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La prensa feminista
en el Uruguay del Novecientos.
Acción Femenina: agenda de derechos
y construcción de ciudadanía
en la revista del Consejo Nacional de Mujeres
Inés de Torres
Universidad de la República
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1 En adelante CNMU.
2 El Consejo Internacional de Mujeres fue fundado en 1888 en la ciudad de
Washington, Estados Unidos.
3 En el siglo XIX se registra el antecedente de “El Eco de las Niñas” (1887).
4 La Defensa de la Mujer fue un quincenario que se publicó con el objetivo de
“hacer conocer las legales pretensiones de la mujer moderna, sus derechos como esposa,
madre, hermana y amiga”.
5 Se publicará hasta 1933.
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Se trató de la primera Liga de Damas Católicas de América Latina.
7 EHRICK (2005: 146) sostiene que si bien la creación de La Liga fue una respuesta
directa al retiro de los crucifijos de los edificios públicos decretado en 1906, el evento más
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crucial fue la discusión parlamentaria de dos años que llevó finalmente a la aprobación de
una ley de divorcio, lo que hizo movilizar a las huestes católicas ante lo que consideraban
un ataque al corazón de la visión cristiana de la familia en la cual la mujer era un pilar
fundamental.
8 Cuadro Cawen analiza algunos aspectos clave de esta publicación y se detiene en
el intercambio que se da en sus páginas entre Juana Rouco Buela y Virginia Bolten sobre
cuál era la mejor estrategia para organizarse en tanto mujeres. Mientras Juana Buela llama
a la formación de “centros de resistencia y una federación femenina”, Bolten propone un
programa “más modesto”: la formación de “una asociación femenina de libre pensamiento
(CUADRO CAWEN, 2018: 147-149). También aborda el estudio de esta publicación SAPRIZA,
1988.
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Acción Femenina tenía una presentación poco atractiva (una columna, tipo-
grafía uniforme, sin imágenes) y una circulación reducida, básicamente desti-
nada a sus suscriptoras, en su gran mayoría eran mujeres. Respondía al formato
discursivo del boletín, es decir, de órgano de información y difusión de las ac-
tividades de una institución. Se trata de un formato que presenta la ficción dis-
cursiva de la transmisión de información en forma objetiva. Sin duda Acción
Femenina respetó ese pacto de lectura, tanto más cuanto se abocaba a la difícil
tarea de construir un sujeto femenino plural que fuera reconocido y escuchado
en el espacio público para poder concretar sus demandas políticas concretas.
Por definición estatutaria, además, los consejos de mujeres a nivel internacional
debían ser apolíticos.
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11 Las comisiones que se constituyen en la creación del CNMU son las siguientes,
con sus respectivas responsables: Asistencia a la Infancia (Dolores Estrázulas de Piñeyrúa);
Asistencia a Mujeres (Berta de María de Pratt); Biblioteca (Clotilde Luisi); Conferencias y
Propaganda (Dolores Estrázulas de Piñeyrúa); Educación (Enriqueta Compte y Riqué);
Higiene (Cata Castro de Quintela); Inmigración y Emigración (María Passano de Fiocchi);
Legislación (Francisca Beretervide); Paz y Arbitraje (Elisa Villemur de Aranguren); Prensa
(Margarita de Sierra de Sánchez); Profesiones, artes y oficios accesibles a la mujer (Luisa
Luisi); Sufragio (Carmen Cuesta de Nery); Trabajo (Isabel Pinto de Vidal); Trata de blancas
(Emilia Echavarría de Gallardo); Unidad de la Moral (Paulina Luisi).
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Nota sin texto.
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mundo. Los avances o propuestas en Inglaterra 13, Estados Unidos, Rusia, Es-
paña, Italia, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Puerto Rico, Paraguay, Argen-
tina, Suecia ocupa las noticias de las secciones “De todas partes” y “Más éxitos
feministas”. A partir de marzo de 1919 las noticias relativas al sufragio se agru-
pan en la sección denominada “Movimiento sufragista”.
En el número 5, se publica una colaboración que bajo la firma de Lía C sale
al cruce de críticas a las sufragistas uruguayas en los siguientes términos:
A propósito del palpitante proyecto de reforma constitucional sobre el voto
femenino, observo que es muy triste constatar como opiniones respetables de
autorizadas damas, se esfuerzan por empequeñecer nuestro sexo, queriendo
reconocer su incapacidad, cuando en otros países luchan las mujeres por
demostrar ¡su igualdad al sexo fuerte. ¿No han probado las sufragistas las
injusticias que se cometen al hacer valer el derecho de votar a cualquier
jornalero rústico, o a ebrios que votan con ojos cerrados? ¿Tienen, acaso, estos
seres inconscientes, más preparación que nosotras? ¡Y pensar que se niegan
estos mismos derechos a millares de mujeres inteligentes! ¿Somos inferiores
por el solo hecho de no haber nacido europeas? ¿No descendemos de estas
mismas naciones que acuerdan hoy el sufragio a sus mujeres, haciendo valer
sus derechos? (p. 182)
El número de abril de 1919 está dedicado prácticamente en su totalidad a trans-
cribir el texto de una conferencia que bajo el título “Movimiento sufragista” Pau-
lina Luisi leyó en el Augusteo de Buenos Aires el 21 de febrero de 1919, a pedido
de la Unión Feminista Nacional de ese país. Hay dos puntos centrales en la con-
ferencia. En primer lugar, y de acuerdo a las tendencias mayoritarias de la época,
el reclamo de los derechos políticos de las mujeres no estaba reñido con la reivin-
dicación de la maternidad como una de las potestades prioritarias para las mujeres.
Es decir, la demanda para ingresar en la vida política y ser tenidas en cuenta por
el relato estatal y su versión de una sociedad cohesionada en lo relativo a sus de-
rechos, no significaba para la casi totalidad de las mujeres renunciar a su rol tra-
dicional en la familia patriarcal como esposas y como madres. No renuncian a ello
sino que reclaman el voto como modo de incidir en el espacio público. En el caso
de Luisi como socialista, el voto es un instrumento de transformación social: «el
sufragio es algo más que un derecho: el sufragio es un instrumento de combate,
es una probabilidad de éxito, es un instrumento de defensa y una facilidad de
triunfo; en una palabra, el sufragio es un arma en la lucha social» (p 30).
13 El número de marzo de 1918 se inicia con una nota de Paulina Luisi titulada
“Votes for Women!” en la que celebra la aprobación del sufragio femenino en Inglaterra.
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Si bien la bandera de los derechos políticos de las mujeres fue clave sobre
todo en los primeros tiempos de la revista y del CNMU, en Uruguay al igual
que en el resto del mundo aún faltaba por conquistar no solo derechos sociales,
sino algunos derechos civiles básicos. Los abordados en la revista tuvieron que
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La carta refiere la historia de una mujer trabajadora, con seis hijos, cuyo ma-
rido pierde el dinero de su sueldo en las apuestas, y la mujer queda desprotegida
y sin recursos. De acuerdo al Código civil, y a las consultas que manifiestan
haber realizado a la justicia las integrantes del CNMU, para las mujeres en estas
circunstancias solo queda “la resignación o el divorcio”. La anécdota (verdadera
o ficticia) lleva a que la conclusión del artículo sea el reclamo a los poderes pú-
blicos para que se discutan proyectos postergados relativos a los derechos civiles
de la mujer: el del Dr Horacio Miranda que espera su discusión desde abril de
1914, o el de los legisladores Héctor y César Miranda y José Salgado sobre el
acceso de las mujeres a algunas profesiones que todavía le son vedadas.
CIUDADANÍA SOCIAL.
EL MUNDO DEL TRABAJO: CONDICIONES Y EXCLUSIONES
El Uruguay de las primeras décadas del siglo veinte fue uno de los países de
América Latina donde primero se construyó un estado de bienestar, por lo que
la lucha por los derechos sociales de las mujeres se daba en un escenario político
propicio.
En el número de setiembre-octubre de 1918 de Acción Femenina se informa
de la reunión con el Presidente de la República para solicitarle que desentierre
varios proyectos relativos a la mujer y se aprovecha para referirse a algunos de
ellos que eventualmente terminaron siendo aprobados, como la llamada “ley de
la silla” que establecía la obligatoriedad de un descanso en la jornada de trabajo
para obreras y empleadas. También se informa de la solicitud para que la linotipia
sea incluida dentro de los programas de formación de la Escuela Industrial Fe-
menina y para que existan baños para mujeres en la Universidad. En números
posteriores se reproduce el intercambio epistolar entre el CNMU y algunos de los
dueños de los grandes almacenes en relación a la solicitud de que se permita a
las empleadas el uso del ascensor. En el número de noviembre–diciembre de 1919
se actualiza el informe sobre el estado de los proyectos de ley por los que se venía
reclamando. En este caso se mencionan el proyecto de ley de reglamentación del
trabajo de niños y mujeres de los Dres. Lagarmilla y Clavelli; la resolución del
Poder Ejecutivo sobre maternidad en el magisterio escolar presentado por el
Cuerpo Médico Escolar firmado por el Presidente Williman; el proyecto presen-
tado por Luisi y aprobado para que las maestras puedan faltar dos días al mes a
su trabajo sin tener que justificarlo ante las autoridades.
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17 “Pues bien, la sola labor de gestación es un trabajo que demanda energías físicas
al cuerpo, que produce gasto de actividad fisiológica, fatiga y sufrimiento, que se traduce
también en algo palpable y visible como un artefacto o como un libro: sin embargo, esta
labor no es tenida en consideración para nada en la apreciación del rendimiento social que
aporta cada uno de los seres humanos dentro de la colectividad”.
18 “¿El Estado pide hijos? ¡Que los haga!” y en la sencillez de esta rebeldía, en la frase
gráfica del pueblo, está sintetizado el deber del Estado. Acosadas por la necesidad y la fatiga,
las obreras plantearon en su frase sencilla, el problema tan aterrador como doloroso :¡O
morir de hambre o el aborto!”
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REDES E INTERCAMBIOS
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de Maestros José Pedro Varela, entre otras. En el mismo nivel es necesario destacar
una serie de agrupaciones cuyo origen se vincula con la beneficencia privada y
que generalmente estaban asociadas a comunidades de origen europeo, en especial
de Francia o Italia: la asociación Jeanne d Arc, el Comité Dames Francaises, la Croce
Rossa Italiana. La Sección Femenina de Enseñanza Secundaria (institución pública
de enseñanza creada en 1912 y presidida en sus primeros años por Clotilde Luisi)
y el Ateneo de Montevideo, centro cultural de reconocido prestigio fundado en
1886, prestaban sus locales para las reuniones y conferencias del CNMU dado que
en los primeros años no se contaba con un local.
Acción Femenina se preocupó de destacar desde los primeros números la
buena recepción por parte de la prensa nacional. En concreto mencionan a La
Razón (de ideología liberal), El Día (fundado por Batlle y Ordóñez) y La Mañana
(de una fracción anti batllista del Partido Colorado). La vinculación con la
prensa extranjera se expresa muchas veces a través de la publicación de artícu-
los de órganos de prensa traducidos especialmente para Acción Femenina por
las propias editoras. Entre dichas publicaciones encontramos La Francaise, o
El Imparcial de Madrid. Otra de las fórmulas de reconocimiento que podemos
advertir se da a través de notas de felicitación al CNMU por parte de prensa ex-
tranjera, reproducidos en la sección Ecos del Exterior. Allí aparecen, entre otros,
El Mercurio, La Nación, El Diario Ilustrado y La Verdad (todos ellos de Chile);
La Crítica (semanario independiente de Lima); o la Revista de Sociología y la
Revista del Centro de Estudiantes de Derecho, ambas de Argentina.
El CNMU contó también con firmes aliados varones en el ámbito de la política
nacional. Perdieron tempranamente a uno de ellos, el diputado Héctor Miranda,
quien en 1914 presentó uno de los primeros proyectos de sufragio femenino en
América Latina, cuyo debate quedó trunco por su temprana muerte. El proyecto,
sin embargo, fue reproducido por Acción Femenina a lo largo de varios números.
Emilio Frugoni, fundador del Partido Socialista –partido al cual era afín Luisi–,
es otra figura que apoya las iniciativas del CNMU a través de cartas y conferencias.
El Dr. Baltasar Brum, quien desde la presidencia del país que ocupó entre 1919 y
1923, impulsó la adhesión del país a la Convención Internacional contra la Trata
de Blancas (uno de los reclamos insistentes del CNMU) y presentó un proyecto
relativo a derechos políticos y civiles de la mujer, fue un fuerte aliado reconocido
en varias oportunidades por Acción Femenina que llega a titular una nota: “Las
opiniones feministas de un presidente. Un discurso de Baltasar Brum” 19.
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En relación a las redes fuera del país, las redes feministas más aceitadas eran
las establecidas con Francia y con Argentina. Recordemos que las madrinas que
presentaron a Uruguay al Consejo Internacional de Mujeres eran francesas; ese
hecho marcó en buena medida la línea del feminismo del CNMU dado el pro-
tagonismo de Luisi en el mismo. Una razón similar se da en los contactos con
Argentina. Luisi (nacida en Argentina, recordemos) tuvo temprano contacto
con las feministas universitarias de ese país. En términos de cómo esto se refleja
en las páginas de Acción Femenina podemos ver una presencia constante de tex-
tos y noticias de asociaciones feministas francesas y argentinas.
En julio de 1919 se publica una nota titulada “El feminismo en Argentina.
Crónica de una espectadora” firmado por la argentina María Velasco Arias, en
la que se plantean tres posiciones en relación a ese movimiento en el país, al
tiempo que se alude a la gira que Paulina Luisi está haciendo por la provincia
de Buenos Aires y a las actividades que tienen planeadas. Especial atención me-
recen también en las páginas de Acción Femenina los proyectos presentados por
el Dr Rogelio Araya en relación al sufragio femenino y a los derechos civiles de
la mujer en Argentina, a cuya transcripción y comentario se dedican varios nú-
meros. Asimismo, se difunden las actividades del Comité Abolicionista Argen-
tino – Uruguayo, en especial su segunda encuentro en octubre de 1919, en el
que Luisi pronuncia una conferencia sobre “Enseñanza sexual”, cuyo comen-
tario a cargo del diario “El Día” es transcripto en la revista del CNMU. También
se mantiene contacto con la revista Nuestra causa, del Consejo Nacional de Mu-
jeres de Argentina, fundada en 1919 y dirigida por la Dra Petrona Eyle, colega
y amiga de Luisi.
Los vínculos con España no parecen ser tan fuertes. Al principio hay alguna
nota sobre temas de interés del CNMU como la nota de Julián Juderías, vocal
del Consejo Superior de Protección a la Infancia, sobre la experiencia de las lla-
madas “Junior Republics” 20, pero es recién entre 1919 y 1920 que aparecen es-
pecíficamente tres notas sobre el movimiento feminista en ese país. En la primera
nota, de agosto de 1919, en la que abordan los movimientos feministas en dis-
tintos países iberoamericanos se afirmaba: “España, el año pasado, presenta a su
Parlamento un proyecto de derechos políticos femeninos, pero tan limitado, tan
exiguo, que provoca la indignación de las feministas españolas” . A continuación
se transcribe en una nota el rechazo y protesta a dicho proyecto de la Liga Espa-
ñola para el progreso de la mujer firmada por Ana C. Bernal, Ángeles Guiñón;
20 Año I, No 4.
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Amalia Carvia, Pilar Villar de Deu y Vicenta Mora. En el número siguiente apa-
rece una nota titulada “Movimiento feminista en España”, firmada por Ananké
(seudónimo de Paulina Luisi) en la que se afirma que en ese país existe un “vi-
brante y poderoso movimiento feminista que no sospechábamos siquiera”. Des-
taca dentro del mismo, en Valencia, los nombres de la escritora feminista Ana
Corbia y Bernal, Elena Carballo de la Barrera y Amalia Carvia, de la Asociación
Concepción Arenal; en Madrid a Benita Asas Manterola, y a la marquesa de Ter
que preside la Unión de Mujeres Españolas “asociación feminista de verdad”; y
en Barcelona a María Pallarés Roca de Suñol, Presidenta del Círculo de la Mujer
del porvenir. Asimismo se consigna que “Redención es el órgano defensor de
nuestros altos intereses en España”, “revista netamente feminista” dirigida por
la Asociación Concepción Arenal. En la nota Luisi hace alusión a una carta en-
viada por Corbia y Bernal en su carácter de presidenta de la Liga Española para
el progreso de la Mujer en la que describía la contribución de ese órgano a la for-
mación de las ya mencionadas asociaciones en Valencia, Barcelona 21 y Madrid,
a las que agregaba la Asociación Mme. Stael de Pontevedra, además de Unión
Obreras de la Aguja y la Sociedad de Sirvientas. Luisi termina la glosa de la carta
con la mención a la asamblea conjunta realizada por las distintas asociaciones
de la Liga en España, y concluye transcribiendo el deseo expresado en la carta
por la Presidenta de que se constituya a partir de allí un Consejo Nacional de
Mujeres como en otros países, exhortación a la cual Ananké se suma de modo
enfático. En un número posterior se publica un artículo de Amalia Carvia escrito
especialmente para Acción Femenina, en el que se congratula de la reciente pre-
sentación de un proyecto para el sufragio femenino por parte del entonces Mi-
nistro Burgos Mazo, a la vez que lamenta la oposición que incluso entre mujeres
despiertan las propuestas relativas al divorcio.
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las visiones de los sectores más conservadores hacían sistema con las posiciones
de los de los sectores emergentes de las universitarias ya que estas estaban mar-
cadas fuertemente por el higienismo social que dominaba el feminismo liberal
de la época. Eran temas en los que había acuerdos básicos y en los que primaban
los pedidos de regulación, censura o prohibición. No es casual entonces que haya
un muy significativo número de artículos dedicados a estos temas porque así se
reafirmaba la coincidencia dentro del feminismo liberal entre las mujeres de dis-
tintos sectores sociales, como eran las que conformaban desde el inicio el CNMU.
En este sentido, el ítem de políticas sociales como parte de los mecanismos in-
clusivos que vimos al definir la cohesión social tiene, para este sector, el rostro
de la intervención del Estado, los reclamos adquieren la forma de solicitudes por
un accionar estatal que elimine vicios o regule prácticas en las que las mujeres
llevaban la peor parte y se vulneraba su intimidad.
De ahí que pueda llegar a afirmarse que el Primer congreso regional contra
el alcoholismo será “el primer congreso netamente feminista de nuestro país”
(AF, Año II, No 2) y que Paulina Luisi pudiera abogar a favor del sufragio fe-
menino usando una causa como la lucha contra el alcoholismo en la que estaba
embanderada pero que además permitía lograr el apoyo de mujeres de distintos
sectores y clases que compartían afirmaciones como “en los países donde las
mujeres gozan del derecho al sufragio, es donde, la lucha antialcohólica ha ob-
tenido los mejoría resultados”; o que “en los países donde las mujeres son elec-
toras y elegibles, la cifra del consumo alcohólico ha bajado notablemente” (AF,
Año II, No 3).
Algo similar ocurrió con el debate en torno a la prostitución, donde los prin-
cipios del higienismo social de las jóvenes universitarias coincidían con los del
asistencialismo tradicionalista del que venían las integrantes de la generación
mayor en una postura abolicionista. En este sentido, el texto de Paulina Luisi
sobre las bases del abolicionismo en el que sostiene que “la reglamentación de
la prostitución es un error higiénico, una injusticia social, una monstruosidad
moral y un crimen jurídico” (AF, Año III, No 1) poco difiere del texto de Blanca
C de Hume, “distinguida escritora socióloga, y poetisa argentina” que en sus
participaciones en la revista presenta una visión mucho más moralista basada
en los peligros que la prostitución vista como una forma de degradación moral
de la mujer con serios peligros para la familia y la sociedad.
En marzo de 1920 AF pasa a ser también la revista de la Alianza Uruguaya
para el Sufragio Femenino a instancias de la propia Paulina Luisi quien ese año
viaja a Europa para asistir a congresos feministas en Noruega y Madrid como
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Se anuncia la participación de la Profa. Carmen Onetti con su disertación sobre
“Misión social de la mujer” en la que comenta páginas de Ibsen, Max Nordau y Martínez
Sierra, y una segunda lectura a cargo de Ángela Pérez y fue sobre “Reeducación social”.
24 Se anuncian conferencias a cargo de Emilio Frugoni, Carlos María Prando (“Ideal
del progreso”) y Santín Carlos Rosi. En el número siguiente se reseña la conferencia de
Prando, y se anuncian conferencias de Clotilde Luisi y Santín Carlos Rossi en el apartado
denominado “Nuestra acción cultural”. La primera tiene que postergarse para marzo por
viaje a Europa de Clotilde Luisi y la segunda se lleva a cabo y tiene el título: “Condiciones
sociales e individuales indispensables para la igualdad social de los sexos”.
25 El ciclo comenzará con la de Sebastián Morey: “El feminismo como factor de
cultura” y será seguido de Prando disertando sobre “Poetisas uruguayas”.
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FUENTES
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