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Técnicas de Tratamiento de

desechos peligrosos
Mgtr. Esperanza Murillo
Técnicas de Tratamiento de desechos
peligrosos
Las técnicas de tratamiento suelen clasificarse en químicas, biológicas, físicas,
térmicas o de fijación/estabilización. Estas categorías están razonablemente bien
definidas, aunque hay posibilidad de confusión cuando tienen características que se
solapan:
 Los procesos químicos, biológicos y físicos son los métodos más comúnmente
usados para tratar los residuos peligrosos del agua. El tratamiento químico
transforma el residuo en sustancias menos peligrosas usando técnicas como la
neutralización del pH, la oxidación o reducción y la precipitación. El tratamiento
biológico emplea microorganismos para degradar los compuestos orgánicos de
las aguas residuales. Los procesos de tratamiento físico pueden utilizar la
separación por gravedad, sistemas de cambio de fase tales como la separación
por aire o por vapor, de volátiles disueltos en los residuos acuosos, y varios tipos
de filtrado, entre ellos la adsorción por carbono.
 Los procesos de destrucción térmica, entre los que se incluyen la incineración,
que se está convirtiendo en una opción preferente para el tratamiento de los
residuos peligrosos, y la pirólisis, que es la descomposición química de una
sustancia obtenida calentándola en ausencia de oxígeno.
 Las técnicas de fijación/estabilización consisten en la desecación y solidificado
de un residuo y su mezcla con un agente estabilizante, como el cemento
Portland o sustancias poliméricas, o rodearlo de una matriz para formar una
sustancia vítrea. La solidificación se usa mayormente con los lodos inorgánicos.
Tratamientos Físicos
 Sedimentación. Los sistemas de
tratamiento físico más simples
aprovechan la decantación y
floculación naturales. Para fomentar la
sedimentación de los sólidos y así poder
ser recogidos como lodos en el fondo,
se diseñan tanques especiales de
sedimentación y clarificación. Ciertos
sólidos flotarán de forma natural y
podrán ser retirados con una
espumadera.
Tratamientos Físicos
 Adsorción. Los tratamientos físicos pueden usarse también para extraer
pequeñas cantidades de sustancias disueltas en agua que nunca
sedimentarían. Una de las técnicas más comunes utilizadas para eliminar
compuestos orgánicos utiliza el proceso de adsorción que es la adhesión
física de compuestos a la superficie de un sólido. La eficacia de un
adsorbente es directamente proporcional al área superficial disponible
para atraer las moléculas o partículas de contaminante. El adsorbente más
comúnmente usado es una matriz porosa de gránulos de carbón activado
(GAC), que tiene una enorme área superficial (del orden de 1.000 m2 / g).
Un simple puñado de GAC presenta una superficie total cercana a media
hectárea.
Tratamientos Físicos
 Aireación. La aireación es otro proceso físico usado para sacar
compuestos relativamente volátiles fuera de una disolución. Estos sistemas
de separación usan generalmente aire, y a veces vapor de agua. En los
separadores de aire más utilizados, el agua contaminada resbala por la
superficie del elemento activo empaquetado dentro de una torre, en la
que se insufla aire hacia arriba que arrastra las sustancias volátiles con él.
Tal torre de aireación (packed tower) puede eliminar fácilmente más del
95% de los compuestos orgánicos volátiles (VOC) más frecuentes, como el
tricloroetileno, tetracloroetileno, tricloroetano, benceno, tolueno, y otros
procedentes de los disolventes. Otro tipo, la llamada separación de tiro
por aspiración (induceddraft stripping), no usa ni soplador ni material
empaquetado. En una torre industrial de tiro por aspiración hay
cuidadosamente dispuestas baterías de toberas que pulverizan el agua
contaminada en dirección horizontal a través de las paredes de una
cámara. El aire que pasa a través de la cámara arrastra los volátiles. Este
sistema es más barato de construir y de operar pero sus resultados son
mucho menos efectivos que los de la torre de aireación.
Tratamientos Químicos
Tratar químicamente los residuos peligrosos tiene la ventaja potencial de que
puede no solamente convertirlos en compuestos menos peligrosos, sino que
puede transformarlos en subproductos útiles en algunas circunstancias. Al
estimular la recuperación de recursos, el coste del tratamiento puede a veces
compensarse parcialmente con el valor final de los productos obtenidos.
 Neutralización. Las aguas ácidas se neutralizan normalmente con cal
apagada [Ca(OH)2] en un reactor de tanques de agitación continua. La
tasa de adición de cal se controla con un sistema de retroalimentación
que analiza el pH y ajusta el aporte convenientemente. Las aguas
residuales alcalinas pueden neutralizarse añadiendo ácido directamente o
insuflando CO2 gaseoso, para formar ácido carbónico (H2CO3).
 Precipitación química. La capacidad para ajustar el pH es importante no
sólo para la neutralización de residuos sino también porque facilita otros
procesos químicos que eliminan sustancias indeseables de las aguas
residuales. Por ejemplo, un método común de eliminar metales pesados de
un residuo líquido es por precipitación química, que es dependiente del
pH.
Tratamientos Químicos
 Oxidación reducción. Las reacciones de oxidación-reducción (redox)
proporcionan otra importante alternativa de tratamiento químico para
residuos peligrosos. Cuando se extraen electrones de un ión, átomo o
molécula, decimos que la sustancia se oxida; cuando se añaden
electrones, se reduce.
 Oxidación/radiación ultravioleta. Un método prometedor de destruir los
compuestos orgánicos disueltos es la oxidación, que los convierte en agua
y dióxido de carbono. Hay muchos oxidantes posibles, peróxido de
hidrógeno, oxígeno, ozono, permanganato potásico.
Tratamiento Biológico
La práctica totalidad de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales de
los Estados Unidos y de un gran número de sistemas industriales confían en los
procesos de tratamiento biológico para descomponer los desechos orgánicos. Los
sistemas de tratamiento biológico utilizan microorganismos, principalmente
bacterias, para metabolizar la materia orgánica y convertirla en dióxido de
carbono, agua y nuevas células bacterianas. Como los sistemas de tratamiento
biológico utilizan organismos vivos para transformar los desechos, hay que poner
especial cuidado en garantizar que los procesos se desarrollen en condiciones
aptas para la vida. Los microbios necesitan una fuente de carbono y de energía,
que pueden tomar de la materia orgánica que consumen, y nutrientes como
nitrógeno y fósforo. Son sensibles a la temperatura y al pH. Algunos de ellos
necesitan oxígeno. Los microbios, en tanto que organismos vivos, son sensibles a
las sustancias tóxicas, lo que en un principio puede parecer contraproducente
para el procesado biológico de sustancias peligrosas. Sorprendentemente la
mayoría de la materia orgánica peligrosa es susceptible de tratamiento biológico
(biorremediación) siempre y cuando se logre mantener una población estable de
microorganismos. Cualquier sustancia orgánica puede convertirse en alimento
para algún organismo, aunque también puede ser un veneno para otros. Por otra
parte, los organismos que crecen y se desarrollan a una concentración
determinada de sustancia pueden morir si la concentración aumenta más allá de
un nivel crítico. Por último, aunque pudiera establecerse una población
microbiana que fuera capaz de procesar la sustancia tóxica, esta población
podría morir si las características de la sustancia cambian demasiado
rápidamente. Si las condiciones de los desechos cambian con la suficiente
lentitud, sin embargo, la selección podría hacer que la colonia microbiana se
adaptase a las nuevas condiciones y siguiera siendo eficaz en su cometido.
Incineración de residuos
La EPA defiende la incineración como la tecnología preferida para
muchos tipos de residuos peligrosos. Es particularmente efectiva con
residuos orgánicos, no sólo para suelos sino también para otros sólidos,
gases, líquidos, lechadas (mezclas claras de sólidos y líquidos) y lodos
(mezclas espesas de sólidos y líquidos). En un incinerador
adecuadamente manejado pueden inactivarse completamente
residuos carcinógenos, mutágenos, teratógenos, y patógenos. Las
incineradoras no son, sin embargo, capaces de destruir compuestos
inorgánicos, aunque pueden concentrarlos en las cenizas y hacer su
transporte y desecho más eficiente. Además, los metales cuyo punto
de ebullición está por debajo de 1100 °C plantean problemas, puesto
que una vez gasificados es difícil eliminarlos usando los equipos
convencionales de control de la contaminación del aire.
Incineración de residuos
Los factores más críticos que determinan que la combustión sea completa son:
1. La temperatura de la cámara de combustión;
2. El tiempo de combustión;
3. El grado de turbulencia o mezclado;
4. La cantidad de oxígeno disponible para la combustión.
Por la alta diversidad de los residuos que llegan a las incineradoras es
especialmente difícil controlar estos factores. Además de los controles de
combustión, son necesarios sistemas de limpieza de gases de escape.
Si bien hay muchos tipos de incineradoras de residuos peligrosos, pueden reducirse
a dos los diseños principales de la mayoría de las unidades actualmente en
servicio: la incineradora de inyección líquida y la incineradora de horno rotatorio.
La más común es la primera, aunque sólo puede tratar gases, líquidos y lechadas
suficientemente diluidas como para ser inyectadas por una tobera atomizadora.
Las diminutas gotitas de residuo que emite la tobera se mezclan con el aire y un
combustible auxiliar como gas natural o fuel oil. La mezcla gaseosa resultante se
quema a muy alta temperatura. La tobera de atomización usada en una
incineradora de inyección líquida debe estar diseñada para adecuarse a las
características especiales de los residuos esperables, lo que limita la variedad de
desechos que puede tratar dicha incineradora.
Incineración de residuos
La incineradora de horno rotatorio es más versátil y es capaz de quemar
gases, líquidos, lodos y sólidos de todas clases. La Figura muestra un diagrama
de una incineradora de este tipo. La unidad principal es un cilindro rotatorio
de 2 a 5 metros de diámetro y de 3 a 10 de largo, ligeramente inclinado. Los
desechos y el combustible auxiliar se introducen en el extremo alto del horno
y la combustión se realiza mientras el cilindro rota lentamente. La rotación
ayuda a aumentar la turbulencia que mejora la eficacia de la combustión.
Los gases de los residuos parcialmente quemados pasan a una segunda
cámara de combustión para continuar la oxidación.
Las incineradoras de horno rotatorio se encuentran
comercialmente como instalaciones fijas o unidades
móviles. A pesar de sus numerosos controles las
incineradoras de residuos peligrosos pueden emitir ciertas
cantidades de gases tóxicos que pueden hacerlas
inaceptables para la población cercana. Las emisiones
pueden ser de los mismos compuestos orgánicos del
residuo original, productos de combustión incompleta
(PIC) formados en la incineradora, malos olores, monóxido
de carbono, óxidos de azufre y de nitrógeno, ácido
Incineración clorhídrico y partículas. Las cenizas no quemadas y los
lodos recogidos en los sistemas de control de la
de residuos contaminación del aire se consideran residuos peligrosos y
deben ser tratados como tal. Si se transportan fuera,
entonces no sólo habrá tráfico de materias peligrosas de
llegada a la instalación sino que también lo habrá de
salida. La sensación de impacto ambiental
potencialmente adverso asociado con las incineradoras
ha hecho que el emplazamiento de este tipo de
instalaciones sea una tarea extremadamente difícil.
Bibliografía
 Gilbert M. Masters, W. P. (2008). Introducción a la Ingeniería Medioambiental. Madrid : Pearson Prentice
Hall.
Gracias por su atención!

"La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de


nuestros hijos“
Proverbio Iberoamericano

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