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adquiridos deliberadamente: como por ejemplo una cita del trabajo, una reunión de
amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo por entregar, una cita médica, asistir
puntualmente a clases, etc.
El hábito son las pautas estables de comportamiento que ayudan a las personas a
orientarse y a formarse mejor, permitiéndoles organizarse tanto a nivel personal como
colectivo. Los hábitos son conductas que repetimos muchas veces hasta que forman
parte de nuestras actividades diarias; por lo que Uno de los hábitos más importantes para
formar es la puntualidad, el estar a tiempo a diferentes compromisos o el simple hecho de
estar apegado a un horario nos ayudara mucho en la vida.
Los valores aluden a todos aquellos principios que les permiten a los seres humanos,
mediante su comportamiento, realizarse como mejores personas; es decir son esas
cualidades y creencias que vienen anexadas a las características de cada individuo y que
ayudan al mismo a comportarse de una forma determinada; por lo que la puntualidad es
necesaria para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir
este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar
mejor nuestro trabajo, y se nos hace ser merecedores de confianza.
El hecho de ser puntual no es algo que solo afecta a un área de la vida, al contrario, nos
ayudará a ser una mejor persona y a tener reconocimiento por parte del resto de personas
que se encuentren a tu alrededor. El hecho de ser alguien comprometido, organizado y
responsable nos asegurarán éxito en diferentes etapas de nuestras vidas. Por ello, es
necesario reconocer cuáles son las virtudes y valores que nos caracterizan y, de esa
forma, será más sencillo cambiar algunos malos hábitos que todos tenemos.
La puntualidad es una cualidad reconocida en el mundo y, por tanto, debe ser practicada
todo el tiempo.
La puntualidad responde a la responsabilidad de coordinarse cronológicamente para
cumplir con una tarea. En ese aspecto, habrá que saber organizarse y conseguir planificar
con antelación las actividades que vamos a desarrollar en el siguiente día.
Está actitud implica un compromiso para con nosotros y los otros. A nadie le gusta
retrasarse y trabajar este aspecto durante el día a día es crucial para evitar malos ratos o
situaciones que puedan afectar a nuestro alrededor o ser percibido como alguien poco
serio
Una persona puntual, en cambio, cuenta con disciplina, interés y educación: tres términos
muy valorados hoy en día; algunas acciones que nos pueden ayudarán a reforzar este
gran hábito son:
Calcular: tomar todas las previsiones posibles y proyecta el tiempo que te demora
estar listo. Mientras cronometramos la mente, y nos enfocamos en lo que vamos a
hacer, en el momento y sin distracciones.
Exagera: tener listos los objetos personales la noche anterior, uniformes, y demás
accesorios necesarios para desarrollar nuestras actividades diarias no dejar nada
a última hora. Preveer circunstancias poco favorecedora y tener listo un segundo
plan si asi se requiere.
Prioriza: ordena las actividades por prioridad. No vale la pena esforzarse por ser
puntual si, finalmente, el diseño de la ruta de trabajo es insostenible. Siempre se
debe ir de lo complejo a lo sencillo.
Mejor organización del trabajo. Esta parte es fundamental, ya que el hecho de llegar a
tiempo hace que podamos organizarnos mejor y prepararnos para un día sin
contratiempos. Muchas personas deciden llegar con tiempo, para iniciar el día con un sin
afán, ordenar y verificar de manera general las actividades del día y evitar los tropiezos
que el día a día puede generarnos. La puntualidad hace que nos organicemos y que nos
desempeñemos de una mejor manera en todo lugar.
Esto debido a que de manera específica se determina que es alguien que respeta el
tiempo de los demás y que está interesado e involucrado lo suficientemente, como para
organizar su día y llegar con tiempo suficiente para desarrollar sus actividades.
Disminuye el estrés y la fatiga. Evitar correr y dejar las cosas a última hora son solo
alguno de los aspectos que ocurren a causa de la impuntualidad y el desinterés. Es por
ello que el hecho de ser alguien puntual, ayuda a evitar la fatiga y el estrés que puede
causar la acumulación de actividades del día a día.
Por eso es mejor evitar esos momentos y organizarnos, para mantener un control de las
cosas que suceden y que podamos desarrollar nuestras actividades de manera tranquila y
ordenada, además, esto es importante, porque también beneficia el tiempo del resto del
personal.
La puntualidad es una cualidad que puede volverse un hábito si así es que se quiere. Es
de mucha ayuda ser conscientes y saber cambiar las cosas que evitan que podamos ser
más responsables o comprometidos en el las áreas que se requiera.
En cambio, si somos puntuales, debemos seguir así, pues es algo muy reconocido, que
nos ayudará a ser más competitivos, reconocidos y mejor valorados en el todo ámbito
académico, deportivo, profesional y laboral.
“La Universidad de San Diego State revela en una investigación y dice que la mala
educación no es la única razón para llegar tarde. La falta de puntualidad responde a algo
más que una mera cuestión de mala educación.
Al menos, así lo determina un estudio de la Universidad de San Diego State que intenta
probar por qué hay gente que es incapaz de llegar a tiempo a los sitios, aunque se
esfuerce.”
Según la investigación llevada a cabo por el Doctor Jeff Conte, existen dos clases de
personas: las de clase A y las de clase B. Las primeras disponen de la capacidad para
percibir el tiempo de una manera más precisa, mientras que las segundas perciben el
tiempo de forma más lenta.
Esta conclusión fue alcanzada tras realizar un experimento que consistía en evaluar a
personas sobre su percepción del tiempo. Los sujetos debían determinar el tiempo
transcurrido hasta llegar a un minuto. Previamente, se había separado a los individuos
según su respuesta a la pregunta sobre si se consideraban puntuales o no.
El resultado fue evidente. Los que decían ser puntuales tenían una percepción del tiempo
casi exacta, ya que habían calculado un minuto de tiempo a los 58 segundos.
En cambio, el otro grupo pensó que se había cumplido el minuto a los 77 segundos
aproximadamente.
Sin embargo, también cabe destacar que la percepción temporal de las personas se
resuelve con un simple reloj, por lo que las excusas para las personas impuntuales no
serán del todo justificadas.
Por otro lado, las culturas también otorgan diferentes variables al concepto de
puntualidad. Por ejemplo, mientras que en España llegar cinco minutos tarde se
contempla como cierta puntualidad, en otros países como Alemania esos cinco minutos
suponen un retraso considerable.
Optimismo y relajación. Lo que en la mayoría de los casos suele ser una garantía de
buena salud, en términos de gestión del tiempo está asociado con la impuntualidad.
Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, las personas impuntuales
tienden estar más relajadas que aquellos que se organizan para llegar en hora. Es decir,
los efectos de la procrastinación y la mala gestión del tiempo influyen menos en el estado
de ánimo de los optimistas.
En esta línea, expertos consultados por la BBC apuntan a que las personas optimistas y
con bajos niveles de autocontrol tienden también a ser más impuntuales que quienes
llegan a tiempo.
La puntualidad según las culturas: El ilustrador Mr. Gamez ha investigado sobre el tema y
ha recopilado la información en unas divertidas infografías:
Corea del Sur
La puntualidad es importante para los surcoreanos. De hecho, llegar tarde es una falta de
respeto, según señala Mr. Gamez.
Malasia
Llegar tarde está tan aceptado que no tienes ni que disculparte. Si dices alguien dice que
se retrasa cinco minutos, seguramente sea una hora. El paraíso para los tardones y el
infierno para los puntuales.
China
Japón
Alemania
Pero si hay alguien que gane en puntualidad son los alemanes. No es solo que lleguen
puntuales, es que lo normal es llegar incluso diez minutos antes de la hora pactada.
México
¿Llegar 30 minutos tarde a una reunión? No supone un problema para los mexicanos.
Brasil
Arabia Saudí
Rusia
No nos volvemos puntuales de la noche a la mañana, por lo que para querer corregir este
error se necesita voluntad, disciplina, determinación, compromiso y responsabilidad como
en todos los propósitos en la vida.
Seguido de esto, se tendrá que encontrar la causa que provoca nuestra impuntualidad
(mencionadas anteriormente: interés, importancia, orden, egocentrismo, pereza, olvido,
falta de concentración, etc.).
En este sentido podremos encontrará muchas respuestas y también las soluciones para
desterrar este mal hábito de la impuntualidad.
Establecer un orden y delimitar prioridades es básico. Asimismo, concentrarse en la
actividad que estamos realizando, procurando mantener nuestra atención para no divagar
y aprovechar mejor el tiempo. Para corregir esto, tenemos que acudir a algunas ayudas,
como son las alarmas, programarnos en una agenda, celular, pedirle a un familiar o
compañero que nos recuerde la hora (sólo algunas veces para no ser molesto y
dependiente).
Por último, habrá que hacer algunos ajustes en nuestro nuevo estilo de vida enmarcado
en la puntualidad. Quizá levantarse un poco más temprano, adelantar el reloj unos
minutos, establecer un horario, y prioridades entre otros.
Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás y a nosotros mismos
la vida más agradable, mejora nuestro orden y nos convierte en oficiales y personas
dignas de confianza.