte, ruph.1ra con el conjunto, refuerza un acuerdo inconscienle para11oico,
emociones intolerablesdy n l eto al vacío a la pérdida de limites y a la
asociado a sobrevida. l .os ídolos y los ideales ocupan el lugar del conflicto o t d original hga as a o concr , ,
aun de la rnptura del , ínculo, pues la lucha se instala entre acuerdos incons•
cient~ familiares (en d doble senhdo de familiar y habitual) y acuerdos in·
su es a o
t0 de impensable es e o en
t
. d . á enes puede ~tar interrumpida. El conccp·
rcpellción. La produdcc1lónrd e i;e incognoscible conocimiento que da lugar
, fT n.i
1:onscumtcs (exlra11os). Penc;amos que la im·estigac1ón realizada por René . · · ¡ imiento transgresor ligado a l.1 e~opto 1 1ª• ª u
a la ep1stemohba o a ~on~ oductor de re, turbaciones de todo orden, de fe·
Kaes (1980), en relación con las diferentes significaciones de la ideología inhibición del pensarruen ° pr e! . ,.
(ideales, ,dolos e ideas), resulta un aporte muy \'alioso para ahondar en la nómenos de alineación o de una potenciali ad ps1cotica.
comprensión de los acuerdos inconscientes. Podremos detectar trec; categorías de impensable:
En el análisis de grupo es donde con mayor facilidad se pudo reconocer la
puesta en escena de la estrucrura social en todas sus diferentes formas. 1 Ligado al conocimiento imposible (Lsidoro Bercnstein. Ja'_'ine r;~:t
En el encuadre grupal podremos detectar acuerdos inconscientes narcisis- . y María Isabel Siquier, 198-l): conocer quiénes son los p~op1~s pa e deÍ
tas, de duplicación, paranoicos, perversos y narcisistas transferidos sobre el tratar de conocer el interior del cuerpo materno. acce era goc
encuadre en sus diversas modalidades. Las soluciones adoptadas por el gru·
cuerpo del otro sexo.
po y la activación de éstas nos permitieron acceder, en ciertos casos, al cues- Li ado al no-conocimiento no, iv1do aún, siendo \~ muc~e ';1-na d,e
llonam,ento de la relación con el conjunto.
Sin embargo, en todos los casos ha sido necesario que "pase un tiempo" a
fm de poder recuperar a posteriori la posibilidad de analizar la emergencia
2. g
s:: :%:~ tantes. Una zona interior a la formación de imagencs
Yo no tiene aún estructura capaz de contener. Ello esta·
~lecena los límites de lo cognoc;cible )' de lo pensable.
del conflicto que no pudo mánifestarse durante la situación traumática. 3 Ligado al conocimiento poi.-1ble pero no toler~ble_, c~a~<lo pensar e~-
Es evidente que los acuerdos inconscientes con el conjunto están «m direc- . tá asociado a lo siniestro, causa de una angustia sin hm1te ( terror sin
ta relación con lo socrnl ) lo cultural. La 1dent1dad proveniente de la cultura nombre", según Wilfred Bion).
tiene que , ·er lOn la tradición que nos es transmitida por ciertos códigos y nor·
mas según los cuales se organiwn los vínculos familiares y extrafamiliares. Lo
social está en relación con los problemas ideoló2icos y Plírn.. mM!~~•: !~.:; !,olo nos ocuparemos de esta ultima categona cuando:
::-.:;:;!._., ..v.,"'., ud11:,11unaa 1a 111stona, si bjen conservan siempre un aspecto ac-
tual, presente y siempre cambiante. Estarán en la base de la organizacion po- alidad va más allá de la imaginación en cuanto .1 su cu,aüda<l tt~-
lítica y de la identidad social de cada sujeto. a ) 1a reTea
• .
Las torturas sufridas o contad as por otros. que la~ ,an ~u. n·
rron i • • la o:.ibilidad de tolerar el sufTimiento y el dolor. 1-sla
En los países en los cu,lles la tradición cultural v social es autonlaria, si se
instalan periodos regidos por el terrorismo de Fstado, los modelos transmití·
do sobrepasan
.. 6
r . . .b.l"dad de -.er vi~to )' oido,
lar da al sufnm1ento 1a post 1 1
dos se tornan más evidentes Los acuerdos inconscientes tendrán tendencia a :~s:~:~: mtolerablc y es representado como dolor ~in lím!t~-!u
reproducir la oposición entre estructura de Poder dominante y arbitrario y es- • resentacion es la desorganización suprema desamparo) p r , a
tructura marginal. rdepl An7ieu ha llamado la envoltura corporal {1985) (rt>corde·
e o que fís. )
Será necesario un hempo prolongado a fin de que podamos no sólo penn1- mos el ataque a los cuerpo~ en Jac; torturas icas ; .
d rt ctos de barbane se
timos, sino también llegar a comprender en profundidad todos los intcrro. b) lo siniestro aparece talmb1en ~tl1~no i= C::coorps:ra s~1 cualidad terro·
. .
gantes planteados por este tipo de problemas. Con ese íin comenzaremos por t rans forman en norma des para~
1 •
.· ,· con ellos Esto suc<.'dt• en ciertas s1-
interrogamos ahora sobre lo impensable y lo impensado, e iniciar el recorri- nfica, y el suicto apren e a ' 1' ir ·
do de un largo camino futuro. tuaciones catastróficas, guerras y otros flagelos.

53
52
Una zona q~e contenga caos Y perversión nos permitirla ubicar lo irn en-
sabJe. Se tratana de una zona en ta cuaJ el ~ d · p 9. Conclusiones
1 • . o po na suponer que exjste siem-
p~~ un ~ go mas_asociado a una vivencia de horror y catástrofe no ima . d
ru imagu,able aun. Su lugar es el de la locura y I
- ª muerte, que puedengma llevar
o En la situación analizada, un significante de la violencia social fue el silen-
a elstar ~udmergido en una -~xperiencia insoportable. /11soporlable está en gene- cio y el silenciar. Su símbolo máximo, sobre el cuaJ se conjugan violencia so-
ra asocia o a una explosron corporal J • · , - cial, inermidad, transgresión de todos los valores, sufrimiento, tortura,
aparición de fenómen J . y ~enta , perdida de hmrtes y posible
os menta es aruqurlantes Aqui
agre~aron sen~imjentos de degradación humillación ,
1
e;:., .
cas~ descnto, se
anestesia mentaJ, es el Desaparecido.
La representación mental del desaparecido es la herida abierta cuya cica-
los vrnculos mrnimos para la conservación de la aut~ti ~cc1~7 de ~o_dos
mos conocer ciertos hechos pues podíamos ma. ore o evitaba- trización es difícil y deja marcas imborrables, la del vacío (María Lucila Pelen-
ramos mejor sería, por si a~aso fuéramos tr:~~~;:¡~;sc:r::;:enos ~~pié- to y Julia Braun, 1985) y la de la amputación.
tortu rados. Por lo tanto, conocer a fondo Jo que b paree_ os y La recuperación depende esencialmente de un reconocimiento público de
podría transformamos en portadores de secreto:~:Sª an nuestros paaent~s orden ético y sociopolitico y de la resolución de las funciones mentales primi-
ne Puget y Leonardo Wender 1979) 1 1 d , un pesado secreto Uam- tivas sobre las cuales se apoyan. Encontrar el material desaparecido de las se-
, a a uz e torturas futuras N d "f' -
pensar si nuestra responsabilidad co . li , . os es i ,c1 1 siones es también de una in1portancia fundamental.
pode restricción. st
mo psicoana ªs podfa soportar este ti-
Del estado de amenaza con sus diferentes manifestaciones, eJ pánico, el mo•
delo es el de un cuerpo desarticulado a la búsqueda de signos que puedan reor-
Lo impensado ganizarlo. Es posible que las experiencias correctoras puedan devolver un
sentimiento de seguridad interior y ayudar a sobrellevar así el pánico o el terror.
Psicoanalizar en período de conmoción social proveniente deJ terrorismo
pod~:: ;~~~~:t::~:7i:a:i::;
do lo permita el contexto Oc 1 .
s~:~:::f~nel ~para to psíqui~o que sólo
rrna as en pensamiento cuan-
de Estado plantea algunas dificultades. Propongo pues la hipótesis de que he-
mos suprimido del campo perceptuaJ ciertas representaciones concernientes
. upan un ugar en la memo . Está 1 a la realidad social que nos llevó a desestimar el material asociado a ese tipo
de un cuerpo o a la espera de un objeto dador de si . . n~-- n a a _espera
paz de transformar en decible o hablable los co t ~1c~aon, un analista ca- de representación. Algunas veces, por declaramos impotentes o sin teorías
representaciones a la búsqueda de palabras den ~ni if~s e esta z~na. Son las para poderla pensar. En otras, directamente en resonancia con el miedo y con
Para su transformación en experiencia se ,á s1gn Jcantes,_de mscripción. la irracionaJJdad. En otras, desestimándola bajo pretexto de un cierto tipo de
cualifü::ado y sólo así podrán ser pensad~s ~ ~aece~~no un vmculo con otro racionalización que nos dejaba la conciencia tranquila frente a tamaña falla.
bra adquiere w1a significación simbólica .En can s o con _otro como la pala- Sabemos que el terrorismo de Estado no es la úruca violencia social que
siempre un resto li_gado a la rPnoHriAn " ~ 1- --~~ co~1:ano, ~u destino deja existe en e l mundo. Pero tal vez, tratando de reencontrar algunas de sus ca-
una potencialidad psicótica m~Jancólic~ .so.·- 1:·ti:-............d,v11 ~11 i::1 pMqwsmo de ractenshcas singulares, podremos llegar a hacer generalizaciones y reconocer
' , ma ca o e alienación los signos de otras violencias sociales cuyo efecto semántico hasta ahora es di-
Duranteelperíododescrito hem d . . ·
mentido, reprimido algunas Ét a os t es-:on~1do ciertas experiencias, des- fícil detectar. La violencia de Estado produce una ruptura en los intercambios
vesícula contenedora de producto~~:xi.º ps1qu1co se transformó entonces en sociales de todo tipo y lleva aJ aislamiento, al silencio. La necesidad de crear
cos. baluartes está directamente en relación con la desmentida y el terror.
con:!~~,:~: !l;:ts: ~upo?er que existe una memoria ligada al cuerpo in- Hay ciertos estados emocionales producidos por la amenaza, la tortura y
los cuaJes ~ construyen ::;;=:;:;e~
tod;s los acont~imientos de la vida sobre la desaparición brusca que tal vez nunca puedan ser traducidos en palabras y
formarán parte de lo impensado. Pero hay otros que, en un contexto favora-
po. Asimismo existe una m c~ os. ~ta memoria se apuntala sobre el cuer-
cial ue con r· emo~1a asociada a la experiencia con el cuerpo so- ble y sólo en ese momento, podrán encontrar un marco adecuado a su trans-
Pier;Au lagn:;/)::gun~ r;~L~
idenl ti~catori~ y l~s ideales (sujeto ideal de
a es e su1eto se inscnbe como ser social.
formación y semantización. TaJ vez sea necesario que el trabajo se realice en
un encuadre grupal y social a fin de reencontrar lo desaparecido.
Proponemos la hipótesis de la existencia de dos polos fundantes y consti-
tuyentes del Yo: la constitución del sujeto desde el narcisismo y el yo corpo-
ral, y la constitución del inruviduo como ser social desde el lenguaje y ciertos
actos sociales representantes del macrocontexto sociocultural.
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El vínculo ~on el c~erpo tiene varios elementos. Es un compuesto. Unos
elementos son mconsc1entes, otros mudos y otros conscientes. La inserí ció
in la conlinu~dad histórica, en las leyes de parentesco y en la culturad~ en~
ae de estos vmculos. p II. Violencia social realidad en psicoanálisis

/ /
os apenas. Traíamos co11 nosotros nuestra me ,cs-
Marcelo Viñar

tr ncia vh•a y se11tía111os ,in deseo frenético de d ,al.


os primeros días nos pµrec1ó imposible co/111 en-
enguaje del que di:;por1Íamos y estn experien • a
. tro cuer,10... Apenas empezifbcJ11os a cor.far ,os;
desproporción era tnl ~ntre la experiencia vi · le...
s héroes que conocemos de In literatura y II gri- /
fado el amor, la solednd, la angustia de ser nza o In
h11millnción, minen fueron llt"l.tc1dos a ex rí/tima rei-

l
vindicación, el se11ti111ientofi11nl de per .
bertAnt/{e

!
Los colegas en Europa, sensibles y co o se dice abitualmente, spiritus
liberales y progresistas, nos interpelan, ndor y curio í::lad, otras
con insidia y mala fe:

¿Es posible el psicoanálisi


esa violencia política?
-rñmn In ,(;,,¡,,.,rin cnr.
análisis?
¿ Qué s11cede en 1 íca y en r¡lexión que
c11nndo In Piole11c1a lítica mva . 11111ergl' cío :;ocia/ /w
tolerable?

• HA-I111~ IIOIIS m'CIIÍOIIS JI te, 110115 TIIIII IÍOIIS .,,..:e 11otrt 111 ,,oire,, IIOlr~ <'XI'", ¿011tt! rtt>ll>llt' .., 110115
tprouvwns 1111 d~ir fr · ·1rque de la d e te/le qu'ellc. El les pr,-,111crs 1m'i~:lant, 1/ 11011s p,1mIs-
soIt impnssi/:lt' d,: co, In- la di~la11c qut nort.< 1lfrll1111r· 11s •.,,,,e lt /,:mgat do11I 11011s d1sposia11s l!I u e
e:qxne11CI' que. po11r la p/upart. 11 'IS é/rons encore c11 ram de po11rs11i1'Te d1111s 1101,r corps ..• A P,.'IIIC 111-
111mc1<ms nou..< il raonta, q11t• 11~ <11Jf"'111io11s... l'lle d,sproportian e11lre l'apérrt.,,ct vkue et rl-nl
pos..<1ble.•. ~ /,,'r()S q11e 11011s mrai.<ons, dt l'/us arre 011 IÍ<'S l1lltratures, q11'1/s auml crIt /"amm la so/1-
/11Je, r1111g,>i~$<' Je /'e/re 011 Ju ,um-i:lre, ID 1lt.·11g,·,mc,·, qu·,is se soit.,,I d ~ co11lre /"i11j11sllc ·11111111/ia-
tm11, 11011s ne croyons pas qu ,Is a1c11I jama,s elé amenlis oe:xpnnrer co11111Il' se11I.- et dernim i ~11d1callon,
1111 sr11/m101I 11/time d 'app11rtenn11u il r,-,peuH (Robert Anlelme, L'esp«e /11111,aine, Pa , Galhmard.
1966. Fragmento del Prólogo, 1947)

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