Resulta inconcebible la reciente negación por parte de prefectura regional de La Libertad a las garantías solicitadas por el fotoperiodista Iván Orbegoso, quien recibió amenazas en redes por la foto que hizo a un policía disparando en el paro agrario. Una de las funciones del fotoperiodismo es registrar visualmente hechos de interés público que afectan a una población. En ese sentido, quienes se dedican a esta profesión tienen el legítimo derecho de documentar a través de la fotografía todos los hechos ocurridos en un evento de tal magnitud. No es posible que algunas instituciones que deben velar por salvaguardar la integridad física de los ciudadanos no cumplan su papel. Por su parte, la policía no debió de usar armas de fuego pues debe regirse a las disposiciones más elementales de los derechos humanos y que rigen a nivel internacional. Durante las marchas en Lima realizadas en noviembre y que trajo la renuncia de Manuel Merino, varios fotoperiodistas y reporteros resultaron heridos por la represión policial. Las fotos registradas por un fotoperiodista también son elementos probatorios ante una investigación de carácter penal que lleve a dar con los responsables. Si en este caso se han atropellado derechos y no se quiere brindar garantías, se deben sancionar a quien corresponda. Las entidades públicas deben garantizar que los periodistas, reporteros y fotoperiodistas puedan realizar su trabajo cuando se trata de la cobertura de un hecho noticioso que afecta al país, región o una localidad.