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Un contrato mercantil, del tipo que sea, es un acto jurídico que, como su propio nombre indica,
tiene naturaleza mercantil. En general, estos contratos se refieren a actos de comercio que
generan derechos y obligaciones de carácter mercantil y que son recíprocos entre ambas partes
de la operación. Al igual que el resto de contratos, están regulados por el Código de Comercio.
La legislación española prevé contratos mercantiles de tipos muy diferentes, que se pueden
aplicar prácticamente en cualquier ámbito de las operaciones comerciales imaginables. A
continuación, comentamos algunos de los más importantes.
Una permuta se define como el intercambio directo de un bien por otro sin que haya dinero de
por medio, salvo excepciones. Ese bien puede ser de carácter inmobiliario, mercantil o de
cualquier otra clase.
Este tipo de contratos suelen ser de carácter civil, aunque también existe el contrato de permuta
mercantil. Para ser de esta última clase, tiene que reunir los mismos requisitos que el de
compraventa mercantil, que se resumen básicamente en que debe utilizarse para una operación
empresarial. (ejemplo; cambio de vehículo nuevo por usado, más una cantidad de dinero)
Dentro del mundo del contrato mercantil y sus tipos, el de transporte es aquel en virtud del cual
una de las partes se obliga, a cambio de un precio, a conducir de un lugar a otro pasajeros o
mercaderías ajenas, ya sea por tierra, por canales o por lagos o ríos navegables, y a entregarlos
allí a donde vayan dirigidos.
Su uso está directamente relacionado con un contrato mercantil de otros tipos y con la relación
comerciante-proveedor. Ya que, a través de este contrato, el proveedor hace llegar sus
mercancías a sus clientes en los términos establecidos.
También se puede aplicar al transporte de personas. Por ejemplo, cuando una agencia de viajes
ofrece el servicio de transporte desde el aeropuerto hasta el hotel por cuenta de este último.
Contrato de seguro
Un seguro es un contrato, llamado póliza de seguro, por el que una compañía aseguradora se
obliga, mediante el cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo
es objeto de la cobertura, a indemnizar dentro de los límites pactados al asegurado por el daño
sufrido.
La amplia variedad de coberturas que son objeto de aseguramiento en la actualidad hace que el
seguro se aplique tanto sobre contratos civiles como mercantiles. Así, existen seguros para
vehículos que se utilizan de manera particular, pero también para el transporte de mercancías,
para el arrendamiento de viviendas y de locales comerciales, etc.
Contrato de sociedad
El contrato de sociedad mercantil es aquel por el cual dos o más personas, llamadas socios, se
obligan a poner en un fondo común ciertos bienes, industrias o algún otro medio para ejercer
una actividad comercial y obtener lucro, con ánimo de repartir entre ambos las ganancias. Es la
forma legal a través de la cual se ponen en marcha toda clase de empresas habitualmente.
Sociedad Anónima
Sociedad de Responsabilidad Limitada
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada
Sociedad Comanditaria por Acciones
Sociedad Limitada Unipersonal
Sociedad Colectiva
El contrato de asociación es aquel mediante el cual dos o más personas toman interés en muchas
operaciones mercantiles, ya sean instantáneas o sucesivas, que debe ejecutar uno de ellos en
su solo nombre y bajo su crédito personal, pero rindiendo cuenta y dividiendo con sus asociados
las ganancias o pérdidas en la proporción convenida.
El préstamo se define como un contrato, civil o mercantil, en que una de las partes entrega a la
otra cierta cantidad de cosas fungibles a cargo de restituir otras tantas del mismo género y
calidad.
Aunque en su definición formal se pueden prestar todo tipo de cosas que se puedan consumir,
en la actualidad, un contrato mercantil de este tipo se utiliza casi en exclusiva para la concesión
de préstamos bancarios, a través de los cuales una entidad suele entregar una cantidad
determinada de dinero con la promesa, por parte del receptor, de su devolución en un plazo de
tiempo concreto y a cambio del pago de un interés.
Contrato de depósito
Este es un contrato exclusivo de las entidades bancarias. En la antigüedad, el banco era un simple
custodio del dinero de sus clientes. Sin embargo, los contratos actuales cumplen otras funciones,
tales como realizar órdenes de pago y efectuar transferencias de fondos. Estas operaciones
originan la creación de una cuenta corriente bancaria, el giro de cheques y otras operaciones
consistentes en la emisión de títulos de crédito y valores mobiliarios.
En realidad, los depósitos bancarios y todos los servicios que ofrece un banco suponen en sí
mismos un complejo sistema de contratos (contratos bancarios), que son inherentes a la vida
comercial y que en la actualidad siguen siendo objeto de amplio debate por sus consecuencias
y efectos directos sobre esta y sobre la actividad económica.
Estos son los distintos tipos de contratos mercantiles que existen, sus características y su ámbito
de aplicación; documentos que, en el marco económico actual, tan complejo y tan diverso, todas
las empresas necesitan conocer.