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Dae g Trpperialisiyo ei : Mui o nae connor Luis DELLEPIANE ] r ; 7 , Pagina 10 deduce que la iniciacién de la politiea defen- siva que en materia de petréleo adopté la Re- publica Argentina fué una maniobra de In- glatera para detener sin accién directa la in- tromisién arrolladora de la Standard Oil, puesto que fué el ingeniero Huergo, pareial, como hemos visto, el incansable animador de: la politica de retencién fiseal Ademas del ingeniero Huergo, en esa ‘‘Di- reccién General de Explotacién del Petréleo’ tan combativa, figuran personajes ‘muy alle gados a los intereses ingleses en nuestro pais, como don José A. Villalonga, representante del F.C. Pacifico y el doctor Ramén Videla que después seria direetor del mismo ferroea- rril. Por otra parte, contempordneamente a la politica defensiva del petréleo, los gohiernos argentinos entregaban a los finaneistas ingle- ses los restos del Ferrocarril Andino, que era una lave interealada en la provineia de Cér- doba, y por diversos medios y eon numerosas eyes eonsolidaban el predominio ferroviario dnieo en nuestro pais, demostrando com- bri pleta sumi: fia En mayo de 1913 se decide reservar uma z0- na de 5,000 hectdreas que rodea a los pozos petroliferos deseubiertos. ;Por qué no se reser- vé todo el territorio de la Reptibliea, si en ese momento no habia intereses eomprometidos? Porque esa reserva hubiera signifieado nacio- nalizar implicitamente la explotacién del pe- iréleo e Inglaterra no queria ir tan lejos. La guerra favorece el desarrollo de la explo- tacion petrolifera. Los submarinos entorpecen. y hasta interrumpen las Iineas de navegacién. La importacién de carbén se reduce a una ter- cera parte en peso, aunque su valor aumenta. La tonelada de earbén inglés que se pagaba a 8.54 pesos oro al comienzo de 1914 llega a pa- garse a 29,10 en 1917. El costo del petréleo si- gue un eurso paralelo y la Direccién General cumple negocios proficuos. En 1915 su utilidad neta es apenas de 204.403 pesos papel. En 1916 la utilidad neta sube a $ mn. 2.272.139, En 1917, la utilidad aleanza a $ m,|n. 5,000,000. El activo, en Diciembre de 1917, se valtia en $ m.|n. 20.028.177 pesos. Las inversiones que el gobierno ha dedicado a la explotacién de “petréleo aleanzan en ese momento a wn poco mas de ocho millones de pesos. Exaetamen- te, 8.655.240 pesos papel. El mecanismo esté en marcha y el gobierno no aportaré en ade- lante un solo peso mas. Quizd los ingleses ya estin arrepentidos de su creacién indirecta. El poder esté en manos de gobiernos sélidamen- te respaldados por la anueneia popular y con los que no pueden maniobrar a gusto, Desde octu- bre de 1916, Hipélito Irigoyen es presidente de la Reptiblica. én a la voluntad de la Gran Breta- Cuadernos de F.O.R.J.A. Jn 1922, ya traspuesto el perfodo experimen- tal, Irigoyen crea wna reparticién auténoma que manejara los fondos provenientes de la explo- tacién, Yacimientos Petroliferos Fiscales es el titulo de la nueva entidad. El general Enrique Mosconi es designado director en octubre de 1922 yun impulso casi febril se inyecta en el organismo de Y, P. FP. Excede de nuestras limitaciones de tiempo el historiar las alternativas de esa reparticién nacional cuyo recuerdo debemos mantener siempre vivo en nuestra memoria, como una xperieneia que quizd no se repita, hasta el momento en que, despejados los embaueamien- tos que nos maniatan, ensayemos la experien- a definitiva de la nacionalidad. Permitidme que transeriba el resumen un poco pedagégico que como prélogo de mis his- torias ferroviarias, ya he publieado. ‘‘Y. P. P. tiene actualmente un capital de 380 millones De dénde salié ese capital? 4Fueron aportes del gobierno? ,Fué el producto de suseripeio- nes de capitales levantados en el pais o en el ranjero! No sefiores. Ese capital salié de los mismos pozos de petréleo. Fué el producto del connubio de la riqueza petrolifera del sub- suelo argentino y del trabajo de sus ciudada- nos. El tinico aporte proporcionado por el go- bierno nacional fueron 8.655.240 pesos moneda nacional, “Supongamos que en lugar de explotar por sn cuenta, el gobierno hubiera eedido la explo- tacién a wma empresa extranjera en las mismas condiciones de liberalidad en que se concedié las explotaciones ferroviarias, es decir, inhi- biéndose a si mismo toda fisealizacién en la eontabilidad interna de las empresas. “La compaiiia econeesionaria hubiera inver- tido esos mismos ocho millones, cuando mu- cho, en las instalaciones originarias. Del pro- ducto de la explotacién anual hubiera obtenido una suma suficiente para repartir un buen interés a sus accionistas y un euantioso sobran- te que se hubiera depositado en los baneos de Londres o Nueva York-y se hubiera disimulado en los libros — si hubiera sido preciso disi mularlo — abultando los gastos e inseribien- do ventas fraguadas a bajo precio. Poco des- pués, la empresa hubiera emitido nuevas series de aeciones que los accionistas hubieran sus- eripto con esos mismos fondos remanentes, En una_palabr: hubiera regalado a los aceio- nistas cantidades proporcionales de nuevas ac- ciones u obligaciones y el dinero que de aqui salié, aqui hubiera vuelto como eapital brita- nico o norteamericano invertido en la Argen- tina, y actualmente se nos diria que la explota- cién del petréleo sélo fué posible merced a la liberalidad, a la magnanimidad y a la eonfian- Archivo Histdorico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Cuadernos de F.O.R.J.A. za en nuestro porvenir que depositaron los ca- pitalistas que invirtieron 380 millones. “YP. F. capitaliza anualmente entre reser- vas ordinarias y extraordinarias, fondos de previsin y seguros y ganancias netas alrede- dor de 30 millones de pesos, que utiliza, gen>- ralmente, en ampliar su flota, en mejorar y au- mentar sus plantas de destilacién y en exten- der sus agencias de venta y comereializacién. 4Cudnto hubiera capitalizado de ser empresa inglesa o norteamericana? Diffeil caleularlo, porque no debemos olvidar que la tendencia de Y. P. F. fué la del abaratamiento del eombus- tible, La nafta que llegé a costar $ 0,36 el litro, se vende, libre de impuestos, a la mitad, a $ 0,18. Esa desastrosa operacién que pudo ocu- rrir con el petréleo, es lo que acontecié con los ferrocarriles ingleses de la Argentina’’, Un téenico en materia petrolera el ingeniero Mario 1. Villa, que ha sido administrador de los yacimientos de Comodoro Rivadavia, y es _ uno de los directores actuales de Y. P. F., ha realizado un cdleulo de las sumas que la Rept- blica hubiera debido girar al exterior si nos- otros mismos no hubiéramos extraido e indus- trializado nuestro petréleo. Las cifras del inge- niero Villa son las siguientes: En 1926 hubiéramos debido girar al exterior $ min 583.933.7338 4 GON ne wide ainizn spaces: ‘pis gg S19) BRON 1928. ee ee ee» 100.549.3738 » 1929 tose sem ee op 126.470.3810 + 1930 » » -118.922.665 1931 ty 141.835. 208 3, 1982 » 9 -154.984.975 » 1933 » 9-139 740.743 » 1934 »-136.850.780 Total que hubiéramos de- bido girar al exterior en nueye afios $ mln. 1.052.618. 144 (Revista “‘Servir’? No. 2, érgano gle Ja Escuela de Estudios Argentinos, dirigida por el Dr. A. D. Holmberg). En total, en el transeurso de sélo nueve afios \ hubiéramos debido girar al exterior la fabulosa suma de 1.052 millones, es decir, un promedio anual de 131 millones de pesos, aproximadamen- te la misma cantidad que anualmente drenan los ferrocarriles ingleses, que también pudieron y debieron ser argentinos, como el petréleo. En este rapido resumen salteamos la enume- racién de los numerosos puntos de contacto que Ja explotacién del petréleo nacional establece con la politica nacional, pero el punto esencial es que Hipélito Irigoyen, y eon él toda la Unién Civiea Radical, hace suyo el problema petroli- Pagina 11 fero argentino. En 1927 la representacién radi- cal vota en la Camara de Diputados una ley que nacionaliza el subsuelo y la explotacién v comercializacion de toda clase de hidrocarburos. Esta ley pasé a la aprobacidn del Senado, donde la mayoria la ejereen los viejos conservadores y alli qued6 durmiendo al amparo de la venalidad. No quiero ser sospechoso de suspicacia y por eso leeré el parrafo en que ¢l documentado Lua- well Denny describe este instante argentino. Tra- ducido textualmente, dice: ‘‘La Argentina en 1928 produjo un total de nueve millones de ba- rriles y detemta el décimo lugar entre los produc- tores mundiales. El capital extranjero esta allt en desventaja. El gobierno explota los mejores campos y préeticamente prohibe la exportacién. La nacionalizacién de los yacimientos petrolife- ros de toda la Repablica, el monopolio por el Estado del transporte del petréleo y la exclusi- vidad fiseal de la exploracién han sido previstas en un proyecto de ley aprobado por la Camara de Diputados en 1927. Las compaiifas extranje- ras en 1928 y 1929 han bloqueado la ley en el Senado”’. En el original: ‘‘Foreing companies in 1928 and 1929 blocked the bill in the Senate’’. En octubre de 1928 Irigoyen reasume el po- der y un afio después insta al Senado a conee- der su aprobacién al proyecto de nacionaliza- cién. ‘El pais, deeia el mensaje, ha acumulado amargas experiencias sobre el manejo desorde- nado e imprevisor de las riquezas naturales que forman parte del patrimonio del Estado. Basta recordar lo acontecido con la tierra pablica, cu- ya desastrosa historia mantiene una acusacién ilevantable sobre los gobiernos del pasado, y que fuera enajenada a precios viles sin plan ni con- cierto, sustrayéndola a sus convenientes destinos econémicos para hacerla servir de base a los ex- traordinarios enriquecimientos privados que se obtuvieron a expensas de la fortuna nacional, para sentir la aspiracién fervorosa y el propé- sito inquebrantable de que no sea igualmente malograda la segunda gran riqueza con que los mandatos de la Divina Providencia han que- rido favorecer a nuestra tierra privilegiada. A fin de evitar que se repita lo ocurrido con el suelo fiseal y conservar los beneficios del petré- leo para el pueblo de la Reptiblica es meneste organizar un régimen legal que consulte las exi- gencias del interés de la Nacién, poniendo en ma- nos del Estado el dominio efectivo de los ya- cimientos petroliferos y confiriéndoles el mono- polio de su explotacién y comercializacién Esta ley resultaba muy drastiea por igual pa- ra los intereses de Gran Bretaiia y de Norte América y la instigacién del presidente Trigoyen eayé en el vacio. Los diarios argentinos hablaron de los peligros de la administracién estadual. Ds cian que el Estado habia demostrado ser mal Pagina 12 administrador y demas falsedades enyo tenor ya conocemos de antemano. El 6 de Septiembre de 1930 Irigoyen fué de- rrocado por una revolucién, Todos supimos, qui- z4 demasiado rapido, que esa revolucién fué ani- mada por los intereses de la Standard Oil y en cierta manera es posible demostrarlo, § Qué par- te le habri spondide a Gran Bretafa en la responsabilidad? No olvidemos la experiencia de Primo de Rivera, que también se propuso insti- tuir un monopolio petrolero espaol y cayé aho gado por la presién simulténea dela Royal Duteh Shell y de la Standard Oil, que de comtin acuer do en la emergencia cortaron sus abastecimien- tos de petréleo y deseneadenaron una campaiia “de prensa contra los productos naturales del suelo espafiol. Poco importa escarbar ese asunto, porque fue- ra del crimen politico cometido, muy poco pudo y muy poco duré la revolucién. Lo importante gs subrayar el error en que incurrié el presiden te Trigoyen al no disolver el Congreso y lamar a nuevas eleeciones. La ley se transgrede cons- tantemente, cuando la transgresién favoreee a los intereses extranjeros. ; Por qué no transgro- dirla en defensa de los sagrados intereses de la nacién y del pueblo argentino? La ley debe ser inviolable, mientras no esté en juego la salud del pueblo y la dignidad y soberania de la na- cién. La excesiva puntillosidad legal del pre- sidente Irigoyen abrié las compuertas a la pi- rateria nacional que estaba esperando acorrala- da a sus amos extranjeros. El 20 de Febrero de 1932 asume el mando 21 general Agustin P. Justo. El general Justo Me- ga al poder con apoyos misteriosos. Al general Justo no lo conoce nadie ni nadie lo quiere. Bus- ca su resquicio con premura angustiosa, Se de- clara “‘soldado de la reorganizacién radical que en el City Hotel encabeza el doctor Alvear’’ y por medio del doctor Caballero denuncia como ca- lumnias los rumores que lo presentan como can- didato de los conservadores y ‘‘de esos grupitos insignificantes lamados socialistas independien- tes’’ y resulta elegido por los enemigos del ra- dicalismo. Los tinicos que lo apoyan al general Justo en su lucha presidencial, son los intereses de Inglaterra. Lo apoyan eon dinero, Lo apoyan con la prensa. Los tranvias y los ferroearriles se cubren de letreros que aseguran que ‘‘Justo se- ré presidente’’. ; Pero eso no es lo importante, tampoco. Lo im- portante, lo verdaderamente>traseendental para nosotros ocurre a muchos miles de kilémetros de aqui. Nuestro destino se fragaa en las eaneille- rias de Londres y de Nueva York, en las ofici- nas de la Standard Oil y de la General Motor y en Downing Street 10, en River Plate House, en las oficinas ferroviarias inglesas y en los despa- corr Cuadernos de F.0.R.J.A. chos del almirantazgo, en que se manejan los destinos de la Royal Duteh Shell. Porque algo. extraordinario pasa en nuestro pais. Los intere- ses norteamericanos abandonan la plaza, cejan en su lucha, ; Qué obtienen en cambio? Ya lo sa- hremos més adelante, euando los libros doew mentales. comiencen a difundir los seeretos de esta époea. lué para muchos una sorpresa el proyecto de compra de la Standard Oil enviado al Congresy por el P, B. en 1936. Pero no era necesario ese toque para deducir que en nuestro -pais ya no nabia lucha entre ambos rivales. Ni el Baneo Central ni las leyes de Coordinacién hubieran si- do votadas si los capitales norteamericanos se hu- bieran empefiado, A la corrupeién de la libra es- terlina hubietan opuesto la corrupeién del délar, Frente a un periddieo sumiso a las instruceio- nes inglesas, lubieran creado o adquirido otro obediente a las recomendaciones contrarias, {Donde estamos ahora? Los indicios son gra ves. Estamos en el umbral de una nueva trai- ciin, La Royal Dutch, es decir, Inglaterra, tie- ne un inte extraordinario en la posesién de los yaeimientos de Comodoro Rivadavia, Tngla- terra n ta tener petréleo sobre la costa aus- tral del océano Atlantico, Comodoro Rivadavia esta situado en una regién que resulta altamente estratégica. Hn caso de guerra, el petréleo de Comodoro Rivadavia puede ser mas vital para Inglaterra que el petrdleo del Asia Meno, por euya posesién tanto y tan habilmente peled. Es mas importante que. el petréleo de Rumania, que el petréleo de Mosul, que el petréleo det Trak y quizd mas vital que el petrdleo de la In- dia. La linea de navegacién que une Inglaterra con el Rio de la Plata y Comodoro Rivadavia surca mar libre, mar no interferido por lineas de in- fluencias maritimas 0 aéreas de otros paises ri- vales. Y ese es un yacimiento que, desplaza- da la Standard Oil, esté desamparado. Yo estaba desterrado en 1934 cuando lei en un diario de Roma, ‘Il Messaggero’’, una no- ticia espeluznante. Se titulaba ‘‘Hacia el mono- polio de los pozos petrolfferos fiscales’’. Era un telegrama fechado en Londres el 29 de Marzo de 1934, que decia: ‘‘Se sabe que esta por con- cluirse uno de los mas grandes negocios petroli- feros de los Gltimos afios. Los contratantes son la Royal Dutch Company y el Gobierno Argen- tino. Se trata de una concesién que si se cie- rra pondra en manos de la Royal Duteh, me- diante un pago de varios millones de libras es terlinas, toda la zona petrolifera actualmente poseida y explotada por el Estado argentino, no sélo en la vasta zona septentrional de la Repibli- ca. Segtin se refiere, la sociedad eompradora pa- gard una cierta suma para la concesién, y los be- Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Cuadernos de F.0.R.J.A. neficios serdn luego divididos en partes iguales entre el sindicato concesionario y el Estado ar-, gentino, Los representantes de la Royal Duten estén todavia en la Argentina para tvatar direc- tamente el asunto. Actualmente estudian la zona de Salta’”’ La operaeién no se levé a cabo, Era demasia- do desnuda y quizé hubiera levantado una re: tencia que Inglaterra procura a toda costa im- pedir, Yacimientos Petroliferos Fiscales esta muy adentrado en el sentimiento y en la concien- cia argentinas para que pueda ser sacrificado en silencio y la operacién se postergd. Se dice que los altos jefes del Ejéreito Argentino se opusie- ron con patridtiea energia. En los tramites que antecedieron a la prérro- ga del Pacto Roca-Runciman, Inglaterra volvi la carga con sus pretensiones. La operacién co- menzaba a tener un cariz simpatico. El Gobier- no argentino adquiriria a la Standard Oil, e Y. P. F., de tal manera engrandecido, fortalecido y enaltecido, formarfa un consoreio con la Ro- yal Dutch Shell, bajo las apariencias de una co- ordinacién petrolifera. En Enero de 1937 se firmé el conyenio entre la Standard Oil y el Gobierno argentino por el cual la compaiifa norteamericana cedia la pro- piedad de sus explotaciones y de sus filiales pos la modesta suma de $ mn. 150.000.000. Este no era el comienzo de una operacién, era el fin. La venta de la Standard no provenia de un arreglo local, era consecuencia de un pacto sellado ex el otro hemisferio. 4 Que este acto constituia solamente un paso de la estratagema planeada por Inglaterra, lo de- muestran las mismas palabras oficiales. Poco des- pués, el 5 de Abril de 1937, con el pretexto de inaugurar el nuevo edificio de Y, P. F. el mi- nistro de agricultura argentino y Caballero de la Orden del Imperio Briténico, doctor Miguel Angel CArcano, deefa: ‘Aceptamos y nos esti- mula la competencia de las empresas privadas frente a nuestra propia actividad industrial. As- piramos aun a establecer una mayor vinewlacién con ellas aplicando el régimen mixto que prevé la misma ley’. ;Régimen mixto? ;Con quién, si la Standard Oil estaba en venta? Régimen mixto con la Royal Dutch, por lo tanto. Poco después, el doctor Carcano decfa en otro diseur- s0: ‘Ahora que no hay competeneia... .’” 4Cémo que no hay competencia? Se habria eliminado a la Standard Oil, pero {la Royal Dutch Shell? El ministro Carcano, abogado y director de em- presas inglesas, estaba tan connaturalizado eon sus intereses y con sus proyectos que ya inter- pretaba los hechos como un agente briténico y no como un ministro argentino. r El Parlamento no traté el econvenio con la Standard y esta compafifa retiré su ofrecimien- a Pagina 13 to de venta al Gobierno argentino. ;Qué ha pa- sado? Es facil inducirlo. La Royal Dutch Shell ha decidido comprar directamente a la Standard Oil loeal. Invertira en ello una parte de las inmen- sas ganancias que las empresas inglesas estable- cidas en Ja Argentina se ven obligadas a rein- vertir en el pafs, por falta de cambio para girar- las al extranjero. Para no despertar recelos en la opinién pabli- ca argentina, la operacién se difunde lentamen- te, con esa fina y espaciosa cautela que caracte- riza a los procedimientos ingleses, La Standard Oil comienza a desvanecerse. Esa empresa ague- rrida, tenaz e impetuosa, se esfuma del escena- rio argentino sin resistencia. La Standard Oil cambia el nombre de sus produetos y la misma designacién de la compafiia se borra del pie de los anuncios fijos. Los avisos que profusaments publicaba la Standard Oil en la prensa del pais se suspenden totalmente, Los diarios, todos su- misos a la voluntad inglesa, que en cierta mane- ra se confunde con la voluntad del gobierno na- cional, reciben instrucciones de no mentar para nada el tema del petréleo. La Shell Mex reeru- dece, en cambio, en su propaganda, La Stan- dard Oil va sumiéndose en el olvido. El petré- leo deja de ser tema nacional. Esta extraiia conducta de la Standard Oil abre un interrogante: ;por qué ha cedido tan blan- damente? ; Habra obtenido, en cambio, zonas de influencia exclusivas en otra parte del continen- te? ;O habré cafdo vencida, una vez mas, por la temible astucia inglesa? Es imposible eompro- bar cualquiera de estas tesis, pero hay indicios que por casualidad han ilegado a nuestro eono- cimiento, que permiten conjeturar que la Stan- dard Oil ha sido vencida-en el orden local con “‘sabotages’’ que denotan una mano maestra. Uno de los gerentes locales de la Standard Oil, por ejemplo, don Alfredo Clark, es canadiense de origen, empapado de un extraordinario orgu- No imperial britdnico y de un profundo despre- cio para Norte América, que se manifiesta desen- vueltamente en la intimidad, La Standard Oil te- nia la sarcoma en su propia casa. {Qué extratio es esto si la Royal Dutch Shell se habia infiltrado econ disfraz de compaiiia nor- teamericana en el mismo territorio norteameri- cano? El petréleo es parte del dominio del mun- do y el dominio del mundo jo han obtenido los ingleses con habilidad, con inteligencia, eon pa- ciencia, con astucia, no con las armas. Pero éste es tema que no nos ataiie directamente. Lo Gnico esencial para nosotros es que Y, P. F. tiene en- frente a la Royal Dutch Shell, un rival en que se funden los dos rivales antiguos. La lucha de los dos contendores internacionales, que nos per- mitié desarrollar en el campo del petréleo la energia y la inteligencia argentina, ha cesado | | | Pagina 14 entre nosatros, Quedamos reducidos a nuestra propia capacidad de resistencia. Por otra parte, el P. E. tiene un proyecto ela- borado por los sefiores’Bulrich, Morixe y Rojas, por el cual se crea un Consejo Nacional de Petré= leo, Ese Consejo tendraé autoridad completa para decidir en materia petrolifera, Podra levantar las reservas, acordar concesiones, ceder zonas de comereializacién exclusivas, En él estaran repr sentadas las compaiiias particulares, es decir, la Royal Dutch Shell, exclusivamente y Yaeimien tos Petroliferos Fiseales, Y no es dificil que se llegue al abuso de eonstituir el Consejo con re- presentacién proporeional de los capitales. La Royal Dutch Shell, sin lastimar el sen- timiento nacional y la integridad aparente de Y. P. F., manejara el petréleo argentino a su entero arbitrio, Esta maniobra es preparada por una eampafia de prensa que tiende al despresti- gio de Y. P. F., muy semejante a la campaia que en 1885-1890 precedié a la cesién gratuita del Ferrocarril Oeste a los ‘‘financistas’’ ingle- Hace pocos dfas recibi una carta de un ami- go radicado en Londres, de quien con anteriori- dad he lefdo otras que resultaron desgraciada- mente proféticas, Dice la carta, en lo pertinent2: “La marcha del proceso se desarrolla con una 16- gica inexorable, Destruirdn los ingleses a Y, P. F. y se apoderaran de nuestros yacimientos, En una conversacién sostenida con , que es uno de los magnates del petréleo britinieo, nos dijo que los arreglos del asunto que esta en curso de organizacién pueden considerarse satisfacto- rios para los petroleros ingleses. No van a ata- car a Y. P. F. de frente ni darian un manotazo a nuestros yacimientos. Lo haran por intermedio del Consejo Nacional del Petréleo, que parece creado por un inglés, en que ellos estaran repre- sentados y que conduciram a su antojo... Se dara pronto esta paradoja. Apenas levantadas las reservas, se intensifieard la exploracién y Ja explotacién de petréleo, que los ingleses se lle- varan. Mas no por eso dejaremos de importar carbén de Inglaterra. Importaremos carbén y exportaremos petréleo. Con este agravante: que el petréleo lo extraerdn y llevaran los ingleses por sus propios medios, sin que para nuestro pais quede beneficio alguno... La posesién de yaci- mientos petroliferos en la América Austral es una necesidad vital para Inglaterra’’. La “sonferengia anterior fué pronuneiada en F. O. R. J. A., a principios del mes de mayo del Cuadernos de F.O.R.J.A. corriente aio. Desde entonces, el proceso de ab- S, ssoreién de nuestro petrsleo por Gran Bretafia parece haberse precipitado. El dominio del pe- tréleo argentino forma parte del rearme brité- nico, Para concluir el ‘‘arreglo’’, legé a_nues- tra ciutlad el petrolero britanico Gordon H, Mi- chler, Sus manifestaciones, publieadas en ‘La Nacién’’ del 16 de julio, son alarmantes en ex- tremo y demuestran que el convenio ha sido se- llado ya en sus lineas generates, porque solamen- te asi se expliea que un comerciante inglés ha- ble tan desenvueltamente de lo que se propone evar a cabo. don TH, Miehler que Inglaterra, des- pués ‘de lo que ha sueedide en Méjico’’ tiene “especial interés en estrechar vinewlos’ eon el petrdleo argentino y en ‘‘determinar acuerdos que en cualquier situacién eviten toda desinteli- gencia’’. Es decir, que Gran Bretafia quiere ma- nejar el petrdleo argentino a su entero arbitrio, tinica manera de evitar desinteligencias en eual- quier situacién, atin en situacién de guerra. Agrega Gordon H. Michler en su reportaje de “La Nacién’’, que ‘‘la Reptbliea Argentina’’ interesa a Inglaterra ‘‘mas que ningdn otro pais de la América Latina’? y que esté dispuesto a prolongar su permanencia entre nosotros ‘todo el tiempo que sea necesario’’ para dejar defini- tivamente pactado con el gobierno argentino el arreglo pleneado por Inglaterra para incautarse graciosamente de nuestro petrdleo, tal como Jo hemos expuesto, El cuadro, amigos, es pavoroso, casi siniestro. Pero demostrariamos no ser ni buenos politicos ni buenos patriotas si nos dejéramos amedren- tar, Tenemos una defensa en nuestra propia mi- seria, tan semejante a la miseria de los otros pue- blos americanos. Lo que ya es realmente nues- tro es indestructible: la energfa, la voluntad y la resolucién para afrontar con entereza los pro- blemas. El tiempo, que fué el enemigo en el s'- glo pasado, es ahora nuestro aliado. El va acla- rando los problemas, iluminando las eonciencias, disipando las falsias y los engafios. Sabemos qu2 estamos alegando a favor de los derechos del pue- blo argentino, sabemos que defendemos sus inte- reses nacionales y con ellos su soberania y su dig- nidad. Y lo demas, ;qué importa? El tiempo nos ayuda. Cada minuto nuevo nos atrae una concieneia argentina, timida al principio, vaci lante después, decidida mas tarde. Y la verdad es nuestra aliada, Nos encadenaron con engaiios, no con armas. Perg no es con engafios como nos libertaremos. Aprendamos y esperemos, Nuestro momento ha de llegar algiin dia, Mientras tan- to, afilemos las bayonetas, Dice G El Petréleo de Méjico y el deber Argentino por Luis Dellepiane (Presidente de F.O.R.J.A.) La extraordinaria riqueza petrolifera de Mé- jito no constituyé para su pucblo, el“natural do- minio y explotaeién de un preciado don de ‘a naturaleza, Por el contrario, representa uno de los aspectos de la lucha que un pueblo, sufrido y heroico, ha debido mantener contra sus opre- Sores propios y extrafios; pero conviene destacar que allé como aqui el dominio capitalista extran- jero no hubiera sido posible sin la capacidad de soborno de las oligarqufas dominantes de nuestros pueblos, que fracasadas por su ineapa- cidad hasta en la explotacién de los mismos, en- contraron una y otra vez en la venta al extran- jero, 11 solucion de.sus menguados intereses par- ticulares. Pero también conviene destacar — el estudio atento de la historia de Méjico lo de- muestra — que salvo exeepciones, los caudillos de su Revolucién, después de aceptado el apoyo extrafio, al asumir el poder trataban de encon- trar la perdida ruta mejicana, contraste eviden- te con los responsables del movimiento de Sep- tiembre y sus sucesores que resbalando en les intereses’ imperialistas del petréleo, cayeron ep la ignominia de promover contra nuestto pais el estatuto de coloniaje que padecemos. Para entrar en materia es necesario un so- mero examen de la guerra que por el petréles han mantenido desde su descubrimiento hasta nuestros dias los distintos seetores del imperia- lismo, hasta coneretarse éstos en la formidable lucha entre los Estados Unidos e Inglaterra, ba- jo las apariencias representadas por la Standard Oil y la Royal Duteh. Hi descubrimiento del petrdleo y sus primeras contingencias tienen resabios de un cuento de las mil y una noches, Dice Johanes Stoye en su libro ‘Inglaterra en el mundo’’: ‘‘En 1901, el Sha de Persia otorgé al ingeniero William Knox D'Arey y a sus hevederos por 66 afios plenos po- deres y libertad ilimitada para perforar y explo- tar a su gusto el suelo persa, en virtud de lo cual, los productos del subsuelo conseguidos se- ran de su propiedad inalienable. D’Arey, no ig- nora que en Persia hay petréleo, pero no se de- cide a explotarlo, surgiendo la sociedad denomi- nada Burma Oil que inicia los trabajos de ex plotacién. El! Intelligent Service entra a su vez en jue- go y uno de sus espfas, Sidney Reilly, Hamado Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar en realidad Rosemblum — que era el mejoz agente del servicio seereto inglés — le eseamu- ted la concesién a D’Arey. Inusitadamente, la Burma Oi] vende sus derechos en el Medio Orieu- te a una nueva sociedad, la Anglo Persian Oil eon un capital de dos millones de libras. Nadie sabia a quién pertenecian las acciones por- que todo se hizo secretamente, si bien en vispe- ras de la guerra de 1914 se divulgé que el 56 % del capital de la Anglo Persian era del Almiran- tazgo inglés y del Inteiligent Service. Recién en tos comienzos de la gran guerra, el mundo conocié la verdad. Seis dias después que Inglaterra hubo declarado la guerra a Alema- nia, Su Majestad Britaéniea dié su aprobacién a un proyecto de ley presentado por Mr. Char- chill que ratificaba la compra de acciones de !a Anglo Persian y aumcntaba el capital de la compafifa a cuatro millones ochocientas mil li- bras. Con la ratifieacién propuesta por Chur- chill y aceptada por el gobierno de S. M., éste se convierte en negociante de petréleo’’. Esta posesién por Inglaterra del petrdleo persa tuvo sus alternativas y en 1932, la antigua con- cesién fué denuneiada y su renovacién sujeta a otras condicicnes. La influencia de Rusia en Persia se hizo sentir, pero Inglaterra obré inte- ligentemente, no precipitando las cosas. Comen- tando estas alternativas, dice Stoye: ‘‘Cuando el poder de crecimiento del imperio inglés, no tiene fuerzas suficientes para vencer el obstaeu- lo, eede sabiamente para buscar la decisién nai en la primera cireunstancia favorable’. Y esta afirmacién de Stoye es confirmada por »l resultado de la lucha entre la Royal Dutch y la Standard Oil. Con sélo ocho millones de francos de capital, Deterding inicia su accién contra la Standard, euyo capital era de mil quinientos millones Es imposible seguir en esta exposicién ni si- quiera superficialmente las contingencias y de- talles de esa lucha gigantesca, pero es necesa- rio destacar oue la tenacidad inglesa no sélo se impone en el aspecto internacional de la mis- ma dominando en Palestina, .Persia, Rumania, Birmania, Australia, posesiones francesas del Africa, Guinea, Venezuela, Indias Orientales y “Méjico, sino que cerca a la Standard hasta en su propio dominio nacional derrotando a Rocke- —e wins f | | Pagina 16 feller en aspectos vitales de la industria petrolf- fera, como es el de su transporte, ya que Deter- ding Hegé a imponer sus buques tanques en Nue- va York, después de una eficaz competencia de precios. (El 72 % del tonelaje de los buques tan- ques pertenece actualmente a Inglaterra) No puedo terminar esta resefia sin destacar® que esta lucha turbia de intereses imperialistas, aparte del sufrimicnto de los pueblos, tuvo tam- bién sus vietimas a titulo individual. En Setiem- bre de 1933 el rey Faizal muere en Berna en cireunstancias misteriosas y nadie duda que su Cuadernos de F.0.R.J.A muerte se debe al hicho de haberse puesto en contra de Ibn Seoud, relacionado estrechamente con la Standard Oil, Harding y Primo de Rive- ra, tampoco tuvieron un fin del eual no pueda de- dueirse, que fuese precipitado por los intereses petroleros, Como asi también Diessel, el inventor del métor movido por petréleo erudo. Enumeré esos nombres impottantes para tener en cuenta la inmensa cantidad de victimas ané- nimas, que han sucumbido en los engranajes de la contienda, ya sea en virtud del asesinato di- recto como en innumerables actos de sabotaje. La guerra del petréleo en Méjico Y ahora, dirijemos nuestra mirada directa- mente hacia Méjico, y aili también nos encontra- remos con la Stancard Oil y con la Royal Dutch. Méjico vivia la iueha de los grandes terrate- nientes y de los hombres de negocios, euando inesperadamente se produce el deseubrimiento del petréleo en la costa del Golfo, cerea de Tam- pico y Tuxpam, Para darse una idea de la im- portancia de jos pozos descubiertos, bastara ei- ‘ott Nearing y obra ‘‘La Diplomacia ¢ medio de los pozos de petréleo de California — afirma Barron — produce de 100 a 200 barriles diarios y cuando Hegan a 600 ya se consideran de gran rendimiento, (California oeupa una po- sicién destacada en la produecién petrolifera de Norte América). El pozo mejieano Casiano N° 7 empez6 con una produceién de unos 70.000 barr les diarios el 10 de diciembre de 1910, El pozo fué cerrado parcialmente y a la presién de 285 li- bras por pulgada cuadrada produjo 25 mil barri- les. diarios y después de nueve afios sigue brotando con la misma intensidad que euan- do fué deseubierto, Ha producido mas de 100 millones de barriles de petréleo, Los pozos en los Estados Unidos, exigen casi siempre el bom- beo. El petréleo mejicano brota bajo presién: “Cerro Azul'’, considerado el pozo de petréleo mds grande del mundo, derramé un millén cua- trocientos mil barriles antes de que pudiera ser captado y luego, bajo una presién de novecientas libras, produjo entre 45 mil y 50 mil barriles por dia. Basta una ojeada a las cifras de la pro- duceién de petréleo para hacerse idea ‘clara de la importancia que ha tomado en la industria mejicana, El primer informe oficial establece una produceién de 220.650 barriles en 1904; en 1906 pasé de un millén de barriles; en 1909 su- bid a 3.332.807 barviles ; en 1910 fué de 14.051.643 barriles. Afio tras afio continué este aumento hasta llegar a 25.902.439 barriles en 1913 En una~ T década Méjico se habia elevado desde una po- sicién sin importancia en el mundo de! petré- leo hasta Hegar a ser después de los Estados Unidos el mayor productor de este mineral. En 1920 la produecién mejicana superé a la produceién combinada de todos los yacimien- tos petroliferos exeeptuando la de los Estados Unidos. En.1910, por lo tanto, ya era evidente que los yaeimientos petroliferos de Méjieo constituian uno de los més ricos botines econd- micos del mundo’’. Coneretindonos a los aspectos fundamenta- les y siguiendo a los mencionados autores y a Adolfo Reichwein en su obra ‘El despertar de éjieo”’ (1), expondremos sucintamente algunos pectos importantes de la historia mejieana, hikta llegar a la resolucién actual tomada por el gobierno de nacionalizar el petréleo y ex- propiar el perteneciente a las empresas extran- Franciseo Madero fué oponente del dictador Porfirio Diaz en la eleecién presidencial de 1910, y derrotado por el fraude, organiz6 una revolucién en contra de aquél. A pesar de ser Madero wn hombre de fortuna, sus enemigos intentaron hacerlo aparecer como vireulado a los petroleros norteamericanos, Madero. el gran caudillo popular, fué derriba- do por una revolucién euyos jefes fueron Félix Diaz y Vietoriano Huerta. Una vez Huerta en el poder, actiian los intereses petroleros bri- ténicos. Huerta, continuando la politiea de Porfi- rio Diaz, de oposicién a los intereses yanquis mantiene amistad con los petroleros ingleses y apoya decididamente al Sindicato de Lord Cowdray. Eduardo N. Doheney, que aparece a la cabeza de los intereses petroleros yanquis, manifiesta: ‘‘Este campo petrolifero — se re- fiere a los terrenos petroliferos de Méjico en manos de norteamericanos — que tiene una potencialidad productiva diaria casi equiva- Jente a la de los Estados Unidos, es la fuente oer =) +“ ° = Cuadernos de F.O.R.J.A. a la cual debe reeurrir los Estados Unidos, pa- ra abastecerse de petréleo en cantidades que justifiquen la ereacién de una flota comercial, que pueda competir por el costo de su explota- cién con eualquier otra flota que las grandes naciones del mundo puedan tener o crear...’” Mientras el aspeeto comercial de Ja lucha se Pagina 17 libra entre Lord Cowdray y Doheney, Wil- son por Estados Unidos y Grey por Inglaterra entablan wna intensa lucha diplomatiea, Hl “London Mail” Jleg6 a decir: ‘El petréleo co- locé a Madero como presidente de Méjico, pe- ro los intereses petroleros briténicos sostuvie- ron a Huerta en el poder.’ Wilson, sostenedor de los intereses imperialistas yanquis Vamos a recordar ahora un episodio de esta lucha, que al denunciar el falso relieve de apés- tol de uno de los principales actores, nos servi- r4 para comprender, ecémo no puede haber ver- dadera democracia cuando ésta se pone al servi- cio de los intereses ecapitalistas. El nombre de Wilson estard ya en todos los labios. Para mi personalmente como para muchos otros, fué, cuando ignorébamos el hondo drama de América, el martir de la Liga de las Naciones, ineomprendido por un mundo hostil a altos prin- cipios. Veamos ahora, qué era en realidad este constitueionalista ejemplar y e6mo podia utilizar con prodigiosa habilidad de dirigente eapitalista tanto el puritanismo de su Biblia como la violen- cia mas desatada. Y asi, su evangelio democra- tico. no le impide una vez deeidido a derribar a Huerta y apoyar a Carranza y a Villa, en- viar a aquél las siguientes proposiciones con todo el aspecto de un_ultimatum: ‘‘a) Inme- diata cesacién de hostilidades en todo el te- rritorio, Un armisticio especificado, solemne- mente concertado y eserupulosamente obser- vado. b) Las seguridades necesarias para una pronta y libre eleccién en la que todos accedie- ran a tomar parte. e) El consentimiento del general Huerta de no figurar como candidato en dichas elecciones. d) El acuerdo de todos Jos partidos de conformarse con el resultado de la eleceién y cooperar en la forma mas leal, a la organizacién y sostenimiento de la nueva administraeién’’, ‘Al mismo tiempo un agente confidencial de Wilson, ofrecfa un empréstito a Huerta si aceptaba dichas proposiciones, empréstito cu- yo beneficio aprovecharia el sucesor de Huer- ta vinculado a los intereses petroliferos yan- quis! Huerta rechaz6 por humillante tal intro- misién en los asuntos mejicanos. La actitud de Wilson con respecto a Huer- ta, merece recordar su respuesta a Sir William Tyrell, secretario del Conde Grey, ministro in- giés de Relaciones Exteriores: Interrogado por Sir William, quien quiere llevar a Inglaterra la opinién de Wilson sobre politica mejieana, dice éste: ‘Quiero ensefiar a las repiblicas sudameri- eanas a elegir hombres buenos, Si, — repuso Sir William — pero, sefior presidente, esto tendré que explicarlo a los ingleses, que como Ud. sabe, carecen de imaginacién. No ven ninguna dife- rencia entre Huerta, Carranza y Villa’’ La tmica contestacién que pudo obtener, fué, la de que ‘‘Carranza era el mejor de los tres y que Villa no era tan malo como decian’’. Sir Willian, retirése convencido de que Wil- son no cederfa, Inglaterra vuelve a su politica de cautelosa expectativa. Bryan, seeretario de Estado de Norte América cablegrafiaba a los re- presentantes nortecmerieanos el 24 de Noviembre de 1913: ‘ el General Huerta, no se retira por la fuerza de las cireunstancias, los Estados Unidos consideraran de su deber hacer uso de me- dios menos paeificos para expulsarlo’’. Pero por el momento Estados Unidos tiene que contentar- se con el bloqueo econémico de Méjico. Inglate- rra modifica su actitud con respecto a Huerta y declara per boca del Embajador Page, que considera su caida ‘‘vomo cierta, inminente y deseable’’, pero considerdndola tarea propia de los Estados Unidos. Carranza y Villa, ayudados por Norte Améri ganan victoria sobre victoria y Bryan, not! ‘a a los demas gobiernos ‘‘que Estados Unidos levantarfa el embargo de armas para facilitar el triunfo a los que llamaba constitucionalistas”’, agregando que Escados Unidos ‘‘no sélo impon- dria quién no debia ser presidente de Méjico si- no quién habia de serlo’ Después de una proposicién inglesa, sobre una. salida decorosa de Huerta, a base de su dimisién, Bryan contesta a Sir Edward Grey, expresindo- te: ‘que es mejor cejar la solucién a las fuerzas que luchan alli, p-ro reiterando el propésito de levantar el embargo de armas’’ Producido éste, v luego de sutiles disquisicio- nes sobre ‘‘neutralidad”’, la situacién de Huer- ta empeora Gia a dia, a pesar de lo cual el se- nador Albert R. Fall, propicia en el Senado Je Estados Unidos, la intervencién por las fuerzas de mar y tierra de su gobierno ‘para la protec- cién de los intereses de nuestros ciudadanos y extranjeros en donde se hallaren y para resta- blecer el orden, ete ’’. La politica del senador republicano fué la que Pagina 18 Cuadernos siguié el gobierno demécrata, sugestiva coinci- dencia de lay fuerzas politicus aparentemente democraticas, al servicio del capitalismo opresor de pueblos debiles. Este ambiente de tensién tenia que producic inevitablemente ineidentes, y asi, el 9 de Abril de 1914, el Almirante Mayo, comandante de los buques de guerra de los Estados Unidos anclados en Tampico, cablegrafié a Washington; ‘Esta mafiana varios soldados mejicwuos arrestaron al pagador y algunos tripulantes del ‘Dolphin’ que se hallaban en un bote con la bandera des plegada, les hicieron marehar por dos calles y luego regreseron al bote, don2s los pusieron en libertad. El general Zaragozza, presenté sus exeu- sas de palabra, ete.’”. El Almirante Mayo exige reparacion a la ban- dera de Estacdos Unidos con u. saludo de vein- titin cafionazos, dentro de las 24 horas, a lo que Huerta no accede, alegando: ‘que el desembareo de los mari ios norteamericanos se habia produ cido en un punto sujeto a la-autoridad militar, sin previo aviso ni permiso’’ El Almirante Fletcher, presenta un informe escrito en cl que demuestra que el incidente n> tiene ninguna importancia, a pesar de lo cual Washington exige el saludo a la bandera norte- americana en territorio mejieano, exigencia que se acompaiia con la presencia ly diez acorazados yanquis en Tampico. Haerta ofrece Mevar el asunto a La Haya; Bryan no acepta, mantenien- do la exigencia de los 21 eafionazos Este episodio provoca la reaccién digna de re- cordarse, de la esposa del encargado de nego- cios norteamericanos en la ciudad de Méjico, Nel- son O'Shaughnessy, la cual eseribia el 25 de Abril: ‘‘Contmuamente experinento una sensa- cién de asco al pensar que estamos destruyendo a este pueblo y que no hay ningtin remedio, Pa- rece que nos hemos aprovech.do de todas sus desgracias”’. Luego de otro incidente sir. importancia on Veracruz y de los estuerzs de Huerta y O'Shaughnessy para impedir la agravacién del conflicto y de un ofrecimiento de Huerta de que 4 saludaria nrimero, — siempre que O’Shaugh- Inglaterra jaquea La agresividad norteamericana, hace que In- glaterra despliegue toda su habilidad diplomé- tica, Por indudable sugestién de la diplomacia inglesa, la Argentina, Brasil y Chile, constitu- yendo el llamado A. B. C., se ofrecen para me- diar en el conflicto, lo que 2s aceptado por Huer- ta y los Estados Unidos. La aceptacién por Esta- storic de F.O.R.J.A. nessy firmars un protocolo, comprometiéndose a que el saludo mejicano seria contestado por +l saludo de los Estacos Unidos, — Bryan se nie- ga a autorizay la firma de !a aceptacién, com- prometiéndose verbalmente a la devolucién det saludo, ya que segin él ma promesa eserita im- portaria ‘‘el reconocimiento de Huerta por los Estados Unides"’. Wilson, pronuncia un discurso el 20 de Abril en una sesi6n de ambas céimaras del Congreso, sobre los asuntos mgjieanos agrayando con sus palabras la exigitidad del conflieto, Su discurso exalta al Congreso, pero antes de que éste se pu- siera de acuerdo con el presidente, un aconteci- miento inesperado hace que Wilson proceda, por su cuenta, BI buque alemin ‘Tpirango’’, se apro- ximaba a Veracruz con municiones para Huer- ta. Wilson, reunido con*Daniels, secretario de Marina y con su secretario particular, ordena; “Tomen Veracruz inmediatamente’’; orden que cumplen los soldados y marinos yanquis apode- randose al dia siguiente de la Aduana y de la estacién del ferrocarril, al mismo tiempo que el Tpirango’’ era detenido, Kl atropello a Veracruz, se hizo bajo la pro- teecién efeetiva de los grandes eafiones de los buques de guerra, costando a los Estados Uni- dos la vida de 17 soldados y marinos y a Méjico Ja de doscientos hombres, mujeres y nijios. La sefiora de O'Shaughnessy éseribe: ‘La fuerza es el derecho, ya podemos ensefar esto en las eseuelas”’ Carranza, adversario de Huerta y combatién- dolo por las armas, no acepta la invasion del te- rritorio mejicano por fuerzas extranjeras. Se le- vanta por eneima de la contienda y protesta por la “‘invasién de nuestro territorio y la perma- nencia de las fuerzas norteamericanas en el puer- to de Veracruz, violando los derechos que cons- tituyen nuestra existeneia como entidad sobera- na, libre e independiente y que podrfan de ve- ras arrastrarnos a una guerra desigual’’. La diplomacia yanqui, gravita de inmediato en las fuerzas revolucionarias y consigue que Villa presente excusas al Departamento de Es- tado norteamericano, por la protesta de Ca- rranza. la doctrina Monroe dos Unidos no modifica la violencia de su actitud, ya que el general norteamericano Funston, re- eibe el mando de las fuerzas de Veracruz el 30 de Abril con el cargo de Gobernador Militar de la ciudad. La conferencia de los mediadores en Nidgara, sufrié de inmediato la presién in- transigente de Wilson, como lo prueba la pro- hira,com.at Cuadernos de F.O.R.J.A. - puesta de la delegacién yanqui, concebida en estos términos: ‘19 Que un **constitucionalista’’ fuera nombrado presidente provisional de Méji- eo; 2° que la comisién dictaminadora de las ele ciones contara con una mayorfa ‘‘constituciona- lista’; 3° que las fuerzas de mar y tierra de los Estados Unidos permaneeieran en Méjieo por tiempo indefinido Huerta rechazi las proposiciones y Carranza manifesté: ‘Que no aceptarian como regalo na- da de lo que los mediadores pudieran darles, aunque fuera lo que ellos por Otros medios bus- caran..., que nadie de los que nombrarai los mediadores les seria grato, aunque fuera el mis- mo Carranza, porque nada que viniera de los mediadores podia ser aceptado por su partido ni por el pueblo mejicano’”’. Esto importaba el fracaso de la conferencia, pero la presién que el capitalismo yanqui ejer- cia por sus agentes comerciales y por su diplo- macia, obligé a Huerta a dimitir el 15 de Julio. Carranza, poco después se instalé en la eapital La revolucién de Carranza tuvo un eardcter innegablemente social, como lo demostré la cons- titucién promulgada en 1917 bajo su gobierno, que establecia en su articulo 27, parrafo 1°: ‘La propiedad de las tierras y de las aguas compren- didas dentro de los limites del territorio nacio- nal, corresponde originariamente a la nacién, la eual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares constitu- yendo la propiedad privada’’, Parrafo 2°: ‘Las expropiaciones sélo pueden hacerse por causa de utilidad piblica y mediante indemnizacién’”’. Parrafo 4°: ‘*Corresponde a la nacién, el domi- nio de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas 0 yacimientos, constituyan depésitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los tetrenos, tales como los mi- nerales de los que se extraigan metales y metaloi des utilizados en la industria..., los combusti- bles minerales sélidos, el petréleo y todos los car- buros de hidrégeno, sélidos, liquidos © gaseosos’’. Es de imaginar la indignacién del imperialis- mo ante enunciados tan_terminantes. EL 19 de Febrero de 1918, Carranza da un de- creto imponiendo una contribucién sobre el pe- tréleo, de acuerdo al art. 27, que origina una v lenta protesta del departamento de Estado nor- teamericano. El 12 de Agosto de 1918, el secre- tario Lansing pide a Carranza_que suspenda los efeetos de dicho decreto con el pretexto de que el gobierno norteamericano necesita estudiarlo, a lo que se niega Carranza, invoeando la aplica- Pagina 19 de Méjico, como ‘Primer Jefe del Ejéreito Cons- titucionalista, Eneargado del Poder Ejecutivo de Ja Nacién’’, quedando asi terminado este epi- sodio amasado con la sangre del pueblo mejica- no y con la responsabilidad directa de los pe- troleros yanquis e ingleses en su disputa impe- rialista. Me veo obligado a no mencionar por la esea- sez de tiempo, interesantes detalles de los he- chos histéricos que acabo de relatar, pero hay algo que no puedo pasar por alto y que consta en las actas oficiales del Congreso de los Estados Unidos.” Interrogado Mr. Doheney produee el si- guiente didlogo: Presidente: ‘‘;En aquella épo- ca pagaba Ud. contribueiones al gobierno de Huerta sobre sus exportaciones de petréleo?’” Mr. Doheney: ‘‘Habiamos estado pagandolas hasta entonces, pero tan pronto como nuestro go- bierno se volvié contra Huerta y no quiso re- conocerlo, nosotros nos negamos a seguirle pagan- do contribuciones’’. - La Constitucién de 1917 y su contenido antiimperialista cién del “principio de igualdad entre las na- ciones, que muy freeuentemente olvidan los go- biernos fuertes en sus relaciones con las nacio- nes débiles’’. El 1° de Septiembre de 1919, Carranza de- clara en el Congreso lo siguiente: ‘‘Desgracia- damente, el gobierno Mejicano, ha recibido indi- caciones mas 0 menos vehementes del gobierno de los Estados Unidos, cuando ha procurado efectuar reformas que pudieran perjudicar a ciudadanos norteamericanos. Estas sugestiones destruyen deliberadamente nuestra libertad de legislar y anulan el derecho que tenemos de pro- gresar de acuerdo a nuestras ideas. La revolu- cién ha implantado reformas para el bienestar y progreso del pueblo mejicano. El-gobierno pro- cura respetar y consolidar los derechos existen- tes; pero no puede de ninguna manera aceptar el principio de que se limite la libertad de los mejicanos para gobernarse de acuerdo con sus necesidades’’. Mr. Doheney, el cabecilla petrolero yanqui, no tiene empacho en declarar: ‘Que las eompa- fifas petroleras se negaron a cumplir los decre- tos del gobierno mejicano eon el consentimiento, la aprobacién y a indicacién de nuestro Depar- tamento de Estado’’. Mientras tanto, las compafifas financian a un terrateniente Mamado Peléez, el cual con un sueldo de miles de délares al afio actiia en de- fensa de los petroleros extranjeros al frente de un ejército, resistiendo las decisiones del gobier- Sasha i etiditcihiaiss ee snpidipe He ep “Los pueblos de América, vinculados por identidad de origen y de ideales, no de- ben permanecer ajslados unos de otros, ante la actual convulsién universal, sino con- gregarse a efecto de uniformar opiniones y coordinar en lo posible el pensamiento comin en la situacién por que atraviesa el mundo”. DIJO YRIGOYEN Los acontecimientos suscitados en América por la aceién del capital financiero internacional tornan cada vez mas actuales las palabras del mas eminente conductor civil de nuestro pueblo. LA GUERRA DEL CHACO ha sido incubada y sostenida Por el imperialismo, que suplanta la voluntad del Pueblo en la direccién del Es- tado; Por las oligarquias, que actan como agentes de las potencias colonizadoras del Continente en. tal usurpacién; Por la rivalidad de intereses de los invasores, que luchan por'la posesién del PE-¢ ; TROLEO. } EL CONFLICTO PARAGUAYO - BOLIVIANO no encontraré su solucién ahora, en la Hamada “Conferencia de la Paz", pero si el dia en que el Gobierno del Pueblo, hecho efectivo en Paraguay y Bolivia, actie en funcién de los intereses solidarios de nuestra América. TODOS LOS PROBLEMAS DE NUESTRA EMANCIPACION CONTINENTAL . serdn resueltos sobre bases perdurables, sélo cuando nuestros paises se gobiernen por sus Pueblos, no por sus oligarquias, haciéndose efectivo el vinculo natural que f los liga en su destino, t SOBERANIA POPULAR Y UNIDAD DE NUESTRA AMERICA he abhi, como lo dijo Yrigoyen, el gran Programa de nuestra defensa contra la inva- sién, y la tnica posibilidad de las fecundas determinaciones de la justicia social y de una ‘creacién caracteristica. F. 0. R. J. A al reclamar que la Unién Civica Radical vuelva a levantar su bandera, empufiada por una direccién efectivamente radical, es decir, intransigente y revolucionaria, sefiala la tnica via de la liberacién nacional, (Texto del volante anunciando wna conferencia de J. Natalicio Gonzdlex, dada en ta sede de F.0.R.J.A., el 2 de JUNIO de 1988.) Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Pagina 20 no mejicano durante més de dos afios, como que- d6 documentado en la sesién del Senado norte- americano del 11 de Septiembre de 1919, por las declaraciones de Mr. Doheney, Consecutivamente, las compaiiias petroleras emprenden una campafia de publicidad contra Méjico y hasta gestionan ante la Conferencia de la Paz, en Paris, que se niegue a Méjico el derecho de asociarse a la Liga de las Naciones, Nadie diseute ya, la importancia que tuvo en la caida de Carranza, su posicién en la guerra del petréleo, Una vez que eliminade Carranza fuera Obregén clecto presidente de Méjieo, y después de un perfode de tanteos por parte de la diplomacia imperialista, advirtié ésta que Obregén no derogaria el artieulo 27. La tensién entre Estados Unidos y Méjico au- menté cuando Obregén, irriendo a la estrata- gema de gravar con impuestos la importacién de petréleo en Méjico, reimplanté los impuestos de Carranza sobre la exportacién de petréleo, en Mayo de 1921, Los petroleros extranjeros se coligaron contra esta medida agrupandose, los que seguian el influjo de la Standard, en la “‘Asociacién de Productores de Petroleo de Mé- jico’’, Por ese entonees, Norte América e Inglate- rra, disputaban el petrdleo del Asia y légico que las consecuencias de esa lucha se reflejaran en el problema petrolifero mejicano. Desde 1919, Inglaterra habia‘ superado ya a Norte América en Méjico a través del grupo denominado ‘* Agui- la Mejicana’’, En Diciembre de 1920, la diver- gencia de intereses ingleses y norteamericanos legé a aspectos tan violentos que el ministro mejieano de Industrias pudo hablar de una ‘‘os- tensible controversia’’, Esta se reflejé en la di- ferente actitud de ambos imperialismos con res- pecto a Obregén, ya que mientras el grupo yan- qui le combatia, el grupo inglés se mostraba so- licito. Al mismo tiempo los ingleses que actua- ban con gran habilidad, establecieron sus socie- dades como empresas mejicanas, Uevando a me- jicanos a los Consejos de Administracién, Los intereses yanquis, para resistir el impues- to a la exportacién resolvieron bloquearla, y Obregén les replica creando un impuesto al petré- Jeo almacenado en bruto, Los norteamericanos, entonces, resuelven sabotear la produceién, mien- tras los ingleses la activan en forma tal, que a pesar de aquel ardid, el afio 1921 mareé el pun- to eulminante en la produccién de petréleo en Méjico. Pero en este momento la diplomacia yanqui obtiene un éxito: el Tribunal Supremo mejicano declara que el articulo 27 no tiene efecto retro- activo. Estados Unidos no se considera satisfecho y exige todavia mas: el pago de los intereses vencidos de los empréstitos norteamericanos que Cuadernos de F.0.R.J.A. habjan sido suspendidos, a lo que contesta Mé- jico, pidiendo indemnizacién por los perjuicios causados por las intervenciones norteamericanas desde 1917, Después de una nutrida controver- sia, las negociaciones dan por resultado un con- venio, por el eual se compromete Norte Améri- ca a indemnizar a Méjico por sus intervencio- nes y Méjico a su vez se compromete a reanudar el servicio de intereses. La momentinea victoria de Washington, coincide con sugestivos descala- bros de la compafifa inglesa ‘‘ Aguila Mejicana”’, Hegando el sabotaje a términos tales, que en 1923, se hablé de suspender las explotaciones del gru- po inglés, Detertling reacciona sobre la ineapa- cidad de sus hombres, ya a Méjico y poco des- pués de su partida estalla la revolucién de Adol- fo de la Huerta, que apareefa como-simpatizan- te de los intereses ingleses. Obregén se respalda en Norte Amériea y de nuevo ingleses y norte- americanos, actuando sobre pasiones locales en- sangrientan la tierra-de Méjico, Doheney conce- de al gobierno de Obregén un empréstito de ein- co millones de délares y en Abril de 1924 la ve- belién fué sofocada, La tensién anglo-mejicana aumenté con la victoria del grupo yanqui y en Junio de 1924, fueron rotas las relaciones diplo- miaticas, Hegando Inglaterra a eneomendar la proteccién de sus intereses al Eneargado de Ne- gocios de Estados Unidos! En las postrimerias de su presideneia, Obre- gén se vid obligado a reaccionar por las con- diciones que los eapitalistas norteamericanos le exigian para otorgarle un empréstito de 15 mi- Hones de délares, caliticindolas de ‘‘deshonro- sas’, Y al mismo tiempo conereta de nuevo la defensa del artieulo 27 de la Constitueién, ex- presando ‘*que las disposiciones que cireunstan- cialmente lo modificaron tenian el cardeter de provisionales’’. Lameuto no poder referirme al largo debate que en torno al articulo 27 mantu- vieron las cancillerias de Estados Unidos y de Méjico, pero me atrevo a opinar que las aparen- tes desviaciones del gobierno mejieano en el sen- tido de interpretarle en su verdadero contenido, sélo se debieron a las enormes difieultades que tuvo que afrontar la revolucién mejieana, ce- diendo en. algunos momentos, al busear la’ am- pliacion de su base y la unidad del frente revo- lucionario, En el otofio de 1925, y estando ya Calles en el poder, presenta un proyecto de ley sobre Pe- tréleo y Tierra. Aunque quedaba derogada la fuerza retroactiva del articulo 27, se mantenia el principio de que los propietarios extranje- ros habian de someterse exclusivamente a los tribunales mejicanos, aspecto esencial para M6- jieo, ya que impédia invocar la proteceién ex- terior para los intereses mercantiles A] mismo tiempo establecia que todas las sociedades ex- 2 ze Cuadernos de F.0.R.J.A. tranjeras, que dispusiesen de terrenos 0 de de- rechos territoriales, por arriendo 0 cesién, habian de transformarse en el plazo de tres afios en sociedades mejicanas euyo capital ha- bia de estar por lo menos en un 50 % en ma- nos de mejicanos. La reaccién de Estados Unidos no se hizo es- perar; se llegé a la ruptura. La produccién pe- trolifera, disminuy6 en forma tal, que Jos in- gresos fiseales de Méjico mermaron en forma alarmante, Calles se vié obligado a veder y co- mo ‘iniea concesién obtuvo que los extranjeros no invoearian la proteccién de sus gobiernos equipardndose juridicamente a los nativos. Conviene advertir que al estallar en 1926 el conflicto religioso, Estados Unidos rechazé la re- nuneia de sus ciudadanos a la proteceién. Ca- Hes, para disimular su derrota, levé el pleito ante el Tribunal Supremo mejicano a fin de que resolviera si los reglamentos de la ley, de- Pagina 21 bian derivarse de la Constitucién. El Tribunal Supremo resolvié negativamente; una vez mas los petroleros habjan triunfado. Pero el desti- no del Articulo 27 no lo iban a resolver los pe- troleros extranjeros, cualesquiera que fuesen las alternativas de la Revolucién Mejicana. Es evidente que la Revolucion Mejicana estaba es- perando no s6lo a un gran intérprete, sino tam-~ bién a que el pueblo més maduro en la com- prensién de su deber histérico contribuyera a la cohesién necesaria para que Méjico pudiera erguirse unido y utilizar el Articulg.27, no co- mo reeurso de habilidad diplomatics, sino co- mo un ariete en defensa de la Nacién. Y asf Hegamos al momento actual en que basta nom- brar a Lazaro CAérdenas, acaudillando al pue- blo de Méjico, para que todo americano sienta que la primera expectativa genuinamente eman- cipadora de América oprimida se ha puesto en marcha. Conflicto actual: unidad revolucionaria del pueblo mejicano Creo que la mejor manera de iniciar el estu- dio del conflicto actual, es analizar el Mani- fiesto que Lazaro Cardenas dirigié a la nacién mejicana en la noche del 18 de marzo del co- rriente aiio. Comienza el presidente de Méjico, manifes- tando que las compaiiias petroleras se niegan @ obedecer el mandato de la justicia nacional, que por el condueto de la Suprema Corte “las condené en todas sus partes a pagar 4 sus obre- ros el monto de la demanda econdmiea, que las propias empresas IHevaron ante los tribunales judieiales por inconformidad eon las resolucio- nes de los Tribunales del Trabajo’’. Expresa, que ‘“‘un acto semejante destruirfa las normas sociales que regulan el equilibrio de todos los habitantes de una nacién, asi como el de sus actividades propias y estableceria las bases de procedimientos posteriores a que ape- larian las industrias de cualquiera indole esta- blecidas en Méjico y que se vieran ca conflicto con sus trabajadores o con la sociedad en que actian, si pudieran maniobrar impunemente para no cumplir con sus obligaciones ni reparar los daiios que ocasionaran con sus procedimien- tos y su obstinacién’’. Revela, ‘‘que las ecompa- fifas petroleras previendo la actitud del gobierno le habian hostilizado en toda forma lesionando los intereses econdmicos de la Naeién, Hegando a la sustraecién de fondos con aatelacién al fallo del Tribunal que las juzg6’’. Prueba, ‘‘la situa- cién delicada a la cual el poder pablico habia le- gado, pues se veia asediado por los intereses sociales de la nacién, ya que la nevesidad del combustible en todas las actividades que lo re- quieren imponia por la paralizaciém de la in- dustria dispuesta por las empresas la necesidad de su expropiacién, para aerecentar la produe- cién de inmediato’’. Demuestra, ‘‘que la sobera- nia de la nacién quedaria expuesta a las sit ples maniobras del capital extranjero, que olvi- dando que previamente se ha constituido en empresas mejicanas, bajo leyes mejicanas, pre- tende eludir los mandatos y las obligaciones que le imponen autoridades del propio pais’’. Con respecto a la expropiacién en si expresa: “‘Se trata de un caso evidente y claro, que obli- ga al gobierno a aplicar la ley de expropiacién en vigor, no sélo para someter a las empresas petroleras a la obediencia y sumisién, sino por- que habiendo quedado rotos los contratos de trabajo entre las compafifas y sus trabajado- res, por haberlo asi resuelto las Autoridades del Trabajo, de no ocupar el gobierno las ins- talaciones de las compafifas, vendria la para- lizacién inmediata de la industria petrolera, “oeasionando esto males inealeulables al resto de la industria y a la economia general del pais. En tal virtud se ha expedido el decreto que corresponde, y se han mandado ejecutar sus conclusiones dando euenta en este mani- fiesto al pueblo de mi pais de las razones que se han tenido para proceder asi y demandar de la nacién entera el apoyo moral y material necesario para afrontar las consecuencias de una determinacién que no hubiéramos deseado ni buseado por nuestro propio criterio”’. El decreto de expropiacién establece: ‘Por ser de utilidad publica y en beneficio de la na- cién se declara la expropiacién de las maqui- sé VW.al ee eres Pagina 22 narias, instalaciones, edificios, tuberias, refi- nerfias, estanques de almacenaje, medios de co- municacién, autos estanques, estaciones distri- buidoras, buques y otros equipos y tierras que pertenecen a (nombra a las compafifas)..,, que pueden ser considerados necesarios a juicio del Departamento Nacional de Feonomia, para ca- —tear, extraer, conducir, refinar y distribuir los productos de la industria del petréleo, Art. 2° El Departamento de Economia Nacional, con la interveneién del Departamento de Hacienda como administador de los bienes de la Nacién, procederé & la inmediata ocupacién de las co- sas afectadas por esta expropiacién. Art. 3° El Departamento de Hacienda pagaré la debida indemnizacién a las compafiias expropiadas de acuerdo con la constitucién y la ley de expro- piacién, en dinero efectivo y dentro de un pla- zo de diez afios. El Departamento de Hacienda tomara fondos para hacer los pagos de un por- centaje que se determinaré después de la pro- duceién de petréleo y de sus derivados. Art. 4° Notifiquese personalmente a los representan- tes de las compafifas, que el deereto entra en vigor en el momento’ de su publicacién en el Diario Oficial. En la expropiacién quedan in- eluidos 140 vagones standard, pues hace varios meses debido al embargo se prohibio su partida de venta’. Luego Cardenas resume el conflicto: ‘En el afio 1934, en relacién con la huelga planteada por los diversos sindicatos de los trabajadores, al servicio de la Compafia de Petréleo del ‘Aguila S. A., el Bjecutivo de mi cargo acep- t6 intervenir con el caréeter de arbitro a fin de procurar un advenimiento conciliatorio en- tre las partes, En junio de 1934 se pronuneié el laudo relativo y en octubre del mismo aio una sentencia aclaratoria fijando el procedi- miento adecuado para revisar aquellas resolu- eiones que no hubiesen obtenido la debida con- pués refiere Cardenas, como pu so en aceién todo el aparato legal de Méjico para solucionar el conflicto, tropezando siem- pre con la intolerancia de las compaiiias, ha ta que la Junta de Conciliacién y Arbitraje nombré una comisién de peritos respetando disposiciones legales (Comisién de peritos cons- tituida por personas de ‘‘alta calidad moral y preparacién adecuada"’), ‘La Comisién — dice Cardenas — rindié su dictamen eneon- trando que las empresas podian pagar por las prestaciones que en el mismo sefialan, la canti- dad de $ 26.332.756, contra la oferta que hi- cieran las 17 compafifas petroleras durante la tiuclga de. mayo de 1937”’. Los peritos declara- ron categéricamente que las prestaciones con- sideradas en el dictamen, quedarian satisfe- chas totalmente con la suma propuesta, pero Jas empresas arguyeron que la cantidad sefia~ Cuadernos de F.O.R.J.A. lada era excesiva y podfa significar una ero- gacién mucho mayor que coneeptuaron en un monto de 41 millones de pesos’’. En otra parte de su manifiesto afirma Cardenas que insistié en encontrar un convenio extrajudicial entre las partes en conflicto, poniendo en aceién las autoridades del Trabajo y asegurando a su vez a las empfesas que las prestaciones sefialadas por el laudo no rebasarian en manera alguna los 26 millones de pesos, ‘‘no habiendo logrado a pesar de la intervencién directa del ejecutivo cl resultado que se perseguia’’, Agrega el pre- sidente que las compaiias en nada han bene- fieindo al pueblo mejieano y que el balance de sti accion puede reducirse a este saldo negativo para Méjieo: ‘Trabajo nativo pagado con exi guo salario; exencién de impuestos; privile- gios econémicos y tolerancia gubernamental para las empresas. ; En eudntos de los pueblos cercanos de las explotaciones petroleras hay un hospital, o una escuela, 0 un centro social, o una obra de aprovisionamiento 0 saneamien- to de agua, o un campo deportivo, o una planta de luz, aunque fuera a base de los millones de metros etibieos de gas que desperdician en las explotaciones? ; En cual centro de actividad pe. trolifera en cambio no existe una policia pri- vada destinada a salvaguardar intereses par- ticulares egoistas y algunas veces ilegales de estas agrupaciones permitidas o no por el gobier- no? Hay muchas historias de atropellos, de abu- sos y de asesinatos siempre en beneficio de las em- presas, | Quién no sabe o no conoce Ia diferencia irritante que norma la construceién de los cam- pamentos de las eompaiiias? Confort para el personal extranjero, medioeridad, miseria e in- salubridad para los nacionales. Refrigeracién y proteecién contra inseetos para los primeros; indiferencia y abandono, médico y medicinas siempre regateadas para los segundos; salarios inferiores y trabajos rudos y agotantes para los nuestros’. Destaea Inego la aceién subver- siva de las compaiias que alentaron sin disi- mulo ‘‘ambieiones de los descontentos contra el régimen del pais’’. ‘‘Dinero para la prensa antipatridtiea que defiende a las empresas pe- troleras, ete.’’... Afirma que el gobierno ha tomado todas las medidas ‘‘ para que no disminu- yan las actividades eonstructivas que se realizan en toda la Repiblica’’? y para ello pide ‘“con- fianza plena y respaldo absoluto. Pero si el ca- so llega Hegaremos a todos los sacrificios’’... Gareia Mellid puso a mi disposicién un abun- dante material de diarios mejieanos, euyo eon- tenido desgraciadamente no puedo ni siquiera extractar, pero que revelan la profunda solida- ridad del pueblo mejicano en general y de los sindicatos obreros en particular, para con la actitud de su gobierno. Del andlisis de la prensa y de los documen- Cuadernos de F.0.R.J.A. canos se desprende claramena te: 1° Que el gobierno mejicano ha tomado po- sesion de la industria petrolifera de Méjico en manos de compaiiias extranjeras inglesas y nor- teamericanas, que representan un capital de alrededor de 400 millones de délares — el pre- dominio del capital inglés es evidente—. 2° Que al advertir las compaiiias extranjeras in- glesas y norteamericanas, la exigencia de los obreros que de acuerdo a las leyes mejicanas demandahan salarios de despido y aumentos de salarios, sabotearon la industria del petré- leo hasta reducirla de la posicién culminante en la produccién mundia} en 1921 hasta los re- dueidos promedios actuales. 3° Que si en rea- lidad se obligase a las compafifas a abonar las indemnizaciones por despido, deberian invertir en ello una suma muy superior a la de 26 mi- Hones de pesos, que apareeia como la tinica La hermana mayor Analicemos ahora las reaeciones provocadas en los sectores imperialistas de Estados Unidos y Gran Bretafia por la expropiacién de las 17 com- pafifas de su pertenencia, Contrasta de inmediato la distinta actitud de los gobiernos correspondientes. Hemos visto ya, e6mo en los contlictos anteriores, provocados por la lucha de ambos imperialismos alternativamen- te uno y otro, actuaban agresiva o pacificamen- te, de acuerdo a sus conveniencias cireunstan- ciales. Pero ahora hay un aspecto de contusio- nismo, que puede desviar la atencién de los que todavia se encuentran perdidos y sin rumbo en la creencia de que los supuestos sectores demo- erdticos del imperialismo, ofrezean una perspec- tiva favorable a nuestra opresién. Una aparente tolerancia yanqui ¢s abonada eon la politica de la “Buena Vecindad”’ y ésta aparece como una nueva férmula de panamericanismo evangélico, que tiene a Mr. Roosevelt por apéstol de insi- nuante sonrisa. Mr, Roosevelt, se proclama a si mismo, el colmo del ‘‘Buen Veeino’’, decidido 2 tolerar la justa reaccién de sus veecinos mejica- nos justamente agraviados por la ‘mala vecin- dad” de los antepasados del actual presidente de los Estados Unidos. Su comprensiva actitud tran- quiliza a los que nunea han profundizado en el drama de América. Mas esta politica del ‘‘Buen Veeino’’, es hija evidente de la politica de la “‘Hermana Mayor’’, engendrada en el craneo im- perialista de Mr. James Blaine, lider del parti- do republieano y representante politico de las elases manufactureras de los Estados Unidos alla por el afo 1888. Por los esfuerzos de Mr. Blai- ne, la ‘‘Hermana Mayor’’ convocé a un con- Pagina 23 exigencia de los obreros de la industria. 4° Que tanto los petroleros ingleses como los yanquis — sugestivo detalle para los que tienen la ingenui- dad de creer que Inglaterra y Estados Unidos representan los baluartes de la lucha antifascis- ta —. son los que financian la accién de los fas- cistas mejicanos llamados ‘‘camisas doradas’’. 5° Las investigaciones oficiales han demostrado categoricamente que el capital invertido por las empresas extranjeras, hace mas de 10 afios que ya ha sido amortizado y que los beneficios de los tltimos afios, han representado el término medio de un 30 %. (Y mi opinion es que el ca- pital invertido por las compaiifas imperialistas casi siempre es insiynifieante. Las compaiifas ex- portan comandos administrativos y téenicos; el tan mentado capital invertido se forma con la explotacién y la miseria de los paises coloniza- dos). y el buen vecino greso panamericano, por ley del Congreso norte- americano del mismo afio. El propio Mr. Blaine confiesa sus propésitos en esta forma: ‘‘Buscamos la conquista de la paz, deseamos extender nuestro comercio y de manera especial con nuestros amigos y vecinos de este continente, en tanto que las grandes po- tencias de Europa estén acrecentando constan- temente su dominio colonial en Asia y Africa, es de la competencia especial de este pais me- jorar y aumentar su comereio con las naciones de América’’. La conferencia de estados ameri- canos se reunié en Washington en 1889. Blaine presidié en su calidad de Secretario de Estado. Hizo todo lo que pudo para asegurar la supre- macia de los Estados Unidos en la América La- tina, propiciando una unién aduanera ‘‘en la que los Estados Unidos, suplantando a Eurépa, se convirtiera en el proveedor industrial de los paises agricolas de la América del Sur’’. La ‘‘Hermana Mayor’’. no tuvo éxito y su descendiente, la politica del ‘‘Buen Vecino’’, se apresta a recuperar el tiempo perdido. Mientras Inglaterra se manifiesta con violencia inusita- da, Estados Unidos declara por boea de su Se- eretario de Estado, Mr. Cordell S. Hull, ‘‘que Méjieo tiene derecho a expropiar bienes raices extranjeros previo el pago de una indemnizacién adecuada’’. No se trata de razonar con suspica- cia, pero contrasta evidentemente la actitud del Seeretario de Estado con la de los jefes petro- leros que exigen lisa y lanamente la interven- cién. El ‘Buen Vecino’’ frena en apariencia la actitud de los negociantes impacientes, pero est& al acecho del desplazamiento de otras potencias, Pagina 24 Cuadernos sobre todo el Japén, que se movilizé de inme- diato. En los telegramas legados a nuestro pais, el 25 de Marzo, se lee que el Japén se prepara a ofrecer a-Méjico “por intermedio de las com- pafiias privadas, un contrato petrolero de gran- des proporeiones, en el que se estipularia la eom- pra de 500 mil barriles de petréleo erudo' anual- mente. Ademias se concederia ayuda técnica pa- ra la construccion de oleoductos y otras mejo- ras en los puertos mejicanos del Pacifico”? (“La Nacién”). Es de imaginar la repercusién que una actitud semejante ha debido tener en Norte América. Los paises fascistas, ya no se detie- nen por las protestas diplométicas ni por las amenazas formales. Su éxito, esté en agredir sin deseanso a los paises Hamados democraticos. Una decisiéu de Méjico, de Hegar a un acuerdo eco- némico con el Japdn, importaria el apoyo diree- to del mismo y el traslado del peligro del leja- no Oriente a la propia frontera de los Estados Unidos, Es asombroso que puedan enmasearar- se las necesidades de defensa del imperialismo norteamericano, con una aparente reetificacion de ese imperialismo en la politica seguida para con nuestra América, El ‘Buen Veeino’’ hari todo lo que pueda para evitar la ‘‘mala vecin- dad”? del Japén, y su aspecto conciliador tiene origen inmediato en esa poderosa razén. Volveré mas tarde, en la parte final de esta conferencia, sobre el aspecto falsamente demo- crético de los paises imperialistas, pero uu pae- do pasar por alto una constante preocupacién mia de estos dltimos dias. Me ha llamado la aten- cién, que las difieultades por que atraviesa la Conferencia de la Paz del Chaco, tengan rela- cién en el tiempo con la actitud del gobierno me- jicano, Es una caracteristiea del imperialismo, cuando es condueido von astueia, la de replegar- se en un sector para atacar en otro, Deseo que Gran Bretafia y Vamos a analizar ahora la actitud del gobierno inglés. El dia 8 de Abril del corriente aiio, lue- go de enterarse de la_resolucién del gobierno mejicano, Gran Bretafia entrega una nota a aquel gobierno, en la cual, después de especiti- car ‘que se reserva todos sus derechos en este easo”’, da a entender claramente ‘‘que Gran Bretafia ha decidido tomar medidas directas y definitivas para lograr la devolucién de sus pro- piedades’’, manifestacién que importa descono- cer la soberania del gobierno mejicano en el vi- tal concepto de la expropiacién, Después de con- sideraciones cada vez mas agresivas, la nota de Gran Bretafia expresa que: ‘Gran Bretafia con- sidera que sus relaciones con todos los demas Archivo.His de F.O.R.J.A. “esta duda mia, no se concrete en una nueva gue- rra entre dos pafses hermanos, donde nuestro go- bierno apareceré turbiamente mezclado, como amanuense del imperialismo inglés, ,La Stan- dard Oil movilzaré de nuevo las fuerzas milita- res de Bolivia? ;Los intereses petroleros, para resarcirse, iniciardn el asalto definitivo al patri- monio mineral argentino? Los angustiosos dias que se sucederdn de acuerdo a los no menos an- gustiosos que vivimos nos revelarén el enig- ma (2). e Como un nuevo argumento sobre la actitud de dudosa expectativa en que hay que colocarse con respecto a la posieién conciliadora del go- bierno de Estados Unidos, hay que poner en evi- dencia la resolucién por la cual Estados Uni- dos, revoed las compras de plata mejieana el 31 del pasado Marzo hasta nuevo aviso. Dice “La Nacién’? del 26 de Marzo pasado: “Los banqueros de Nueva York estén de acuer- do en que la suspensién de las compras de la pla- ta mejicana ha de agravar considerablemente la situacién financiera de Méjieo. Segin los con- venios existentes, las minas mejicanas — perte- necientes en un 90 % a extranjeros, sobre todo a norteamericanos — deben vender su produc- cién al gobierno mejicano, el cual a su vez ven- dia 5 millones de onzas mensuales al de los Es- tados Unidos. A razén de 45 centavos por onza estas ventas producian dos millones doscientos cincuenta mil délares mensuales y esta eantidad de cambios cumplia un papel de vital importa cia en el mantenimiento del valor del peso mej cano con respecto a la relacién de los cambios exteriores’’. Creo que es innecesario seguir argumentando contra una supuesta rectificaién de la politica imperialista de los Estados Unidos. el conflicto actual paises latinoameticanos se ven comprometidas debido a esta expropiacién de los yaeimientos de sus compaitias petroleras en Méjico’’. Coinei- diendo con la nota oficial de Gran Bretafia en Washington, se dice que ‘‘la inversién total de los capitales britanicos al sud del Rio Grande se caleula en 4 mil millones de délares y se sospe- cha que Gran Bretafia, cree que son demasiado yaliosos para que sean puestos en peligro a cau- sa de una medida del gobierno mejicano, que a su juicio es contraria a los principios del dere- cho internacional”. La actitud inglesa, deja bien en claro, no sélo que la pretendida posicién demoeratica de Gran Bretafia es wna fiecién para su politica interna, ntinas | Www.anhira.com.al Cuadernos de F.O.R.J.A. sino que también demuestra hasta qué punto Gran Bretaiia teme que la resolucién del gobier- no de Méjico, contribuya a que los paises esclavi- zados como el nuestro por Inglaterra, exalten su conciencia emancipadora con el ejemplo del pue- blo mejicano. Las ‘‘democracias”’ imperialistas actiian de es- ta manera: mientras dominan los paises colonia- les por el Soborno, la conseeutiva entrega de sus clases dirigentes y la tolerancia de sus pueblos sumidos en la incomprensién, el confusionismo y la miseria, les basta la apariencia de la ‘“coo- peracion’”’ de la ‘‘Hermana Mayor” o de la “Buena Vecindad’”’. Cuando se manifiesta en los pueblos oprimidos la primera rebeldia, re- curren a sus instrumentos que son los coman- dos oligérquicos nativos, y si éstos fallaran no hay que dudar que Hegarian a la intervencion directa. Muchas veces la intervencién directa, no pue- de ejecutarse en absoluto por las complicacio- nes de la politica internacional, y entonces Ie- ga el momento en que los intereses imperialis- tas quedan aparentemente sin la proteccién de sus respectivas banderas, Pero los intereses im- erialistas no se dan por vencidos y busean de inmediato en la agitacién de las pasiones loca- les, utilizando todos los matices del soborno, ge- neralmente al militar y a veces al politico, para que custodien sus futuras depredaciones. .. Cardenas debera resistir y superar todas las maniobras del imperialismo, y no dudamos de su capacidad por la energia eon que ha contes- tado a las notas inglesas rechazando las preten- siones de Gran Bretafia y defendiendo sin ce- der wn Apice los intereses de Méjico. Tengo la conviecién y por eso no analizo en detalle el as- pecto juridico de las respuestas de CArdenas a Gran Bretafia, (respuestas que por otra parte son del dominio publieo), que Cardenas, al reba- Pagina 25 tir abundando en razones legales, custodia sélo las relaciones internacionales de Méjico, acerca de un acto que siendo esencialmente revolu- cionario no necesita en realidad de esa clase de argumentaciones. Para terminar con el andlisis del problema del petréleo mejicano, tengo que comentar la accién de dos personajes equivocos y misteriosos que surgen inesperadamente en este drama apasio- nante. Me refiero a Mr. Bernard Z. Smith y Francis W. Rickett, corredor de bolsa de Nueva York el primero y promotor de fama internacio- nal el segundo, segin ‘‘La Nacién’’ del 1° de Abril, Hay que recordar que Mr. Rickett, fué quien hizo un contrato con Haile Selassie, sobre el petréleo de Etiopia antes de la conquista ita- liana. Ademéas de misterioso es, pues, “‘ubicuo”’. 4Cual sera la misién verdadera de estos dos per- sonajes? Viajan en avidn, telegrafian, movilizau una campaiia de reclame a su alrededor. ;Con qué objeto? A mi modo de ver, son nuevos ins- trumentos de las compafifas petroleras y los po- sibles negociadores de algiin intento de rectifi- eacién del gobierno mejicano. Por lo pronto, lo dinico que se sabe de ellos es que se presentan co- mo futuros compradores de la produccién de esa procedencia, Inglaterra, para sus intereses de dominacién sobre estas sus colonias sin bande- ra, bombardeara a lo mejor con notas agresivas al gobierno mejicano como un llamado al orden a aquéllas, mientras el petrdleo de Méjieo podria muy bien seguir abasteciendo parte de las ne- cesidades de Gran Bretafia mediante la accién de esos misteriosos testaferros. No es necesario abundar en razones porque ha sido ya demos. trado hasta el cansancio que teniendo Inglate- rra interferida la ruta del Mediterraneo, no con- sentiré la mas leve obstruccién de la ruta atlan- tiea para su mejor aprovisionamiento de mate- rias primas. La leccién de Méjico y el deber revolucionario argentino La actitud del pueblo revolucionario de Méji- co, nos coloca frente a frente con nuestro pro- pio deber, Y su primer llamado nos obliga a sos- tener que nuestra América, —j América oprimida! —eomienza en la frontera norte de Méjico, y que también ese deber nos obliga a nosotros, argen- tinos, esclavizados a Inglaterra, a busear eon empefio la frontera imprecisa y sinuosa de st imperialismo. La frontera norte de Méjico, des- pués que Estados Unidos le hubo cercenado casi ja mitad de su territorio, tiene el precio de la sangre; podemos considerarla por el momento invulnerable. Nuestra frontera esté indefensa; dia a dia es franqueada por nuevos factores de opresién inglesa. Después que la caida de la Unién Civica Radi- cal de Irigoyen y el levantamiento de la absten- cién producido el 2 de Enero de 1935, dejarou indefenso al pueblo argentino, nosotros, los ra- dicales de F. 0. R. J. A. nos agrupamos alrede- dor de la bandera desgarrada del radicalismo. Hemos planteado y resuelto problemas funda- mentales, pero nuestra repereusién es todavia escasa. No hemos tenido la satisfaceién de ver movilizadas nuestros esfuerzos en el seno del pue- blo, pero nos conforta el hecho de servir y de ser un impulso hacia la Verdad, la Justieia, el Bien y la Belleza, esencias inmanentes del Espiritu. Dia a dia, hemos sufrido la defraudacién de posibles expectativas, donde lo personal arde, para luego

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