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el pajarito peresoso

Había una vez, un pajarito muy, muy perezoso que se despertaba muy tarde y no llegaba a tiempo a
ninguna tarea. Los demás pajaritos siempre le decían: '¡Eres un perezoso! No se puede dejar todo
para hacer siempre a última hora.' Y, nuestro pajarito perezoso siempre les contestaba lo mismo:
'Si no pasa nada, solo tardo un poquito más en hacer las cosas que los demás'.

Los días pasaban y llegó el otoño y los otros pájaros empezaron a prepararse para irse a un lugar
más cálido. Sin embargo, nuestro pajarito seguía relajado y sin preparase para el viaje.

Un día, cuando se levantó por la mañana, vio que ya no quedaba ningún pajarito en el árbol en el
que vivían. Muy triste, el pajarito empezó a llorar, pues no sabía qué iba a hacer estando solo.Al día
siguiente, el pajarito se levantó muy temprano y empezó a buscar una rama protegida para poder
construir un nido calentito en el que poder pasar el frío invierno que se avecinaba. Una vez tuvo su
nido hecho, el pajarito empezó a almacenar agua, bayas y frutas para poder alimentarse. Para ello,
el pajarito tuvo que trabajar mucho y muy duro, ya que debía tenerlo todo preparado antes de que
llegaran las fuertes nevadas. Sin embargo, una vez finalizado, se sintió de lo más contento: vio que
el esfuerzo siempre merece la pena.

Una vez finalizado el invierno, al llegar la primavera, todos sus amigos volvieron a casa para pasar
la primavera y el verano. Cuando vieron que el pajarito estaba vivo y sano, se alegraron mucho, a
la vez que le alabaron por todo el trabajo que había llevado a cabo él solito.A partir de este
momento, el pajarito se convirtió en el más trabajador de toda la colonia: había dejado de ser
perezoso y jamás tuvo que volver a pasar un invierno solo. Había aprendido una gran lección.

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