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XODO 40 – LA TERMINACIÓN DEL TABERNÁCULO

A. Dios le dice a Moisés como ensamblar todo.

1. (Éxodo 40:1-5) Cómo acomodar los muebles dentro del


tabernáculo.

Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: En el primer día


del mes primero harás levantar el tabernáculo, el
tabernáculo de reunión; y pondrás en él el arca del
testimonio, y la cubrirás con el velo. Meterás la mesa y
la pondrás en orden; meterás también el candelero y
encenderás sus lámparas, y pondrás el altar de oro
para el incienso delante del arca del testimonio, y
pondrás la cortina delante a la entrada del tabernáculo.

UN NUEVO INICIO
El Tabernáculo no fue levantado cualquier día. Dios escogió
el primer día del año en el calendario bíblico (Nisán 1),
marcando así un nuevo inicio.
(Éxodo 40:1-2) Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: En el
primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el
tabernáculo de reunión.

Un año después que salieron de Egipto, los israelitas estaban


al pie del Monte Sinai, inaugurando el Tabernáculo.
(Éxodo 40:17) Así, en el día primero del primer mes, en el
segundo año, el tabernáculo fue erigido.

En ese día (1 de Nisán) se armó el Tabernáculo, y todo fue


puesto en su lugar (Exo. 40:18-19).
a. En el primer día del mes primero: Esto indica que ya había
pasado un año desde que Israel salió de Egipto. Este era un
año sorprendente en la historia de Israel. Ellos podían contar
las maravillas de Dios y podían medir su propio crecimiento
espiritual.

i. Es justo el utilizar el paso del tiempo para ver que tan lejos
hemos llegado con Dios. Muchos cristianos no crecen más allá
de su experiencia inicial con Dios. Algunos que han sido
cristianos por 10 años tienen la madurez de cristianos de un
año – ellos simplemente repiten su primer año una y otra vez.

LUGAR DE REUNIÓN

el diseño del Tabernáculo representa el camino de regreso a


Dios. Comenzando en la puerta, pasando por el Atrio y el
Lugar Santo, hasta llegar al Lugar Santísimo, nos enseña el
camino que debemos avanzar para llegar a la Presencia de
Dios.

(Éxodo 29:43-46) Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el


lugar será santificado con mi gloria. Y santificaré el
tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a
Aarón y a sus hijos, para que sean mis sacerdotes. Y habitaré
entre los hijos de Israel, y seré su Dios. Y conocerán que yo
soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para
habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios.

El Tabernáculo funciona como un “portal” que conecta la


Tierra con el Cielo.  Es el lugar de encuentro entre Dios y Su
pueblo.
CONSAGRACIÓN

El Tabernáculo no era un lugar cualquiera. Este lugar debía


ser apartado y dedicado para servir a Dios (no a los
hombres), en otras palabras, debía ser “santificado”. Y como
señal de esta consagración, Dios pidió que todo el
Tabernáculo fuera ungido con el aceite especial de unción
(Exo. 30:23-29).

(Éxodo 40:9-11) Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el


tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con
todos sus utensilios, y será santo. Ungirás también el altar del
holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y
será un altar santísimo. Asimismo, ungirás la fuente y su
base, y la santificarás.

No sólo los muebles y cosas iban a ser santificadas, sino


también las personas que allí iban a servir, es decir, los
sacerdotes (Exo. 30:30-33). Pero antes de ser ungidos, los
sacerdotes debían lavarse y ponerse las vestiduras especiales
para su servicio.

(Éxodo 40:12-15) llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta


del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Y harás
vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo
consagrarás, para que sea mi sacerdote. Después harás que
se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas; y los ungirás,
como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción
les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.
LA PRESENCIA DE DIOS

Moisés y los levitas prepararon el Tabernáculo. Ya todas las


piezas estaban en su lugar. Sólo una cosa hacía falta: que la
Presencia de Dios descendiera en el Santuario. El pueblo
preparó el lugar, y la Presencia de Dios descendió allí:
(Éxodo 40:34) Entonces una nube cubrió el tabernáculo de
reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.

Cuando la gloria de Dios desciende sobre un lugar,


efectivamente “lo llena”. Nadie más puede estar en Su
Presencia.

(Éxodo 40:35) Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de


reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová
lo llenaba.

En ese momento, la gloria de Dios llenó el Santuario. Aunque


más tarde se levantó la nube de la Presencia, ésta no los
dejó. La nube permaneció sobre el Tabernáculo de día y de
noche.
(Éxodo 40:38) Porque la nube de Jehová estaba de día sobre
el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de
toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

El libro de Números hace mención de este evento, y explica


que la nube servía de sombra al campamento durante el día,
y de noche se convertía en una nube de fuego.
(Números 9:15-16) El día que el tabernáculo fue erigido, la
nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a
la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de
fuego, hasta la mañana. Así era continuamente: la nube lo
cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.

La Nube no sólo servía para dar sombra de día y luz de noche,


sino también cumplía otro propósito importante: servía como
guía en el camino de los israelitas por el desierto.

Cuando la nube se movía, esta era la señal para que el pueblo


empacara y comenzara a moverse, en dirección a donde la
nube los llevara. Dios no acompañaba a Israel donde ellos
iban, sino al revés: Israel debía seguir a Dios, donde la Nube
los dirigiera.
(Éxodo 40:36-37) Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo,
los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la
nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se
alzaba.

Los israelitas dependían de la sombra y el calor de la nube


para sobrevivir en el clima inclemente del desierto. La nube
servía a Israel como protección, y también para dirección.

(Números 9:17-23) Cuando se alzaba la nube del


tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la
nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato
de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová
acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el
tabernáculo, permanecían acampados. Cuando la nube se
detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos
de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. Y
cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al
mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová
partían. Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la
mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos
partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se
levantaba, entonces partían. O si dos días, o un mes, o un
año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo
permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían
acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos
partían. Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de
Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como
Jehová lo había dicho por medio de Moisés.

TAMBIÉN EN EL TEMPLO
Así como la Presencia de Dios descendió sobre el Tabernáculo
en el desierto, también sucedió lo mismo cuando fue
inaugurado el Templo en Jerusalén, en tiempos de Salomón.
(1 Reyes 8:10-11) Y cuando los sacerdotes salieron del
santuario, la nube llenó la casa de Jehová. Y los sacerdotes no
pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube;
porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

TEMA DEL LIBRO


El Libro de Éxodo (heb. Shemot) concluye con la presencia
de Dios descendiendo sobre el Tabernáculo que estaba en
medio del campamento de los Hijos de Israel. Esta es la
culminación de la Redención, que es el tema central del libro. 

La Redención no implica “llegar al cielo o la Tierra


Prometida” sino “restablecer la perfecta comunión con Dios”,
tal como la tenía Adán en el Edén.

Los versículos claves que resumen el libro de Éxodo son los


siguientes:
(Éxodo 29:45-46) Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré
su Dios. Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los
saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos.
Yo Jehová su Dios.

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