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LA PRINCESA SECRETA

En el sur de Italia, existía un pequeño reino llamado Liliput en el cual


gobernaba un rey llamado Luis.

Todos le tenían miedo ya que era muy frío y no le tenía consideración


a nadie; había rumores los cuales decían que él tenía una hija
encerrada en lo más alto del castillo ya que no permitía que nadie se
acercara a esa parte.

Un día, el rey tuvo que salir del castillo ya que tenía una reunión muy
importante. Antes de irse se aseguró de advertir a la servidumbre que
no se acercaran a lo más alto del castillo, o les cortaría la cabeza.

Sebastián era nuevo sirviéndole al rey; sintió un poco de curiosidad de


que había en el lugar; así que esperó que el rey dejara el reino y se
escabulló en la habitación del rey y busco la llave de la puerta;
después se dirigió a el lugar, pero cuando estaba a punto de girar la
perilla escucho el sonido de unos pasos; corrió a esconderse y se dio
cuenta de que era una señora de unos 50 años, nunca la había visto,
ella llevaba una bandeja con comida y abrió la puerta del lugar.
Sebastián huyó del lugar y más tarde se enteró de que el rey se
quedaría una semana fuera del reino, así que inició si plan para entrar
al lugar. A la mañana siguiente, se preparó como de costumbre e hizo
sus labores. esperó a que todos se fueran a sus habitaciones y se
escabulló en el lugar giró la perilla y encontró dentro a una chica, se
veía muy descuidada. Al verlo, ella intentó gritar y salir de la
habitación, pero él se interpuso y le pregunto:
- ¿Quién eres?
Ella le respondió con desinterés,
- Soy la hija del rey, mi nombre es Morgana. - Lo sé no lo parezco.
Respondió con un poco de pena.
- No!, ¡no es eso! -Respondió el rápidamente Sebastián.
- Soy muy fea, replicó ella.
Él se dio cuenta de que la princesa tenía muy bajo la autoestima.
- ¡No lo eres!. Eres muy linda. Le respondió
Ella curvó una pequeña sonrisa.

A partir de ese día. Sebastián todos los días iba a ver a la princesa y
le hablaba de la importancia de quererse a sí misma. La princesa
comenzó a arreglarse más cada día. Sebastián se dio cuenta de que
se estaba enamorado de la princesa y se propuso que tenía que
alejarse de ella, y al otro día tendría que ir y terminar su amistad.

Esper a que se hiciera de noche para ir a la habitación de la princesa,


pero cuando estaba a punto de ir llegó un guardia a su habitación y le
dijo que el rey necesitaba hablar con él.

Él se puso nervioso, pero si se oponía, tendrían que llevarlo a la


fuerza, así que no tuvo opción, salió de su habitación en silencio y se
dirigió hacia la oficina del rey.

Antes de entrar el guardia le entrego un cuchillo y le susurró:


- ¡No confíes en él!.
Sebastián asintió con la cabeza y entró el rey lo esperaba sentado.
- Bienvenido deberías sentarte. Dijo el rey muy animado.
Sebastián dudo un poco, pero accedió.
- Haz estado entrando a la parte prohibida cierto? El rey le preguntó.
Él se puso pálido.
- ¡No!. Le respondió nervioso .
- Lo sé. Te he estado vigilando. Le respondió tranquilamente .
- Lo siento, respondió rápidamente Sebastián.
- Viste a la princesa? Le pregunto. – Si.
El emitió una risa amarga
- GUARDIAS!!!
¡Grito el rey! – Llévenselo. Dijo con un tono burlesco.
- ¡Mañana es tu decapitación!. Le volvió a decir con el mismo tono.

Al otro día, lo despertaron muy temprano y le entregaron un traje.


- ¡Vístete rápido ¡ Un guardia le dijo.
El asintió e hizo lo que le dijeron. - ¡Vamos! Le dijo y lo guió a la plaza
del pueblo.
Había una multitud rodeando la guillotina
El rey estaba sentado en un trono mirándolo fijamente, - ¡Siéntate!
Le dijo apuntando a la guillotina .
Cuando estaba a punto de hacerlo se escuchó un grito: -¡No!
Era Morgana y estaba corriendo y gritando entre la multitud.
- ¿Morgana? Dijo incrédulo el rey.
- Papá ¡no lo hagas por favor! Le rogó Morgana.
- ¿QUE HACES AQUÍ? Le grito el rey
- Si desistes de esto, lo haces no diré que soy tu hija. Le respondió
ella.
- Esta bien, respondió con desinterés; después el rey le hizo una seña
a un guardia para que dejara ir a Sebastián.
El accedió y lo liberó. Sebastián el corrió hacia Morgana y la llevó con
él.
- Que haces aquí Morgana? Él le pregunto
- Me enteré de lo que mi padre te iba a hacer y logré escapar del
castillo, Ella le respondió con un tono muy animado.
- Gracias dijo el enamorado de Morgana y y ella lo abrazó.

Después de ese día el rey desapareció y dejó el reino a cargo de


Morgana; ella gobernó muy bien y Sebastián tomó un mejor trabajo.

SARAH JULIANA ROBERTO DAZA


Grado 7 – A
Área de Lengua Castellana.

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