Periodista Más allá de si se está de acuerdo o no con la exposición de Guido Bellido en el Congreso de la República, su intervención en quechua deja muchas lecciones y cambios que debemos implementar. Lo primero que hay que decir es que el quechua, según nuestra Constitución, es uno de nuestros idiomas oficiales. Por tanto, cualquier congresista o político tiene todo el derecho de hablar en quechua y no considerarse como una falta de respeto. La falta de respeto en todo caso es contra los miles de quechua hablantes que viven en nuestro país. Lo que sí se advierte es la falta de planificación y previsión para garantizar una traducción simultánea al quechua en este tipo de presentaciones oficiales en los organismos públicos. Con más razón si se trata de una institución cuyos integrantes representan a las diferentes regiones del país. Lo que importa es integrar a todos, no generar más divisiones. Lo que sí debió haberse incluido en la propuesta general del gobierno presentada al Congreso es el impulso permanente de una política lingüística intercultural.