Está en la página 1de 2

UTEM

PROFRA: KARLA GALICIA ACOSTA


ALUMNA MARIA CECILIA PARRA ARCOS
INTROCUCCION A LAS MISIONES

Una aldea samaritana

Lucas 9:51-56
9:51 Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó
su rostro para ir a Jerusalén.
9:52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una
aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.
9:53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.
9:54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que
mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
9:55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de
qué espíritu sois;
9:56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los
hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

Vemos que Jesús ya se dirigía a Jerusalén y durante el camino fue predicando


su palabra, y en este pasaje vemos que los samaritanos no los dejaron entrar a
predicar, sus discípulos se molestan y quieren, dice su palabra, que
descendiera fuego del cielo, a lo que Jesús responde, que él no ha venido a
que la gente se pierda sino a que sean salvadas.
Esto nos permite ver que Dios tenía un proyecto, el cual era salvemos al
mundo, y Jesús estaba dispuesto a cumplirlo sin importar si lo querían o lo
reconocían. Los samaritanos y los judíos no se querían desde la época de
Salomón, sin embargo Jesús tuvo varias muestras de querer entrar en esa
tierra a hablar de su padre y que se extendiera su reino y lo tenemos con la
mujer samaritana y contando la parábola del buen samaritano a los judíos y en
este pasaje que estamos viendo, entre otros
 “La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber,
que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.”
Jn.4:9
Un Rabí no podía hablar con una mujer judía en la calle ni mucho menos
UTEM
PROFRA: KARLA GALICIA ACOSTA
ALUMNA MARIA CECILIA PARRA ARCOS
INTROCUCCION A LAS MISIONES

saludarle o verle a la cara. Peor hablar con una samaritana y además con la
reputación que tenía esta mujer, pero Jesús lo hizo y por eso el asombro de la
mujer y de los discípulos.
Jesús usa muchas veces ejemplos de samaritanos para confrontar a los judíos
por su religiosidad, la cual era más importante para ellos que ayudar al prójimo.
Cuando Jesús habló del buen samaritano esto era una ofensa para los judíos
porque Jesús lo puso como ejemplo de bondad y demostrándoles cómo ellos
se justificaban a sí mismos por ser hijos de Abraham, pero no obedecían ni
amaban su prójimo.
Jesús les dio un ejemplo a los fariseos de un hombre de Israel que fue asaltado
y herido y por ladrones y pasando por allí un levita y un sacerdote ignoraron al
herido, pero un samaritano que pasaba por allí lo llevó a un mesón y le vendó
las heridas.
Dios quiere que con este pasaje nos entreguemos a compartir sin mirar que si
me cae bien o no las personas, solo debemos compartir su palabra y si
recibimos un mal modo o algo parecido no permitamos que nuestra ira aflore
sino que mejor los bendigamos y demos la vuelta a seguir el camino de
extender su palabra

También podría gustarte