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Betania, 15 de abril 2022

La pascua, la cruz y la resurrección de Jesús

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo
murió por nosotros. Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por
medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!”. Romanos 5:8-9, NVI

Bloque 1: REVELACIÓN DE JESÚS


Oramos para que podamos conocer a Jesucristo tal cual es, como el que fue, el que es y el que volverá. Que
esta revelación transforme nuestras vidas y nos prepare para lo que ha de venir (Apocalipsis 1:1).

a. Esposo: Oramos para ser una Iglesia enamorada de Jesús, que se prepara y santifica para una boda
(Mateo 25:1, 6).
b. Rey soberano: Clamamos por la revelación de Jesús como el Soberano de los reyes de la tierra.
Clamamos por el Reino que vendrá y se establecerá por la eternidad (Apocalipsis 1:5; 19:16).
c. Juez justo: Clamamos para comprender que Jesucristo juzgará la tierra con verdad y amor (Salmo
119:137; Apocalipsis 19:2).
d. Hijo del Hombre: Intercedemos para que cada nación tenga la revelación de Jesús como el Hijo del
Hombre, aquel que vendrá entre las nubes para gobernar (Apocalipsis 1:13; Daniel 7:13). Turno 4,
8, 12

Bloque 2: REVELACIÓN DE LA CRUZ


Oramos como Iglesia por una mayor revelación de la cruz de Jesús y de su gracia (Efesios 2:4-5).

a. Justificación: Oramos para ser una Iglesia que vive en la gracia y en la justificación de Jesús por
medio de su obra en la cruz (Romanos 5:18-21).
b. Santidad: Intercedemos para ser una Iglesia que permanece en la santidad que Jesús compró
con su sangre (Hebreos 10:10, 14).
c. Libertad: Clamamos para levantarnos como una Iglesia que camina en la libertad que compró
Jesús en la cruz, y usa esa libertad para amar y servir a otros (Gálatas 5:1, 13-14).
d. Vida eterna: Oramos por un mayor entendimiento sobre la obra de Jesús en la cruz, que
compró para nosotros una eternidad junto con Él (Juan 3:16; Apocalipsis 21:3).
Bloque 3: EL EVANGELIO COMPLETO
Oramos para ser una Iglesia que predica a tiempo y fuera de tiempo el mensaje del Evangelio completo;
que Jesús vino, murió en una cruz y resucitó, para darnos vida eterna y hacernos coherederos con Él
ahora, pero plenamente en su regreso (Tito 3:5-7).

a. Pagar el precio: Oramos para levantarnos como una Iglesia que decide pagar el precio de seguir
a Jesús (Lucas 14:25-27; Filipenses 3:8-11).
b. Arrepentimiento: Oramos para ser una Iglesia que predica el mensaje del arrepentimiento y de
perdón de pecados por medio de la sangre de Cristo (2 Corintios 5:6-10; Efesios 1:7-8).
c. Osadía: Oramos por osadía y denuedo para predicar el Evangelio eterno a las naciones (Mateo
28:19-20; Hechos 4:29-31).
d. Regreso de Cristo: Intercedemos por una Iglesia que anuncia el regreso de Jesús como Esposo,
como Rey y como Juez (Salmo 72:1-4; Cantares 2:8).

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