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Tema 5

Economía Política
Origen y producción de la riqueza II
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE Unidad de Educación a Distancia

Índice Pág.

5.1. Maquinaria y Gran Industria 3


5.1.1. Efectos de la gran industria
sobre el trabajo. 3
5.1.2. Desplazamiento de la fuerza
laboral por la maquina 3
5.1.3. Revolución industrial, gran
Industria y agricultura. 4
5.2. La acumulación capitalista, tasa
De plusvalía, salario, reproducción
Simple y ley general de acumulación
Capitalista. 5

5.2.1. Magnitud de la plusvalía. 5


Y el valor de la fuerza de trabajo. 6
5.2.2. Calculo de la tasa de plusvalía. 6
5.2.3. El salario. 7
5.2.4. Reproducción simple, conversión
de la plusvalía en capital. 7
5.2.5. Ley general de acumulación
Capitalista. 8

Recursos complementarios 8
Bibliografía 9

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5.1. Maquinaria y gran industria

5.1.1. Efectos de la gran industria sobre el trabajo

En sus Principios de Economía política, dice John Stuart Mill: "Cabría


preguntarse si todos los inventos mecánicos aplicados hasta el presente han
facilitado en algo los esfuerzos cotidianos de algún hombre". Pero la maquinaria
empleada por el capitalismo no persigue, tal objetivo. Su finalidad, como la de
todo otro desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, es simplemente nivelar
las mercancías y acortar la parte de la jornada en que el obrero necesita trabajar
y de ese modo, alargar la parte de la jornada que entrega gratis al capitalista. Es
sencillamente un medio para la producción de plusvalía. En la manufactura, la
revolución operada en el régimen de producción, tiene como punto de partida la
fuerza de trabajo en la gran industria, -instrumento de trabajo-. Hemos de
estudiar, por tanto, qué es lo que convierte al instrumento de trabajo, de
herramienta a máquina y en qué se distingue ésta del instrumento que maneja
el artesano. Se trata de encontrar los grandes rasgos, las características
generales, ya que en la historia de la sociedad ocurre como en la historia de la
tierra, donde las épocas no se hallan separadas las unas de las otras por
fronteras.

5.1.2. Desplazamiento de la fuerza laboral por la máquina

La maquinaria de la que arranca la revolución industrial sustituye al obrero que


maneja una sola herramienta por un mecanismo que opera con su fuerza motriz,
cualquiera que sea la forma de ésta. En esto consiste la máquina, con la que nos
encontramos aquí como elemento simple de la producción maquinizada. Al
ampliarse el volumen de la máquina de trabajo y multiplicarse el número de
herramientas con que opera simultáneamente, se hace necesario un mecanismo
motor más potente, y a su vez, este mecanismo, para poder vencer y dominar
su propia resistencia, exige una fuerza motriz más potente que la humana; aparte
de que el hombre es un instrumento muy imperfecto de producción, cuando se
trata de conseguir movimientos uniformes y continuos. Cuando el hombre sólo
interviene como simple fuerza motriz, es decir, cuando su antigua herramienta
ha dejado el puesto a una máquina instrumental, nada se opone a que sea
sustituido también como fuerza motriz por las fuerzas naturales.

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De todas las grandes fuerzas motrices que nos trasfiere el período


manufacturero, la más imperfecta de todas es el caballo, por varias razones:
porque los caballos no son siempre fueron disciplinados, por el radio limitado de
aplicación de estos animales en las fábricas. A pesar de todo esto, el caballo fue
la fuerza motriz más extendida durante los años de infancia de la gran industria,
aparte de las quejas de los agrónomos de aquella época, el hecho de que la
fuerza mecánica se siga valorando hasta hoy en caballos. El viento era
demasiado inconstante e incontrolable, en Inglaterra, cuna de la gran industria,
el empleo de la fuerza hidráulica predominaba ya durante el período
manufacturero. Ya en el siglo XVII se había intentado accionar con una sola
rueda hidráulica dos torniquetes y dos molinos. Pero resultó que el enorme
volumen del mecanismo de trasmisión excedía de la fuerza del agua, y ésta fue
una de las causas que movieron a los mecánicos a investigar más a fondo las
leyes de la fricción. Por otro lado, las alternativas de la fuerza hidráulica en los
molinos que se movían por impulso mediante palancas, dirigió la atención hacia
la teoría y la práctica del grado de impulsión, que luego había de tener una
importancia tan enorme en la gran industria. De este modo, fueron
desarrollándose durante el período manufacturero los primeros elementos
científicos y técnicos de la gran industria.

5.1.3. Revolución industrial, gran industria y agricultura.

Después de convertirse las herramientas de instrumentos del organismo humano


en instrumentos de un aparato mecánico –la máquina -herramienta–, la máquina
totalmente emancipada de las trabas con que tropieza la fuerza humana. Con
esto, la máquina–herramienta que hemos venido estudiando hasta aquí y que
era una máquina aislada, se reduce a un simple elemento de la producción a
base de maquinaria. Ahora, una sola máquina motriz puede accionar muchas
máquinas de trabajo al mismo tiempo. Y al multiplicarse las máquinas de trabajo
accionadas simultáneamente, crece la máquina motriz y se desarrolla el
mecanismo de trasmisión, convirtiéndose en un aparato voluminoso. Al llegar
aquí, hay que distinguir dos cosas: la cooperación de muchas máquinas
semejantes y el sistema de maquinaria.

Aplicadas a la agricultura, es indudable que la cooperación y la combinación de


los instrumentos de trabajo en manos de pocas personas provocan grandes,
súbitas y violentas conmociones del régimen de producción, y por tanto de las
condiciones de vida y posibilidades de trabajo de la población campesina,
conmociones que, en muchos países, se producen ya bastante antes del periodo

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de la gran industria. Pero, en sus comienzos, esta lucha se libra más bien entre
los grandes y pequeños terratenientes que entre el capital y el trabajo asalariado;
por otra parte, allí donde los obreros se ven desplazados por los instrumentos de
trabajo, ovejas, caballos, etc.

5.2. La acumulación capitalista, tasa de plusvalía,


salario, reproducción simple y ley general de
acumulación capitalista.

El valor de la fuerza de trabajo se determina por el valor de los medios de vida


necesarios, para el sustento del obrero. Aunque su forma puede variar, el tamaño
de estos medios de vida debe considerarse dentro de una época y de una
sociedad determinada, como un factor dado, y por tanto como un tamaño
constante. Lo que cambia es el valor del tamaño. En la determinación del valor
de la fuerza de trabajo que entra, además, otros dos factores. Uno es su costo
de desarrollo, que varía con el régimen de producción, su diferencia de
naturaleza, según que se trate de trabajo masculino o femenino. El consumo de
estas diversas fuerzas de trabajo, condicionado a su vez por el régimen de
producción, determina grandes diferencias en el costo de reproducción de la
familia obrera y en el valor del obrero. Aquí, damos por supuesto: que las
mercancías se venden por su valor, y que el precio de la fuerza de trabajo,
aunque a veces exceda de su valor, no es nunca inferior a él.

5.2.1. Magnitud de la plusvalía y el valor de la fuerza de trabajo.

El valor de la fuerza de trabajo no puede disminuir, ni por tanto aumentar la


plusvalía, sin que aumente la fuerza productiva del trabajo. Por ejemplo, el valor
de la fuerza de trabajo no puede descender de $30 dólares a $20 sin que una
fuerza productiva mayor permita al trabajo producir en 4 horas la misma masa
de medios de subsistencia que antes requería 6 horas para su producción. Y, al
contrario, el valor de la fuerza de trabajo no puede subir de $30 dólares a $40
sin que la fuerza productiva del trabajo disminuya, haciéndose necesarias 8
horas para producir la misma masa de medios de subsistencia que antes se
producía en 6. De donde se sigue que, al aumentar la productividad del trabajo,
disminuye el valor de la fuerza de trabajo, aumentando por tanto la plusvalía, y
que, por el contrario, al disminuir la productividad crece el valor de la fuerza de
trabajo y la plusvalía disminuye. Al formular esta ley, perdimos de vista una
circunstancia, saber: si bien todo cambio operado en la magnitud de la plusvalía

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o del plus-trabajo condiciona un cambio inverso en cuanto a la magnitud del valor


de la fuerza del trabajo o del trabajo necesario, de aquí no se sigue ni mucho
menos, que ambos factores cambien en la misma proporción. Aumentan o
disminuyen en la misma magnitud, pero la proporción en que aumentan o
disminuye cada una de las partes del producto de valor o de la jornada de trabajo
depende de la división originaria operada en la fuerza productiva del trabajo
antes de sobrevenir el cambio.

5.2.2. Calculo de la tasa de plusvalía

Hemos visto que la cuota de plusvalía se expresa en las siguientes fórmulas:

La primera fórmula expresa como relación de valores lo que expresa la segunda


como relación de los tiempos en que se producen esos valores. Estas fórmulas,
iguales entre sí, responden al rigor de los conceptos. Por tanto, aunque
implícitamente nos encontremos con ellas en la economía política clásica, no
aparecen elaboradas de un modo consciente. Las que ella nos presenta son las
fórmulas derivadas siguientes:

5.2.3. El salario.

Visto superficialmente, en el plano de la sociedad burguesa, el salario percibido


por el obrero se presenta como el precio del trabajo, como una determinada
suma de dinero que se paga por una determinada cantidad de trabajo. Se habla
del valor del trabajo, llamando precio necesario o natural de éste a su expresión

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en dinero. Y se habla también de los precios comerciales del trabajo, es decir,


de los precios que varían por encima o por debajo de su precio necesario. Pero,
veamos, ¿qué es el valor de una mercancía? La forma materializada del trabajo
social invertido para su producción. ¿Y cómo se mide la magnitud de su valor?
Por la magnitud del trabajo que encierra. ¿Cómo determinaríamos, pues, el valor
de una jornada de trabajo de 8 horas, por ejemplo? Si decimos que, por las 8
horas de trabajo contenidas en una jornada de trabajo de 8 horas, incurriríamos
en una lamentable redundancia. Para poder venderse en el mercado como
mercancía, es evidente que el trabajo tendría que existir antes de ser vendido.
Ahora bien, si el obrero pudiese dar a su trabajo una existencia independiente,
vendería mercancía y no trabajo.

5.2.4. Reproducción simple conversión de la plusvalía en


capital.

La reproducción capitalista es un proceso muy complejo que abarca no


solamente la continuidad e inter-vinculación de sus actos aislados, sino también
el incremento de la producción y del capital, sus variaciones técnicas
estructurales y otros aspectos que reflejan el desarrollo del modo capitalista de
producción. Sin embargo, para examinar la reproducción capitalista en su forma
más simple, Marx se abstrae en este capítulo de todos esos fenómenos. Marx
supone que en el transcurso de la reproducción toda la plusvalía y, por lo tanto,
el producto en el que ésta se plasma, se utiliza como fondo de consumo personal
del capitalista, es decir, que examina la reproducción capitalista como simple.

Ese enfoque está condicionado por el propio objeto de análisis que consiste en
descubrir la esencia de la reproducción capitalista. La reproducción capitalista
simple supone únicamente la continuidad y condicionamiento mutuo de los
diversos procesos de la producción capitalista, rasgos inherentes a cualquier
forma de reproducción capitalista, por eso, al examinar la reproducción
capitalista simple, las leyes que la regulan y sus rasgos esenciales Marx
examina, en rigor, las leyes reguladoras y los rasgos esenciales de la producción
capitalista en general.

5.2.5. Ley general de acumulación capital

En el capítulo XXII Marx analizó la reproducción capitalista ampliada suponiendo una


“acumulación simple”, es decir, un crecimiento cuantitativo del capital, abstrayéndose

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del hecho de que ese capital acumulado se divide en constante, variable y que la
proporción entre esas partes se modifica en el curso de la acumulación. Esos cambios
en la relación existente entre las partes del capital, es decir, los cambios de su
estructura, reflejan el desarrollo de las fuerzas productivas sociales. Por esa razón, en
la acumulación, tal como se analiza en el capítulo XXII, como simple aumento
cuantitativo del capital, Marx se abstrae del desarrollo de las fuerzas productivas, del
proceso y perfeccionamiento de la producción. Pero en realidad, el desarrollo de la
producción no sólo significa un crecimiento cuantitativo de los medios de producción y
de la fuerza de trabajo en funciones, sino también un cambio de la proporción
establecida entre tales elementos, que expresa el aumento de la productividad del
trabajo social.

Bajo el capitalismo los medios de producción constituyen la forma sustantivada del


capital constante, y la fuerza de trabajo la forma sustantivada del capital variable. Por
eso, todos los adelantos registrados en la producción, en la técnica, se expresan en
otros tantos cambios de la relación que medía entre las partes constante y variable del
capital, es decir, en la composición de este último.

Recursos complementarios

• Maquinaria y gran industria:


https://n9.cl/la02t
• Ley general de acumulación capitalista:
https://n9.cl/zhkvq
https://n9.cl/dxc01

Bibliografía

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