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CENTRO EDUCATIVO “JOSE DOLORES RODRIGUEZ

TAMAYO”

INCORPORADO A LA SECRETARIA DE EDUCACION

LICENCIATURA EN ENFERMERIA

SEGUNDO SEMESTRE

PRACTICAS DE ENFERMERIA COMUNITARIA

CANCER DE MAMA

ALUMNO: MAY SABIDO HANIEL ARIZEL

FECHA DE ENTREGA: 15 de julio de 2020


NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-041-SSA2-2011, PARA LA PREVENCIÓN,
DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO, CONTROL Y VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
DEL CÁNCER DE MAMA (DIARIO OFICIAL, 2011)

EPIDEMIOLOGIA
El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la población mundial y la primera causa más
frecuente entre las mujeres con un estimado de 1´671,149 nuevos casos diagnosticados
anualmente y con una prevalencia de 6´232,108, lo que representa el 36.3%. En los países
desarrollados presentan una mayor incidencia (excepto Japón).

Es la causa con mayor mortalidad en la mujer con 521,907 defunciones anuales, lo que
representa un 14.7%, de las cuales ocurren más en países desarrollados.

La tendencia de la mortalidad es ascendente debido a una mayor incidencia de la enfermedad por


el aumento de la esperanza de vida al nacimiento, cambios de estilos de vida y la relación entre
el cáncer y la obesidad.

En América Latina, el cáncer de mama es la primera neoplasia más común en mujeres de


América Latina, con una incidencia de 152,059 casos anuales. La incidencia en la región es de
27.0 casos por 100,000 mujeres, alcanzando valores superiores a 50 en países como Argentina,
Uruguay, Brasil y Guyana.

La mortalidad en la región es de 43,208 defunciones con una tasa de 47.2 por 100,000 mujeres.
Lo que representa el 14% de las defunciones anuales por esta causa, Tres países que cuentan con
mayor mortalidad son: Argentina (19.92), Uruguay (22.69) y Guyana (20.05).
México

En el año 2014, se registraron 11,372 casos nuevos de cáncer de mama con una tasa de
incidencia de 22.56 por 100,000 habitantes mayores de 10 años.

En el grupo específico de mujeres de 25 años y más, en el año 2015 se registraron 6,252


defunciones en mujeres con una tasa cruda de 18 defunciones por 100,000 mujeres. Las
entidades con mayor mortalidad por cáncer de mama son: Sonora (28.6), Nuevo León (26),
Coahuila (25.7), Chihuahua (24.8), Cd. México (24.7) y Sinaloa (22.2). La edad promedio de
presentación de los casos de cáncer de mama es de 54.9 años, la incidencia más alta en el número
de casos se registra en el grupo de 50 a 59 años con el 45% de todos los casos (CNEGSR, 2016).

CLASIFICACIÓN MOLECULAR DEL CÁNCER DE MAMA

Con el desarrollo de técnicas más sofisticadas se puede analizar los genes de cada cáncer de
mama. Estas técnicas han dado lugar a una clasificación más precisa del cáncer de mama que se
correlaciona mejor con el riesgo de recaída de la enfermedad. La clasificación molecular
establece cuatro tipos de cáncer de mama: Luminal A, luminal B , HER 2 y basal like. Los
tumores luminales tiene receptores hormonales positivos, los HER2 expresión de HER2 y los
basal like o triple negativos no expresan ni receptores hormonales ni HER2. El subtipo Luminal
A es el de mejor pronóstico y el basal like el de peor pronóstico (Santaballa, 2020).

Estadificación

Como en el resto de tumores, todos los subtipos de cáncer de mama se clasifican en estadios
según la extensión de la enfermedad. Un cáncer de mama en estadio I es un cáncer de mama en
una etapa inicial y un estadio IV es un cáncer de mama avanzado que se ha extendido a otras
partes del cuerpo.

El sistema de clasificación TNM se basa en el tamaño del tumor (T) y su extensión a los ganglios
linfáticos regionales (N) o a otras partes del cuerpo (M). El estadio, por lo general, no se conoce
hasta después de la cirugía en la que se extirpa el tumor y se analiza el estado de los ganglios
axilares.
Fig. 1.1 SEOM. Estatificación

Cáncer inflamatorio de mama: El tumor se ha diseminado hasta la piel de la mama que aparece
enrojecida, hinchada y caliente. Esto se produce porque las células tumorales bloquean los vasos
linfáticos de la piel. A veces puede tener una apariencia de hoyos que se compara con la “piel de
naranja”. Puede estar en estadio IIIB, IIIC o IV (Santaballa, 2020).

Factores de riesgo del cáncer de mama

Según la página CDC (2018) expone 2 tipos de factores de Riesco, los que pueden cambiar y los
que no cambian. “Uno de los principales factores que influyen en el riesgo de una persona
incluye ser mujer y hacerse mayor. Algunos estudios han demostrado que el riesgo de tener
cáncer de mama se debe a una combinación de factores”.

Factores de riesgo que no pueden cambiar

 Hacerse mayor. El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad; la mayoría de los
cánceres de mama se diagnostica después de los 50 años de edad.

 Mutaciones genéticas. Cambios (mutaciones) heredados en ciertos genes, tales como en


el BRCA1 y el BRCA2. Las mujeres que han heredado estos cambios genéticos tienen
mayor riesgo de presentar cáncer de mama y de ovario.

 Historial reproductivo. Inicio temprano de la menstruación antes de los 12 años de edad


y comienzo de la menopausia después de los 55 años de edad exponen a las mujeres a
hormonas por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de mama.

 Tener mamas densas. La mamas densas tienen más tejido conjuntivo que tejido adiposo,
lo cual, a veces, puede hacer difícil la detección de tumores en una mamografía. Las
mujeres con mamas densas tienen más probabilidades de tener cáncer de mama.

 Antecedentes personales de cáncer de mama o ciertas enfermedades de las mamas


que no son cancerosas. Las mujeres que han tenido cáncer de mama tienen mayores
probabilidades de tener esta enfermedad por segunda vez. Algunas enfermedades de las
mamas que no son cancerosas, como la hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in
situ, están asociadas a un mayor riesgo de tener cáncer de mama.

 Antecedentes familiares de cáncer de mama. El riesgo de una mujer de tener cáncer de


mama es mayor si su madre, una hermana o una hija (parientes de primer grado) o varios
integrantes de la familia por el lado paterno o materno han tenido cáncer de mama. Tener
un pariente de primer grado de sexo masculino con cáncer de mama también aumenta el
riesgo para la mujer.

 Tratamientos previos con radioterapia. Las mujeres que han recibido radioterapia en el
pecho o las mamas antes de los 30 años de edad (por ejemplo, para el tratamiento del
linfoma de Hodgkin) tienen un riesgo mayor de presentar cáncer de mama más adelante
en la vida.

 También tienen mayor riesgo las mujeres que tomaron el


medicamento dietilestilbestrol, que se les administró a algunas mujeres embarazadas en
los Estados Unidos entre los años 1940 y 1971 para prevenir el aborto espontáneo. Las
mujeres cuyas madres tomaron dietilestilbestrol cuando estaban embarazadas de ellas
también tienen riesgo.

Factores de riesgo que pueden cambiar

 No mantenerse físicamente activa. Las mujeres que no se mantienen físicamente activas


tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama.

 Tener sobrepeso o ser obesa después de la menopausia. Las mujeres mayores que
tienen sobrepeso o que son obesas tienen mayor riesgo de tener cáncer de mama que las
que tienen un peso normal.

 Tomar hormonas. Algunas formas de terapia de remplazo hormonal (aquellas que


incluyen tanto estrógeno como progesterona) que se toman durante la menopausia pueden
aumentar el riesgo de cáncer de mama si se toman por más de cinco años. Ciertos
anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) aumentan el riesgo de cáncer de mama
también.
 Historial reproductivo. Quedar embarazada por primera vez después de los 30 años de
edad, no amamantando y nunca tener un embarazo que llegue a término puede aumentar
el riesgo de cáncer de mama.

 Tomar alcohol. Algunos estudios muestran que el riesgo de la mujer de tener cáncer de
mama aumenta cuanto mayor sea la cantidad de alcohol que tome.

Las investigaciones sugieren que otros factores, tales como el tabaquismo, la exposición a
sustancias químicas que pueden causar cáncer y cambios en otras hormonas debido al trabajar en
el turno de la noche, también pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama.

SIGNOS Y SÍNTOMAS.

La Sociedad Americana Contra El Cáncer (2019), ha ce mención que “una parte importante de la
salud de los senos consiste en saber cómo lucen y se sienten normalmente sus senos. Aunque es
importante hacerse pruebas de detección periódicas para el cáncer de seno, las mamografías no
encuentran todos los cánceres de seno. Esto significa que también es importante que esté al
pendiente de cambios en sus senos y que conozca los signos y síntomas del cáncer de seno. El
síntoma más común del cáncer de seno es una masa o bulto nuevo. Una masa no dolorosa, dura y
con bordes irregulares tiene más probabilidades de ser cáncer, aunque los tumores cancerosos del
seno también pueden ser sensibles a la palpación, blandos y de forma redondeada. También
pueden causar dolor. Por este motivo, es importante que un profesional de la salud con
experiencia examine cualquier masa o bulto nuevo, o cualquier cambio en los senos”.

Otros posibles síntomas del cáncer de seno son:

 Hinchazón de todo el seno o parte de él (aunque no se sienta un bulto)

 Formación de hoyuelos en la piel (a veces parecido a la cáscara de una naranja)

 Dolor en el seno o en el pezón

 Retracción (contracción) de los pezones


 Piel del pezón o seno roja, seca, descamada o gruesa

 Secreción del pezón que no sea leche materna

 Ganglios linfáticos hinchados (algunas veces un cáncer de seno se puede propagar a los
ganglios linfáticos de las axilas o alrededor de la clavícula y causar un bulto o hinchazón
ahí, aun antes de que el tumor original en el seno sea lo suficientemente grande como
para poderlo palpar)

TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS PARA EL DIAGNÓSTICO

La Dra. Ana Santaballa Bertrán (2020), nos explica en el diagnóstico que cuando existe una
sospecha de cáncer de mama bien por la exploración física (tanto por la paciente como por un
médico) o bien por una mamografía de rutina, se inicia un estudio para confirmar o descartar esa
sospecha. Las pruebas de imagen orientaran sobre el diagnóstico pero el diagnóstico de certeza
de cáncer de mama requiere siempre una confirmación con biopsia.

Pruebas de imagen que estudian la mama:

Mamografías: son imágenes de rayos X que detectan zonas anómalas en la mama. No tienen un
100% de fiabilidad por lo que pueden dar imágenes sospechosas que finalmente no sean
malignas (falsos positivos) o dejar de diagnosticar algún tumor maligno (falsos negativos).

Ecografía: técnica que utiliza los ultrasonidos para producir una imagen y que puede distinguir
lesiones quísticas (rellenas de líquido, normalmente no tumorales) de lesiones sólidas (más
sospechosas). Muchas veces esta técnica complementa a la mamografía. La ecografía también
puede valorar el estado de los ganglios de la axila que son el primer sitio de diseminación del
cáncer de mama.

Resonancia magnética nuclear (RMN): es una exploración radiológica que utiliza la acción de
un campo electromagnético para la obtención de imágenes. Puede ser necesaria en mujeres con
tejido mamario denso, mujeres con mutación del gen BRCA o mujeres portadoras de prótesis de
silicona.

Si se sospecha un cáncer de mama el siguiente paso es tomar una muestra de tejido del mismo
para analizarlo.

Biopsia: consiste en la extracción de una muestra del tejido de la zona sospechosa para
analizarlo en el microscópico y poder determinar las características benignas o malignas del
mismo, así como el tipo de células tumorales, el grado de agresividad de las mismas y algún otro
parámetro de interés a la hora de tomar decisiones sobre el tratamiento.

La biopsia puede hacerse por palpación directa o guiada por ecografía, esto puede hacerse con
una aguja fina (PAAF) o con aguja gruesa (BAG) para obtener mayor cantidad de tejido. En
ocasiones, puede ser necesaria una biopsia en el quirófano.

A veces, cuando la zona sospechosa sólo se ve en pruebas de imagen (y no hay alteraciones en la


exploración física), se marca la zona sospechosa con una aguja guiada por alguna técnica de
imagen para que pueda ser identificada después por el cirujano.

Pruebas que valorarán si existe diseminación de la enfermedad a otros órganos

Tras la confirmación del diagnóstico de cáncer de mama con biopsia se realizan otras pruebas
radiológicas para asegurarse que no existen metástasis en otros órganos. Estas exploraciones
suelen recomendarse para estadios II o superiores. En las pacientes con tumores pequeños y
ganglios negativos (estadio I) estos estudios no son necesarios.

Radiografía de tórax: normalmente se realiza antes de la cirugía y sirve para descartar


afectación pulmonar por el tumor.
Ecografía abdominal: imagen del abdomen, conseguida utilizando ultrasonidos. Se utiliza para
valorar el hígado y resto de estructuras abdominales.

Gammagrafía ósea: es un examen que detecta áreas de aumento o disminución en el


metabolismo de los huesos y se utiliza entre otras cosas para valorar si el tumor se ha extendido a
los huesos.

Tomografía axial computerizada (TAC). Es otra técnica radiológica que sirve para descartar
afectación a distancia de la mama (ganglios, hígado, pulmones, hueso).

TRATAMIENTO ACTUAL PARA LA PREVENCIÓN

Toda mujer quiere saber qué puede hacer para disminuir el riesgo de tener cáncer de mama.
Algunos de los factores asociados con el cáncer de mama, como ser mujer, la edad y los factores
genéticos, no pueden modificarse. Otros, como el sobrepeso, la falta de ejercicio y la ingesta de
alimentos no saludables, se pueden modificar aprendiendo a elegir. Al elegir las opciones de
estilo de vida más saludables, tú eres quien decide y te aseguras de reducir el riesgo de cáncer de
mama todo lo posible.

Un estudio analizó formas para reducir el riesgo de cáncer de mama aplicables a todas las
mujeres y explicó en qué medida se reduce el riesgo con determinadas estrategias de prevención.
El estudio se publicó en la edición de mayo/junio de 2014 de la revista científica CA: A Cancer
Journal for Clinicians. Lee “Priorities for the primary prevention of breast cancer”
(Prioridades para la prevención primaria del cáncer de mama) (en inglés).

En general, los investigadores creen que más de la mitad de los casos de cáncer de mama se
podrían prevenir si las mujeres adoptaran conductas saludables y si las mujeres con alto riesgo de
cáncer de mama tomaran medicamentos para reducir el riesgo.

Para ayudar a las mujeres a decidir qué conductas podrían cambiar, los investigadores
determinaron las estrategias prioritarias de prevención del cáncer de mama.
Hacer ejercicio con regularidad y mantener un peso saludable durante toda la vida: Hacer
ejercicio y mantener un peso saludable pueden reducir el riesgo de cáncer de mama y otros tipos
de cáncer. Sin embargo, más del 66 % de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso o son
obesos y más del 50 % no hace suficiente ejercicio. Algunas investigaciones han revelado que el
aumento de peso después de los 18 años se vincula con un riesgo mayor de tener cáncer de mama
después de la menopausia, lo que está directamente relacionado con la cantidad de peso que se
aumenta. Este aumento del riesgo se debe a que los adipocitos producen estrógeno, por lo que el
exceso de adipocitos implica más estrógeno en el organismo y este propicia la aparición y el
agravamiento del cáncer de mama con receptores de hormonas positivos.

Asimismo, las mujeres posmenopáusicas con sobrepeso que bajaron 22 lb o más y se


mantuvieron en peso, redujeron el riesgo de cáncer de mama en más del 50 % en comparación
con las mujeres que no bajaron de peso.

Las investigaciones también mostraron que hacer ejercicio con regularidad reduce el riesgo de
cáncer de mama tanto de las mujeres premenopáusicas como de las mujeres posmenopáusicas.
La Sociedad Americana contra el Cáncer y muchos médicos recomiendan que las mujeres hagan
4 a 5 horas de ejercicio por semana, con un nivel de intensidad moderado. (La caminata a paso
rápido es un ejercicio de intensidad moderada.)

Limitar el consumo de alcohol: Las investigaciones sugieren que beber más aumenta el riesgo
de cáncer de mama. Por cada 10 gramos más de alcohol que tomes por día, el riesgo de cáncer de
mama aumenta entre un 7 % y un 10 % (una bebida de las que habitualmente tomamos contiene
alrededor de 14 gramos de alcohol). Incluso beber con moderación aumenta el riesgo. En el
Nurses´ Health Study (Estudio de salud de las enfermeras), las mujeres que tomaban de tres a
seis bebidas alcohólicas por semana tenían un 15 % más de probabilidades de que se les
diagnosticara cáncer de mama que las mujeres que no bebían. Las mujeres que más bebían (dos o
más bebidas por día) tenían un 51 % más de probabilidades de que se les diagnosticara cáncer de
mama que las mujeres que no bebían.

Sin embargo, muchas personas creen que los beneficios de beber alcohol, en especial vino tinto,
para el corazón superan los riesgos de padecer cáncer de mama. Lo que debemos entender es que
hay otras maneras de cuidar la salud del corazón que bebiendo alcohol. Las mujeres que están
preocupadas por el riesgo de cáncer de mama pueden limitar el consumo o directamente dejar de
tomar alcohol.

Los investigadores informaron que las mujeres que respetan más concienzudamente las
directrices de la Sociedad Americana contra el Cáncer referidas a peso, dieta, consumo de
alcohol y ejercicio tuvieron un 22 % menos de riesgo de cáncer de mama que las mujeres que
más desatendieron estas recomendaciones.

Considerar la posibilidad de tomar medicamentos en forma preventiva si hay alto riesgo de


padecer cáncer de mama: En 2013, tanto el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los
Estados Unidos (USPSTF) como la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO)
publicaron nuevas directrices sobre el uso de medicamentos de hormonoterapia para reducir el
riesgo en mujeres sanas con alto riesgo de cáncer de mama.

Las directrices del USPSFT establecen que los médicos deben ofrecer los medicamentos
tamoxifeno y Evista (nombre genérico: raloxifeno) a las mujeres sanas con alto riesgo de cáncer
de mama a partir de los 35 años de edad a fin de reducir el riesgo. El grupo de trabajo no
recomendó ofrecerles estos medicamentos a las mujeres con riesgo medio o bajo de padecer
cáncer de mama.

Además de recomendar el tamoxifeno y Evista, las directrices de la ASCO también indican que
los médicos deben hablar con las mujeres posmenopáusicas con alto riesgo sobre el uso del
inhibidor de la aromatasa Aromasin (nombre genérico: exemestano) para disminuir el riesgo.

Los investigadores de este estudio calcularon que entre 2 millones y 7,8 millones de mujeres se
beneficiarían tomando una hormonoterapia en forma preventiva. En realidad, apenas 20.500
mujeres de entre 35 y 79 años tomaban medicamentos para prevenir el cáncer de mama.

Este cifra tan baja puede deberse en parte a los efectos secundarios. El tamoxifeno, el Evista y el
Aromasin pueden causar efectos secundarios, algunos de ellos graves. Los bochornos y el sudor
nocturno son efectos secundarios de estos tres medicamentos, aunque son más frecuentes con el
tamoxifeno y Evista. El dolor de las articulaciones es el efecto secundario más frecuente de
Aromasin. Aromasin también puede debilitar los huesos y hacer que estén más propensos a
quebrarse en las mujeres. Los tres medicamentos, a veces, pueden causar coágulos de sangre
peligrosos, en casos poco comunes. Esta complicación es más frecuente con el tamoxifeno y el
Evista.

Si bien los estudios muestran la eficacia de estos medicamentos, otra investigación ha


determinado que los médicos no los recetan tanto o las mujeres con alto riesgo de cáncer de
mama no los toman porque les preocupan los efectos secundarios.

Hablar con tus hijas y otras mujeres que formen parte de tu vida acerca de las estrategias
de prevención: Hacer ejercicio, comer saludablemente, mantener un peso saludable y evitar el
consumo de alcohol pueden ayudar a disminuir el riesgo de cáncer de mama. Si las niñas
comienzan con estas estrategias en la niñez, antes de que se desarrollen las mamas, el riesgo de
cáncer de mama se reduce aún más que si estas conductas se adoptan en la edad adulta.

Es aconsejable que hagas todo lo que puedas para reducir al mínimo el riesgo de cáncer de
mama. Hacer ejercicio con regularidad, seguir una dieta balanceada, mantener un peso saludable
y evitar el consumo de alcohol son medidas que puedes tomar para controlar varios factores de
riesgo (Breastcancer.org., 2014).

TRATAMIENTO ACTUAL PARA LA ENFERMEDAD

Tratamientos según el estadio

Estadios iniciales, operables

 Cirugía conservadora o mastectomía con ganglio centinela o linfadenectomía si es necesaria.

 Quimioterapia adyuvante si los factores de riesgo lo aconsejan. Habitualmente la quimioterapia


adyuvante se da de forma intravenosa en ciclos y dura entre 4-6 meses, dependiendo del esquema
elegido. Los esquemas más comunes incluyen antraciclinas (doxorrubicina o epirrubicina) y
taxanos (paclitaxel o docetaxel).

 Radioterapia adyuvante siempre que se haga cirugía conservadora o las características del tumor
así lo aconsejen.

 Hormonoterapia adyuvante si el tumor tenía receptores hormonales positivos. El tratamiento


varía si la paciente es premenopáusica en cuyo caso se prescribe tamoxifeno o postmenopaúsica.
En este caso se pueden prescribir los inhibidores de la aromatasa. Habitualmente el tratamiento
dura entre 5 y 10 años y es oral.

 Trastuzumab adyuvante durante 1 año si el tumor era Her2 positivo. El trastuzumab se inicia con
la quimioterapia con taxanos, se puede administrar a la vez que la radioterapia y durante la
hormonoterapia. En algunos casos puede valorarse cambinar el Trastuzumab con pertuzumab o
neratinib tras finalizar el Trastuzumab.

Actualmente puede considerarse tratamiento neoadyuvante previamente a la cirugía en tumores


mayores de 2 cm o con afectación ganglionar.

Estadios localmente avanzados, no operables

 Quimioterapia con intención neoadyuvante. Se pautan 6 meses de tratamiento con quimioterapia


y posteriormente se plantea la cirugía.

 Radioterapia tras la cirugía.

 El tratamiento adyuvante posterior se indicará en función de la respuesta patológica obtenida y


del subtipo tumoral (ver apartado de tratamiento neoadyuvante).
Estadios avanzados

Se considera estadio IV cuando el tumor se ha extendido fuera de la mama. Esto puede ocurrir
durante el seguimiento de un cáncer de mama inicialmente limitado y tratado como tal, o puede
aparecer de inicio.

Cuando el cáncer de mama se extiende a otros órganos, la curación ya no es posible y el objetivo


del tratamiento es la cronificación de la enfermedad y la paliación de los síntomas.

El tratamiento más importante en este estadio es el tratamiento sistémico (quimioterapia,


hormonoterapia y/o terapias dirigidas) y la elección sobre uno u otro depende tanto de factores
que afectan al tumor como a características de la paciente incluyendo sus deseos. El arsenal
terapéutico es muy amplio en cáncer de mama y la decisión se toma habitualmente entre el
oncólogo médico y la paciente.

Tratamiento hormonal

Sólo es útil en pacientes con tumores receptores hormonales positivos. Se considera su uso
cuando sólo hay enfermedad en los huesos o en tejido blando. También se considera cuando hay
afectación de órganos como el hígado o el pulmón pero con poca repercusión clínica (el paciente
tiene pocos síntomas derivados de la afectación).

Con respecto al tipo de tratamiento hormonal, es importante tener en cuenta si la mujer es o no


postmenopaúsica y si ha recibido tratamiento hormonal previo (por ejemplo como tratamiento
adyuvante).

La estrategia principal en mujeres premenopáusicas consiste en bloquear los ovarios con


tratamiento médico, quirúrgico o con radioterapia para conseguir que la mujer se comporte como
postmenopáusica y poder ser tratada como tal. El tratamiento actualmente indicado es una
combinación con inhibidores de ciclinas combinado con letrozol o fulvestrant tras haber
bloqueado los ovarios. Para las mujeres postmenopáusicas el tratamiento hormonal se basa en el
uso de inhibidores de ciclinas combinados con letrozol o fulvestrant. La duración del tratamiento
va a depender de la respuesta que se obtenga al mismo y de la tolerancia. Habitualmente se
mantiene el tratamiento mientras siga siendo efectivo. Cuando la enfermedad progresa, se puede
plantear un cambio de tratamiento hormonal o pasar a tratamiento con quimioterapia.

Tratamiento con quimioterapia

Hay una gran variedad de agentes activos en cáncer de mama (antraciclinas, paclitaxel,
docetaxel, vinorelbina, capecitabina, gemcitabina, cisplatino, eribulina) y la decisión sobre qué
fármaco o combinación de ellos se va a utilizar va a depender de varios factores: si se ha
utilizado o no previamente quimioterapia y hace cuánto, si la paciente tiene alguna enfermedad
que limite el uso de algún fármaco por sus efectos secundarios, de la edad de la paciente, de su
estado general puesto que hay tratamientos más o menos agresivos o de si la afectación por el
tumor está produciendo muchos síntomas y se necesita una rápida actuación del tratamiento.

En cuanto a la duración del tratamiento, tampoco hay un número de ciclos definidos y va a


depender de la respuesta al tratamiento y de la tolerancia al mismo.

Tratamiento con terapias dirigidas

El tratamiento con quimioterapia tiene el problema de que es un tratamiento poco específico, la


quimioterapia actúa sobre las células que se reproducen rápidamente, tanto tumorales como
sanas y de ahí vienen muchos de sus efectos secundarios. Las terapias dirigidas intentan
precisamente ser mucho más selectivas y por tanto más eficaces y menos tóxicas. En los últimos
años se han desarrollado muchas terapias antidiana que han demostrado ser muy eficaces y que
ya pueden utilizarse en la clínica.

Terapias anti-HER 2. Están indicadas en los tumores HER 2 positivos. La primera línea de
tratamiento para la enfermedad avanzada en estos tumores incluye una quimioterapia con
taxanos combinada con trastuzumab y pertuzumab. TDM 1 está indicado en la segunda línea de
tratamiento.
Ahora disponemos de otras moléculas que actúan contra el receptor HER2 como lapatinib,
pertuzumab o TDM-1.También sabemos que la combinación de terapias anti-HER2 es más
efectiva que el bloqueo simple (pertuzumab+trastuzumab o lapatinib+trastuzumab).

Tratamientos antiangiogénicos. Estos fármacos actúan impidiendo que el tumor desarrolle


vasos sanguíneos para nutrirse y crecer. En cáncer de mama está demostrada la actividad de
Bevacizumab en combinación con quimioterapia.

Inmunoterapia

En las pacientes con tumores triple negativos que expresan PDL1 puede valorarse el tratmiento
con quimioterapia combinado con atezolizumab.

Tratamiento con fármacos antiresortivos

Estos fármacos se utilizan cuando el tumor produce afectación de los huesos para disminuir el
dolor y las complicaciones óseas como las fracturas y la elevación de los niveles de calcio en la
sangre. Los más utilizados son el zolendronato y el denosumab (Santaballa, 2020).

PRONOSTICO DE VIDA

La tasa de supervivencia a 5 años indica el porcentaje de personas que vive al menos 5 años una
vez detectado el cáncer. El término “porcentaje” significa cuántas personas de cada 100. La tasa
de supervivencia promedio a 5 años de las mujeres con cáncer de mama invasivo es del 90 %. La
tasa de supervivencia promedio a 10 años es del 83 %.

Si el cáncer se encuentra solo en la mama, la tasa de supervivencia a 5 años de mujeres con


cáncer de mama es del 99 %. Al sesenta y dos por ciento (62 %) de las personas con cáncer de
mama se les diagnostica esta etapa. Si el cáncer se ha diseminado hacia los ganglios linfáticos
regionales, la tasa de supervivencia a 5 años es del 85 %. Si el cáncer se ha diseminado a una
parte distante del cuerpo, la tasa de supervivencia a 5 años es del 27 %.
Alrededor del 6 % de las mujeres tienen cáncer metastásico cuando se les diagnostica cáncer de
mama por primera vez. Aunque el cáncer se encuentre en un estadio más avanzado, los
tratamientos nuevos permiten que muchas personas con cáncer de mama mantengan una buena
calidad de vida, al menos por un tiempo.

Es importante señalar que estas estadísticas son promedios y la probabilidad de recuperación de


cada persona depende de muchos factores, entre ellos el tamaño del tumor, la cantidad de
ganglios linfáticos que presentan cáncer y otras características del tumor que influyen en la
rapidez con la que el tumor crecerá y la eficacia del tratamiento. Esto significa que puede ser
difícil estimar la probabilidad de supervivencia de cada persona (ASCO, 2019).
BIBLIOGRAFIA

 Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC). (2018). ¿Cuáles son los
factores de riesgo del cáncer de mama?. Recuperado de
https://www.cdc.gov/spanish/cancer/breast/basic_info/risk_factors.htm

 Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (2016). “Información


Estadística Cáncer de Mama”. Recuperado de
https://www.gob.mx/salud/cnegsr/acciones-y-programas/informacion-estadistica-cancer-
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 Santaballa, Ana. (2020). Sociedad Española de Oncología Medica (SEOM) Cáncer de


mama, Diagnostico. Recuperado de: https://seom.org/info-sobre-el-cancer/cancer-de-
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 La Sociedad Americana Contra El Cáncer (2019). “Signos y síntomas del cáncer de


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 Breastcancer.org.(2014). Un estudio describe las prioridades para prevenir el cáncer de
mama. Recuperado de: https://www.breastcancer.org/es/noticias-investigacion/estudio-
describe-prioridades-prevencion
 American Society of Clinical Oncology (ASCO). (2019). Cáncer de mama: Estadísticas.
Recuperado de: https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/c%C3%A1ncer-de-
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 Diario oficial. (2011). Secretaria de salud. Recuperado de:
http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/equipoMedico/normas/NOM_041_SSA2_20
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