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El espíritu de la navidad nos habla de respeto,

tolerancia y amor
Tal y como los famosos cuentos navideños que refieren las terribles
consecuencias de la avaricia y la amargura, las familias que profesan
religiones distintas o cuyas creencias no son compatibles con el
cristianismo rescatan otro tipo de valores y principios para traer a la mesa
durante la cena navideña. Los niños que esperan la llegada de Santa o Papá
Noel, por ejemplo, son motivados por sus padres a creer en lo importante
que es el respeto, la solidaridad y la bondad; aprenden a confiar en
que de ello depende ser premiados al final del año, e incluso si no creen
en Jesucristo o en los ideales cristianos, celebran cualidades como el
sacrificio, la unión familiar y “hacer siempre lo correcto”. 
pero encuentran un profundo significado en la reunión de

amigos y familiares y la expresión de amor o bondad hacia sus

semejantes mediante obsequios o buenas obras. Aunque el cristianismo,

judaísmo, budismo, islam y otras religiones milenarias difieren en la razón

de ser de la navidad, la mayoría coincide en que el nacimiento de Jesús,

visto ya sea como el hijo de Dios o como gran profeta, es una fecha

importante. Finalmente, y dejando a un lado la religión predominante en el

núcleo familiar, todas las corrientes filosóficas y espirituales convergen

tarde o temprano en un punto clave: lo esencial, lo que realmente importa,

es el tiempo compartido y las obras realizadas, los obsequios de paz, amor

y salud, la esperanza, la bondad y la compasión. 

 ¿Cómo creen que Dios ve a la gente? ¿Cómo nos ayuda esto a que
tratemos mejor a las demás personas?

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