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¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera?

Contenido Página
1*Introducción 2
2*La vida de los tiempos Bíblicos igual a los días en que vivimos. 3
3* La moderna Sodoma y Gomorra 4
4*La presencia y autoridad del nuevo Faraón 4
5* A Dios lo que le corresponde y al Cesar también 5
6* El nuevo maná, alimento del espíritu 6
7* El clamor de la humanidad 6
8* La lucha entre las religiones 6
9* La olvidada Doctrina Cristiana 9
10* El matrimonio 10
11* La familia un tesoro divino 11
12* Padres de familia 12
13* El mejor consejo es el mejor ejemplo 13
14* Hablad de Dios a vuestros hijos 14
15* La evolución espiritual de las nuevas generaciones 15
16* A los esposos 16
17* A la juventud 17
18* La ancianidad y su temor 18
19* A los niños 18
20* Aliento Divino 19
21* El manantial del llanto. (La soledad espiritual) 21
22* A quienes han cometido errores 21
23* A los enfermos 22
24*¿Es la muerte de mi cuerpo, el final de mi vida? 24
25* La ciencia 24
26* La guerra indeseada y la paz deseada 29

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¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 2

1* Introducción
Humanidad: sosegad vuestra mente agitada por las vicisitudes y azares de la vida.¡Cuánto lucháis tratando de
libraros de la oscuridad en que vivís, a pesar de encontraros en pleno tiempo de la luz! Grande es vuestra lucha y
por eso os sentís cansada, os llamo precisamente para que descanséis unos instantes, porque tendréis que
proseguir en el camino de vuestra vida.
Vais como náufragos, azotados, por las furiosas olas, envueltos en las sombras de una noche muy larga;
enmedio de esa tempestad me he presentado y mi caridad es faro que ilumina la ruta que os, conduce al puerto
salvador
Han pasado muchos siglos en este mundo y aún la humanidad no ha encontrado la felicidad ¿Por qué?
Sencillamente porque no ha querido buscarla en el sendero verdadero que traza mi Ley de amor y justicia, de
armonía y pureza.
Analizad vuestros conflictos, estudiad los problemas que os afligen, y luego poned en práctica mis mandamientos
y encontraréis la solución a todos vuestros problemas. El mundo se agita en medio de una tempestad y ha perdido
el rumbo, se ha conformado con vivir buscando lo necesario para el sustento de su cuerpo, olvidando en el fondo
de su ser a su espíritu.
Humanidad: ¡Cuánto dolor contemplo en vuestro mundo! Os habeis acostumbrado a la maldad, en que vivís, que
pensáis que es la más natural. Tal parece que Sodoma y Gomorra, Babilonia y Roma, han volcado toda su
perversidad.
¡Cuánta sangre se ha derramado en este mundo! La niñez ya conoce la amargura y pronto endurece su corazón.
Las flores se marchitan en plena juventud, las canas comienzan a brillar prematuramente.
Encuentro el corazón del hombre más estéril que nunca, tierra petrificada, cubierta de cizaña, de ortiga y llena
de pedruscos, por doquier crecen la mala hierba y los árboles cubiertos de frutos venenosos. Las aguas se han
contaminado, los manantiales se han secado, las fuentes se encuentran turbias y los ríos ya no corren; no hay
flores en los huertos y algunas se encuentran, marchitas; y existen muchos nidos con sus aves muertas.
Las plagas todo lo devoran y el gusano roedor todo lo destruye; éste es el cuadro que la humanidad me presenta
en este tiempo. Millones de enfermos y de niños abandonados a sus propias fuerzas, multitudes de ancianos sin
conocer el consuelo que los ayude, viudas y mujeres desamparadas que ignoran las delicias del calor de un
verdadero hogar. Los vicios toman fuerza entre hombres y mujeres y aún a los niños ha llegado este veneno.
En aquel tiempo encontré al ciego y le di la vista, al tullido le hice andar, al muerto le resucité; ahora encuentro
mayor desolación en el mundo, porque contemplo por millares a los ciegos, los sordos, los leprosos y los
muertos del espíritu.
Esta humanidad, no se da cuenta del tiempo en que vive, porque si lo supiera, ya las manos homicidas se
hubieran detenido, habría oración y temor, habría perdón y verdadero arrepentimiento; mas nada de eso existe;
cada día se rompen nuevos lazos de amor entre los pueblos de la Tierra. La espiritualidad, el verdadero amor,
la buena moral y el respeto han sido rechazados, sólo existe una lucha inútil y sorda de odios, egoísmos y
ambiciones.
Si esta humanidad tuviera del conocimiento espiritual la noción necesaria, no tendría tantos graves errores
porque encontraría en la oración y en la espiritualidad, la inspiración para solu cionar los trances más
difíciles y vencer las pruebas más duras.
Es que los hombres han perdido la semilla de amor que, sin saberlo, llevan en lo más profundo y puro de
su corazón, tan dentro que ellos mismos por su materialismo no alcanzan a descubrir.
Aunque parezca absurdo, esta es la hora propicia para
que mi palabra encuentre eco en el corazón de los hombres, quienes no encuentran solución a sus
conflictos, en sus leyes, en sus religiones, en su ciencia, ni en sus filosofías. El dolor que hoy padece la
humanidad es por hacer hecho mal uso de su libre albedrío, por eso, al entregarse en brazos de una vida
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 3

materialista, se encuentra fatigada ha tenido que llegar a hastiarse y transmite a su parte humana esta fatiga de
siglos.
Esta humanidad que peca, viola y profana, lucha intensamente por sobrevivir aunque egoístamente y sin mirar
si los medios que emplea son justos y humanos o si son lo contrario.
La semilla del verdadero amor no ha sido bien cultivada, existe hambre y sed del espíritu, hambre de verdad y
de paz, sed de amor y de luz. ¿No presentís la sed inmensa que en el corazón de los hombres se está
acumulando? ¿Creéis que este mundo está destinado a ser valle de lágrimas y que jamás podrá dar albergue a la
verdadera paz?
Os hablo así, porque nadie mejor que Yo conoce la evolución de vuestro espíritu y sé que esta humanidad, a
pesar de su gran materialismo, de su amor por el mundo y de sus pasiones desarrolladas hasta el máximo del
pecado, sólo en apariencia vive aferrada a la carne y a la vida material. Yo sé que en cuanto sienta en su espíritu
el toque amoroso de mi amor, vendrá presto a Mí para despojarse de su carga y seguirme por el camino de
verdad que, sin darse cuenta, mucho desea recorrer.
Detrás de su materialismo e insensibilidad para conocer y aceptar la vida espiritual, esta humanidad oculta un
espíritu de luz, que ha recorrido largas sendas y ha resistido grandes pruebas que le han dado temple,
experiencia y conocimiento. Basta que se disponga a penetrar en un diálogo interior con su conciencia para
que surja a una nueva vida y descubra en la esencia de su ser.
Nadie puede romper los lazos sagrados que os unen a mi Espíritu, ni impedir que Yo os ame, buscadme en
todas las formas en que me necesitéis: quien me llame como Padre, Yo extenderé hacia él mi caridad para
conducirle y consolarle, si me necesitáis como Doctor así me encontrará y sentirá mi bálsamo, quien me llamare
como hermano, seré su confidente, quien me busque como buen amigo aquí estaré y el que me solicite como
maestro, y consejero recibirá la lección en su corazón.
Humanidad: Yo sólo sé deciros que lo que es mío no lo dejaré perder; y vosotros sois míos. Os amo desde
antes que fueseis y os amaré eternamente.
2*La vida de los tiempos Bíblicos igual a los días en que vivimos.
Espiritualmente la humanidad marcha en un desierto: la adoración al becerro de oro y el culto a los dioses paganos
aún existe. La torre de babel está presente, igual que Sodoma y Gomorra, el Faraón vive en su corazón, pero
también recibirá el maná manifestado en mi palabra para alimento de su espíritu.
Una nueva Babel han levantado los hombres, esa torre ha seguido creciendo con tanta soberbia vanidad y
división, como cuando los hombres en sus discordias se distanciaron unos de otros, creando idiomas y lenguas
para cada pueblo.
Un torbellino de diversas ideas ha mucho tiempo que desunió a los hombres, La antigua Babel condenó a la
humanidad a la división, ahora en este tiempo un torbellino de luz les unirá. La torre de Babel que los hombres
construyeron, será destruida y en su lugar, se levantará otra, en el corazón de los pueblos y de las razas. la que
no podrá ser destruida, porque sus cimientos firmes, no serán de desunión, sino de fraternidad y de armonía.
Cuando todos los hombres se levanten alentando este ideal, la confusión de Babel desaparecerá, para que todas
las razas se estrechen en un abrazo de fraternidad.
Vuestro mundo es un desierto, Yo soy el oasis, vosotros sois peregrinos sedientos, Y os envió mi palabra como
agua pura y cristalina, que fortalece a vuestro espíritu en su larga y pesada travesía. En medio de este desierto
hago hecho nacer palmeras para que os sombreéis y tengáis descanso, en medio del sol candente, aparecerá
una nube cuya presencia os hará sentirme muy cerca de vuestro corazón.
Muchos pueblos y naciones, han hecho de su vida un penoso desierto, cuyo sol candente les deprime y cuya
aridez les domina y extenúa.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 4

3* La moderna Sodoma y Gomorra


Fructificad y multiplicaos, esta Ley fue la propagación de la raza humana, pero no se concretó tan sólo a la
multiplicación de la especie, sino al desarrollo de vuestros dones, virtudes y conocimientos. ¡Qué interpretación
tan material se ha dado a esta parábola!
Esta humanidad se ha multiplicado al mismo tiempo que su pecado. No faltan en el mundo ciudades semejantes
a Sodoma y Gomorra. De aquellas ciudades pecadoras no quedaron ni vestigios, a pesar de que sus moradores
no eran hipócritas, pues pecaban a la luz del día, mas esta humanidad de ahora, que se oculta en las sombras
para dejar desbordar sus pasiones, y luego aparenta rectitud y limpidez, tendrá un juicio más severo que
Sodoma.
Es la herencia funesta de todas las generaciones pasadas, la que con sus ambiciones, vicios y enfermedades,
está dando sus frutos. Es el árbol del mal que ha crecido en el corazón de los hombres, árbol que ha sido
fecundado con pecados, cuyos frutos siguen envenenando cada a día a nuevos corazones.
Bajo la sombra de ese árbol yacen hombres y mujeres sin fuerzas para librarse de su influencia; ahí han quedado
virtudes rotas, honras manchadas y el final de muchas vidas.
No solamente los adultos corren atraídos por los placeres del mundo y de la carne; también los adolescentes y
hasta los niños, ha llegado el veneno acumulado a través de los tiempos. Y los que han logrado escapar de tan
funesta influencia de maldad ¿Qué hacen por los que se han perdido? Juzgarles, censurarles y escandalizarse
de sus actos. Pocos son los que oran por los que se extravían del sendero y menos los que consagran parte de
su vida para combatir el mal.
Destruíd la nueva Sodoma y Gomorra de este tiempo, no dejéis que vuestro corazón se familiarice con sus
pecados, ni imitéis a sus moradores.
Ahora, Dios EL Padre Creador de la vida, no pedirá a los hombres que tan solo se multipliquen y que la especie
siga creciendo, sino que sus sentimientos sean cada vez más elevados y que su espíritu emprenda un franco
desarrollo, evolución y crecimiento espiritual, en pensamientos elevados en verdadera fe, sabiduría amor, respeto
y caridad en vuestras buenas obras.
4*La presencia y autoridad del nuevo Faraón
Esta humanidad se asemeja a aquel pueblo cautivo del Faraón; se imponen creencias, doctrinas y leyes a los
hombres; la mayor parte de las naciones son esclavas de otras más fuertes; la lucha ruda y el trabajo forzado
bajo los latigazos del hambre y de la humillación, son el pan amargo que come una gran parte de la humanidad.
El mundo actual es esclavo del pecado, del materialismo, del egoísmo, del odio, de la codicia, de la ambición,
de las tentaciones, de los placeres, de los vicios, esas son las fuerzas que representan el poder del nuevo faraón,
tirano y cruel que os ha cargado de cadenas.
Esta humanidad deberá luchar por libertarse del nuevo Faraón representado por el mundo que alimenta su
idolatría, sus miserias y tentaciones, pero una vez que alcance la espiritualidad necesaria, oirá en lo más
profundo de su ser la voz divina hablándole de la Ley de justicia y de amor; mas no será al corazón donde
descienda esa luz sino directamente a su espíritu.
Yo os digo que esta humanidad, en su lucha del espíritu contra el materialismo, ha sufrido una derrota, una
caída dolorosa, que poco a poco lo ha ido alejando de la fuente de la verdad. Mas su derrota no es definitiva,
es pasajera, porque del fondo del abismo se levantará cuando ya no pueda soportar su hambre, su sed, su
desnudez y sus tinieblas. Mas el dolor será su salvación, y oyendo la voz de la conciencia se levantará fuerte y
luminoso, ferviente e inspirado.
Esta nueva liberación mañana la celebrará la humanidad, no con festines ni con tradiciones, sino con el verdadero
amor espiritual de los unos a los otros.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 5

5* A Dios lo que le corresponde y al Cesar también


Pero para los hombres de hoy sólo existe el César y a su Dios nada tiene que ofrecerle. Si al menos le dieseis al
mundo lo justo, vuestras penas serían menores; pero el César que habéis puesto delante en vuestra vida, os ha
dictado leyes absurdas, os ha convertido en esclavos y os quita la vida sin daros nada en compensación.
Cada día los hombres se despiertan preocupados olvidándose de orar para buscar en Mí la fuerza espiritual;
tampoco buscan energías para la materia en las fuentes de la Naturaleza. Todos corren precipitadamente,
luchando sin saber por qué, caminando sin saber a punto fijo hacia donde van. Es en esa lucha sorda y sin
sentido, en donde han materializado a su espíritu volviéndolo egoísta.
Los hombres olvidando las leyes del espíritu, se destruyen, se matan y se arrebatan el pan, sin escuchar la voz
de la conciencia, sin detenerse a meditar. Si alguien les preguntase, cómo juzgan su vida actual, ellos
responderían al instante que jamás en los tiempos pasados brilló tanta luz en la vida humana como ahora, y que
nunca la ciencia les reveló tantos secretos, pero tendrían que decirlo con una máscara de felicidad ante su
rostro, porque en su corazón estarían ocultando todo su dolor y su miseria espiritual.
Estáis siempre preocupados por los bienes de la Tierra; os conformáis con un poco de tranquilidad en el
corazón, un techo seguro, un poco de salud corporal, el calor de los vuestros y un puñado de monedas, para
quienes viven dentro de este materialismo y rutina de su vida, es lo mismo un día que otro.
Existen ricos acaudalados que no tienen salud, ni conocen la alegría, y hombres pobres que teniendo salud no
saben lo que poseen y viven amargados porque desean caudales o comodidades. No descubro ambiciones nobles
en el corazón de los hombres y cuando llegan a tenerlas no persiguen aquel ideal por buenos caminos; la prueba
la tenéis en esas guerras insensatas e indignas de seres que poseen la luz de Dios.
A ricos y a pobres les preocupa el dinero, cuya posesión es engañosa, les preocupa el dolor o la enfermedad, y
le estremece la idea de la muerte. Unos temen perder lo que tienen y otros ansían tener lo que nunca han
poseído. A unos todo les sobra, mientras a otros todo les falta.
En verdad os digo que la época en que el hombre vivió en cuevas y cubría su cuerpo con piel, también se
arrebataban de la boca el alimento los unos a los otros; y los más fuertes se llevaban la mayor parte; el trabajo de
los débiles fue en provecho de los que se imponían por la fuerza, también se mataban hombres con hombres,
tribus con tribus y pueblos con pueblos. ¿En dónde está la diferencia entre la humanidad de ahora y la humanidad
de aquellos días?
Sí, ya sé que me diréis que habéis alcanzado muchos adelantos, y que me hablaréis de vuestra civilización y de
vuestra ciencia, mas entonces os diré: que todo ello es precisamente la máscara de hipocresía, tras de la cual
escondéis la verdad de vuestros sentimientos y de vuestros impulsos todavía primitivos, porque no os habéis
preocupado un poco por el desarrollo del espíritu, por cumplir con mi Ley.
Las pruebas por las que atraviesa vuestro mundo, son las señales del final de una Era, el ocaso y la agonía de
un tiempo de materialismo, porque materialismo ha habido en vuestra ciencia, en vuestras ambiciones, en
vuestros afectos, en vuestro culto hacia Mí y en todas vuestras obras. El materialismo ha envuelto a la
humanidad, de muchos corazones se ha borrado mi nombre, y se olvidan de orar, que es la forma espiritual de
conversar con Dios.
El amor al mundo, la codicia por los bienes terrenales, el deleite de todos los bajos deseos, el egoísmo, el amor
por sí mismo y el orgullo, es la vida que habéis creado según vuestra inteligencia y voluntad humana, cuyos
frutos os he dejado recoger para que vuestra experiencia llegue a ser absoluta.
¡Pobres pueblos! que llevan sobre sus hombros el trabajo como un fardo insoportable. Ese trabajo que ya no es
aquella bendita ley por medio de la cual el hombre obtenía cuanto le era necesario para subsistir, sino que se ha
convertido en una lucha desesperada y angustiosa para poder vivir. Y ¿Qué obtienen los hombres a cambio de
dejar su fuerza y su vida? Un remedo de pan, un cáliz de amargura.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 6

Veo que os arrebatáis el pan los unos a los otros; que los ambiciosos no pueden ver que los demás posean algo,
porque lo quisieran para sí; que los fuertes se apoderan del pan de los débiles y éstos se concretan a ver comer y
gozar a los poderosos.
En verdad os digo que no es este el sustento que Yo deposité en la Tierra para vuestro deleite y conservación, ese
es el pan de la discordia, de las vanidades, de los sentimientos inhumanos, en fin, es la prueba de la escasa o nula
elevación espiritual de quienes os conducen por la vida humana.
¿Cuál es el adelanto moral de esta humanidad? ¿Cuál es el desarrollo de sus más nobles sentimientos?
6* El nuevo maná, alimento del espíritu
Hoy os traigo un nuevo maná, pero para vuestro espíritu, es el pan espiritual que está en la esencia de mi palabra.
La oración y la fe, harán el prodigio de que a vuestra mesa llegue este el pan, como a Israel en el Primer Tiempo
le fue premiada su fe con el maná.
Vosotros también sois un pueblo y la vida que cruzáis es una imagen del desierto, por eso os digo que imitéis
la fe de aquel pueblo, para que veáis mis prodigios en vuestro camino, esos prodigios serán en vuestra jornada,
el agua que brota de las rocas o el maná que traen los vientos.
De mi Espíritu brotan destellos en número infinito, que van a depositarse en cada uno de mis hijos, a semejanza
del maná que alimentó al pueblo en el desierto.
Hoy debéis recordar el Cenáculo de Jesús con el pan espiritual que he venido dándoos a través de los tiempos: el
maná del desierto en el Primer Tiempo (El primer o antiguo testamento) el milagro de los peces en el Segundo.
Tiempo, (El segundo o nuevo testamento) El pan que bendije y repartí en mi mesa en representación de lo divino,
fue una lección que entregué a vuestro espíritu para que comprendiera mi amor.
7* El clamor de la humanidad
El dolor que la humanidad ha acumulado a través de los siglos, ha sido creado por el egoísmo las bajas
pasiones, el materialismo absurdo, la soberbia, el orgullo, la vanidad, el desamor, la falta de verdadero perdón,
la separación de matrimonios, las cadenas de oprobio y de miseria, hijos vs padres, las infidelidades, los vicios,
los crímenes, las guerras, las mentiras, la corrupción, los falsos placeres y las satisfacciones engañosas. Existen
quienes no carecen de lo necesario, viven rodeados de comodidades y sin embargo, algo ensombrece su vida,
les angustia, y algo les falta, todo esto hace que en el corazón de la humanidad surja un profundo anhelo de
libertad y de paz, para alcanzar una vida mejor.
Este clamor llega hasta la altura del cielo y hombres y mujeres se preguntan: ¿Cuándo llegaremos a vivir los
en la moral y en la virtud? ¿Cuándo veremos el respeto mutuo entre padres e hijos y entre esposos? ¿Cuándo
volveremos a ver inocencia en los niños, pureza en las doncellas, rectitud en los varones, dignidad en los
ancianos, justicia en los jueces, magnanimidad en los gobernantes, en una palabra, verdadero amor entre los
hombres?
Cuando desaparezca el egoísmo y cada quien será útil a los demás, será cuando el orden de vuestra vida cambie
y aprendáis a mirar fuera de vosotros, algo más allá de vuestro hogar y de vuestros afectos, para que
comprendáis en el dolor de los demás, cuando la bondad se despierte en vuestro corazón, para que vuestro
espíritu pueda desbordarse y cumplir con el máximo mandamiento "Amaos los unos a los otros".
8* La lucha entre las religiones
La humanidad al apartarse del cumplimiento de mi ley, ha creado ideas, filosofías, teorías, religiones, sectas y
doctrinas que dividen y confunden a la humanidad, con sus diversas interpretaciones, atando al espíritu al
ftatismo e idolatría, impidiéndole elevarse libremente.
En este tiempo religiones y sectas se encuentran confundidas, advirtiéndoos que han tenido un origen elevado.
Yo os digo dejad de caminar bajo la interpretación humana que cada quien da a mi ley.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 7

Muchos sordos y ciegos, interpretando imperfectamente mi palabra, han dividido sus opiniones, y si las
hombres en sus diversas religiones, se encuentran espiritualmente separados ¿cómo podrán amarse unos a otros
según el precepto máximo de mi Ley?
La humanidad en su soberbia aletargada en el esplendor de sus religiones, no reconocerán mi palabra bajo esta
humilde forma, ni sentirán mi manifestación en espíritu; por lo tanto, antes tendrá que conmoverse la Tierra, y la
Naturaleza dirá a los hombres: "El tiempo es llegado y el Señor ha venido entre vosotros".
Mi manifestación y mi palabra de este tiempo conmoverán a la humanidad, estremecerán en sus mismas bases a
las religiones y hasta la misma ciencia, intrigada, se detendrá a escudriñar.
Ved a los hombres, a las mujeres y a los niños, congregarse alrededor de las religiones y las sectas, y estando la
luz de mi Espíritu derramada sobre toda carne y sobre todo espíritu, se encuentran durmiendo a la realidad de
este tiempo.
¿Por qué sois enemigos unos de otros, cuando ninguno está libre de culpa? ¿Quién es aquel que puede decir
que lleva la verdad y está con Dios, que se considera a salvo?
¿No os avergonzáis de estar cometiendo faltas en pleno tiempo de la luz y cuando ya vuestro espíritu debiera
haberse elevado sobre la miseria humana?
Mientras las doctrinas y las religiones persisten en sus diferencias, el mundo seguirá fomentando su odio y no
podrá dar el paso decisivo hacia el verdadero culto espiritual libre de todo ritualismo. Pero ¿Cuándo van a
comprenderse y a unirse los hombres, dando así el primer paso hacia el amor de los unos a los otros, si aún hay
hombres que creyendo poseerla clave o el secreto de la salvación del espíritu y las llaves de la vida eterna,
desconocen a todos aquellos que van por caminos distintos, porque a su juicio son indignos de llegar a Dios?
Una nueva guerra está próxima a surgir en el mundo, distinta a todas las que la humanidad ha sufrido. Guerra
de ideas, de filosofías, de doctrinas, de ideologías, de creencias y de religiones, es menester que esta contienda
surja, para que los dormidos despierten y los que se hallan estacionados, salgan de su rutina y avancen por el
camino de la restitución.
Cada hombre quiere tener la razón y en esa lucha de egoísmos e intereses, ¿Quién tiene la razón? ¿Quién es
dueño de la verdad?
¡Ah, sí los hombres se preparasen cuando mi luz se acerca a ellos, cuánto dolor y confusión se evitarían! Mas
no saben aún disponerse para recibir la paz; sólo buscan prepararse para la guerra o cuando menos para la
defensa.
Estas guerras de ideas ¿No os hacen presentir que un tiempo está tocando a su fin y que una nueva era comienza
a esparcir su luz?
En medio de esa contienda de doctrinas, ideas y religiones, surgirá mi enseñanza, como aparece la luz del faro
en medio de la tormenta. Esta lucha es intensa, porque cada quien cree perfecta su religión e impecable su
forma de cumplir con ella, mas os digo que si así fuera Yo no tendría por qué haber venido a hablaros en este
tiempo.
¿Entonces las religiones no son la verdad? A lo cual Yo os digo que, si ellas fuesen la verdad, sólo existiría
una, porque una sola es la verdad. Cada una encierra una parte de esa suprema luz, todas son caminos que
conducen al espíritu y lo acercan a la fuente del saber.
a lo cual Yo os digo, que así como una sola es la verdad, una sola es la esencia divina que os he dado a través
de los tiempos, así le llaméis: ley, doctrina o revelación.
Pero la verdad absoluta no la posee ningún hombre ni está contenida en ningún libro. Esa divina claridad, esa
fuerza omnipotente, ese amor infinito, esa sabiduría absoluta, esa justicia perfecta está en Dios. Él es la única
verdad.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 8

Comprended mi lección, cada religión es una forma de entender la verdad; pero no la verdad misma, por eso
veis las diferencias que entre unas y otras existen, si ellas encerrasen la suprema verdad, todas serían iguales y
formarían una sola idea, una forma, un solo camino para llegar a Mí.
Por eso, cuando mi doctrina sea reconocida en el mundo, la comprensión humana la colocará por sobre toda
religión, entendiendo que no deberá representarla o materializarla en ninguna forma como no sea aplicándola
a la vida misma. Ya llegaréis a comprender que esta Doctrina no es para materializarla con símbolos, sino para
sentirla en el espíritu y practicarla en vuestra vida; cuando así la entendáis ya estaréis en aptitud de ofrecer a
Padre el Dios de toda la Creación, el verdadero culto interior, el que se hace sin ostentaciones, sin hipocresía,
sin mezquinos intereses. Culto limpio y sencillo. Ved que no he venido a deslumbraros con el brillo del oro, ni
con el lujo de las ceremonias litúrgicas.
Cuando la batalla entre todas las religiones, cese, se haga el silencio, y los hombres postrados en oración
mediten y se arrepientan, de sus inútiles diferencias, veréis ascender de su corazón una ofrenda semejante al
perfume que exhalan las flores, la cual irá en busca del único y verdadero Dios.
Sé que os sentís muy distantes de la paz, de la armonía, de la fraternidad, y tenéis razón, porque es tan diferente
en cada hombre el concepto sobre Dios, sobre la vida, sobre la verdad, que tal parece que son muchos dioses y
que existiese un Dios para cada hombre.
Son los hombres los que han forjado muchos dioses, cada uno lo siente, lo adora y lo imagina de diferente
manera.
¿Es que no habéis observado por lo menos dentro de la Naturaleza que os rodea, cómo todo obedece a un solo
principio, cómo todo sigue un mismo orden y todo armoniza en una sola Ley?
Si existiesen varios órdenes, si hubieseis descubierto leyes diferentes a las que os he revelado y alguien que no
fuese Yo, os hubiese revelado una verdad mayor que la mía, tendríais razón para que hubiese diferencias en
vuestras creencias, en vuestros cultos, conceptos y maneras de creer y de vivir.
Mirad desde cuándo existen estas luchas espirituales entre la humanidad, mas ved que siempre después de ellas
ha brillado la luz de la verdad
¿Quiénes vencerán en esa batalla? Ninguna religión resultará vencedora, en esta guerra fratricida que hoy
padecéis, ningún pueblo quedará triunfante.
Sobre la guerra por obtener el predominio material imperará mi justicia y más tarde, sobre esa nueva batalla
por lograr la imposición de alguna doctrina o alguna religión, se impondrá mi verdad
La única y suprema verdad brillará como la luz del relámpago en una noche de tormenta y cada quien, desde
el lugar en que se encuentre, contemplará ese divino fulgor.
¡Cuántos anatemas ha lanzado la religión a la ciencia y cuántas veces ha negado la ciencia a la religión la
existencia de la vida espiritual! La religión, fundándose en los males, que la ciencia ha acarreado a la
humanidad y la ciencia tomando como arma el fanatismo y las supersticiones que los ministros de las religiones
han inculcado a la humanidad.
De cierto os digo que a los unos les falta conocer la verdad que la naturaleza encierra y a los otros interpretar
debidamente mi Ley.
Cuántas religiones, sectas y doctrinas van a caer bajo la espada de, luz de mi verdad, y cuántas ciencias y
teorías van aquedar sepultadas en el olvido, cuando el nuevo día asome y se haga el silencio y la paz en los
corazones, y haya verdadera oración y espiritualidad en los hombres.
No serán las religiones las que se unan, porque sus diferencias no se lo, permiten; serán los hombres los que se
unan en la ley de amor, de, justicia y de verdad que solamente procede de Dios.
Mi divino deseo es que los hombres a través de sus doctrinas lleguen a comprenderse, dando así un paso hacia la
unificación espiritual.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 9

No son las ofrendas materiales, ni los salmos, ni los cántico o suntuosos saltares lo que Yo recibo, la mejor
ofrenda y el culto más agradable para Mí son las obras de amor que hagan con sus hermanos.
Ese paso tendrán que darlo todas las religiones, deberán inspirarse en el anhelo de amarse unos a otros en un
acto de amor hacia el Padre, a quien todas dicen que adoran.
He ahí a las religiones desconociéndose las unas a las otras, diciendo estar enseñando mi Doctrina.
Los pueblos de la Tierra sentirán la presencia de Moisés cuando cada uno de ellos vaya siendo liberado. Las
diversas religiones, experimentarán la presencia del Profeta Elías, cuando la luz del rayo que surge de la verdad,
rasgue las tinieblas de la ignorancia espiritual, poniendo en claro ante su vista toda la falsedad que han adorado.
Los señores del mundo que siguen siendo reyes sobre pueblos humillados, sentirán la presencia espiritual de
Daniel, cuando el profeta se aproxime a sus lechos a despertarles para que oren, porque la justicia divina se
acerca.
9* La olvidada Doctrina Cristiana
La Cristiandad se dividió en religiones que no se aman entre sí, que humillan, desprecian y amenazan con
falsos juicios a sus hermanos, juzgando las acciones ajenas ¿Cómo podréis crear una paz cuando cada quien
va proclamando lo suyo como único verdadero y combatiendo al mismo tiempo lo de los demás, como falso?
Yo os digo que son cristianos sin amor, porque Cristo es amor.
El mundo cristiano, se ha apartado del verdadero camino y hoy solamente se conforma con conocer mi nombre,
recordarlo y confundir mi enseñanza; porque la ha envuelto en ritos, en ceremonias, materializaciones, en
tradiciones, festines y en cultos exteriores, y con ello se ha conformado.
Desde que Cristo vino a entregaros la verdad, cuántos han tratado de hablar de ella, mas Yo pregunto: ¿También
me han imitado en el amor, en la mansedumbre y en la caridad? Sólo Yo sé quiénes han sido mis verdaderos
discípulos y apóstoles a través de los tiempos.
Se han cerrado los corazones de los pastores que en diferentes, sectas y religiones debieron enseñar la ciencia
espiritual que es grandeza y riqueza para el espíritu.
Debo de hablaros bajo esta forma para hacerme oir, porque vengo a libertaros de vuestras cadenas de ignorancia,
a romper esos lazos que os estorban y ayudaros a comprender verdaderamente mi Doctrina, la cual os enseña a
mirarme cerca como un Padre amoroso y no como un Dios lejano, como me siente la mayor parte de la
humanidad; también os señala el camino más limpio, fácil y certero para llegar a mi presencia.
En mi doctrina y en cada una de mis obras, tenéis la presencia de vuestro Dios el Padre Creador; sin embargo las
religiones que después se fundaron basadas en mi Doctrina, han caído en materialismo, haciendo figuras en las
que representan la forma de Jesús, y lo adoran a través de ellas, olvidando que Cristo es esencia y espíritu.
Si Yo hubiese deseado que me adoráseis en la figura de Jesús, os hubiese dejado su cuerpo, para que le rindiérais
culto, pero si concluida su misión hice desaparecer aquel cuerpo ¿Por qué los hombres le adoran? Yo os revelé
que mi Reino no es material, mas a pesar de ello los hombres aún quieren retenerme en la Tierra, y me presentan
las riquezas y el poderío de un reino que es pasajero y limitado.
La humanidad aún no se ha dado cuenta de mi manifestación divina; porque ha forjado muchos dioses según
su entendimiento, y Yo os digo: sólo existe un Dios verdadero que no tiene principio ni fin y ha dado al hombre
una chispa de su Espíritu Divino que es la luz de la conciencia que le enseña a distinguir el bien del mal.
Al final, todos seréis vencidos por mi Doctrina, por mi amor, porque de mi palabra brota la luz que necesita el
mundo, para salvarse.
En verdad, en verdad, no serán las doctrinas de los hombres las que hagan la paz en el mundo y salven de su
abismo a esta humanidad.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 10

10* El matrimonio
He instituido desde el principio de los tiempos el hogar, formado por el hombre y la mujer. He puesto
sobre ambos una cruz de amor. Las bases de ese hogar son el amor, la comprensión mutua, y esa institución
bendita no es mi Voluntad que se desconozca o se profane, a pesar de las tempestades que azo tan y
amenazan por doquier.
Desde la antigüedad se os dijo que el hombre es la cabeza de la mujer. No por ello se sienta menospreciada,
porque ahora os digo que ella es el corazón del hombre. He ahí porqué santifico el matrimonio, porque en
la unión de esos dos seres espiritualmente iguales pero corporalmente diferentes, se encuentra la unión
perfecta. Porque en ambos he puesto mi Luz, mi Ley Divina, mi Fuerza.
En un principio dividí la naturaleza humana en hombre y mujer, creando así los dos sexos, en el fuerza, en
ella ternura, gracia y belleza. El uno, la simiente, la otra, la tierra fecunda. He ahí dos seres que solamente
unidos, forman con su armonía, un solo ideal una sola voluntad y una sola carne. El amor humano es
bendecido por Mí, cuando está inspirado por el amor del espíritu y con ello, lograr ser verdaderamente
felices
Si queréis amar únicamente con vuestros sentidos materiales, comprended que eso no es amor, ya que el
amor verdadero proviene solamente del espíritu, el amor material es propio d e los seres irracionales,
porque ellos carecen de la voz de la conciencia divina que ilumine su camino y vosotros, sí tenéis mi Luz
que os ilumina eternamente.
La Ley del matrimonio del uno con la otra, significa un pacto con el Creador. El fruto de esa un ión son los
hijos, en el que se funde la sangre de sus padres como una prueba de que lo que atareis ante Dios, en la
Tierra no podrá ser desatado.
Pasados los tiempos, vine en Cristo al mundo y con mi dulce enseñanza que es siempre Ley de Amor,
elevé al matrimonio y con ello la moral y la virtud humana. Hablé en parábolas para hacer inolvidable mis
enseñanzas y reafirmé el matrimonio como una institución sagrada.
Ahora que me encuentro nuevamente entre vosotros, os pregunto, hombres y mujeres: ¿Qué habéis hecho
del matrimonio? ¡Cuán pocos podrán contestar satisfactoriamente! Mi institución sagrada ha sido
profanada, de esa fuente de vida, brota muerte y dolor. Sobre la blancura de la hoja de esa Ley Divina,
están las manchas del hombre y la mujer. El fruto que debiera ser dulce, es amargo, y el cáliz que beben
los hombres es de hiel.
El pacto que habéis hecho conmigo, no es un compromiso material, es un cargo espiritual que habéis
contraído con vuestro Padre Creador, nunca rompáis un pacto sagrado, como son el del matrimonio, el de
la paternidad y el de la amistad.
Todo el que se une en matrimonio ante mi Divinidad, aun cuando su unión no esté sancionada por ningún
ministro religioso, hace un pacto Conmigo, pacto que queda anotado en el libro de Dios, en do nde están
anotados todos los destinos. ¿Quién podrá borrar de ahí esos dos nombres entrelazados? ¿Quién podrá en
el mundo desatar lo que en mi Ley Divina ha sido unido? Si Yo os desuniere, estaría destruyendo mi propia
Obra. Cuándo me habéis pedido ser unidos en la Tierra y Yo os lo he concedido, ¿Por qué faltáis después
a vuestras promesas y desmentís vuestros juramentos? ¿Por ventura no es una burla a mi Ley Divina y a
Mi nombre?
Yo sé que en este tiempo, como nunca, existen problemas en el seno de los m atrimonios, problemas a los
que sólo les encuentran una solución: el distanciamiento, y la separación.
La lucha espiritual de este tiempo, existe en muchos hogares. Matrimonios que no comparten las mismas
ideas; unos, en los cuales me sigue el varón, otros en los que es la mujer la que persevera para seguirme
llena de fe, mientras el compañero la hiere a cada paso con sus burlas y su incredulidad. Muchas veces al
estar juntos en su alcoba, sus espíritus viven distantes uno de otro. Las atenciones y la ternu ra de otras
veces, han dado paso a las palabras violentas y a las frases hirientes; entonces la flama de la fe, que debe
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 11

arder en su corazón, se estremece azotada por la tempestad de las bajas pasiones y de los sentimientos
exaltados.
Hay hogares en los cuales a los hijos, a unos en su niñez y a otros en su juventud, les impresiona el ser
testigos de esa lucha entre sus padres, y en su corazón se levanta la inquietud: ¿A quién es al que debo
darle la razón? ¿Quién de ellos será el poseedor de la verdad? ¿A quién de los dos es al que debo seguir
y por cuál consejo debo guiarme?
Varones: a la mujer que os diere por esposa la cuidaréis, la honraréis y en ella haré fructificar vuestra
simiente. No quiero que habléis de verdad y rectitud y vayáis deshojando las rosas, abandonándolas
después, porque estaréis profanando mi Ley Divina. Respetad tanto lo que es vuestro, como lo que es de
los demás.
El hombre debe ser en la vida de la mujer, escudo, guardián; su compañero. Yo he colocado a la mujer a
la diestra del hombre para endulzar su existencia, para llenarla de encanto.
Mirad las aves que cuelgan sus nidos en las ramas de los árboles, tomad el ejemplo de ellas; no me
preguntéis cómo deben amarse los que en matrimonio se unen y cómo deben amar a sus hijos. Asomao s a
esos nidos y allí encontraréis una lección de fidelidad y de ternura. ¡Si así se amasen todos los humanos,
qué diferente sería vuestro mundo!
Si queréis amarme, amad a vuestra esposa y amad a vuestros hijos, porque también de ese templo brotarán
grandes obras, pensamientos y ejemplos.
Si sois esposos, llevad presente que el hombre y la mujer que se han unido en matrimonio, deben hacer de
su hogar un segundo templo de vuestros afectos un segundo culto, para que en él podáis cobijar y conducir
a vuestros hijos. No les dejéis herencia de dolor.
Yo he puesto en el firmamento un manto azul para que bajo él construyeseis vuestros nidos de amor, para
que ahí, alejados de las tentaciones y complicaciones de vuestro mundo materializado, viváis con la
sencillez con que viven las aves. Santifico el matrimonio y bendigo la familia.
11*La familia un tesoro divino
Mi palabra no se concreta solamente a la vida de vuestro espíritu, sino también hablo de vuestra vida
humana, de vuestra familia, de la moral que dentro de ella debéis vivir.
Ahora que me presento delante de la humanidad, encuentro que dos están contra tres y tres contra dos, l os
hermanos, llevando una misma sangre, se sienten distantes, no se aman, ni se comprenden. El hijo no guarda
respeto ante sus padres, la esposa se rebela al esposo, todos hacen actos que revelan soberbia y vanidad,
todos se sienten superiores.
A vosotros que tenéis en vuestro hogar esta batalla, os digo que toméis de Mi Doctrina la Luz Divina, para
que tengáis el tacto necesario para obrar atinadamente; que el amor de vuestros actos os guíen en vuestro
hogar; que toméis fortaleza en mi Palabra para que tengáis paciencia en la dura prueba.
Qué escasas son las familias en donde todos en perfecta armonía. ¡Cuán liviana y llevadera sería vuestra
existencia, si todos los padres y los hijos se amasen! Las pruebas más grandes serían atenuadas por el
cariño y la comprensión.
Los padres de familia me buscan para comunicarme sus preocupaciones; sus hijos desconocen su
autoridad, le vuelven la espalda y se tornan enemigos del consejo paternal, y se preguntan por qué si han
velado por su familia y la han cultivado con amor, sólo frutos de incomprensión e ingratitud reciben.
¿Será menester que en este tiempo tenga que recordaros vuestros deberes? No os sorprendáis que Yo os
diga que dignifiquéis a la familia.
Por eso este tiempo vengo a colocar todas las cosas en su sitio, todas aquellas que antes fueron puestas por
el mismo hombre fuera de él.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 12

Velad por la virtud de vuestra familia y por la paz de vuestro hogar. Mirad cómo hasta los más pobres
pueden ser dueños de este tesoro. Reconoced que la familia humana es una representación de la familia
espiritual; en ella está el hombre convertido en padre, guardando verdadera semejanza con su Padre
Celestial; la mujer, con su corazón maternal lleno de ternura, es imagen del amor de María la Ternura
Divina; y la familia que con su unión forman es una representación de la familia espiritual del Creador.
Ahí en el seno del hogar está Mi mejor templo, donde recibís cariño, calor, ejemplos, enseñanzas y
consejos.
Mas no confundáis el hogar con la casa material; ésta podrá desaparecer y quedar vosotros a la intemperie,
y sin embargo vuestro hogar no será destruido mientras exista entre vosotros amor, respeto, obed iencia y
todas aquellas virtudes que debe atesorar la familia humana.
En esos hogares brilla la luz del espíritu, habita la paz de mi Reino y cuando las penas llegan a presentarse,
son más llevaderas y los momentos de prueba menos amargos.
Que en vuestras casas exista la paz, y que en vuestra familia no estén unos contra otros, que no haya riñas
entre hermanos, ni faltas entre padres e hijos. Cuando la paz comience a existir entre vosotros y vuestro
hogar no sea un pequeño campo de batalla, estaréis en el principio de la desaparición de las guerras, porque
el que tenga paz en su corazón, la llevará por doquiera.
En el Segundo Tiempo, (Segundo Testamento) muchos se confundieron por causa de mi Presencia en
Jesús, porque ella originó la división en el seno de las familias. De cinco que había en un hogar tres estaban
contra dos y dos contra tres. Y mientras tres me seguían dos me negaban. Lo mismo ocurre en este tiempo.
Hay hogares en los cuales el padre me ha reconocido y la compañera y los hijos se han levant ado en contra
de él. Otros en donde la mujer que es madre de familia ha llegado ante Mí y bañada en lágrimas me ha
dicho: “Padre, yo os sigo y quiero que los míos os sigan, mas ellos, mis propios hijos, me han desconocido”
Muchos hogares, son campos de discordia y de guerra. Mas Yo vengo a deteneros en ese camino y a deciros
que arrojéis esas armas de destrucción y que no os deis muerte los unos a los otros.
¡Cuánto padece el Espíritu Divino cuando encuentra en los hogares la desunión, la mala voluntad y l a falta
de caridad!
Os he dado el poder de formar una familia, os he concedido un hogar y os he dicho: Llenadlo de amor, de
calor, y buen ejemplo. Amaos y vivid en paz en vuestro hogar.
Yo bendigo a todos aquellos que saben encontrar en el calor de su hogar los mejores goces de su existencia,
procurando con su cariño de padres a hijos, de hijos para con sus padres, y de hermanos con hermanos,
formar un verdadero culto espiritual, así esta unión, armonía y paz, se asemejan a la armonía que existe
entre el Padre Universal y su familia espiritual.
Haced de vuestro hogar un paraíso, que sea un santuario espiritual, un pequeño Reino Celestial, un oasis
en el desierto árido y hostil de vuestra vida, y el amor y el respeto entre unos y otros sea vuestro culto.
Mañana debéis enseñar y confirmar con hechos vuestras palabras; desde ahora moralizad vuestra vida,
reconstruid vuestros hogares y unificad vuestra familia. ¡Qué hermoso será cuando éstas familias, se
levanten por los caminos llevando el buen ejemplo, con gran espiritualidad y moral!
12* Padres de familia
Quiero que forméis hogares creyentes del Dios único, hogares que sean templos en donde se practique el
verdadero amor, la paciencia y la abnegación. En ellos debéis ser maestros de los niños, a quienes debéi s
rodear de ternura y comprensión, velando por ellos, siguiendo con interés todos sus pasos.
Prodigad vuestro amor lo mismo al que ha sido dotado de hermosura, como a los que aparentemente
presentan fealdad. No siempre un rostro bello es el reflejo de un espíritu igualmente hermoso; en cambio,
detrás de esas criaturas de aparente fealdad puede esconderse un espíritu lleno de virtud y amor al que
vosotros debéis apreciar.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 13

Velad por todos los niños a quienes pueda vuestro corazón brindar un latido de amor, un pensamiento de
ternura, y habréis hecho con ellos verdadera caridad, enseñadles el verdadero amor para toda la humanidad.
¡Pensad en aquellos que en su niñez perdieron a sus padres y sus afectos y en aquellos que nunca supieron
de la ternura de la madre!
Si habéis sido buenos hijos y después buenos padres, si os habéis visto desobedecidos y no podéis corregir
al hijo que ha faltado y lleváis por esta causa una herida profunda en vuestro corazón, recordad que Yo he
recibido mil y mil veces la ingratitud y el desconocimiento de mis hijos, y entonces imitadme.
Los padres me responderán de sus hijos y éstos, de sus padres. Os he inspirado la virtud para que seáis los
cimientos de un mundo sano y fuerte para que cuando os pregunte por los seres que envié al s eno de vuestro
hogar, los presentéis como fragantes rosas y frescos lirios en el jardín que habéis cultivado.
Debo de advertiros, que es muy delicado el cargo que lleváis; es pesada vuestra cruz, más si tenéis
verdadera fe y paciencia y si sabéis amar y perdonar a vuestros hijos, me iréis imitando en el camino y
vuestros hijos no se perderán.
Si habéis comprendido mi palabra, debéis enseñar y preparar vuestros pequeños con ideas elevadas y
apartar toda maldad del corazón. Sembrad en ellos la semilla del bien que es espiritualidad y así, cuando
esta niñez tenga la capacidad suficiente para comprender mi Doctrina, no vacilará en su camino, antes
bien, su paso será firme y nadie le podrá engañar. Mostradles el verdadero camino para vencer las
acechanzas y mañana darán un paso más adelante del que vosotros habéis dado.
No pretexten los padres de familia que por cumplir con los deberes materiales, no pueden conducir a sus
hijos ni pensar en hacer el bien a los demás, no me digan sienten incapaces para enseñar mi Ley Divina.
Os digo que en vuestro camino sobran ocasiones para que sembréis mi Semilla sin perder vuestro tiempo
y sin desatender vuestros deberes. Servidme y Yo os serviré.
Vuestra sabiduría espiritual y ternura, para conducirles, y vuestro amor les dul cificará su camino y será el
cincel que pulimente y dé forma a la parte espiritual y moral de esas generaciones.
El niño sabe intuitivamente que es impotente para luchar por sí mismo y deposita toda su confianza en
sus padres. Nada teme cuando se encuentra al lado de ellos; sólo bien espera y sabe que nada le faltará.
Luego va descubriendo que en ellos existe una fuente de saber, de ternura y de vida, por lo que en su
compañía llega a experimentar la felicidad.
Esos niños en su infancia necesitan del amparo, guía y apoyo de sus padres porque su materia es frágil,
requiere de la ternura, para que su corazón no se endurezca, y también necesita de buenos consejos y
grandes ejemplos que le cultiven y le fortalezcan. Pensad que ellos son vuestros próximos hered eros, los
que harán, lo que vosotros les enseñasteis con buenos ejemplos en el camino de vuestra vida. Os digo que
de los padres de familia que sepan elevarse y espiritualizar su vida, haré brotar hijos que traigan la salud
y un mensaje de sabiduría, en su espíritu. Alimentaos solo de verdad y rechazad todo lo que no encierre
pureza y de vosotros brotarán los hijos con mayor luz.
Yo contemplo que alejáis a los niños, porque creéis que no comprenden mi Palabra y no recordáis que os
he dicho que dentro de esos pequeños cuerpecitos, habitan grandes espíritus que saben mucho de Mí, el
espíritu no tiene edad, ni sexo, y su esencia es eterna. Recreaos con la luz de esos espíritus y velad por su
cumplimiento, desde sus primeros pasos. Entonces vuestro nombre será bendecido y recordado por
vuestros hijos.
Velad para que la virtud vuelva a todos los niños y sean fuerte lazo entre sus padres; cimiento fuerte de
nuevas generaciones, quiero que la unión de vuestros corazones sea el jardín donde florezcan esas rosas y
esos lirios que son los niños.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 14

13* El mejor consejo es el mejor ejemplo


Quiero que afirméis vuestros pasos en este camino de espiritualidad y amor, para que enseñéis a caminar
por él a vuestros hijos.
Padres de familia, evitad errores y malos ejemplos; No os exijo perfección, solamente amor y caridad para
con vuestros hijos, que vuestro consejo sea siempre sincero y oportuno. Dejad buena herencia a vuestros
hijos: ¡Mi palabra!
Los niños también os observan, ¿Por qué reñís delante de ellos? Ved que con ese ejemplo lo que hacéis es
que penetre entre los niños la maldad.
Presentad delante de ellos, buenos ejemplos que les sirvan de apoyo en su camino para continuar su
ascensión hacia Mí. No porque los miréis en la infancia les concedáis poca importancia espir itual;
observadles y veréis cómo sus facultades están más desarrolladas que las vuestras, ellos aprenderán y
recordaran mis Enseñanzas por vosotros y luego os enseñarán a analizarlas.
Buscad siempre lo que dé honra y fortaleza a vuestros hijos y apartad de su camino los errores que pudieran
constituir para ellos un tropiezo. Dejad que ellos vean en vosotros elevación espiritual, para que tengan en
esta vida una buena senda segura de seguir.
Vuestros hijos no deben venir a beber el cáliz de la amargura y del dolor desde los primeros días de su
infancia porque ellos traen otra misión más elevada; más si de ese cáliz les dieseis a beber, de ello me
responderéis.
No quiero que esas nuevas generaciones tropiecen o se extravíen por causa vuestra, no quiero
contemplarlas llorando por falta de amor entre los suyos. A vuestros hijos guiaréis con rectitud, con amor
y caridad, con buenos ejemplos.
¿Qué sentiría vuestro corazón si viese a vuestros hijos alejarse del camino decepcionados de vuestro mal
ejemplo?
14* Hablad de Dios a vuestros hijos
A las madres les digo: Enseñad a los niños a dar sus primeros pasos tanto en lo material, como en lo
espiritual, facilitadles el camino para que ellos puedan encontrarme, amarme y elevarse. Habladles de
Jesús el Cristo, habladles de María la Ternura Divina y de todos aquellos hombres y mujeres que han traído
al mundo un mensaje de luz. Así les trazaréis el camino hacia Mí.
Contemplo a muchos niños sin alegría, sin paz, obteniendo solamente el conocimiento material, sin haber
aprendido nada de las Leyes y virtudes espirituales,
Yo digo a los padres de familia que así como se preocupan por el futuro material de sus hijos, lo hagan
también por su futuro espiritual, por la misión que en traen al mundo.
Pensad en vuestros hijos y ved que aún no habéis sabido grabar en sus corazones mi Ley Divina con
vuestros ejemplos, ya que ésas son las nuevas generaciones destinadas a esparcir la Luz Espiritual entre la
humanidad.
De cierto os digo que la espiritualidad también se hereda, por lo cual debéis transmitir a vuestros hijos
pureza y sensibilidad para la vida espiritual; ellos os lo agradecerán, porque supisteis tener caridad,
brindándoles un cuerpo sano y libre de bajas pasiones, una mente despejada, un corazón sensitivo y un
espíritu despierto al llamado de la voz de la Conciencia Divina.
Cultivad el corazón de la niñez bendita para que desde su tierna infancia se amen los unos a los otros y
sepan reconocer el camino del amor y de la justicia. Enseñadles a orar por la humanidad, su oración
inocente y pura como el perfume de las flores, se elevará hasta Mí y llegará también a los corazones que
sufren.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 15

¿Qué quiere decir con esto vuestro Dios? Que vosotros, padres de familia, tenéis el deber de fortalecer el
corazón de vuestros pequeños hijos, para que les sirva de cimiento a las obras de su espíritu.
Explicadles mi Palabra; mirad que mi Doctrina no se detiene ante edades ni sexos; ella es para el espíritu.
Tened en cuenta que en cada nueva generación que surja de entre vosotros, irá siendo mayor el adelanto
espiritual que alcance.
Dadles mi enseñanza, simplificándola y poniéndola al alcance de su espíritu y de su mente, pero nunca
olvidéis que la mejor forma de explicar mis lecciones, será a través de la virtud de vuestra vida en la que
ellos verán vuestras obras de caridad, de paciencia, de buenos ejemplos. Vuestra humildad y espiritualidad,
es la mejor forma de doctrinar.
Pensad seriamente en vuestros hijos, a los que, así como les habéis dado el ser material, también tenéis el
deber de enseñarles la vida espiritual, aquella que es fe, virtud y espiritualidad.
Guiad con celo a vuestros hijos, enseñadles a cumplir con las leyes del espíritu y del mundo; y si ellos las
infringen, corregidles, porque vosotros como padres me representáis en el mu ndo. Haced que vuestros
hijos reconozcan las consecuencias del bien y del mal,
¡Hoy mejor que nunca sabéis vuestra responsabilidad ante mi Justicia, Oh padres y madres, porque esos
seres que nombráis hijos por vuestra sangre, son espíritus de los cuales me tendréis que responder!
Luchad por la fe de los niños que he dejado a vuestro cuidado; ellos traen gracia y potestad y darán un
paso adelante en el camino de la espiritualidad. Ellos afirmarán vuestras palabras y cuando les faltéis
recordarán la Ley Divina que vosotros sus padres practicaron en el mundo y serán fieles a ella.
Os recomiendo que les conduzcáis por el camino certero. Congregadlos, habladles de Mí con amor y con
ternura.
Vuestra mejor y más rica herencia para vuestros hijos es la que les permita formar un pueblo fuerte, una
familia unida, saludable, fraternal y útil a todos, mas, para que eso sea, esforzaos en dejarles un bello
ejemplo, amándoos los unos a los otros.
15* La evolución espiritual de las nuevas generaciones
"Dejad a los niños que vengan a Mí", vuelvo a deciros; no porque les miréis pequeños, penséis que no
pueden recibirme, porque no sabéis la evolución espiritual que tengan.
Cuando miréis a los niños, hacedlo con respeto, porque no sabéis qué espíritu se oculta en ellos; más de lo
que podéis estar seguros, es que en cada uno de esos pequeños seres existe un pasado que es toda una
historia, toda una vida de evolución.
Tenéis pruebas palpables de vuestra evolución espiritual; hoy no podéis pensar igual que ayer, sois
diferentes a vuestros padres y vuestros hijos serán diferentes a vosotros. No lo podéis evitar, es una fuerza
superior la que os impulsa.
No por esto miréis con menos amor a vuestros hijos; pensad que no sabéis quiénes son ni lo que han hecho;
antes bien, aumentad para ellos vuestra caridad y amor y agradeced a vuestro Padre Creador que haya
puesto en vosotros su misericordia para convertiros en guías y consejeros de vuestros hijos que son
vuestros hermanos espirituales, de cuyos cuerpos sois padres por la sangre.
Ahora os asombráis ante la intuición y el desarrollo espiritual que manifiestan las nuevas generaciones
desde su más tierna infancia; porque son espíritus que han vivido mucho y que ahora vuelven para caminar
delante de la humanidad, unos por la senda del espíritu y otros por los diferentes caminos del mundo, según
su misión. Esos seres de que os hablo serán vuestros hijos.
Os sorprende la inteligencia precoz de la niñez de este tiempo, que os hace preguntas, demostrando que
tiene conocimientos que no se le han enseñado en esta etapa de su vida espiritual. Es la luz que el espíritu
ha ido recogiendo en su largo camino, la que se va reflejando en cada existencia.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 16

Esos niños que mecéis en vuestros brazos llevan inocencia en su corazón, más en su espíritu encierra n un
pasado a veces más largo y pesado que el de sus mismos padres. ¡Cuán grande es la responsabilidad de
quienes tienen que cultivar los corazones de esos niños para que su espíritu alcance el progreso espiritual
en su camino!
No dejéis que los niños se pierdan por falta de enseñanza espiritual, mirad que sus espíritus evolucionados
pueden tropezar en los pedruscos del sendero errado, habiendo sido preparados para cumplir grandes
misiones.
Los niños se comunicarán Conmigo, recibirán mis Mensajes y os sorprenderán con su adelanto espiritual.
Os enseñarán mi Doctrina de Amor y sus convicciones serán firmes; mas no por ello os sintáis humillados.
Si en el seno de vuestro hogar miráis que ellos dan muestras de espiritualidad conducid sus pasos, dejad
que gocen y se extasíen contemplando las elevadas regiones donde viven los justos, y ellos sentirán que
están cerca de Mí.
Padres de familia: Sed sensibles a las manifestaciones de adelanto espiritual de vuestros hijos; observad
con amor y caridad a la niñez que se os confía para que encaucéis a las nuevas generaciones por la senda
trazada por mi Luz. Estos espíritus no deberán penetrar a la Sodoma y Gomorra de este tiempo.
Cumplid con mi Ley Divina de Amor para que vuestros hijos al formar las nuevas generaciones, alcancen
mayor evolución que la que vosotros lograsteis y que vuestras desobediencias no vayan a apartarlos de
esta Obra haciéndolos vivir más alejados de la espiritualidad.
Padres y madres que tenéis la responsabilidad de guiar sobre la Tierra a éstas generaciones y a las que
están próximas a llegar, de entre ellas surgirán los profetas que conmuevan al mundo con sus predicciones,
como lo hicieron los grandes profetas de los tiempos antiguos, los cuales fueron heraldos y luz en medio
de las tinieblas en las horas de prueba. ¡Velad y orad por ellas!
Mi Reino es para los limpios de corazón, por eso ahora que lo sabéis no apartaréis de mi presencia, al niño,
porque aunque lo creáis escaso de comprensión en las Enseñanzas de mi Doctrina, posee un espíritu
muchas veces más evolucionado que el vuestro.
16* A los esposos
Si encuentro apagado el fuego del hogar, llamaré a los esposos y os diré: ¿Por qué no sois dulces y
comprensivos uno con la otra? ¿Por qué no encendéis el fuego del amor que es la llama que da vida a
vuestra unión? ¿Por qué os habéis apartado del camino y habéis abandonado la cruz de amor que os confié?
No quedará un corazón a quien no haga sentir mi Divina Presencia, invitándole a la reconciliación, al amor
y a la paz.
Varones: ¿Ya estáis practicando la paciencia con la compañera? Vosotras, mujeres: ¿Habéis sido pacientes
con vuestro esposo? Y ambos esposos: ¿Habéis tenido paciencia para corregir a vuestros hijos? ¿Acaso he
traído en mis Enseñanzas la violencia? ¿Por ventura he usado el látigo para enseñaros? No, porque os he
perdonado con dulzura.
.Que el padre vaya en busca de su hijo que huyó de su hogar y los hijos busquen a los padres que les
abandonó y sin rencor sepan perdonarse; que la esposa vuelva a los brazos del compañero y que el esposo
que había renunciado a sus deberes, busque a la compañera y construyan una nueva y mejor existencia.
El hombre no debe ver a la mujer una sierva sino a su digna compañera; y que la mujer vea en el hombre
a su baluarte, su escudo; que los padres traigan al mundo hijos sanos, a los que guíen por el sendero del
bien.
Bienaventurado el corazón de la esposa, porque es refugio del hombre. Bendito el corazón de la madre,
porque es manantial de ternura para sus hijos; mas, también os digo que son benditas las mujeres que saben
amparar bajo su manto a los necesitados, porque su ternura es una promesa y como una maternidad que
está más allá de lo humano.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 17

17* A la juventud
Para la juventud, tened comprensión, sabed ayudarla y velad por ella, para que salga avante en la difícil
jornada de la vida.
Mientras el hombre es niño, ora y piensa en Dios; lo mismo hace cuando ha traspuesto la cumbre de la
montaña de su vida y comienza a hundirse como el sol en el ocaso. Pero cuando es joven, su corazón es
como una ave, que está ansiosa de volar, se siente fuerte y su carne vibra al contacto de las bajas pasiones,
entonces se aleja de las lecciones Divinas, porque no quiere escuchar a la voz de la conciencia ni que le
reclame cada uno de sus pasos y de sus obras, palabras y pensamientos.
La juventud transita en vertiginosa carrera hacia el abismo, las doncellas y los jóvenes se han despojado
del pudor, de la castidad, de la honestidad; todas estas virtudes han partido de sus corazones, sólo anhelan
los placeres materiales, que irremediablemente les conducirán al dolor, a la desesperación y al fracaso.
Hablo al corazón de la juventud con toda claridad y amor para orientarla en el incierto camino de su vida,
porque la contemplo como una frágil barquilla en medio de un mar embravecido: Juventud: huid de los
vicios para que vuestra sangre sea semilla fértil y los frutos del mañana sean agradables.
No encadenéis más a vuestro espíritu con las falsas grandezas de este mundo. No hagáis mal uso de la
libertad que concedo, Os exhorto a la regeneración, para que comprendáis el daño que causan a vuestro
cuerpo los vicios y el mal que ocasionan a vuestro espíritu.
Si os he dado en la vida padres humanos, es para que den vida a vuestro cuerpo y os digo no descuidéis
entonces vuestros deberes; si no habéis reconocido el amor de vuestros padres y aún los tenéis en el mundo,
bendecidlos y reconoced sus méritos y estimad su bondad Si sois padres, sabed comprended a vuestros
hijos.
Vengo a enseñaros para que sintáis vuestra responsabilidad y no me digáis más tarde: No supe lo que hice,
me faltó luz, mis padres no me aconsejaron, mi hogar fue nido de discordia.
Ha mucho tiempo que os dije: "Honrad a vuestro padre y a vuestra madre"; y la mejor forma de honrarlos
es llevando una vida virtuosa, practicando una moral recta y elevada.
Honrad con vuestra vida a vuestros padres, quienes por mi Voluntad os dieron la existencia, y mañana
vuestros hijos os honrarán a vosotros. No solamente me honréis con obras espirituales; no, también
vuestras obras humanas agradan a mi Espíritu.
Doncellas, sólo Yo os comprendo; vuestro corazón se ha abierto a la vida como la corola de las flores;
soñáis con el amor, con la ternura, con la dicha y os digo: No soñéis más, despertad que mucho tenéis que
prepararos espiritualmente para que cumpláis con la sublime misión que os espera y mucho tenéis que
fortaleceros, para que después no tengáis que beber un cáliz de amargura. Si vuestro corazón sabe amar,
en ese amor hallaréis el báculo y el consuelo para vuestra jornada.
Apartaos de tantas tentaciones que acechan vuestro paso. Orad por la humanidad pecadora, donde tantas
mujeres se pierden, donde tantos santuarios se profanan y donde tantas lámparas se apagan.
Cuando lleguéis a la ancianidad y por razón natural, sintáis que en vuestro corazón han muerto las pasiones
y las ambiciones, volveréis vuestros ojos hacia Mí y me diréis: “Teníais razón, Padre, mientras en la Tierra
nos sentimos jóvenes y fuertes, os olvidamos de Vos, aunque muchas veces estuvimos creyendo que os
amábamos y que en nuestra vida erais lo primero”.
Hablo a las doncellas, las que mañana habrán de iluminar con su presencia la vida de un nuevo hogar, que
sepan que el corazón de la esposa y el de la madre, son lámparas que iluminan ese santuario.
Desde ahora disponeos e id preparando la senda por la que habrán de caminar vuestros hijos, aquellos
espíritus que aguardan la hora de acercarse a vuestro seno a tomar forma y vida humana para cumplir una
misión de amor.
Inspiro al corazón de los jóvenes, mancebos y doncellas, para formar nuevas generaciones, para lo cual
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 18

los estoy purificando. Si sabéis cumplir con vuestros sus hijos la misión que os he confiado conduciéndoles
por la senda del bien, mi Luz derramada en vosotros y en esas nuevas generaciones, os apoyará p ara ser
los continuadores de esta obra de edificación espiritual.
Preparaos para recibir en el seno de vuestra familia a los hijos que Yo os confíe. Tened pleno conocimiento
de vuestra misión y responsabilidad, esa luz la hallaréis en mi Doctrina. De las buenas uniones siempre
deben de brotar buenos frutos y encarnar espíritus que irradien mayor Luz. Bendigo una vez más el
matrimonio y a la familia, vengo a enseñaros a que principiéis a formar una verdadera familia
Si sois esposos conoceos y amaos el uno al otro; más si aún no lo sois y esperáis a quien se una a vuestro
destino, preparaos con amor para recibirle, para comprenderle. Dejad que la juventud se acerque a Mí.
Hombres y mujeres, unos en la madurez y otros en la ancianidad, venid ante Mí, quiero goz ar con vuestra
presencia, quiero oír vuestra voz llamándome Padre.
18* La ancianidad y su temor
Ancianidad, os habéis doblegado bajo el peso del tiempo y de las luchas, vuestros labios callan, vuestro
corazón está triste; mucho habéis aprendido en la vida, no podéis aspirar ya a las glorias del mundo, porque
vuestra juventud quedó atrás y sólo ponéis vuestra esperanza en la vida que más allá de la muerte de
vuestro cuerpo que espera a vuestro espíritu.
Os sentís inútiles porque los vuestros creen que para nada servís, porque no ayudáis materialmente, pero
sabéis que en vuestro corazón arde una luz y existe un libro. Yo, vuestro Maestro, os comprendo; conozco
vuestro corazón y os digo: Conversad conmigo, mirad cómo os envuelve mi Amor. Esperad tranquilament e
la hora del llamado, no os inquietéis, ahí os espera la vida verdadera, la juventud eterna.
¡Ah sí supieseis vivir con la sencillez de las aves que viven en armonía y que cuando sienten que el invierno
se aproxima emprenden el vuelo en busca de mejores climas, pero dejando preparados sus nidos en los
árboles para que sirvan de hogar a otras aves! El invierno de vuestra vida es la vejez; pero no miréis en
ese invierno la frialdad de la muerte y el fin, sin comprender que siempre después del invierno llega la
primavera con sus renuevos, sus trinos y sus perfumes.
Humanidad: experimentad respeto y amor, hacia vuestros hermanos los ancianos. En ellos podréis
descubrir al espíritu que ya traspuso la cumbre de la montaña de la vida. Lo que había de darles el mun do,
poco o mucho, ya lo recibieron. Ya de ella nada esperan. Todo lo cifran en el futuro que espera a su
espíritu, son ellos los que más tienen que dar, porque ya recogieron la cosecha de cuanto sembraron a lo
largo de la existencia. A ellos oíd, y tomad su experiencia. Ellos necesitan cuidados y ayuda, porque no es
solamente su carne cansada o gastada por la lucha quien lo solicita, sino que es su espíritu el que también
necesita de vuestra caridad, tened para ellos, atenciones, ternura y respeto, porque ellos los necesitan y lo
merecen. Después de tantas amarguras y fatigas, una gota de miel es muy grata a esos corazones.
19* A los niños
Dedico algunas de mis Palabras a la niñez a la cual exhorto para que se fortalezca en la virtud y huya de
la corriente de maldad que ha arrastrado a tantos corazones al precipicio.
No os dejéis llevar por los malos ejemplos de vuestros mayores; no os apartéis del camino de obediencia
y buenos sentimientos, ni os dejéis contaminar, de la influencia del mal.
Niñez bendita, conozco vuestra oración y entiendo vuestro lenguaje; no os toman en cuenta porque os
juzgan pequeños y débiles, y con ello sufre el espíritu que en vos se oculta.
¡Ah sí desde vuestros primeros pasos en la Tierra, escuchaseis de vuestros padres una Mi palabra espiritual
sabia, fortificante y consoladora, cuánto ayudaría esta enseñanza a vuestro espíritu a guiaros hacia habita
Dios el Padre Creador! Amo a los espíritus de los niños porque son capullos que han de florecer para la
vida espiritual y para la gloria del Padre Creador.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 19

20* Aliento Divino


Hombres y mujeres que mucho habéis llorado en la vida, a vosotros os dedico esta lección.
Doy la bienvenida a los que lloran y a los hambrientos de amor y de justicia, a los que sufren con paciencia, a
los que piden una solución para sus problemas, agobiados por las necesidades materiales, a los que han perdido
la paz del espíritu, a los cansados, a los tristes, a los afligidos, a los enfermos, a los pecadores, a quienes han
sufrido y desengaños, a todos aquellos a quienes la humanidad ha olvidado, lo mismo recibo al que me ama,
que al que me niega, al ferviente y al incrédulo a todos os amo porque todos sois mis hijos.
Vengo a escuchar vuestras peticiones, hasta la más débil de vuestras quejas; contadme en silencio vuestras
penas, confiadme vuestros anhelos.
Siempre que necesitéis un confidente, un amigo bondadoso, buscadme y depositad en Mí, las penas que haya
en vuestro corazón, y Yo os aconsejaré el mejor camino, y os daré la solución que buscáis.
Todos traéis una herida en el corazón. Venís con vuestras plantas heridas, porque en el vasto desierto dejasteis
las sandalias que os protegían de las arenas candentes. Sé de vuestra amargura, vuestra tristeza y desaliento
ante tanta injusticia e ingratitud que existe en vuestro mundo; sé de la fatiga de los que han vivido y luchado
mucho y cuya existencia es una pesada carga; sé del vacío de los que se van quedando solos en esta vida. A
todos os digo: "Pedid, que se os dará, porque a eso he venido, a daros según necesitéis de Mí, ya sea compañía,
tranquilidad, paz, salud, alegría y esperanza
¿Qué podéis presentarme, ya sea en vuestro corazón o en vuestro espíritu que Yo no contemple? ¿Qué
sufrimiento, anhelos, inquietudes o secretos podréis ocultarme? Vengo a escuchar la voz de vuestro llamado
en el rincón de vuestra alcoba.
¿Pensáis que no os escucho cuando decís que sólo os alimentáis de amargura, que el mundo que habitáis es un
mundo sin dicha y que la existencia que lleváis no tiene razón de ser?
¿Olvidáis que se me ha llamado el Salvador de la humanidad? ¿Qué de extraño tiene que el Pastor busque a
sus ovejas?
Sentid mi amor cerca de vosotros, conversad en paz conmigo y de cierto os digo, que después os sentiréis
confortados.
Yo soy vuestro Padre, penetro en vuestro corazón y sé todo lo que guardáis en él. Ninguno puede tener secretos
para Mí, porque Yo habito en vosotros mismos.
Cuando os sintáis solos, o necesitéis amor, cuando no haya en la Tierra una voz amiga que os consuele ni
alguien que comparta su pan con vosotros, buscad a aquel que ama aunque no sea amado, quiero que aprendáis
a conversar con vuestro Padre. Mas no penséis que sólo a vosotros he venido; no, Yo he descendido sobre
todos mis hijos, porque el clamor de esta humanidad llegó hasta la altura de los cielos, como un grito
angustioso, como una imploración de luz.
Ni uno solo de vuestros sollozos deja de escucharse, ninguna oración deja de hallar eco en Mí, ninguna de
vuestras aflicciones o trances difíciles pasan desapercibidos para mi amor de Padre. Todo lo sé, lo escucho, lo
veo y en todo estoy.
Dejad en Mí, toda queja y dolor y llorad porque en el llanto desahogará vuestro espíritu el peso de su fardo y
después encontrará más libre al corazón.
Dejad que Yo recoja las flores marchitas que vuestro corazón lleno de tristezas y de heridas me presenta.
Mi calor desciende hasta a vuestro corazón que se encuentra frío como la losa de los sepulcros, mas ha vuelto
la luz del mundo, para resucitaros con mi amor, para acariciar vuestra frente fatigada, para consolar vuestro
corazón y hacer que el que se siente indigno de existir escuche mi voz que le dice: Yo os amo ¡Venid a Mí!,
no os he olvidado, mi me he alejado de vosotros No puedo alejarme, porque estoy en cada uno de vosotros,
pero si queréis encontrarme, mi templo está en todas partes; en vuestra alcoba, donde labráis el pan de cada
día, en el universo, en vuestro hogar, en todo lugar.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 20

Sabed que Yo no me concreto a sentir vuestras aflicciones, sino que vengo a remediarlas; y estoy atento para
contestar vuestras interrogaciones, para responder a vuestro llamado y acudir en vuestra ayuda,
Entregadme vuestras penas, dadme vuestras tristezas y no os acordéis más de ellas, pero además de saber esto,
es necesario que tengáis amor y fe en mi Ley, que sepáis pedir y orar.
¿Por qué os hablo así? Porque os amo, sólo el amor de Dios es inmutable para sus hijos, es en vano que busquéis
bálsamo y consuelo entre los hombres, porque la caridad ha huido del corazón de la humanidad.
¿Os parece extraño que os procure con tanto afán y que me interese tanto por vosotros? Es que no tenéis
verdadero conocimiento de lo que es mi amor o de lo que significáis para Mí, porque os habéis formado un
concepto muy pobre respecto de vuestro Padre, pero he llegado en busca vuestra.
Vosotros padres humanos, amando tiernamente a vuestros hijos ¿Seríais capaces de abandonarlos a su suerte,
cuando apenas han brotado a esta vida, cuando más necesitan de vuestros cuidados, de vuestros desvelos, de
vuestro amor? Yo os he contemplado velando por vuestros hijos, aun cuando han llegado a su mayor edad, aún
por aquellos que delinquen, que os han ofendido, por ellos veláis con mayor amor y si vosotros así respondéis
ante las necesidades de vuestros hijos ¿Cómo será el amor de vuestro Padre Celestial que os ha amado desde
antes de que existierais?
Si os sentís muy pequeños para que Dios se ocupe de vosotros, Yo os digo: Pensáis así por vuestro egoísmo
que no os deja concebir la grandeza de vuestro Padre. Recordad todo lo que hacen vuestros padres materiales
para guiar vuestros pasos cuando sois pequeños y cuánto se desvelan para cuidaros. Pues el conjunto del amor
de todos los padres y de todas las madres de la Tierra es sólo un débil reflejo de lo que os ama Dios.
Soy vuestro compañero de viaje, el que cura vuestras heridas, Soy el inseparable amigo del corazón humano.
Os he acompañado en todos los caminos a través de los tiempos. Si me buscáis como consejero, recibiréis
sanos y amorosos consejos. Si me necesitas como doctor, os aliviaré fortaleciendo vuestro espíritu. En los días
de placer he compartido vuestras alegrías y he sonreído cuando habéis sonreído llenos de inocencia por los
sanos goces que encontráis a vuestro paso.
Ancianos, jóvenes, doncellas, niños y padres de familia; hombres y mujeres, unos en la madurez y otros en la
ancianidad, pedid que se os dará.
Os hago sentir mi fuerza en vuestro dolor y os he enseño a no dudar, a no desesperaros aun en las mayores
amarguras, he venido, de nuevo a resucitar muertos y a despertar a los que viven en oscuridad a una vida de
luz.
Meditad profundamente en mis palabras y veréis qué consuelo tan dulce penetra en vuestro corazón. Una luz
se encenderá en lo más íntimo de vuestro ser, dejándoos sentir mi presencia espiritual, así en vuestras penas
como en vuestras alegrías y en vuestros momentos de paz.
Ved cuánto amor hay en vuestro Dios, que siendo toda omnipotencia, no se detiene para limitarse, para que
podáis sentirlo y contemplarlo. Ved que soy amor infinito, sublime y santo, mas os digo: Amad, como el Padre
os ama y os seguirá amando en todos los tiempos.
Entre vosotros me encuentro como Padre, derramando en vuestro corazón el consuelo ¿No miráis cuánto os
amo y cómo os busco en vuestro destierro?
¡Venid!, mi presencia que es como la sombra de un árbol acogedor y saludable, mi palabra es como el canto
de una ave, si estáis cansados, deteneos bajo la sombra de este árbol para que os confortéis y sentiréis un, dulce
consuelo en vuestro corazón.
Sobre todos se extenderá mi misericordia como las alas de la alondra. Vengo a daros calor, como lo hace la
amorosa alondra con sus polluelos. Yo soy la primavera y el verano, el otoño y el invierno de vuestra vida. Mi
amor será más clemente y hermoso que el firmamento azul que tanto admiran vuestros ojos.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 21

21* El manantial del llanto. (La soledad espiritual)


Al oírme hablar así, os sentís comprendidos y amados por Mí. Sí, a todos os escucho y conozco todas vuestras
necesidades oigo vuestro clamor y vuestras peticiones
Si en estos días vuestros ojos quieren llorar, dejadles, si vuestro corazón se estremece de amor, dejadle también.
Llorad, porque el llanto es una de las oraciones más sinceras que del corazón brotan para Dios.
No temáis llorar delante de Mí, varones, que las lágrimas no sólo son del niño o de la mujer; bienaventurados
los que lloren delante de Mí, porque mi mano enjugará su llanto y mi palabra de consuelo descenderá a su
corazón.
Son los instantes de vuestra meditación, la hora propicia para que comprendáis y sintáis mi amor, el momento
en que casi sin daros cuenta, se abre vuestro corazón como una flor y de vuestros ojos brota dulcemente el
manantial del llanto.
Esas lágrimas hablan más que todas las palabras y dicen más que todos los pensamientos. En ellas hay
sinceridad, hay humildad, hay amor, gratitud, contrición, promesas. Sí, sois mis hijos, porque de mi Espíritu
brotasteis, ¿Cómo no he de conoceros y de amaros?
No hay por qué temer, porque así como se escapa un suspiro, como se vierte una lágrima o como se dice una
palabra, así también desaparecen vuestros sufrimientos.
En la infinita ternura de Dios, tendrán que desvanecerse todos vuestros dolores y pesares. Mi caridad está
dispuesta a enjugar las lágrimas de los que mucho han llorado, a todos los ungiré con su solo bálsamo, que es
el del amor.
22* A quienes han cometido errores
He venido a los pecadores, no a los justos, por lo tanto no os escandalicéis. Amo a todos mis hijos, sanos o
enfermos, limpios o no, a todos les concedo mi caridad.
¿Creéis que al venir a buscaros ignoro que estáis manchados? No, por eso me he acercado a vosotros, para
entregaros mi lección de amor la cual os salva de toda acechanza y os ayuda a limpiaros de todo pecado.
No me avergüenzo de vosotros y a pesar del vuestros pecados e imperfecciones, jamás negaré que sois mis
hijos, porque os amo. Más bien han sido los hombres los que han llegado a avergonzarse de Mí negándome en
múltiples ocasiones.
Hay instantes en que os sorprendéis de que Dios pueda estar con vosotros y manifestarse con tanto amor;
“¿Cómo hemos de ser recibidos por Vos Padre, si nos encontramos tan manchados por nuestros pecados y Vos
sois la misma perfección”? vuestra extrañeza se debe a que conociendo vuestras manchas e imperfecciones, os
sentís indignos de esta prueba tan grande del amor de vuestro Padre. ¿Por qué concebís que en Mí se oculte el
rencor, el sentimiento de venganza o el egoísmo?
No os extrañe que mi amor, a pesar de vuestros pecados, os siga por doquier. En este mundo tenéis un reflejo
del amor divino en el amor de vuestros padres. A ellos podréis volverles la espalda, desconocer su autoridad,
desobedecer sus órdenes y desoír sus consejos; podéis con vuestras malas acciones causar una herida en su
corazón, hacer que sus ojos se sequen de tanto llorar, que sus sienes se pueblen de canas y sus rostros se surquen
con las huellas del sufrimiento, mas nunca dejarán de amaros y sólo tendrán para vosotros bendiciones y
perdón. Y si esos padres que en la tierra tenéis, os han dado tantas pruebas de un amor puro y elevado, ¿Por
qué os extrañáis de qué quien formó esos corazones y les dio esa misión de ser padres, os ame con el amor
perfecto?
Los hombres, creyendo que por su pecado me he alejado de ellos, han llegado a sentirme distante. ¡Ah
ignorancia humana que ha llevado tanta amargura a sus labios! Sabed que si Yo me ausentase de alguna de mis
criaturas, ellas al punto dejarían de existir; más esto no ha sido, ni será, porque al daros el espíritu os doté a
todos de vida eterna.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 22

Siembro bálsamo, consuelo y paz en los corazones, alentando la esperanza en los que se creen perdidos a la
vida de la gracia, y doy vida a los que muertos en el vicio y en el pecado se encuentran.
En mi amor de Padre, no vengo a fijarme en vuestro pecado, Si grandes son vuestras faltas, mayor es mi perdón.
Mirad cómo mi manto se extiende para cubrir todos, sin mirar vuestras faltas.
El homicida, por cuyas venas corre el odio, venga a Mí, que Yo transformaré su ofuscación en luz. Yo consuelo
al que se arrepiente sinceramente, perdono sus faltas y le ayudo a restituir el mal causado. Sabed que el que no
se arrepiente no llega a Mí, porque sólo del arrepentimiento puede surgir la regeneración, la enmienda y la
purificación ¿Mas cómo podríais arrepentiros verdaderamente, si no conocíais la magnitud de vuestras faltas?
He tenido que venir a los hombres, para hacerles comprender lo que significa ante la Divina Justicia, arrebatar
la vida a un semejante, destruir la fe, engañar a un espíritu, traicionar un corazón, profanar la inocencia, causar
una deshonra, despojar a un hermano de lo que es suyo, mentir, humillar y tantas imperfecciones que pasan
inadvertidas a vosotros, porque os habéis familiarizado con todo ello.
Es entonces cuando comprendeis la magnitud y trascendencia de vuestros errores que antes os parecían que
carecían de importancia, y fue cuando valorizasteis la intensidad de muchos sufrimientos y dolores que habíais
causado. Entonces os sentís mirados por Mí en toda vuestra desnudez y con todas vuestras manchas, lo que os
causa vergüenza. Por eso es que al escuchar mi palabra llena de ternura, de paz y de pureza, os sentisteis por
un momento indignos de mi amor. Mas luego escuchasteis que precisamente fue a vosotros a quienes vine a
buscar, y vuestro corazón, lavándose en su llanto como una demostración de que estábais arrepentidos, de que
queríais purificaros y servirme, emprendió la jornada de su evolución espiritual.
Si vuestro espíritu se encuentra agobiado por los pesares, es porque habéis pecado, Yo os recibiré y seré
benévolo en mi juicio, fortificaré vuestro propósito de enmienda y os devolveré las fuerzas perdidas.
Quiero que quien llegue ante mi presencia trayendo remordimientos en su espíritu, al escucharme se sienta
descargado de todo ello y pueda levantar su rostro como aquella mujer adúltera del Segundo Tiempo, cuando
le dije: "¿En dónde están los que te persiguen? Yo te perdono, ve en paz y no peques más".
23* A los enfermos
Quiero hablar a los que no han sentido sobre su cuerpo mi bálsamo de curación, ni ha llegado a su corazón mi
paz. Hoy vengo nuevamente en busca de los enfermos, porque todos gemís en este valle de expiación. Como
Doctor de los Doctores soy entre vosotros para sanaros, y apartaros vuestro dolor
Venid a Mí, enfermos, con vuestra carga de sufrimientos y enfermedades que a lo largo de vuestra vida habéis
llevado la cruz del dolor, vengo a consolaros en vuestras aflicciones Yo sanaré al enfermo que ha perdido toda
esperanza de salud, y lo levantaré a la vida verdadera.
Es en vano que busquéis bálsamo y consuelo entre los hombres, porque la caridad ha huido del corazón de la
humanidad y debéis saber que sin la caridad, no se puede hacer prodigios. La ciencia sola, no es bastante para
salvar al mundo de sus dolores
Os enseñaré a luchar contra vuestras enfermedades y a saber esperar con paciencia y humildad el instante de la
liberación de la pena que os ha venido agobiando. Yo os haré sentir el dulce amor de mi caridad También os
mostraré todo lo que con el dolor habéis alcanzado en vuestra restitución.
Vengo a apartar vuestra amargura, eenfermos que clamáis desde lo más profundo de vuestro corazón,
pidiéndome con verdadera angustia, que os libre de vuestras enfermedades que tanto os afligen. A todo esto,
Yo os digo como lo hice en aquel tiempo: "¿Qué puede temer el que está Conmigo?" No os alejéis de Mí y os
sentiréis seguros en cualquier tiempo y en cualquier sitio.
Cuando la enfermedad os agobie, oh enfermos benditos, no desesperéis; eleváos en oración a Mí y vuestra fe y
espiritualidad os devolverán la salud del cuerpo. Orad en la forma en que Yo os he enseñado: espiritualmente.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 23

¿Qué podrá negar el Padre a su hijo, cuando éste espiritualmente se acerque para solicitar algo para su cuerpo,
pequeña y frágil criatura material? No puedo abandonar a ninguno de mis hijos, porque sería negarle la vida.
Yo os he traído la vida, no la muerte.
En mi palabra os traigo curación para vuestras dolencias; pero comprended, que este bálsamo no es tan sólo
para el cuerpo, sino también para vuestro espíritu.
Vengo a vosotros como el doctor divino que se acerca a los enfermos del espíritu y del cuerpo para devolverles
la salud perdida. Soy el que viene a resucitar a aquellos que han muerto a la verdad y a la vida verdadera.
Sean Conmigo los enfermos, los leprosos, los afligidos, los que no tienen paz en su corazón a todos los sanaré.
Yo os quiero sanos, nunca enfermos, llorosos o débiles.
Si os sentís tristes o enfermos, he aquí mi presencia para daros salud y consuelo. Soy vuestro doctor, en verdad
os digo que nadie vela por vuestra salud como Yo y nadie siente vuestro dolor como Yo lo siento. Soy el Divino
Doctor de espíritus y cuerpos.
No os desesperéis, penetrad en mi palabra y la paz y el sosiego sucederán a vuestras tempestades. Me llamáis
“El Doctor de los doctores” y en verdad que vengo a derramar mi bálsamo sobre vuestros dolores.
En los hospitales y doquiera se encuentre un enfermo, también me haré sentir y oír, ungiendo y consolando a
los enfermos como sólo Yo puedo hacerlo. Un manto de paz y de consuelo tenderé sobre el dolor de los que
sufren olvidados de sus hermanos y un bálsamo divino derramaré sobre sus males, levantándoles a la vida, para
que den testimonio de mi presencia espiritual.
En verdad, en verdad os digo, que lo imposible no existe. En casos tan pequeños como vuestros quebrantos de
salud, hablad a Dios que habita en cada uno de vosotros, que sabe lo que necesitáis y lo que sentís, os dará según
sea su voluntad.
Yo os descubro una fuente de salud que existe en vuestro espíritu, para que a ella acudáis cuando sea necesario;
si sabéis buscarla, encontraréis sus aguas.
¿Y si el hombre siempre fuese sano, como moriría? Os digo que no es necesario que vuestro cuerpo esté
enfermo para que deje de vivir; basta que el corazón se detenga cuando la hora haya sonado, para que deje de
ser.
Yo he sorprendido algunos enfermos con éstas preguntas: ¿Será verdad que aquí encuentre alivio para mis
males por tanto tiempo considerados como incurables? y cuando han recibido el milagro, todavía algunos me
han preguntado: ¿Seria Él quien me sanó?
En aquel Segundo Tiempo (Segundo testamento) las multitudes me buscaban más como doctor que como
Maestro, porque siempre han creído los hombres, que es más grande el dolor del cuerpo que el del espíritu.
Jesús el Cristo, era complaciente y dejaba que los enfermos se acercarán a él; sabía que ese dolor era el camino
que atraía a los hombres hacia la luz de su palabra.
Cuando los ciegos volvían a ver, y los leprosos se limpiaban, cuando los paralíticos abandonaban su lecho y
los poseídos se liberaban de sus influencias y obsesiones, eran testimonios vivientes de que Jesús era el doctor
de los doctores.
Mucho tiempo me buscaron así los hombres, aun no estando ya con ellos en el mundo. Mas ahora, cuando llega
un doctor junto a vuestro lecho de enfermo y en él depositáis toda vuestra fe y confiáis en su ciencia vuestra
vida, olvidas que la vida de ambos depende de Mí. Os olvidáis en ese instante de orar ante vuestro Padre para
solicitar de El la luz sobre el hombre de ciencia y el bálsamo sobre vuestra dolencia. Aquella alcoba, en vez de
llenarse de luz y saturarse de fuerza y de esperanza, permanece triste y sombría por falta de espiritualidad.
¿Cuándo volveréis a buscarme con aquella fe, conque se acercaban a Mí los enfermos en el Segundo Tiempo?
Es necesario que os diga que tengo sed de vuestra fe y que cuando depositéis en Mí vuestra confianza, os haréis
merecedores de los grandes prodigios que tengo reservados para vosotros.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 24

24*¿Es la muerte de mi cuerpo, el final de mi vida?


¿Qué sabéis sobre el Más Allá y lo que existe después de esta vida? ¿Qué sabéis acerca del por qué nacéis
y del por qué morís? ¿Cómo será la vida que os espera después de la muerte de vuestro cuerpo?
Muchos hombres, escépticos, sonríen irónicamente cuando se les habla de la vida espiritual; mas llegará
la hora de su muerte, en la que no hay corazón que no tema, ni espíritu que no tiemble ante la presencia
inminente de la eternidad.
¿Quién, por incrédulo que sea, no se ha preguntado si existirá algo en él, que sobrevivirá a su cuerpo? En
verdad os digo que no hay quien no presienta aquella vida, ni medite un momento en lo insondable.
Sobre el misterio de la vida espiritual que parece estar lejos, y que en realidad está frente a vuestros ojos, unos
preguntan, otros se confunden y otros niegan; unos hablan creyendo saberlo todo, y otros callan y esperan.
La muerte como la concebís, no existe para vuestro espíritu, dejar de existir vuestro cuerpo en este mundo,
no es el fin para vuestro espíritu. Ahí es precisamente donde éste abre los ojos a una vida superior, mientras
su cuerpo los cierra para siempre. Es sólo un instante de transición en la ruta que le conduce a la perfección.
Existen quienes conservan un vago presentimiento de Mi Justicia Divina y aún así temen pe netrar al Más
Allá, y es porque todavía se sienten estrechamente ligados a todo el materialismo y las bajas pasiones que
os ofrece este mundo, les preocupa abandonar esta morada porque creen ser dueños de lo que en ella posen.
Al cuerpo, le corresponde desintegrarse con los elementos de la naturaleza ya que solo le sirvió de
instrumento a su espíritu para su tránsito por esta vida, pero el espíritu que estuvo en aquel cuerpo, la Luz
de su esencia Divina, la voluntad, los sentimientos, no muere jamás, porque forman parte del espíritu
mortal. El espíritu no muere, sólo vuela al Más Allá, cuando ha llegado la muerte a su cuerpo.
Sois inmortales, os he dicho. Si la célula de vuestro cuerpo no muere y sólo se transforma, no tiene por
qué morir el espíritu.
No miréis la tumba como el fin, ni el vacío, la muerte, la tiniebla o la nada, porque más allá de la muerte
de vuestro cuerpo está la vida, la Luz, el todo.
Ahí donde creéis contemplar la muerte, está la vida; donde miráis el fin, está el principio. Donde creéis que todo
es misterio e insondable arcano, está la luz, con claridad de interminable aurora. Donde creéis que está la nada,
está el todo y donde percibís el silencio, está el concierto Divino.
25* La ciencia
¡El supremo conocimiento no está reservado a los hombres de mente desarrollada, sino a los hombres de espíritu
elevado! Ahora que el hombre cree encontrarse en la cumbre del saber, es cuando ignora que está en el abismo.
Vengo a revelaros lo que la ciencia no puede enseñaros, porque no ha dormido en su grandeza y no se ha
elevado a Mí en busca de la verdadera sabiduría.
Vuestra ciencia, os fue predicha. ¿Podríais haber descubierto todo lo que la humanidad ha encontrado por medio
de la ciencia, si hubiéseis carecido de libertad para investigar, estudiar y experimentar?
La ciencia os ha revelado muchos misterios, sin embargo, nunca esperéis que sea ella la que os enseñe cuanto
tenéis que saber. La ciencia de los hombres de estos tiempos, también tuvo sus profetas de los cuales la
humanidad se burló y juzgó extraviados de la mente, mas después al comprobar el cumplimiento de lo que
ellos predijeron, se maravillaron.
Si en esta forma se cumplió la palabra de los profetas de la ciencia, aquellos que predijeron el fruto pasajero
de la ciencia humana ¿Cómo será el cumplimiento de las profecías de los videntes de Dios, al anunciaros el
establecimiento de un Reino de paz, inmortal en el corazón de la humanidad?
El poder y la ciencia humanas han invadido este mundo, miradles como aves cruzando las alturas; vedles
dominando los mares el espacio y la Tierra, y cómo han encontrado luz para iluminar la noche. Cada día
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 25

descubren fuerza y elementos para combinarlos y crear nuevas sorpresas para la humanidad, pero esa luz les,
ha cegado, el materialismo y la vanidad les ha hecho sordos a la voz del corazón y de la conciencia,
Pero su poder y su fuerza no armonizan con el poder y la fuerza de la naturaleza, la que como expresión del
amor divino, es vida, es sabiduría, es armonía y es perfección.
Hace algunos siglos no hubieseis creído en lo que ahora ha realizado el hombre por medio de la evolución del
espíritu. Vivís en un mundo transformado por la ciencia humana, ésta es su era, es el tiempo de su reinado.
Mirad cómo la vanidad os ha cegado; cada nación quisiese tener a los sabios más grandes de la Tierra, pero aún
es todavía superficial el conocimiento que de la vida tiene el hombre.
Analizad a la ciencia de estos tiempos, sus frutos son amargos porque los hombres han querido penetrar sin
respeto en mis arcanos, y cuántos al descubrir en mínima parte las maravillas del Universo han dudado que existe
una Omnipotencia que lo haya creado todo. Son los que sólo creen en lo que ven y en lo que palpan, mas todo lo
que está más allá de su comprensión, es negado por ellos, pero si sintieran el verdadero amor para sus hermanos,
no deberían de sufrir el caos en que se encuentran, todo en ellos sería armonía y paz; pero ese divino amor no lo
entienden y sólo quieren la verdad que llega al cerebro no la que llega al corazón, y ahí tienen el resultado de su
materialismo: una humanidad egoísta, falsa y llena se amargura.
La ciencia consagra su tiempo y su fuerza mental para descubrir en la naturaleza la respuesta a muchas
interrogaciones humanas, y la naturaleza, respondiendo a su llamado da testimonio de su Creador como fuente
inagotable de sabiduría y amor y también como justicia. Sin embargo, el hombre de ciencia no despierta a la
verdad y sigue cargando, como una sentencia, el pesado fardo de su materialismo.
Todavía muchas de sus obras maravillosas dentro de lo humano, resultan pequeñas, ahí tenéis la razón de por qué
muchos hombres de ciencia no quieren ni asomarse a la vida espiritual, porque saben que ahí está la presencia
del que todo lo sabe, del que todo lo ve y todo lo juzga con perfección. Prefieren negar mi existencia creyendo
con ello acallar la voz de la conciencia.
Grandes pueblos pregonan civilización y adelanto. ¿Podrán decir que espiritualmente han alcanzado progreso
y han cumplido con aquella enseñanza de Jesús el Cristo, de amarse los unos a los otros, cuando todo su afán
es el de prepararse para la guerra fratricida?
Vienen tiempos de dolor en los que muchos de los hombres que creen encontrarse preparados para sostener con
su cieniaa la humanidad; nada o muy poco podrán hacer porque se han ocupado solamente de llenar las mentes
con la sabiduría y ciencia del mundo y han dejado vacíos los corazones.
No vengo a poner en pugna la espiritualidad con la ciencia porque ese error ha sido de los hombres mas nunca
mío; por el contrario, vengo a enseñaros a armonizar lo vida espiritual con lo material, lo humano con lo divino,
lo pasajero con lo eterno; sin embargo os declaro que para andar por las sendas de la vida es menester conocer
antes el verdadero camino cuya Ley espiritual procede del Espíritu Divino.
De tiempo en tiempo vengo a los hombres a traerles mi Ley, a recordarles mi lección, a repetirles mis palabras,
porque vuestra ciencia sin amor no es buena, y si vuestro progreso no se despoja del egoísmo para dar cabida a
la caridad, no será sólido y duradero.
Cuando me acerco a los hombres de ciencia abstraídos en sus meditaciones y envejecidos en el estudio, les
pregunto: ¿Porqué os afanáis tanto? ¿Por quién lucháis y sufrís así? Y no ha habido uno que me diga: Maestro,
lucho por amor a la humanidad. Ellos aman la ciencia y a ella le ofrendan su vida. Mas a quienes me han sabido
interrogar animados de nobles fines, les han sido revelados grandes conocimientos que siempre han dado dulce
fruto a la humanidad como prueba de que quien inspiró aquella luz fui Yo y a quienes sin amor y sin respeto han
escudriñado la Naturaleza, han quedado en el principio del camino o han caído en el abismo, ya que no fué el
bien en el que se inspiraron, sino en la vanidad, en el odio y la ambición.
Sorprenderé a los científicos materializados, manifestándoles la existencia de la vida espiritual, ya que la han
negadoinsistentemente, entonces se despertará la curiosidad, la ambición por sondear el más allá.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 26

Esa luz es todavía un libro cerrado que no han contemplado los hombres, por lo que os digo que el adelanto de
la ciencia del futuro será más grande que el que hoy habéis alcanzado; mas no lo será por la mente, sino por el
espíritu evolucionado, por eso es que ha progresado su ciencia;
Interrogad a algunos de los sabios y si son sinceros os dirán que le han pedido inspiración a Dios. y Yo les daría
más inspiración, si me la pidieran con más amor para sus hermanos y con menos vanidad para sí mismos.
El hombre ha arrancado muchos secretos a la Naturaleza y con su ciencia ha transformado la vida humana; la luz
del saber brilla en las mentes y cada día la humanidad avanza por el camino del progreso científico, hacia una
meta que aún no alcanza a vislumbrar, mas en el corazón de vuestra civilización no encuentro amor.
Reclamo a la mala ciencia
Si los hombres de ciencia que mueven y transforman vuestro mundo, estuviesen inspirados en el amor y en el
bien, ya habrían descubierto cuanto les tengo reservado de luz para la ciencia y no esa mínima parte con la que
tanto se han envanecido.
¿Por qué han existido y existen quienes conociendo la ciencia humana con el uso de las facultades que el Creador
les concedió, la usan para combatir y desconocer la ciencia divina? Porque su vanidad no les permite penetrar
con humildad y respeto en el arcano del Señor y buscan su meta y su trono en este mundo.
El hombre científico viola las leyes naturales sin el menor respeto a la vida, con mano profana corta los frutos
del árbol de la ciencia para envenenar el corazón de la humanidad, abre las puertas de fuerzas desconocidas y
rompe de esa manera la armonía con la Naturaleza que los rodea!sin escuchar antes la voz de la conciencia.
Existen quienes toman la Ley divina para adelanto y salvación de su espíritu, pero qué distinto hacen los
hombres en la ciencia, quienes en su afán de de descubrir nuevas maravillas; ser grandes y poderosos, buscan
con la llave de la ciencia los elementos destructores, por eso existen muchas perturbaciones en vuestra vida,
Yo no os prohibo que escudriñéis la naturaleza ni que acumuléis conocimientos, si estos son para bienestar y
adelanto de vuestra vida humana, pero también quiero que os intereséis por alcanzar luz para vuestro espíritu,
porque será lo único que os llevéis al más allá y que en la senda espiritual os sirva para vuestro progreso.
Toda la Creación les habla de mí y su voz es de amor, mas ¡Cuán pocos han sabido escuchar y comprender ese
lenguaje!
En su soberbia los hombres han querido someter a la misma Naturaleza y a sus elementos sin darse cuenta de que
ellos se tornarán en jueces para castigar el orgullo y la temeridad humanas.
Mas debéis de tener cuidado, oh pueblos de la Tierra, porque si continuáis provocandoa los elementos, si los
pequeños conocimientos que tenéis los seguís aplicando al mal, recibiréis cuando menos lo esperéis, la respuesta
dolorosa y justiciera. Provocáis al aire, al fuego, a la tierra, al agua y a todas las fuerzas y ¿Sabéis cuál será vuestra
cosecha si no rectificáis a tiempo para lograr detener a los elementos desencadenados por vuestra insensatez? Os
advierto que estáis llegando a colmar la medida que permite mi justicia a vuestro libre albedrío, Y como sois los
pequeños que se sienten grandes, viene esta palabra para advertiros del peligro en que os encontráis.
Yo pregunto a los hombres de ciencia, que se consideran los más adelantados en toda la historia de este mundo.
¿No habéis encontrado con todo vuestro talento, una forma de hacer la paz, de alcanzar el poder y de lograr la
riqueza, que no sea matando a vuestros semejantes, destruyendo o esclavizándolos? ¿Creéis que vuestro
adelanto sea verdadero, cuando moralmente os arrastráis por el cieno y espiritualmente vagáis entre sombras?
Yo no combato la ciencia, puesto que Yo mismo la he inspirado al hombre; lo que censuro es el fin para el que
a veces la aplicáis.
Le revelé al hombre el don de la ciencia que es luz, y el hombre con ella ha creado tinieblas y ha causado dolor
y destrucción.
No os envanezcáis con los frutos de vuestra ciencia, porque ahora que tantos adelantos habéis hecho en ella, es
cuando más sufre la humanidad, cuando hay más miseria, intranquilidad, enfermedades y guerras fraticidas.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 27

La vanidad ha anidado en los que, creyendo haber alcanzado el completo conocimiento de la verdad, han llegado
a considerarse sabios, fuertes, infalibles, grandes y absolutos, sin darse cuenta que muchas veces han estado
confundidos.
No dudéis de mi sabiduría, ni desafiéis mas mi justicia; si Yo aceptase vuestro desafío, me bastaría un débil
soplo de mis elementos, para convertir en polvo o en nada vuestra ciencia y vuestras teorías. No me busquéis
como Juez, buscadme como Padre, porque Yo soy amor.
¡Oh, sabios, filósofos y doctores! Vosotros sabréis que Yo soy vuestro Señor cuando lleguéis a escudriñarme,
porque me veréis contestando a vuestras mal intencionadas preguntas y enmudeceréis ante mis interrogaciones;
y cuando os encontréis arrepentidos y cabizbajos, sin que me pidáis pruebas, Yo os las daré, y esas pruebas
serán de amor y de perdón.
En el Arcano de Dios nadie penetra, a menos que El tenga a bien revelar a sus hijos algo de su contenido; esto
debe haceros comprender que quien aspire a conocer lo que el Señor guarda en su Arcano, le será menester
buscarlo por el camino de la humildad, del amor y de la espiritualidad.
Los sabios interrogan a la Naturaleza y ella a cada pregunta les responde, mas detrás de aquellas interrogaciones
no siempre hay buenos fines, buenos sentimientos ni caridad. Son los hombres los pequeños y necios que arrancan
a la madre naturaleza sus secretos y profanan su intimidad, no con el fin de honrarla tomando de sus fuentes los
elementos para hacer el bien de los unos a los otros, como verdaderos hermanos, sino con fines egoístas y a veces
perversos.
La ciencia niega a Dios
Los hombres de ciencia, en su vanidad, consideran las revelaciones divinas como indignas de su atención y
cuando no alcanzan a comprender ni aceptar que la creación con todas sus maravillas es obra de Dios, lo niegan
para no tener que confesar su incapacidad y su ignorancia. Muchos de ellos no quieren creer más que en lo que
comprueban. Han sido muy ingratos, y necios, porque en su soberbia cren haber penetrado en el conocimiento
de la Creación, cuando en realidad sólo superficialmente la conocen,
han olvidado que lo único que puede hacerlos sabios y felices; es verdadero amor que todo lo inspira, y que que
todo lo puede y todo lo transforma!
¡Cuán pequeños sois, cuando creyéndoos todo poderosos y grandes os resistís a confesar que sobre el límite de
vuestro poder y vuestra ciencia está el del que en verdad todo lo sabe y todo lo puede! Entonces, os concretáis a
ser materia y sólo materia y quedáis sujetos tan sólo a la ley natural que rige a los seres mortales y fugaces, que
nacen, crecen y mueren, sin dejar huella de su paso.
Mucho es lo que habéis buscado y encontrado por medio de la ciencia y sin embargo no habéis podido descubrir
la relación tan íntima que existe entre vosotros y vuestro Dios Creador.
A los hombres que niegan mi existencia y tratan de destruirme en el corazón de la humanidad les miro con piedad;
y ni ni siquiera les veo como enemigos, los amo y los perdono porque son mis hijos muy amados.
Si vuestras ciencias, observaciones y estudios, os condujeran al verdadero amor; si la finalidad de ese anhelo de
saber, fuese el rendir tributo a vuestro Dios, sirviendo a vuestros semejantes, Yo nada os reclamaría; pero cuando
contemplo que a través de vuestras ciencias empequeñecéis y rebajáis a vuestro mismo Dios, poniéndole límites,
atribuyéndole errores y dándole formas que El no tiene.
¡Cómo se empeñan los hombres de ciencia en complicar lo que es simple, quisieran encontrar en lo divino, la
composición y las sustancias que son propias de la naturaleza material! Su asombro será grande cuando
comprueben que lo espiritual o divino, sin sustancia y sin forma, es el todo, es el principio y el fin, es la verdad,
es lo eterno.
¿Por qué os habéis olvidado de Mí y habéis querido comparar vuestro poder con el mío? Yo os digo que el día
que un sabio con su ciencia forme un ser semejante a vosotros y le dote de espíritu y le dé conciencia, Yo
posaré mi cetro en su mano. Mas vuestra cosecha, por ahora, será otra.
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 28

Un instante tan sólo voy a dejarle y ese instante de justicia bastará para que recuerde el amor de su Creador,
porque nadie puede existir sin mi Ley o sin mi Paz.
No se envanezca el científico de su obra material y de su ciencia, porque en ella ha estado siempre presente mi
revelación y la ayuda de los seres espirituales que desde el más allá os inspiran.
Sois soberbios, porque con vuestra ciencia habéis construido la nueva torre de Babel desde donde desafiáis mi
poder, diciendo a los pueblos que vuestro saber supera a las revelaciones divinas. Con ello habéis pisoteado la
ley del Padre, vuestro Dios.
El hombre con su orgullosa ciencia está desafiando mi Ley; y os digo que una vez más lucharé contra sus
errores y no encontrará en Mí a un Juez orgulloso y soberbio, Porque ésos son defectos humanos, propios de
vuestra imperfección, encontrará a un Juez inexorable y a un Maestro enseñándole una gran lección de amor.
Si en vez de envaneceros con vuestros conocimientos, os identificáseis con toda mi Obra, no existirían misterios
para vosotros, os reconoceríais como hermanos y os amaríais los unos a los otros como Yo os amo: habría en
vosotros bondad, caridad, amor, y por lo tanto unión con el Padre.
¿Qué consuelo podrán llevar estos hombres al corazón de sus semejantes, cuando no reconocen el principio del
amor, que es lo que rige a la Creación y además, ignoran el sentido espiritual de la vida? La ciencia sola, no es
bastante para salvar al mundo de sus dolores.
Mucho habéis despertado para la ciencia y mucho habéis dormido para la vida espiritual, mas Yo he venido a
enseñaros una ciencia divina que tiene como raíz el verdadero amor y de la cual se derivan la caridad, la sabiduría
y la fraternidad. Vuestra ciencia ha acercado a los pueblos, ha vencido el tiempo y las distancias, ¿Qué de extraño
tiene que por el espíritu se acerquen los mundos y se conquiste la eternidad? Todo aquel que ansíe recorrer este
camino, revista su corazón de respeto, vele, ore y sea obediente al llamado de la conciencia.
La sombra del árbol de la ciencia humana ha envuelto a la humanidad, la mayoría de sus frutos la han envenenado
y se aproxima el tiempo en que la hoz justiciera venga a cortar toda rama impura y todo mal fruto, pero ya no
será ya el cerebro él señor del mundo, sino el colaborador del espíritu, quien le guiará y le iluminará.
Es necesario que os hable así, porque los hombres se han confundido con el conocimiento adquirido en los libros
que han estudiado; en cambio, no han querido oir la voz de la conciencia, la voz de su saber espiritual que los
invita a seguir hacia la divina luz de donde surgen todas las sabidurías.
La ciencia aplicada al bien
No creáis que Yo juzgue mal a la ciencia por el hecho de querer conocer los misterios de la Naturaleza, no; porque
mi sabiduría es herencia divina, mas sí juzgo la finalidad o la intención de los hombres de ciencia cuando ellas
no están encaminadas a los fines para los cuales les es revelada.
Bien está el estudio útil y la ciencia; pero sobre todo ello está el verdadero amor que os dará la inspiración para
dignificar y aumentar vuestra ciencia, porque debéis de comprender que todos vuestros conocimientos son tan
sólo un mensaje que os da mi amor de Padre.
Yo bendigo la ciencia del hombre, que ha sanado y rescatado de la muerte al que estaba al borde del sepulcro.
Los hombres de ciencia, después de un tiempo de pruebas en el que sufrirán confusiones muy grandes, cuando
en su espíritu se haga la luz y escuchen la voz de su conciencia, descubrirán lo que nunca habían soñado.
El día en que inspiren su ciencia y su progreso en la luz divina del amor, harán de este mundo un paraíso lleno
de vida, de luz, de salud, no soñado jamás, porque a la ciencia egoísta de hoy no le revelaré todas las maravillas
qne tengo reservadas para la humanidad, entonces, con justicia os maravillaréis de lo que vais a conocer. Esto
será cuando vuestro corazón y vuestro cerebro aprendan a escuchar la voz de la conciencia hasta ver brotar los
frutos y conocer su sabor, mas todo lo humano tiene un límite y la mente del hombre también tiene un “hasta
aquí”. Sin embargo, cuando la ciencia de los hombres persiga una causa noble y buena y se haya limpiado de
toda finalidad egoísta, Yo la pondré al servicio de la humanidad, entonces la Naturaleza, abriendo su arcano,
¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 29

mostrará sus secretos revelando a los hombres fuerzas y elementos desconocidos, y dejará de tener límite al
transformarse en una causa noble y buena.
Yo propongo a la humanidad una nueva vida y a revelarle una nueva ciencia divina, porque la ciencia humana,
sólo llenan de vanidad a unos y de asombro a otros.
26* La guerra indeseada y la paz deseada
Mirad la guerra, el hambre, la peste y la muerte como un tétrico cortejo que va de pueblo en pueblo sembrando
el luto, la desolación y el exterminio.
Ved las caravanas de hombres de todas edades, de mujeres y de niños, huyendo de la destrucción, buscando
fatigosamente un lugar de protección y de paz. Sus pies ya están destrozados y sangrantes; su corazón ya no
resiste más dolor; pero aún les queda en lo más íntimo de su ser, un destello de esperanza.
Contemplad las, naciones azotadas por las, guerras fraticidas han apagado la sensibilidad del corazón humano,
han impedido la manifestación de todo sentimiento elevado, como son la caridad y la comprensión.
Vuestros hermanos, quienes se creen y se llaman poderosos; quieren triunfar matando, quieren levantar su nuevo
reino. Cuando al fin de la lucha quede uno de pie y quiera lanzar el grito de victoria, contemplará que su reino
es de ruinas y cadáveres, que su imperio es de miseria y de muerte.
Sobre las ruinas de un mundo creado y destruido por una humanidad materialista, se levantará un nuevo mundo,
cuyos cimientos serán la experiencia y tendrá por finalidad el ideal de su elevación espiritual.
Mientras la humanidad viva empleando la verdad para mentir, para matar, para destruir la paz y para desconocerse
los unos a los otros, que es lo contrario de lo que mi palabra enseña; no podrá decir que busca la verdadera paz,
ni que anda por el camino de la verdad.
Llegará la hora en que la paz sea tan grandemente deseada por los hombres, que la buscarán por todos los medios:
en las religiones, en la ciencia y en las doctrinas. Los creyentes y los que se dicen ateos y libre pensadores, todos
irán a un mismo punto en busca de esa paz, y cuando la encuentren, se hallarán frente a Mí.
Sobre las ruinas espirituales y morales que presente la humanidad, Yo levantaré un mundo sano y fuerte, mas
para ello es necesario que os perdonéis los unos a los otros para que brote luz y paz entre la humanidad.
¿Quién podrá en el mundo daros la verdadera paz en este tiempo? Las naciones no se han perdonado, los
gobernantes no se han reconciliado, Os doy el secreto de la paz que es el amor de los unos a los otros. Todo
aquél que aspire a la fraternidadverdadera paz, tendrá que buscarla en mi verdad, por lo tanto, no han puesto los
cimientos de una paz duradera.
¡Sólo mi amor puede salvaros! Ved que en los hombres no queda ni resto de amor. Orad, pero con verdadera
fe en el poder de la oración, con una fe tan grande que supere a la fuerza de las armas con que vuestros hermanos
combaten en la vida y destruyen la paz de sus semejantes.
Os digo que oréis, porque aquel que no ora, se entrega a pensamientos supérfluos, materiales y a veces insanos,
con lo cual, sin darse cuenta fomenta y alimenta las guerras homicidas; mas cuando oráis, vuestro pensamiento
como si fuera espada de luz, rasga los velos de oscuridad y los lazos de la tentación que hoy están aprisionando
a muchos seres, satura de espiritualidad el ambiente y contrarresta las fuerzas del mal.
Cuando logréis elevar vuestros sentimientos por encima de tanta miseria humana, brotará de vosotros la más
sentida y sincera petición en favor de vuestros hermanos y esa vibración de amor, esa pureza de vuestros
sentimientos, serán las espadas más poderosas que destruyan las tinieblas, que las guerras y las pasiones de los
hombres han venido formando.

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¿A dónde va la humanidad, que hace y que espera? 30

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