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Asedios a un recurso fundamental: la consigna.

Sabemos que una consigna es la “puerta de entrada” para la realización de prácticas


escolares en el aula. Tienen un carácter transversal y general porque todos los
espacios curriculares están atravesados por consignas.

Estos enunciados (orales o escritos) son multidimensionales: constituyen un acto


de comunicación (E M R), una instrucción y direccionan prácticas variadas para
motivar, construir, fortalecer o evaluar saberes.

Las consignas se definen en función del concepto de enseñanza y de aprendizaje


que manejamos. Desde una posición conductista, las consignas orientarán la
reproducción de contenidos. Por el contrario, desde una perspectiva más
constructivista, las consignas de trabajos buscarán acompañar procesos de
construcción de saberes. Decimos que son un recurso didáctico mediante el cual
se estipula qué y cómo resolver una actividad organizada por el docente. Forman
parte fundamental de la planificación e implican un proceso en el cual su diseño
está orientado por el objetivo que nos planeamos al preparar una clase. En ese
sentido es fundamental preguntarse: ¿Qué buscamos que nuestros estudiantes
aprendan? ¿Qué habilidades mentales pueden poner en juego para involucrarlas en
saberes (entendidos como construcciones superadoras de la simple adquisición de
contenidos) más complejos? En este aspecto, la certeza de lo que queremos
conseguir, es un elemento que nos ayuda al diseño de consignas entendidas estas
como dispositivos (constructo con una función estratégica) de trabajo aúlico.

La consigna forma parte de una construcción intelectual por lo que no debe ser
improvisada.

Una buena consigna es breve, clara y precisa. Implica un problema que debe
resolverse. Por eso, debe evitar los enunciados ambiguos. Es necesario realizar con
los estudiantes una lectura en común con el propósito de analizar el texto de la
misma para confirmar que se ha comprendido. En este punto, la comprensión de
las consignas también es una capacidad que debe ser aprendida por nuestros
estudiantes.

Sandra Espósito (2013) establece una serie de pautas para la formulación de


consignas:

Ideas para la formulación de consignas

1. 1. Que la actividad no sea cerrada, es decir, que admita más de un camino


posible de resolución. Si el camino es único para resolver la actividad, no
nos servirá luego para una puesta en común que sea rica para debatir
estrategias.
2. 2. Que la actividad no brinde más información de la que se necesita para
resolverla, es decir, no dar ayudas o aclaraciones de entrada sobre el
camino a seguir, pues coartan las estrategias que se pueden poner en juego.
3. 3. Que la actividad no se encuentre en extremo pautada para una misma
finalidad. Es preferible que tenga pocas preguntas (las más generales) y
dejar las otras que pueden interesarnos para una puesta en común con los
estudiantes.
4. 4. Que la actividad requiera justificar las elecciones que se realizan los
alumnos, así como también las que se rechazan.
5. 5. Si se propone una tarea en un contexto real, procurar que para resolverla
este contexto sea significativo y relevante. Dicho de otra manera, evitar
hacer preguntas en las que el contexto sea un “decorado” intrascendente
para facilitar procesos de modelización.
6. 7. Considerar incluir consignas que activen la reflexión sobre la tarea
realizada. Consignas que inviten al alumno a comparar resoluciones,
tomando decisiones sobre ventajas y desventajas de distintos caminos
utilizados, estrategias que resultaron útiles a la hora de resolver la
actividad y aquellas que no han resultado útiles, preguntas que el docente
le formuló que le permitieron avanzar en la tarea cuando el estudiante se
encontraba bloqueado, vínculos entre conceptos, hipótesis supuestas , etc.
7. 8. Que el uso de nuevos recursos sea necesario para resolver la tarea. Por
ejemplo, que permitan aplicar ciertas técnicas, o realizar ciertos gráficos
o figuras que sin esta tecnología no serían posibles. Que lo solicitado sea
un saber y no una práctica referida al uso de software. Se pretende enseñar
lengua y no el uso de un programa particular.
8. Aprender a formular preguntas

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