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CREO EN TI, SEÑOR JESÚS

«Este pobre clamo, y le oyó Jehová, y lo libro de


todas sus angustias »
( Salmos 34 :6 )

Unos días antes de que recibieras a Cristo en tu vida, muchos se te acercaban para
hablarte de las maravillas que Dios hace, de las grandes soluciones demostradas en
la Biblia, y de los maravillosos milagros actuales. Todo eso te motivo para dar el
paso al frente, ya que te estaban ofreciendo un panorama de rosas. Los que
tomaban licor, lo dejaban a un lado, los mujeriegos y adúlteros en general,
formalizaban sus vidas, y poco a poco, fuimos viendo los grandes cambios externos
e internos, que nos motivaban a seguir creyendo que Dios es real, que Dios existe
y que Dios es nuestro buen pastor y Padre compasivo.

Esa es una forma de ir creyendo en Dios, por todas las cosas buenas, maravillosas y especiales que nos hacen
fortalecer la fe. Cada coro, Himno, o servicio religioso, resulta ser un aliciente mas a nuestra fe, y la defendemos
a capa y espada con quien sea.

Creo en ti, Señor.

Es en el momento, cuando estas desempleado, y te debes poner la corbata, o el vestido elegante y acompañar una
sonrisa para visitar a un enfermo o asistir al templo, cuando no llevas nada en el bolsillo, que debes decir:

Creo en ti, Señor.

Es en el momento de tu vida, cuando no hay para ir al supermercado, todas las cuentas por pagar, están con
cuatro meses de atrazo, que debes decir:
Creo en ti, Señor.

Es cuando tomas la Biblia, en tus manos, y otro día pasa, sin suceder el milagro
esperado, que debes decir:

Creo en ti, Señor.

Es cuando, llamas al pastor, a los ancianos de la iglesia, a los programas de radio y


television cristiana, a los amigos y haces promesas, y aun así, no recibes nada de lo
que has pedido, que debes decir:
Creo en ti, Señor.

Es cuando has ido de la mano de Dios, como un valioso obrero, con un excelente testimonio, y de pronto, te vez
traicionado por los amigos, que debes decir:

Creo en ti, Señor.

Es cuando tu fidelidad ha sido tu forma de vida, en el templo, con Dios, con tu familia, y de repente, eres
traicionado, que debes decir:

Creo en ti, Señor :

Aunque el cielo mismo se derrita; Aunque pasen mil años y no me respondas; Aunque el diablo me diga tu no
existes; Aunque la higuera no floresca, como dijo Habacuc; Aunque me quites la vida; Aunque me apagues el sol;
Aunque no caiga mana del cielo; Aunque los profetas hallan mentido; Aunque mi mar rojo no se parta en dos;
Aunque mi rió Jordán no se seque para pasar; Aun lleno de lepra; gritare:

Hijo de David….» ten misericordia de mi», y te seguiré, aun arrastrándome,


llegare, a ti… para decirte…..Jesús….creo en ti

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