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Orígenes de la revolución Había un conflicto de intereses que con el transcurrir del tiempo se
agravaban entre Nueva Inglaterra y Londres, el comercio monopolizado con las Antillas, la
asignación de los impuestos fiscales, pues el Parlamento británico fijaba cada vez más onerosos
tributos. El sentimiento favorable a la independencia fue fomentado también por el fuerte
individualismo de los puritanos que tomaron parte activa en la fundación y desarrollo de las
colonias inglesas en este continente. El 4 de julio de 1776 trece estados, reunidos en Congreso, se
constituyen en país independiente y promulgan la primera Constitución democrática de América.
Su declaración de principios, Carta de los derechos del hombre, fue redactada por Thomas
Jefferson, y dice en sus partes principales: «Consideramos como evidentes las siguientes verdades:
«Que todos los hombres han sido creados iguales; «Que han sido provistos por su Creador de
ciertos derechos intangibles; «Que entre ellos se cuentan la vida, la libertad y la aspiración a la
felicidad; «Que para garantía de estos derechos se han establecido entre los hombres gobiernos
que derivan su legítimo poder del asentimiento de los gobernados, y que cuando alguna forma de
gobierno llega a ser perjudicial para estos fines, es derecho del pueblo modificarla o suprimirla, e
instituir un nuevo gobierno, estableciendo sus bases sobre tales principios, y organizando sus
poderes en la forma que parezca más adecuada para garantizar su seguridad y felicidad…»
Los británicos pidieron la paz y en el tratado de París de 1783 donde se reconoció por fin la
independencia de los Estados Unidos. Estaban cansados de la lucha y de una guerra que no era
popular, pues ambos pueblos eran demasiado afines y no existía odio real que justificara la
matanza Próceres Importantes George Washington (n. 22 de febrero de 1732 – † 14 de diciembre
de 1799) Fue el primer Presidente de los Estados Unidos (1789–1797). También fue el
Comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en la Guerra de la Independencia de los
Estados Unidos (1775–1783), y posteriormente se convirtió en el primer Presidente de los Estados
Unidos de Norteamérica, cargo que ocupó desde 1789 hasta 1797. Debido a su importante
participación en la fundación de los Estados Unidos, Washington es conocido como «Padre de la
Nación estadounidense». Los rankings históricos realizados entre los escolares estadounidenses lo
señalan como uno de los más grandes presidentes de los Estados Unidos. En 1789, fue elegido de
manera unánime como el primer presidente de los Estados Unidos. Sus dos períodos de
administración establecieron muchas políticas y tradiciones que existen hasta el día de hoy. John
Adams (Nació el 30 de octubre de 1735 - † 4 de julio de 1826) Fue el segundo Presidente de los
Estados Unidos. Fue el mayor de 13 hermanos. Está considerado como uno de los padres
fundadores de la patria. Entre el 4 de abril de 1797 y el 3 de marzo de 1801 se desarrollaría su
mandato presidencial, siendo Thomas Jefferson su vicepresidente. Este le derrotaría en las
elecciones de 1800, impidiendo que fuese reelegido. Desde Massachusetts, Adams apoyó
activamente la Independencia de los Estados Unidos, siendo un diplomático clave en la década de
1770. Sentaría las bases del republicanismo, afirmando que era el núcleo de los valores políticos
norteamericanos. En su etapa presidencial, sufrió un gran desgaste por las batallas internas de su
propio partido.
Thomas Jefferson (N. el 13 de abril de 1743 † el 4 de julio de 1826) Cursó estudios de derecho,
historia, filosofía y ciencias en el College of William and Mary a comienzos de la década de 1760.
En 1776 fue uno de los redactores principales de La Declaración de Independencia, para el
segundo Congreso Continental. Mientras ejercía como legislador de Virginia (1776- 1779), intentó
reformar la sociedad siguiendo las pautas republicanas e ilustradas. Se le considera uno de los
Padres Fundadores de la Nación. Su eminencia viene dada porque fue el principal autor de la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776. Jefferson fue uno de los Padres
Fundadores más influyentes, conocido por su promoción de los ideales del republicanismo en los
Estados Unidos. Anticipó la visión de Estados Unidos de América como el respaldo de un gran
«imperio de la libertad» que promoviera la democracia y la lucha contra el imperialismo británico.
Benjamin Franklin (1706-1790) Entre los fundadores de Estados Unidos, George Washington,
Thomas Jefferson, Alexander Hamilton y John Adams que hicieron contribuciones prácticas a la
naciente sociedad estadounidense, fue Benjamín Franklin quien personificó el ingenio y la energía
creativa que caracteriza el espíritu estadounidense. Franklin, fue un hombre que próspero gracias
a su esfuerzo y llegó a ser una eminente figura internacional como inventor, científico,
revolucionario y estadista. El extraordinario curso de la vida de Franklin, desde su humilde cuna,
como décimo hijo de un fabricante de jabones puritano en la Nueva Inglaterra colonial, hasta su
posición como el científico y diplomático más renombrado de la época, revela mucho sobre la
oportunidad y promesa de progreso que la joven nación estadounidense ofrecía a sus hijos
emprendedores y más adelante, a sus hijas también. Franklin consideró sus experimentos
científicos e inventos, que incluyen los anteojos bifocales y una estufa de madera sin humo, como
un servicio público y nunca patentó o recibió dinero por ninguno de sus inventos, la vida de
Franklin demuestra que la invención es realmente para el cambio, de la insatisfacción con la
situación existente y un deseo de forjar una mejor forma de hacer las cosas.
El inventó las aletas para sus pies y manos porque quería navegar más rápido en el agua,
determinó correctamente que la ropa de colores oscuros atrae más calor que la ropa de colores
claros y muchas cosas más. Causas de la Revolución Norteamericana La Ley de la Estampilla Esta
ley de 1765, conocida en inglés como Stamp Act “La ley del timbre”, imponía un impuesto sobre
toda clase de material impreso. Por ejemplo, sobre anuncios en un periódico, contratos legales
como un testamento e incluso sobre barajas de cartas. Con la introducción de la Ley del Timbre,
los colonos estaban obligados a utilizar la moneda británica para comprar estampillas producidas
en Inglaterra. Todos los materiales impresos estaban obligados a llevar un sello o se consideraban
ilegales. Las protestas de los colonos no tardaron en dejarse oír. Se organizaron formando
organizaciones irregulares como los Hijos de la Libertad que llegaron a acometer actos violentos y
de saqueo. Al mismo tiempo, comenzaron a aceptarse documentos sin el correspondiente sello
oficial, dejando en la práctica a la ley sin efecto y esas protestas llevaron a que la Ley sea retirada
en 1766. La Ley Declaratoria Esta ley, aprobada por el Parlamento británico en 1766 establecía
que las colonias estaban subordinadas a Gran Bretaña y que el Parlamento podía aprobar
cualquier ley y que ésta sería de obligado cumplimiento en las colonias y para los colonos. La
reacción en América fue de absoluto rechazo. Las Leyes Townshend de 1767 El Parlamento
inglés aprobó estas leyes que imponen impuestos en la importación por parte de las colonias de
artículos como el papel, el cristal, el plomo, las pinturas y el té. Los ingleses además impusieron
unas cortes de aduanas para garantizar que se cumpliera la ley que resultaron ser notablemente
corruptas. La respuesta de las colonias fue boicotear los productos británicos y acelerar la
producción propia de los bienes sobre los que se creaba un impuesto, cuando ello fuera posible.
La Masacre de Boston
El 5 de marzo de 1770 un grupo incontrolado y numeroso de gente comenzó a tirar bolas de nieve
–algunas con piedras de considerable tamaño dentro- a los soldados británicos que custodiaban la
Oficina de Aduanas de Boston. Los soldados reaccionaron disparando y matando a cinco colonos.
Mientras que revolucionarios como Samuel Adams pedía agitación, otros, como John Adams, uno
de los Padres Fundadores de Estados Unidos, intervino para que la calma no se perdiese y llegó a
defender en corte a los soldados británicos, que fueron declarados inocentes o castigados a
pequeñas condenas. En este punto la tensión entre los colonos y la metrópoli era ya manifiesta y
Londres reaccionó evitando tensar más las relaciones y derogando los impuestos creados por las
Leyes Townshend, excepto la establecida sobre la importación de té. El motín del té En 1773 se
le permitió a la empresa British East India vender en exclusividad té directamente en las colonias
americanas, pero manteniendo el impuesto creado sobre este producto por las Leyes Townshend.
Aunque esto suponía un ahorro considerable a la hora de comprar té al tratarse de una
transacción directa sin tener que pasar por Inglaterra y abonar impuestos extra, los colonistas
percibieron que esta medida, a la larga, podía perjudicarse. En realidad puso de manifiesto que los
ingleses, si así lo querían podían conceder en exclusividad todo o parte del comercio colonial a
quien quisieran. En este contexto, la British East India Company envió barcos con té a diversos
puertos. En Nueva York y Filadelfia se les obligó a regresar a Inglaterra sin descargar el
cargamento. Sin embargo en Boston se le permitió amarrar para proceder a descargar. En
diciembre de 1773, varios colonos, arengados por Samuel Adams y disfrazados de indios
americanos, subieron a bordo de tres barcos y tiraron al mar los cofres con el té. La Ley del
Azúcar Gran Bretaña pretendía que las colonias colaborasen a los gastos de mantenimiento de la
burocracia imperial. Mientras que los colonos, que se veían a sí mismos como ingleses,
consideraban que el Parlamento no podía obligarles a pagar impuestos si ellos mismos no
consentían a ello o sus representantes. O lo que es lo mismo, el principio de que sin
representación, no puede haber impuestos.
En 1764 se aprobó la Ley del Azúcar que imponía impuestos en bienes como el azúcar, el vino, el
café, el potasio, la seda y el hierro y que fue recibida con gran malestar en las colonias. Diferencia
entre el Régimen Parlamentarista y el Régimen Presidencialista Régimen Parlamentarista Es un
mecanismo en el que la elección del gobierno (poder ejecutivo) emana del parlamento (poder
legislativo) y es responsable políticamente ante éste. A esto se le conoce como principio de
confianza política, en el sentido de que los poderes legislativo y ejecutivo están estrechamente
vinculados, dependiendo el ejecutivo de la confianza del parlamento para subsistir. En sistemas
parlamentarios el jefe de estado es diferente que el jefe de gobierno. En uno y otro caso, el
distinto origen del parlamentarismo dará lugar a diferenciar dos modelos básicos: el modelo inglés
surge antes de los movimientos obreros y es una conquista de la burguesía frente al absolutismo y
al feudalismo, por lo tanto su desarrollo no se verá impugnado por los propios beneficiarios. En el
modelo continental, la burguesía no tardará en encontrarse con la respuesta de los grupos
socialistas y el parlamentarismo -en cuanto poder absoluto del pueblo que se refleja en una
asamblea- se mitigó en sus primeros intentos por temor a que las propias teorías permitieran el
acceso de una mayoría de trabajadores a las instituciones. El modelo parlamentario convive pero
se opone al modelo presidencialista. Y es en este sentido cuando se tratan las ventajas y
desventajas de cada uno de dichos sistemas de gobierno. Se reconocen como ventajas del
sistema parlamentario: 1. Mayor representación del conjunto social en la medida que las
decisiones deben consensuarse en muchas ocasiones entre distintas facciones políticas
representadas en el Parlamento. 2. Mejor capacidad de respuesta frente a una crisis de gobierno
en la medida que puede cambiar el poder ejecutivo adoptando la moción de censura. 3. Mayor
consenso en las decisiones se considera más la participación y el trabajo en equipo.