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THERAPEÍA

Estudios y propuestas en ciencias de la salud

Studies and proposals in health sciences


Therapeía. Estudios y propuestas en ciencias de la salud

Therapeía. Estudios y propuestas en ciencias de la salud es la revista de carácter


científico de las Facultades de Medicina y Odontología, de Enfermería y de Fisioterapia
y Podología de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

La revista pretende abundar en un aspecto innovador de las ciencias de la salud, cada


vez más demandado por los pacientes de nuestra generación, el cuidado de la persona y
su dignidad, sin descuidar el desarrollo científico y tecnológico de la sanidad actual, así
como erigirse en un foco de reflexión, innovación e investigación en ciencias de la salud.
Pretende, además, convertirse en un vehículo, nacional e internacional, de debate y de
comunicación entre todos los profesionales de la sanidad. Desde una visión científica de
la Medicina, de la Odontología, de la Fisioterapia y de la Podología, y desde sus diversas
especializaciones específicas, intenta hacerse eco de las propuestas más innovadoras
e interesantes en torno a la salud de los niños, jóvenes, adultos y profesionales de la
sanidad en todos sus niveles. La revista se publica en julio de cada año. Los trabajos
serán valorados por dos revisores anónimos y externos (referees), ajenos a la institución
y al consejo de redacción, según el sistema de revisión por pares (doble ciego). Se
enviará la aceptación o rechazo motivado a los autores antes de 90 días naturales. La
revista se reserva el derecho a cambiar, parcialmente, el estilo o el formato de los trabajos
presentados. Las normas de publicación pueden consultarse en las últimas páginas de la
revista.
Therapeía. Studies and proposals in health sciences

Therapeía. Studies and proposals in health sciences is the scientific journal


of the Faculty of Medicine and Dentistry, the Faculty of Nursing and the Faculty of
Physiotherapy and Podiatry of San Vicente Mártir Catholic University of Valencia.

The journal strives to pay due attention to an innovative aspect of health sciences
increasingly demanded by today’s patients: care for people and their dignity, without
neglecting scientific and technological developments in contemporary healthcare.
The journal also intends to be a meeting place for reflection, innovation and
research in the health sciences. In addition, the journal hopes to become a national and
international vehicle for debate and communication between all health professionals.
Based on a scientific view of Medicine, Dentistry, Physiotherapy, Podiatry and a range
of specific specialisations, it seeks to echo the most innovative and interesting proposals
for the health of children, young people, adults, and medical professionals at all levels.
The journal is published in July each year. Articles will be assessed by two anonymous
and external referees, unrelated to the institution or the editorial board, according to
a double-blind peer review system. Approval or justified rejection will be sent to the
authors in less than 90 calendar days. The journal reserves the right to partially modify
the style or format of the published articles. The rules for publication can be consulted
at the back of the journal.
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Natalia Gómez Moratalla (Universidad de Navarra)
Luis Miguel Pastor García (Universidad de Murcia)
Guadalupe Martín Pardo (Fundación José Navarro)
ÍNDICE

PRESENTACIÓN.....................................................................................................15

ARTÍCULOS ORIGINALES...................................................................................17

Rol diagnóstico de la proteína C reactiva (PCR) en la esclerosis lateral


amiotrófica (ELA)
Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá...................19

Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos.


Estudio de los centenarios en Valencia
Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña................................33

Estrategia de entrenamiento práctico en rcp para diseminar información


entre la población general de Almería
Juan Carlos García Martínez, Verónica V. Márquez Hernández,
Miguel Ángel Casas Salmerón, José Granero Molina, Cayetano Fernández
Sola y María M. López-Rodríguez............................................................................57

Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación


en fisioterapia
Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara................................................75

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 1-166, ISSN: 1889-6111


12 Índice

ARTÍCULOS DE REVISIÓN..................................................................................93

Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple


Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá.............................................................95

Reconocimiento facial de emociones en el autismo y el fenotipo ampliado


del autismo
María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez................................113

CASOS CLÍNICOS................................................................................................143

Síndrome hemofagocítico en paciente con síndrome de la inmunodeficiencia


adquirida: a propósito de un caso
Sara Guijarro Herrera............................................................................................145

NORMAS DE PRESENTACIÓN Y PUBLICACIÓN


DE LAS COLABORACIONES.............................................................................151

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 1-166, ISSN: 1889-6111


CONTENTS

PRESENTATION.....................................................................................................15

ORIGINAL ARTICLES............................................................................................17

Diagnostic role of C-reactive protein (CRP) in amyotrophic lateral


sclerosis (ALS)
Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran and Sandra Carrera Juliá...............19

Successful ageing in valencian nonagenarians and centenarians.


Study of centenarians in Valencia
Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis and José Viña............................33

Practical training strategy in cpr to disseminate information


to the general population of Almeria
Juan Carlos García Martínez, Verónica V. Márquez Hernández,
Miguel Ángel Casas Salmerón, José Granero Molina, Cayetano Fernández
Sola and María M. López-Rodríguez........................................................................57

Study of power jumpers as a possible recovery tool in physiotherapy


Antonio Bustos Ferrer and Yasser Alakhdar Mohmara............................................75

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 1-166, ISSN: 1889-6111


14 Contents

REVIEW ARTICLES...............................................................................................93

Omega-3 as a alternative nutritional treatment for multiple sclerosis


Irene Aroca Divisón and Alfonso Forner Juliá.........................................................95

Facial recognition of emotions in autism and the broad autism phenotype


María del Mar López Rodríguez and Fernando Cañadas Pérez............................113

CLINICAL CASES.................................................................................................143

Haemophagocytic syndrome in a patient with acquired immunodeficiency


syndrome: a case study
Sara Guijarro Herrera............................................................................................145

STANDARDS FOR PRESENTATION AND PUBLICATION


OF CONTRIBUTIONS..........................................................................................159

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 1-166, ISSN: 1889-6111


PRESENTACIÓN

El actual número de la revista Therapeia va de la mano de un cambio de


tendencia y de dirección de la publicación. A partir de ahora, un grupo cientí-
fico de trabajo en investigación, concretamente en el campo de neurociencias,
será el que se encargue de redireccionar una revista que ya tiene recorrido y
que empieza a sonar en el mundo científico, especialmente en español. Y pre-
cisamente es esta combinación entre este pasado no prehistórico y este presen-
te joven e ilusionante representado por el nuevo grupo editorial y científico la
que esperamos que aporte esperanza en un futuro todavía más brillante.
Pero pretendemos que este futuro esté asociado, no solo a un nuevo impul-
so en el impacto de la revista dentro del complicado mundo de las publicacio-
nes científicas (objetivo ambicioso como lo es, en parte, el ADN científico),
sino a la mejora de la salud de las personas que sufren, lo que sin duda debe
ser el gran bastión de un científico. No existe ciencia sin mejora de la cali-
dad de vida y esperanza de las personas que tienen dolor, enfermedad y un
mal pronóstico vital. Ya decía Gregorio Marañón en su extraordinario libro
Vocación y ética en 1947: “Está autorizada toda investigación que redunde,
posiblemente, en beneficio del paciente o de sus futuros compañeros de en-
fermedad; y que, por descontado, no perjudique en lo más mínimo ni al curso
del proceso ni a su salud en general. Pero esto, tan claro, hay que repetirlo,
porque a veces nos repugna leer en revistas que ‘hay científicos que llevan
al vicio este celo por la investigación y someten a sus enfermos a análisis de
muy dudosa utilidad y solo de lucimiento para el autor’”.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 15-16, ISSN: 1889-6111


16 José Enrique de la Rubia Ortí

Este es el gran objetivo de Therapeia, publicar artículos que redunden ver-


daderamente en la salud de las personas, en la calidad de vida, en la esperanza
y en el amparo de los enfermos, enalteciendo el papel del científico. Santiago
Ramón y Cajal, en su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Exac-
tas, Físicas y Naturales (sesión del 5 de diciembre de 1897), lo deja claro de
un modo rotundo y lleno de sensibilidad: “Se ha dicho muchas veces que el
hombre de ciencia mora en un plano superior de humanidad, desinteresado
de las pequeñeces y miserias de la vida material. Pero, sin embargo, el sabio
sincero y de vocación permanece profundamente humano. En el amor a sus
semejantes, excede a los mejores”. Esto, para mí, es el científico, el cataliza-
dor de bienestar, de esperanza en el que sufre; y no solo el que piensa en sus
propios intereses y gloria. Con este pensamiento, trataremos de orquestar el
devenir de esta revista, intentando que todo lo que se publique tenga impor-
tancia para el progreso de la ciencia, pero sobre todo, y asociado a este, para
el progreso de las personas.

Dr. José Enrique de la Rubia Ortí


Director de Therapeía

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 15-16, ISSN: 1889-6111


Artículos originales
ROL DIAGNÓSTICO DE LA PROTEÍNA C REACTIVA (PCR)
EN LA ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA (ELA)

DIAGNOSTIC ROLE OF C-REACTIVE PROTEIN (CRP)


IN AMYOTROPHIC LATERAL SCLEROSIS (ALS)

Jordi Caplliure Llopisa*, Raquel Pascual Toranb, Sandra Carrera Juliác

Fechas de recepción y aceptación: 5 de febrero de 2018, 7 de marzo de 2018

Resumen
Introducción: La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenera-
tiva rápidamente progresiva y devastadora en adultos entre 40-70 años, que produce muerte
de las neuronas motoras inferiores y superiores. Patogénicamente se caracteriza por la pér-
dida de control oxidativo, la acumulación de neurofilamentos, la excitotoxicidad debida al
exceso de glutamato y la neuroinflamación; provocando debilidad muscular. La proteína C
reactiva (PCR) es un buen marcador inflamatorio de diversas enfermedades crónicas de curso
inflamatorio caracterizadas por daño muscular. Objetivos: Determinar la validez de la PCR
como marcador diagnóstico de inflamación de la ELA. Material y método: Estudio analítico,
descriptivo y transversal en el que se analiza la PCR en suero de 23 enfermos de ELA bulbar
y medular. Resultados: Los valores que presentan los enfermos de ELA son diferentes signifi-
cativamente a los valores normales. Además, en el estudio se muestra como una herramienta
que puede diferenciar entre ELA bulbar y medular, ya que se observan diferencias signifi-
cativas entre ambas poblaciones. Conclusiones: Estos datos confirman su posible utilidad
diagnóstica como marcador de inflamación y daño muscular en la ELA.
Palabras clave: esclerosis lateral amniotrófica (ELA), bulbar, medular, inflamación; pro-
teína C reactiva (PCR).

a
Hospital de la Ribera. Valencia. España.
*
Correspondencia: Hospital de la Ribera. Ctra. Corbera km 1. 46600 (Alzira),Valencia. España.
E-mail: jcaplliure@hosptal-ribera.com
b
Consorcio Hospital General Universitario de Valencia.
c
Clínica Jesús Rubio Fisioterapia.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


20 Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá

Abstract
Introduction: Amyotrophic Lateral Sclerosis (ALS) is a rapidly progressive and devastat-
ing neurodegenerative disease in adults between 40-70 years, which causes death of the lower
and upper motor neurons. Pathogenically it is characterized by the loss of oxidative control,
accumulation of neurofilaments and excitotoxicity due to excess glutamate and neuroinflam-
mation causing muscle weakness. C-reactive Protein (CRP) is a good inflammatory marker
of various chronic inflammatory diseases characterized by muscle damage. Material and
method: Analytical, descriptive and transversal study, in which the serum CRP of 23 patients
with bulbar and medullary ALS was analyzed. Results: The values presented by patients with
ALS were significantly different from normal values. In addition, the study showed CRP to
be a useful tool that can differentiate between bulbar and medullary ALS since significant
differences were observed between both populations. Conclusions: These data confirm its
possible diagnostic usefulness as a marker of inflammation and muscle damage in ALS.
Keywords: Amyotrophic Lateral Sclerosis (ALS), bulbar, medullary, inflammation, C-
reactive Protein (CRP).

Introducción

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa rápidamente progresiva y


devastadora de los adultos que produce debilidad incapacitante y espasticidad,
derivada de la muerte de las neuronas motoras inferiores y superiores. Tam-
bién se observan procesos degenerativos en el músculo esquelético y las unio-
nes neuromusculares (NMJ) al principio del desarrollo de la enfermedad1-3.
La enfermedad afecta sobre todo a adultos entre 40 y 70 años, aunque tam-
bién podemos encontrar algunos casos en personas más jóvenes. No es una
enfermedad contagiosa. La proporción entre el sexo masculino y femenino es
aproximadamente de 1 a 3. Y en cuanto al número de enfermos, en España
se estima que cada año se diagnostican casi unos 900 nuevos casos de ELA
(2 o 3 por día), siendo el número total de casos alrededor de 4.000 personas.
La incidencia de esta enfermedad en la población española es de 1 por cada
50.000 habitantes y la prevalencia es de 1/10.000 (esto significa que unos
40.000 españoles desarrollarán la ELA durante su vida)4.
Hay dos tipos de ELA: ELA esporádica, que aparece por motivos desco-
nocidos, siendo la más habitual, ya que corresponde al 90-95 % de los casos;
y ELA familiar, que se adquiere por herencia genética y que representa el
5-10 % de los casos. Las manifestaciones clínicas no se suelen presentar hasta

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


Rol diagnóstico de la proteína C reactiva en la esclerosis lateral amiotrófica 21

después de los 50 años, aunque empiezan a aparecer casos infantiles. Los en-
fermos presentan pérdida de la fuerza muscular y la coordinación, que con el
tiempo empeora y les hace imposible la realización de actividades cotidianas.
Sin embargo, la ELA no afecta a los sentidos como vista, olfato, gusto, oído
y tacto, y la mayoría de las personas son capaces de pensar con normalidad5.
Los mecanismos patogénicos de la ELA actualmente no se conocen en
profundidad, pero se aceptan los siguientes: pérdida de control oxidativo ba-
sada en la generación excesiva de radicales libres oxidativos, acumulación de
neurofilamentos y excitotoxicidad derivada del incremento del neurotrans-
misor glutamato. Todo esto conlleva una gran inflamación cerebral que con-
tribuye a la disfunción de la membrana mitocondrial, que a su vez da lugar
a la alteración en el balance energético ligada a una menor actividad de las
enzimas de la cadena de transporte de electrones mitocondrial en la médula
espinal. Esto sugiere que la mejora de la función mitocondrial basada en una
acción neuroprotectora representaría un enfoque terapéutico para la ELA, que
se puede determinar a través de la disminución en la inflamación y destruc-
ción muscular.

Inflamación en esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

Se sabe relativamente poco sobre la inflamación y las respuestas gliales en


el músculo esquelético, aunque sí se ha detectado un aumento significativo
en la expresión de marcadores inflamatorios microgliales (CD11b y CD68).
La inflamación se confirmó mediante técnica de ELISA cuantificando cito-
cinas inflamatorias interleucina-1b (IL-1b) y factor de necrosis tumoral-alfa
(TNF-alfa) en homogeneizados musculares de ratas SOD1 (G93A). Las célu-
las microgliales activadas secretan una variedad de factores proinflamatorios
y neurotóxicos como TNF-alfa, que puede iniciar procesos apoptóticos en
las neuronas motoras Wobbler afectadas, como se refleja por la activación
de la caspasa 3; y por lo tanto, los procesos neuroinflamatorios pueden in-
fluir o exacerbar la neurodegeneración. A su vez las citocinas proinflamato-
rias desempeñan un papel muy importante en la patogénesis de la ELA. Una
neurotoxina conocida como es la b-N-metilamino-I-alanina (BMAA), puede
desencadenar un perfil de expresión de citocinas a través del plegamiento

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


22 Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá

incorrecto de la proteína de la neurona motora y posterior activación de in-


flamasoma6.
Los cambios inflamatorios se analizan en el área anterior de la médula
espinal y la corteza frontal. Se encuentra un mayor número de astrocitos y
microglía activada en la asta anterior de la médula espinal y los tractos pira-
midales. Por lo tanto, el estudio de la neuroinflamación para la ELA es muy
importante, no solo desde el ángulo de la neuropatología, sino también desde
el punto de vista de su papel potencial en la patogénesis7-8.

Proteína C reactiva (PCR)

La gran mayoría de las terapias aprobadas para la ELA están dirigidas solo
al componente inflamatorio del proceso fisiopatológico, pero para algunos
pacientes el componente inflamatorio de la enfermedad es menos prominente
que otros factores, puesto que la excitotoxicidad o la neurodegeneación pue-
den ser los eventos primarios para la aparición de la discapacidad.
La clasificación de los biomarcadores de acuerdo con su especificidad de
los procesos fisiopatológicos debe basarse en la evolución de todos los proce-
sos contribuyentes. La clasificación de los marcadores es la siguiente:

1. Biomarcadores que reflejan la alteración inmune (citocinas y sus recep-


tores, quemoquinas y sus receptores, anticuerpos; complemento, proce-
samiento y presentación de antígenos; marcadores de activación, ciclo
celular y apoptosis; cambios en las subpoblaciones celulares; y ensayos
funcionales para la reactividad inmunológica).
2. Biomarcadores de la interrupción de la barrera hematoencefálica.
3. Biomarcadores de desmielinización.
4. Biomarcadores del estrés oxidativo y excitotoxicidad.
5. Biomarcadores de daño axónico/neuronal.
6. Biomarcadores de glicolisis.
7. Biomarcadores de remielinimación y reparación.

Por tanto, encontrar un marcador que en cualquier momento de la enfer-


medad pueda ya salir alterado es complicado. En este sentido la proteína C

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


Rol diagnóstico de la proteína C reactiva en la esclerosis lateral amiotrófica 23

reactiva (PCR) es una proteína plasmática circulante que aumenta sus niveles
en respuesta a la inflamación, sea su origen el que sea. Su función es unirse a
la fosfocolina en la superficie de las células moribundas, y a algunos tipos de
bacterias, con el fin de activar el sistema complemento, por la vía del comple-
jo C1Q. Esto hace que se emplee como marcador de inflamación en diferentes
enfermedades como la enfermedad de Crohn9, esquizofrenia10, fibrilación au-
ricular postoperatoria (FAF)11, cáncer, fiebre y neutropenia12 y sepsis13.
Como conclusión, la PCR es un buen marcador inflamatorio de diagnósti-
co de algunas enfermedades. Esto, unido a los mecanismos patogénicos de la
ELA descritos anteriormente, entre los que la inflamación se presenta como
un factor común en todos los estadios, y viendo la poca eficacia de los fárma-
cos que se emplean en la actualidad para la enfermedad, hace que nos plantee-
mos la PCR como un posible marcador de la enfermedad que puede indicar
la inflamación y la destrucción celular de un modo prematuro, ayudándonos
a dar un diagnóstico lo antes posible o a tener indicios de posible enfermedad
de ELA, al asociarlo con otros síntomas clínicos. Esto ayudaría a empezar
con las diferentes terapias lo antes posible. Por otra parte, también podría ser
importante para determinar la eficacia de nuevas intervenciones terapéuticas,
dada su sensibilidad y rápida alteración.
Así pues, el objetivo principal que se platea en el estudio es determinar si la
PCR es un buen marcador para los pacientes enfermos de ELA, y como obje-
tivos secundarios establecer posibles diferencias en función del tipo de ELA y
del sexo del paciente. Para estos objetivos, la hipótesis de partida es que la de-
terminación de la PCR en suero sanguíneo puede ser un marcador eficaz, junto
con otros signos y síntomas, para diagnosticar la posible presencia de ELA,
siendo diferente su valor en función del sexo del paciente y el tipo de ELA.

Material y métodos

Diseño del estudio

Se trata de un estudio descriptivo, transversal y analítico.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


24 Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá

Procedimiento

Se seleccionó la población muestral contactando con la dirección de todas


las asociaciones de ELA de España, que a su vez informaron a sus asociados
para explicarles el estudio. Posteriormente, estos pacientes se pusieron en
contacto con el equipo de investigadores que organizó la asistencia a Valencia
de esta población definitiva de enfermos, una vez aplicados los criterios de
selección descritos en el apartado siguiente. A continuación, se extrajo una
muestra de sangre a cada uno de los pacientes, cuantificando el nivel de PCR
en plasma descrito a continuación.

Población

Para la obtención de la muestra definitiva se aplicaron los siguientes crite-


rios de selección:
Criterios de inclusión: enfermos de ELA mayores de 18 años con sinto-
matología clara de la enfermedad de por lo menos seis meses de evolución.
Criterios de exclusión: Mujeres embarazadas o en estado de lactancia o
que no usen un método anticonceptivo eficaz durante el estudio, pacientes con
traqueotomía, pacientes con ventilación invasiva o no invasiva con presión
ventilatoria positiva, pacientes gastroestomizados, enfermos con evidencia de
demencia, enfermos con evidencia de abuso de alcohol o drogas, presencia
de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, disritmia cardiaca, síntomas
de angina de pecho u otras complicaciones cardiacas, pacientes infectados de
hepatitis b o c o HIV positivo, pacientes renales con creatinina dos veces supe-
rior a los marcadores normales, pacientes hepáticos con marcadores hepáticos
(ALT, AST) elevados tres veces por encima de los marcadores normales, en-
fermos tratados con anticoagulantes o con problemas hemostáticos, pacientes
incluidos en otras investigaciones con medicamentos o terapias en fase de
experimentación y pacientes sin un seguro médico.
Tras aplicar estos criterios, la muestra para el estudio fue de 23 enfermos,
tanto con ELA bulbar como medular y de ambos sexos.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


Rol diagnóstico de la proteína C reactiva en la esclerosis lateral amiotrófica 25

Determinación de la proteína C reactiva

Las valoraciones se basaron en la cuantificación de la PCR de las muestras


obtenidas de sangre venosa de los pacientes del estudio. En cada una de las
extracciones, tras procesamiento para obtener suero, se cuantificó el nivel de
la proteína. Para la cuantificación de la concentración de PCR en suero, se
utilizó el test de IMMULITE CPR de alta sensibilidad (Manual de Immulite,
2003)14.

Tratamiento estadístico de los resultados

Para el análisis estadístico de los resultados, se utilizó el test de Shapiro-


Wilk para determinar la normalidad de la muestra y el test de Mann-Whitney
para determinar si existían diferencias significativas entre las poblaciones
comparadas.

Resultados

Tras aplicar el tratamiento estadístico, la muestra poblacional fue de 16


hombres y 7 mujeres, de los cuales 11 presentaron ELA bulbar y 12 medular,
como se recoge en la siguiente tabla.
En cuanto a los valores obtenidos para la PCR, hay que tener en cuenta que
el valor normal de PCR es hasta 0,1 mg/dL o 1 mg/L, mientras que si la PCR
está entre 0,1 mg/dL y 1,0 mg/dL, está moderadamente elevada y está aso-
ciada a ligeros procesos inflamatorios sistémicos o localizados; y si la PCR
es superior a 1,0 mg/dL, está muy elevada y habitualmente corresponde a
inflamaciones con relevancia clínica frecuentemente asociadas a infecciones
bacterianas agudas.
Cuando la PCR se mantiene elevada, aunque moderadamente elevada –en-
tre 0,3 y 1,0 mg/dL–, este hecho revela la presencia de un proceso inflamato-
rio crónico. Si no existen otras señales clínicas de inflamación, podemos estar
ante una inflamación sistémica silenciosa crónica15.

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TABLA 1
Descripción de la muestra poblacional del estudio

Sexo
Total
Hombre Mujer
Recuento 7 4 11
 % dentro de Tipo de
Bulbar 63,6 % 36,4 % 100,0 %
ELA
 % dentro de Sexo 43,8 % 57,1 % 47,8 %
Tipo de ELA
Recuento 9 3 12
 % dentro de Tipo de
Medular 75,0 % 25,0 % 100,0 %
ELA
 % dentro de Sexo 56,3 % 42,9 % 52,2 %
Recuento 16 7 23
 % dentro de Tipo de
Total 69,6 % 30,4 % 100,0 %
ELA
 % dentro de sexo 100,0 % 100,0 % 100,0 %

En nuestro estudio, los valores obtenidos siguieron la distribución que se


muestra en el siguiente gráfico 1.
Se puede observar cómo la distribución de casi todos sus valores está en el
rango de 0 a 10, con algunos valores extremos alrededor de 40. El valor de la
PCR sigue una distribución significativamente distinta de una normal (test de
Shapiro-Wilk, p < 0,0001), con un valor medio de 5,9 ± 11,6 y una mediana
de 1,3 (rango intercuartílico (RIC) de 0,3-5,3), presentando un valor mínimo
de 0,1 y un máximo de 40,9 (gráfico 1).
En cuanto a los valores en función del tipo de ELA, los valores que pre-
sentan los enfermos de ELA bulbar son más altos que los obtenidos para
enfermos de ELA medular, presentando además una mayor dispersión (alto
de la caja –rango intercuartílico–) y dos valores extremos (representados con
puntos) (gráfico 2). Los valores medios de PCR para ambas poblaciones son:
en ELA bulbar 12,1 ± 15,5 (con una mediana de 6,6 (RIC 3,3-10,5)) y en ELA
medular 0,8 ± 0,8 (con una mediana 0,7 (RIC 0,2-1,5)). Al comparar estos
valores de PCR entre ambas poblaciones, la diferencia es estadísticamente
significativa (test de Mann-Whitney, p = 0,0150).

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


Rol diagnóstico de la proteína C reactiva en la esclerosis lateral amiotrófica 27

GRÁFICO 1
Histograma de la variable PCR en mg/dL
.25
.2
.15
Density
.1
.05
0

0 10 20 30 40
VALOR_PCR

GRÁFICO 2
Valores de la PCR en mg/dL distribuidos según tipo de ELA (ELA bulbar o medular)
40
30
VALOR_PCR

20
10
0

BULBAR MEDULAR

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


28 Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá

Finalmente, en cuanto a los valores de la PCR en función del sexo del


paciente, estos son similares, presentando una mayor dispersión en mujeres
respecto a hombres, y dos valores extremos en estos últimos (gráfico 3). Los
valores que presentan los hombres tienen una PCR media de 7,3 ± 14,1 (con
una mediana de 1,5 (RIC 0,2-3,3); mientras que la PCR media en mujeres
es de 3,5 ± 3,8 (con una mediana de 0,7 (RIC 0,7-6,6)). Comparando estos
valores, las diferencias no son estadísticamente significativas (test de Mann-
Whitney, p = 0,4756).
GRÁFICO 3
Valores de la PCR en mg/dL distribuidos según sexo: hombres (1) y mujeres (2)
40
30
VALOR_PCR

20
10
0

1 2

Discusión

La PCR es un marcador inflamatorio empleado en diversas enfermedades


crónicas de curso inflamatorio que muestren daño muscular. En este sentido se
ha empleado en enfermedades de naturaleza cardiaca como síndromes corona-
rios agudos, en los que muestra ser eficaz, alterándose rápidamente con valores
por encima de 18 mg/L16. En esta misma línea, también se ha publicado que

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


Rol diagnóstico de la proteína C reactiva en la esclerosis lateral amiotrófica 29

es adecuada como herramienta diagnóstica para alteraciones que cursan con


fibrilación auricular11. Asimismo, en enfermedades de diferente naturaleza se
muestra como un buen marcador, destacando trabajos con sepsis, donde el
punto de corte de la PCR alcanzó valores por encima de 6 mg/dL13.
Todo esto hace que en este estudio se planteara la posibilidad de utilizar-
la en una enfermedad neurodegenerativa que cursa con afectación muscular
como la ELA, donde las alteraciones de las motoneuronas acaban deterioran-
do la actividad muscular. Es precisamente esa debilidad a nivel muscular en
los músculos ventilatorios la que acaba produciendo la muerte del paciente
en aproximadamente cinco años. En este sentido, debido posiblemente a que
se trata de una enfermedad rara, no se han realizado estudios que profundicen
en la búsqueda de buenos indicadores que puedan anticipar la intervención
médica. Además, es difícil medir el deterioro de las motoneuronas o la gran
inflamación a nivel intracraneal, pero sin embargo sí se podría medir la infla-
mación acompañada de destrucción muscular en mayor o menor medida, y la
PCR, como se indica en este trabajo, se altera con facilidad. En este sentido,
resulta llamativo que la PCR se haya vinculado con daño y alteración de la
barrera hematoencefálica en esquizofrenia, lo que puede explicar la sensibi-
lidad que muestra la proteína en nuestro trabajo, posiblemente relacionada
con la inflamación a nivel de sistema nervioso central (SNC) que se da en la
enfermedad17.
De hecho, uno de los mecanismos patogénicos recién publicados hace
referencia precisamente a la lesión de la BHE, observada tanto en modelo
animal de roedores transgénicos que expresan mutaciones de superóxido dis-
mutasa (SOD1) asociadas a ALS, como en seres humanos, causando lesiones
microvasculares de la médula espinal. Este daño en la BHE parece que faci-
lita la acumulación de productos tóxicos derivados de sangre en el SNC, lo
que da lugar a cambios neurodegenerativos secundarios asociados a la ELA18.
Esto indica que la PCR puede ser un muy buen marcador para la enfermedad.
Siguiendo esta línea, en el estudio se ha analizado la PCR en suero sanguí-
neo, y se ha podido observar que los valores son significativamente diferentes
de los normales. Nuestra investigación, de un modo preliminar, confirma la
posible idoneidad de la función de PCR como marcador. En este sentido,
la falta de otros trabajos que indique marcadores sistémicos no nos permite
comparar la eficacia de esta proteína como biomarcador; sin embargo, no solo

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


30 Jordi Caplliure Llopis, Raquel Pascual Toran y Sandra Carrera Juliá

podría serlo, sino que en nuestro estudio se muestra como una herramienta
que puede diferenciar entre enfermos de ELA bulbar y medular, ya que se
observan diferencias significativas entre ambas poblaciones. Esto aumenta la
potencia de la PCR como herramienta diagnóstica, pues uno de los problemas
en el diagnóstico de ELA está precisamente en establecer la diferencia entre
ambos tipos de esclerosis.
Sin embargo, a pesar de los resultados con una muestra representativa de la
enfermedad, este estudio tiene limitaciones, precisamente en la población, por
lo que se recomienda a otros investigadores y a nosotros mismos poder realizar
nuevas mediciones con una mayor muestra. A su vez, también proponemos
tratar de establecer diferencias en los niveles de PCR a lo largo del desarrollo
de la enfermedad, para determinar si también puede informar del estado de
gravedad y evolución de la patología.
Las conclusiones de este estudio, respondiendo a los objetivos planteados
y teniendo en cuenta la hipótesis de partida, son que la PCR parece ser un
buen marcador para el diagnóstico de enfermedad de ELA, pudiéndose obser-
var diferencias entre pacientes con ELA bulbar y ELA medular, siendo más
alta en los primeros, de modo que podría indicar el tipo de ELA. Además, la
PCR tiene valores similares en ambos sexos, por lo que no parece estar rela-
cionada con el género del paciente.

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THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 19-32, ISSN: 1889-6111


ENVEJECIMIENTO EXITOSO EN NONAGENARIOS
Y CENTENARIOS VALENCIANOS.
ESTUDIO DE LOS CENTENARIOS EN VALENCIA

SUCCESSFUL AGEING IN VALENCIAN NONAGENARIANS AND


CENTENARIANS. STUDY OF CENTENARIANS IN VALENCIA

Victoria Córdobaa, Sacramento Pinazo-Hernandisa* y José Viñab

Fechas de recepción y aceptación: 7 de mayo de 2018, 9 de junio de 2018

Resumen
Introducción: Cada vez más personas afrontan la vejez de un modo positivo a causa de
factores genéticos, hábitos y estilos de vida adecuados, y un entorno social y familiar de apo-
yo. La esperanza de vida y el número de personas nonagenarias y centenarias en España que
tienen envejecimiento exitoso crece. 12.880 centenarios viven actualmente en España. En
Valencia son 222 las personas centenarias y 1.295 las nonagenarias. Método: Estudio trans-
versal descriptivo. Se presentan datos de perfil de la longevidad extrema describiendo carac-
terísticas sociodemográficas, estilos de vida, salud percibida, funcional, cognitiva, social y
participación. Muestra: Sobre una muestra inicial de 552 personas valencianas, se entrevistó
a N = 68 personas sin deterioro cognitivo (M = 96, DT = 3,93), 44,1 % centenarios (97-105);
69,1 % mujeres; 83,8 % viudos; un 48,5 % vivía en su casa, un 33,8 % en residencias y un
17,6 % en casa de hijos u otros familiares. Su red social era amplia (un 88,2 % con hijos y
nietos, y un 77,9 % con familiares longevos). Resultados: La salud percibida era buena para
el 74,5 %; el 84,8 % tenía muy buena salud cognitiva, el 54,5 % era independiente en casi
todas las abvd, el 87,2 % no tuvo problemas de salud en el último mes y su salud física no
le causó dificultades, y el 63,8 % ha tenido muy poco/ningún dolor durante el último mes.
Los estilos de vida eran saludables pues el 33,3  % realizaba ejercicio físico regular y la

a
Departamento de Psicología Social. Facultad de Psicología. Universitat de València.
*
Correspondencia: Universitat de València. Departamento de Psicología Social. Facultad de Psico-
logía. Avda. Blasco Ibáñez, 21. 46010 Valencia. España. E-mail: sacramento.pinazo@uv.es
b
Departamento de Fisiología. Facultad de Medicina. Universitat de València.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


34 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

dieta era mediterránea para el 89,4 %. La mitad de ellos (56,1 %) participaba en actividades
semanalmente, con alta satisfacción con el ocio en la mayor parte de los casos (76,6  %).
Conclusiones: El envejecimiento exitoso en las personas mayores de 90 años se caracteriza
por tener buena salud percibida y cognitiva, buena red de apoyo social familiar, antecedentes
de familiares longevos, estilos de vida saludables y participación en actividades diversas.
Palabras clave: centenarios, nonagenarios, envejecimiento exitoso, salud percibida, sa-
lud cognitiva, participación.

Abstract
Introduction: People are increasingly facing up to old age in a positive way as a result
of genetic factors, appropriate behaviours and lifestyles and a supportive social and family
environment. Life expectancy and the number of people reaching their 90s and 100s with a
successful old age in Spain are increasing. 12,880 centenarians currently live in Spain. In
Valencia, there are 222 people over 100 and 1295 over 90. Method: Descriptive transversal
study. Profile data of extreme longevity are presented, describing sociodemographic features,
lifestyles, physical, functional and mental health and rates of social engagement. Sample:
From an initial sample of 552 Valencian people, 68 were interviewed without cognitive de-
cline (N  =  68, M  =  96, DT  =  3.93): 44.1  % were centenarians (97-105); 69.1  % women;
83.8 % widowers; 48.5 % living at home; 33.8 % in a retirement home and 17.6 % with their
children or other family. Their social network was extensive (88.2 % with children or grand-
children) and 77.9 % with long-lived family members. Results: Reported physical health was
good for 74.5 %; 84.8 % had very good mental health; 54.5 % were independent in almost
all activities of daily living (ADL); 87.2 % had no health problems in the last month and
their physical health posed no difficulties; 63.8 % had very little/no pain in the last month.
Their lifestyles were healthy with 33.3 % doing regular physical exercise and 89.4 % eating
a Mediterranean diet. Half (56.1 %) were participating weekly in some activity, with most
of them (76.6 %) reporting a high degree of satisfaction with their leisure activities. Conclu-
sions: Successful ageing in people over 90 years is characterised by good physical and mental
health, a good family and social supporting network, history of long-lived family members,
healthy lifestyles and participation in diverse activities.
Keywords: centenarians, nonagenarians, successful ageing, physical health, mental
health, participation.

Introducción

Con el aumento del nivel de vida y la mejora de los sistemas de salud no es


raro alcanzar edades avanzadas. Según los datos del Padrón Continuo (INE)
hay 8.764.204 personas mayores en España (65 y más años), un 18,8 % sobre

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 35

el total de la población (46.572.132), con un crecimiento en alza en la propor-


ción de octogenarios (6,1 % del total de la población), y este grupo seguirá
ganando peso entre la población mayor en un proceso de envejecimiento de
los ya viejos1.
En enero de 2017 vivían en España 12.880 personas centenarias, dieciséis
veces más que en 1970, de ellas 558 son supercentenarias (mayores de 110
años). La población centenaria en nuestro país supone el 0,04  % de la po-
blación total2. En los últimos años el número de centenarios ha aumentado
notablemente, y lo hará aún más en las próximas décadas. A partir de 2050, el
número de centenarios crecerá fuertemente como consecuencia de la llegada
de las cohortes del baby-boom (los nacidos entre 1958 y 1977). En 2066 ha-
brá 222.104 centenarios en España2,3.
La feminización destaca como uno de los factores de longevidad. La ma-
yor parte de los centenarios son mujeres. A los 65 años las mujeres son el
57 % de todas las personas mayores, el 63 % de los octogenarios, el 71 %
de los nonagenarios y el 81 % de los centenarios2. En todos los estudios se
han encontrado más mujeres que hombres centenarios, excepto en Cerdeña
(Italia) y en Uygur (China), donde los resultados muestran que la proporción
de hombres es mayor4.
Los estudios internacionales sobre la extrema longevidad se iniciaron hace
más de cuarenta años investigando sobre los factores protectores de una vida
larga. En las dos últimas décadas, ha aumentado la literatura científica sobre
la extrema longevidad humana con estudios sistemáticos y muestras repre-
sentativas, buscando poner a prueba distintas hipótesis, la mayoría desde la
perspectiva biológica y solo algunas de ellas, interesadas en la perspectiva
conductual o social5.
Los resultados de las investigaciones revelan que en poblaciones de perso-
nas mayores a medida que se cumplen más años la variabilidad entre ellas es
mayor, lo que ha llevado a investigar sobre las diferencias individuales en las
distintas formas de envejecer. Estas diferencias han servido para el desarrollo
de modelos teóricos que, sumados a las concepciones clásicas, nos llevan a
descubrir formas de ver, entender y vivir el proceso de envejecimiento desde
un enfoque mucho más positivo.
A partir de los resultados del Estudio McArthur sobre el envejecimiento
exitoso, Rowe y Kahn6 presentaron su definición en función de tres com-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


36 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

ponentes principales: “baja probabilidad de enfermedad y discapacidad re-


lacionada con la enfermedad, alta capacidad funcional cognitiva y física, y
compromiso activo con la vida”. Tanto la ausencia de enfermedad como el
mantenimiento de las capacidades funcionales son considerados muy impor-
tantes para el modelo, pero su esencia queda representada en la combinación
de estos dos componentes con el tercero, el compromiso activo con la vida.
Existen pocos estudios en España con una muestra de personas centena-
rias. Algunos de ellos han estudiado personas mayores de 90 años en adelante
pero no centrado en centenarios7. Lo mismo ocurre con la investigación de
Etxebarria sobre la regulación de los afectos en cuatro grupos de edad (sexa-
genarios, septuagenarios, octogenarios y nonagenarios-centenarios)8.
Algunas de las investigaciones españolas con centenarios se han centrado
en los aspectos de salud. El estudio de Rabuñal9 se centró en las particula-
ridades físicas del envejecimiento en 80 personas de más de 100 años. Los
centenarios del área sanitaria de Lugo (España), mayoritariamente mujeres,
con frecuencia padecían dependencia funcional (46,2 %) y deterioro cogni-
tivo (71,3 %) más significativo en las mujeres, que se acompañaba de otras
enfermedades (32,5 %). Las patologías más prevalentes encontradas fueron:
osteoartrosis (46,3 %), demencia (32,5 %) y enfermedades cardiovasculares
(cardiopatía 30  %, hipertensión arterial 26,3  %, accidente cerebrovascular
12,5 % y síndrome prostático 57,7 %). Los centenarios presentaban frecuen-
tes limitaciones de audición (69,6  %) y visión (67,1  %). El 81,3  % toma-
ban 3,3 fármacos diarios de media. Las alteraciones analíticas más reiteradas
fueron anemia (40,3  %), hiperfibrinogenemia (63,5  %), insuficiencia renal
(67,5 %) e hipoalbuminemia (22,1 %). El ECG fue normal solo en el 8 % (7
centenarios).
Los estilos de vida saludables predicen longevidad. Y entre ellos, la ali-
mentación ha sido objeto de muchos estudios, y en especial los beneficios de
la dieta mediterránea y el ejercicio físico10,11. Willcox et al. probaron la rela-
ción entre la teoría de los radicales libres y la longevidad en los centenarios
de Okinawa al confirmar que la restricción calórica prolonga la duración de la
vida12. La buena salud cardiovascular está cimentada en una dieta saludable,
ejercicio físico regular, rechazo de hábitos nocivos y una filosofía de vida
libre de estrés13. También es importante por su vinculación con el bienestar

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 37

y propósito en la vida la participación en actividades, sobre todo en aquellas


que permiten socializar y seguir estando conectado al mundo.
Con el fin de conocer mejor el perfil de los centenarios españoles que en-
vejecen exitosamente, se plantea el objetivo de describir las características
sociodemográficas, la salud percibida, funcional, cognitiva y los estilos de
vida de una muestra de nonagenarios y centenarios.

Metodología

Se trata de un estudio transversal descriptivo. Procedimiento. Se solicitó


ayuda en diferentes centros (residencias, servicio de teleasistencia, atención
primaria) de Valencia para contactar con personas mayores de 90 años, y con
el Servicio de Personas Mayores del Ayuntamiento de Valencia para contactar
con personas centenarias. Una vez las personas y sus familiares mostraron
interés en participar en el estudio las investigadoras se pusieron en contac-
to con ellos por teléfono para concertar una entrevista personal en el lugar
donde vivían. Las investigadoras (con formación específica y experiencia en
el ámbito de la gerontología) fueron quienes realizaron todas las entrevistas.
En la primera entrevista se presentó el estudio para solicitar la participación.
Una vez obtenida la aceptación de participar por parte de la persona mayor
y sus familiares, se preguntó por datos sociodemográficos y se pasaron las
pruebas de salud cognitiva, salud percibida, salud funcional y estilos de vida.
La entrevista tuvo una duración aproximada de 60 minutos. Los participantes
firmaron un consentimiento informado que fue leído también por sus familia-
res. En este artículo se presentarán datos de los instrumentos que evalúan la
salud y los estilos de vida.
Criterios de inclusión. Los criterios de inclusión para participar en el es-
tudio fueron: ser mayor de 90 años y tener la salud cognitiva preservada para
mantener una conversación fluida con los investigadores. La salud cognitiva
fue evaluada con el MEC-3514, o la Escala Pffeifer15. De acuerdo con las re-
comendaciones del Documento de consenso para el estudio de las demencias,
de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, para personas de mucha
edad y de bajo nivel cultural son necesarios 20 puntos en el MEC-35, para la
valoración de deterioro cognitivo leve, y entre 17/18 para personas analfabe-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


38 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

tas9. En la Escala Pfeiffer las puntuaciones mayores a 2 indican presencia de


deterioro cognitivo.
Criterios de exclusión. No tener aún la edad requerida para el estudio, no
querer participar en el estudio, tener problemas auditivos que impidiesen la
comunicación o tener deterioro cognitivo diagnosticado.
Muestra. Partiendo de una muestra inicial de 552 personas, 150 personas
no fueron localizadas en la fase de recogida de datos por no contestar a las
llamadas o datos de domicilio incorrectos. De las 402 personas contactadas,
214 personas rechazaron participar por distintos motivos: ausencia de inte-
rés, rechazo de familiares por considerar la entrevista demasiado estresante o
larga, deterioro cognitivo grave o enfermedad grave. Fueron excluidas de los
análisis 61 personas por tener un grado de deterioro cognitivo que impedía
mantener una conversación fluida con las investigadoras. Otras 8 personas no
participaron en el estudio porque los hijos no podían estar presentes durante
la entrevista y este era un requisito, dado que en algunas escalas se pregunta
al proxy. Finalmente, los participantes en este estudio fueron 68 personas
(12,31 % de la muestra total), con edades comprendidas entre los 90 y 105
años (M = 96 años, DT = 3,93, Moda = 100 años). Siguiendo algunos estudios
de centenarios pioneros como el Okinawa Centenarian Study16, establecimos
el punto de corte para considerar a una persona centenaria tener los 97 años
cumplidos. De esta forma, la muestra se ha dividido en dos: una de personas
nonagenarias (90-96 años), el 55,9 % (N = 38), y otra de centenarias (97-105
años), el 44,1 % (N = 30).
Género. El 69,1 % de la muestra son mujeres. Estado civil. El 83,8 % de
las personas entrevistadas son viudos/as, el 8,8 % son casados/as y el 7,4 %
son solteros/as. Red social familiar. El 88,3 % tiene hijos. De los participan-
tes que han tenido hijos, el 33,3 %20 ha sobrevivido al fallecimiento de 1 o
más hijos. El 83,8 % tiene nietos, el 66,4 % tiene biznietos (entre 1 y 11). Fa-
miliares longevos. El 77,9 % tiene o ha tenido familiares longevos (mayores
de 82 años, según INE, 2014; padres, hermanos y abuelos). Nivel de estudios.
El 13,2 % tiene estudios universitarios y el 22,1 % cursó educación secunda-
ria. Vivienda. Respecto a su vivienda actual, la mitad de ellos, el 48,5 %, vive
en su casa, el 33,8 % en una residencia para personas mayores y el 17,6 %
en casa de sus hijos u otros familiares. Viven solos el 22,1 % (15 personas).

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Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 39

TABLA 1
Descripción de la muestra

Media (años) DT N
Edad 96 3,93 68
Nonagenario/as 90 a 96 38
Centenario/as 97 a 105 30
 % N
Género Mujeres 69,1 47
Hombres 30,9 21
Estado civil Viudos/as 83,8 57
Casados/as 8,8 6
Solteros/as 7,4 5
Domicilio En casa de hijos u otros familiares 17,6 12
En centro residencial 33,8 23
En su casa 48,5 33
Con quién conviven Con sus hijos u otros familiares 45,6 31
Con otros residentes 32,4 22
Solo/a 22,1 15
Descendencia Hijos 88,3 50
Nietos 88,3 50
Biznietos 66,4 44
Longevidad familiar Sí 77,9 53
Nivel de estudios No saben leer ni escribir 11,8 8
Saben leer y escribir 14,7 10
Educación básica 38,2 26
Educación secundaria 22,1 15
Educación universitaria 13,2 9

Instrumentos. Las escalas elegidas contienen preguntas cortas, sencillas de


comprender y se redujo el número de alternativas de respuesta en las escalas
que contenían más de cinco, para que el mínimo fueran tres y el máximo cin-
co. Se cuidó especialmente crear un clima de confianza con los participantes,
y que pudieran descansar tras una hora de conversación, y así evitar la fatiga
de la que advierten en estudios anteriores con muestras de personas centena-
rias.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


40 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

Salud percibida

Para medir la autopercepción de salud se pasó SF817, versión abreviada del


SF36 (Short Form Health Survey)18, que recoge ocho dimensiones para eva-
luar estados de salud, tanto positivos como negativos: función física (grado en
que la salud limita las actividades físicas: autocuidado, caminar, subir esca-
leras, etc.); rol físico (grado en que la salud física interfiere en el trabajo y en
otras actividades diarias); dolor corporal (intensidad de dolor y su efecto en
el día a día) ; salud general (percepción personal de la salud actual y futura);
vitalidad (percepción de energía y vitalidad frente a la percepción de cansan-
cio y agotamiento); función social (grado en que los problemas de salud física
o emocional interfieren en la vida social habitual); rol emocional (grado en
que los problemas emocionales interfieren en las actividades diarias), y salud
mental (salud mental general)19. Presenta un 96 % de fiabilidad y un coefi-
ciente de consistencia interna alfa de Cronbach de 0,7020. El cálculo de las
puntuaciones está basado en normas de referencia aunque no existen datos es-
pecíficos para el grupo de nonagenarios y centenarios. En este estudio hemos
utilizado las preguntas que corresponden a las primeras seis dimensiones.
TABLA 2
Resultados descriptivos Salud general, comparada, problemas
que limitan actividad y derivados de salud y vitalidad

% N
Mala 5,9 4
Regular 11,8 8
Salud general
Buena 30,9 21
Muy buena 20,6 14
Mucho peor 6,4 3
Algo peor 17,0 8
Salud comparada año anterior Similar 66,0 31
Algo mejor 6,4 3
Mucho mejor 4,3 2
Mucho peor 2,1 1
Algo peor 6,4 3
Salud comparada otros misma generación Similar 10,6 5
Algo mejor 31,9 15
Mucho mejor 48,9 23

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Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 41

% N
Muchos 2,1 1
Bastantes 2,1 1
Problemas que limitan actividad
Muy pocos 17,0 8
Ninguno 78,7 37
Muchos 2,1 1
Bastantes 10,6 5
Problemas derivados salud
Muy pocos 10,6 5
Ninguno 76,6 36
Muchos 2,1 1
Bastantes 34,0 16
Dolor
Muy pocos 19,1 9
Ninguno 44,7 21

TABLA 3
Salud funcional y estilos de vida

Desorientación en conversación lógica 1,5 1


Salud cognitiva Desorientación en el tiempo 4,5 3
Escala Cruz Roja Ligera desorientación en el tiempo 9,1 6
Totalmente normal 84,8 56

Independiente en todas salvo lavado, vestido, uso del


servicio, movilización y otros más 22,7 15
Independiente en todas salvo lavado, vestido, uso del
servicio y otros más 6,1 4
Salud funcional
Independiente en todas salvo lavado, vestido y otros
Índice de Katz
más 10,6 7
Independiente en todas salvo lavado y otros más
Independiente en todas salvo una 6,1 4
Independiente en todas las funciones 13,6 9
40,9 27
Dieta mediterránea 86,8 59
Estilos de vida
Dieta adaptada 2,9 2
Alimentación
Dieta baja en grasas 7,4 5
Sedentaria 39,4 26
Actividad física Escasa y no regular 27,3 18
Regular, más de 3 horas/semana 33,3 22

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


42 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

Salud cognitiva

Para evaluar el estado cognitivo se utilizó la Escala de Incapacidad Mental


de la Cruz Roja (CRM)21. En esta escala se tiene en cuenta la opinión de las
personas que están en contacto directo y frecuente con la persona mayor, e
indica los posibles síntomas o problemas que pueden ser relevantes para detec-
tar deterioro cognitivo. Las propiedades psicométricas de la escala son apro-
piadas, la especificidad es 0,91 y su sensibilidad es 0,90. Tiene una adecuada
validez concurrente con el test de Pfeiffer. Está compuesta por 6 ítems. Las
puntuaciones iguales o mayores a 2 indican presencia de deterioro cognitivo.

Salud funcional e independencia para las actividades de vida

Diaria: Para evaluar la salud funcional se utilizó el Índice de Katz22,23,


cuyo objetivo es valorar la capacidad de ejecución en las actividades básicas
de la vida diaria que son necesarias para vivir de forma independiente. Con
este instrumento se valora el grado de dependencia. Ha sido recomendado por
su apropiada validez de constructo y de contenido por el National Institute
of Neurological and Communicative Disorders and Stroke y la Alzheimer’s
Disease and Related Disorders Association. En relación con las propieda-
des psicométricas, ha demostrado una consistencia interna de 0,86 alfa de
Cronbach, una fiabilidad interobservadores entre 0,39 y 0,84 de Kappa, y una
ajustada validez de constructo y de contenido. Consta de 6 ítems, y puede ser
el cuidador que se encuentra en continuo contacto con la persona entrevistada
quien indica cuáles son las áreas en las que la persona necesita ayuda. Los
ítems se refieren a la capacidad de Bañarse, Vestirse, Ir al servicio, Levantar-
se y Continencia. Cada ítem tiene tres opciones de respuesta, para indicar si
la persona necesita ayuda parcial, ayuda total o es independiente.

Estilo de vida

Se preguntó sobre tipo de alimentación, y la frecuencia e intensidad de


ejercicio físico, en una escala de elaboración propia. En alimentación se plan-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 43

teó una pregunta única: “¿Cuál diría que es su alimentación habitual?”. Las
alternativas de respuesta fueron: 1) Dieta mediterránea, 2) Dieta adaptada y
3) Dieta baja en grasas. En actividad física se formuló una pregunta única:
“¿Cómo describiría la actividad física en su vida en el último año?”, y se ofre-
cierontres alternativas de respuesta:1) Actividad sedentaria (no realiza nin-
gún ejercicio físico regular), 2) Actividad física escasa y no regular (algunas
veces pasea, realiza tareas domésticas ligeras, jardinería normal esporádica)
y 3) Ejercicio físico regular ligero más de tres horas a la semana (caminar,
jardinería normal, deporte de baja intensidad, etc.).

Participación

Se preguntó sobre un listado de actividades de ocio de elaboración propia


acerca de su nivel actual de participación, con ocho posibilidades: Pasear;
Leer; Juegos de mesa (cartas, parchís, ajedrez); Cuidar las plantas; Bailar;
Cantar; Ver TV; Cine; Otras. La escala de respuesta iba desde (1) No realiza
ninguna hasta (4) Más de tres horas semanales. Además, se averiguó el nivel
de satisfacción con las actividades cultivadas con una sola pregunta: “¿En qué
medida se siente satisfecho cuando practica estas actividades?”. Se ofrecieron
cinco alternativas de respuesta desde (1) Nada satisfecho hasta (5) Muy satis-
fecho.
TABLA 4
Vitalidad o energía durante el último mes

Ninguna 2,1 1
Muy poca 34,1 16
Vitalidad
Bastante 42,6 20
Mucha 21,3 10

Resultados

A continuación, se presentan los resultados diferenciados por cada una de


las áreas analizadas: salud percibida, salud funcional, salud cognitiva, estilos
de vida y participación.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


44 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

Salud percibida

La percepción positiva de la salud se entiende como bienestar. La pun-


tuación media obtenida por la muestra analizada en el cuestionario com-
pleto de salud percibida es alta (M = 27,72, DT = 4,015, Mo = 30, Rango
7-35). El 70,2 % de los participantes han obtenido puntuaciones superiores
a la media en salud percibida. La puntuación mínima registrada es 18 y la
máxima 35.
El 51,5 % tiene una buena salud percibida general, al considerar que su
salud en el último mes ha sido buena o muy buena. En relación con el número
de problemas de salud física que limitaran su actividad habitual (caminar, su-
bir escaleras, etc.), el 78,7 % contestó no haber tenido ninguno y el 17 % dijo
que muy pocos. Se les preguntó sobre los problemas asociados o derivados
de su salud y el 76,6 % afirmó que no había tenido ninguna dificultad durante
su rutina diaria, en casa o fuera de casa, debido a su salud física, y el 10,6 %
concretó que muy pocas dificultades. Respecto al dolor, el 44,7 % dijo no ha-
ber sentido ningún dolor físico en el último mes, y el 19,1 % refirió muy poco
dolor. Cuando se les consultó “¿Cómo encuentra ahora su salud comparada
con la del año pasado?”, el 66 % manifestó encontrarse de un modo similar, el
6,4 % la percibía como algo mejor y el 4,3 % la veía como mucho mejor. Por
tanto, 3 de cada 4 personas (76,7 %) apreciaba su salud en comparación con
el año anterior similar, algo mejor o mucho mejor. Para ver si el paso de los
años influye en la salud percibida, se les preguntó: “En comparación con la
mayoría de las personas de su edad, ¿usted cree que su salud es mucho mejor,
algo mejor, similar, algo peor o mucho peor?”. El 48,9 % declaró que su salud
era mucho mejor, el 31,9 % creía que era algo mejor y el 10,6 % que era simi-
lar. Si diferenciamos por lugar de residencia, las personas entrevistadas que
viven en centros residenciales se ven a sí mismas con mucha mejor salud que
la de sus compañeros residentes, y las personas que viven en los domicilios
también se ven mejor que otros de su generación.
Sobre la vitalidad, el 21,3 % contestó que había tenido mucha energía du-
rante el último mes y el 42,6 % refirió que bastante.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 45

Salud cognitiva

Una vez separados de la muestra aquellos participantes con deterioro cog-


nitivo, el 84,8  % de las personas entrevistadas tienen un estado cognitivo
totalmente normal, según la Escala de la Cruz Roja; el 9,1  %, una ligera
desorientación en el tiempo, pero mantenían correctamente una conversación,
y el 4,5 % mostraba desorientación en el tiempo y podía conversar pero con
problemas.

Salud funcional

Los resultados globales de la valoración de las actividades básicas de la


vida diaria según el Índice de Katz muestran que el 40,9 % era independien-
te en todas las funciones y el 19,7 % en todas salvo 1-2 funciones. No hay
ninguna persona con dependencia para las seis funciones de las ABVD que
recoge el Índice de Katz (M = 2,95, Rango 1-6). Desglosado por tipo de acti-
vidad, el 30,3 % no recibe ayuda para bañarse (entra y sale solo/a de la bañera
sin ninguna ayuda); el 57,6 % se viste completamente sin ayuda, incluyendo
la ropa interior, complementos, abrocharse los botones, las pulseras si las usa
y atarse los cordones. Con respecto a ir al servicio, el 71,2 % va al aseo sin
ayuda, aunque puede disponer de apoyos, como un bastón, andador o silla de
ruedas, y utilizar una cuña u orinal por la noche. En la actividad de levantarse,
el 65,2 % se levanta, sienta y acuesta en la cama o la silla sin ayuda (puede
usar un bastón o un andador como apoyo), y un 30,3 % recibe ayuda parcial.
El 60,6 % controla la continencia por sí solo completamente.

Estilos de vida

Los estilos de vida saludables están relacionados con la longevidad en


numerosas investigaciones. Ante la pregunta “¿Cuál diría que es su alimenta-
ción habitual?”, el 86,8 % dijo que era la dieta mediterránea (basada princi-
palmente en el consumo de frutas, verduras, legumbres, carne magra, pesca-
do, arroz, pan, pasta y lácteos).

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


46 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

Y en referencia a la práctica de ejercicio físico en el último año, el 33,3 %


manifestó realizar ejercicio físico de forma habitual más de tres horas a la se-
mana, y el 27,3 % dijo practicar actividad física escasa y no regular. Por tanto,
solo un tercio de la muestra comunicó hacer ejercicio de modo cotidiano.

Participación

Diversas investigaciones evidencian la influencia positiva de las activida-


des de ocio para la salud y el bienestar.
Sobre un listado de actividades se preguntó por el grado de participación
semanal, en número de horas, y el nivel de satisfacción. El 56,2 % dijo pasear
entre una y más de tres horas; el 39,9 % indicó leer entre una y más de tres
horas; el 34,8 % detalló que jugaba a las cartas, al dominó o al parchís entre
una y más de tres horas; el 26,6 % mencionó que cuidaba las plantas entre
una y más de tres horas, todas ellas con una frecuencia semanal; la mayoría
(96,9 y 92,2 % respectivamente) ya no bailaba ni cantaba, aunque en épocas
anteriores sí les había gustado mucho; ver la televisión fue la actividad de
ocio pasivo más asiduamente realizada, pues el 68,8 % la veía más de tres
horas a la semana.
El 60,9 % de los participantes dijeron realizar otras actividades de ocio:
socialización (6,3  %); pasivas/relajadas (23,4  %); creativas (9,4  %); cog-
nitivas (18,8  %); ejercicio físico (1,6  %), y cuidar a otros en situación de
dependencia (1,6 %).
Con respecto a la satisfacción con el ocio, la mayoría (76,6 %) estaba muy
o bastante satisfecho cuando practicaba las actividades de ocio elegidas.
TABLA 5
Participación en actividades de ocio y satisfacción con estas

Satisfacción con el ocio Nada satisfecho 6,5 4


Algo satisfecho 17,2 11
Bastante satisfecho 46,9 30
Muy satisfecho 29,7 19

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 47

Pasear No 43,8 28
1-2 horas/semana 18,8 12
2-3 horas/semana 4,7 3
Más de 3 horas/semana 32,8 21
Leer No 50 32
1-2 horas/semana 17,2 11
2-3 horas/semana 4,7 3
Más de 3 horas/semana 18 28,1
Bailar No 96,9 62
1-2 horas/semana 2,9 2
Juegos mesa No 65,6 42
1-2 horas/semana 18,8 12
2-3 horas/semana 1,6 1
Más de 3 horas/semana 14,4 9
Cuidar plantas No 73,4 47
1-2 horas/semana 20,3 13
2-3 horas/semana 4,7 3
Más de 3 horas/semana 1,6 1
Cantar No 92,2 59
1-2 horas/semana 7,8 5
Ver TV No 18,8 12
1-2 horas/semana 6,3 4
2-3 horas/semana 6,3 4
Más de 3 horas/semana 68,8 44
Otras No 39,1 25
Creativas/manuales 9,4 6
Sociales 6,3 4
Pasivas 23,4 15
Ejercicio físico 1,6 1
Cuidado a otros 1,6 1
Cognitivas 18,8 12

Discusión

Varios son los hallazgos de esta investigación que aportan claves para el
buen envejecer: en primer lugar, destaca la importancia de la variable género,
nivel educativo y salud percibida en el envejecimiento; en segundo lugar, el
importante papel que juega la participación social como facilitador de co-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


48 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

nexión social; y en tercer lugar, la prevalencia de estilos de vida saludables,


dieta mediterránea y buena salud funcional y cognitiva.
La mayor parte de los participantes en el estudio son mujeres, al igual que
se ha encontrado en estudios previos4, con una mayor presencia de personas
viudas24. Con respecto a las formas de convivencia, los resultados del estudio
son similares a los de Samuelsson y su equipo (Swedish Centenarian Stu-
dy), que encontraron que un 25 % de los centenarios vivían solos y un 37 %
en residencia25, pero difieren del estudio de Beregui y Klinger (Hungarian
Centenarian Study), en el que la mayoría vivía con hijos, cónyuges u otros
familiares y únicamente el 16 % vivía solo26. Respecto a la longevidad fami-
liar nuestros resultados coinciden con los de estudios previos, que destacan el
peso de esta variable27-31.
El nivel educativo suele analizarse en todos los estudios por su relación
con la salud. Con respecto a los centenarios los resultados obtenidos en esta
investigación son similares a los de Zamarrón y su equipo (Estudio 90 y +)
con población española7, pero difieren de los de Rott y su equipo en Alemania
(Heidelberg Centenarian Study), en el que tres de cada cuatro centenarios te-
nían educación primaria32, y de Araújo y colaboradores en Portugal (Portugal
Centenarian Study), que encontraron que el 48,6 % tenía educación primaria
y el 40 % nunca había asistido a la escuela24.
Tres de cada cuatro participantes afirmaron tener una buena salud perci-
bida, alta satisfacción con el ocio y práctica de actividades de este. La im-
plicación en actividades sociales se relaciona con felicidad, salud funcional
y mortalidad33. Es muy posible que estas variables se relacionen entre sí y
que una mayor salud percibida conlleve y posibilite una mayor práctica de
actividades de ocio, lo que genera una mayor satisfacción con las actividades
de ocio en general y una mayor práctica de ejercicio físico. Otros estudios ya
habían llegado a esta conclusión sobre el valor predictivo de la salud percibi-
da en la mortalidad de los mayores de 65 años34 y la relación entre la propia
percepción de salud y la robustez objetiva, o entre salud percibida y salud
funcional y ausencia de depresión35.
Los participantes en este estudio están muy sanos, resultado similar al que
encontraron en el Okinawa Centenarian Study, que posee una de las meno-
res prevalencias de enfermedades asociadas al envejecimiento (demencias,
enfermedades cardiovasculares y cáncer), el Hungarian Centenarian Study,

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 49

en donde el 69 % se consideró a sí mismo como saludable y el 20 % no tenía


ninguna enfermedad26, y el French Centenarian Study, en el que el 15 % fue
considerado completamente sano36. Pero los resultados difieren de los hallaz-
gos del Estudio 90 y +, por los que el 44,4 % manifestó tener algún problema
de salud que interfería en sus actividades7, del Estudio ELEA (55-75 años),
donde solo el 27,6 % indicaró lo mismo37, y de la investigación de Ramos
sobre el corazón de los centenarios españoles, por el que solo el 45 % de ellos
consideró su salud como muy buena38.
La literatura científica demuestra que el porcentaje de deterioro cognitivo
aumenta con la edad, pero los participantes en este estudio tenían la salud
cognitiva preservada, quizás porque era requisito para mantener una conver-
sación fluida con las investigadoras. Otros estudios de centenarios presentaron
también datos de buena salud cognitiva39-41. En cambio, en las investigaciones
en las que no se requería la respuesta del sujeto sino el análisis de pruebas
médicas, se estima una prevalencia de demencia en torno al 50 %4,26,30,42.
La salud funcional es fundamental para mantener un envejecimiento acti-
vo que permita realizar las ABVD con autonomía; en este estudio encontra-
mos que la mitad de ellos era independiente en todas las funciones, mientras
que en el Estudio 90 y + el 87 % no presentó ninguna dificultad para realizar
las ABVD7. En estudios españoles con población más joven, como el Estudio
ELEA (55-75 años), solo el 1,5 % presentaba dificultades para las ABVD37; o
en el de Suzuki et al. (Okinawa Centenarian Study)42, donde los participantes
mantenían mayor independencia funcional que en otras poblaciones y menor
riesgo de fractura de cadera. En la investigación de Arai et al. (Tokyo Cen-
tenarian Study)44 solo era independiente el 20 % en la undécima década. En
el Estudio MacArthur6 uno de los factores predictores de buen envejecer fue
tener la capacidad funcional cognitiva y física preservada.
La alimentación es uno de los pilares de los estilos de vida saludable; la
dieta mediterránea es seguida mayoritariamente por los participantes, al igual
que encontramos en el estudio de Buettner45 sobre una de las Blue Zones
(Cerdeña, Italia), donde predominaban los alimentos de origen vegetal, poca
carne, legumbres, frutos secos y vino tinto. La práctica de ejercicio físico
también es habitual en otros estudios de centenarios45-51.
Respecto a la participación en actividades de ocio, los participantes en este
estudio son muy activos y realizan múltiples actividades y muy heterogéneas,

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


50 Victoria Córdoba, Sacramento Pinazo-Hernandis y José Viña

al igual que en otros estudios, como el Okinawa Centenarian Study, donde


dijeron realizar actividades de jardinería, danza o incluso artes marciales52,53;
o en el Hungarian Centenarian Study, cuyos participantes dijeron escuchar la
radio, ver la TV y leer periódicos, revistas o libros26.

Conclusiones

La principal aportación de este artículo ha sido mostrar el perfil de un gru-


po de personas nonagenarias y centenarias con envejecimiento exitoso, una
minoría resiliente de su cohorte. Además, deja patente que envejecimiento no
es igual a deterioro o dependencia. Los participantes tienen características en
común como tener una buena salud física y cognitiva, cuidar su red de apoyo
social familiar, mantener estilos de vida saludables y seguir activos partici-
pando y disfrutando de actividades diversas. Por los análisis realizados vemos
que la muestra responde al patrón de buen envejecer del modelo de Rowe y
Kahn: alta función física y cognitiva, ausencia de enfermedad y discapacidad
y compromiso con la vida. Las variables predictoras de envejecimiento exi-
toso en el modelo de Rowe y Kahn son modificables por las personas o reali-
zando cambios en los entornos, ya que dependen mucho de los estilos de vida
y de la actitud con la que afrontan cada nuevo día54,55. Identificar y conocer
los factores de riesgo modificables para envejecer bien y retrasar la depen-
dencia es un paso importante para desarrollar estrategias sociosanitarias56. En
la muestra analizada en esta investigación encontramos altas puntuaciones
en todas las variables predictoras de envejecimiento exitoso. Nuevos análi-
sis bivariados que permitan relacionar las variables evaluadas aportarán más
luz sobre esta muestra de envejecientes exitosos. Las relaciones entre salud
cognitiva y salud física o funcional y entre salud funcional y participación
han sido analizadas en otras investigaciones y pueden aportar ideas para la
reflexión sobre los hallazgos de esta investigación. Además, será interesante
analizar si existen diferencias asociadas al género o la edad y en qué variables
concretas, tal y como muestran algunos estudios de centenarios mostrados en
la introducción a este artículo.
Este estudio tiene algunas limitaciones. La primera es que los resultados
solo son generalizables a las personas nonagenarias y centenarias que ten-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


Envejecimiento exitoso en nonagenarios y centenarios valencianos... 51

gan un envejecimiento exitoso. Entre los criterios de inclusión para participar


se incluía tener una salud cognitiva preservada que permitiese mantener una
conversación fluida con las investigadoras. Como las entrevistas se realizaban
en varias sesiones de al menos una hora, algunas personas con salud más dé-
bil no pudieron o quisieron participar. Por ello, han quedado excluidos todos
aquellos que tenían problemas de salud física y cognitiva.

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THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 33-55, ISSN: 1889-6111


ESTRATEGIA DE ENTRENAMIENTO PRÁCTICO
EN RCP PARA DISEMINAR INFORMACIÓN
ENTRE LA POBLACIÓN GENERAL DE ALMERÍA

PRACTICAL TRAINING STRATEGY IN CPR TO DISSEMINATE


INFORMATION TO THE GENERAL POPULATION OF ALMERIA

Juan Carlos García Martíneza*, Verónica V. Márquez Hernándezb,


Miguel Ángel Casas Salmerónc, José Granero Molinab,
Cayetano Fernández Solab y María M. López-Rodríguezb

Fechas de recepción y aceptación: 2 de mayo de 2018, 30 de mayo de 2018

Resumen
Introducción: La parada cardíaca (PC) repentina es una de las principales causas de muer-
te en Europa. Actualmente, el porcentaje de personas que conocen la técnica de Reanimación
Cardiopulmonar (RCP) está aumentando pero el número de víctimas que reciben RCP tem-
prana es aún insuficiente. Objetivos: Explorar la eficacia de un taller teórico-práctico sobre
técnicas de RCP. Métodos: Estudio preexperimental. La muestra estuvo formada por 245
personas entre 8 y 25 años, procedentes de la ciudad de Almería. El instrumento de evalua-
ción utilizado fue un cuestionario pre-post. Resultados: Se realizó un análisis comparativo
entre los resultados de ambos cuestionarios, observándose cómo la media de puntuaciones
del post-test (69,2 % aciertos, DT = 2,218) aumentó respecto al pre-test (46,6 % aciertos,
σ = 1,945). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en 9 de los 10 ítems
del cuestionario (p < 0,01) al comparar los resultados de ambos grupos. Conclusiones: Una
intervención formativa brevepuede ser efectiva para lograr el aprendizaje de la secuencia de
RCP básica en sus elementos clave.
Palabras clave: enfermería, formación, reanimación cardiopulmonar.

a
Graduado en Enfermería. División de Cardiología. Royal Brompton Hospital, Londres.
*
Correspondencia: Royal Brompton Hospital. División de Cardiología. Street SW3 6NP. Londres.
Reino Unido. E-mail: j.garciamartinez@rbht.nhs.uk
b
Departamento de Enfermería Fisioterapia y Medicina. Universidad de Almería.
c
Graduado en Enfermería. Piedrahita, Ávila.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


58 Juan Carlos García Martínez y otros

Abstract
Introduction: Sudden cardiac arrest is one of the main causes of death in Europe. Cur-
rently, the number of people with knowledge of Cardiopulmonary Resuscitation (CPR) is
increasing. However, the number of victims receiving timely CPR is still low. Objective:
To investigate the effect of a theoretical-practical workshop on CPR techniques. Methodol-
ogy: Pre-experimental study. The sample was composed of 245 individuals between 8 and
25 years old from the city of Almeria. A pre-post questionnaire was used as an assessment
method. Results: A comparative analysis of the results of both questionnaires was carried
out. It was observed that the mean of the post-test results (69.2 % correct, σ = 2.218) was
higher than the pre-test results (46.6 % correct, σ = 1,945). When classifying the results into
fail, pass, very good and outstanding, it was observed that the number of fail and pass marks
decreased. In consequence, the number of very good and outstanding tests increased. Statisti-
cally significant differences were found in 9 out of 10 questionnaire items (p < 0.001) when
comparing results in both groups. Conclusions: A brief teaching intervention can be effective
for training the key elements of the basic CPR sequence.
Keywords: Cardiopulmonary Resuscitation, Nursing, Training.

Introducción

Cada año, entre 350.000 y 700.000 personas son víctimas de una parada
cardiorrespiratoria (PC) en Europa1. Actualmente, el porcentaje de personas
que conocen la técnica de RCP está aumentando pero el número de víctimas
que reciben RCP temprana es aún insuficiente2.
Se estima que al menos un 15 % de la población necesita estar entrenada
para conseguir una mejora significativa de los resultados en resucitación3.
Existe un amplio consenso científico en relación con la urgencia de tomar
medidas para incrementar los ratios de paradas cardíacas extrahospitalarias
(PCEH) atendidas por testigos en Europa4. En 2015, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) declaró que los niños de al menos 12 años de edad debe-
rían ser entrenados en RCP dos horas al año a nivel mundial5.
Según las recomendaciones del ERC 2015, todos los ciudadanos deberían
estar formados al menos en la realización de compresiones torácicas y la se-
cuencia 30:2. Cuando el tiempo para el entrenamiento es limitado, el enfo-
que debería hacerse en las compresiones. En aquellos que ya hubieran sido
entrenados, se deberían tratar las ventilaciones de rescate en las posteriores

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 59

sesiones y alternar entrenamiento en ventilaciones y compresiones6. La evi-


dencia disponible señala que entrenar legos en RCP es efectivo7 y mejora la
supervivencia8,9.
Educar en resucitación es todavía un campo carente de investigación de
alta calidad. Los estudios son difíciles de comparar, son heterogéneos en
diseño y propensos al riesgo de sesgos10. Se han llevado a cabo programas
importantes de soporte vital en escuelas en Europa5,11. En Escandinavia, los
programas escolares de RCP indican ratios de resucitación significativamente
altos12. En España es importante citar el Plan Salvavidas como uno de los más
importantes, realizado en Andalucía Oriental13.
La evidencia disponible revela que los elementos mínimos que se deben
entrenar en las lecciones deben consistir en reconocer el paro cardíaco y la
respiración agónica, activar el servicio de emergencia, seguir instrucciones
por teléfono y proporcionar compresiones de calidad4.
Actualmente, se pretende pasar del aprendizaje pasivo al activo. El uso de
la simulación para entrenar a profesionales se ha adoptado en gran medida en
otras disciplinas como la aviación, en el ejército y otros servicios de repuesta
ante emergencias14. Se ha incrementado su uso en el entrenamiento de los pro-
fesionales sanitarios y ha sido aceptado a nivel mundial para el entrenamiento
en SVA15. Se ha recomendado el uso de simuladores en colegios y hospitales
combinado con la práctica clínica para extraer resultados satisfactorios en el
aprendizaje16,17.
El método pre-post ya se ha empleado para estudiar los conocimientos
del personal sanitario en habilidades de Soporte Vital Básico (SVB)18. Otros
estudios apoyan la necesidad del uso de maniquíes para entrenar en RCP, ya
que representan la estructura corporal real del ser humano6. La respuesta a la
enseñanza es mejor y más sencilla a una edad temprana19. El ERC estima que
más de 100.000 vidas podrían salvarse cada año en Europa si la incidencia y
calidad de la RCP por testigos aumentaran sustancialmente20.
Este trabajo se realizó con el propósito de explorar el nivel de conocimien-
tos de la población almeriense en RCP básica, formar a los participantes del
estudio en SVB con un enfoque particular en la RCP básica y explorar las
diferencias de conocimientos de la población almeriense en RCP básica tras
recibir un taller teórico-práctico referente a esta técnica.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


60 Juan Carlos García Martínez y otros

Metodología

Diseño y participantes

Este trabajo se realizó llevando a cabo un diseño preexperimental. La


muestra (N = 245) estuvo formada por personas con un rango de edad de en-
tre 8 y 25 años (σ = 4,517). En total 386 personas respondieron positivamente
a la invitación para participar. 141 personas no respondieron a uno o ambos
cuestionarios y, por tanto, se les excluyó de la muestra que se iba a analizar
para el estudio.

Instrumento

Se utilizó un cuestionario ad hoc, basado en la literatura científica consul-


tada, formado por 6 ítems dedicados a datos sociodemográficos y 10 ítems de
4 opciones y 1 opción correcta, que tratarían sobre aspectos relevantes de la
técnica de RCP.

Procedimiento

Este estudio se realizó dentro del Proyecto Researcher’s Square (RESSQUA),


aprobado por la Comisión Europea en la convocatoria Marie Sklodowska-
Curie Actions. Se llevó a cabo en dos sesiones de cinco horas de duración, el
26 de septiembre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016. La estructura de la
actividad se llevó a cabo en un stand con tres zonas diferenciadas. Una zona
dedicada a completar el cuestionario pre-test y obtener el consentimiento in-
formado de los participantes. Una segunda en la que se realizaría una única
clase teórica con demostración práctica previa a la puesta en práctica de la
secuencia completa de RCP por parte del participante varias veces. Posterior-
mente, el participante terminaría su paso por el stand en la tercera zona para
demostrar lo aprendido en el post-test.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 61

Aspectos éticos

Se obtuvo el consentimiento a participar en la actividad y se respetó el


derecho del participante a retirarse del estudio en cualquier momento. Los
datos tomados fueron tratados confidencialmente según la Ley 15/1999 de
Protección de Datos.

Análisis de datos

Los datos fueron clasificados utilizando tablas de frecuencias, porcentajes,


media y desviación típica. Se aplicó la prueba de K-S para conocer la norma-
lidad de la distribución de los datos. Para comprobar la relación entre varia-
bles y la significación estadística de los datos se realizaron las pruebas chi-
cuadrado, U de Mann-Whitney, H de Kruskall-Wallis y prueba de Wilcoxon.
El análisis final consistió en una comparación del porcentaje de aciertos entre
el pre-test y post-test, y se obtuvieron diferencias estadísticamente significati-
vas en 9 de los 10 ítems comparados (p < 0.001). Se utilizó el programa SPSS
Statistics v.23.

Resultados

El número de participantes constó de 245 sujetos. La edad media se situó


en los 14,55 años y la edad más predominante fue 16 años (13,8 %, n = 33).
El 82,2 % de los participantes (n = 194) eran menores de 20 años. La muestra
(N  =  245) estuvo formada por un 43,7 % de hombres (n  =  107) y un 56,3 %
de mujeres (n = 138).
Llevando a cabo un análisis estadístico de los datos sociodemográficos se
encontraron diferencias estadísticamente significativas al comparar las varia-
bles Edad y ¿Ha recibido formación previa en RCP? (U = 4803,5; p < 0,05).
Específicamente, en el grupo de edad de entre 8 y 10 años (n = 61), el 83,6 %
(n  =  33) de los participantes no habían recibido formación previa, así como
en el grupo de edad de 17 años (n = 19), donde el 73,7 % (n = 14) de los indi-
viduos tampoco habían recibido.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


62 Juan Carlos García Martínez y otros

TABLA 1
Datos sociodemográficos

Edad media 14,71 (n = 245)


Desviación típica 4,45
Hombre 43,7 % (n = 107)
Sexo
Mujer 56,3 % (n = 138)
Básicos 54,7 % (n = 134)
Nivel de estudios Medios 43,3 % (n = 106)
Superiores 2 % (n = 5)
Sí 31,4 % (n = 77)
Formación previa
No 68,6 % (n = 168)
Colegio 31,2 % (n = 24)
Instituto 40,3 % (n = 31)
Tipo de formación previa Curso 11,7 % (n = 9)
Por cuenta propia 0 % (n = 0)
Otros 16,9 % (n = 13)
Estudiante 95,1 % (n = 233)
Enfermería 1,2 % (n = 3)
Profesión Hostelería 0,8 % (n = 2)
Química 0,4 % (n = 1)
NS/NC 2,5 % (n = 6)

Al comparar las variables Nivel de estudios y ¿Qué tipo de formación pre-


via en RCP? se observaron diferencias estadísticamente significativas (χ2(6)
= 30,672; p  <  0,001). A medida que el nivel de estudios aumentaba, existía
una fuente mayoritaria de formación previa en RCP.  De esta forma, en el
grupo con nivel de estudios básicos (45,5 %, n = 35) el colegio era la fuente
mayoritaria de formación previa (54,3 %, n = 19). En el grupo con nivel de
estudios medios (50,6 %, n = 39) lo era el instituto (51,3 %, n = 20) y en el
grupo de estudios superiores (3,9 %, n = 3) los participantes se formaron a
partir de otras vías (100 %, n = 3). Al coincidir los rangos de edad con el nivel
de estudios de los participantes, sucedió algo similar a la hora de comparar
las variables Edad y Tipo de formación previa. La formación previa en el

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 63

colegio y el instituto fueron mayoritarios en los participantes con un rango de


edad correspondiente a un nivel de estudios básico y medio, respectivamente
(χ2(3) = 26,304; p<0,001).

Análisis pre-test

Valoración del nivel de conciencia

En la pregunta referente al modo de comprobación del nivel de conciencia,


el 40,4 % de los participantes (n = 98, 40,4 %) respondieron correctamente
que todas las opciones eran correctas: pellizcar el pezón del pecho, agitar a
la víctima de los hombros y gritar a la víctima. Un 35,8 % (n = 87) marcó la
opción agitar a la víctima de los hombros.

Actuación ante inconsciencia

Un 42,4 % de los participantes (n = 103, 42,4 %) respondieron que se co-


locaría a la víctima en posición lateral de seguridad, mientras que un 21,4 %
(n = 52) respondió correctamente, indicando que se gritaría pidiendo ayuda.
Se encontraron dos tendencias distintas de actuación dependiendo del sexo,
existiendo diferencias estadísticamente significativas (χ2(3) = 8,852; p<0,05).
Un 38,7 % (n = 41) de los hombres marcaron la opción realizar masajes car-
díacos y un 39,6 % (n = 42) de ellos eligieron la opción colocar a la víctima
en posición lateral de seguridad. Solamente un 17,9 % (n = 19) marcó la op-
ción gritar pidiendo ayuda. Un 24,1 % (n = 33) de las mujeres participantes
marcarían la opción gritar pidiendo ayuda, mientras que un 44,5 % (n = 61)
elegiría la opción realizar masajes cardíacos.

Maniobra de apertura de vías respiratorias

Un 48,5 % (n = 117) de los sujetos respondieron correctamente. Cuando


se comparó el nivel de estudios y las respuestas a esta pregunta se encontra-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


64 Juan Carlos García Martínez y otros

ron diferencias estadísticamente significativas (χ2(3) = 14,802; p<0,01). El


13,9 % (n = 33) de los participantes marcaron la opción Ninguna de las men-
cionadas, y el 11,3 % (n = 27) marcaron la opción Frente-Tobillo. El 70 %
(n = 42) de los participantes que marcaron esa opción disponían de un nivel
de estudios básico, y un 28,3 % (n = 17) de un nivel medio.
Al comparar la variable Edad con las respuestas a esta pregunta también se
encontraron diferencias estadísticamente significativas (U = 304,5; p<0,05).
Las opciones Frente-Tobillo y Ninguna de las mencionadas fueron marcadas
por un total de 60 participantes (25,2 %, n = 60), de los cuales 51 (85,0 %,
n = 51) disponían de un nivel de estudios básico.

Profundidad del masaje cardíaco

En esta pregunta se encontraron diferencias estadísticamente significativas


al comparar las respuestas con la variable Edad (χ2(3) = 14,312; p<0,01). Los
10 participantes (4,2 %, n = 10) que marcaron la opción 20 cm eran menores
de 15 años, y 9 eran menores de 13 años (3,8 %, n = 9).

Análisis post-test

Valoración del nivel de conciencia

Los participantes que recibieron formación en RCP por otras vías diferen-
tes a instituto, colegio, curso o por cuenta propia, no mejoraron sus califica-
ciones de forma general en esta cuestión del pre-test. Solo un 30,7 % de los
participantes de este grupo marcaron la opción correcta (30,7 %, n = 4). Ade-
más se observó que la opción se puede gritar a la víctima solo fue marcada
por participantes de este grupo (38,5 %, n = 5). A este respecto se encontraron
diferencias estadísticamente significativas (χ2(9) = 27,956; p<0,05).

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 65

Maniobra de apertura de las vías respiratorias

En la tercera pregunta se observaron diferencias estadísticamente signi-


ficativas al comparar el tipo de formación previa recibida con las respuestas
(χ2(9) = 17,307; p<0,05). De los participantes con formación previa en el
instituto (41,3, n = 31), 28 marcaron correctamente la opción Frente-Mentón
(90,3 %, n = 28). Los participantes que como formación previa recibieron un
curso acertaron en un 87,5 % esta pregunta (87,5 %, n = 7).

Tiempo para la valoración de la respiración de la víctima

Al comparar los resultados de esta cuestión entre el pre-test y el post-test


se encontraron diferencias estadísticamente significativas (χ2(3)  =  32,740;
p  <  0,001). De un 19,2 % de participantes (n = 47) en el pre-test, la opción
menor a 5 segundos fue la más respondida en el post-test por un 37,7 % de
participantes (n = 92).

Análisis pre-test vs. post-test

Se realizó un análisis comparativo entre los resultados de ambos cuestio-


narios, observándose cómo la media de puntuaciones del post-test aumenta
respecto al pre-test.
TABLA 2
Relación de preguntas y respuestas correctas. Pre-test vs. post-test

Aciertos Aciertos
Pregunta/respuesta correcta P
en pre-test en post-test
1. Para valorar el reanimador el nivel de concien-
cia
40,7 % (n = 98) 60,8 % (n = 149) <0,001
Todas las acciones anteriores son correctas (se
puede gritar, agitar y pellizcar a la víctima)

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


66 Juan Carlos García Martínez y otros

Aciertos Aciertos
Pregunta/respuesta correcta P
en pre-test en post-test
2. Si al comprobar el nivel de conciencia la vícti-
ma no responde, procederá: 21,4 % (n = 52) 78,6 % (n = 191) <0,001
A gritar pidiendo ayuda
3. La maniobra para la apertura de las vías respi-
ratorias es: 48,5 % (n = 117) 78,2 % (n = 190) <0,001
Frente mentón
4. Para valorar la respiración de la víctima se ha
de: 77,7 % (n = 188) 70,1 % (n = 171) <0,148
Escucharla, sentirla y verla
5. El tiempo para la valoración de la respiración
de la víctima ha de ser: 37,2 % (n = 90) 36,9 % (n = 90) <0,001
Entre 5 y 10 segundos
6. Si la víctima no respira o no respira normal-
mente, por lo tanto no hay signos de vida, proce-
deremos a: 66,0 % (n = 159) 91,3 % (n = 219) <0,001
Avisar al 112 o 061
La relación compresiones ventilaciones durante
la aplicación de la reanimación cardiopulmonar
(RCP) es de: 46,1 % (n = 111) 80,3 % (n = 196) <0,001
30 compresiones-2 ventilaciones
Para la realización de los masajes cardíacos el
reanimador colocará sus brazos con los codos
estirados y presionará la caja torácica con el talón
de la palma de su mano, comprimiendo la caja 66,7 % (n = 162) 84,0 % (n = 205) <0,001
torácica al menos:
5 cm
Durante la realización de la reanimación cardio-
pulmonar, el ritmo de las compresiones cardíacas
será: 20,1 % (n = 49) 49,2 % (n = 120) <0,001
Al menos 100 compresiones por minuto sin exce-
dernos de 120 compresiones por minuto
Durante la realización de la reanimación car-
diopulmonar, en el proceso de realización de las
insuflaciones, no se debe interrumpir las compre- 47,8 % (n = 117) 70,8 % (n = 172) <0,001
siones cardíacas más de:
5 segundos

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 67

TABLA 3
Comparación total de aciertos. Pre-test vs. post-test

Momento de la medición N Media Desviación estándar


Puntuación PRE 245 46,6 % aciertos 1,945
final POST 245 69,2 % aciertos 2,218

La puntuación total por cada participante se calculó asignándose un pun-


to por cada acierto, en diferentes rangos clasificados de suspenso (entre 0 y
4 aciertos), aprobado (entre 5 y 6 aciertos), notable (entre 7 y 8 aciertos) y
sobresaliente (entre 9 y 10 aciertos). Esto se utilizó para poder observar de
una forma más simple la proporción de respuestas acertadas de manera indi-
vidual, tanto en pre-test como en post-test.
TABLA 4
Evolución de resultados. Pre-test vs. post-test

Nota final
Sobresa- Total
Suspenso Aprobado Notable
liente
n =  118 88 27 12 245
Pre
Momento de  % del total 48,2 % 35,9 % 11,0 % 4,9 % 100,0 %
la medición n =  42 42 98 38 245
Post
 % del total 17,1 % 17,1 % 40,0 % 25,7 % 100,0 %

En el cuestionario post-test se observa un aumento de los notables y sobre-


salientes y una disminución de los suspensos y aprobados. En el cuestionario
pre-test solo el 51,8 % (n = 127) de los participantes consiguen superar los
4 aciertos. En el post-test lo hace el 82,9 % (n = 203) de los participantes. El
93,5 % de los participantes mejoraron su puntuación en el post-test respecto
al pre-test (n = 229). Un 4,5 % de los participantes igualaron sus puntuaciones
en ambos tests (n = 11) y un 2,0 % de ellos tuvieron una puntuación menor
en el post-test (n = 5).

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


68 Juan Carlos García Martínez y otros

Discusión

Los objetivos que se perseguían en este estudio fueron, por un lado, ex-
plorar el nivel de conocimientos de la población almeriense en RCP básica y,
por otro, formar a los participantes del estudio en SVB, con un enfoque par-
ticular en la RCP básica. Se exploraron las diferencias de conocimientos de
la población almeriense en RCP básica tras recibir un taller teórico-práctico
en esta técnica.
Aún deben estudiarse los mejores métodos de enseñanza, el profesional
más indicado para ello y la duración de los cursos21. En el presente estudio
cada instructor realizó la misma parte de la formación durante el tiempo que
duró la actividad para evitar variabilidad en la metodología formativa y la
aparición de sesgos metodológicos.
Según el estudio de Meissner et al.22, el conocimiento elemental sobre
SVB en alumnos de instituto es pobre. Se ha demostrado que la adquisición
de competencias en SVB por parte de adolescentes es adecuada y se retienen
habilidades hasta pasados cuatro meses. Los estudiantes de instituto disponen
de la capacidad cognitiva y física para actuar como primeros eslabones de la
cadena de supervivencia, tanto en adultos como en edades pediátricas. Según
este mismo estudio, el colegio es un escenario ideal para la enseñanza de SVB
y habilidades en RCP22.
En el estudio de Dixe et al.23 se llevó a cabo entrenamiento en RCP en
población legal en Portugal. El cuestionario empleado era de características
similares al del presente estudio. El 17,8  % (n  =  303) de los participantes
habían recibido formación previa. En el cuestionario pre-test, de media se
contestaron correctamente 25,9 ± 11,5 de los 64 ítems (40,47 % de aciertos).
En el presente estudio, el 31,4 % (n = 77) de los participantes habían recibido
anteriormente formación en RCP y se contestaron correctamente 4,66 ± 1,945
ítems (46,6 % de aciertos), superando las cifras del estudio portugués.
En comparación con el estudio de Kanstad et al.24 el 89 % de los partici-
pantes de ese estudio (n = 335) indicaron haber recibido formación previa.
El cuestionario contenía ítems distintos al del presente trabajo. Hubo coinci-
dencia en uno de ellos, relativo a la relación compresiones-ventilaciones. Es
llamativo el hecho de que en el estudio de Kandstad et al., el 41,0 % (n = 153)

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 69

de los participantes conocieran la relación correcta a pesar de que el 89 %


(n = 335) había recibido formación previa, mientras que en el presente estudio
el 46,1 % (n = 111) de los encuestados contestaron correctamente, a pesar de
las cifras de formación previa (31,4 % (n = 77)) respecto al estudio noruego.
La importancia del método formativo en soporte vital básico es tal que
han realizado estudios que prueban que los reanimadores legos consiguen
antes y mejor la adquisición de competencias tras el entrenamiento teórico-
práctico en habilidades de SVB que mediante formación por sí mismos25-28.
Se ha demostrado que la práctica guiada durante la formación en RCP es
beneficiosa para la calidad del aprendizaje29. Sesiones de vídeo han mostrado
efectividad para la enseñanza en masa en técnicas de RCP30.
En el estudio de Tanigawa et al.31 se demuestra que la simulación influye
positivamente en el entrenamiento de estudiantes de Enfermería, reforzando y
manteniendo habilidades más tiempo, así como fortaleciendo la confianza del
alumno para actuar en una situación real31. Los resultados de Oermann et al.32
no solo confirmaron la importancia de practicar habilidades psicomotoras en
RCP para retenerlas, sino que también revelaron que refuerzos mensuales de
seis minutos de duración serían efectivos para mejorar capacidades en rela-
ción con la técnica de RCP. Por otro lado, Isbye et al.33 no consiguieron esta-
blecer diferencias entre la actuación en SVB tras tres meses en reanimadores
legos sometidos a un curso de 24 minutos con maniquíes y un curso conven-
cional de seis horas. El nivel de habilidades desarrolladas después del curso
de 24 minutos fue equivalente al de seis horas. Por tanto se señala el empleo
de sesiones formativas con maniquí como una forma más eficiente de formar
en SVB. Los resultados de estos estudios respaldan la inclusión de maniquíes
de simulación en el presente trabajo.
Como limitaciones de este estudio, se podría destacar el tamaño muestral
(n = 245), insuficiente para lograr cifras representativas de la población total
de Almería. Además, la obtención de la muestra estuvo determinada por la
duración del evento, limitada en el tiempo (10 horas). Debido a la amplitud
del rango de edad de los participantes (8-25 años) el proceso de aprendizaje
puede variar según el desarrollo cognitivo de cada edad. El cuestionario no
ha sido sometido a ningún proceso de validación, lo que constituye en sí otra
limitación destacable. Por último, debido al carácter anónimo del cuestiona-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


70 Juan Carlos García Martínez y otros

rio, no fue posible establecer contacto con los participantes a posteriori. El


motivo de esto sería la inclusión de los participantes en futuros estudios que
explorasen la retención de habilidades. Para investigaciones futuras sería in-
teresante llevar a cabo estudios con un tamaño muestral mayor para observar
posibles diferencias de aprendizaje entre distintos grupos de edad.

Conclusiones

A la vista de los resultados del estudio, se podría afirmar que, de forma ge-
neral, la población almeriense participante en nuestro estudio disponía de unos
conocimientos en RCP básica muy limitados antes de participar. Se adquirió
de forma general un nivel de conocimientos aceptable para poder hacer frente
a una situación de PCEH. El presente estudio mostró que una intervención
formativa de entre 5 y 10 minutos fue efectiva para lograr el aprendizaje de los
elementos clave de la RCP básica e inspirará futuras líneas de investigación
sobre retención de conocimientos en SVB y evaluación del aprendizaje en
distintos grupos de edad.

Agradecimientos

Al Proyecto Researcher’s Square (RESSQUA) aprobado por la Comisión


Europea en la convocatoria Marie Sklodowska-Curie Actions, por posibilitar
la realización del evento donde se lleva a cabo este estudio. Al Departamento
de Enfermería, Fisioterapia y Medicina de la Universidad de Almería, por
su participación en la organización del evento, así como la financiación y el
aporte de material. A Cruz Roja Almería y Cruz Roja Roquetas de Mar por
el aporte de material. A los estudiantes del grado de Enfermería y enfermeros
titulados que participaron en la recogida de la muestra y el proceso de obten-
ción de los datos.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 57-74, ISSN: 1889-6111


Estrategia de entrenamiento práctico en RCP para diseminar información... 71

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ESTUDIO DE LOS JUMPERS COMO POSIBLE
HERRAMIENTA PARA LA RECUPERACIÓN
EN FISIOTERAPIA

STUDY OF POWER JUMPERS AS A POSSIBLE RECOVERY TOOL


IN PHYSIOTHERAPY

Antonio Bustos Ferrera* y Yasser Alakhdar Mohmarab

Fechas de recepción y aceptación: 10 de abril de 2018, 8 de mayo de 2018

Resumen
Introducción: El impacto en carga de las extremidades inferiores (EEII) suele ser un fac-
tor limitante a la hora de realizar su rehabilitación. Los jumpers son unos zapatos que ab-
sorben hasta un 80 % del impacto en carga contra gravedad. El objetivo de este estudio de
intervención fue analizar un entrenamiento deportivo con el “calzado con resorte”, evaluando
si existe un efecto positivo en cuanto a la mejora de la fuerza, potencia, velocidad, tiempo
de vuelo y el impulso del salto de la EEII y si este puede ser utilizado como una terapéutica
especializada en fisioterapia en la modalidad de recuperación funcional. Material y método:
Se contó con un total de 30 mujeres (edad: 18 ± 60 años). Todas las variables citadas fueron
evaluadas antes, durante y después de una intervención de 15 sesiones, distribuidas en 1/2
días/semana, 1H/sesión. Se utilizó el test de Bosco con una prueba de salto contra movimien-
to (CMJ), tomando los datos y evaluándolos con una aplicación validada: MyJump II. Dichos
valores han sido plasmados en una base de datos y posteriormente procesados con el progra-
ma R Versión 1.0.143 - © 2009-2016 RStudio, Inc. Para la comparación entre variables, se
utilizaron diferentes métodos de normalidad en R (como shapiro.test o ks.test). El test de la
t de Student para casos normales y el test del signo de Wilcoxon para casos no normales. El
valor de significación fue de p < 0,005. Resultados: Los resultados obtenidos indican que sí

a
Clínica de Fisioterapia, Osteopatía y Recuperación Funcional Antonio Bustos.
*
Correspondencia: Clínica de Fisioterapia, Osteopatía y Recuperación Funcional. Calle Troya, 4,
2. 46006 Valencia. España.
E-mail: fisioterapiabustos@gmail.com
b
Profesor contratado doctor. Departamento de Fisioterapia. Universidad de Valencia.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


76 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

existe una mejora en todas las variables: altura de salto (p-valor obtenido es de 0,0002788
< 0,05); tiempo de vuelo (p = 0,0002164 < 0,05); fuerza (p = 0,007208 < 0,05); velocidad
(p = 0,0002323 < 0,05); potencia (p = 0,001257 < 0,05); altura de salto (p = 0,0002788 < 0,05).
Conclusión: la intervención de entrenamiento con jumping shoe mejoró en la evaluación del
CMJ optimizando todas las variables estudiadas.
Palabras clave: lesiones de salto, extremidad inferior, impacto, zapatos con resorte, salto
vertical, fisioterapia, ejercicio físico.

Abstract
Introduction: The loading impact on the lower limbs is usually a limiting factor when car-
rying out rehabilitation. Power jumpers are shoes that absorb up to 80 % of the impact load
against gravity. The objective of this intervention study was to analyse sports training with
“spring-loaded shoes”, evaluating if there is a positive effect in terms of improving strength,
power, speed, flight time and the jump impulse of the lower limbs and if this can be used as
a specialized technique in physiotherapy in the modality of functional recovery. Material
and method: Thirty women (age: 18 ± 60 years) were selected. All the variables cited were
evaluated before and after an intervention of 15 sessions, distributed over 1/2 days/week,
1 hour/session. The Bosco test was used with a counter movement jump test (CMJ), col-
lecting the data and evaluating with a validated MyJump II application. These values were
recorded in a database and subsequently processed with the R program version 1.0.143 - ©
2009-2016 RStudio, Inc. For the comparison between variables, different normality methods
were used in R (such as shapiro.test or ks.test). The Student t test for normal cases and the
Wilcoxon sign test for non-normal cases was used to assess significance at p < 0.005. Results:
The results obtained indicate that there was an improvement in all variables: jump height
(p-value obtained was 0.0002788  <  0.05); Flight time (p  =  0.0002164  <  0.05); Strength
(p = 0.007208 < 0.05); Speed (p = 0.0002323 < 0.05.) Power (p = 0.001257 < 0.05); Jump
Height (p = 0.0002788 < 0.05). Conclusion: the training intervention with the power jumping
shoe improved the scores for the CMJ test, improving all the variables studied.
Keywords: jumping injuries, lower limb, impact, spring shoes, vertical jump, physiother-
apy, physical exercise.

Introducción

El impacto produce una onda de choque que generara en ese proceso vi-
braciones de los tejidos blandos de las extremidades inferiores (EEII). Estas
señales serían detectadas y el sistema nervioso central (SNC) actuará ajus-
tando, si es necesario, la activación de los grupos musculares implicados1.
Para evitar las lesiones de las EEII, el sistema músculo esquelético (SME)

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 77

responderá a esta señal de entrada, cambiando los niveles de activación de los


músculos para reducir las vibraciones2.
Una carga excesiva repetitiva genera un gran shock y puede inducir a lesio-
nes agudas y crónicas en las EEII3. Teniendo en cuenta que los atletas de élite
y deportistas sociales se están volviendo más fuertes, más rápidos y mejor
condicionados, se confirma que las lesiones de mayor energía son cada vez
más comunes4, destacando la tendinopatía, que se caracteriza por una com-
binación de dolor, hinchazón difusa o localizada y deterioro del rendimiento.
Un 30 % de todos los corredores padecen tendinopatía de Aquiles, con una
incidencia anual del 7 al 9 %. Las consecuencias de este tipo de lesión tienen
una gran influencia en la carrera deportiva, el bienestar físico-psicosocial y la
calidad de vida de los afectados. Por tanto, es importante hacer hincapié en
su prevención5.
En los últimos años, los fabricantes de calzado han diseñado zapatos que
pueden atenuar una onda de choque, creando adaptaciones en forma de amor-
tiguadores. Peters comenta en su revisión sistemática que la utilización de
plantillas podría tener un efecto preventivo sobre la tendinopatía de Aquiles6.
House y col. encontraron un efecto positivo de su intervención sobre la inci-
dencia de la tendinopatía de Aquiles con el uso de plantillas absorbentes de
choque7. Katherine O’Leary, tras realizar cinco ensayos con 16 corredores,
confirma la efectividad de un tipo de plantilla amortiguada en la reducción
de la fuerza de impacto de pico y la aceleración tibial, en el contacto inicial
pie-tierra durante la actividad8. Por lo tanto, es evidente que en actividades de
impacto el uso de una plantilla durante el trote presenta un efecto positivo al
reducir los esfuerzos sobre las articulaciones de las EEII9.
Las fuerzas de impacto varían sustancialmente para diferentes velocidades
de aterrizaje, así como para diferentes posturas de MI y/o la dureza del mate-
rial del zapato. Si no existe una buena adaptación y los músculos relacionados
se activan de manera inadecuada, se producirá una adaptación neuromuscular
con respecto a las señales de impacto. Según Derrick, si se busca minimizar
el trauma de los tejidos biológicos para evitar lesiones, sería adecuado alterar
el calzado o las superficies para reducir el impacto y permitir que el corredor
mantenga una cinemática normal durante un periodo más largo10.
Mientras que algunos autores citan como causa de lesiones el propio im-
pacto sobre las EEII11, otros vinculan la relación entre impacto y lesión solo

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


78 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

en las circunstancias más estresantes10. El SME va a tener un impacto dife-


rente dependiendo de las condiciones del calzado y la superficie, realizando
adaptaciones musculares en las EEII, tales como cambios en el ángulo inicial
del pie y de la pierna, y velocidad y rigidez de la pierna12. Sin embargo, si
existe una sobrecarga o una activación inadecuada del sistema neuromuscular
relacionado, se producirán respuestas negativas para el organismo13, y como
consecuencia obtendremos problemas articulares y músculo-tendinosos14.

La actividad física

La actividad física (AF) es un fuerte determinante de salud, tal y como nos


indica Felix Côte, quien nos confirma el efecto positivo de los deportes adapta-
dos para la calidad de vida, haciendo hincapié en que los factores personales y
participación social contribuyen directa/indirectamente en la calidad de vida15.
La edad/maduración articular puede llegar a tener un impacto en la asocia-
ción de componentes seleccionados del equilibrio y fuerza/potencia muscular
de las EEII16. Existen aspectos negativos, como el envejecimiento cronológi-
co asociado a una disminución en los niveles de AF, y en este sentido Boon-
lerst y col. proporcionan evidencia preliminar de que un programa de ejerci-
cio de ocho semanas puede mejorar la aptitud física relacionada con la salud
en los ancianos. Este envejecimiento puede llevar consigo lesiones articulares
que limiten la AF recreativa y, por consiguiente, contribuir a condiciones ad-
versas como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad
y el deterioro físico17.
Demostrada científicamente la importancia que tiene la AF y valorando las
limitaciones producidas como consecuencia del propio impacto, sería intere-
sante considerar un diseño de zapato que amortigüe este último y nos sirva
como herramienta de rehabilitación tanto en la prevención como en el abor-
daje terapéutico, permitiendo la práctica de la AF.

El zapato con resorte (jumper)

El origen de este tipo de calzado se remonta a 1914 en Francia, donde Gas-


tón Devore inventó el primer calzado con resorte conocido. Pero la forma tal

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 79

como se conoce hoy fue desarrollada en 1990 en Canadá por el inventor de


origen ruso Gregory Lekhtman, que la diseñó como un aparato para hacer ejer-
cicio de rebote; un tipo de ejercicio que la NASA ya certificó en 1980 como
“el más efectivo de los ideados por el hombre”. Lekhtman produjo un modelo
comercial que se denominó Exerlopers, y a finales de los años noventa llegó la
marca Kangoo Jumps, creada por el empresario suizo Denis Naville a partir del
modelo KJ-1. Pero no tuvieron mucho éxito en el mercado, hasta que KJ desa-
rrolló programas de fitness adaptados al producto y un modelo más avanzado,
el KJ XR. Hoy día se comercializan internacionalmente tres marcas principales
de este tipo de calzado: Kangoo Jumps, Bounce By Diana Rojas y Aerower.
El equipo tiene gran variedad de beneficios, entre ellos, la reducción del
impacto en hasta el 87 %, gracias al sistema de protección contra impactos
(RS) diseñado específicamente para personas que no pueden participar en ac-
tividades de alto impacto. Su utilización aporta beneficios como la corrección
y realineamiento postural, la mejora en la coordinación y el equilibrio18, de
acuerdo con los estudios realizados por la NASA19.
Debido a la amortiguación existe una disminución del impacto, lo que
afecta a la transmisión de fuerza a través del cuerpo, por lo tanto, el rebote
elástico del cuerpo minimiza el gasto energético con una mayor velocidad20.
Los jumpers generan un cambio en el centro de gravedad (CDG) y así se
estimulan los propioceptores que regulan el equilibrio. Los movimientos son
interpretados por las células como un aumento de la fuerza de gravedad, y
gracias a su gran capacidad de adaptación al entorno las células se hacen más
fuertes. El efecto rebote no trabaja de manera localizada, sino que impacta de
manera masiva.
Otro de sus beneficios es que mejora la capacidad aeróbica y reduce la tasa
de lesión en comparación con el entrenamiento con zapatillas normales21.
De Oliveira y col. concluyeron en su estudio que, después del ejercicio
submáximo en carrera, con el uso de las jumpers se mejoraba el equilibrio
postural gracias a una mejor activación propioceptiva mediante el aumento
de la velocidad de la estimulación aferente, demostrando que su uso tiene un
efecto positivo en la estabilidad postural22.
Tras estos antecedentes, el objetivo del estudio es comprobar la eficacia
del entrenamiento con jumpers y demostrar si mejoran la fuerza, la potencia,
la velocidad, el tiempo de vuelo y el impulso del salto de las EEII.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


80 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

Material y métodos

Diseño del estudio

Se trata de un estudio experimental, descriptivo y prospectivo.

Población

La muestra poblacional ha sido recogida desde febrero hasta junio de 2017.


Los criterios de selección que se emplearon fueron:

1. Criterios de inclusión: sexo femenino, edad entre 18 y 65 años, no haber


realizado la actividad de los jumpers por lo menos seis meses antes de
la realización del estudio y practicar la actividad en los periodos marca-
dos de forma continuada.
2. Criterios de exclusión: embarazo, incapacidad para comprender o reali-
zar (por lesión o minusvalía) la naturaleza del estudio y estar realizando
otro tratamiento de fisioterapia incompatible con el presente estudio.

La asignación al grupo del estudio se realizó de forma voluntaria, tras una


entrevista personal y confirmando que estaba dentro de los parámetros de
criterios de inclusión.
Tras aplicar estos criterios de selección, la muestra final estuvo formada
por un total de treinta mujeres con una media de edad de 18 ± 60 años, nove-
les en esta actividad.

Procedimiento y evaluación

Al grupo de estudio se le ha realizado un entrenamiento protocolizado y en


un determinado tiempo, con una intensidad de 1-2 días por semana y 1 hora
de duración por sesión.
El deportista realizó un programa de entrenamiento personalizado para in-
crementar el rendimiento de fuerza, que consistió en 15 sesiones, finalizando

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Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 81

este periodo a los tres meses del comienzo. La evaluación se realiza en tres
momentos: la primera antes del primer día de entrenamiento, la segunda a los
7/8 entrenamientos siguientes y la tercera una vez finalizados los 15 días de
entrenamiento planteados.
En cada uno de esos tres momentos, el análisis consiste en una prueba de
salto en contramovimiento (CMJ), valorando los parámetros de fuerza, altura
de salto, tiempo de vuelo, velocidad, potencia y distancia de empuje. Los va-
lores obtenidos de las pruebas se consiguen mediante una aplicación validada
de salto (My Jump) que requiere grabar los saltos de los atletas, a partir de lo
cual el programa calcula la altura de salto, fuerza, velocidad, potencia, tiempo
de contacto y velocidad con precisión científica23.
La toma de los datos correspondientes fue de las siguientes variables:

• Peso y altura
• Longitud de la pierna y altura de 90º (trocánter-suelo)

Explicación del salto y toma de medición con la aplicación My Jump 2:

Mediciones

Una vez rellenada la documentación se realizan las mediciones, para las


cuales debemos conocer la distancia de empuje (hp0 en la literatura científi-
ca), que es el rango de movimiento durante el cual el sujeto está empujando
contra el suelo para saltar. Se calcula como la diferencia entre la longitud de
la pierna y la altura de la cadera al principio del movimiento.
Los puntos para medir adecuadamente la hp0 son los siguientes:

• Longitud de pierna: mide la distancia desde el trocánter mayor del fé-


mur hasta la punta de los dedos del pie, con el atleta en supino y con
una flexión plantar total.
• Altura a 90º: mide la distancia vertical entre el trocánter mayor del fé-
mur y el suelo en la posición de inicio del salto vertical (rodillas flexio-
nadas 90º).

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82 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

Intervención

1. Calentamiento
Se realiza antes de la prueba de evaluación, y está enfocado a la mejora en
el rendimiento del salto vertical y a la prevención de lesiones. Son ejercicios
como la carrera continua sin superar los 130-160 p/m24 y los estiramientos
dinámicos25.

2. Salto CMJ (Counter Movement Jump)


Se realiza una flexo-extensión explosiva de rodillas de 90º con los brazos
en las caderas, desde una posición erguida.
Los sujetos comenzaron desde esta posición erguida, situando la vista al
frente con ambas manos en la cintura, haciendo a continuación un movimien-
to preliminar hacia abajo, flexionando rodillas y caderas, de forma rápida y
continúa doblando las rodillas (fase excéntrica). En esta fase, el tronco debe
permanecer lo más erguido posible para evitar cualquier influencia de la ex-
tensión de este en el rendimiento de los miembros inferiores hasta un ángulo
de flexión de 90º (fase isométrica o acoplamiento). Y desde allí genera la im-
pulsión vertical (fase concéntrica) que lo eleva. Por lo tanto, este salto implica
una acción del tipo ciclo de estiramiento-acortamiento (SSC)26.
Durante toda la fase de vuelo, el atleta debe mantener sus miembros infe-
riores y tronco en completa extensión, hasta la recepción con el suelo.

Análisis estadístico

Para la comparación entre variables, previamente se ha comprobado la


normalidad de la muestra a partir de diferentes métodos de normalidad en R
(Shapiro test o ks test) y se obtiene que hay variables que se comportan con
normalidad y otras que no; por este motivo, se han realizado dos tipos de
comparación entre muestras: el test de la t de Student para casos normales y
el test del signo de Wilcoxon para casos no normales, siendo el valor de signi-
ficación p < 0,005. Para el cálculo de correlaciones entre variables se empleó
el coeficiente de Pearson.

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Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 83

Resultados

Los resultados de este trabajo fueron analizados con varios métodos esta-
dísticos que a continuación se presentan en tablas y gráficos.

Estadística básica

Con estos datos se obtienen los valores de la media, mediana y cuartiles,


que sirven para indicar el rango de valores contenidos en las partes en las que
se dividirá el conjunto de datos. A continuación (tabla 1) observamos los valo-
res del peso corporal y la distancia de empuje.
TABLA 1
Estadísticos de peso corporal y distancia de empuje de la muestra poblacional del estudio

Peso corporal Distancia de empuje


Mínimo 50,0 0,17
Máximo 82,0 0,38
1. cuartil
er
57,2 0,24
Mediana 63,0 0,27
3.er cuartil 68,5 0,28
Media 62,9 0,26
Desv. típica 8,00 0,044

Por otra parte, en la tabla 2 se indican los valores obtenidos para la pobla-
ción de estudio, de altura de salto, tiempo de vuelo y fuerza.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


84 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

TABLA 2
Estadísticos medios de altura de salto, tiempo de vuelo y fuerza para cada salto
de la población, a lo largo del estudio

Altura de salto Tiempo de vuelo Fuerza


Salto Salto Salto Salto Salto Salto Salto Salto Salto
Total Total Total
1 2 3 1 2 3 1 2 3
Mínimo

2,76 4,12 5,76 2,76 150,0 183,3 216,7 150,0 631,8 721,5 699,4 631,8
Máximo

19,62 23,03 28,55 28,55 400,0 433,3 482,5 482,5 2237,9 2110,9 1997,3 2237,9
1.er cuartil

6,94 9,02 11,02 8,72 237,8 271,0 299,7 266,7 797,7 794,7 819,3 805,5
Mediana

10,44 11,04 13,62 12,3 291,7 300,0 332,4 316,7 865,5 869,0 968,1 885,1
3.er cuartil

13,62 16,5 16,09 15,02 333,3 366,7 362,2 350,0 984,6 1057,8 1085,9 1044,3
Media

10,59 12,33 13,95 12,29 287,2 311,1 332,6 310,3 923,8 960,3 1004,5 962,9
Desv.
típica

4,33 4,82 4,74 4,79 62,84 62,7 55,33 62,6 297,64 273,27 261,41 276,7

Finalmente, en la tabla 3 se detallan los valores obtenidos de velocidad y


potencia.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 85

TABLA 3
Estadísticos medios de velocidad y potencia para cada salto de la población,
a lo largo del estudio

Velocidad Potencia
Salto 1 Salto 2 Salto 3 Total Salto 1 Salto 2 Salto 3 Total
Mínimo 0,37 0,45 0,53 0,37 232,4 334,0 421,1 232,4
Máximo 0,98 1,06 1,18 1,18 1829,5 1553,1 1660,0 1829,5
1.er cuartil 0,58 0,67 0,73 0,65 467,0 516,9 636,2 535,9
Mediana 0,72 0,74 0,81 0,78 672,7 705,3 780,0 701,6
3.er cuartil 0,82 0,9 0,89 0,86 801,3 940,2 955,1 911,8
Media 0,70 0,76 0,82 0,76 674,0 747,8 831,7 751,2
Desv. típica 0,16 0,15 0,14 0,15 319,7 294,3 289,9 305,1

Correlación entre las variables del estudio para el salto

Por otra parte, también se calculó la correlación entre todas las variables,
destacando la que se produce, como se puede ver en el gráfico siguiente, entre
las variables vuelo y velocidad (1,00), y entre las variables altura salto con
vuelo y altura salto con velocidad (0,99).

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86 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

Comparación entre las variables

Por último, se realizó una comparación entre las medias de los saltos rea-
lizados el primer día (justo antes del comienzo) y el último (tras las 15 sesio-
nes), para ver si existen diferencias en las variables tras la intervención.
Tras la comparativa, se confirma que el tratamiento/ejercicio físico reali-
zado durante tres meses mejora todas las variables analizadas (tabla 4) ya que
existe una diferencia estadística significativa en todas ellas.
TABLA 4
Mejora significativa de cada una de las variables analizadas.
Diferencias estadísticamente significativas (p < 0.05)

Variable p-valor
Altura de salto 0,0002788*
Tiempo vuelo 0,0002164*
Fuerza 0,007208*
Velocidad 0,0002323*
Potencia 0,001257*

Discusión

Los jumpers reducen el impacto en más de un 80 %, gracias a su sistema de


protección contra impactos (RS), obteniendo así beneficios como la correc-
ción y realineamiento postural, la mejora en la coordinación y en el equilibrio
postural21.
En el presente trabajo se estudió si una actividad con jumpers puede o no
influir en el fortalecimiento y la puesta en forma de las EEII y cómo repercute
dicha actividad en sus articulaciones y SME.
La actividad que se realiza con los jumpers es un SSC y en su estudio
Fábrica concluyó que la aplicación de ejercicios que implican una acción del
tipo SSC durante un intenso periodo competitivo contribuye a optimizar la
actuación de los futbolistas26.

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Estudio de los jumpers como posible herramienta para la recuperación... 87

Bosco comenta que en el atleta “la potencia” representa un factor crucial


para el éxito en una gran variedad de eventos competitivos27. En particular,
este hecho es evidente durante destrezas motoras competitivas que involucran
SSC, las cuales son comunes en los saltos y lanzamientos28. En ese sentido
en nuestro estudio se ha obtenido una correlación entre las variables, siendo
esta lógica porque, para el caso altura de salto-tiempo de vuelo, cuanto más
alto saltes (es decir, con más potencia), más tiempo tardarás en tocar el suelo
y, por tanto, tu tiempo de vuelo será mayor.
El modelo de entrenamiento con los jumpers demuestra claras asociacio-
nes de activación neuromuscular y la cinemática de aterrizaje, tal como de-
mostró Malfait en su estudio29. Gracias a este patrón se produce un proceso de
mejora entre los sujetos sometidos al entrenamiento, siendo este el objetivo
principal de este estudio; además, no se han producido bajas por lesión al eje-
cutar la actividad, situación muy habitual en otras actividades deportivas30, lo
que demuestra que la absorción de un 80 % en el momento del impacto tras
realizar el salto tiene un efecto positivo3.
Peters comenta que la tendinopatía es una etiología multifactorial, y por
tanto las intervenciones preventivas deben gestionar: la carga, el equilibrio
entre esta y la capacidad de carga, garantizándose para cada persona de forma
individual con el fin de prevenir la tendinopatía6. Según Hardin, existe una
alteración de la cinemática en la carrera en su fase exhaustiva, lo que provoca
un mayor choque de impacto24.
Autores tales como House, O’Leary, Derrick y Sánchez7-13,20 comentan la
influencia que puede tener el uso de plantillas absorbentes de choque. Sin em-
bargo, nos encontramos diferentes puntos de vista. Unos autores están a favor
y recomiendan su utilización para la prevención y disminución de lesiones,
por la reducción del impacto6-9,12,31,32, pero otros no lo están, como Derrick,
quien concluyó que un aumento de las aceleraciones de impacto máximo en
la pierna no se puede considerar como un aumento del riesgo de lesión debido
a la masa efectiva disminuida10. Gerritsen y Wang coinciden en que el uso de
este tipo de zapatos puede disminuir la postactivación muscular, lo que afecta
negativamente a la estrategia de adaptación del sistema neuromuscular12,13.
Para unos terceros este tipo de mecanismos refuerza el control postural, uti-
lizando estrategias posturales para mantener el equilibrio mediante la acti-

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88 Antonio Bustos Ferrer y Yasser Alakhdar Mohmara

vación de los propioceptores y de los sistemas vestibular somatosensorial y


visual18-20,24,31.
Finalmente, cabe hacer hincapié en que, a pesar de la existencia de estu-
dios (comentados en la discusión) que valoren aspectos tenidos en cuenta en
este estudio, los trabajos existentes sobre los jumpers son escasos y apor-
tan insuficiente información sobre los beneficios de la actividad. Solamente
Oliveira obtuvo resultados significativos en su estudio sobre la absorción de
impacto en el running, pero con una muestra muy reducida24. Este dato hace
que nuestro trabajo tenga más relevancia, siendo innovador hasta ahora y
confirmando la utilidad y validez de los jumpers en la mejora de variables
fundamentales en la mayoría de actividades deportivas.
Como conclusión del estudio se puede afirmar que el tratamiento con los
jumpers mejora la fuerza, la potencia, la velocidad, el tiempo de vuelo y el
impulso del salto en personas adultas.

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THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 75-91, ISSN: 1889-6111


Artículos de revisión
OMEGA-3 COMO ALTERNATIVA NUTRICIONAL
AL TRATAMIENTO DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

OMEGA-3 AS A ALTERNATIVE NUTRITIONAL TREATMENT


FOR MULTIPLE SCLEROSIS

Irene Aroca Divisóna* y Alfonso Forner Juliáb

Fechas de recepción y aceptación: 1 de junio de 2018, 12 de junio de 2018

Resumen
Introducción: La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria y degenera-
tiva crónica que afecta al sistema nervioso central (SNC). Se caracteriza por la presencia
de diversas lesiones en la mielina de los axones neuronales, en las que se da cierto grado
de inflamación. Es además una enfermedad de gran impacto social. A pesar de su cada vez
mayor incidencia entre la población, se desconoce aún la etiología exacta de la enfermedad,
y no existe tratamiento efectivo que la revierta. Objetivos: Debido a este desconocimiento
de la etiología y tratamiento es importante el estudio de los ácidos grasos como el Omega-3
como posible tratamiento alternativo, dadas sus características antiinflamatorias. Hecho que
convierte en nuestro objetivo principal determinar el impacto de este ácido graso sobre el
estado inflamatorio de la enfermedad. Material y método: Se trata de un estudio descriptivo y
transversal llevado a cabo mediante revisión bibliográfica de los artículos extraídos de Pub-
med. Para ello, empleamos únicamente artículos que tuviesen impacto JCR (Journal Citation
Report) y hayan sido publicados en los últimos 12 años. Resultados/Discusión: Se revisaron
22 artículos, de los cuales 20 mostraron algún tipo de beneficio producido por el Omega 3 so-
bre el estado de la enfermedad o a nivel inflamatorio, mientras que por otro lado, en 2 de ellos

a
Departamento del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM). Centro de Salud zona 1
Hospital.
*
Correspondencia: Calle Jose María Sánchez Ibáñez s/n 02008 Albacete. España.
E-mail: iad.96@hotmail.com
b
Departamento de Fisiología. Universitat de València.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


96 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

no se obtuvieron cambios significativos tras la suplementación con Omega-3. Conclusiones:


La suplementación dietética con ácidos grasos Omega-3 está asociada a una disminución de
las citocinas proinflamatorias y de otros marcadores inflamatorios como la metaloproteina-
sa-9 de la matriz. Mientras que a nivel celular se han observado ciertos beneficios y algunos
estudios sugieren una disminución de la discapacidad o mejoría de los síntomas, todavía no
hay suficientes investigaciones que muestren una mejoría del estado físico del paciente, ya
que muchas de ellas son todavía investigaciones preclínicas, o se centran en el estado infla-
matorio de las células.
Palabras clave: esclerosis múltiple, ácidos grasos poliinsaturados, múltiple, Omega-3,
inflamación.

Abstract
Introduction: Multiple Sclerosis (MS) is an inflammatory and degenerative chronic dis-
ease, which affects the central nervous system (CNS). It is characterized by the presence of
multiple injuries in the myelin of neuronal axons, where there is a certain degree of inflam-
mation. It is also a disease with high social impact. Despite its increasing incidence among
the population, the exact aetiology of the disease is still unknown, and there is no effective
treatment to reverse it. Objectives: It is due to this lack of knowledge on the aetiology and
treatment that the study of fatty acids like Omega-3, an anti-inflammatory agent, as a possible
alternative treatment is important. This is why we decided to determine the impact of this
fatty acid on the inflammatory state of the disease. Materials and methods: A descriptive and
transverse study performed through a bibliographic review of the articles from Pubmed. We
only considered articles with a JCR (Journal Citation Report) impact and published in the last
12 years. Results/Discussion: 22 articles were reviewed. Twenty showed some type of benefit
produced by Omega-3 over the disease state or at the inflammatory level, while, on the other
hand, 2 of them found no significant changes after supplementation with Omega-3. Conclu-
sions: Dietary supplementation with Omega-3 fatty acids is associated with a decrease in pro-
inflammatory cytokines and other inflammatory markers such as matrix metalloproteinase-9.
Although at the cellular level certain benefits have been observed and some studies suggest
a decrease in disability or improvement of symptoms, there are still not enough studies that
show an improvement in the physical state of the patient because many of them are still pre-
clinical investigations or they focused on the inflammatory state of the cells.
Keywords: multiple sclerosis, polyunsaturated fatty acids, Omega-3, inflammation.

Introducción

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria y degenerati-


va crónica que afecta al sistema nervioso central (SNC) y que se caracteriza

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 97

por la presencia de diversas lesiones en la mielina de los axones neuronales.


Las áreas de la sustancia blanca lesionadas o con cicatrices son también co-
nocidas como “placas de desmielinización”1.
Afecta con más frecuencia a mujeres que a hombres (3:1), y tiene su ma-
yor incidencia en personas con edades comprendidas entre 20 y 40 años, es
decir, adultos jóvenes. Es una enfermedad con un gran impacto social por la
gran discapacidad que produce, lo que implica el sufrimiento tanto de quien
la padece como de su entorno cercano, llevando además asociada una gran
carga socioeconómica1,2.

Factores de riesgo

Se considerada actualmente como una enfermedad multifactorial que re-


sulta de interacciones complejas entre la predisposición genética y factores
ambientales. Se contemplan diversas opciones en cuanto a factores de riesgo
se refiere, incluyendo infecciones, deficiencia de vitamina D, estilo de vida,
estrés o comorbilidades y factores dietéticos3.
La contribución de los hábitos alimentarios en la incidencia y severidad
de la EM ha sido en los últimos años objeto de escrutinio4. Los diferentes
componentes nutricionales tienen efectos independientes sobre distintas célu-
las del sistema inmune, pero también pueden influir en el funcionamiento de
estas células a través de mecanismos cooperativos. De ahí la gran relevancia
de una “dieta occidental” como factor de riesgo para la esclerosis múltiple5.
Se cree que dietas de este tipo, caracterizadas por un elevado contenido de
grasas, colesterol, azúcares y cloruro de sodio, y la falta de productos frescos,
promueven los procesos autoinmunes. El consumo de grasa en general es
también un factor prominente. No solo induce a obesidad, sino que además
se ha observado cierta relación entre el índice de masa corporal y el riesgo de
desarrollar EM, especialmente a edades más tempranas. Un mayor consumo
de ácidos grasos de cadena larga o media promueve la diferenciación de las
células T reactivas a mielina Th1 y Th17 y suprime la generación de células
T reguladoras, lo que aumenta las respuestas autoinmunes del SNC. Con re-
lación a estas observaciones, la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados ω-6
(AGPI) puede promover la activación de la vía Th17, aumentar la inflamación

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


98 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

y afectar negativamente a la homeostasis inmune del intestino, por lo que es


un factor de riesgo que se debe tener en cuenta. Mientras que un trabajo re-
ciente relaciona los AGPI ω-3 con efectos antiinflamatorios4.

Signos y síntomas

Los síntomas de la EM son bastante variables, ya que dependen de la zona


del sistema nervioso que esté afectada. Pueden ser leves o severos, de corta o
de larga duración y aparecer combinados de diferentes maneras.
Entre los más comunes se encuentran los problemas inflamatorios del ner-
vio óptico, también conocidos como neuritis óptica, que provocan síntomas
como visión borrosa o doble, distorsión del color rojo-verde o ceguera. Estos
son muy comunes en las fases iniciales de la enfermedad, aunque por lo ge-
neral tienden a remitir en fases posteriores6.
Es también muy característica la aparición de signos y síntomas relaciona-
dos con la alteración de la sensibilidad, como hipoestesia táctil o disminución
de la sensibilidad profunda, y con la alteración motora, siendo frecuentes la
debilidad muscular y pérdida de fuerza en uno o más miembros, especialmen-
te los inferiores, lo que produce alteración en la marcha. Además, es también
muy común la presencia de paresias o hiperreflexias7.

Tratamiento

Todavía no existe un tratamiento eficaz en la cura de la enfermedad, y los


diferentes fármacos utilizados como terapia en muchas ocasiones conllevan
efectos secundarios bastante graves.
A pesar de ello y de las numerosas investigaciones que se están llevando
a cabo para llegar a encontrar un tratamiento que realmente pueda detener o
curar por completo la enfermedad, se han observado algunos beneficios en
la utilización de ciertas drogas capaces de modificar el curso de esta, entre
los que destacan los interferones, siendo el más utilizado el tratamiento con
interferon beta (IFN 𝛽), medicación oral como el fumarato de dimetilo y me-
dicamentos infundidos. Además, hay otros tipos de tratamientos, como el uso

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 99

de inmunosupresores, donde sobresalen los corticosteroides, que se utilizan


con frecuencia en caso de recaídas o como tratamiento sintomático. Todos
ellos suelen actuar modulando o suprimiendo el sistema inmune del paciente,
a diferentes niveles y utilizando distintos mecanismos de acción6.

Patogenia

En cuanto a la patogenia de la enfermedad, sabemos que las lesiones que


produce la EM sobre el sistema nervioso central se distribuyen por todo este,
y suelen ser lesiones múltiples. Las zonas lesionadas de la sustancia blanca
o placas de desmielinización pueden ser de dos tipos, según el tipo de activi-
dad de la enfermedad. En aquellas en las que la lesión es aguda, el fenómeno
patológico principal es la inflamación. Mientras que en aquellas cuya lesión
es crónica destaca la desmielinización, acompañada posteriormente de dege-
neración axonal y gliosis.
En dichas lesiones predominan básicamente linfocitos y macrófagos, sien-
do el método de mayor fiabilidad de identificación de una lesión activa la
identificación de los productos de degradación de mielina en los macrófagos7.

Omega-3 como alternativa terapéutica

Dada la falta de un tratamiento que cure la enfermedad y en función de la


patogenia de ésta basada en un proceso inflamatorio, las alternativas nutricio-
nales pueden representar una opción terapéutica para la enfermedad.
La inflamación en el cerebro es beneficiosa como respuesta a la infección,
para mantener la homeostasis del órgano. Dicha inflamación involucra a cé-
lulas microgliales, los macrófagos residentes del SNC. Cuando se activan,
estas células producen citocinas pro y antiinflamatorias. Sin embargo, cuando
se mantiene la producción de citocinas proinflamatorias estas moléculas se
vuelven neurotóxicas, lo que conlleva daño neuronal involucrado en muchas
patologías cerebrales. Por lo tanto, es de gran importancia para afrontar este
tipo de patologías limitar la inflamación e identificar los mediadores capaces

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


100 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

de ello, y poder proporcionar así nuevos objetivos en la prevención y el trata-


miento del daño cerebral.
Los AGPI Omega-3 son ácidos grasos esenciales, es decir, los mamíferos
no los pueden sintetizar, pero son fundamentales en el organismo para mante-
ner la salud, por lo que son ácidos de ingesta fundamental en la dieta humana,
encontrándose en grandes cantidades en pescados y mariscos, particularmen-
te en pescados azules, y en algunas plantas, especialmente semillas de lino8.
Hay tres ácidos Omega-3 principales. El ácido a-linolénico (ALA), que
es el AGPI n-3 de cadena corta esencial en la dieta, y precursor de los otros
dos: el ácido eicosapentaenoico (AEP) y el ácido docosahexaenoico (ADH).
La evidencia respalda la hipótesis de que los ácidos n-3 o sus derivados son
buenos candidatos para limitar la neuroinflamación. De hecho, los AGPI n-3
regulan negativamente la expresión del gen inflamatorio, como los de la ci-
tocuina o las enzimas implicadas en la síntesis de los eicosanoides, al tiempo
que inducen mediadores lipídicos implicados en la resolución de la inflama-
ción9.
Por lo tanto, los objetivos del estudio son determinar el impacto a nivel
inflamatorio y sus consecuencias fisiológicas con relación a la sintomatología
de la enfermedad, del Omega-3 como suplemento dietético en la EM, esta-
bleciendo qué marcadores son los más utilizados para determinar el efecto a
nivel inflamatorio, y qué tipo de muestras biológicas son las más utilizadas
para su estudio.

Resultados

En numerosos estudios se valora el efecto del Omega-3 a nivel inflama-


torio, teniendo en cuenta la variación de los niveles de metaloproteinasas de
la matriz tras su administración. En 2007, GM Liuzzi et al. observaron que
el tratamiento de microglia con AGPI Omega-3, o aceite de pescado depen-
diente de la dosis, inhibió las cantidades de metaloproteinasa-9 de la matriz
(MMP-9) producidas por microglia estimulada por lipopolisacáridos, pero
no los niveles de metaloproteinasa-2 de la matriz (MMP-2). No se observó
ningún efecto sinérgico en la inhibición de MMP-9 en la microglia tratada
con AGPI Omega-3 e IFN𝛽. Por otra parte, la inhibición de MMP-9 fue más

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 101

evidente en las células tratadas con AGPI Omega-3 en lugar de aceite de


pescado10.
L Shinto y col. realizaron en 2009 un estudio en el que la administración
de Omega-3 a través de concentrado de aceite de pescado resultó en una dis-
minución significativa del 58 % en los niveles de MMP-9 secretados en cé-
lulas mononucleares de la sangre periférica (CMSP) después de tres meses
de suplementación dietética mientras que, por otro lado, no hubo cambios
significativos en cuanto a la calidad de vida de los pacientes11.
De nuevo, tras otro estudio en 2011, L Shinto et al. muestran que el ADH
y el AEP, individualmente y en bajas concentraciones in vitro, tienen la capa-
cidad de disminuir la producción y actividad de la MMP-9 en las CMSP de
controles sanos. Además, ambos tipos de Omega-3 fueron capaces de inhibir
la migración de células T a través de una barrera de fibronectina de manera
dependiente de la concentración. Por lo tanto, estos hallazgos indican que,
ambos, el ADH y el AEP, tienen la capacidad de disminuir la secreción de
células inmunitarias de la proteína MMP-9 y reducir su actividad; y en con-
junto, estos efectos moduladores de la MMP-9 pueden impedir la migración
celular a través de la membrana basal del SNC12.
Con dietas de Omega-3 o mezclas nutracéuticas de ácidos Omega-3 y 6, en
2016 P Riccio et al. demuestran que se incrementa el bienestar de los pacientes
con EM, y se reduce la tasa de recaídas anuales en comparación con el placebo.
Un régimen dietético basado en la dieta mediterránea, bien con suplementos
dietéticos bien sin ellos, determinó un aumento de la concentración sérica de
ácidos Omega-3 y Omega-6, apoyando una tendencia general hacia la mejoría
del estado inflamatorio, que se estableció en 12 de 29 pacientes, basándose en
los niveles reducidos de MMP-9 activa y en los parámetros antropométricos13.
La influencia de los ácidos grasos sobre la actividad de las MMP fue tam-
bién determinada en 2017 por E Nicolai et al. sobre la superficie de piezas
dentales obtenidas y utilizadas como muestras, mostrando en sus resultados
la inhibición ejercida por los ácidos grasos sobre la actividad de la MMP-9;
se observó también un efecto muy similar en la MMP-2. Los datos obteni-
dos revelan por tanto que los ácidos grasos (Omega-3 y Omega-6) inhiben
la actividad de la MMP-2 y MMP-9 de una manera dependiente de la dosis,
sugiriendo además que el número y la posición de los dobles enlaces en la
cadena del ácido no afectan significativamente a la interacción con la MMP.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


102 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

Además, atribuyen dichos resultados a la estructura de los ácidos, afirmando


que la insaturación de la cadena y una longitud de cadena de carbono de 18-20
son dos factores que favorecen la inhibición de la actividad de las MMP por
los ácidos grasos14.
Tras una revisión bibliográfica realizada sobre el tema en 2014 por AM
Adamo, esta concluye que tanto los ensayos clínicos llevados a cabo en los
últimos años como los resultados de su trabajo respaldan la positiva función
de los AGPI en la progresión de la enfermedad. En algunos de los artículos
revisados se demuestra que el tratamiento de microglia con AGPI Omega-3
disminuye la producción de MMP-9, la penetración de células inflamatorias
en el SNC y la desmielinización, y que promueven también la expresión de
proteínas relacionadas con la mielina. Muestra, por lo tanto, que los AGPI
Omega-3 están relacionados con una mejoría del estado inflamatorio15.
Por otro lado, muchos estudios basan sus resultados en los niveles de ex-
presión de citocinas proinflamatorias, tales como interleucinas (IL) o el factor
de necrosis tumoral (FNT), y el óxido nítrico (ON), relacionados directamen-
te con la diferenciación de células T. El estudio llevado a cabo por W Kong et
al. en 2011 es el primero en mostrar una disminución significativa en número
de células encefalitogénicas Th1/Th17 en el bazo y SNC de ratones con EAE
alimentados con una dieta enriquecida en ADH16.
Además, en un estudio previo en 2010, comparando ratones alimentados
con placebo y ratones alimentados con ADH, concluyeron que aquellos con
dieta suplementada con ADH expresaron menos IL-12 e IL-2317.
En conjunto, estas observaciones apoyan la idea de que el ADH en la dieta
inhibe la diferenciación y proliferación de células T y Th1/Th17, al menos
parcialmente, a través de efectos sobre las células dendríticas mieloides16,17.
En el estudio realizado por Ramírez-Ramírez et al. también en 2013, se
mostró la eficacia que tuvo la administración de 4 g diarios de aceite de pes-
cado en la reducción de los niveles de citocinas mediadoras de la respuesta
inflamatoria. A los 12 meses de administración de dicho suplemento, la reduc-
ción en los niveles séricos de los diferentes marcadores biológicos tenidos en
cuenta en los pacientes con EM fue de un 50,3 % en la IL-1𝛽, un 48,3 % en
la IL-6, de un 42,9 % en el FNT𝛼 y de un 36,2 % en los catabolitos de ON,
siendo así característica la diferencia frente al grupo placebo, y por tanto,

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 103

haciendo evidentes los efectos antiinflamatorios y antioxidantes en los AGPI


Omega-3.
Sin embargo, no hubo cambios significativos en el número de recaídas o en
el estado de discapacidad tras los 12 meses de estudio18.
En 2014, en el estudio llevado a cabo por S Chen et al., el pretratamien-
to con ADH atenuó significativamente la liberación de ON y FNTα en san-
gre inducida por lipopolisacáridos de membrana bacteriana, de una manera
dependiente de la concentración, y disminuyó también significativamente la
producción de ON y FNTα inducida por mielina o interferón gamma. Aunque
dicho tratamiento no inhibió la expresión de los dos genes inflamatorios, sí
redujo significativamente su producción, lo que sugirió que el ADH y el AEP
pueden modular la polarización fenotípica de la microglía en condiciones fi-
siológicas y patológicas19.
En la misma línea, los resultados obtenidos por K Unoda et al. en 2013 in-
dicaron que la suplementación simple continua de AEP redujo marcadamen-
te la infiltración de células inmunitarias en el SNC e inhibieron el progreso
y/o la gravedad de la encefalitis autoinmune experimental (EAE). La suple-
mentación con AEP redujo la gravedad de los puntajes clínicos, y las células
infiltrantes del SNC también se redujeron en la histología patológica de los
ratones. Además, la administración de AEP siete días después de la inmuniza-
ción todavía mejoró significativamente la EAE. De acuerdo con los informes
anteriores que utilizan modelos de arterosclerosis, el AEP inhibe la expresión
de las moléculas de adhesión de las células endoteliales. Además, sus datos
mostraron que el AEP bloqueó la producción de citocinas inflamatorias en las
células T CD4+ (linfocitos colaboradores) infiltrantes del SNC20.
Tras su estudio en 2014, realizado sobre muestras biológicas de bazo de
ratones, MJ Allen et al. afirman que los AGPI Omega-3 alteran la respuesta de
las células T CD4+ a la IL-6 en una forma dependiente de la membrana lipí-
dica. Las células CD4+ de los ratones transgénicos exhibieron una expresión
superficial del receptor de IL-6 un 30 % menor que las demás. Sus resultados
sugieren que los AGPI Omega-3 suprimen la diferenciación de las células
Th17 en parte al reducir la respuesta dependiente a la IL-6. La capacidad de
los AGPI para reducir dicha expresión es consistente con una respuesta celu-
lar disminuida a esta citocuina inductora de Th17. Estos hallazgos utilizando
células T CD4 + proporcionan nuevos conocimientos sobre el mecanismo por

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


104 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

el cual los AGPI n-3 suprimen la diferenciación de las células Th17 y se su-
man a los otros mecanismos mediante los que suprimen la inflamación. Desa­
fortunadamente, la ingesta dietética óptima de AEP y ADH se desconoce21.
Observando los efectos de los diferentes tratamientos con compuestos
de ATR y ADH sobre la expresión de los genes IL-17 y receptor huérfano
gamma relacionado con receptor de ácido retinoico (RORγt), Mousavi Nasl-
Khameneh et al. obtuvieron, en 2018, resultados significativos, como que un
único tratamiento de ATR suprimió significativamente los niveles en la ex-
presión de IL-17. El tratamiento combinado con ATR y ADH a concentración
completa tuvo también un efecto supresor sobre la expresión del gen IL-17.
El tratamiento único de ATR y ADH suprimió la expresión del RORγt. El
tratamiento de ATR más ADH en combinación causó también mayor repre-
sión sobre el gen RORγt y, por último, la terapia combinada de ATR y ADH
con la mitad de cada componente no presentó ningún cambio significativo.
Concluyeron así que la expresión de IL-17 y RORγt en CMSP en pacientes
con EM son suprimidas por ATR y ADH. Además, la combinación de ambos
compuestos presentó un efecto aditivo22.
En otra de las revisiones bibliográficas realizadas a lo largo de los últimos
años sobre el efecto de los AGPI Omega-3 en la EM, Calder, en 2006, obtu-
vo datos que reconocen las propiedades antiinflamatorias de estos ácidos, y
afirma así que aumentar su consumo en pacientes con enfermedades inflama-
torias a través de suplementos dietéticos puede ser beneficioso clínicamente.
Uno de los resultados más característicos de dicha revisión es la inversa rela-
ción entre el AEP en células mononucleares humanas y la producción de FNT
e IL-1. En conclusión, Calder afirma que los AGPI disminuyen la produc-
ción de mediadores inflamatorios y dan lugar a mediadores antiinflamatorios
(como resolvinas), por lo que los considera potentes agentes potencialmente
antiinflamatorios23.
En contraposición a los resultados anteriores, en 2012, O Torkildsen et al.
no observaron ningún efecto beneficioso de la administración de suplementos
de ácidos grasos Omega-3 sobre la actividad de la enfermedad en la escle-
rosis múltiple como monoterapia o en combinación con IFNB. A pesar de la
inclusión de medidas de resonancia magnética repetidas en nuestro estudio,
las cuales son muy sensibles y tienen un poder estadístico adecuado para de-
tectar las diferencias reales del grupo incluso en estudios de corta duración o

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 105

con un bajo número de participantes, no encontramos ningún efecto positivo


de la suplementación de ácidos grasos Omega-3 en la actividad de IRM y
ningún efecto en ninguno de los otros puntos finales predefinidos, tales como
marcadores séricos de inflamación24.
A su vez, T Holmøy et al. tampoco obtuvieron grandes resultados en su
estudio en 2013. En comparación con el placebo, el tratamiento con Ome-
ga-3 no indujo ningún cambio significativo en ninguno de los marcadores
de inflamación antes o después del inicio de IFNβ, o durante todo el perio-
do de estudio. Es decir, el tratamiento con AEP y ADH no alteró los nive-
les séricos de ninguno de los marcadores de inflamación. Por otro lado, de
todos los marcadores valorados en sangre –que fueron: marcadores genera-
les de inflamación en sentido descendente, tales como pentraxina 3 (PTX3),
osteopontina (OPN), receptor soluble del factor de necrosis tumoral tipo 1
(sTNF-R1), osteoprotegerina (OPG) e interleucina antagonista del receptor
(IL- 1RA); marcadores más específicos de vías inflamatorias corriente arriba,
como CXCL16, CCL21 y factor de crecimiento transformante (FCT β), y
marcadores de acción endotelial que incluyen moléculas de adhesión a célu-
las leucocíticas activadas (ALCAM) y MMP-9–, el marcador CXCL16 des-
tacó en comparación con los otros, ya que reflejaba la actividad de resonancia
magnética simultánea, y se asoció con una tendencia a la baja actividad pos-
terior en la RM, por lo que podría ser un novedoso biomarcador y un posible
predictor de la actividad de la enfermedad en la EM25.
Sin embargo, otros estudios no determinan el impacto del Omega-3 me-
diante marcadores biológicos, sino que se basan en otros parámetros fisioló-
gicos, como el nivel de discapacidad, la tasa de recaídas o la pérdida de peso.
En el estudio realizado sobre ratones con EAE por Ø Torkildsen et al. en
2009, hubo pequeñas diferencias entre aquellos ratones alimentados con sal-
món (rico en Omega-3) y aquellos otros alimentados con hígado de bacalao
o soja. Los ratones pertenecientes al grupo de la suplementación con salmón
presentaron al final del análisis una menor pérdida de peso que el resto, y una
menor desmielinización cerebral. Además, este grupo interactuó más que el
resto con el medio, lo que indica una mayor actividad locomotora. Por ello,
la hipótesis de los autores sobre un efecto positivo en la suplementación de
Omega-3 fue confirmada. A pesar de esto los resultados se limitaron, ya que
no hubo cambios visibles en el grupo alimentado con hígado de bacalao, tam-

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106 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

bién rico en Omega-3, por lo que se dedujo que la efectividad de este podría
estar influenciada por diferencias en el tipo y fuente de ácidos grasos, al igual
que en otros estudios. Sugirieron de este modo que el efecto beneficioso de
la dieta del salmón se podría deber a una mejor absorción de AGPI Omega-3
de esta dieta26.
En 2013, Jelinek et al. evidencian la significativa asociación del consumo
frecuente de pescado y ácidos Omega-3 con una progresión más lenta de la
enfermedad y un aumento de la calidad de vida. Observaron que la probabi-
lidad de aumento de la actividad de la enfermedad era menor cuando se daba
una suplementación con aceite de linaza, rico en Omega-3, dándose una re-
ducción de más del 52 % en la tasa de recaídas y una reducción del 61 % en
la probabilidad de empeoramiento de dicha tasa en pacientes con esclerosis
múltiple remitente recidivante. Hubo también una discapacidad significativa-
mente menor para los que tomaban suplementos de Omega-38.
En 2014, Di Biase et al. prueban, mediante un modelo de desmielinización
en ratones con EAE, la eficacia del AEP, que además de modular respuestas
inflamatorias e inmunológicas tiene efectos beneficiosos y protectores direc-
tamente sobre los oligodendrocitos. Observaron que durante los primeros días
las ratas tratadas con AEP perdieron menos peso corporal que las no tratadas.
A los tres y cuatro días las diferencias fueron estadísticamente significativas.
En analogía con los experimentos de EAE que muestran que la alimentación
con AEP retrasa el inicio de la gravedad de la enfermedad, en este modelo
el tratamiento con AEP retrasó los efectos sobre la pérdida de peso inducida
por la toxicidad de cuprizona. Además, casi todos los parámetros indicati-
vos de daño cerebral por la cuprizona se vieron menos afectados en las ratas
pretratadas con AEP en comparación con las demás. En conclusión, el AEP
mejoró el curso clínico al activar los mecanismos de reparación de la mielina
y al modular la respuesta autoinmune, corroborando su papel neuroprotector,
aunque aún se desconozca el mecanismo exacto27.
En otro estudio de casos y controles llevado a cabo en 2016 por Hoare et
al. se examinó la ingesta de grasas en la dieta de los pacientes, en relación con
el riesgo de un primer diagnóstico clínico de desmielinización del SNC, en-
contrando una mayor ingesta de AGPI Omega-3, en particular los derivados
del pescado, asociada a un riesgo de enfermedad significativamente menor.
Aunque, por otro lado, la evidencia del papel de la grasa dietética en el riesgo

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


Omega-3 como alternativa nutricional al tratamiento de la esclerosis múltiple 107

de EM ha sido inconsistente, lo que posiblemente esté relacionado con el tipo


de estudio y los problemas metodológicos, incluida la forma en que se midió
la ingesta de grasa y los resultados analizados28.
También Salvati et al. evaluaron en 2013 el efecto del ADH sobre la EAE
inducida en ratas, administrándolo como suplemento en su dieta. Se observó
un retraso significativo en la severidad de la enfermedad en aquellas ratas
alimentadas con ADH, y también un cierto retraso en la aparición de los sín-
tomas. Además, la recuperación de mielina de las ratas alimentadas con AEP
frente a los controles fue mayor29.
Mediante el gran estudio prospectivo publicado en 2017 y realizado por
Bjørnevik et al., se encontró una asociación inversa entre la ingesta de AGPI
en la dieta y el riesgo de esclerosis múltiple, y observaron que solo el ácido
AAL derivado de plantas se asoció significativamente con un menor riesgo
de enfermedad. En resumen, la ingesta total de AGPI se asoció inversamente
con el riesgo de EM, mientras que la ingesta de AAL se asoció también con
un menor riesgo, aunque ninguno de los otros tipos de AGPI (AEP, ADH) lo
hicieron. En los modelos de sustitución isocalórica, se observaron las reduc-
ciones más fuertes de riesgo de EM en la sustitución de carbohidratos con
AAL u otros tipos de grasa con éste ácido30.
Por lo tanto, las conclusiones del estudio, respondiendo a los objetivos
planteados, son que los procedimientos terapéuticos y suplementos nutricio-
nales que incluyen AGPI Omega-3 pueden ser un objetivo prometedor para
futuros tratamientos alternativos o complementarios en la EM, ya que en
numerosos estudios se han obtenido beneficios a nivel inflamatorio en las
neuronas, siendo la mayoría de estos la reducción de los niveles de citocinas
proinflamatorias, o un aumento en la remielinización neuronal. Los marcado-
res biológicos que más utilidad parecen tener, en cuanto al estudio efectivo
del impacto del Omega-3 a nivel inflamatorio, son la metaloproteinasa-9 de
la matriz y las diferentes citocinas proinflamatorias (interleucinas), ya que
son en las que más cambian tras la administración del ácido graso. Además,
el tipo de muestra más utilizado en investigaciones clínicas sobre humanos es
la de suero sanguíneo, mientras que en modelo animal varían mucho, siendo
muy frecuentes las de tejido cerebral, médula o bazo.
En cuanto a las consecuencias fisiológicas producidas por la mejoría del
estado inflamatorio a causa del Omega-3, no hay muchos estudios que de-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


108 Irene Aroca Divisón y Alfonso Forner Juliá

muestren grandes beneficios, ya que la mayoría de ellos se centran solo en


los cambios producidos a nivel celular, y tan solo en algunos se ha podido
mostrar una cierta disminución en la discapacidad o retraso en la aparición de
los síntomas de los pacientes, por lo que en este ámbito queda aún bastante
por investigar.

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THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 95-111, ISSN: 1889-6111


RECONOCIMIENTO FACIAL DE EMOCIONES
EN EL AUTISMO Y EL FENOTIPO AMPLIADO
DEL AUTISMO

FACIAL RECOGNITION OF EMOTIONS IN AUTISM


AND THE BROAD AUTISM PHENOTYPE

María del Mar López Rodrígueza* y Fernando Cañadas Pérezb

Fechas de recepción y aceptación: 20 de diciembre de 2017, 8 de enero de 2018

Resumen
Introducción: Los trastornos del espectro autista (TEA) se caracterizan por deficiencias
en la interacción social y en la comunicación, sensibilidades sensoriales, comportamientos
repetitivos y estereotipados e intereses restringidos. Recientemente la expresión subclínicas
de rasgos autistas se ha dado a conocer como fenotipo ampliado del autismo (BAP). Estudios
de reconocimiento facial han sugerido deterioro del reconocimiento de la emoción tanto en
TEA como en BAP. El objetivo principal del presente trabajo fue llevar a cabo una revisión
de los trabajos publicados que relacione las capacidades de reconocimiento de expresiones
faciales emocionales en TEA y BAP, con respuestas psicofisiológicas y autonómicas. Para
ello se realizó una revisión bibliográfica de tipo narrativo. Los principales parámetros au-
tonómicos utilizados en el estudio de la respuesta autonómica en TEA y BAP incluyen los
niveles de cortisol, la RSA, y la conductancia de la piel (SCR y SCL). Por lo tanto, si bien el
desequilibrio autonómico en TEA queda actualmente demostrado en las investigaciones, la
reactividad autonómica en BAP y su relación con las dificultades sociales de esta población
constituye aún un campo de estudio que precisa ser abordado.
Palabras clave: trastorno del espectro autista, trastorno autístico, emociones.

a
Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina. Universidad de Almería.
*
Correspondencia: Universidad de Almería. Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina.
Edificio Ciencias de la Salud. Ctra. Sacramento s/n. La Cañada de San Urbano. Almería 04120. España.
E-mail: mlr295@ual.es
b
Departamento de Psicología. Universidad de Almería.

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114 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

Abstract
Introduction: Autism spectrum disorder (ASD) is characterised by deficiencies in social
interaction and communication, sensory awareness, repetitive and stereotyped behaviours and
restricted interests. Recently, subclinical expression of autistic traits has emerged as broad au-
tism phenotype (BAP). Studies on facial recognition have suggested deterioration of recogni-
tion of emotion both in ASD and in BAP. The main purpose of this study was to perform a
review of the published studies relating facial expression recognition ability in ASD and BAP
with psychophysiological and autonomic responses. We performed a narrative bibliographic
review. The main autonomic parameters used in the study of the autonomic response in ASD
and BAP included cortisone levels, respiratory sinus arrhythmia (RSA) and skin conductance
(SCR and SCL). Therefore, although autonomic imbalance in ASD has been currently dem-
onstrated in studies, the autonomic reactivity in BAP and its relationship to social difficulties
in this population still constitutes a field of study that needs to be addressed.
Keywords: autism spectrum disorder, autistic disorder, emotions.

Introducción

La imagen popular del autismo es la de una persona que no está interesada


en los demás, se comunica mal, se involucra en comportamientos estereotipa-
dos y no expresa emociones. Sin embargo, las personas con autismo pueden
demostrar entusiasmo, motivación, emoción o fuerte insatisfacción, aunque a
menudo estas emociones no son comprendidas por el resto de personas por-
que no están adaptadas a las normas sociales1.

Autismo y fenotipo ampliado del autismo

La diferente modulación de las emociones y su expresión parece ser más


característica del autismo que la ausencia de emoción. El autismo, aunque es
un diagnóstico amplio basado en un déficit social prescrito, está determinado
por la evaluación del comportamiento y la aplicación de criterios del Manual
Diagnóstico de los Trastornos Mentales2, y no por la investigación genética.
Como tal, es probable que abarque una amplia gama de etiologías, aunque
aún no se tiene una comprensión detallada de las relaciones entre etiología,
fisiopatología y síntomas clínicos1,3.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 115

Por tanto, los trastornos del espectro autista (TEA) se definen como una
condición compleja del neurodesarrollo caracterizada por deficiencias cuali-
tativas y dificultades en la interacción social, deficiencias en la comunicación
y retrasos en el lenguaje, sensibilidades sensoriales, comportamientos repe-
titivos y estereotipados e intereses restringidos2. Los TEA afectan a uno de
cada 166 niños4, observándose heterogeneidad en cada uno de los dominios
centrales, lo que constituye un reto no solo para el diagnóstico sino también
para la identificación de endofenotipos. Los niños con autismo presentan, por
lo tanto, una amplia gama de sintomatología, aunque las discapacidades so-
ciales han sido reconocidas como factores centrales de la naturaleza del TEA5.
Recientemente se ha apuntado a que los TEA representan el extremo su-
perior de un patrón de rasgos socioemocionales y comunicativos que se dis-
tribuyen continuamente en la población general, yendo estos rasgos autistas
de moderada a altamente heredables6, de manera que los niños donde ambos
padres puntúan alto en rasgos autistas muestran una alteración en su compor-
tamiento social. Esto apoya la visión dimensional de los TEA como fenotipos
de rasgos autistas extremos, sugiriendo los rasgos autistas como marcadores
genéticos de riesgo. En este sentido, el papel desempeñado por las influencias
genéticas en el desarrollo del TEA se ha establecido claramente en gemelos
y familiares, encontrándose una concordancia para los pares gemelos mono-
cigóticos en el rango de 60-80 % y unas estimaciones de heredabilidad supe-
riores al 90 %. El riesgo de recurrencia del hermano se estima en 6-7 % para
los TEA, lo que representa un enorme aumento en el riesgo de los hermanos
en comparación con la población general. Sin embargo, la responsabilidad
genética no solo se limita al autismo, sino que se aplica a alteraciones más
sutiles asociadas con déficits cognitivos y socioemocionales cualitativamente
similares al autismo7.
Esta expresión más suave de rasgos autistas se muestra a menudo en los
parientes de personas con TEA, y se ha dado a conocer como fenotipo am-
pliado del autismo (BAP, de las siglas en inglés Broad Autism Phenotype),
describiéndose como un grupo de características subclínicas asociadas con el
TEA. Por tanto, los modelos atípicos de comunicación social y los patrones
de conducta restringidos y repetitivos, presentes en el TEA, ahora se concep-
tualizan como variables que van desde niveles subclínicos a clínicos, siendo
más prevalentes en los miembros de la familia de primer grado de individuos

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


116 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

con TEA8. De este modo, las habilidades sociales subordinadas y los ras-
gos de comunicación y de personalidad inusuales se creen manifestaciones
leves de rasgos autistas que son observadas con frecuencia entre familiares
de personas con TEA debido a su alta heredabilidad9. En general, las tasas de
prevalencia de BAP informan que entre el 20 y el 50 % de los miembros de la
familia de un individuo con TEA posee al menos una característica de BAP10.
El estudio del BAP proporciona una oportunidad poderosa para investigar
la neurobiología y la cognición en TEA, ya que permite el estudio de carac-
terísticas más suaves no necesariamente asociadas con deterioro y la desa-
gregación de los componentes constitutivos del síndrome completo, como
el examen del funcionamiento social de forma aislada. Además, a menudo
el BAP presenta menor comorbilidad y mayor coeficiente intelectual que en
TEA, y proporciona información sobre las contribuciones de los componen-
tes a los mecanismos patogénicos del autismo11. El estudio de Yucel et al.11
estableció como característica del BAP la personalidad distante, que resulta
más suave pero cualitativamente similar a la conducta social del TEA12. Esta
investigación reveló que los padres de niños autistas con rasgos BAP (BAP+)
muestran deficiencias en el procesamiento facial y otras características de
cognición social similares a las observadas en personas con TEA12,13, por lo
que parece probable que el examen neural de la cognición social en sujetos
BAP+ y BAP– (padres de niños autistas sin rasgos BAP) sobre la base de la
presencia o ausencia de “personalidad distante” puede ser útil en la identifi-
cación de endofenotipos genéticamente significativos.
La orientación social, conceptualizada como la tendencia de los seres hu-
manos a preferir y escoger regularmente prestar atención a aspectos sociales,
comienza en la infancia. Aunque los niños con autismo demuestran una orien-
tación social alterada, la capacidad de discriminar las expresiones emociona-
les es una parte esencial de las interacciones cotidianas, desempeñando un
papel importante en su funcionamiento social5,14,15.

Comprensión de emociones

Como se ha señalado anteriormente, la comprensión del estado afectivo de


los demás es crucial para la adecuada adaptación a las situaciones sociales y

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 117

el desarrollo de las relaciones. Debido a ello, el procesamiento de la expre-


sión facial y su correcta interpretación parecen esenciales para el desarrollo
de la cognición social y una comunicación e interacción social fluida16. La
comprensión de las emociones permite, además, reconocer las intenciones
de los demás y fomenta respuestas apropiadas, de acercamiento o retirada.
Así, la capacidad de reconocer y etiquetar las emociones predice la compe-
tencia social en niños y la mala interpretación de las señales emocionales o
el fracaso en su percepción pueden impedir el desarrollo de la competencia y
el ajuste social14. Una propuesta de cómo se desarrolla este proceso en niños
con desarrollo típico (DT) es que estos construyen sus prototipos básicos de
emoción y perfeccionan sus representaciones de las expresiones típicas, lo
que finalmente les permite identificar expresiones menos intensas17. Según
esto, los niños inicialmente agrupan las emociones por valencia positiva y
negativa. Así, los bebés de seis meses pueden asociar la etiqueta “feliz” a
las expresiones faciales, y a los tres años pueden asociarla con información
situacional. Sin embargo, incluso en la infancia tardía la felicidad puede ser
confundida con otras emociones positivas en intensidades bajas. Por el con-
trario, los niños no comienzan a asociar la etiqueta “enojado” hasta los 3 años,
agregando, a través de la maduración, etiquetas adicionales, como la de “re-
pugnancia”. Los límites de estas categorías se refinan pasando de categorías
basadas en valencia positiva o negativa a categorías discreto-emocionales,
como “enojado” o “triste”18.
El deterioro del reconocimiento de las expresiones emocionales podría,
por tanto, causar problemas en las habilidades sociales que requieren una
comunicación eficaz y conducir a dificultades en la cognición social19 y en
el reconocimiento de emociones en TEA20,21,22. La mayoría de los estudios de
procesamiento de la expresión facial en TEA han informado de deterioro del
reconocimiento de la emoción23, por lo que el déficit en la interacción social
relacionado con dificultades de procesamiento y reconocimiento de emocio-
nes faciales (FER) forma parte de los criterios diagnósticos del TEA. Estas
dificultades en expresiones faciales menos intensas pueden estar relacionadas
con el fracaso en el desarrollo de prototipos suficientemente finos y con el
hecho de que muestren menos expresiones, o parezcan relativamente poco
afectados por las expresiones de otras personas. En esta línea, se ha inves-
tigado el reconocimiento de emociones, hasta llegar a establecer el déficit

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


118 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

asociado con el FER en el TEA24,25, aunque los resultados han sido variables.
Al intentar dar sentido a la esta variabilidad, muchos han tratado de abordar
la importancia de las características de los participantes, a saber, la capacidad
cognitiva, la edad y el contexto24,26. Dos metaanálisis recientes sugieren que el
coeficiente intelectual no contribuye al desempeño en las tareas de reconoci-
miento de emociones25,27, mientras que la magnitud del déficit aumenta con la
edad, de tal manera que los adultos muestran deficiencias más pronunciadas
que niños o adolescentes. También se han hecho esfuerzos para explorar si los
resultados pueden variar de acuerdo con el diagnóstico de TEA no siempre
confirmado por método estandarizado, o debido a las diferencias en las tareas
experimentales, donde podría influir la utilización de fotografías o vídeos,
o el tipo de emociones presentadas14. Así mismo, la presentación lenta de
vídeos podría permitir identificar las emociones más fácilmente, ya que los
niños con TEA pueden necesitar más tiempo para procesar las expresiones
faciales14. A pesar de esta heterogeneidad en los estudios, los resultados en
general sugieren deterioros en el reconocimiento de la emoción de los indivi-
duos con TEA27.
La mayoría de los estudios de clasificación de emociones en TEA incluye
individuos de elevada función intelectual (HFA), observándose en ellos una
clasificación intacta para las expresiones faciales de alta intensidad y para ex-
presiones básicas21, pero con mayor deterioro para expresiones menos inten-
sas y más complejas, normalmente negativas28,29. Por su parte, personas con
TEA de bajo funcionamiento (LFA) muestran déficit en el reconocimiento
de expresiones faciales básicas, lo que sugiere que la responsividad emocio-
nal y el reconocimiento en TEA aumentan con la capacidad cognitiva30. Sin
embargo, otras investigaciones17, 28, al evaluar la clasificación de expresiones
menos intensas en LFA, mostraron que estas personas pueden clasificar las
expresiones felices en diferentes intensidades, aunque experimentan dificul-
tades con expresiones enojadas menos intensas, lo cual continúa presente al
compararlo con los controles emparejados en edad mental o cronológica, lo
que sugiere que las diferencias en los límites de las categorías emocionales
en TEA se relacionan con los propios rasgos del TEA y no con el coeficiente
intelectual. Esto apunta a un patrón diferente en la formación de prototipos
de emoción y a la categorización atípica de los conceptos emocionales que
puede causar dificultades en la integración de múltiples señales emocionales

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 119

(faciales, situacionales, auditivas) y expresiones menos intensas. En general,


los niños con TEA desarrollan representaciones mentales atípicas de las ex-
presiones faciales y su clasificación de la expresión va más allá de dificulta-
des de etiquetado26.
Se ha observado que déficits relativamente estrechos en la niñez se am-
plían a déficits más globales en la edad adulta joven26,31. De este modo, mien-
tras que los reconocimientos enojado y feliz parecen estar relativamente con-
servados para niños con TEA, muestras de mayor edad presentan déficits en
la identificación de la ira. Así, aunque en muestras jóvenes el reconocimiento
de expresiones de felicidad parece estar preservado, la ira y otras emociones
negativas presentan desafíos mayores con la edad, encontrando los estudios
centrados en adultos déficits más globales con menor precisión en todas las
emociones32, y particularmente en emociones negativas (ira, miedo y triste-
za)33. Además, los adultos con TEA muestran una sensibilidad reducida a la
intensidad34 y son más propensos a seguir un patrón particular de errores32.
En resumen, ante variaciones de intensidad, los individuos con TEA muestran
desafíos mayores en el reconocimiento de la emoción con la edad, emergien-
do déficits en el reconocimiento de la felicidad y permaneciendo en emocio-
nes negativas.
En el BAP, los aspectos socioemocionales han sido poco investigados. A
pesar de ello, la mayor puntuación de padres de niños con TEA en alexitimia,
y en el coeficiente de autismo para la comunicación y las habilidades socia-
les8, así como una orientación visual más lenta a las señales sociales35, han
señalado el deterioro social como un rasgo característico del BAP. 
Hasta hoy son escasos los estudios de reconocimiento de las expresiones
faciales o el aprendizaje emocional en el BAP19,36. Palermo et al.19 informó
de que, al identificar patrones faciales esquemáticos de emociones básicas, el
rendimiento de los padres de personas con TEA fue inferior a los controles,
siendo el desempeño de los padres menor que el de las madres en el recono-
cimiento de la tristeza y el asco. Del mismo modo, se informó de que el ren-
dimiento de los padres y hermanos de niños con TEA en una prueba de FER
fue significativamente menor en comparación con los controles33. Wallace et
al.33 indicaron que el rendimiento de los familiares de sujetos con TEA fue
significativamente menor en la identificación de miedo y disgusto en com-
paración con los controles. A pesar de esto, algunos estudios no encontraron

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


120 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

diferencias significativas entre los familiares de los individuos con TEA y


controles, en el FER19,36.
En el estudio de Kadak et al.37, después de excluir el autismo infantil, no
se encontraron diferencias en las habilidades sociales, la comunicación y el
coeficiente de autismo entre padres de niños con TEA y controles, apuntando
a que la gravedad del autismo se correlaciona con las características de BAP
en los familiares. Se sugiere, por tanto, que los padres de niños con TEA no
tienen déficits de FER, aparte de posibles dificultades en situaciones sutiles
como expresiones ambiguas. Sin embargo, comparando características BAP
específicas entre hombres y mujeres, los varones tuvieron más dificultades en
la comunicación que las mujeres. Por otra parte, las madres tenían puntuacio-
nes más altas en la atención al detalle. A pesar de esto, también encontramos
diferencias de género en una población normal35. El estudio de Kadak37 apun-
ta a que los padres tenían significativamente más dificultad para identificar
expresiones neutras y sorprendidas, lo que sugiere alteraciones del reconoci-
miento de las expresiones ambiguas. No obstante, los resultados no mostra-
ron diferencias significativas con los controles en términos de precisión en
el reconocimiento de expresiones de sorpresa y neutras, cuando la edad y el
coeficiente de autismo se analizaron como covariables. Los hallazgos sugie-
ren que los padres de niños con TEA podrían tener problemas para reconocer
expresiones neutras o ambiguas como sus hijos, pudiendo estar relacionado
con las bases genéticas del autismo37.

Bases biológicas de la percepción de expresiones faciales emocionales:


teoría de la amígdala

A pesar de las inconsistencias, los datos sostienen la disfuncionalidad de


la amígdala y las estructuras de FG en TEA, aunque no parecen surgir de una
simple ausencia de función, como resultaría de una lesión. Más bien, puede
haber disfunción en subpoblaciones neuronales específicas en amígdala y FG,
por lo que la mejor manera de entender la patología es la función anormal
de todo un circuito38 y su conectividad39, especialmente el circuito de proce-
samiento facial y emocional que incluye amígdala y FG40. En este sentido,
Koshino et al.38 informaron de una menor conectividad funcional en adultos

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 121

con HFA entre las zonas fusiforme y frontal, así como una menor activación
de áreas prefrontales, y anomalías de activación en la amígdala a los eventos
implicados en el procesamiento del miedo en particular41.
La teoría de la amígdala del autismo plantea que las disfunciones de este
sistema subcortical desempeñan un papel central en la patogénesis de los dé-
ficits socioemocionales en el TEA22. Las respuestas anormales de la amígdala
en una etapa temprana del desarrollo neurológico pueden fallar y desarrollar
un sesgo innato en las caras42, lo que tendría como consecuencia no desarro-
llar experiencia para los rostros porque su amígdala disfuncional no etiqueta
las caras como emocionalmente salientes, y por lo tanto no amplifican su
atención a este tipo de estímulo, proporcionando los déficits de reciprocidad
social42. De hecho, la falta de interés en las caras es evidente en los primeros
seis meses de vida en los TEA, y es uno de los mejores predictores de diag-
nóstico posterior. Debido a todo esto, el FER se ha convertido en una fun-
ción neurocognitiva frecuentemente estudiada a través del comportamiento
en TEA, encontrándose trastornos en la percepción facial desde un desarrollo
muy temprano y observándose que estos déficits son más pronunciados du-
rante tareas complejas o con un componente emocional3.
En cuanto a la activación cerebral durante el FER en BAP, encontramos
las mismas deficiencias específicas que en TEA. Kaiser et al.43 encontraron
anomalías en los circuitos neurales en sujetos autistas y sus hermanos, lo que
sugiere cambios compensatorios en otras regiones del cerebro que pueden
alterar el riesgo. Por su parte, el estudio de Yucel et al.11, que clasificó a los
padres de hijos con TEA como personalidad distante (BAP+) o no distante
(BAP–), encontró mayor activación en amígdala y FG en los padres de hijos
con TEA que en los controles, mientras que los subgrupos BAP+ y BAP– no
difirieron entre sí, por lo que las diferencias de activación en estas regiones
parecen estar asociadas al estado familiar en lugar de al comportamiento. Por
otro lado, se encontró hiperactivación de las regiones LOC asociadas solo con
el grupo BAP+. Esto sugiere una disociación entre el papel de la amígdala y
el FG y LOC en la aparición del BAP. Aunque la activación de amígdala y FG
parece distinguir a los padres de niños con TEA de los controles, la activación
aberrante de LOC parece estar exclusivamente asociada con BAP+, lo que
concuerda con datos de agregación familiar del BAP12 y sugiere que, aunque
las anomalías de los circuitos neuronales en amígdala y FG son necesarias

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


122 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

para la aparición del BAP y TEA, no son suficientes para dar lugar a un com-
portamiento autista. Por lo tanto, al menos en el dominio del comportamiento
social, un factor adicional, más allá de la presencia de una anomalía en FG
y amígdala, ha de estar presente para dar lugar a los cambios de comporta-
miento. Estos resultados son consistentes en el papel de la amígdala y FG
en el procesamiento anormal de caras. Además proporcionan soporte para el
papel central de estas estructuras en los déficits cognitivos sociales en el TEA.
Así mismo, revelan una disociación similar en otras regiones críticas para la
cognición social: el LOC y la ínsula. La mayor activación de la amígdala en
los padres BAP es también compatible con la hiperactivación de la amígdala
y reducción de la habituación observada en TEA en respuesta a estímulos
socialmente relevantes. La mayor activación en LOC, solo en BAP+, es una
observación novedosa y sugiere la posibilidad de un papel único para el LOC
en la integración y comunicación de la información emocional social, y/o una
activación “compensatoria” aberrante de estas regiones en los padres BAP+.
La hiperactivación de las regiones occipitales laterales por señales sociales
en sujetos con TEA puede reflejar una mayor atribución de la saliencia a es-
tos estímulos y un mayor reclutamiento de regiones occipitales que de otra
manera serían usadas para procesar información de objetos no sociales. En
resumen, la hiperactivación aberrante de la LOC observada en los padres con
BAP puede estar asociada con el déficit de comportamiento social en el au-
tismo11.
Basándonos en lo anteriormente expuesto, el objetivo principal del pre-
sente trabajo fue llevar a cabo una revisión de los trabajos publicados que
relacionen las capacidades de reconocimiento de expresiones faciales emo-
cionales en TEA y BAP con respuestas psicofisiológicas y autonómicas. Para
ello, se revisaron los resultados relacionados con el reconocimiento de emo-
ciones a nivel de respuestas del sistema nervioso autónomo, describiendo los
principales parámetros autonómicos utilizados en estas poblaciones.

Metodología

Se realizó una revisión bibliográfica de tipo narrativo mediante el examen


de revisiones sistemáticas y ensayos clínicos referentes al estudio de emocio-

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Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 123

nes en TEA y BAP, entre los meses de mayo y junio de 2017. Las bases de
datos consultadas de Ciencias de la Salud fueron CINAHL y Medline, o bien
a través de referencias presentes en artículos.
Se incluyeron para la revisión aquellos estudios en español e inglés publi-
cados en revistas de impacto científico a partir del año 2007, con la excepción
de aquellos estudios que resultaran importantes para el desarrollo de los re-
sultados con independencia de su año de publicación. Se excluyeron aquellos
artículos no relacionados con el objetivo del presente estudio.
Las palabras clave utilizadas fueron: Autism Spectrum Disorder, Autono-
mic Nervous System, emotions, facial emotion recognition.

Resultados/Discusión

Como se ha señalado con anterioridad, los TEA se han asociado con alte-
raciones en la amígdala, la corteza cingulada anterior y la ínsula, estructuras
que desempeñan un papel clave en la modulación de la respuesta del sistema
nervioso autónomo (SNA). La amígdala también desempeña un papel central
en la regulación emocional, la excitación, las respuestas somáticas y la modu-
lación de la respuesta de sobresalto o la detección de amenazas al organismo.
Además, recibe la entrada sensorial de estructuras cerebrales adyacentes e
interactúa con áreas del sistema motor que proporcionan tipos específicos de
respuesta emocional, incluyendo el sistema nervioso simpático (SNS), res-
ponsable de reacciones de lucha/huida (reducción de las secreciones diges-
tivas, aumento de la frecuencia cardiaca (FC) y contratación vascular), y el
sistema nervioso parasimpático (SNP)3.
Debido a que las disfunciones en la amígdala, el FG y el STS pueden estar
relacionadas con déficit de procesamiento emocional y regulación vagal de-
primida en individuos con TEA, las nociones clásicas proponen una combi-
nación de cambios conductuales y fisiológicos (FC, actividad electrodérmica,
tasa de respiración) en respuesta a estímulos ambientales nuevos o significa-
tivos, incluyendo estímulos socialmente relevantes. Así, las expresiones emo-
cionales faciales influyen en las respuestas autonómicas durante los desafíos
dinámicos de la interacción social, por lo que una forma de considerar el
procesamiento emocional social es medir la actividad en el SNA14.

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124 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

Según Darwin, las expresiones faciales emocionales son evolucionadas y


adaptables, y poseen una función comunicativa crucial. Además, las expre-
siones emocionales están controladas por una comunicación neural bidirec-
cional entre corazón y cerebro a través del nervio vago. Este nervio craneal
resulta clave en el SNP. Comprende fibras aferentes somáticas y viscerales,
así como fibras eferentes viscerales generales y especiales. Esta intuición fue
desarrollada posteriormente por Porges, quien describe la conexión entre las
cualidades del comportamiento social y el estado fisiológico en su teoría po-
livagal44.
La teoría polivagal proporciona un marco para interpretar las respuestas
fisiológicas ante desafíos y postula un sistema neural específico de participa-
ción social, basando sus observaciones en circuitos neuronales identificables
que evolucionaron para controlar las respuestas humanas al medio ambiente.
A través de la interacción con órganos sensores internos y externos, nues-
tro sistema nervioso activaría el circuito más adecuado para cada situación,
dependiendo de la seguridad o el peligro. Esta teoría describe tres circui-
tos neuronales organizados jerárquicamente para regular el SNA y fomentar
distintas estrategias conductuales, y propone el nervio vago como regulador
del comportamiento emocional y social. Según la teoría polivagal, dos ramas
distintas del vago cumplen diferentes respuestas evolutivas en los mamíferos.
Mientras que la rama más primitiva (vago vegetativo) provocaría comporta-
mientos de inmovilización, simulando la muerte, la rama más evolucionada
(vago mielinizado o inteligente) estaría relacionada con la comunicación so-
cial y los comportamientos self-shooting44. Después de orientarse a un congé-
nito, los mamíferos deben participar en la afiliación social, o iniciar la huida.
La primera requiere atención sostenida, acompañada de una desaceleración
de la FC. El sistema de intervención social incluye el vago mielinizado como
un componente autonómico para complementar el componente somatomotor
(la regulación neural de los músculos estriados de la cara y la cabeza). Ante
una situación segura se activaría un circuito que regularía el cuerpo a través
de vías nerviosas mielinizadas con una FC baja, inhibiendo los mecanismos
amigdalares de lucha/huida en el SNS y el sistema de respuesta al estrés.
Por el contrario, la lucha/huida se caracteriza por la rabia y el pánico, res-
pectivamente, que están asociados con una retirada vagal casi completa, lo
que facilita el aumento del gasto cardiaco por el SNS. Por lo tanto, el vago

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 125

inteligente se inhibe cuando la atención sostenida y el compromiso social son


adaptativos, retirando esta inhibición cuando precisa, para facilitar la movili-
zación y las respuestas de lucha/huida. Además, el vago inhibe las influencias
simpáticas al corazón y reduce la actividad del eje hipotalámico de la adrenal
pituitaria (HPA). Por tanto, la interacción social óptima, que incluye el FER,
es modulada por el nervio vago.
Como ya se ha señalado, la organización funcional del SNA es jerárquica.
Por lo tanto, si los comportamientos afiliativos sociales vagalmente mediados
son ineficaces para hacer frente a un estímulo, las estrategias de respuesta
cambian a los comportamientos de lucha/huida, mediados por el vago inte-
ligente. Si dicha respuesta también falla, se inician los comportamientos de
inmovilización, mediados por el vago vegetativo. Por otro lado, la regulación
emocional y la afiliación social se consideran propiedades emergentes de las
funciones del vago inteligente, que suprime las fuertes reacciones emocio-
nales que caracterizan la respuesta de lucha/huida, un requisito previo para
la aparición de un comportamiento social complejo. La organización jerár-
quica del SNA, junto con los efectos moduladores del vago inteligente en la
respuesta de lucha/huida, sugiere que las deficiencias funcionales del vago
inteligente deberían colocar a los individuos en riesgo de labilidad emocional,
mientras que las medidas basales más altas de la actividad vagalmielinizada
se han relacionado con rasgos adaptativos. Sin embargo, puede ser que una
evaluación maladaptativa del riesgo, en la forma de la cara de un desconoci-
do, conduzca a una menor inhibición temporal de la amígdala y, por lo tanto,
a una sobreactivación del sistema de lucha/huida. En contraposición, puede
ser que en las personas sin autismo la percepción de un rostro desconocido
conduzca a la activación temporal, lo que inhibe la activación de la amígdala
de las estrategias de lucha y huida, lo que permite comportamientos de com-
promiso social5.
Debido a la función del SNA estrechamente vinculada a la conducta, cog-
nición y procesamiento de emociones y a la ansiedad social y los problemas
de regulación de la excitación observados en individuos autistas, junto con
su baja actividad parasimpática en respuesta a las emociones5,45, se ha suge-
rido una asociación entre los síntomas de TEA y la desregulación del SNA.
Por tanto, los comportamientos autistas se asocian con la hiperactividad del
SNS, y al mismo tiempo a una actividad parasimpática crónicamente baja,

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


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una modulación del SNP alterada y una FC alta y estable, registrando patrones
atípicos de excitación simpática en respuesta a estímulos visuales sociales o
no sociales3. Las respuestas autonómicas se encontrarían así interrumpidas en
los TEA14. A pesar de esta evidencia inicial de la desregulación del SNA en los
TEA, la amplia variabilidad en las muestras, métodos y medidas ha producido
hallazgos inconsistentes de la literatura46. En un estudio reciente47 se concluye
que la estimulación en línea del nervio vago mejora el reconocimiento de las
emociones, lo que proporciona evidencia directa de su papel. Dada la asocia-
ción entre SNA, sistema nervioso central y dominios de comportamiento, las
alteraciones en el SNA podrían servir como marcadores no invasivos y de bajo
coste para los déficits y comorbilidades asociadas con TEA, constituyendo
un medio para investigar la atención y significado emocional a los estímulos
sociales (incluyendo caras emocionales) en los TEA.
En resumen, estudios previos han sugerido que las respuestas atípicas de
comportamiento ante estímulos sociales en TEA podrían explicarse por un
desequilibrio autonómico48,49 ya sea por hiperexcitación14 o hipoexcitación49.
Por un lado, se sugiere que los individuos con TEA se encuentran en un esta-
do autonómico “elevado”, con un SNA en alerta14 en el que la persona puede
fallar al habituarse a los estímulos sociales50, y, por otro lado, se plantea la
hipótesis de que los individuos con TEA experimentan menos excitación o
recompensa al asistir a estímulos sociales en su entorno30, lo que podría inter-
ferir con la fijación de la recompensa positiva a los estímulos sociales, obsta-
culizando el aprendizaje social49. Al analizar los índices de excitación autoin-
formados para estímulos con contenido social y no social, se han observado
diferencias30. Además, las personas con TEA han mostrado niveles inferiores
de excitación subjetiva frente a imágenes neutrales que los individuos DT, y
para imágenes tristes representadas exclusivamente por situaciones sociales,
lo que sugiere que los índices de excitación podrían haber sido influenciados
por el contenido social de los estímulos51. Al analizar las respuestas autóno-
mas, los individuos con TEA muestran niveles atípicos de excitación ante
estímulos sociales. Sin embargo, al plantear la hiper o hipoexcitación, los
resultados son mixtos, siendo importante determinar qué aspectos del entorno
desencadenan esta respuesta autónoma atípica en individuos con TEA.
En primer lugar, el contenido social de los estímulos varía entre los es-
tudios (estímulos sociales y no sociales, o solo estímulos sociales –caras–),

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Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 127

encontrando niveles de excitación más bajos para individuos con TEA en


estímulos sociales52. Sin embargo, los resultados se mezclan para los estudios
que incluyen solo estímulos sociales con grado variable de relevancia social,
encontrando48 o no53 mayores niveles de excitación para estímulos sociales
relevantes en TEA.
En segundo lugar, el contenido afectivo de los estímulos parece influir en
el nivel del SNA, ya que aunque se ha indicado que estímulos con contenido
afectivo (carácter agradable o desagradable) se asocian con niveles más altos
de excitación en individuos con DT, esta respuesta no siempre se muestra en
individuos con TEA30,51,52. El hecho de que algunos estudios se centren en el
contenido social o afectivo de los estímulos dificulta la determinación de si
el contenido social, el contenido afectivo o ambos desencadenan respuestas
autonómicas. En general, para individuos con y sin TEA, las respuestas au-
tonómicas son influenciadas por el contenido social y afectivo (el carácter
agradable o desagradable) de las imágenes, influyendo en los niveles de ex-
citación subjetiva y autonómica. Mathersul et al.30 reportaron niveles más
altos de excitación de las imágenes sociales frente a no sociales, mientras
que Louwerse et al.54 subrayan que las respuestas autonómicas ante estímulos
sociales y afectivos dependen del contenido social y afectivo del estímulo, sin
encontrar diferencias en las respuestas autonómicas entre adolescentes con
HFA y con DT.
En cuanto al BAP, no encontramos estudios que midan respuestas fisioló-
gicas de tipo autónomo. Tan solo el estudio de Miu et al.7 hace referencia a
una posible compensación neural por un funcionamiento atípico asociado al
reconocimiento del miedo, a través del estudio de la conductancia de la piel.
Los resultados de dicho estudio indican que el condicionamiento al miedo
está influenciado por rasgos autistas y aportan evidencia de que el BAP influ-
ye en el FER y en el aprendizaje social del miedo, contribuyendo a la visión
del TEA como extremo patológico de un fenotipo que se distribuye de forma
continua en la población.
Por lo tanto, aunque a partir del desarrollo de la teoría de polivagal han
sido varios los estudios que han utilizado parámetros de funcionamiento au-
tonómico para la medición de la respuesta ante expresiones faciales de emo-
ciones en muestras con TEA, son escasos los estudios que abordan el FER
en personas con BAP a través de parámetros de funcionamiento autonómico.

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128 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

A continuación, se describen los principales parámetros de funcionamien-


to autonómico para la medición de la respuesta ante expresiones faciales en
TEA y BAP.

Cortisol

El funcionamiento de la corteza adrenal y la secreción de cortisol parecen


integrarse en la función del SNA al aumentar la activación simpática y las
ecolaminas. Estos efectos sugieren que, de acuerdo con la teoría de polivagal,
la secreción de cortisol puede estar relacionada con el mantenimiento de la
inmovilización (es decir, la conversión de noradrenalina) en la recuperación
de la acumulación de lactato que puede contribuir a una deuda de oxígeno
funcional (es decir, gluconeogénesis). La actividad vagal se ha relacionado
así con la función de la corteza adrenal, encargada de producir el cortisol.
Así mismo, se ha sugerido que los receptores subdiafragmáticos tienen una
influencia inhibidora sobre el eje HPA, reduciendo la secreción de cortisol,
y una covariación entre los incrementos en el cortisol y la disminución del
tono vagal cardiaco. De forma similar, se ha informado de que los factores
de estrés psicológicos que reducen el tono vagal cardiaco aumentan el nivel
de plasma del cortisol. Por lo tanto, parece haber una respuesta coordinada
que funcione para promover la actividad metabólica para apoyar comporta-
mientos de movilización mediante la retirada del “freno” vagal y la activación
tanto del SNP como de dicho eje, siendo el cortisol salival, por tanto, un indi-
cador de la activación del eje HPA que responde a desafíos sociales55.
A pesar de lo anterior, en el estudio de Järvinen55, el cortisol salival no fue
paralelo a los cambios en la actividad o la función cardiaca en niños, no pro-
duciéndose cambios en el cortisol durante el desafío social.

Arritmia sinusal respiratoria y mediciones cardiacas

La arritmia sinusal respiratoria (RSA) se ha definido como el componente


de la variabilidad de la FC superior a 15 Hz, y su disminución se ha asociado

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Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 129

con dificultades en el comportamiento social, disminución de las capacidades


lingüísticas e internalización de los síntomas46.
Cuando se libera el freno vagal, el ritmo cardiaco aumenta. Mediante la
cuantificación de la amplitud cambiante de la RSA se puede estimar un índi-
ce de la influencia dinámica del vago mielinizado sobre el corazón. Así, un
reto social reclutaría un circuito neuronal para apoyar el compromiso social,
aumentando la RSA, mientras que un reto físico reclutaría un circuito neural
para favorecer la movilización mediante la disminución de la RSA. Ambos
circuitos neuronales están relacionados con el sistema simpático-suprarrenal,
ya que el circuito neural que apoya los comportamientos de compromiso so-
cial suprime su actividad, mientras que el circuito neural que apoya la movi-
lización la aumenta, registrándose elevación de la FC, disminución de la RSA
y aumento de los glucocorticoides, como el cortisol. La RSA, por tanto, es un
índice del funcionamiento del freno vagal, derivado del latido cardiaco. Dado
que las fibras eferentes mielinizadas tienen un ritmo respiratorio, el impacto
funcional de la transmisión neural a través de estas fibras vagales puede eva-
luarse dinámicamente mediante la amplitud de la RSA55.
En el estudio de Kushki et al.46 el grupo con TEA aumentó la reactividad
de la RSA en la tarea de cognición social, correlacionándose este dato posi-
tivamente con el cociente intelectual. Por su parte, Van Hecke et al.5 infor-
maron de niveles significativamente más bajos de RSA en TEA que en DT.
Sin embargo, los resultados de la literatura sobre este tema son divergentes
debido a diferencias metodológicas, cambios relacionados con la edad y otras
variables de confusión (ansiedad, atención, nivel de intervención recibido) en
la muestra, o por las condiciones de la tarea.
En el estudio de Porges et al.44 la RSA basal y el periodo cardiaco fueron
significativamente más bajos en el grupo con TEA. En general, los estudios
reportan hallazgos consistentes con un sistema de compromiso social amorti-
guado, con una amplitud de RSA menor en las muestras de TEA5,14. Por otro
lado, una mayor amplitud de la RSA se asocia con un mejor comportamiento
social y empatía5,14, y se propone la RSA como un indicador de la función en
TEA. En este sentido, la supresión de la RSA durante las tareas que exigen
atención se ha usado con frecuencia como un índice psicofisiológico de es-
fuerzo mental y atención sostenida. Por lo tanto, el retiro transitorio del freno

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


130 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

vagal durante tareas de atención sostenida puede representar una respuesta de


precaución adaptativa preparando al individuo para movilizarse44.
En general, los paradigmas experimentales han contrastado la RSA du-
rante la línea de base con RSA durante las tareas específicas para provocar la
respuesta afectiva o atencional. Durante la atención sostenida hay una mar-
cada retirada del tono vagal a la periferia. Según la teoría polivagal, la dismi-
nución de la RSA y los aumentos de la FC reflejan el apoyo autonómico a la
movilización y el fuerte efecto negativo, como los reportados durante el dolor
y la frustración56. En la infancia, cuando el control cortical de la regulación
conductual permanece inmaduro, el compromiso conductual y el desacopla-
miento dependen del control autonómico y varían con la activación y desac-
tivación del freno vagal, observándose cambios paralelos en la amplitud de la
RSA y el comportamiento de compromiso social. La RSA disminuye con las
manifestaciones de afecto negativo durante contextos estresantes, donde la
inhibición del freno vagal (disminución de la RSA y aumento de la FC) apoya
una respuesta de movilización o de estrés. En cambio, los niveles observados
durante la interacción social resultan similares a los observados durante esta-
dos mentales neutrales56.
En el estudio de Bazhenova56, los infantes fueron asignados a un grupo de
regulación vagal pobre o eficiente. Los bebés con regulación vagal eficiente
inhibieron el freno vagal durante la condición de “cara fija” y desinhibieron
el freno vagal durante la condición de interacción social. Como se indica en
la teoría de polivagal, la recuperación rápida de la RSA crea un estado fisio-
lógico que calma asociada con el compromiso positivo, ya que, a nivel del
corazón, las influencias simpáticas son atenuadas por el sistema vagal. En los
bebés que son reguladores vagales pobres, las influencias simpáticas al cora-
zón permanecen sin control y el afecto negativo no disminuirá, no se apoyará
el compromiso positivo y el comportamiento será menos organizado. Por otra
parte, la inhibición y la desinhibición del freno vagal indican el estado neuro-
fisiológico básico requerido para acoplarse o desenganchar con el ambiente.
Sobre esta base, se propone que durante la infancia la respuesta bidireccional
de la RSA no solo puede indicar los cambios en el estado autonómico, sino
también reflejar un aspecto emocional de compromiso positivo. Así, duran-
te el enganchamiento positivo puede haber un proceso afectivo convergente
asociado con el placer, la curiosidad y el interés. Si es así, asumiríamos que la

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Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 131

RSA aumentaría durante las tareas que provocan sentimientos, y varía de un


contexto experimental a otro, dependiendo de la experiencia afectiva del indi-
viduo. Esto puede ser cierto no solo para niños, sino también para adultos. En
resumen, la RSA de alta amplitud indica fuerte influencia neural al corazón a
través del vago, lo que atenúa las influencias simpáticas, por lo que en indi-
viduos con regulación vagal deficiente, las influencias simpáticas al corazón
permanecerán sin control, por lo que no se promoverá un estado fisiológico
calmado, dificultándose el compromiso positivo. Una mejor regulación de la
RSA se relaciona así con un mejor compromiso social56 y menos problemas
de comportamiento en TEA5.
Para investigar objetivamente la reciprocidad socioemocional en indivi-
duos con TEA se utilizan marcadores fisiológicos como la elevación de la FC
basal, disminución del tono vagal de referencia y respuesta del ritmo cardiaco
amortiguado a los retos psicosociales. El periodo cardiaco está influenciado
por el SNA y en ocasiones se ha utilizado como medida general de la función
cardiaca y de los procesos metabólicos, en lugar de la FC, ya que la duración
entre los latidos cardiacos secuenciales aumenta con influencias vagales al
marcapasos cardiaco57.
La FC también se utiliza como indicador de la actividad autonómica, siendo
la resultante de la actividad combinada de las ramas simpática y parasimpáti-
ca del SNA. En general, los estudios que han investigado las respuestas de FC
a estímulos sociales en el TEA14,51,30 han informado de hiperactivación14,44-46,
pudiendo estar asociada con la comorbilidad entre ansiedad y TEA, una ca-
racterística de TEA en sí misma o ambas. Así, Ming et al.45demostraron que
los niños con TEA tenían un tono vagal cardiaco menor que los controles, no
expresando una “respuesta orientadora” autónoma (disminución de la FC) o
una “respuesta de aversión” (aumento de la FC) al experimentar dificultades,
lo que se relacionaría con la variabilidad de la FC en reposo, asociada positi-
vamente con el rendimiento en la prueba de “leer la mente en los ojos”22. Así,
en el estudio de Bazhenova et al.56 los lactantes con una FC más alta estabili-
zaron la FC (es decir, disminuyó su variabilidad) durante estados sostenidos
de atención que fueron despertados por la simple presentación de señales
auditivas o visuales.
Normalmente se ha utilizado la respuesta de FC media durante el estí-
mulo en relación con la línea base, sin tener en cuenta el patrón trifásico de

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132 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

la respuesta cardiaca, que es una respuesta clásica de FC a imágenes que


consiste en una desaceleración inicial (respuesta de orientación mediada por
procesos parasimpáticos), y una segunda de aceleración (respuesta defensiva,
relacionada principalmente con la excitación simpática). La desaceleración
cardiaca evocada (ECD) ocurre como una respuesta inicial a la presentación
del estímulo, independientemente de la novedad, intensidad o repetición, y se
sugiere que refleje el registro o detección temprana del estímulo. Mathersul et
al.30 reportó una mayor respuesta de desaceleración de la FC para estímulos
agradables y desagradables en comparación con estímulos neutrales en indi-
viduos con TEA, a diferencia del grupo de DT.
Como se ha señalado, estudios con niños con TEA obtienen así una RSA
de amplitud significativamente más baja y una FC más rápida que los niños
con DT en la línea base, lo que sugiere una menor regulación global vagal de
la FC5,14,45. A su vez, un estado fisiológico “elevado” puede influir en el de­
sem­peño del reconocimiento emocional, ya que los individuos con ansiedad
pueden mostrar una sensibilidad superior o inferior a ciertas expresiones de
emociones. El estudio de Bal et al.14 concluye que los niños con TEA mos-
traron menos regulación vagal del corazón, lo que pudo estar contribuyendo
a sus problemas de comportamiento. Por su parte, los niños con TEA con
regulación vagal más típica del corazón reconocieron las emociones más rá-
pidamente.
Según Cohen et al.3 la actividad cardiaca se encuentra influenciada por el
equilibrio relativo de los sistemas simpático y parasimpático, lo que puede
medirse a través de la relación entre baja y alta frecuencia. El examen de esta
relación informa sobre la desregulación autonómica en TEA, ya que este gru-
po posee una relación alta en comparación con el grupo de DT en condiciones
generales, lo que sugiere más actividad simpática que parasimpática en TEA.
Los hallazgos de este estudio de FC elevada y aumento de la SCR en el grupo
con TEA evidencian la hiperexcitación simpática, lo que posibilita distinguir
el autismo sobre una base fisiológica. En Louwerse et al.54 un patrón de ma-
yor SCR para fotos afectivas sociales no se observó en la aceleración de la
FC. Sin embargo, la desaceleración de las FC fue mayor para las imágenes
desagradables que para las neutras, y desencadenaron más atención y mayor
orientación inicial. Los resultados de Kushki et al.46 también sugieren hallaz-
gos atípicos a nivel cardiaco en el grupo con TEA, incluyendo hipertensión

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 133

cardiaca y respuestas atípicas a tareas sociales y de reconocimiento de emo-


ciones. En particular, aunque no es estadísticamente significativa, se encon-
tró una FC elevada durante la sesión experimental. Además, se observó una
asociación negativa entre el cambio de FC y las puntuaciones en ansiedad.
Estos autores también revelaron mayor reactividad de RSA a la tarea, con
mayor capacidad para reducir la RSA asociada con mejores resultados. Todo
ello señala una hiperexcitación basal en TEA, posiblemente asociada con la
desregulación autonómica. Teniendo en cuenta que los impedimentos en la
interacción social son una característica definitoria de TEA, estas respuestas
atípicas pueden reflejar diferencias en las experiencias subjetivas de la tarea
(motivación, atención o juicio de amenaza social), por lo que resulta cohe-
rente la correlación positiva entre cambios de FC, coeficiente intelectual y el
rendimiento de la tarea.

Conductancia de la piel

Para medir el tono simpático podemos observar la respuesta electrodérmi-


ca o conductancia de la piel (SCR), que refleja la actividad endocrina de la
glándula sudorífera después de un evento emocional, por lo que se considera
un marcador fisiológico de respuesta orientadora provocada por estímulos,
modulado por la intensidad de estos y habituado con su repetición. Como tal,
refleja la asignación de la atención/compromiso o la importancia (emocional)
a los estímulos58. Los cambios más lentos y duraderos en la excitación se re-
flejan en los niveles de conductancia de la piel (SCL), que tienen el potencial
de influir en la SCR dependientes de la tarea58. En general, el SCL aumenta
(sensibilización) a nuevos estímulos y luego disminuye (habituación) con la
repetición del estímulo58. El SCL refleja por tanto el nivel y las fluctuaciones
en la actividad de las glándulas sudoríparas bajo el control de la rama simpá-
tica, pudiendo considerarse un buen índice de la excitación autonómica. En
individuos neurotípicos existe una respuesta simpática aumentada a las imá-
genes de caras en comparación con las imágenes no sociales, determinadas
por los SCL.
En individuos con TEA, se han señalado diferentes respuestas de
SCL30,48,52,53. Así, niños con TEA con diferente SCL en reposo (fluctuaciones

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


134 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

espontáneas en SCL) muestran diferentes respuestas en SCR dependientes de


tareas59, lo cual sugiere que la variabilidad en el SCL en reposo puede contri-
buir a la variación en la SCR a estímulos destacados.
Los estudios de Kylliäinen48 y de Cohen et al.3 encontraron mayores SCR
para estímulos socialmente relevantes en personas con TEA, Hubert et al.52
mostraron SCR más bajos y Mathersul et al.30 señalaron interrupciones en las
SCR. Las diferencias en el diseño experimental pueden explicar estas dis-
crepancias, ya que la SCR no muestra habituación con la visualización de
caras neutrales en TEA, mientras que mediante la presentación breve de caras
emocionales se observa una rápida habituación, seguida de un aumento gra-
dual de las respuestas. En términos de respuestas con escenas muy excitantes,
las SCR se redujeron solo a escenas afectivas, pero no neutrales30, estando
directamente influenciada por los niveles de excitación basal (SCL en reposo
y antes del estímulo). Dichos autores encontraron diferentes subgrupos den-
tro del grupo de TEA basado en diferentes SCL en reposo. Así, el grupo con
SCL en reposo significativamente menor mostró un menor reconocimiento de
las emociones básicas y tendió a clasificar las caras más negativamente que
los controles. Por el contrario, el grupo TEA con SCL en reposo típico no
difirió de los controles en el reconocimiento de emociones. Esto sugiere un
nivel óptimo para la estimulación basal en los TEA, ya que los niveles de ex-
citación demasiado bajos pueden resultar en un pobre reconocimiento de las
emociones. Una posible explicación es que algunos individuos con TEA no se
orientan a estímulos ambientales novedosos o salientes. Así, los niveles de ex-
citación basales (SCL en reposo) influyen directamente en la obtención de una
respuesta a información destacada en el ambiente y ayudan en la generación de
acción. Por lo tanto, aunque los SCL preestímulo son normalmente controla-
dos, las diferencias en los SCL en reposo también deben ser tenidas en cuenta
al investigar respuestas autonómicas a estímulos socialmente relevantes. En
conclusión, este estudio demostró que los individuos de HFA mostrarán dife-
rentes perfiles de comportamiento dependiendo de sus niveles de excitación
en reposo (SCL), lo que proporciona una posible explicación del alto grado de
variabilidad en la literatura con respecto a las capacidades cognitivas sociales
en los TEA, incluyendo el reconocimiento básico de la emoción.
En Järvinen et al.55 las medidas de SCR demostraron que una menor re-
actividad a un estímulo social como la voz humana se relacionó con mejores

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


Reconocimiento facial de emociones en el autismo... 135

habilidades sociales. Además, comparada con niños con DT, los niños con
TEA mostraron una mayor reactividad a dicho estímulo, con excepción del
patrón de respuesta para estímulos tristes, donde ambos grupos no mostraron
diferencias significativas. Esto es consistente con la observación general de
que la tristeza representa una emoción de excitación baja, a diferencia de las
emociones de excitación elevadas como felicidad y miedo. La menor res-
puesta autonómica vinculada a la mejor función social, encontrada en este
estudio, es congruente con patrones de excitación más típicos en conductas
sociales menos deterioradas30. Estos resultados sugieren que cuando el nivel
de excitación es cómodo, los individuos con TEA son más susceptibles de
estar motivados para interactuar socialmente con otros.
Por su parte, en el estudio de Louwerse et al.54 las respuestas autonómicas
de adolescentes con y sin TEA fueron influenciadas por el contenido social y
afectivo de las imágenes, ya que ambos grupos mostraron un patrón de SCR
más alto a imágenes sociales (agradables o no)30. Esto indica que el contenido
social influye en la SCR y que imágenes sociales agradables y desagradables
dan lugar a SCR más altas que las neutrales. En fotos no sociales no se encon-
traron diferencias en SCR entre agradables, neutras y desagradables.
Por lo tanto, las conclusiones a las que se llegan en este trabajo son que
los estudios recientes parecen señalar un desequilibrio autonómico en TEA. A
pesar de ello, no podemos confirmar que dichos individuos muestren mayores
niveles de excitación autonómica ante estímulos sociales que los individuos
con DT, dado que en general los resultados de los estudios referentes a las
respuestas autonómicas podrían estar influenciados por las características del
estudio o la heterogeneidad del TEA.
Sin embargo, a pesar de la cantidad de estudios que utilizan parámetros de
funcionamiento autonómico para la medición de la respuesta ante expresio-
nes faciales de emociones en muestras con TEA, son escasos los estudios que
abordan el FER en personas con BAP mediante parámetros de funcionamien-
to autonómico.
Los principales parámetros autonómicos utilizados en el estudio de la res-
puesta autonómica en TEA y BAP incluyen los niveles de cortisol, la RSA, la
conductancia de la piel (SCR y SCL) y ciertas mediciones cardiacas como la
FC. Sin embargo, estos parámetros han sido básicamente utilizados en TEA,

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 113-142, ISSN: 1889-6111


136 María del Mar López Rodríguez y Fernando Cañadas Pérez

ya que las respuestas autonómicas en BAP no han sido en general abordadas


en estudios científicos.
Por lo tanto, si bien el desequilibrio autonómico en TEA queda actualmen-
te demostrado en las investigaciones, la reactividad autonómica en BAP y su
relación con las dificultades sociales de esta población constituyen un campo
de estudio que todavía precisa ser abordado.

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Casos clínicos
SÍNDROME HEMOFAGOCÍTICO EN PACIENTE CON
SÍNDROME DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA:
A PROPÓSITO DE UN CASO

HAEMOPHAGOCYTIC SYNDROME IN A PATIENT WITH ACQUIRED


IMMUNODEFICIENCY SYNDROME: A CASE STUDY

Sara Guijarro Herreraa*

Fechas de recepción y aceptación: 19 de febrero de 2018, 12 de mayo de 2018

Introducción

La linfohistiocitosis hemofagocítica (LHL) o síndrome hemofagocítico


(SH) es un síndrome que se caracteriza por una activación inmune patológica
que puede presentarse asociada a mutaciones genéticas, “LHL primaria”, o de
forma espontánea asociada a otra afección, “LHL secundaria”. Ambas formas
se desencadenan por un proceso inmunológico activo (infecciones, neopla-
sias, enfermedades autoinmunes o inmunodeficiencia adquirida). Su forma
más frecuente se da en el recién nacido hasta los 18 meses de edad, pero la
enfermedad se observa en niños y adultos de todas las edades. Se trata de una
etiología poco frecuente en el adulto y su diagnóstico es de vital importancia
para la supervivencia de estos pacientes1.
La LHL se caracteriza por una activación patológica del sistema inmune
con síntomas característicos de extrema inflamación, derivada de una altera-
ción en la función de las células natural killer (NK) y T citotóxicas con acti-
a
Hospital Virgen de las Nieves. Granada. España.
*
Correspondencia: Sara Guijarro Herrera. Calle Don Emilio Durán, bloque 4, 2.ª. 18012 Granada.
España.
E-mail: sara.guijarro.sspa@juntadeandalucia.es

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


146 Sara Guijarro Herrera

vación macrofágica, que es lo que conduce a un estado de hiperinflamación y


sobreproducción de citoquinas2.
Su diagnóstico es complicado debido a la rareza de este síndrome. Su diag-
nóstico se realiza a través de diagnóstico molecular de mutaciones o por la
clínica a través de los criterios de la Histiocyte Society (HLH-2004). Para
su diagnóstico clínico es necesario cumplir 5 de los 8 criterios siguientes:
1. fiebre ≥ 38,5 ºC; 2. esplenomegalia; 3. citopenias (afectando al menos a 2
líneas de las 3 de sangre periférica): hemoglobina < 9 g/dL, plaquetas < 100 x
103/mL y neutrófilos < 1 x 103/mL; 4. hipertrigliceridemia (>265 mg/dL) y/o
hipofrinogemia (<150 mg/dL); 5. hemofagocitosis en la médula ósea, el bazo,
los ganglios linfáticos o el hígado; 6. poca o baja actividad de células NK; 7.
ferritina > 500 ng/mL; 8. CD25 elevado (>2400 U/mL)3.
El tratamiento de la enfermedad se realiza mediante el protocolo elabo-
rado por la Histiocyte Society en 1994 (HLH-94), con una inducción de 8
semanas con dexametasona, etopósido y metotrexato intratecal/hidrocortiso-
na (paciente con afectación del SNC). El objetivo principal de la terapia de
inducción es suprimir el proceso inflamatorio potencialmente mortal que sub-
yace a la LHL. Este protocolo se modificó en 2004 y es el que actualmente se
encuentra vigente (HLH-04)3,4.
Semana 1 a 8:
• Dexametasona: 10 mg/m2/24 h durante las dos primeras semanas; 5 mg/
m2/24 h durante las siguientes dos; 2,5 mg/m2/24 h otras dos más, y
finalmente 1,25 mg/m2/24 h una semana.
• Etopósido: 150 mg/m2 dos veces a la semana en las dos primeras sema-
nas, después semanalmente.
• Ciclosporina: empezar con 6 mg/kg/día (dividido en dos dosis).

Terapia de soporte: cotrimoxazol a 5 mg/kg de trimetoprim 2-3 veces por


semana; antimicótico oral de la semana 1 a la 9; antiviral en pacientes con
infecciones virales e inmunoglobulinas in (0,5 g/kg) una vez cada 4 semanas
(durante la terapia inicial y de continuación). En pacientes donde no existe
LHL familiar, tras 8 semanas, si se ha producido la resolución de la enferme-
dad y no es un niño, se debe parar y no se realiza trasplante de células hema-
topoyéticas (en el LHL primaria). Si existiese una reactivación se debe volver
a realizar la terapia de inicio3,4.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


Síndrome hemofagocítico en paciente con síndrome de la inmunodeficiencia... 147

Descripción del caso

Paciente de 30 años que ingresa a cargo de infecciosos tras haber acudido


a urgencias (dos veces). Como antecedentes personales destacables, dengue
en 2015 y diagnóstico reciente de VIH (1 mes previo al ingreso), tratado con
Genvoya® (14 días previo al ingreso)5.
En su primera visita el paciente acude por presentar diarreas acuosas de un
mes de evolución mientras residía en la India. Empeoró en la última semana
(2-3 diarias), lo que propició su regreso a España. Asoció además episodios
nauseosos (4-5 diarios). Se le aconsejan medidas dietéticas.
En la segunda semana en España continúa presentando una fiebre de 38 ºC
sin ningún tipo de focalidad bacteriana. Posteriormente, aumenta el ritmo de
deposiciones (4-5 diarias), siendo estas explosivas con coloración marroná-
cea-amarillenta. Los últimos días previos al ingreso se convierten en acuosas,
acompañadas de dolor tipo cólico, fiebre de hasta 39 ºC con cefalea tensional
y náuseas ocasionales, tratándose con Ultralevura®, Tanagel® y Fortasec® de
forma intermitente sin clara mejoría.
Cabe destacar que el paciente del VIH presentaba un recuento de linfo-
citos CD4 de 5x1/µL, con una cuantificación del ARN del virus del VIH de
17.2000 copias/ml y genotipado de resistencia sin mutaciones. En el ingreso
hospitalario se le realiza una batería de pruebas diagnósticas, microbiológicas
y serológicas. Los parámetros objetivos que cabe destacar al ingreso fueron:
fiebre > 38,5 ºC, ferritina de 14.309,9 ng/mL, triglicéridos de 196 mg/dL,
hemoglobina de 6,6 x g/dL, neutrófilos 1,19 x 103/µL, plaquetas de 30 x 10
3
/µL, fibrinógeno: 90,6 mg/dL y alteraciones hepáticas: GOT 235 U/L, GPT
121 U/L y GGT 144 U/L.
Al observarse fiebre, pancitopenias, alteraciones hepáticas, elevación de
ferritina y disminución de fibrinógeno, se sospecha de síndrome hemofago-
cítico y se solicita un aspirado de la médula ósea y una prueba de imagen ab-
dominal. Se confirma leve hepatomegalia, con vesícula grande sin litiasis, así
como esplenomegalia de 16 cm sin lesiones focales. Todo esto da una proba-
bilidad de síndrome hemofagocítico en la escala de Saint-Antoine del 98,6 %6.
El paciente sufre un empeoramiento continuo con diarreas y rectorragia
franca (hasta 200 cc), donde por colonoscopia no se observan ni lesiones de
la mucosa ni úlcera.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


148 Sara Guijarro Herrera

Se administró ácido tranexámico, fibrinógeno humano y complejo pro-


trombínico. Recibió también plasma fresco y tandas de concentrados de he-
matíes y plaquetas.
A la semana del ingreso se realiza una punción aspirativa de la médula
ósea (PAMO), donde se evidencia médula ósea reactiva con notables fenó-
menos de hemofagocitosis por lo cual se apoya el diagnóstico del síndrome
hemofagocítico. Se recalculó en la escala de Saint-Antoine6 98,6 % y se des-
cartó que no fuese una reactividad de procesos infecciosos/inflamatorios y
hemorrágicos concomitante. Tras estos hallazgos, diagnóstico y el aumento
de ferritina a 16772,40 ng/mL, triglicéridos a 341 mg/dL y fiebre superior
a 39 ºC, se inicia tratamiento para el SH tras confirmación de la PAMO. El
mismo día el paciente es diagnosticado de citomegalovirus (CMV), con una
cuantificación de ADN CMV en plasma de 2761 copias/ml.
Se inició tratamiento para el SH con etopósido a 150 mg/m2, del cual solo
recibió tres dosis, y dexametasona según protocolo. Además se prescribió sul-
fametoxazol-trimetoprim tres días a la semana, y como antifúngico se pautó
caspofungina 50 mg/24 h. No recibió ciclosporina como indicaba el protocolo
HLH-04, y para el tratamiento del CMV se le pautó ganciclovir intravenoso7,
con una dosis de 5 mg/kg8,9. El paciente recibió tratamiento durante 9 días
antes del exitus.

Discusión

El paciente recibió durante todo el tiempo tratamiento con Genvoya®, que


vería muy comprometida su absorción al haber presentado diarreas continuas
desde su regreso de la India. Este tratamiento se podría haber suspendido
durante el ingreso hospitalario. Hay que destacar que realmente, al no absor-
berse, pudimos evitar posibles interacciones a nivel de metabolismo y excre-
ción de la terapia antirretroviral con la medicación administrada, como podría
haber ocurrido con tenofovir alefenamida, pues se elimina por la misma vía
que ganciclovir, y haber visto aumentados sus niveles.
Otra conclusión que se pueden sacar es que, debido a la rareza de este
síndrome en la población adulta, la mayor dificultad que presenta es el diag-
nóstico de la enfermedad, lo que conlleva el retraso del diagnóstico y el exitus

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


Síndrome hemofagocítico en paciente con síndrome de la inmunodeficiencia... 149

del paciente. En nuestro caso fue exactamente lo que sucedió: este retraso se
acentuó más en espera de la realización de la PAMO, aunque en las guías de
práctica clínica no la exigen para la confirmación del diagnóstico.
Como conclusión cabe decir que el síndrome hemofagocítico puede ser
desencadenado por estados de inmunodeficiencias o infecciones. En nuestro
caso, no queda elucidado cuál fue el desencadenante, si la infección del CMV
o el estado de inmunodeficiencia con el cual el paciente llegó a ingresar. He
aquí donde recae la gran importancia; en primer lugar del inicio de la terapia
antirretroviral en pacientes con VIH positivo, y en segundo lugar del diagnós-
tico precoz y tratamiento del síndrome hemofagocítico. En nuestro hospital,
todos los casos por este síndrome han acabado en exitus y se plantean nuevas
terapias, como el tratamiento con alemtuzumab.

Referencias bibliográficas

1. Kenneth LM, Olive E. Clinical features and diagnosis of hemophagocytic


lymphohistiocytosis. [Monografía en Internet]. Walthman (MA): UpTo-
Date. 2018. (Acceso el 30 de mayo de 2018). Disponible en: <http://www.
uptodate.com>.
2. Kasper DL, Hauser SL, Longo DL, Jameson JL, Loscalzo J. Harrison.
Principios de Medicina Interna. 2016; 19e.
3. Allen CE, McClain KL. Pathophysiology and epidemiology of he-
mophagocytic lymphohistiocytosis. Hematol Am Soc Hematol Educ Progr
[Internet]. 2015. Dec. 5. (Acceso el 16 de marzo de 2018). 2015; (1):177-
82. Disponible en: <http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26637718>.
4. Jordan, MB., Allen, CE, Weitzman, S, Filipovich, AH, McClain, KL
(2011). How I treat hemophagocytic lymphohistiocytosis. Blood;
118(15):4041-4052. <http://doi.org/10.1182/blood-2011-03-278127>.
5. CHMP.  Genvoya, INN-Elvitegravir/Cobicistat/Emtricitabine/Tenofovir
Alafenamide (as fumarate). (Acceso el 20 de marzo de 2018). Disponible
en: <http://www.ema.europa.eu/docs/es_ES/document_library/EPAR_-_
Product_Information/human/004042/WC500197861.pdf>.
6. Score|Hôpital Saint-Antoine AP-HP [Internet]. (Acceso el 19 de marzo de
2018). Disponible en: <http://saintantoine.aphp.fr/score/>.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


150 Sara Guijarro Herrera

7. Ficha técnica cymevene 500 mg polvo para concentrado para solución


para perfusión. [Internet]. (Acceso el 19 de marzo de 2018). Disponible
en: <https://cima.aemps.es/cima/dochtml/ft/58266/FT_58266.html>.
8. Santos Luna F, Carratalà J. Tratamiento de la enfermedad por citomega-
lovirus. Enferm Infecc Microbiol Clin. [Internet]. Dec. (Acceso el 20 de
marzo de 2018); 2011; 29:65-9. Disponible en: <http://linkinghub.else-
vier.com/retrieve/pii/S0213005X11700623>.
9. Guidelines for Prevention and Treatment of Opportunistic Infections in
HIV-Infected Adults and Adolescents. (Acceso el 20 de marzo de 2018).
Disponible en: <https://aidsinfo.nih.gov/contentfiles/lvguidelines/adult_
oi.pdf->.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 145-150, ISSN: 1889-6111


NORMAS DE PRESENTACIÓN Y PUBLICACIÓN
DE LAS COLABORACIONES

La revista Therapeía, Estudios y propuestas en ciencias de la salud, re-


vista de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, considerará
para la publicación de los artículos aquellos trabajos que sean reflejo de las
tendencias más actuales dentro de las Ciencias de la Salud.

La revista consta, fundamentalmente, de las siguientes secciones:

• Originales (artículos científicos). Trabajos empíricos relacionados


con cualquier aspecto de la investigación en ciencias de la salud que
tengan forma de trabajo científico con los siguientes apartados: intro-
ducción, métodos, resultados y discusión. La extensión recomendada es
de ocho a doce páginas de 30 líneas en hojas DIN-A4, mecanografiadas
a doble espacio, admitiéndose hasta un máximo de 6 figuras y 6 tablas.
El número de firmantes no podrá ser superior a cuatro.
• Artículos técnicos (casos clínicos y técnicas sanitarias asistenciales,
docentes o de investigación). Exposición resumida de uno o más casos
clínicos o técnicas sanitarias asistenciales, docentes o de investigación.
Serán criterios de selección: la novedad, la originalidad y el interés del
caso; que describa una enfermedad o entidad no descrita previamente,
poco frecuente o rara; que recoja métodos diagnósticos nuevos; que
exponga una evolución inusual de la sintomatología de una enfermedad
común y que tenga impacto sobre la evolución de otra enfermedad; que

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


152 Therapeía

describa o evalúe una nueva técnica docente; que aporte novedades en


métodos de investigación. Se valorará la claridad y la precisión de la
exposición, así como la rigurosidad de la revisión bibliográfica.
• Revisiones. La revista incluye, además, artículos de revisión, informa-
ción profesional, información bibliográfica, actividades científicas, etc.
Los trabajos en estas secciones pueden ser encargados por el Comité de
Redacción.
• Cartas al director. Esta sección pretende incluir observaciones cien-
tíficas formalmente aceptables sobre los temas de la revista, así como
aquellos trabajos que por su extensión reducida no se adecuen a la sec-
ción de originales. La extensión máxima será de dos hojas DIN-A4,
mecanografiadas a doble espacio, admitiéndose una tabla o figura y
hasta diez citas bibliográficas.
• Noticias y comentarios bibliográficos (congresos, becas, reseñas y
recensiones de libros). En esta sección se publicarán aquellas noticias
que la revista Therapeía considere de interés para sus lectores: becas,
reuniones, premios, libros, etc.

Carta de presentación

• En ella constará el nombre y apellidos de cada uno de los autores (máxi-


mo cuatro), su titulación y/o cargo y el nombre del departamento y la
institución a los que el trabajo debe ser atribuido.
• Es necesario incluir también la dirección postal completa del autor res-
ponsable de la correspondencia y su e-mail, siendo deseable también su
número de teléfono.
• Se hará constar el reconocimiento de cualquier beca o soporte financie-
ro, si los hubiera, que haya colaborado para realizar el trabajo.

Manuscrito

Therapeía publica los artículos en castellano o en inglés. Cualquier otro


idioma será responsabilidad del autor/autores el traslado al inglés o castellano.
El autor debe enviar el trabajo en ficheros electrónicos con formato doc,
docx, odt o rtf como archivo adjunto en un correo electrónico a la dirección

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


Normas de presentación y publicación de las colaboraciones 153

<joseenrique.delarubi@ucv.es>, indicando en el cuerpo del mensaje el for-


mato del fichero y otras aplicaciones utilizadas (editor numérico, editor de
imágenes, etc.) así como cualquier otra indicación que facilite su visualiza-
ción o su tratamiento informático.
Los trabajos serán remitidos para su valoración a dos revisores anónimos
y externos ajenos a la institución según el sistema de revisión por pares, que
tendrá el carácter de anónimo. Se enviará la aceptación o rechazo motivado
a los autores antes de 90 días naturales. La revista se reserva el derecho de
cambiar parcialmente el estilo o el formato de los trabajos presentados.
Los originales se presentarán en tamaño DIN-A4 con márgenes de 3 cm y
justificación completa, en letra Arial o Times New Roman de 12 puntos para
el texto y la bibliografía; de 10 puntos para resúmenes y los pies de figuras,
ilustraciones o tablas.
Para la estructura del trabajo y citación de autores y bibliografía se segui-
rán las “normas de Vancouver” del Comité Internacional de Editores de Re-
vistas Médicas (ICMJE). Requisitos de uniformidad para manuscritos envia-
dos a revistas biomédicas. Pueden consultarse en: <http://www.icmje.org/>.
Todas las páginas irán numeradas consecutivamente, empezando por la
del título, ordenadas como sigue: página del título, introducción, métodos,
resultados, discusión, bibliografía, tablas y figuras.
Las tablas y pies de tablas, así como las figuras y pies de figuras, pueden
incluirse en el lugar correspondiente del texto o presentarlas al final de este,
pero en ese caso se indicará con meridiana claridad su ubicación en el texto
y la correspondencia con la tabla o figura. No se aceptarán figuras o tablas de
baja calidad de imagen (mínimo 200 ppp). Se tendrá en cuenta para las figu-
ras, gráficos y fotos que la reproducción en la versión impresa de la revista es
en blanco y negro.
En la página del título figurará:
• El título completo en castellano seguido de este en inglés.
• El resumen del trabajo y su correspondiente abstract en inglés, reco-
mendándose que sea semiestructurado con un máximo de 250 palabras
(podrá presentarse no estructurado pero sin sobrepasar las 150 pala-
bras), es decir, con los siguientes encabezamientos e información:
– Objetivo: debe incluir una declaración explícita de los objetivos del
estudio. Si el estudio tiene objetivos múltiples, se indicará primero

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


154 Therapeía

el objetivo más importante y después los secundarios. Si se contras-


taron hipótesis a priori, estas deberán ser descritas.
– Métodos: incluirá una descripción del diseño del estudio. Si resulta
adecuado, se deberá indicar el periodo de tiempo o las fechas a que
se refieren los datos. Se debe realizar una descripción sucinta del tipo
de población o grupos estudiados. Asimismo, se describirá la natura-
leza de la intervención, si la hubiere. También se indicará el tipo de
análisis realizado.
– Resultados: deberá detallar los principales hallazgos del estudio.
– Conclusiones: solo se incluirán aquellas que se deduzcan directa-
mente de las evidencias presentadas en el artículo. Se deberá tener
especial cuidado en evitar la especulación o la generalización des-
mesurada. Se deben enfatizar por igual los resultados positivos y los
negativos.
• Las palabras clave (de 3 a 8 en total) en castellano seguidas de los
keywords en inglés.
En la Introducción deben mencionarse claramente los objetivos del traba-
jo y resumir el fundamento de este sin revisar extensivamente el tema. Citar
solo aquellas referencias estrictamente necesarias.
En el capítulo de Método debe describirse la selección de personas o ma-
terial estudiados detallando los métodos, aparatos y procedimientos con sufi-
ciente detalle como para permitir reproducir el estudio a otros investigadores.
Alguna información detallada de gran interés puede incluirse como anexo.
Exponer los métodos estadísticos y de laboratorio empleados. Tanto en es-
tudios en humanos como en animales se describirán brevemente las normas
éticas seguidas por los investigadores, debiendo constar en los estudios en
humanos la aprobación expresa del comité de ética y de ensayos clínicos y el
consentimiento informado.
Los Resultados deben ser concisos y claros, e incluirán el mínimo nece-
sario de tablas y figuras. Se presentarán de modo que no exista duplicación y
repetición de datos en el texto y en las figuras y tablas.
En el capítulo de Discusión se enfatizarán los aspectos nuevos e importan-
tes del trabajo y sus conclusiones. No deben repetirse con detalle los resulta-
dos del apartado anterior. Deben señalarse las implicaciones de los resultados

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


Normas de presentación y publicación de las colaboraciones 155

y sus limitaciones, relacionándolas con otros estudios de otros trabajos pre-


vios, así como las diferencias entre los resultados propios y los de otros auto-
res. El contenido de esa sección ha de basarse en los resultados del trabajo y
deben evitarse conclusiones que no estén totalmente apoyadas por estos. Las
hipótesis y las frases especulativas quedarán claramente identificadas.
Los Agradecimientos que deben reflejarse son exclusivamente las con-
tribuciones que necesitan agradecimiento pero no autoría; el agradecimiento
por ayuda técnica; el agradecimiento de apoyo material o financiero, especi-
ficando la naturaleza de dicho apoyo, y las relaciones financieras que puedan
causar conflicto de intereses.
La Bibliografía seguirá las normas de citación de referencias bibliográfi-
cas del estilo Vancouver, identificándose en el texto con la correspondiente
numeración correlativa mediante números arábigos en superíndice.
Las Tablas irán numeradas de manera correlativa. Escritas a doble espacio
en hojas separadas se identifican con un número arábigo y un título en la parte
superior. Deben contener las pertinentes notas explicativas al pie.
Las Figuras no repetirán datos ya escritos en el texto. Los pies de figura se
escribirán a doble espacio y las figuras se identificarán con números arábigos
que coincidan con su orden de aparición en el texto. El pie contendrá la infor-
mación necesaria para interpretar correctamente la figura sin recurrir al texto.

Responsabilidades éticas

Aportar, en su caso, el permiso de publicación por parte de la institución


que ha financiado la investigación.
Therapeía no acepta material previamente publicado ni por los autores del
manuscrito ni por otros. En el caso de que el manuscrito incluya datos o parte
de material previamente publicado, los autores son responsables de obtener
los oportunos permisos para reproducir parcialmente material (texto, tablas o
figuras) de otras publicaciones. Estos permisos deben solicitarse tanto al autor
como a la editorial que ha publicado dicho material.
Conflicto de intereses: Therapeía cuenta con que los autores declaren
cualquier asociación comercial o de cualquier tipo que pueda suponer un con-
flicto de intereses en conexión con el artículo remitido.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


156 Therapeía

Autoría: En la lista de autores deben figurar únicamente aquellas personas


(máximo cuatro autores por artículo) que han contribuido intelectualmente
al desarrollo del trabajo. Haber ayudado en la colección de datos o haber
participado en alguna técnica no son por sí mismos criterios suficientes para
figurar como autor. Para figurar como autor se deben cumplir los siguientes
requisitos:

• Haber participado en la concepción y realización del trabajo que ha


dado como resultado el artículo en cuestión.
• Haber participado en la redacción del texto y en sus posibles revisiones.
• Haber aprobado la versión que finalmente va a ser publicada.

Therapeía declina cualquier responsabilidad sobre posibles conflictos


derivados de la autoría de los trabajos que se publican en la revista.
Consentimiento informado. Los autores deben mencionar en la sección
de métodos que los procedimientos utilizados (en su caso) en los pacientes
y controles han sido realizados tras la obtención de un consentimiento infor-
mado.
Documento de declaración de autoría y cesión de derechos. Se incluirá
con el manuscrito el documento que figura en el anexo a estas normas, firma-
do por todos los autores. No se publicará ningún artículo del que la Dirección
de Therapeía no disponga de este documento.

Proceso editorial

El trabajo será evaluado en primera instancia por el Comité de Redacción.


El manuscrito se enviará a dos expertos evaluadores independientes y exter-
nos, ajenos a la institución y al consejo de redacción. La evaluación seguirá
un protocolo establecido al efecto según el sistema de revisión por pares y
tendrá el carácter de anónimo.
Los manuscritos aceptados para su publicación en la revista Therapeía
quedarán en su poder y no podrán ser reproducidos ni total ni parcialmente
sin su permiso.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


Normas de presentación y publicación de las colaboraciones 157

Listado de comprobaciones

Finalizada la redacción de su trabajo, los autores deben realizar las com-


probaciones que se especifican en el siguiente listado, a fin de evitar posibles
errores u omisiones previos a su remisión para ser publicado.

1. El texto está completo, incluyendo las referencias, numeración correcta


de páginas, escritas a doble espacio.
2. Se incluyen los siguientes apartados en la primera página del artículo:
título, autores, departamento, centro, dirección de la correspondencia, te-
léfono e e-mail.
3. El título es corto, conciso y no ambiguo.
4. El estudio ha seguido las normas éticas de investigación.
5. Se han detallado la totalidad de las abreviaturas tras su primera citación.
6. La introducción sitúa al estudio dentro del contexto de otros trabajos pu-
blicados sin extenderse excesivamente.
7. Se indica en la introducción por qué el estudio fue propuesto o qué hipó-
tesis es contrastada.
8. Si se ha empleado una nueva técnica, se ha descrito detalladamente.
9. Se describen todos los materiales, equipos y elementos usados, tanto en
términos de grupos investigados como la globalidad del estudio.
10. Se indica claramente cuántas medidas se realizaron o con cuánta periodi-
cidad fueron repetidas.
11. Se indica la variabilidad de los datos.
12. Las conclusiones son objetivas y se apoyan en un análisis de los resultados.
13. La bibliografía se adapta a las normas editoriales.
14. Las citas en el texto se corresponden con la lista bibliográfica.
15. Los títulos de las tablas y figuras son autoexplicativos.
16. Los datos de las tablas y figuras están correctamente presentados en filas
y columnas.
17. Las figuras son originales, de calidad profesional y no copias.
18. Se incluyen ficheros que contienen el texto, las figuras y las tablas (se
indica el programa utilizado).
19. Se incluye documento de declaración de autoría y cesión de derechos en
los términos que se expresan a continuación.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


158 Therapeía

Documento de declaración de autoría y cesión de derechos

Acerca del manuscrito titulado ...................................................................


..........................................................................................................................
..........................................................................................................................
remitido para su publicación en la revista Therapeía, sus autores, abajo fir-
mantes, DECLARAN:

• Que es un trabajo original.


• Que no ha sido previamente publicado.
• Que no ha sido remitido simultáneamente a otra publicación.
• Que todos ellos han contribuido intelectualmente en su elaboración.
• Que todos ellos han leído y aprobado el manuscrito remitido.
• Que, en caso de ser publicado el artículo, transfieren todos los derechos
del autor al editor, sin cuyo permiso expreso no podrá reproducirse nin-
guno de los materiales publicados en la revista.
• Que la editorial no comparte necesariamente las afirmaciones que los
autores manifiestan en el artículo.

A través de este documento, Therapeía asume los derechos para editar,


publicar, reproducir, distribuir copias, preparar trabajos derivados en papel,
electrónicos o multimedia e incluir el artículo en índices nacionales e interna-
cionales o bases de datos.

Firma Nombre Fecha: ___ / ____ / _______


Firma Nombre Fecha: ___ / ____ / _______
Firma Nombre Fecha: ___ / ____ / _______
Firma Nombre Fecha: ___ / ____ / _______

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 151-158, ISSN: 1889-6111


STANDARDS FOR PRESENTATION
AND PUBLICATION OF CONTRIBUTIONS

The journal Therapeía, Estudios y propuestas en ciencias de la salud


(Therapeía, Studies and Proposals in Health Sciences), published by “San
Vicente Mártir” Catholic University of Valencia, will consider for publication
those studies that reflect the latest trends in the Health Sciences.

The journal consists, basically, of the following sections:

• Original work (scientific articles). Empirical studies connected with


any aspect of research in the health sciences in the form of a scientific
paper with the following sections: introduction, methods, results and
discussion. The recommended length is between eight and twelve pages
with 30 lines on DIN-A4 paper, typed in double spacing; a maximum
of 6 figures and 6 tables will be accepted. The number of authors may
not exceed four.
• Technical articles: (case studies connected with clinical practice,
medical care techniques, teaching or research). Summary descrip-
tion of one or more cases connected with clinical practice or medical
care techniques, teaching or research. Selection criteria are: novelty,
originality and interest of the case; description of a disease or condition
not previously described, uncommon or rare; inclusion of new diagnos-
tic methods; discussion of an unusual development in the symptoms of
a common disease that has an impact on the development of another

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 159-166, ISSN: 1889-6111


160 Therapeía

disease; description or evaluation of a new teaching technique; new


contribution to research methods. Clarity and accuracy of the discus-
sion, as well as a rigorous review of the literature will be appreciated.
• Reviews. The journal also includes review articles, professional infor-
mation, bibliographic information, scientific activities, etc. Papers in
these sections may be commissioned by the Publishing Committee.
• Letters to the Director. The aim of this section is to include formally
acceptable scientific observations on topics covered by the journal, as
well as articles whose short length means they cannot be featured in the
original work section. The maximum length is two pages of DIN-A4,
typed in double spacing; one table or figure and up to ten bibliographic
references will be accepted.
• News and bibliographic commentaries (congresses, grants, book
outlines and reviews). This section will contain news considered
by Therapeía journal to be of interest to its readers: grants, meetings,
awards, books, etc.

Presentation letter

• To contain the name and surnames of each of the authors (maximum


of four), their qualifications and/or job title and the name of the depart-
ment and institution to which the work should be attributed.
• The full postal address of the author responsible for correspondence
and preferably their telephone number should also be included.
• Any grant or financial support received for undertaking the work should
be acknowledged.

Manuscript

Therapeía publishes articles in Spanish or in English. The translation of


any other language into English or Spanish will be the responsibility of the
author/s.
The author should send the work in doc, docx, odt or rtf format as a file
attached to an e-mail sent to <joseenrique.delarubi@ucv.es>, indicating in the
body of the message the file format and other applications used (numeric edi-

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 159-166, ISSN: 1889-6111


Standards for presentation and publication of contributions 161

tor, image editor, etc.) as well as any other instructions for the file to be read
or handled by computer.
Articles should be sent for review by two anonymous external referees
who do not belong to the institution or to the editing board, following the dou-
ble blind peer review system. Authors will be informed within 90 calendar
days whether their work has been accepted or not. The journal reserves the
right to partially change the style or format of work submitted.
Original work should be submitted in DIN-A4 format with 3 cm margins
and full justification, in Arial or Times New Roman 12-point font for text
and bibliography; 10-point for abstracts and footnotes showing the content of
figures, illustrations or tables.
The structure of the paper and citation of authors and bibliography will fol-
low the “Vancouver system” agreed by the International Committee of Medi-
cal Journal Editors (ICMJE). Uniform Requirements for Manuscripts Sub-
mitted to Biomedical Journals (URMs). These can be consulted on <http://
www.icmje.org/>.
All pages must be numbered consecutively, starting with the title page
and ordered as follows: title page, introduction, methods, results, discussion,
bibliography, tables and figures.
Tables and table captions, as well as figures and figure captions, may be
included in the appropriate place in the text or shown at the end of the text,
but in this case both their location in the text and the table or figure they refer
to must be clearly indicated. Poor quality images of figures or tables will not
be accepted (Minimum 200 dpi). For figures, graphics and photos, authors
should take into account that the printed version of the journal is published in
black and white.
The title page must contain the following:
• the full title of the article in Spanish followed by the title in English
• the Spanish and English versions of the abstract, which should be semi-
structured with a maximum of 250 words (an unstructured abstract may
be presented but should be no longer than 150 words), that is, with the
following headings and information:
– Aim: must include a specific statement of the aims of the study. If the
study has several aims, the most important aim should be stated first,

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162 Therapeía

followed by the secondary aims. If a priori hypotheses are com-


pared, they should be described.
– Methods: must include a description of the design of the study. If
appropriate, the period of time or dates to which the data refer. A
succinct description of the type of population or groups studied must
be made. The nature of the intervention, if applicable, should also be
described. The type of analysis performed should also be described.
– Results: must give details of the main findings of the study.
– Conclusions: must include only the conclusions obtained directly
from evidence presented in the article. Special care should be taken
to avoid speculation or excessive generalisation. Positive and nega-
tive results must be emphasised equally.
• the keywords (between 3 and 8 in total) in Spanish followed by the
keywords in English.
The Introduction must clearly state the aims of the study and summarise
the basis on which it rests without going into an extensive review of the topic.
Only cite references that are strictly necessary.
The Method chapter should describe the selection of people or material
studied, giving the methods, apparatus and procedures with enough detail to
enable the study to be reproduced by other researchers. Any detailed informa-
tion of major interest may be included as an Appendix. Set out the statistical
and laboratory methods used. Both in human and animal studies, include a
brief description of the ethical standards followed by the researchers. Human
studies must state the express approval of the ethics and clinical trials com-
mittee plus informed consent.
The Results must be clear and concise and include the minimum number
necessary of tables and figures. They should be presented in such a way that
avoids duplication and repetition of data in the text and in the figures and
tables.
In the Discussion chapter, the emphasis should be on the new and im-
portant aspects of the work and its conclusions. Details of results given in
the previous section should not be repeated. The implications of the results
and their limitations must be highlighted, relating them to other studies aris-
ing from other previous work, as well as the differences between the results

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Standards for presentation and publication of contributions 163

obtained by the authors and by others. The content of this section should be
based on the results of the work and conclusions that are not fully supported
by them should be avoided. Hypotheses and speculative observations must be
clearly identified.
The Acknowledgements included should only reflect the contributions
needing acknowledgement but not authorship; acknowledgements for techni-
cal help; acknowledgement for material or financial support, specifying the
nature of this support, and the financial relations that might cause a conflict
of interests.
The Bibliography should follow the Vancouver system of bibliographic
referencing and be indicated in the text with the corresponding consecutive
numbering using Arabic numerals in superscript.
The Tables should be numbered consecutively. They should be written in
double spacing on separate pages and identified with an Arabic numeral and
a title at the top. They should contain the pertinent explanatory footnotes.
The Figures should not repeat data already written in the text. Figure cap-
tions should be written in double spacing and the figures should be identified
with Arabic numerals coinciding with their order of appearance in the text.
The caption should contain the necessary information in order for the figure
to be correctly interpreted without resorting to the text.

Ethical responsibilities

If applicable, provide the publication authorisation issued by the institu-


tion that funded the research.
Therapeía does not accept material that has been previously published
by the authors of the manuscript or by others. In the event that the manuscript
includes data from or part of previously published material, the authors are re-
sponsible for obtaining the appropriate authorisation for partially reproducing
material (text, tables or figures) from other publications. This authorisation
must be requested from both the author and the publisher of such material.
Conflict of interests: Therapeía relies on authors stating any commercial
link or association of any kind that may involve a conflict of interests in con-
nection with the article submitted.

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164 Therapeía

Authorship: The list of authors must only show those people (maximum
four authors per article) who have made an intellectual contribution to pro-
ducing the article. Helping to gather data or taking part in a technical task are
not sufficient reasons in themselves for being listed as author. To be listed as
author the following requirements must be met:

• To have taken part in the conception and production of the work that
gave rise to the article in question.
• To have taken part in writing up the text and in any possible revisions.
• To have approved the final version for publication.

Therapeía accepts no responsibility for any conflicts that may arise


from authorship of work published in the journal.
Informed consent. The authors must make mention in the methods sec-
tion that the procedures used (if applicable) for patients and controls were
carried out after obtaining informed consent.
Document stating authorship and granting rights. The document in
the Appendix to these standards should be included with the manuscript and
signed by all the authors. Articles submitted without this document will not
be published by the Therapeía directors.

Publishing process

Work will be assessed in the first instance by the Publishing Committee.


The manuscript will be sent to two independent external referees who do not
belong to the institution or to the editing board. Assessment will follow a pro-
tocol set up for this purpose following the double blind peer review system
and will be anonymous.
Manuscripts accepted for publication in the Therapeía journal will remain
in its possession and may not be totally or partially reproduced without its
permission.

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Standards for presentation and publication of contributions 165

Checklist

After they have written up their work, authors must carry out the checks
listed below, in order to avoid any possible errors or omissions before submit-
ting the article for publication.

1. The text is complete, including references, correct page numbering, writ-


ten in double spacing.
2. The first page of the article should include the following sections: title,
authors, department, institution, address for correspondence, telephone
and e-mail.
3. The title is short, concise and unambiguous.
4. The study has followed ethical research standards.
5. All abbreviations are listed after their first mention.
6. The introduction places the study within the context of other studies pub-
lished without going into too much detail.
7. The introduction states why the study was proposed or which hypothesis
is being tested.
8. If a new technique has been used, it is described in detail.
9. All materials, equipment and elements used, both in terms of groups in-
vestigated and in the whole of the study, are described.
10. How many measurements were taken or how regularly they were repeat-
ed is clearly indicated.
11. The variability of the data is indicated.
12. The conclusions are objective and are supported by an analysis of the
results.
13. The bibliography follows the editorial standards.
14. Citations in the text match the bibliography list.
15. The titles of tables and figures are self-explanatory.
16. The data in tables and figures are correctly presented in rows and columns.
17. The figures are originals, of professional quality, and not copies.
18. Files are included containing the text, figures and tables (with details of
the program used).
19. The document stating authorship and granting rights is included, in the
terms shown below.

THERAPEÍA 10 [Julio 2018], 159-166, ISSN: 1889-6111


166 Therapeía

Document stating authorship and granting rights

About the manuscript entitled .....................................................................


..........................................................................................................................
......................................................................................................... submitted
for publication in Therapeía journal, the undersigned authors DECLARE:

• That this is an original work.


• That it has not been previously published.
• That it has not been simultaneously submitted to another publication.
• That all authors have intellectually contributed to producing the article.
• That all the authors have read and approved the submitted manuscript.
• That, in the event that the article is published, they transfer the copy-
right to the editor, without whose express permission none of the mate-
rial published in the journal may be reproduced.
• That the publisher does not necessarily share the views and opinions
expressed by the authors of the article.

With this document, Therapeía takes over the rights to edit, publish, re-
produce, distribute copies, prepare derived work in paper, electronic or mul-
timedia format and include the article in national and international indexes or
databases.

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Signature Name Date: ___ / ____ / _______
Signature Name Date: ___ / ____ / _______
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