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DE LA GRAVEDAD DE LAS
SITUACIONES DE DESPROTECCION INFANTIL
GUIA DE ESTUDIO UNIDAD 1
¿PORQUE UN INSTRUMENTO DE VALORACION?
En esta primera unidad analizaremos la importancia de contar con un instrumento
especifico que valore la gravedad de las situaciones de desprotección infantil, que factores
determinan nuestras toma de decisiones y que consecuencias tiene para los menores
nuestros errores en dicha valoración. Mencionaremos brevemente algunos instrumentos
que han servido como precursores del instrumento VALÓRAME y estableceremos las
diferencias con el Sistema de Información de Maltrato Infantil (SIMIA). Finalmente os
invitaremos a reflexionar sobre la importancia de contar con un instrumento como este en
nuestra Comunidad.
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Justificación de la necesidad del instrumento.
Como sabemos el trabajo en los Servicios de Protección Infantil (incluidos tanto los
Servicios Municipales como los propios Servicios de Protección de Menores) implica la
adopción de muchas decisiones y de forma permanente, desde que se recibe la primera
información del menor y su familia hasta que consideramos que la intervención ha
finalizado. La dificultad está en adoptar la decisión correcta en cada momento, ya que
como veremos más adelante en nuestro caso los errores tienen importantes
consecuencias en las vidas de las personas.
A pesar de esto, sabemos por la investigación desarrollada en otros países y en el nuestro
a través de los estudios de Arruabarrena y Molina que la toma de decisiones en protección
infantil se ve afectada por dos grandes problemas: la existencia de errores y la falta de
consistencia. Las investigaciones sobre los errores se han centrado en analizar lo sucedido
en casos reales que terminaron de forma dramática (niños fallecidos o con lesiones muy
graves). Las investigaciones sobre la consistencia en la toma de decisiones han utilizado la
metodología de viñetas, en las cuales los profesionales deben realizar su valoración sobre
una pequeña descripción de casos hipotéticos.
El primer grupo de investigaciones ha señalado que los errores más habituales en la toma
de decisiones en protección infantil tienen que ver con:
La resistencia a tomar decisiones difíciles
Considerar únicamente un pequeño rango de opciones sin valorar todas las
alternativas posibles (visión tubular).
Incapacidad para revisar juicios y planes una vez formada una opinión.
El razonamiento post‐hoc. Primero se decide y después se justifica.
El razonamiento intuitivo usado en exceso. Un razonamiento humano habitual
a través de atajos que nos permite ahorrar tiempo y esfuerzo pero que también
limita todas las posibles alternativas.
La acomodación al fracaso o el incremento en la tolerancia hacia determinadas
conductas parentales.
La visión a corto plazo.
El error atributivo, explicar la conducta en función de rasgos o características
internas de las personas. O la aplicación de estereotipos.
La excesiva confianza en informaciones indirectas.
El segundo grupo de investigaciones entre las que se encuentran las
desarrolladas por Arruabarrena y Molina, se han centrado en valorar la
consistencia en la toma de decisiones y las variables que influyen en las mismas,
concluyendo ambas la escasa consistencia entre los profesionales a la hora de
valorar las situaciones de desprotección y adoptar una decisión coherente con
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dicha valoración. Esta falta de consistencia se presenta normalmente ante todos
los tipos de maltrato, siendo menos acusadas en los casos de maltrato físico o
abusos sexuales muy graves, donde los profesionales suelen coincidir en mayor
medida. Sin embargo cuando se enfrentan a los casos más frecuentes según los
estudios epidemiológicos, negligencias o maltrato emocional, el nivel de acuerdo
desciende a niveles preocupantemente bajos.
Para seguir profundizando en este asunto os recomendamos el siguiente material:
• Articulo: Valoración de la gravedad de las situaciones de desprotección infantil
por los profesionales de los Servicios de Protección Infantil
• Video número 1, 3 y 4 de María Ignacia.
Factores que determinan la toma de decisiones
Numerosas investigaciones han estudiado la influencia de determinadas variables
en las toma de decisiones profesionales en protección infantil. Muchas de estas
variables tienen que ver con el propio sujeto que toma la decisión en cuanto que
individuo sometido a los habituales errores cognitivos en la toma de decisiones en
cualquier ámbito, como hemos señalado anteriormente (si estáis interesado en
estos temas os recomiendo un magnífico libro del psicólogo y economista, Paul
Khaneman titulado Pensar Rápido, Pensar Despacio). Otras tienen que ver con
el sujeto que toma la decisión en tanto que profesional de determinada disciplina
(psicólogo, trabajador social, licenciado en derecho) y situado en el contexto de un
equipo de trabajo concreto (Servicios Sociales Comunitarios, Servicios de Menores,
Juzgados) o incluso con las propias características de la organización donde se sitúa
el profesional y el momento temporal de la misma (si esta es más proclive a
medidas de preservación o de separación familiar). Y en último lugar con variables
relacionadas con las propias características del niño o del caso que se le presenta
(edad, raza, sexo, situación socio‐familiar, etc.)
Para seguir profundizando en este asunto os recomendamos el siguiente material:
• “Toma de decisiones profesionales en el Sistema de Protección a la
Infancia” páginas 31 a 35.
• Video número 2 de María Ignacia.
Consecuencia de los errores
1. Las investigaciones científicas de las últimas décadas han mostrado de una manera
irrefutable la importancia que tiene para el desarrollo sano, físico y mental de los
niños y niñas el hecho de que sean criados y educados en un ambiente de
aceptación, afectividad y estimulación. La nueva ciencia del cerebro ha
transformado en pocos años las concepciones sobre el origen de la mente infantil,
la organización y el funcionamiento del cerebro, así como su desarrollo. Lo que es
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más relevante es que esas investigaciones han demostrado que los cuidados, la
estimulación y los buenos tratos que los adultos proporcionan a los niños y niñas
desempeñan un papel fundamental en la organización, la maduración, el
funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Lamentablemente el mundo
adulto no ha sido capaz de construir una sociedad que garantice que todos los
niños y niñas reciben los cuidados y los buenos tratos a los que tienen derecho
para vivir y desarrollarse sanamente. La existencia de niños y niñas maltratados
por sus familias es, sin duda, una manifestación de esta incapacidad. Recientes
investigaciones han puesto de manifiesto el impacto dañino de los malos tratos,
no solo en las diferentes estructuras cerebrales, sino en el funcionamiento de la
mente infantil. Los malos tratos infantiles, especialmente la negligencia y el
abandono afectivo, privan a los niños de las atenciones y estímulos que necesitan
para que sus cerebros se desarrollen. Además, el estrés resultante de estas mismas
carencias, y, sobre todo cuando estas van asociadas con maltrato físico, psicológico
o abuso sexual, agrava el daño y el deterioro cerebral. Todo esto puede explicar
una gran parte de los trastornos y dificultades que presentan los niños y niñas
que han sido maltratados durante largos períodos de tiempo. Es por todo esto que
resulta imprescindible valorar cuanto antes las situaciones de riesgo y
desprotección familiar a las que los niños y niñas pueden verse expuestos con el fin
de tomar las mejores decisiones que puedan ofrecer a estos menores los cuidados
y atenciones que necesitan protegiéndoles de los malos tratos y prevenir daños
irreversibles en su organización cerebral y desarrollo mental. Creemos que el
instrumento VALÓRAME puede constituir una importante herramienta para
evaluar la gravedad de este tipo de situaciones y contribuir a acabar cuanto antes
con la exposición prolongada a las mismas.
Texto Extraído de:
“Los desafíos invisibles de ser madre o padre”
de Jorge Barudy y Maryorie Dantangnan
(Gedisa, Barcelona, 2010).
Ahora os invitamos a visionar el siguiente vídeo que, editado por el prestigioso
Center on the Developing Child de la Harvard University, explica de manera breve y
eficaz el impacto de la adversidad temprana en el desarrollo de los niños,
resumiendo claramente lo que se ha expuesto en este texto
Importancia de Valorar la Gravedad
Un importante grupo de estudios (como los citados anteriormente) encuentran
que una de las variables más influyentes a la hora de decidir la medida a adoptar
sobre un menor, señalada incluso por los propios profesionales como la variable
que más tienen en cuenta, tiene que ver con la gravedad de la situación de
maltrato. Sin embargo la falta de coincidencia entre los profesionales a la hora
de valorar la gravedad de estas situaciones resulta significativa. Es decir lo que
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para unos profesionales son situaciones muy graves y por tanto requerirán la
retirada del menor de su entorno familiar, para otros tan solo se trata de
situaciones moderadas que se resolvería con una intervención en el medio o
incluso para otros son situaciones leves que solo requieren de un seguimiento
desde los servicios sociales.
Para seguir profundizando en este asunto os recomendamos el siguiente material:
• “Toma de decisiones profesionales en el Sistema de Protección a la Infancia”
conclusiones
• Video número 5 de María Ignacia.
Precursores VALÓRAME
Como hemos apuntado en otras ocasiones la mayoría de los estudios relacionados con la
toma de decisiones profesionales en protección infantil se han llevado a cabo en países
anglosajones, (Reino Unido, Canadá o Estados Unidos). También a partir de dichas
investigaciones se han ido generando instrumentos que incrementan la fiabilidad o
acuerdo entre los profesionales a la hora de decidir si una situación es de gravedad
elevada o no y que intervención se llevará a cabo con el mismo.
Lo más determinante de estos estudios es que con la utilización de instrumentos
estandarizados se consigue incrementar de forma significativa el acuerdo entre los
profesionales a la hora de valorar un caso, sobre todo en aquellas situaciones donde
anteriormente el grado de acuerdo era inexistente o casi azaroso. Si bien estas diferencias
no logran eliminarse totalmente, se pueden conseguir niveles de acuerdo superiores al
80%, muy similares o incluso superiores a los de muchos diagnósticos médicos.
Los instrumentos más utilizados para este fin son instrumentos que cumplimentan los
profesionales con información recogida a través de observación directa o múltiples
fuentes. Estos instrumentos describen las diferentes situaciones o conductas que pueden
incluirse en cada tipología de desprotección, de manera que sirva para calificar la
información obtenida sobre el caso. Existen instrumentos específicos elaborados por y
para investigadores y otros para su utilización directa por los Servicios de Protección
Infantil. Entre estos últimos, que son los que nos interesan, destacamos las Escalas de
Bienestar Infantil‐CWBS (Magura y Moss, 1986) o el Elegibility Spectrum (Ontario
Association of Children´s Aid Societies, 2006). El primero es un instrumento ya conocido y
utilizado sobre todo por los profesionales de los Servicios Sociales Comunitarios, mientras
que el segundo, menos conocido, fue elaborado expresamente para su uso en Servicios de
Protección de Menores de Canadá.
En España por parte de la profesora M.I. Arruabarrena, se llevó a cabo un importante
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revisión de los criterios de evaluación de la gravedad de la desprotección proponiéndose
el primer instrumento en castellano para valorar este tipo de situaciones. Dicho
instrumento denominado BALORA, se ha incorporado como instrumento de uso
obligatorio por parte de los Servicios de Protección Infantil del País Vasco para la toma de
decisiones. Así mismo otras Comunidades Autónomas han realizado adaptaciones del
mismo instrumento.
Para seguir profundizando en este asunto os recomendamos el siguiente material:
• Articulo Valoración de la Gravedad del Maltrato Infantil
• Elegibility Spectrum
• Instrumento BALORA
SIMIA/VALORAME
Hace 10 años que se implantó en Andalucía el Sistema de Información sobre Maltrato
Infantil (SIMIA), mediante el Decreto 3/2004. La finalidad principal de dicho sistema como
se recoge de forma expresa en el art. 4 del citado Decreto no es otro que tener un
adecuado conocimiento epidemiológico de los casos de malos tratos, su seguimiento y la
coordinación de actuaciones entre las Administraciones Públicas competentes en esta
materia.
Se trata pues de un sistema ideado para la notificación y seguimiento epidemiológico de
los casos de maltrato infantil detectados en Andalucía. Dicha notificación como reconoce
el propio instrumento, no implica un diagnostico de la situación, el cual debe ser realizado
por profesionales con competencia para ello. Este Sistema parte de una conceptualización
del maltrato infantil realizada por De Paúl en 1988 y de una de las clasificaciones por
tipología habituales en dicha época.
Los usuarios finales del mismo son los titulares de los Servicios Públicos (sanitarios,
educativos, sociales, judiciales, policiales) o profesionales que detecten un posible caso de
maltrato infantil en el ejercicio de sus funciones. Es decir se trata de un instrumento que
facilita a dichos profesionales el cumplimiento de su obligación legal de notificar las
situaciones de maltrato que tengan conocimiento. Es un instrumento que no exige una
especial formación y que se encuentra accesible y disponible para cualquier profesional de
los servicios señalados.
En cambio VALÓRAME es un instrumento especifico para valorar la gravedad de las
situaciones de desprotección y por tanto dirigido de forma concreta a los profesionales
con competencia especifica para ello (Servicios de Protección de Menores, Equipos de
Tratamiento Familiar y Equipos de Infancia y Familia). En esta ocasión si nos encontramos
con un instrumento diagnostico a diferencia del SIMIA.
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Si bien en la adaptación del VALORAME se han tenido en cuenta las tipología
contempladas por SIMIA, pueden seguir manteniéndose algunas diferencias entre ambos
que no afectan a la funcionalidad de cada uno de ellos. En cualquier caso actualmente el
SIMIA se encuentra en proceso de revisión por parte del órgano directivo competente.
Equivalencias SIMIA‐VALORAME:
SIMIA VALORAME
A. Maltrato Físico
Maltrato Físico A.1. Privación deliberada de comida y agua
A.2. Confinamiento o restricción física
B. Maltrato psicológico/emocional
B.1. Maltrato emocional
Maltrato psicológico/emocional B.2. Instrumentalización en conflictos
B.3. Exposición a situaciones de violencia
B.4. Amenazas de agresión física
C. Negligencia
C.1. Negligencia hacia necesidades físicas
Negligencia/abandono físico/cognitivo C.2. Negligencia hacia necesidades de seguridad
Abandono psicológico/emocional C.3. Negligencia hacia necesidades formativa
C.4. Negligencia hacia necesidades psíquicas
D. Abandono
Abuso Sexual E. Abuso sexual
F. Incapacidad parental del control de conducta
G. Otras tipologías
Corrupción G.1. Síndrome de Munchaussen por poderes
Explotación Laboral G.2. Maltrato Prenatal
Maltrato Prenatal G.3. Corrupción
Síndrome de Munchaussen G.4. Mendicidad
G.5. Explotación Laboral
El retraso no orgánico se considera una
consecuencia derivada de algunas de las
Retraso no orgánico en el crecimiento
categorías anteriores.
Maltrato institucional
El Maltrato institucional no es objeto de este
instrumento.
SIMIA
RESUMEN DE LA UNIDAD 1
Si quieres repasar las ideas fundamentales de esta Unidad puedes visionar la presentación
del instrumento realizada en la Escuela de Salud Pública en Granada.
Si no puedes pasar directamente al Cuestionario de la Unidad 1.
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