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Artículos

Mujeres que trabajan: una revisión


historiográfica del trabajo femenino
en la ciudad de Buenos Aires (1890-1940)

Graciela Queirolo '


Hacia la última década del siglo XIX, las mujeres se hicieron visibles en el
espacio público a través de la participación en el ámbito laboral extrahoga-
reño, fenómeno desarrollado dentro del crecimiento de la economía urbana
encuadrado en el proceso de modernización. Éste implicó la inserción del país
en el mercado externo como productor de bienes primarios y como recep-
tor de capitales extranjeros, así como la llegada masiva de inmigrantes que
incrementaron notoriamente la población. En la ciudad de Buenos Aires el
desarrollo de los sectores secundario y terciario de la economía ofreció pues-
tos de trabajo para las/os inmigrantes, quienes dieron vida a un significativo
mercado interno. La demanda de mano de obra fue paralela a su oferta, pro-
ceso en el cual participaron mujeres y varones. Los resultados combinaron
fracasos y éxitos: los primeros originaron la cuestión social," mientras los
segundos posibilitaron el ascenso socioeconómico."
El proceso de modernización dio lugar al discurso de la domesticidad o
de la doctrina de las esferas separadas que se expresó en el sistema legal, la

I Profesora de Historia (Universidad de Buenos Aires). Maestranda del Posgrado en Historia


2 de la Universidad Torcuato Di Tella. E-mail: graqueirolo@hotmail.com.
La cuestión social se manifestó con los problemas de vivienda, sanidad, enfermedad, cri-
minalidad, prostitución, protesta obrera, situaciones ampliamente interrelacionadas entre
sí. Rápidamente se destacó dentro de ella la protesta obrera ya que las clases trabajadoras
eran las víctimas directas de todos aquellos problemas. Véase Juan Suriano, La cuestión
3 social en Argentina. 1870-1943, Buenos Aires, La Colmena, 2000, pp. 2-5.
José Luis Romero, "La ciudad burguesa", en J. L. Romero y Luis Alberto Romero, dirs.,
Buenos Aires. Historia de cuatro siglos, Buenos Aires, Abril, 1983, vol.2, p. 10.

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medicina, las ideologías políticas, la literatura, el cine, los textos escolares y sas jornadas laborales." También, las mujeres obtenían ingresos monetarios
las publicaciones periodísticas, y que presentó a la división sexual del traba- gracias a actividades desarrolladas en el domicilio, mediante el sistema de
jo como parte del devenir histórico." Este discurso concebía como opuestos sudor (sweating system) o trabajo a destajo," que se realizaba en el hogar
irreconciliables maternidad y trabajo asalariado, y asignaba papeles e identi- por encargo de una fábrica, un taller o una casa comercial, e implicaba la
dades para las mujeres y los varones. Fue así como la feminidad fue definida dedicación exclusiva de largas jornadas para obtener ingresos significativos,
por la maternidad, mientras que la masculinidad lo fue por el trabajo asa- razón que lo convertía en incompatible con las tareas domésticas y el cuida-
lariado. Las mujeres fueron instaladas en el mundo privado como esposas y do de los hijos. Por otro lado, se desenvolvían en el sector terciario, como
madres, responsables del trabajo doméstico, y aquéllas que trabajaban fue- empleadas de casas comerciales (vendedoras y empleadas administrativas),
ra de sus hogares se tornaron moralmente sospechosas. Sin embargo, ellas telefonistas y maestras. En estos casos, el trabajo exigía ciertos niveles de
estuvieron vinculadas a la obtención de ingresos monetarios, ya sea en los alfabetización o capacitación, e implicaba una jornada fuera del hogar (más
hogares paternos como hijas o en los hogares conyugales como esposas, La extensa para las empleadas y las telefonistas, menos para las maestras). Las
contradicción entre el discurso de la domesticidad y el trabajo femenino asa- enfermeras, parteras y visitadoras o asistentes sociales, integraban este gru-
lariado fue explicada al considerar a éste como una excepción determinada po. También, el servicio doméstico generaba empleo femenino en calidad de
por situaciones de soltería, viudez, necesidad, o bien como una actividad mucamas, cocineras, lavanderas, planchadoras, nodrizas, niñeras: eran éstas
transitoria, que sería abandonada luego del matrimonio o del equilibrio del actividades que no requerían ningún tipo de capacitación formal.
presupuesto familiar. Este escrito busca evaluar los diferentes estudios que se han producido
Gracias al análisis de los diferentes documentos del período (censos, prensa sobre el trabajo femenino en la ciudad de Buenos Aires en el período com-
obrera, documentos oficiales, informes de militantes feministas, publicaciones prendido entre 1890 y 1940, cuando los cambios modernizadores esbozados
periódicas, literatura, letras de tango, material fílmico), surge la certeza de maduraron, dando lugar a la problematización de la condición femenina,
la complejidad del mundo del trabajo femenino, ya que las mujeres obtenían significada hegemónicamente por los principios de la domesticidad. Nuestro
ingresos monetarios a través de la participación en variadas actividades con recorrido comienza por los estudios que han tratado de cuantificar la presen-
diferentes características. Por un lado, se desempeñaban en el sector se- cia de mujeres trabajadoras, para luego adentrarnos en las interpretaciones
cundario, en donde eran coritratadas por las grandes fábricas. Este trabajo historiográficas sobre el trabajo femenino tanto en el sector industrial como
moderno, dados los niveles de mecanización y automatización, se desarrolla- en el sector terciario. Como se verá, muchos de los análisis son tributarios del
ba fuera del hogar y estaba sometido a una larga jornada laboral. 5 Junto a discurso de la domesticidad. En las últimas décadas, la perspectiva analítica
las grandes fábricas se hallaban los talleres que contrataban menor cantidad de género ha permitido hacer más fino el análisis ya que ha desarmado los
de mano de obra, y donde predominaba una producción manual con exten- supuestos de tal discurso, al cuestionar la naturalización de las identidades
genéricas.

4 Tomamos esta conceptualización de Joan Scott. quien la ha aplicado para las sociedades de
Europa Occidental. Véase J. Scott. "La mujer trabajadora en el siglo XIX", en Georges
Duby y Michelle Perrot, dirs., Historia de las mujeres. Tomo 4. El siglo XIX, Madrid,
Taurus, 2000, pp. 425-46l.
Las mujeres predominaban en los establecimientos dedicados a la producción textil (hilan-
derías de algodón, seda, lana. cintas, elásticos), y en aquellos dedicados a la producción
de alpargatas, sombreros, guantes, medias, lencería, bolsas de arpillera, bolsos, botones.
Tam?ién en el sector alimentario (frigoríficos y fábricas de galletitas y caramelos), y en
las fábricas de cigarrillos y de fósforos. En las industrias químicas desarrollaban tareas de 6
empaquetadoras y etiquetadoras. mientras que en el sector gráfico, eran numerosas en la Talleres de confección de prendas y calzado, de lavado y planchado de ropa, eran los que
act.ividari de encuadernación (encoladoras, cosedoras, dobladoras, ponepliegos, sacaplie- 7 Contrataban mujeres.
gos), ven el manejo de algunas maquinarias (timbradoras y numeradoras). Dentro de este sistema se encontraban quienes confeccionaban ropa y las aparadoras.
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¿ Cuántas eran las trabajadoras?


. barzo fue mayor la cantidad de mano de obra
La medición de la mano de obra femenina domésticas, costure~as. Sin em "'d' b demandada. Por otra parte, acti-
ofrecida que la cantidad de man~ . ~ o ~e los cargos de toma de decisiones
vidades terciarias subalternas, a eja as. . da y estatal empleos en el
Los estudios que, a través de la lectura de los censos de población,8 han .. ti la burocracia pnva , .
intentado medir cuántas fueron las mujeres que ingresaron a las tareas asa- -empleos adm.llllstra IVO~en, _ ofrecieron puestos crecientes, aunque no SIg-
sector comercial, el magisterio di s que habían tenido acceso
lariadas, constituyen un primer corpus para analizar el trabajo femenino. 1 . de los sectores me 10
Dentro de ellos y siguiendo una perspectiva de largo plazo a escala nacio- nificativos, para ~ mUj~res li 1 disminución de la cantidad de mujeres
al sistema educativo. ASI se exp ica a l
nal, ocupó un lugar destacado la interpretación de la curva en U, desarro-
en el mercado laboral. 10 1 . es similares a las de Kritz,
llada por Zulma Recchini de Lattes y Catalina Wainerman y retornada por F ,,' 1 bora conc USlOn
María del Carmen eljOo.e a 1 de 1887 y el de 1914, arco
Ernesto Kritz y María del Carmen Feijóo. Según tal interpretación, en los . d d B os AIres entre e censo .
inicios de la modernización económica (1869-1914), la participación femeni- para la ciuda e uen " 'd d bra femenina se mantuvo casi
1 11 proporcion e mano e o ,
na fue alta, y se caracterizó por la combinación de funciones domésticas y temporal en e cua a 24%) 11 Mediante un análisis de las categonas
económicas muchas veces indiferenciadas, que se realizaban en unidades de constante (alrededor de un . . rofesiones femeninas, y observa que un
censales, trata de reconstruir las p 1 define como trabajo moderno
producción familiares como talleres o pequeños comercios. En un segundo
28% de mujeres se desempeñaba~ en o que . les) mientras que un 72%
momento (1914-1947), a medida que la modernización se fue complejizando, . . t . d stnales y comerCIa , )
lo cual implicó la aparición de grandes unidades de producción que absor- (grandes estableclml:~ os m ,utico el trabajo domiciliario (sweating system
se ocupaba en el serVICIOdomes ,. d t.i o y las tareas de oficina.
bieron a las de carácter familiar, se diferenciaron las funciones domésticas de ..
Y el sector terciario . 1 'a el SIstema e uca IV
que me Ul d . t . v administrativas fuera de
las económicas, y la participación femenina en el mercado laboral disminuyó bi 1 teas e magis eno ,
Es llamativo que u ique as ar 11 arte de las novedades de la
porque las mujeres fueron retenidas en los hogares para la crianza de los hijos d esto que e as eran p .
los trabaj os mo ernos, pu 1" o de la obrera personaje
y el trabajo doméstico, mientras que los hombres se ocuparon de las tareas T' b aya e espejssm ,
urbanización porteña. El ana ISISsu r, por lo que traía de novedoso
económicas y aportaron los ingresos monetarios al hogar. Finalmente, en un f más visible para los contemporaneos
tercer momento (1947-1970), en el cual se produjo el crecimiento del sector que ue , b ntitativamente.
que por lo que representa a cua 1 .. Fernando Rocchi sostiene que
terciario (educación, salud y burocracia), se desarrolló una alta participación. . ., 1 d' 't' co de eSpejISmO, .
femenina en el mercado laboral, puesto que las mujeres ingresaron a él como En OpOSIClOna iagnos l ferid or las zrandes fábricas a partir
parte de tal sector. 9 Id obra preren a p '"
las mujeres fueron a mano e d t ación de capital. Su lectura
' oceso e concen r
El análisis de Ernesto Kritz se focaliza en el tramo descendente de la de 1890, cuando comenzo un P~as fábricas de los talleres, y observa que ,a
curva en U (1869-1914), a escala nacional. El autor concluye que la mar- del censo de 1895 desagrega 1 t blecimientos mayor porcentaje
' d bai dores en os es a , , ,
mayor cantidad e tra aja t " de capital también afecto
ginación de las mujeres de las nuevas actividades productivas creadas por de mujeres contratadas en ellos. La concen racion
la modernización, se debió a los requisitos de fuerza física o de calificación
para el uso de maquinaria, los cuales impidieron que las mujeres se ocuparan
en ellas. De esta manera, las tareas que les quedaron reservadas fueron las
vinculadas con los servicios domésticos: planchadoras, lavanderas, cocineras,

8 Son empleados en los análisis los censos nacionales de 1869,1895, 1914 Y 1947; Y los censos
municipales de la Ciudad de Buenos Aires de 1887, 1904 Y 1909. 10 Ernesto Kritz, "La formación de la fuerza de trabaioJ en la Argentina, 1869-1914", . en

9 Zulma Recchini de Lattes y Catalina H. Wainerman, "Empleo femenino y desarrollo' Cuadernos del CENE?, n? 30, 1985. . t ñas a comienzos del siglo", en Diego
económico: algunas evidencias", en Desarrollo Económico, vol. 17, n? 66, 1977, pp, 301-
317. 11 María del Carmen Feijóo, "Las trabajadoras ~or eEstudiOS de historia social argentma,
Armus, cornp., Mundo urbano y cultura popu al'.
Buenos Aires, Su d amencana,
' 1990 ,. pp 281-311.
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Graciela Queirolo
Mujeres que trabajan: ...
al sector comercial, y dio como resultado . .,
donde la mano de ~bra femenina tambiénl:tpan~lOn de las grandes tiendas
P~r, su parte, Mirta Lobato ha ti d canzo altos porcentajes. 12 y 1914 señala un crecimiento de la participación femenina en la industria,
la hlpotesis de R hi ma Iza o la curva e U ' el comercio, la administración pública, y el sistema educativo. La ciudad
'fi L " ,occ 1 y recurriendo al análi' d .n, apoyandose en
gon caso a VISlOndellarO'o 1 SlS e archIvos de em re . de Buenos Aires, como centro industrial y administrativo, ofreció modernas
~aj~ de empleo femenino (~lr~d:~;~!0~~a3~~a)ti~a debido al elevada P:~c!:~ oportunidades laborales, a pesar de la abrumadora mayoría de mujeres en el
e a.ca:ne en el período señalado como o, emandado por la industria servicio doméstico. 16
nes SImIlares Son sostenidas p R' de menor participación 13 ea 1 . De este recorrido por los análisis de las fuentes censales podemos concluir
b 1 or ícardo R 1 ' . nc USlO-
d~e.a a. ~ectura de los censos afirma a con, cuya análisis elaborado en que la lectura de ellas genera más incertidumbres que certezas. Aquellos que
Ism111UclOnen términos '. que entre 1895 y 1914 se enfatizan el largo plazo destacan comparativamente la baja participación
ddela participación femenina °absne:valuna
cional, explicada por la dersetlrautlv?~ femenina en el mercado laboral en el período 1890-1940, pero aquellos que
y 1d CClOn e las . d . rve na-
e escenso de las actividades femen: 111.ustrias artesanales del interio

;:~~~~~:~s
estudian el período en sí, y se concentran en la ciudad de Buenos Aires,
sostienen un incremento de la participación femenina en términos absolutos,
~7re:~::n:~ absolutos. ~:~~t;~nl~~:~: ~al:i:~~cultura, per~
en los sectores secundario y terciario de la economía urbana. Más allá del
urbana demandaba ddescensoen términos relativos d d dI de Buenos
Don mano e obra femenina ' on e a economía debate sobre la cantidad de trabajadoras, podemos establecer un acuerdo
na Guy no debate con los pri '. en el sector secundario 14 en el hecho de que los procesos de modernización reacomodaron el mundo
conclusiones em nnclplOS de la curva U .
del trabajo y la participación de las mujeres en él. La destrucción de las
;!;l;~~~r:~~~ ~~aE!~:t~~~i~nel~:s'l~a:~~~;~~~~:d~:e~~t~~~b~~u:e~:~~:: actividades artesanales en el interior, así como el proceso de concentración
las últi , error, provocada or 1 . osu slstencia en económica en la ciudad de Buenos Aires, expulsaron mano de obra femeni-
I:nas decadas del siO'loXIX D P , a modermzación económica e na, pero al mismo tiempo la ubicaron en nuevas actividades. Fue así como
en 1a CIudad d B b . espues de la P . , n
el rubro textil ~ue uenos Aires, la expansión de la ;~~era ?ue:ra Mundial, obreras, vendedoras de casas comerciales, empleadas administrativas, maes-
docencia .. una Oportunidad para las . U:ClOn 111dustrial en tras, ocupaciones "modernas", convivieron con las trabajadoras a domicilio
marginad~se~s~rvlclO doméstico. El trabajo sex:~J;re~, as] ~~mo también la -costureras- y las empleadas domésticas, ocupaciones "tradicionales" , porque
A ., e aparato productivo 15 ue a OPClOnpara aquéllas si bien los cambios modernizadores creaban nuevas vacantes, también permi-
sunClOn Lavrin. dista' . tieron la permanencia de tareas ya conocidas. Señalar las continuidades con
crecimient d 1 nCIada de la curva en U fi
períodos anteriores, no implica negar los cambios, lo cual nos permite cues-
el período ~01~P:e:~~!C~~~~~ó~8;~n;~~n;0 e~ las ~~i~~:d~~ee~::~~~~~ ~~ tionar la oposición tradicional-moderno en las ocupaciones femeninas. Los
. u lectura de los censos de 1895 estudios que han sostenido la hipótesis de la curva en U han manifestado
su preocupación por el predominio de las actividades tradicionales sobre las
12 B
ernando Rocchi "C modernas, lo cual deriva en la conclusión de que los cambios modernizadores
fe' . oncentración de .
menll10 en Buenos Aires, 1890- ~~Pltal, concentración de rnu ier . excluían a las mujeres. Sin embargo, las supuestas ocupaciones tradicionales
1m, dirs., Historia de 1 . 1930, en Fernanda Gil L J es. Industna y trabajo
222-243 as mUjeres en la Aruentina B ozano, Valeria Pita y Gab . 1 se desenvolvieron en situaciones creadas por el proceso de modernización,
13 . o , uenos Ai T ne a
Mirta Lobato La 'd . res, aurus, 2000, vol. 2 pp como por ejemplo, la costura realizada en el hogar por encargo de una ca-
b ' V¡ a en las fáb .' , .
14 o rers: Berisso (1904-1970) lICas. Trabajo, protesta .. sa comercial. En estos casos, las costureras eran tan "modernas" como las
Ricardo Falcón El ' Buenos Aires, Prometeo L'b y po}¡tlca en una comunidad
15 de América Lat'ina, %~~do del trabajo urbano (1890_1;1;;S~Entrepasados, 200l.
obreras y las vendedoras de tienda. 17
Donna Guy, El sexo eli , uenos Aires, Centro Editor
Aires, Sudamerica p tgrosc, La prostitución le al .
1810-1914" L na, 1994; D. Guy, "Women P g en Buenos Aires 1875-1955 B
, en etin American R ' eonage and Indust a . j" ,uenos 16 Asunción Lavrin, Mujeres, feminismo y cambio social en Argentina, Chile y Uruguay
esearch Review, vol. 16 n03 198t IzatlOn: Argentina 1890-1940, Santiago de Chile. DIBAM, 2005.
, , , pp. 64-89.
17 Un aspecto que no reseñaremos por una cuestión de espacio pero que no podemos dejar
de mencionar es la relación entre mujeres nativas e inmigrantes y su desempeño en ocupa-
36.
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Quiene~ emplean las fuentes censales han señalado sus ro '


ello~ ~onsIste, en la dificultad de hacer visibles los traba' p ble.~~. yno de características laborales hasta llegar al abordaje tanto de las experiencias y
serVICIOdomestico 18 Tamhí 1 _ JOSdomIcIlIanos y el subjetividades de las trabajadoras como de las representaciones del trabajo
. . ien se la senalado el hecho de
las mujeres privilegiaran su identidad de d ~ue m.uchas veces femenino. A efectos organizativos hemos dividido este apartado en el sector
b aja. d oras cuando el censista realizaba las amas e casa a su identidad d tr
t e ra- industrial Y en el sector terciario de la economía.
pregun as acerca de 1 it
l a b ora.1 Muchas veces intervenía la su b .etivid .,
d d 1 a SI uacI~n Nuestro análisis deja de lado, para ser abordada en otra ocasión, la proble-
trar el trabajo impregnada de las J . a e encuestador para regis- matización de los movimientos de protesta de las trabajadoras y sus acciones
la domesticidad sobre qué era traba .conceP:IOne~9 c~ltura1es del discurso de sindicales, así como también las actividades del movimiento feminista. Tanto
categorías ocupacionales utilizad JO ~ q~e no. Fmalmente, las diferentes la protesta de las trabajadoras como la militancia feminista son dos aspectos
paraciones entre ellos, y nos alert::l ~~lbI~:qa :e~so'fitondlan difíciles las corn- del mundo de la política que junto con el mundo del trabajo visibilizaron a
de ellas. ue sigrn ea o se esconde debajo las mujeres.

Las interpretaciones historiográficas 2.a. El trabajo femenino en el sector industrial:


sobre el trabajo femenino la mujer obrera
Gracias al uso de diversas y transitadas fuent 20. . El trabajo de mujeres en la industria ha sido uno de los tópicos de los estu-
riográficas del trabaJ'o e . h '. es, las mterpretacIOnes histo- dios que han analizado el mundo del trabajo urbano, donde podemos ubicar
remeruno an dIbUjad t .
con la mención de la presencia e . O una rayectona que se inició las obras de José Panettieri, Héctor Recalde y Ricardo Falcón.F En líneas
. rernenma en el mundo d 1 t bai A'
pionero grupo de escritos desc ibi 1 e ra ajo. SI, un generales, estos escritos sostienen que el trabajo de las mujeres, hijas y es-
. n 10 a constante ti .,
en las actividades económicas a lo o . par .IcIpa.cIOn de las mujeres posas, fue causado por la necesidad económica que las empujaba a buscar
de la historia argentina. con especi~ré~Ede. la hIstona ~n.I~ersal, y a lo largo ingresos concebidos como complementarios a los de los hombres. A las malas
d
modernización 21 Los T' f aSIS esde los mICIOSdel proceso de condiciones laborales manifestadas en largas jornadas, accidentes. ambientes
. ana ISISse ueron complejizando con el estudio de las
insalubres, se agregaban las peores condiciones del trabajo femenino, que
consistían en los salarios inferiores, los acosos sexuales de los empleadores,
la des protección durante el embarazo, y la de por sí débil constitución física
~~n~~.~oI\~ce~~~::oco~~o ~;~a~~io~alesh~ n:dernas. Al respecto véase D. Guy. "Wornon?". de las mujeres. Los autores destacan las tensiones creadas entre maternidad-
18 Feijóo. ob. cit ...,. OCC 1, o . CIt.
19 M 1 N . hogar y trabajo remunerado, ya sea en la fábrica o bajo el sweating system.
arce a ari, Políticas de maternidad meternnli , . Sin embargo los análisis no problematizan ni la definición de feminidad an-
20 Buenos Aires, Biblos. 2005 y el na}¡smo pollUco Buenos Alles (1890-1940)
~ los censos de poblacIón CitadOS en la nota
Código Nectooei de Trebejo la legí 1 '1 b8, se agregan el Informe de Bialet Massé. el
(l 4 . s ación a oral en . 11 1
ey .661) y la ley de reglamentacIón del trab .' d especia a ey de descan o dorninioal Henault, "La incorporación de la mujer al trabajo asalariado", en Todo es Historia, n?
como tambIén los Diarios de S d 1 ajo e mUjeres y menotes (ley 5291) así 183, 1982. También se puede ubicar aquí el escrito de Viviana Bartucci, cuya originalidad
deb t d esionss e a Cámara de D' t d d . ,
a es e tales leyes el Bol ii. d 1 D IpU a os onde se asientan los radica en el uso de los avisos clasificados de la prensa periódica. Véase V. Bartucci, "Oferta
de I 'd ., e 1lI e epaltamento Neci 1 d TI b
os me ICOShlglellIstas (Ed d W Id Olla e 'a «jo, los informes y demanda. Mujeres trabajadoras en la presidencia de Justo", ponencia presentada en el
emitidos por los congresos obre~~sl 0 I e, E m¡]1OCOI1l, José Penna), los documentos Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina Santa Rosa, Academia Nacional de
de m I t . , 1a prensa de las orga . b
21 1 I antes femmlstas (Gabnel L' ruzaciones o reras. los informes la Historia, Buenos Aires, 1999.
Si bien este listado no h a apernere de Coni y Carolina Muzailh) 22 J
. es ex austivo podemo . . Panettieri, Los trabajadores, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1969; R. Falcón, ob. cit.: H.
mujer en el mundo del trab B' s menciona- los escritos de Elena Gil La
Fe' L aJO, uenos AIres Edi Lib ' Recalde, La higiene y el trabajo (1870-1930), Buenos Aires, Centro Editor de América
IJOO, '. a mujer en la hístor . cienes I era, 1970; María del Carmen Latina, 1988, y del mismo, Mujer, condiciones de vida, trabajo y salud, Buenos Aires,
I la argentm " 11
a ,en odo es Historia, n? 183, 1982; Mirta Centro Editor de América Latina, 1988.
38.
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clada en la m~ternidad, ni la oposición hombres-trabajo asalariado/mujeres_ proceso Y difundidas a través de la familia, la escuela y el ámbito laboral.
hogar-maternidad que es pr:sentad~ como una de las características propias Si bien el ingreso a la fábrica llevaba implícita la doble jornada femenina,
del proceso de modernízaoíon economica. De esta manera estos análisis son las mujeres desarrollaron estrategias para compatibilizar trabajo asalariado,
reproductores del discurso de las esferas separadas.
hogar y maternidad. Por ejemplo, con respecto al cuidado de los hijos, los
. ~mparenta~~s. con el mundo del trabajo urbano, pero otorgando exclu- mayores cuidaban a los menores, o bien se podía acudir a la ayuda de algún
SIVIdad al ana]¡sIs ~e la mujer obrera se encuentra otro grupo de escritos, vecino u otro familiar. Esto no fue contradictorio con las representaciones
d~nde podemos ubicar, entre otros, a Matilde Mercado, Mirta Lobato, Sil- impuestas por la división sexual del trabajo porque las mujeres argumen-
via Bad~z~, Fernando Rocchí y Marcela Nari.F' Sus conclusiones describen taban que trabajaban para satisfacer necesidades inmediatas, y concebían
l~ condiciones labo~ales de las obreras, y tratan de explicar las ideas que a la fábrica como un lugar de paso. Así, las características de complemen-
CIrcula~an en .la SOCIedad acerca del trabajo femenino en general, y en el tariedad salarial y de transitoriedad del trabajo femenino actuaron como
sector industrial en partIcular. Al igual que los autores anteriores este se-
lezitimadores del trabajo extradoméstico. Ahora bien, las mujeres también
gundo grupo de análisis acuerda con que el trabajo femenino en Ias fábricas ingresaban en el frigorífico para buscar mejores condiciones de vida, materia-
respondía a una :~ndición de necesidad económica y complementariedad del lizadas en el acceso a la casa propia o la instalación de un pequeño comercio
presupuesto famIlIar: Sostienen que el trabajo femenino se concentraba en minorista que les permitiera generar ingresos en épocas de desocupación, o
tareas. con esc.asos mveles de calificación, lo que se utilizaba para justificar bien abandonar su condición obrera. Sin embargo, en ningún momento el
los ba!~s salanos y, por consiguiente, lo hacía atractivo para los industriales. trabajo asalariado fue considerado un elemento de liberación personal por
Tamblen hacen referencia a las malas condiciones laborales
las trabajadoras. De esta manera, es importante destacar las tensiones in-
Matilde Mercado .afirma que a pesar de que las mujere~ predominaban ternas que debieron sufrir las obreras cuando no acataron el mandato de la
en lo que ella de~o~ma ocupaciones tradicionales -costureras, planchadoras, domesticidad y permanecieron en las fábricas.:"
emplead~s domestIcas-, y en esto adhiere a la hipótesis de la curva en U Silvia Badaza ha rescatado las voces de los empresarios y de los trabajado-
un .reducIdo gr,upo de obreras transgredió involuntariamente, debido a ne~ res zráficos ante la incorporación de las mujeres en la industria gráfica. Los
cesidadn, economicas, el mandato de la división sexual del trabajo que las industriales emplearon mujeres no sólo debido al ahorro del costo salarial,
confi~ab~ al h~gar. De aquí se desprende que el ingreso en el mundo del sino también debido a la docilidad femenina que convertía a las mujeres en
trabajo ~I?mfico la conquista de un nuevo espacio, a pesar de la dureza de trabajadoras de más fácil disciplinamiento. Los sindicatos obreros se opu-
las cond~clOnes laborales, y de que salir del hogar no implicó ni relegar ni sieron al trabajo femenino argumentando los daños morales y físicos que
compartIr con los hombres, el trabajo doméstico. 24
causaba en las mujeres, aunque la oposición también giró en torno a motivos
. Mi.rta Lobato ha complejizado el análisis a partir de indagar en las expe- económicos, ya que vieron en la obrera la causa de la reducción del nivel
~I:ncla~ de las obreras, y de concebir a la división sexual del trabajo como salarial. Sus argumentos oscilaron entre el retorno al hogar y la equiparación
conjunto de representaciones culturales formadas a través de un larzo salarial entre hombres y mujeres"
b

13
~. A. ~ercado, La primera ley de trabajo femenino. "La mujer obrera" (1890-1910)
"Eulenos ires, Centro Editor de América Latina, 1988; M. Lobato ob cit.: S Badoza'
Ingreso de la man d br fernen i . ".,. , 25 Su análisis ha incorporado a las fuentes ya citadas en la nota 20, los archivos de personal de
gráfica" en Lidí K ch e o la emen ma y los trabajadores calificados en la industria las empresas frigoríficas y el uso de entrevistas en profundidad propuestas por la historia
, I la nec er y Marta Panaí L"
sociedad argentina B . anala,. comps., a mited del país. La mujer en la oral. M. Lobato, ob. cit.; M. Lobato, "Mujeres en la fábrica. El caso de las obreras del
Rocchí b' ,uenos Aires, Centro Editor de América Latina 1994 pp 290-300' F frigorífico Armour. 1915-1969", en Anuario del Instituto de Estudios Históricos y Sociales,
1, o . cit., Lavnn ob it.: M N . "F '. . ' ,. ,.
'Encuesta Beml'nl'sta A ' . el 'd' . art, errurusrno y diferencia sexual. Análisis de la n? 5, 1990, Y de la misma autora, "Una visión del mundo del trabajo: el caso de los obreros

4 M. A. Mercado, ;b. ~:w


y Americana "Dr E íli R'
rgentma e 1919'"
." ,en
B 1 - d 1 .
o etin e InstItuto de Historia Argentina
aVlgnam, 3" serie, n? 12, 1995; M. Feijóo, ob. cit.
de la industria frigorífica. Berisso. 1900-1930", en Diego Armus, comp., ob. cit., pp. 313-
337.
26 S. Badoza, ob. cit.
40.
Graciela Queirolo
Mujeres que trabajan: ... .41

El enfoque de Fernando Rocchi destaca que si bien existía un consenso


social en torno a que el lugar de las mujeres era el hogar, el trabajo feme-
do elaboró un reducido corpus legal.P'' tributario del
nino fue considerado como un mal necesario. El autor reproduce las voces Por su parte, el Es~a. a ue definía la feminidad desde la materni~ad,
de los industriales quienes preferían la mano de obra femenina porque ge- discurso de la dom~stlcldad.y q una situación excepcional que necesita-
neraba ganancias mayores. Esto se debía a que sus salarios eran menores y concebía el trabajo femem~o co~o 31 El Códizo Civil de 1869 colaboró
y a que los contratos temporales permitían articular las realidades de las ba ser reglamentada para evitar a usos. uieres bajo la tutela del padre y
mujeres -embarazos y etapas de crianza- con las oscilaciones de la produc- con tales concepciones, al coloc~~2~ las :odificó beneficiosamente el status
ción determinadas por el mercado. Los industriales defendieron el trabajo del marido. A pesadr de en
qU~;~6 un p:~yecto amenazó -fallidamente- con su
jurídico de las casa as,
femenino con el argumento de que si bien la fábrica no era el mejor lugar
para las mujeres, era una opción preferible a la prostitución o la militancia modificación.
anarquista. 27 1 N 32.. d zó e 1 consenso d e las diferentes
l'
ídeolcaías
1::>
en torno a la
Maree a an 111ag li ., de las mujeres en
t . 1 proceso de materna izacion ,
A modo de balance, podemos decir que mientras Mercado y Lobato han maternida~, al.reco~s. ruir e, luzar destacado. Dicho proceso concibió
analizado la mano de obra femenina desde la perspectiva de la oferta, de el cual la cI~nCla médica ocu.~o ~~dad femenina exclusiva -única fuente de
manera de destacar las causas que empujaban a las mujeres a ingresar a a la maternidad como una 1 en. 1 . o esfuerzo con cualquier otra
las fábricas, Badaza y Rocchi han analizado el trabajo femenino desde la felicidad- y excluyente -incomp~tlble en tl~m!a ~ue integraba los debates de
perspectiva de la demanda de los industriales, aspecto no siempre tenido act~vidad. La naturaleza femen~:a s~~~~ía eproducido una caída de la tasa
en cuenta. Los cuatro autores destacan el acuerdo ideológico de socialistas, la epoca, en un context~ en. q . , ezaba a ser vista como una fuente
liberales y católicos quienes condenaron el abandono femenino del mundo de natal.idad y e~ ¡ue ~~~~~:ri:~:r:c~~Jes vincularon el trabajo femenino
doméstico porque consideraron que el trabajo en las fábricas, y el empleo de conflictos SOClaes. . , 1 .. ntos al tiempo que afirmaron que
extradoméstico en general, destruía la familia, célula de la sociedad nacional, asalariado con la reducción de os na~111dl1et.al' daría luzar a la degeneración
. de las mui es en el sector 111us n 1::>
ya sea ante el descuido del hogar, o bien porque fuera la causa de la reducción el trabajo e as mujer ., deficientes físicos y mentales. Fue
1 s obreras pannan
salarial y el desempleo masculino. A su vez, la fábrica atentaba contra la de la raza, porq~e a , del sizlo XX tuvo lugar la emergencia de la
maternidad, debido a los daños físicos que imprimía a los cuerpos femeninos. así como en la pnmera decada 1::>d 1 trabajo femenino en el sector
cuestión de la mujer obrera, con su con ena a
Se puede afirmar entonces, que existía un consenso en cuanto a las repre- ., 33
industrial y su demanda de protección.
sentaciones de género que era transversal a las ideologías religiosas, políticas
.Y de clase. Católicos, liberales y socialistas, industriales y obreros, definían a
la mujer Como una madre,28 y veían el trabajo asalariado fabril como ajeno a . . 'ro en el trabajo mdustrial. Primera mitad del s!g~,o
29 M Lobato. "Lenguaje laboral y de gene . M L bato "Entre la protección ,
la naturaleza femenina, aunque lo aceptaban como una excepción o un mal XX" en F Gil Lozano, V Pita, y G. Ini, dirs , ob cit.; . o ,
menor ante la necesidad económica, preferible a la prostitución, situación ob. cit. 11 933 de 1934.
posible, en especial en las mujeres más pobres. Para resolver esta agobian- 30 Ley 5.291 de 1907, ley 11.317, de 1924, le'~EI t~aba'o de las mujeres: un análisis preliminar

te contradicción, apoyaron una reglamentación laboral que protegiera a las 31 Marysa Navarro y Catalina Wainerrnan, , d dJ¡· lo XX" en Cuadernos del CENEP,
. I primeras deca as e sigic x x", b it
de las ideas dommantes en as . M F" - ob cit. A Lavrin. o . CI .;
mujeres en su calidad de madres y no de trabajadoras. 29 . o 7 1979' M A Mercado, ob. cit.; . etjoo. . .. "" . . M
Buenos
I\! Nari Aires, n,
Políticas ,. . .
de matermdad, . . M.
ob. cit.j M Lobato , "Lenguaje laboral , ob. cit.; .

L~bato, '''Entre la protección", ob. cit. 19-20' M. Nari, "Maternidad, política y femi-
27 F. Rocchi, ob. cit. 32 1\1. Navarro y C. Wamerman, ob. cit., pp'. '. 196.221
'. . V Pita G Ini dirs. ob. CIt., pp.. I
28 Ciertos sectores del movimiento anarquista, no todos, adhirieron a estas ideas (Véase M. msmo", en F. Gil Lozano, . I , : ' , t 20. con otras novedosas como a
33 Su análisis combina las fuentes ya Citadas Femi no a diferencia sexual" ob. cit.), los
Nari, "El feminismo frente a la cuestión de la mujer en las primeras décadas del siglo
Encuesta Feminista Argentina (M. Nari, " emmedlsmo y, de la mujer (o a~erca de cómo
XX", y M. Lobato, "Entre la protección y la exclusión: discurso maternal y protección de la d - ti (M Nari "La ucacion
la mujer obrera, Argentina 1890-1934", en J. Suriano, cornp., ob. cit. manuales de econorrna omes ica ., . tífi a)" en Mora n? 1, 199 5) , Y
. ¡ -
cocinar y cambiar os pana es a s l u bebé de manera., d l I C, ier" ob cit.' , M. Nan.. "L as
cien
,. (M N . "La educación e a mUJ , ., "
las publicaciones médicas .. ari, . _ lid d el debate médico, 1890-1940 ,
prácticas anticonceptivas, la disminución de la nata la, y
42_
Graciela Queirolo Mujeres que trabajan: ... -43

2,b, El trabajo femenino en el sector t ' ,


, . erclano: pectos complementarios de las subjetividades femeninas. Fueron las mujeres
a la busqueda de la promoción social de clase media, en especial las socialistas feministas, quienes levantaron la
bandera del trabajo asalariado como un derecho.:" Ellas habían accedido a
Muchos de los escrit~ que han ab d d
han abierto el análisis sin prof d,or a o ,el trabajo femenino en las fábricas una educación, no eran perseguidas por la necesidad económica, y deseaban
, ,un IZar en el hací t ' , ingresar al mundo del trabajo. En las décadas de 1930 y 1940 las ideas del
realizadas por mujeres vinculad 1 '. la o ras actIvIdades laborales
., as a sector terciarío ' d trabajo como un factor de independencia económica continuaron ganando
ta promoclOn social 34 ASI' D B ' y asocia as con una cier-
, " ora arrancos sostí espacio y empezaron a ser defendidas no sólo por las mujeres de clase media,
comun a las sociedades occíde t 1 lene que una característica
n a es es que las mu¡ . sino también por aquéllas para quienes el ingreso al mundo laboral era una
mayor escolaridad pudieron . jeres que accedIeron a una
, mcorporarse a la doce' . necesidad.:"
poselan una menor escola id d ncia, mientras que las que
. . n a encontraron en 1 t El estudio de las actividades terciarias presenta importantes vacíos que no
nistrativo y de servicios u lt. e sec or comercial admí-
'.
d omestlcO. 3" - SiO"uiendo est
, na a ernativa al traba' . dustrí ' se llenan con la simple enumeración de las tareas desempeñadas por las mu-
fi " JO m ustnal y al servicio
1 . b a a rmaClOn Fernando R hí , jeres. Faltan análisis interpretativos del servicio doméstico, las profesiones
a ternatJva aceptable al t bai ind '. occ 1 sostiens que una
ra ajo m ustnal para 1 . sanitarias (enfermeras, parteras), 39 Y los empleos administrativos y comer-
mercado laboral por necesl'd d " as mujeres empujadas al
a
d e casas comerciales o de ser' . es economlcas era . ciales. Sólo las tareas docentes y los empleos telefónicos han recibido cierta
ibli ' convertIrse en empleadas
d e mayor prestigio y po 1 t VICJOS pu ICOS ya atención.
,que estos empleos gozaban
, r o arito se los laci b b
Con respecto a la profesión de maestra, son varios los análisis que sostie-
social ascendente. re aciona a Con cierta movilidad
Hacia la década de 1920 . t nen que constituía una actividad feminizada debido a las representaciones
e . , cier as voces empeza d e de género que consideraban a la docencia como una expresión del instinto
lememno como una situa ., d '" ron a elender el trabaJ'o
· d CJOn e realIzacJOn p 1 d . maternal innato de las mujeres.t? De esta manera, la feminización otorgó a
m ependencia económica L t b . ersona, e lIberación o de
. ' os ra aJos as alar , d ". '
vll1culados al tercer sect " la os relvmdlcados fueron los
or que requenan CIerta líf .,
rreras profesionales como la medí 36 ea 1 cacron, o bien las ea-
asalariado no dejaba de 1 d 1 terna. Esta defensa del trabajo femenino 37 A. Lavrin, ob. cit.: IVI.Nari, Políticas de maternidad, ob. cit.
a o a naturaleza mat 1d 38 M. Nari, Políticas de maternidad, ob. cit.; M. Nari, "El feminismo frente a la cuestión de
que trataba de conciliar traba: lari erna e las mujeres, sino
ajo asa anado con maternidad co d la mujer", ob. cit.
, mo os as-
39 Una abordaje a la enfermería en cuanto profesión feminizada se encuentra en Georgina
Binstock y Catalina Wainerman, "El nacimiento de una ocupación femenina: la enfermería
en Mirta Lobato d p Ii. .
1 .' e., o itice, médicos y enfe d d en Buenos Aires" , en Deserrollo Económico, vol. 32, n? 126, julio-septiembre de 1992.
~~9: Arge~tma, Buenos Aires, Editorial Biblo:/~ a es..;ecturas de historia de la salud 40 H. Recalde, Mu.ier, condiciones de vida, ob. cit.; M. avarro y C. Wainerman, ob. cit.; M.
34 H R' P~d 101-189);. Nari, "El feminismo frente a lanJver~] .addNacIOnal de Mar del Plata, Nari, "Feminismo y diferencia sexual", ob. cit.; M. Nari, Políticas de maternidad, ob. cit.;
· eca e, La higiene. ob. cit. M N c~es IOn e la mujer", ob. cit.
M. Nari "B '. ..,. avarro y C. Wamerman b .. A. . Nari, "El feminismo frente a la cuestión de la mujer", ob. cit.; Dora Barrancos, "Moral
it . M' emlnJsmo y diferencia sexual" ob it.: M N . ,o ; cít.; .. Lavrm, ob. cit.; sexual, sexualidad y mujeres trabajadoras en el período de entreguerras", 'en Fernando
I
C"L b' Nan, "El feminismo frente a la cues't'; cdl"1 . ari, Politices de maternidad ob
M · o ato "J\,j . IOn e a mUJer" b . , . Devoto y Marta Madero, dirs., Historia de la vida privada en la Argentina. La Argentina
35 D ,uJeres en la fábrica" ob it ,o . crt., F. Rocchi, ob. cit.'
ora Barrancos ". M . ,. CI . , entre multitudes y soledades. De los años treinta a la actualidad, Buenos Aires, Taurus,
1930 1940" ujeres comunicadas? Las tr b iad
-
,¿
.' en Hilda Beatriz Garrid
perspectIvas de Género. IV .
M'
o y
a aj oras telefónicas en las décadas de
aria Ceha Bravo, coords .. Temas d .
1999, vol. 2, pp. 198-225; Graciela Morgade, "La docencia para las mujeres: una alternativa
contradictoria en el camino de los saberes legítimos", en G. Morgade, comp., Mujeres en
la educación. Género y docencia. en Argentina (1870-1930), Buenos Aires. Miño y Dávila,
~9C8~~~\~3~~~M, FacultadJ~en~~~s:f~a ~s~::;as~e ~~~v~~t;~~s ~ Estudios d: n;;~:;:;: 1997, pp. 67-114; Silvia Yannoulas, "Maestras de antaño: ¿mujeres tradicionales? Brasil
36 M N '" .: acional de Tucumán
. arr, Femmlsmo dif . ' y Argentina (1870-1930)", en G. Morgade, cornp., ob. cit., pp. 175-191; José Maristany,
ob. cit.; M. N '" Y.I erenCIa sexual", ob. cit.' M N' .. "Maestras escritoras: el desafío de devenir autor", en Mujeres en escena, Actas de las
"M . ari, El femJnlsmo frente 1 .. ' . arr, Politices de maternidad
uJeres en la fábrica" ob . a a cuesnon de la mujer "ob it.: M ' Quintas Jornadas de Historia de les Mujeres y Estudios de Género, Sap'" P<'~a, Instituto
, . CIt. , . CI., . Lobato,
InterdiSciplinario de Estudios de la Mujer, Facultad de Ciencias Hum.n.is, Universidad
Nacional de La Pampa, 2000 pp. 49-59.
-45
Mujeres que trabajan: ...
44- Graciela Queirolo

para operar los aparatos telefónicos, Y conductas dóciles que toleraron los
la docencia un prestigio social del que ' estrictos controles de un rígido conjunto de normas, Al interesante recorrido
ejercidos por mujeres b Dos CI'¡.CU t . carecían otros trabajos asalariados
. ns anclas contrib 1 . . descriptivo, Barrancos agrega los cambios en las subjetividades experimen-
maestras. Por un lado, existía la posibilidad uye:~n a prestigio de las tados por las mujeres que transitaron por este ámbito laboral. Para ello
de honores" que consistía en p d de participar en una "carrera
acude al caso particular de Amelia, una telefonista que en 1921 apuñaló al
miento. Por otro lado la rernur asar. , e mlae~tra a directora de un estableci-
. ' reracion sa anal h ' d l Director General de la Unión Telefónica, luego de que fuera despedida ante
actividad mejor parra que el s .. d acia e a tarea docente una
o ervicio omésti l el conocimiento público de su estado de casada (hasta el año 1935, la Unión
escuela normal fue una inte t . , ICOy que e empleo fabril. 41 La
resan e opcion p ,, Telefónica exigió a sus empleadas que fueran solteras), Para Barrancos, la
los sectores populares en ase 1 ara Jovenes que pertenecían a
en so o a a clase rnedi farni , acción de Amelia es síntoma de una subjetividad transformada por la ex-
costear, no sin esfuerzos los a- d' di la, cuyas amilias podían
, nos e estu io. periencia laboral, ya que a pesar de las duras condiciones de trabajo, de la
La cultura normalista adquirida en la rof " necesidad económica que la empujó a ingresar a la compañía, los catorce
jeres a experiencias contradictorias, Por :n l esion docente expuso a las mu-
años de servicio le habían otorgado respetabilidad Y satisfacción, a las que
reproductoras de los modelos de zé , ado las maestras actuaron como
, e genero SOCIalmente d ' no estaba dispuesta a renunciar, 44
asumieron el papel de "rnad d d ommantes, puesto que
res e uca oras" dif d En relación con las representaciones del trabajo femenino, muchos de
esferas separadas, Pero po t 1 d I u,soras e la doctrina de las
" d r o ro a o, ellas tuvieron l ibilid las/os autoras/es citadas/os mencionan ciertas imágenes referidas a las mu-
e ucadoras profesionales" '1 a pOSI ilidad de ser
gracias a as oport id d f ' jeres trabajadoras desarrolladas por la literatura, las letras de tango Y el cine
tura normalista: los viaj es de est di d um a es o recidas por la cul-
u 10 entro y fuera di' l del período.45 Una imagen muy citada es la del "mal paso" elaborada por
en los Consejos Escolares las "t. d ,e pais, as conferencias
Evaristo Carriego y retomada, en diferentes versiones, por Ma.nuel Gálvez,46
las, la posibilidad de escri~ura yVlpSUI bal~ e ,~erdso~ahdades públicas a las escue-
icacion e Ideas t d 1 11 En general, el "mal paso" se refiere a ciertas jóvenes que abandonan sus ho-
d es arrollar experiencias difere n t es al h ozar y acced ' o o o cua es permitió gares paternos Y atraviesan diferentes situaciones, que implican pasajes por
personal, menos viable y más dT'1 b , ,er a una carrera cultural
Dora Barrancos ha in' . d Illcl en otros ámbitos laborales, 42 el mundo del trabajo, para finalizar prostituidas, embarazadas, solas, cuan-
43 icia o e estudio el m d 1 b 1
tas. Desde el punto de vista de 1 f t d un o a ora de las telefonis-
saron a la Unión Telefónica por a o er a e ma~o de obra, las jóvenes ingre-
Iifi ' ,luna mera necesidad " 44 D. Barrancos, "La puñalada de Amelia", ob. cit ..
ea I cacion las había salvado de la fábrica " econom:ca, Su mínima 45 J. L. Romero, "La ciudad burguesa", ob. cit.; M. Lobato, "Mujeres en la fábrica", ob. cit.;
ban para mantener un presupuest f T' SI bien los salanos no alcanza- M. Lobato, La vida en las fábricas, ob. cit.; M. Nari, "Feminismo Y diferencia sexual" ,
el salario de un jefe de h D o ami iar, complementaban ampliamente ob. cit.; M. Nari, Políticas de matemidad, ob. cit.; D. BarrancoS, "Moral sexual", ob. cit.;
ogar. esde el p t d ' F. Rocchi, ob. cit .. También Raúl Campodónico y Fernanda Gil Lozano, "Milonguitas
mano de obra, la Unión Telefóni ~n o e VISt~ de la demanda de
ea encontro en las mujeres motricidad fina en-cintas. La mujer, el tango, el cine", en F. Gil Lozano, V. Pita Y..G. Ini, dirs., ob. cit.,
t. 2, pp. 136-153: Diego Armus. "El viaje al centro. Tísicas, costureritas Y milonguitas
en Buenos Aires, 1910-1940", en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana
Dr. Emilio Ravignani, 3 serie, nO 22, 2000; Paula Labeur Y Margarita Pierini, "Mujeres
41 Beatriz Sarlo , "C a b ezas rapadas y cintas ar enti" ' . lectoras-mujeres trabajadoras en La Novela Semanal", en Actas de las VI Jornadas de
42 ~ra~uctores y vanguardistas, Buenos Aires ~riet~98en La maqurna cultural, Maestras, Historia de las Mujeres, Buenos Aires. Facultad de Filosofía Y Letras. Universidad de
43 ' annoulas, ob. cit.; B. Sarlo, ob. cit.' , pp. 11-92. Buenos Aires, 2000; Tania Diz. "Descoser los moldes. ¿Dos crónicas distintas sobre la
La autora ha recurrido al uso de le aios d costurerita?", en Zona Franca, Rosario n? 8, 1999; T. Diz, "Deshilvanar los vestidos.
"La puñalada de Amelia (o cómo ~ J . e pe~sonal y a entrevistas orales. D. Barrancos
Mujeres solteras en la literatura argentina", en Actas de las VI Jornadas de Historia de
del servicio telefónico)", CEIL_CON~~ExtmgUlo la discriminación de las mujeres casad '
las Mujeres, Buenos Aires, Facultad de Filosofía Y Letras, Universidad de Buenos Aires,
nicadas?"
. ., o b . cit.;
. D. Barrancos, "Vida T,ín Mimeo,
. 1997'
.,. D B arrancos, ".¿MUjeres comu- as
decadas 1930 y 1940" M' tima, escandalo público: las telef . t 1
d l' ,en uJeres en escen A d . orus as en as 46 2001.
Evaristo Carriego (1883-1912) elaboró esta imagen en su poema "La costurel'ita que dio
e as MUjeres y Estudios de Género Santa a. ctas e las Qumtas Jornadas de Historia aquel mal paso". Manuel Gálvez (1882-1962) se refiere al "mal paso" en sus tres novelas:
de la MUJer, Facultad de Ciencias Hum Rosa,. Instituto Interdisciplinario de Estudios
La maestra normal (1914), Nacha Regules (1919) e Historia de arrabal (1922).
pp. 487-493 . anas, Universidad Nacional de La P ampa, 2 000,
46.
Graciela Queirolo
Mujeres que trabajan: , , , .47

do no gravemente enfermas El mundo del t b '


son representados como una' puerta d ra ~Jo y el abandono del hogar
e acceso a sltuacio al' identidades femeninas y masculinas, de manera de reconstruir los contextos
tas. De acuerdo con nuestro análisis t " nes mor es mcorrec-
,, , es a construcclOn del "m I " I sociohistóricos en que tales identidades se desarrollaron.
expresión del discurso de la dome ti id d I a paso es a
s ICI a en e campo It I Por un lado, nos encontramos con los análisis que han intentado medir la
El proceso de alfab ti ," cu urai.
e izacion y un cierto au t del tí cantidad de mujeres trabajadoras, los cuales, más allá de la cantidad en sí,
rantizaron el consumo de los bi lImen o e tiempo libre ga-
ienes cu tura es Es m dífí '1 b ' muestran la posibilidad material del trabajo femenino, o la presencia de las
los discursos creados por dich bi f ' uy I CI sa er como
, os lenes ueron apropiad ' mujeres en el mercado de trabajo a través de diferentes actividades. Todo
eras provocaron en las identidades/sub ietivi os, o que consecuen-
esto, a pesar de los reparos señalados. Por otro lado, los estudios que han
embargo, la utilidad de analiza I d! Idades de las/os lectoras/es, Sin
, ros ra Ica en que pe 't ' , interpretado el trabajo femenino recorren un camino de incremento en la
gmarios colectivos y señalar ci t tensi rrrn en reconstruir irna-
, ler as enSlOnes que atravi tales i , complejidad analítica, que se inicia con la simple mención de la presencia
nos, Estos principios guiaron t' aviesan a es Imagma-
, , o ros escntos en dond h li de mujeres en el mercado laboral, continúa con la descripción de diferentes
Imagenes de las trabaJ'adoras 47 S t ' e emos ana Izado las
, ' os UVl1l10S que las imá del trahaí características de esta presencia, y finaliza con la reconstrucción tanto de las
menmo recorrían un arco que ib dI' agenes e trabajo fe-
1 a e o nezativo I ', identidades/subjetividades de las mujeres trabajadoras, como de las repre-
representaban a mUJ'eresque com tí I ,,'" I a o pOSItIVO,ya que ellas
, e lan e ma pas " " sentaciones en torno al trabajo femenino, Este segundo grupo de estudios,
explotación laboral y a In ' , o , a víctímas de la sobre-
, ujeres que tnunfaban e 1 d d I en términos generales, afirma que tanto los empleos en las fábricas, como
particular en ocupaciones vinculadas con 1 n e ,m~n o e trabajo, en
mos que las imágenes negativas (el "mal e =r: te:cI~n?, -r:~mbién sostuvi-
al discurso de la domesticidad , ue I p~o, ~ la vlctu~l~aclOn) respondían
los realizados en el sector comercial y de servicios, eran motivados por la
necesidad económica, y tenían las características de complementariedad del
las nuevas experiencias asociad~ !n
cipaban las mujeres no se cont decí
1;Ima",e~:s POS,ltlVasrepresentaban
promoclOn SOCIal,en las que partí-
presupuesto familiar y transitoriedad,
El discurso de la domesticidad, presente en las leyes, las ideologías polí-
, ra ecian con el mat ' , 1 ticas, el discurso médico, la prensa periódica, el sistema educativo, la lite-
pero tampoco los convertían en 1 ' , ",' nrnoruo y a maternidad,
a uruca asplraclOn femenina, ratura, el cine, definió la feminidad en la maternidad convirtiéndola en una
identidad natural para las mujeres, El trabajo asalariado fuera del hogar fue
3. Conclusiones concebido como una situación de excepción que sólo era legítima en caso
de necesidad económica, soltería, viudez o ingresos conyugales insuficientes,
Este recorrido por los análisis del mundo dI' , y que, por lo tanto, no otorgaba identidad a las mujeres, sino que atenta-
de Buenos Aires entre 1890-1940 e trabajr, femenino en la ciudad ba contra su naturaleza. La complementariedad y transitoriedad reforzaron
d'e cambIOS modernizadores d t , momento
d
en que se co lidó
nso 1 o una sene
, el carácter de la excepción, mientras que la doble jornada remarcó que el
ción femenina nos perrnit 1 bo ro e ,los cuales se problematizó la condi- trabajo doméstico y el cuidado de los hijos seguían siendo responsabilidades
, I e e a orar vanas r fl' fi
premisa de que el mundo d I t b io f e exronss n~les, partiendo de la femeninas, más allá de que la excepción justificara la ausencia del hogar, Por
ticidad o de la doctrin d el ra ~Jo ue afectado por el dIscurso de la domes- su parte, quienes contrataron mano de obra femenina vieron las ventajas de
f " a e as esteres separadas d d .
emu1!dad y masculinid d L ' ' crea or e concepcIOnes de los bajos salarios justificados por la sencillez de las tareas, así como también
mientas para desarmar ~ i ~
?erSpectlva analítica de género brinda herra- de la' motricidad fina y de la docilidad, En este caso, el alejamiento de las
a es iscursos y cuestionar la naturalización de las mujeres de los hogares fue explicado como un mal necesario, una situación
preferible a la prostitución,
47 G, Queirolo "M d id
, ' o erru ad y mujeres: las cróni ' El trabajo femenino asalariado siguió una escala de valores según la cual
Boletin de Humanidades nue' _ cas de Alfonsma Storni y Roberto Arlt" e
'
y L etras, Universidad de Bueno
trab 'e ' S
A':
va epoca ano 5 el'
' d ' n
o egro e Graduados, Facultad de Filosofía
IIes 2004' G Q "1 "1 •
la fábrica era el espacio de menor prestigio, y las grandes casas comerciales,
ajo rernenmo en la ciudad d B' ' " , ueiro o, magenes enfrentadas del la telefonía, las tareas administrativas, el magisterio -en -ese orden- eran
n? 11 y 12, 2003, e uenos AIres (1910-1930)", en Zona Franca , Rosario , los ámbitos más valorados en tanto que denotaban cierto ascenso social.
.49
48- Graciela Queirolo

Estos abandonos del mundo privado, por más legitimidad excepcional que
tuvieran, no dejaron de despertar sospechas sobre la moralidad de aquéllas Resumen .' . racias al uso de la perspectiva de
Este artículo busca revisar cntblcamletntebg·ofemenino en Buenos Aires entre
que se convertían en asalariadas, así como, por otra parte, la prostitución . . d scritos so re e ra aj '.
genero, una serie e e lid ron un conjunto de cambios mo-
no dejó de ser una alternativa, a veces transitoria, para las mujeres y las
1890 y 1940, perío~o.en quel:e ~~:l:~a~zación del trabajo de las mujeres
familias de menos recursos. dernizadores que ongmaron P d ti id d El recorrido comienza por
Merecen destacarse los análisis que han intentado demostrar que las prác- , . 1 .d 1 gía de la omes ICI a . .
slgmfica~o por a I eo o. do la cuantificación de la presencia femenm~ en
ticas en el mercado de trabajo crearon fisuras en el discurso de la domestici- los estudlOS que han analiza I d t rse en las interpretaciones histo-
dad, porque permitieron desarrollar identidades/subjetividades que estaban el mercado de trabajo, p~raf ueg~ a ~n ~~ en el sector secundario como en
en contradicción con él. Nos referimos a los planteas hechos para las obreras riográficas sobre el trabajo ememno an
de los frigoríficas quienes legitimaron su permanencia en la fábrica combi- el sector terciario. . G' . Trabajo Femenino: Domesticidad.
Palabras clave: MUJeres; enero, '
nando la transitoriedad y la necesidad que ya no era imperiosa, en función
de apostar a una mejor calidad de vida; o a los análisis de las maestras como
educadoras profesionales que pudieron desarrollar un acceso al campo inte- Abstract t' to analyze a series of works about
. l' gender perspec ive . d
lectual; o a los estudios alrededor de las telefonistas que defendieron, puñal This paper app le~ a . f m 1890 to 1940. During that peno
en mano, sus puestos de trabajo. También estas tensiones del discurso de the female labor m Buenos Adues. rt~ t 'In question women's work and
1 t d to mo ermza ion pu
la domesticidad han sido señaladas por los estudios que analizan los bienes several changes re a e , b gins studying writings that quan-
ti ity The review el.
culturales, donde las representaciones como las del "mal paso" conviven con the ideology o f d omes ICI '. 1b arket and continues by analyzmg
f men m the a or mar , h
tify the presence o wo , k in both the secondary and t e
otras representaciones de mujeres que no sufrían consecuencias adversas en historical interpretations of women s wor
su tránsito por el mercado de trabajo. En definitiva, por más hegemónicos
tertiary sdectoWrs. . Cender: Female Work, Domesticity.
que fueran los principios de la domesticidad, quedaban fuera de su proce- Keywor s: omen, '
so de significación ciertas prácticas y representaciones que cuestionaban, y
que abren el análisis hacia la participación de las mujeres en el proceso de
promoción social.
La problematización del trabajo asalariado de las mujeres trasciende los
años seleccionados. Sin embargo, entre 1890 y 1940 cuajaron un conjunto de
ideas sobre las mujeres que trabajaban gracias a las operaciones del discurso
de la domesticidad. Estas ideas estuvieron plagadas de tensiones y fisuras
que con el tiempo dieron lugar a una reformulación de ellas, más allá de
sus continuidades. Hoy en día el trabajo asalariado femenino continúa preo-
cupando a organismos internacionales, Estados y medios de comunicación,
mientras que la tensión entre lo doméstico y lo laboral acecha a infinidad de
mujeres.

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