Está en la página 1de 56

PRESION DE LAS ROCAS

En el macizo rocoso el estado tensional volumétrico de las rocas, ocasionado


por la fuerza de gravedad es de equilibrio (Fig. 76). Cuando el macizo de rocas
yace suavemente la tensión vertical es:

Las tensiones horizontales se las toma generalmente iguales.

De esta manera, en condiciones normales.

En las zonas tectónicas puede suceder.

Las investigaciones efectuadas en los últimos tiempos han mostrado que


la relación entre las tensiones verticales y horizontales en la superficie terrestre
es diferente para las diferentes zonas del globo terráqueo. Así, de acuerdo a
los datos de Everlíng (1964), en las rocas calizas de Europa Central estas
tensiones son casi iguales, lo cual coincide con la hipótesis de Heim. Yast
(1958) encontró tensiones horizontales relativamente altas en los yacimientos
de hierro de Suecia. En la mina de cobre de White Pine (estado de Michigan
E.U.A) a la profundidad de 150 m con respecto a la superficie la tensión vertical
calculada de las rocas fue de 42 Kg./cm 2 y. las tensiones horizontales medidas
en el techo de las cámaras alcanzaron 140 Kg./cm 2 y en los sitios cercanos a
las fallas geológicas las tensiones aumentaron hasta 315 Kg./cm 2. Cuando se
construía la electroestancia Poatina de Tasmania a la profundidad de 150 m, la
tensión vertical era de 87 kg./cm2 y las tensiones horizontales de 168 y 196
Kg/cm2 respectivamente. El numero de ejemplos se puede aumentar. Para lo
posterior como básico optaremos la distribución de las tensiones de acuerdo a
la formula más arriba indicada.
El franqueo de una galería destruye el estado tensional inicial del
macizo en cierta zona alrededor de la galería: en el cielo de una galería
horizontal de sección rectangular aparecen tensiones traccionales y en las
paredes laterales aumentan las tensiones compresoras. Se forma un nuevo
campo de tensiones. El carácter de este depende de la profundidad a la que se
encuentra la galería, la forma y relación de las dimensiones de la sección
transversal, disposición de la galería con respecto al horizonte y características
de las rocas que rodean a la galería.

FIGURA 76: Esquema del estado tensional de la roca en el macizo.

Las denudaciones de roca en la galería comienzan a deformarse. Si


estas deformaciones se encuentran dentro de los limites de elasticidad de las
rocas, el denudamiento será estable, pero, si sale del límite de elasticidad de la
roca, el denudamiento será inestable. El esquema de destrucción paulatina de
la roca en el techo de la galería se indica en la figura 77.
Si las rocas son débiles se produce la destrucción no solo del techo, sino
también de las paredes laterales de la galería (Fig. 78).

La deformación de los denudamientos de roca se pude considerar como


resultado de la acción sobre ellas, de ciertas fuerzas que aparecen después de
la excavación de las galerías. Una representación esquemática del diagrama
de fuerzas cerca de la galería se muestra en la figura 79. Las rocas que se
hallan de inmediato rodeando a la galería, se encuentran sin carga, más allá,
hacia el interior del macizo se forma una zona de concentración de tensiones.
La fuerza volumétrica, que ocasiona la deformación del denudamiento
de roca, se denomina presión de las rocas.

A fin de evitar la destrucción de la galería, cuando la denudación es


inestable, en ella se colocan fortificaciones. Con respecto a las fortificaciones,
la presión de las rocas, se la considera como carga exterior. Sin embargo en
ciertos casos es indispensable considerar conjuntamente el trabajo de las
rocas y las fortificaciones.

La presión de las rocas aparece tanto en los yacimientos minerales


explotados por métodos subterráneos como a cielo abierto. En los trabajos a
cielo abierto se produce el deslizamiento de los bordes de la Cantera o de los
bancos, en ciertos casos se produce el hinchamiento del piso del banco. En los
trabajos subterráneos la presión de las rocas ocasiona la destrucción del techo
y paredes laterales de las cámaras, el aplastamiento de los pilares entre
cámaras y la ruptura de las fortificaciones colocadas en las galerías.

El incremento de la presión de las rocas, generalmente es paulatina y


depende de las propiedades de la roca. En la figura 80 se indica la curva
característica del desarrollo de la presión con relación al tiempo para las rocas
consolidadas. Al comienzo la magnitud de la presión de las rocas crece
rápidamente (segmento a), después el crecimiento de la presión es lento
(segmento b). El segmento “a” corresponde al momento de asentamiento de la
roca sin destrucción de su compactibilidad, el segmento “b” al proceso de
fisuramiento. En dependencia de las características de las fortificaciones la
presión de las rocas puede alcanzar un valor constante (segmento “c”) o
disminuir algo y luego alcanzar un valor constante (segmento c 1). El primer
caso tiene lugar, cuando las fortificaciones son lo suficientemente rígidas para
detener el fisuramiento posterior; el segundo caso, cuando el fisuramiento de la
roca se detiene por sí mismo como resultado de la formación de la bóveda de
equilibrio natural.
La curva de presión de las rocas para las rocas pulverulentas se indica
en la figura 81. La formación de la bóveda de equilibrio natural es rápida y la
presión de las rocas disminuye bruscamente hasta la magnitud C 1.

La presión de las rocas en los segmentos “a” y “b” que se desarrolla a lo


largo del tiempo T1, se denomina presión no estacionaria o presión primaria de
las rocas. La presión de las rocas en el segmento “c” (o C 1) se denomina
presión estacionaria o presión secundaria de las rocas.

FIGURA 77: Esquema de destrucción del techo de la galería:


a. la presión en lo fundamental es vertical, el techo se comba y aparecen
las primeras fisuras; b. el techo en el centro de la galería se destruye y
comienza a formarse cuñas de roca, se eleva la presión lateral; c. desde
el techo de la galería caen las cuñas, comienza la formación de la
bóveda, la presión lateral predomina; d. en el techo de la galería se
forma la bóveda de equilibrio natural, la presión se trasmite a las
paredes laterales de la galería.
En las rocas resistentes a grandes profundidades, la presión de las
rocas puede manifestarse en forma de destrucción repentina del macizo rocoso
o de irrupciones de rocas a la galería (disparos de roca y golpes rocosos)

La presión de las rocas no siempre es dañina, en algunos casos a ella


se la emplea pera el desmenuzamiento previo del carbón en la frente
(prensado del carbón), arranque del mineral (autohundimiento controlado), así
como también para el desplazamiento de fortificaciones mineras especiales.
CAPITULO VI
ESTUDIO DE TALUDES

2. TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS


2.1 Introducción
En cualquier parte de la superficie terrestre la gravedad empuja continuamente
los materiales hacia niveles inferiores. Los problemas que presenta la
estabilidad de taludes, tanto naturales como excavados, han sido objeto de
análisis en varios dominios de la actividad humana y con especial atención en
los incluidos en la ingeniería civil.
El término más comúnmente usado para designar los movimientos producidos
en los taludes es el de deslizamiento. Dicho término, de acepción muy
extendida, implica movimientos de taludes formados por diferentes clases de
materiales, roca, suelo, rellenos artificiales o combinaciones de los mismos a
través de una superficie de ruptura determinada.
Por la diversidad de inestabilidades que se producen, parece más adecuado
utilizar el término movimientos de taludes, para englobar todos los tipos de
rupturas que puedan sufrir éstos.
El objeto de este capítulo es reunir una completa descripción de los factores
que condicionan los distintos tipos de movimientos, su influencia en el
desarrollo de los mismos y los rasgos morfológicos más peculiares que ayuden
a la identificación de las inestabilidades, pasos previos para un detallado
análisis y solución y/o corrección de las mismas.

2.2. Influencia del tipo de material

La naturaleza intrínseca del material mantiene una estrecha relación con el tipo
de inestabilidad que puede producirse, condicionando y pudiendo estimarse de
antemano la susceptibilidad de cada material, a que se desarrolle un
movimiento determinado.

Los materiales en los que se producen los movimientos, pueden dividirse en


tres grupos:
- Macizos rocosos.
- Suelos.
- Materiales de relleno.

El primer grupo se identifica con los medios rocosos, en los que existen una
serie de discontinuidades naturales antes de iniciarse un movimiento. Los
suelos constituyen un agregado de partículas sólidas con diferente grado de
consolidación, que pueden desarrollarse “in situ” formando una cobertura de los
macizos rocosos o bien pueden haber sufrido un cierto transporte.

Como materiales de relleno se consideran los depósitos acumulados debido a


la realización de determinadas obras o actividades, generalmente compuestos
de materiales heterogéneos.

2.2.1 Medios rocosos

La diversidad de rocas que forman los macizos rocosos implica una


problemática determinada en su comportamiento ante la estabilidad de los
taludes.

Un macizo rocoso constituye un medio discontinuo que esencialmente se


compone de bloques sólidos separados por discontinuidades. A partir de esta
definición se puede deducir que las propiedades tenso – deformacionales de
los macizos rocosos son de naturaleza anisotrópica.

El comportamiento del macizo rocoso, generalmente depende de las


características de las discontinuidades (estratificación, diaclasas, fallas,
esquistosidad, líneas de debilidad, etc.) que presenta, así como de la litología
de la roca matriz y su historia evolutiva.

En las discontinuidades debe considerarse el tipo y origen, distribución


espacial, tamaño y continuidad, espaciado, rugosidad, orientación, naturaleza
del relleno y presencia de agua.
De la roca matriz ha de conocerse su naturaleza, características resistentes,
meteorización, alteración, etc.

Los diferentes tipos de ruptura que se producen en los medios rocosos


generalmente siguen superficies preexistentes, aunque cuando los macizos
están fuertemente fracturados pueden desarrollarse nuevas superficies de
corte, similares a las producidas en suelos.

El conocimiento del conjunto de características mencionadas, constituye el


paso previo en el análisis de estabilidad de taludes naturales y diseño de
taludes artificiales a excavar en medios rocosos.

2 .2 .2 Suelos

Las diferencias de comportamiento que presentan estos materiales frente a los


rocosos, se deduce de su definición como: conjunto de partículas sólidas,
sueltas o poco cementadas, más o menos consolidadas, de naturaleza mineral,
fragmentos de roca, materia orgánica, etc., con fluido intersticial rellenando
huecos y que han podido sufrir transporte o desarrollarse in situ.

El comportamiento de las masas de suelo se asemeja a las de un medio


continuo y homogéneo. Las superficies de ruptura se desarrollan en su interior,
sin seguir una dirección preexistente.

Suelen diferenciarse estos materiales atendiendo a su génesis:


- Transportados: coluviones, aluviales, glaciares, etc.
- Desarrollados in situ: eluviales

Existen definiciones de tipo gradacional desde el punto de vista de la ingeniería


civil, así:

Por las dimensiones de las partículas:

- Derrubios: generalmente superficiales con alto contenido de material grueso.


- Depósitos de barro: compuesto por materiales con pocos gruesos y cuya
fracción más fina puede oscilar entre arenas no plásticas y arcillas de alta
plasticidad.

El movimiento de estos materiales depende de las propiedades y


características de sus agregados, para los cuales se debe considerar:

- Tamaño, .forma y grado de redondez de las partículas más gruesas.


- Proporción del contenido en arenas y/o arcillas.
- Contenido en agua del suelo y ubicación del
nivel freático, etc.

Toda esta serie de características confieren a los suelos una resistencia


intrínseca que constituye el factor dominante de su estabilidad.

Cuando se desarrollan superficies de ruptura en el contacto suelo – roca, las


características de la estrecha franja de contacto difieren de las generales del
suelo.

2.2.3 Rellenos

Se agrupan bajo esta denominación todos aquellos depósitos artificiales,


realizados por la demanda de ciertas actividades, como construcción de obra
civil (terraplenes, presas de tierra, etc.) o bien como cúmulo de materiales de
deshecho, sobrantes, estériles, etc.(vertederos y escombreras).

El comportamiento de estos rellenos tiene una gran semejanza con el de los


materiales tipo suelo. Los movimientos que se producen siguen la pauta de los
que tienen lugar en los suelos, desarrollándose a través del material, según
una superficie no determinada previamente.

Dicho comportamiento puede modificarse en determinados casos, cuando las


características de los materiales en contacto difieren considerablemente. Tal es
el caso de los terraplenes a media ladera, en los que pueden producirse en el
contacto de los materiales que constituyen el núcleo y cimiento del terraplén
respectivamente. También pueden existir movimientos condicionados por
materiales de distintas características, en el caso de presas de tierra con
núcleos inclinados, vertederos no controlados, etc.

3. TIPOS DE MOVIMIENTOS

La inestabilidad de taludes se compone de una serie de movimientos que


pueden ser clasificados en base a distintos criterios. Esta clasificación recoge
los tipos de movimientos que se originan con mayor frecuencia, de acuerdo con
los mecanismos que se producen en los diferentes materiales y los intervalos
de tiempo en que tienen lugar.

3.1. Desprendimientos

Se define como desprendimiento, a la caída prácticamente libre, tanto de


masas rocosas como de suelos, separadas de un talud, las que usualmente no
son precedidas por ningún movimiento lento.

Con frecuencia estas inestabilidades afectan principalmente a bloques aislados


y rocas descompuestas que fallan según los planos más débiles, muchas
veces resultando catastróficas.

Estos fenómenos suelen producirse en zonas constituidas geológicamente por


alternancias sedimentarias de capas resistentes y débiles.
Fig. 1.1 Desprendimientos

Los mecanismos que pueden conducir a estas inestabilidades, generalmente


sucesivos y complementarios, son: meteorización o extrusión de capas
blandas, concentración de presiones en el borde y ruptura por
flexotracción.

Las posibilidades de que se produzcan las inestabilidades por socavación o


descalce vienen condicionadas por una serie de factores como: fracturamiento,
buzamiento de la serie estratigráfica, inclinación del terreno y disposición
respecto al buzamiento, resistencia comparativa de los estratos más rígidos,
potencia relativa de los estratos resistentes respecto a los menos competentes.

Existe una gran variedad de formas resultantes de los mecanismos que


originan la inestabilidad: basculamiento de bloques, ruptura por su base,
deslizamiento de un estrato, etc. (fig. 1.2)
Figura 1.2. Algunas inestabilidades de bloques por descalce (AYALA, 1984)

A continuación se describe el mecanismo de ruptura previa con tracción,


conforme a la figura 1.3

1) En una serie alternante de rocas débiles y competentes se empieza a


descalzar la capa competente suprayacente por acción de una meteorización
diferencial.

2) Cuando progresa el descalce, se produce una concentración de presiones


en el borde de la roca débil subyacente. Si la roca que constituye la capa poco
resistente, puede aparecer una ruptura de la misma por flexotracción, con
basculamiento de bloque.
3) Si la capa es competente y está individualizada en bloques por fracturación,
también se produce un basculamiento debido a la excentricidad del peso.

4) La concentración de presiones en el borde de la capa débil subyacente


produce un asentamiento diferencial, pudiendo originar la ruptura en cuña de la
misma y originándose la caída del bloque por ruptura del pie.

Figura 1.3 Ruptura previa por tracción

1. Serie alternante
2. diferente grado de meteorización y erosión
3. Basculamiento de la capa superior
4. Ruptura en el pie del bloque

Los fragmentos originados por los desprendimientos presentan recorridos


varios, pudiendo el material caer libremente, saltar o rodar en dependencia de
la inclinación del talud (Figura 1.6)
Figura 1.6 Trayectorias del material por desprendimientos

3.2. Vuelcos (toppling)

Son movimientos que implican una rotación de unidades con forma de columna
o bloque sobre una base, bajo la acción de la gravedad y fuerzas ejercidas por
unidades adyacentes o por inclusión de agua en las discontinuidades

Estos tipos de movimientos pueden culminar en otros tipos como


desprendimientos, deslizamientos, etc. dependiendo de los aspectos
geométricos del material involucrados de acuerdo a la posición de las
discontinuidades

Los vuelcos se pueden considerar exclusivos de medios rocosos, en


dependencia de la disposición estructural de los estratos hacia el interior del
talud y un sistema de discontinuidades bien desarrollado. Se puede clasificar
en:

a) Vuelco por Flexión.- Se desarrolla bajo un mecanismo compuesto por


flexiones seudocontinuas del material, individualizado en columnas, debido a
una serie de movimientos acumulados a lo largo de las discontinuidades

Cuando se desencadena el movimiento, por transmisión de la carga en el pie


del talud, el mecanismo progresa hacia el interior del macizo rocoso, originando
grietas de tracción con profundidad y anchura variante (figura 1.7)
Figura 1.7 Vuelco por flexión

b) Vuelcos de Bloques.- característicos por macizos rocosos que contienen


sistemas de discontinuidades ortogonales, dando lugar a una geometría de
columnas divididas en bloque. El empuje sobre los bloque inferiores origina su
desplazamiento y una vez producido, el movimiento progresa hacia la parte
superior del talud. Cuando las columnas menos esbeltas son desplazadas
hacia afuera del talud, por la carga que efectúa las ya giradas, se reinicia el
proceso (figura 1.8)
Figura 1.8 Vuelco por bloques

c) Vuelco Mixto.- es una combinación de los dos anteriormente descritos. Se


produce cuando los bloques son alargados, debido a flexiones en el pie del
talud e intermovimientos relativos de las distintas uniones (figura 1.9)

Figura 1.9.- Vuelco Mixto

3.3. Deslizamientos

Los deslizamientos consisten en un descenso masivo y relativamente rápido, a


veces de carácter catastrófico, de materiales, a lo largo de una pendiente,
cuando el esfuerzo de corte excede al esfuerzo de resistencia del material. El
material se mueve como una masa única, no como varios elementos que se
mueven a la vez. El deslizamiento se efectúa a lo largo de una superficie de
deslizamiento, o plano de cizalla, que facilita la acción de la gravedad.
Esta superficie se crea por la absorción de agua a una profundidad
determinada, lo que implica un cambio de densidad de la capa subyacente que
es lo que provoca la existencia de un plano de deslizamiento. Afecta tanto a
tierras poco compactas como a rocas.

La superficie de deslizamiento aparece sobre un basamento arcilloso saturado


de agua. Esta superficie de deslizamiento se crea a lo largo de períodos
dilatados de tiempo, el suficiente como para que una determinada capa
arcillosa absorba el agua necesaria para permitir el deslizamiento del material
superior. Son capas arcillosas las que, generalmente, funcionan como
superficies de deslizamiento, por su capacidad para retener el agua.
 
Por la velocidad con que se desarrolla estos movimientos existen dos tipos de
deslizamientos o derrumbes que dependen del tipo de material

Deslizamientos lentos.- Son aquellos donde la velocidad del movimiento es tan


lento que no se percibe. Este tipo de deslizamiento genera unos pocos
centímetros de material al año. Se identifican por medio de una serie de
características marcadas en el terreno.

Deslizamientos rápidos.- Son aquellos donde la velocidad del movimiento es tal


que la caída de todo el material puede darse en pocos minutos o segundos.
Son frecuentes durante las épocas de lluvias o actividades sísmicas intensas.
Como son difíciles de identificar, ocasionan importantes pérdidas materiales y
personales.

3.3.1 Deslizamientos rotacionales

Tiene lugar a lo largo de una superficie aproximadamente circular y cóncava de


naturaleza más o menos rotacional, alrededor de un eje dispuesto
paralelamente al talud, cuya sección transversal se asemeja a un arco de
círculo (figura 1.10)
Figura 1.10. Ruptura circular (HOEK y BRAY. 1977)

Este tipo de deslizamiento se suele producir en terrenos homogéneos ya sea


suelos o rocas altamente fracturadas sin direcciones predominantes de
fracturamiento.

El estudio de estabilidad de un talud mediante formas de ruptura circulares ha


sido y es altamente utilizado, pues se acerca razonablemente a la realidad en
una gran parte de casos.

Las superficies circulares sobre las que se producen los deslizamientos pueden
originarse en tres partes diferentes del talud, dependiendo de la resistencia del
material, altura e inclinación del talud (figura 1.11)
Figura 1.11. Diferencia superficies circulares de rupturas

Si la superficie de ruptura o deslizamiento corta al talud por encima de su pie,


se denomina superficie de deslizamiento de talud (figura 1.11a)

Si la curva de deslizamiento pasa por la arista inferior del talud, recibe el


nombre de superficie de deslizamiento de pie de talud (figura. 1.11b).

Si la curva de deslizamiento pasa por debajo del pie del talud, se denomina
superficie de deslizamiento de base de talud (figura 1.11 c)
La velocidad de estos movimientos varía de lenta a moderada, dependiendo de
la inclinación La superficie de deslizamiento, fundamentalmente en la arista
inferior del talud (figura 1.12)

Figura 1.12. Deslizamiento rotacional en macizo rocoso muy fracturado

3.3.2 Deslizamientos Traslacionales

En este tipo de deslizamiento la masa del material se desplaza hacia afuera y


abajo, a lo largo de una superficie más o menos plana o suavemente ondulada,
con pequeños movimientos de rotación los deslizamientos traslacionales están
controlados por discontinuidades como estratificaciones, esquistosidad,
diaclasas, fallas, etc., las cuales influyen en la variación de la resistencia al
corte entre estratos de diferente naturaleza diferente grado de meteorización,
distintos tipos de relleno en las discontinuidades, etc. en general se desarrollan
en macizos rocosos, con discontinuidades bien marcadas (figura 1.13)
Figura 1.13. Deslizamiento traslacional en macizo rocoso

El desarrollo de estos deslizamientos tiende a ser indefinido, siempre que la


inclinación de la superficie de deslizamiento sea lo suficiente grande y la
resistencia al corte inferior a la fuerza deslizante.

Existen deslizamientos traslacionales formados por la intersección de dos


discontinuidades o superficies de debilidad. Si ambas superficies de inclinan en
sentidos diferentes, se denominan cuñas directas (figura 1.14a) Cuando la
inclinación es hacia el mismo sentido reciben el nombre de cuñas inversas
(figura 1.14b)

Figura 1.14. Cuña directa con grietas de tracción


Figura 1.14 a.- Cuñas Directas

Figura 1.14b. Cuña inversa

Cuando coinciden una serie de condiciones estructurales y geométricas


determinadas, en un macizo rocoso, pueden aparecer deslizamientos
peculiares denominados Pandeos (buckling) (figura 1.15) Estos tipos de
deslizamiento aparecen cuando la estratificación es subvertical y existe gran
diferencia, entre al menos dos de las tres dimensiones que definen
geométricamente la estructura. Si existe una serie de diaclasas
seudoortogonales a la estratificación, pueden producirse pandeos por flexión
de placas fracturadas (figura 1.16 y 1.17). Generalmente en los movimientos de
tipo traslacional el movimiento se produce de forma rápida

Figura 1.15 Pandeo por flexión de placas lisas


Figura 1.16 Pandeo por flexión de placas fracturadas

Figura 1.17 Pandeo por flexión de placas curvas y fracturadas


4. APARECIMIENTO DE LA PRESION DE LAS ROCAS EN LOS TRABAJOS
A CIELO ABIERTO

4.1. ESTABILIDAD DE LOS TALUDES

El problema de asegurar la estabilidad de los taludes consiste en la


determinación (bajo condiciones dadas de forma y posición de la superficie de
desplome), de la profundidad hasta la cual sin peligro puede efectuar el
arranque, bajo un valor dado del ángulo de talud y en particular en la
determinación de la profundidad de arranque hasta la que el talud se puede
mantener vertical (altura crítica).

El estudio de deslizamientos de macizos de suelos homogéneos,


muestran que las huellas dejadas por la superficie de deslizamiento del talad
sobre la superficie vertical, por su configuración se acerca a una línea
circularcilíndrica. Este tipo de forma de superficie de deslizamiento del talud, se
obtiene también en rocas cohesionadas y homogéneas. La forma
circularcilíndrica de la superficie de deslizamiento del talud, frecuentemente se
emplea en mecánica de suelos.

El esquema de acción de las fuerzas para el cálculo de la estabilidad del


macizo rocoso, cuando la superficie de deslizamiento es una curva cilíndrica se
muestra en la figura 82.

En cada cuña elemental actúan:

1) La fuerza Q, dispuesta en el centro de gravedad del elemento y que es -


igual al peso de dicho elemento.

2) La reacción de la parte quedada de roca sobre la superficie de desliza—


miento, es igual a la suma de la fuerza de rozamiento, proporcional a la presión
normal y la fuerza de cohesión.
3) La presión de las rocas sobre los extremos Laterales verticales del elemento.

Estas últimas fuerzas se denominan interiores en relación con todo el


macizo que se desliza y a ellas se las puede no tomar en cuenta para la
determinación de las condiciones de equilibrio del macizo deslizante en su
totalidad.

Si suponemos que el centro de la superficie de deslizamiento se


encuentra en el punto O, entonces las condiciones de equilibrio de la cada a, b,
c, se determina igualando a cero la suma de los momentos de las fuerzas con
respecto a dicho centro.

Donde:

T fuerzas tangenciales componentes de Q;


R - radio del arco de deslizamiento;
N - fuerzas normales componentes de Q;
Y- ángulo de fricción interna de las rocas;
C - cohesión de las rocas;
L - longitud de deslizamiento ac.

Simplificando en R, obtenemos
FIGURA 82: Esquema de acción de las fuerzas, para el cálculo gráfico de la
estabilidad del macizo rocoso.

El coeficiente de estabilidad del macizo en el deslizamiento, o sea la


relación del momento de las fuerzas de sostenimiento para el momento de las
fuerzas deslizantes, se expresa en la siguiente forma:

Donde

-coeficiente de estabilidad del macizo;


Ni- Q cos θ
Ti -Q sen θ

Y después de simplificar:
Donde:

f = tg φ.- coeficiente de rozamiento interno de las rocas.

En los cálculos indicados, generalmente el coeficiente de estabilidad se


toma:

= 1,1 1,5

De esta manera, el cálculo de la estabilidad del macizo rocoso,


conociendo el centro de la superficie de deslizamiento se reduce al simple
cálculo del valor del coeficiente de estabilidad. Sin embargo lo complejo del
problema constituye la búsqueda de la configuración más peligrosa de la
superficie de deslizamiento, o lo que es lo mismo, la posición del centro O. Este
problema puede ser resuelto, solamente por el método de aproximación, lo
cual exige mucho tiempo.

M. N. Goldshtein en base a la construcción gráfica y cálculos de -


ensayo propuso una fórmula para el cálculo del coeficiente de estabilidad de
los taludes en suelos, la cual tiene la siguiente forma:

Donde:

A y B.-coeficientes que dependen de las dimensiones geométricas de


la cuña que se desliza (estos valores se dan en la tabla 17 y la figura 83)
f = tg φ.- coeficiente de rozamiento interno de las rocas;
C.- cohesión de las rocas;
γ.- peso volumétrico de las rocas;
h - altura del talud;

Entonces:
Empleando los datos de La tabla 17, de acuerdo con la fórmula mis arriba
indicada, se puede determinar tanto el valor aproximado del coeficiente de
estabilidad del talud de configuración dada, como la altura máxima del talud por
el ángulo dado de talud y el valor optado como coeficiente de estabilidad del
macizo. En vista del carácter aproximado que tienen el cálculo, la magnitud del
coeficiente de estabilidad, en este caso, se toma η= 1,5 - 2.

Las posiciones de los arcos peligrosos de deslizamiento se muestren en


la figura 83.

FIGURA 83: Posiciones de arcos peligrosos de deslizamiento: a. la curva de


deslizamiento pasa por la arista inferior del talud; b. la curva de deslizamiento
sale del límite del talud: 1. rocas débiles; 2. rocas resistentes

Ejemplo: Determinar la altura máxima del talud con inclinación 1: 2, bajo


coeficiente de estabilidad η = 2, si el talud está constituido de rocas
homogéneas, para las cuales φ = 22°, C = 1,2 T/m 2 y γ = 1, 8 T/m3

Solución: Ce la tabla 17
A= 3.23
B= 6.70

Por consiguiente
Las condiciones de estabilidad y forma de desplome de un talud real se
determinan por la composición del macizo rocoso y el régimen de aguas
subterráneas. Como muestra la práctica, el desplazamiento de las rocas
(desplome del talud) se produce, generalmente por los planos de clivaje y
resbalamiento.

La superficie de desplome tomada como circularcilíndrica en los


cálculos analíticos para las rocas reales lleva a la obtención de fórmulas
complejas que prácticamente excluyen la posibilidad de su empleo. Por esto
para la simplificación de las deducciones la superficie de desplome
frecuentemente se toma como plana y los resultados obtenidos se consideran
como aproximados.

La construcción aproximada de la superficie de desplome del talud se


muestra en la figura 84.

FIGURA 84: Construcción aproximada de la superficie de desplome del


talud.
En el banco vertical, D es mayor que la altura crítica, teóricamente el
rompimiento del macizo de rocas debe producirse por la superficie cilíndrica
ABD. Bajo la presencia de un momento de flexión parte de las rocas BCD no
puede mantenerse. Se produce el rompimiento de las rocas por el plano BC
como plano de menor resistencia. Si, luego la mitad de la altura vertical del
talud nuevamente sobrepasa su altura crítica vertical, entonces se producirá el
desplome del talud BC con formación de la superficie circularcilíndrica BEC y el
plano vertical EF, etc.

El proceso de desplomo termina, cuando la parte vertical de la superficie


de desplome alcanza una altura menor que la altura vertical crítica del talud
para el tipo de roca dada.

La determinación de la altura, se expone más abajo. La dependencia


entre los elementos geométricos del talud estudiaremos para el caso simple de
desplome de las rocas por el plano con inclinación θ con respecto a la
horizontal. El ángulo límite de talud, al cual responde el ángulo θ designamos
por α (Fig. 85).

FIGURA 85: Esquema para la determinación de la altura del talud en rocas


homogéneas.

Para el momento de equilibrio límite del prisma de deslizamiento ABC,


tenemos:
Q sen θ = C . AC + Q cos θ . tg φ
Donde:
φ = ángulo de fricción interna;
c - cohesión
De donde:

( Q sen θ - Q cos θ tg φ Q sen (θ – φ)


C = -------------------------------- = -------------------------
AC AC cos φ

El peso del prisma ABC

γ AB AC
Q = ------------------ sen (α – θ )
2
H
AB = -------------
Sen α

Por lo tanto:

γ AB . AC sen (α – θ ) sen ( θ – φ ) γ H sen (α – θ ) sen ( θ – φ )


C = ------------------------------------------------- = ----------------------------------------
2 AC cos φ 2 sen α . cos φ

C H sen (α – θ ) sen ( θ – φ )
---- = -----------------------------------------
γ 2 sen α . cos φ
Designemos
De donde

Entonces

La magnitud k= se denomina coeficiente de cohesión.

Por el plano de desplome el valor de la fuerza de cohesión es el mayor.


Encontremos las condiciones del valor máximo:

Tomemos la primera derivada.

De la condición K’= O encontramos.

Y por consiguiente: -
De donde

Cuando α = 90 grados, obtenemos la altura vertical del talud o la altura crítica


vertical del talud.

2. K máx. cos φ
HO = ----------------------------
90O - φ
2
Sen ( -------------- )
2

Estudiemos un macizo constituido por capas horizontales (figura 86)

FIGURA 86. Esquema para la determinación de la altura del talud en rocas


heterogéneas

Teóricamente cada una de las capas debe tener su ángulo límite de posición
en correspondencia con la altura.
Para la capa superior el valor aproximado del ángulo del talud fue
determinado más arriba.

La segunda capa consideramos como carga uniformemente distribuida


sobre la primera capa, o sea, que imaginariamente optamos por el talud BD’ en
lugar de BD. Esto es equivalente a elevar el peso del prisma de desplome ABC
de la capa inferior en

El peso del prisma ABC, es

γ2 AC . BM
Q2 = -------------------
2
Pero.

Por lo tanto

El peso de este prisma, tomando en cuenta la carga superior será.


Considerando el momento del equilibrio límite del prisma ABC con el peso
agregado y actuando análogamente como el caso estudiado anteriormente,
obtenemos.

Para n número de capas, obtenemos

En la comprobación de la estabilidad de los taludes para condiciones reales,


en los cálculos se introduce el coeficiente de seguridad de estabilidad del talud
m, de tal manera que

La magnitud del coeficiente de seguridad de estabilidad del talud en


dependencia de las condiciones se toma
Lo valores medios de las características físicas de algunas rocas se
indican en la tabla 18.

TABLA 18

Si la roca esta saturada, entonces el peso volumétrico de ella será:

γ = γo + Kpor . Δo

Donde .- peso volumétrico de la roca seca;


Δo.- peso volumétrico del agua;
Kpor.- coeficiente de porosidad de la roca.

Ejemplo. La parte superior de un manto abrupto potente se explota por el


método a cielo abierto hasta la profundidad H = 50m (fig. 87).

 Características de las rocas del costado pendiente:


 Características de las rocas del costado yaciente:

Encontrar el número de bancos en el costado pendiente con ángulo de


α1 = 80° y el número de bancos en el costado yacente con ángulo α 2 = 70°. El
coeficiente de seguridad para la estabilidad se toma m = 2.

FIG. 87: Esquema para el cálculo de los bancos

Resolución: Establecemos los valores de las magnitudes.

La altura vertical del banco en el costado pendiente será:


Optamos por tres bancos, en el costado pendiente, con alturas de 16, 17 y
17m.

La altura vertical límite del banco en el costado yacente será:

Por consiguiente el costado yacente no hay necesidad de dividirlo en bancos.

4.2. PRESION DE LAS ROCAS SOBRE MUROS DE CONTENCION

Supongamos que el plano vertical AB de la figura 88a constituye un


muro de contención; determinemos la presión que ejerce sobre él las rocas
pulverulentas debido al deslizamiento del prisma ABC.

Introduzcamos designaciones:
G.- peso del prisma de deslizamiento
D.- reacción del muro de contención
R.- reacción (al prisma ABC), de la parte de roca quedada en estado tranquilo;
θ.- ángulo de inclinación del plano de deslizamiento, con respecto al horizonte;
φ.- ángulo de fricción interna de las rocas.

Por cuanto la presencia de la fuerza de rozamiento en el plano inclinado


BC, actúa hacia arriba, la fuerza R es desviada de la normal de dicho plano
hacia arriba, en un ángulo de resistencia interna φ.

Descompongamos la fuerza R en las componentes N y T. El ángulo


entre las fuerzas N y R es igual a φ; y, el ángulo entre las fuerzas R y G es
igual a (θ-φ). En la figura 88 se indica la construcción del triángulo de fuerzas
para las fuerzas G, D y R.

Del triángulo de fuerzas tenemos:


El peso del prisma es:

Por consiguiente

El valor máximo de D encontramos de la expresión:

FIGURA 88: Presión activa y empuje de las rocas pulverulentas:


a) esquema para la determinación de la presión activa; b) triángulo de fuerzas;
c) diagrama de presión activa; d) esquema para la determinación de la
magnitud de empuje de las rocas.
Expresemos D en la siguiente forma:

Igualemos a cero la primera derivada:

De donde:

Y por consiguiente:

De esta manera:

La variación de la presión sobre el muro de contención en altura (Fig.


88), determinamos de la expresión.

Donde:
Pg.- tensión horizontal a la profundidad H;
PB.- tensión vertical a la profundidad H.

La presión de algunas capas de roca sobre el muro de contención se


muestra en la figura 89a. La presión que ejerce la capa superior se determina
con la fórmula:
La presión que ejerce la capa inferior (cargada) de roca se determina con la
fórmula:

La presión total sobre el muro de contención es:

El diagrama de presión sobre el muro de contención en profundidad se muestra


en la figura 89 b.

Aquí:

De acuerdo con P.M. Tsimbareivich las fórmulas obtenidas se pueden


emplear, también para las rocas cohesionadas, si en lugar del ángulo de
fricción interna φ se toma el ángulo de resistencia interna.

Donde:

.- coeficiente de resistencia de las rocas de acuerdo a M.M.


Protodiakonov.
FIGURA 89: Presión de algunas capas de rocas sobre el muro de contención:
a) esquema para el cálculo; b) diagrama de presión

La magnitud:

P. M. Tsimbareivich la denomina coeficiente de empuje horizontal.

Por consiguiente:

El valor de A para ciertas rocas se indica en la tabla 19.

Cuando existen varias capas de roca (Fig. 89 b), obtenemos:

La presión estudiada de las rocas sobre el muro de contención, se


denomina activa. Si sobre la pared de roca se dispone una presión que ejerza
empuje en las rocas sobre el plano B 1C1 (Fig. 88d), entonces la presión, que es
igual al empuje, se denomina pasiva.

TABLA 19
No es difícil demostrar que la magnitud de la presión pasiva se expresa con la
fórmula:

Es evidente que:
Pact < Ppas

5. LA PRESIÓN DE LAS ROCAS EN LAS GALERÍAS SUBTERRÁNEAS


HORIZONTALES E INCLINADAS
5.1. ESTABILIDAD DE LAS GALERÍAS

Por estabilidad de las galerías se comprende la capacidad que tienen


ellas de soportar la acción de la presión de las rocas, sin destruirse.

La estabilidad de las galerías sin entibado se determina por la


estabilidad del denudamiento de las rocas en dicha galería. Pero incluso bajo la
presencia de denudamientos inestables de roca, la galería puede ser estable
en virtud de la instalación en ella de fortificaciones.

El franqueo de galerías en el macizo inalterado, destruye el equilibrio


estable de las rocas y lleva a una redistribución de las tensiones.
Como muestran las observaciones; alrededor de la galería se produce
un crecimiento de las tensiones, que se caracteriza con el coeficiente de
concentración K, el cual corresponde a la relación de la magnitud de la tensión,
en un punto dado, después del franqueo de la galería, para la magnitud de la
tensión en el mismo punto, antes del franqueo de la galería. La magnitud
máxima del coeficiente de concentración de las tensiones alcanza 4- 6.

En el techo plano y el piso de una galería aparecen tensiones de tracción.

Donde

.- magnitud de la tensión de tracción;

.- coeficiente de concentración de las tensiones;


.- coeficiente de Poisson;
.- peso volumétrico de las rocas;
.- profundidad a la que se encuentra la galería con respecto a la
superficie.
A medida que se aleja del techo (piso) de la galería hacia el interior del
macizo rocoso, las tensiones de tracción disminuyen hasta cero y luego se
transforman en tensiones de compresión y alcanzan la magnitud.

En las paredes de las galerías aparecen tensiones de compresión:

Donde:

.- magnitud de la tensión de compresión;

.- coeficiente de concentración de las tensiones;


.- peso volumétrico medio de las rocas;
.-profundidad a la que se encuentra la galería con respecto a la
superficie.

A medida que se aleja de las paredes de la galería hacia el interior del


macizo rocoso, las tensiones de compresión disminuyen su magnitud hasta.

El esquema de distribución de las tensiones alrededor de la galería de


sección trapezoidal se muestra en la figura 92.

Corno resultado de la concentración de las tensiones las rocas alrededor


de la galería se deforman. En las galerías no entibadas estas deformaciones no
deben sobrepasar los límites de elasticidad de las rocas. Si los denudamientos
rocosos en las galerías presentan deformaciones plásticas, entonces las
tensiones en ellas sufren una redistribución: en las rocas que se encuentran
inmediatamente alrededor de la galería se forma una zona de bajas tensiones y
lejos de la galería una zona de altas tensiones o de presión de apoyo. Fuera de
la zona de influencia de la galería, que se extiende hasta una distancia de (3-5)
Rmáx. desde su contorno, las rocas se mantienen en su estado tensional
inicial; en este caso Rmáx es la dimensión mayor de la galería.
En estos casos, para impedir la destrucción de la galería minera es
indispensable colocar fortificaciones. El esquema de distribución de las zonas
de tensiones cerca de una galería, cuando el denudamiento de las rocas es
inestable, se muestra en la figura 93.

En el presente curso nosotros estudiaremos solamente las condiciones


de estabilidad de las galerías no entibadas y los métodos para el cálculo de la
magnitud de presión de las rocas. Los métodos de entibado de las galerías y el
cálculo de resistencia de las fortificaciones serán estudiados en el curso de
‘Franqueo y Entibado de las galerías Mineras’.

El denudamiento en el techo (piso) de la galería, franqueada a la


profundidad H con respecto a la superficie, será estable si la magnitud de la
tensión de tracción alcanza un valor igual o menor que la resistencia límite de
las rocas del techo (piso) a la tracción, bajo condiciones de estado tensional
biaxial, o sea sí:

FIG. 92: Esquema teórico de distribución de las tensiones cerca de una galería
de preparación:
1. diagrama de las tensiones de tracción en el techo;
2. diagrama de las tensiones de tracción en el piso;
3. diagrama de las tensiones de compresión en las paredes.
FIG. 93: Esquema real de distribución de las tensiones cerca de una galería
minera, cuando las rocas son inestables.

El denudamiento indicado será inestable, sí:

Los denudamientos laterales de la galería serán estables, si las


tensiones de comprensión, sobre ellos, son iguales o menores que la
resistencia de las rocas a la comprensión en condiciones de estado de tensión
biaxial o sea, sí.

Las investigaciones sobre la distribución de las tensiones alrededor de


las galerías horizontales por los métodos analítico y de polarización óptica
muestran, que la concentración de las tensiones depende de la forma y
correlación de las dimensiones de la galería. Una mayor concentración se
observa en los ángulos de la galería; ella es tanto mayor cuanto más agudo
son los ángulos. Cuando aumenta el ancho de la galería en comparación con la
altura, la magnitud de las tensiones de tracción en el techo (piso) crece. Las
tensiones de tracción en el techo de una galería de forma cuadrangular son
máximas; cuando la forma es trapezoidal ellas disminuyen en un 30%, y
cuando la forma es abovedada las tensiones de tracción en el contorno de la
galería pueden ser igual a cero.

En las galerías de sección circular y elíptica la concentración de las


tensiones en el contorno es significativamente menor, que en las galerías de
forma trapezoidal y las tensiones de tracción en general pueden no existir. Por
esto la estabilidad de estas galerías es mayor que las cuadrangulares y
trapezoidales.

5.2. TEORIA SOBRE LA PRESION DE LAS ROCAS DE M.M


PROTODIAKONOV

De acuerdo con esta teoría sobre la galería se forma una bóveda de


equilibrio natural de tipo parabólico, la cuál absorbe la presión de las rocas
suprayacentes. Sobre las fortificaciones de la galería empujan con su peso,
solamente las rocas que se encuentran en el interior de la bóveda. De esta
manera se supone que la presión de las rocas no depende de la profundidad
de disposición de la galería, sino que se determina por las dimensiones de la
galería y las propiedades de las rocas.

La teoría esta propuesta en base a los siguientes experimentos. Se tomó


un cajón y se lo llenó de arena húmeda. En el fondo del cajón existía un orificio
cerrado con una placa. Cuando se habría la placa del cajón se desprendía un
volumen de arena en forma de bóveda. La arena quedada en el cajón se
sostenía sobre el orificio por su propia cuenta, apoyándose sobre la bóveda.
Esta bóveda M. M. Protodiakonov la denominó bóveda de equilibrio natural y
demostró que ella tiene forma parabólica.
Las bases fundamentales de la teoría se exponen de la siguiente
manera (Fig. 96).

FIGURA 96: Esquema para la teoría de M. M. Protodiakonov

Supongamos que AOB es la bóveda de equilibrio natural formada sobre


la galería de ancho 2a, franqueada en rocas pulverulentas. La altura de la
bóveda designemos por la letra b. La bóveda absorbe la carga P (Kg/cm 2),
uniformemente distribuida y correspondiente al peso de las rocas
suprayacentes.

Donde:
.- peso volumétrico de las rocas
H.- profundidad a la que se encuentra la galería.

Estudiemos el elemento OM de la bóveda. La acción de la parte derecha


de la bóveda, sobre este elemento, reemplacemos por la fuerza T. El origen de
las coordenadas dispongamos en el vértice O de la bóveda. Las coordenadas
del punto M, designemos por X, Y.
Sobre la parte separada OM de la bóveda actúan:
a) El empuje horizontal T, dispuesto en el vértice de la bóveda (O);
b) La correspondiente a la resultante de la presión Px;
c) La reacción tangencial W, correspondiente a la parte inferior de la mitad
de la bóveda AM.
Parte de la bóveda OM se encuentra en equilibrio, o sea:
o
Px. x/2 – T.y = 0
De donde:

El punto M esta tomado libremente en el contorno de la bóveda, por


consiguiente la bóveda de equilibrio natural tiene forma parabólica.
Para el punto de apoyo A de la bóveda la ecuación adquiere la forma:

La reacción R del apoyo de la bóveda en el punto A, descomponemos


en dos componentes: vertical N y horizontal Q. La fuerza N aplasta a las
partículas de roca contra el apoyo y ocasiona la fuerza de rozamiento, la
fuerza Q trata de desplazar al apoyo de su sitio.
Escribamos las condiciones de equilibrio de la mitad izquierda de la
bóveda OMA.

De donde

Por consiguiente, la fuerza de rozamiento, que aparece en el apoyo A, será:

Donde:
fo.- coeficiente de rozamiento.
Para que la bóveda no se desplace y no se destruya, la fuerza
desplazante Q no debe ser mayor que la fuerza de rozamiento Pa.fo, o sea;

Cuando

La bóveda de equilibrio natural será inestable. Para asegurar su estabilidad


es indispensable cierta reserva de resistencia al cizallamiento. M. M.
Protodiakonov optó por tomar a ella en forma de supuestas fuerzas
deslizantes horizontales  Kg./cm2.
Entonces las condiciones de equilibrio estable se expresará en forma de:

De donde

Puesto que

Entonces la ecuación de la curva de la bóveda en el punto A se puede


escribir en forma de:

Colocando aquí el valor de Q, obtenemos:

De donde

Determinemos la altura de la bóveda b partiendo de las condiciones de


reserva máxima de estabilidad para la fuerza , o sea, de las condiciones:

La primera derivada de en función de b es:

Igualando a cero, obtenemos:

De donde:
La presión sobre la fortificación producirá exclusivamente las rocas que
se encuentran en el interior de la bóveda de equilibrio natural. La magnitud
de la presión de las rocas sobre 1m de la galería será:

Este método de cálculo de la presión de las rocas M. M. Protodiakonov


lo difundió a las rocas consolidadas, cambiando el coeficiente de
rozamiento interno fo por el coeficiente de resistencia f.

Cuando las rocas de los costados son inestables las paredes de la


galería se resquebrajan y el ancho de la bóveda de desplome adquiere un
ancho mayor que el de la galería (FIG. 97). Por esto a más de la presión
vertical, sobre las fortificaciones actuará la presión desde las paredes de la
galería.

La magnitud de la presión lateral P. M. Tsimbareivich propuso calcularla


como presión activa, sobre un muro de contención, por parte del prisma de
deslizamiento m, sobrecargado en la parte superior con el peso de las rocas
que ocupan el volumen de las bóvedas parabólicas n.

La altura del prisma m es igual a la altura h de la galería y el ángulo de


deslizamiento

También podría gustarte