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Hace muchos años, en la selva vivían una abuela y Dayuma, una niña pequeña de 7 años…
Un día muy lluvioso, Dayuma estaba mirando por la ventana asustada cuando de repente escuchó un
trueno sonar y corrió en dirección a donde se encontraba su abuela que estaba pintando una vasija…
Abuelita, abuelitaaa…
Tranquila Dayuma. Ven, mira lo que estoy pintando… A veces la naturaleza provoca ruidos y luces
que sorprenden y cae muchísima agua del cielo, la selva es verde y frondosa porque llueve mucho.
Sino estaría seca…
La naturaleza es sabia, Dayuma. Pasa lo que tiene que pasar, lo que la tierra necesita. El agua que
cae del cielo alimenta los ríos…
Sí Dayuma… Además, los espíritus de la selva así lo quieren para nuestro bien. Te voy a contar una
historia que te va a ayudar a entender lo que te digo…
Hace mucho tiempo en la selva profunda vivía en Kempery con su esposa y sus hijos. En esa época
no había peces porque no había ríos, por eso los Huaorani no sabían pescar.
Mujer, llegué con el alimento pero me resultó muy difícil conseguirlo. Cada vez hay menos animales.
Cerca de la casa había un ceibo grande, inmenso, habitado por el espíritu bondadoso que cuidaba la
selva.
Llegó un tiempo en que Kempery no tenía que dar de comer a sus hijos.
¿Y esa luz?...
El espíritu bueno se apiadó, alzó sus brazos y transformó la copa del árbol en un acuario lleno de seres desconocidos a
los que llamó: peces.
Pero un buen día, llegó un amigo que vio en el suelo unas cosas blancas y brillantes.
Toma Kempery, toma… Ahora sí. ¡Dime! ¿Qué secretos te guardas? ¿Qué mismo es lo que vi?
El espíritu bueno me hizo un regalo… Es un acuario lleno de peces para alimentar a mi familia. ¡nunca pasamos
hambre!
El ambicioso amigo quiso llevarse el árbol, hizo que Kempery y su familia cayeran en un sueño profundo y se puso a
cortar el Ceibo.
Pero de pronto…
¿Qué sucede? ¿Qué sucede? ¿Por qué tiembla? ¿Por qué tiembla? ¡No!
Perdón… ¡oh gran espíritu de la selva! piedad, llévame a mi pero salva a mis hijos
Gracias.
Júrame que nunca tomarás del río más peces de los que necesitas para alimentar a tu familia.
Y el amigo abuela.?
Ahhj, el mal amigo fue llevado por la corriente del gran río Amazonas, que desde entonces recorre la selva y la llena de
riqueza.
La naturaleza es sabia. Ella sabe lo que es mejor para nosotros. No hay que tenerle miedo.
Sí, abuelita...