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autonivelante y el hormigón
autocompactante
En el sector de la construcción se utilizan diferentes tipos de mezclas
de hormigones especiales, dependiendo de las necesidades propias de la
estructura y el lugar en el que se edifican, con el objetivo de lograr un nivel
de resistencia y viscosidad específica.
Hormigón autonivelante
Como hormigón autonivelante se conoce a la mezcla que se realiza a base de
polímeros que cumplen la función de equilibrar o nivelar la superficie de este
material. Su textura es bastante fina, lo que hace mucho más sencillo el vaciado en
el encofrado porque le ayuda a fluir con facilidad.
Este tipo de hormigón es ideal para utilizar como base antes de vaciar mezclas de
revestimientos para pisos o la aplicación de hormigón armado. Puede llegar a ser
tan delgado como una hoja, con muy pocas pulgadas de grosor, al tiempo que
resulta muy rápido y fácil de aplicar.
Por lo general esta mezcla tiene polvo mineral, un agregado fino o grueso, así
como un agente de expansión, cuyas dosificaciones son muy variadas,
dependiendo de lo que se quiere lograr.
Esta mezcla posee un nivel de adhesión elevado, así como un poder de nivelación
bastante efectivo y la aplicación de todos sus componentes debe ser llevada a
cabo por personal especializado en la materia, para garantizar los mejores
resultados posibles.
El principal beneficio que tiene el hormigón autonivelante es que tiene una fluidez
bastante alta, lo que permite su vaciado y compactación en cualquier tipo de
superficie. Además, tiene una elevada adhesión que evita la segregación del
hormigón.
El nivel de retención de agua de esta mezcla es alto, evitando así la humedad que
produce encogimientos, agrietamientos, micro expansión o contracción durante la
fase de endurecimiento de la mezcla, al tiempo que aporta más velocidad a la
construcción.
Posee una buena fuerza de agarre, por lo que es ideal para envolver las tuberías de
agua caliente, en vista de que resiste la temperatura elevada.
Esto quiere decir que se usa para mejorar la base original de un pavimento, al
tiempo que ofrece la posibilidad de cubrirlo con otro material para un piso
totalmente nuevo.
Hormigón autocompactante
Tal como su propio nombre lo indica, el hormigón autocompactante se refiere
específicamente a la mezcla de hormigón que tiene la capacidad de fluir natural y
fácilmente en el interior del encofrado, lo que le permite pasar por medio de las
barras de la armadura sin que se presente bloqueo o segregación, sin que haya
compactación a escala externa o interna porque su propio peso hace que pueda
lograr compactarse bien.
Dosificaciones adecuadas
En relación con el cemento, la dosis adecuada se ubica de 350 a 500 kg por metro
cúbico, pues en caso de que sea inferior a esto deben aplicarse aditivos activos
inertes que incrementan los finos del hormigón. En caso de que la cantidad supere
los 500 kg por metro cúbico se debe tener especial atención con la retracción del
hormigón que se presenta en la mezcla.
El árido grueso, por su parte, debe contar con una medida máxima de 20 mm; sin
embargo, se suelen utilizar áridos de 12 a 16 mm. Este material hace que el
hormigón se desplace correctamente en el molde. El árido grueso, por su parte,
debe contar con una granulometría equivalente a 2,5, como máximo.
El agua que se usa está entre los 150 y los 200 litros por metro cúbico, al tiempo
que su relación con los finos debe ser de 0,9 a 1,05, que produce un hormigón
poco cohesivo. En este caso es necesario usar un aditivo superplastificante en
dosis de 1 a 1,5% sobre el peso que tiene el cemento. También se usan agentes
modificadores de viscosidad.
Para conseguir que esos aditivos tengan un efecto en toda la masa, es necesario
mezclar todo el hormigón durante un tiempo más prolongado del que se necesita a
la hora de preparar el hormigón tradicional.
Otro de los usos es la construcción de edificaciones grandes, como los túneles, los
puentes, entre otras estructuras en las que los trabajos de compactación son un
poco complejos.