Está en la página 1de 21

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para La Educación Universitaria


Universidad Bolivariana De Venezuela
Núcleo del Estado La Guaira
Programa Nacional de Grado: Estudios Jurídico
U.C: Exclusión Social y Grupos Vulnerables

Grupos Vulnerables
Actividad III

Estudiantes:
Facilitadora: Luis Hernández V-6465159
Lcda. Norys Torres Oswaldo Nieves V-6499468
Marlene Guevara V-9855232

Junio, 2022
Análisis crítico reflexivo sobre la situación actual de los grupos
vulnerables en Venezuela: Pueblos afro-venezolanos. Etnias indígenas,
hombres y mujeres privados de libertad y ex privados de libertad.

Los grupos vulnerables son aquellos grupos que por sus condiciones sociales,
económicas, culturales o psicológicas pueden sufrir maltratos contra sus
derechos humanos. Dentro de éste grupo se encuentran insertas las personas
de la tercera edad, personas con discapacidades, mujeres, niños, pueblos
indígenas, personas con enfermedades mentales, personas con VIH/SIDA,
trabajadores migrantes, minorías sexuales y personas detenidas.
Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Jalisco, “Grupos
Vulnerables”.

Desde una perspectiva alimentaria, la Organización de la Naciones Unidas


para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define:
Un grupo vulnerable es el que padece de inseguridad alimentaria o corre riesgo
de padecerla. El grado de vulnerabilidad de una persona, un hogar o un grupo
de personas está determinado por su exposición a los factores de riesgo y su
capacidad para afrontar o resistir situaciones problemáticas.

Por ello, resulta primordial analizar los factores que aumentan


significativamente que una persona o grupo tenga más probabilidad de
encontrarse en una situación de vulnerabilidad ante distintos problemas
sociales. Identificar y proteger a los más vulnerables es esencial para reducir
desigualdades. En este análisis, hemos tomado tres grandes grupos sociales,
el cual, no están exentos de vulnerabilidad social, tales grupos vulnerables
serían las etnias indígenas, afrodescendientes y los privados y privadas de
libertad, donde veremos los factores sociales, económicos, políticos que
influyen en ellos y como el Estado garantiza su protección apara una mejor
calidad de vida y respeto a sus Derechos Humanos.
Etnias indígenas

Los pueblos indígenas, también conocidos como pueblos originarios, pueblos


aborígenes o pueblos nativos, son grupos étnicos que son los habitantes
originales de una región determinada, en contraste con los grupos que se han
asentado, ocupado o colonizado el área más recientemente.

El Diccionario de la Real Academia Española ha aceptado la palabra “etnia”,


derivada (a través del latín) del término griego “pueblo”, bajo la acepción de
“comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales,
etc.”

La Ley Orgánica de los pueblos y comunidades indígenas de Venezuela


(2005), al referirse a los pueblos indígenas, establece en su Artículo 3: Son
grupos humanos descendientes de los pueblos originarios que habitan en el
espacio geográfico que corresponde al territorio nacional, de conformidad con
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes, que se
reconocen a sí mismos como tales, por tener uno o algunos de los siguientes
elementos: identidades étnicas, tierras, instituciones sociales, económicas,
políticas, culturales y, sistemas de justicia propios, que los distinguen de otros
sectores de la sociedad nacional y que están determinados a preservar,
desarrollar y transmitir a las generaciones futuras.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el último censo oficial


(2011) de la República Bolivariana de Venezuela, la mayoría de la población
indígena se localizan en los estados: Zulia (Wayú, Añú, Yukpa, chibcha, Bari y
Japrería 61,2%), Amazonas (Wanikua, Kurripako, Baniva, Wenaiwika,
Wenaiwika, Baré y Yanomami 10,5%), Bolívar (Sanumá, Yanam, Pemón,
Macuxi, Kariña, Yekuana y Eñepá 7,5%), Delta Amacuro (Waraos 5,7%),
Anzoátegui (Kumanagoto y Kariña 4,7%), Sucre (Chaima 3,1%), Monagas
(Quiriquire 2,5%), Apure (Guahibo, Jiwi, Cuiba 1,6%), Otros. Destaca el
resurgimiento de pueblos considerados extintos y de otros países de la región
(Colombia, Brasil y Guyana).
Estimaciones oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), para el
año 2020, los pueblo indígenas de Venezuela son una población de
aproximadamente 2,8 % del total general, el cual está por los 32 millones de
habitantes.

Aspectos Jurídicos:

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), reconoce en


su Preámbulo a Venezuela como una sociedad multiétnica y pluricultural, y en
las disposiciones fundamentales (Art. 9) se establece que los idiomas
indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser
respetados en todo el territorio de la república por constituir patrimonio cultural
de la Nación y de la humanidad.
El marco jurídico vigente es bastante completo y amplio, la Constitución
establece en su Capítulo VIII los derechos de los Pueblos indígenas a partir
del artículo 119 hasta el Articulo 126, con un reconocimiento de su existencia,
organización social, política y económica, culturas, usos y costumbres, idiomas
y religiones, así como sus hábitats y derechos originarios sobre las tierras que
ancestral y tradicionalmente ocupan, y una obligación para el Estado
venezolano, de demarcar y garantizar la propiedad colectiva de las tierras.

En 2001, el Estado venezolano ratificó el Convenio 169 de la OIT ( El cual tiene


dos postulados básicos: el derecho de los pueblos indígenas a mantener y
fortalecer sus culturas, formas de vida e instituciones propias, y su derecho a
participar de manera efectiva en las decisiones que les afectan), y se han
aprobado diferentes normas sobre derechos específicos como la Ley de
Demarcación del Hábitat y Tierras (2001), la Ley Orgánica de Pueblos y
Comunidades Indígenas (2005), la Ley de Idiomas Indígenas (2007), y la Ley
de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas (2009).

El Estado Venezolano a objeto de cumplir con lo establecido en la Constitución


vigente, en su Capítulo VIII: Los derechos de los Pueblos indígenas, pone
en marcha la Misión Guaicaipuro, el 12 de octubre del año 2003, con el
propósito de restaurar los títulos territoriales y derechos humanos de las
comunidades indígenas del país.
El nombre de la misión viene del jefe indígena Cacique Guaicaipuro, líder
instrumental que dirigió la resistencia nativa contra la colonización española en
Venezuela.
Esta misión fue originalmente creada por Decreto Presidencial número
3.040 en la Gaceta Oficial número 37.997 del 9 de agosto del año 2004,
adscrita al Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales. Un año después pasó
a manos del Ministerio de Participación y Desarrollo Social.

Como parte de la segunda etapa de esta misión, el 29 de agosto del año 2007,
por Decreto número 5.551 obtuvo una reforma parcial, creándose la Comisión
Presidencial Misión Guaicaipuro en Gaceta Ordinaria número 38.758.
Seguidamente fue adscrita al Ministerio del Poder Popular para los Pueblos
Indígenas.
La Misión Guaicaipuro: Es creada con el objetivo General de restituir
derechos de los pueblos y comunidades indígenas del país.

Entre sus objetivos específicos se encuentran:


 Propiciar el desarrollo armónico y sustentable de los pueblos indígenas
dentro de una visión de etno-desarrollo
 Fortalecer la capacidad de gestión comunitaria
 Impulsar el proceso de demarcación del hábitat y tierras,
 Potenciar el desarrollo integral de los pueblos originarios para
garantizar el disfrute efectivo de sus derechos sociales.

Aspectos Sociales y Culturales

Las Etnias Indígenas a través de la Autogestión asumen de manera autónomo


el control de sus propias instituciones y formas de vida, su identidad, cultura,
derechos, usos y costumbres, educación, salud, cosmovisión, protección de
sus conocimientos tradicionales, uso, protección y defensa de su hábitat y
tierras y, en general, de la gestión cotidiana de su vida comunitaria dentro de
sus tierras para mantener y fortalecer su identidad cultural.
Por otro lado, cabe señalar que en las comunidades indígenas se han venido
desarrollando los programas sociales de las Misiones, Grandes Misiones y
Micro-Misiones: En materias de Salud, Alimentación, Educación, Vivienda,
Trabajo, Cultura, Deportes, entre otros. A objeto de cumplir con los derechos
de las Etnias indígenas establecidos en la Constitución de la república
Bolivariana de Venezuela y demás leyes Especiales orientadas atender a los
pueblos originarios.

Aspectos Económicos

Su desempeño económico, responden a prácticas económicas


tradicionales dentro de su hábitat y tierras, de acuerdo con sus
necesidades y sus patrones culturales propios, que comprenden sus
técnicas y procedimientos de producción, distribución y consumo de
bienes y servicios, sus formas de cultivo, cría, caza, pesca, elaboración de
productos, aprovechamiento de recursos naturales y productos forestales
con fines alimentarios, farmacológicos y como materia prima para la
fabricación de viviendas, embarcaciones, implementos, enseres utilitarios,
ornamentales y rituales, así como sus formas tradicionales e intercambio
intra e intercomunitario de bienes y servicios.

Durante el 2020, la situación de los derechos indígenas en Venezuela estuvo


caracterizada por la aparición de nuevas realidades que afectan no solo su
integridad personal, social, económica y cultural, sino también el territorio
ancestral como totalidad del espacio donde se realiza su vida colectiva.

Según la organización “Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos


Indígenas”, Publica en su libro IWGIA, (2020), Edición 35.
Copenhague, Dinamarca.
Minería: La Principal amenaza

Uno de los problemas más complejos que se ha evidenciado en los últimos años
en territorios indígenas, es el crecimiento desmedido de la minería ilegal en varias
regiones del país. En efecto, varios reportes dan cuenta del crecimiento de las
actividades mineras y su expansión a diferentes zonas de los estados Amazonas y
Bolívar.
En este sentido, organizaciones socio-ambientales como la Asociación Wataniba e
indígenas como la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas
(ORPIA) y Kuyujani del Caura (Bolívar) realizaron alertas públicas durante el año
2020, no solo con relación al crecimiento de la actividad minera, sino también
sobre las graves consecuencias que está produciendo a nivel ambiental y
sociocultural. Los principales impactos están referidos a la destrucción de amplias
extensiones de bosque y selva (hábitats indígenas), la contaminación de las aguas
con sustancias tóxicas (mercurio) con afectación de la salud de las poblaciones y
la fragmentación de las comunidades indígenas con fuerte incidencia en la
identidad cultural.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los municipios mineros


del estado de Bolívar son la principal fuente del aumento de los casos de
paludismo que se observan en Venezuela. Los estanques de acumulación de
agua contaminada como resultado de la actividad minera se han convertido en
focos palúdicos. El paludismo y otras afecciones como la diarrea y las
enfermedades de las vías respiratorias, y las enfermedades prevenibles por
vacunación, como el sarampión, están proliferando entre la población indígena, a
menudo con desenlaces fatales, ya que estas comunidades suelen tener un
acceso limitado o nulo a los tratamientos.

La minería tiene distintas repercusiones para los pueblos indígenas y el ejercicio


de sus derechos individuales y colectivos, principalmente debido a la presencia y
la actuación de los grupos armados y al daño ambiental. Una de tales
consecuencias es la pérdida de control de los territorios tradicionales y los
recursos naturales, lo cual incide fuertemente en su derecho a la
autodeterminación.

En este sentido, cabe destacar la invasión del territorio ancestral del pueblo
Uwottüja, en el estado Amazonas, quienes han visto ocupadas sus tierras en toda
la cuenca del río Sipapo, por grupos de mineros ilegales protegidos por grupos
externos armados. En este caso la Organización Indígena Uwottüja del Sipapo
(OIPUS), ha venido solicitando a las diferentes autoridades civiles y militares del
Estado venezolano, la adopción de medidas para desalojar la zona y paralizar
toda actividad minera en la región.

En el caso del estado Bolívar, es importante destacar la situación vivida por los
indígenas Ye´kwana y Sanöma, en la cuenca del río Caura, que para 2020, se
encontraba totalmente invadida por actividades de minería ilegal, con situaciones
graves que mantienen a las comunidades completamente atemorizadas. En la
zona actúan grupos armados (sindicatos y disidencia de la guerrilla colombiana),
que no solo protegen a los mineros, sino que controlan todas las actividades que
se realizan en la cuenca. Esto ha creado un ambiente muy tenso en la zona, con
amenazas a la integridad personal y cultural de estos pueblos, destrucción
ambiental, realización de diferentes tipos de actividades ilegales y fuertes
enfrentamientos entre las comunidades y los grupos mineros y armados. A pesar
de las variadas denuncias públicas que se han realizado, los organismos del
Estado venezolano no han logrado controlar la grave problemática.

Otra situación es la que afecta de manera general al pueblo Pemón en el estado


Bolívar, y su extenso territorio en la Gran Sabana, el Alto Paragua y el sector de
Ikabarú, relacionada con el hecho de que está completamente tomado para
actividades mineras ilegales y legales. La problemática del territorio Pemón se ha
agravado en 2020 considerablemente, debido a la intervención de agentes
externos, públicos y privados, llevando a fuertes enfrentamientos entre
comunidades y grupos militares, o grupos externos armados, en disputas por el
control de áreas ricas en minerales. Estos enfrentamientos han generado varios
casos de privación de la libertad de indígenas, con la apertura de procesos
judiciales y el desplazamiento de numerosas familias de Pemón hacia Brasil y
Guyana.

Derechos Territoriales

Los derechos territoriales de los pueblos indígenas se encuentran establecidos en


el art 119 constitucional. Dicha disposición establece que los pueblos indígenas y
sus comunidades tienen derechos originarios sobre sus hábitats y tierras, los
cuales deben ser demarcados a los efectos de garantizar la propiedad colectiva.
Es importante hacer una evaluación de los avances en el cumplimiento del deber
constitucional de realizar la demarcación territorial indígena.

Es público que el proceso nacional de demarcación comenzado en 2001, estuvo


funcionando aproximadamente hasta el 2015. De manera que para 2020, el
Estado venezolano tiene más de cinco años sin realizar demarcaciones en
hábitats y tierras indígenas, no solo incumpliendo el deber constitucional de
demarcar, sino también impidiendo las posibilidades de protección efectiva de los
territorios ancestrales indígenas.

Migraciones transfronterizas

La migración transfronteriza ha continuado durante 2020, a pesar de la pandemia


y las medidas de confinamiento social. Los indígenas venezolanos que más
emigran, son los de la Amazonía venezolana (Estados Amazonas, Bolívar y Delta
Amacuro), en especial los del pueblo E’ñepa y los que habitan en el estado Zulia,
situación que normalmente pasa desapercibida en el marco de la crisis nacional.

En tal sentido, se ha indicado que: “Mucho se ha hablado de la crisis migratoria


venezolana y del incremento de los caminantes venezolanos, pero en contraste,
poco se conoce la situación de las migrantes indígenas –la mayoría,
pertenecientes a las etnias Wayuú, Warao, Yukpa y Pemón-.” Durante el año
2020, los grupos de migrantes indígenas más representativos fueron los miembros
del pueblo Warao puesto que al menos 6.000 migraron a Brasil, Surinam y
Guyana. Muchos de estos grupos indígenas están ubicados en campamentos de
refugiados en el norte de Brasil y Colombia, en condiciones críticas para su
subsistencia, tal como señala la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR): “Obligados a salir de Venezuela, los
Wayuú, Warao, Barí y Yukpa, entre otros, tienen dificultades para acceder a los
servicios básicos debido a la falta de documentación.

Pueblo afrovenezolanos

Los Afrodescendientes son las personas pertenecientes a pueblos de origen


africano que fueron traídos como esclavos durante la colonia para sustituir la
mano de obra de los pueblos indígenas exterminados en EE.UU. y otros países
del continente. Constituyen la mayoría en los países del Caribe. En Brasil y otros
países de la región, el mestizaje , como vía al “emblanquecimiento”, dio origen a
los llamados mulatos, los que en EEUU son asumidos como negros junto con los
no mestizos. Históricamente han sido víctimas de racismo, discriminación racial y
esclavitud, con la consecuente negación reiterada de sus derechos humanos

Los antepasados africanos de los afrovenezolanos comenzaron a llegar a


Venezuela como consecuencia de la trata de esclavos y la consiguiente diáspora
africana en América que comenzó en el siglo XVI. Su marginación durante el
período de la esclavitud excluía toda posibilidad de ascenso social o integración
en la población general. La esclavitud en Venezuela fue abolida, el 23 de marzo el
Congreso aprobó la ley de la abolición y el 24 fue refrendado por el presidente
Monagas, a quien los historiadores han llamado, por esto, “el libertador de los
esclavos”.
En la actualidad, los grupos afrovenezolanos se concentran en la región de
Barlovento, en el estado Miranda, la costa del estado La Guaira así como también
en el estado Yaracuy específicamente en el municipio Veroes en el sur del Lago
de Maracaibo, Estado Zulia, en una conocida población llamada Bobures y en la
localidad del Callao y sus poblaciones aledañas Estado Bolívar. Poseen parte de
la cultura de sus ancestros, los afrodescendientes del resto del país están
totalmente asimilados, perdida totalmente su antigua cultura y desarrollando la de
los mestizos. Los africanos y sus descendientes han hecho y siguen haciendo una
contribución política, económica, social, militar, intelectual y moral a la formación
etnohistórica de la actual República Bolivariana de Venezuela.

Esta población posee una cultura extensa y rica expresada en diversos elementos
socioculturales, con un sistema agrario que descansa en la propiedad colectiva
sobre la tierra que utilizan en la producción familiar para la subsistencia.

Los afrodescendientes constituyen una población altamente heterogénea y están


distribuidos de forma desigual en la región, pero comparten una larga historia de
desplazamiento y exclusión.

A pesar de los grandes avances de la década pasada, los afrodescendientes aún


están sobre representados entre los pobres y sub-representados en las posiciones
de toma de decisiones, tanto en el sector público como en el privado.

Por esto, la erradicación de la pobreza y la creación de un bienestar sostenido en


la región va a depender en gran medida a un marco de inclusión social de los
afrodescendientes.

Sin embargo, con la llegada del Presidente Chávez se abrió por primera vez el
espacio para que las organizaciones sociales de base pudieran dialogar de frente
con el Estado, fue con el proyecto político que inició a finales del siglo XX que se
abrieron los espacios de participación y se incorporaron tanto colectivos como
individualidades afrodescendientes en la defensa de sus derechos como
ciudadanos. La Constitución Nacional aprobada en 1999 establece en su
Preámbulo la condición multiétnica y pluricultural de la República Bolivariana de
Venezuela, de lo cual surge un proceso socialitario, humanista, democrático e
incluyente que da el traste con toda esa pesada y nefasta carga de injusticia y
esclavitud que pesaba sobre la afrodescendencia.

El Pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e


invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador
Simón Bolívar y el (…) con el fin supremo de refundar la República para
establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica,
multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia,
la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia
y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el
derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social
y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; (…)y
autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los
derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el
desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales
como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad;

Desde el año 2001 se reivindicó a los herederos africanos en sus distintas


condiciones. Este es un acuerdo mundial de la tercera conferencia contra el
racismo. Venezuela es miembro de esta conferencia y suscribió los acuerdos de
incluir a su población afrovenezolana.

Las luchas contemporáneas de los y las afrodescendientes de nuestro país


recibieron su reconocimiento en el discurso del Comandante Chávez, quien
precisamente, para reivindicar a los afrodescendientes de Venezuela, en el año
2004 creó la Comisión Presidencial contra la Discriminación Racial.

Desde que llegó la Revolución Bolivariana, no ha sido simplemente la aparición


del pueblo en el poder político, sino un desarrollo de una verdadera revolución
cultural. Donde la condición afrodescendientes forma parte de la construcción
descolonizadora e identidad del socialismo, donde implica las cinco dimensiones;
cultural, económica, político, social y espacial.

Es importante destacar, que para el año 2012 fue creado el Consejo Nacional para
el Desarrollo de las comunidades afrodescendientes de Venezuela (Conadecafro),
institución ideada por el líder supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez
y fue consolidada bajo Gaceta Oficial Nº39.893 y por Decreto Presidencial
N°8.860 y donde años más tarde se llevó bajo decreto Nº3.335 la ejecución del
Decenio Nacional para personas afrodescendientes, allí nuestro país cumplió con
la resolución de la organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual, la misma
proclamó el Decenio Internacional de los Afrodescendientes en el período 2015-
2024, todo con el fin de rechazar la discriminación, la segregación de la población
y el pleno goce de sus derechos económicos, sociales, políticos, culturales y
civiles.
Es un gran esfuerzo que se ha vendió haciendo, he allí donde la administración
pública están siendo asesoradas con un enfoque de los Derechos Humanos de la
población afrodescendientes, con acciones internacionales y un plan de acción por
supuesto aprobados y ratificados por el Estado venezolano.

Para el año 2015, no fue un escenario positivo para Venezuela y se podría decir
también a otros países, como EE.UU. El Decenio Internacional Afrodescendiente
comienza cuando el presidente Barak Obama termina su segundo mandato,
fenómeno que ocasionó que el racismo no cediera paso alguno, dando lugar a un
espacio polarizado y retorno a los defensores de la supremacía blanca.

Es lamentable que este Decenio se inaugurara en un ambiente negativo contra los


afrodescendientes. En Venezuela el escenario que se vivió fue la intensificación
de las amenazas de invasión y ataque a la soberanía nacional.
Por consiguiente, para nadie es un secreto que Venezuela está enfrentando una
guerra económica brutal de parte del imperio, una guerra que afecta a muchos y
dentro de estos están los grupos más vulnerables, llamados afrodescendientes.

Es por ello, que el gobierno venezolano ha impulsado una agenda programática


de los y las afrodescendientes, en el Plan de la Patria 2019-2025, donde
desarrolla políticas específicas para la ruptura del metabolismo del capital y el
impulso de un nuevo sistema de actores y dinámicas económicas para la atención
de las demandas sociales del sistema de misiones y grandes misiones y de
protección social del Pueblo.

Unas de las grandes metas del Plan es la erradicación de conductas racistas o


discriminatorias en todo el sistema de medios de comunicación, educación y en el
mismo Estado. El cien por ciento de inclusión de afrodescendientes en el sistema
de salud, educación y protección social.

En este orden de ideas, para el año 2017, el racismo se apoderó de las calles
venezolanas durante una manifestación, elementos de sectores opositores
atentaron contra la vida de un ciudadano al considerarlo un militante del chavismo,
por el simple hecho de vestir “una franela roja y de ser tez negra”. Hecho
lamentable en nuestro país, que queda como antecedente, el cual, puede repetirse
o suceder acciones de racismo a los grupos afrodescendientes.

Aunque nos cueste aceptarlo, en Venezuela hay racismo, nuestro país cuenta con
grandes asentamientos afrodescendientes a lo largo y ancho del territorio,
fundados a partir de una construcción histórica marcada por el colonialismo y la
barbarie impuesta por los invasores españoles, quienes propiciaron el secuestro
de millones de personas negras extraídas de África, para ser vendidas como
fuerza de trabajo esclava en nuestro continente.
Pues, de ese pasado doloroso, quedan todavía algunas inclinaciones de racismo
expresadas como dicta el argot popular “mamadera de gallo”, “echadera de
broma”.

La discriminación racial se encuentra ligada a la injusticia social, así como también


se encuentra ligada a otras formas de discriminación social; hacia las mujeres,
hacia nuestros indígenas y hacia los LGBT, por nombrar algunos grupos
vulnerables.

Es necesario unas series de programas sociales, que beneficien a la mayoría de


estas comunidades afrovenezolanas, así como el trabajo por una mejor calidad de
vida en las comunidades.

Sin embargo, el Estado ha hecho un gran esfuerzo en impulsar unas series de


acciones de organización y participación, orientadas a la transformación de las
comunidades afrovenezolanas, cuyos propósitos es erradicar el racismo, de luchar
para una mayor participación en la vida política, económica y social, con la
intención de abrir espacios de diálogos para la creación de nuevas políticas
públicas para reducir la pobreza en sectores excluidos y también de fomentar
movimientos sociales que lleven a una mejor organización en las comunidades.

Hombres y Mujeres privados de libertad y ex privados de libertad.

Dentro del contexto de los privados y las privadas de libertad en Venezuela, se


encuentra inmerso diferentes perspectiva jurídicas que conlleva a realizar un
análisis profundo sobre el presente tema, ya que las normativas legales
establecen dentro de su forma dogmática, un conjunto de principios que le permite
al privado de libertad gozar de acciones tendiente al respeto de la dignidad
humana y de sus derechos humanos, principios que no son ejecutado de
conformidad a la indicado, ya que son vulnerados en todos sus contexto.
Venezuela como Estado nación, tiene el deber de proteger los derechos de todos
y todas privados de libertad, sin distinción y está obligado a garantizar a través de
los órganos encargados de la custodia de ellos, de concederle al recluso un trato
digno y asegurar la integridad física, psíquica y moral de las personas privadas de
libertad, como un principio reconocido por el derecho internacional. Además toda
persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano.

A propósito de continuar con el análisis crítico del presente tema, es necesario


conocer que un ser humano vulnerable, son todas aquellas personas que implica
fragilidad, una situación de amenaza o con posibilidad de sufrir daños, razón por la
cual todas privadas de libertad todos privados de libertad y ex privadas y ex
privados de libertad, son personas vulnerable debido a que sus derechos
humanos son cercenados por los encargados de la protección en los recintos
carcelarios y en muchos casos por la misma sociedad en cuando a los ex privados
de libertad, en relación a este últimos aspecto, la sociedad lo rechaza, ya que lo
excluyen del contexto social y el Estado no le brinda la protección garantista
constitucional para que sean reinsertado a la sociedad y sus derechos no sean
violentado.

De conformidad a lo antes descrito, es responsabilidad del Estado brindarles


protección a las personas sin discriminación alguna de raza, sexo, religión, opinión
política o de cualquier otra índole.

Es aquí, donde la Igualdad y no-discriminación de toda persona privada de libertad


será igual ante la ley, y tendrá derecho a igual protección de la ley y de los
tribunales de justicia. Tendrá derecho, además, a conservar sus garantías
fundamentales y ejercer sus derechos, a excepción de aquéllos cuyo ejercicio esté
limitado o restringido temporalmente, por disposición de la ley, y por razones
inherentes a su condición de personas privadas de libertad.
Bajo ninguna circunstancia se discriminará a las personas privadas de libertad por
motivos de su raza, origen étnico, nacionalidad, color, sexo, edad, idioma, religión,
opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento, discapacidad física, mental o sensorial, género, orientación sexual, o
cualquiera otra condición social. En consecuencia, se prohibirá cualquier
distinción, exclusión o restricción que tenga por objeto o por resultado,
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos
internacionalmente reconocidos a las personas privadas de libertad.

Para sustentar lo aquí escrito, es necesario traer acotación los establecido en la


Declaraci6n Universal de Derechos Humanos Adoptada y proclamada por la
Asamblea General en su resoluci6n 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948

Articulo 1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y


derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros.

Articulo 2 Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta


Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará
distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional
del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se
trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración
fiduciaria, no autónoma o sometida a cualquier otra limitación de soberanía.

Por tal motivo, es factible que las condiciones que determinan la exclusión social,
vulnerabilidad y/o discriminación de los grupos vulnerables, en referencia a los
hombres y las mujeres privados de libertad y ex privados de libertad, es debido a
la no adecuada ejecución de las políticas pública en materia de servicio
penitenciarios, ya que es notorio que dentro de los centros de reclusión se violan
derechos humanos a los reclusos, como es el derechos al debido proceso judicial,
ya que el retraso procesar, conlleva a la hacinación carcelaria y esto produce
violencia entre los privados de libertad.

El Estado Venezolano, como ente garante de los derechos humanos, por parte de
sus instituciones que tiene la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las
políticas pública en esta materia, presentan debilidades en cuanto a la existencia
de condiciones sociales, económicas y jurídicas para garantizar la protección de
los grupos vulnerables, en materia penitenciaria.

En relación a este tema, en Venezuela existe aproximadamente 52 centro de


resguardo de privados de libertad y un solo centro de resguardo para las privadas
de libertad, que es el INOF (Instituto Nacional de Orientación Femenina) con sede
en Los Teques, estado Miranda, quedando en situación vulnerables todas aquellas
femeninas que está bajo la tutela judicial del estado, es decir privadas de libertad
por cualquiera acción transgresora de las normativas jurídicas y son dejadas en
lugar no cónsonos para su resguardo como privadas de libertad en centro de
retención preventivos de los diferentes órganos de seguridad ciudadana, donde
comparten espacio físico con personas masculinas, aquí existe una violación
fragrantes de sus derechos humanos por su condición de ser femeninas.

Actuación del Estado en cuanto a la protección de los grupos vulnerables, en


relación a contexto penitenciario, es obligación por mandato constitucional que el
Estado, formule y ejecute políticas públicas garantista, donde le brinde protección
a los y las privadas de libertad, respetado sus derechos humanos y sus dignidad,
ya que en muchos casos, sus derechos son vulnerados por las personas que
tienen la responsabilidad de ejecutar acciones protectora del Estado, conllevando
a ser violadores de derechos humanos, ya que es el Estado la institución que viola
los derechos humanos de esta población carcelaria.
Por otro lado, en relación al tema que nos compete, es necesario evaluar y
conocer la condiciones actuales de los centros carcelarios venezolanos, ya que los
mismo confrontan innumerables problemas, tales como el retardo procesal, el
hacinamiento, el precario estado de los penales, la ausencia de una clasificación
de presos, la carencia de servicios básicos indispensables y la presencia de armas
y drogas, todo lo cual contribuye a la excesiva violencia que caracteriza a las
instituciones penitenciarias en Venezuela. A esto se suma el escaso número de
funcionarios penitenciarios, con escasa o ninguna formación en el área, aunque en
los actuales momentos la UNES (Universidad Nacional Experimental de la
Seguridad) como ente rector de formar al personal de custodios para la diversos
centro carcelarios, presentan algunas debilidades en cuanto al resguardo y
custodio de los privados de libertad.

Todas estas características, ponen en tela de juicio la función de "rehabilitación y


reinserción social" que en teoría deberían lograr estas instituciones, receptoras de
la población delictiva del país y que resultan ser el reflejo agravado de los males
que afectan a nuestra sociedad, encontrándose que la permanencia en estos
centros de reclusión, lejos de rehabilitar, propicia vicios y mayores problemas a un
sistema penitenciario ya desgastado y obsoleto, debido a la no aceptada políticas
públicas en materias carcelaria implementada por el Estado.

Dentro de esta perspectiva, es notorio visualizar que la sociedad muchas veces


actúan de forma excluyente de las personas que cometieron acciones que
transgredieron las normas jurídicas y fueron objeto de una sanción de privativa de
libertad y una vez cumplida su sanción y es excarcelado la misma sociedad le
coloca una barrera para excluirlo, no permitiéndole una condición y modos de vida
aceptada en los sectores populares, en los cuales se reinsertan los ex privados/as
de libertad. Es aquí donde el Estado no le hace un seguimiento a estos casos,
para que realmente se pueda ejecutar una política pública efectiva en materia de
reinserción de los ex privados de libertad a la sociedad como hombre nuevo y
probo para el desarrollo de la sociedad.
Referencias Bibliográficas
 Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial No. 38536, 4 de noviembre
2006.

 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),


Gaceta Oficial Nº 36.860. Del 30 de diciembre de 1999.Impetra
Nacional, Caracas- Venezuela.

 Declaración de los Derechos Humanos, resolución 217 (III), de 10 de


diciembre 1948.

 Glennie, J. (2014), “Cooperando con países de renta media: América


Latina y la trampa de la desigualdad”. Comunicación presentada en
el Encuentro Diálogo eurolatinoamericano de políticas para la
cohesión social. EUROsociAL, Bruselas.

 Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas (IWGIA),


35 Edición. Copenhague, Dinamarca.

 Ley Orgánica de los Pueblos y Comunidades Indígenas (2005). Gaceta


Oficial de la República de Venezuela N° 38.344.

 Ley de Régimen Penitenciario. Gaceta Oficial No. 36975, 19 de junio de


2000.

 Linares M. Sistema Penitenciario Venezolano. Caracas, Venezuela: Centro


Gumilla; 1997.

 Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario es uno de los


organismos que conforman el gabinete ministerial del Poder Ejecutivo de
Venezuela. Fue creado el 26 de julio de 2011, vía decreto Nº 8.266 y
formalmente en gaceta oficial Nº 39.721.

 Plan de la Patria 2019-2025

También podría gustarte