Sábado 22 de enero de 2022

LECCIÓN 2: Perseverar en la fe recibida.

OBJETIVO: Escuchar con entendimiento el mensaje de salvación.

BASE BÍBLICA: Hebreos 2:1-4 TLA

1 Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído,
para no apartarnos del camino que Dios nos señala. 2 Si el mensaje que anunciaron
los ángeles resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que
merecían, 3 con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran
valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en
comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos
demostraron que era verdad. 4 Dios también nos lo demostró por medio de muchas
señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además, cuando lo hizo,
les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.
INTRODUCCIÓN:
“Nadie escarmienta en cabeza ajena”. Legendario refrán nos ha acompañado como
cultura mexicana durante muchos años. Si la advertencia es necesaria, precisa y
concisa, y busca evitar el colapso, el dolor, la caída, la decepción, o perderlo todo, ¿por
qué no se atiende la advertencia? El ser humano es tendencioso a la necedad, después
de tantas generaciones se sigue incurriendo en diferentes actos de rebeldía que
evidencian ausencia de sabiduría y juicio sano.
ESTUDIO:
El mensaje es recibido por Jesucristo mismo. Esto da un valor inmensurable al mensaje
recibido. Si las consecuencias recibidas anteriormente fueron desastrosas, al no atender
el aviso de los profetas, ahora que ha sido Cristo quien ha comunicado el mensaje de
salvación, las consecuencias no tendrán comparación a las anteriores.
¿Tendríamos que ver esto como una amenaza? ¡Para nada!, pero entonces, ¿cómo
debemos comprender todo esto?
Recordemos que el pecado secuestro el corazón del ser humano, fue el ser humano el
que dio acceso al pecado en el ejercicio de su libertad, mal enfocado, por supuesto.
Alejarse de Dios dio como resultado un mundo donde la injusticia, el dolor y la muerte
contaminaron toda la creación, ante este escenario Dios proveyó siempre medios por los
cuales expiar el pecado de su pueblo, pero en su rebeldía el pueblo corrompió los medios
de expiación. Dios mandó profetas para exhortar a su pueblo y se arrepintieran de su
mal proceder, pero el pueblo lastimó y persiguió a los mensajeros.
Las consecuencias alcanzaron a generaciones enteras, el dolor y la injusticia estuvo
presente en la humanidad y también en el pueblo de Dios donde se supone nunca debió
tener presencia.
Entonces, es una advertencia, Dios observa nuestras acciones y nos advierte, el ser
humano tiene la tendencia por sucumbir ante la necedad, ser rebelde y autodestruirse,
desde el principio Dios ha hablado pero el ser humano viendo no percibió; y oyendo no
entendió, (Marcos 4:12).
(Lc, 20.9-18; Mt. 21.33-44; Mr. 12.1-11)
Los labradores malvados.
Mateo 21
33 »Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó un viñedo. Lo cercó, cavó
un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores
y se fue de viaje. 34Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a
los labradores para recibir de estos lo que le correspondía. 35Los labradores agarraron
a esos siervos; golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero. 36Después
les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los
maltrataron.
37 »Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “¡A mi hijo sí lo
respetarán!” 38Pero, cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Este
es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con su herencia”. 39Así que le echaron
mano, lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.
40 »Ahora bien, cuando vuelva el dueño, ¿qué hará con esos labradores?»
Leyendo esta parábola que el propio Jesús dijo, explica la conducta de la humanidad, y
del pueblo de Dios, se ignora el mensaje por otros intereses.
Es de esperarse, pero no se desea, que los hijos no atiendan el consejo de los padres.
Tener amistades nada sanas, tomar malas decisiones que dificulte su vida, dañe su salud
y sus sanas relaciones. Pero, ¿cómo es que los padres enseñan una obediencia
genuina?
PARA MEDITAR:
¿De qué manera ignoramos el mensaje del Señor?
No bastan los ejercicios religiosos, debemos enseñar a los niños, a los adolescentes y a
los jóvenes como tratar a al compañero de clase, como hablar y como escuchar. Una
conducta saludable hacia la sociedad y medio ambiente.
En ocasiones la iglesia conoce más de formas y prácticas, pero tan poco de Jesús. No
hay forma de llegar a Dios sino por medio de Jesucristo. Cristo crucificado, el centro y
sentido del evangelio.
Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos
hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que
está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él. Gracias
a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones. Juan 1:16-18
¿Cómo le enseñamos a los niños, adolescentes, jóvenes a ser obedientes a la palabra
de Dios?
Cuando la iglesia vive en obediencia, necesitamos menos hermanos ritualistas y más
mujeres y hombres humildes, respetuosos de la vida y la dignidad humana. Menos
apariencias y más sinceridad de sus flaquezas, más temor de la palabra de Dios y menos
rigurosidad religiosa.
¿Cómo se evidencia la obediencia al Señor por parte de la iglesia?
La obediencia se enseña en casa, ¿cómo los padres enseñan ser obedientes?
¿Nuestra enseñanza sobre la obediencia hacia Dios es por medio de la amenaza o desde
la invitación de conocer y relacionarse con Dios?
ACCIÓN:
Imponer formas y practicas religiosas, sin el sentido relacional con Dios, empobrece la
obediencia de los hijos. La espiritualidad merma y la compresión inteligente de la fe está
ausente.
Es importante poner especial atención a la persona de Jesucristo, su mensaje y ejemplo,
conocerlo permite comprender el epicentro de la fe cristiana.
Cultivar una espiritualidad cristológica y Cristo-céntrica, y menos una religiosidad robusta
y sin sentido.
CONCLUSIÓN:
Un genuino interés en el mensaje del evangelio, en la persona de Jesús, nos permitirá
conocer y relacionarnos con Dios de manera vivencial, que nos ayudará a no apartarnos
del camino que Dios nos señala, de esa manera Dios nos puede dotar de su Espíritu
Santo según su voluntad.