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Mujeres Que Trabajan Una Revision Histor
Mujeres Que Trabajan Una Revision Histor
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Graciela Queirolo Mujeres que trabajan: ... .31
30.
medicina, las ideologías políticas, la literatura, el cine, los textos escolares y sas jornadas laborales." También, las mujeres obtenían ingresos monetarios
las publicaciones periodísticas, y que presentó a la división sexual del traba- gracias a actividades desarrolladas en el domicilio, mediante el sistema de
jo como parte del devenir histórico." Este discurso concebía como opuestos sudor (sweating system) o trabajo a destajo," que se realizaba en el hogar
irreconciliables maternidad y trabajo asalariado, y asignaba papeles e identi- por encargo de una fábrica, un taller o una casa comercial, e implicaba la
dades para las mujeres y los varones. Fue así como la feminidad fue definida dedicación exclusiva de largas jornadas para obtener ingresos significativos,
por la maternidad, mientras que la masculinidad lo fue por el trabajo asa- razón que lo convertía en incompatible con las tareas domésticas y el cuida-
lariado. Las mujeres fueron instaladas en el mundo privado como esposas y do de los hijos. Por otro lado, se desenvolvían en el sector terciario, como
madres, responsables del trabajo doméstico, y aquéllas que trabajaban fue- empleadas de casas comerciales (vendedoras y empleadas administrativas),
ra de sus hogares se tornaron moralmente sospechosas. Sin embargo, ellas telefonistas y maestras. En estos casos, el trabajo exigía ciertos niveles de
estuvieron vinculadas a la obtención de ingresos monetarios, ya sea en los alfabetización o capacitación, e implicaba una jornada fuera del hogar (más
hogares paternos como hijas o en los hogares conyugales como esposas, La extensa para las empleadas y las telefonistas, menos para las maestras). Las
contradicción entre el discurso de la domesticidad y el trabajo femenino asa- enfermeras, parteras y visitadoras o asistentes sociales, integraban este gru-
lariado fue explicada al considerar a éste como una excepción determinada po. También, el servicio doméstico generaba empleo femenino en calidad de
por situaciones de soltería, viudez, necesidad, o bien como una actividad mucamas, cocineras, lavanderas, planchadoras, nodrizas, niñeras: eran éstas
transitoria, que sería abandonada luego del matrimonio o del equilibrio del actividades que no requerían ningún tipo de capacitación formal.
presupuesto familiar. Este escrito busca evaluar los diferentes estudios que se han producido
Gracias al análisis de los diferentes documentos del período (censos, prensa sobre el trabajo femenino en la ciudad de Buenos Aires en el período com-
obrera, documentos oficiales, informes de militantes feministas, publicaciones prendido entre 1890 y 1940, cuando los cambios modernizadores esbozados
periódicas, literatura, letras de tango, material fílmico), surge la certeza de maduraron, dando lugar a la problematización de la condición femenina,
la complejidad del mundo del trabajo femenino, ya que las mujeres obtenían significada hegemónicamente por los principios de la domesticidad. Nuestro
ingresos monetarios a través de la participación en variadas actividades con recorrido comienza por los estudios que han tratado de cuantificar la presen-
diferentes características. Por un lado, se desempeñaban en el sector se- cia de mujeres trabajadoras, para luego adentrarnos en las interpretaciones
cundario, en donde eran coritratadas por las grandes fábricas. Este trabajo historiográficas sobre el trabajo femenino tanto en el sector industrial como
moderno, dados los niveles de mecanización y automatización, se desarrolla- en el sector terciario. Como se verá, muchos de los análisis son tributarios del
ba fuera del hogar y estaba sometido a una larga jornada laboral. 5 Junto a discurso de la domesticidad. En las últimas décadas, la perspectiva analítica
las grandes fábricas se hallaban los talleres que contrataban menor cantidad de género ha permitido hacer más fino el análisis ya que ha desarmado los
de mano de obra, y donde predominaba una producción manual con exten- supuestos de tal discurso, al cuestionar la naturalización de las identidades
genéricas.
4 Tomamos esta conceptualización de Joan Scott. quien la ha aplicado para las sociedades de
Europa Occidental. Véase J. Scott. "La mujer trabajadora en el siglo XIX", en Georges
Duby y Michelle Perrot, dirs., Historia de las mujeres. Tomo 4. El siglo XIX, Madrid,
Taurus, 2000, pp. 425-46l.
Las mujeres predominaban en los establecimientos dedicados a la producción textil (hilan-
derías de algodón, seda, lana. cintas, elásticos), y en aquellos dedicados a la producción
de alpargatas, sombreros, guantes, medias, lencería, bolsas de arpillera, bolsos, botones.
Tam?ién en el sector alimentario (frigoríficos y fábricas de galletitas y caramelos), y en
las fábricas de cigarrillos y de fósforos. En las industrias químicas desarrollaban tareas de 6
empaquetadoras y etiquetadoras. mientras que en el sector gráfico, eran numerosas en la Talleres de confección de prendas y calzado, de lavado y planchado de ropa, eran los que
act.ividari de encuadernación (encoladoras, cosedoras, dobladoras, ponepliegos, sacaplie- 7 Contrataban mujeres.
gos), ven el manejo de algunas maquinarias (timbradoras y numeradoras). Dentro de este sistema se encontraban quienes confeccionaban ropa y las aparadoras.
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8 Son empleados en los análisis los censos nacionales de 1869,1895, 1914 Y 1947; Y los censos
municipales de la Ciudad de Buenos Aires de 1887, 1904 Y 1909. 10 Ernesto Kritz, "La formación de la fuerza de trabaioJ en la Argentina, 1869-1914", . en
9 Zulma Recchini de Lattes y Catalina H. Wainerman, "Empleo femenino y desarrollo' Cuadernos del CENE?, n? 30, 1985. . t ñas a comienzos del siglo", en Diego
económico: algunas evidencias", en Desarrollo Económico, vol. 17, n? 66, 1977, pp, 301-
317. 11 María del Carmen Feijóo, "Las trabajadoras ~or eEstudiOS de historia social argentma,
Armus, cornp., Mundo urbano y cultura popu al'.
Buenos Aires, Su d amencana,
' 1990 ,. pp 281-311.
34.
Graciela Queirolo
Mujeres que trabajan: ...
al sector comercial, y dio como resultado . .,
donde la mano de ~bra femenina tambiénl:tpan~lOn de las grandes tiendas
P~r, su parte, Mirta Lobato ha ti d canzo altos porcentajes. 12 y 1914 señala un crecimiento de la participación femenina en la industria,
la hlpotesis de R hi ma Iza o la curva e U ' el comercio, la administración pública, y el sistema educativo. La ciudad
'fi L " ,occ 1 y recurriendo al análi' d .n, apoyandose en
gon caso a VISlOndellarO'o 1 SlS e archIvos de em re . de Buenos Aires, como centro industrial y administrativo, ofreció modernas
~aj~ de empleo femenino (~lr~d:~;~!0~~a3~~a)ti~a debido al elevada P:~c!:~ oportunidades laborales, a pesar de la abrumadora mayoría de mujeres en el
e a.ca:ne en el período señalado como o, emandado por la industria servicio doméstico. 16
nes SImIlares Son sostenidas p R' de menor participación 13 ea 1 . De este recorrido por los análisis de las fuentes censales podemos concluir
b 1 or ícardo R 1 ' . nc USlO-
d~e.a a. ~ectura de los censos afirma a con, cuya análisis elaborado en que la lectura de ellas genera más incertidumbres que certezas. Aquellos que
Ism111UclOnen términos '. que entre 1895 y 1914 se enfatizan el largo plazo destacan comparativamente la baja participación
ddela participación femenina °absne:valuna
cional, explicada por la dersetlrautlv?~ femenina en el mercado laboral en el período 1890-1940, pero aquellos que
y 1d CClOn e las . d . rve na-
e escenso de las actividades femen: 111.ustrias artesanales del interio
;:~~~~~:~s
estudian el período en sí, y se concentran en la ciudad de Buenos Aires,
sostienen un incremento de la participación femenina en términos absolutos,
~7re:~::n:~ absolutos. ~:~~t;~nl~~:~: ~al:i:~~cultura, per~
en los sectores secundario y terciario de la economía urbana. Más allá del
urbana demandaba ddescensoen términos relativos d d dI de Buenos
Don mano e obra femenina ' on e a economía debate sobre la cantidad de trabajadoras, podemos establecer un acuerdo
na Guy no debate con los pri '. en el sector secundario 14 en el hecho de que los procesos de modernización reacomodaron el mundo
conclusiones em nnclplOS de la curva U .
del trabajo y la participación de las mujeres en él. La destrucción de las
;!;l;~~~r:~~~ ~~aE!~:t~~~i~nel~:s'l~a:~~~;~~~~:d~:e~~t~~~b~~u:e~:~~:: actividades artesanales en el interior, así como el proceso de concentración
las últi , error, provocada or 1 . osu slstencia en económica en la ciudad de Buenos Aires, expulsaron mano de obra femeni-
I:nas decadas del siO'loXIX D P , a modermzación económica e na, pero al mismo tiempo la ubicaron en nuevas actividades. Fue así como
en 1a CIudad d B b . espues de la P . , n
el rubro textil ~ue uenos Aires, la expansión de la ;~~era ?ue:ra Mundial, obreras, vendedoras de casas comerciales, empleadas administrativas, maes-
docencia .. una Oportunidad para las . U:ClOn 111dustrial en tras, ocupaciones "modernas", convivieron con las trabajadoras a domicilio
marginad~se~s~rvlclO doméstico. El trabajo sex:~J;re~, as] ~~mo también la -costureras- y las empleadas domésticas, ocupaciones "tradicionales" , porque
A ., e aparato productivo 15 ue a OPClOnpara aquéllas si bien los cambios modernizadores creaban nuevas vacantes, también permi-
sunClOn Lavrin. dista' . tieron la permanencia de tareas ya conocidas. Señalar las continuidades con
crecimient d 1 nCIada de la curva en U fi
períodos anteriores, no implica negar los cambios, lo cual nos permite cues-
el período ~01~P:e:~~!C~~~~~ó~8;~n;~~n;0 e~ las ~~i~~:d~~ee~::~~~~~ ~~ tionar la oposición tradicional-moderno en las ocupaciones femeninas. Los
. u lectura de los censos de 1895 estudios que han sostenido la hipótesis de la curva en U han manifestado
su preocupación por el predominio de las actividades tradicionales sobre las
12 B
ernando Rocchi "C modernas, lo cual deriva en la conclusión de que los cambios modernizadores
fe' . oncentración de .
menll10 en Buenos Aires, 1890- ~~Pltal, concentración de rnu ier . excluían a las mujeres. Sin embargo, las supuestas ocupaciones tradicionales
1m, dirs., Historia de 1 . 1930, en Fernanda Gil L J es. Industna y trabajo
222-243 as mUjeres en la Aruentina B ozano, Valeria Pita y Gab . 1 se desenvolvieron en situaciones creadas por el proceso de modernización,
13 . o , uenos Ai T ne a
Mirta Lobato La 'd . res, aurus, 2000, vol. 2 pp como por ejemplo, la costura realizada en el hogar por encargo de una ca-
b ' V¡ a en las fáb .' , .
14 o rers: Berisso (1904-1970) lICas. Trabajo, protesta .. sa comercial. En estos casos, las costureras eran tan "modernas" como las
Ricardo Falcón El ' Buenos Aires, Prometeo L'b y po}¡tlca en una comunidad
15 de América Lat'ina, %~~do del trabajo urbano (1890_1;1;;S~Entrepasados, 200l.
obreras y las vendedoras de tienda. 17
Donna Guy, El sexo eli , uenos Aires, Centro Editor
Aires, Sudamerica p tgrosc, La prostitución le al .
1810-1914" L na, 1994; D. Guy, "Women P g en Buenos Aires 1875-1955 B
, en etin American R ' eonage and Indust a . j" ,uenos 16 Asunción Lavrin, Mujeres, feminismo y cambio social en Argentina, Chile y Uruguay
esearch Review, vol. 16 n03 198t IzatlOn: Argentina 1890-1940, Santiago de Chile. DIBAM, 2005.
, , , pp. 64-89.
17 Un aspecto que no reseñaremos por una cuestión de espacio pero que no podemos dejar
de mencionar es la relación entre mujeres nativas e inmigrantes y su desempeño en ocupa-
36.
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clada en la m~ternidad, ni la oposición hombres-trabajo asalariado/mujeres_ proceso Y difundidas a través de la familia, la escuela y el ámbito laboral.
hogar-maternidad que es pr:sentad~ como una de las características propias Si bien el ingreso a la fábrica llevaba implícita la doble jornada femenina,
del proceso de modernízaoíon economica. De esta manera estos análisis son las mujeres desarrollaron estrategias para compatibilizar trabajo asalariado,
reproductores del discurso de las esferas separadas.
hogar y maternidad. Por ejemplo, con respecto al cuidado de los hijos, los
. ~mparenta~~s. con el mundo del trabajo urbano, pero otorgando exclu- mayores cuidaban a los menores, o bien se podía acudir a la ayuda de algún
SIVIdad al ana]¡sIs ~e la mujer obrera se encuentra otro grupo de escritos, vecino u otro familiar. Esto no fue contradictorio con las representaciones
d~nde podemos ubicar, entre otros, a Matilde Mercado, Mirta Lobato, Sil- impuestas por la división sexual del trabajo porque las mujeres argumen-
via Bad~z~, Fernando Rocchí y Marcela Nari.F' Sus conclusiones describen taban que trabajaban para satisfacer necesidades inmediatas, y concebían
l~ condiciones labo~ales de las obreras, y tratan de explicar las ideas que a la fábrica como un lugar de paso. Así, las características de complemen-
CIrcula~an en .la SOCIedad acerca del trabajo femenino en general, y en el tariedad salarial y de transitoriedad del trabajo femenino actuaron como
sector industrial en partIcular. Al igual que los autores anteriores este se-
lezitimadores del trabajo extradoméstico. Ahora bien, las mujeres también
gundo grupo de análisis acuerda con que el trabajo femenino en Ias fábricas ingresaban en el frigorífico para buscar mejores condiciones de vida, materia-
respondía a una :~ndición de necesidad económica y complementariedad del lizadas en el acceso a la casa propia o la instalación de un pequeño comercio
presupuesto famIlIar: Sostienen que el trabajo femenino se concentraba en minorista que les permitiera generar ingresos en épocas de desocupación, o
tareas. con esc.asos mveles de calificación, lo que se utilizaba para justificar bien abandonar su condición obrera. Sin embargo, en ningún momento el
los ba!~s salanos y, por consiguiente, lo hacía atractivo para los industriales. trabajo asalariado fue considerado un elemento de liberación personal por
Tamblen hacen referencia a las malas condiciones laborales
las trabajadoras. De esta manera, es importante destacar las tensiones in-
Matilde Mercado .afirma que a pesar de que las mujere~ predominaban ternas que debieron sufrir las obreras cuando no acataron el mandato de la
en lo que ella de~o~ma ocupaciones tradicionales -costureras, planchadoras, domesticidad y permanecieron en las fábricas.:"
emplead~s domestIcas-, y en esto adhiere a la hipótesis de la curva en U Silvia Badaza ha rescatado las voces de los empresarios y de los trabajado-
un .reducIdo gr,upo de obreras transgredió involuntariamente, debido a ne~ res zráficos ante la incorporación de las mujeres en la industria gráfica. Los
cesidadn, economicas, el mandato de la división sexual del trabajo que las industriales emplearon mujeres no sólo debido al ahorro del costo salarial,
confi~ab~ al h~gar. De aquí se desprende que el ingreso en el mundo del sino también debido a la docilidad femenina que convertía a las mujeres en
trabajo ~I?mfico la conquista de un nuevo espacio, a pesar de la dureza de trabajadoras de más fácil disciplinamiento. Los sindicatos obreros se opu-
las cond~clOnes laborales, y de que salir del hogar no implicó ni relegar ni sieron al trabajo femenino argumentando los daños morales y físicos que
compartIr con los hombres, el trabajo doméstico. 24
causaba en las mujeres, aunque la oposición también giró en torno a motivos
. Mi.rta Lobato ha complejizado el análisis a partir de indagar en las expe- económicos, ya que vieron en la obrera la causa de la reducción del nivel
~I:ncla~ de las obreras, y de concebir a la división sexual del trabajo como salarial. Sus argumentos oscilaron entre el retorno al hogar y la equiparación
conjunto de representaciones culturales formadas a través de un larzo salarial entre hombres y mujeres"
b
13
~. A. ~ercado, La primera ley de trabajo femenino. "La mujer obrera" (1890-1910)
"Eulenos ires, Centro Editor de América Latina, 1988; M. Lobato ob cit.: S Badoza'
Ingreso de la man d br fernen i . ".,. , 25 Su análisis ha incorporado a las fuentes ya citadas en la nota 20, los archivos de personal de
gráfica" en Lidí K ch e o la emen ma y los trabajadores calificados en la industria las empresas frigoríficas y el uso de entrevistas en profundidad propuestas por la historia
, I la nec er y Marta Panaí L"
sociedad argentina B . anala,. comps., a mited del país. La mujer en la oral. M. Lobato, ob. cit.; M. Lobato, "Mujeres en la fábrica. El caso de las obreras del
Rocchí b' ,uenos Aires, Centro Editor de América Latina 1994 pp 290-300' F frigorífico Armour. 1915-1969", en Anuario del Instituto de Estudios Históricos y Sociales,
1, o . cit., Lavnn ob it.: M N . "F '. . ' ,. ,.
'Encuesta Beml'nl'sta A ' . el 'd' . art, errurusrno y diferencia sexual. Análisis de la n? 5, 1990, Y de la misma autora, "Una visión del mundo del trabajo: el caso de los obreros
te contradicción, apoyaron una reglamentación laboral que protegiera a las 31 Marysa Navarro y Catalina Wainerrnan, , d dJ¡· lo XX" en Cuadernos del CENEP,
. I primeras deca as e sigic x x", b it
de las ideas dommantes en as . M F" - ob cit. A Lavrin. o . CI .;
mujeres en su calidad de madres y no de trabajadoras. 29 . o 7 1979' M A Mercado, ob. cit.; . etjoo. . .. "" . . M
Buenos
I\! Nari Aires, n,
Políticas ,. . .
de matermdad, . . M.
ob. cit.j M Lobato , "Lenguaje laboral , ob. cit.; .
L~bato, '''Entre la protección", ob. cit. 19-20' M. Nari, "Maternidad, política y femi-
27 F. Rocchi, ob. cit. 32 1\1. Navarro y C. Wamerman, ob. cit., pp'. '. 196.221
'. . V Pita G Ini dirs. ob. CIt., pp.. I
28 Ciertos sectores del movimiento anarquista, no todos, adhirieron a estas ideas (Véase M. msmo", en F. Gil Lozano, . I , : ' , t 20. con otras novedosas como a
33 Su análisis combina las fuentes ya Citadas Femi no a diferencia sexual" ob. cit.), los
Nari, "El feminismo frente a la cuestión de la mujer en las primeras décadas del siglo
Encuesta Feminista Argentina (M. Nari, " emmedlsmo y, de la mujer (o a~erca de cómo
XX", y M. Lobato, "Entre la protección y la exclusión: discurso maternal y protección de la d - ti (M Nari "La ucacion
la mujer obrera, Argentina 1890-1934", en J. Suriano, cornp., ob. cit. manuales de econorrna omes ica ., . tífi a)" en Mora n? 1, 199 5) , Y
. ¡ -
cocinar y cambiar os pana es a s l u bebé de manera., d l I C, ier" ob cit.' , M. Nan.. "L as
cien
,. (M N . "La educación e a mUJ , ., "
las publicaciones médicas .. ari, . _ lid d el debate médico, 1890-1940 ,
prácticas anticonceptivas, la disminución de la nata la, y
42_
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para operar los aparatos telefónicos, Y conductas dóciles que toleraron los
la docencia un prestigio social del que ' estrictos controles de un rígido conjunto de normas, Al interesante recorrido
ejercidos por mujeres b Dos CI'¡.CU t . carecían otros trabajos asalariados
. ns anclas contrib 1 . . descriptivo, Barrancos agrega los cambios en las subjetividades experimen-
maestras. Por un lado, existía la posibilidad uye:~n a prestigio de las tados por las mujeres que transitaron por este ámbito laboral. Para ello
de honores" que consistía en p d de participar en una "carrera
acude al caso particular de Amelia, una telefonista que en 1921 apuñaló al
miento. Por otro lado la rernur asar. , e mlae~tra a directora de un estableci-
. ' reracion sa anal h ' d l Director General de la Unión Telefónica, luego de que fuera despedida ante
actividad mejor parra que el s .. d acia e a tarea docente una
o ervicio omésti l el conocimiento público de su estado de casada (hasta el año 1935, la Unión
escuela normal fue una inte t . , ICOy que e empleo fabril. 41 La
resan e opcion p ,, Telefónica exigió a sus empleadas que fueran solteras), Para Barrancos, la
los sectores populares en ase 1 ara Jovenes que pertenecían a
en so o a a clase rnedi farni , acción de Amelia es síntoma de una subjetividad transformada por la ex-
costear, no sin esfuerzos los a- d' di la, cuyas amilias podían
, nos e estu io. periencia laboral, ya que a pesar de las duras condiciones de trabajo, de la
La cultura normalista adquirida en la rof " necesidad económica que la empujó a ingresar a la compañía, los catorce
jeres a experiencias contradictorias, Por :n l esion docente expuso a las mu-
años de servicio le habían otorgado respetabilidad Y satisfacción, a las que
reproductoras de los modelos de zé , ado las maestras actuaron como
, e genero SOCIalmente d ' no estaba dispuesta a renunciar, 44
asumieron el papel de "rnad d d ommantes, puesto que
res e uca oras" dif d En relación con las representaciones del trabajo femenino, muchos de
esferas separadas, Pero po t 1 d I u,soras e la doctrina de las
" d r o ro a o, ellas tuvieron l ibilid las/os autoras/es citadas/os mencionan ciertas imágenes referidas a las mu-
e ucadoras profesionales" '1 a pOSI ilidad de ser
gracias a as oport id d f ' jeres trabajadoras desarrolladas por la literatura, las letras de tango Y el cine
tura normalista: los viaj es de est di d um a es o recidas por la cul-
u 10 entro y fuera di' l del período.45 Una imagen muy citada es la del "mal paso" elaborada por
en los Consejos Escolares las "t. d ,e pais, as conferencias
Evaristo Carriego y retomada, en diferentes versiones, por Ma.nuel Gálvez,46
las, la posibilidad de escri~ura yVlpSUI bal~ e ,~erdso~ahdades públicas a las escue-
icacion e Ideas t d 1 11 En general, el "mal paso" se refiere a ciertas jóvenes que abandonan sus ho-
d es arrollar experiencias difere n t es al h ozar y acced ' o o o cua es permitió gares paternos Y atraviesan diferentes situaciones, que implican pasajes por
personal, menos viable y más dT'1 b , ,er a una carrera cultural
Dora Barrancos ha in' . d Illcl en otros ámbitos laborales, 42 el mundo del trabajo, para finalizar prostituidas, embarazadas, solas, cuan-
43 icia o e estudio el m d 1 b 1
tas. Desde el punto de vista de 1 f t d un o a ora de las telefonis-
saron a la Unión Telefónica por a o er a e ma~o de obra, las jóvenes ingre-
Iifi ' ,luna mera necesidad " 44 D. Barrancos, "La puñalada de Amelia", ob. cit ..
ea I cacion las había salvado de la fábrica " econom:ca, Su mínima 45 J. L. Romero, "La ciudad burguesa", ob. cit.; M. Lobato, "Mujeres en la fábrica", ob. cit.;
ban para mantener un presupuest f T' SI bien los salanos no alcanza- M. Lobato, La vida en las fábricas, ob. cit.; M. Nari, "Feminismo Y diferencia sexual" ,
el salario de un jefe de h D o ami iar, complementaban ampliamente ob. cit.; M. Nari, Políticas de matemidad, ob. cit.; D. BarrancoS, "Moral sexual", ob. cit.;
ogar. esde el p t d ' F. Rocchi, ob. cit .. También Raúl Campodónico y Fernanda Gil Lozano, "Milonguitas
mano de obra, la Unión Telefóni ~n o e VISt~ de la demanda de
ea encontro en las mujeres motricidad fina en-cintas. La mujer, el tango, el cine", en F. Gil Lozano, V. Pita Y..G. Ini, dirs., ob. cit.,
t. 2, pp. 136-153: Diego Armus. "El viaje al centro. Tísicas, costureritas Y milonguitas
en Buenos Aires, 1910-1940", en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana
Dr. Emilio Ravignani, 3 serie, nO 22, 2000; Paula Labeur Y Margarita Pierini, "Mujeres
41 Beatriz Sarlo , "C a b ezas rapadas y cintas ar enti" ' . lectoras-mujeres trabajadoras en La Novela Semanal", en Actas de las VI Jornadas de
42 ~ra~uctores y vanguardistas, Buenos Aires ~riet~98en La maqurna cultural, Maestras, Historia de las Mujeres, Buenos Aires. Facultad de Filosofía Y Letras. Universidad de
43 ' annoulas, ob. cit.; B. Sarlo, ob. cit.' , pp. 11-92. Buenos Aires, 2000; Tania Diz. "Descoser los moldes. ¿Dos crónicas distintas sobre la
La autora ha recurrido al uso de le aios d costurerita?", en Zona Franca, Rosario n? 8, 1999; T. Diz, "Deshilvanar los vestidos.
"La puñalada de Amelia (o cómo ~ J . e pe~sonal y a entrevistas orales. D. Barrancos
Mujeres solteras en la literatura argentina", en Actas de las VI Jornadas de Historia de
del servicio telefónico)", CEIL_CON~~ExtmgUlo la discriminación de las mujeres casad '
las Mujeres, Buenos Aires, Facultad de Filosofía Y Letras, Universidad de Buenos Aires,
nicadas?"
. ., o b . cit.;
. D. Barrancos, "Vida T,ín Mimeo,
. 1997'
.,. D B arrancos, ".¿MUjeres comu- as
decadas 1930 y 1940" M' tima, escandalo público: las telef . t 1
d l' ,en uJeres en escen A d . orus as en as 46 2001.
Evaristo Carriego (1883-1912) elaboró esta imagen en su poema "La costurel'ita que dio
e as MUjeres y Estudios de Género Santa a. ctas e las Qumtas Jornadas de Historia aquel mal paso". Manuel Gálvez (1882-1962) se refiere al "mal paso" en sus tres novelas:
de la MUJer, Facultad de Ciencias Hum Rosa,. Instituto Interdisciplinario de Estudios
La maestra normal (1914), Nacha Regules (1919) e Historia de arrabal (1922).
pp. 487-493 . anas, Universidad Nacional de La P ampa, 2 000,
46.
Graciela Queirolo
Mujeres que trabajan: , , , .47
Estos abandonos del mundo privado, por más legitimidad excepcional que
tuvieran, no dejaron de despertar sospechas sobre la moralidad de aquéllas Resumen .' . racias al uso de la perspectiva de
Este artículo busca revisar cntblcamletntebg·ofemenino en Buenos Aires entre
que se convertían en asalariadas, así como, por otra parte, la prostitución . . d scritos so re e ra aj '.
genero, una serie e e lid ron un conjunto de cambios mo-
no dejó de ser una alternativa, a veces transitoria, para las mujeres y las
1890 y 1940, perío~o.en quel:e ~~:l:~a~zación del trabajo de las mujeres
familias de menos recursos. dernizadores que ongmaron P d ti id d El recorrido comienza por
Merecen destacarse los análisis que han intentado demostrar que las prác- , . 1 .d 1 gía de la omes ICI a . .
slgmfica~o por a I eo o. do la cuantificación de la presencia femenm~ en
ticas en el mercado de trabajo crearon fisuras en el discurso de la domestici- los estudlOS que han analiza I d t rse en las interpretaciones histo-
dad, porque permitieron desarrollar identidades/subjetividades que estaban el mercado de trabajo, p~raf ueg~ a ~n ~~ en el sector secundario como en
en contradicción con él. Nos referimos a los planteas hechos para las obreras riográficas sobre el trabajo ememno an
de los frigoríficas quienes legitimaron su permanencia en la fábrica combi- el sector terciario. . G' . Trabajo Femenino: Domesticidad.
Palabras clave: MUJeres; enero, '
nando la transitoriedad y la necesidad que ya no era imperiosa, en función
de apostar a una mejor calidad de vida; o a los análisis de las maestras como
educadoras profesionales que pudieron desarrollar un acceso al campo inte- Abstract t' to analyze a series of works about
. l' gender perspec ive . d
lectual; o a los estudios alrededor de las telefonistas que defendieron, puñal This paper app le~ a . f m 1890 to 1940. During that peno
en mano, sus puestos de trabajo. También estas tensiones del discurso de the female labor m Buenos Adues. rt~ t 'In question women's work and
1 t d to mo ermza ion pu
la domesticidad han sido señaladas por los estudios que analizan los bienes several changes re a e , b gins studying writings that quan-
ti ity The review el.
culturales, donde las representaciones como las del "mal paso" conviven con the ideology o f d omes ICI '. 1b arket and continues by analyzmg
f men m the a or mar , h
tify the presence o wo , k in both the secondary and t e
otras representaciones de mujeres que no sufrían consecuencias adversas en historical interpretations of women s wor
su tránsito por el mercado de trabajo. En definitiva, por más hegemónicos
tertiary sdectoWrs. . Cender: Female Work, Domesticity.
que fueran los principios de la domesticidad, quedaban fuera de su proce- Keywor s: omen, '
so de significación ciertas prácticas y representaciones que cuestionaban, y
que abren el análisis hacia la participación de las mujeres en el proceso de
promoción social.
La problematización del trabajo asalariado de las mujeres trasciende los
años seleccionados. Sin embargo, entre 1890 y 1940 cuajaron un conjunto de
ideas sobre las mujeres que trabajaban gracias a las operaciones del discurso
de la domesticidad. Estas ideas estuvieron plagadas de tensiones y fisuras
que con el tiempo dieron lugar a una reformulación de ellas, más allá de
sus continuidades. Hoy en día el trabajo asalariado femenino continúa preo-
cupando a organismos internacionales, Estados y medios de comunicación,
mientras que la tensión entre lo doméstico y lo laboral acecha a infinidad de
mujeres.