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Reflexión película 1984

La película está ambientada en el “mundo futurista de 1984 donde se viven en un ambiente


de guerra permanente, la región está al mando de un partido oligarca, que a su vez está
dividido en un partido interno, externo y el proletariado. El partido mantiene a los
ciudadanos en una vigilancia permanente, además de eso también arresta y desaparece a
todos aquellos que van en contra de amar y entregar lealtad al “big brother”.
Esta trama gira en torno a su protagonista Winston Smith, perteneciente al partido exterior
que trabaja reescribiendo los artículos periodísticos según los lineamientos e ideología que
el partido vende, en este transcurso conoce a Julia una joven que en una nota le envía un te
quiero y a pesar de que en esta sociedad el amor y el deseo están prohibidos, el protagonista
se arriesga a tener una relación clandestina con esta mujer. Estos encuentros se dan bajo la
complicidad del señor Charrington hasta que son capturados por este mismo y bajo el poder
de Smith se encontraba un libro escrito por Goldstein quien era considerado un traidor por
estos motivos fueron torturados hasta debilitar su voluntad de ser individuales y
aparentemente hasta perder el amor entre ellos, donde después de esto juran ser leales al
“big brother”.
Esta es en principio una crítica a los estados totalitarios como los de Franco y Stalin, pero
que en la actualidad, no se encuentra muy lejos de la realidad en que vivimos, donde a
similitud nos encontramos en un estado de vigilancia, donde los medios de comunicación
tergiversan los hechos a favor de ciertas personas, en un gobierno donde se vive la
represión que afecta todos ámbitos de la vida normal desde los pensamientos, deseos,
relaciones personales y familiares e incluso la sexualidad misma.
En torno a todo esto se puede analizar como afectan los gobiernos e incluso las tecnologías
en la privacidad de las personas, ya que cuando usas una app que es de uso libre das a
cambio tus datos para ser vendidos a empresas que usan esta información a su favor para
inundar tus redes con publicidad alusiva a tus gustos y ahí incentivar a la compra incluso
compulsiva. En conclusión, a este entonces, ya no se cuenta con la autonomía e
individualismo que se debería tener por ser personas totalmente distintas unas de otras, sino
que ya somo representados por simples cifras para las personas que manejan los hilos
mayores de la sociedad.

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