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Lógica y Teoría de La Argumentación - Pedro García y Javier Aguirre
Lógica y Teoría de La Argumentación - Pedro García y Javier Aguirre
Teoría
de la
Argumentación
Pedro Antonio García Obando
Javier Orlando Aguirre Román
Lógica y Teoría de la Argumentación
Pedro
Javier
PRÓLOGO 7
CAPITULO UNO
Contextualización 9
La inferencia 9
Orígenes de la inferencia 16
Inferencias emotivas 20
Funciones del lenguaje 22
Lógica y Filosofía 27
Qué es la lógica 33
Orígenes de la lógica 36
Los tres principios fundamentales de la lógica 39
CAPÍTULO DOS
Lógica y Verdad 41
El concepto de verdad 41
La verdad material 43
La verdad por coherencia o formal 46
Verdad por el análisis de las palabras 48
Probabilidad - posibilidad - tautología - contradicción - contingencia 51
Persuadir y convencer 53
CAPÍTULO TRES
Argumentos 57
Premisas y conclusiones 57
Validez, solidez y fuerza de los argumentos 68
Argumentar y demostrar 69
La fuerza de la argumentación 73
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
6
CAPÍTULO CUATRO
Premisas de la Argumentación 79
CAPÍTULO CINCO
Falacias en la Argumentación 91
CAPÍTULO SEIS
El Silogismo 125
CAPÍTULO SIETE
Lógica simbólica moderna 157
CAPÍTULO OCHO
Las Técnicas Argumentativas 205
BIBLIOGRAFÍA 233
PRÓLOGO
Lógica y teoría
de la Agumentación
El presente libro está dedicado a tres de los desarrollos más representativos de la lógica:
la lógica tradicional, la lógica simbólica y la teoría de la argumentación o nueva retórica.
Nos hemos propuesto en él hacer énfasis en el tema de la argumentación, tanto en
sentido formal como en sentido retórico. Tal exigencia obedece a tres razones: primera,
porque los manuales de lógica se ocupan por lo general sólo del estudio formal del
argumento y dejan relegado el tema de la retórica; segunda, porque no se entendería,
con un estudio que abarcara tan sólo el aspecto formal de la lógica, por qué hay otros
argumentos cuya fuerza persuasiva no depende de ninguna formalización; y tercera,
porque, de este modo, hacemos indisoluble la separación entre lógica formal y teoría
de la argumentación, a la manera original como fue concebida la lógica por Aristóteles.
No es poco el daño que se le ha hecho al estudio de la lógica cuando se considera que la
retórica no hace parte fundamental de ella. Aplicar el calificativo de retórico a alguien
no podrá ser, en adelante, un agravio de ninguna naturaleza. En suma, nos ocuparemos
de la lógica en su sentido más usual, pero extenderemos nuestro trabajo al aspecto
retórico de la lógica misma.
Por otra parte, nos hemos propuesto ejemplificar el tema de la argumentación a partir de
argumentos más extensos que los que se suelen usar en los manuales de lógica formal, en
el entendido de que es necesario enfrentar a los estudiantes, desde el inicio de los cursos
de lógica, a textos relativamente complejos en donde los filósofos dejan asentada tal o
cual tesis de su pensamiento. No basta, por tanto, con descubrir, en un argumento corto,
sus premisas y su conclusión; es necesario, además, aprender a leer argumentos cuya
extensión pasa de una página, para comenzar a habituarse a las tramas argumentativas
con las que un filósofo intenta probar sus planteamientos filosóficos.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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No hemos obviado la práctica del talento lógico a partir de acertijos frente a los que se
requiere poner en funcionamiento nuestra capacidad inferencial. Es preciso habituarse a
situaciones en las que se nos pide resolver un problema concreto, como propedéutica a
todos los problemas filosóficos con los que se enfrentarán aquellos que continúen en el
ejercicio de la reflexión filosófica.
Este libro ha sido elaborado pensando en los estudiantes del curso de lógica del programa
de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander, pero en general es útil como
propedéutica a los estudios universitarios.
Este libro también fue posible porque, desde hace ya más de 30 años, se comenzó en
la Universidad de Caldas un proceso de formación cuya línea generacional partió del
profesor Luis Enrique García, se extendería luego con el profesor Carlos Emilio García,
hasta prolongarse a Santander, desde donde los autores del presente libro emprendieron la
tarea de mantener vivo el amor por la lógica.
Lógica y Teoría de la Argumentación
CAPÍTULO UNO
Contextualización
La Inferencia
Si nuestro conocimiento estuviera restringido a la percepción de los hechos que se presentan
directamente a nuestros sentidos, nuestra información sobre el mundo sería bastante
limitada, pues sólo podríamos hablar de aquello que en un momento dado estuviéramos
viendo, palpando, oyendo etc. Estaríamos confinados, en fin, a afirmaciones tan simples
como: “es de día”, “hay rosas rojas”, “el sol ha salido esta mañana” “el agua está salada”,
“en el parque hay una iglesia”, “está lloviendo”; afirmaciones que, como queda claro,
dependen exclusivamente de la evidencia que nos llega a través de los sentidos.
Sin embargo, nuestro conocimiento del mundo es mucho más amplio del que se nos ofrece
directamente a nuestra percepción, e, incluso, más amplio del que alcanzamos a recordar
gracias a nuestra memoria. En efecto, buena parte de nuestro conocimiento es inferencial,
es decir, derivado de información previa, de otros conocimientos, u otros datos, como
cuando alguien es capaz de inferir que “un extraño se acerca a la casa, ya que el perro está
ladrando y nunca lo hace en presencia de conocidos”; o cuando inferimos que “grandes
extensiones de tierra estuvieron cubiertas hace cientos de años por el mar, pues se han
encontrado fósiles marinos en algunas montañas continentales”. Si no pudiéramos en estos
casos hacer inferencias, nunca atinaríamos a resolver problemas tan elementales como
“¿por qué está ladrando el perro?” o “¿por qué hay fósiles marinos en lugares distintos al
mar?” Sólo podríamos afirmar, en estos casos, que el perro ladra y que hay fósiles marinos
en determinado lugar de la tierra; es decir, afirmar sólo aquello que estamos observando.
Pero, como hemos dicho, somos capaces de ir más allá de estos escuetos datos y sacar
inferencias a partir de ellos: “si el perro ladra hay extraños en la casa”, “si hay fósiles
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marinos en la tierra, entonces el mar debió de haber llegado hasta esos lugares hace
cientos de años”. Inferir es, por lo tanto, derivar información nueva a partir de otra
dada previamente; llegar a datos nuevos a partir de otros conocidos con anterioridad;
es, en otras palabras, sacar conclusiones con base en afirmaciones distintas de ellas pero
relacionadas lógicamente. Sin la facultad de inferir, como dijimos, estaríamos limitados a lo
que se nos presente a la evidencia directa, en cuyo caso sólo podríamos hacer afirmaciones
relacionadas con el “aquí” y el “ahora”.
Queda claro que las primeras dos proposiciones son verdaderas, y para ello sólo tenemos
que decir que nuestra experiencia así lo comprueba. En efecto, es sólo cuestión de mirar
y ver que en Bucaramanga hay vías que se vienen construyendo, y sólo tenemos que salir
de la universidad por la carrera 27 para ver que llegamos al sur; dicho de otro modo, no
necesitamos de ninguna inferencia para saber que esas dos proposiciones son verdaderas.
Pero que Juan es mortal, en cambio, es algo que no podemos saber apoyándonos en nuestros
sentidos, pues hasta el momento Juan está vivo. ¿Diremos que es mortal cuando se haya
muerto? Eso sería tan trivial como decir que Juan era soltero hasta cuando se casó, o que
María está soltera porque aún no se ha casado. Es obvio que si Juan se muere él entonces
es un ser mortal; pero… ¿cómo saber que es mortal en este momento? Como se darán
cuenta, no podemos determinar que Juan es mortal de la misma manera como sabemos que
las dos primeras proposiciones son verdaderas. Sin embargo, podemos hacer la siguiente
inferencia: “puesto que todos los hombres son mortales y Juan es un hombre (en todo caso
no es un ángel), entonces de ahí podemos concluir que Juan es mortal”. Es decir, llegamos
a la verdad de que Juan es mortal apoyándonos en otras dos afirmaciones, de las cuales
derivamos la verdad de una tercera, valga decir, la afirmación de que Juan es mortal. Por
otra parte, la última proposición es a todas luces una proposición verdadera, aunque la
fuente de dicha verdad no esté en una comprobación empírica, y aunque tampoco tengamos
que construir ninguna inferencia para lograr determinar la verdad de dicha proposición. Sin
Lógica y Teoría de la Argumentación
más, la proposición “ningún triángulo tiene cuatro lados” es verdadera por el mero análisis
de las palabras que la componen.
Ahora bien, muchas de nuestras inferencias son tan automáticas que pocas veces nos damos
cuenta de que estamos sacando conclusiones a partir de los datos que tenemos. Uno espera
el bus en el paradero bajo el supuesto de que el bus va a pasar, aunque, obviamente,
nadie expresa verbalmente la siguiente inferencia: “puesto que el bus va a pasar por este
paradero, entonces me hago en él para ir a la Universidad”. Otro ejemplo: todos salimos
para la casa por la noche bajo el supuesto de que la casa sigue estando donde la dejamos
cuando salimos por la mañana; pero nadie se dice a sí mismo: “puesto que la casa está
ahí mismo donde la dejé por la mañana, entonces me voy para la casa”. Y, sin embargo,
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es obvio que cuando decidimos irnos para la casa es bajo el supuesto de que la casa sigue
estando ahí, bajo el supuesto de que no la ha levantado un tractor y que tampoco los
talibanes le han dirigido un avión pocas horas antes. Como dijimos, realizamos inferencias
de una manera tan rápida que pocas veces nos percatamos de que detrás de esas mismas
conclusiones operan supuestos que por lo general no explicitamos.
Ahora… ¿qué pasaría si el bus que esperamos no llega; o si, de repente, cuando lleguemos
a la casa no hay ya casa? Seguramente tendríamos que admitir que nuestros supuestos, es
decir, la información o los datos que dábamos por hechos, no eran tales; en otras palabras,
que cuando nos paramos en el paradero era apenas un supuesto el de que iba a pasar el
bus, y que cuando nos vamos tan confiados para la casa es apenas un supuesto que la casa
sigue estando donde estaba horas antes. Así, muchas de las inferencias que sacamos en
la vida diaria son tan automáticas que nos sorprendemos solamente cuando nos damos
cuenta de que no funcionan, cuando el mundo “falla” a nuestro alrededor. De cualquier
modo, es una fortuna que en el mundo las cosas ocurran con una relativa regularidad, pues
de lo contrario estaríamos expuestos a una incertidumbre azarosa y desconcertante. Las
lámparas no se caen constantemente de su sitio, los muros regularmente no se desploman,
las sillas en las que nos sentamos no están dañándose a cada momento, ni los pájaros viven
haciendo sus necesidades sobre las cabezas de los desprevenidos transeúntes. Si en estos
casos sucediera con frecuencia todo lo contrario, nadie se pararía debajo de una lámpara,
al lado de una pared, debajo de un árbol, etc., etc. Derivar conclusiones o sacar inferencias
a partir de datos, información, hechos o conocimientos previamente aceptados, es, sin
lugar a dudas, uno de los logros más importantes de la especie humana. Con todo, no hay
que confiar demasiado en nuestras inferencias, pues puede resultar que muchas de ellas
se queden sin piso; menos aún confiar, sin ningún sentido crítico, en las inferencias de los
demás. Un estudiante le dice a otro: “ese profesor es un borrachín, sólo mírale cómo tiene
los ojos de hundidos”; y el otro, más insensato todavía, agrega: “y no sólo eso, yo creo que
es alcohólico y tiene problemas con su esposa”. ¿De dónde han sacado estas inferencias?
Un análisis desprevenido del asunto nos enseñará que estas inferencias, y muchas otras
que derivamos en nuestra vida cotidiana, no tienen ningún sustento, pese a que queramos
hacerlas pasar por buenas inferencias, o pese a que no logremos captar que se trata de
inferencias incorrectas. Una buena dosis de Lógica nos enseñará a derivar conclusiones
correctas, nos enseñará a argumentar de una mejor manera y a defender nuestros puntos
de vista y no aceptar aquellos que son claramente incorrectos.
Veamos ahora un ejemplo de inferencia paso a paso, algo complejo pero divertido a la hora
Lógica y Teoría de la Argumentación
La famosa guerra de Troya duró diez años, y en ella participó un nutrido grupo de héroes
griegos, cuyas hazañas cantó el gran Homero. Averigüemos dónde nacieron cuatro de los
más destacados, y quiénes fueron sus esposas y padres relacionando todos los datos en el
cuadro de abajo. Se trata de llevar a cabo inferencias con la información que se tiene para
dar con los nombres que se piden1. La información de la que vamos a partir es la siguiente:
Estos juegos o problemas lógicos son muy útiles para comenzar a comprender las principales
características de la lógica. En cada uno de ellos tenemos un problema: debemos resolver el
ejercicio que se nos propone, es decir, completar la tabla a partir de la información que se
nos suministra.
En este caso, con la información que tenemos, fácilmente podemos completar los siguientes
espacios, pues allí se nos dice claramente que a) Héctor nación en Troya, b) Odiseo nació en
Ítaca, c) Diómedes fue hijo de Tideo y d) Agamenón fue hijo de Atreo.
En principio, con la información que tenemos a la mano sólo podemos rellenar los anteriores
espacios. ¿Y los demás? Pues bien, este es justamente el problema que debemos resolver.
Para ello, podríamos pensar al menos en tres métodos. El primero consistiría en acudir a
nuestra “intuición”. Esto quiere decir que podríamos intentar adivinar la información que
debe ir en cada cuadro e ir contrastando estos intentos con el resto de información que aún
Lógica y Teoría de la Argumentación
no hemos usado. La apelación a la “fe” o a la intuición es una forma más común de lo que
a veces estamos dispuestos a admitir para fundamentar muchas de nuestras afirmaciones.
Piénsese por ejemplo en estas aseveraciones: “Este año será el año de mi suerte”, “yo
tengo un ángel que me cuida”, “mi novia me es completamente fiel”, “presiento que
andabas con tus amigotes”.
Para el caso concreto de nuestro problema de los Héroes, podríamos intuir que Agamenón
fue el esposo de Crésida y que, por lo tanto, según lo que se nos dice en el numeral 1,
Agamenón nació en Argos.
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Ahora bien, vemos que esta adivinanza es problemática porque en el numeral 7 se nos dice
claramente que Agamenón no nació en Argos. Así que hemos caído en un error. Podríamos
intentar otra adivinanza y suponer ahora que el esposo de Crésida es Odiseo, pero esto
tampoco puede ser porque ya sabemos que Odiseo nació en Ítaca. Este método de “adivinar”
es en realidad un método de “prueba y error” que no parece traer muchos resultados, pues
puede suceder que sólo lleguemos a la solución correcta después de haber intentado todas
las posibilidades. Adivinar es, con seguridad, mucho más fácil que pensar, pero también,
dado el caso, mucho más peligroso.
Una segunda forma de intentar resolver nuestro problema de rellenar las casillas puede
ser acudiendo directamente a una biblioteca en búsqueda de los libros adecuados que nos
puedan informar acerca del lugar en donde nacieron estos héroes, así como el nombre de
sus padres y de sus esposas. Si esto hacemos, fácilmente sabremos, por ejemplo, que Odiseo
fue el esposo de Penélope, y que fue hijo de Laertes. Muchos de nuestros conocimientos
provienen de información que extraemos de la lectura de libros, o, como dijimos, de
comprobarlos empíricamente con ayuda de nuestros sentidos, como cuando queremos saber
si el día está soleado. Al respecto, no tiene mucho sentido que intentemos adivinarlo sino que
acudamos directamente a una prueba empírica, en este caso, la experiencia de asomarnos
por la ventana y comprobar directamente si es cierto o no que el día está resplandeciente.
Recordemos, sin embargo, que este procedimiento es bastante limitado, pues no son muchas
las cosas que podemos comprobar basándonos en la experiencia directa de los sentidos.
Pues bien, una tercera forma mediante la cual podemos saber acerca de nuestros héroes es
mediante la aplicación de la lógica, valga decir, derivando inferencias correctas a partir de
los datos iniciales con que contamos. Como lo señalamos anteriormente, una gran parte de
nuestros conocimientos los aceptamos, no porque acudamos a nuestras intuiciones o certezas
psicológicas, ni porque los comprobemos directamente por nuestra propia cuenta, sino porque
son conocimientos que podemos derivar o inferir de otros conocimientos que ya hemos aceptado
como verdaderos. ¿Cómo puedo estar seguro de que mañana saldrá el sol? Sólo porque yo sé
que todos los días sale el sol, y que mañana será otro día como cualquier otro. Por lo tanto, de
ahí concluyo que mañana efectivamente saldrá el sol.
Lógica y Teoría de la Argumentación
En el caso de nuestro problema de los Héroes, simplemente necesitamos mirar toda la información
que tenemos en los numerales 1 a 7 y, a partir de ahí, sacar las conclusiones correctas que nos
permitan conocer la información que nos hace falta. Veamos; esto es lo que tenemos:
El numeral 7 nos dice que Agamenón, quien fuera hijo de Atreo, no nació en Argos. Esto
quiere decir que Diómedes tuvo que ser el héroe que provino de aquella tierra, pues
ya sabemos que Héctor nació en Troya y Odiseo en Ítaca. Así que, con total seguridad,
podemos escribir en nuestra tabla que Diómedes nació en Argos.
Ahora, si Diómedes nació en Argos, Héctor en Troya y Odisea en Ítaca, ¿quién sino Agamenón
pudo haber nacido en Micenas? En efecto, la información de los numerales 1 a 7 nos habla
de cuatro ciudades: Argos, Troya, Ítaca y Micenas; y ya hemos usado las tres primeras en
Diómedes, Héctor y Odiseo respectivamente. Por lo tanto, es absolutamente seguro que
Agamenón nació en Micenas.
Pues bien, si Agamenón nació en Micenas, podemos concluir, con toda tranquilidad, que fue
esposo de Clitemnestra, pues esto es lo que nos dice el numeral 3. Así que podemos escribirlo.
Además, también podemos estar seguros por lo que nos dice el numeral 1 que Diómedes
fue el esposo de Crésida porque ya sabemos que él nació en Argos.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Por su parte, el numeral 4 nos dice que el suegro de Andrómaca fue Príamo; lo que quiere
decir que uno de los héroes tuvo que haber sido esposo de Andrómaca y, a la vez, hijo de
Príamo. Ahora bien, el mismo numeral nos dice que este héroe no puede ser Odiseo; por lo
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tanto, podemos concluir que debe ser Héctor, pues a los otros héroes ya les hemos asignado
esposas. Héctor fue pues hijo de Príamo y esposo de Andrómaca.
Finalmente, el numeral 2 nos habla de una cuarta esposa que contrajo matrimonio con
el hijo de Laertes. La tabla nos muestra que el único héroe al que no le hemos asignado
esposa es a Odiseo. Por lo tanto, podemos estar seguros de que Odiseo fue el esposo de
Penélope, y, a su vez, el hijo de Laertes. Y con esto, sin necesidad de adivinar ni de ir a
ninguna biblioteca ni de haber conocido directamente a estos héroes o ser uno de ellos,
hemos completado la tabla que antes parecía tan difícil de completar. Y lo hemos hecho
aplicando únicamente la lógica; es decir, realizando inferencias correctas a partir de la
información que ya teníamos a nuestra disposición.
Ejercicio
a. Dé cinco ejemplos de inferencias correctas, con sus propias palabras, partiendo del caso
anterior.
b. Derive cinco inferencias a partir de la siguiente afirmación: “Todos los banqueros son
capitalistas”.
d. En cierta prisión se encontraban recluidos tres inteligentes y lógicos prisioneros. Los tres
pagaban una condena de cadena perpetua. Uno de ellos tenía una visión normal, otro
sólo contaba con un ojo y, el tercero, era completamente ciego. Un buen día el carcelero
les propuso un reto: “Tengo 5 sombreros. Dos de ellos son rojos y tres son blancos. Voy
a seleccionar tres sombreros para colocarlos en sus cabezas de forma tal que ninguno de
ustedes pueda ver el sombrero que tiene en su cabeza, pero, si lo desean, puede ver el
sombrero de sus compañeros. Si alguno de ustedes es capaz de decirme de qué color es
el sombrero que tiene en su cabeza le daré la libertad. Pero sepan que si se equivocan les
cambiaré su cadena perpetua por la pena de muerte. Claro, también pueden escoger “pasar”
y su pena seguirá siendo la misma”. Primero que todo el carcelero le peguntó al prisionero
con vista normal. Este prefirió pasar. Después le preguntó al prisionero con un solo ojo, quien
también decidió pasar. El carcelero, al ver esto, no iba a preguntarle nada al ciego, pero éste
se apresuró a decirle: “¡Carcelero! No tengo necesidad de ver. De lo que mis compañeros con
ojos han dicho o no han dicho yo puedo “ver” con toda claridad que mi sombrero es de color
_____” Y efectivamente el prisionero ciego recobró su libertad. ¿De qué color era el sombrero
del prisionero ciego y cómo lo supo él?
e. En cierta sociedad, muy diferente de la nuestra, los políticos siempre mienten mientras que
los no políticos siempre dicen la verdad. Un extraño se encuentra con tres nativos de dicha
sociedad y la pregunta al primero de ellos: “¿Eres un político?”. El primer nativo responde a la
pregunta. Después, el segundo nativo afirma que el primero negó ser un político. Finalmente el
tercer nativo dice que el primer nativo es un político. ¿Cuántos de los nativos son políticos?
f. En la siguiente “suma de letras” cada letra debe ser reemplazada por un número único de 0 a
9. Lo que sabemos es que a la letra D le corresponde el número 5. ¿Qué número le corresponde
a las demás letras?
D O N A L D
G E R A L D
R O B E R T
Orígenes de la inferencia
Para nadie es un secreto que los seres humanos tenemos la capacidad de razonar, de inferir,
de sacar conclusiones. Ya lo hemos comprobado. Pero, ¿existe alguna prueba científica que
nos asegure que dicha capacidad nos diferencia de otras criaturas del universo?
Lógica y Teoría de la Argumentación
debía encontrarlo, pero no lo hacía sino sólo después de dirigirse al primer recipiente, en
donde se había dispuesto el alimento la primera vez. Luego de pasarlo al tercer recipiente,
el animal iba y lo buscaba en el segundo, es decir, en donde lo había encontrado hacía un
momento. Cuando en el cuarto, lo buscaba en el tercero, y así progresivamente.
La experiencia de Buytendijk es muy clara y muestra que desde muy temprana edad los
seres humanos derivamos conclusiones o hacemos inferencias a partir de los datos obtenidos
en la experiencia. En el caso de la prueba anterior, la inferencia sería algo así como esto:
“el alimento está en el recipiente siguiente, porque las experiencias pasadas muestran que
cada nueva vez el alimento pasa del lugar anterior al que le sigue”.
Se aprecia en esta verbalización del razonamiento que la primera parte del enunciado no
es algo que al momento pueda ser observado. Si el alimento está o no en el recipiente
siguiente es cosa que no puede saberse por la evidencia directa de los sentidos. Pero
como se dijo anteriormente, los seres humanos somos capaces de desprendernos de lo
inmediatamente percibido – a diferencia de otros animales – y derivar conclusiones que
no se ligan a la percepción directa. En este sentido, se puede entender por razonar la
capacidad que tenemos todos los seres humanos de derivar o inferir mentalmente una
información nueva a partir de otra previamente aceptada. Argumentar equivale, por su
parte, a la verbalización de un razonamiento, es decir, a la presentación verbal o escrita
de una cadena inferencial de pensamientos.
Para mostrar que la inferencia aparece antes de que el niño domine el lenguaje, Donaldson
toma el caso (habitual) en el cual un niño de menos de doce meses de edad debe elegir entre
3 Op. cit., p. 12.
4 PIAGET, Jean. La formación en el niño. Fondo de Cultura Económica. 1994.
5 DONALDSON, M. “Los orígenes de la inferencia”. En: La elaboración del sentido. La construcción del
mundo por el niño. Jerome Bruner Haste (Comp). Barcelona: Paidós. 1990. Dice Donaldson: “Una de
las características de nuestra mente es que nos ocupamos no sólo de lo que es, sino también de lo que
debe ser. Podemos razonar que si algo es cierto, entonces otra cosa sobre la cual no tenemos pruebas
inmediatas debe ser también cierta. Gran parte del tiempo lo hacemos automáticamente, apenas
notando el salto, y lo hacemos con eficacia y fluidez”.
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un juguete que tiene en sus manos y otro que se le ofrece. La noción de incompatibilidad,
que en términos lógicos se expresa por el principio de no contradicción (“una cosa no puede
ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido”), no se advierte antes del primer año
de vida en situaciones como la presencia de dos juguetes. Dicho de otro modo, los niños de
menos de un año, ante estas situaciones de incompatibilidad, no advierten que se trata de
una elección, a la cual le subyace el principio de no contradicción. Lo que sucede entonces
es que a este nivel el niño se enfrenta a dos impulsos: mantener el juguete que ya tiene en
sus manos y aceptar el nuevo.
Todavía a los siete meses, los niños no logran pasar un juguete de una mano a otra. Si se les
presenta uno nuevo para que lo tomen con la mano que está ocupada, aprietan ésta y con
la misma golpean el objeto que se les ofrece. Promedio esta edad, aprenden a pasar los
objetos de una mano a otra, aunque si tienen las dos manos ocupadas, no sueltan uno de
los objetos cuando se les presenta otro para elegir. Pero a los doce meses se da un cambio
cualitativo de esta situación, pues ahora el niño es capaz de desprenderse del objeto para
tomar otro. En términos de Donaldson, el niño de doce meses “empieza a darse cuanta de que
si vuelve a coger el objeto A, no podrá aceptar el objeto B. Deberá tener A o B en la mano,
pero no ambas a la vez: debe elegir”6. Así pues, uno de los requisitos de la inferencia está dado
por la experiencia de tener impulsos conflictivos, imposibles de ser realizados a la vez.
No hay que olvidar en este punto que cuando se verbalizan en el discurso adulto estas
formas de razonamiento, se carece de un equivalente verbal en la mente de los niños. Es
a todas luces claro que ningún niño de doce meses podría dar cuenta de que su inferencia
está considerando el principio de no contradicción. Pero no por eso deja de ser evidente
que es bajo este principio que se hace posible la inferencia.
También en el caso de los niños de tres años y medio que logran inferir el lugar donde se
encontrará el alimento puede resultar que no ofrezcan una respuesta verbal acertada como
la que daría un adulto, pese a lo cual no dudamos que se realiza el razonamiento. Los dos
casos relatados anteriormente, uno en el marco de la psicología evolutiva y el otro en el
de la psicología cognitiva, muestran, desde distintos ángulos, la sensibilidad que tenemos
todos los seres humanos para razonar. En el primer caso, queda claro que, incluso frente
a tareas que podríamos llamar elementales – saber en dónde se encontrará el alimento
en una próxima ocasión – ya se nos hace evidente hasta qué punto nos separamos de
los animales. El segundo caso mostraría que, pese a la ausencia de verbalización de un
principio tan complejo como el de no contradicción, ya en la acción del niño se presagia la
Lógica y Teoría de la Argumentación
Ahora bien, a pesar de esta capacidad innata de los seres humanos para hacer inferencias,
resulta algo extraño que seamos tan proclives a aceptar afirmaciones que no soportan el más
mínimo análisis lógico o que no se siguen lógicamente de otras afirmaciones bien fundamentadas.
Pensemos, por ejemplo, en estas afirmaciones:
6 Ibíd. p. 98.
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Muchas de estas afirmaciones, como hemos dicho, son pan de cada día; la gente repite
estas y otras cientos de frases que, a fuerza de ser repetidas, terminan pareciendo
verdades absolutas. Como si fuera poco, hay quienes son capaces de dar hasta la vida por
afirmaciones como:
Estas afirmaciones sin ningún sustento y las inferencias “sacadas a la loca”, son un claro
ejemplo de esa tendencia facilista que en no pocas ocasiones nos conduce a clausurar nuestro
sentido crítico. Pero lo peor de esto quizá estriba en el acostumbramiento a estas formas de
pensar. En efecto, quienes se acostumbran a creerse este tipo de “verdades”, difícilmente
podrán luego salirse de estos modelos de pensamiento, lo que a la postre puede impedirles el
sano uso de la lógica en el diario vivir y en su paso por la Filosofía, pues como propedéutica, la
lógica enseña hábitos de pensamiento ceñidos al correcto uso de las inferencias.
Ejercicio
Lógica y Teoría de la Argumentación
a. Tome cada uno de los ejemplos anteriores con los que se explica qué es una inferencia y
distinga la información conocida (A) de la información nueva (B). Tenga en cuenta que A puede
estar compuesta por varios enunciados, lo mismo que B.
c. Lea con cuidado el siguiente pasaje filosófico y desarrolle por escrito dos o más inferencias
que se sigan lógicamente de lo expuesto en el texto. Procure que las inferencias no sean
frases cortas. Pueden escribirse en dos párrafos.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Inferencias emotivas
Un tema que viene bien con el de las inferencias es el relacionado con nuestras distintas
formas de interpretar y valorar los hechos. Como tal, los hechos no son nunca ni bueno
ni malos, aunque es obvio que en nuestro diario vivir no sólo describimos hechos, pues
también hacemos valoraciones emotivas sobre los hechos mismos. Una señora regala $
10.000 a una iglesia. Ese es el hecho escueto. Pero, ¿qué decimos si la señora que hace esto
es una mujer acaudalada de clase alta, o si quien ofrece esta dádiva es la pobre viejecita
que se queda sin comer por regalar esa suma? De la primera podemos decir que es una
“tacaña”, “amarrada”, “hambrienta”; de la segunda que es una mujer de buen corazón,
dadivosa, piadosa, y muchas cosas de ese talante. Pero, si nos fijamos bien, el hecho es el
mismo, valga decir, regalar $10.000, y lo que cambia es sólo la valoración del hecho mismo:
la primera valoración es negativa, la segunda positiva. Llamamos contenido fáctico de una
afirmación o proposición a lo que ella dice del mundo real, a lo que la proposición expresa,
y contenido emotivo a lo que le agregamos a la proposición en términos valorativos.
Lógica y Teoría de la Argumentación
El contenido fáctico es, en suma, lo que refleja la proposición del hecho mismo que
describe, mientras que el emotivo se refiere a la parte subjetiva que nosotros le agregamos
en ocasiones a los hechos. En cuanto al contenido emotivo, no es lo mismo decir “doña
María sirvió un suculento almuerzo”, que decir “doña María sirvió un almuerzo maluco”; el
contenido fáctico, sin embargo, es el mismo, valga decir, el hecho de que la señora María
7 HUME, David. “Sobre la delicadez en el gusto y la templanza en las pasiones”. Apareció en 1741 en el
primer volumen de los Essays Moral and Polítical. El texto que aparece aquí es el que se publicó en la
edición de 1777 de Essays and Treatise on several Subjects. La traducción de Paloma García Abad ha
sido realizada a partir de la edición de James Fieser, The Writings of David Hume, (Internet Release,
1995) (jfieser@utm.edu).
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ofreció un almuerzo. Así, puede decirse que es bastante fácil ponerse de acuerdo sobre el
contenido fáctico de una proposición (sucedió, no sucedió), pero difícil ponerse de acuerdo
en cuanto a la valoración emotiva, pues lo que para algunos puede resultar bueno para
otros puede no serlo. Hay casos, eso sí, en los que las personas pueden llegar a acuerdos
sobre las valoraciones, y, de hecho, las personas escogen sus relaciones de amor y de
amistad muchas veces a partir de esas valoraciones compartidas. El fútbol es visto como
el mejor espectáculo deportivo del mundo y congrega a pueblos y naciones enteras; en lo
religioso, en cambio, las valoraciones pueden llegar a tal extremo que hasta las naciones
mismas que se enfrentan de manera amistosa en el fútbol son capaces de declararse una
guerra cruenta entre ellas por asuntos relacionados con su religión.
Se entenderá, en este sentido, lo difícil que es atenerse a los hechos sin emitir ningún
tipo de valoración; no obstante, es preciso saber en qué momento estamos yendo más allá
de los hechos, en qué momentos son nuestras valoraciones las que se están imponiendo
en nuestra percepción de la realidad y saber cuándo una discusión se convierte en banal
en razón a las valoraciones subjetivas de los participantes. Cuando una persona se atiene
a los hechos y saca inferencias correctas de los mismos, decimos que esa persona es
objetiva; en cambio, decimos que una persona es emotiva o subjetiva cuando antepone sus
propios juicios o valoraciones al examen minucioso de los hechos mismos. Y, puesto que
nos debatimos entre la razón y la pasión, separar lo objetivo de lo subjetivo es una tarea,
además de difícil, pocas veces nada grata. Juan se enamora y dice que Juliana es la más
bella y buena de todas las mujeres del mundo. Y lo peor: ella dice lo mismo de Juan. Un
examen cuidadoso de los hechos les hará entender que están equivocados, y contarán con
suerte si se enteran antes de casarse. El siguiente parece ser, en cambio, un juicio más
razonable sobre hombres y mujeres: Juliana es tan buena como lo puede ser cualquier ser
humano, y Juan lo mismo; ni más, ni menos.
Ejercicio
Lea con cuidado las siguientes afirmaciones y determine el contenido fáctico de cada una de ellas y el
contenido emotivo. Las afirmaciones están hechas de a pares para facilitar el ejercicio.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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a. El Atlético Bucaramanga tiene un fútbol tacaño y aburrido: en los 90 minutos únicamente se defiende.
b. La solidez defensiva que caracteriza al Atlético Bucaramanga lo hace un equipo muy
interesante.
c. Mi hija María a menudo trata de ganar por métodos no ortodoxos.
d. María es una tramposa que sólo gana haciendo trampa.
e. Yo desconfío mucho de Julián pues siempre está inventando historias.
f. Hablar con Julián es muy interesante porque tiene una gran imaginación.
g. La intensa presión del ejército permitió que el secuestrado, con algo de suerte, pudiera escapar.
h. El secuestrado escapó, pero si no hubiera sido por el azar, la irresponsable e inhumana presión
militar hubiera llevado a un desenlace fatal.
i. Los comunistas barrieron con todo en un avance de cinco kilómetros.
j. Los rojos fueron detenidos totalmente después de un avance de cinco kilómetros.
Hay que aclarar, eso sí, que la emotividad no es, por sí misma, negativa. La vida, de hecho,
sería imposible sin juicios emotivos. Hay que distinguir, sin embargo, en qué ámbitos tienen
sentido los juicios emotivos o valorativos. Así, un filósofo que afirme que le gustan las ideas
de, pongamos por caso, Sartre, pero que sólo argumenta que Sartre escribía muy lindo y
que era además muy querido, es seguramente un filósofo que se ha dejado llevar de su
emotividad más que de su buen juicio. Quien afirme, de otra parte, que no le gusta la
poesía aduciendo que sólo se atiene a lo que es real y verdadero, tendrá que ir rápido al
psiquiatra, pues tampoco se puede vivir sin una buena dosis de poesía en la vida, pese a
que seguramente la poesía nunca resolverá los problemas de la vida real y concreta. Cada
cosa en su lugar y cada lugar para cada cosa, reza un adagio popular. Ni la emotividad
llevada a tal extremo que imposibilite ver el mundo tal y como él es, ni la perniciosa manía
de neuróticos que sólo se atienen a los hechos y ven el mundo material como la única cosa
que tiene sentido en la existencia.
La ciencia se caracteriza, entre otras cosas, por atenerse a los hechos de una forma
rigurosa. La literatura, en cambio, permite despertar emociones, lo mismo que la música.
En vano le pediríamos musicalidad a un teorema, o que nos haga llorar de la emoción;
vano sería también pedirle objetividad a una obra de teatro, pues ésta intenta, como
demostró ampliamente Aristóteles en su obra la Poética, provocar la catarsis de las pasiones
humanas. Por su parte, a la lógica le interesa la coherencia interna de los argumentos, esto
es, determinar si un razonamiento o inferencia es correcto o incorrecto.
Lo que también queda claro de lo antes dicho es que, además de ser capaces de realizar
inferencias correctas, los seres humanos son también capaces de expresar sus emociones con
la ayuda de otras formas de lenguaje. Llamamos funciones del lenguaje a las distintas formas
Lógica y Teoría de la Argumentación
lingüísticas empleadas por los seres humanos para expresar ideas, emociones, órdenes, narrar,
describir, explicar, etc. Veamos:
y, claro, lingüistas. ¿Es convencional o natural la relación entre las palabras y las cosas?,
se pregunta Platón en su bello libro Cratilo; ¿es innato el lenguaje humano?, se preguntan
psicólogos como Jean Piaget, Jerome Bruner; ¿se localiza el lenguaje de manera específica
según sus propiedades estructurales en el cerebro?, se preguntan neurólogos como Luria;
¿la visión de mundo está determinada por la cultura y ésta a su vez determinada por el
lenguaje?, se pregunta el antropólogo norteamericano Edward Sapir; ¿es específico de la
especie humana el lenguaje y en qué radica tal especificidad?, se pregunta el lingüista más
importante de todos los tiempos, Noam Chomsky.
Ese bello regalo del destino, como llamó Hegel al lenguaje, ha sido pues tema de arduas
investigaciones, en especial durante el siglo pasado, no en vano denominado el siglo del
descubrimiento lingüístico. Por lo pronto, analizaremos algunas funciones del lenguaje, con
el objetivo de determinar la función que de por sí le interesa a la lógica, aunque sin desestimar
otras formas lingüísticas propias de otras áreas, incluidas la Literatura y la Filosofía.
Ya hemos hecho referencia a la Función Emotiva, llamada también por otros estudiosos
del lenguaje Función Expresiva. Gracias a esta función, los seres humanos intentan dar
a conocer sus emociones, sus estados de ánimo, sus apreciaciones subjetivas sobre el
mundo. En este ámbito, como hemos dicho, cabe la literatura, la música, la poesía. ¿Se
logra expresar lo que se siente a través de esta función del lenguaje y sus mediaciones,
la literatura, la poesía o la música? Pregunta que, obviamente, no responderemos aquí,
pero que puede ser el inicio de una reflexión filosófica, referida al tema más general de los
límites del lenguaje y del conocimiento mismo. ¿Qué nos dice, por ejemplo, el siguiente
poema del poeta Jaime Sabines?
LOS AMOROSOS
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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En un bello ensayo titulado “De la delicadeza del gusto y la templanza en las pasiones”,
el filósofo escocés, David Hume, detalla con total lucidez el carácter humano que más
afinidad tiene frente a este tipo de expresiones, al tiempo que señala que las pulsiones
pasionales, que se expresan en la emotividad, se materializan o se realizan de una manera
no violenta cuando nos dejamos afectar por el lenguaje emotivo. Por eso afirmaba este
gran filósofo:
Nada resulta tan enriquecedor para el espíritu como el estudio de la belleza, bien
sea la poesía, la elocuencia, la música o la pintura. Estas artes elevan nuestro
espíritu a un nivel desconocido para el resto de la humanidad. Las emociones
que despiertan son dulces y tiernas. Apartan la mente de la turbulencia de los
negocios y los intereses; fomentan la reflexión; predisponen a la tranquilidad; y
provocan una agradable melancolía que es, de todas los estados de la mente, el
más adecuado para la amistad y el amor.
que también son el producto de su delicadeza poética. Debe quedar claro, entonces, que
la función informativa del lenguaje no se restringe a las ciencias naturales, aunque sea
también verdad que la información que vehicula la ciencia no es de la misma naturaleza (y
quizá no goza del mismo prestigio) que la expresada por los filósofos.
Como se podrá haber inferido ya, es la función informativa la que interesa en el estudio
de la lógica, pues toda inferencia une enunciados que informan algo sobre un estado de
cosas determinado que ocurre en el mundo. Dicho de otro modo, en toda inferencia lo
que hacemos es unir una o más afirmaciones de cuya verdad estamos algo seguros, o
muy seguros, para luego derivar de ellas las conclusiones del caso. Dicho de otro modo, las
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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La Función Interrogativa es otra de las funciones importantes del lenguaje. Su uso nos
permite plantear toda suerte de inquietudes sobre una gran diversidad de temas, y es por
ello la entrada al conocimiento, pues de las preguntas vienen las respuestas, de éstas más
preguntas, y así hasta completar versiones del mundo relativamente estables que nos permiten
comprenderlo y asimilarlo. Una actitud filosófica está siempre en posición interrogativa, y es
menester mantener dicha actitud de cara a ampliar nuestro horizonte filosófico.
Otras funciones del lenguaje son: la Función Narrativa, la cual nos permite relatar
historias que surgen ante eventos no canónicos que requieren estructurarse para cobrar
pleno sentido. La narración es, así, un recurso que empleamos los seres humanos cada vez
que necesitamos incluir un evento extraño en una cadena de hechos que se le relacionan y
hasta lo explican. La Función Metalingüística se da cuando un sistema de signos, en este
caso nuestro idioma, se emplea para referirse al idioma mismo. Por ejemplo: “la palabra
“rayar” puede también emplearse como límite”. Como puede observarse, la frase que está
entrecomillas no se refiere a ningún hecho, no es una expresión emotiva, pero tampoco es
una oración interrogativa; se refiere, en cambio, a la palabra “rayar” y está hablando de lo
que también significa esta palabra; es decir, estamos empleando el idioma para referirnos
a una parte del mismo, a la palabra “rayar”, que también hace parte del sistema de signos
que es la lengua española. La Función Directiva, también llamada Función Imperativa,
es empleada en aquellos casos en los que se da una orden, se exige algo o se impone un
mandato. Muchas leyes se apoyan en esta función, como cuando se dice: “no matarás”, “no
desearás la mujer del prójimos”, y cosas de esa naturaleza; también se la emplea en la vida
cotidiana: “vete de mi casa”, “no quiero que me vuelvas a hablar”. La Función Social se
refleja en las frases de cortesía (“gracias”, “sígase”, “tenga la amabilidad), en las frases de
saludo (“buenos días”, “cómo amaneces”), y en toda esa clase de sencillas pero necesarias
frases del diario vivir en situaciones de contacto social con las demás personas.
Algunas de las llamadas funciones del lenguaje aparecen en principio bajo una modalidad
diferente de la que en realidad les corresponde. Así, si el jefe le dice a su secretaria
“señorita, el trabajo estará listo para mañana”, no es que le esté informando algo sobre
el tal trabajo, o que se esté refiriendo a un estado de cosas en el mundo, sino que le está
dando una orden, y así seguramente la secretaria lo entiende. La “pregunta” típica en el
comedor “¿me puedes pasar la sal?”, no es una pregunta propiamente dicha, pues no se
Lógica y Teoría de la Argumentación
está indagando por la capacidad que uno tiene de pasar o no la sal, sino que se trata de una
frase de cortesía, traducible más bien a “tenga la amabilidad y me pasa la sal”. Si un verso
dice “los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo”, no se quiere decir con ello
que eso sea real, es decir, nadie pretenda ver a un enamorado intentando tatuar el humo;
en otras palabras, este verso no es un descripción del mundo real, aunque así lo parezca; es,
por el contrario, una expresión, quizá, de la imposibilidad de realización del sentimiento de
los enamorados. El borrachito llega a su casa y su esposa le dice “¡muy bonito, ah!”, lo cual,
con toda seguridad, es un desprecio y no una expresión emotiva de afecto.
Cerremos este subcapítulo con la siguiente aclaración conceptual. De todas las funciones
del lenguaje, bien importantes cada una de ellas, sólo la función informativa es aplicable
C A P I T U L O U N O - Contextualización
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Ejercicio
Lea con cuidado las siguientes afirmaciones y distinga las funciones del lenguaje empleadas en cada
una de ellas.
b. En esta cárcel las reglas son para cumplir (le dice un guardia a los reclusos).
d. (a + b) ² = a² +2ab + b²
Lógica y Filosofía
Ahora bien, la Filosofía sería imposible sin esta facultad de inferir, pues los filósofos derivan
conclusiones a partir de premisas que les parecen plausibles, a partir de información que
consideran cierta o en razón a ciertos principios que valoran como fundamentales. Bertrand
Russell, uno de los filósofos más importantes del siglo pasado, concluía (léase infería) que
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Los males del mundo se deben tanto a los defectos morales como a la falta
de inteligencia. Pero la raza humana no ha descubierto hasta ahora ningún
método para erradicar los defectos morales. La inteligencia, por el contrario,
se perfecciona fácilmente mediante métodos que son conocidos por cualquier
educador competente. Por lo tanto, hasta que algún método para enseñar la
virtud haya sido descubierto, el progreso tendrá que buscarse a través del
perfeccionamiento de la inteligencia antes que del de la moral.
Proposición 1: Los males del mundo se deben tanto a los defectos morales como a la falta
de inteligencia.
Proposición 2: La raza humana no ha descubierto hasta ahora ningún método para erradicar
los defectos morales.
Naturalmente, las inferencias de los filósofos son mucho más elaboradas que las de
cualquier persona del común, pues son el producto de arduas reflexiones, lecturas, análisis,
autocríticas y exposiciones ante sus colegas. Aprender a inferir es, como muchas cosas en
la vida, un arte, y la lógica será para este arte una de las herramientas esenciales. El
conocimiento científico y su aplicación son también un buen ejemplo del modo como se
sacan inferencias correctas sobre la naturaleza. La creación de un ferrocarril, por ejemplo,
requiere saber esta inferencia: si los rieles del ferrocarril están compuestos de metal,
entonces hay que saber que, puesto que los metales se dilatan con el calor, las ruedas de
Lógica y Teoría de la Argumentación
los ferrocarriles tienen que fabricarse de modo que tengan en cuenta este factor.
En este sentido, el tema de las inferencias nos resulta altamente atractivo por dos razones:
en primer lugar, porque no podemos evitar hacer inferencias en nuestra vida diaria. El
desarrollo de la ciencia sin las inferencias sería también imposible. En segundo lugar, porque,
con los argumentos de Hume, aprendemos a ser más precavidos frente a las inferencias
nuestras y las de los demás. Inferir es un proceso natural (podíamos decir incluso que
es innato), pero puede resultar costoso cuando la información de la que partimos no es
suficiente para soportar nuestras inferencias o, peor, cuando creemos tener buenos apoyos
para derivarlas y tal apoyo es insuficiente, falso o medio cierto. Un ejército va a la guerra
bajo el supuesto de que su adversario estará en el campo de batalla. Si el adversario no se
aparece y lo espera en una zona desconocida para quien va en su búsqueda, puede venir
la hecatombe. Un señor saluda a un amigo, quien va con su esposa, y lo felicita por el niño
que ella lleva en sus brazos. El amigo, sin embargo, le dice que el hijo es de su esposa, pero
no de él. El amigo se disculpa y piensa en sus clases de lógica: “ya me decían que a veces
las inferencias no funcionan y que ser lógico no siempre es tan fácil”.
sentido llevar las proposiciones iniciales de una inferencia hacia una regresión al infinito,
pues de esa manera jamás se podría establecer ninguna inferencia. El aspecto positivo
consiste en que es preferible que las proposiciones iniciales de las que se parte para inferir
una conclusión no sean definitivas, pues siempre pueden encontrarse mejores supuestos
para esta o aquella inferencia.
Veamos en concreto este problema con el argumento de Bertrand Russell expuesto hace
un momento. Alguien puede preguntar: ¿por qué los problemas del mundo se deben a los
defectos morales y la falta de inteligencia?, y acto seguido poner en cuestionamiento
la verdad de esa proposición, de la cual, como queda claro, depende en buena parte la
inferencia completa. Dicho de otra manera, a alguien le puede parecer que los problemas
del mundo no tienen que ver con esa proposición, y que más bien los problemas del mundo
se deben a la injusta distribución de la riqueza. Pero también se puede preguntar: ¿cuál es
la causa de que los problemas del mundo se deban a eso? ¿Y cuál es la causa de la causa? Lo
cual se conoce, como hemos dicho, como una regresión al infinito.
Los filósofos han intentado resolver este tema una y otra vez. Algunos han hablado de una
filosofía sin supuestos. Otros han preferido obviar el problema. Otros, como Nietzsche,
prefieren el camino de la genealogía para mostrar los orígenes morales de toda la Filosofía.
La Teoría de la Argumentación, por su parte, muestra cómo operan las premisas ante un
auditorio. El problema, en fin, sigue en pie, y será criterio filosófico de cada uno enfrentarlo
o evadirlo.
Ejercicios
b. Lea con cuidado el siguiente texto extraído de La Ética de Spinoza y construya 3 argumentos
que se deriven de la lectura misma. Puede seguir el ejemplo del argumento de Bertrand
Russell, de modo tal que la conclusión quede al final. Luego separe en proposiciones el
argumento. Y recuerde: el argumento debe ser literal, es decir, debe ser sacado tal cual del
texto leído.
“Con lo dicho, he explicado la naturaleza de Dios y sus propiedades, a saber: que existe
Lógica y Teoría de la Argumentación
necesariamente; que es único; que es y obra en virtud de la sola necesidad de su naturaleza; que es
causa libre de todas las cosas, y dependen de ÉL, de suerte que sin ÉL no pueden ser ni concebirse;
y, por último, que todas han sido predeterminadas por Dios, no, ciertamente, en virtud de la libertad
de su voluntad o por su capricho absoluto, sino en virtud de la naturaleza de Dios, o sea, su infinita
potencia, tomada absolutamente. Además, siempre que he tenido ocasión, he procurado remover
los prejuicios que hubieran podido impedir que mis demostraciones se percibiesen bien, pero, como
aún quedan no pocos prejuicios que podrían y pueden, en el más alto grado, impedir que los hombre
comprendan la concatenación de las cosas en el orden en que la he explicado, he pensado que valía
someterlos aquí el examen de la razón. Todos los prejuicios que intento indicar aquí dependen de
uno solo, a saber: el hecho de que los hombres supongan, comúnmente, que todas las cosas de la
naturaleza actúan, al igual que ellos mismos, por razón de un fin, e incluso tienen por cierto que
Dios mismo dirige todas las cosas hacia un cierto fin, pues dicen que Dios ha hecho todas las cosas
C A P I T U L O U N O - Contextualización
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con vistas al hombre, y ha creado al hombre para que le rindan culto. Consideraré, pues, este solo
prejuicio, buscando, en primer lugar, la causa por la que presta su asentimiento la mayoría, y por la
que todos son propensos naturalmente, a darle acogida. Después mostraré su falsedad y, finalmente,
cómo han surgido de él los prejuicios acerca del bien y el mal, el mérito y el pecado, la alabanza
y el vituperio, el orden y la confusión, la belleza y la fealdad, y otros de este género. Ahora bien:
deducir todo ello a partir de la naturaleza del alma humanan no es de este lugar. Aquí me bastará
con tomar como fundamento lo que todos deben reconocer, a saber: que todos los hombres nacen
ignorantes de las causas de las cosas, y que todos los hombres se imaginan ser libres, puesto que son
conscientes de sus voliciones y de su apetito, y ni soñando piensan en las causa que les disponen a
apetecer y querer, porque las ignoran. Se sigue, segundo, que los hombres actúan siempre con vistan
a un fin, a saber: con vistas a la utilidad que apetecen, de lo que resulta que sólo anhelan siempre
saber las causas finales de las cosas que se llevan a cabo, y, una vez que se han enterado de ellas, se
tranquilizan, pues ya no les queda motivo alguno de duda. Si no pueden enterarse de ellas por otra
persona, no les queda otra salida que volver sobre sí mismos y reflexionar sobre los fines en vista
los cuales suelen ellos determinarse en casos semejantes, y así juzgan necesariamente de la índole
ajena a partir de la propia. Además, como encuentran, dentro y fuera de sí mismos, no pocos medios
que cooperan en gran medida a la consecución de lo que les es útil, como por ejemplo, los ojos
para ver, los dientes para masticar, las hierbas y los animales para alimentarse, el sol para iluminar,
el mar para criar peces, ello hace que consideren todas las cosas de la naturaleza como si fuesen
medios para conseguir lo que les es útil. Y puesto que saben que esos medios han sido encontrados,
pero no organizados, otro ha organizado dichos medios con vistas a que ellos los usen. Pues una vez
que han considerado las cosas como medios, no han podido creer que se hayan hecho a sí mismas,
sino que han tenido que concluir, basándose en el hecho de que ellos mismos suelen servirse de
medios, que hay algún o algunos rectores de la naturaleza, provistos de libertad humana, que les
han proporcionado todo y han hecho todas las cosas para que ellos las usen. Ahora bien: dado que
no han tenido nunca noticia de índole de tales rectores, se han visto obligados a juzgar de ella a
partir de la suya, y así han afirmado que los dioses enderezan todas las cosas a la humana utilidad,
con el fin de atraer a los hombre y ser tenidos por ellos en el más alto honor; de donde resulta que
todos, según su propia índole, hayan excogitado diversos modos de dar culto a Dios, con el fin de que
Dios los amara más que a los otros, y dirigiese la naturaleza entera en provecho de su ciego deseo
e insaciable avaricia. Y así, este prejuicio se ha trocado en superstición, echando profundamente
raíces en las almas, lo que ha sido causa de que todos se hayan esforzado al máximo por entender
y explicar las causas finales de todas las cosas. Pero al pretender mostrar que la naturaleza no hace
nada en vano (eso es: no hace nada que no sea útil a los hombres), no han mostrado- parece- otra
cosa sino que la naturaleza y los dioses deliran lo mismo que los hombres. Os ruego consideréis
en qué ha parado el asunto. En medio de tantas ventajas naturales no han podido dejar de hallar
muchas desventajas, como tempestades, terremotos, enfermedades, etc.; entonces han afirmado
que ello ocurriría porque los dioses estaban airados a causa de las ofensas que los hombres les
inferían o a causa de los errores cometidos en el culto. Y aunque la experiencia proclamase cada día,
y patentizase con infinitos ejemplos, que los beneficios y las desgracias acaecían indistintamente
a piadosos y a impíos, no por ello han desistido de su inveterado prejuicio: situar este hecho entre
Lógica y Teoría de la Argumentación
otras cosas desconocidas cuya utilidad ignoraba (conservando así su presente e innato estado de
ignorancia) les ha sido más fácil que destruir todo aquel edificio y planear otro nuevo. Y de ahí que
afirmasen como cosa cierta que los juicios de los dioses superaban con mucho la capacidad humana,
afirmación que habría sido, sin duda, la única causa de que la mano, si la Matemática, que versa no
sobre los fines, sino sólo sobre las esencias y propiedades de las figuras, no hubiese mostrados a los
hombres otra norma de verdad; y, además de la Matemática, pueden también señalarse otras causas
(cuyo numeración es aquí superflua) responsables de que los hombres se diesen cuanta de estos
vulgares prejuicios y se orientasen hacia el verdadero conocimiento de las cosas.
Con esto he explicado suficientemente lo que prometí en primer lugar. Mas para mostrar ahora que la
naturaleza no tiene fin alguno prefijado, y que todas las causas finales son, sencillamente, ficciones
humanas, no harán falta muchas palabras. Creo, en efecto, que aquello ya consta suficientemente,
tanto en virtud de los fundamentos y causas de donde he mostrado que este prejuicio tomó su
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Una vez que los hombres se han persuadido de que todo lo que ocurre por causa de ellos, han debido
juzgar como lo principal en toda cosa aquello que les resultaba más útil, y estimar como las más
Lógica y Teoría de la Argumentación
excelentes de todas aquellas cosas que les afectaban del mejor modo. De donde han debido formar
nociones, con las que intentan explicar la naturaleza de las cosas, tales como Bien, Mal, Orden,
Confusión, Calor, Frío, Belleza, Fealdad; y, dado que se consideran a sí mismos como libres, de ahí
han salido nociones tales como Alabanza, Vituperio, Pecado y Mérito: estas últimas las explicaré más
adelante, después que trate de la naturaleza humana; a las primeras me referiré ahora brevemente.
Han llamado Bien a todo lo que se encamina a la salud y al culto de Dios, y Mal, a lo contrario de
esas cosas. Y como aquellos que no entienden la naturaleza de las cosas nada afirman realmente
acerca de ellas, sino que sólo se las imaginan, y confunden la imaginación con el entendimiento,
creen por ello firmemente que en las cosas hay un Orden, ignorantes como son de la naturaleza de
las cosas y de la suya propia. Pues decimos que están bien ordenadas cuando están dispuestas de tal
manera que, al representárnoslas por medio de los sentidos, podemos imaginarlas fácilmente y, por
consiguiente, recordarlas con facilidad; y, si no es así, decimos que están mal ordenadas o que son
C A P I T U L O U N O - Contextualización
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confusas. Y puesto que las cosas que más nos agradan son las que podemos imaginar fácilmente, los
hombres prefieren, por ello, el orden a la confusión, como si, en la naturaleza, el orden fuese algo
independiente de nuestra imaginación.”
¿Qué es la Lógica?
Como se señaló en el Prólogo, concebimos a la lógica desde tres puntos de vista,
diferenciables pero íntimamente relacionados: como sistema formal, como propedéutica
y como retórica.
No siempre resulta fácil llegar a precisar en qué casos un argumento es lo uno o lo otro, y
de ahí la importancia del estudio de la lógica, pues ella nos enseña ciertos procedimientos
que nos permiten distinguir los buenos de los malos razonamientos. Estudiaremos con
detenimiento a lo largo de este texto los mecanismos que nos ayudan a reconocer cuándo un
argumento está bien construido y cuándo no. Por lo pronto, pensemos si las siguientes expresiones
argumentales, bastante sencillas, son válidas o no. No olvide justificar su respuesta.
• Puesto que ningún colombiano ha ido a la luna, entonces de ahí se sigue lógicamente
que ninguna de las personas que ha ido a la luna es colombiana.
• Si todas las abejas pican, entonces las abejas que hay en mi casa no pican.
• En vista de que todas las jirafas comen piedras y en la nevera de mi casa hay una
jirafa, entonces la jirafa de la nevera de mi casa come piedras.
• Si todo A es B, entonces todo B es A.
• Dado que todos los banqueros son millonarios y mi tío es banquero, entonces amo
profundamente a mi tío.
En términos técnicos, podemos decir que en el primer caso estamos frente a una proposición
que es conversa de otra, siendo ambas dos proposiciones universales. En el segundo caso,
Lógica y Teoría de la Argumentación
Nótese que no decimos que la lógica nos enseñe a determinar si un argumento es verdadero
o falso, ya que, en primer lugar, la lógica no se ocupa de la verdad o falsedad de los
argumentos y, en segundo lugar, un razonamiento puede ser correcto aunque sea falso. El
razonamiento de la jirafa es válido, aunque sea falso. La lógica, entonces, es el estudio
de los métodos a partir de los cuales podemos llegar a determinar si un razonamiento o
argumento es válido o inválido. Por otra parte, una afirmación, por verdadera que sea, no
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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• Los perros se comunican entre ellos, aunque para los hombres es imposible saber qué
se dicen los unos a los otros. ¡Vaya uno a saber!
• Si Juan dice que la Universidad corre peligro de ser privatizada, eso debe ser cierto,
pues Juan habla muy bien, convence fácilmente y, como si fuera poco, es el más
inteligente del grupo. Al lado de Juan, Michel de Nostredame es un aparecido.
• Ernesto Samper, expresidente de Colombia, recibió dineros del narcotráfico, pues en
este país la mafia infiltró la política a todos los niveles.
• La paz de Colombia llegará si, y sólo si, termina esta cruenta guerra.
• María nunca ha amado a Juan. Nunca lo amará… y sí que menos lo ama ahora mismo.
Por lo tanto, María siente un odio profundo por Juan.
El carácter formal de la lógica hace referencia explícita a que los contenidos que se
vehiculan en los argumentos o razonamientos no son, como tales, objetos de análisis
lógico. Hay argumentos cuya validez es impecable tratando de “probar” la existencia de
Dios; pero también los hay completamente válidos que intentar “probar” lo contrario. El
lógico, a secas, examina tan sólo la validez de cualquier argumento, sin estar interesado
en si el argumento es verdadero o no. Así, cualquier argumento que quepa en la siguiente
estructura formal será siempre válido:
Todo A es B
Todo C es A
Por lo tanto, todo C es B.
Ningún P es Q
Todo S es P
Por lo tanto, ningún S es Q
Lógica y Teoría de la Argumentación
Como se puede observar, en los dos casos se trata sólo de estructuras formales que pueden
recibir cualquier contenido sin que la validez misma de las estructuras quede en entredicho.
Entonces, decir que la lógica es formal quiere decir que ella se encarga de examinar la
forma de las inferencias, pero no su contenido, y que de la forma de las inferencias, y sólo
de la forma, depende su validez.
Como propedéutica, la lógica es una herramienta que nos enseña a usar correctamente
nuestros argumentos, a detectar nuestros propios errores lógicos y a percatarnos de los
casos en que nuestro interlocutor está argumentando de manera incorrecta. También como
propedéutica, la lógica nos permite analizar con más detenimiento los argumentos que
nos presentan los filósofos y a asumir nuestros puntos de vista con más decisión, empeño y
C A P I T U L O U N O - Contextualización
35
seguridad. La lógica es igualmente una herramienta que nos permite mejores condiciones
de vida social con los demás, pues aprendemos con ella a destacar los puntos importantes
de una discusión, a no apresurar nuestras tesis allí donde todavía no tenemos buenas
razones, a omitir falacias, y hasta a diferenciar que una cosa son las discusiones centradas
en argumentos y otra muy diferente los ataques personales a nuestros interlocutores.
Una dosis de buena lógica nos permite ahorrarnos discusiones interminables allí donde
logramos destacar si, por ejemplo, hay contradicciones en la exposición de las ideas.
Una contradicción es una expresión de la forma “p y no p”. ¿Se imaginan ustedes donde
tuviéramos que aceptar que la gente viviera contradiciéndose a cada momento? Sin más, la
vida así sería imposible: un cuadro sería un triángulo; un “sí” sería lo mismo que un “no”;
un loco sería un cuerdo; y la luna sería una naranja. Pero que el mundo no acepta este tipo
de contradicciones es evidente, pues de lo contrario cualquier intento de comunicación
sería siempre un fracaso. Y, claro, nuestro deber como filósofos no menos que como seres
humanos, es tener la mayor claridad posible en nuestras ideas, pues ello nos garantiza una
vida más plena y placentera.
Es necesario entender que en cualquiera de sus perspectivas, (ya como lógica formal, ya
como propedéutica, ya como retórica) la lógica se ocupa de la función inferencial del
lenguaje cuando éste se presenta en argumentos. En síntesis, la lógica busca establecer los
casos en los que una inferencia es correcta o incorrecta. Por inferencia debe entenderse,
en términos generales, toda expresión lingüística de la forma “si p, entonces q”, siendo
“p” el conjunto de afirmaciones iniciales de todo razonamiento; “entonces” el conector de
implicación; y “q” la afirmación o conjunto de afirmaciones que se espera se sigan de “p”.
Si “q” se sigue correctamente de “p”, decimos que la inferencia es válida; si no se sigue,
será inválida. Un ejemplo de inferencia válida es el siguiente:
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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a. “Puesto que ningún hombre es inmortal (p), entonces algunos hombres no son
mortales (q).”
b. “Puesto que los secretos no deben revelarse (p), entonces le contaré un secreto a mi
amigo Juan (q).”
Orígenes de la Lógica
Además del talento innato del padre de la lógica, Aristóteles, hay tres consideraciones sobre
la antigua Grecia que es necesario comentar para entender por qué nace allí, no sólo la
Filosofía, sino también la lógica. La primera consideración es que los griegos, a diferencia de
otros pueblos milenarios, no tuvieron una Biblia, o un Corán ni, en general, un libro sagrado.
La otra consideración es geográfica, como veremos más adelante. En tercer lugar, veremos
que la lógica surge en el contexto de los orígenes de la democracia y, por lo tanto, en el
marco de la libertad de pensamiento. Comencemos con el primer aspecto.
Cualquiera puede notar que uno de los efectos de un libro sagrado (aunque no el único)
consiste en que, a través de él, los seres humanos dan respuesta a preguntas que para un
filósofo son más difíciles de lo que cualquier religión supone. Piénsese en problemas como:
¿Cuál es origen del mundo? ¿Qué es el amor? ¿Habrá vida después de la muerte? ¿Qué es el
mal? Y muchas otras que han tratado de resolver la Filosofía y la religión, aunque no de
la misma manera. Entonces, puesto que los griegos no contaban con una especie de libro
sagrado que respondiera de antemano preguntas de esta naturaleza, vemos en esta cultura
del siglo V antes de Cristo un gran interés por dar respuesta a ellas desde un ejercicio del
pensar mismo y del dialogar. Los filósofos griegos tuvieron la enorme tarea de filosofar
alrededor de problemas como los planteados anteriormente, sin que podamos decir que
entre ellos hubiera unanimidad en las soluciones que daban a éstas y otra infinidad de
preguntas. Pero estos problemas, además, no estaban referidos exclusivamente a preguntas
Lógica y Teoría de la Argumentación
existenciales o sobre el origen del cosmos. Hacían también referencia al modo de vida que
debería seguirse en la ciudad, o a cómo debían resolverse los litigios de los ciudadanos
cuando se enfrentaban los intereses de la ciudad con los intereses de los individuos. De ahí
que entre las preguntas que los filósofos se plantearon encontramos estas otras: ¿Qué es la
justicia? ¿Cuál es la mejor forma de gobierno: la oligarquía, la democracia o la tiranía?
Ahora bien, si tomamos cada una de las anteriores preguntas y se las llevamos de examen,
por ejemplo, al Obispo de Titiribí, con seguridad él nos dará respuestas definitivas partiendo
de su lectura bíblica. En cambio, si nos planteamos esas mismas preguntas y no confiamos
en ese tipo de respuestas tan inmediatas, entonces lo que nos toca hacer es aprender a
C A P I T U L O U N O - Contextualización
37
pensar por nuestra propia cuenta. En este ejercicio nos ayudarán, con toda seguridad, los
filósofos, y aprenderemos que ellos mismos son bastante críticos hasta con sus propios
puntos de vista, los cuales van cambiando muchas veces de una obra a otra.
En este contexto, la lógica surge en los griegos por la misma necesidad que tuvieron de
pensar esta y otra diversidad de problemas filosóficos, pues es claro que cuando no se tiene
un punto de vista preestablecido con el apoyo de una Biblia en la mano, a lo que recurrimos
es a ofrecer argumentos que vayan más allá de decir: “esto es así porque la Biblia lo
dice”. Los orígenes de la Filosofía fueron entonces consonantes con los de la lógica, pues
aprendieron los griegos que, más allá de una verdad revelada, era necesario argumentar
las respuestas a las preguntas que ellos mismos se planteaban. La lógica, entendida entonces
como el arte de la argumentación, tiene sus orígenes en Grecia en un contexto en donde se hizo
imperante, a falta de un libro sagrado, pensar los problemas radicales propios de la existencia
misma así como los problemas de la naturaleza y los concernientes a la vida en sociedad.
Como hemos dicho, la lógica tiene sus orígenes ligados a los inicios de la Filosofía, pues
no es posible la buena Filosofía sin el preciado arte de la argumentación. Pero, además
de este surgimiento paralelo entre la Filosofía y la lógica, es necesario aludir a un hecho
poco comentado en Filosofía pero igualmente importante para los orígenes de la Lógica en
general y de la Filosofía en particular. Nos referimos a la ubicación geográfica de Grecia,
la cual le permitió tener un buen número de relaciones con el mundo que la rodeaba
y particularmente con otras culturas que pregonaban formas de pensar diferentes a las
suyas. Detallemos algunas de estas características geográficas siguiendo para ello el mapa
de la página siguiente.
Para empezar, hay que notar la ubicación central de Grecia. Como puede observarse, la
Antigua Grecia estaba ubicada estratégicamente en lo que bien podríamos llamar el centro
del mundo antiguo: al occidente, Europa; al oriente, el Asia menor; al sur, África, con su
centro cultural milenario, Egipto, entonces llamada Heliópolis o ciudad del sol; al norte,
Abdera, la ciudad de Demócrito y el filósofo Protágoras. Hacia los cuatro puntos cardinales,
Grecia se vincula con centros de la cultura y la ciencia: de Asia Menor son los filósofos Tales,
Anaximandro y Anaxímenes, quienes, a decir del filósofo Karl Popper, fueron los primeros
en introducir el racionalismo crítico como forma de pensamiento y único camino para el
avance del conocimiento y la ciencia; de Italia son algunas escuelas que se dedicaban ya
al estudio de la geometría, mientras Siracusa, al sur de este mismo país, fue para la época
centro de atracción para filósofos y hombres de estado; saliendo de Grecia por el mar Egeo
Lógica y Teoría de la Argumentación
hacia el norte nos encontramos con los orígenes de la teoría del átomo; por su parte, en
Heliópolis ya se hablaba de la inmortalidad del alma y se rendía tributo a los faraones en
las colosales Keops, Kefren y Micerinos. En conclusión, Grecia tiene su mirada puesta en el
mundo que la rodea, al tiempo que ella también se convierte en centro de gravedad de la
vasta cultura de otros pueblos. Allí se reunirán en el siglo V antes de Cristo las variopintas
versiones del mundo en el campo de la ciencia, la cultura, el arte y la política, venidas de
sus alrededores, y desde allí se alimentaría toda la práctica filosófica, científica y cultural
que desde entonces hace parte de nuestra herencia.
Por otra parte, es innegable que la cercanía con el Mediterráneo es para Grecia una gran
oportunidad para la movilidad hacia estos centros culturales, al tiempo que representa
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
38
para las otras culturas una oportunidad de llegar al lugar que vio nacer la Filosofía. Por el
Mediterráneo mismo se llega a los cuatro puntos cardinales antes mencionados, sin olvidar
que fue el mismo Platón, hacia el año 399 antes de Cristo, quien desde el Pireo zarpara
para llegar al sur de Italia y años después a Heliópolis.
Lógica y Teoría de la Argumentación
en donde los hombre se encuentren y puedan sentirse con igualdad de derechos frente a
su adversario en las ideas, y en donde la expresión de las ideas mismas sea valorada por su
coherencia interna, su solidez y su poder de persuasión.
Pensada en su justa medida, la lógica sólo es posible entre hombres dotados de razón;
entre interlocutores válidos –como se les llama ahora. Otra cosa sería la imposición de las
ideas; muy otra la falta de libertad para expresar los pensamientos con el temor de llegar a
ser silenciado. La muerte de Sócrates, contrario a lo que se podría creer, se da en el marco
de la democracia Griega, tal y como Sócrates mismo lo llega reconocer en su bello diálogo
titulado Critón.
El Principio de Identidad, el cual reza que una cosa es lo que es y nada distinto de lo que
es. Dicho de otra manera, que si una cosa es esta o aquella cosa, entonces no es otra cosa
distinta que esa cosa misma. En la vida cotidiana se lo menciona así: una cosa es una cosa,
y otra cosa es otra cosa. En términos simbólicos se expresa este principio de la siguiente
manera: Si P, entonces P: (P → P). De P siempre se infiere P.
Según el Principio de No-contradicción, ninguna cosa puede ser y no ser. A no puede ser B
y al mismo tiempo no ser B. Dos proposiciones contradictorias (P y -P) no pueden ser las dos
verdaderas. En símbolos: ~ (P ۸ ~ P). Por lo general, se le agrega a este principio la idea de
que una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo, desde el mismo punto de vista y bajo
las mismas circunstancias. Animales altamente peligrosos: la gallina, al pato, el conejo.
Animales inofensivos: el tigre, el león y la pantera… le decía una lombriz a sus hijitas.
lógicos sostienen que, además de los valores de verdad “falso” y “verdadero”, es siempre
posible un valor intermedio, denominado “indeterminado”. Pero no entraremos a discutir
estas consideraciones.
en la tentación de estar en contra de estos principios. También es cierto que hay espacios,
como el de la literatura, los sueños y el inconciente, en donde, por ejemplo, el principio de
no contradicción no opera, lo cual, en el caso de la creación poética, produce resultados
estéticos deseables. Piénsese en el famoso cuento de Cortázar titulado “La continuidad de
los parques”, en donde el personaje del cuento es el mismo personaje que lee el cuento.
Lógica y Teoría de la Argumentación
CAPÍTULO DOS
Lógica y Verdad
El concepto de verdad
Aunque la lógica no se ocupa del tema de la verdad sino de la validez de los razonamientos,
se nos imponen algunas precisiones de carácter lógico y filosófico sobre este concepto.
Mucho se ha discutido en filosofía alrededor de este problema. Para nuestro caso, veremos
algunas definiciones de la palabra verdad que nos permitan distinguir en qué momentos nos
estamos refiriendo a una verdad en sentido material, cuándo a una verdad formal, cuándo
a una proposición probable, etc. Pero comencemos con una problematización filosófica, y
arribemos, como debe ser, una vez más a la filosofía griega.
Fue quizá Parménides uno de los primeros filósofos que en su ya conocido poema habló por
vez primera de “la verdad bien redonda.” Lo importante aquí es señalar que en griego la
palabra verdad traduce “develar”, “des-cubrir” “des-tapar”. El término griego es aleteia,
compuesta del prefijo “a”, que significa “sin”, y la palabra “letés”, que significa “velo”.
La verdad es entonces algo que se encuentra después de quitar el velo que la cubre. Dicho
de otra manera, la verdad está cubierta y para encontrarla es preciso apartar todo aquello
que no la deja ver o contemplar.
Esta manera de concebir la palabra verdad lleva en sí una interpretación que desde los
griegos se impuso en filosofía, esto es, la idea de que la verdad está más allá de los sentidos y
de que es preciso no confiarse de ellos a la hora de buscarla. En algún sentido, la incapacidad
para llegar a la verdad obedecía, para la filosofía griega en general, a la facilidad con que
los hombres se dejan llevar de las opiniones de los mortales, por lo cual les es necesario
apartarse del engañoso mundo de la opinión humana, ya que la verdad habita en lugares no
propiamente terrenales. También es necesario no fiarse de los sentidos, pues estos son muy
proclives al engaño, como cuando alguien ve una vara torcida al ser sumergida en el agua, o
como cuando se cree ver agua en el desierto a una distancia de 400 metros.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
42
Es en este ambiente de ideas que cabe la concepción de verdad más pregonada por Platón,
pues él concibió que no era fiándonos de los sentidos que podíamos llegar a la verdad de
las cosas, sino a través de un ejercicio del alma sobre sí misma basado en el diálogo. Que
nadie puede trasmitirle una verdad a otro, es una de las enseñanzas de Platón en varios
de sus diálogos, en especial el titulado Protágoras. La verdad no es el conjunto de saberes
que, como si se tratara de una vasija, los que saben pueden pasar a los que no saben. La
verdad (o las verdades) habitan en el alma de cada hombre y es ahí donde deben buscarlas,
no en las mentes de otros individuos ni en las percepciones de los sentidos. A su vez, estas
verdades deberán ser eternas y no relativas; no pueden estar al capricho de los hombres;
y su conocimiento permite que los hombreas sean justos. La máxima socratico-platónica es
clara: se yerra por ignorancia. El conocimiento es igual a la virtud.
Un problema filosófico planteado por los sofistas, en contra de Platón, era el de saber si
existía un método que permitiera llegar al conocimiento de la verdad. Si tal método existe,
¿cómo saber que ese es el método correcto? Justificar el método diciendo que fue él el que
permitió el acceso a la verdad resulta paradójico, pues primero habría que saber, cuando
la verdad sea encontrada, que es esa efectivamente la verdad que se buscaba y no otra.
Si la verdad que se busca se sabe con antelación, ¿para qué el método?; y si no se conoce
la verdad con antelación, ¿cómo saber que el método que se siguió conduce a ella y es el
adecuado? En cualquier caso, como queda claro, parece que es imposible que exista algo
que sea un método para encontrar la verdad. ¿Será este el motivo de que se haya incluido en
nuestra historia de occidente la idea de la verdad revelada? Es posible. De todos modos, y
de otra parte, la verdad también ha sido entendida como la revelación que se nos comunica
en Jesucristo, o mejor, que se les comunica a quienes creen en la llamada palabra de dios,
sin que para ello medie método alguno, pues una revelación es algo que carece justamente
de un método que garantice el acceso a la verdad. Como método significa camino, éste en
lo religioso queda expresado muy claramente en la consigna: “Yo soy el camino (método),
la verdad y la vida”, cuya autoría conocemos.
Pero el tema de la verdad en los griegos no se reduce a Platón, Parménides o los sofistas.
También los filósofos llamados físicos, valga decir, Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxágoras,
concebían un método conducente a la verdad. Ese método, a decir de Popper, era el del
racionalismo crítico, el único posible de practicar, según este filósofo, en aras de la búsqueda
de la verdad y del cual dieron claro ejemplo los tres filósofos en mención. La idea central aquí
es la siguiente: pretender encontrar un fundamento último de toda verdad es un procedimiento
equivocado y conduce fácilmente a los llamados fundamentalismos, es decir, a la idea de que hay
verdades últimas apoyadas en un cimiento después del cual nada más se puede probar. Algunos
Lógica y Teoría de la Argumentación
han pretendido que ese fundamento está en los hechos, o en el más allá, en lo incondicionado;
otros han sugerido que el fundamento de la verdad está en la experimentación, etc. Pero lo
que se viene a proponer como método crítico empleado por los tres filósofos físicos es la idea de
que el debate y la búsqueda constante de la verdad, sin la pretensión de haberla encontrado,
son los procedimientos que sigue la ciencia en la búsqueda de la verdad misma. Así, los tres
filósofos físicos habrían entendido que todo conocimiento es siempre conocimiento conjetural,
es decir, un conocimiento que se da por verdadero debido a su carácter explicativo, pero que
se puede mejorar siempre porque él mismo es refutable1.
1 Esta idea está ampliada en el artículo “Popper y la filosofía griega” del profesor Pedro Antonio
García, publicado en la revista “Semana del Pensamiento Filosófico”, No. 3. 2002: Universidad
Industrial de Santander.
C A P I T U L O D O S - Lógica y Verdad
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SOLAMENTE
ya comprendo la verdad
y mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios
ya comprendo la verdad
ahora
a buscar la vida
la verdad material
La máxima de los abogados: “dame los hechos, y te daré el derecho”, viene bien para
empezar a tratar uno de los aspectos que encierra la palabra “verdad”. En efecto, todo
hombre de derecho sabe que las pruebas son una herramienta más que necesaria en su
oficio. Sin un hecho que compruebe la verdad de un enunciado, (por ejemplo “Juan le
robó a María”, “Aída mató a Mario”), un abogado quedaría sin oficio, pues las pruebas
de los enunciados se buscan en los hechos para determinar si tal o cual enunciado es o
no verdadero. Puede decirse, entonces, que uno de las formas de entender la palabra
Lógica y Teoría de la Argumentación
verdad tiene que ver con el carácter material de la misma, es decir, con la posibilidad de
encontrar hechos que concuerden con tal o cual enunciado. Si un hecho concuerda con un
enunciado, decimos de éste que es verdadero; si no, que el enunciado es falso. En este
sentido, la verdad de ciertos enunciados depende de algo que está fuera de ellos, de algo
distinto de ellos, es decir, de los hechos. Los hechos son materiales, esto es, concretos y
puestos en la realidad en términos de espacio y tiempo, mientras que todo enunciado o
proposición es una prolongación en el aire del sonido que producen las cuerdas vocales o
los trazos de tinta sobre un papel. También se le llama a la verdad material verdad por
correspondencia, en el entendido de que hay proposiciones que se corresponden o no con
los hechos.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Esta concepción de la verdad es, palabras más, palabras menos, la que queda claramente
expresada en la siguiente afirmación del filósofo escocés Hume, a la postre la cumbre del
empirismo inglés:
Si pregunto por qué cree usted en algún hecho particular…, debe usted darme
alguna razón de ello: y esta razón será algún otro hecho, relacionado con él.
Pero como no puede usted proseguir de esta manera, in infinitum, debe concluir
por lo menos con un hecho, que esté presente en su memoria o en sus sentidos;
o debe usted reconocer que su creencia no tiene fundamento2.
Es decir: alguien que acepte esta tesis del empirista inglés David Hume, asumirá que la
verdad es siempre una cuestión de hecho, esto es, que las creencias de tal o cual persona,
para que tengan sentido y no sean sólo elucubraciones metafísicas, deben respaldarse en
los hechos. Así, un empirista con estas convicciones estará siempre más propenso a discutir
temas en los cuales se puedan ofrecer evidencias tangibles, fácticas, empíricas o de hecho,
que puedan respaldar tal o cual proposición. Se conoce también como positivista esta
postura filosófica.
Esta concepción de la verdad, cuando se la toma como postura filosófica, genera una forma
de interpretar y enfrentar los problemas filosóficos. Así, los problemas filosóficos que no
puedan resolverse acudiendo a los hechos, serán siempre catalogados como problemas
metafísicos e insolubles. En este mismo sentido, se interpreta que el conocimiento sólo
es posible ante hechos verificables, es decir, hechos que por su evidencia se convierten en
pruebas contundentes. Vistas así las cosas, cabe sin embargo la siguiente pregunta: ¿son
verificables en los hechos las afirmaciones filosóficas? La actitud positivista se ve en grandes
aprietos ante esta pregunta.
cuadrúpedo es bípedo”. Es obvio que en vano intentaremos encontrar en los hechos una
realidad empírica que concuerde con esta proposición, y por eso la verdad material de esta
proposición es imposible. No le busque un pelo blanco al gato negro, ni crea que va a saber
de qué color eran las mangas del chaleco de Simón Bolívar – son adagios populares que dan
cuenta de esto que estamos diciendo.
Como decíamos en el anterior capítulo, también sucede muchas veces que una proposición
o enunciado con una fuerte carga emotiva puede sin embargo ser una proposición sobre
hechos particulares. En estos casos, sólo basta con ampliar tal o cual afirmación de corte
2 Citado por POPPER. “Conocimiento sin autoridad”. En: Popper. Escritos selectos. Op. Cit., p. 49.
C A P I T U L O D O S - Lógica y Verdad
45
emotivo para saber que se trata efectivamente de proposiciones de hecho. Así, por ejemplo,
la proposición “Juan es un padre maravilloso”, puede ser la descripción de un hecho si le
agregamos a la proposición algunas evidencias en su favor: Juan les dedica tiempo a sus
hijos, nunca se le ve alzándoles la voz, siempre les habla con cariño, les dedica tiempo en
sus tareas, etc. Por el contrario, afirmaciones que parecen ser descripciones de hechos, no
pasan de ser órdenes, exclamaciones, expresión de emociones etc., según lo veíamos en el
anterior capítulo. Saber que no son verdades muchas de las cosas que uno escucha, por más
que nuestros prejuicios quieran que sean verdades, es una prueba fehaciente de buen juicio
y de distanciamiento crítico.
En síntesis, una de las maneras como se puede hablar del concepto de verdad es diciendo
que muchas proposiciones requieren de los hechos para poder determinar si son verdaderas
o falsas. Los hechos, así, pueden convertirse, en un determinado momento, en prueba
contundente de tal o cual proposición. En un sentido material, decimos entonces que la
verdad es la correspondencia de los hechos con la realidad.
Ejercicio:
Sólo algunas de las siguientes proposiciones pueden ser catalogadas como verdaderas, falsas, o en
principio verdaderas o falsas en sentido material.
• La sal no es insabora.
Estaban los dos en un día de campo. Ya en la noche, juntos, mirando las estrellas, Holmes
le pregunta a Watson:
– ¿Qué puedes inferir de ver el firmamento, tan lleno de estrellas, en esta bella noche, mi
querido Watson?
– Debo inferir que este cielo estrellado es obra de una inteligencia superior a la de nosotros
los hombres, pues sólo una inteligencia superior a la de nosotros los hombres es capaz de
realizar tan exuberante belleza y perfección. ¿Y tú, qué piensas?
Como ven, Holmes se atiene a los hechos mientras que Watson trata de sacar inferencias
Lógica y Teoría de la Argumentación
Otro ejemplo: El presidente de Colombia afirma: si voy a la cumbre en Moscú, llevo al Ministro
de Hacienda. El presidente de Venezuela afirma: si voy a la cumbre en Moscú, llevo a mi
perrito. Ahora bien, sabemos que ambos presidentes han dicho que si va el uno, no va el otro.
Por lo tanto, es verdad que a Moscú llegará el Ministro de Hacienda de Colombia o el perrito
del presidente Chávez. ¿Y como pudimos llegar a saber que esto es verdad? Queda claro que
no fue recurriendo a los hechos como pudimos saber la verdad de la proposición “a Moscú
llegará el Ministro de Hacienda de Colombia o el perrito del presidente Chávez”; en cambio,
sí podemos decir que es coherente esta afirmación con las tres proposiciones iniciales:
C A P I T U L O D O S - Lógica y Verdad
47
En síntesis, hay proposiciones que son verdaderas porque son coherentes con otras
proposiciones, y no porque tengan relación con los hechos materiales. Dicho de otra manera,
podemos afirmar que las verdades por coherencia no son empíricas, e incluso, que se equivocan
quienes dicen que sólo creen en lo que ven, pues hemos visto que hay proposiciones a las que
podemos darle todo nuestro total asentimiento sin necesidad de recurrir a la empiria.
Ejercicio
Sólo algunas de las siguientes proposiciones pueden ser catalogadas como verdaderas o falsas en
sentido formal.
• Mañana saldrá el sol, pues todos los días sale el sol y mañana será otro día.
• El agua es transparente.
• La nieve es blanca.
Este ejemplo, aunque curioso pero nada insólito, puede introducirnos en este otro aspecto
de la verdad. En efecto, hay verdades que lo son de suyo por el análisis de las palabras. No es,
claro está, el caso de la mujer infiel antes ilustrado, pero en algo se le parece. Afirmaciones
del tipo: “un triángulo tiene tres ángulos”, “todos los enfermeros son hombres”, “ningún
soltero es casado”, son ejemplos de verdades que se derivan del análisis de las palabras que
las componen: un triángulo remite a tres ángulos, y no a cuatro, o cinco; un enfermero no
puede ser una mujer; y si una persona es soltera es porque no es casada. Así, a diferencia
de las verdades materiales o las que lo son por coherencia, existen estas otras verdades
que se desprenden del análisis de las palabras.
Ahora bien, es necesario, en este caso, tener en cuenta que las palabras aquí utilizadas se
empleen en un sentido unívoco y no en un sentido ambiguo. Por ejemplo, alguien puede
estar casado y actuar como soltero; eso, sin embargo, no lo hace soltero, y no por eso
puede decirse que hay casados que son solteros. Si alguien afirma que trabaja pero que
no hace nada, es posible que esté diciendo la verdad, pero tendrá que entenderse que la
palabra trabajar está aquí empleada en dos sentidos: cumplir el horario, cobrar el cheque,
pero no hacer nada. Si uno no hace nada es obvio que no trabaja; pero si cobra el cheque
puede decir que trabaja. En ambos casos, la palabra trabajar está empleada en diferentes
sentidos. Cuando veamos el tema de las falacias, entenderemos por qué resultan ilógicos
algunos razonamientos que parecen válidos pero que, por utilizar palabras ambiguas, son
Lógica y Teoría de la Argumentación
El poder corrompe.
El conocimiento es poder.
Por lo tanto, el conocimiento corrompe.
En los discursos políticos son muy comunes las ambigüedades del lenguaje que sirven para
toda clase de artilugios y engaños. Leamos la siguiente columna y nuestro comentario
respectivo.
C A P I T U L O D O S - Lógica y Verdad
49
Y en muchos frentes. Quiero referirme en esta columna a uno de ellos, el del lenguaje. Desde hace
siglos, el lenguaje ha sido manipulado por los violentos para hacer que los asesinatos parezcan
respetables y las mentiras luzcan verdaderas. Los violentos no sólo secuestran a la gente, hacen lo
propio con las palabras.
Los violentos aspiran a ennoblecer sus actos con argucias semánticas. O, al menos, quieren
disfrazarlos con palabras benignas. A los “secuestrados” los llaman “retenidos” y a los “secuestros”,
“retenciones”. Con el tiempo, el lenguaje usado para justificar la violencia se convierte en la
norma seguida por los comunicadores y los intelectuales comprometidos. Muchos de ellos prefieren
el lenguaje del eufemismo. Dicen, por ejemplo: “la sociedad civil reclama un cese de hostilidades”
cuando deberían decir “la gente pide que dejen de matar y secuestrar”. Hablan de “actores
armados del conflicto” cuando deberían hablar de guerrilleros y paramilitares. Sus palabras mansas
sugieren que la violencia es simplemente una representación en la que cada cual desempeña un
papel azaroso.
El comunicado publicado por las Farc sobre la masacre de los diputados lamenta la supuesta
“tragedia”. Dice el comunicado en uno de sus apartes: “a los familiares de los diputados fallecidos
les manifestamos nuestro profundo pesar por la tragedia”. Muchos medios nacionales repitieron el
eufemismo. Hablaron de la “tragedia de los diputados” como si se tratara de un terremoto. Como
si los masacrados hubiesen sido víctimas de unas circunstancias fortuitas. Como si no existieran
culpables. Lamentablemente los medios parecen no darse cuenta de las consecuencias de las
palabras mansas. De los efectos adversos del encubrimiento semántico.
Pero las palabras tienen consecuencias. El escritor inglés Steven Poole cuenta que, hace ya muchos
años, en China, un famoso pensador dijo sabiamente que si fuese nombrado emperador su primera
acción sería rectificar los nombres de las cosas. Cuando los nombres son incorrectos, los discursos
pierden sensatez, las ideas no se ejecutan, las penas no guardan concordancia con los crímenes y
la gente no sabe qué hacer. O como dice el mismo Poole: la realidad pierde sentido. Se impone la
realidad virtual de los violentos.
deformadas. Así, no sobra repetir que la rectificación de los nombres de las cosas es el primer
paso en la derrota de los violentos”3.
Por tratarse de una columna de opinión, debe tomarse como eso, una sencilla y simple
columna de opinión. Veamos ahora si el presidente Uribe no cae en estas mismas
ambigüedades semánticas.
¿Qué les parece a los colombianos que su presidente deje en libertad a 150 terroristas que
estaban presos en las cárceles de Colombia? El presidente ha dicho: “Los da la Farc son
unos terroristas”. Ser de las Farc es eso, ser de las Farc, sin eufemismos. Si el presidente
dice que los de las FARC son terroristas, ¿por qué excluir a los que excarceló? Y lo peor:
¿Por qué excluir al guerrillero Granda? Ser “canciller de las Farc” es nada más y nada menos
que tener al frente todo el control internacional para la ayuda en dinero que llega a las
FARC. Sin más, el presidente ha liberado, según se desprende de sus propios discursos, al
terrorista que consigue los dineros en el exterior para mantener el movimiento guerrillero,
es decir, el movimiento terrorista. Pero a veces el presidente lo llama “el señor Granda”,
y no “el terrorista Granda”. Entenderán entonces que esos mismos juegos semánticos de
los que habla el periodista son los mismos que se emplean desde otras esferas del poder.
Además, el presidente ha dicho que los de la Farc siempre mienten. Pero también ha dicho
que liberó a Granda para que hiciera de mediador de paz. Lo que se concluye de aquí es,
sin más, que le ha pedido a un terrorista, que también miente, que ayude a la paz. Como
se entenderá, el uso ambiguo del lenguaje permite, a la vez, posiciones ambiguas y se
convierte en estratagema del discurso.
Un análisis lógico de estas situaciones nos pone en actitud crítica frente al uso del lenguaje.
Una palabra que deliberadamente se use con todo su fuerza de ambigüedad genera un sin
número de malentendidos y puede convertirse en un lugar para eternas discusiones. No
en vano decía el filósofo L. Wittgenstein que la tarea del filósofo consiste en dilucidar el
sentido en que se usan las palabras.
Ejercicio
En la siguiente lista de proposiciones, distinga las proposiciones que son verdaderas por el análisis
de las palabras de las que no lo son.
Como se puede apreciar, las proposiciones cuya estimación es la posibilidad están más lejos
de ser verdaderas, a diferencia de las proposiciones probables, que están más cerca de
llegar a la verdad. Así, decimos que es posible que me gane la lotería, y probable que en
estos momentos mi casa no se esté incendiando.
Hay otras proposiciones que por su misma naturaleza son absolutamente falsas, o mejor,
lógicamente imposibles, de las cuales no se puede decir ni siquiera que exista la posibilidad
de que algún día sean verdaderas. Estas son las proposiciones llamadas contradictorias.
“Juan está hablando en silencio” es un ejemplo claro de contradicción, lo mismo que es
contradictoria la proposición “ayer te llamé por teléfono pero no te llamé por teléfono.”
Como la ambigüedad en el uso de las palabras, las contradicciones se convierten también
en un impedimento para la comunicación y el entendimiento.
Ahora bien, debe tenerse en cuenta que toda contradicción, si es tal, debe estar expresada
Lógica y Teoría de la Argumentación
al mismo tiempo, bajo las mismas circunstancias y bajo el mismo punto de vista. Si alguien
afirma haber hecho una llamada por teléfono el día de ayer, y no haber llamado hoy, obvio
que no está cayendo en una contradicción, pues, repetimos, la contradicción se da cuando
las proposiciones se dicen en un mismo tiempo. Incluso, no hay contradicción en alguien
que, pasados 20 años, sostiene una tesis contraria a la que sostenía entonces.
efecto, para estos animalitos los cocodrilos no son nada peligrosos. Pero, ¿se sigue de aquí
que los tigres son y no son peligrosos? La respuesta, en este caso, depende del punto de
vista, pues para una lombriz es peligroso lo que para un ser humano no. Sin embargo, no
se sigue que una pantera sea y no sea peligrosa, sino que desde puntos de vista diferentes
pasa lo uno o lo otro. En síntesis, las proposiciones contradictorias se dan cuando se las
expresa desde un mismo punto de vista y al mismo tiempo.
Por último, hay proposiciones cuya verdad es incuestionable, y es el caso de las llamadas
tautologías. Se trata de enunciados de los que por su análisis, coherencia y en algunos caso
por su trivialidad, quedan exentos de duda en cuanto a su verdad. Estar viendo un papel y
decir “veo un papel”, es algo incuestionable, una verdad a todas luces. Pero aclaramos: en
condiciones normales, es decir, si quien afirma eso no está alucinando, o loco, o algo por
el estilo. ¿Y como sabemos que no estamos locos? Bueno, quizá porque somos la mayoría,
o porque los demás también están viendo el mismo papel que nosotros estamos viendo. O
quizá, como pensaba Pirrón, no podemos tener evidencia de nada.
Pero aún pudiendo sacar a todas las expresiones triviales de la categoría de tautologías,
nos quedan todas las proposiciones que son verdaderas por el análisis de las palabras o por
coherencia, según hemos explicado más arriba.
En términos de valores numéricos de verdad, decimos que toda contingencia oscila entre
0 y 1, sin ser 0 ni 1; que una tautología tiene el valor de 1 y que todas las contradicciones
tienen valor de 0. Entre las contingencias, unas se acercan más a 1 y otras más a 0. Las que
se acercan a 1 ó son mayores que 0.5, se llaman proposiciones probables; las menores de
0.5 y que no son 1 se las llamas posibles.
Ejercicio
En la siguiente lista de proposiciones, distinga las probables, las posibles, las contradictorias y las
que son tautologías.
Persuadir y convencer
Un aspecto bien importante en el ámbito de la lógica pero poco estudiado es el relacionado
con otras formas de “calcular” el valor, no digamos de una proposición, sino de un discurso
argumentado. Se le ha prestado muy poca atención a este aspecto, pero, consideramos, es
necesario ampliar la perspectiva sobre la lógica en general y sobre el concepto de verdad
en particular aludiendo a la posibilidad de que una trama de argumentos expuesta en un
discurso sea examinada desde los conceptos de persuadir y convencer. Aunque este tema
será desarrollado con más amplitud en otro capítulo de este libro, dejemos algunas ideas
centrales.
Es apenas obvio que nuestro examen cotidiano de lo que escuchamos, leemos o nosotros
mismos decimos, no se restringe a determinar el valor de verdad de las proposiciones,
ya sea para calificarlas de verdaderas, falsas, probables etc.; más aún, por lo general
lo que decimos después de leer o escuchar uno o varios argumentos es que este o aquel
argumento es bueno, que aquel lo es menos, que no me han convencido; etc., etc. Además
de calificar un argumento diciendo de él que es válido, lo que hacemos entonces muchas
veces en la vida diaria es decir que se han dado buenos argumentos o que no se han dado;
que fulanito convenció con lo que dijo o que no convenció. En suma, podemos decir de las
proposiciones que ellas son verdaderas por correspondencia, porque se trata de tautologías,
o que una proposición es contradictoria y tiene valor de 0. Pero, también podemos decir de
un argumento que es persuasivo, o que tal exposición de ideas llegó a convencer, etc., etc.
Preguntémonos ahora: ¿qué se quiere dar a entender con afirmaciones de este tipo?
Lo primero que hay que señalar es lo que no se dice con esas afirmaciones. Por ejemplo,
no se dice que fulanito esté diciendo la verdad; o que su discurso es probable; tampoco se
dice con esto que su argumentación o su discurso sean válidos, en el sentido en que lo es,
Lógica y Teoría de la Argumentación
Pero no avancemos sin antes aclarar algunos conceptos con respecto al significado de la
palabra “persuadir”. Se trata de un verbo que comporta, como mínimo, tres características.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
54
En primer lugar, no es un verbo de estado, como lo serían, por ejemplo, verbos tales
como “entender”, “conocer”, “creer”, “desear”, “amar”, etc.; en otras palabras, quien
es persuadido de algo pasa de un estado mental a otro, de un estado en el que aceptaba
ciertas tesis, a otro en el que las acepta más vivamente; por eso mismo, y en segundo lugar,
decimos que “persuadir” es un verbo de logro, en el sentido de que quien persuade de algo
logra cambiar un estado mental inicial, en particular, el estado mental del auditorio objeto
de la persuasión; en tercer lugar, “persuadir” es un verbo defectivo, tanto en presente
como en futuro, pues su conjugación, en estos casos, resulta por lo general inocua: afirmar
que “persuadiré” o que “persuado” no aplica en muchos casos, a diferencia de “persuadí”,
que implica que se pudo determinar el paso de un estado mental inicial a otro 4.
Los griegos, y en especial Platón y Aristóteles, prestaron mucha atención a este tema,
y no en vano fue entre los griegos que tuvieron lugar los tres escenarios en donde se
escuchaban sendas exposiciones que buscaban conmover los espíritus de los oyentes: en
el ágora, por ejemplo, se presentaban las tragedias a concurso y era el público el que con
sus aplausos aprobaba o no tal o cual representación; en las asambleas se discutían las
decisiones que tomaría el gobierno en uno u otro sentido en beneficio de la estabilidad
de la ciudad; y en los tribunales se decidía también con sendos discursos la inocencia o la
culpabilidad de los acusados. Como dijimos, lo que se buscaba en estos escenarios era la
ingente tarea de persuadir, de modo que podemos decir que un discurso o un argumento
es persuasivo cuando logra producir un efecto en los que asisten a una exposición de los
mismos. (Veremos con más detalle este tema en un próximo capítulo).
Ejercicio final
Lea con cuidado el siguiente fragmento de la obra de Platón, Fedro. Escriba un texto sobre lo leído.
Considere este su primer ejercicio de caligrafía lógica y filosófica.
Mi situación la conoces, y que estimo de nuestra conveniencia el que esto se realice, lo has oído
también. Pero no por ello creo que es justo el no conseguir mi demanda, por el hecho precisamente
de no estar enamorado de ti. Pues los enamorados se arrepienten de los beneficios que hacen, tan
pronto como cesan en su deseo. En cambio, los que no lo están no tienen ocasión en que les toque
arrepentirse. Como no obran bajo el imperio de su pasión, sino de grado, pueden decidir mejor
que nadie sobre sus asuntos personales, y hacen sus beneficios con arreglo a sus posibilidades.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Es más, los enamorados consideran aquellos asuntos propios que administraron mal por culpa del
amor juntamente con los beneficios que hicieron y, añadiendo a esto los sinsabores que tuvieron,
creen que han devuelto hace tiempo el debido agradecimiento a sus amados. Por el contrario, los
no-enamorados no pueden alegar el descuido de sus intereses privados por esa causa, ni tener en
cuanta las penas pasadas, ni imputarles a los mancebos las diferencias con sus allegados. De suerte
que, eliminados tantos males, no les queda otra posibilidad que la de hacer con buena voluntad lo
que crean que, una vez cumplido, les hará gratos a los por ellos requeridos. Pero es más, si la razón
de que valga la pena estimar en mucho a los enamorados es su afirmación de que quieren más que a
nadie a los que son objeto de amor, y están dispuestos de palabra y obra a enemistarse con los demás
4 Cfr. PERELMAN, Ch. El imperio Retórico, ed. Norma, 1997. Igualmente, GÓMEZ, A. L., Seis conferen-
cias sobre teoría de la argumentación. AC editores.1999.
C A P I T U L O D O S - Lógica y Verdad
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por hacerse gratos a sus amados, fácil es percatarse, si dicen verdad, de que estimarán en más
que a éstos a todos de cuantos se enamoren después; y está claro que, si a sus últimos amados les
parece bien, harán mal incluso a los primeros. Y ciertamente ¿cómo puede ser natural que se ceda
en semejante asunto a quien está aquejado de una desgracia tal, que nadie, teniendo experiencia
de ella, trataría siquiera de evitar? Pues los mismos enamorados reconocen que están más locos que
cuerdos, y que saben que no están en su sano juicio, pero que no pueden dominarse. De modo que,
una vez recobrada su sensatez, ¿cómo podrían considerar que están bien las cosas sobre las que
toman una decisión en ese estado? Además, si fuera entre los restantes donde escogieras al mejor,
tu elección se haría entre unos pocos. En cambio, si fuera entre los restantes donde eligieras al
más conveniente para ti, lo sería entre muchos. De modo que, al estar entre muchos, es mayor tu
esperanza de alcanzar al hombre digno de tu amistad.
Pero si le temes la costumbre establecida, es decir, el que al enterarse la gente caiga sobre ti el
oprobio, lo natural es que los enamorados, por creer que son objetos de los celos de los demás,
como los demás lo son de los suyos, se exalten hablando, y por vanagloriarse muestren ante todos
que no han pasado penas en vano; en tanto que quienes no lo están, al saber dominarse, escojan lo
mejor en lugar de la gloria ante los hombres. Pero aún hay algo más, necesariamente serán muchos
quienes descubran a los enamorados y los vean acompañar a sus amados y dedicarse a eso, de
suerte que, cuando se les vea conversar mutuamente, creerán entonces que su trato con el amado
es debido a que se ha cumplido ya, o está a punto de cumplirse, su deseo. En cambio, a los que no
están enamorados ni siquiera se les ocurrirá el inculparlos por su trato, puesto que saben que es algo
normal que se converse con alguien bien sea por amistad, bien por cualquier otro motivo de agrado.
Y si te ha entrado miedo al considerar que es difícil que la amistad se mantenga, y que, surgida de
cualquier manera una disensión, si bien la desgracia es común para ambos, para ti especialmente,
si has hecho entrega de lo que más estimas, el daño sería grande, lo natural en ese caso es que
temas más a los enamorados. Pues son muchas las cosas que les afligen, y creen que todo sucede
en su propio perjuicio. Por ello evitan el trato de sus amados con lo demás, temiendo que los que
tienen hacienda les sobrepasen con sus riquezas, y que los que están educados les aventajen con su
inteligencia. Y según que cada cual posea una buena cualidad, se precaven ante su influencia. Así
que, habiéndote persuadido a enemistarte con éstos, te ponen en una completa soledad de amigos;
y si tú, velando por tu interés, te muestras más sensato que ellos, incurrirás en desavenencia con
ellos. Por el contrario, quienes, sin estar enamorados, han conseguido su demanda en razón de
su mérito no mirarían con malos ojos a quienes tuvieran trato contigo; antes bien, aborrecerían a
los que no quisieran tenerlo, por considerar que por estos últimos son menospreciados, y les son
beneficiosos, en cambio, los primeros. De modo que los que aceptan sus requerimientos tienen
muchos mayores motivos de esperar que sean amistades y no enemistades lo que les reporte su
relación con ellos.
Además, muchos de los enamorados son dominados por el deseo del cuerpo antes de conocer el
carácter y tener experiencia de las demás particularidades de sus amados, de suerte que para éstos
queda en lo incierto si aún querrán ser amigos, cuando cesen en su deseo. En cambio, en el caso
Lógica y Teoría de la Argumentación
poca ira; otorgando mi perdón a las faltas involuntarias, y tratando de evitar las voluntarias. Pues
éstas son las pruebas de que una amistad ha de durar mucho tiempo. Mas si por ventura se te ha
ocurrido pensar que no es posible que exista una profunda amistad, a no ser que se esté enamorado,
menester es que reflexiones que en ese supuesto no estimaríamos tanto ni a nuestros hijos, ni a
nuestros padres, ni a nuestras madres; ni serían tampoco fieles amigos nuestros aquellos que no los
hemos creado por un deseo semejante, sino por otras relaciones.
Pero es más, si debe uno otorgar su favor a quienes más lo solicitan, conviene, incluso en otras
cuestiones, no hacer bien a los mejores, sino a los más necesitados, porque cuanto mayores sean los
males de que son liberados, mayor será el agradecimiento que nos tendrán. E incluso en nuestros
banquetes privados lo indicado no es invitar a los amigos, sino a los mendigos y a los necesitados de
un hartazgo. Pues éstos nos querrán, nos acompañarán, vendrán a nuestra puerta, se regocijarán
grandemente, nos tendrán el mayor agradecimiento y pedirán para nosotros otros muchos bienes.
Pero tal vez no conviene otorgar nuestros favores a quienes los piden con grandes instancias, sino
que a quienes mejor pueden devolvernos el favor. Ni tampoco a quienes aman simplemente, sino a
los dignos de su concesión; ni a cuantos vayan a aprovecharse de tu lozanía, sino a quienes, cuando
envejezcas, te harán partícipe de sus bienes. Ni tampoco a los que aman simplemente, sino a los
dignos de su concesión; ni a cuantos vaya a aprovecharse de tu lozanía, sino a quienes, cuando
envejezcas, te harán partícipe de sus bienes. Ni tampoco a los que, conseguido su empeño, se vayan
a jactar ante los demás, sino a quienes por pudor callarán ante todos; ni a cuantos se interesan por
poco tiempo, sino a los que ha de ser por igual amigo toda la vida; ni, asimismo, a quienes, cuando
cesen en su deseo, buscarán un pretexto de enemistad, sino a cuantos, una vez marchita tu lozanía,
te mostrarán entonces su virtud. Conque acuérdate de lo dicho, y ten presente que a los enamorados
les amonestan sus amigos en la idea de que su proceder es malo, y, en cambio, a los que no lo están,
jamás les censuró ninguno de sus familiares en la idea de que por ello tomaban malas decisiones
sobre sí mismos.
Tal vez podrías preguntarme si te aconsejo que otorgues tu favor a todos los que no están enamorados
de ti. Pero yo creo que ni siquiera el enamorado te exhortaría a tener esa idea con respecto a
todos los enamorados. Pues ni al que toma tu favor con sensatez le resulta esto digno de igual
agradecimiento, ni tampoco, si quieres pasar inadvertido a los demás, te será ello posible por igual en
todos los casos. Y es preciso que de este asunto no resulte ningún daño, sino provecho para ambos.
En conclusión, yo por mi parte estimo suficiente lo que he dicho. Tú si echas de menos algo, por
considerar que se ha pasado por alto, pregúntame.5
Lógica y Teoría de la Argumentación
5 Platón. Fedro. Alianza Editorial. Madrid: 1999. Traducción de Luis Gil Fernández. (231a- 234c).
CAPÍTULO TRES
Argumentos
Este capítulo está dedicado al concepto de “argumento” ya que, para nosotros, éste
representa la clase de inferencia que, por excelencia, le interesa al Filósofo. Primero
que todo nos referiremos a los elementos de todo argumento, esto es, las premisas y la
conclusión. Posteriormente explicaremos tres tipos de juicios que se le pueden hacer a los
argumentos: la validez, la solidez y la fuerza. A esta última le dedicaremos in extenso la
parte final del capítulo; antes, sin embargo, señalaremos las diferencias que existen entre
una argumentación como tal y una demostración.
Premisas y conclusiones
Anteriormente, habíamos visto que la lógica tenía que ver con cierta información X a la que
llegábamos con base en otra información Y de la que partíamos. Recordemos por ejemplo
que decíamos que “si Héctor nació en Troya, Odiseo en Ítaca y Agamenón no nació en
Argos, por lógica podemos afirmar que Diomedes sí nació en Argos ya que las únicas cuatro
ciudades disponibles son Troya, Itaca, Micenas y Argos”. Y, de igual forma, a partir de lo
anterior, por lógica pudimos afirmar que Agamenón nació en Mecenas.
Pues bien, ese proceso mediante el cual de datos previamente aceptados llegamos a otros datos
nuevos recibe el nombre de “inferir” y constituye el objeto fundamental de estudio de la lógica.
Lo que le interesa a la lógica es, entonces, las inferencias que podemos o no hacer entre
ciertos enunciados. Es decir, de los enunciados a) Todos los policías visten de verde y b)
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Juan es policía, podemos inferir que c) Juan viste de verde. De los enunciados a) D es igual
a 5 y b) D + D es igual a T, podemos inferir que c) T es igual a 10. De forma similar, por
lógica sabemos que de los enunciados a) Todos los policías visten de verde y b) Juan viste
de verde, no podemos inferir la afirmación c) Juan es policía.
Por esto podemos definir a la lógica como el arte, la ciencia o la disciplina que estudia las
inferencias para determinar cuáles son correctas y cuáles son incorrectas. Una inferencia
correcta se da cuando la información a la que llegamos surge efectivamente de la información
de la que partimos. Por ejemplo, si parto de que a) Todos los filósofos son interesantes y b)
Federico es filósofo, puedo inferir válidamente que c) Federico es interesante. En cambio,
no puedo inferir válidamente que d) Federico es alemán.
Ahora bien, es un hecho que constantemente estamos haciendo inferencias. Vemos nubes
grises en el cielo e inferimos que va a llover. Vemos a dos personas caminando de la mano
e inferimos que son novios. Vemos una persona manotearle a otra e inferimos que están
discutiendo. Vemos a una persona vestida de negro e inferimos que está de luto. Algunas
de estas inferencias son correctas y otras incorrectas. Y un poco de lógica nos puede servir
para evitar, en nuestra vida cotidiana, esa cantidad de inferencias incorrectas que poco a
poco van generando los chismes. Sin embargo, no son estas inferencias de la vida cotidiana
las que nos interesan, primordialmente, en este libro. A nosotros nos interesan, de un
modo especial, en cambio, las inferencias que realizamos cuando argumentamos.
PREMISA(S)
(Inferencia)
CONCLUSIÓN
1) El número de premisas de un argumento es variable. Esto quiere decir que puede haber
argumentos que sólo consten de una premisa, pero también puede haber argumentos que tengan
dos, tres y más premisas. El siguiente argumento, por ejemplo, sólo posee una premisa:
Dado que los abortos clandestinos causan miles de muertes al año y dado que
la mujer debe tener el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, penalizar el
aborto no es la mejor solución en un sistema jurídico democrático.
Dado que los abortos clandestinos causan miles de muertes al año, penalizar el
aborto no es la mejor solución para un sistema jurídico democrático, ya que la
mujer debe tener el derecho a decidir en los asuntos atinentes a su propio cuerpo
En el primero de ellos, como se ve, la conclusión aparece como si fuera una orden: “hay
que buscar la sabiduría”. Lo mismo pasa en el segundo caso en donde la conclusión es
la orden:“prohibido juzgar”. Finalmente, en el tercer argumento, además de ocurrir
exactamente lo mismo que en los otros casos (la conclusión es una orden: “no malgastes
el tiempo”), aparece también una premisa en forma de pregunta: la oración “¿Amas la
vida?”, la cual no constituye una verdadera pregunta sino una auténtica premisa que da por
2 Provebios, 4:7. Tomado de Copi (T.C.)
3 Benjamín Frannkin. T. C.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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sentado la respuesta afirmativa. Es decir, el tercer argumento bien podría ser expresado de
la siguiente forma: “Ya que tú amas la vida, y el tiempo es el elemento del que está hecha
la vida, entonces no malgastes el tiempo”.
4) Los términos premisa y conclusión son términos relativos. Esto se entiende fácilmente
al reflexionar sobre las definiciones de los términos “premisa” y “conclusión”. Veamos:
una premisa es una proposición que se afirma como apoyo o base para aceptar otra. Esta
“otra” es justamente la conclusión, la cual, a su vez, es una proposición que se afirma
con base en la previa aceptación de otra u otras, es decir, las premisas. Como se ve, es
absolutamente imposible definir el concepto de “premisa” sin hacer referencia al concepto
de “conclusión”, y viceversa. Esto quiere decir, entonces, que los términos premisa y
conclusión son términos relativos; como también lo son, por ejemplo, los términos “causa”
y “efecto”. Ahora bien, esto tiene una importante consecuencia que hay que notar: y
es que una misma proposición puede ser una premisa en un argumento y, también, ser
conclusión en otro, como sucede en los siguientes casos:
Como se ve, en el primer caso la proposición “Todo suceso está predeterminado” es una
premisa del argumento. En cambio, en el segundo caso, la misma proposición “Todo suceso
está predeterminado” es la conclusión. Esto implica, además, que ninguna proposición
por sí misma puede ser considerada una premisa o una conclusión, ya que sólo puede ser
premisa cuando, en un argumento, aparece como apoyo de una conclusión; y es conclusión
solamente cuando, en un argumento, aparece fundamentada en una premisa.
• Las reformas son muy difíciles de implementar porque la mayoría de la gente tiende a
ser conservadora.
• El lunes tengo parcial de lógica; por lo tanto debo quedarme en casa estudiando.
• Dado que María nació en Bucaramanga, se sigue que María es Santandereana.
• Jürgen no es colombiano puesto que es alto, rubio y habla con acento extranjero.
• Este líquido es un ácido o una base. Si fuera un ácido volvería el papel tornasol rojo.
Pero no ha vuelto el papel tornasol rojo; en consecuencia, este líquido es una base.
En el primer ejemplo la palabra “porque” nos indica que la afirmación que le sigue va a
servir de fundamento a la anterior, es decir, será la premisa. Lo mismo nos indican, en
4 Leibniz. T.C.
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
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los anteriores ejemplos, las palabras “dado que” y “puesto que”. En cambio, las palabras
“por lo tanto”, “se sigue” y “en consecuencia” nos señalan que a continuación de ellas
se enunciará la conclusión que se fundamenta en lo que se ha dicho anteriormente. En la
siguiente tabla se encuentran los principales indicadores de premisas y conclusiones que
usamos en el español5:
Sin embargo, lo anterior debe ser tomado con gran precaución, pues es perfectamente
posible que en un argumento no aparezca ninguno de los anteriores indicadores. Como
acontece en el siguiente argumento de John Stuart Mill:
5 Tomados del libro del profesor Miguel Ángel Pérez Jiménez Lógica clásica y argumentación cotidiana.
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá:2006.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Como se ve, acá no aparece ninguno de los anteriores términos y, sin embargo, una buena
lectura nos señala que la conclusión de Mill es la primera oración de su argumento: (El
perjuicio peculiar que se causa al silenciar la expresión de una opinión es el de un robo
contra la raza humana; contra la posteridad al igual que contra la generación existente;
contra los que disienten de la opinión, aun más contra los que la aceptan), la cual se sustenta
en las oraciones que le siguen: (Si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de
cambiar el error por la verdad; si es errónea, pierden un beneficio casi igual, la percepción
más clara y viva de la verdad, producida por su contraste con el error). Lo más aconsejable
sigue siendo entonces una buena y cuidadosa lectura del texto en cuestión.
Como vemos, las primeras afirmaciones del anterior pasaje (Si el derecho penal prohíbe
el suicidio, esto no es un argumento válido para la Iglesia) no hacen parte propiamente
del argumento que concluye acerca de la ridiculez de la prohibición del suicidio a partir
de la premisa según la cual una persona que no le tiene miedo a la muerte no se siente
atemorizada por ninguna pena. Sin embargo, tales afirmaciones iniciales nos permiten
entender de qué prohibición se está hablando.
No es necesario hacer un gran esfuerzo mental para entender que de lo anterior se quiere
concluir que la persona de la que se habla “no va a ir disparando por ahí”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Los americanos y los rusos estaban cerrando rápidamente una pinza sobre el Elba. Los
ingleses estaban a las puertas de Hamburgo y de Bremen y amenazaban con cortar a
Alemania sus lazos con la ocupada Dinamarca. En Italia había caído Bolonia6.
6 William Shirer. T.C.
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
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Se ve que se está afirmando que “el uso de drogas se refiere a lo que yo puedo hacer o no
hacer con mi cuerpo” para inferir de ahí que “el uso de drogas es un asunto de libertad
humana” (primera conclusión). Y, posteriormente, aunque sea al principio del pasaje,
de la afirmación de que “el uso de drogas es un asunto de libertad humana” se pretende
concluir el enunciado “el uso de drogas no debe ser penalizado” (segunda conclusión del
segundo argumento).
10) La relación premisa – conclusión puede darse de forma inductiva o deductiva. Por
lo general, se suele afirmar que la inducción es una clase de razonamiento o argumento
que va de lo particular a lo general, es decir, un argumento que, partiendo de premisas
particulares llega a una conclusión general. Por ejemplo:
Ahora bien, las anteriores definiciones no son totalmente correctas. Si bien es cierto que
algunos argumentos inductivos tienen la anterior estructura que va de lo particular a lo
Lógica y Teoría de la Argumentación
general, no es correcto afirmar que todos la tienen. Y lo mismo pasa con los argumentos
deductivos. Veamos el siguiente argumento:
Todos los chimpancés son mamíferos y tienen pulmones. Todos las caballos
son mamíferos y tienen pulmones. Todos los humanos son mamíferos y tienen
pulmones. Por lo tanto, probablemente todos los mamíferos tienen pulmones.
Es claro que tanto las premisas como la conclusión del anterior argumento son todas
generales. Sin embargo, se trata de un auténtico argumento inductivo.
O el siguiente caso:
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Hitler fue un dictador y fue cruel. Stalin fue un dictador y fue cruel. Castro es
un dictador. Por lo tanto, probablemente Castro es cruel.
Acá estamos en presencia de un auténtico argumento inductivo en donde tanto las premisas
de las que se parte, como la conclusión a la que se llega, son afirmaciones particulares. Por
lo tanto, no es correcto definir a los argumentos inductivos como aquellos en los cuales, a
partir de una premisa particular, se llega a una conclusión general.
Como se ve, en este caso todos los elementos del argumento, es decir sus premisas y su
conclusión, son particulares; pero el argumento es deductivo.
O este otro:
Todos los animales son mortales. Todos los humanos son animales. Por lo tanto,
todos los humanos son mortales.
Como se ve, se parte de algo general (Todos los animales son mortales) y se llega también a algo
general (Todos los humanos son mortales); a pesar de que se trate de un argumento deductivo.
Queda visto entonces que lo que define a un argumento deductivo o a uno inductivo no
puede ser el nivel de generalidad o particularidad del que se parte ni el nivel de generalidad
o particularidad al que se llega.
Es claro que si las premisas son verdaderas la conclusión NECESARIAMENTE tiene que serlo
sin necesidad de otra información. De nada nos sirve saber que Sócrates está muy enfermo,
o que su Doctor le ha dicho que le quedan pocos meses de vida, o que el padre y la madre
de Sócrates se murieron, o que por lo general hay una tendencia que muestra que los
atenienses se mueren antes de cumplir 120 años. No necesitamos nada más para concluir,
CON TOTAL CERTEZA, que si es verdad que todos los hombres son mortales y que Sócrates
es hombre, es verdad entonces que Sócrates es mortal. Todo esto muestra que lo que
realmente caracteriza a un argumento deductivo es que sus premisas ofrecen apoyo TOTAL
a la conclusión; es decir, en un argumento deductivo válido la conclusión se infiere de
forma necesaria de las premisas.
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
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En cambio, en un argumento inductivo, por más válido que sea, lo anterior no ocurre,
pues el apoyo que dan las premisas para inferir la conclusión en un argumento inductivo
siempre será un apoyo parcial. Por esta razón, en todos nuestros ejemplos siempre hemos
colocado el adverbio “probablemente”. Y, por lo mismo, todo argumento inductivo podrá
recibir nueva información que refuerce o debilite la inferencia que se realiza a partir de
las premisas. Retomemos uno de nuestros ejemplos:
Hitler fue un dictador y fue cruel. Stalin fue un dictador y fue cruel. Castro
es un dictador. Por lo tanto, probablemente Castro es cruel.
Esta nueva premisa nos permitiría concluir con mayor razón que Castro efectivamente
es cruel.
Pero también puede ocurrir lo contrario. Por ejemplo si afirmamos que el 100% de los
habitantes de Cuba tienen garantizados, por el Gobierno de Castro, la salud, la educación
y la alimentación necesarias para una vida digna. Con base en esta nueva premisa que le
agregamos a nuestro argumento, la conclusión de que “Castro es cruel” parece debilitarse.
Ejercicio
1. Una superficie gris se ve roja si antes hemos estado viendo una azul verdosa; una hoja de papel
se siente muy suave si hemos tocado antes una lija, o rugosa si antes hemos tocado una muy
suave superficie de cristal; el agua de la llave sabe dulce si hemos comido antes alcachofas.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Por tanto, una parte de lo que llamamos rojo, suave o dulce debe estar en los ojos, los dedos o
la lengua del que ve, toca o prueba.
B.F. Skinner, Más allá de la libertad y de la dignidad.
2. Los males del mundo se deben tanto a los defectos morales como a la falta de inteligencia.
Pero la raza humana no ha descubierto hasta ahora ningún método para erradicar los defectos
morales...La inteligencia, por el contrario, se perfecciona fácilmente mediante métodos que
son conocidos por cualquier educador competente. Por lo tanto, hasta que algún método
para enseñar la virtud haya sido descubierto, el progreso tendrá que buscarse a través del
perfeccionamiento de la inteligencia antes que del de la moral.
Bertrand Russell.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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3. Procurar la propia felicidad es un deber, pues el descontento con la propia condición, junto a
la presión de las preocupaciones y necesidades insatisfechas, pueden fácilmente convertirse en
una gran tentación a transgredir los deberes.
I. Kant
4. Debe haber sustancias simples, puesto que las hay compuestas; ya que una sustancia compuesta
no es nada más que una colección o agregado de sustancias simples.
5. Con respecto al bien y al mal, estos términos no indican nada positivo en las cosas consideradas
en sí mismas, ni son otra cosa más que modos de pensamiento o nociones que formamos a
partir de la comparación de una cosa con otra. Pues una y la misma cosa puede al mismo
tiempo ser un bien, un mal o indiferente. La música, por ejemplo, es un bien para una persona
melancólica, un mal para una persona de luto, y para un sordo no es ni un bien ni un mal.
6. ¿Amas la vida? Entonces, no malgastes el tiempo, porque es el elemento del que está hecha
la vida.
Benjamín Franklin
7. De entre todas las cosas del mundo, la sensatez es la que se halla distribuida más equitativamente,
porque cualquiera cree que la tiene en abundancia y aun aquellos que resultan más difíciles de
complacer en cualquier otra cosa, comúnmente no desean más de la que ya tienen.
René Descartes, Discurso del Método
8. Parece que la misericordia no puede ser atribuida a Dios, porque la misericordia es un tipo de pena,
como señala el Damasceno. Pero no hay penas en Dios y, por lo tanto, no hay misericordia en él.
Tomás de Aquino, Suma Teológica
9. Puesto que la moral, por tanto, influye sobre las acciones y los afectos, se sigue que las acciones
y los afectos no pueden derivar de la razón y esto se debe a que, como hemos visto, la razón
por sí sola no puede tener nunca esa influencia.
Lógica y Teoría de la Argumentación
10. Si una acción promueve los mejores intereses de cada una de las partes involucradas y no
viola los derechos de alguna de ellas, entonces la acción es moralmente aceptable. Por lo
menos en algunos casos, la eutanasia activa promueve los mejores intereses de todas las partes
involucradas y no viola los derechos de ninguna de ellas. Por lo tanto, por lo menos en algunos
casos, la eutanasia activa es moralmente aceptable.
James Rachels
11. La certidumbre del castigo, aunque moderado, hará siempre mayor impresión que el temor de
otro más terrible, porque los males, aunque pequeños, cuando son ciertos amedrentan siempre
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
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los ánimos de los hombres; y la esperanza, don celestial, que por lo común tiene lugar en todo,
siempre separa la idea de los mayores, principalmente cuando la impunidad, tan conforme con
la avaricia y flaqueza, aumentan su fuerza.
Cesare Beccaria
12. Venus y Mercurio deben girar alrededor del Sol porque nunca se alejan mucho de él y porque
tan pronto se los ve de este lado como del otro del Sol.
13. La poesía es más sutil y más filosófica que la historia; pues la poesía expresa lo universal y la
historia sólo lo particular.
Aristóteles. Poética
14. Destruir un libro es casi como matar a un hombre; quien mata a un hombre mata a un ser de
razón, imagen de Dios; pero quien destruye un buen libro, mata a la razón misma.
15. Esta es la forma más simple del argumento teológico del esquema, conocido antaño con el
nombre de “reloj de Paley”: “Si por azar encontramos un reloj u otro objeto de intrincado
mecanismo, inferiríamos que ha sido hecho por alguien. Pero encontramos en todo nuestro
alrededor intrincados objetos de mecanismos naturales, y se ve que los procesos del universo
se realizan en relaciones complejas; por lo tanto, debemos inferir que también éstos tienen
un Hacedor”
B. A. O. Williams. “Argumentos metafísicos”. La naturaleza de la metafísica
B) De los siguientes argumentos, señale cuáles son inductivos y cuáles deductivos. Justifique su
respuesta.
1. Puesto que el profesor de lógica ha llegado tarde a las últimas clases, hoy también empezaremos
la clase retrasados.
2. He tomado los cinco taxis de esta ciudad y los choferes me han estafado. Por lo tanto, todos los
choferes de taxi aquí son estafadores.
3. Sólo puede haber un universo puesto que todo lo que esté fuera de él por estarlo se hallaría
relacionado con él y subordinado a él de modo que en definitiva formaría parte de él.
Lógica y Teoría de la Argumentación
4. Ya que la mayoría de profesores de la UIS son hombres, el profesor de latín también debe
ser hombre.
5. Debido a que todo pez es vertebrado y ningún molusco es vertebrado, se sigue que ningún
molusco es pez.
6. Al parecer la voluntad de Dios es mutable. Pues el Señor dice (Génesis, VI, 7): me arrepiento
por haber creado al hombre. Pero quien se arrepiente de lo que ha hecho, tiene una voluntad
mutable. Por lo tanto Dios tiene una voluntad mutable.
7. Por el estado del país, por los hábitos de la gente y por la experiencia que hemos tenido en este
punto, es evidente la imposibilidad de reunir sumas muy considerables mediante impuestos
directos. En vano se han multiplicado las leyes impositivas; en vano se han intentado nuevos
métodos para efectuar la recolección; invariablemente se han frustrado las expectativas
públicas y los tesoros de los Estados han permanecido vacíos.
8. La Biblia es el documento sagrado de los cristianos, ella dice que Dios creó el mundo y todo
lo que lo compone. Esta visto que el hombre hace parte del mundo. Por lo tanto, para los
cristianos el hombre fue creado por Dios.
9. Al tratar de comprender los elementos de los que se componen los fenómenos mentales, es de
la mayor importancia recordar que desde los protozoarios hasta el hombre, en ningún punto
se abre un abismo muy grande de estructura o de conducta. A partir de este hecho, es una
inferencia altamente probable la de que tampoco existe en ningún punto un abismo mental
muy amplio.
Bentrand Russell. Análisis del espíritu
En general, un argumento puede ser valorado de tres formas. Podemos juzgar, primero,
si la conclusión del argumento se sigue o no de las premisas del mismo. En segundo lugar,
podemos emitir un juicio acerca de la verdad o falsedad de las premisas y la conclusión.
Y, finalmente, podemos referirnos a la fuerza del argumento, es decir, a su capacidad para
persuadirnos. Estas tres posibilidades de juicios sobre un argumento nos permiten construir
tres clases de categorías para clasificar argumentos: la validez, la solidez y la fuerza. Es
decir, un argumento puede ser válido o inválido, sólido o no sólido y fuerte o débil.
De forma opuesta, si yo afirmo que todos los policías visten de verde, y que Juan viste de
verde, es inválido inferir que Juan es policía. También si afirmo que si me gano la lotería
me compró un carro, pero que como no me la gané, por lo tanto no me lo compro. Estos dos
últimos casos son ejemplos de argumentos que podríamos llamar “inválidos”; lo que quiere
decir que la conclusión no se infiere de las premisas. Ahora bien, es necesario aclarar que
la validez o invalidez de un argumento no depende del contenido del argumento, sino de la
forma del mismo. Por esto, todos los argumentos que tengan la forma Todo A es B, y Todo C
es A, por lo tanto, Todo C es B, son argumentos válidos. Como es el caso del argumento del
ejemplo: Todos los hombres (A) son mortales (B), todos los colombianos (C) son mortales
(A), por lo tanto, todos los colombianos (C) son mortales (B). De igual forma, todos los
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
69
argumentos que tengan la forma Todo B es A, y Todo C es A, por lo tanto, Todo C es B son
argumentos inválidos, como lo es el caso del ejemplo: Todos los policías (B) visten de verde
(A), Juan (C) viste de verde (A), por lo tanto, Juan (C) es policía (B). Esto quiere decir que
la validez o invalidez de un argumento no depende entonces de la verdad o falsedad de sus
premisas o de su conclusión. Por lo tanto, es perfectamente posible que un argumento sea
válido así tenga una conclusión falsa. Este sería el caso del siguiente argumento: Todas las
aves pueden volar, la gallina es un ave, por lo tanto la gallina puede volar. Este argumento
es perfectamente válido así una premisa y su conclusión sea falsa.
Solidez: Un argumento sólido o “bien fundado” es aquel argumento que, además de ser
válido, es un argumento del cual sabemos que tiene premisas verdaderas; y, por lo tanto,
podemos saber con certeza que su conclusión también es verdadera. El argumento: “Como
todas las ballenas son mamíferos, y todos los mamíferos tienen pulmones, se sigue que
todas las ballenas tienen pulmones”, es un argumento sólido. La conclusión se infiere
correctamente de las premisas y, ya que éstas son verdaderas, podemos confiar en que la
primera también lo es. En cambio, el argumento “Como todas las vacas comen piedras, y
mi tía es una vaca, por lo tanto mi tía come piedras” es un argumento que, a pesar de ser
válido, no es sólido. Es decir, la conclusión efectivamente se infiere de las premisas, pero
éstas no son verdaderas.
Fuerza: Existe aun un tercer juicio de valor que se puede realizar sobre un argumento y
que se refiere a la “fuerza” del mismo. Cuando decimos que un argumento es “fuerte” nos
estamos refiriendo a la capacidad que tiene el mismo de ser aceptado por un auditorio
determinado. Esto quiere decir que un argumento es fuerte sólo porque efectivamente
logra persuadir a las personas a las que se dirige. Pero esto es algo que depende de dos
cosas íntimamente relacionadas a) el contenido del argumento y b) la clase de personas
a las que se dirige. Es decir, que un mismo argumento puede ser fuerte para un grupo de
personas determinado y débil para otro. Por ejemplo, afirmar que “no se deben tener
relaciones sexuales prematrimoniales porque así lo ordena la Biblia” es un argumento que
sólo será fuerte si se argumenta frente a una comunidad de personas altamente creyentes
en las palabras de la Biblia. Sin embargo, es de esperar que ante un grupo de profesores
universitarios dicho argumento no reciba mayor aprobación. Más adelante volveremos
sobre este tema.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Argumentar y Demostrar
7 COPI, Irving y COHEN Carl. Introducción a la Lógica. México: Editorial Limusa, 2002, p. 20-21. Y en el
mismo sentido GARCÍA, Luis Enrique. Lógica y pensamiento crítico. Manizales: Universidad de Caldas,
1995, p. 40-50.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
70
los siguientes elementos fundamentales: (1) una proposición llamada conclusión que 2) se
infiere con base en (3) otras proposiciones llamadas premisas que son afirmadas o supuestas
justamente como apoyo o razones para aceptar la conclusión. Nótese, en este sentido, que
el concepto de argumento no puede ser definido sin hacer referencia a los conceptos de 1)
premisa, 2) inferencia y 3) conclusión.
Ahora bien, frente a dicha estructura pueden hacerse, al menos, dos tipos de preguntas. Por
una parte, desde el punto de vista meramente lógico es posible preguntarse si la conclusión
se infiere válidamente de las premisas de las que se parte. Sin embargo, por otra parte, desde
una perspectiva que podría ser llamada “retórica”, la pregunta a hacerse es si el argumento
resulta persuasivo, atractivo e interesante para la audiencia a la cual se dirige. Estas dos
preguntas comienzan a marcar las diferencias que existen entre demostrar y argumentar.
Debemos decir, como preámbulo, que esta diferenciación no es una distinción reciente. En
efecto, Aristóteles distinguía dos tipos de razonamientos: los analíticos y los dialécticos.
A los razonamientos analíticos él los estudió en los Primeros y Segundos Analíticos; y por
este estudio es considerado en la historia de la filosofía como el padre de la lógica formal.
Sin embargo, Aristóteles también dedicó buena parte de su análisis a la otra clase de
razonamiento, a saber, el razonamiento dialéctico, el cual es tratado en los Tópicos, en La
retórica y en Las refutaciones sofísticas.
La tradición lógica sólo le dio valor a la primera clase de razonamientos estudiada por
Aristóteles, esto es, los analíticos, y olvidó completamente los razonamientos dialécticos
que se convirtieron en algo extraño a la lógica. El problema es que, como lo vio Aristóteles,
ambos tipos de razonamientos existen. Es innegable que los razonamientos analíticos son de
gran importancia en la ciencia en general. Pero también es innegable que constantemente
realizamos razonamientos dialécticos en donde no demostramos sino que argumentamos,
es decir, en donde buscamos hacer admitir ciertas tesis al proponer argumentos a favor
Lógica y Teoría de la Argumentación
1) En una demostración es necesario que los datos que se utilicen estén desprovistos de
toda ambigüedad. De ahí el recurso a la simbolización para analizar la validez de las
demostraciones; por esto, el lenguaje de las demostraciones es un lenguaje artificial: 1)
P → Q, 2) P, 3) Q. Esto puede leerse como: 1) “si se da P, se da Q”, 2) “Se da P”, 3) “Por
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71
2) En una demostración no se discuten los axiomas o los principios de los que se parte. De
lo que se trata es de mirar si, a partir de ellos, se puede inferir válidamente la conclusión
del razonamiento. En el siguiente argumento simbolizado, por ejemplo, tenemos cuatro
premisas numeradas del 1 al 4. A partir de ellas se pretende inferir la conclusión R v U. En
este caso nosotros nunca pensaríamos en cuestionar la veracidad o la pertinencia de las
premisas. Simplemente tenemos que demostrar que la conclusión R v U efectivamente se
infiere de las premisas 1, 2, 3 y 4:
1. Q → R
2. ~ S → (T → U)
3. S v (Q v T)
4. ~ S
/RvU
3) Una demostración, por ser formal, es impersonal. Esto quiere decir que no importa quién
la diga, con qué contenido se diga, ni ante quién se diga. En una demostración se busca
inferir las consecuencias correctas de ciertas premisas. La argumentación en cambio, en
Lógica y Teoría de la Argumentación
la medida en que tiene como fin producir la adhesión de un auditorio a las tesis que se le
presentan, presupone siempre lo que Perelman llama “contacto espiritual” entre quien
argumenta y ante quien esa persona argumenta. Es decir, quien argumenta debe conocer
su auditorio y tenerle cierta consideración para ofrecerle razones que consigan su adhesión
a las tesis propuestas en vez de darle simples órdenes o usar la violencia. Por esto se suele
afirmar que toda argumentación es ad hominem, lo que quiere decir simplemente que todo
ejercicio argumentativo es siempre relativo a un auditorio determinado ya que el éxito de
la argumentación depende de lo que el auditorio está dispuesto a admitir sobre hechos,
verdades, valores, jerarquías, etc. Por eso son muy diferentes las discusiones que podemos
tener con nuestros padres de las que podemos tener con nuestros amigos, o con nuestros
profesores o con nuestras novias, etc.; así el tema sea el mismo.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
72
4) Por lo general las argumentaciones buscan no sólo la adhesión puramente intelectual sino
también incitar a la acción o al menos crear una disposición a la acción. Por esto el campo
de la política es el campo por excelencia de la argumentación, no de la demostración. Por
esto, además, la argumentación puede tener una relación muy estrecha con las emociones
y las pasiones: no por nada el Libro II de la Retórica de Aristóteles está dedicado, en su
gran mayoría, al estudio de las pasiones como elemento de la persuasión. Sólo de las
demostraciones, por ende, se puede exigir que se desarrollen sin apasionamientos; petición
fuera de lugar en el campo argumentativo. Lo que no significa, sin embargo, que se deba
argumentar de cualquier forma, por ejemplo, insultando o burlándose del adversario.
5) Una demostración es correcta conforme a un sistema de reglas que tienen que ser
explicitadas. Una argumentación no se llama correcta sino más bien fuerte o persuasiva.
Y esa fuerza no nace de ningún sistema de reglas explícito sino más bien de la adaptación
del orador a su auditorio y del uso pertinente de las técnicas argumentativas (sobre
esto profundizaremos al final del capítulo). Por esto, las demostraciones son cerradas e
intemporales, mientras que las argumentaciones son abiertas y temporales. Afirmar que
Todo C es B porque Todo A es B y que Todo C es A es algo válido en todo tiempo y lugar:
algo “tan válido” en la época de Aristóteles como lo es en nuestro tiempo: “tan válido” en
Dinamarca como en Cundinamarca. En cambio el argumento “las mujeres no deben gobernar
porque todos saben que son menos inteligentes que los hombres”, es un argumento que
pudo ser fuerte en algún momento hace ya varios años, pero que hoy, francamente resulta
inaceptable.
1. p v q (axioma)
2. r ^ ~ q (axioma) Con las reglas se derivan los teoremas 3, 4 y 5, así:
todo aquel que tenga uso de razón. El razonamiento constriñente es pues verdadero por
definición: una vez aceptados los axiomas iniciales, los teoremas son función de la correcta
aplicación de las reglas.
La fuerza de la argumentación
En este acápite vamos a profundizar un poco más, a partir de la teoría del filósofo Chaïm
Perelman, en el concepto de “argumento fuerte”.
quiere influir con su argumentación”10. Esto hace que el único mandato general que la
teoría de la argumentación de Perelman prescriba sea el de exigirle al orador la adaptación
a su auditorio11. No de otra forma puede el discurso del orador cumplir sus propósitos y ser
efectivo.
8 LEÓN, Adolfo. Seis Lecciones sobre Teoría de la Argumentación. Alego Editores, Cali: 2001, p. 125.
9 PERELMAN y TYTECA Tratado de la Argumentación, p. 48.
10 PERELMAN Op. Cit., p. 35, y PERELMAN y TYTECA Op. Cit., p. 55.
11 PERELMAN Op. Cit., p. 35. Según Perelman, “El conocimiento, por parte del orador, de aquellos cuya
adhesión piensa obtener es, pues, una condición previa a toda argumentación eficaz”. ( PERELMAN y
TYTECA Op. Cit., p. 56).
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
74
Esta inevitable adaptación implica, por una parte, que el orador debe partir, en su
argumentación, de premisas que gocen del beneficio de una adhesión suficiente, y, por
otra, que el “buen argumento” es aquel que efectivamente puede conseguir la adhesión
suficiente a las tesis que propone el orador. Es decir, el argumento que permita transferir
a las conclusiones la adhesión concedida a las premisas.
De forma similar, el profesor Alfonso Monsalve13 presenta tres aspectos que determinan que
un argumento sea un argumento fuerte:
c) La dificultad de su refutación.
Todo lo anterior, sin embargo, es dependiente de una sola cosa: el auditorio. Por lo tanto,
que un argumento es “bueno” o “fuerte” es algo que sólo se sabe a partir de sus efectos.
Esto quiere decir que un argumento sólo puede ser calificado como bueno si efectivamente
logra persuadir al auditorio al que se dirige sin que, por lo tanto, se pueda realizar una
12 LEÓN GÓMEZ, Adolfo. Seis lecciones sobre Teoría de la Argumentación. Cali: Alego Editores, 2001, p.
159 – 160.
13 MONSALVE, Alfonso. Teoría de la argumentación. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia 1992 p.
111- 112.
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
75
A pesar de esto, en el capítulo XII del Imperio Retórico, Perelman realiza ciertas sugerencias
para aumentar la fuerza de un argumento. Entre estas se pueden señalar las siguientes:
c) El argumento conocido, previsto, banal, que no es sino un lugar común, tiene menos
fuerza que un argumento original, nuevo, propio para la causa.
e) Quien admite un cierto tipo de prueba le da peso, pues admite explícitamente que hará
depender su acuerdo de la realización de una u otra condición.
Ahora bien, en este contexto es legítimo preguntarse por la relación entre la validez de un
argumento y la fuerza del mismo. Es decir, ¿todo argumento fuerte tiene que ser válido? O
¿todo argumento válido, por el simple hecho de serlo, es ya un argumento fuerte? Desde
la teoría de Perelman, podemos decir que la dimensión de la validez simplemente puede
ser un aspecto del “buen argumento”. En efecto, al decir de Perelman, “disociando la
eficacia de una argumentación de su validez, se logrará que recaiga sobre ella la sospecha,
que disminuya su eficacia, incluso si está reconocida por aquel a quien ha conseguido
persuadir”15. En ciertas ocasiones no hay argumento más fuerte para oponerse a una
argumentación rival que indicar su falta de validez y consistencia lógica. Sin embargo, esto
Lógica y Teoría de la Argumentación
último también depende del auditorio16. Por ejemplo, para alguien como Tertuliano, con
su Credo quia absurdum est, la validez lógica de un argumento no sería algo relevante. No
se trata pues de una validez lógica universal y absoluta en virtud de la cual un argumento
pueda ser calificado de “bueno” o “malo”. En este contexto, en el cual, se repite, todo es
dependiente del auditorio, la fuerza de un argumento sólo podría ser anticipada gracias a
la regla de justicia: lo que, en cierta situación, ha podido convencer parecerá convincente
en una situación semejante, o análoga17.
Como se ve, el auditorio universal, que de todas formas se mantiene como una construcción
del orador, es, en la teoría perelmaniana, norma de la argumentación objetiva18. De ahí
que dicho auditorio, construido a partir de lo que el orador sabe de sus semejantes con la
idea de emitir un discurso que deba ser aceptado por todo “ser de razón”, sea un auditorio
ideal19. Según Perelman, “cada cultura, cada individuo posee su propia concepción del
auditorio universal, y el estudio de estas variaciones sería muy instructivo, pues nos haría
conocer lo que los hombres han considerado, a lo largo de la historia, real, verdadero y
objetivamente válido”20. Por lo demás, es el concepto de auditorio universal el que marca la
diferencia, en la teoría de Perelman, entre “persuadir” y “convencer”. En efecto, mientras
la argumentación sólo pretenda servir para un auditorio particular, será una argumentación
persuasiva; pero, si es una argumentación realizada para obtener la adhesión de todo ente
de razón, dicha argumentación recibirá el calificativo de convincente si efectivamente logra
su cometido. En palabras de Perelman “un discurso convincente es aquel cuyas premisas y
argumentos son universalizables, es decir, aceptables en principio, por todos los miembros
del auditorio universal”21.
Ejercicio final
A) En los siguientes pasajes de textos filosóficos se encuentra, en cada uno de ellos, un argumento.
Identifique las premisas y la conclusión de tales argumentos y emita un juicio sobre su validez,
solidez y fuerza. Justifique sus respuestas.
Lógica y Teoría de la Argumentación
1) Trasímaco: Escucha pues—dijo—sostengo que lo justo no es otra cosa que lo que conviene al más
fuerte. ¿Por qué no lo celebras? No querrás, de seguro.
18 Ibíd. p. 71. En palabras del filósofo belga: “el acuerdo de un auditorio universal no es una cuestión de
hecho, sino de derecho” (PERELMAN y TYTECA op. Cit p. 72).
19 Según Perelman “Una argumentación dirigida a un auditorio universal debe convencer al lector del
carácter apremiante de las razones aducidas, de su evidencia, de su validez intemporal y absoluta” (Ibíd.
p. 72). Y de igual forma: “Los filósofos siempre procuran dirigirse a un auditorio de este tipo, no porque
esperen conseguir el consentimiento efectivo de todos los hombres – pues saben muy bien que sólo una
pequeña minoría tendrá ocasión de conocer sus escritos -, sino porque creen que a todos aquellos que
comprendan sus razones no les quedará más remedio que adherirse a sus conclusiones” (Ibíd.)
20 PERELMAN y TYTECA op. Cit p. 75.
21 PERELMAN op. cit p. 39.
C A P I T U L O T R E S - Argumentos
77
Sócrates: Lo haré—repliqué yo—cuando llegue a saber lo que dices: ahora no lo sé todavía. Dices
que lo justo es lo que conviene al más fuerte. ¿Y cómo lo entiendes, Trasímaco? Porque, sin
duda, no quieres decir que si Polimanto, el campeón del pancracia, es más fuerte que nosotros
y le conviene para el cuerpo la carne de vaca, este alimento que le conviene es también
adecuado y justo para nosotros, que somos inferiores a él.
Trasímaco: Desenfadado eres, Sócrates –dijo—, y tomas mi aserto por donde más fácilmente
puedes estropearlo.
Sócrates: De ningún modo, mi buen amigo—repuse yo—, pero di más claramente lo que quieres
expresar.
Trasímaco: ¿No sabes—preguntó—que de las ciudades las unas se rigen por la tiranía, las otras
por democracia, las otras por aristocracia?
Trasímaco: Y así, cada gobierno establece las leyes según su conveniencia: la democracia, leyes
democráticas; la tiranía, tiránicas, y del mismo modo los demás. Al establecerlas, muestran los
que mandan que es justo para los gobernados lo que a ellos conviene, y al que se sale de esto
lo castigan como violador de las leyes y de la justicia. Tal es mi buen amigo, lo que digo que
en todas las ciudades es idénticamente justo: lo conveniente para el gobierno constituido. Y
éste es, según creo, el que tiene el poder; de modo que, para todo hombre que discurre bien,
lo justo es lo mismo en todas partes: la conveniencia del más fuerte.
Platón. La República.
2) Todas nuestras ideas se derivan de las impresiones de sensación o de las de reflexión. Me gustaría
preguntar a esos filósofos que basan en tan gran medida sus razonamientos en la distinción de
sustancia y accidente, y se imaginan que tenemos ideas claras de cada una de esas cosas, si
la idea de sustancia se deriva de las impresiones de sensación o de las de reflexión. Si es de
las primeras, ¿por cuál de nuestros sentidos nos llega y de qué modo? Si es percibida por los
ojos deberá ser un color, si por los oídos, un sonido, si por el paladar un sabor; y lo mismo con
respecto a los demás sentidos. Pero no creo que nadie afirme que la sustancia es un color,
un sonido o un sabor. La idea de sustancia deberá derivarse entonces de una impresión de
reflexión, si es que realmente existe. Pero las impresiones de reflexión se reducen a nuestras
pasiones y emociones, y no parece posible que ninguna de estas represente una sustancia. Por
consiguiente, no tenemos ninguna idea de sustancia que sea distinta de la de una colección
de cualidades particulares, ni poseemos de ella otro significado cuando hablamos o razonamos
Lógica y Teoría de la Argumentación
3) Creemos ciertamente que Tú (Dios) eres algo mayor que lo cual nada puede pensarse. ¿Y si
por, ventura, no existe una tal naturaleza, puesto que el insensato dijo en su corazón: no
existe Dios? Más el propio insensato, cuando oye esto mismo que yo digo: “algo mayor que lo
cual nada puede pensarse”, entiende lo que oye; y lo que entiende está en su entendimiento,
aunque no entienda que aquello exista realmente. Una cosa es, pues, que la cosa esté en el
entendimiento, y otra entender que la cosa existe en la realidad. Pues, cuando el pintor piensa
lo que ha de hacer, lo tiene ciertamente en el entendimiento, pero no entiende que exista
todavía en la realidad lo que todavía no hizo. Sin embargo, cuando ya lo pintó, no sólo lo tiene
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
78
en el entendimiento, sino que también entiende que existe en la realidad, porque ya lo hizo.
El insensato debe convencerse, pues, de que existe, al menos en el entendimiento, algo mayor
que lo cual nada puede pensarse, porque cuando oye esto, lo entiende, y lo que se entiende
existe en el entendimiento. Y, en verdad, aquello mayor que lo cual nada puede pensarse, no
puede existir sólo en el entendimiento. Pues si sólo existe en el entendimiento puede pensarse
algo que exista también en la realidad, lo cual es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor
que lo cual nada puede pensarse, existe sólo en el entendimiento, aquello mayor que lo cual
nada puede pensarse es lo mismo que aquello mayor que lo cual puede pensarse algo. Pero esto
ciertamente no puede ser. Existe por tanto, fuera de toda duda, algo mayor que lo cual nada
puede pensarse, tanto en el entendimiento como en la realidad.
San Anselmo, Proslogion
a. ¿Qué es un argumento?
h. ¿Qué significa que los términos “premisa” y “conclusión” sean términos relativos?
j. ¿Los párrafos que contienen argumentos sólo contiene proposiciones que son premisas y
proposiciones que son conclusiones?
k. ¿Es necesario que en todo argumento la conclusión y las premisas estén explícitas?
l. ¿Siempre que se afirme una proposición o se establezcan relaciones entre varias proposiciones se
está argumentando?
Lógica y Teoría de la Argumentación
Premisas de la Argumentación
Siempre que argumentamos y, por lo tanto, tenemos la pretensión de que las personas que
nos escuchan o nos leen acepten las conclusiones en las que creemos, tenemos que partir
inevitablemente de ideas que esas personas tienen por verdaderas. De lo contrario, más
que un diálogo argumentativo lo que se desarrollaría sería una exposición sorda y egoísta
de lo que nosotros tenemos por verdadero y que creemos que con el simple hecho de ser
oído por los otros, debe ser aceptado. Es como si un creyente absolutamente convencido de
su fe pretendiera que un grupo de ateos aceptara su tesis según la cual no se debe aceptar
la existencia de las uniones de parejas homosexuales a partir de las consideraciones que
según él se encuentran consignadas en la Biblia. Es claro que si se empieza argumentando
de esta forma jamás se llegará a ningún lado, pues para que toda argumentación sea
exitosa lo mínimo que debe hacer es partir de algún punto en común entre el orador y
el auditorio. Un asunto totalmente diferente es hasta qué punto estaríamos dispuestos a
ceder en lo que admitimos para lograr persuadir a algún auditorio determinado. Tal vez
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
80
Ahora bien, las premisas que se pueden usar como punto de partida de la argumentación
pueden ser de muchas clases. Pero seguimos la clasificación hecha por Chaïm Perelman y
diremos que en términos generales las premisas usadas en toda argumentación pueden ser
de dos clases:
a. Aquellas referidas a lo real: esto es, los hechos, la verdades y las presunciones.
b. Aquellas referidas a lo preferible: esto es, los valores, las jerarquías y los lugares
comunes de lo preferible.
Esto quiere decir que cuando iniciamos una argumentación, el acuerdo básico lo podemos
encontrar a partir de premisas que se refieren a lo que puede ser considerado como “lo
real” pero también a partir de premisas que se refieren a “lo preferible”. Asunto que
pasamos a explicar en las siguientes líneas.
En nuestras argumentaciones es muy común que usemos, como premisas de las mismas,
afirmaciones que pretenden describir la realidad objetiva del mundo. Es evidente que esto
tiene una gran ventaja: argumentar a partir de “realidades” implica usar como punto de
partida cierta información que todo el mundo debería aceptar. De ahí que se considere
que una argumentación que parta de estas premisas sea una argumentación dirigida al
auditorio universal.
En este sentido, la realidad estaría compuesta, por una parte, por lo que objetivamente
tenemos por verdadero, más allá de nuestra particular situación personal; y, por otra, por lo
Lógica y Teoría de la Argumentación
que presuponemos que es verdadero, también de una forma objetiva en el mismo sentido.
Entre lo primero estarían todas aquellas cosas que admitimos como hechos y verdades,
mientras que en lo segundo estarían las llamadas presunciones.
Hechos y Verdades
lenguaje y el sentido común señalan como algo objetivo que se impone a todos2. Es decir,
un dato estable, una información aceptada y admitida. Por ejemplo: a) la tierra tiene
forma esférica, b) el sol se encuentra en el centro del sistema solar, c) el agua se compone
de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Pero también afirmaciones de otros
ámbitos como las siguientes: d) es mejor vivir en una democracia que en una dictadura,
e) el desarrollo de un país sólo se logra si se invierte en educación, etc. Como se ve, un
hecho o una verdad es una afirmación que nadie podría descartar sin caer en el ridículo
a menos que dé también razones para justificar su incredulidad. Esto quiere decir que
lo que hoy es un hecho o una verdad, puede no serlo mañana. Y, de igual forma, muchas
cosas que fueron hechos o verdades hace mucho tiempo, hoy no lo son. Por ejemplo, hace
algunos años la existencia de los ángeles era un hecho; lo mismo la idea de que la tierra
era plana, o que era el centro del universo. Para un griego del siglo V, la conveniencia
y justicia de la esclavitud era un hecho; lo mismo la superioridad del hombre sobre la
mujer. Para nosotros en cambio, la igual dignidad de todas las personas es, o al menos
debería ser, un hecho.
Por todo lo anterior, afirma Perelman “Los hechos se sustraen, por lo menos provisionalmente,
a la argumentación, es decir, no se tiene que aumentar ni generalizar la intensidad de la
adhesión, y tal adhesión no necesita de justificación alguna”3. Es claro que si algo tiene que
ser argumentado, no es un hecho o una verdad, en la medida en que no es algo que todo
el mundo acepta o debería aceptar.
Presunciones
En principio, una presunción no es tan segura como un hecho o una verdad, en el sentido en
que no la consideramos como completamente incontrovertible. Sin embargo, sí consideramos
Lógica y Teoría de la Argumentación
que, detrás de toda presunción, existen razones muy valederas y aceptables para que la
tomemos como cierta. En palabras de Perelman, “Una presunción suele referirse a lo que
ocurre regularmente y, por ende, puede tomarse como punto de partida”4. El hecho de
que sea punto de partida quiere decir entonces que lo aceptamos para construir nuestras
2 En la teoría de Perelman la distinción entre hechos y verdades es realmente pequeña. En palabras del
filósofo belga: “En general, se habla de hechos cuando se alude a objetos de acuerdo precisos, limitados;
en cambio, se designará preferentemente con el nombre de verdades los sistemas más complejos, relativos
a los enlaces entre hechos, ya se trate de teorías científicas o de concepciones filosófica o religiosas que
trascienden la experiencia” (PERELMAN, Chaïm. El imperio retórico, Norma, 1997 p. 124).
3 Ibid. P. 122.
4 Ibíd.
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82
El Derecho nos brinda una gran cantidad de ejemplos de presunciones que nos pueden
ayudar a entender mejor cómo funcionan éstas como premisas de la argumentación. En
efecto, en el Derecho se considera a las presunciones como medios de prueba a favor de
la existencia de un hecho. Lo que quiere decir que, en medio de algún proceso, una de
las partes que está alegando un hecho no necesitaría suministrar ninguna prueba si existe
una presunción a su favor. Por ejemplo, el artículo 762 del Código Civil establece que
“El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique serlo”. Esto quiere
decir entonces que se presume que si una persona posee una cosa, es decir, la tiene
bajo su dominio y la usa como si fuera suya, se presume por ley que efectivamente es
el propietario. Y, en virtud de esto, en las argumentaciones que se dan en el juicio se
puede usar como premisa “el hecho de que el poseedor es el propietario” a no ser que se
presente una prueba en contrario.
Es decir, según la ley colombiana se puede dar “como un hecho” el que una persona fue
concebida entre los ciento ochenta y los trescientos días previos a su nacimiento. Así
como también se puede dar “como un hecho” que el hijo que nació después de los ciento
ochenta días al matrimonio o a la declaración de la unión marital de hecho tiene como
padres a los cónyuges o a los compañeros permanentes. Esto, claro está, a menos que se
demuestre lo contrario, como justamente lo señala el mismo artículo 214.
Pues bien, en las argumentaciones cotidianas también suele suceder lo anterior, con la
gran diferencia de que las presunciones como premisas de tales argumentaciones no están
consagradas institucionalmente, como sí lo están las presunciones jurídicas. Sin embargo,
esto no quiere decir que no existan y que no pesen en nuestras discusiones. Perelman
C A P I T U L O C U A T R O - Premisas de la Argumentación
83
presenta los siguientes ejemplos de presunciones que operan en nuestro día a día5:
Ahora bien, también es común que cuando argumentamos recurrimos al uso de premisas
que no expresan directamente nuestra concepción de lo “real” sino, más bien, nuestra idea
de lo “preferible”. En este caso, no partimos necesariamente de premisas que todos los
seres humanos comparten o deberían compartir, pues sabemos que nuestras preferencias
se encuentran limitadas a puntos de vistas muy concretos que no pueden generalizarse a
toda la humanidad. De ahí que se considere que una argumentación que parta de estas
premisas sólo se puede dirigir al auditorio particular.
Entre estas premisas sobre lo preferible podemos distinguir los valores, las jerarquías y los
lugares de lo preferible; que pasamos a explicar a continuación.
Valores
Ahora bien, como premisas de nuestras argumentaciones, los valores tienen dos características
básicas: a) están jerarquizados y b) no se piensan como aceptables por todo el mundo.
Lo primero diferencia claramente a los valores de los hechos; es decir, mientras que lo real
sólo admite un solo plano, los valores, siendo valores, se piensan relacionados entre sí de
tal forma que haya uno o unos más importante que otros. En palabras de Perelman:
Lo anterior quiere decir que no porque le demos primacía a un valor estamos negando la
existencia de otro, como valor. De ahí que escoger darle mayor importancia a la libertad
por encima de la igualdad, por ejemplo, no quiere decir que no se le da importancia a la
igualdad pues en la medida en que ésta se admite ya como valor esa importancia le es
consustancial. Lo único que se hace entonces es ubicarla en una jerarquía en la cual el
valor de la libertad tiene un peso mayor. Pero no por eso el valor de menor jerarquía deja
de ser un valor que no tiene importancia y del cual se puede fácilmente prescindir. “Al
contrario, es porque uno quiere lo que sacrifica, por lo que el sacrificio es doloroso; un
menor valor siempre permanece un valor, a pesar de todo”7.
Ahora bien, alguien podría señalar que sí hay ciertos valores que de una u otra forma
todo el mundo admite y que, por ende, son valores universales; como por ejemplo lo
verdadero, el bien, lo bello, etc. Es decir, todas las personas parecen preferir lo verdadero
sobre lo falso, lo bueno sobre lo malo, lo bello sobre lo feo, etc. Pues bien, con Perelman
podríamos decir que este “acuerdo aparentemente universal” sólo se mantiene como tal
mientras los significados de “lo verdadero”, “lo bueno”, “lo bello”, etc., permanezcan
indeterminados, pues cuando se intentan precisar de alguna forma y en algún contexto
aparecen los desacuerdos y las oposiciones. Por ejemplo el valor de la justicia; otro de
Lógica y Teoría de la Argumentación
esos valores que parecen ser universales. Y sin embargo se han escrito cientos de miles de
páginas en la historia de la filosofía para intentar definirlo. Para algunos por ejemplo la
justicia es “darle a cada cual lo suyo”; para otros “darle a cada cual lo que necesita”; para
otros más “obrar de tal forma que tu máxima de comportamiento se pueda convertir en
ley universal de comportamiento para los demás”; y así hasta llegar a quienes consideran
que “la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte”.
6 Ibid. P. 133.
7 Ibid. P 52. IR.
C A P I T U L O C U A T R O - Premisas de la Argumentación
85
(…) se puede comprender que un mismo enunciado, según el lugar que ocupe en el
discurso, según lo que anuncie, niegue o corrija, es relativo a lo que, comúnmente,
se considera hecho o valor (…) el estatuto de los enunciados evoluciona: los valores,
insertados en un sistema de creencias que se procura ensalzar ante los demás, pueden
ser tratados como hechos o verdades8.
Para finalizar, bástenos con señalar que Perelman distingue dos tipos de valores: los valores
abstractos y los valores concretos. Los primeros hacen referencia a aquellos valores que no
se predican de una realidad en particular sino que, al contrario, se conciben aplicables a
situaciones generales. La justicia, la belleza, la virtud, la igualdad, la libertad, etc., son
todos ejemplos de estos tipos de valores. Por otra parte, los valores concretos son aquellos
que, en contraste, sí se predican de un ser particular, un objeto, un grupo o una institución
concebidos en su unicidad o particularidad. En efecto, cuando resaltamos la unicidad de
algo, por ese mismo hecho, lo estamos valorizando. Ejemplos de este tipo de valores:
Colombia, la Iglesia, la Universidad, la Familia, etc.
Jerarquías
Vimos que en las argumentaciones se suele usar toda clase de valores pero, por lo general,
subordinados entre sí mediante alguna jerarquía. Como cuando Aristóteles afirma “Amicus
Plato, sed magis amica veritas”9. Esto nos muestra que “la argumentación se basa, no sólo
en valores abstractos y concretos, sino también en jerarquías, tales como la superioridad
de los hombres sobre los animales, de los dioses sobre los hombres”10. En este sentido, la
intensidad de adhesión a un valor con relación a la intensidad con la cual se adhiere a otro
determina la existencia entre estos dos valores de una jerarquía que es punto de partida
esencial en toda argumentación.
Y es que, en efecto, casi podríamos decir que las jerarquías son mucho más importantes que los
valores mismos pues, como vimos, la mayoría de los valores son aceptados por un gran número
Lógica y Teoría de la Argumentación
de auditorios; variando en cambio, las jerarquías que se suelen establecer entre esos valores.
8 Ibid. P 134.
9 “Amigo de Platón pero más amigo de la Verdad”.
10 Ibid. P. 139.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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De otro lado, las jerarquías heterogéneas son aquellas que relacionan valores de
diferente cualidad, como por ejemplo admitir que la verdad es superior a la justicia. Las
homogéneas, por su parte, relacionan un mismo valor basando entonces la subordinación
únicamente en la cantidad, como la que diría que un dolor más débil es preferible a un
dolor más fuerte.
Lugares de lo preferible
Junto a los valores y las jerarquías tenemos también una tercera clase de premisas sobre
lo preferible: los lugares.
El término “lugares”, que remite a los topoi de la retórica griega, sistematizados y explicados
por Aristóteles, hace referencia a la idea de premisas de carácter muy general que sirven
para construir nuestras argumentaciones en la medida en que permiten fundamentar los
valores y las jerarquías.
De forma general, podemos pensar a los lugares comunes como esquemas argumentativos
que nos posibilitan el construir un argumento para sustentar una conclusión determinada,
especialmente, mediante la fundamentación de los valores o las jerarquías usados en
nuestra argumentación.
Aristóteles, sin embargo, critica fuertemente esta concepción de los lugares comunes que
hace de la retórica un simple asunto de la memoria. Las palabras del Estagirita al final de
de Refutaciones Sofísticas son absolutamente contundentes:
En efecto, la educación impartida por los que trabajan a sueldo en torno a los argumentos
erísticos sería más o menos semejante al estudio de Gorgias: pues daban a aprender
de memoria, los unos, enunciados retóricos y, los otros, enunciados interrogativos, en
los que creían respectivamente, unos y otros, que acostumbran a caer la mayoría de
Lógica y Teoría de la Argumentación
argumentos. Por ello la enseñanza, para los que aprendían de ellos, era rápida, pero
sin técnica: pues dando, no la técnica, sino lo que se deriva de la técnica, creían estar
educando, como si uno, declarando que va a transmitir el conocimiento de cómo no
hacerse daño en los pies, no enseñara, ni la técnica de hacer zapatos, ni de dónde
procurárselos, sino que se diera muchos tipos de calzados de todas clases: pues éste
contribuiría a una cosa útil, pero no transmitiría una técnica11.
Por lo demás, según Perelman esta concepción de los lugares comunes contribuyó
considerablemente a que la Retórica fuese considerada algo totalmente banal y trivial que
sólo consistía en un adornamiento del lenguaje con miras a producir ciertos efectos12.
Por el contrario, ya en el caso de Aristóteles, la noción de “lugar común” se mantiene en el
terreno de lo formal, de manera tal que se trata de instrucciones generales que se limitan
a indicar que una conclusión de cierta clase puede ser derivada de premisas de cierta clase.
Por este nivel de generalidad o formalidad, los lugares comunes de Aristóteles pueden ser
usados para construir diversos argumentos sin importar, en principio, el asunto del discurso.
De esta forma, los lugares comunes son auténticas reglas de inferencia retórica que
funcionan como las reglas de inferencia o de equivalencia en una demostración lógica.
En esta última, como es sabido, las reglas de inferencia o de equivalencia, que son todas
tautologías y argumentos válidos elementales, permiten, al ser aplicadas a las premisas de
las que se parte, demostrar la validez lógica de nuestro argumento.
1. ~ N v A
2. N
/ A
Pues bien, al aplicar tales reglas lógicas al anterior argumento, se tiene lo siguiente:
1. ~ N v A
2. N
/ A
3. N → A Impl. 1.
4. A M.P. 3, 2.
Con esto, queda demostrado que el argumento “O el gerente no notó el cambio o lo aprobó.
Lógica y Teoría de la Argumentación
12 En palabras de Perelman: “Primitivamente, los lugares comunes se caracterizaban por su gran generali-
dad, que los hacía utilizables en cualquier ocasión. La degeneración de la retórica y la falta de interés
por el estudio de los lugares por parte de los lógicos ha llevado a la consecuencia imprevista de que
los desarrollos oratorios contra el lujo, la lujuria, la pereza, etc. – repetidos hasta la saciedad por los
ejercicios escolares -, fueran calificados lugares comunes, a pesar de su carácter totalmente particular
(…) Los lugares comunes de nuestros días sobresalen por una banalidad que no excluye, de ningún modo,
el carácter específico. Estos lugares comunes sólo son, a decir verdad, una aplicación a las cuestiones
particulares de los lugares comunes, en el sentido aristotélico. Pero, al aplicarse a un asunto tratado con
frecuencia y al desarrollarse con cierto orden, con conexiones previstas entre lugares, sólo se piensa en
su trivialidad, con lo que se ignora su valor argumentativo. En tal situación, se tiende a olvidar que los
lugares forman un arsenal indispensable del que, quiera o no quiera, deberá pertrecharse quien desee
persuadir a los demás” (145).
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Pues bien, en gran medida, la concepción de la Retórica que desarrolla Aristóteles y que
influye considerablemente en la teoría de la argumentación de Perelman acepta la existencia
de unas reglas de inferencia retórica, usadas como premisas de la argumentación, que
permitirían al orador, al ser aplicadas, ya no demostrar la conclusión de su razonamiento,
sino lograr la adherencia del auditorio a las tesis que le presenta en su discurso. Como
se recordará, no se trata ahora de construir un razonamiento válido sino un discurso
persuasivo. Estas reglas de inferencia retórica que, se repite, hacen parte de las premisas
de la argumentación constituyen los lugares de lo preferible. En palabras de Perelman:
Sólo llamaremos lugares a las premisas de carácter general que permiten fundamentar
los valores y jerarquías y que Aristóteles estudia entre los lugares del accidente. Dichos
lugares constituyen las premisas más generales, sobreentendidas con frecuencia, que
intervienen para justificar la mayoría de nuestras elecciones13.
Lugares de la cantidad
Los lugares de la cantidad son aquellas premisas generales que permiten afirmar que algo
tiene mayor valor que otra cosa debido a razones de tipo cuantitativo. Ya Aristóteles señaló
varios ejemplos de ellos:
Este tipo de lugares permiten valorar más aquellas cosas que benefician a un mayor número,
pero también despreciar aquellas que sólo son útiles a una pequeña cantidad de personas.
Perelman nos recuerda cómo Isócrates se vale de los lugares de la cantidad para afirmar
la superioridad de los educadores sobre los atletas pues, según él estos últimos sólo se
benefician a ellos mismos por su fuerza, mientras que los primeros son provechosos para
todos. Conclusión a la que sólo se llega si se tiene como punto de partida la premisa del
Lógica y Teoría de la Argumentación
Otros casos de lugares de cantidad son aquellas premisas que le dan preferencia a lo
probable sobre lo improbable; o a lo fácil sobre lo difícil, o a lo que correo menos peligro
de que se nos escape sobre lo que puede ser muy fugaz. Sólo quien admite un lugar de la
cantidad puede considerar que es mejor tener un trabajo aburrido pero estable que uno
entretenido pero inestable pues con el primero podemos contar por mucho más tiempo.
13 Ibid. P. 146.
14 ARISTÓTELES, Tópicos, 117a y ss.
15 PERELMAN, Op. Cit, P. 148.
C A P I T U L O C U A T R O - Premisas de la Argumentación
89
Por el contrario, quien prefiera un trabajo interesante así no tenga la certeza de que
durará un buen tiempo en él, le da menos relevancia a los lugares de la cantidad que la
que le da a los de la cualidad. Como quedará claro por lo que sigue.
Lugares de la cualidad
En clara oposición con los lugares de la cantidad, los lugares de la cualidad aparecen
cuando en la argumentación se cuestiona el valor de los grandes números, de lo que puede
ser común a todos y, en cambio, se admite el valor de lo único e incomparable. En efecto,
“los protagonistas del lugar de la cualidad no pueden dejar de resaltar dicho aspecto; en
último término, el lugar de la cualidad desemboca en la valorización de lo único, que, así
como lo normal, es uno de los pilares de la argumentación”16.
Chaïm Perelman nos ofrecer como otros casos de lugares de la cualidad el lugar de lo
precario y el lugar de lo irreparable. En palabras de nuestro filósofo:
El lugar de lo irreparable aparece como si fuera un límite, que viene a resaltar el lugar
de lo precario: la fuerza argumentativa, ligada a su evocación puede causar un efecto
fulminante…para que una acción sea irreparable, es preciso que no pueda repetirse: tal
acción adquiere un valor por el mero hecho de ser considerada bajo este aspecto18.
¿Quién puede negar que una decisión que tuviera consecuencias irremediables se valoriza
inmediatamente por ese mismo hecho? He ahí la relevancia absoluta de la decisión de ser
padre o madre, por ejemplo.
Una gran cantidad de ejemplos de lugares de la cualidad pueden ser fácilmente encontrados
en un filósofo como Friedrich Nietzsche. Podríamos citar los siguientes:
Decidme, ¿cómo llegó el oro a ser el valor supremo? Porque es raro, e inútil, y
resplandeciente, y suave en su brillo; siempre hace don de sí mismo19
Lógica y Teoría de la Argumentación
(…)
¡Ay, a menudo me cansé del espíritu cuando encontré que también la chusma es rica
de espíritu! Y a los que dominan les di la espalda cuando vi lo que ellos llaman ahora
dominar: chalanear y regatear por el poder - ¡con la chusma!20
16 Ibid. P. 154.
17 ARISTÓTELES, Tópicos, 117b.
18 PERELMAN, Op. Cit, P. 157.
19 NIETZSCHE, Friedrich, Así habló Zaratustra Alianza Editorial, Madrid, 1997 p. 122.
20 PERELMAN, Op. Cit, Ibíd. p. 152.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
90
Ahora bien, es necesario señalar que Perelman también admite la existencia de lugares del
orden, de lo existente, de la esencia y de la persona. Sin embargo, es claro en afirmar que,
de alguna u otra forma, todos estos lugares se pueden reducir a lugares de la cantidad o
de la cualidad. Por lo tanto, queda para quienes deseen profundizar un poco más sobre lo
acá expuesto la lectura directa del Tratado de la Argumentación o El Imperio Retórico para
conocer en qué consisten tales lugares y de qué formas se puede llevar a cabo la señalada
reducción.
Lógica y Teoría de la Argumentación
CAPÍTULO CINCO
Falacias en la Argumentación
falacia, pues como lo señalamos anteriormente una falacia, además de ser un argumento
lógicamente incorrecto, es un argumento aparentemente persuasivo. Observemos los
siguientes dos argumentos1:
Ambos argumentos son lógicamente incorrectos, en el sentido de que las premisas no implican
la conclusión. Sin embargo, tan sólo uno de ellos es una falacia. Y esto es así por la segunda
característica de las falacias, a saber, la de ser argumentos aparentemente persuasivos. El
primero de los anteriores argumentos es, de una forma evidente, lógicamente incorrecto:
la conclusión de ninguna forma se podría seguir de la premisa aportada. Es decir, nadie
aceptaría la conclusión acerca de la ira con base en la premisa sobre las azucenas. Por eso,
este argumento no tiene ninguna apariencia de ser persuasivo. El segundo, en cambio, sí
que la tiene. De ahí que seguramente se tienda a creer que este segundo argumento es un
buen argumento, es decir, que las premisas aducidas dan un buen apoyo a la conclusión que
se pretende inferir a partir de ellas. Aparentemente persuasivo, entonces, quiere decir que
el argumento nos puede parecer fuerte. Y de ahí, la tercera parte de la definición de una
falacia: es un argumento difícil de contestar, refutar o contra-argumentar. Especialmente en
una discusión acalorada en donde no se realice un cuidadoso examen. Más adelante veremos
en donde está el error lógico de este segundo argumento que, muy seguramente, a muchos
les parece un “buen argumento”.
En primer lugar, nos parece innegable que estudiar las falacias es importante para tener
una visión completa de la lógica. En efecto, si la lógica trata del estudio de las inferencias
para determinar cuáles son correctas y cuáles son incorrectas, es evidente que tiene que
Lógica y Teoría de la Argumentación
estudiarse también, al menos desde algún punto de vista, las inferencias incorrectas, que,
como vimos, algunas de ellas entran en la categoría de las falacias.
En segundo lugar podemos decir, con Aristóteles, que el tema de las falacias tiene gran
importancia pues nos permite distinguir los argumentos correctos de los incorrectos,
especialmente, para prevenirnos y no ser víctimas de engaños mediante estos últimos.
1 Tomados de COMESAÑA, Juan Manuel, “Lógica informal. Falacias y argumentos filosóficos”, Eudeba,
Buenos Aires, 2001, p. 42.
2 ARISTÓTELES, “Refutaciones Sofísticas”, 170a20 y ss.
3 COPI y COHEN, op. cit., p. 126.
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
93
Ejercicio previo
A continuación apreciado lector encontrará un listado de argumentos. Léalos y analícelos con cuidado,
con base en las siguientes preguntas: ¿le parecen buenos argumentos? ¿Cree que la conclusión se
sigue de las premisas? ¿Se siente persuadidos por ellos? ¿Cree que cometen algún error lógico? Si es
así, ¿cuál y por qué?
4. No se le puede creer a lo que dice la oposición: son puras falsedades. Después de todo, ellos son
una manada de cobardes que atacan y critican indiscriminadamente.
5. A: “Por todo lo anterior, usar piel de animales como vestido es algo que se debe evitar”
B: “No puedo creer en lo que dice puesto que su pantalón es de cuero de vaca”
6. Julián es una persona poco fiable. Hace días le presté mi navaja y él prometió devolvérmela
pronto. Sin embargo ahora rehúsa entregármela cuando la necesito para asesinar a mi esposa.
Lógica y Teoría de la Argumentación
7. En la vida es necesario tener siempre una actitud feliz. Hay que ver la cantidad de gente que
sufre de enfermedades catastróficas y además siempre están de mal genio y deprimidas. De
seguro que su enfermedad es causada por su constante mal genio y depresión.
8. Ayer me desperté con fiebre. Y en la noche mi cara estaba llena de puntos rojos. De seguro la
fiebre me causó esos puntos.
9. El dolor de cabeza se me quitó cuando escuché unas canciones de Rafael; por lo tanto,
recomendaré sus discos como remedio.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
94
10. Es claro que Dios existe, pues eso lo dice la Biblia, a la cual hay que creerle por ser palabra de
Dios.
11. Puesto que quien hace buenos fraudes en los exámenes obtiene altas notas y el fraude es motivo
de anulación, los mejores exámenes deben anularse.
12. El fin de una cosa es su perfección; la muerte es el fin de la vida; luego la muerte es la perfección
de la vida.
13. Esta vez nuestro equipo será el mejor, puesto que este año los mejores jugadores están en
nuestro equipo.
14. Por segundo año consecutivo nuestro equipo fue el mejor del país. Por lo tanto, todos los
jugadores del equipo deben ser considerados como los mejores del país.
15. El conductor de aquél vehículo estrellado es una mujer. Lo que prueba que las mujeres son una
amenaza al volante.
17. Así lo dice el manual de convivencia de este colegio: el cabello se usa corto. Por lo tanto, o
acepta totalmente el manual de convivencia o se cambia de colegio. ¿Le recomiendo alguno?
18. Este gobierno ha fracasado con su política educativa; aun queda 2% de niños analfabetas.
19. Si él fuera colombiano, entonces hablaría español. Pero él no es colombiano. Por lo tanto, no
habla español.
20. Si él fuera colombiano, entonces hablaría español. Y de hecho habla español. Por lo tanto es
colombiano.
21. ¿Cómo va a ser buena la idea de fortalecer la educación pública? ¿No ves que esa idea proviene
de las principales tesis comunistas?
22. Yo no puedo apoyar la idea de que el Estado nacionalice las industrias vitales para la sociedad.
Esto fue algo que hicieron tanto Hitler como Stalin en su época.
23. Si permitimos que nuestros estudiantes vengan con el cabello largo, después querrán venir con
aretes y piercings. Y después querrán traer el cabello de todos los colores. Y después no querrán
usar uniforme. Y, por esa vía, terminarán rechazando todas las normas sociales. Por eso no
podemos permitir que nuestros estudiantes vengan al colegio con su cabello largo.
Lógica y Teoría de la Argumentación
24. ¿Por qué miras para ambos lados antes de cruzar la calle? ¿No te das cuenta que esta vía va sólo
de sur a norte?
25. Sentir envidia es algo natural en todos los seres humanos, por lo tanto, no hay nada de malo en
ella.
26. Se que ustedes creen que yo soy un cruel dictador. Y parecen tener buenas pruebas a su favor.
Sin embargo, la historia me juzgará de otra manera.
27. Recuerden que no podemos votar por el candidato de izquierda, ya que ese no le parece bueno
al sacerdote.
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
95
28. Profesor, usted debe subirme unas cuantas décimas, pues si supiera todos los esfuerzos y
penalidades que soporté para mantenerme en la universidad.
29. Si ustedes insisten en apoyar la ley a favor del aborto, pronto serán excomulgados.
31. ¿Acabar con la monarquía? Imposible, ésta siempre ha existido en nuestro país.
32. La educación por competencias es lo último que se ha desarrollado a nivel educativo. Por lo
tanto debemos aceptarla.
33. Estoy absolutamente convencido, aunque no lo pueda demostrar, de que estas reformas sólo
desmejorarán la calidad académica.
Clases de falacias
Argumento ad ignorantiam
Ahora bien, argumentar de esta forma es cometer la falacia del argumento por la ignorancia
o ad ignorantiam. Esta falacia consiste en afirmar que una proposición es verdadera
basándonos en que no se ha probado su falsedad. Y lo mismo a la inversa, es decir, afirmar
que una proposición es falsa porque no se ha probado su verdad. La estructura de esta
falacia es la siguiente:
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
96
P puede ser cualquier tipo de proposición. Con esto se quiere indicar que todo argumento
construido de la forma señalada, sin importar el contenido, cometerá la falacia ad
ignorantiam. Otros ejemplos de argumentos que cometen esta falacia serían los
siguientes:
Ahora bien, no sobra aclarar que no se comete la falacia ad ignorantiam cuando existen
presuposiciones a favor de la verdad o falsedad de una afirmación. Como ocurre por ejemplo
en el contexto legal del derecho penal en donde, por existir una presunción de inocencia,
según la cual toda persona es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, sí se puede
argumentar a favor de la inocencia de un investigado basándonos en el hecho de que su
culpa no fue claramente probada. Pero esto, se repite, se da por el establecimiento de la
figura de la presunción de inocencia.
“si” o bien “no”; pero, cualquiera de estas dos opciones implica aceptar que B golpeaba
en el pasado a su esposa.
1. Se realiza una pregunta X (que de cualquier forma que se responda incluye la aceptación
implícita de Y, que es algo que no ha sido preguntado)
2. El interlocutor responde la pregunta X
3. De ahí se asume la respuesta de Y
De ahí que una pregunta compleja no debe tanto ser respondida, sino más bien debe
explicitarse su “complejidad”. Es decir, más que responder, lo que hay que hacer es replicar.
En nuestro ejemplo, B debió haber afirmado algo como lo siguiente:
Argumento ad hominem
No se le puede creer a lo que dice la oposición: son puras falsedades. Después de todo,
ellos son una manada de cobardes que atacan y critican indiscriminadamente.
A: “Por todo lo anterior, usar piel de animales como vestido es algo que se debe evitar”
B: “No puedo creer en lo que dice puesto que su pantalón es de cuero de vaca”
más bien, con la persona que la defiende. En el primer caso, en efecto, se está negando
la verdad de las tesis de la oposición basándose en una consideración sobre el carácter de
sus miembros. De igual forma, en el segundo caso, B niega la verdad de la afirmación de
A (usar piel de animales como vestido es algo que se debe evitar) con base en el hecho de
que A lleva puesto un pantalón de cuero de vaca. En ambos casos se está cometiendo la
falacia “ad hominem” o “contra el hombre” pues se pretende desacreditar una afirmación
haciendo referencia no a la probable falsedad de ella sino a ciertas características de
quien la enuncia y defiende.
Este tipo de argumentación debería evitarse al menos por dos razones: primero, preferir un
adjetivo que califique la personalidad de nuestro interlocutor con base en el cual rechazar
sus afirmaciones, en vez de buscar otro tipo de razones directamente relacionadas con el
tema de lo que él afirma, revela una gran pereza mental y un facilismo intelectual que,
de por sí, es altamente criticable. Y, segundo, los insultos tienen el efecto de anular toda
posibilidad de continuar con la discusión y el diálogo: “yo no hablo contigo porque todo lo
que tu dice es falso ya que tu eres un…”4
“Las compañías de tabaco se equivocan cuando dicen que fumar no afecta seriamente a tu
salud, porque sólo están defendiendo sus negocios multimillonarios”.
Accidente
Julian es una persona poco fiable. Hace días le presté mi navaja y él prometió devolvérmela
pronto. Sin embargo ahora rehúsa entregármela cuando la necesito para asesinar a mi
esposa. Me parece inconcebible que haya personas que no cumplan sus promesas.
La falacia del accidente se comete cuando se aplica una regla general aceptada a un
caso particular, cuyas circunstancias excepcionales harían inaplicable la regla. En nuestro
ejemplo la regla general es que una persona que no cumple con sus promesas es una
persona poco fiable. Sin embargo, se pretende aplicar esa regla a un caso en donde no
se debería aplicar: la persona le prestó un cuchillo a otra, que prometió devolvérselo;
pero ahora se lo está pidiendo para asesinar a su esposa. Naturalmente el fin con el que
se quiere usar el cuchillo hace que la regla “deben cumplirse las promesas” tenga una
excepción y, por ende, no sea aplicable de la misma forma. La estructura de esta falacia
podría ser descrita así:
Queda claro entonces que la falacia del accidente consiste en aplicar una regla general a
un caso que, dadas sus particulares características, no debe aplicársele la regla.
Todo enunciado general suele tener excepciones en la medida en que existen otros
enunciados generales que deben cumplirse también. Para volver a nuestro ejemplo uno
diría que “está bien que se deban cumplir las promesas pero también se debe respetar la
vida humana, por lo tanto Julián no está obligado a cumplir su promesa de devolverle el
cuchillo ya que sabe que éste va a ser usado para asesinar a alguien”.
“Puesto que todo el que gasta más de lo que gana se convierte en un delincuente potencial,
hay que tener cuidado con Jose, quien no hace otra cosa ahora que pagar deudas.”
Causa falsa
En la vida es necesario tener siempre una actitud feliz. Hay que ver la cantidad de gente que
sufre de enfermedades catastróficas y además siempre están de mal genio y deprimidas.
De seguro que su enfermedad es causada por su constante mal genio y depresión.
Ayer me desperté con fiebre. Y en la noche mi cara estaba llena de puntos rojos. De seguro
Lógica y Teoría de la Argumentación
El dolor de cabeza se me quitó cuando escuché unas canciones de Rafael; por lo tanto,
recomendaré sus discos como remedio.
considerarlo causa de este último. En general podríamos decir que existen tres formas
en que esta falacia se puede cometer: se puede, en primer lugar, confundir el efecto con
la causa; se puede, además, ignorar una causa común; o, finalmente, se puede asociar
erróneamente un fenómeno con otro, en una relación causa, únicamente sobre la base de
que uno de ellos ocurrió antes que el otro. Esto da entonces, tres posibles falacias de causa
falsa, que suelen llamarse a) confundir la causa con el efecto, b) ignorar una causa común
y c) Post Hoc. Estas falacias pueden describirse con ayuda de las siguientes estructuras:
1. A ocurre antes de B.
2. Por lo tanto, A es la causa de B.
Por su parte, el segundo ejemplo también puede considerarse como en ejemplo de una
falacia de causa falsa; sólo que allí puede que no esté confundiendo la causa con el efecto
sino que, más bien, se esté ignorando una causa común. Y todo por cometer el error lógico
de asumir que un fenómeno causa a otro simplemente porque ocurrió antes. Es decir, en
el caso de nuestro ejemplo, tanto la fiebre como los puntos rojos pueden estar ambos
causados por un tercer fenómeno que es la “causa en común” de ambos.
Algo muy similar ocurre en el tercer ejemplo, en donde se afirma que las canciones de Rafael
fueron la causa de la curación del dolor de cabeza ya que, justo después de escucharlas, el
dolor de cabeza desapareció. Los latinos llamaban a esta forma falaz de argumentar: Post
hoc, ergo proter. Es decir, “ocurrió después de ello, por lo tanto fue la causa”.
“Tomé una aspirina, recé a Dios, y mi dolor de cabeza desapareció. Luego, Dios me curó el
dolor de cabeza”.
Es claro que Dios existe, pues eso lo dice la Biblia, a la cual hay que creerle por ser palabra
de Dios.
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
101
En nuestro ejemplo es claro que lo que está en discusión es la existencia de Dios. Esto es
algo que no es admitido por el auditorio ante el cual se argumenta. Por lo tanto, no se
puede usar como premisa la afirmación según la cual “la Biblia habla de la existencia de
Dios”, ya que sólo una persona que ya creyera que Dios existe admitiría la premisa de que
“la Biblia habla de la existencia de Dios” como razón para aceptar la tesis “Dios existe”.
Conclusión inatinente
Puesto que quien hace buenos fraudes en los exámenes obtiene altas notas y el fraude es
motivo de anulación, los mejores exámenes deben anularse.
1. Es verdad que X (en donde X es una premisa fácilmente aceptable que, sin embargo, no
tiene relación directa con la conclusión que se pretende inferir)
2. Por lo tanto Y
Esta falacia también es llamada ignoratio elenchi justamente porque la forma como se
argumenta revela que se desconoce el asunto concreto que está siendo debatido. “Ignoratio
elenchi” es una expression griega que puede traducirse, sin gran rigor, como “ignorancia
de la refutación”. En efecto, la falacia de la conclusión inatinente o ignoratio elenchi se
caracteriza por proporcionar premisas que no tienen una relación directa con la conclusión.
Por ejemplo cuando los gobiernos pretenden justificar la implementación de una reforma
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
102
“Este es el gobierno que más apoyo le ha dado a la educación pública, pues siempre le
hemos pagado cumplidamente a los maestros”.
Ambigüedad
Esta falacia puede tomar cualquier forma; por esto omitiremos la presentación de su
estructura formal que, repetimos, podría ser cualquiera. Haremos notar en cambio que
la falacia de la ambigüedad se vale de una característica ineludible del lenguaje humano:
el hecho de que la mayoría de las palabras tengan más de un significado, como lo vimos en
Lógica y Teoría de la Argumentación
el caso de la palabra “fin”. De ahí que debamos tener gran cuidado cuando presenciamos
argumentaciones en torno a palabras tan ambiguas como democracia, justicia, paz,
verdad, etc.
Como otro ejemplo de un argumento que cometa la falacia de la ambigüedad podemos
citar el siguiente:
“Todo el mundo debería pelear por lo que cree. Y como usted está en desacuerdo con mis
creencias, entonces lo voy a agarrar a golpes.”
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
103
Composición
Esta vez nuestro equipo será el mejor, puesto que este año los mejores jugadores están en
nuestro equipo.
Esta clase de razonamientos es falaz porque del hecho de que las partes de un todo tengan
cierta característica, no se sigue que el todo mismo también la tenga. Todo amante del
fútbol sabe que no porque se contraten a los mejores jugadores, el equipo será el mejor; de
igual forma como no porque las partes de una casa (por ejemplo los ladrillos) son livianas,
se sigue que una casa es liviana. En casos como éstos el razonamiento es falaz porque es
innegable que el todo es mucho más que la simple suma de sus partes.
“La bicicleta esta hecha enteramente de componentes de poca masa, y por lo tanto es muy
liviana”.
División
Por segundo año consecutivo nuestro equipo fue el mejor del país. Por lo tanto, todos los
jugadores del equipo deben ser considerados como los mejores del país.
“Las hormigas pueden destruir árboles. Luego, esta hormiga puede destruir un árbol”
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Generalización apresurada
El conductor de aquél vehículo estrellado es una mujer. Lo que prueba que las mujeres son
una amenaza al volante.
Esta falacia se comete cuando se infieren principios generales de hechos muy particulares
o analizados incorrectamente. Como en el caso del ejemplo en donde a partir de un solo
caso “una mujer se estrelló”, el cual ni siquiera ha sido analizado (pudo no ser culpa de la
conductora) se pretende inferir un principio general según el cual “las mujeres son malas
conductoras”. El error lógico, entonces, reside en el hecho de que el caso o los casos a
partir de los cuales se pretende hacer la generalización son a) muy poco representativos
o b) mal analizados. Por eso, bien podemos decir que la estructura formal de esta falacia
es la siguiente:
Ahora bien, ¿qué es una muestra representativa o cuándo se analiza correctamente? Esto
es una pregunta que sólo se resuelve caso por caso. Pero es innegable, por ejemplo,
que afirmar que “Francisco es una persona odiosa porque ayer me crucé con él y no me
saludó”, es un “mal argumento” acerca del carácter de Francisco porque “ser una persona
odiosa” es una característica de largo plazo que no se puede predicar a partir de uno o
dos comportamientos reprochables; mucho menos si no se sabe, por ejemplo, la causa de
ellos. En nuestro ejemplo, Francisco podía ir de muy mal genio o de mucho afán y por ello
ni siquiera me vio.
Mario: Hace poco me di cuenta de que las feministas odian a los hombres
Carlos: ¿Ah si?
Mario: Si, ayer estaba en mi clase de ciencia política y una chica llamada Raquel hizo
una exposición.
Carlos: ¿Cuál Raquel?
Mario: “La que pertenece al grupo de Feminismo y Género. Ella dijo que todos los
hombres son cerdos sexistas. Y yo le pregunté por qué creía eso y ella dijo que
porque los últimos novios que tuvo eran todos unos cerdos sexistas
Lógica y Teoría de la Argumentación
Carlos: Mmm…Esa no parece una buena razón para creer que todos los hombres somos
unos cerdos
Mario: Eso fue lo que le dije
Carlos: ¿Y qué dijo ella?
Mario: Dijo que ya había visto suficientes hombres para darse cuenta de que todos son
unos credos. Es obvio que ella odio a los hombres.
Carlos: ¿Y entonces tu crees que todas las feministas son como ella?
Mario: Totalmente. Todas odian a los hombres
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
105
Falso dilema
Asi lo dice el manual de convivencia de este colegio: el cabello se usa corto. Por lo tanto, o
acepta totalmente el manual de convivencia o se cambia de colegio. ¿Le recomiendo alguno?
El mismo error lógico se comete en el segundo caso; muy común, por lo demás, en nuestros
colegios. Si se observa con detenimiento se encontrará que la argumentación reposa en
la aceptación de estas dos posibilidades: o se está de acuerdo completamente con el
manual de convivencia o se cambia de colegio. Sin embargo, para una persona respetuosa
de los derechos de los estudiantes, tiene que ser claro que esas no son las dos únicas
posibilidades. Bien puede haber disposiciones del manual de convivencia que yo puedo
criticar e, incluso, proponer modificar sin que esto signifique que deba cambiarme de
colegio. E, incluso, puede haber disposiciones del manual, que violenten mis derechos
constitucionales fundamentales; y, por ende, yo no esté obligado a aceptarlas. Sin que esto
implique, una vez más, que deba cambiarme de colegio.
1. Es verdad que X o es verdad que Y (en un contexto en el cual X y Y podrían ser ambas
falsas)
2. Y es falso
3. Por lo tanto, X es verdadero
Obsérvese con detenimiento la especial calificación que se hace en uno, en donde se afirma
que la falacia se comete en un contexto en el cual las dos alternativas propuestas podrían
ser ambas falsas. Esto quiere decir que en aquellos casos en los que de hecho y de forma
innegable las dos opciones sí son las únicas, no estaríamos cometiendo esta falacia. Como
Lógica y Teoría de la Argumentación
por ejemplo en el siguiente argumento: Juan está muerto o está vivo. Pero Juan no está
muerto; por lo tanto Juan está vivo.
Falacia perfeccionista
Este gobierno ha fracasado con su política educativa; aun queda 2% de niños analfabetas.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
106
Ahora bien, consideramos que se trata de un error lógico en la medida en que el hecho
de que una propuesta o alternativa no sea perfecto no es suficiente razón para inferir de
ahí la necesidad de descartarla, especialmente, si se trata de la mejor solución propuesta
hasta el momento.
Bueno sí, se construyó el edificio para nuestra Facultad, pero sigo creyendo que fue una
muy mala idea que no se debió haber ejecutado porque hay algunos salones que son muy
pequeños.
1. Si es verdad X, es verdad Y
2. No es verdad X
3. Por lo tanto, no es verdad Y
Esta forma de argumentar nos puede confundir por su gran similitud con una forma válida
de argumentar llamada modus tollens. El modus tollens consiste en partir de un condicional
y la negación de su consecuente, para inferir de ahí la negación del antecedente. Esta sí es
una forma válida de argumentar. Nuestro ejemplo, puesto en modus tollens quedaría así:
Si él fuera colombiano, entonces hablaría español. Pero como él no habla español, entonces
no es colombiano,
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
107
“Si el Dios de la Biblia se me apareciera, personalmente, eso probaría con certeza que la
cristiandad es auténtica. Pero Dios nunca se apareció, por lo que la Biblia debe ser una
obra de la ficción”.
Si él fuera colombiano, entonces hablaría español. Y de hecho habla español. Por lo tanto
es colombiano.
Al igual que en el caso anterior, esta forma falaz de argumentar nos puede llegar a confundir
por su gran similitud con una forma válida de argumentar: el modus ponens. El modus
Lógica y Teoría de la Argumentación
“Si el universo fue creado por un ser sobrenatural, veríamos orden y organización en todo.
Y vemos orden, no aleatoriedad; así que es claro que el universo tuvo un creador.”
Falacia genética
¿Cómo va a ser buena la idea de fortalecer la educación pública? ¿No ves que esa idea
proviene de las principales tesis comunistas?
Debe notarse que bien se puede considerar que un argumento que cometa la falacia genética
también está cometiendo otro tipo de falacia: por ejemplo la falacia ad hominen o la
apelación a la autoridad. Por ejemplo si se rechaza una idea con base en la consideración
según la cual esa idea se le ocurrió a alguna persona, la cual es “una tonta”, es claro
que estamos ahora en el terreno de la falacia ad hominem. Lo mismo, si proponemos la
aceptación de alguna idea argumentando su origen en alguna autoridad no experta ni
legítima; en este caso la falacia cometida sería una apelación a la autoridad.
Yo no puedo apoyar la idea de que el Estado nacionalice las industrias vitales para la
Lógica y Teoría de la Argumentación
sociedad. Esto fue algo que hicieron tanto Hitler como Stalin en su época.
Esta falacia se comete cuando una persona rechaza una tesis simplemente porque nota que
personas a las que ella no aprecia, la aceptan, tal como se hace en el ejemplo al señalar
que no se deben nacionalizar las industrias vitales para la sociedad porque estaríamos
haciendo lo mismo que hicieron Hitler y Stalin.
La fuerza de esta falacia radica en el hecho de que a ninguno de nosotros nos gusta ser
asociados con personas, o grupos de personas, que menospreciamos. De ahí que, si se
muestra que una persona comparte una creencia con un grupo de personas con los que ella
no siente ningún agrado, es posible que sienta la necesidad de rechazar tal creencia. Sin
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
109
embargo, es claro que el hecho de que no queramos ser asociados con personas que no nos
agradan, no es una buena razón, desde el punto de vista lógico, para justificar el rechazo
de alguna tesis. La estructura de esta falacia es la siguiente:
Lo falaz de esta forma de argumentar se podría evidenciar notando que los políticos
corruptos aceptan que la tierra gira alrededor del sol; más no por esto debemos nosotros
rechazar esa tesis. De cierta forma, la falacia de la mala compañía puede ser considerada
como una clase especial de falacia ad hominem.
El siguiente es otro caso de falacia de la mala compañía:
“Se que Carlos es el mejor candidato, pero no puedo votar por alguien que también es
apoyado por los comunistas.”
Si permitimos que nuestros estudiantes vengan con el cabello largo, después querrán venir
con aretes y piercings. Y después querrán traer el cabello de todos los colores. Y después
no querrán usar uniforme. Y, por esa vía, terminarán rechazando todas las normas sociales.
Por eso no podemos permitir que nuestros estudiantes vengan al colegio con su cabello
largo.
1. A conduce a B.
2. B conduce a C.
3. C conduce a D.
Lógica y Teoría de la Argumentación
El problema lógico con esta forma de argumentar se da en que es plenamente posible dar el
primer paso sin tener que llegar a la última situación desagradable. Es decir, para retomar
el ejemplo, del hecho de que se permita a los estudiantes de un colegio llevar el cabello
largo no se sigue necesariamente que se llegará a una situación sin ningún tipo de normas
sociales.
De hecho, los colegios que suelen aceptar el cabello largo de los estudiantes introducen otra
norma más: si se lleva el cabello largo, éste se debe llevar bien arreglado.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Falacia moralista
¿Por qué miras para ambos lados antes de cruzar la calle? ¿No te das cuenta que esta vía
va sólo de sur a norte?
Nótese cómo esta falacia se encuentra detrás de la muy generalizada costumbre de creer
que la ley es la solución de todos nuestros problemas; es decir, que basta con formular una
ley (un deber ser) para cambiar la realidad social (el ser).
“El asesino no pudo haber sido un policía ya que la Policía tiene como función proteger la
Lógica y Teoría de la Argumentación
Falacia naturalista
Sentir envidia es algo natural en todos los seres humanos, por lo tanto, no se debe reprochar
a los envidiosos.
falaz del ejemplo, en el cual a partir de una consideración sobre el ser (sentir envidia es algo
natural en los seres humanos) se pretende inferir una conclusión acerca del deber ser (no se
debe reprochar a los envidiosos). Es un error lógico por lo mismo que se señaló anteriormente:
en principio, al menos sin una buena justificación adicional, existe un abismo lógico entre
el ser de algo y su deber ser. Afortunadamente, en este caso, el mundo y nuestra realidad
social, en particular, no necesariamente deben ser como actualmente son.
No sobra acotar que en la historia de la filosofía se le suele atribuir a David Hume el haber
sido el primer filósofo que llamó la atención acerca de esta forma falaz de argumentar. Para
sostener esto se suele citar el siguiente pasaje del Libro III del Tratado de la Naturaleza
Humana, de Hume, que reproducimos a continuación:
En todo sistema moral de que haya tenido noticia, hasta ahora, he podido siempre observar
que el autor sigue durante cierto tiempo el modo de hablar ordinario, estableciendo
la existencia de Dios o realizando observaciones sobre los quehaceres humanos, y, de
pronto, me encuentro con la sorpresa de que, en vez de las cópulas habituales de las
proposiciones: es y no es, no veo ninguna proposición que no este conectada con un
debe o un no debe. Este cambio es imperceptible, pero resulta, sin embargo, de la
mayor importancia. En efecto, en cuanto que este debe o no debe expresa alguna nueva
relación o afirmación, es necesario que ésta sea observada y explicada y que al mismo
tiempo se dé razón de algo que parece absolutamente inconcebible, a saber: cómo es
posible que esta nueva relación se deduzca de otras totalmente diferentes. Pero como
los autores no usan por lo común de esta precaución, me atreveré a recomendarla a los
lectores: estoy seguro de que una pequeña reflexión sobre esto subvertiría todos los
sistemas corrientes de moralidad, haciéndonos ver que la distinción entre vicio y virtud,
ni está basada meramente en relaciones de objetos, ni es percibida por la razón.5
“La naturaleza se caracteriza por la competencia. Los animales luchan unos contra otros
por la propiedad recursos naturales limitados. El capitalismo, la lucha competitiva por la
propiedad del capital, es sencillamente una parte inevitable de la naturaleza humana. Es
la forma en que funciona el mundo de la naturaleza. Por eso, no tiene sentido oponerse
al capitalismo”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Postergación
Se que ustedes creen que yo soy un cruel dictador. Y parecen tener buenas pruebas a su
favor. Sin embargo, la historia me juzgará de otra manera.
La falacia de la postergación se comete cuando la única premisa que se ofrece para apoyar
una conclusión es que “el tiempo me dará la razón”, es decir, en vez de dar razones para
5 HUME, David, Tratado de la Naturaleza Humana, Libro III Ediciones Orbis, Madrid, 1984 p. 689-690.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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1. Es verdad que X
2. Aunque no se pueda probar ahora, en un futuro incierto se verá con claridad que X es verdad.
Cuando se discute algún asunto que, por lo mismo, se encuentra en duda, lo mínimo que se
espera de las personas que participan en la discusión es que aporten las razones que tienen
para sostener su posición. De lo contrario no tiene sentido discutir. De ahí que esta falacia,
además de un error lógico, posea una falla en la comunicación pues no tendría sentido
discutir con alguien que se limitara a afirmar que “en un futuro verán que lo que digo es
cierto, así no tenga razones para demostrarlo hoy”.
“Así ahora no se den cuenta, van a ver que si dejamos que aprueben esta reforma académica,
en el futuro la calidad de la universidad se afectará considerablemente”.
Apelaciones irrelevantes
Las apelaciones irrelevantes son un conjunto de falacias que se caracterizan por un mismo
aspecto: tratar de desviar la atención del interlocutor hacia información que, aunque
persuasiva, no es directamente relevante para el asunto que se está discutiendo. En lo que
sigue presentaremos una lista de diferentes formas en que esta apelación irrelevante se
puede dar. Cada una de ellas, como se verá, es un tipo diferente de falacia.
Recuerden que no podemos votar por el candidato de izquierda, ya que ese no le parece
bueno al sacerdote.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Por lo tanto, sólo se comete la falacia de apelación a la autoridad cuando se establece que
determinada conclusión es verdadera sólo porque así lo afirma alguna persona que no tiene
credenciales legítimas de autoridad en el tema que se está discutiendo. Podríamos decir
que deben cumplirse al menos cuatro condiciones para que una apelación a la autoridad
no sea falaz6:
En el caso de nuestro ejemplo, un sacerdote, por muy piadoso que sea, y por muy conocedor
que sea de asuntos teológicos, no es necesariamente un experto en temas políticos. Citar
la opinión de un científico, por ejemplo Albert Einstein, para apoyar la verdad de una
conclusión sobre las relaciones internacionales de los países es cometer la falacia de
apelación a la autoridad, pues si bien podría considerarse que la Albert Einstein puede
llegar a ser una autoridad en asuntos físicos, no por ello se convierte en una autoridad en
otros asuntos.
Ahora bien, el que este tipo de apelaciones tenga gran fuerza persuasiva es algo indiscutible
especialmente si se tiene en cuenta que es una maniobra publicitaria ampliamente
utilizada. Es común ver a deportistas, cantantes, árbitros, etc., apoyando determinado
partido político o promocionando las bondades de ciertos medicamentos o alimentos.
b. Debe existir un acuerdo más o menos generalizado entre otros expertos del tema
en cuestión.
Si hay una gran cantidad de disputas entre los expertos sobre determinado tema, sería
falaz realizar una apelación a la autoridad pues es claro que podría encontrarse un experto
que afirmará algo que otro, a su vez, negara. De ahí que en Filosofía no puede aceptarse
que algo es cierto porque, por ejemplo, así lo afirmó Kant pues cualquiera podría señalar
Lógica y Teoría de la Argumentación
que eso que afirmó Kant fue negado por Nietzsche, Wittgenstein, Husserl, etc. En campos
en donde existe gran discusión, apelar a una autoridad sería cometer una falacia pues el
que una autoridad afirme que X es cierto no sería suficiente garantía de que efectivamente
X es cierto pues se pueden encontrar otras autoridades que afirmen lo contrario.
Hay ciertos campos en los que así una persona reclame ser un experto, dicho reclamo no
puede ser confiable porque no se considera un área legítimamente constituida en la que
puedan existir “verdaderos expertos”. Piénsese por ejemplo si alguien afirmara ser un
6 http://www.nizkor.org/features/fallacies/appeal-to-authority.html
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
114
experto un “curación mediante cosquillas”, y señalara que una dosis extrema de cosquillas,
según él, podría curar el cáncer. No sería razonable argumentar que esto es cierto porque
el experto así lo afirma pues el área de la que él dice ser experto no es una disciplina
legítimamente constituida, es decir, no es considerada un área segura del conocimiento.
Es muy común que se afirme que algo es cierto porque así lo señalan los expertos, sin que
se identifique claramente qué expertos son. Es común que se argumente así: “leí un libro
que dice que…” o “los científicos dicen que…” o “en televisión dijeron que…”, y otras
frases similares. En todos estos casos, en donde no se puede establecer la confiabilidad de
la autoridad citada, se comete la falacia de apelación a la autoridad.
Entre otros, podríamos señalar los siguientes ejemplos de apelación a la autoridad que,
como se verá, se apartan de las anteriores condiciones señaladas:
“Claro que él es culpable del crimen. Por algo la policía lo arrestó”.
“He leído en muchos libros que hay muchos científicos que no creen que el ser humana haya
llegado a la luna. Por lo tanto creo que la teoría de la conspiración tiene algo de verdad.”
Profesor, usted debe subirme unas cuantas décimas, pues si supiera todos los esfuerzos y
penalidades que soporté para mantenerme en la universidad.
Si ustedes insisten en apoyar la ley a favor del aborto, pronto serán excomulgados.
De esta forma, una conclusión termina siendo aceptada, no porque se hayan dado buenas
razones para ello, sino por el temor a las consecuencias negativas provenientes de las
amenazas de alguien, que se originarían en caso de no aceptarla. Apelar a la fuerza es pues
un intento de persuadir usando únicamente amenazas que, por desgracia, suele ser una
forma de argumentar usada tanto por autoridades como por personas que las desafían. No
es sino recordar que la apelación a la fuerza que presentamos como ejemplo ha sido usada
muchas veces por instituciones como la Iglesia Católica para oponerse al avance de la ciencia
(“Si no aceptas que el sol gira alrededor de la tierra serás excomulgado”), pero también
suele ser muy usada por ciertos grupos de estudiantes que dicen querer un cambio social (“si
no aceptan nuestras propuestas nos veremos obligados a cerrar la universidad”).
A la Gente
Tanta gente apoyando al Presidente; algo bueno debe tener.
Esta falacia se comete cuando se sostiene que una oración es verdadera sólo por el hecho
de que todo el mundo (o la mayoría o un grupo determinado de personas) cree que es
verdadera. Naturalmente, el simple hecho de que un grupo mayoritario de personas crean
que una tesis es verdadera no es una buena razón, por sí misma, para concluir lógicamente
que efectivamente la tesis es verdadera. En nuestro ejemplo, sin embargo, esto es lo que
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
116
se hace; se pretende concluir que el Presidente efectivamente es bueno sólo porque hay
una gran cantidad de personas que lo apoyan. No es sino recordar la gran cantidad de
apoyo popular que tuvo, en su momento, Adolfo Hitler.
Si alguien duda de la incorrección lógica de esta forma de argumentar, sólo habría que
recordarle que hubo épocas en donde la mayoría de las personas creían que la Tierra era
plana o que era el centro del universo. Sin embargo, a pesar de su popularidad, estas tesis
eran falsas en ese entonces, como lo son ahora.
Ahora bien, esta forma falaz de argumentar suele ser muy común justamente porque puede
ser muy persuasiva. Y esto se debe a que la mayoría de las personas efectivamente tiende a
hacer que sus opiniones sean conformes con las de la mayoría. Obsérvese que esta mayoría
no necesariamente tiene que ser la “mayoría total de seres humanos”, sino que bien puede
consistir en “la mayoría de mis compañeros de trabajo”, “la mayoría de mis amigos” , “la
mayoría de revolucionarios”, etc.
Es por esto que, por una parte, se ven tantas propagandas de televisión en donde se
muestra que determinado producto es el que usa la mayoría y, por otra, todo candidato
en una contienda electoral afirma que él es quien va punteando en las encuestas; esto es
conocido en Ciencia Política como “el efecto vagón”.
Una variación de esta falacia es la llamada apelación a la moda, que consiste en sostener
que algo es correcto simplemente porque está de moda, o, en otras palabras, es una
práctica generalizada y aceptada. Esto es, si se argumenta de la siguiente manera:
Por ejemplo, lo que ocurre en el siguiente pasaje: “pues sí, dicen que hacer copia en los
exámenes es algo incorrecto; pero igual todo el mundo lo hace, así que yo también lo voy
a hacer”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
“Esta película tiene que ser buena porque la ha visto mucha gente.”
A la Tradición
Es una forma falaz de argumentar porque el que algo sea antiguo no lo hace, automáticamente,
algo correcto o mejor que otra cosa nueva. Sería muy absurdo argumentar que ya que la
teoría según la cual las enfermedades son causadas por demonios y brujas es mucho más
antigua que la teoría que las explica a partir de los diferentes microorganismos, por lo
tanto, la teoría de las brujas y demonios debe ser verdadera.
Ahora bien, es innegable que el carácter aparentemente persuasivo de esta falacia proviene
del hecho de que, por lo general, las personas prefieren aferrarse a las tradiciones, ya sea
por razones de comodidad o por razones de miedo al cambio. Pero, esto no es una buena
razón para juzgar la verdad o falsedad, o la corrección o incorrección de alguna idea.
“Por miles de años los cristianos han creído en Jesucristo. La cristiandad debe ser sincera
y verdadera para haber perdurado tanto, aún ante la persecución”.
A la Novedad
1. X es nuevo
2. Por lo tanto, X es verdadero (o correcto o mejor)
Como se señaló anteriormente, las personas tienen una tendencia a apegarse a las
tradiciones. Sin embargo, en algunas personas, por lo general más jóvenes, también existe
una tendencia a creer que el progreso necesariamente implica que las cosas nuevas son
superiores a las viejas. Pero, desde el punto de vista lógico, el que algo sea nuevo no es
prueba suficiente de que sea verdadero o mejor que algo más antiguo.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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“Profesor: De esta manera pueden ver que una mejor ética se está tomando el mundo. Ya
no hay personas atrapadas en éticas del pasado.
Estudiante: Bueno, ¿pero qué hay de las ideas de los grandes pensadores del pasado? ¿No
tienen puntos de vista válidos?
Profesor: Es una buena pregunta. La respuesta es que ellos tenían puntos de vista válidos
en su propio tiempo; un tiempo de bárbaros. Pero esas antiguas éticas ya se agotaron. Esta
es una época para nuevas éticas. Es tiempo del progreso.
Estudiante: Entonces, ¿usted está diciendo que esas nuevas éticas son mejores porque son
más nuevas?
Profesor: Exactamente, así como los dinosaurios se extinguieron para dar paso a nuevos animales,
las viejas ideas tienen que dar vía libre a las nuevas, que por eso mismo son mejores”.
A la Certeza Personal
Ahora bien, hay que decir que esta falacia sólo puede llegar a ser persuasiva si la persona
que la afirma ejerce cierto poder sobre nosotros; en virtud del cual nos pueda hacer creer
que si él está convencido de que lo que dice es cierto, entonces debe ser cierto.
“No puede ser de otra forma; lo siento muy dentro de mi corazón, y tienen que creerme:
no nos conviene vender la empresa en este momento”.
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
119
Ejercicio
a. Vuelva a leer los argumentos del ejercicio previo e identifique en cada uno de ellos las falacias
cometidas.
b. En los siguientes pasajes identifique la falacia que se comete y explique por qué se cayó en tal
falacia.
1. Como académico el profesor Benedict J. Kerkvliet ha demostrado ser prejuicioso y poco
científico...es paético ver al profesor Kerkvliet, un no filipino, deplorando de las condiciones
políticas y sociales de un país extranjero como Filipinas, cuando su propio país requiere de
regeneración moral y social. Carta a un periódico del Cónsul de Filipinas Vicente Romero
2. ...puesto que es imposible que un animal o planta sea indefinidamente grande o pequeño, lo mismo
ha de suceder con sus partes, pues de lo contrario el todo también lo sería. Aristóteles, Física.
3. Solamente digo que miles de personas creen en el poder de las pirámides, así que debe
haber algo cierto en eso.
4. Una ONG se pronuncia a favor del aborto para proteger la salud de las mujeres que lo
practican clandestinamente. El obispo de la ciudad los ataca diciendo que son “fanáticos de
la cultura de la muerte” y “asesinos de inocentes”...
5. El universo tiene forma esférica...pues todas sus partes constituyentes, esto es, la luna, el
sol y los planetas, tienen forma esférica. Nicolás Copérnico
6. Testifico que cada hombre escuchará las palabras proféticas de este libro. Si alguien desoye
esas palabras, Dios enviará sobre él las plagas que están escritas en este libro: y si alguien
se aleja de lo aquí prescrito, Dios lo alejará del camino de la vida, y de la ciudad de Dios y
de las cosas escritas en este libro. Revelación, 22: 18 – 19.
8. Por fuerza se trata de una orquesta magnífica porque todos los profesores son extraordinarios.
9. El médico: La decisión es suya: los fumadores se enferman el doble, y en Bogotá hace un frío
terrible. El paciente a un amigo: El médico me ha insinuado que deje de vivir en Bogotá.
10. Tú no eres mujer, así que lo que vayas a decir sobre el aborto no cuenta.
12. Por supuesto que usted dirá que la discriminación positiva es mala. Usted es blanco.
13. Permitir a cada hombre una ilimitada libertad de expresión debe constituir, en su carácter
global, una ventaja para el Estado; porque es altamente benéfico para los intereses de la
comunidad que cada individuo goce de libertad perfectamente ilimitada para expresar sus
sentimientos. Ejemplo citado por Richard Whateley en “Elements of Logic”
15. Escuche guardia, ya sé que me he saltado la señal de Pare, pero usted no sabe con quién está
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
120
hablando. Me parece que a usted no le gusta mucho su empleo. Yo me preocuparía más por
mi familia. Si usted me pone la multa tendré que hablar con sus jefes...
16. Por supuesto, usted es libre de hacer lo que le parezca mejor... pero usted es consciente de
que nuestro banco es uno de los principales anunciantes de su periódico y estoy seguro de
que no desea perjudicarnos publicando ese artículo.
17. Todos los niños necesitan los cuidados de sus padres, pero cuando ambos padres trabajan no
pueden prestársela. Por eso, las madres no debieran trabajar.
19. En estas elecciones no existen más que dos alternativas: el progreso, o la caverna.
20. ¿Qué puede saber un sacerdote sobre los hijos si no ha tenido ninguno?
22. ... consecuentemente, hay suficientes pruebas de la verdad de la Biblia. Aquellos que se
rehúsen a aceptar la verdad arderán en el infierno.
23. El sabio expresa alegría respecto a las cosas que propiamente la merecen y enojo con
las que realmente despiertan enojo. Por lo tanto, la alegría y el enojo del sabio no están
conectados con su mente sino con las cosas mismas. Cheng Hao
24. Usted dice que los ateos pueden ser personas de moral. Sin embargo, sucede que yo sé que
usted abandonó a su esposa e hijos.
25. No todos nosotros podemos ser famosos, puesto que no todos podemos llegar a ser bien
conocidos.
26. Si aceptas que nada es evidente, no argumentaré contigo porque es claro que eres un sofista
inconforme (que siempre pone reparos) y no serás convencido.
27. Bueno, eso de que Foucault sea un clásico... puede ser para sus fans. No fue un santo, y no
tenía la obligación de serlo. Pero para los filósofos que andan pontificando sobre los asuntos
HUMANOS es saludable portarse bien, a fin de que sean creíbles. Porque, ¿cómo le va uno a
comer cuento a Rousseau cuando escribe sobre la educación de la juventud, siendo que él,
Lógica y Teoría de la Argumentación
cada vez que su esclava personal analfabeta daba a luz una criatura –engendrada por él–,
inmediatamente la despachaba para el hospicio, sin ni siquiera preguntar cuál era el sexo?”.
c. Los siguientes textos fueron publicados el 13 de enero de 2005 por la Revista Cambio. En ellos
se muestra la posición del entonces Embajador de Colombia en Portugal, Plinio Apuleyo Mendoza
sobre la forma como los medios de comunicación deberían cubrir las noticias relacionadas con el
conflicto armado en nuestro país. Léalos e identifique en todos ellos las falacias que comete el
autor en su argumentación. Explique su respuesta.
Sí, el debate está abierto. Y es necesario. Se trata de saber hasta dónde puede llegar en Colombia
la libertad de información. ¿Los compromisos y deberes que debe acatar un ciudadano cualquiera
no rezan para el periodista colombiano?
Todos estos interrogantes provienen, en mi caso, de un episodio reciente. Había llegado a mis
manos, en noviembre, un ejemplar de Cromos presentando, como todos los años, a las candidatas
al Reinado de la Belleza. Bonitas muchachas de distintas regiones del país llaman siempre la
atención. Es una pasión inocente común a casi todos los colombianos. Y Cromos, revista que
desde tiempos inmemoriales ha encontrado su mas fiel nicho de mercado en las peluquerías,
vive en época de reinas su mejor momento del año, cediéndoles todas sus páginas. ¿Todas? No
esta vez. En vísperas del concurso, incrustado en medio de una espléndida exhibición de caras,
bustos, caderas, piernas y siluetas ajustadas al ideal 90-60-90, aparecía don Raúl Reyes, dirigente
de las FARC, visitado en su campamento por los reporteros de la revista.
“En medio del Plan Patriota cruzamos las líneas para percibir cómo se vive la guerra del otro
lado”, titulaba orgullosamente Cromos al abrir su reportaje. Y si uno examina con cuidado esta
frase, descubre que el orgullo latente en ella es el de haber burlado las redes de vigilancia
extendidas ahora por las Fuerzas Militares en las zonas que han servido tradicionalmente de
refugio a las FARC. Gloria Castrillón, la redactora, y su fotógrafo habían conseguido llegar allí,
al campamento de Reyes, filtrándose subrepticiamente a pie, a caballo y en lancha a través de
ríos y trochas selváticas. Desde luego, no llegaban a semejante lugar por inspiración divina, sino
guiados por las propias FARC cuya confianza habían obtenido. ¿De qué manera? Misterio. Sin esa
anuencia habrían corrido el riesgo de ser secuestrados como Íngrid Betancourt y tantos otros.
La más benigna explicación de la hazaña es que a Reyes no le incomodaba sino que mucho le
interesaba aparecer en su campamento en medio del tradicional festín de reinas desplegado por
la revista. Debía verlo como un bonito golpe publicitario.
El reportaje en cuestión nos hablaba del espíritu de tranquilidad que rige la vida del campamento,
de la buena comida rica en proteínas que disfrutan sus combatientes gracias al hecho de que
tienen a su disposición, listos para el sacrificio, a cuatro cerdos y a una docena de pollos. También
nos revelaban que Reyes dispone en su despacho, adornado con primorosos ramos de flores en
jarrones de vidrio, de aparatos de televisión, DVD y un sofisticado equipo de comunicaciones. A
este noble apóstol –según la publicación– le gusta estar rodeado de mujeres: vanidosas muchachas
–se nos cuenta– que “se maquillan, se tiñen y se encrespan el pelo”. No tienen, eso sí, tiempo
de tener hijos, y si los tienen, tal vez por accidente, se los dejan a los abuelitos. Las fotografías
complementan esta información mostrándonos las funciones recreativas que tienen lugar en las
noches o una odontóloga curándoles sus caries a los llamados por la revista ‘insurgentes’.
Muy interesante, pero sucede que tras esta arriesgada expedición por caminos recónditos de la
selva, los periodistas de Cromos dejaron de lado otras actividades del campamento. Prefirieron
ignorar las famosas minas ‘quiebrapatas’ que allí se fabrican y dejan sin piernas a soldados y
Lógica y Teoría de la Argumentación
niños campesinos; los cilindros repletos de explosivos que pulverizan aldeas o una iglesia de
Bojayá llena de niños, mujeres y ancianos; los caballos, bicicletas, carros o collares bomba;
los secuestros de escolares o de feligreses, por culpa de lo cual los ‘insurgentes’ de Cromos son
conocidos y catalogados oficialmente en el mundo como terroristas. Entiendo que nada de esto
tenga cabida en una revista ligth. ¿A quién podría ocurrírsele mostrar, al lado de deslumbrantes
bellezas, soldados lisiados, viudas y madres desechas en lágrimas, secuestrados con caras de
Cristo encerrados como animales en alambradas levantadas en la selva o la niña Daniela Vanegas
asesinada de cuatro puñaladas en el corazón porque su padre no pudo pagar a las FARC el dinero
exigido para su rescate? No, en una publicación destinada a los hogares, es mejor mostrar a los
guerrilleros y a su jefe en alegre reposo y no sus acciones y víctimas. Justamente se trata de
cruzar las líneas del Plan Patriota para mostrarnos esta cara desconocida de las FARC: la bonita,
la que cuadra con las reinas.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
122
Tal vez por el hecho de vivir tan lejos de Colombia desde hace varios años, no llego a entender
por qué la libertad de información entre nosotros va mucho más lejos que en cualquier otro
país democrático. España, por ejemplo. Baltasar Garzón, el mismo juez que hizo detener en
Londres a Pinochet, no es propiamente un fascista. Pero si a un periodista español se le ocurriera
buscar en su escondite a los cabecillas de ETA para revelar en una publicación cómo viven su
guerra –hipótesis además imposible, pues ningún diario o revista le darían cabida– de seguro
lo haría detener. Lo mismo ocurriría en Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania o E.U., países
cuyas legislaciones antiterroristas no permiten en casa –tal vez en Irak, sí, pero no en casa–
este tipo de hazañas informativas. Los periodistas están sujetos allí a los mismos límites de los
restantes ciudadanos. Su deber es denunciar y contribuir con las autoridades en la lucha contra
la delincuencia y no entrar en secretos contactos con ella.
No es este, lo sé, el punto de vista del director de Cromos. En respuesta a una carta mía a
propósito del reportaje a Raúl Reyes, sostiene que “el ejercicio del periodismo no busca favorecer
a ninguna de las dos partes en conflicto, sino a esclarecer engranajes”. Valdría la pena que
este concepto fuera discutido en las facultades de Comunicación Social y desde luego por los
periodistas en ejercicio. En lo que a mí respecta, y lo digo como periodista de toda la vida y no
como funcionario, creo que estamos obligados moral y judicialmente a favorecer a una de esas
dos partes: la que representa la ley y el orden institucional y a combatir la otra, la que mediante
acciones terroristas salpica de sangre y de horror al país.
En otras palabras, no podemos ser neutrales. Hablar de “partes o de agentes armados del
conflicto”, como suelen decirlo tantos personajes en Colombia, es establecer una inaceptable
paridad entre el policía y el asaltante, entre el secuestrador y quien lo combate, entre quienes
nos protegen y quienes nos amenazan. ¿Por qué periodistas y dirigentes nuestros incurren en esta
tramposa astucia semántica? Quien mejor lo explica es Jean Francois Revel. El agudo pensador
francés ha denunciado más que nadie la manera como simpatías ideológicas maquillan a favor
suyo la información. Muchos periodistas –dice él– eluden la evidencia cuando esta contradice
sus creencias, preferencias o simpatías. Su necesidad de creer es más fuerte que su necesidad
de saber. Las ideologías –sostiene Revel– “suelen ser máquinas para escoger hechos favorables a
nuestras convicciones y rechazar los otros”.
Algo de eso está ocurriendo en Colombia, especialmente con dirigentes y periodistas de cierta
izquierda. Nutridos en los credos de Marx –como fue mi caso cuando joven, no lo niego– eluden
la evidencia cuando contradice esa vertiente ideológica. Niegan el carácter terrorista de las FARC
o el ELN (sólo admiten el de las Autodefensas), poniendo el acento sobre sus objetivos políticos
o revolucionarios y eludiendo la condena abierta y la calificación de sus métodos. Sacralizan el
derecho de la información en menosprecio de otra función esencial del periodismo moderno, cual
es la de orientar a la opinión con ayuda de dos afluentes básicos: la interpretación y el análisis.
Informar sólo o informar y orientar, el dilema nos concierne. Intentado aclararlo en su columna
Lógica y Teoría de la Argumentación
de Cromos, Alberto Aguirre da un punto de vista opuesto al mío. Hace tiempo que no lo veo, pero
la temeraria ligereza con que califica de fascista mi posición sobre estos temas me hace pensar
que Aguirre se quedó, ya de manera irreparable, en esa izquierda paleolítica, en vía de extinción
en Europa pero aún viva entre nosotros. Esa izquierda, como lo hacía el Padrecito Stalin y sus
seguidores, califica de fascismo lo que contraría sus dogmas, insiste en ver la democracia como
un valor puramente formal, considera todavía atractivas y dignas de imitarse las experiencias de
Cuba y Corea del Norte, bautiza como “insurgentes”, “rebeldes” u “oposición armada” a los que
el mundo llama terroristas, y debe lamentar como un infortunio la caída del Muro de Berlín hace
quince años. Es realmente una izquierda paleolítica.
En fin, sea por anacronismo ideológico o por el celo de colocar la libertad de información como
un valor absoluto que no admite límites, Aguirre dice apoyarse en dos principios del periodismo
C A P I T U L O C I N C O - Falacias en la Argumentación
123
A mi modo de ver, el reportaje de Cromos no cumplía con ninguno de los dos preceptos. Si el
compromiso era con la verdad, sus periodistas no podían limitarse a contarnos cómo Raúl Reyes
pasa el día rodeado de guerrilleras vanidosas, sino también el tipo de acciones que desde allí
planea y realiza. Esa sería realmente la otra cara de la guerra. Y en cuanto al compromiso con
los ciudadanos, me parece que el primero es el de protegerlos, revelando y denunciando cuanto
atenta contra su seguridad y su vida. No creo que pueda limitarse a mostrarnos a las FARC bajo
el aspecto más benigno, más ligth.
Dejo sembrado el tema en LECTURAS para que un real debate nos permita saber el alcance y los límites
de nuestra profesión en una situación como la que vive el país. Y aquí no hablo como embajador – a
lo cual, de paso, tendría todo derecho pues tal cargo no es incompatible con la defensa de la ley y de
nuestras instituciones– sino también como periodista, que lo soy desde niño. No quisiera que mañana
otros diligentes reporteros acudieran al campamento de El Mono Jojoy para contarnos que escucha a
Mozart por las noches, omitiendo los horrores que le inflige a Colombia.
Por Plinio Apuleyo Mendoza
Embajador en Portugal
¿Cómo cubrir el conflicto?
Estimado director:
Más como periodista que como Embajador de Colombia en Portugal, me siento obligado,
éticamente obligado, a manifestarle mi escandalizada sorpresa por el reportaje titulado “Al
otro lado de la guerra”, que acabo de leer en el último número de la revista. No creo que sea
propiamente una hazaña cruzar la línea, en medio del Plan Patriota, como ustedes dicen, para
mostrarnos el campamento desde el cual libra su guerra atroz uno de los máximos dirigentes de
las FARC. Así sea con el propósito de conseguir una primicia, los periodistas beneficiarios de ella
deben establecer, a espaldas de las fuerzas de seguridad del Estado, una sigilosa e inevitable
complicidad con una organización terrorista, reconocida e identificada como tal por las Naciones
Unidas y la Unión Europea, para convertirse en instrumento de su estrategia publicitaria.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Los propietarios y directores de ese medio de comunicación no deberían olvidar que Colombia
es el país del mundo más directa y constantemente amenazado por acciones típicamente
terroristas. Cerca de 30.000 asesinatos por año y más de 2000 secuestros, además de atentados
con explosivos en lugares públicos, pulverización de cuarteles y pueblos y la salvaje utilización
de minas antipersonales, así lo demuestran. El deber de todo ciudadano, tanto en Colombia
como en España, Gran Bretaña o Estados Unidos, es el de mostrar una total solidaridad con las
fuerzas legales y los principios y valores democráticos y civilizados que enfrentan la barbarie de
esas fuerzas empeñadas en suplantarnos por regímenes despóticos.
Los periodistas colombianos no pueden eludir semejante compromiso sacando provecho de una
legislación excepcionalmente indulgente como es la nuestra. Encuentros y reportajes con dirigentes
terroristas son penalmente sancionados, o en todo caso objeto de severas investigaciones, en las
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
124
Debate periodístico
En su respuesta a la carta enviada por mí a propósito del reportaje sobre la guerrilla, publicada
en la edición 4525 de CROMOS, dice usted: “El ejercicio del periodismo, usted como periodista lo
sabe, no busca favorecer ninguna de las partes en conflicto, sino esclarecer engranajes...”.
Permítame que le manifiesta mi cordial pero muy firme discrepancia con este concepto. Creo
que, contrariamente a lo que afirman, ustedes están moralmente obligados a favorecer a una
de las dos partes en conflicto; la que, sustentada por las Fuerzas Armadas, representa la ley y
defiende nuestra democracia, así como deben combatir la que se identifica con el terrorismo y la
barbarie a través de atentados y secuestros.
Ustedes no pueden actuar, frente al problema que afrontamos, como corresponsales de guerra en
un país extranjero, pues lo que está en juego es la suerte futura de Colombia, la suya propia, la
de sus hijos, e inclusive la de la publicación que dirige y la del grupo empresarial que la sustenta.
No deberían olvidarlo.
El silogismo
Estudiaremos en este capítulo las formas y las figuras de los silogismos y la manera de
determinar en qué casos un silogismo es válido y en qué casos no.
Pero antes de adentrarnos en los detalles de lo que comporta todo silogismo, es necesario
precisar algunos conceptos, tales como proposición categórica e inferencias inmediatas.
Proposiciones categóricas
una proposición; al otro se le conoce como predicado. Por lo general, estos dos términos
se relacionan por medio del verbo copulativo “ser”, como cuando decimos “todos los
militares son combatientes”. Como puede apreciarse, esta es una proposición categórica
que relaciona de manera total el sujeto “militares” con el predicado “combatientes” por
medio del verbo “ser”. En la proposición “ningún marciano es terrícola” nos encontramos
igualmente con una relación entre un sujeto y un predicado, aunque esta vez la relación
entre los mismos es de exclusión, ya que todos los elementos comprendidos en el conjunto
de los marcianos están por fuera de todos los elementos comprendidos por el conjunto de
los terrícolas. Otro caso de proposición categórica se da cuando la relación entre el sujeto
y el predicado es parcial, como cuando se dice que “algunos militares son generales”, o
cuando se dice que “algunos filósofos no son matemáticos”. En el primer caso, no se dice
que todos los militares sean generales, sino que sólo lo son algunos. En el otro, en cambio,
la relación parcial entre el sujeto y el predicado es negativa, pues se dice que algunos
filósofos no hacen parte del conjunto conformado por los matemáticos.
En la lógica silogística, por lo tanto, hablamos de que hay cuatro proposiciones categóricas:
la proposición A, expresada de forma general como “todo S es P”; la proposición E, que
equivale al enunciado “ningún S es P”; la proposición I, “algún S es P”; y, por último, la
proposición O, “algún S no es P”.
Ejercicio
1. Algunos historiadores son escritores extremadamente dotados, cuyos trabajos se pueden leer
como novelas de primera calidad.
2. Ningún atleta que alguna vez haya aceptado pago por participar en un evento deportivo es amateur.
3. Ningún perro sin pedigrí puede ser candidato al listón azul en las exhibiciones patrocinadas por
la Sociedad Americana Kennet.
4. Todos los satélites que están actualmente en órbita a menos de diez mil millas de altura son
artefactos muy delicados que cuestan muchos miles de dólares.
Lógica y Teoría de la Argumentación
6. Algunas pinturas producidas por artistas universalmente reconocidos como maestros no son
trabajos de mérito genuino que merezcan ser preservados en museos y puestos a la disposición
del público.
7. Todos los conductores de automóviles que no son seguros son verdaderas personas temerarias que
ponen en peligro las vidas de los demás.
8. Algunos políticos que no pueden ser electos ni siquiera para las posiciones menores son nombrados
funcionarios en el gobierno actual.
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
127
9. Algunas drogas que son muy efectivas cuando se administran adecuadamente no son remedios
seguros como para estar en todos los botiquines.
10. Ninguna persona que no ha realizado un trabajo creativo en materia de arte puede ser un crítico
responsable cuyo juicio deba tomarse en cuenta.
11. Algunos árboles frondosos que se encuentran sembrados en el jardín son abedules.
Si se examina cada una de las proposiciones categóricas del ejercicio anterior, puede
apreciarse que unas son afirmativas y otras negativas. Por ejemplo, la 3, la 5 y la 10 son
negativas; mientras que la 1, la 4 y la 11 son afirmativas. En otras palabras, en cada una de
las proposiciones negativas se establece una relación de exclusión del sujeto con respecto
al predicado, y en las afirmativas una relación de inclusión entre estos mismos términos.
Por lo tanto, la cualidad de una proposición categórica depende de su carácter afirmativo
o negativo.
En síntesis, por la cantidad las proposiciones A y E son universales; a su vez, las proposiciones
I y O son particulares. Pero por la cualidad, A e I son afirmativas, mientras que E y O son
negativas.
CLASE DE
CUALIDAD EJEMPLO
PROPOSICIÓN
A AFIRMATIVA Todas las noches son oscuras
I AFIRMATIVA Algunos cuadros son hermosos
E NEGATIVA Ninguna camisa es original
O NEGATIVA Algunos lapiceros no son finos
CLASE DE
CANTIDAD EJEMPLO
PROPOSICIÓN
Lógica y Teoría de la Argumentación
Así las cosas, sólo están distribuidos los siguientes términos en cada una de las proposiciones
categóricas:
Todo S es P
Algún S es P
Ningún S es P
Algún S no es P
tales proposiciones debería llevar a esa consecuencia. Vamos a describir cinco casos que
nos permitirán traducir a una forma estándar proposiciones expresadas en un lenguaje
cotidiano.
Diferente es el caso de las partículas gramaticales “un”, “una”, “uno” y “el”, pues
en algunas ocasiones pueden hacer referencia a la cantidad universal y en otras a la
particular. Todo dependerá, entonces, del contexto. Por ejemplo: la proposición “un
buen filósofo es una persona que ama la lectura” debe interpretarse como “todos los
buenos filósofos son personas que aman la lectura”, es decir, como una proposición
Lógica y Teoría de la Argumentación
universal afirmativa. Sin embargo, si se afirma en cambio que “hay un filósofo que
no ha sido estudiado adecuadamente” es claro que lo que estamos afirmando no es
proposición universal sino particular, valga decir, que “algún filósofo no ha sido estudiado
adecuadamente”, o, si se quiere construir con el verbo copulativo “ser”: “algún filósofo
es un autor que no ha sido estudiado adecuadamente”.
En otras ocasiones tenemos enunciados negativos como “no todos los hombres son
infieles” en donde, a pesar de aparecer el cuantificador universal “todos”, desde el
punto de vista lógico el contenido de la proposición es particular y negativo, es decir, lo
que se está afirmando realmente es que “algunos hombres no son infieles”. Así, cuando
afirmamos que “no todos los invitados vinieron a la fiesta” lo que se está afirmando
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
130
es que “algunos invitados no vinieron a la fiesta”, sin que de ahí se pueda inferir que
algunos sí vinieron. Por ahora sólo se quiere indicar que todo enunciado que tenga la
forma “no todo S es P” deberá ser traducido por la proposición categórica tradicional
“algún S no es P”.
e. El caso del uso de parámetros. Algunas proposiciones categóricas son un poco más
difíciles de traducir a la forma estándar, pues requieren de transformaciones más
profundas que los casos señalados anteriormente. Examinemos la proposición “La
idea del bien siempre acompaña a la persona justa”. Sería incorrecto afirmar que esa
proposición se puede traducir como “todas las ideas del bien son ideas que acompañan
a la persona justa”. Y también sería incorrecto traducirla como “algunas ideas del bien
son ideas que acompañan a la persona justa”. Es claro que en ambos casos el sentido de
la proposición cambia notablemente. Para realizar una traducción correcta es necesario
centrar nuestra atención en la palabra clave “siempre”. Esta palabra es usada para hacer
referencia a “todos los tiempos” o “todos los momentos”. Por eso, el sentido no cambia
si afirmamos que esta proposición puede ser traducida como “todos los momentos son
momentos en que la idea del bien acompaña a la persona justa”. La palabra “momento”
que aparece en la traducción anterior recibe el nombre de “parámetro” y funciona como
un auxiliar gracias al cual se puede traducir el significado exacto de una afirmación en
lenguaje cotidiano a una proposición categórica de forma estándar.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Ejercicio
Diagramar proposiciones
Como veremos más adelante, uno de los métodos para demostrar la validez o la invalidez
de un silogismo consiste en su representación mediante los diagramas de Venn. Este
método exige representar, mediante un diagrama, las proposiciones que actúan como
premisas del silogismo para ver si, al hacer lo anterior, la conclusión del silogismo queda
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
132
En los círculos que representan las relaciones entre las clases S y P, como a continuación se
muestra, se pueden evidenciar tres subclases de objetos que se derivan de esas relaciones,
a saber: los S que son P, los S que no son P, y los P que no son S.
S P
SP SP SP
Ahora bien, para poder representar concretamente las relaciones lógicas que se dan entre
las clases de las proposiciones categóricas se han usado dos convenciones:
a. Sombrear o tachar algún sector del diagrama equivale a afirmar que ese sector carece
de miembros o, en otras palabras, que está vacío. Por ejemplo, si tacháramos el sector
izquierdo del diagrama (el sector SP) estaríamos afirmando que la subclase de objetos
que son S pero no P está vacía, es decir que no hay S que no sean P o, en otras palabras,
que todos los S son P.
b. Colocar una X en algún sector del diagrama equivale a afirmar que en esa subclase hay,
al menos, un miembro y que, por lo tanto, no se trata de una clase vacía. Por ejemplo, si
colocáramos una X en el sector SP estaríamos indicando que hay al menos un objeto que
es tanto S como P o, en otras palabras, que algún S es P. De igual forma, si colocáramos
una X en el sector SP estaríamos afirmando que hay al menos un objeto que es P pero no
S, es decir, que algún P no es S.
Lógica y Teoría de la Argumentación
S P
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
133
La parte sombreada indica que los S que no son P no existen y que, por lo tanto, todos los
S son P.
S P
En este caso, como se ve, debemos tachar la intersección de ambos círculos para poder
afirmar que no existen objetos que sean tanto S como P. En otras palabras, el sombrear la
intersección nos sirve para afirmar que la subclase de objetos S que también son P es una
clase vacía. Y con esto queda claro que ningún S es P.
S P
S P
Lógica y Teoría de la Argumentación
En este caso, como en el anterior, recurrimos al uso de la X, sólo que acá la colocamos
dentro del círculo S pero fuera del círculo P para indicar, justamente, que hay al menos un
objeto que si bien es S no es P.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
134
Ejercicios
Inferencias inmediatas
Si alguien nos dice que es verdad que todos los policías visten de verde, ¿no podremos
inferir de ahí que algunas personas que visten de verde son policías? O si alguien nos dice
que es verdad que todos los invitados vinieron a la fiesta, ¿no nos sentimos con el derecho,
a partir de ahí, de llamar mentirosa a una persona que después nos diga que algunos
invitados no vinieron a la fiesta? Y más aún, si sabemos que todos los hombres son mortales,
¿no podemos acaso concluir entonces que ningún hombre es inmortal? Obsérvese que en
todos los anteriores casos inferimos una nueva información contenida en una proposición,
únicamente a partir de la información contenida en otra proposición. Es decir, en todos los
anteriores casos realizamos una inferencia inmediata.
En el capítulo 1 de nuestro libro señalamos que inferir es derivar información nueva a partir
de otra dada previamente, es decir, sacar conclusiones con base en afirmaciones distintas de
ellas pero relacionadas lógicamente. Pues bien, hay ciertas inferencias que podemos hacer
a partir de una sola proposición categórica; a partir de la información que determinada
proposición categórica nos suministra. Estas inferencias las llamamos inmediatas y las
oponemos a otras llamadas mediatas que sí necesitan más de una proposición. Vamos a ver
tres tipos de inferencias inmediatas. Las primeras serán aquellas derivadas del cuadrado
de oposición. Las otras dos son la conversión y la obversión.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Como vimos, las cuatro proposiciones categóricas pueden diferir entre sí ya sea por la
cualidad, la cantidad o por ambas cosas. Los lógicos tradicionales llamaron a estas posibles
diferencias “oposición” y, a partir de las observaciones de Aristóteles, representaron
esas posibles formas de oposición entre las proposiciones categóricas en un diagrama que
recibió el nombre de “cuadrado de oposición”. Este cuadrado, entonces, ilustra fácilmente
las relaciones que existen entre las cuatro proposiciones categóricas y, a partir de ahí,
las inferencias inmediatas que se pueden realizar cuando sabemos el valor de verdad de
alguna de ellas. El diagrama del cuadrado de oposición es el siguiente:
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
135
CONTRARIAS
A E
CO
IAS
SUBALTERNAS
SUBALTERNAS
NT
RA TOR
DI C
A D CTO
TR RIA
CON S
I O
SUBCONTRARIAS
Decimos que dos proposiciones son contradictorias cuando ambas difieren tanto en
cualidad como en cantidad. Es el caso entonces de las proposiciones A – O y E – I. En
virtud de esta radical oposición las proposiciones contradictorias no pueden ser ambas
verdaderas o falsas. En otras palabras, si una proposición categórica es verdadera, su
contradictoria necesariamente tendrá que ser falsa y viceversa. Por ejemplo, si afirmamos
que es verdad que todas las mujeres son inteligentes, podemos inferir, a partir de ello,
y con total certeza, que es falso que algunas mujeres no sean inteligentes. Y de igual
forma, si afirmamos que es falso que algunos políticos no son corruptos, podremos inferir
con total confianza que es verdadero entonces que todos los políticos son corruptos. En
general, independientemente del contenido concreto, si afirmamos que es falso que “algún
S es P”, debemos inferir de ahí que es verdadero que “Ningún S es P”. Se repite entonces:
las proposiciones contradictorias (A-O y E-I) se caracterizan porque ambas no pueden ser
verdaderas ni falsas a la vez.
De otro lado, caracterizamos a dos proposiciones como contrarias cuando ambas, siendo
universales, difieren en su cualidad. Esto quiere decir que, de acuerdo al cuadrado de
oposición tradicional, son proposiciones contrarias la universal afirmativa A con la universal
negativa E. Las proposiciones contrarias no pueden ser ambas verdaderas a la vez, es decir,
Lógica y Teoría de la Argumentación
si una de ellas es verdadera, podemos inferir con certeza que la otra tendrá que ser falsa.
Por ejemplo, si partimos de la verdad de la proposición “todos los santandereanos son
colombianos”, tenemos que inferir la falsedad de la proposición “ningún santandereano
es colombiano”. Sin embargo, las dos proposiciones contrarias sí pueden ser ambas falsas.
Piénsese por ejemplo en la proposición “Ningún estadounidense ha ido a la luna”, la
cual es una proposición falsa, así como también lo es su contraria, esto es, “Todos los
estadounidenses han ido a la luna”. Sin embargo, no siempre sucede así. Retomemos el
caso de nuestros ejemplos anteriores: es falso que “ningún santandereano es colombiano”;
sin embargo, la contraria de esta proposición es verdadera, a saber, que “todos los
santandereanos son colombianos”. Estos dos casos nos evidencian que de la falsedad de la
proposición A no podemos inferir con certeza ni la verdad ni la falsedad de su contraria, es
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
136
Finalmente, tenemos los casos de las proposiciones que concuerdan en cualidad pero
difieren en cantidad. Es el caso de las proposiciones A - I, por una parte, y E – O, por otra.
En estos casos, la verdad de la universal nos permite inferir la verdad de su correspondiente
particular. Es innegable que de la verdad de la proposición “Todos los buenos escritores son
buenos lectores” se puede inferir la verdad de la proposición “Algunos buenos escritores son
buenos lectores”. Y lo mismo ocurre con las proposiciones E y O. Sin embargo, si partimos
de la falsedad de las universales no podemos inferir con certeza ni la verdad ni la falsedad
de sus respectivas particulares. Una vez más, sólo podemos inferir la indeterminación. En
contraposición con lo anterior, de la falsedad de las particulares sí se infiere con certeza la
falsedad de las respectivas universales. Si es falso que “algunos caballos no son mamíferos”
con certeza podríamos inferir que también es falso que “ningún caballo es mamífero”; eso
es algo “recontrafalso”… podríamos decir en un lenguaje coloquial. O falso a fortiori, para
ser más elegantes. En cambio, de la verdad de las particulares no se puede inferir con
certeza ni la verdad ni la falsedad de sus respectivas universales. Por eso decimos que de la
Lógica y Teoría de la Argumentación
Como se ve, a partir de las relaciones entre las proposiciones categóricas evidenciadas
por el cuadrado de oposición tradicional, podemos hacer una gran cantidad de inferencias
inmediatas que pueden ser resumidas en la siguiente tabla:
La conversión
Convertiente Conversa
Todo S es P Algún S es P (por limitación)
Ningún S es P Ningún P es S
Algún S es P Algún P es S
Algún S no es P No es válida
La obversión
Lógica y Teoría de la Argumentación
Esta inferencia puede realizarse en todas las cuatro proposiciones categóricas. Esto quiere
decir que si afirmamos que “ningún hombre es fiel” podemos inferir, por obversión, que
“todos los hombres son infieles”. De igual forma, de la proposición “algunos jueces son
justos” podemos concluir la proposición “algunos jueces no son injustos”. Y, finalmente,
partiendo de la proposición “algunas expresiones latinas no son usuales” podemos inferir
la proposición “algunas expresiones latinas son inusuales”. Las proposiciones de las que
partimos son llamadas “obvertientes”, mientras que las proposiciones inferidas reciben el
nombre de “obversas”. La siguiente tabla reúne las obversiones válidas:
Obvertiente Obversa
Todo S es P Ningún S es no-P
Ningún S es P Todo S es no-P
Algún S es P Algún S no es no-P
Algún S no es P Algún S es no-P
Ejercicios
1. ¿Qué se puede inferir acerca de la vedad o falsedad de las proposiciones en cada uno de los siguientes
conjuntos: (1) si suponemos que la primera es verdadera, (2) si suponemos que es falsa?
2. De ser lógicamente válidas, enuncie las obversas y las conversas de las siguientes proposiciones:
3. Si es verdad que “Ningún científico es filósofo”, ¿qué se puede inferir acerca de la vedad o
falsedad de las siguientes proposiciones?
4. Si “todas las jirafas tienen cuello largo” es verdadera, ¿qué valor de verdad tienen las
siguientes proposiciones?
Silogismos categóricos
Todo el camino recorrido hasta ahora nos permitirá entender a cabalidad el concepto
de “silogismo”. En principio un silogismo es un argumento deductivo que consta de dos
premisas a partir de las cuales se infiere la conclusión. Ahora bien, ese silogismo será
“categórico” si está compuesto por proposiciones categóricas, esto es, si sus premisas y su
conclusión corresponden con alguna de las cuatro clases de tales proposiciones: A, E, I u O.
El siguiente es un ejemplo de silogismo categórico:
Una vez más tres proposiciones categóricas (E, I y O) y tres términos (“espartano”, “cobarde”
y “griego”). Sin embargo, los dos ejemplos nos deben servir para evidenciar algo más: en
la conclusión de todo silogismo categórico aparecen dos de los tres términos del silogismo
y, por ende, hay un tercer término que no aparece en ella pero sí en ambas premisas.
En nuestro primer ejemplo este término era “colombianos”, mientras que en el segundo
caso era “cobardes”. Y los términos de las conclusiones eran “antioqueños” – “mortales”
y “griegos” – “espartanos”, respectivamente. Estos términos han recibido unos nombres
específicos de parte de los lógicos. En efecto, el término que aparece como predicado de
la conclusión es llamado “término mayor”, y el término que aparece como sujeto de la
conclusión recibe el nombre de “término menor”. Por lo tanto, en nuestro último ejemplo
el término “griegos” es el término menor, y el término “espartanos” es el término mayor.
De igual forma, el tercer término del silogismo, valga decirlo, el que no aparece en la
conclusión pero sí aparece en ambas premisas, es llamado “término medio”. En nuestro
ejemplo en comento se trataría del término “cobarde”. Analicemos un tercer ejemplo:
Todas las personas residentes en Europa son personas que viven al borde de la neurosis
Algunos colombianos son personas residentes en Europa
Por lo tanto, algunos colombianos son personas que viven al borde de la neurosis
Tenemos acá nuevamente tres proposiciones categóricas: una universal afirmativa y dos
particulares afirmativas. Igualmente, tenemos los tres términos que debe tener todo
silogismo categórico. El término “colombianos” como término menor; el término “personas
que viven al borde de la neurosis” como término mayor, y el término “personas residentes
en Europa” como término medio. Observemos además que los términos mayor y menor
aparecen, además, en una premisa diferente. Este hecho le da un nombre especial a cada
premisa. La premisa que contiene el término menor es llamada “premisa menor”, mientras
que la premisa que contiene el término mayor recibe el nombre de “premisa mayor”. Si le
damos un vistazo a los tres ejemplos puestos hasta el momento, nos deberíamos dar cuenta
de algo: la premisa mayor siempre es enunciada primero, seguida de la premisa menor y,
al final, la conclusión. Este orden específico de ubicación de las premisas y la conclusión es
otra característica definitoria de lo que es un silogismo categórico.
Ahora bien, todo silogismo categórico tiene además un “nombre” particular, es decir, una
manera determinada de llamarlo y de distinguirlo de otros silogismos. Este “nombre”, que
en términos lógicos equivale a la “forma del silogismo”, está compuesto por su modo y su
figura. El modo de un silogismo hace referencia a las clases de proposiciones categóricas
que lo componen. Por esto, el modo de un silogismo se describe con tres letras; la primera
Lógica y Teoría de la Argumentación
Es claro que ambos silogismos son del modo AOO; sin embargo, también es claro que se trata de
silogismos diferentes. Algo que podemos evidenciar con mayor claridad si formalizamos los silogismos
mediante el uso de las letras S, P y M para representar sus términos. En esta formalización, la letra
S simboliza el término menor, la P el término mayor y la M el término medio.
Todo P es M
Algún S no es M
Por lo tanto, algún S no es P
Todo M es P
Algún S no es M
Por lo tanto, algún S no es P
Lo anterior nos deja claro que ambos silogismos se diferencian en la forma como está
ubicado el término medio, pues mientras en el primer silogismo el término medio (M) es
el predicado de ambas premisas, en el segundo el término medio aparece como sujeto
de la premisa mayor, pero como predicado de la menor. Esto se debe a que silogismos
con el mismo modo pueden diferir en su figura. ¿Y qué es la figura de un silogismo? Pues
justamente la posición que ocupa el término medio en las premisas.
El término medio puede ocupar una de las siguientes cuatro posiciones: a) puede ser el
sujeto de la premisa mayor y el predicado de la premisa menor; b) puede ser el predicado
de ambas premisas; c) puede ser el sujeto de las dos premisas; o d) puede ser el predicado
de la premisa mayor y el sujeto de la menor. No hay más opciones. Estas diferentes
posibilidades dan lugar a cuatro figuras:
M – P P- M M–P P–M
S–M S – M M – S M–S
S–P S – P S – P S–P
Primera Figura Segunda Figura Tercera Figura Cuarta Figura
De esta manera, el “nombre” completo de los dos anteriores silogismos o, mejor, su forma,
compuesta por su modo y figura, es, respectivamente, AOO – 2 y AOO – 1. Como ejercicio
Lógica y Teoría de la Argumentación
Ejercicios
1. Traduzca cada uno de los siguientes argumentos a silogismos de forma estándar. Nombre su modo
y figura.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
142
a. Algunos reformistas son fanáticos; así, algunos idealistas son fanáticos, puesto que todos los
reformistas son idealistas.
b. Algunos matemáticos son filósofos; por la tanto, algunos científicos son matemáticos, puesto
que todos los científicos son filósofos.
c. Algunos cristianos no son metodistas, porque algunos cristianos no son protestantes y algunos
protestantes no son metodistas.
d. Ningún músico es astronauta, todos los músicos son aficionados a la bebida; en consecuencia,
ningún astronauta es aficionado a la bebida.
e. Algunos polígonos son rectángulos. Algunos polígonos son cuadrados. Por lo tanto, algunos
rectángulos son cuadrados.
f. Del hecho de que ningún charlatán merece confianza, se sigue que ningún hombre honrado es
charlatán, ya que todo hombre honrado merece confianza.
g. Dado que no todos los vendedores son tímidos, algunos vendedores son desconfiados, puesto
que algunas personas desconfiadas son tímidas.
h. Todos los mamíferos son animales de sangre caliente. Pero ningún lagarto es animal de sangre
caliente. Por lo tanto, todos los lagartos son no-mamíferos.
i. Madrid está en Cundinamarca. Cundinamarca está en España. Por lo tanto, Madrid está en España.
j. Algunos hombres cultos son famosos puesto que todos los escritores son cultos y algunos
escritores son famosos.
k. Sólo pueden equivocarse los que ignoran los hechos. Nadie que sea verdaderamente objetivo
puede equivocarse. Por consiguiente, nadie que ignore los hechos es verdaderamente objetivo.
l. No todos los que tienen trabajo son moderados en la bebida. Solamente los deudores beben
en exceso. Luego, no todos los que carecen de empleo están endeudados.
En el acápite anterior definimos los silogismos categóricos como argumentos deductivos que
constan de dos premisas (las cuales son proposiciones categóricas) a partir de las cuales se
Lógica y Teoría de la Argumentación
En general podríamos decir que existen tres formas para determinar si un silogismo es válido o
no: el análisis mental, los diagramas de Venn y las falacias y reglas de los silogismos. La primera
de ellas consiste en el análisis cuidadoso del silogismo para determinar si la información que
nos da la conclusión se encuentra contenida en la información que nos dan las premisas.
En algunos casos esto es relativamente sencillo, como en el típico silogismo “Todos los
hombres son mortales, Sócrates es hombre, por lo tanto, Sócrates es mortal”. La validez
de este argumento, como se dice, “salta a la vista”. Lo mismo ocurre con este ejemplo,
muy similar al anterior “Todos los hombres son mortales, Lassie es mortal, por lo tanto
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
143
Lassie es hombre”. Bastante parecido al anterior pero con una gran diferencia: se trata
de un silogismo inválido. Es claro que del hecho de que todos los hombres sean mortales y
de que un ser llamado Lassie sea mortal, no se sigue que también sea hombre. Bien puede
suceder que Lassie sea un perro que, aunque mortal, no es un hombre. Sin embargo, hay
otros casos de silogismos en donde el análisis no es tan sencillo de realizar. Como ejercicio
intermedio, analicemos los siguientes ejemplos de silogismos para tratar de determinar
cuáles de ellos son válidos y cuáles no.
a. Todo M es P
Ningún S es M
Por lo tanto, Ningún S es P
b. Ningún P es M
Algún S es M
Por lo tanto, Algún S no es P
c. Algún P es M
Todo M es S
Por lo tanto, Algún S es P
d. Todo M es P
Algún S no es M
Por lo tanto, Algún S no es P
e. Ningún M es P
Algún M es S
Por lo tanto, Algún S no es P
Como se vio, no siempre resulta fácil determinar, mediante el simple análisis, cuándo un
silogismo es válido o no. Por esto se han desarrollado dos técnicas que permiten verificar la
validez de los silogismos. Estas técnicas, como se señaló anteriormente, son la técnica de
los diagramas de Venn y la técnica de las reglas y falacias del silogismo.
Diagramas de Venn
Esta técnica consiste básicamente en diagramar las dos premisas de un silogismo y observar
si, habiendo hecho lo anterior, la conclusión queda inmediatamente diagramada. Esto
Lógica y Teoría de la Argumentación
implica entonces que nuestro diagrama debe tener tres círculos que se traslapan para
poder representar los tres términos diferentes que tiene todo silogismo. Esto nos deja
como resultado siete subclases: SPM, SPM, SPM, SPM, SPM, SPM. y SPM.
S P
SPM SPM
SPM
M
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
144
El siguiente ejercicio nos permitirá familiarizarnos más con todas las subclases que aparecen
una vez dibujamos tres círculos traslapados1.
S V
18 22 14
7
10 5
20
1 Tomado y adaptado del libro del profesor Luis Enrique García Restrepo titulado Lógica y Pensamiento
Crítico.
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
145
Ahora bien, la existencia de las siete subclases señaladas anteriormente debe ser tenida en
cuenta a la hora de diagramar las premisas de los silogismos. Por ejemplo, si tenemos que
diagramar una proposición universal afirmativa del tipo Todo S es P, nuestro diagrama nos
debería quedar de la siguiente forma:
S P
1. Ningún M es S
S P
2. Todo S es P y Todo P es M
M
Lógica y Teoría de la Argumentación
S P
3. Ningún S es M y Todo P es M
M
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
146
S P
4. Algún S es P
M
S P
X
5. Algún P no es M
S P
6. Todo M es P y Algún S es M X
M
Lógica y Teoría de la Argumentación
S P
7. Todo P es M y Algún S no es M
M
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
147
S P
8. Algún S es M y Algún P no es S X X
Observemos especialmente los ejemplos cuatro, cinco, seis y siete. En el ejemplo cuatro,
como se ve, se trata de diagramar una proposición particular afirmativa. Para esto
recurrimos al dibujo de una X dentro de las clases S y P. Obsérvese, sin embargo, que la X
fue ubicada también en la circunferencia de M. En efecto, si hubiéramos puesto la X por
fuera del círculo M, estaríamos diciendo que sabemos con certeza que esa X que es S y
P (como nos lo dice la proposición Algún S es P) NO es M, algo sobre lo cual no tenemos
ninguna información. Por lo tanto, estaríamos yendo más allá de la información contenida
en la proposición que diagramamos. Lo mismo sucedería si colocáramos la X dentro del
círculo M, pues en este caso estaríamos afirmando que sabemos con certeza que esa X que
es S y P (como nos lo dice la proposición Algún S es P) TAMBIÉN es M; algo sobre lo cual
tampoco tenemos ninguna información. Por esto, la X fue ubicada en la circunferencia de
M, para representar con ello que de esa X, que es S y P, no sabemos si es o no parte de M.
El mismo principio fue aplicado en el ejemplo cinco. Obsérvese que allí la X fue ubicada
dentro de P, fuera de M y en la circunferencia de S, pues no tenemos información acerca
de si esa X que es P pero no M es o no S.
En el caso de los ejemplos seis y siete ocurrió algo diferente. En efecto, en el ejemplo seis
la X que nos representa la proposición “Algún S es M” no fue ubicada en la circunferencia
del círculo P sino dentro de él. Esto se debe, sin embargo, a la información que obtuvimos
de la otra proposición “Todo M es P” en donde, al diagramarla, nos queda señalado que
la subclase SM se encuentra vacía. Esto nos permite estar seguros de que la X que es S y
M no puede estar por fuera de P, pues en esa zona no existe nada. Lo mismo ocurrió en el
ejemplo siete en donde al diagramar la proposición “Todo P es M” quedan eliminados los
posibles objetos pertenecientes a la clase P que no hagan parte, a su vez, de la clase M.
Esto nos elimina los posibles objetos que pertenezcan a la subclase SP. Por eso podemos
Lógica y Teoría de la Argumentación
Es claro que este silogismo tiene la forma AAA-1. Por lo tanto, al diagramar sus proposiciones
obtenemos el siguiente resultado:
S P
Como se ve, al diagramar las dos premisas del silogismo categórico anterior queda
inmediatamente diagramada la conclusión, a saber, “Todos los ejercicios del libro de
lógica deben ser resueltos” o “Todo S es P”. Obsérvese que absolutamente todos los S que
pudieran hallarse por fuera de P quedaron eliminados dejando como existentes tan sólo
objetos que hagan parte tanto de S como de P. Esto nos permite afirmar con seguridad que
el silogismo es válido.
Esta vez tenemos un silogismo de la forma AAA-2, cuyo diagrama de sus premisas es el
siguiente:
S P
Lógica y Teoría de la Argumentación
En esta ocasión, como se ve, la conclusión del silogismo no quedó diagramada. Obsérvese
que en el diagrama no quedaron eliminados algunos objetos que pertenecerían a la clase
de los S pero no a la clase de los P. Por lo tanto, el silogismo es inválido.
Analicemos ahora un silogismo con una premisa universal y una particular, como lo sería el
siguiente:
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
149
S P
Vemos que el diagrama nos muestra una X en la región SPM. Lo que quiere decir que,
efectivamente, hay un elemento del conjunto S que también hace parte del conjunto P. Lo
cual en los términos originales del silogismo quiere decir que hay al menos un artista que
también es pobre. Lo que implica entonces que el silogismo anterior de la forma AII-3 es
un silogismo válido.
El diagrama de las dos premisas de este silogismo que, valga decirlo, es de la forma AII-2,
debería quedar de la siguiente manera:
Observemos que hemos tachado la zona de los P (grandes científicos) que están por fuera
de los M (los que han estudiado filosofía) para así representar la proposición “Todos los
grandes científicos han estudiado filosofía” o “Todo P es M”. Igualmente observemos
que la X ha sido ubicada dentro de S (matemáticos) y M, pero en la circunferencia de P.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
150
Esto se debe a que no tenemos ninguna información acerca de si esos matemáticos que
también han estudiado filosofía son o no grandes científicos. Y es justamente esta falta de
información la que hace que la conclusión no se pueda inferir de las premisas y que, por
lo tanto, el silogismo sea inválido, como lo muestra claramente el diagrama al no haber
quedado diagramada una X dentro de la clase S (matemáticos) y también dentro de la clase
P (grandes científicos). La única X que tenemos en el diagrama, como se ve, está dentro de
la clase S pero en la circunferencia de la clase P.
Ejercicios
1. Prueba la validez o invalidez de las siguientes formas silogísticas mediante un diagrama de Venn
a) AEE-1 b) EIO- 2 c) OAO-3 d) AOO-4 e) EIO-4 f) OAO-2 g) AOO-1 h) EAE-3 i) EIO-3
j) IAI–4 k) AOO-3 l) EAE-1 m) EIO-1 n) OAO-4 o) EIO-1
2. Determine la validez de los siguientes argumentos mediante el uso de la técnica de los diagramas
de Venn. Sin embargo, antes de proceder a lo anterior, trate de descubrir su validez o invalidez
mediante un análisis cuidadoso de las premisas y la conclusión. No olvide el modo y la figura para
que pueda diagramar con S, P y M.
a) Algunos reformistas son fanáticos; así, algunos idealistas son fanáticos, puesto que todos los
reformistas son idealistas.
b) Algunos filósofos son matemáticos; por lo tanto, algunos científicos son filósofos, puesto que
todos los científicos son matemáticos.
c) Todas las naves que se desplazan bajo el agua son submarinos; por lo tanto, ningún submarino es
un buque de placer puesto que ningún buque de placer es una nave que se desplaza bajo el agua.
d) Algunos cristianos no son metodistas, porque algunos cristianos no son protestantes y algunos
protestantes no son metodistas.
e) Nadie que tiene como interés primario ganar las elecciones es un verdadero liberal y todos los
políticos activos son personas cuyo interés primario es ganar las elecciones; en consecuencia,
ningún verdadero liberal es un político activo.
Lógica y Teoría de la Argumentación
f) Ninguna persona débil es un líder sindical, porque ninguna persona débil es un verdadero
liberal y todos los líderes sindicales son verdaderos liberales.
Regla 1: Un silogismo categórico válido debe contener exactamente tres términos, cada
uno de los cuales debe usarse en el mismo sentido.
Como se señaló al inicio de este capítulo, todo silogismo debe contener tres términos:
el término mayor, el término menor y el término medio: los dos primeros aparecen en la
conclusión y en una premisa respectivamente, y el último no aparece en la conclusión pero
sí en las dos premisas. Esto nos permite decir que la conclusión de un silogismo categórico
afirma cierta relación entre dos términos; afirmación que sólo se puede realizar mediante
la relación que las premisas establecen entre tales términos y un tercero. Por ello es
necesario que todo silogismo categórico válido contenga tres términos. De lo contrario, el
silogismo sería inválido y cometería la falacia del cuatro término.
Parecería que este silogismo contiene sólo tres términos: “poder”, “tender a corromper” y
“conocimiento”. Sin embargo, un examen más cuidadoso evidencia que realmente estamos
ante la presencia de cuatro términos, pues uno de ellos está siendo usado en dos sentidos
diferentes. En efecto, en la primera premisa, la palabra “poder” hace referencia al control
que se puede tener sobre otras personas y a la idea de poder político; en este sentido se
suele decir, como medida de precaución ante los gobiernos autoritarios, que “el poder
corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. De otro lado, en la segunda
premisa, que evoca la conocida frase de Francis Bacon, la palabra “poder” significa la
habilidad para controlar las cosas del mundo. Y es por esta dualidad de significados que
podemos decir que el silogismo contradice la regla en mención y comete la falacia de los
cuatro términos.
Regla 2: En un silogismo categórico válido, el término medio debe estar distribuido por
lo menos en una de las premisas.
conclusión se relacionen al menos una vez con la totalidad de la clase designada por el tercer
término o término medio. Puesto en otras palabras, es necesario que el término medio esté
distribuido al menos en una premisa. En caso de que esta regla no se cumpla, un silogismo
cometería la falacia del término medio no distribuido, como sucede en el siguiente caso:
Como se ve, el término medio en este silogismo, valga decirlo, el término “izquierdistas”,
no se encuentra distribuido en ninguna de las premisas. Este silogismo está afirmando que
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
152
los guerrilleros están incluidos en una parte de la clase de los izquierdistas, al igual que
los miembros del Polo. Sin embargo, estas dos partes bien pueden ser diferentes porque ni
la premisa mayor ni la menor nos está diciendo algo de todos los izquierdistas. Bien puede
suceder que los guerrilleros pertenezcan a una parte de la clase de los izquierdistas y que
los miembros del Polo pertenezcan a otra parte muy diferente de la misma clase; una
parte, por ejemplo, que no apoya la violencia armada. Por esto no se puede inferir con
certeza que todos los miembros del Polo son guerrilleros.
En el capítulo tres señalamos que una inferencia válida era aquella en donde las premisas
implicaban la conclusión. Dicho de otra manera, una inferencia válida se caracteriza
porque la conclusión no va más allá de la información contenida en las premisas. Por ello,
si un término está distribuido en la conclusión también debe estarlo en la premisa que lo
contenga; de lo contrario estaríamos diciendo, en la conclusión, algo de todo ese término
mientras que en la premisa respectiva tan sólo nos estaríamos refiriendo a alguna parte de
él. Y en este sentido la conclusión estaría yendo más allá de la información contenida en
las premisas. Examinemos un ejemplo:
Regla 4: Ningún silogismo categórico válido puede tener dos premisas negativas.
términos S, P y M como los términos menor, mayor y medio respectivamente, dos premisas
negativas afirmarían que S esta total o parcialmente excluida de toda M o de una parte de
M, y que lo mismo sucedería con P (es decir, estar total o parcialmente excluida de toda M
o de una parte de M). Y esta información no nos permite inferir nada acerca de cómo están
relacionados S y P. Por ejemplo:
Claramente este silogismo viola la regla en mención por tener dos premisas negativas y, en
esa medida, comete la falacia de premisa exclusiva.
Regla 5: Ningún silogismo categórico válido puede tener una premisa negativa y una
conclusión afirmativa.
Regla 6: Ningún silogismo categórico válido puede tener una conclusión particular y dos
premisas universales.
La explicación de esta regla tiene que ver con la idea según la cual las proposiciones
particulares afirman la existencia de objetos de un determinado tipo, mientras que las
proposiciones universales no lo hacen. Se trata de una discusión que no abordaremos y
Lógica y Teoría de la Argumentación
simplemente remitiremos al lector interesado al libro de Irving Copi y Carl Cohen titulado
Introducción a la Lógica2. A nosotros sólo nos basta con señalar que un silogismo que viola
esta sexta regla comete la falacia existencial, como acontece en el siguiente ejemplo:
Con esto concluimos la presentación de las reglas que todo silogismo válido de cumplir.
2 También debemos remitir, sin embargo, al libro del profesor Luis Enrique García Restrepo referenciado
anteriormente quien sostiene una posición diferente.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
154
Ejercicios
1. Nombre, en caso de que hayan, las falacias cometidas y las reglas violadas por los siguientes
silogismos.
a) III-4 b) OAA-4 c) EAA-1 d) IAA-3 e) EEE-3 f) IAI-3 g) OAO-3 h) AAA-2
i) IAO-3 j) OAO-2 k) EOE-4 l) AII-2 m) III-3 n) EEE-1 o) III-4 p) OAA-4
q) EAA-1 r) IAA-2 s) EEE-1 t) IAI-2 u) OAO-2 v) EIO-1 w) OAO-4 x) EIO-3
y) AAO-2 z) EOE-1
2. Traducir cada uno de los siguientes argumentos a forma estándar (usando al final las letras S, P y
M), nombrar el modo y figura correspondientes a la traducción resultante, probar su validez por
medio de diagramas de Venn y, en el caso de que sea inválido, nombrar la falacia o falacias del
silogismo que comete.
a) Algunas víboras no son animales peligrosos, pero todas las víboras son reptiles, de manera que
algunos animales peligrosos no son reptiles.
b) Todas las personas que viven en Londres son personas que beben té y todas las personas que
beben té son personas a las que les gusta el té. Es claro que todas las personas que viven en
Londres son personas a las que les gusta el té.
c) Todos los que se oponen a los cambios económicos y políticos básicos son críticos abiertos de
los líderes liberales del Congreso, y los extremistas de derecha son oponentes de los cambios
económicos y políticos básicos. De manera que todos los críticos de los líderes liberales del
Congreso son extremistas de derecha.
d) Todos los sapos son anfibios, algunos de esos sapos no son animales peligrosos, de ahí que
algunos animales peligrosos no son anfibios.
e) Algunos gobernadores son deshonestos, pues algunos gobernadores son políticos y todos los
políticos son deshonestos.
Lógica y Teoría de la Argumentación
f) Solamente quienes ignoran los hechos pueden estar equivocados. Nadie que sea verdaderamente
objetivo puede estar realmente equivocado. Por ende, nadie que ignore los hechos puede ser
verdaderamente objetivo.
g) Ningún actor dramático es idiota. Algunos comediantes no son idiotas. Por lo tanto, algunos
comediantes no son actores dramáticos.
h) Del hecho de que ningún charlatán merece confianza, se sigue que ningún hombre honrado es
charlatán, ya que todo hombre honrado merece confianza.
i) Dado que no todos los vendedores son tímidos, algunos vendedores son desconfiados, puesto
que algunas personas desconfiadas son tímidas.
C A P I T U L O S E I S - El Silogismo
155
j) No todos los que tienen trabajo son moderados en la bebida. Solamente los deudores beben en
exceso. Luego, no todos los que carecen de empleo están endeudados.
k) Ningún testigo en su sano juicio se incrimina a si mismo. Pero algunos testigos se incriminan
a si mismos, de manera que esos testigos deben estar locos.
l) Enrique debió hablar en términos duros con Luisa, porque ella llora siempre que Enrique le
habla en términos duros, y ahora ella está llorando.
m) Todos los silogismos válidos distribuyen sus términos medios en por lo menos una premisa; así este
silogismo debe ser válido porque distribuye su término medio en por lo menos una premisa.
n) Toda la práctica es teoría, toda la cirugía es práctica; por ende, toda la cirugía es teoría.
o) Todos los silogismos que tienen dos premisas negativas son inválidos. Algunos silogismos válidos son
fuertes. Por lo tanto, algunos argumentos fuertes son silogismos que tienen dos premisas negativas.
A finales del siglo XIX otro método de análisis de los razonamientos hizo su aparición en el
ámbito de la lógica. Este nuevo método permitió analizar otra clase de argumentos que no
eran ya los típicos razonamientos silogísticos. Pensemos en el siguiente argumento:
“Si sigue lloviendo, entonces el río crecerá. Si sigue lloviendo y el río crece, entonces el
puente será arrastrado por las aguas. Si la continuación de la lluvia hace que el puente sea
arrastrado por las aguas, entonces no será suficiente un solo camino para toda la ciudad. O
bien un solo camino es suficiente para toda la ciudad, o bien los ingenieros han cometido
un error. Por lo tanto, los ingenieros han cometido un error”.
Queda claro que no es con la ayuda de la lógica del silogismo como podemos llegar a
determinar la validez o la invalidez de este razonamiento; y, sin embargo, sabemos que se
trata de un argumento, del cual la lógica debería darnos las herramientas para determinar
su validez o su invalidez.
La lógica simbólica, entonces, se convierte en esa nueva herramienta que nos permite
considerar esta otra clase de razonamientos, los cuales, como se dijo, no se pueden examinar
con los conocimientos y las técnicas de la lógica del silogismo, por ejemplo, con la ayuda de
un diagrama de Venn. En este sentido, puede afirmarse que la lógica simbólica moderna es
más “potente” que la lógica tradicional silogística, ya que ésta se limita exclusivamente a
evaluar la clase de razonamientos que se expresa por medio de proposiciones categóricas,
como es el caso de todo silogismo. Como hemos visto, todo silogismo comprende siempre
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
158
tres términos y tres proposiciones categóricas, dos de las cuales son las premisas y la otra la
conclusión. En cambio, con la ayuda de la lógica simbólica, podemos examinar argumentos
que contengan dos, tres, cuatro, y hasta más premisas, además de conclusiones compuestas
por dos, tres o más términos. Es en este sentido que podemos decir que la lógica simbólica
es más potente que la lógica del silogismo. Dicho de otra manera, los razonamientos de que
trata la lógica simbólica pueden llegar a ser más complejos que los que examina la lógica
tradicional, y es en este sentido que decimos que aquella es más potente que ésta.
Sabemos, de otro lado, que el lenguaje que usamos en la vida diaria puede estar cargado de
una gran cantidad de ambigüedades. La lógica simbólica, en este sentido, hace abstracción
de los términos empleados en un argumento, los lleva a una formalización estándar, y
permite así un examen desapasionado de cualquier tipo de argumentación que se pueda
evaluar con esta herramienta. Es cierto que, a pesar de esto, hay otros argumentos,
llamados en este libro argumentos retóricos, a los que no les cabe ninguna aplicación de la
lógica del silogismo ni de la lógica simbólica, por potente que ésta sea. Pero esa otra clase
de argumentos será examinada en el siguiente capítulo. Por lo pronto, veamos algunos
conceptos básicos que nos van a permitir luego aplicar los métodos de la lógica simbólica
a una cierta clase de razonamientos.
Tomadas por separado, las primeras seis proposiciones se denominan atómicas, pues no
se relacionan con ninguna otra proposición. Cuando se las conecta, como en los cuatro
ejemplos anteriores, se les llama proposiciones moleculares, en el sentido de que se
relacionan por medio de uno o varios conectivos.
En este caso, los conectivos de las tres primeras proposiciones moleculares son, en su
orden, la conjunción “y”, la implicación “entonces”, y la preposición adversativa “pero”,
que también puede traducirse como “y”. Por su parte, en la última proposición molecular
hay dos conectivos, el conectivo “y” y el conectivo “entonces”, a diferencia de las tres
primeras proposiciones, que sólo tienen un conectivo cada una. Una proposición molecular
puede entonces tener uno o más conectivos.
5. Puesto que Juan es un estudiante aplicado y estudiará esta noche, entonces ganará el
examen de mañana; pero María no ganará entonces el examen de mañana, pues María no
quiere estudiar hoy.
Como puede apreciarse, no sólo es posible conectar una proposición con otra con la ayuda
de uno o más conectivos, como en los casos 1 a 4; también es posible, además, conectar
cadenas de proposiciones. Así, las proposiciones, en el ejemplo 5, que van conectadas
antes de la preposición pero, luego se conectan, por medio de esta misma preposición, con
otras proposiciones, en las que aparecen los conectivos de la negación y la implicación.
“Si sigue lloviendo, entonces el río crecerá. Si sigue lloviendo y el río crece, entonces el
puente será arrastrado por las aguas. Si la continuación de la lluvia hace (entonces) que el
puente sea arrastrado por las aguas, entonces no será suficiente un solo camino para toda
la ciudad. O bien un solo camino es suficiente para toda la ciudad, o bien los ingenieros han
cometido un error. Por lo tanto, los ingenieros han cometido un error”.
proposición atómica “María está en el parque”, con la otra proposición atómica “María
está en la casa”; o como dice aquí, “o bien un solo camino es suficiente para toda la ciudad
o bien los ingenieros han cometido un error”, que relaciona dos proposiciones atómicas: “un
solo camino es suficiente para toda la ciudad” con “los ingenieros han cometido un error”.
Además, debe notarse que hemos puesto entre paréntesis el conectivo “entonces” en
la segunda cadena proposicional, el cual originalmente no aparece en el argumento
inicial al que hicimos referencia. Esto quiere decir, en otras palabras, que algunas veces
los conectivos no aparecen explícitos, pese a que de algún modo hacen parte de las
proposiciones que se están conectando. Así, es lo mismo afirmar que “puesto que Juan es
un estudiante aplicado, entonces ganará el examen de mañana”, que afirmar que “puesto
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
160
que Juan es un estudiante aplicado, ganará el examen de mañana”, pese a que en este
segundo ejemplo no aparezca explícito el conectivo “entonces”. Pero, del mismo modo, es
necesario tener en cuenta que las cadenas proposicionales, que en este caso está marcada
por los tres puntos seguidos antes de la conclusión que comienza con el conectivo “por lo
tanto”, se conectan unas a otras por medio del conectivo “y”, aunque tampoco esta vez
dicho conectivo aparezca explícito. Dicho de otra manera, los conectivos en el anterior
argumento, si los quisiéramos explicitar todos, quedarían así:
“Si sigue lloviendo, entonces el río crecerá. Y si sigue lloviendo y el río crece, entonces
el puente será arrastrado por las aguas. Y si la continuación de la lluvia hace (entonces)
que el puente sea arrastrado por las aguas, entonces no será suficiente un solo camino
para toda la ciudad. Y o bien un solo camino es suficiente para toda la ciudad o bien los
ingenieros han cometido un error. Por lo tanto, los ingenieros han cometido un error”.
Es claro, sin embargo, que, por lo menos en español, no siempre tenemos que explicitar los
conectivos de esta manera, lo cual daría como resultado expresiones bastante extrañas. De
todos modos, lo que no hay que olvidar es que, por un lado, no siempre los conectivos se
hacen explícitos en un argumento o en una proposición molecular; y, de otro, que las cadenas
proposicionales perfectamente delimitadas se unen con otras cadenas proposicionales por
medio del conectivo “y”.
La conclusión de todo argumento, por su parte, está seguida de conectivos como “entonces”,
“por lo tanto”, “por consiguiente”, etc., es decir, por el llamado conectivo de implicación.
Ejercicio
En los siguientes argumentos reconozca las expresiones que sirven de conectivos. No olvide incluir
los conectivos implícitos.
1. Si ingresa Ana, entonces crecerá el prestigio social del club; si Blanca ingresa, la posición financiera
del club será más segura. O bien Ana o Blanca ingresarán. Si se incrementa el prestigio social
ingresará Blanca y si la posición financiera se hace más segura entonces ingresará Wilson. Por lo
tanto, o bien Blanca o Wilson ingresarán.
corazón de la ciudad; y si se quiere que cumpla adecuadamente sus funciones, es menester que
se lo construya de dimensiones bastantes grandes como para que pueda albergar a todas las
oficinas del Ayuntamiento. Si se ubica al nuevo palacio de justicia en el corazón de la ciudad y
se lo construye de dimensiones bastante grandes como para que albergue a todas las oficinas
del Ayuntamiento, costará más de un millón de dólares. Luego, o el nuevo palacio de justicia
tendrá una ubicación inconveniente, o será inadecuado para sus funciones.
3. Si pago al sastre, me quedaré dinero. Solamente puedo llevar a mi novia al baile si tengo dinero.
Si no la llevo al baile, se sentirá desdichada. Pero si no le pago al sastre, no me entregará el traje
y sin él no puedo llevar a mi novia al baile. O le pago al sastre o no le pago. Por tanto, mi novia
tendrá que sentirse desdichada.
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
161
Para una mejor comprensión de los conectivos lógicos, estos pueden reducirse a seis
símbolos que serán los que de ahora en adelante utilizaremos para representar proposiciones
moleculares y argumentos compuestos de proposiciones moleculares. No todos han sido
ejemplificados en el anterior subcapítulo. Veámoslos entonces con más detalle para ir
aprendiendo la simbología propia de la lógica simbólica.
La negación.(~)
Aunque es claro que, propiamente hablando, la negación no es un símbolo que, como tal,
conecte proposiciones atómicas, es indudable que sin él sería prácticamente imposible
formalizar aquellos razonamientos que usan negaciones dentro de sus proposiciones. En
efecto, muchos argumentos realizan negaciones dentro de sus premisas o dentro de su
conclusión. Si no fuera posible, por ejemplo, distinguir la proposición “el partido liberal
no atacará a los conservadores”, de la proposición “el partido liberal atacará a los
conservadores”, sería bastante difícil, en términos de simbolización, diferenciar entre
estas dos proposiciones. Por eso la importancia de este conectivo lógico. Por lo tanto,
usaremos la notación “~” para señalar que una proposición atómica está negada. Así, y
para seguir con los ejemplos de las seis proposiciones atómicas que hemos puesto más
arriba, las siguientes son las respectivas negaciones de esas proposiciones:
Estas proposiciones, por consiguiente, tienen un conectivo lógico, en este caso, llamado el
conectivo de la negación.
No siempre las negaciones se establecen con el uso del término “no”. Algunas veces la
negación está implícita dentro de una proposición. Por ejemplo: “Juan es incapaz de hacerle
daño a María”, que bien puede traducirse como “Juan no es capaz de hacerle daño a María”;
o “Mario es un tipo desagradable”, que puede también escribirse como “Mario no es un tipo
agradable”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
En cualquier caso, no hay que olvidar tampoco que las proposiciones que usan algún tipo
de conectivo lógico siempre son el resultado de proposiciones atómicas que, por definición,
son anteriores a las proposiciones moleculares. Siguiendo estos últimos ejemplos de la
negación, las proposiciones atómicas iniciales, desde las cuales se representa luego la
proposición que utiliza la negación, son:
En otras palabras, siempre que haya una o más proposiciones que estén relacionadas por
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
162
algún conectivo lógico, debe haber antes un conjunto de proposiciones atómicas a partir
de las cuales se forman las moleculares.
Así, y para poner otro ejemplo, la cadena de enunciados moleculares “Puesto que Juan
es un estudiante aplicado y estudiará esta noche, entonces ganará el examen de mañana;
pero, puesto que María no quiere estudiar hoy, entonces ella no ganará el examen de
mañana”, tiene como proposiciones atómicas las siguientes:
Como puede apreciarse, estas proposiciones atómicas son afirmaciones que no contienen
ningún conectivo que las relacione. Sin embargo, hemos podido unirlas y crear una
conexión entre proposiciones que antes estaban separadas. No hay que olvidar esto,
pues la representación por medio de símbolos de extensas cadenas de proposiciones
moleculares depende, en buena medida, de saber determinar las proposiciones atómicas
que las componen. Pero, además, el mundo sería imposible si no pudiéramos conectar
unas proposiciones con otras, es decir, estaríamos abocados a ver nada más que hechos
completamente sueltos que no guardarían ninguna relación el uno con el otro; pero es
claro que no vemos así el mundo.
La conjunción. (۸)
Sin lugar a dudas, este es uno de los conectivos más usados en nuestra vida cotidiana. Si
tomáramos un párrafo de cualquier texto, incluso un texto literario, nos daríamos cuenta
de lo que estamos diciendo. De hecho, en estas escasas tres líneas que acabamos de
escribir tendríamos que poner una conjunción después del punto seguido, pues, como ya
hemos visto, la conjunción sirve, entre otras cosas, para unir proposiciones que se separan
por este signo de puntuación. Así, la proposición molecular a la que estamos haciendo
referencia podría quedar así:
• La conjunción es uno de los conectivos más usados en la vida diaria y es posible comprobar
que las conjunciones aparecen en cualquier clase de texto.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Así, entonces, lo primero que debemos señalar es que, cuando se trata de proposiciones
separadas por el signo de puntuación el “punto seguido”, cada proposición, implícitamente,
se une a la otra por medio de la conjunción. Sucede lo mismo cuando se separan proposiciones
o cadenas de proposiciones con el “punto y coma”, según ya hemos visto.
De otra parte, es sabido que, aunque se trate de una tautología, toda proposición puede
unirse con ella misma por medio de la conjunción. Así, por ejemplo, la proposición “hay
un gato negro debajo del sofá”, supone la tautología “hay un gato negro debajo del sofá y
hay un gato negro debajo del sofá”. En la vida cotidiana, esto se puede ejemplificar con el
caso del papá que le dice a su hija: “Usted no va a ir a esa fiesta, y no, y no, y no, y no”. Si
contamos las proposiciones, es claro que aquí sólo hay una proposición, pero que se repite
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
163
cinco veces, con la ayuda del conectivo de la conjunción. (Vale aclarar que lo que en este
caso son proposiciones para el papá, no son más que órdenes para la hija).
Pero lo más común es unir proposiciones diferentes con la ayuda de la conjunción. Por
ejemplo:
No siempre es posible hacer estos cambios, por lo que debe tenerse en cuenta el sentido
de lo que se quiere decir, para luego determinar el tipo de conjunción que se requiere.
En todo caso, estamos hablando de conjunciones, para las cuales, como veremos más
adelante, podemos siempre utilizar la notación simbólica que hemos señalado antes, ۸.
Sobre la conjunción digamos esto último: toda conjunción consta, como hemos visto, de
dos partes; llamaremos a cada una de esas partes conyunto. Así, entonces, toda conjunción
está compuesta de dos coyuntos, que son precisamente los que se unen por medio de la
conjunción.
La implicación. (→)
Puesto que la lógica se ocupa de las inferencias, puede también decirse que la lógica se
ocupa de las relaciones de implicación entre proposiciones. Como habíamos dicho en un
capítulo anterior, una implicación es una expresión de la forma “si tal cosa, entonces tal
otra”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Si se examinan con cuidado las tres implicaciones del ejemplo anterior, es claro que el
orden lógico de las proposiciones que las componen no puede alterarse, sin que a la vez
cambie el sentido de cada una de las implicaciones. En efecto, sería algo extraño afirmar
que “si María llora, entonces se golpea”; o que “si se reducen los gastos en educación
y recreación, entonces aumentan los precios de la canasta familiar”; o afirmar que “si
el matrimonio de María dura poco, entonces se va a casar con un psicópata”.
No hay que confundir esto que hemos dicho con el hecho de que, en términos sintácticos,
el antecedente puede ponerse al final de la implicación, lo mismo que puede ponerse
el consecuente al principio. Así, por ejemplo, es lo mismo, en términos lógicos, aunque
no en términos sintácticos, afirmar que “puesto que Juan está cansado no irá a la
fiesta”, que decir que “Juan no irá a la fiesta porque se encuentra casado”. En ambos
caso, el consecuente (o la consecuencia, si se quiere) es que Juan no irá a la fiesta, y
el antecedente es también el mismo, que se encuentra cansado. En otras palabras, se
dio primero que Juan estuviera cansado, y luego se dio que por esa razón no iría a la
fiesta. Sintácticamente las dos implicaciones son diferentes; sin embargo, lógicamente
son iguales, pues el antecedente y el consecuente siguen siendo los mismos.
Hay otras expresiones que permiten saber que una proposición es un consecuente; es el
caso de “por lo tanto”, “luego”, “de lo anterior se sigue”, “se sigue que”, “se infiere
que”, y muchas otras, dependiendo del caso.
Hay otra manera de conectar las proposiciones, lo cual, como se puede ir coligiendo,
depende de lo que se quiera expresar con la respectiva proposición molecular. Así, dos
proposiciones pueden representar una disyunción, como cuando alguien dice “Iré a la
fiesta o a cine”, “María está enamorada de Juan o de Francisco”, “Betty Blue está loca
Lógica y Teoría de la Argumentación
seguros de que dos proposiciones sean al tiempo verdaderas; sin embargo, puede suceder
que las dos proposiciones sí sean verdaderas. La diferencia con una disyunción exclusiva
es clara: “Paco, el perro de mi casa, está vivo o está muerto”. Es evidente que esta
disyunción es tajante, por lo cual la denominamos disyunción exclusiva, como veremos
a continuación. En cambio, si en un restaurante reza: “prohibido robar cucharas o
tenedores”, debe entenderse que están diciendo que está prohibido robar uno de los
dos, pero también los dos. Algunos emplean el y/o para aclarar que la disyunción puede
ser inclusiva, es decir, que puede abarcar la conjunción. En nuestro caso esto no será
necesario.
La disyunción inclusiva, al igual que la conjunción, hace parte de esa clase de conectivos, a
diferencia de la implicación, como hemos visto, en la que no se altera el sentido lógico de
la misma si se altera el orden de las proposiciones. Llamaremos disyuntos a los elementos
que comprenden una disyunción.
Hay tres formas como podemos llegar a saber que la disyunción que estamos empleando en
un momento determinado en una proposición molecular es una disyunción exclusiva.
El primer caso es si la expresión es taxativa; por ejemplo, si Juan hubiera afirmado: “voy
a cine o a la fiesta, pero no a las dos cosas”. Queda claro que aquí ya no estamos haciendo
referencia a una disyunción inclusiva, pues es contundente la expresión… “pero no a las
dos cosas”, la cual excluye la posibilidad de que se den las dos proposiciones de manera
conjunta.
Otra manera es anteponiendo una “o” al inicio de la proposición, lo cual también le otorga
a la disyunción el carácter de exclusión al que no estamos refiriendo: “O voy a cine, o voy
a la fiesta”.
Y una tercera manera depende del análisis material de la disyunción como tal. Es obvio que
la afirmación “Paco está vivo o muerto” no requiere mayor aclaración para saber que se
trata de una disyunción exclusiva. Nadie, en sus cinco sentidos, escribiría algo como esto:
“Juan está vivo y/o muerto”.
Veremos más adelante que toda disyunción exclusiva puede reemplazarse por una
expresión en la que utilicemos sólo los conectivos de la disyunción inclusiva, la negación y
Lógica y Teoría de la Argumentación
Decimos que hay una doble implicación cuando el antecedente y el consecuente de una
implicación se co-implican, es decir, cuando el antecedente implica el consecuente, y éste,
a su vez, implica el antecedente. Por ejemplo: “si Colombia le da estatus de beligerancia a
las FARC, el gobierno de Venezuela ayuda a la paz de Colombia, y si el gobierno venezolano
ayuda a la paz de Colombia, entonces Colombia le da el estatus de beligerancia a las
FARC”.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
166
La forma estándar para expresar una doble implicación es “si y sólo si”. En el caso anterior,
pudo haberse dicho: “Venezuela ayuda a la paz en Colombia si y sólo si Colombia le da
estatus de beligerancia a las FARC”.
Veremos en el siguiente apartado que este conectivo puede reemplazarse con los conectivos
de implicación y con la conjunción.
Ejercicio
Separe las proposiciones atómicas de los siguientes argumentos. Utilice para cada proposición las
letras que hay al final de los mismos. Por ejemplo, W equivale a la proposición “Está aumentando la
población mundial”.
2. El ladrón entró por la puerta, o el robo fue cometido desde dentro y uno de los sirvientes debe
estar involucrado en él. El ladrón sólo pudo entrar por la puerta si el cerrojo fue levantado desde
dentro; pero uno de los sirvientes seguramente se halla implicado en el robo, si el cerrojo fue
levantado desde dentro. Por ende, uno de los sirvientes está involucrado en el robo. (D, I, S, L).
Una vez hemos comprendido el sentido de los conectivos lógicos, pasemos ahora a utilizarlos
de manera tal que podamos simbolizar proposiciones moleculares y argumentos. Tomemos
algunos ejemplos de los que ya hemos visto en el anterior apartado, sin olvidar el concepto
de proposición atómica. Lo que haremos, para empezar, es muy sencillo.
Tomemos el caso de las primeras 6 proposiciones atómicas que pusimos de ejemplo más
arriba, y asignémosles una letra a cada una, así:
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
167
Acto seguido, tomemos las proposiciones moleculares que habíamos puesto de ejemplo,
utilicemos las letras que remplazan las proposiciones atómicas y usemos los símbolos de
los conectivos:
(A ۸ Q)
(A → G)
3. Juan quiere estudiar con María, pero María estudiará mañana. Es decir:
(Q ۸ M)
4. Puesto que Juan es un estudiante aplicado y estudiará esta noche, entonces ganará el
examen de mañana. Es decir:
[(A ۸ E)] → G
5. Puesto que Juan es un estudiante aplicado y estudiará esta noche, entonces ganará el
examen de mañana; pero María no ganará el examen de mañana, pues María no quiere
estudiar hoy. Es decir:
[(A ۸ E) → G] ۸ (~ M → ~ N)
Lógica y Teoría de la Argumentación
Ejercicio
Luego de separar las proposiciones moleculares y de asignarles una letra correspondiente, simbolice
las siguientes proposiciones. No olvide utilizar paréntesis, llaves y corchetes donde sea necesario
para no alterar el sentido lógico de las mismas.
6. Libia eleva el precio del petróleo y Egipto disminuye su aprovisionamiento; sin embargo, Arabia
compra quinientos aviones de guerra y Jordania pide más ayuda a los Estados Unidos.
7. Si argentina se moviliza, entonces Brasil protestará ante la ONU y Chile convocará a una reunión
de los países latinoamericanos.
8. Si argentina se moviliza y Brasil protesta ante la ONU, Chile convocará a una reunión de los
países latinoamericanos.
9. Si argentina se moviliza pero Brasil protestará ante la ONU, entonces Chile no convocará a una
reunión de los países latinoamericanos.
10. Si gana Gertrudis o Heriberto, entonces pierde tanto Juana como Kenneth.
11. Si ingresa Adams, entonces crecerá el prestigio social del club; y si Baker ingresa, la posición
financiera del club será más segura.
12. Si Julio recibió el cable, entonces tomó el avión; y si tomó el avión, entonces no llegará tarde a la
reunión.
13. O Carlos o Juan compran el terreno.
14. Si Jacobo va a la reunión, entonces se presentará un informe completo: pero si Jacobo no va a
la reunión, entonces será necesario hacer una elección especial.
15. El fósforo se enciende si hay oxígeno.
16. María no hace ni deja hacer.
17. Iré a casa de Mario si me invita.
18. Iré a casa de Mario si y solo si me invita.
19. Si Mario me invita a su casa voy.
20. Si Jacobo no va a la reunión y no se inicia una investigación alguna, entonces la organización se
desintegrará rápidamente.
Toda proposición molecular puede establecer un valor de verdad para sí, dependiendo del
conectivo lógico que relacione la proposición molecular y dependiendo también de las
posibilidades de asignarles todos los valores de verdad a las proposiciones. Cuando una
proposición molecular tiene 2 proposiciones, los valores de verdad que se le pueden asignar
a la proposición son 4; cuando 3, 9; cuando 4, 16; es decir, el número de proposiciones
elevado a la 2.
A۸ B
v– f
f– v
f– f
v– v
Supongamos ahora que A representa la proposición “Ana fue a la fiesta el pasado sábado”, y
B, la proposición “Bety fue a la fiesta el pasado sábado”. Si unimos estas dos proposiciones,
queda entonces la proposición molecular “Ana y Bety fueron a la fiesta el pasado sábado”,
o, lo que es lo mismo, “Ana fue a la fiesta el pasado sábado y Bety fue a la fiesta el pasado
sábado”. Supongamos también que esa es una afirmación hecha por Juan, es decir, Juan
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
169
nos está diciendo que Bety y Ana estuvieron en la mencionada fiesta. Así las cosas, existen
estas cuatro posibilidades de lo que ha dicho Juan:
1. Es verdad que Ana sí fue a la fiesta, pero es falso que Bety haya ido.
2. Es falso que Ana haya ido, pero es verdad que Betty asistió.
3. Es falso que Ana haya ido, y es falso también que Bety hubiera ido.
4. Es verdad que Ana fue, y también es verdad que Bety fue.
¿En qué caso o casos Juan nos ha dicho la verdad de esa proposición molecular? Es claro
que sólo en el último caso, pues si una de las dos no ha ido, o ninguna de las dos fue,
Juan ha hecho una afirmación molecular falsa. En cambio, si las dos fueron, la proposición
molecular es verdadera. Dicho de otro modo, una conjunción es verdadera sólo cuando los
términos conyuntos son verdaderos cada uno.
Veamos ahora lo que pasa con la disyunción inclusiva. Esta vez la afirmación es la siguiente:
“Carlos es hincha del Nacional de Medellín o del Deportivo Cali”. Si N representa la primera
parte de esta disyunción, y D la otra, entonces podemos simbolizar y colocar los respectivos
valores de verdad:
NvD
v– f
f – v
f – f
v– v
Sigamos diciendo, una vez más, que es Juan el que nos hace la afirmación anterior.
Preguntemos ahora: ¿En qué casos o caso dijo Juan la verdad? Veamos:
Ahora bien, en el último caso, donde es verdad que Juan es hincha del Nacional pero resulta
que también es hincha del Deportivo Cali, la disyunción resulta también verdadera, pues
recordemos que esta disyunción es inclusiva, no exclusiva. Si el esposo le dice a su esposa
Lógica y Teoría de la Argumentación
que esta noche le llevará chocolates o flores, pero el muy querido se aparece con tremendo
ramo de flores y con un paquete de deliciosas chocolatinas, uno espera que su esposa no
le diga que él es un falso, o, en términos lógicos, jamás diríamos que la disyunción es falsa
alegando que el esposo dijo que llevaría chocolates o flores. En este caso, repetimos, la
disyunción también es verdadera.
En síntesis, podemos decir que una disyunción es falsa sólo cuando ambas proposiciones
son falsas; por ejemplo, si el marido no lleva nada de lo que prometió. En todos los demás
casos, la disyunción es verdadera.
CwF
v– f
f – v
f – f
v– v
¿En cuáles casos la disyunción exclusiva es verdadera y en cuáles es falsa? Si nos fijamos
bien, nos daremos cuneta de que sólo en los dos primeros casos la disyunción exclusiva es
verdadera, pues en esos casos se cumple con la condición del enunciado, ya que, como
puede verse, sólo es verdad una de las dos partes de la disyunción exclusiva. Dicho de otro
modo, si alguien afirma una disyunción del tipo “ o N o D”, sólo cumplirá con la condición si se
da una, y sólo una, de las partes de la disyunción, pues se trata de una disyunción exclusiva.
Y si ambas partes de la disyunción exclusiva son verdaderas, o son falsas, la disyunción como
tal es falsa. Dicho de otro modo, y con el anterior ejemplo: si quien afirmó que iba o a cine
o a fútbol no va ni a cine ni a fútbol, o va a los dos, ha producido un enunciado falso. Y si va
a uno de los dos, y sólo a uno de los dos, su enunciado es verdadero.
En resumen, puede decirse que una disyunción exclusiva es falsa cuando las dos partes de
la disyunción son falsas o cuando ambas son verdaderas; y que sólo es verdadera cuando
una de sus partes es verdadera y la otra falsa.
En cuanto a la implicación, partamos del siguiente ejemplo: “Si Juan le miente a María,
entonces María se enoja con él”. Esta proposición molecular puede simbolizarse de la
siguiente manera, siendo J “Juan le miente a María”, y E “María se enoja con Juan”.
J→E
Lógica y Teoría de la Argumentación
v – f
f– v
f– f
v– v
Veamos en este caso lo que sucede, pero empecemos esta vez de abajo hacia arriba.
En el primer caso (de abajo hacia arriba), se dice que es verdad que Juan le ha mentido a
María y que también es verdad que ella se ha enojado. Así, entonces, se ha cumplido con la
condición de que, si Juan le mentía a María, ésta se enojaría. Por lo tanto, la implicación
es aquí verdadera.
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
171
De otra parte, si ambos elementos de la implicación son falsos, es decir, si es falso que
Juan le ha mentido a María y si es falso que ella se ha enojado, entonces la implicación
también es verdadera. En otras palabras, sigue siendo cierto que si Juan le miente a María
ella se va a enojar; pero, como hasta el momento no se ha dado ninguna de las dos cosas,
la implicación sigue siendo verdadera. Lo mismo pasaría si alguien dice que si se gana la
lotería se compra un apartamento, y resulta que no se ha ganado la lotería y tampoco se
ha comprado un apartamento. ¿Podría alguien decirle a esta persona que ha dicho una
falsedad cundo afirmó que si se ganaba la lotería se compraba un carro? Seguramente que no.
En el segundo caso resulta que Juan no le ha mentido a María, pero ésta se ha enojado.
¿Qué pasa aquí con la implicación que decía que si Juan le mentía a María ella se iba a
enojar con él? Esa implicación sigue siendo verdadera, pese a que María esté enojada y
que Juan no le haya mentido, pues ella pudo haberse molestado por otra cosa. Así, si se
enoja por otra cosa que no haya sido una mentira de Juan (por ejemplo porque Juan le
haya gritado), no por eso podemos decir que la implicación “si Juan le miente a María ella
se enoja” sea falsa. Si fulano se compra un apartamento sin haberse ganado la lotería,
pero antes ha dicho que si se ganaba la lotería compraría un apartamento, no podemos
afirmar que él dijo una falsedad cuando dijo lo que dijo, pues bien pudo haber comprado
el apartamento con un dinero que le regalaron. Otra cosa pasaría si la afirmación hubiera
sido: “me compro un apartamento si y sólo si me gano la lotería”, pero esto ya no es un
implicación sino una doble implicación.
En cambio, en la primera posibilidad, queda claro que la implicación se hace falsa, pues si
es verdad que Juan le mintió a María, pero esta no se enojó, queda claro que no se cumplió
con la condición de la implicación.
La doble implicación, por su parte, es verdadera sólo cuando ambas proposiciones son
verdaderas o cuando amabas son falsas. Si en una doble implicación uno de los términos
es verdadero y el otro falso, entonces la doble implicación es, en este caso, falsa. Es como
si alguien afirmara que va a la casa de Mario si y sólo Mario lo invita, y se apareciera en la
casa de Mario sin que lo invitaran; o que, siendo invitado, diga que no va. Como señalamos
hace un momento, para efectos de simbolización podemos reducir la doble implicación a la
siguiente expresión:
Lógica y Teoría de la Argumentación
(A → B) ۸ (B → A)
En el capítulo dos de este libro habíamos explicado lo que eran las tautologías, las
contradicciones y las contingencias. Expliquemos ahora estos conceptos con base en los
conectivos lógicos y los valores de verdad. Empecemos con las contradicciones.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
172
p۸~ p
v v
f … después de aplicar la negación
f f
v … después de aplicar la negación
Si aplicamos la ley de la conjunción según la cual dos proposiciones conjuntas son verdaderas
sólo si ambas proposiciones son verdaderas, entonces en este caso es imposible que la
conjunción sea verdadera, pues tenemos que unir los valores de la primera línea con los de
la segunda, y así el resultado siempre será “f”.
p → q
v – f
f – v
f – f
v – v
De estas cuatro posibilidades, sólo una es verdadera mientras la demás son falsas. Así, y a
diferencia del caso anterior en el que los resultados de la conjunción fueron todos falsos,
aquí tenemos resultados combinados, es decir, entre verdaderos y falsos. Es por eso que la
expresión p → q, aplicados todos los posibles valores de verdad, es una contingencia, es
decir, algo que puede darse o no darse, y por eso los valores combinados.
En una tautología, por el contrario, el resultado sólo permite valores de verdadero en todas
las relaciones. Pensemos, por ejemplo, en una ley lógica, que, por supuesto, debe ser una
tautología. El siguiente es el ejemplo:
[( p → q) ۸ p] → q
v v v v
Lógica y Teoría de la Argumentación
v f v f
f v f v
f f f f
Veamos:
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
173
[( p → q) ۸ p] → q
v v v v v v v
v f f f v v f
f v v f f v v
f v f f f v f
1 2 3
En conclusión, las tautologías son expresiones de las cuales no se puede dudar su absoluta
verdad, en nuestro caso expresiones que hacen uso de los conectivos lógicos. Las
contingencias, por su parte, son expresiones que no tienen carácter de verdad definitivo.
Y, por último, una contradicción es una expresión que jamás puede ser verdadera, y ni
siquiera imaginable.
Demostración de validez
Si un argumento es válido, podemos también decir de él que es una tautología; si no, que
no es una tautología.
Ahora bien, resulta fácil determinar si una cadena proposicional corta es o no una tautología,
como en el ejemplo anterior con el que explicamos este concepto. Sin embargo, esto es
cierto con cadenas proposicionales cortas, pues en éstas el número de proposiciones es
mínimo, de modo que si aplicamos la fórmula de 2n, no es necesario asignarles muchos
valores de verdad a las proposiciones.
“Si sigue lloviendo, entonces el río crecerá. Si sigue lloviendo y el río crece, entonces el
puente será arrastrado por las aguas. Si la continuación de la lluvia hace que el puente sea
arrastrado por las aguas, entonces no será suficiente un solo camino para toda la ciudad.
Un solo camino es suficiente para toda la ciudad, o los ingenieros han cometido un error.
Por lo tanto, los ingenieros han cometido un error”.
validez o la invalidez de los mismos. Pero también dijimos, al iniciar este capítulo, que la
lógica simbólica nos permitiría abordar argumentos como el que expusimos aquí, es decir,
argumentos con varias premisas sobre los cuales no era posible aplicar la lógica tradicional.
Dijimos también que esta lógica era más potente. Pero, entonces, ¿qué herramientas nos
permite emplear la lógica en estos casos?
Lo primero que debemos responder es que era necesario explicar los conceptos anteriores.
Ahora sí entremos en materia.
De ahora en adelante, para usar las herramientas de la lógica simbólica, vamos primero
que todo a describir las cadenas proposicionales de un argumento de manera horizontal.
Así, entonces, nuestro argumento quedará así:
1. (L → R)
2. (L ۸ R) → P
3. (L → P) → ~ C
4. (C v I)
∴I
Las cuatro primeras proposiciones moleculares de este argumento son las premisas del
argumento. La proposición “I” es entonces la conclusión.
En segundo lugar, vamos a utilizar leyes lógicas para determinar la validez o la invalidez de
éste y de todos los argumentos que se puedan examinar a partir de estas nuevas herramientas
que nos ofrece la lógica simbólica. Empecemos pues con estas primeras reglas.
Reglas de inferencia
~q
∴ ~p
Valga decir: dada una implicación y la negación de su consecuente, se sigue la negación de
su antecedente.
6. Absorción (Abs.)
p → q
∴ p → (p ۸ q)
Es decir: de una implicación se sigue que su antecedente implica la conjunción de los
términos de la implicación.
7. Simplificación (Simp.)
p۸q
∴p
Valga decir: de dos proposiciones verdaderas se sigue la verdad de una de ellas.
8. Conjunción (Conj.)
p
q
∴ p۸q
Lógica y Teoría de la Argumentación
9. Adición (Ad.)
p
∴ pvq
O lo que es lo mismo: a una proposición verdadera se le puede adicionar cualquier otra
mediante el conectivo de la disyunción.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
176
¿Cómo podemos aplicar algunas de estas reglas lógicas para determinar si la conclusión “los
ingenieros han cometido un error” se sigue o no lógicamente de las premisas? Veamos:
1. (L → R)
2. (L ۸ R) → P
3. (L → P) → ~ C
4. (C v I)
_________________
5. L → (L ۸ R) Por la regla de Absorción aplicada en 1.
6. L → P Por la regla del Silogismo Hipotético aplicada entre 5 y 2.
7. ~ C Por la regla del Modus Ponens aplicada entre 3 y 6.
8. I Por la regla del Silogismo Disyuntivo aplicada entre 4 y 7.
Como puede apreciarse, hemos llegado, siguiendo leyes lógicas, a la proposición “I”, que
era lo que inicialmente nos habíamos propuesto. Dicho de otra manera, hemos afirmado
que la conclusión de este argumento se sigue lógicamente de las premisas 1, 2, 3 y 4, pues
a partir de éstas hemos derivado, siguiendo leyes lógicas, otras proposiciones, hasta llegar
a “I”. En conclusión, este argumento es válido.
Ejercicios
I. Para cada uno de los siguientes argumentos válidos enuncie la regla de inferencia mediante la
cual se sigue su conclusión de sus premisas. Recuerde que la conclusión está precedida de la
notación ∴
1. (A ۸ B) → C
∴ (A ۸ B) → [(A ۸ B) ۸ C]
2. (D v E) ۸ (F v G)
∴ DvE
3. H → I
∴ (H → I) v (H → ~I)
4. ~( J ۸ K) ۸ (L → ~ M)
∴ ~ (J ۸ K)
Lógica y Teoría de la Argumentación
7. (S ≡ T) v [(U ۸ V) v (U ۸W)]
~(S ≡ T)
∴ (U ۸ V) v (U ۸ W)
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
177
8. ~ (B ۸ C) → (D v E)
~ (B ۸ C)
∴D v E
9. (F ≡ G) → ~ (G ۸ ~F)
~ (G ۸ ~F) → (G → F)
∴ (F ≡ G) → (G → F)
10. ~ (H ۸ ~ I) → (H → I)
(I ≡ H) → ~ (H۸ ~ I)
∴ (I ≡ H) → (H → I)
11. (A → B) → (C v D)
A →B
∴C v D
12. [E →(F ≡ ~G)] v (C v D)
~ [E → (F ≡ ~G)]
∴ CvD
13. (C v D) v [(J v K) → (J ۸ K)]
~ [(J v K) → (J ۸ K)]
∴ (C v D)
14. ~[L →(M → N)] → ~ (C v D)
~ [L → (M → N)]
∴ ~ (C v D)
15. (J → K) ۸ (K → L)
L→M
∴ [(J → K) ۸ (K → L)] ۸ (L → M)
16. N → (O v P)
Q → (O v R)
∴ [Q → (O v R)] ۸ [N → (O v P)]
17. (S → T) → (U → V)
∴ (S → T) → [(S → T) ۸ (U → V)]
Lógica y Teoría de la Argumentación
18. (W ۸ ~ X) ≡ (Y → Z)
∴ [(W ۸ ~ X) ≡ (Y → Z)] v (X ≡ ~Z)
19. [(H ۸ ~ I) → C] ۸ [(I ۸ ~ H) → D]
(H ۸ ~ I) v (I ۸ ~ H)
∴ CvD
20. [(O → P) → Q] → ~(C v D)
(C v D) → [(O → P) → Q]
∴ (C v D) → ~ (C v D)
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
178
II. Cada una de los siguientes argumentos es una prueba formal de validez del argumento indicado.
Enuncie la “justificación” de cada línea que no sea una premisa de la prueba. Las premisas van
hasta la línea.
1. 1. A ۸ B
2. (A v C) → D
______________________________
3. A
4. A v C
5. D
6. A ۸ D
2. 1. (E v F) ۸ (G v H)
2. (E → G) ۸ (F → H)
3. ~G
______________________________
4. E v F
5. G v H
6. H
3. 1. I → J
2. J → K
3. L → M
4. I v L
______________________________
5. I → K
6. (I → K) ۸ (L → M)
7. K v M
4. 1. N → O
2. (N ۸ O) → P
3. ~(N ۸ P)
______________________________
4. N → (N ۸ O)
5. N → P
6. N → (N ۸ P)
7. ~N
5. 1. Q → R
Lógica y Teoría de la Argumentación
2. ~S → (T → U)
3. S v (Q v T)
4. ~S
______________________________
5. T → U
6. (Q → R) ۸ (T → U)
7. Q v T
8. R v U
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
179
6. 1. W → X
2. (W → Y) → (Z v X)
3. (W ۸ X) → Y
4. ~Z
______________________________
5. W → (W ۸ X)
6. W → Y
7. Z v X
8. X
7. 1. (A v B) → C
2. (C v B) → [A → (D ≡ E)]
3. A ۸ D
______________________________
4. A
5. A v B
6. C
7. C v B
8. A → (D ≡ E)
9. D ≡ E
8. 1. F → ~G
2. ~F → (H → ~G)
3. (~I v ~H) → ~~G
4. ~I
______________________________
5. ~I v ~H
6. ~~G
7. ~F
8. H → ~G
9. ~H
9. 1. I → J
2. I v (~~K ۸ ~ ~J)
3. L → ~K
4. ~ (I ۸ J)
______________________________
5. I → (I ۸ J)
6. ~I
Lógica y Teoría de la Argumentación
7. ~~K ۸ ~ ~J
8. ~~K
9. ~L
10. ~L v ~J
III. Construya una prueba formal de validez de cada uno de los siguientes argumentos.
1. 1. A
2. B / ∴ (A v C) ۸ B
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
180
2. 1. D → E
2. D ۸ F / ∴E
3. 1. G
2. H / ∴ (G ۸ H) v I
4. 1. J → K
2. J / ∴ KvL
5. 1. M v N
2. ~M ۸ ~ O / ∴N
6. 1. P ۸ Q
2. R / P ۸ R
7. 1. S → T
2. ~T ۸ ~U / ∴ ~S
8. VvW
~V / ∴ WvX
9. 1. Y → Z
2. Y / ∴ Y۸Z
10. A → B
(A ۸ B) → C / ∴ A→C
11. 1. D → E
2. (E → F) ۸ (F → D) / ∴D → F
12. 1. (G → H) ۸ (I → J)
2. G / ∴ HvJ
13. 1. ~ (K ۸ L)
2. K → L / ∴ ~K
14. 1. (M → N) ۸ (M → O)
∴
Lógica y Teoría de la Argumentación
2. N → O / M→O
15. 1. (P → Q) ۸ (R → S)
2. (P v R) ۸ (Q v R) / ∴ QvS
16. 1. (T → U) ۸ (T → V)
2. T / ∴ UvV
17. 1. (W v X) → Y
2. W / ∴Y
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
181
18. 1. (Z ۸ A) → (B ۸ C)
2. Z → A / ∴ Z → (B ۸ C)
19. 1. D → E
2. [D → (D ۸ E)] → (F → ~G) / ∴ F → ~G
20. 1. (~H v I) v J
2. ~ (~H v I) / ∴ J v ~H
21. 1. (K → L) → M
2. ~M ۸ ~ (L → K) / ∴ ~ (K → L)
22. 1. A → B
2. A v C
3. C → D / ∴ BvD
23. 1. (E ۸ F) v (G → H)
2. I → G
3. ~ (E ۸ F) / ∴ I→H
24. 1. J v ~K
2. K v (L → J)
3. ~J / ∴ L→J
25. 1. Q → (R v S)
2. (T ۸ U) → R
3. (R v S) → (T ۸ U) / ∴ Q→R
IV. Para cada uno de los siguientes argumentos, añadir tres enunciados a las premisas producirá
una prueba formal de validez. Construya una prueba formal de validez para cada uno de los
siguientes argumentos.
1. 1. A v (B → A)
2. ~A ۸ C / ∴ ~B
2. 1. (D v E) → (F ۸ G )
2. D / ∴F
Lógica y Teoría de la Argumentación
3. 1. (H → I)→(H → J)
2. H ۸ (I ۸ J) / ∴ IvJ
4. 1. (K ۸ L) → M
2. K → L / ∴ K → [(K ۸ L) ۸ M]
5. 1. N → [(N ۸ O) → P]
2. N ۸ O / ∴P
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
182
6. 1. Q → R
2. R → S
3. ~S / ∴ ~Q ۸ ~R
7. 1. T → U
2. V v ~U
3. ~V ۸ ~W / ∴ ~T
8. 1. ~X → Y
2. Z → X
3. ~X / ∴ Y ۸ ~Z
9. 1. (A v B) → ~C
2. C v D
3. A / ∴D
10. 1. E v ~F
2. F v (E v G)
3. ~E / ∴G
11. 1. (H → I) ۸ (J → K)
2. K v H
3. ~ K / ∴I
12. 1. L v (M → N)
2. ~L → (N → O)
3. ~L / ∴ M→O
13. 1. (P → Q) ۸ ( Q → P)
2. R → S
3. P v R / ∴ QvS
14. 1. (T → U) ۸ (V → W)
2. (U → X) ۸ (W → Y)
3. T / ∴ XvY
V. Construya una prueba formal de validez para cada uno de los siguientes argumentos.
Lógica y Teoría de la Argumentación
1. 1. A → B
2. A v (C ۸ D)
3. ~B ۸ ~E
∴C
2. 1. (F → G) ۸ (H → I)
2. J → K
3. (F v J) ۸ (H v L)
∴ GvK
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
183
3. 1. (~M ۸ ~N) → ( O → N)
2. N → M
3. ~M
∴ ~O
4. 1. (K v L) → (M v N)
2. (M v N) → (O ۸ P)
3. K
∴O
5. 1. (Q → R) ۸ (S → T)
2. (U → V) ۸ (W → X)
3. Q v U
∴ RvV
6. 1. W → X
2. (W ۸ X) → Y
3. (W ۸ Y) → Z
∴ W→Z
7. 1. A → B
2. C → D
3. A v C
∴ (A ۸ B) v (C ۸ D)
8. 1. (E → F) → (G ۸ H)
2. (G v H) → I
3. E
∴I
9. 1. J → K
2. K v L
3. (L ۸ ~J) → (M ۸ ~ J)
~K
∴M
10. 1. (N v Q) → P
2. (P v Q) → R
3. Q v N
Lógica y Teoría de la Argumentación
∴R
VI Construya una prueba formal de validez para cada uno de los siguientes argumentos, usando las
abreviaturas sugeridas en cada caso.
1. Si gana Gertrudis o Heriberto, entonces pierde tanto Juana como Kenneth. Gertrudis gana.
Por lo tanto, pierde Juan, G: Gertrudis gana, H: Heriberto gana, J: Juana gana, K: Kenneth
pierde).
2. Si ingresa Adams, entonces crecerá el prestigio social del club; si Baker ingresa, la posición
financiera del club será más segura. Adams o Baker ingresarán. Si se incrementa el prestigio
social ingresará Baker y si la posición financiera se hace más segura entonces ingresará Wilson.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
184
Por lo tanto, Baker o Wilson ingresaran (A: ingresa Adams, S: el prestigio social del club crecerá,
B: ingresara Baker, F: la posición financiera del club será más segura, W: Wilson ingresará).
3. Si Brown recibió el cable, entonces tomó el avión; y si tomó el avión, entonces no llegará tarde
a la reunión. Si el cable tenía una dirección equivocada, entonces Brown llegará tarde a la
reunión. Brown recibió el cable, o bien el cable tenía una dirección equivocada. Por lo tanto,
Brown tomó el avión o bien llegará tarde a la reunión. (R: Brown recibió el cable, T: Brown llegará
tarde a la reunión, A: Brown tomó el avión, E: el cable tenía una dirección equivocada).
4. Si Ana está presente, entonces Bill estará presente. Si Ana y Bill están presentes los dos,
entonces Carlos o Doris serán electos. Si Carlos o Doris son electos, entonces Elmer no dominará
realmente el club. Si la presencia de Ana implica que Elmer no dominará realmente el club,
entonces Florencia será el nuevo presidente. Así, Florencia será el nuevo presidente. (A: Ana
está presente, B: Bill estará presente, C: Carlos será electo, D: Doris seré electa, E: Elmer
realmente dominará el club, F: Florencia será el nuevo presidente).
5. Si el señor Jones es el vecino del guardafrenos, entonces las ganancias anuales del señor Jones
son exactamente divisibles entre tres. Si las ganancias del señor Jones son exactamente divisibles
entre tres, entonces 20.000 dólares son exactamente divisibles entre tres. Pero 20.000 dólares
no son exactamente divisibles entre tres. Si el señor Robinson es el vecino del guardafrenos,
entonces vive exactamente a la mitad del camino entre Detroit y Chicago. El señor Robinson
vive en Detroit. Si Jones no es el vecino del guardafrenos, entonces Robinson o Smith es el
vecino del guardafrenos. Por lo tanto, el señor Smith es el vecino del guardafrenos. (J: el señor
Jones es el vecino del guardafrenos, E: las ganancias del señor Jones son exactamente divisibles
entre tres, T: 20.000 dólares son exactamente divisibles entre tres, R: el señor Robinson es el
vecino de los guardafrenos. H: el señor Robinson vive a la mitad del camino entre Chicago y
Detroit, D: el señor Robinson vive en Detroit, S: el señor Smith es el vecino del guardafrenos).
6. Si el señor Smith es el vecino del guardafrenos, entonces el señor Smith vive a la mitad del
camino entre Detroit y Chicago. Si el señor Smith vive a la mitad del camino entre Detroit y
Chicago, entonces no vive en Chicago. El señor Smith es el vecino del guardafrenos. Si el señor
Robinson vive en Detroit, entonces no vive en Chicago. El señor Robinson vive en Detroit. El
señor Smith vive en Chicago o bien el señor Robinson o el señor Jones vive en Chicago. Si el
señor Jones vive en Chicago, entonces el guardafrenos es Jones. Por lo tanto, el guardafrenos es
Jones. (S: el señor Smith es el vecino del guardafrenos, W: el señor Smith vive a la mitad del camino
entre Detroit y Chicago, L: el señor Smith vive en Chicago, D: el señor Robinson vive en Detroit, I:
el señor Robinson vive en Chicago, C: el señor Jones vive en Chicago, B: el guardafrenos es el señor
Jones).
7. Si Smith una vez derrotó al fogonero en el billar, entonces Smith no es fogonero. Smith derrotó
una vez al fogonero en el billar. Si el guardafrenos es Jones, entonces Jones no es el fogonero. El
Lógica y Teoría de la Argumentación
Reglas de equivalencia
Ejercicios
I. Para cada uno de los siguientes argumentos, enunciar la regla de inferencia por la cual la
conclusión se sigue de las premisas. Tanga en cuenta que estas leyes pueden aplicarse en parte
de la premisa, o parte de línea, como diremos de ahora en adelante
1. (A → B) ۸ (C → D)
∴ (A → B) ۸ (~D → ~C)
2. (E → F) ۸ (G → ~H)
∴ (~E v F) ۸ (G → ~H)
Lógica y Teoría de la Argumentación
3. [I → ( J → K)] ۸ (J → ~I)
∴ [(I ۸ J) → K)] ۸ (J → ~I)
4. [L → (M v N)] v [L → (M v N)]
∴ L → (M v N)
5. O → [(P → Q) ۸ (Q → P)]
∴ O → (P ≡ Q)
6. ~(R v S) → (~R v ~S)
∴ (~R ۸ ~S) → (~R v ~S)
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
186
8. (X v Y) ۸ (~X v ~Y)
∴ [(X v Y) ۸ ~X] v [(X v Y) ۸ ~Y]
9. Z → (A → B)
∴ Z → (~~A → B)
10. [C۸ (D. ~E)] ۸ [(C ۸ D) ۸~E]
∴ [(C ۸ D) ۸ ~E] ۸ [(C ۸ D) ۸ ~E]
11. (~F v G) ۸ (F → G)
∴ (F → G) ۸ (F → G)
1. 1. A → B
2. C → ~B / ∴ A → ~C
______________________________
3. ~~B → ~C
4. B → ~C
5. A → ~C
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
187
2. 1. (D ۸ E) → F
2. (D → F) → G / ∴
E→G
______________________________
3. (E ۸ D) → F
4. E → (D → F)
5. E → G
3. 1. (H v I) → [J۸ (K ۸ L)
2. I /∴ J۸K
______________________________
3. I v H
4. H v I
5. J۸ (K۸ L)
6. (J ۸ K) ۸L
7. J۸K
4. 1. (M v N) → (O ۸ P)
2. ~O / ∴ ~M
______________________________
3. ~O v ~P
4. ~ (O ۸ P)
5. ~ (M v N)
6. ~M ۸ ~N
7. ~M
5. 1. (Q v ~R) v S
2. ~Q v (R ۸ ~Q)
/∴ R→S
______________________________
3. (~Q v R) ۸ (~Q v ~Q)
4. (~Q v ~Q) ۸ (~Q v R)
5. ~Q v ~Q
6. ~Q
7. Q v (~R v S)
8. ~R v S
9. R → S
6. 1. T۸ (U v V)
2. T → [U → (W ۸ X)]
3. (T۸V) → ~ (W v X)
Lógica y Teoría de la Argumentación
/ ∴ W≡X
______________________________
4. (T ۸ U) → (W ۸ X)
5. (T ۸ V) → (~W ۸ ~X)
6. [(T ۸ U) → (W ۸ X)] ۸ [(T ۸ V) → (~W ۸ ~X)
7. (T ۸ U) v (T ۸ V)
8. (W ۸ X) v (~W۸ ~X)
9. W ≡ X
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
188
7. 1. Y → Z
2. Z → [Y → (R v S)]
3. R ≡ S
∴
4. ~ (R ۸ S) / ~Y
______________________________
5. (R ۸ S) v (~R ۸ ~S)
6. ~R ۸ ~ S
7. ~(R v S)
8. Y → [Y → (R v S)]
9. (Y۸Y) → (R v S)
10. Y → (R v S)
11. ~Y
8. 1. A → B
2. B → C
3. C → A
4. A → ~C /∴ ~ A ۸ ~C
______________________________
5. A → C
6. (A → C) ۸ (C → A)
7. A ≡ C
8. (A ۸ C) v (~A ۸ ~C)
9. ~A v ~C
10. ~ (A ۸ C)
11. ~A۸ ~ ~C
9. 1. (D۸ E) → ~F
2. F v (G ۸ H)
3. D ≡ E /∴ D→G
______________________________
4. (D → E) ۸ (E → D)
5. D → E
6. D → (D ۸ E)
7. D → ~F
8. (F v G) ۸ (F v H)
9. F v G
10. ~~F → G
11. ~F → G
12. D → G
Lógica y Teoría de la Argumentación
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
189
10. 1. (I v ~~J) ۸ K
III. Para cada uno de los siguientes argumentos, añadir exactamente los enunciados que hacen falta
a las premisas para producir una prueba formal de validez. Construir una prueba formal de validez
para cada uno de los siguientes argumentos.
1. A → ~A / ∴ ~A
2. B۸ (C ۸ D) / ∴ C ۸ (C ۸ B)
3. E / ∴ (E v F) ۸ (E v G)
4. H v ( I ۸ J) / ∴ HvI
5. ~K v (L → M) / ∴ (K ۸ L) → M
6. (N ۸ O) → P / ∴ (N ۸ O) → [N ۸ ( O ۸ P)]
7. Q → [R→ (S → T)]
Q → (Q ۸ R) / ∴ (K ۸ L) → M
8. U → ~V
V/ ∴ ~U
Lógica y Teoría de la Argumentación
9. W → X
~Y → ~X / ∴ W→Y
10. Z → A
~A v B / ∴ Z→B
11. C → ~D
~E → D / ∴ C → ~~E
12. F ≡ G
~ (F ۸ G) / ∴ ~F ۸ ~G
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
190
13. H → (I ۸ J)
I → (J → K) / ∴ H→K
14. (L → M) ۸(N → M)
LvN/ ∴M
15. (O v P) → (Q v R)
PvO/ ∴ QvR
16. (S ۸ T) v (U ۸ V)
~S v ~T / ∴ U۸V
17. (W ۸ X) → Y
(X → Y) → Z / ∴ W→Z
18. (A v B) → (C v D)
~C ۸ ~ D / ∴ ~(A v B)
19. (E ۸ F) → (G ۸ F)
F۸E/ ∴ G۸H
20. I → [J v (K v L)]
~ [(J v K) v L] / ∴ ~I
21. (M → N) ۸ ( ~O v P)
MvO/ ∴ NvP
22. (~Q → ~R) ۸ ( ~S → ~T)
~ ~ (~Q v ~S) / ∴ ~R v ~T
23. ~[(U → V) ۸ (V → U)]
(W ≡ X) → (U ≡ V)
/ ∴ ~ (W ≡ X)
24. (Y → Z) ۸ (Z → Y)
/ ∴ (Y ۸ Z) v (~Y ۸ ~Z)
Lógica y Teoría de la Argumentación
25. A v B
CvD/ ∴ [(A v B) ۸ C] v [(A v B) ۸ D]
26. [(E v F) ۸(G v H)] → (F ۸ I)
(G v H) ۸ (E v F) / ∴ F۸I
27. (J ۸ K) → [(L ۸ M) v (N ۸ O)]
~ (L ۸ M) ۸~ (N ۸ O) / ∴ ~ (J ۸ K)
28. (P → Q) → [(R v S) ۸ (T ≡ U)]
(R v S) → [(T ≡ U) → Q] / ∴ (P → Q) → Q
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
191
29. [V ۸ (W v X)] → (Y → Z)
~ (Y → Z) v (~W ≡ A) / ∴ [V ۸ (W v X) → (~W ≡ A)]
30. ~[(B → ~C) ۸ (~C → B)]
(D ۸ E) → (B ≡ ~C) / ∴ ~ (D ۸ E)
IV. Para cada uno de los siguientes argumentos, añadir los enunciados que hacen falta a las premisas
para poder producir una prueba formal de validez. Construir una prueba formal de validez para
cada uno de los siguientes argumentos.
1. ~A → A / ∴A
2. ~B v (C ۸ D) / ∴ B→C
3. E v (F ۸ G) / ∴ EvG
4. H ۸ ( I ۸ J) / ∴ J ۸ (I ۸ H)
5. [(K v L) v M] v N
/ ∴ (N v K) v (L v M)
6. O → P
P → ~P / ∴ ~O
7. Q → (R → S)
Q→R/ ∴ Q→S
8. T → U
~ (U v V) / ∴ ~T
9. W ۸ (X v Y)
~W v ~X / ∴ W۸Y
10. (Z v A) v B
~A / ∴ ZvB
11. (C v D) → (E ۸ F)
Lógica y Teoría de la Argumentación
DvC/ ∴E
12. G → H
H→G/ ∴ (G ۸ H) v (~G ۸ ~H)
13. (I → J) ۸ (K → L)
I v (K ۸ M) / ∴ JvL
14. (N ۸ O) → P
(~P → ~O) → Q / ∴ N→Q
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
192
1. ~A
∴A →B
2. C
∴ D→ C
3. E → (F → G)
∴ F → (E → G)
4. H → (I ۸ J)
∴ H→I
5. K → L
∴K → (L v M)
6. N → O
∴ (N ۸ P) → O
7. (Q v R) → S
∴ Q→S
8. T → U
T→V/ ∴ T → (U ۸ V)
9. W → X
Y→X
∴ (W v Y) → X
10. Z → A
ZvA
∴A
Lógica y Teoría de la Argumentación
VI. Construir una prueba formal de validez para cada uno de los siguientes argumentos.
1. A → ~B
~(C ۸ ~A)
∴ C → ~B
2. (D ۸ ~E) → F
~ (E v F)
∴ ~D
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
193
3. (G → ~H) → I
~ (G ۸ H)
∴ I v ~H
4. (J v K) → ~L
L
∴ ~J
5. [(M ۸ N) ۸O] → P
Q → [(O ۸ M) ۸ N]
∴ ~Q v P
6. R v (S ۸ ~T)
(R v S) → (U v ~T)
∴ T→U
7. (~V → W).(X → W)
~ (~X ۸ V)
∴W
8. [(Y ۸ Z) → A] ۸ [(Y ۸ B) → C]
(B v Z) ۸ Y
∴AvC
9. ~D → (~E → ~F)
~ (F ۸ ~D) → ~G
∴ G→E
10. [H v (I v J)] → (K → J)
L → [I v (J v H)]
∴ (L ۸ K) → J
11. M → N
M → (N → O)
∴ M→O
12. (P → Q) ۸ (P v R)
(R → S) ۸ (R v P)
Lógica y Teoría de la Argumentación
∴ QvS
13. T → (U ۸ V)
(U ν V) → W
∴ T→W
14. (X ν Y) → (X ۸ Y)
~(X ν Y)
∴ ~ (X ۸ Y)
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
194
15. (Z → Z) → (A → A)
(A → A) → (Z → Z)
∴ A→A
16. ~B ν [(C → D) ۸ (E → D)]
B ۸ (C ν E)
∴D
17. ~F v ~ [~ (G ۸ H) ۸ (G ν H)]
(G → H) → [(H → G) → I]
∴ F → (F ۸ I)
18. J v (~J ۸ K)
J→L
∴ (L ۸ J) ≡ J
19. (M → N) ۸ (O → P)
~N v ~P
~ (M ۸ O) → Q
∴Q
20. (R v S) → (T ۸ U)
~ R → (V → ~ V)
~T
∴ ~V
VII. Construir una prueba de validez para cada uno de los siguientes argumentos, usando en cada
caso la notación sugerida.
1. El gerente no notó el cambio o lo aprobó. Él notó el cambio, por lo tanto, debe haberlo aprobado.
(N, A).
2. El oxígeno del tubo se combinó con el filamento para producir un óxido, o bien se evaporó
completamente. El oxígeno del tubo no se evaporó totalmente. Por tanto, el oxígeno del tubo
se combinó con el filamento para producir un óxido. (C, E).
3. Si un hombre de Estado que comprende que sus anteriores opiniones eran erróneas no modifica
su política, es culpable de engañar a la gente, y si altera su política, se expone a que lo acusen
de contradecirse. Ese hombre altera su política o no lo hace. Por tanto, o bien es culpable de
Lógica y Teoría de la Argumentación
4. Sólo puede tener muchos amigos si los respeta como individuos. Si los respeta como individuos,
no puede esperar que se comporten todos de la misma manera. Él tiene muchos amigos. Luego,
no espera que todos se comporten de la misma manera. (A, R, E).
5. Si la víctima tenía dinero en sus bolsillos, entonces el robo no fue el motivo del crimen. Pero el
motivo del crimen fue, o el robo, o la venganza. Luego, el motivo del crimen debe haber sido la
venganza. (M, R, V).
6. Si usurpó un poder que no le correspondía por derecho, Napoleón debe ser condenado. Napoleón
fue un monarca legítimo, o usurpó un poder que no le correspondía por derecho. Napoleón no
fue un monarca legítimo. Luego, Napoleón debe ser condenado. (C, U, L).
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
195
8. Si la ciudadanía romana hubiera tenido garantías de las libertades civiles, los ciudadanos
romanos habrán gozado de libertad religiosa. Si los ciudadanos romanos hubieran gozado de
libertad religiosa, entonces no se habría perseguido a los primeros cristianos. Pero los primeros
cristianos fueron perseguidos. Por consiguiente, la ciudadanía romana no puede haber tenido
garantizados los derechos civiles. (G, L P).
10. Si se quiere ubicar apropiadamente el nuevo palacio de justicia, tendrá que situárselo en el
corazón de la ciudad; y si se quiere que cumpla adecuadamente sus funciones, es menester que
se lo construya de dimensiones bastantes grandes como para que pueda albergar a todas las
oficinas del Ayuntamiento. Si se ubica al nuevo palacio de justicia en el corazón de la ciudad y
se lo construye de dimensiones bastante grandes como para que albergue a todas las oficinas del
Ayuntamiento, costará más de un millón de dólares. Luego, o el nuevo palacio de justicia tendrá
una ubicación inconveniente, o será inadecuado para sus funciones. (T, C, V, P, O).
11. Si la descripción mosaica de la cosmogonía es estrictamente cierta, el Sol no fue creado sino
hasta el cuarto día. Y si el Sol no fue creado hasta el cuarto día, no puede haber sido la causa
de la sucesión del día y de la noche durante los tres primeros días. Pero, las Escrituras usan la
palabra “día” en un sentido diferente al aceptado corrientemente en la actualidad, o el Sol
debe haber sido la causa de la sucesión del día y de la noche durante los primeros tres días. De
esto se sigue que, la descripción mosaica de la cosmogonía no es estrictamente cierta, o bien
la palabra “día” se usa en la escrituras en un sentido diferente al aceptado corrientemente
en la actualidad. (M, C, A, D).
12. Si el cajero o el contador hubieran apretado el botón de alarma, la bóveda se habría cerrado
automáticamente y la policía habría llegado en tres minutos. Si la policía hubiera llegado en
tres minutos, habría podido alcanzar el automóvil de los ladrones, luego el cajero no apretó el
botón de alarma. (T, C, V, P, O).
13. Si un hombre se orienta siempre por su sentido del deber, tiene que renunciar al goce de muchos
placeres, y si se guía siempre por su deseo de placer, a menudo olvidará su deber. Un hombre
se guía siempre por su sentido del deber, o bien siempre se orienta por su deseo de placer. Si un
hombre se guía siempre por su sentido del deber, no descuidará a menudo su deber, y si siempre
se guía por su deseo de placer, no renunciará al goce de muchos placeres. Luego, un hombre debe
Lógica y Teoría de la Argumentación
renunciar al goce de muchos placeres si y sólo si no descuida a menudo su deber. (D, O, F, N).
14. Aunque está aumentando la población mundial, la producción agrícola está decayendo
y la producción manufacturera permanece constante. Si la producción agrícola declina
y la población mundial se incrementa, entonces o bien se dispondrá de nuevas fuentes de
alimentación o habrá una redistribución radical de los recursos alimenticios en el mundo a
menos que los requerimientos alimenticios humanos disminuyan. No se dispondrá de nuevas
fuentes alimenticias, ni la planeación familiar se estimulará ni disminuirán los requerimientos
alimenticios. Por lo tanto, habrá una radical redistribución de los recursos alimenticios en todo
el mundo. (W, A, M, N, R, H, P).
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
196
15. El ladrón entró por la puerta, o el robo fue cometido desde dentro y uno de los sirvientes debe
estar involucrado en él. El ladrón sólo pudo entrar por la puerta si el cerrojo fue levantado
desde dentro; pero uno de los sirvientes seguramente se halla implicado en el robo, si el cerrojo fue
levantado desde dentro. Por ende, uno de los sirvientes está involucrado en el robo. (D, I, S, L).
16. Si pago al sastre, no me quedará dinero. Solamente puedo llevar a mi novia al baile si tengo
dinero. Si no la llevo al baile, se sentirá desdichada. Pero si no le pago al sastre, no me entregará
el traje y sin él no puedo llevar a mi novia al baile. O le pago al sastre o no le pago. Por tanto,
mi novia tendrá que sentirse desdichada. (P, M, D, U, S).
18. Si tienes libre albedrío, tus acciones no están determinadas por eventos anteriores. Si tienes libre
albedrío, entonces si tus acciones no están determinadas por eventos anteriores, entonces tus
acciones no se pueden predecir. Si tus acciones no están determinadas por eventos anteriores,
entonces tus acciones no se pueden predecir, entonces las consecuencias de ellas tampoco
se pueden predecir. Por lo tanto, si uno tiene libre albedrío, las consecuencias de las propias
acciones no se pueden predecir. (F, A, P, C).
19. Sócrates fue un gran filósofo. Por tanto, Sócrates estuvo felizmente casado o no estuvo felizmente
casado. (G, H).
Juan está esperando que su amigo Luis llegue a la cita de las 7:00 p.m. Pero, pasados
25 minutos de esa hora, Luis aún no llega. ¿Llegará Luis a la cita? La conclusión a la que
quiere llegar Juan es que sí, es decir, que efectivamente Luis llegará. Pero para saber
que va a llegar, Juan comienza a suponer lo contrario, es decir, que Luis no llegará. Al
hacer esto, sin embargo, se da cuenta de que asumir que Luis no llegará se contradice
con información previa que se da por cierta, por ejemplo, que Luis es bastante puntual,
que está interesado en llegar porque viene a recoger una droga para su madre, etc, etc.;
por lo tanto, concluye Juan, Luis llegará.
Queda claro en este caso que la manera como se ha llegado a la conclusión no es la usual,
esto es, afirmando que de las premisas se deriva la conclusión. Por el contrario, hemos
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
197
1. (L → R)
2. (L ۸ R) → P
3. (L → P) → ~ C
4. (C v I)
_________________
5. ~I Premisa adicional de negación de la conclusión.
6. C Silogismo disyuntivo entre 4 y 5.
7. 5. L → (L ۸ R) Absorción en 1.
8. L → P Silogismo Hipotético en 7 y 2.
9. ~ C Modus Ponens en 3 y 8.
10. C ۸ ~ C Contradicción, conjunción en 6 y 9
1. ~A → A / ∴ A
2. ~B ν (C ۸ D) / ∴ B → C
3. E ν (F ۸ G) / ∴ E ν G
4. O → P
P → ~P / ∴ ~O
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
198
5. Q → (R → S)
Q→R/∴ Q→S
6. T → U
~ (U ν V) / ∴ ~T
7. W ۸ (X ν Y)
~W ν ~X / ∴ W ۸ Y
8. (Z ν A) ν B
~A / ∴ Z ν B
9. (C ν D) → (E ۸ F)
D ν C /∴ E
10. (I → J) ۸ (K → L)
I ν (K ۸ M) / ∴ J ν L
12. A → ~B
~(C ۸ ~A)
∴ C → ~B
13. (D ۸ ~E) → F
~ (E ν F)
∴ ~D
14. [(M ۸ N) ۸ O] → P
Q → [(O ۸ M) ۸ N]
∴ ~Q ν P
15. R ν (S ۸ ~T)
(R ν S) → (U ν ~T)
∴ T→U
Lógica y Teoría de la Argumentación
18. T → (U ۸ V)
(U ν V) → W
∴ T→W
19. (X ν Y) → (X ۸ Y)
~(X ν Y)
∴ ~ (X ۸ Y)
20. (Z → Z) → (A → A)
(A → A) → (Z → Z)
∴ A→A
1. A → B
2. C → D
3. A ν D
∴ BνC
¿Cómo saber si, siguiendo leyes lógicas, la conclusión de este argumento se sigue o no de
las premisas? Comenzar a resolver este ejercicio hasta llegar a la conclusión no parece
ser la respuesta, pues lo que se pregunta es si, antes de emprender el ejercicio, se puede
saber, con anterioridad, si la conclusión se va a seguir o no de la conclusión. Aplicar el
método de reducción al absurdo tampoco es el procedimiento, pues puede llegar a resultar
que, al negar la conclusión para asumirla como una premisa adicional, no lleguemos luego
a una contradicción, que es lo que se espera aplicando este método.
que el antecedente de ese argumento puede ser verdadero y su conclusión falsa. Como se
sabe, un argumento es también una expresión de la forma “si P → Q”, siendo P las premisas
del argumento y Q la conclusión. Por lo tanto, y puesto que una implicación es falsa si el
antecedente es verdadero y el consecuente falso, es claro que, si puede lograrse que las
premisas de un argumento sean verdaderas y la conclusión falsa, entonces el argumento
será inválido. Esto se cumple con el anterior argumento. Veamos:
Para hacer falsa la conclusión de este argumento, puesto que se trata de una disyunción
inclusiva, asignamos valores de falso a cada uno de los disyuntos. De esa manera, nos
queda entonces falsa la conclusión. Ahora, puesto que las proposiciones B y C son falsas,
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
200
en toda la cadena argumental deben mantenerse esos valores. De hecho, siempre deben
asignárseles los mismos valores de verdad a las proposiciones. Acto seguido, lo que se
intenta es hacer que las premisas 1, 2 y 3 sean verdaderas, lo cual se puede lograr de la
siguiente manera.
v 1. A→B
f f
v 2. C → D
f v
v 3. AνD
f v
f∴ BνC
f f
Queda claro en este caso que todas las premisas, con esos valores de verdad, son verdaderas,
mientras que la conclusión es falsa. Por lo tanto, este argumento es inválido, o, lo que es
lo mismo, es imposible llegar a la conclusión del mismo siguiendo leyes lógicas. Dicho de
otra manera, ningún argumento válido permite que sus premisas sean verdaderas y su
conclusión falsa. Si pasa esto, el argumento será inválido.
Ejercicio
I. Pruebe la invalidez de cada uno de los siguientes argumentos por el método de asignar
valores de verdad.
1. ~ (E ۸ F)
(~ E ۸ ~F) → (G ۸ H)
Lógica y Teoría de la Argumentación
H →G
∴G
2. I ν ~J
~ (~K ۸ L)
~ (~I ۸ ~L)
∴ ~J → K
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
201
3. M → (N ν O)
N → (P ν Q)
Q→R
~(R ν P)
∴ ~M
4. S → (T → U)
V → (W → X)
T → (V ۸ W)
~ (T ۸ X)
∴ S≡U
5. A ≡ (B ν C)
B ≡ (C ν A)
C ≡ (A ν B)
~A
∴ BνC
6. D A (E ν F)
G → (H ν I)
~E → (I ν J)
(I → G) ۸ (~H → ~G)
~J
∴ D → (G ν I)
7. K → (L ۸ M)
(L → N) ν ~ K
O → (P ν ~ N)
(~ P ν Q) ۸~ Q
(R ν ~P) ν ~ M
∴ K→R
8. (S → T) ۸ (T → S)
(U ۸ T) ν (~T۸~U)
(U ν V) ν (S ν T)
~U → (W ۸ X)
Lógica y Teoría de la Argumentación
9. A → (B → C)
(D → B) ۸ (E → A)
FνC
G → ~H
(I → G) ۸ (H → J)
I ≡ ~D
(B → H) ۸ (~H → D)
∴ E≡F
II. Para cada uno de los siguientes argumentos, o bien construir una prueba formal de
validez o probar la invalidez por el método de asignar valores.
1. Si los lingüistas están en lo cierto, entonces en caso de que haya habido más de un
dialecto en la antigua Grecia, diferentes tribus descendieron en épocas diferentes
desde el Norte. Si diferentes tribus descendieron en épocas diferentes desde el Norte,
deben haber llegado del valle del Danubio. Pero las excavaciones arqueológicas habrían
revelado en ese caso rastros de tribus diferentes y las excavaciones no han revelado
tales rastros. Por ende, si en la antigua Grecia había más de un dialecto, los lingüistas
no están en lo cierto. (C, M, D, V, A).
3. Si Dios quisiera evitar el mal, pero no pudiera hacerlo, entonces sería impotente; si
fuera capaz de hacerlo pero no lo hiciera, sería malvado. El mal puede existir solamente
si Dios no quiere o no puede evitarlo. El mal existe. Si Dios existe, no es impotente ni
malévolo. Por lo tanto, Dios no existe. (W, A, I, M, E, G).
4. Si compro un auto nuevo esta primavera o hago ajustar mi auto viejo, iré a Canadá en
el verano y me detendré en Duluth. Si me detengo en Duluth, visitaré a mis padres. Si
lo visito, insistirán en que pase el verano con ellos. Si insisten en que pase el verano con
Lógica y Teoría de la Argumentación
ellos, estaré allá hasta el otoño. Pero si me quedo ahí, no iré a Canadá. Por consiguiente,
no haré ajustar mi auto viejo. (N, F, C, D, V, I, A).
6. Si el encargado hubiera estado presente, entonces habría sido visto, y si hubiera sido
visto, habría sido interrogado. Si hubiera sido interrogado, habría contestado, y si
hubiera contestado, se le habría oído. Pero no fue así. Si el encargado no fue visto
C A P I T U L O S I E T E - Lógica simbólica moderna
203
8. Su jefe abandonaría el país si teme ser capturado y no abandona el país a menos que
tema ser capturado. Si teme ser capturado y abandonó el país, la red de espionaje
enemiga estará desmoralizada y sin fuerzas para dañarnos. Si no temió ser capturado
y siguió en el país, esto significa que no tenía conocimientos de la labor de nuestros
agentes. Si es así, entonces nuestros agentes pueden consolidar sus posiciones dentro
de la organización enemiga, y si nuestros agentes pueden consolidar sus posiciones,
harán que la red de espionaje enemiga sea incapaz de dañarnos. Luego, la red de
espionaje enemiga será incapaz de dañarnos. (L, F, D, P, I, C).
10. Si tus precios son bajos, entonces tus ventas serán elevadas, y si vendes artículos de
calidad, entonces tus clientes estarán satisfechos. Si tus precios son bajos y vendes
artículos de calidad, entonces tus ventas serán elevadas y tus clientes estarán satisfechos.
(L, H, Q, S).
11. Si el presidente suspende los pagos del seguro social, perderá el apoyo de los ciudadanos
notables, y si suspende el gasto en defensa, perderá el apoyo de los conservadores. Si
sucede una de estas cosas, entonces perderá influencia en el senado. Pero su influencia
en el senado no disminuyó. Por tanto, el presidente no suspendería los pagos del seguro
social ni el gasto en defensa. (B, S, D, C, I).
Lógica y Teoría de la Argumentación
12. Si bajan los impuestos, se eleva la inflación, pero si el presupuesto está balanceado,
entonces aumentará el desempleo. Si el presidente mantiene sus promesas de
campaña, entonces reducirá los impuestos o balanceará el presupuesto. Por lo tanto,
si el presidente mantiene sus promesas de campaña, entonces se elevará la inflación o
aumentará el desempleo. (T, I, B, U, K).
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
204
Lógica y Teoría de la Argumentación
CAPÍTULO OCHO
A esta altura de nuestro texto, cualquier lector del mismo debería estar en capacidad de
reconocer por qué la anterior argumentación es problemática. Esperamos que en este
sentido puedan recordar las diferencias existentes entre el acto de demostrar y el acto de
argumentar. El primero, referido justamente a los ámbitos de la Ciencia; el segundo, en
cambio, referido especialmente a los actos de la Política, el Derecho, la Ética y la Filosofía.
Jamás podremos negar que en todos estos ámbitos, las pasiones constituyan un elemento
fundamental; sin embargo, de ahí no se puede concluir, sin más, que estemos completamente
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
206
en el reino de lo irracional. Del hecho de que las discusiones políticas, éticas, filosóficas, etc.,
no operen con las mismas reglas con que operan las discusiones científicas (matemáticas,
biológicas, físicas, químicas, etc.) no se puede afirmar que operan sin ninguna regla.
Este fue, sin duda, uno de los grandes logros de Aristóteles: el haber construido una “ciencia
(o técnica) retórica” que explicara las causas por las cuales un discurso (deliberativo,
judicial o epidíctico) puede llegar a ser persuasivo.
En efecto, el Estagirita constata que es común en todos los seres humanos el ejercicio
de argumentar, de defenderse y de acusar. Según nuestro filósofo, por esta razón, todos
participan de alguna forma tanto de la dialéctica como de la retórica. Ambas son vistas
por Aristóteles como “facultades de proporcionar razones”1. Ahora bien, hay quienes
argumentan exitosamente sin darse cuenta, y hay otros que lo hacen muy bien pero no
son capaces de dar razón de las causas por las cuales sus argumentos son persuasivos. Lo
primero es propio de alguien presa del azar; lo segundo, de un orador con experiencia2.
Pero es claro que aquel que quiera saber la technê retórica deberá ser capaz de discernir
las causas por las cuales un discurso es persuasivo. Y en esto consiste justamente el arte
retórico de Aristóteles, el cual explica de qué forma un discurso logrará convencer al
auditorio al que se dirige. Asunto que es dilucidado a partir de la naturaleza misma de todo
discurso, el cual consta de tres aspectos: un orador que realiza el discurso, un asunto del
que versa y un interlocutor al que se dirige. Por esta razón, son tres los medios en que se
construye un discurso persuasivo: unos que tienen que ver con el talante del orador (con la
forma en que el discurso lo muestra), otros que tienen que ver con la disposición emocional
del auditorio y otros que se refieren al tema mismo del discurso.
Explicar las causas que hacen posible lo anterior se constituye entonces en la tarea de
la technê retórica, la cual mostrará tres grandes aspectos interrelacionados : 1) cómo y
por qué la persuasión se logra por el talante del orador cuando el discurso es realizado de
forma tal que haga aparecer al orador como digno de credibilidad3, 2) cómo y por qué la
persuasión se logra por las pasiones del auditorio cuando el discurso presenta elementos
que llevan a los oyentes a sentirse de determinada forma y a emitir, en virtud de lo anterior,
el juicio que le interesa al orador4 y 3) cómo y por qué se puede persuadir a partir del
discurso mismo.
Todo lo anterior deja claro un aspecto: en las discusiones filosóficas, éticas, políticas,
jurídicas e, incluso, en las discusiones de la vida cotidiana existen una seria de reglas que
nos permiten explicar cómo y por qué determinado argumento o discurso puede llegar a
Lógica y Teoría de la Argumentación
resultar persuasivo, es decir, cómo y por qué puede llegar a provocar en el auditorio al que
se dirige la adhesión a la tesis que presenta. Reglas que, sin embargo, no operan de la misma
forma como las reglas de una demostración o las reglas propias del método científico, las
cuales, como se recordará, tienen una fuerza constriñente que permite inferir la verdad de
la conclusión a partir de la verdad de las premisas. En contraste con esto, en el caso de la
argumentación, la cual opera en todos los ámbitos ya señalados (Filosofía, Política, Ética,
etc.), no hablamos ya de verdad sino de adhesión.
Pues bien, de forma similar a como lo hizo Aristóteles, Perelman nos presenta una serie de
reglas que comúnmente funcionan en toda clase de argumentaciones y que permiten que
nuestros discursos o argumentos puedan llegar a ser persuasivos. Estas “reglas” aparecen
como diferentes tipos o esquemas de argumentos que se suelen usar para tratar de conseguir
la adhesión del auditorio. Estas son entonces las técnicas argumentativas.
En general, Perelman divide las técnicas argumentativas en dos grandes clases: a) aquellas
que pretenden crear un nexo o un enlace entre elementos distintos de forma tal que
permita establecer entre ellos una solidaridad que haga posible estructurarlos o valorarlos
positiva o negativamente, y b) aquellas que pretenden crear una disociación con la cual se
trate de separar elementos que previamente se consideran ligados unos a otros.
La primera clase de técnicas se divide, a su vez, en tres: (i) los argumentos cuasilógicos,
(ii) los argumentos fundados sobre la estructura de lo real y (iii) los argumentos que
fundamentan la estructura de lo real.
Técnicas de Enlace
5 Ibíd., P. 77.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
208
Primero que todo expondremos los argumentos cuasilógicos que aparentan fundamentarse en
estructuras lógicas (contradicción e identidad) y, acto seguido, trabajaremos aquellos argumentos
que apelan a estructuras matemáticas (argumentos de división y de comparación).
Esta clase de argumentos pretende conseguir la adhesión a las tesis que presenta a partir
de evidenciar una contradicción insalvable en una situación o argumento opuesto que
las niega. Como lo vimos en el primer capítulo, una contradicción se puede expresar de
la siguiente forma: (p y -p). Además, allí dijimos que dos proposiciones contradictorias no
pueden ser ambas verdaderas. Pues bien, ahora diremos con Perelman que “en el seno de
un sistema formal la aseveración de una proposición y de su negación, es decir, de una
contradicción, hace que el sistema sea incoherente y por consiguiente, no utilizable. En este
caso es preciso modificar el sistema, eliminar la posibilidad de afirmar simultáneamente lo
verdadero y lo falso: es preciso escoger o lo uno o lo otro”6.
pero siempre he estado solo”), no pensamos que esa persona está diciendo algo absurdo
sino, más bien, nos esforzamos por encontrar una forma coherente de interpretar lo que
dice (por ejemplo, “aunque físicamente has estado a mi lado, ni por un momento has
sido una buena compañía”).
6 Ibíd. P. 82.
7 NIETZSCHE, Friedrich. Genealogía de la moral, Alianza Editorial, Madrid, 1997, P. 39.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
209
una tesis admitida generalmente y a la cual uno, como todos los demás miembros del
grupo, presumiblemente adhiere”8. Como se ve, las incompatibilidades sólo existen con
relación a situaciones particulares y determinadas. Pensemos por ejemplo en dos reglas de
conducta más o menos universales como lo serían (i) Defender la vida humana por encima
de todo y (ii) No mentir. Pero... ¿qué pasa si nos encontramos con que un despiadado
asesino está persiguiendo a nuestro más querido amigo quien se esconde en nuestra casa
para salvarse de una segura muerte y, al tocar el asesino a la puerta, nos pregunta por la
ubicación de nuestro amigo? ¿Qué deberíamos hacer en esta situación? ¿Defender la vida
de nuestro amigo y mentir? ¿O mejor mentimos para poder defender la vida de esa persona
tan querida por nosotros? Esto nos muestra que la incompatibilidad nos obliga a escoger:
nos obliga a señalar qué regla va a tener primacía y a abandonar la otra o, al menos, limitar
su alcance. Por ello, evidenciar una incompatibilidad en un argumento, un discurso, una
posición, etc., significa afirmar la existencia de circunstancias que obligan a elegir entre
dos tesis presentes9.
Es por esto que las técnicas concretas que nos permiten presentar enunciados como
incompatibles o, por el contrario, eliminar esa aparente incompatibilidad, son tan
importantes en el desarrollo de una argumentación. Recurrimos a ellas siempre que
afirmamos que algún argumento de nuestro adversario no se puede aceptar porque niega o
es incompatible con otra tesis que consideramos fundamental y que incluso él, de alguna
u otra manera, también acepta.
Por el contrario, las dos tesis o reglas se tornarían compatibles mediante una división en
el tiempo, en el espacio o en el objeto de aplicación o referencia de ellas. Por ejemplo,
si dijéramos que la segunda regla (No mentir) no se aplica a favor de personas que
quieran violentar la primera regla. Según esto, no tendríamos razón para no mentirle a un
asesino; es decir, estamos señalando que la primera regla se aplica a todas las personas
pero la segunda, en cambio, se aplica sólo a quienes respeten la primera regla. Es decir,
estamos construyendo una división en el objeto de aplicación de las reglas que nos permite
convertirlas en reglas compatibles.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Uno de los usos más comunes de la autofagia es la retorsión, la cual se define como “un
argumento que tiende a mostrar que el acto por el cual se ataca una regla es incompatible
con el principio que sostiene este ataque”10.
Perelman nos relata un ejemplo cómico de la aplicación de una retorsión: sucedió que
una vez, en una provincia francesa el público se disponía a cantar La Marsellesa a pesar
de que en la programación esto no estuviera incluido. Al ver esto, un policía subió al
escenario y anunció con voz ronca que estaba prohibido todo lo que no estuviera fijado
en la programación. A lo que uno de los asistentes, aplicando la técnica de la retorsión, le
preguntó: “¿Y usted, está en la programación?”
Había pues una situación determinada: el público se alistaba para cantar el himno de
Francia. Ante esto, la autoridad pretendía oponerse al subirse al escenario y argumentar
la siguiente regla: “no se pueden realizar actos que no se encuentren previamente fijados
en la programación”. Sin embargo, uno de los asistentes pretende, a su vez, oponerse a
la argumentación de la policía señalando que la aceptación misma de esa regla invalida
el intento de prohibición en la medida en que ese intento no se encuentra previamente
fijado en la programación. Y en esto consiste justamente la retorsión, la cual, como se dijo
anteriormente, es un argumento que pretende señalar que el ataque a una regla, tesis o
situación determinada es incompatible con el fundamento mismo que motiva ese ataque.
Pero también acerca de este principio cabe una demostración refutativa de que es
imposible [que algo sea y no sea a la vez], con sólo que el que lo cuestiona diga algo.
Si no dice nada, sería ridículo buscar algo que decir frente al que nada tiene que
decir, en la medida en que no tiene nada que decir. Un individuo así, en tanto que
tal, sería ya como un vegetal. Por lo demás, digo que «demostrar refutativamente»
es algo distinto de «demostrar», ya que si uno intentara demostrarlo, se juzgaría que
comete una petición de principio, mientras que si el que la comete es el otro, sería
refutación y no demostración. En relación con todos los casos de este tipo, el punto
de partida consiste, no en pedir al otro que diga que algo es o no es (tal proceder
se consideraría inmediatamente como petición de principio), sino que diga algo que
tenga significado para sí mismo y para el otro. Esto ocurriría necesariamente con tal
de que diga algo pues, en caso contrario, un individuo tal no diría realmente nada ni
para sí mismo ni para el otro. Ahora bien, si accede a ello, habrá demostración, pues
habrá ya algo determinado. Pero el responsable no será el que demuestra, sino el que
mantiene lo dicho, ya que, por más que intente destruir el lenguaje significativo, sigue
Lógica y Teoría de la Argumentación
Este principio permite, a partir de constatar que A es idéntico a B (A = B), predicar de B todo lo
que se predica de A. Ahora bien, en el desarrollo de esta clase de argumentación cuasilógica
la identidad puede operar de forma completa o de forma parcial. El primer caso se logra a
partir de la definición. El segundo, a su vez, a partir de la aplicación de la regla de justicia y
del argumento de reciprocidad. Pasamos a detallar cada una de estas posibilidades.
La identidad completa se da, especialmente, a partir del uso de las definiciones en las que,
como es sabido, se pretende identificar el definiens con el definiendum. Por ejemplo, cuando
se dice que el ser humano, por definición, es un animal político y racional se está haciendo
equiparable el concepto de “ser humano” (definiens) con la idea de “animal político y
racional” (definiendum). De esta forma, mediante las definiciones se busca tratar al término
definido y a la expresión que lo define como nociones totalmente intercambiables.
Ahora bien, es claro que este tipo de reducciones no pueden ser equiparables a las identidades
lógicas o matemáticas como por ejemplo A = A o 5 = 2+ 3. Sin embargo, también es claro
que es gracias a esta semejanza que este tipo de argumentación cuasilógica adquiere su
fuerza. Si se acepta por ejemplo que en la definición misma de democracia se encuentra
implícita la idea de elecciones populares según el modelo “una persona un voto”, en todos
aquellos casos en donde no exista esa idea, no existiría tampoco la idea de democracia. Lo
que, de todas formas, siempre se mantendrá como algo cuestionable es que la definición
de democracia deba identificarse en todo momento y en todo lugar a “elecciones populares
según el modelo una persona un voto” así como en todo momento y en todo lugar 5 sea
identificable totalmente con 2 + 3. Por esto mismo, se repite, esta argumentación es
cuasilógica: la argumentación pretende crear una identificación completa que, en todo
caso, exigiría siempre una reducción de los datos de los que partimos.
La regla de justicia parte de la idea general según la cual dos seres A y B son idénticos si
toda afirmación que realicemos de uno de ellos es equivalente a una afirmación acerca del
otro. De esta identificación se colige la idea de que es racional tratar de la misma manera
a dos seres que son idénticos. El problema, claro está, es que bien podemos preguntar si en
Lógica y Teoría de la Argumentación
En palabras de Perelman:
de hecho, nunca es éste el caso. Estos objetos difieren siempre por algún aspecto, y
el gran problema, el que suscita la mayoría de las controversias, reside en decidir si
las diferencias advertidas son o no desdeñables, o, en otros términos, si los objetos
se distinguen por los caracteres considerados esenciales, es decir, los únicos que se
deben tener en cuenta en la administración de la justicia13.
Reproducimos esta larga cita de Perelman porque ella condensa lo más importante de esta
forma de argumentar. Queda claro que la identificación que se pretende siempre es parcial
a partir de los elementos más importantes que constituyen los dos objetos que se están
comparando. Y, de igual forma, queda claro que lo que se busca con ella es la aplicación
de un tratamiento esencialmente igual a objetos que son esencialmente idénticos. Por
ejemplo, si un profesor le recibe un trabajo a un estudiante fuera del plazo establecido,
otro estudiante fácilmente puede argumentar, recurriendo a la regla de justicia, que el
profesor debe recibírselo también a él. Es decir: “como usted se lo recibió a Juan, quien
es un estudiante de su curso de Kant que dejó vencer el plazo para entregar el trabajo,
también me lo debe recibir a mí, Pedro, otro estudiante de su curso de Kant que, al igual que
el otro, dejó vencer el plazo”. Obsérvese que no se está pretendiendo una identificación
completa entre ambos estudiantes; en todo caso se sabe que son estudiantes diferentes:
Juan y Pedro, que, sin embargo, se identifican en lo esencial: ambos son estudiantes del
mismo profesor, del mismo curso y se encuentran en la misma situación. En esto radica el
aspecto más importante de esta técnica argumentativa: los dos elementos identificados
deben encontrarse en una situación “esencialmente igual”. De lo contrario, la técnica no
podría ser usada. Por ejemplo, si el profesor le responde a Pedro que no se puede comparar
con Juan porque éste último no entregó el trabajo a tiempo por haber sufrido un accidente
automovilístico. Es decir, su situación no es “esencialmente la misma”.
En Derecho esta técnica argumentativa es usada muy comúnmente por todos los jueces
al momento de resolver un nuevo caso que se les presenta a su conocimiento y deben
tener en cuenta la forma como casos similares a ese, o “esencialmente iguales”, han
sido resueltos por ellos o por sus superiores en el pasado. Pues se considera que un
caso “esencialmente igual” a otro que ha sido resuelto de determinada manera, debe
tener una solución “esencialmente igual”. Es lo que se conoce como la aplicación del
precedente judicial.
Pues bien, los argumentos cuasilógicos de reciprocidad asimilan entre sí a dos seres o dos
situaciones, considerando que entre ellos existe una relación simétrica. En la Retórica de
Aristóteles, el Estagirita nos provee un ejemplo de esta clase de técnica argumentativa
cuando nos habla del argumento de Diomedonte quien, refiriéndose a los impuestos
13 Ibíd.
14 Ibíd. P. 343.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
213
señala que: “Si para vosotros no es deshonroso venderlos, tampoco lo será para nosotros
comprarlos”15. O por ejemplo, cuando se dice que “No se debe hacer a los demás lo que uno
no quiere que le hagan”, se está partiendo de una consideración simétrica de la relación
entre lo que uno hace y lo que los demás le hacen a uno. De forma tal que si uno no quiere
que le hagan X (robar, mentir, traicionar, etc.), no debería hacer X; o, si uno no hace X,
puede esperar que los demás no le hagan X. Esta argumentación, sin embargo, presupone
siempre que se olvide todo lo que diferencia las situaciones que conforman la relación y
se reducen únicamente a lo que las vuelve simétricas; de ahí que sea una argumentación
cuasilógica.
Argumentos de división
Esta clase de técnica argumentativa utiliza la idea de dividir un todo en sus partes
constitutivas y valerse de las relaciones entre tales partes. De ahí que se trate de técnicas
que pretenden usar estructuras matemáticas para lograr la persuasión, pues se apela a la
idea de que un todo es la suma de sus partes (por ejemplo el todo 5 puede ser expresado
por la suma de sus partes 2 + 3, de forma tal que si yo tengo una de ellas, por ejemplo 2,
sé con certeza que me falta la parte 3 para completar mi todo). Un ejemplo de este tipo
de argumentos nos es suministrado por el mismo Aristóteles:
Todos los hombres cometen injusticia por tres motivos (por esto, por esto o por esto),
y, como por dos razones era imposible que se hubiera cometido el delito, hasta los
adversarios no dudan que ha sido por la tercera16.
Queda claro que los argumentos por división son aquellos que se valen de la idea matemática
según la cual un todo es la suma de sus partes. Ahora bien, de ahí que este argumento
sea tan sólo cuasilógico y nunca puramente formal pues a) requiere que las partes sean
enumeradas exhaustivamente, b) exige un conocimiento certero de las relaciones que las
partes mantienen con el todo y c) supone que las clases que resultan de la subdivisión de
un conjunto no sean ambiguas. En palabras de Perelman:
Una clase de argumentos por división la constituyen los dilemas, que son una clase de
argumentos en donde se examinan dos hipótesis para concluir que, cualquiera que se
elija, llevará a la misma opinión, conducta o pensamiento. Como hace Demóstenes en
el siguiente argumento sobre la elección de los atenienses en relación con la guerra en
contra de Filipo de Macedonia:
En fin, atenienses, es una cosa que no debéis perder de vista: vosotros tenéis la
escogencia hoy, entre esto y aquello: atacar a Filipo en su país o ser atacados por
15 ARISTÓTELES, Retórica, 1397a.
16 Ibíd. 1398a.
17 PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 365.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
214
Filipo en el nuestro... ¿Mostrar qué diferencia hay entre hacer la guerra en su país y
hacerla en el nuestro es acaso necesario?18
Hay que notar que si el auditorio no admite previamente que la enumeración de las partes
del todo es exhaustiva, lo que en el caso del dilema se traduce en que las posibilidades
existentes no sólo se reducen a las dos enunciadas, el argumento no será persuasivo y
fácilmente podríamos ser acusados de cometer la falacia del falso dilema.
Argumentos de comparación
En efecto, “mientras que en una pesada o una medida real, el patrón de medida es neutro
e invariable, las comparaciones de toda especie sufren el contragolpe del término de
comparación escogido, pues los dos términos, por la comparación misma, son reunidos
en una misma clase y se vuelven por eso mismo más o menos homogéneos”19. Por esto
mismo, esta argumentación sólo tiene la apariencia de ser formal sin llegar a serlo nunca.
Fácilmente se puede decir que tener tres kilos de arroz es más que tener un kilo del mismo
grano. En ambos casos los elementos son homogéneos (arroz) y el patrón de medida es
neutro e invariable (los kilos). Sin embargo, esto no opera nunca de esta forma en las
comparaciones que realizamos en nuestras argumentaciones en donde es la comparación
misma la que acerca o aleja los objetos comparados.
Una forma muy común de comparación se realiza cuando se compara una situación actual y
real con una pérdida no sufrida para apreciar las ventajas de cierta solución que se adoptó
y que llevó justamente a esa situación actual en donde se evitó dicha pérdida. Por ejemplo:
“Tomamos la decisión correcta puesto que si no hubiéramos realizado los despidos, la
empresa estaría en quiebra en este momento y absolutamente todos nosotros estaríamos
sin trabajo. En la actualidad al menos algunos tenemos trabajo y es posible que en el
futuro nos recuperemos y podamos enganchar nuevamente a los antiguos trabajadores”.
Lógica y Teoría de la Argumentación
Claro, todo depende de que efectivamente se considere mucho más grave la pérdida no
sufrida de la bancarrota que la situación actual y real en donde una gran cantidad de leales
trabajadores perdieron su fuente de subsistencia. Desde una argumentación meramente
tecnocrática y economicista, esta comparación es clara; pero tal vez no lo sea desde una
argumentación que privilegie el derecho al trabajo de las personas.
medida objetiva, la comparación y posterior evaluación se realiza a partir del precio que
las personas le atribuyen a algo. Como ocurre en el siguiente argumento de Calvino en
donde éste busca resaltar la doctrina protestante sobre la católica:
Como se ve, un ejemplo muy común de este argumento es aquel que pretende inferir la
verdad y validez de una doctrina por el simple hecho de que sus seguidores estén dispuestos
a morir por ella. De todas formas, siempre se podría cuestionar que este sacrificio tenga
el valor suficiente para justificar la verdad o validez de una afirmación o de una norma de
conducta. En efecto, “La medida por el sacrificio supone constantes e, insertados en un
campo cuasi formal, elementos que, de hecho, están sujetos a variaciones. La prueba está
en que la concepción que tenemos de un mismo sacrificio puede, en la práctica, ser muy
diferente según las conclusiones que queramos sacar”21. Un sacrificio considerado inútil
tiene el efecto contrario: devalúa lo que ha sido sacrificado.
20 Citado por Perelman y Olbrechts en PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 385.
21 Ibíd. P. 387.
22 PERELMAN, El imperio retórico, op. cit. P. 113.
23 PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 404.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
216
El nexo causal
Este tipo de argumentos se vale de la idea de causalidad para a) aproximar dos acontecimientos
sucesivos dados, b) descubrir la causa de un acontecimiento y c) evidenciar su efecto. En
general, entonces, estos argumentos “pretenden, a partir de un acontecimiento dado,
aumentar o disminuir la creencia en la existencia de una causa que lo explicaría o de un
efecto que resultaría de él”24. Se maneja entonces como supuesto la idea de que existe un
nexo causal que relaciona dos fenómenos y que permite explicar uno a partir de otro. Por
eso es más fácil creer que Juan fue el asesino de Pedro en vez de Felipe si encontramos que
Juan, a diferencia de Felipe, tenía algún tipo de interés concreto en la muerte de Pedro.
En la Medea de Cárcino, sus acusadores dan por supuesto que mató a sus hijos, pues
no se los ve por ninguna parte; (…) ella se defiende diciendo que no es a sus hijos
sino a Jasón a quien hubiera matado; hubiera sido un error por su parte no hacerlo,
admitiendo que hubiese hecho lo contrario25.
Para finalizar, queremos señalar que este tipo de técnica argumentativa se encuentra en la
base de una de las pruebas de la existencia de Dios esgrimidas por Tomás de Aquino, la cual
justamente fue llamada “vía de la causalidad eficiente”. El argumento es el siguiente:
El argumento pragmático
Esta clase de argumento “es aquel que permite apreciar un acto o un acontecimiento
con arreglo a sus consecuencias favorables o desfavorables”27.También se le suele llamar
Lógica y Teoría de la Argumentación
“argumento por las consecuencias” y constituye la base de toda filosofía utilitarista, como
lo muestran las siguientes palabras de Bentham:
24 Ibíd. P. 406.
25 ARISTÓTELES, Retórica, op. Cit. 1400b.
26 Cita de Tomás tomada de http://www.educastur.princast.es/proyectos/grupotecne/historiafilosofia/
fcou_t12.htm#mapa1.
27 PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 409.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
217
¿Qué es dar una buena razón en materia de ley? Es alegar los bienes o los males que
tiende a producir esa ley (…) ¿Qué es dar una razón falsa? Es alegar, en favor o en contra
de una ley, cualquiera cosa que no sean sus efectos, sea para bien, sea para mal28.
Con el argumento pragmático se pretende transferir el valor que tienen las consecuencias,
bueno o malo, a las causas que las produjeron. Es claramente un argumento de fácil
aceptación en todo lo pertinente a la acción. En principio, cualquier auditorio rechazaría
la realización de un acto que trajera consecuencias nefastas.
Esta técnica argumentativa “consiste en decir que, puesto que ya se ha comenzado una
obra, aceptado sacrificios que serían inútiles en caso de renunciar a la empresa, es preciso
proseguir en la misma dirección”29. Es un argumento bastante común también en los asuntos
que tienen que ver con la acción. De ahí que es bastante usado en todos los discursos
políticos, pues este argumento resalta que para evitar el desperdicio de todos los esfuerzos
realizados para alcanzar algún fin, se debe continuar obrando en el mismo sentido, así
existan razones especiales para dar un nuevo giro a la acción.
A diferencia de los nexos de sucesión, en donde, como vimos, los términos que se
comparaban pertenecían a una misma “clase de realidad” (causa -efecto, hecho –
consecuencia), de forma tal que ninguno de ellos era más fundamental que el otro, en los
nexos de coexistencia pasa justamente lo contrario, es decir, este tipo de enlaces “unen
dos realidades de nivel desigual, al ser una más fundamental, más explicativa que la otra.
El carácter más estructurado de uno de los términos es lo que distingue esta clase de
enlaces, al ser totalmente secundario el orden temporal”30. Vamos a describir únicamente
una clase de técnica argumentativa que se fundamentan en nexos de coexistencia: el
enlace persona – actos, el cual es considerado por Perelman el prototipo de los nexos de
coexistencia.
Los argumentos que recurren al nexo que existe entre la persona y sus actos se fundamentan
en la idea según la cual la persona y sus actos están en constante interacción sin que, de
todas formas, sea claro cuál de los dos elementos define al otro, pues si bien podemos
decir que los actos que alguien realice construyen nuestra concepción sobre esa persona,
Lógica y Teoría de la Argumentación
28 Citado por Perelman y Olbrechts en PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 410.
29 PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 430.
30 Ibíd. P. 451.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
218
Sin embargo, al lado de esta estabilidad que determina nuestra idea misma de “persona”,
también reconocemos cierta libertad, cierta espontaneidad y capacidad de cambio, que
hace que las personas sean diferentes a los objetos. De ahí que un acto nuevo pueda
modificar la idea que tengamos de una persona.
Estas interacciones, estos nexos existentes entre la persona y sus actos son usados en la
argumentación de diferentes formas. Para mostrar que una persona es un héroe, primero
que todo deberíamos señalar la realización de diversos actos heroicos. Sin embargo, una vez
que una persona es catalogada como héroe, todo acto que ella realice recibirá con mayor
facilidad la calificación de acto heroico por el simple hecho de haber sido realizado por un
héroe. Es decir, en un primer lugar diversos actos heroicos constituían a un héroe; y para
ello, deberíamos esforzarnos por evidenciar tales actos. Pero, en un segundo momento, es
el hecho de lograr mostrar que ha sido un héroe el que ha realizado tal o cual acto, el que
nos va a permitir valorarlo positivamente. De ahí que “el mismo acto, realizado por alguna
otra persona, se considera como diferente y apreciado de modo distinto, porque se creerá
que se ha realizado con una intención diferente”33.
Por todo lo anterior, una clase de argumentos bastante común que se basa en este tipo
de nexos, y que no necesariamente deben ser reprochados y vistos como falacias, es
el argumento de autoridad, el cual usa actos o juicios de una persona como medio de
prueba a favor de una tesis34. En palabras de Perelman, “el argumento de autoridad –
argumento ad verecundiam – fue vivamente combatido en todos los medios científicos,
porque fue utilizado ampliamente de manera abusiva para oponerse a toda novedad, a
todo descubrimiento y a todo cambio, en la medida en que ellos se oponían a autoridades
consideradas como infalibles”35.
Lógica y Teoría de la Argumentación
31 Ibíd. P. 451-452.
32 PERELMAN, El imperio retórico, op. cit. P. 124.
33 PERELMAN Ch. y OLBRECHTS L. Op. Cit. P. 464.
34 Ibíd. P. 470.
35 PERELMAN, El imperio retórico, op. cit. P. 129.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
219
parecen ser algo”36. Sin embargo, la verdad o falsedad de una proposición no es algo que,
de antemano, aparezca como evidente. Es más, el hecho de que esto no sea así es lo que
hace posible la existencia misma de la argumentación.
Piénsese por ejemplo en una situación en la que llegamos a un pueblo desconocido y nos
encontramos con dos personas: una de ellas extranjera y otra nacida en ese pueblo. A
ambas le preguntamos por la ubicación del parque central y obtenemos una respuesta
diferente en cada caso. ¿A quién decidimos creerle? ¿Al extranjero o a la persona que ha
pasado toda su vida en el pueblo?
Por otra parte, ¿por qué consideramos que es verdad que el ser humano llegó a la Luna y
es falso, en cambio, las tesis de la “conspiración” según la cual todo fue un invento de los
norteamericanos? Además de las pruebas que existen a favor y en contra de cada posición,
consideramos que la primera es verdadera y la segunda falsa porque “la comunidad
científica así lo cree”.
Es imposible negar que en todos los ámbitos de la ciencia siempre existirán las “voces
especializadas” que si bien no serán concebidas como infalibles, sí se les concede un mayor
peso específico a la hora desarrollar una discusión sobre cualquier tema.
Stuart Mill puede ser mal recibido. Lo que de pronto no ocurriría si la misma posición fuera
defendida a partir de la obra de, por ejemplo, Gramsci.
Esto nos permite evidenciar que en muchas ocasiones el desprecio que se tiene hacia el
argumento de autoridad no es tanto hacia el argumento como tal, sino más bien hacia las
autoridades invocadas. Si alguien defiende determinada tesis y para ello cita a una autoridad
no reconocida por nosotros, posiblemente lo acusaremos de estar cometiendo una falacia
en su argumentación. Pero si, por el contrario, la tesis defendida se realiza a partir de
una autoridad reconocida y querida por nosotros, incluso es posible que destaquemos la
erudición de ese orador. Por esto, según Perelman y Tyteca, “la lucha contra el argumento
de autoridad que, a veces, sólo es la lucha contra ciertas autoridades, pero a favor de
otras, puede resultar, por otra parte, del hecho de que se desea reemplazar el fundamento
tradicional de la autoridad por un fundamento diferente, lo cual acarrearía siempre, como
consecuencia, un cambio de autoridad”38.
En la primera opción se presupone que el caso particular que se narra no es algo único y
excepcional, sino que, por el contrario, revela una estructura general que le subyace y
que puede ser afirmada con toda propiedad a partir del caso particular señalado. De esta
estrategia argumentativa se valen todas las fábulas.
Es preciso hacer los preparativos para luchar contra el gran rey y no dejarse someter a
Egipto. En efecto, Darío no pasó a Europa antes de conquistar Egipto, y, cuando lo hubo
tomado, pasó, y, más tarde, Jerjés no emprendió nada antes de haberlo conquistado, y,
una vez que lo hizo, pasó a Europa, de manera que si el príncipe de que se trate toma
Egipto, pasará a Europa; por eso, no hay que dejarle que lo haga39.
Ahora bien, como se señaló anteriormente, el ejemplo escogido debe ser aceptado como
un hecho que convalide efectivamente la regla extraída o el juicio de valor sobre el caso
particular; esto quiere decir que el ejemplo no puede ser discutido so pena de debilitar la
adhesión a la tesis que se quiere defender.
38 Ibíd. P. 475.
39 ARISTÓTELES, Retórica, 1393b.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
221
Como forma de argumentar por el ejemplo también puede contarse el caso en que se
propone un contraejemplo o un exemplum in contrarium con el objetivo de invalidar una
regla o impedir una generalización indebida.
Con respecto al bien y al mal, estos términos no indican nada positivo en las cosas
consideradas en sí mismas, ni son otra cosa más que modos de pensamiento o
nociones que formamos a partir de la comparación de una cosa con otra. Pues una y
la misma cosa puede al mismo tiempo ser un bien, un mal o indiferente. La música,
por ejemplo, es un bien para una persona melancólica, un mal para una persona de
luto, y para un sordo no es ni un bien ni un mal41.
Como se ve, la regla acerca de que el bien y el mal son modos de pensamientos o nociones
que formamos a partir de la comparación de una cosa con otra (que, dicho sea de paso es
la conclusión del argumento), se encuentra justificada por la premisa según al cual “una y
la misma cosa puede al mismo tiempo ser un bien, un mal o indiferente”. El caso particular
de la música aducido por Spinoza no fundamenta la regla; lo que hace, por el contrario, es
aclararla o ilustrarla.
En otras palabras, la ilustración no sirve para fundamentar una regla ya que su función es la de
reforzar la adhesión a una regla que ya ha sido admitida por otros medios. Por lo tanto, el caso
particular ofrecido sirve para esclarecer el enunciado general, mostrar varias aplicaciones del
mismo o, como se señaló anteriormente, aumentar su presencia en la conciencia.
Por todo lo anterior, a diferencia del ejemplo, el cual, como se recordará, debe ser
incuestionable, la ilustración no requiere tal carácter. A cambio de eso, sin embargo, la
ilustración debe ser lo suficientemente llamativa para captar toda la atención del oyente.
Por eso, incluso, es posible recurrir a un caso particular ficticio para ilustrar una regla ya
conocida. Una técnica que, por lo demás, es muy común en las argumentaciones filosóficas,
como se muestra en el primer párrafo del texto de Nietzsche Sobre Verdad y Mentira en
sentido extramoral:
si en él girasen los goznes del mundo. Pero, si pudiéramos comunicarnos con la mosca,
llegaríamos a saber que también ella navega por el aire poseída de ese mismo pathos, y
se siente el centro volante de este mundo. Nada hay en la naturaleza, por despreciable
e insignificante que sea, que, al más pequeño soplo de aquel poder del conocimiento,
no se infle inmediatamente como un odre; y del mismo modo que cualquier mozo de
cuerda quiere tener su admirador, el más soberbio de los hombres, el filósofo, está
completamente convencido de que, desde todas partes, los ojos del universo tienen
telescópicamente puesta su mirada en sus obras y pensamientos.
Como se ve, la alusión de Nietzsche al caso particular ficticio de la fábula, así como el de
nuestra comunicación con una mosca, sirven de ilustración a la regla general según la cual
el intelecto humano no tiene nada de especial más allá de la misma vida humana.
Este tipo de razonamiento es “similar” a una operación matemática de la clase a/b = c/d.
No obstante, y como hemos señalado a largo de este libro, las operaciones matemáticas
operan en el vacío, a diferencia de los discursos o argumentos, los cuales siempre se
relacionan con un auditorio, un tema discursivo y un orador. Por tal motivo, la similitud
entre una analogía y una expresión matemática como la señalada anteriormente es apenas
cercana, mas no simétrica. En cambio, toda expresión de la forma a/b = c/d será siempre
igual a la expresión c/d = a/b.
En una analogía argumentativa, entonces, relacionamos dos partes que no son intercambiables
una por otra. Se llama tema a la parte de la analogía que se busca aclarar, y foro a la parte
de la analogía que permite la aclaración, es decir, la parte de la analogía más conocida.
Una analogía es, en este sentido, la búsqueda de claridad de un tema por medio del foro.
Dicho de otro modo, empleamos argumentos analógicos cuando el tema que se intenta
tratar es mejor comprendido a través de una comparación con la ayuda del foro. Como
muestra Perelman, esta clase de razonamientos es muy común en el campo religioso y en
el filosófico. Por ejemplo, este argumento de Epicteto:
“Cuando un niño introduce el brazo en un vaso de boca estrecha para sacar higos y nueces
y llena su mano, ¿qué le sucederá? No podrá sacar la mano y llorará; suelta algunas – se le
dice – y podrás retirar tu mano. Tú haz de la misma manera con tus deseos. No desees sino
un pequeño número de cosas y las obtendrás”.
Queda claro en el argumento de Epicteto que el tema que se busca aclarar, y de paso el tema
Lógica y Teoría de la Argumentación
La metáfora
Suele afirmarse que una metáfora es una figura literaria empleada en el ámbito de la
poesía, la novela, la prosa, etc. ¿Por qué entonces hacer referencia a ella en un campo
como el de la lógica, o mejor, en el campo de la retórica o teoría de la argumentación?
Aunque suene extraño, una metáfora puede, en algunos casos, emplearse como recurso
argumentativo en el arte de la persuasión. Pero… ¿qué es una metáfora y cómo funciona
como técnica argumentativa?
Una de las definiciones más usuales de metáfora es la de que ella es una analogía condensada,
esto es, una analogía en la que las partes que se relacionan, valga decir, tema y foro, están
fusionadas. Nótese, por ejemplo, estas dos bellas metáforas.
Si tomamos esta segunda metáfora, se ve claramente que consta de dos partes: la palabra
“mar” y la expresión “epitafio de los vikingos”. La unión de estas dos partes es tan íntima
que nos resulta difícil, una vez leída la metáfora, desprender cualquier elemento de la
metáfora so pena de aniquilar el sentido. Como dejó dicho Aristóteles, una metáfora se da
también cuando le damos a un objeto un nombre que conviene a otro.
Queda para el lector de este libro una búsqueda cuyas fronteras hoy se siguen expandiendo
en relación con la metáfora como técnica argumentativa. Hasta aquí, pues, unas
aproximaciones a algunas de las técnicas argumentativas empleadas en la retórica o teoría
de la argumentación, con lo cual quisimos hasta el momento dar una visión más amplia de
la lógica que abarcara los aspectos retóricos menos estudiados dentro de esta gran ciencia
inventada por Aristóteles hace ya más de 2.300 años.
Ejercicio
Lea con sumo cuidado las siguientes columnas de opinión publicadas en distintos medios de
Lógica y Teoría de la Argumentación
comunicación de Colombia e identifique, en todas ellas, las distintas técnicas argumentativas usadas
por sus autores.
UN ALTO EN EL CAMINO
Por Alfonso Llano Escobar, S.J.
Abrigo sentimientos encontrados de dolor y satisfacción. Son seres humanos, hijos de la Patria, hijos
de Dios, pero siento tener que alegrarme porque los dejen tendidos en medio de la selva. Cuando
considero todo el mal que han hecho durante 44 años, no puedo menos de sentir profunda satisfacción
con la justicia que los encierra de por vida en las 4 paredes de un calabozo, o los acorrala y rinde en
la oscuras tinieblas de la selva, que ellos mismos mancharon con sangre inocente.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
224
Un calabozo, o los acorrala y rinde en la oscuras tinieblas de la selva, que ellos mismos mancharon
con sangre inocente.
Tenemos derecho a vivir en paz y, por lo mismo, a eliminar a los enemigos de la paz. No es justo que
se pavoneen, como tantas veces lo hizo ‘Raúl Reyes’ por el territorio nacional y por las embajadas
extranjeras, como señores de vida y muerte, del presente y del futuro de niños llorosos y madres
desoladas, privadas de sus esposos y sus hijos.
Es cierto que son seres humanos, pero su conducta ha sido mil veces inhumana. Es cierto que son
hijos de la Patria, pero su conducta ha sido centenares de veces apátrida y vil. Es cierto que son
sensibles, pero han sometido a miles de colombianos al dolor absurdo, a la tortura maldita, a la
humillación inmerecida. Es cierto que son libres y que recorren el mundo vestidos de saco y corbata, pero
han privado de libertad y sometido a vejaciones sin cuento a millares de colombianos libres, honrados
y dignos. Es cierto que tienen derecho a la vida, pero han privado de ese precioso derecho a miles de
colombianos dignos de vivir en paz que hoy yacen en las tumbas que ellos merecían estar ocupando.
Entonces, a pesar de tratarse de seres humanos libres y sensibles, hijos de Dios y de la Patria, con
derecho a la vida y a la libertad, y a pesar de sentir dolor por verlos confinados a una prisión ojalá
perpetua, o destinados a una muerte segura, todo colombiano por cuyas arterias corra sangre noble
no puede menos de alegrarse de que se haga justicia puesto que llevan 44 años haciendo el mal y
conculcando todos los derechos humanos y divinos de seres colombianos. Y para allá van, asustados,
todos los altos mandos del secretariado de la guerrilla si, enceguecidos, se empecinan en seguir
haciendo el mal y desangrando el corazón de la Patria.
Cuarenta y cuatro años haciendo el mal conmueven a cielos y tierra, arrancan lágrimas a las mismas
piedras, menos a los corazones insensibles de los jefes guerrilleros que les roban las horas el sueño
para dedicarse a tramar los males del día siguiente en cómodos campamentos instalados en traidores
países vecinos, refugio de terroristas.
Por Mal moral entendemos una acción inhumana que causa daño grave a otro ser humano. Y la
guerrilla viene causando daños sin cuento a millones de colombianos, más exactamente a todos, ya
que nadie se libra de sus tentáculos mortíferos.
Piense en tres casos de grave daño moral: el asesinato, el secuestro y la corrupción de menores.
Veamos.
Privar de la vida, con frecuencia, previas la tortura y la humillación, a un ser humano es delito grave
que, en justicia del Talión, merecería ser privado igualmente del derecho a la vida. Piense en la
cadena de lágrimas y desgracias vinculadas a la privación de la vida de un ser humano.
El secuestro se encuentra entre los delitos múltiples más graves de la humanidad: privar de la libertad
a un ser humano libre e inocente, por días, meses y años -que se hacen siglos-, cobrar ingentes
Lógica y Teoría de la Argumentación
Finalmente, a mi juicio el mayor de todos los males, la corrupción de una conciencia inocente: iniciar
en el mal a un adolescente para que siga haciendo el mal por toda la vida.
Por todo ello, no podemos menos de sufrir, pero de alegrarnos a la vez, de que se haga justicia, al
menos con unos cuantos de sus jefes.
PARENTESCO EPISTEMOLÓGICO
Por: Alfredo Molano Bravo
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
225
Mirando desde lejos lo que pasa y no termina de pasar, me pasó por la cabeza un viejo concepto que
utilizaba Estanislao Zuleta, tomado del viejo Althuser: el parentesco epistemológico.
No era fácil de entender y menos de utilizar con propiedad, pero significa algo como la existencia de
un aire de familia entre escuelas filosóficas o políticas. Así, hay un parentesco epistemológico entre
Schopenhauer y Nietzsche, o entre Bolívar y Sanmartín. Aterrizando en lo nuestro, si se mira bien,
uno podría toparse con un aire de familia –o parentesco epistemológico– entre la tesis que invocó el
gobierno de Uribe y de su ministro de guerra para meterle la mano al Ecuador con la justificación que
agitan Mancuso y Jorge 40 para jugar fútbol con las cabezas de quienes han sido clasificados por ellos
como sus enemigos. Al dar el positivo de la operación Fénix, Juan Manuel Santos apeló a la doctrina
de la legítima defensa arguyendo que Raúl Reyes había comenzado primero, disparándole desde una
distancia de dos kilómetros y medio –y en piyama– a través de la frontera.
Por lo menos eso fue lo que entendió Correa cuando ocho horas después Uribe lo llamó por teléfono
para comentarle lo sucedido con ese estilo socarrón de mosca muerta que usa cuando le conviene.
No le dijo, por supuesto, que la premisa del golpe por mano propia –es decir, sin respetar el derecho
internacional– era la de que el Gobierno de Colombia no confiaba en el ecuatoriano. Tampoco –sin
duda, lo consultó– confía EE.UU. en un mandatario que, como Correa, se ha negado a ratificar
el convenio que permite a los gringos tener la gran base aérea militar de Manta, en el Pacífico
ecuatoriano, y desde donde, según el periodista José Vicente Rangel, ex vicepresidente de Venezuela,
se dirigió el operativo. Uribe no habló exactamente de persecución en caliente porque ha protestado
–y con razón– cuando la Guardia Nacional de Venezuela se brinca la baliza en el Catatumbo, El Perijá
o Arauca.
Los detalles saldrán a cuentagotas, pero se terminará sabiendo que fue un hecho planeado al detalle
con premeditación y alevosía, como si el Ejército colombiano hubiera sabido de antemano cuál era
el contenido de los computadores de Reyes: un guión igualito al que siguió EE.UU. cuando se alzó
con Noriega en Panamá argumentando que era narcotraficante; invadió Afganistán, argumentando
que era la cueva de Bi Laden, o le declaró la guerra a Irak, argumentando que tenía armas atómicas,
análogas, por lo menos, digo, a las que Pacho Santos dice que las Farc van a fabricar. Quizá se trate
de otro aire de familia, pero que lo hay, lo hay.
El mismo –agrego y repito– que exudan las razones que dan Mancuso, Jorge 40 o Báez cada vez que
hablan ante la Fiscalía: nos defendimos por nuestros propios medios –motosierras, desapariciones,
descuartizamientos– porque el Estado colombiano dejaba nuestras tierras y nuestros negocios
expuestos al boleteo de la guerrilla. Más aún, por ahora, las cosas le han salido como sin duda
esperaban, incluida la resolución de la OEA con el sí pero no acostumbrado. La babosería de siempre.
No por nada Fidel llamó a este dócil organismo, Ministerio de Colonias yanqui. Los países vecinos
están asustados con los rumbos que ha tomado nuestro conflicto doméstico.
Es evidente: se sale de madre. Y no sólo porque las Farc tienen doble residencia, sino porque
Colombia no parece tener escrúpulo para impedirlo, y pasarse por la faja la norma que sea para
Lógica y Teoría de la Argumentación
llevar la guerra donde los intereses políticos de Uribe y Bush lo requieran. Siempre y cuando, claro
está, lo haga con un Estado pequeño y pobre como Ecuador, o el día de mañana con Nicaragua.
Porque otra cosa pasaría si tras el Mono Jojoy entra al Brasil a guindar al este de Tarapacá, donde
el general Vázquez Cobo derrotó a un cabo en la guerra con el Perú. Con la resolución de la OEA, la
agresión al Ecuador le salió a Uribe barata, como dijo El Tiempo alabándola.
Formidable la movilización del pasado jueves tanto en Bogotá como en otras ciudades. Una cosa es
el país virtual, y otra, el país real. El dolor de las víctimas se derramó por calles, plazas y avenidas:
derrotó el miedo y sintió el terror.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
226
El mamertismo criollo, que se pasa de vivo, invita para el 6 de marzo a una marcha a la que saldrá
todo el ‘paramamertismo’ complaciente, que se pasa de idiota. Como la manifestación se hará
contra los crímenes de Estado que ejecutan las Fuerzas Militares, vale la pena recordarlos.
Jamundí. Diez policías desuniformados llegan a una casa, disparan contra ella y contra un grupo de
soldados que en vísperas de elecciones defendían una zona de alto riesgo de eventuales ataques de
la guerrilla. Los policías mueren y un año después, un juez ‘ordinario’ dicta una de las sentencias
más contraevidentes y torpes de que se tenga noticia. Catorce jóvenes militares pasarán el resto de
su vida en prisión.
Magdalena Medio. Trayendo mercancía prohibida de Venezuela a Medellín, unos contrabandistas tropiezan
con paramilitares, a los que habían burlado antes en el pago de partijas, y son asesinados sin piedad.
El Comandante de la Brigada del Ejército tiene que ser culpable. Los mamertos le apuntan al general
Farouk Yanine Díaz, quien estaba en Bogotá como Comandante de la Escuela Militar de Cadetes. Pero no
importa. Los denunciantes y sus familias se llenan de oro y la Patria, de dolor y de vergüenza.
Wilson Borja. Intentan asesinarlo en las calles de Bogotá. Uno de los delincuentes cae muerto en la
persecución y se le encuentra un celular en el que aparece el teléfono de un mayor del Ejército, el
más condecorado de los de su grado. Como sabe disparar, tuvo que ser el que comandó el atentado.
A Wilson Borja le conviene y a los de su grupo político también, y al mayor lo condenan a morir en
prisión. Pasan los años y los paramilitares que ejecutaron el crimen se desmovilizan y confiesan. Al
mayor César Maldonado, ni lo conocían. A los paramilitares, que todo se les cree cuando acusan, no
se les cree nada cuando sí dicen la verdad. El de Wilson Borja seguirá siendo crimen de Estado.
Chengue. Por San Onofre, la Policía ve pasar dos camiones cargados de bandidos. Son las 7 de la
noche. Solo a las 12 cuenta lo que ha visto. La Infantería de Marina se despliega, cierra caminos y
busca infructuosamente a los delincuentes. La tragedia ya se había consumado. El general Rodrigo
Quiñónez, el teniente coronel Óscar Saavedra y el mayor Camilo Martínez son condenados por el
Procurador al deshonor y a la muerte civil.
Santo Domingo. La Fuerza Aérea hace contacto con una columna de las Farc. La bombardea, la
ametralla y produce sensibles bajas. Los compinches de los muertos tienen tiempo de recuperar
la escena y montarla a su antojo. Un juez, que no sabe qué es un helicóptero artillado, ni cómo se
combate desde el aire, ni cómo se diferencia un ataque aéreo de una bomba en tierra, condena a
nuestros hombres.
Coronel Mejía Gutiérrez. A este hombre le debe Colombia la recuperación del Cesar y de parte
Lógica y Teoría de la Argumentación
del Magdalena y la Guajira. Un sargento delincuente, que por supuesto anda libre, Edwin Guzmán
Cárdenas, se dedica a acusar. Es el mejor negocio conocido. Y acusa al coronel, al Presidente de la
República, al presidente de la Drummond y a varios políticos. Nadie le cree, pero la carrera del más
brillante coronel del Ejército ha quedado trunca.
Palacio de Justicia. Financiado por Pablo Escobar, el M-19 asalta el Palacio de Justicia, asesina a una
docena de magistrados y a un centenar de civiles. En acción heroica, el Ejército recupera el Palacio y
salva la República. Otro crimen de Estado. Los del M-19 contestan a lista en el Congreso y el coronel
Plazas languidece en prisión.
Y nos quedan faltando La Llorona, Arauca, los falsos positivos, Mapiripán y Cajamarca. Es la injusticia
penal militar a plena marcha. El 6 de marzo celebrarán estas hazañas los amigos de las Farc, como
es apenas natural. Y los nuevos idiotas útiles, los ‘paramamertos’, como es inevitable.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
227
‘Raúl Reyes’ constituye un triunfo militar histórico. De acuerdo: se trata, también, de una gran
victoria política para Álvaro Uribe. De acuerdo: la destrucción del campamento estable de las Farc
en Ecuador es, además, un estímulo psicológico para los colombianos, cuya entusiasta celebración
debería decirles algo a los jefes guerrilleros, empeñados en sostener que el repudio a la guerrilla es
invento de la prensa. De acuerdo: los computadores de las Farc exhiben la cobarde e inaceptable
colaboración de los gobiernos de Venezuela (ya se sospechaba) y Ecuador con el grupo terrorista.
Pero no conviene dejarse llevar por la euforia tricolor ni el patrioterismo guerrerista (¡hay que ver las
barbaridades que se leen estos días en los foros!); resulta indispensable saber qué terreno pisamos,
y ese terreno es resbaloso. Para empezar, es peligroso creer que las Farc están acabadas. Lo mismo
se dijo en 1990, cuando el gobierno de Gaviria bombardeó Casa Verde, y resucitaron con mayor
fuerza. No descartemos, pues, la salida dialogada. Además, reconozcamos que, por vueltas que le
demos, la incursión armada en territorio de Ecuador es un acto ilegal, que irrespeta su soberanía y
atropella las normas de la OEA y la ONU. Cómo será de grave, que se intenta defenderlo acudiendo a
los argumentos con que Estados Unidos quiso justificar su guerra ilícita contra Irak. Uribe tiene poca
formación en Derecho de Gentes, y por eso los dos actos militares internacionales de su gobierno
violan la ley: apoyar la invasión a Irak y desbordar la frontera sur.
Muchos ciudadanos tan jubilosos como miopes consideran poco importante esta violación. Pero
quita legitimidad a la justísima causa de Colombia contra Chávez y Correa y, en vez de mostrarnos
como víctimas de estos siniestros personajes, nos pone en el papel de victimarios. El expediente
colombiano contra los dos gobernantes vecinos es contundente: pactos secretos con las Farc, ayuda
económica, untuosa complicidad con sus comandantes... Lo pertinente era denunciarlos ante los
organismos y la opinión pública internacionales, en vez de acudir a operativos audaces, que nos
pueden costar tanto o más que lo obtenido con ellos. Afronta un difícil reto nuestra Cancillería, cuyo
clientelismo tradicional y escasa profesionalidad hoy lamentamos. Ojalá salgamos bien librados.
España elige presidente el domingo. Escogerá entre el actual jefe de gobierno, el socialista José Luis
Rodríguez Zapatero, y Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular, apoyado por la derecha y la curia
paleolítica. Sobran razones para respaldar la continuación de Zapatero, que ha hecho una buena
gestión democrática, social y pacifista. Pero me limitaré a su actitud frente a la inmigración.
Mientras Rajoy presenta a los inmigrantes como un grave problema y dedica más tiempo a los pocos
miles de extranjeros delincuentes que a los 4 millones de inmigrantes honorables, Zapatero tuvo el
Lógica y Teoría de la Argumentación
valor de reconocer que la mitad del crecimiento económico español de los últimos años se debe a
la inmigración.
Gracias a lo que pagan a la seguridad social los inmigrantes es posible sostener a 900.000
jubilados españoles y, también merced a ella, la renta anual del ciudadano promedio subió
623 euros en cinco años. La inmigración enriquece culturalmente a España y garantiza que
Rajoy podrá pensionarse sin problemas, pues lo sostendrán los hijos de esos latinos y africanos
que mira con sospecha en época electoral. Como español, votaré el domingo por Zapatero.
La marcha del 6
Y como colombiano, apoyo la marcha del 6 contra las atrocidades paramilitares. Hoy más que nunca,
con las Farc golpeadas, hay que rechazar toda forma de violencia.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
228
Los resultados sorprendieron al mundo, y no era para menos: en primer lugar, se comprobó que la
mayoría de las personas -el 65 por ciento- era capaz de torturar a alguien por el simple hecho de
cumplir la orden de una autoridad, en este caso de un profesor. En segundo lugar, se comprobó que la
gente es mucho más insensible al dolor ajeno cuando no percibe el sufrimiento. En efecto, cuando el
invitado veía los padecimientos del alumno, aquel 65 por ciento que impartía choques de 450 voltios,
se reducía a un 40 por ciento.
Todo esto tiene relación con la manera como los colombianos vemos a las víctimas del conflicto
armado. En los últimos meses, los medios de comunicación, y la sociedad en general, se han unido
para condenar los crímenes de las Farc y, en particular, el secuestro. ¿Por qué sólo hasta ahora
la sociedad se moviliza? Porque nunca antes había visto tan de cerca, a través de las pruebas de
supervivencia y de los testimonios de los liberados, el sufrimiento de los secuestrados.
Los crímenes que han cometido los ‘paras’ son tan graves, o peores, que los cometidos por la guerrilla:
3 millones de desplazados, 12 mil ejecuciones extrajudiciales, 4 millones de hectáreas robadas, 2 mil
desaparecidos -todas cifras conservadoras-, el sistema político corrompido, una parte del Ejército
Lógica y Teoría de la Argumentación
involucrada en el terror y una mafia campante que carcome la ciudadanía y la moral pública. No
obstante, todavía hay muchos en la sociedad, en los medios de comunicación y en el Estado, que
siguen relativamente insensibles ante ese montón de sufrimiento y de daño institucional.
Pero creo que eso está cambiando -como cambió la actitud de la sociedad frente al secuestro- y que,
en el seno de la llamada Sociedad Civil, se está cuajando una reacción frontal contra todo tipo de
barbarie. Ojalá que esto se confirme el próximo jueves durante la marcha contra los paramilitares.
Claro que ayudaría mucho si los colombianos no tuviéramos, como tenían los voluntarios del
experimento de Milgram, una autoridad tan insensible frente a los padecimientos de algunos seres
humanos.
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
229
GUERRA Y SENTIMIENTO
Por Óscar Collazos.
‘Raúl Reyes’ -exhibido como trofeo de guerra- no me produce sentimientos sino pensamientos
contradictorios.
Un amigo me preguntó qué había “sentido” al saber que las Fuerzas Armadas de Colombia habían
dado de baja a ‘Raúl Reyes’, el número dos del Secretariado de las Farc. No me preguntaba sobre la
legitimidad del operativo, realizado en territorio ecuatoriano, sino por los “sentimientos” que me
había provocado la muerte del guerrillero.
Le respondí que no había sentido alegría ni tristeza, sentimientos a menudo falsificados por la banalidad.
Como ya no creo -como hace 30 años- que la incierta bondad de los fines justifica la incorregible maldad
de los medios, le respondí que me costaba mucho alegrarme por la muerte de alguien, así fuera autor
o programador de crímenes cometidos contra gente inocente, algo que no solamente hacen los grupos
al margen de la ley. También lo hacen aquellos que se encuentran dentro de ella.
Me repugna constatar que alguien pueda alegrarse y celebrar como triunfo la muerte de otro ser
humano. Solo los guerreros y señores de la guerra lo hacen porque la muerte es una cifra abstracta
en los inventarios del combate. Me entristece, en cambio, la muerte de seres que le hicieron bien
a su comunidad, que fueron indispensables para la felicidad de muchas personas o que, de manera
absurda, se fueron del mundo sin haber cumplido sus proyectos de vida. Si son viejos, me entristece
el vacío que dejarán entre nosotros.
Pensé en el rumbo imprevisible que tomarían las relaciones de naciones vecinas, envenenadas por la
obstinación de dos jefes de Estado que cuando no se mienten se insultan. Si hubieran sido prioritarias
las normas que proponen humanizar el rumbo de las guerras, que también sirven para la convivencia
de naciones que tienen diferencias en el modelo de sociedad que tratan de construir: si en lugar de
sentimientos y emotividad hubieran existido pensamientos y razones, tal vez no hubiéramos llegado
a los extremos de ahora.
Pensé que esa muerte no cambiará el rumbo de la guerra interna ni justificará el exorbitante gasto
militar (6,5 por ciento de nuestro Producto Interno Bruto) ni reducirá el poder ofensivo de los
guerrilleros, amparados en prácticas de terror.
Lógica y Teoría de la Argumentación
La muerte de ‘Raúl Reyes’ les acabó de torcer el rumbo a unas relaciones exteriores que,
justamente por haber estado llenas de provocaciones y susceptibilidades, exigían extremo cuidado.
Esas relaciones venían reclamando un arbitraje de la comunidad americana e internacional.
Tuve un último pensamiento: que la muerte en territorio ecuatoriano de ‘Raúl Reyes’ enredaría
a tres países en un tejido de acusaciones mutuas, pero no hasta el punto de hacernos olvidar el
hecho más importante de hoy, 6 de marzo: la marcha de solidaridad con las víctimas de atrocidades
cometidas por paramilitares y agentes del Estado.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
230
En marcha del 6 de marzo desfilarán los mamertos de siempre, sindicalistas y uno que otro
despistado Desfilarán los mamertos de siempre, sindicalistas, uno que otro despistado...
Que los mamertos la propongan, no me extraña. Están en lo suyo. Que algunos desde las
redacciones de diarios y revistas le hagan un eco favorable, tal es su convicción. Pero que haya
cándidos amigos que se traguen el cuento y den su visto bueno a la marcha convocada para el
6 de marzo es un caso de estrabismo político que requiere timbres de alarma, los mismos que
ha desatado el famoso editorial de El Espectador cuando decidió apadrinar dicha convocatoria.
¿Quién lo escribió? Me niego a creer que haya sido Fidel Cano. ¿Qué pensará de semejante página
Julio Mario Santo Domingo? En ese editorial que le endosa al Ejército colombiano los crímenes de los
paramilitares veo la mano de un mamerto crudo, de esos que reciben secretas congratulaciones de
‘Alfonso Cano’ y ‘Raúl Reyes’.
Desde luego, el disfraz que tiene la marcha luce bonitas lentejuelas. Se trata, dicen sus promotores,
de condenar los crímenes atroces (y lo son, no hay duda) de los paramilitares y rendir un homenaje
a sus víctimas. Pero detrás de estas sedas hay una realidad menos noble. En primer lugar, se quiere
cubrir con el humo de otra marcha la clamorosa protesta mundial contra las Farc del 4 de febrero
desviando en dirección opuesta la atención mundial. Y en segundo término, se busca involucrar al
Gobierno y al Estado colombiano en los crímenes de los paramilitares para restarle apoyo a su lucha
contra el terrorismo.
No es casual que Noam Chomsky, el filósofo y lingüista amigo de Castro, de Chávez, apólogo
de Hezbolá y movimientos afines, le dé su apoyo a esta marcha presentándola, según sus
palabras, como “una protesta pacífica contra el terror militar y paramilitar de Colombia”.
Nada tiene que ver ella con la del 4 de febrero. Sus promotores no son los jóvenes espontáneos que
por Internet movilizaron a la sociedad civil, sino organizaciones como las Víctimas de Crímenes de
Estado, cuya propia denominación encubre una mentira. Pues no son crímenes de Estado los de las
autodefensas ni lo fueron los que diezmaron a la Unión Patriótica. Éstos corrieron ante todo por
cuenta de Pablo Escobar y sus sicarios como sangrienta represalia contra las Farc, atentando contra
quienes el capo de Medellín consideraba sus soportes políticos, cuando se rompió la alianza que de
tiempo atrás la guerrilla y él habían puesto en marcha en torno al negocio de la droga. Esa es la
verdad y la inculpación al Estado, una maniobra de colectivos de abogados y ONG colombianas y
extranjeras especializadas en esta forma de guerra jurídica al servicio de las Farc.
Finalmente, la inmensa protesta del 4 de febrero tuvo como detonador emocional los desgarradores
testimonios de los secuestrados y se dirigió contra una organización terrorista bárbara y vigente que
Lógica y Teoría de la Argumentación
todavía mantiene en las selvas, en condiciones inhumanas, a 700 rehenes. Tal no es el caso de las
Autodefensas, cuyos dirigentes entregaron sus armas, están presos y han confesado sus crímenes.
Su antiguo y mortífero poder desapareció. No vale la pena gastar suelas de zapato para expresar
rechazo a un mal erradicado.
Si a las razones atrás aducidas se suma la sospecha bien fundada de que amigos de las Farc promueven
la marcha del 6 de marzo, la sociedad civil que invadió como nunca calles y plazas de Bogotá, Medellín
y Cali, y de 150 ciudades más en el mundo, el 4 de febrero, no va a responder a su llamado.
Todo lleva a pensar que el 6 de marzo desfilarán, entonces, los mamertos de siempre, los sindicalistas
que obedecen a sus consignas, los más recalcitrantes opositores del Gobierno, uno que otro idiota útil,
uno que otro despistado y, de pronto, un Polo Democrático que últimamente ha perdido su brújula
C A P I T U L O O C H O - Las Técnicas Argumentativas
231
y no sabe cómo ocultar discrepancias domésticas, aparte de la influencia que sobre sus dirigentes
pueda ejercer nuestro vecino, el peligroso líder de la boina roja que gobierna en Venezuela. Los
demás -es decir, la inmensa mayoría de los colombianos- nos quedaremos en casa.
YO SÍ CAMINARÉ EL 6 DE MARZO
NO, PLINIO: DEMASIADO ES DEMASIADO
Por Florence Thomas.
Te recuerdo algunas cosas, pues los meandros de tu amarga memoria no te permiten entender tu alrededor.
No, Plinio, “trop, c’est trop”... entonces: ¿280 indígenas kankuamos asesinados por los frentes
paramilitares de la Sierra Nevada, cuyas mujeres e hijos han tenido que aprender a vivir sin ellos,
son para ti poca cosa? Dices que no habría que gastar suela de zapatos por ellos y ellas.
Pues yo te voy a recordar algunas cosas, Plinio, porque tal vez los meandros de tu amarga memoria
no te permiten ya entender lo que sucede a tu alrededor. Recuerdas lo que decía Espinoza: “No
burlarse, no deplorar, no maldecir, pero comprender” y comprender es justamente la labor del
intelectual. Aclarar, iluminar, complejizar. Pues una mirada más desapasionada, menos ideologizada
y más justa sobre las distintas violencias de este país te acercaría tal vez a este camino de sangre,
duelos y dolor que recorrieron, entre muchos otros, los kankuamos de la Sierra, y a pensar, por una
vez, en contra de ti mismo.
Crímenes, por cierto, no confesados aún por ninguno de estos paramilitares que tú, ingenuamente,
declaras arrepentidos. Y te cuento además que el día que leí hace unos meses en EL TIEMPO ese
reportaje sobre la manera como los paramilitares asesinan a sus víctimas; ¿te recuerdo el título del
artículo? ‘Aprendí a descuartizar con campesinos vivos’, perdí el sueño. Perdí el sueño de cambiar a
Colombia, perdí parte de mis utopías para seguir trabajando contra los estragos de las guerras. De las
guerras de todos, Plinio, de los torturadores de las Farc, por supuesto, pero también de las guerras
de los ‘paras’ y sus más de 1.000 fosas comunes, de las guerras que desaparecen líderes comunales,
de las guerras sordas, sucias y miserables que desplazan a centenares de familias diariamente en
esta otra Colombia que la mayoría de la gente prefiere ignorar.
Plinio, yo te prefería mil veces en tus años de fuga, cuando estabas indocumentado y feliz en París.
Tu socialismo de ese entonces, aunque ingenuo, destilaba por lo menos algo de humanismo.
Así soy, despistada y feliz de serlo, fuera de los caminos prescritos de antemano; una nómada y vagabunda
de las ideas, de todas las ideas porque para mí la tolerancia se funde con el respeto y la reciprocidad.
Voltaire decía: “No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta donde puedo
hacerlo su derecho a decirlo”. Siempre y cuando, agrego, usted también defienda mi derecho a
disentir. Y leyendo tu última columna sobre la marcha del 6 de marzo, confirmo que la tolerancia es
un ejercicio difícil, a veces demasiado difícil pero absolutamente necesario si queremos abrirnos a
la complejidad de la condición humana.
Ojalá, Plinio, vuelvas a leer a Voltaire y leas también, por una vez, el Manual de tolerancia, de
Héctor Abad Gómez, un inmenso humanista, también asesinado por esta guerra que tú niegas y que
parecería no tener fin.
Pedro Antonio García Obando • Javier Orlando Aguirre Román
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Lógica y Teoría de la Argumentación
Bibliografía recomendada
de refuerzo y profundización
ARISTÓTELES
JUEGOS LÓGICOS
INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA
PALAU, Gladis (2002) Introducción a la filosofía de las lógicas no clásicas. Barcelona: Gedisa.
PÉREZ, Miguel Ángel (2006) Lógica clásica y argumentación cotidiana. Bogotá: Pontifica
Universidad Javeriana.
LÓGICA Y FILOSOFÍA
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http://www.paginasobrefilosofia.com/html/falacia.html
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COPI, Irving, COHEN, Carl (3002). Introducción a la lógica. México: Ed. Limusa.
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LÓGICA SIMBÓLICA
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Lógica y Teoría de la Argumentación
RETÓRICA Y ARGUMENTACIÓN