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ANDRÉI RUBLIOV

Un jurado compuesto por

Carmelo Guillén Acosta, Julio Díaz,


Aurora Luque y Rafael Fombellida

concedió por unanimidad a este libro


el PREMIO ALEGRÍA 2020,
del Ayuntamiento de Santander
DIEGO ROEL

ANDRÉI RUBLIOV

ADONÁIS

676
EDICIONES RIALP
Madrid
© 2020 by DIEGO ROEL
© 2020 de la presente edición, by
EDICIONES RIALP, S.A. - Manuel Uribe 13-15 - 28033 MADRID
ISBN (versión impresa): 978-84-321-5303-7
ISBN (versión digital): 978-84-321-5304-4
Preimpresión: produccioneditorial.com
Depósito Legal: M-24266-2020
Printed in Spain - Impreso en España

Anzos, S. L. - Fuenlabrada (Madrid)


A Inés Aráoz, Mario Martínez, Gerardo Coccio
NOTA PRELIMINAR

Poco sabemos de Andréi Rubliov, pintor y religioso,


hombre de Dios y hombre del arte. Las crónicas afir-
man que vivió, en tiempos del patriarcado de Nikon
de Rádonezh, en el monasterio de la Santísima Tri-
nidad y San Sergio, cerca de Moscú. En 1408 cola-
boró en la decoración de la catedral de la Dormición
de Vladimir. Fue discípulo de Teófanes el Griego. Es
considerado, junto a Daniil Cherny, el representante
más importante de la pintura iconográfica en Rusia.
Murió en 1430.

En 1966 Andréi Tarkovski realizó una película basada


en su vida.

9
Y [además de los íconos] respeto toda la materia
y la considero sagrada en tanto que a través
de ella tuvo lugar mi salvación,
a través de materia que está llena de gracia
y acción de Dios.
JUAN DAMASCENO

Lo que más persuade a los hombres a través


de la vista es aquello que parece vivo.
CHRISTOS KAROUZOS

11
EL GLOBO
(Otoño de 1400)

¿VES las veloces nubes blancas


allá abajo?
La tierra se aleja más y más.
Volando va desnuda
una sola palabra en el paisaje.
Dormida va.
¿La ves?
Ya pasamos las rocas de la altura,
los jaguares del sol,
la franja donde la muerte deposita
los últimos dientes de la calavera.
Hermano, abre los brazos.

13
EL JUGLAR
(Verano de 1400)

¿DÓNDE está mi caramillo de abedul?


¿Y mi pandero de piel de burro?
¿Era triste o alegre la canción?
«Pena, pena, pena.
El Cielo nos envió a este mundo».
¿Dónde están mis zapatos de piel de oveja?
¿Y mis pinceles de pelo de buey?
¿Era triste la canción?
«Pena, pena, pena».
Sólo me queda este sayal, esta escudilla de barro,
los ojos que todavía escrutan la solapada curva de las cosas.
«Pena, pena, pena.
Desde el Cielo nos fue enviada
inconsolable pena».

14
TEÓFANES EL GRIEGO
(Invierno de 1401)

CUANDO pinto nunca contemplo los modelos existentes:


dirijo la mirada hacia dentro, hacia donde los ojos interiores
buscan la belleza espiritual.
A lo que no se puede contar ni pesar ni medir
yo le otorgo número, peso y medida.
Cuando pinto apenas considero los preceptos técnicos:
en un mismo trazo mi mano encuentra la estabilidad
y el movimiento.
Porque lo sé:
de lo más simple surge la armonía y lo bello.
El ícono debe emitir una luz suave, crepuscular.

15
EL BUFÓN
(Verano de 1400)

¿QUÉ puedo decir acerca del amor?


Se va en la brisa, vuelve en la brisa.
Se parece a un manojito de mirra,
a un perfume que se difunde y crece.
Se parece al humo que sube del desierto.
¿Qué puedo decir?

16
EL CEGAMIENTO
(Verano de 1407)

EN esta habitación dibujo lo que no puede dibujar


la mano de un hombre.
Vengo del valle de la sombra de la muerte.
Mi arte es mudo pero sabe hablar.

17
LA CAZA
(Verano de 1403)

¿DÓNDE te escondiste?
¿Debajo del sonido del metal?
¿En la oscuridad de la noche?
¿En el alarido de los moribundos?
Tu sombra es más veloz
que la yegua azabache de los tártaros.
¿Dónde te escondiste?
Me dejaste con gemido.

18
INVITACIÓN AL KREMLIN
(Invierno de 1405)

EL ícono de la Virgen de Vladimir


me miró a los ojos y me dijo:
«Búscame en el muro donde la tarde extiende su plumaje.
Estoy detrás de los estandartes de cola de caballo,
debajo de las hojas y los frutos.
Búscame en el aire, en las cenizas.
Estoy arriba del puente de todos los ríos,
encima de la huella de los lobos.
Búscame en el arco donde la sangre se desata.
Estoy bajo el ala de la noche».

19
EL ARTESANO
(Otoño de 1400)

NO tengo ya
memoria del sepulcro.
¿Dónde está el alfarero?
«Hineni, hineni. Estoy listo, Señor».
Apago, ahora, la llama.
Me pongo el vestido de fuego.
«Aquí estoy, aquí estoy».
Estamos listos.

20
TEÓFANES EL GRIEGO
(Verano-otoño-invierno de 1406)

ANTES de partir, uchitel, nos dijiste al oído:


«Abandonen las cisternas rotas.
Busquen el pozo de aguas vivas, el huerto cerrado.
Y sientan el perfume de las flores de alheña,
el aroma del azafrán, de la caña aromática,
de la canela, de la mirra y el áloe.
Sientan la fragancia de los nardos.
Busquen la fuente sellada, el árbol de vida.
Abran los ojos y vean la explosión de los frutos.
Escuchen la estampida de las ciervas del campo.
Ya pasaron el invierno y la lluvia:
llegó el tiempo de la canción.
Abandonen las cisternas rotas».

21
DANIIL EL NEGRO
(Primavera de 1408)

PARA conseguir colores traslúcidos


coloco debajo de la pintura hojas de estaño
y utilizo como barniz aceite de ricino.
Cada maestro añade su propio saber:
en los labios y las mejillas uso rojo de laca,
en las cejas y las arrugas, negro y caput mortuum.
Para conseguir los tonos diáfanos
procedo mediante una aclaración progresiva.
Los cánones son severos.
Tengo siempre sobre la mesa blanco de plomo,
ocre y cinabrio.

22
RESURRECCIÓN DE LÁZARO
(Verano de 1410)

MIENTRAS dormía
el Ángel abrió su boca en mi cabeza:
«Dame siempre de comer el Pez de la Fuente,
el más grande, el puro, el que ha pescado la Virgen.
Dame también el Vino mezclado con Agua,
ése que ofrecen con Pan.
Dame el Cuerpo y la Sangre».

23
EL PREGONERO
(Invierno de 1408)

NO puedo hacer nada sin ti.


Veo el mundo con tus ojos,
lo escucho con tus oídos.
Lo toco con tus manos y tus pies.
Eres carne de mi carne y huesos de mis huesos.
Te llevo como un sello sobre mi corazón,
como una marca sobre mi brazo.
Amigo, sin ti nada puedo.

24
TRISTEZA
(Verano de 1419)

Y el de las Siete Calles dijo:


«Acércate, Padre, rasga el abismo,
apaga el ruido de la incesante sucesión.
Sobre este lienzo de cáñamo
esboza los rasgos de Tu cara.
Rasga, rompe el abismo.
Acércate, Padre.
Méteme en tu pecho:
voy a dormir ahí».

25
LOS TÁRTAROS
(Verano-otoño-invierno de 1406)

HAN matado al juglar.


Han quebrado los huesos del pájaro.
Todo se ha roto.
Los barcos cayeron del cielo.
Las olas se llevaron el último caballo.
La ciudad es un animal enorme que agoniza.

26
EL JUICIO FINAL
(Verano de 1408)

YO vi a Cristo cabalgar sobre los cielos del Oriente.


Su voz sonaba igual que el estruendo de muchas aguas.
Se paró delante de mí, abrió los labios y me dijo:
«En mi bolsillo guardo tres llaves:
la de la lluvia, la del nacimiento,
la de la resurrección de los muertos».
Su cara brillaba como si fuera bronce en ignición.
Yo vi a Cristo cabalgar en una yegua blanca,
a orillas del Moskvá-Reka, antes del invierno.

27
LA FIESTA
(Primavera de 1408)

QUE seas siempre para mí como el rocío,


como los lirios del campo, como los árboles silvestres.
Que en mi boca seas siempre
más dulce que el fruto de la higuera.
Porque antes de verte
yo era una voz que clamaba en el desierto:
¿de dónde vendrá mi auxilio?
Mis días eran como los del caracol que se desliza y pasa.
Mis días eran esfuerzo y tristeza.
Antes de verte
yo alzaba los ojos a las montañas y gritaba:
¿dónde estoy?
Entonces llegaste como llega puntualmente
la lluvia que riega el suelo,
la nieve que cubre los campos de Rusia.
Que en mi vida seas siempre
vapor que sube de la tierra,
mano que esparce la semilla,
aguacero.

28
LA NIÑA BOBA
(Verano de 1408)

EL río Kliazma nos lleva en sus brazos.


Por el camino pasa un carro
lleno de trenzas y violetas.
Hemos pecado, Señor.
(¿Escuchan la risa alegre de la niña boba?)
Mañana encontraremos el tono, la medida justa,
el color y la fórmula.
Señor, hemos pecado.
(¿Escuchan el crujido de las ramas?)
En el templo ya no hay paredes blancas.

29
PRÓJOR DE GORODÉTS
(Otoño de 1405)

PARA poder imitar la luz diurna y la cara de Cristo


le pido a la Virgen que me ponga en el pecho
un espíritu nuevo, un corazón de carne.

30
LA INVASIÓN
(Otoño de 1408)

TODAVÍA recuerdo lo que Feofán decía:


«El perro significa lealtad y el clavel, matrimonio.
El vinicultor, el mes de marzo.
El cordero, el banquete eucarístico.
El unicornio es la Madre de Dios.
El león en el centro de la composición es Cristo.
El árbol representa la cruz y la mandorla, el universo.
A la izquierda el sol es Dios Padre.
No sé lo que significan la montaña y el pastor.
Aquellas palomas son las almas de los bienaventurados.
El cáliz sobre la mesa es el tazón de la muerte».

31
MONASTERIO DE LA TRINIDAD
Y SAN SERGIO
(Verano-otoño-invierno-primavera de 1422)

Y sobre todo hay que evitar


las curvaturas de las tablas, las grietas,
la podredumbre de la madera.
Hay que impedir a toda costa
el ataque de parásitos, la carcoma.
Para otorgar luminosidad a la pintura
la cubrimos de albayalde y revestimos el fondo
con cola de pezuña de conejo.
El ícono debe ser resistente al frío
y a la humedad del invierno.

32
LA PESTE
(Primavera de 1422)

COMO quien cae en una fosa


así cayó Pskov.
Y luego Nóvgorod.
Y también Gálich.
Apenas un fragmento de pintura se salvó del incendio:
un hombro, la mano izquierda de la Virgen,
el ojo de un ángel, la sombra
de un ala de paloma.

33
LA DISPUTA
(Verano-otoño-invierno de 1406)

ME rompieron los huesos,


me arrancaron las uñas y la piel.
Me vendieron como esclavo a los varegos.
Sin embargo el canto
nunca dejó de crecer dentro de mí.
Todavía se abren mis labios y mi boca dice Tu alabanza.
Todavía doy vueltas alrededor de un altar vacío.
Como un animal hambriento,
como un lobo de la tundra,
así te busco, Señor,
así te busco.

34
EL JUICIO FINAL
(Verano de 1408)

LA vida se ha dormido y el infierno


tiembla de espanto.
Mi casa ya no es casa de oración.

35
LA CAMPANA
(Primavera-verano-otoño-invierno de 1423)

MI amigo se fue volando.


Lejos.
Se fue del todo.
¿Cayó?
¿Dio contra el suelo?
¿Yace en la copa de un árbol?
¿En el fondo del río?
¿Reposa?
¿Duerme en la altura?
Daniil es su nombre.

36
LA PESTE
(Primavera de 1422)

UN viento negro se llevó a mi padre,


a mi madre, a mis hermanos.
Un viento negro acabó con todo.
Vuelven a la mente ahora las palabras
que murmuró el amigo:
«Dulce es la luz y agradable para los ojos
ver el sol».
Yo atravesé la turbia corriente del Moskvá.
Llegué hasta el umbral de piedra blanca.
Sí, dulce, dulce.
Dulce es la luz.

37
LA FIESTA
(Primavera de 1408)

SOBRE los pinceles mis dedos


destilaron mirra.
Ungüento derramado es Tu Nombre.

38
TRISTEZA
(Verano de 1419)

¿Y nuestra segunda patria?


¿Es la intemperie y el viento?
Ya estoy harto de vivir.
Soy como el estiércol que se quema cuando sobra.
Ojalá me lleve pronto
la rueda dentada de la vida.

39
JUVENTUD
(Invierno de 1401)

SEÑOR, ten piedad.


Toma la tierra en tus brazos
como si fuera un niño.
Desciende.
Rompe los sellos del cielo.
Nosotros somos seres viles,
formados con barro.
Nosotros somos carne culpable.
Ten piedad, Señor.
Rompe los sellos.

40
EL BUFÓN
(Verano de 1423)

EL cauce tibio del Slavútich se lleva mis zapatos.


¿Qué es lo que me arde en las manos?
¿Es ascua, pétalo, semilla?
¿Sedimento de la belleza, limo del sueño?
El río se lleva al hombre, al animal, al pájaro.

41
EL ÁRBOL VERDE DEL ENCINAR
DE MAMBRÉ
(Otoño-invierno-primavera de 1422)

TOMO el compás, el cordel y la escuadra:


no existe nada bello sin medida.
Desde la ventana de mi celda observo
todo lo que se desmorona y crece,
todo lo que se mueve y abandona
su pasajera piel sobre el planeta.
Tomo el pincel.
Descubro un verbo que no es blanco ni azul
ni transparente.

42
EL ARTESANO
(Otoño de 1417)

HERMANO, enséñame a tejer el jacinto y la púrpura,


el carmesí y el lino.
Enséñame a tejer como Besabel y Oliab.
Con hilo de oro haré el vestido de mi madre.

43
LA CAZA
(Verano de 1403)

—¿QUÉ dirás de mis mejillas?


—Diré que son suaves como palomas bañadas en leche.
—¿Y de mis labios?
—Diré que son mejores que el vino.

44
EL GLOBO
(Otoño-invierno de 1400)

¿VES las veloces nubes blancas


allá abajo?
La tierra se aleja más y más.
Volando va desnuda
una sola palabra en el paisaje.
Dormida va.
¿La ves?
Ya pasamos las rocas de la altura,
las carrozas del aire.
Hermano, abre los ojos.

45
LA VIRGEN DE LA GRANADA
(Primavera de 1426)

CON bermellón, lapislázuli y pan de oro,


hacia fines de marzo, yo, Daniil Cherny,
hice aparecer sobre la tabla aquel Jardín
donde la Madre y el Niño descansaban.
Sólo el ojo avezado puede descubrir
los detalles y la perfección del dibujo:
los golpes bruscos de la luz, la materia
que adquiere gracia y movimiento.
¿Ven aquella esquina negra?
¿Ven lo que hay debajo de los colores
y las formas?
Hacia fines de marzo, yo, Daniil Cherny,
hice aparecer sobre la tabla aquel Jardín.

46
BORISKA
(Invierno de 1423)

VEN conmigo, tú fundirás campanas y yo


pintaré íconos.
Prepárate para la batalla.
Aunque no lo queramos, aunque lo rechacemos,
nuestros labios se abrirán para decir
aquello que nadie dijo aún.
Ven conmigo, tú elevarás el cielo y yo
soñaré el equilibrio de las cosas.
Escucha:
es siempre misteriosa la canción.

47
ANDRÉI RUBLIOV
(Verano de 1425)

USO el pincel como un cuchillo:


dejo a la vista en la madera
los puntos de sutura.
Grabo una cruz, un pie,
la sangre en la herida del Cordero.
Uso el pincel como una lámpara:
pinto con azurita y ultramar
la corona de doce estrellas de la Virgen.
Ilumino los cántaros vacíos.

48
EPÍLOGO
LO QUE NO SE PUEDE CONTAR
NI PESAR NI MEDIR

En el juego de refracciones, en esas improntas que se


velan o revelan, se disparan o disipan, superpuestas
u olvidadas, la vida de Andréi Rubliov, su versión
fílmica a cargo de Tarkovski y la enunciación que en
esa transposición cobra su aliento, se mitigan lujos y
exuberancias. Para esta (auto)biografía poética, sua-
vizar lo turbulento ―el amor “se parece a un mano-
jito de mirra”―; sosegar el volumen y la estoicidad
de la materia ―“todo lo que se mueve y abandona/
su pasajera piel sobre el planeta”―; dosificar brillos
y estridencias ―“El ícono debe emitir una luz sua-
ve, crepuscular”―; o adecuarse a la tesitura del si-
lencio ―“Mi arte es mudo pero sabe hablar”―, son
resistencia a la saturación. Depurarse de cualquier
ampulosidad, que sólo restos de las contiendas, de
las inclemencias y de las lujurias se preserven, como
pedregullos aquí y allá, son decisiones a tono con lo
que Diego Roel venía atesorando en libros anterio-
res. Asume, quien dice yo, esa lengua monástica, esa
rusa sequedad; y entonces, ser el pintor de íconos
medieval o parte de su corte arrastra la posibilidad
de esgrimir un ars poética: “Porque lo sé:/ de lo más
simple surge la armonía y lo bello”.

51
Esta reducción de los recursos, la sobriedad como
un estilo sostenido de manera consciente, en la cla-
ve de la visualidad se afirma en ese intento por “[…]
conseguir colores traslúcidos”. Y permite instalar un
modo de la apertura: “Hermano, abre los brazos”, ex-
horta el viajero de “El Globo”; “Hermano, abre los
ojos”, insiste el mismo viajero, hacia el final. Abrir la
boca, los labios, son acciones que se reiteran, el hálito
que, además de airear la letra, de contribuir a esa tra-
ma espaciosa y emular la solvencia de lo breve, remite
a otra búsqueda, allí cuando la metáfora se revierte:
“Méteme en tu pecho/ voy a dormir ahí”. Esa ansia de
cobijo, ese “Padre” al que se invoca, es la aspiración
que en definitiva vertebra esta voz poética: “Como un
animal hambriento,/ como un lobo de la tundra,/ así te
busco, Señor,// así te busco”.
La trayectoria de Andréi Rubliov, esta suerte de
hagiografía del pintor escrita aquí de a episodios poé-
ticos cuya cronología se desordena, es una reconver-
sión, en pleno siglo XXI, del mito del artista como un
ser dedicado a traer a la densidad del mundo, a su con-
dición trunca de finitud, un soplo abarcador: “A lo que
no se puede contar ni pesar ni medir/ yo le otorgo nú-
mero, peso y medida”, nos confiesa quien detenta esta
misión. Dicho recorrido se nutre, en algunas de sus
estaciones, de la experiencia de lo sacrificial ―“Ya
estoy harto de vivir.// Soy como el estiércol que se
quema cuando sobra”―; pero recupera su aptitud para
la firmeza al intuir, en estas prácticas que se tienen
entre manos, un camino hacia cierta perennidad: “Y
sobre todo hay que evitar/ las curvaturas de las tablas,
las grietas,/ la podredumbre de la madera”, se propone
el artista en “Monasterio de la Trinidad y San Sergio”.

52
El poema retoma ese vínculo con lo eterno que se
ha asignado al arte desde tiempos remotos: “El ícono
debe ser resistente al frío/ y a la humedad del invierno”.
Al que se precipita en estas peripecias de la creación le
basta con su pincel ―“un cuchillo” y “una lámpara”―
para cavar en la oscuridad y propagar la luz. Las vaci-
laciones, las dudas, esos rodeos que ventilan cualquier
rotunda aserción, se desvanecen en el matiz difuso del
único hallazgo contundente: “Descubro un verbo que
no es blanco ni azul / ni transparente”.

VALERIA MELCHIORRE

53
ÍNDICE
NOTA PRELIMINAR���������������������������������������������� 9

El globo������������������������������������������������������������������� 13
El juglar������������������������������������������������������������������� 14
Teófanes el griego��������������������������������������������������� 15
El bufón������������������������������������������������������������������� 16
El cegamiento���������������������������������������������������������� 17
La caza�������������������������������������������������������������������� 18
Invitación al Kremlin���������������������������������������������� 19
El artesano��������������������������������������������������������������� 20
Teófanes el griego��������������������������������������������������� 21
Daniil el Negro�������������������������������������������������������� 22
Resurrección de Lázaro������������������������������������������� 23
El pregonero������������������������������������������������������������ 24
Tristeza�������������������������������������������������������������������� 25
Los tártaros�������������������������������������������������������������� 26
El juicio final����������������������������������������������������������� 27
La fiesta������������������������������������������������������������������� 28
La niña boba������������������������������������������������������������ 29
Prójor de Gorodéts�������������������������������������������������� 30

57
La invasión�������������������������������������������������������������� 31
Monasterio de la Trinidad y San Sergio������������������ 32
La peste������������������������������������������������������������������� 33
La disputa���������������������������������������������������������������� 34
El juicio final����������������������������������������������������������� 35
La campana������������������������������������������������������������� 36
La peste������������������������������������������������������������������� 37
La fiesta������������������������������������������������������������������� 38
Tristeza�������������������������������������������������������������������� 39
Juventud������������������������������������������������������������������ 40
El bufón������������������������������������������������������������������� 41
El árbol verde del encinar de Mambré�������������������� 42
El artesano��������������������������������������������������������������� 43
La caza�������������������������������������������������������������������� 44
El globo������������������������������������������������������������������� 45
La Virgen de la granada������������������������������������������ 46
Boriska�������������������������������������������������������������������� 47
Andréi Rubliov�������������������������������������������������������� 48

LO QUE NO SE PUEDE CONTAR NI PESAR


NI MEDIR, por Valeria Melchiorre������������������������ 51

58
ADONÁIS
COLECCIÓN DE POESÍA

Director: CARMELO GUILLÉN ACOSTA

ÚLTIMOS VOLÚMENES PUBLICADOS:

647.–Rodrigo Sancho Ferrer: VAHO Cabanillas y Carmelo Guillén Acosta.


(Premio «Adonáis» 2015). 663.–Ana Sofía Pérez-Bustamante
648.–Nelo Curti: EL LUJO DE PO- Mourier: SIBILARIO (Premio «Ale-
NERNOS TRISTES (Accésit del Pre- gría» 2018)
mio «Adonáis» 2015). 664-665.–Mario Quintana: INTENTA
649.–Magdalena Camargo Lemieszek: OLVIDARME (Antología poética).
LA DONCELLA SIN MANOS (Ac- Edición de Enrique García-Máiquez.
césit del Premio «Adonáis» 2015). 666.–Marcela Duque: BELLO ES EL
650.–Julio Martínez Mesanza: GLORIA. RIESGO. (Premio «Adonáis» 2018).
651-652.–SÉPTIMA ANTOLOGÍA 667.–Guillermo Marco Remón: OTRAS
DE «ADONÁIS». Prólogo de Luis NUBES (Accésit del Premio «Ado-
Alberto de Cuenca. náis» 2018).
653.–Santiago de Navascués: OTRO 668.–José Alcaraz: EL MAR EN LAS
CIELO (Premio «Alegría» 2016). CENIZAS (Accésit del Premio «Ado-
654.–Sergio Navarro Ramírez: LA náis» 2018).
LUCHA POR EL VUELO (Premio 669.–Déborah García: TE DOY EL
«Adonáis» 2016). MAR. (Premio «Alegría» 2019).
655.–Bibiana Collado Cabrera: EL RE- 670.–Joaquín Antonio Peñalosa: TO-
CELO DEL AGUA (Accésit del Pre- DAVÍA HAY PRIMAVERA. TODA-
mio «Adonáis» 2016). VÍA (Antología poética). Selección y
656.–Camino Román: ACCIDENTE prólogo de Fernando Arredondo.
(Accésit del Premio «Adonáis» 2016). 671.–Enrique García-Máiquez: MAL
657.–José Antonio Fernández Sánchez: QUE BIEN.
MINERAL Y LUZ (Premio «Alegría» 672.–María Elena Higueruelo: LOS
2017). DÍAS ETERNOS. (Premio «Ado-
658.–Alba Flores Robla: DIGAN náis» 2019).
ADIÓS A LA MUCHACHA (Pre- 673.–Diego Medina Poveda: TODO
mio «Adonáis» 2017). CUANTO ES VERDAD. (Accésit del
659.–Pablo Fidalgo Lareo: CRÓNICA Premio «Adonáis» 2019).
DE LAS AVES DE PASO (Accésit del 674.– Felicitas Casillo: EL CONTOR-
Premio «Adonáis» 2017). NO DEL ROBLE (Accésit del Premio
660.–Álvaro Petit Zarzalejos: QUE «Adonáis» 2019).
AÚN ME DUELAS (Accésit del Pre- 675.– Carlos Javier Morales: EL
mio «Adonáis» 2017). CORAZÓN Y EL MAR.
661-662.–DIOS EN LA POESÍA AC- 676.– Diego Roel: ANDRÉI RUBLIOV
TUAL (Antología). Edición de José Julio (Premio «Alegría» 2020).

Las obras que han obtenido el Premio «Adonáis» aparecen numeradas en


negrita.
ESTA PRIMERA EDICIÓN DE
«ANDRÉI RUBLIOV»,
DE DIEGO ROEL,
VOLUMEN 676 DE LA COLECCIÓN «ADONÁIS»,
PUBLICADA POR EDICIONES RIALP, S.A.,
MANUEL URIBE 13-15, MADRID,
SE ACABÓ DE IMPRIMIR EN LOS TALLERES
DE GRÁFICAS ANZOS, S.L.,
FUENLABRADA (MADRID),
EL DÍA 7 DE OCUBRE DE 2020.

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