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La Organización Del SXXI
La Organización Del SXXI
organización dinámica o
tridimensional
Necesitamos organizaciones inteligentes con la máxima capacidad
de adaptación al entorno. El modelo jerárquico y vertical vigente en
nuestras organizaciones no sirve para gestionar, la incertidumbre, el
cambio y la transformación digital que es la clave de nuestro éxito.
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20 Agosto 2020
GestiónAmbiente Laboral Cultura 5Zero Cultura organizacional Empresa
saludable ProactividadGlobal
Entre las propuestas con más impacto mediático que han popularizado la redarquía
debemos mencionar la organización dual de J. Kotter que en su libro “Accelerate” que
proponía el principio “una empresa: dos sistemas”. Su propuesta se basaba en un
sistema operativo dual que permitía acelerar el cambio. En la organización dual estaba
por una parte la organización tradicional y por la otra parte estaba la redarquía que
debía gestionar el cambio y la innovación. Pero más allá de los principios básicos, no
definía roles ni procedimientos.
Entre las propuestas que con más claridad han trabajado en cómo se organizan los
equipos redárquicos encontraríamos las propuestas “Agile”. Las metodologías tipo
Lean o Scrum sí que introducen numerosas propuestas de cómo deben funcionar los
equipos autogestionados y tienen unos procedimientos (sprints, dayly report,
revisiones, etc.) y roles (scrum master, owner client, etc.) que permiten hacer funcionar
con orden la redarquía.
Este tipo de estructuras tiene principios o factores comunes: objetivos a corto plazo,
focalización en el cliente, la experimentación cómo método de avance, simplicidad en
funcionamiento, involucración de empleados, etc. Pero cada organización adopta
diferentes metodologías y roles en función de su situación organizativa. De forma que
en una misma empresa podrían convivir equipos inspirados en Lean, otros en Design
Thinking. otros en Scrum y otros equipos de proyecto más tradicionales dando forma
a la redarquía.
El gran problema de las organizaciones redárquicas y ágiles es qué para hacer frente a
la innovación, especialmente la digital, hay un déficit de nuevas habilidades. El freno
de la digitalización es el talento. El reto a resolver por nuestras organizaciones es el
reskilling que exige pensar en nuestros empleados cómo un mercado de talento para
hacer frente a las necesidades presentes y futuras de innovación.
Para hacer frente a esta necesidad se debe articular una nueva organización
redárquica que se debe basar más en habilidades a desarrollar, en grupos de
profesionales con determinadas características, que en cualquier otro criterio
funcional.
Las unidades de RRHH, L&D, deben dejar de intentar “instruir y controlar” el
aprendizaje mediante “cursos”. Su trabajo tendrá que ser más sobre facilitar, construir
y habilitar redes para apoyar esta nueva estructura de aprendizaje organizacional, si es
posible basándola en la experiencia del flujo del trabajo.
Los directivos deben tener una comprensión detallada de las habilidades actuales y
futuras y las personas disponibles. Y deben organizar estas comunidades o redes
junto los expertos de L&D en función de los retos de negocio y de las brechas o retos a
superar. Y los líderes de las nuevas comunidades de expertise o de práctica
efectivamente no tienen por qué coincidir con los líderes / managers de la
organización tradicional. Serán nuevos roles que deben tener un entrenamiento y
reconocimiento especial.
La organización que mejor se adapta al nuevo entorno y hacer frente al futuro tienen
que ser tridimensesional con dos tipos de redes redárquicas estrechamente
relacionadas: la que innova y la que aprende.