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Cap.

140 - El descenso de una diosa

Las sirvientas estuvieron toda la tarde arreglando a Abril mientras


en el templo se realizaba la ceremonia de nombramiento
de Cassian, ellas se esmeraron en hacer que Abril luciera
deslumbrante, sobre todo porque había sido orden del
Rey. Cuando el sol empezó a ocultarse Abril empezó a ponerse
nerviosa, sobre todo porque ella debía hacer algo que nunca
había hecho antes y debía hacerlo sola, Alessandro no estaría a
su lado cuando entrara al salón de baile. Las sirvientas le pusieron
el vestido que tenia metros y metros de seda, aquel vestido había
sido arreglado para ella, madame Rumian había agregado perlas
y diamantes al vestido, y se veia aún más impresionante que
cuando se lo había probado, él vestido digno de una reina.

Mientras una de las sirvientas colocaba con cuidado una mariposa


hecha de diamante en su cabello, otra sacó una pequeña tiara,
pero Abrilla rechazó.

_ No usare ninguna diadema.

Las sirvientas se sorprendieron, una de ellas intentó convencerla


de que la usara.

_ Su majestad, este es un evento formal, debe usar una tiara.

_ Ya se la etiqueta de los bailes reales, no necesito que me lo


recuerdes, pero no la usaré.

_ Entonces será como su majestad desee.


_ Una de las sirvientas se arrodilló para colocar los zapatos
plateados de Abril, ya estaba lista, todas la miraron con la boca
abierta y las alabanzas de lo hermosa que se veia no tardaron
en escucharse.

_ Su majestad está deslumbrante esta noche, es como si un ángel


hubiera descendido directamente del cielo.

Abril se asomó al espejo, al verse entendió por que las alabanzas


de las sirvientas, ella se veía hermosa, en ese momento su
belleza parecía ir mas allá de lo natural, ella intentó tocar su
reflejo en el espejo, le costaba creer que fuera ella quien se
reflejaba. Alguien tocó la puerta, una de las sirvientas fue a ver
quien llamaba era uno de los caballeros del rey que estaba ahí
para escoltar a Abril hasta el salón de baile, la sirvienta entró
nuevamente y dijo.

_ Ya es la hora su majestad.

Abril respiró profundamente y caminó hacia la puerta, al cruzar


el umbral los caballeros que estaban ahí se quedaron con la boca
abierta, cautivados por su belleza. Ella al ver que ninguno decía
nada les dijo.

_ ¿Nos vamos?

Rafael reaccionó y les dijo.

_ Por supuesto su majestad.

Abril empezó a andary les dijo.


_ Entonces andando, no hagamos esperar a Alessandro.

Alessandro podía escuchar el incesante murmullo de los nobles,


todos preguntándose por qué la princesa no había asistido ya
que según los rumores su relación con el rey era muy buena.
Otros solo daban por sentado que todo era una farsa y que la
princesa seguía siendo odiada por el rey, todos habían ido esa
noche para conocer la verdad, por eso no había faltado ni un
solo noble, solo Victoria a quien se le había negado la entrada
había faltado. Cassian se acercó a su hermano para aplacar su
ira antes de que este le quitara una de las espadas a los guardias
y empezará a cortar cabezas.

_ Cálmate Lessan.

_ Estoy calmado.

_ ¡En serio!, parece que vas a arrancarles la cabeza en cualquier


momento.

_ Pero aun no lo he hecho.

Alessandro suspiró pesadamente y le dijo.

_ Ya no estoy muy seguro de que este plan tuyo sea una buena
idea.

_ Si que lo es, tu solo espera y verás.!

_ Aún no te he visto bailar, ¿Acaso no piensas hacerlo ahora que


puedes?
_ Estoy esperando a mi pareja de baile, aunque si te soy sincero
no sé si vendrá, ultimamente ella parece estar evitandome.

_ ¿Le has hecho algo?

_ No recuerdo, bueno o quizás sí.

Cassian vio a Maya entrar al salón de baile, ella llevaba un


hermoso vestido rojo que combinaba con sus ojos, él se quedó
mirándola como un bobo, Alessandro le dió un pequeño empujón
y le dijo.

_ Tu pareja ya ha llegado, ve antes de que alguien te la quite.

Cassian se apresuró a ir donde estaba Maya, al estar frente a


ella le dijo.

_ Estás preciosa esta noche.

_ Lo sé, me he visto en el espejo antes de salir.

_ Creí que no vendrías.

_ ¿Por qué pensaste eso?

_ Últimamente tú y yo no pasamos mucho tiempo juntos, a veces


siento que me evitas.

_ No es solo que he estado algo ocupada.

Cassian estiró su mano y le dijo.


_ Me concedes el próximo baile.

_ Por supuesto.

Ambos se dirigieron a la pista de baile, llegaron justo a tiempo


para iniciar la siguiente canción, mientras bailaban Maya sintió la
intensa mirada de todas las jóvenes que ahí estaban.

_ Creo que tendré que cuidar mis espaldas después de este


baile.

_ ¿Por qué?

_ Todas las jóvenes aquí presentes parecen querer usar mi cabeza


como diana, por bailar contigo.

_ Por suerte eres muy hábil y sabes defenderte.

_ En eso tienes razón.

Cassian se quedó mirando fijamente a Maya y le dijo.

_ En verdad te ves preciosa esta noche, me alegra haber pedido


el primer baile, soy el primero en apreciar de cerca lo hermosa
que te ves.

_ Vaya, hoy me estas haciendo muchos cumplidos, quizás deba


vestirme de esta manera mas seguido.

_ No importa que uses, tu siempre luces hermosa.


Maya acercó su boca a su oído y le dijo.

_ Es verdad, pero creo que tu prefieres verme sin nada, ¿No?

Cassian se sonrojó, pero no pudo negar que, lo que Maya


acababa de decir era verdad. Ella sonrió y le dijo.

_ Tú reflejas todo en tu cara, deberías aprender a controlar tus


expresiones.

_ Creo que así estoy bien, no soy muy bueno con las palabras,
así no me cuesta tanto comunicarme contigo.

_ Tienes razón, eso hace más fácil saber lo que piensas o lo que
sientes.

Conforme Abril se iba acercando al salón de baile y la musica


del vals llegó hasta ella, sintió como si un montón de mariposa
revolotearan en su estómago; ese era su primer baile y los nervios
la estaban oprimiendo, o era el apretado corset que apenas y la
dejaba respirar, no estaba muy segura de eso. Al llegar a las
pesadas puertas de madera del salón de baile ella respiro
profundamente, uno de los caballeros preguntó.

_ Su majestad, ¿está lista?

_ Si, abre las puertas.

Mientras las puertas se abrían lentamente, Abril atisbó las


espirales de humo de las velas que decoraban el enorme salón
de baile y a todos los nobles vistiendo sus mejores galas, al
cruzar el umbral de la puerta su llegada fue anunciada y todos
dejaron los ojos se centraron en ella.

_ Su majestad la reina está entrando.

A Alessandro casi se le cae la copa que tenía en la mano cuando


vio a Abril en lo alto de la escalinata, esa noche ella se veía
como una diosa descendiendo las escaleras, todos se habían
vuelto a mirarla, él ajetreado salón de baile quedó en silencio
durante un instante. Todos contemplaban sin aliento a la
hermosa mujer que se recogía las faldas y daba un paso, luego
otro. El vestido brillaba y parecía estar hecho con las mismas
estrellas del firmamento. Incluso a Alessandro le costó un poco
reaccionar, él se abrió paso entre el gentío, ella se encontró con
su mirada y aunque estaban rodeados de personas, por un
momento solo fueron ellos dos en ese enorme salón de baile.

Abril llegó al pie de la escalera, Alessandro dió un paso hacia


adelante e hizo una reverencia ante ella, Abril se mantuvo firme
y con la cabeza en alto, con la dignidad de una diosa. Al ver
que el mismísimo rey hacía una reverencia ante ella, todos
hicieron lo mismo. Alessandro levantó su cabeza, extendió
su brazo hacia ella y le dijo.

_ Estás preciosa.

_ Y nerviosa.

_ No tienes por que estarlo, yo estoy a tu lado.


Ambos caminaron hasta el trono donde habían dos asientos,
Alessandro dejó que Abril se sentara primero'y con la atención
de todos los presentes Alessandro habló.

_ Se que esta noche este baile ha sido en honor a mi hermano,


sin embargo hoy quiero presentar formalmente ante todos a mi
amada esposa y reina, Abril de Veriatte.

Dos sacerdotes se acercaron al trono, uno con una corona y


otro con un cetro, Alessandro tomó la corona y la colocó sobre
la cabeza de Abril, después tomó el cetro, lo puso en sus manos
y declaro ante todos.

_ En esta noche delante de todos los aquí presentes y ante Dios,


corono a Abril de Veriatte como mi legítima reina, madre del
reino de Cosset.

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