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Viajando en el tiempo

Había una vez en el tiempo, donde todo estaba muy tranquilo hasta que apareció Leya esta chica demasiado curiosa
tenía una vida muy tranquila con su familia y su amiga en el presente hasta que un día ella y su hermano fueron a pasar
unos días a la casa de su padre que es un gran científico y físico al que Leya admira muchísimo, por los maravillosos
inventos que inventa su padre. Leya se las ingenió para entrar al taller de su padre donde encontró el maravilloso
invento que su padre había inventado, un dispositivo misterioso que parecía un televisor, pero resultó ser una máquina
del tiempo. Leya que además de curiosa es bastante inteligente, se propuso hacerla funcionar, sus esfuerzos dieron
frutos y lo logro excepto que la maquina era inestable. Salto año tras año …. hasta que dejo de viajar.

Al día siguiente Leya les conto a sus compañeros su experiencia con el fabuloso invento de su padre, pero Leya
presumió tanto su viaje que…………

Todas sus amigas se hartaron de que a cada rato hablase de su experiencia viajando en el tiempo que obviamente creían
que era mentira y que los molestaba con sus investigaciones de los agujeros negros, los viajes en el tiempo que apuntaba
en su bitácora decidieron darle una lección.

- El próximo día que venga diciendo que su padre ha inventado algo nuevo, vamos a su casa y se lo robamos de pasada
también le robamos su tonta bitácora de investigaciones-dijo Alexa, que se sentaba con Leya en clase y era la que más
tenía que aguantarle.

- ¡Eso, eso! -contestaron entre risas los demás.

Al día siguiente, Leya llegó a clase presumiendo de que su padre había logrado arreglar y sincronizar la máquina del
tiempo y que iban a viajar al futuro.
Esa misma tarde, se reunió un grupo de chicas de su clase para ir a robar la dichosa máquina del tiempo que tenía el
padre de Leya en casa.

- ¿Y si la probamos antes? -dijo alguien.

- Solo vamos a llevárnosla -dijo Alexa-. En unos días se la devolveremos. Solo vamos a darle una lección a Leya.

- Pero yo quiero probarla -se oyó decir a alguien.

- Y yo.

- Y yo también.

Así que a Alexa no le quedó más remedio que aceptar. Se había quedado sola y, en el fondo, al ella también le picaba la
curiosidad de saber cómo funcionaba aquella máquina.

Cuando todos estuvieron dentro, programaron un viaje al futuro, concretamente dentro de 20 años. Cuando llegaron, lo
que vieron no les gustó nada. Leya estaba sola, tirada en la calle. Era una chica pobre y asustada a la que nadie hacía
caso, andrajosa y miserable. Y decía: "Si todavía tuviera la máquina mi padre estaría aquí, y a mí no me considerarían
como una loca".

Muy apenados, los chicos fueron a ver qué sería de ellos en el futuro. Y se encontraron que estaban todos en la cárcel,
acusados de robar y de estafar a la gente con viajes por el tiempo.

Cuando regresaron, Alex les dijo a los demás:

- Creo que será mejor que dejemos esto donde está. Tal vez así no nos espere un futuro tan desastroso.

Todos dijeron que sí con la cabeza y se marcharon de allí rápidamente.

Al día siguiente, cuando Leya llegó a clase, todos la miraron con ojos muy diferentes.

Era un poco orgulloso, pero era su compañera, al fin y al cabo. Fue Alexa quien decidió ir a hablar con ella.

- Hola Leya. ¿Qué tal funciona esa máquina del tiempo que ha inventado tu padre?

- Ha decidido desmontarla -dijo Leya-. Me ha dicho que hizo un viaje ayer y que vio que su invento nos daría muchos
problemas a todos.

Alex quiso explicarle a Leya lo que había pasado.

- Verás, Luis, es que nosotros… ayer….

- Ya lo sé -le interrumpió Leya-. Mi padre me llevó de viaje al pasado y al futuro antes de desmontar la máquina. Y he
aprendido la lección. A partir de ahora seré menos presumida y no les compartiré mis descubrimientos e investigaciones
si ustedes no desean escucharlas.
- ¿Sabes? Nosotros también hemos aprendido algo. No sirve de nada querer dar una
lección a alguien sea de la forma que sea. Lo que sirve es sentarse, hablar de lo
sucedido para poder solucionarlo -respondió Alexa.

Y los dos muchachos se dieron un gran abrazo en señal de su amistad.

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