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El criminal se hace o se nace

En términos criminológicos entendemos por factor a todo aquello que favorece la


aparición de una conducta antisocial siendo también de interés el estudio de las
conductas sean sociales, asociales, parasociales o antisociales.
Pero cuál de los factores criminógenos será el más importante o el primordial que nos da
una luz para descubrir la etiología de la conducta antisocial. En ese sentido puedo agregar
que todos lo son, sin embargo, debemos con Sin embargo y hasta el momento no
podemos dejar de señalar que el factor biológico constituye solamente una parte del
análisis integral del sujeto criminal y por sí solo no explica la etiología de la conducta
antisocial.
En otro orden de ideas y desde la perspectiva social, los estudiosos concuerdan en que la
etiología del crimen se debe a estímulos externos, aprendidos que influyen en la conducta
del ser humano y lo llevan al camino del crimen. ocer someramente cada uno de ellos y su
influencia para poder determinar de acuerdo con los niveles de interpretación de la
criminología.
Desde la adaptación de que la Criminología es una ciencia se le a dado un valor enorme a
lo que es el factor biológico disponiendo o sugiriendo que el criminal es un enfermo el
cual debe de ser tratado como tal lo cual su comportamiento, su biología y anatomía
fisiológica lo hace o lo lleva hacer diferente a las demás personas.
Hoy por hoy con los avances en la genética hemos podido constatar que existen
componentes genéticos hereditarios que influyen o predisponen la conducta antisocial.
Algunos investigadores sugieren o proponen que esta patología o rasgo criminal es una
enfermedad hereditaria, otros proponen que está relacionado con lo que es el
temperamento y por lo tanto del carácter lo cual en algún momento de la vida puede
desencadenar en trastornos instinto- afectivos, y en la actividad psíquica. Sin embargo y
hasta el momento no podemos dejar de señalar que el factor biológico constituye
solamente una parte del análisis integral del sujeto criminal y por si solo no explica la
etiología de la conducta antisocial.
En otro orden de ideas y desde la perspectiva social, los estudiosos concuerdan en que la
etiología del crimen se debe a estímulos externos, aprendidos que influyen en la conducta
del ser humano y lo llevan al camino del crimen. El criminal se hace dice la psicología y los
expertos en el campo de la psiquiatría es el resultado de una mala crianza, de antivalores,
de una deficiente formación de un aparato psíquico, el resultado de complejos,
frustraciones y de la relación entre su aparato físico y psicológico.
Freud desde su perspectiva dio aportaciones valiosas al campo de la criminología en
materia de psicoanálisis, en un tiempo se creyó que el ser humano con su libre albedrío
podría elegir el camino que quisiera seguir en la vida; sin embargo, Freud con sus estudios
demostró que hay más que voluntad en el ser humano, poniendo de manifiesto
estructuras mentales e instintos de conservación del hombre como la agresividad instinto
innato del ser humano comandado por este instinto de conservación que bajo ciertas
circunstancias puede eliminar o reducir los factores crimino repelentes y conducir a la
conducta antisocial.
Por otra parte Alexander y Staub concuerdan con el enfoque de la sociología proponiendo
que existe una diferencia evidente entre el hombre criminal y el no criminal y esta no se
enfoca en una característica de origen congénito sino de la educación por ello se pone de
manifiesto que un individuo criminal no es capaz de sublimar sus tendencias naturales
antisociales durante el transcurso de su vida y al no aprender las armas para dominar sus
instintos y canalizarlos en un sentido social estos funcionan como un motor que los
impulsa a cometer la conducta antisocial, mientras que el hombre no criminal es capaz de
sublimarlos y dirigirlos de acuerdo al orden social imperante.
La predisposición que puede ser congénita o adquirida, pero es todo aquello que hace
particularmente proclive a un individuo para ser un criminal y puede ser explicado desde
los enfoques biológicos, psicológicos y sociales.
Los factores que por lo general son de origen exógeno es decir que son explicables desde
el medio social e influyen notablemente en la conducta y la personalidad del sujeto
acentuando sus características innatas y haciendo proclive a una despreocupación por
respeto a los preceptos legales y las autoridades garantes de los mismos. Y los factores
desencadenantes que no es más que el botón último que hay que presionar para que el
sujeto pierda el control y proceda a la conducta antisocial, puede ser un acontecimiento
de poca relevancia, pero ocasiona en la persona una especie de corto que le impide frenar
su impulso, es un factor de mayor importancia jurídica que criminológica.
Hace varias décadas, en Mauricio, una isla cerca de la costa de Madagascar, un grupo de
investigadores de la OMS sentó a casi 1,800 niños de tres años, uno a la vez, les pusieron
audífonos, y unos segundos después, los expusieron a un ruido desagradable de objetos
metálicos. Con electrodos, los investigadores registraban el monto de sudoración en la
piel de los chicos, en intentos posteriores. Evidentemente, para la segunda y tercera vez
que escuchaban el tono, la asociación detonaba en la mayoría una sudoración intensa,
anticipándose al ruido.  Veinte años después, 137 de los niños tenían historiales
criminales: robo, violencia, agresión. Al comparar con una muestra de historial
equivalente entre el resto de la población, encontraron que los criminales, nunca sudaban
en el experimento. Desde los tres años, mostraban una completa falta de anticipación. De
acuerdo con Adrian Rain líder en el campo de la neuro criminalística, los psicópatas nunca
conectan su conducta con el castigo, pues no experimentan emociones de la misma forma
que el resto de la población.
Raine considera que esta conexión emocional entre la acción y el castigo da pie a la
culpabilidad, y es lo que evita que la mayoría de nosotros cometamos crímenes. Pero si no
nos importan las consecuencias, descartamos las reglas de la sociedad y cometemos el
crimen. Lo interesante es que sus investigaciones muestran marcadas diferencias
fisiológicas entre psicópatas y la población general.

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