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A esta letra suministrada por Jerónimo Ossa, Santos Jorge le adaptó la música de una pieza
música ya conocida, creación suya y de Juan Agustín Torres, llamada Himno Istmeño.
En cuanto a la música se refiere, en relación con esta letra, el Maestro Santos Jorge tuvo que
alargar los compases de la música original, por tener los nuevos versos de don Jerónimo 5
sílabas más en las dos primeras estrofas y 6 sílabas más en las dos segundas de cada verso,
que las escritas por don Juan A. Torres.
Su obra musical concluida, titulada “Himno Patriótico Istmeño”, fue publicada en El
Heraldo del Istmo. año 1, núm. 20. 3 de noviembre de 1904. pág. 10 y 11.
Los cambios hechos son: en el coro se cambió “cambiantes” por “ardientes”. En la segunda
estrofa, el verso 1, se elimina “y te besan los pies los dos mares” por “ves rugir a tus pies
amos mares”. La línea siguiente cambió la palabra “misión” por “ambición”. La partitura
no continúa, por lo que no sabemos si hubo otros cambios en las últimas dos estrofas en ese
momento.
En estas condiciones, ya con la nueva letra, el Himno Patriótico Istmeño se siguió
ejecutando en todos los actos públicos y oficiales. Pero Santos Jorge seguía con la
inquietud de que este himno no era un himno oficial. Así que de acuerdo con las
autoridades gubernamentales, organizaron un concurso para escoger el que sería el Himno
Nacional de Panamá.
La primer modificación a la letra del Himno Nacional, la realizó Jerónimo Ossa E. con el
beneplácito de Santos Jorge A., el cual salió publicado en el Heraldo del Istmo del 28 de
noviembre de 1905.
Heraldo del Istmos (Revista Ilustrada) 28 de noviembre de
1905. Año II. Núm. 46.
Esta fue la primera modificación realizada a lo que sería el
Himno Nacional (según Rubén Ho Guerra. Expresado en la
Revista Lotería septiembre/octubre 2015 pg. 48)
Las últimas dos estrofas fueron modificadas de la composición poética entre noviembre de
1905 y diciembre de 1906.
Don Santos Don Lino A. Don Narciso Máximo Arrates Don José
Jorge Boza y Villalón Garay Boza Manuel
Rodríguez
Artículo 2º. – Sendas copias de la música con las respectivas letras firmadas por sus autores
y certificadas por el Secretario de Gobierno y Relaciones Exteriores se guardarán en el
archivo de dicha Secretaría y en el Museo Nacional.
Artículo 3º. – Autorizase al Poder Ejecutivo para que, cuando lo estime conveniente, abra
un concurso por medio de la Secretaría de Gobierno y Relaciones Exteriores para la
presentación de nuevos proyectos de Himno Nacional.
No fue sino hasta el mandato don Rodolfo Chiari, Presidente de la República en 1925, cuando
se firmó la ley 48 (10 de marzo de 1925) en donde “Por la cual se adopta definitivamente el
Escudo de Armas, la Bandera de La República y el Himno Nacional, y se dictan algunas
medidas relacionadas con el aniversario de nuestra independencia”.
Con esta Ley, en su artículo 2°, se dio carácter oficial definitivo al Himno Nacional de
Panamá. Artículo 2:
“artículo 2°: Adoptase del mismo modo, definitivamente el Himno adoptado con carácter
provisional por la ley 39 de 1906 y cuyos autores son don Santos Jorge A., de la música, y
don Jerónimo Ossa, de la letra.
En el año de 1928, se firma la ley 95 (de 26 de diciembre), “Por la cual se dispone la compra
de la propiedad artística del Himno Nacional”. La que se hace por una suma de quince mil
balboas (B/ 15.000.00). En esta compra queda incluido el pago definitivo de las distintas
ediciones oficiales del Himno.
Para 1934, El Maestro Roberto Lewis, realiza en el
techo del Salón Amarillo del Palacio de Las Garzas, una
obra pictórica haciendo referencia al Himno Nacional
de Nuestro País.
Posteriormente fue derogada toda la legislación
nacional al promulgarse la nueva Constitución de 1941,
por lo que hubo necesidad de dictar otra ley para adoptar
los símbolos de la patria. El Dr. Arnulfo Arias como
Presidente de la República, sancionó la ley 28 del 28 de
marzo de 1941, “Por la cual se adopta la Bandera, el
Himno y el Escudo de armas de la República”. Cuyo
artículo 3° establece:
“El Himno Nacional es el que compusieron don Santos Jorge A., la música, y don Jerónimo
Ossa, la letra, cuyas copias firmadas por sus autores y certificadas por el Secretario de
Gobierno de entonces se guardan en el archivo de dicho Ministerio y en el Museo Nacional,
como fue dispuesto por la Ley 39 de 1906”.
Este artículo ratificó la letra de don Jerónimo de la Ossa y la música de don Santos Jorge
como Himno Nacional.
Esta ley fue lo necesario para establecer al Himno Nacional como elemento constitucional.
La cual fue a través de la Constitución de la República de Panamá de 1941, artículo 8°.
Artículo 8°. La Bandera, el Himno y el Escudo de la República serán adoptados por Ley.
Gracias a esta constitución, se adopta en forma definitiva el Himno Nacional como Símbolo
Nacional.
Según la Ley 34 del 15 de diciembre de 1949, en donde se reglamenta el uso del Himno
Nacional de la República de Panamá.
Conforme a la Ley N° 71 de 11 de noviembre de 1955, se declara el 1° de noviembre como
la conmemoración del día del Himno Nacional y se declara próceres de la República a los
extintos ciudadanos Santos Jorge A., y Jerónimo De La Ossa, autores del Himno.
En la Constitución Política de la República de Panamá de 1972, vuelve a certificar, en su
título I. artículo 6, que lo símbolos de la Nación son: El Himno, la Bandera y el Escudo de
Armas, adoptados por la Ley 34 de 1949.
Ya en el año 2012 en la Ley 2 del lunes 23 de enero de 2012, (Gaceta Oficial 26959) que
reforma la Ley 34 de 1949, que adopta como símbolos de la Nación la Bandera, el Himno y
el Escudo y reglamenta su uso.
Esta ley igualmente crea con carácter permanente la Comisión Nacional de los Símbolos de
la Nación, bajo la dirección del Ministerio de Gobierno; en donde se marca sus deberes y
derechos como entidad gubernamental.
Mediante el Decreto Ejecutivo N° 824 (del martes 11 de septiembre de 2012) se designan a
los miembros de la Comisión Nacional de los Símbolos de la Nación.
Artículo 1. Se designa como miembros de la Comisión Nacional de los Símbolos de la
Nación, las siguientes personas:
1. Luis Alberto de Ycaza Uribe
2. Rubén Darío Ho Guerra
3. Vladimir Berrío-Lemm
4. Rommel Escarreola
5. Eduardo Ernesto Castillero Lange
El viernes 15 de junio de 2012, en el Teatro Nacional se grabó por primera vez de forma
digital el Himno Nacional, ya que no había una
versión digital del mismo. La nueva grabación
se hizo en el Teatro Nacional de Panamá con la
Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Música
Viva y el Coro Polifónico de Panamá, bajo la
dirección del Maestro Jorge Ledezma.
Este trabajo de grabación se realizará en tres
versiones: instrumental, con coro y en piano y
voz.
Orquesta Sinfónica el día de la Grabación Digital
del Himno Nacional
El Grupo Sucasa en celebración de sus 45 años
de fundación, como empresa orgullosamente panameña, organiza y patrocina este proyecto
histórico.
El acto protocolar de entrega. Se hizo por parte
del Ing. Guillermo Quijano Jr., presidente de
Grupo Sucasa, quien proporcionó este material a
la Primera Dama de la República, Marta Linares
de Martinelli, en representación del Estado.
Merece crédito y dar mención a la frase del Sr. Berrio – Lemm, en donde aclara:
“El himno, al ser el último símbolo de la nación panameña, es independiente de los dos
primeros. Por ello es un error intentar hacer que parezca que la Bandera, que fue el primer
símbolo, el Escudo, que fue el segundo, y el Himno, que fue el tercero, rimen o hagan juego”.
A través del Decreto Ejecutivo N° 337 del 22 de diciembre del 2017, se aprobó el Manuel
sobre el procedimiento, diseño y uso de los símbolos de la nación, que fue originalmente
elaborado por la Comisión Nacional de los Símbolos de la Nación (CONASINA), adscrita
al Ministerio de Gobierno (MinGob).
En este manual en la sección sobre el Himno Nacional se menciona:
1. El Himno Nacional o Himno se compone de tres partes distintas, todas con un compás
de 4/4 y predominante aire militar. Consta de una fanfarria de introducción, con coro
que se repite tres veces y dos pares de estrofas de contenido. El Himno se interpreta y/o
canta completo.
2. Entonar la fanfarria no equivale a haber interpretado el Himno. En competencias
internacionales, auspiciadas por las reglas de organismos internacionales reconocidos,
es costumbre presentar una versión abreviada de los himnos nacionales de los países
que compiten; para estos casos, la versión que aplica al Himno es la fanfarria, dos
coros y el primer par de estrofas.
3. El Himno deberá ser objeto de aprendizaje como poesía y ser declamado con
entusiasmo y patriotismo. Será enseñado formalmente en los centros educativos
públicos y particulares, como parte de la clase de música, o en su defecto, la que el
plantel establezca, y se supervisará su correcta interpretación.
4. En los centros educativos se izará la Bandera Nacional y entonará el Himno en un acto
cívico a realizarse el primer día de la semana escolar, y aquellos que cuenten con banda
de música, podrán interpretar la marcha Honores al Pabellón al izar la Bandera
Nacional, así como el himno del colegio y, al finalizar el acto cívico, el Himno
Nacional.
5. Existe una sola versión del Himno, por lo que no podrá cambiársele el ritmo, tiempo o
melodía original. Puede cantarse a – capella, adaptándolo al tono adecuado para el
público presente, sin introducir arreglos innecesarios y que fácilmente el conjunto de
voces haga reconocible en tiempo y compases la composición original.
6. Para acto de alto protocolo se empleara la versión sinfónica del Himno, esté o no
cantada por coro de voces.
7. Para actos comunes en lo que el Himno deba ser interpretado, la versión cotidiana es la
realizada por una banda de música.
8. Cuando el Presidente o Vicepresidente de la República ingrese a una actividad, se
interpreta la marcha Saludos al Presidente. Igual se realiza a su salida, excepto cuando
se haya cantado el Himno.
9. El Himno, al igual que los otros Símbolos de la Nación, es objeto de respeto,
reverencia y tiene su propio protocolo. No se aplaude al concluir el Himno.
10. En otros actos cívicos, se podrá entonar el Himno al inicio del mismo, de igual manera
en la apertura de competencias nacionales de un deporte en su primer día y para
cerrarla el último día. En el caso de competencias internacionales, en cada partido se
puede entonar primero el Himno Nacional y luego del himno del país visitante. Las
ceremonias de premiación seguirán el protocolo establecido para las banderas e himnos
que establece el Comité Olímpico Internacional.
IV Uso de los símbolos de la nación en eventos y ceremonias.
7. En actos protocolares, el Himno se interpreta como último punto del acto, en cuyo caso,
una vez concluida su interpretación, se culmina el acto.
V Publicaciones o transmisiones de los símbolos de la nación.
5 Los medios de comunicación están en la ineludible obligación de transmitir la
reproducción del Himno, tanto al inicio como al final de sus transmisiones, sin que
inmediatamente antes, durante o inmediatamente después se transmita mensaje comercial
alguno.
6 las emisoras de radio, televisoras o transmisiones por internet, cuya señal proceda de la
República de Panamá y estén transmitiendo a las seis de la mañana (6:00 a.m.), deben
interrumpir su programación regular para transmitir a dicha hora la reproducción del
Himno.
Himno Nacional de la República de Panamá
Autor: Jerónimo Ossa
CORO
Alcanzamos por fin la victoria
En el campo feliz de la unión;
Con ardientes fulgores de gloria
Se ilumina la nueva nación.
Estrofa 1.
Es preciso cubrir con un velo
Del pasado el calvario y la cruz;
Y que adorne el azul de tu cielo
De concordia la espléndida luz.
Estrofa 2.
El progreso acaricia tus lares.
Al compás de sublime canción,
Ves rugir a tus pies ambos mares
Quedan rumbo a tu noble misión.
CORO
Estrofa 3.
En tu suelo cubierto de flores
A los besos del tibio terral,
Terminaron guerreros fragores;
Sólo reina el amor fraternal.
Estrofa 4.
Adelante la pica y la pala,
Al trabajo sin más dilación,
Y seremos así prez y gala
De este mundo feraz de Colón.
CORO
(Barítono, organista, pianista y director de banda)
Nación el 1 de noviembre de 1870, en el Poblado de
Peralta, población situada en la comarca del Bajo Arga,
en la Ribera Alta de la Provincia de Navarra, España.
Bautizado ese mismo día en San Juan, Peralta, Navarra,
España.
Hijo de Baltazar Jorge y Petra Amatriaim de Jorge.
Contó desde su niñez con el apoyo de sus progenitores
para recibir esa educación musical que le reclamaba su
innata vocación artística; y así, en plena juventud
marchó a la capital de España para perfeccionar sus
conocimiento en la célebre Escuela de Música y
Declamación de Madrid (Dirigida, a la sazón, por otro
Don Santos Jorge Amatriaim. ilustre músico navarro, el compositor Emilio Arrieta).
Grabado en acero de un sello postal Santos Jorge recibió su educación de parte del destacado
Imagen extraído de: Símbolos de la maestro, donde pronto destacó por sus condiciones
Nación Panameña. naturales para el canto y por su virtuosismo en la
https://simbolosdepanama.wordpress ejecución de piezas musicales para instrumentos de
.com/2015/10/24/los-autores-del-
himno-nacional-de-la-republica-de-
teclado; diplomándose en solfeo (en 1885).
panama/
Convencido de la excelencia de sus cualidades, el joven
Santos Jorge advirtió que debía abandonar España en busca de territorio más apto para
consolidación y difusión de sus futuros triunfos.
Fue así cuando, a finales de los años ochenta, junto con sus hermanos, (es decir, cuando aún
no había alcanzado los veinte años de edad), se convirtió en uno de los miles de jóvenes
españoles que, por aquellas fechas, abandonaban la Península Ibérica en pos de un porvenir
glorioso que parecía quedar mucho más cerca en el Nuevo Continente.
La imagen futura de alegría y porvenir, la visualizaban los hermanos Jorge en la región
sureña de Perú, exactamente en la Ciudad de Lima.
En 1889, en su travesía hacia esa tierra sureña Santos Jorge llegó a Panamá en los difíciles
momentos durante el gobierno del General Juan Aycardi. Estos momentos convulsionados
se debió al llamado “Caso de Panamá”, en donde el fracaso de la Construcción del Canal
Francés, lleva a juicio al Ingeniero Ferdinand de Lesseps y a su hijo Charles, acusándolos
de fraude y malos manejos económicos.
Santos Jorge comenzó a frecuentar los templos religiosos más importantes ofreciéndose
como maestro organista. Y quiso el azar que, una mañana en la que se encontraba en la
Iglesia de la Catedral, se le brindase la ocasión de lucir su voz de barítono y su maestría al
órgano ante el Obispo de Panamá, Alejandro Peralta, quien se halló presente durante la
ejecución, por parte de Santos Jorge, de un Preludio de Juan Sebastián Bach, y admirado,
continuó escuchando cómo el joven músico español, de 19 años de edad, interpretaba
magistralmente las cantatas y motetes que siguieron acompañando los oficios religiosos
celebrados en el templo aquella mañana.
Su ilustrísima arrobado por el canto y la ejecución de música barroca, ofrecidos por Santos
Jorge, ofreció al joven artista navarro el puesto de Maestro de Capilla (responsable de la
música sacra durante los oficios religiosos), en aquella misma Catedral, cargo que fue
aceptado de inmediato por quien estaba llamado a protagonizar durante muchos años el
panorama musical panameño.
Al transcurrir tres años (en 1892), Santos Jorge asumió la Dirección de la Banda Militar del
Batallón Ecuador (dirigió la banda desde 1892 hasta 1896; y de 1900 a 1903). Su primera
actuación como director de Banda de Música la tuvo en la Plaza de Santa Ana, el 5 de
mayo de 1892.
El 7 de noviembre de 1892 contrajo nupcias con la chorrerana Juana Ildaura Osorio Ponce
(hija de Rafael Osorio y Josefa Ponce), con la cual tuvo varios hijos. Sus hijas se dedicaron
al magisterio, aunque todas aprendieron a tocar instrumentos musicales gracias a las
enseñanzas de su padre, a quienes muchos consideraron un virtuoso de varios instrumentos
musicales.
Don Santos Jorge Amatriain
En efecto, la fama había empezado a halagar a Santos Jorge hasta el extremo de convertirlo
en uno de los artistas más requeridos del país; y así, a mediados de la década de los
noventa, junto a sus labores de maestro de Capilla en la Catedral y de director de la Banda
de Música Militar, desplegaba una intensa actividad que, al tiempo que contribuía a
extender los ecos de su fama, comenzaba a reportarle esos pingues beneficios que estaba
persiguiendo desde su salida de España. Estas primeras ganancias procedía, por un lado, de
las múltiples lecciones particulares de canto, solfeo, piano y violín que impartía entre los
miembros de la alta sociedad panameña; por otra parte, de una avispada visión comercial
que le animó a sacar partido de la venta de métodos e instrumentos musicales; y, por una
tercera vía, de su incesante actividad como contratista de músicos y cantantes para
amenizar las veladas culturales en los salones de esa alta sociedad que ya había comenzado
a frecuentar.
En abril de 1892, al retirarse de la Dirección de la Banda Militar el Maestro Lucio Bonell,
inmediatamente fue escogido por las autoridades istmeñas el joven Santos Jorge que ya
estaba en plena actividad musical en Panamá. La primera actuación como Director la tuvo
en la Plaza de Santa Ana, el 5 de mayo de 1892 con el siguiente programa:
I. Pasacalle, PANAMÁ, Santos Jorge
II. Obertura, EL TURCO EN ITALIA,
Rossini
III. Valse, RECUERDO DE UN HOMBRE
ILUSTRE, Ángelo
IV. Shottis, VUELVETE A MI, Adam
V. Pasillo, AURORA, Mata
En 1896, tras cuatro años como director de
Banda, hubo abandonar este puesto y dejarlo en
manos del Maestro Arturo Dubarry. Esto se
debió a que Santos Jorge quería centrarse en sus
propios negocios musicales.
Informa Eduardo Charpentier H. que:
“inmediatamente el Maestro Santos Jorge le dio
un cálido prestigio a la Banda, pero la sociedad
lo reclamaba como profesor particular y como
dirigente artístico en casos diversos. Además que
daba clases de teoría y solfeo, canto, violín y
SANTOS JORGE AMATRIAIN piano. Se dedicaba a la venta de métodos y libros
de música. Atendía contratos para amenizar
actos culturales, aparte de sus ocupaciones como maestro de Capilla de la Iglesia de la
Catedral, trabajos que lo mantenían en constante actividad y que le impedía atender la
administración de la Banda. Así se vio el Maestro Santos Jorge obligado a retirarse de la
institución en 1896.
En 1897, su maestría y sus conocimientos volvieron a ser solicitados por la administración
cultural de Panamá, que ahora le ofrecía una ventajosa plaza como profesor de música en la
Escuela Normal de Institutoras y de las Escuelas Municipales. Halagado por el
reconocimiento oficial que suponía esta oferta, Santos Jorge aceptó de inmediato su nuevo
destino docente.
Y este mismo año, compuso la música de una canción para las escuelas que tituló “Himno
Istmeño” con letra de Juan Agustín Torres.
Mucho hizo Santos Jorge con el fin de promover la educación musical y
la cultura en Panamá. Así fue, en efecto, el motivo de su nombramiento
interinamente, mediante Decreto N° 153 de 25 de octubre de 1900, por
el cual asumió nuevamente la dirección de la Banda, en sustitución del
Maestro Egisto Lucchesi. En esta ocasión, el Maestro Santos Jorge fue
nombrado interinamente, mientras llegaba de Bogotá el Maestro José
Vitteri, quien había sido designado como Director titular. No obstante,
Viteri presentó excusas para rechazar el cargo (Resolución N° 14 del 28
de enero de 1901, pg. 315), lo que dio resultado que el Maestro Santos
Don Santos Jorge A.,
Jorge continuara en la Dirección.
con el uniforme de
Director de la Banda
Republicana
Por medio del decreto N° 72 de 23 de mayo de 1903, expedido por el
Dr. Facundo Mutis Durán, gobernador del Departamento, la banda
dirigida en una segunda etapa por Santos Jorge quedó desvinculada del Servicio Militar y
pasó a denominarse (según establecían los nuevos reglamentos de la Institución) Banda
Departamental o Banda del Departamento; por vía de dicho decreto del gobernador se hacía
oficial también el nombramiento de Santos Jorge como director titular de la renovada
agrupación musical. Santos Jorge realizó su trabajo como director de la Banda
Departamental de mayo de 1903 a noviembre de 1903.
Reconocimientos:
Su estancia en chile
Por algún tiempo ejerció en ese país la profesión de educador, dedicándose igualmente al
periodismo.
Durante su permanencia en Chile publicó sus primeros poemas, (que publicó en Valparaíso
(en el año 1865 -a los 18 años de edad)y escribió también en la prensa chilena),
destacándose en igual forma como artista del pincel y el lápiz.
Casi todos sus poemas de este período revelan profunda angustia por la distancia que le
separa de su país natal: “A Panamá, querida”, “A mi patria”, “La patria Lejana”, “A
Panamá soñada”.
Después de este largo intervalo, Jerónimo retornó a su patria a principios del año 1880 por
la construcción del Canal de Panamá. Durante los años de construcción del Canal
Interoceánico, Jerónimo realizó dibujos a lápiz, interesado en estampas para impresiones
sobre los viajeros en tránsito y los diferentes trabajadores de las obras canaleras.
En Chile también aprendió dentro de la cultura universitaria, ideas que provenían de Europa
sobre críticas al liberalismo y al capitalismo. No vivió pero sí estudió sobre la Guerra del
Pacífico y de las rencillas internas chilenas a las que hubo de incorporar lo que pudo ver y
aprender de las guerras civiles colombianas que se dejaron sentir en el Istmo.
Aprendió que las familias se desgarran por el divisionismo político ideológico; que el
pueblo no siempre estaba debidamente representado en la cúpula de gobierno en los
distintos países; que los cementerios estaban llenos de personas inocentes asesinadas en
actos de guerra civil ocasionada por las divisiones y odios políticos y la demagogia llevada
al extremo. Eso sin olvidar que indistinto de su belleza natural y su barniz cultural, Chile
ya era en esa época un país difícil, cuya rúbrica consta en el lema de su Escudo de Armas:
“por la razón o la fuerza”. Sobran explicaciones adicionales.
Ese Jerónimo Ossa, que legalmente eliminó el “de la” Ossa original, inteligente, sensible,
algo revolucionario, es quien observa los acontecimientos de 1903 hasta su
consumación. Es quien ve el luto y el llanto que existe en el Istmo.
Refirieron los familiares de Jerónimo, que el poeta era un hombre muy amigo del diálogo y
por ello su propia hermana María evitó hasta donde fuese posible comunicar a Jerónimo los
detalles del movimiento separatista. Tenían miedo de la lengua de Jerónimo. No por falta
de amor a la patria, sino por temor de que alguna indiscreción pusiera en peligro lo que se
tramaba.
El 30 de junio de 1905, el Heraldo del Istmo le ofrece un reconocimiento por su labor en
una de sus publicaciones.
En el año de 1907, y unos meses antes de que falleciera Jerónimo Ossa, llegó a nuestro
país el poeta de América el nicaragüense Ruben Darío, y quien en un encuentro con el
bardo panameño le compuso un breve poema:
“Vuelvo, Jerónimo, por tu terruño, Don Juan, Don Pedro, Don Luis,
Don Nuño, sus nombres próceros, contigo van, Pasará el tiempo,
pasará el hombre, pero grabado quedará tu nombre, en los cimientos
que quedarán...”
A escasos cuatro años de la independencia y ocupando un cargo consular se le
encomendaron varias tareas, la que no pudo cumplir por quebrantos de salud.
Jerónimo Ossa fallece en la Ciudad de Panamá el 6 de septiembre de 1907, a la edad de 60
años.
El Diario Nuevos Ritos, hace un análisis interesantes de la personalidad de Jerónimo:
“carácter especial inclinado a la fraternidad y al compañerismo, era Jerónimo amigo de
todos, y para todos tenía, con ese buen humor exagerado de que hablamos, una frase
amable, un dicho lisonjero, una improvisación, si bien ligera y sencillísima, galante y
oportuna siempre.
Igualmente señala: “es la muerte un dolor que empieza en la vida desde cuando nacemos,
dice un sabio fraile español, y ello es así porque cada paso que adelantamos, nos conduce a
ella por senda dolorosa, que el dolor es patrimonio del humano linaje. Y doloroso fue
Jerónimo aunque supo ocultarlo tras su risa bohemia, pues bien sabido es que el cuerpo ríe
cuando el almo sufre.......
“.... él que tenía el cerebro repleto de consonantes y de ideas poéticas también lo tenía de
números, pues hizo estudios de ingeniería, y fue, cuando se ocupó en su profesión,
ingeniero aprovechado, contribuyendo no poco con sus luces al buen resultado de los
estudios hechos en la región darienita por sus colegas Sosa, Reclus y Wyse.
“Dotado de raros dones cerebrales, Jerónimo los realzaba por su modestia de buena ley, por
esa sincera ausencia de orgullo y fatuidad intelectual que le llevaba a empequeñecerse a los
ojos de sus semejantes y a hacer de su propia personalidad el blanco de su fecunda sátira.
“Desde que las circunstancias lo elevaron a la condición de “Cuñado del Gobierno”, según
su jovial expresión, Jerónimo, lejos de resignarse a medrar como vulgar hongo palaciego,
salió a romper lanzas denodadamente en defensa de su causa, afrontando siempre el
peligro, recibiendo tajos y repartiendo mandobles, luchando por los suyos con la
animosidad, la bravura y la lealtad de un hidalgo castellano”.
La Asamblea Nacional, a través de las Leyes N° 64 de 1933 y la Ley 71 de 1955, le hizo
reconocimiento oficial y se le declaró prócer nacional.
Honras:
1. Colocándole su nombre a una Escuela primaria ubicada en el Distrito de San
Miguelito.